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Cámara Nacional Federal. y Contencioso. Administrativa, sala Civil y Comercial nº 1 Autos: “Labadie Laboratorio Argentino de Ind. Electrón S.A.C.I. c/ Puerta Visión I.C.S.A.” 2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, julio 14 de 1970. El Dr. Vocos dijo: 1.- Como titular de la marca “Porterovisor”, n. 580096, la firma actora promueve acción a fin de que se condene a la demandada a cesar de usar el nombre de “Puerta Visión”, para distinguir su actividad comercial y de los productos que vende. La demandada no solamente pide el rechazo de la demanda por considerar inconfundibles la marca de la actora con su nombre, sino que ataca de nulidad la referida marca por entender que es designativa de la naturaleza del producto y por ende encontrarse comprendida en la prohibición que establecen los incs. 4 y 5 del art. 3 de la ley 3975, entablando reconvención para que así se declare. Contestada la reconvención a fs. 38/40 (en donde la actora justifica la concesión de la marca a su favor y niega interés a la demandada) y producida la prueba, el juez a quo en su sentencia de fs. 243/249, rechazó ambas acciones -demanda y reconvención- imponiendo las costas por su orden. Las dos partes apelan y fundan sus agravios en sendos escritos que figuran a fs. 262/264 y 265/268. 2.- Como lo ha hecho el juez sentenciante, corresponde estudiar en primer término el problema de la nulidad de la marca “Porterovisor”. El primer agravio del recurrente contra la sentencia se refiere al consid. 1 según el cual la marca objetada debe considerarse como conjunto y no mediante el análisis de sus partes aisladamente consideradas. Sostiene que dicho criterio debe emplearse cuando se trata de caso de oposiciones fundadas en otras marcas con las cuales debe efectuarse un cotejo a fin de establecer si se confunden o no; pero en el caso en que se discute la posibilidad de registro o idoneidad de la locución como signo marcario es legítimo -dice- hacer el análisis de los componentes de la marca. Y esos componentes -Portero y Visor- son locuciones de uso común y generalizado. Este agravio se funda en una errónea interpretación de lo que se considera en el tema marcario como de uso común. El uso común (o término o locuciones que hayan pasado al uso general, como dice la ley) no se refiere al empleo de las palabras en el idioma corriente y su sentido propio, sino que hayan pasado a designar de una manera general un determinado producto. Es decir, la palabra mono, por ejemplo, tiene un sentido y un uso común en el idioma y mediante ella se designa un determinado animal. Pero mono no es de uso común para designar pinturas o tejidos o guantes. En el caso de autos Portero en el uso común designa "la persona que tiene a su cuidado el guardar, cerrar y abrir las puertas...etc." y Visor es "un prisma o sistema óptico que llevan ciertos aparatos fotográficos y sirve para enfocarlos rápidamente". (Diccionario de la Real Academia, en los términos respectivos). Este es el sentido generalizado de los términos analizados por el recurrente. De ninguna manera están vinculados al aparato eléctrico que permite mediante un conjunto de dispositivos abrir las puertas, previa comprobación de quien es el que llama. De manera que la separación de la palabra en dos partes con sentido propio no mejora las cosas para el recurrente.

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Cámara Nacional Federal. y Contencioso. Administrativa, sala Civil y Comercial nº 1 Autos: “Labadie Laboratorio Argentino de Ind. Electrón S.A.C.I. c/ Puerta Visión I.C.S.A.”

2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, julio 14 de 1970.

El Dr. Vocos dijo:

1.- Como titular de la marca “Porterovisor”, n. 580096, la firma actora promueve acción a fin de que se condene a la demandada a cesar de usar el nombre de “Puerta Visión”, para distinguir su actividad comercial y de los productos que vende.

La demandada no solamente pide el rechazo de la demanda por considerar inconfundibles la marca de la actora con su nombre, sino que ataca de nulidad la referida marca por entender que es designativa de la naturaleza del producto y por ende encontrarse comprendida en la prohibición que establecen los incs. 4 y 5 del art. 3 de la ley 3975, entablando reconvención para que así se declare.

Contestada la reconvención a fs. 38/40 (en donde la actora justifica la concesión de la marca a su favor y niega interés a la demandada) y producida la prueba, el juez a quo en su sentencia de fs. 243/249, rechazó ambas acciones -demanda y reconvención- imponiendo las costas por su orden.

Las dos partes apelan y fundan sus agravios en sendos escritos que figuran a fs. 262/264 y 265/268.

2.- Como lo ha hecho el juez sentenciante, corresponde estudiar en primer término el problema de la nulidad de la marca “Porterovisor”.

El primer agravio del recurrente contra la sentencia se refiere al consid. 1 según el cual la marca objetada debe considerarse como conjunto y no mediante el análisis de sus partes aisladamente consideradas. Sostiene que dicho criterio debe emplearse cuando se trata de caso de oposiciones fundadas en otras marcas con las cuales debe efectuarse un cotejo a fin de establecer si se confunden o no; pero en el caso en que se discute la posibilidad de registro o idoneidad de la locución como signo marcario es legítimo -dice- hacer el análisis de los componentes de la marca. Y esos componentes -Portero y Visor- son locuciones de uso común y generalizado.

Este agravio se funda en una errónea interpretación de lo que se considera en el tema marcario como de uso común. El uso común (o término o locuciones que hayan pasado al uso general, como dice la ley) no se refiere al empleo de las palabras en el idioma corriente y su sentido propio, sino que hayan pasado a designar de una manera general un determinado producto. Es decir, la palabra mono, por ejemplo, tiene un sentido y un uso común en el idioma y mediante ella se designa un determinado animal. Pero mono no es de uso común para designar pinturas o tejidos o guantes.

En el caso de autos Portero en el uso común designa "la persona que tiene a su cuidado el guardar, cerrar y abrir las puertas...etc." y Visor es "un prisma o sistema óptico que llevan ciertos aparatos fotográficos y sirve para enfocarlos rápidamente". (Diccionario de la Real Academia, en los términos respectivos).

Este es el sentido generalizado de los términos analizados por el recurrente. De ninguna manera están vinculados al aparato eléctrico que permite mediante un conjunto de dispositivos abrir las puertas, previa comprobación de quien es el que llama. De manera que la separación de la palabra en dos partes con sentido propio no mejora las cosas para el recurrente.

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3.- Entiende el apelante que la locución Porterovisor es designativa del producto a la manera que lo fue "televisor" en su tiempo, pero que, al ser novedoso el producto su comercialización es reciente.

Este problema de los productos novedosos a los que hay que dar nombre ha sido ya resuelto en el terreno marcario. Muchas veces se ha registrado una marca y luego ha pasado a tener un segundo significado como ha ocurrido por su difusión con la marca Nylon, por ejemplo. Pero la marca registrada no pierde su condición de tal ni puede ser anulada si después comienza a utilizarse en esa forma.

En el caso de actos la propia demandada reconoce que es un producto nuevo y de reciente comercialización; es decir, no hay uso generalizado. Y tampoco es forzoso que sea empleada la locución en examen, ya que lo pueden ser muchas otras combinaciones evocativas, como las que la propia parte propuso en su pliego de posiciones a fs. 224 vta. Videoportero, Portero Televisivo, Portero Teve, etc.

4.- El hecho de que la marca tenga un cierto poder evocativo no está prohibido ni cae dentro de las previsiones legales. Casi todos los productos farmacéuticos se identifican mediante una marca que evoca, ya sus propiedades terapéuticas, ya sus elementos componentes. Y así ocurre en muchos sectores de la producción, especialmente en aquellos que son resultado del constante progreso de la investigación y de la ciencia.

Por ello considero ajustada la aplicación hecha al caso por la sentencia, del antecedente jurisprudencial citado (LL 105-600).

5.- A su vez, la parte actora recurre contra el pronunciamiento en cuanto rechaza su pretensión relativa a la supresión del nombre comercial de la demandada.

El recurrente centra su argumentación en antecedentes que solo se vinculan tangencialmente al tema para llegar a la conclusión de que la demandada, en la convicción de no poder obtener la marca Puerta Visión optó por emplearla como designación comercial, proceder que no puede ampararse.

Este agravio no es admisible. Su propio autor admite que no ha podido probar la vinculación del antecedente mencionado con la parte demandada y su afirmación es simplemente una suposición o mera conjetura.

En cambio ha consentido, no formulando agravio al respecto, las conclusiones del cotejo que hace el sentenciante, de donde resultan inconfundibles la marca y el nombre confrontados.

Por tanto, la sentencia debe ser confirmada.

6.- Dada la equivalencia de los juicios que se resuelven y el resultado de ambos, la imposición de las costas por su orden es la que corresponde, lo mismo que en 2ª instancia, atento el resultado de los recursos.

7.- Voto, pues, por la confirmación de la sentencia apelada en todas sus partes. Las costas por su orden en ambas instancias.

El Dr. Dacharry adhirió al voto precedente.

Page 3: Labadie-c.-Puerta-Vision.pdf

Conforme al resultado del acuerdo, confírmase la sentencia de fs. 243, en todas sus partes. Las costas, en ambas instancia, se imponen en el orden causado (art. 71 Ver Texto CPCCN.). Por sus trabajos en la alzada se regula en pesos ley 18188, para el Dr. Mariano Dvoskin, $ ..., y para el Dr. Arnoldo Siperman, $ ...

Firman únicamente los suscriptos, por hallarse vacante el cargo que ocupara el Dr. Simón P. Safontas (art. 109 Ver Texto del RJN.).

Regístrese, notifíquese y devuélvase.- Julio A. Dacharry.- Francisco J. Vocos.