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    N°4, NOVIEMBRE 2004

    QUIMANTÚ: EDITORIAL DEL ESTADO DURANTE LA UNIDAD POPULAR CHILENA (1970-1973)

    Solène Bergot

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    QUIMANTÚ: EDITORIAL DEL ESTADO DURANTE LA UNIDAD POPULAR CHILENA (1970-1973)

    Solène Bergot

     ABSTRACT 

    The subject of this article is the creation of a State owned PublishgHouse under the Chilean Popular Unity (1970-1973), and its maingoal which was the democratization of access to written culture. Inthe first part it refers to the origins of the project, the propositionswhich preceded and influenced it’s birth. Then it analyses theambiguities of it’s juridical status, between a private and public

    enterprise, and the human and technical factors which contributed toit’s development. In the last place it studies the book collectionswhich were proposed to the public and it intends to estimate it’s“success” through an evaluation of it’s sales in relation with thenumber of book that were published. It is interesting to quote thatbecause of the lack of documents issued directly from the PublishingHouse, it is difficult to assess the work that was done and it’s realimpact on the Chilean readers.

    Quimantú: neologismo que significa “sol del saber” en idioma mapuche. Detrás de este nombre se

    encuentra uno de los proyectos más ambiciosos dentro de la política cultural de la Unidad Popular,

    la creación de una Editorial del Estado en un país donde su alto precio ponía el libro fuera del

    alcance de la mayoría de la población. Dentro de sus solos dos años y media de vida (12 de

    febrero de 1971 – 11 de septiembre de 1973), quiso lograr una verdadera democratización del

    acceso a la cultura escrita poniendo al alcance de los chilenos unos 12 millones de libros. Después

    del golpe de septiembre de 1973, pasó bajo control militar con el nombre de “Editorial Gabriela

    Mistral” y cambió radicalmente su política editorial para servir los intereses del nuevo poder. Hasta

    fueron quemados públicamente algunos libros como “Canción de gesta” de Pablo Neruda.

    Quimantú entraba en las t inieblas.

    Pero, después de casi treinta años de olvido, Quimantú salió de nuevo a la luz y suscita ahora un

    interés renovado. Así, en 2001, se creo una nueva editorial llamada “Quimantú” y más

    recientemente, una revista cultural llamada “La Quinta Rueda”, del nombre de una revista puesta

    en venta en 1973 por Quimantú, así como una colección de libros sobre la sociedad chilena

    usando a la vez el nombre, el formato, la presentación y los temas de una colección emblemática

    de Quimantú, “Nosotros los chilenos”. Además, se presentó en la Casa Central de la Universidad

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    de Chile una muestra de libros, así que una video con el testimonio de ex trabajadores de

    Quimantú1. Con estos pocos ejemplos se da a ver el renacimiento del interés por un proyecto

    cultural que, si duró poco, fue sin embargo ambicioso en su sentido de democratización del acceso

    a la cultura escrita y emblemático de un periodo de transformación de la sociedad. Sin embargo, se

    hablará de manera prudente de “éxito” en cuanto a Quimantú puesto que la falta de fuentes nos

    impide conocer cuales fueron las ventas reales. Con este articulo, se pretende dar un panorama de

    las actividades y de las problemáticas que se encuentran a propósito de Quimantú, precisando

    previamente que la producción de revistas no esta tomada en cuenta sino el puro área de los

    libros. Así se puede preguntar cómo nació y se desarrolló como empresa? Cuales fueron sus

    vínculos con el mundo político? Cuales fueron sus “éxitos” ? Para contestar a estas preguntas,

    veremos en primera parte los diferentes proyectos que ayudaron al nacimiento de Quimantú así

    como la importancia de Salvador Allende en el proceso ; luego en segunda parte el problema de la

    pertenencia de Quimantú al Área de Propiedad Social y la falta de claridad de su estatuto jurídico ;

    en tercera parte los medios del éxito de la Editorial del Estado, es decir los elementos constitutivosque le permitió lograr sus objetivos ; y finalmente, en cuarta parte, las colecciones de Quimantú a

    nivel de los temas desarrollados y la producción cifrada, pero dejando de lado un estudio

    exhaustivo de los libros que las componen.

    1. PROYECTOS DE EDITORIAL DEL ESTADO Y NACIMIENTO DE QUIMANTÚ

    La aventura Quimantú empezó el 12 de febrero de 1971 con la firma de la compra de las

    maquinas, edificios y algunas revistas de la editorial privada más importante del mercado nacional,

    Zig Zag. Sin embargo, más allá de una compra que puede aparecer como de pura casualidad, la

    idea de una editorial del Estado tiene su propia historia. En efecto, debido a los problemas

    enfrentados por el medio editorial desde los años... (tirajes bajos, alto precio de los libros, falta de

    competitividad sobre el mercado mundial, supremacía de la revista sobre el libro, falta de

    reconocimiento social del autor)2, la creación de una editorial de Estado así que una nueva

    legislación parecían ser respuestas adecuadas a estos problemas. Además, este proyecto esta

    muy vinculado con Salvador Allende pues que en 1967, como diputado, había presentado un

    proyecto de ley con motivo de crear una Editorial del Estado. De hecho, proponía transformar los

    estatutos jurídicos de la Editorial Jurídica Andrés Bello, cual finalidad era “publicar y mantener al

    día los Códigos de la Republica, confeccionar y publicar Códigos anotados y repertorios de

     jurisprudencia, confeccionar y publicar manuales de enseñanza, obras jurídicas, y, en general,

    1  “Quimantú 1971-1973, un suceso editorial”, exposición realizada gracias a la investigación de Pola Iriarte y MónicaVillaroel con el auspicio de la editorial Cuarto Propio, de la Universidad de Chile y del Consejo Nacional del Libro y laLectura, 4 al 18 de diciembre de 2003.2 Para un panorama de la historia del mundo editorial en Chile, ver Subercaseaux Bernardo, Historia del libro en Chile, almay cuerpo, Santiago, ed. Andrés Bello, 1993.

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    colaborar a la confección y publicación de cualquiera obra que pueda ser de interés para el

    progreso de las ciencias jurídicas y sociales y de la Legislación Nacional ”3, para permitir que se

    “contribuiría a amplificar los horizontes intelectuales y culturales de la nación, se facilitaría a

    educandos y estudiosos, y, a lectores en general, el acceso a las grandes fuentes del pensamiento

    nacional y universal” y que se abaratan los costos de los libros, lo que “ redundaría especialmente

    en beneficio de las capas modestas de la población”4. A través de un aumento de los horizontes de

    trabajo de la Editorial Jurídica y la posibilidad de tener sus propias maquinas de imprenta, se

    trataba de un primer intento de democratización del acceso a la cultura escrita. Pero el proyecto

    nunca fue aceptado, aun cuando beneficia del apoyo del sector editorial chileno y fue seguido por

    otros proyectos similares. El estudio de estos varios proyectos es interesante porque son

    verdaderos viveros de ideas que, a veces, fueron usadas por los equipos de Quimantú. Así, por

    ejemplo, Luis Merino Reyes, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, presentó en 1970

    un nuevo proyecto dentro de dos artículos5. Con este articulo, pretende aportar una solución a los

    problemas de los escritores chilenos mediante varias medidas. El primer tipo de medida es declase económica: una modificación de la ley sobre los derechos de autores que podría permitir un

    aumento de los recursos de los autores, lo que va a suceder en octubre de 1970 con la

    promulgación de la ley n°17.336 sobre la propiedad intelectual; una ley asegurando a los escritores

    el beneficio de una caja provisional, lo que los permitiría vivir entre la redacción de dos libros ; la

    creación de un sistema de control dentro de las editoriales de manera a garantizar un rendimiento

    mínima de las obras controlando el número de tirajes de cada libro. Segundo, se encuentran

    medidas que permiten una mejor difusión del libro chileno: una abertura del mercado internacional

    al libro chileno; una mejor difusión de los libros sobre el territorio nacional gracias a la creación de

    suplementos literarios dentro de la prensa y de conferencias de gran autores dentro de los centrosculturales y centros de enseñanza del país ; un acuerdo cultural con la Central Única de los

    Trabajadores; acuerdos culturales permanentes con los departamentos de difusión cultural de

    todas las universidades chilenas. Sin embargo, las modalidades de acción de estos diferentes

    proyectos no son especificados, pero la iniciativa que aparece como la más innovadora y la más

    eficiente en termino de masificación de la venta del libro es la que consiste en la suscripción de un

    acuerdo con la Central Única de los Trabajadores porque este organismo esta vinculado con todos

    los sindicatos obreros del país y puede tener un impacto verdadero sobre las costumbres de

    lectura de los obreros. Un segundo proyecto interesante es lo de un grupo de escritores reunidos

    bajo el nombre de “Taller de los Escritores de la Unidad Popular”6, quienes, en un artículo de

    3 Allende, Salvador, Moción del H. Senador Allende, con la que inicia un proyecto de ley que crea la empresa editora delEstado, Senado, legislatura extraordinaria, tomo 304, vol.1, Sesión 14ª del 26 de octubre de 1967, p.503.4 Ibid., p.505.5 Luis Merino Reyes, “Política cultural para Chile”, in El Mercurio, 25 de febrero de 1971, p.3 y “Con Luis Merino Reyes”, inPlan n.49, junio de 1970, p.19.6  Este taller reúne a los escritores siguientes: Alfonso Calderón, Poli Délano, Luis Dominguez, Ariel Dorfman, JorgeEdwards, Cristian Huneeus, Hernán Lavin, Enrique Lihn, Hernán Loyola, Germán Marin, Waldo Rojas, Antonio Skármeta,Frederico Schopf, Hernán Valdés.

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    diciembre de 19707, presentaban un programa cultural cuyo objetivo era la creación de un ‘Instituto

    del Libro y de las Publicaciones’. Dentro de la concepción marxista que marca la mayoría de los

    textos de la época tratando de los temas de cultura, la sociedad chilena estaba descrita como

    dependiente de la cultura “imperialista” y “capitalista” de los Estados Unidos. Pero, para ayudar al

    desarrollo de una nueva sociedad fundada sobre nuevos valores, este texto proponía varias ideas

    directoras que ayudarían a dar la palabra y el poder creador a las capas modestas de la población,

    y que permitirían también la delocalización de la gestión de la cultura creando Centros de Cultura

    Popular a nivel local. Principalmente, la proposición más interesante seria la creación del ‘Instituto

    del Libro y de las Publicaciones’. Este Instituto tendría diversas tareas. La primera sería evaluar las

    necesidades del país en lo que se refiere a las publicaciones de todo tipo (educación, ciencias,

    literatura, publicaciones técnicas), basándose sobre un estudio de terreno. No se trata entonces de

    prejuzgar de las necesidades de la población en el ámbito cultural, pero de realizar un estudio serio

    que permite determinar las tareas más urgentes. En segundo lugar, una vez definidas las

    necesidades, intervendría una editorial del Estado con el propósito de llenarlas. El propósito deesta editorial seria doble: educar un pueblo en el plano político gracias a libros que lo haga

    entender el proceso que vive y que lo prepara a una nueva sociedad con nuevos valores y nuevas

    necesidades, valorizar el patrimonio y los recursos nacionales para explotarlos mejor y sin el

    concurso de las potencias extranjeras. Este Instituto tiene además la tarea de coordinar las

    acciones de la editorial del Estado con las de las otras editoriales privadas. Así, podrá, según las

    necesidades, asignar tareas a las editoriales, cualquiera que sean sus estatutos jurídicos. El no

    respeto de las consignas del Instituto o la edición de “subliteratura comercial, cuyos alcances

    perniciosos, a juicio de expertos sociales y literarios, estuvieran en conflicto con los planes

    culturales del Instituto del Libro y Publicaciones”8

    , daría lugar a sanciones. El Instituto, teniendotambién como tarea crear un cuerpo legislativo favorable al desarrollo de la industria editorial del

    país a través, por ejemplo, de exención de impuesto, créditos o facilidades para obtener materias

    primas, este ultimo podría negar la aplicación de estas medidas a las editoriales rebeldes a las

    consignas. Sin embargo, la aplicación de esta medida significaría la puesta bajo tutela de la

    industria editorial del país pero sobre todo una discriminación respecto a la ley, lo que habría sido

    atacado por la oposición quien habría acusado al gobierno de la Unidad Popular de restringir la

    libertad de expresión y actuar de manera arbitraria.

    Cuando la editorial Zig Zag, al borde la quiebra en diciembre de 1970 e incapaz de pagar los

    sueldos a sus empleados, propuso vender la empresa al Estado, por medio de la Corporación de

    Fomento (CORFO), el proyecto obtuvo el apoyo completo del recién elegido Presidente Salvador

    Allende. Esta implicación tan directa del Presidente de la Republica en este asunto, sin que haya

    una consultación de las asambleas representativas del país, es característica del régimen político

    7 Taller de Escritores de la Unidad Popular, “Política cultural: documento”, in Cormorán n.8, diciembre de 1970, p.7-10.8 Ibid., p.9.

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    chileno llamado “presidencialismo”, que es visto por la mayoría de la historiografía chilena como

    una herencia del caudillismo y del carácter que siempre fue militar de Chile9. Sin embargo, este

    régimen, que se opuso al parlamentarismo, llegó durante el periodo de la Unidad Popular a ser

    puesto en duda. Después de un par de meses de negociaciones encabezadas por Jorge Arrate,

    nombrado personalmente por el Presidente para representar el gobierno, el acuerdo de compra fue

    firmado en febrero de 1971. Dejaba a Zig Zag una larga parte de sus revistas más comerciales así

    que el derecho de gozar de un convenio privilegiado con la nueva empresa editorial estatal en

    formación para la impresión de sus textos. En cuanto a Quimantú, recuperó las oficinas y los

    talleres de Zig Zag así como el personal empleado, una parte de sus revistas... y las deudas que

    tenia con la Caja de Ahorro y el Banco Central. El montón del precio pagado por el Estado por la

    compra no esta conocido, pero fue dividido en una parte pagada al contado (35% del precio total) y

    Bonos emitidos por el Banco Central entre febrero de 1972 y febrero de 197610. Parece que

    Salvador Allende insistió personalmente para que sea pagado un precio correcto a Zig Zag, es

    decir un precio que no podía suscitar una reacción de oposición de la prensa de derecha y que nopermitiría atacar el gobierno por falta de respecto de la libertad de prensa. Sin embargo, esto no

    impidió que el diario El Mercurio, principal órgano de la oposición a la Unidad Popular , publica una

    serie de artículos sobre la manera negativa de que se veía esta compra en el “extranjero” pero que

    era en realidad una manera de atacar el gobierno de la Unidad Popular 11.

    2. QUIMANTÚ: UNA EMPRESA DEL ÁREA DE PROPIEDAD SOCIAL EJEMPLAR PERO CONUN ESTATUTO JURÍDICO COMPLICADO.

    Entre el 12 de febrero de 1971 y el 11 de septiembre 1973, día en que pasó bajo control militar,

    Quimantú se destacó como una empresa ejemplar: por un lado, es une empresa modela dentro de

    las empresas componiendo el Área de Propiedad Social, es decir las 183 empresas nacionalizadas

    por el gobierno de la Unidad Popular, en el ámbito de la gestión concertada entre empleados y

    ejecutivos; por un otro lado, dentro de las realizaciones de la Unidad Popular, Quimantú aparece

    como un verdadero éxito y un proyecto cultural que beneficio de un relativo consenso, es decir que

    suscitó pocas reacciones violentes de la oposición a la Unidad Popular puesto que los temas

    culturales no ocupaban el centro de la escena política. Como empresa del Área de Propiedad

    Social, Quimantú presenta una característica particular: de efecto, fue la única comprada por el

    Estado y no nacionalizada o expropiada por la fuerza en cambio de una posible compensación

    financiera. Sus contemporáneos vieron en este hecho la voluntad de Salvador Allende de no tratar

    de la misma manera empresas respondiendo a fines estrictamente económicos y una empresa de

    9 Millar René, “La tradición presidencialista chilena”, in Revista Universitaria, n.XXXII, 1991, p.8-13.10 “Suscrita venta al Estado de los activos de Zig-Zag”, in El Mercurio, 13 de febrero de 1971, p.8.11 “Inquietud suscita el ‘caso Zig Zag’”, in El Mercurio, 17 de febrero de 1971 p.20.

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    mediación cultural llevando ideas y conocimientos. En el ámbito practico, Quimantú tuvo que

    manejar un promedio de 1500 empleados, de cual 1300 obreros de los Talleres de imprenta, y

    lograr integrar el conjunto de los trabajadores al manejo eficiente de la empresa. Esto significa que

    tuvo que cambiar las instancias de decisión: así se aplicaron los esquemas elaborados por la

    Central Única de los Trabajadores (CUT) con el acuerdo del gobierno de la Unidad Popular,

    esquemas que creaban, dentro de cada una de las empresas, una asamblea general de los

    Trabajadores y varios comités de producción encargados de tomar decisiones y aprobar cambios o

    innovaciones para cada una de las unidades de trabajo12. En el caso de Quimantú, fueron creados

    también cinco cargos de ejecutivos laborales, es decir obreros elegidos cada año para representar

    sus compañeros dentro del consejo de administración13. Este sistema de toma de decisión dentro

    de las unidades de trabajo tiene la ventaja de facilitar y apresurar las innovaciones y la expresión

    de los talentos personales, así como valorizar el trabajo hecho en común. Además, la aplicación de

    estos valores tiene que ser vinculada con el proyecto global de transformación de la sociedad por

    parte de la Unidad Popular, es decir crear “hombres nuevos”. Así, dentro del pensamiento políticomarxista de la época, este “hombre nuevo” debe nacer de una nueva cultura pensada como una

    educación permanente. De esta manera, llega a ser un ser humano liberado material y

    espiritualmente del capitalismo y cual mentalidad cambia en la medida en que deja de ser

    explotado. En un contexto de lucha de clase, deja de ser un dominado para transformarse en un

    dominante, y su cultura pasa a ser la cultura dominante también. Entonces, se puede decir que el

    “hombre nuevo” es el obrero que recupero una dignidad y que afirma esta dignidad a través de la

    expresión de su cultura14. Este cambio de las relaciones dentro de la sociedad, que nombraba

    revolución cultural, era visto por Lenin como una condición indispensable al triunfo definitivo del

    socialismo porque implicaba que el hombre nuevo no soportaría jamás una vuelta al antiguo ordende las cosas, es decir al capitalismo, y que seria una garantía de la irreversibilidad del proceso

    revolucionario. El objetivo del “hombre nuevo” sería entonces de hacer de “ la ideología del

    proletariado  (…) el contenido cultural dominante de la nueva sociedad que estamos

    construyendo”15. Tal concepción supone que una sociedad compleja no tiene mas de dos tipos de

    cultura: una cultura llamada “sabia”, que dentro del vocabulario de la época se llama “burguesa”, y

    una cultura llamada “popular”, la primera buscando a imponerse a la segunda reprimiéndola o

    tratando de adaptarla a los modelos que ella misma ofrece. Sin embargo, es necesario precisar

    que este postulado es largamente puesto en duda por la historiografía actual16. Todas las

    revoluciones, pasando por la Revolución Francesa de 1789 o por la Revolución Rusa de 1917,

    12 CUT, “Normas básicas de participación de los trabajadores en la dirección de las empresas de las áreas social y mixta”,en Nueva Economía n.2, enero-abril de 1972, p.137-155.13 “Los gerentes-obreros de Quimantú” in Ahora n.21, 7 de septiembre de 1971, p.21.14 Para un ejemplo de la concepción de la cultura, ver un documento del Partido Comunista, La revolución chilena y losproblemas de la cultura: documentos de la Asamblea Nacional de Trabajadores de la cultura del Partido Comunista,Santiago, noviembre de 1971, p.6.15 Ibid., p.6.16 Ver por ejemplo, Les intermédiaires culturels, coloquio del Centro Meridional en Historia Social, de las Mentalidades y delas Culturas, Aix en Provence, Publicaciones de la Sorbonne, 1981.

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    soñaron con engendrar un “hombre nuevo” liberado de las cadenas, sobre todo mentales, que lo

    impidieron imaginar otra perspectiva de la sociedad y otras relaciones entre los miembros de esta

    sociedad. Pero la revolución, como cambio brusco y profundo del orden social, económico y

    político, es raramente disociable de la violencia y del radicalismo, y el cambio de las mentalidades

    no puede tener un verdadero éxito que si es impongo y inculcado a los jóvenes espíritus a través

    de su educación. Ahora bien la revolución intentada por la Unidad Popular era una revolución

    pacifica y que siempre se quería dentro de un ámbito legal, una revolución que no trato amordazar

    una oposición poderosa y virulenta imponiendo un modelo y armando sus partidarios. Esta

    situación, que puede parecer paradojal, es al origen de muy vivas tensiones que atraviesen la

    sociedad chilena durante todo el periodo de la Unidad Popular.

    En cuanto a la jerarquía formal, todas las empresas del Área de Propiedad dependían de la

    división de gestión de filiales de la CORFO. Se consideran como filiales las empresas en cuales la

    participación financiera de la CORFO dentro del capital es superior a 5%17. En el caso de

    Quimantú, la CORFO trajo 90% de los 25 millones de escudos previstos en el capital inicial (esdecir 22,5 millones de escudos) y los 10% quedando por otra filial de la CORFO, Chile Films,

    empresa de difusión creada en 1942 para promover emisiones y películas nacionales y de cual la

    CORFO tiene en 1970 85,63% del capital18. Esta repartición del capital inicial hace que el Estado

    tiene la parte necesaria de acciones para que Quimantú sea una empresa del Área de Propiedad

    Social de pleno derecho. Sin embargo, la CORFO no esta encargada de la gestión directa de sus

    filiales, pero más de coordinar los proyectos, procurar fuentes de financiamiento y vigilar a la

    aplicación de las consignas del gobierno a propósito de las empresas del Área de Propiedad

    Social.

    Sin embargo, Quimantú tiene un lugar aparte dentro de las empresas del Área de Propiedad

    Social. En efecto, cuando las otras empresas habían sido expropiadas o nacionalizadas, Quimantú

    fue comprada por el Estado como si era una persona privada, aun cuando más tarde Quimantú fue

    considerada como empresa de todos los chilenos. Parece importante subrayar este aspecto

    porque era un punto clave del proyecto de Salvador Allende. Pero si Quimantú era bajo el control

    formal de la CORFO, las relaciones entre las dos entidades no estaban siempre cordiales porque

    teñidas de mucha ambigüedad. En efecto, la empresa es a la vez dependiente y independiente del

    organismo de Estado: dependiente porque la CORFO representa su jerarquía directa así como su

    accionista mayoritario pues que tiene 90% de su capital y que debe encargarse del pasivo legadopor Zig Zag, pero independiente pues la CORFO no tiene un verdadero dominio sobre la gestión

    cotidiana de Quimantú y sobre las decisiones que toma. Esta situación paradojal es al origen de las

    relaciones a veces conflictivas que existen entre la editorial del Estado y la CORFO. Así, por

    17 CORFO, Monografía de empresas filiales, Santiago, 1970.18 CORFO, Memoria 4 nov. 70 – 4 nov. 71: ‘En el gobierno de la Unidad Popular’, Santiago, 1971.

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    ejemplo19, cuando el plan anual de la CORFO previsto para sus filiales para el año 1972 no

    coincidió con las condiciones especiales de la situación interna de Quimantú, Sergio Maurin,

    gerente de la editorial, fue obligado a no hacer caso de las directivas de la CORFO. En efecto, el

    gobierno había calculado a fin del año 1971 una tasa de reajuste de los sueldos indiciado a la

    inflación pero que permitía también una alza del sueldo real de los obreros para aumentar su poder

    de compra. La CORFO, en aplicación de las directivas del gobierno, pensaba imponer este

    reajuste a todas sus filiales. Sin embargo, dentro de Quimantú, otras medidas habían sido

    tomadas. Así, para aumentar la rentabilidad de la empresa para el año 1972, una gran parte de los

    empleados habían renunciados a este reajuste, renuncia total para los ejecutivos y parcial para los

    obreros. Sergio Maurin decidió, en oposición con la CORFO, de firmar una convención interna con

    los empleados que ratificaba esta renuncia. Con este ejemplo, se da a ver hasta que punto la

    situación jurídica confusa de Quimantú puede afectar la vida cotidiana de la empresa y perjudicar a

    su funcionamiento, especialmente por culpa de sus relaciones con la CORFO. La empresa esta, en

    efecto, a la vez publica y privada porque pertenece en principio al Área de Propiedad Social pero ala vez tiene una obligación de autofinanciamiento, a la vez dependiente e independiente porque la

    CORFO es su accionista mayorista así como el organismo que paga sus deudas pero que tiene un

    derecho de fiscalización realmente limitado sobre sus decisiones.

    3. LOS MEDIOS DEL ÉXITO

    Aún cuando algunos aspectos jurídicos parecen ser una desventaja para el éxito de Quimantú, la

    editorial del Estado tiene sin embargo sustanciales triunfos: una concentración de competencias,

    medios técnicos a la punta de la modernidad en América Latina, una concurrencia limitada debida

    a un mercado editorial atrofiado y una ausencia de cuerpo de críticos literarios constituido.

    En primer lugar, Quimantú hereda de los 900 empleados de Zig Zag, dentro los cuales se

    encuentran obreros muy calificados y experimentados así como ejecutivos que habían

    demostrados sus calidades de gestión y creatividad. Así, desde su creación, Quimantú puede

    contar con Alfonso Calderón, futuro Premio Nacional de Literatura en 1998, quien pertenecía ya al

    consejo literario de Zig Zag como asesor y quien renuncio a su sueldo para quedarse dentro de la

    empresa y de esta manera integrar el nuevo equipo a partir de enero de 197120

    . Habían también,entre otros, Guillermo Canals, quien conocía todos los contactos importantes para el buen

    funcionamiento de una editorial porque había sido uno de los gerentes de Zig Zag y quien iba a ser

    el director de la división de Comercialización, así como Claudio Torres, quien conservó su cargo a

    19 Este ejemplo de conflicto entre Quimantú y la CORFO esta extracto de una entrevista personal con Sergio Maurin del 29de enero de 2004.20 Entrevista con Alfonso Calderon, 22 abril 2004.

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    la cabeza del departamento de promoción encargado de la elaboración de las campanas

    publicitarias. Además, la gestión concertada de la empresa entre la gerencia y los empleados, a

    través principalmente de los comités de producción, dejaba una gran libertad de acción a los

    talentos y a la creatividad pues que las innovaciones y iniciativas eran directamente aprobadas por

    estos comités. Así, los ejemplos de iniciativas para reducir los costos, aumentar la producción o

    paliar la falta de materias primas son legiones de la parte de los obreros. Estos últimos inventan

    productos de substitución para reemplazar los que no llegaban más a través de las importaciones,

    como los productos usados para separar los colores durante la impresión o para revelar los tirajes

    dentro de la sección de fotograbado, y fabrican ellos mismos las piezas usadas o quebradas que

    hay que reemplazar. Así, a principio del año 1973, los comités de producción organizaron una

    muestra de las piezas de repuesto fabricadas artesanalmente dentro de los talleres en fin de

    reemplazar las que fueron deterioradas en las maquinas de composición, fotografía, impresión y

    encuadernación, que eran en la mayoría de los casos de origen norteamericana y que pueden ser

    importada más por causa del embargo tocando Chile

    21

    . Por ejemplo, de manera simbólica, el cartelque fue colocado al frontis de la empresa fue confeccionado con materias de recuperación, lo que

    permitió bajar su precio de 100.000 E° à 100 E°. Enteramente realizada gracias a horas de trabajo

    voluntario, el cartel de 24 metros de largo y 8 metros de ancho fue suspendido a la fachada del

    edificio por los obreros en mayo de 197222.

    La segunda ventaja de Quimantú proviene de su parque de maquinas. En efecto, este parque era

    uno de los más completos y de lo más avanzados de la América Latina de la época. Así, dentro de

    las 32 editoriales recontadas en Chile durante la Unidad Popular, apenas una tercera parte tenia

    talleres de imprenta, pero ninguna tan completos como los de Quimantú. El hecho de tener sus

    propios talleres así como todo el aparato de distribución es una ventaja mayor para Quimantú

    porque no tiene gastos adicionales engendrados por el pago de una impresión externa y todos sus

    gastos anexos (almacenamiento, transporte). La editorial tenia en efecto tres maquinas rotativas de

    huecograbado compuestas por ochos cuerpos para las dos primeras y cinco cuerpos para la

    tercera, tres rotativas offset  de ocho cuerpos y todos los servicios anexos de fotomecánica,

    composición, encuadernación y distribución. Los progresos técnicos de la imprenta a principio de

    los años 1970 están a la altura de las ambiciones de Quimantú. En efecto, los varios métodos de

    impresión fueron mejorados de manera a imprimir en mayores cantidades, más rápidamente y

    sobre un papel de mejor calidad. Así, la composición mecánica, más adaptada al ritmo de

    producción de masa, reemplazó la composición manual gracias a la invención de la Linotipia en

    1880 por el norteamericano Ottmar Mergenthaler 23. La Linotipia es una “composeuse-fondeuse”, es

    21  Tito Drago, jefe del departamento de publicidad de Quimantú, habla de muestra en su libro Chile, un doble secuestro,Madrid, Ed. Compútense, 1983, capitulo 10 “El Sol y la Aurora”.22 Informativo de los Trabajadores de la empresa editora nac ional, número 17 p.3.23 A propósito de las evoluciones técnicas, se puede consultar Audin Maurice, Histoire de l’imprimerie, Paris, Picard, 1972 yChartier Roger y Henri-Jean Martin (bajo la dirección de), Histoire de l’édition française, tomo 4 “Le livre concurrencé 1900-1950”, Paris, Fayard, 1991.

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    decir que permite la composición de líneas a imprimir a una velocidad de 4.000 a 6.000 caracteres

    por hora, líneas que son refundidas después. De la misma manera, son desarrolladas durante los

    años 1890 las técnicas fotomecánicas de impresión que permiten la reproducción de las medias

    tintes y de la tricromía gracias al uso de una trama cruzada. Más tarde, alrededor de 1910, fue

    puesto en marcha el método de huecograbado rotativo, desarrollado por el doctor Martens de la

    ciudad de Friburgo y usado por Quimantú a través de tres de sus maquinas. Se trata de un tipo de

    impresión obtenido por medio de un cilindro de cobre grabado en hueco de manera fotomecánica,

    es decir que las tintes negras están en hueco, al revés del fotograbado en cual están en relieve.

    Estas rotativas de huecograbado son compuestas por elementos que pueden imprimir cada uno un

    color y se puede obtener, aun con cuatro tonos, velocidades de 5.000 a 6.000 ejemplares por hora.

    Pero el perfeccionamiento técnico más usado al principio de los años 1970 es la impresión por

    reporte, llamada offset, que nace en 1904. Derivada de las maquinas de impresión litográfica que

    se usaban para la impresión de los envases metálicos, tomó a este método su sistema de cilindro

    intermediario de caucho. Esto permitió usar tres cilindros: un primero llevando la hoja de zincgrabado, un segundo de caucho soportando la impresión intermediaria, un tercero llevando la hoja

    o la faja de papel. Las ventajas de la impresión offset  son múltiples: además de que la capa de

    caucho se adapta a todas las estructuras de papel, el zinc que sirve para la reproducción se usa

    menos rápidamente porque se encuentra en contacto con una capa flexible de caucho y, de esta

    manera, la velocidad de tiraje puede ser aumentada, lo que permite la construcción de prensas

    extremamente rápidas. En efecto, las maquinas offset pueden imprimir 8.000 a 9.000 ejemplares

    por hora. En cuanto a las maquinas usando bobinas, se usan en la prensa periódica, pero también

    para la impresión de los “libros de bolsillo”. Así, la impresión se hace recto y verso durante una

    misma vuelta de la maquina, en negro o en colores, y puede llegar a altas velocidades: 25 a 30 000ejemplares por hora.

    La tercera ventaja de Quimantú se coloca al nivel de la estructura misma del mercado editorial

    chileno, que, en efecto, es bastante abierta. No existe ninguna otra editorial de su importancia, ni

    siquiera Lord Cochrane, no obstante su vinculo con el poderoso grupo bancario Edwards y cuya

    asociación con el diario El Mercurio constituye el monopolio de prensa más importante del país y el

    principal órgano de oposición a la Unidad Popular. Lord Cochrane dirige sus esfuerzos sobre todo

    a las revistas: en efecto, edita alrededor de quince revistas por un tiraje global que se puede

    evaluar a un mínimo de un millón et medio de ejemplares por mes24. Como editor de libros, Lord

    Cochrane no tiene una producción mayor: en efecto, 5% apenas de sus tirajes son libros, lo que

    representa en termino de ingresos dieciséis veces menos plata que las revistas. Si se consulta el

    Anuario de la Prensa Chilena de 197025, que hace el censo de todas les publicaciones del año, se

    24 A propósito del fenómeno de concentración del poder económico y de los vínculos muy fuertes entre los medios bancariosy los de la información, se puede consultar Armand Mattelart, “La estructura de poder de la información”, en Cuadernos dela realidad nacional, n.3, marzo de 1970, Santiago, p.37-51.25

     Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Anuario de la Prensa Chilena 1969-1970, Santiago, 1971.

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    puede ver que las ediciones de Lord Cochrane se encuentran en pequeño numero: once libros de

    textos escolares, dos mapas, una enciclopedia, ocho guías telefónicas y dos indeterminados. Pero

    es sobre todo como distribuidor que esta editorial es importante, especialmente porque esta

    encargada de la impresión y de la distribución de libros con altos tirajes como el Reader’s Digest,

    con sus 20.000 ejemplares mensuales. Además, las editoriales chilenas de la época conservan

    todavía una estructura tradicional en cual la gestión pertenece en la mayoría de los casos a los

    miembros de la familia fundadora, el ejemplo perfecto siendo la editorial Nascimento dirigida por

    Carlos George Nascimento. Si esta estructura tradicional esta vista como una desventaja, es

    porque impide a la empresa adoptar un estatuto jurídico más moderno (Sociedad a

    Responsabilidad Limitada, Sociedad Anónima) que presentan ventajas fiscales ciertas y un mejor

    poder de inversión. Así, en 1967, la industria editorial y de imprenta empleaba 5.900 personas

    repartidas entre 160 establecimientos, lo que hacia un promedio de 36,8 empleados por

    establecimiento26. Además, estos establecimientos poseían raramente una cadena completa de

    producción y distribución para los libros que editan y era frecuente que las más pequeñaseditoriales delegaban los trabajos de impresión y distribución a otras empresas especializadas.

    La cuarta ventaja de Quimantú, valida para todo el medio editorial chileno, es la ausencia de

    intermediarios numerosos entre el autor y el publico. En efecto, no se desarrolló en Chile

    numerosos mediadores culturales jugando el papel de filtros sucesivos cuya acción era más

    favorecer la reproducción del medio literario al idéntico que permitir su abertura a clases sociales

    que no tenían todavía acceso a este medio. El reconocimiento del valor de los escritores estaba,

    en efecto, subordinado sobre todo al éxito reservado a la obra por lectores avisados. Existe sin

    embargo un pequeño número de intermediarios cuyo nacimiento esta debido a una

    profesionalización de la organización interna de las editoriales: primero comités de lectura o

    consejos editoriales que sirven de “d’ intermédiaires écran”27  entre el autor y el editor, luego el

    editor cuya figura es el pivote central de una tomada de decisión que corresponde a su propia

    visión de la literatura. No existía un cuerpo profesional de críticos literarios reconocido, como se

    había visto desarrollar uno en Francia durante el siglo XIX cuando la desproporción creciente entre

    la oferta de obras y la capacidad de lectura del publico, que aumentaba menos rápidamente que el

    número de obras publicadas, implicó la elección de nuevos mediadores para juzgar de la calidad

    de los textos. En efecto, la situación del libro en Chile no justificaba el nacimiento de tal profesión

    que, pasando por el tamiz las obras puestas en circulación sobre el mercado, servia de filtro antes

    que estas obras pudieran llegar a un publico de conocedores. En efecto, la oferta de libros nunca

    fue superior a la demanda, lo que no provocó un estorbo del mercado y una necesaria selección

    cualitativa de los libros. Sin embargo, nacieron premios literarios, que se puede considerar como

    intermediarios culturales, destinados a paliar esta falta de legitimidad y asegurar el reconocimiento

    26  Anuario estadístico de América Latina, ONU, 1975.27 Esta expresión se podría traducir por “intermediarios pantalla” en el sentido de que sirven de filtros. Ver ChristopheCharles, “Le temps des hommes doubles”, in Revue d’Histoire Moderne et Contemporaine, enero – marzo de 1992, p.73-85

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    social a un autor y su obra. En efecto, en la ausencia de un posible éxito de gran envergadura a

    nivel de las ventas, pues que los tirajes estaban muy bajos y el precio de venta muy alto, o de un

    reconocimiento de la calidad literaria de una obra por críticos literarios o otros miembros del

    circuito, el escritor en Chile se veía despreciado y tenia que contar con un posible reconocimiento

    por les medios literarios extranjeros. Para poner remedio a esta situación, fue creado el Premio

    Nacional de Literatura, cuya creación fue estimulada por la Sociedad de Escritores de Chile, en

    1942 gracias a una ley y fue otorgado todos los años de 1942 a 1974 y luego cada dos años. Sin

    embargo, más que estimular los jóvenes escritores, quedaba un reconocimiento para los autores

    en fin de carera.

    La ultima ventaja de Quimantú proviene de la organización de la distribución de los libros que

    respondía a un objetivo ambicioso: llegar al lector y no esperar a que éste viniera a las librerías.

    Así, los dos dirigentes comerciales de Quimantú echan mano a nuevos canales de distribución que

    nunca habían sido usados para los libros. Pero el éxito de cada uno de estos canales, como la

    parte respectiva que representan en las ventas, no pueden ser evaluados por falta de documentos.

    La puesta en marcha de nuevos canales responde a dos problemas mayores: la falta de librerías

    en el país y la imagen que estas librerías tienen acerca de las capas más pobres de la sociedad,

    es decir la imagen de un templo sacrosanto inaccesible tanto financiera como geográficamente. El

    número de librerías del país puede ser evaluado a principio de los años 1970, en un mínimo de

    108, gracias a una comprobación de tres fuentes: el Anuario de la Prensa Chilena ; una lista de 43

    librerías dentro de la obra de Maria Isabel Castro sobre la industria editorial chilena28 ; un repertorio

    de la industria editorial de idioma hispánico publicado en 1968 por las ediciones Bowkers de

    Argentina29 donde están enumeradas las librerías en Chile. Pero este documento es parcial porque

    esta compuesto solamente por los establecimientos que contestaron al cuestionario enviado por

    las ediciones Bowkers y que suministraron un cierto número de datos bibliográficos de vuelta.

    Llegamos a un total, no definitivo, de 108 librerías en 1970. Dentro de estas 108 librerías, 65 tienen

    una localización conocida, lo que permite evaluar el porcentaje de librerías localizadas en Santiago

    en 75% del número total de las librerías del país. A este desequilibrio en la repartición de las

    librerías entre Santiago y las provincias se agregan dos otros tipos de desigualdades. El primero

    concierne a la distribución geográfica en provincias y el hecho de que estén sobre todo situadas en

    las grandes ciudades en detrimento de los campos que no tienen ninguno acceso a la cultura

    libresca. No está probado el hecho de que hubiera en Chile vendedores ambulantes circulando porlos pueblos para llevar libros como se ha visto en Francia hasta el siglo XIX, lo que permitía una

    circulación de los conocimientos e informaciones30. El segundo concierne a la concentración de las

    28 Maria Isabel Castro, La situación del libro en Chile, Santiago, Ediciones de la Pontificia Universidad Católica, 1980.29 Bowker editores, La empresa del libro en América Latina: una guía seleccionada de las editoriales, distributores y libreríasen América Latina, Buenos Aires, Bowker editores, 1968.30 Para un estudio de los circuitos de circulación de la cultura popular en Francia, consultar Mandrou Robert, De la culturepopulaire aux XVIIe et XVIIIe siècles : La Bibliothèque Bleue de Troyes, Paris, Stock, 1964.

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    librerías dentro de algunos barrios ya que en las grandes ciudades, y sobre todo en Santiago, la

    segregación social es muy marcada31. Así, son las comunas más ricas de Santiago (Providencia,

    Las Condes, Nuñoa y La Reina) las que tienen la mejor cobertura en librerías.

    Para paliar estos problemas de distribución, Quimantú va a poner en marcha nuevos canales de

    distribución, a veces específicos de une colección. A la cadena de librerías, juzgada insuficiente ypoco receptiva a las publicaciones de Quimantú, se va a agregar la innovación mayor que consiste

    en la utilización de los kioscos de diarios. Al efecto, este canal es infinitamente más vasto que el de

    las librerías y más diseminado sobre el territorio. Por ejemplo, hoy día, cuando existen alrededor de

    160 librerías en Chile, existe alrededor de 14.000 kioscos. El hecho de que el kiosco esté en

    contacto directo con el público lector potencial de las colecciones Quimantú, así como su presencia

    masiva, hicieron que algunas colecciones fueran casi exclusivamente vendidas en los kioscos

    (‘Nosotros los chilenos’ por ejemplo). El kiosco presenta además el interés de estar ya en contacto

    con todas las capas de la población a través de los diarios y revistas. Esta iniciativa de usar los

    kioscos se aproxima a la de Louis Hachette en Francia quien puso en marcha a partir del 21 demarzo de 1853 librerías de estación en las cuales podían ser compradas series de libros baratos y

    que llegaban a gran clientela32. La puesta en marcha de relaciones comerciales con todos los

    kioscos del país no fue realmente un problema pues los gerentes comerciales encargados de la

    distribución de los libros y revistas sacaron provecho de los antiguos contactos que la casa editorial

    Zig Zag había desarrollados para sus propias revistas. Los dueños de los diferentes kioscos,

    independientes unos de otros puesto que los kioscos no estaban organizados en cadena, tenían

    derecho a un descuento de 40% respecto al precio de venta de los libros. En caso de entregas

    lejanas, para los kioscos así como para las librerías, Quimantú beneficia de la ayuda del Ejercito

    del Aire quien tomaba a su cargo la entrega. Fue particularmente los casos de la Isla de Pascua y

    de Punta Arenas al extremo sur donde se llegaba en avión pasando por Argentina. Esta ayuda

    podía ser considerada como competencia desleal puesto que las otras editoriales presentes en el

    mercado no disponían de ella, pero es una de las pocas ventajas que tenia Quimantú como

    empresa del Área de Propiedad Social.

    Por otra parte, fueron desarrolladas relaciones con el mundo obrero a través de acuerdos con los

    sindicatos y oficinas de Bienestar Social, gracias a los cuales fueron vendidos libros de la colección

    ‘Cuadernos de Educación Popular’ especialmente destinados a la educación política de los

    obreros. Estos dos medios de distribución gozan de un descuento de 30% sobre el precio de ventade los libros. Esto era ventajoso para Quimantú que aumentaba su margen de beneficio respecto a

    los canales más tradicionales, y ventajoso para los sindicatos que recolectaban también beneficios

    sobre la venta de los libros en sus librerías. No existen documentos haciendo el censo de los

    31 Sobre la historia de la ciudad de Santiago, ver de Ramón Armando,Historia de Santiago, Santiago, Ed. Sudamericana,2000.32 de Sairigné Guillemette, L’aventure du Livre de Poche, Paris, Hachette, 1983.

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    sindicatos que suscribieron un acuerdo con Quimantú pero parece que un cierto número

    pertenecía al Área de Propiedad Social. Sin embargo, las diversas entrevistas realizadas con

    antiguos ejecutivos, entre otros Sergio Maurin, Pablo Dittborn y Ramón Aleuy, permiten dar

    algunos ejemplos de empresas: se puede citar, entre muchas otras, las dos principales minas de

    cobre de Chile, El Teniente y Chuquicamata, que empleaban cada una 12.638 y 10.029 empleados

    en marzo de 1973, y las dos principales empresas textiles del país, Sumar y Yarur que empleaban

    cada una 4.818 y 2.518 personas a la misma fecha33. Solo con estas cuatros empresas, Quimantú

    podía llegar a un público potencial de 30.003 personas. Sin embargo, las empresas del Área de

    Propiedad Social no eran las únicas que participaban de la red de distribución de Quimantú,

    aunque, en la ausencia de documentos fidedignos, parece difícil establecer ejemplos. Sin embargo,

    se encontró un ejemplo en el número 60 de la revista Mayoría34. En efecto, un corto articulo esta

    consagrado a la apertura de relaciones comerciales entre Quimantú y los sindicatos de la empresa

    IANSA en Llanquihue. Según este acuerdo, los dos sindicatos de IANSA se comprometen a

    comprar libros de Quimantú para crear una librería pero también a crear bibliotecas dentro de losdiferentes centros de la empresa. En cuanto a los estudiantes, la casa editora desarrolló vínculos

    con la Federación de Estudiantes de Chile que era el conglomerado que apuntaba a los

    estudiantes de la Universidad de Chile. Quimantú suscribió por otra parte acuerdos con algunas

    instituciones, especialmente Juntas (Junta Nacional de los Jardines Infantiles o centros de madres

    en cuales fueron distribuidos los libros de la colección para niños ‘Cuncuna’ por ejemplo). La

    apertura de estos nuevos vínculos con el mundo obrero fue, según Sergio Maurin, tomada

    directamente a cargo por los propios obreros de Quimantú quienes efectuaban este trabajo en

    forma voluntaria.

    La inventiva puso en marcha otros medios de distribución. En un articulo de enero de 1972

    dedicado al “boom” de la lectura en Chile35, se hace referencia a algunos proyectos de los equipos

    de Quimantú en cuanto al desarrollo de la red de distribución con el fin de llegar al lector. Así, se

    examina un sistema de bibliobús porque “permite llegar a lugares insospechables y es una especie

    de biblioteca rodante”. Sin embargo, la idea de estos bibliobuses no nace de la imaginación de los

    equipos de Quimantú pues fue desarrollada durante la presidencia de Eduardo Freí (1964-1970).

    Un servicio de bibliobús, compuesto de cuatro buses, fue en efecto puesto en marcha en 1967.

    Con un fondo de préstamos de 2.500 libros, alcanzó a llegar a un público de 35.000 personas en

    196836. El servicio de bibliobús de Quimantú fue puesto en marcha en una fecha desconocida pero

    parece que funcionaba sobre todo en las playas, durante las vacaciones de verano, y fue tomado a

    cargo por empleados de Quimantú a modo de vacaciones37. Las estaciones balnearias reunían en

    efecto la doble ventaja de la presencia masiva de un público potencial y la posibilidad para este

    33 Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Instituto laboral y de desarrollo social.34 “Quimantú en Llanquihue”, Mayoría n.60, 6 de diciembre de 1972, p.2.35 “Explosión editorial: lectura para todos”, Mayoría n.14, 19 de enero de 1972, p.22-23.36 Eduardo Frei, 4e mensaje presidencial ante el Congreso Pleno, Santiago, 1968, p.262.37 Entrevista con Sergio Maurin, gerente de Quimantú, 29 de enero de 2004.

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    público de consagrar tiempo a la lectura. Pero otros proyectos fueron aplicados para paliar el

    aislamiento de los campos todo el año. Así, por ejemplo, sobre una idea de Joaquín Gutiérrez,

    nuevos agentes fueron empleados para asegurar la venta de libros de Quimantú en los pueblos:

     jefes de estación de tren, empleados de correo y tenderos, entusiastas, fueron contratados por los

    voluntarios de los Talleres de Quimantú. Pero en este caso como en el otro, la falta de

    documentación no permite precisar en que condiciones estos distribuidores aseguraban su tarea: ¿

    tenían un descuento respecto al precio de venta de los libros que les permitía tener otra fuente de

    entrada o hacían este trabajo de manera desinteresada ? ¿Tenían que pedir los libros o alguien

    venia a traerlos ? ¿Cuál fue el éxito real de estos nuevos distribuidores?. De la misma manera, no

    tenemos ninguna información sobre la influencia de estas iniciativas sobre las ventas de libros, aun

    menos sobre un posible cambio de las costumbres de lectura de los chilenos.

    4. COLECCIONES DE QUIMANTÚ

    Como editorial, Quimantú realizó un trabajo de masificación de los libros impresionante. Así,

    durante los 32 meses de su vida, editó más de 12 millones de libros, es decir más que toda la

    industria editorial chilena en 200238, de cual vendió alrededor de 10 millones. Es decir también que

    editó más de 1,3 libros por habitante de Chile, puesto que la población chilena en 1970 era de 8,8

    millones de habitantes. Estos libros eran divididos en nueve colecciones tratando de temas

    distintos. Sin embargo, cada una de las colecciones estaba destinada a uno de los tres usos

    siguientes, incluso a una posible combinación entre los tres: un descubrimiento de la literatura

    chilena y universal por una mayor parte de la población (‘Quimantú para todos’, ‘Minilibros’,

    ‘Cordillera’ y la colección infantil ‘Cuncuna’); un aprendizaje y una asimilación de los conceptos

    vinculados con el marxismo, comunismo y socialismo (‘Camino Abierto’, ‘Cuadernos de Educación

    Popular’, ‘Clásicos del Pensamiento Social’, ‘Figuras de América’); una preocupación por los temas

    de actualidad política y cuotidianos (‘Nosotros los chilenos’). En todos los casos, los aspectos

    didácticos y pedagógicos tienen claramente la prioridad, como se puede ver especialmente con los

    libros de la colección ‘Cuadernos de Educación Popular’ que se presentan como cursillos

    incluyendo bibliografía, resumen, esquemas y preguntas finales para ver lo que se entendió.

    Además, todas estas colecciones tienen un claro compromiso político y secular: compromiso

    político porque demuestran la voluntad de Quimantú de participar en el proyecto global de

    democratización de la sociedad en el área de los libros y de transmitir un cierto número de valores

    asociados a un ideal de sociedad propuesto por la Unidad Popular, y compromiso “secular” porque,

    al igual que el clero secular, están comprometidas con su siglo y con la vida cotidiana de sus

    contemporáneos. Una excelente síntesis de estos valores puede ser obtenida a partir del análisis

    38 10,7 millones de libros fueron editados durante el año 2002 según la Cámara Chilena del Libro.

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    de los libros de la colección infantil ‘Cuncuna’. El cuento de la chilena Marta Brunet, La flor del

    cobre, que es una oda al trabajo, constituye un ejemplo significativo. La historia habla de una vieja

    pareja en cual el marido es un flojo inveterado y en cual la esposa tiene que hacerlo todo. Un día

    que el hombre viejo se va al pueblo para buscar un remedio a su dolor de muelas, se encuentra

    con una misteriosa mujer vieja quien le ofrece semillas de una planta milagrosa (la flor del cobre).

    Pero la flor no puede ser milagrosa sino a la condición de que el hombre plante todas las semillas.

    Entonces, empieza a cumplir las condiciones pero el saco no se vacía nunca, obligándolo a

    trabajar. Pero lo más curioso no es el saco inagotable, sino la desaparición de los dolores a las

    espaldas y a los dientes. En este cuento, el mensaje esta límpido: el trabajo actúa como un

    remedio milagroso que puede curar todo y sin él, el hombre no vale nada. Gracias a esta colección,

    que puede ser considerada como un espejo de aumento de los valores de la nueva sociedad

    deseada por la Unidad Popular, una ventana se abre sobre la concepción de los hombres políticos

    y de los hombres cultos de la época, así como sobre los valores que preconizan: amistad,

    solidaridad, valorización del trabajo, respeto del otro, … Valores que tienen que ser los del« hombre nuevo ». En cuanto al compromiso secular, esta representado por la colección ‘Nosotros

    los chilenos’ cuyo objetivo principal era presentar el pueblo chileno a si mismo a través de textos

    entre literatura y reportaje dirigidos a la vida cuotidiana y la realidad chilena (geografía, oficios,

    aspectos históricos, sociedad, deporte, flora, literatura). Trata todos los aspectos de la vida del

    país: los oficios a través de la serie ‘Así trabajo yo’ y sus seis volúmenes poniendo especial énfasis

    en los oficios obreros y los típicamente chilenos (conductores de funiculares en Valparaíso por

    ejemplo); la vida de las clases más desfavorecidas y sus luchas, dos temas que habían sido poco

    estudiados, están también tratados en Historia de las poblaciones callampas de Cecilia Urrutia, en

    La lucha por la tierra de E. Reiman et F. Rivas que describe la lucha de los obreros agrícolas y delos pequeños agricultores por la posesión de una tierra monopolizada por los grandes propietarios

    herederos de los latifundios, sino también en Yo vi nacer y morir los pueblos salitreros de Julian

    Cobo, Las grandes masacres de Patricio Manns, Breve síntesis del movimiento obrero del mismo

    autor . Se habla también de otras categorías de la población: los niños (Niños de Chile, de Cecilia

    Urrutia),  la juventud (Viaje por la juventud, de Lucho Abarca y Juan E. Forch), las mujeres (La

    mujer chilena de Amanda Puz y La emancipación de la mujer de Virginia Vidal) y los Indios (Los

     Araucanos de Hernán San Martin). El medio natural de Chile y sus recursos son también objeto de

    volúmenes porque la Unidad Popular trata, durante su gobierno, de nacionalizar las materias

    primas y las industrias de base del país y Quimantú procura, a través de sus libros, justificar estaacción, dando a conocer la riqueza del medio natural chileno (Minerales chilenos de Cecilia Urrutia,

    Plantas de Chile de Augusto Ducoing, La Antártida chilena de Cecilia Urrutia, Islas de Chile de

    Hernán San Martin). Sin embargo, es notable la ausencia de un libro sobre la materia prima que

    está en el núcleo de los conflictos entre 1970 et 1973: el cobre. En cambio, los deportes, los

    entretenimientos y la cultura no son dejados de lado, siempre en esta óptica de apertura de nuevos

    horizontes a los chilenos para transformarlos en « hombres nuevos », pero también en la óptica de

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    tratar de temas “vendedores” (Historia del cine chileno de Carlos Ossa, La nueva canción chilena

    de Fernando Barraza, Poesía chilena de Jaime Concha, Grandes deportistas de Patricio Manns,

    Teatro chileno de Orlando Rodríguez, El fútbol en Chile de Antonio Vera, ...). El folklore chileno,

    vinculado a las clases llamadas “populares” y al reconocimiento de una identidad chilena fuerte, se

    transforma también en un tema de libros, con Leyendas chilenas de Jaime Quezada y sobre todo 

    Chiloé, archipiélago mágico de Nicasio Tangol. La colección se preocupa por último de dos

    problemas que crean problemas en el seno de la sociedad chilena: el divorcio con un título en abril

    de 1973 y el ejército con un título sobre su historia en mayo de 1973. En cuanto al ejército, su

    división entre partidarios de la legalidad y de la constitucionalidad y partidarios de un golpe era

    conocida y se manifiesta desde el 29 de junio de 1973 con la tentativa de golpe de Estado. Este

    libro puede aparecer como un intento, aún irrisorio, de arreglar este conflicto. La colección en su

    conjunto obtuvo una buena acogida de parte de la prensa pero también algunas criticas, entre

    otras cosas porque el tratamiento de los diferentes temas no tuvo la misma calidad. Por ejemplo,

    se criticó la falta de planificación global que perjudicaba la comprensión de la línea directriz de lacolección39. Igualmente, la serie que trataba los oficios chilenos (‘Así trabajo yo’), aun cuando no

    fue criticada en su propósito, fue acusada de caer a veces en lo pintoresco y los prejuicios. Sin

    embargo, más allá de estas imperfecciones que perjudicaban la calidad de algunos volúmenes, la

    colección esta considerada como “quizás, la de mayor importancia dentro de la línea editorial”40.

    Sin embargo, la mayoridad de estos elogios y criticas provienen de artículos parecidos en revistas

    de la propia Quimantú o en diarios favorables a la Unidad Popular. En consecuencia, se puede

    preguntar en cual medida estos artículos son realmente objetivos y si no buscan simplemente

    atraer más lectores a través de este tipo de publicidad.

    Otro punto interesante de la política editorial de Quimantú puede ser observado a través del

    estudio de los autores publicados dentro de las tres colecciones de literatura, ‘Quimantú para

    todos’, ‘Minilibros’ y ‘Cordillera’. Primero, los autores que no son chilenos están generalmente

    elegidos de manera que no haya derechos de autores que pagar, es decir que estén muertos

    desde más de treinta años o sin herederos41. Así, sobre los 79 autores extranjeros publicados por

    Quimantú dentro de sus colecciones, 55 están muertos desde más de treinta años (o sea 69,62%).

    En cuanto a los 24 que quedan, pueden ser divididos entre tres categorías: los que están muertos

    desde menos de treinta años y a los cuales no hay que pagar derechos de autores si no tienen

    herederos (14 autores), los que están vivos al momento de la publicación de uno de sus libros con

    Quimantú (el argentino Julio Cortázar y el cubano Nicolás Guillen), aquellos cuyas fechas de

    nacimiento y muerte no son conocidas (Iván Lavretsky, A.Lukin et L.O’Flaherty). En lo que respecta

    a los dos autores vivos al momento de la publicación de sus obras, es importante anotar que se

    trata, en el caso de Julio Cortázar, de un simpatizante socialista quien regaló sus derechos de

    39 Luis Iñigo Madrigal, “Letra sobre letras”, La Nación, 11 de junio de 1972, p.340 Ibid. 41 Ley 17.336 sobre Propiedad Intelectual de octubre de 1970, artículo 10.

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    autor sobre su libro, y en el caso de Nicolás Guillen, de un poeta cubano quien no era opositor al

    régimen castrista y cuya obra supo hacer el sincretismo entre las culturas cubana y española. Sin

    embargo, la elección de los autores extranjeros no respondía solamente a un criterio de presencia

    o ausencia de derechos de autor y parece ser que había a veces una elección política. Así, sobre

    los títulos y autores publicados, un cierto número fue elegido, sin duda alguna en función de la

    calidad literaria del texto, pero también por su tema o las simpatías políticas del autor. Es el caso

    de Los diez días que estremecieron al mundo, del periodístico norte-americano John Reed,

    fundador del partido comunista de su país, quien, en este libro, describe los principios de la

    revolución rusa de 1917 que él vivió personalmente. La segunda observación se refiere a los

    autores chilenos publicados: ellos están generalmente vivos al momento de la publicación de sus

    obras por Quimantú. Así, sobre los 39 autores chilenos editados, 26 estaban todavía vivos durante

    la Unidad Popular. En cuanto a los muertos, en la mayoría de los casos, son autores que se

    interesaron por el mundo obrero y en cuanto a los vivos, fueron comprometidos en la lucha en

    favor de la Unidad Popular. Sin embargo, no se puede hablar de una bipolarización del campointelectual entre defensores y detractores de la Unidad Popular porque la mayoría de los

    intelectuales de la época estaban predispuestos hacia el gobierno de Salvador Allende,

    empezando por la figura dominante del Chile de la época, Pablo Neruda, cuyo prestigio fue aun

    reforzado por la obtención del Premio Nóbel de Literatura en 1971. Pero se puede hablar de

    “intelectuales” chilenos en el mismo sentido de que se habló de “intelectuales” durante el caso

    Dreyfus en Francia, pues se trata de escritores que se comprometieron en la esfera publica para

    defender ideas políticas y un ideal de sociedad42. Se puede citar, entre otros, a Gonzalo Drago

    (Mister Jara), Alfonso Alcade (Las aventuras de el Salustio y el Trubico), Volodia Teitelboim

    (Pisagua), Pablo Neruda, Walter Garib (Festín para inválidos), Braulio Arenas (La promesa enblanco) y German Marin (Fuegos artificiales). Se puede decir entonces que la visión de la literatura

    propuesta por Quimantú se coloca como una bisagra entre dos compromisos. Así, una parte esta

    comprometida con la vida cotidiana chilena y otra parte esta firmada por autores que tienen

    compromisos políticos socialistas o comunistas. Un ejemplo de sincretismo entre estos dos

    aspectos es la novela ...Y corría el billete  de Guillermo Atias publicada en abril de 1972 en la

    colección ‘Minilibros’ y que trata de la vida de una empresa textil y su experiencia de gestión

    concertada con los obreros.

    Quimantú, si se destacó por los temas tratados por sus libros, lo hizo también por la cantidad de

    libros que puso en circulación. Pero el trabajo que realizó a nivel de la masificación de la edición de

    libros en Chile no puede ser percibido sino analizando la producción global entre septiembre de

    1971 y septiembre de 1973 y comparándola con la de las otras editoriales importantes de la época

    pero sin relación con el mundo universitario (Zig Zag, Del Pacifico, Nascimento). Las editoriales

    42  Sobre los intelectuales en Francia, ver el libro de Goetschel Pascale y Loyer Emmanuelle, Histoire culturelle etintellectuelle de la France au XXe siècle, Paris, Colin Cursus, 1995.

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    universitarias (Editorial Universitaria, Editorial ‘Universidad Católica’, Editorial ‘Andrés Bello’ y

    Editorial ‘Jurídica de Chile’) fueron descartadas porque disponen de recursos financieros y

    objetivos diferentes de los de las editoriales privadas. De este modo, podrán ser sacadas nuevas

    tendencias y evaluado el peso de Quimantú dentro del mercado editorial.

    CUADRO I: COLECCIONES DE LIBROS EDITADAS POR QUIMANTÚ ENTRE EL 4 DE NOVIEMBRE DE1971 Y EL 11 DE SPETIEMBRE DE 1973, CON NÚMERO DE TITULOS Y TIRAJES43 

    Nombre de la

    colección

    Fechas de publicación Numero de

    títulos

    Tiraje global Promedio de

    ejemplares por

    titulo

    Cordillera Mayo de 1971 –

    Septiembre de 1973

    18 203.000 11.277,7

    Quimantú para todos Agosto de 1971 –

    septiembre de 1973

    48 2.252.000 46.916,6

    Camino Abierto Septiembre de 1971 –

    Mayo de 1973

    44 395.000 8.977

    Cuadernos de

    Educación Popular

    Octubre de 1971 – Julio

    de 1973

    13 1.210.000 93.077

    Nosotros los chilenos Octubre de 1971 –

    Septiembre de 1973

    49 2.420.000 49.388

    Clásicos del

    Pensamiento Social

    Diciembre de 1971 –

    Julio de 1973

    23 351.000 15.261

    Cuncuna Abril de 1972 – Junio de

    1973

    20 430.000 21.500

    Minilibros Agosto de 1972 –

    septiembre de 1973

    55 3.780.000 68.727

    Figuras de América Marzo de 1973 – Agosto

    de 1973

    7 52.000 7.428,5

    Total 277 11.093.000 40.046,9

    Como se puede ver en el cuadro I, Quimantú tiene un gran peso a nivel de la cifra de títulos

    publicados por año. Tomando en cuenta solamente los libros de las nueve colecciones, la editora

    publicó 24 títulos durante cinco meses de 1971 (de agosto a diciembre), 155 en 1972 y 122

    durante ocho meses de 1973 (de enero a fin de agosto). Si comparamos estas cifras con el número

    total de títulos publicados durante un año en Chile, la gravitación de Quimantú se vuelve más

    visible. Sin embargo, la evaluación del número total de libros editados en Chile por año presenta un

    problema porque las fuentes divergen y no existía todavía en Chile una agencia del ISBN

    (International System Book Number) cuyos datos son muy fiables pues registra todos los nuevos

    títulos y reediciones parecidos dentro del país. El cuadro II junta las cifras obtenidas a partir de tres

    fuentes diferentes: la UNESCO, el Anuario de la Prensa Chilena y el libro consagrado a la cultura y

    43 Elaboración propia.

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    la educación editado por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas). Las tres fuentes toman

    solamente en cuenta las primeras ediciones.

    CUADRO IILIBROS EDITADOS EN CHILE ENTRE 1970 Y 1973 SEGÚN TRES FUENTES44 

    UNESCO Anuario de la Prensa

    Chilena

    Cultura y Educación INE

    1970 1.366 693

    1971 1.090 601 634

    1972 997 719 719

    1973 652 598 483

    1974 796 641 592

    Para efectuar una evaluación del peso de Quimantú dentro del mercado editorial chileno, se

    retuvieron las cifras de la UNESCO porque parecieron más confiables. Sin embargo, la gran

    diferencia entre las tres fuentes para los años 1970 y 1971 lleva a preguntarse si los datos de la

    UNESCO no podrían ser revisados. Pero tal vez se deba a una divergencia de las definiciones

    empleadas para la categoría “libro” y al hecho de que la UNESCO integra quizás más tipos de

    impresos dentro de la denominación “libro”. Sobre las 1.090 primeras ediciones editadas en Chile

    en 1971, la producción de Quimantú representa 1,83% del total con 20 primeras ediciones (Zig Zag

    representa 0,18% del total, Nascimento 2,75% y Del Pacifico 0,37%). En 1972, sobre las 997

    ediciones princeps publicadas, la producción de Quimantú representa 12,64% del total con 125

    títulos (Zig Zag representa 0,3% del total, Nascimento 1,3% y Del Pacifico 2,41%). Finalmente, en

    1973, sobre las 652 ediciones princeps editadas, la producción de Quimantú representa 15,34%

    del total con 100 títulos (Zig Zag representa 0,61% del total, Nascimento 2,61% y Del Pacifico

    3,99%). Así, Quimantú logra imponerse desde el principio como un actor de importancia en el

    mercado editorial y a tomar el primer lugar a nivel de producción de nuevos títulos de las casas

    editoras privadas durante la Unidad Popular. Sin embargo, hay que precisar que Zig Zag, la ex más

    importante editorial de Chile, estaba en un período de reconstrucción luego de su salvamento por

    el Estado. No era entonces un competidor serio para Quimantú puesto que concentraba sus

    mayores esfuerzos en sus revistas y textos escolares y que su catalogo se había reducido muchodebido a su casi quiebra.

    Pero es sobre todo en el nivel del aumento de los tirajes que Quimantú abre un ancho foso.

    Cuando la mayor parte de las editoriales tienen tirajes entre 1.500 y 2.500 ejemplares, Quimantú

    nunca baja sus tirajes princeps bajo los 5.000 ejemplares. Si se supone que las editoriales privadas

    44 Fuente : Maria Isabel Castro, La situación del libro en Chile, Santiago, Ediciones de la Pontificia Universidad Católica,1980.

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    tienen tirajes medios de 1.500 ejemplares, cifra generalmente admitida, se puede evaluar la

    producción anual de libros de las tres principales editoriales competidoras de Quimantú en 1971 a:

    alrededor de 15.000 ejemplares para Zig Zag, alrededor de 12.000 ejemplares para Nascimento y

    alrededor de 9.000 ejemplares para Del Pacifico. Se trata obviamente de una evaluación que no

    toma en cuenta la excepcional venta de best-sellers. La comparación con la producción de

    Quimantú es ahora luminosa: de hecho, esta producción está comprendida entre 5.000 y 845.000

    ejemplares mensuales entre mayo de 1971 y septiembre de 1973, con un promedio de 382.000

    ejemplares publicados por mes. Así, pues la producción mensual media de Quimantú es ya

    claramente superior a la producción anual de las otras casas editoras privadas del mercado. La

    producción total de las colecciones de Quimantú entre septiembre de 1971 y septiembre de 1973

    puede ser evaluada, en casi doce millones de ejemplares, es decir tanto como la producción anual

    de todas las editoriales chilenas en 200345. La producción mensual masiva empieza realmente en

    octubre de 1971 con la puesta en venta de tres colecciones mayores en término de tirajes pues

    estaban destinadas al vasto público “popular”: ‘Quimantú para todos’ con un t iraje global de más detres millones de ejemplares, ‘Cuadernos de Educación Popular’ con un tiraje global de 1,2 millones

    de ejemplares y ‘Nosotros los chilenos’ con un tiraje global de 2,4 millones de ejemplares.

    Entonces, parece razonable emitir la hipótesis de que el tercero turno de trabajo, dicho « turno de

    enlace », fue puesto en marcha a partir del mes de octubre de 1971 con el fin de responder a las

    nuevas exigencias de producción de estas tres colecciones, a las cuales había que agregar las

    exigencias de la producción de revistas y las de las colecciones por aparecer 46. Así, la producción

    dará un impulso notable a partir de agosto de 1972 con la puesta en venta semanal de los

    ‘Minilibros’ cuyo tiraje global fue de 3,78 millones de ejemplares en un solo año de existencia. Esta

    colección permite en hecho a Quimantú sobrepasar los 600.000 ejemplares mensuales e inicia elperíodo de pleno régimen de producción de la editorial del Estado que alcanzará su cumbre en

    diciembre de 1972 con 845.000 ejemplares editados. Por otro lado, el mes de enero de 1973

    marca el principio de una cierta decadencia, suponiendo que se pueda hablar de decadencia sobre

    un periodo de estudio tan corto, pues los ritmos de producción van a bajar entre 450.000 a 500.000

    ejemplares editados por mes. Esta baja es debida a la suspensión de la edición continua de

    algunas colecciones cuyos títulos saldrán a la venta de manera más episódica (‘Cuncuna’,

    ‘Clásicos del Pensamiento social’, ‘Camino Abierto’, ‘Cuadernos de Educación Popular’) así como a

    la baja sensible de los tirajes de la colección ‘Minilibros’ (80.000 a 60.000 ejemplares por título en

    febrero de 1973 luego 50.000 ejemplares en mayo).

    El ultimo aspecto interesante del estudio cuantitativo de las colecciones Quimantú es lo que se

    relaciona con la proporción entre edición princeps y reedición. En efecto, las editoriales chilenas

    45 Ver el Cuadro con los tirajes de las colecciones de Quimantú por mes al final del artículo.46 Este tercero turno venia completar los otros turnos de día y de noche. Tenia horarios de las 5 de la tarde a las 12 de lanoche. Se habla de su puesta en marcha en Quimantú, Acta de Avenimiento 1972 – 1973, articulo 37, Quimantú, Santiago,1972.

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    tenían frecuentemente una fuerte tasa de reediciones debido a su falta de capital para invertir en el

    pago de derechos de autor. Así, si se hace un promedio de las diferentes ediciones y reediciones

    de los tres principales competidores chilenos de Quimantú para el año 1970 (Zig Zag, Del Pacifico

    et Nascimento), se pueden obtener los siguientes resultados: sobre los 79 títulos editados por las

    tres casas editoras, 46 son primeras ediciones (58,42%), 4 son segundas ediciones (5,08%) y 29

    son terceras a decimocuartas ediciones (36,5%). Quimantú va sensiblemente a cambiar esta

    tendencia a la reedición: sobre los 343 títulos publicados dentro y fuera de colección, 267 son

    primeras ediciones (77,91%), 58 son segundas ediciones (16,86%) y 18 son de terceras a sextas

    ediciones (5,23%). A través de una política tratando de editar textos sin derechos de autor, es decir

    de autores muertos desde más de treinta años según la ley 17.336 sobre la Propiedad Intelectual,

    o de autores a los cuales hay que dar el 10% del precio de venta pero sin pago anticipado porque

    no es una práctica común dentro del mercado editorial chileno, la editorial del Estado logra publicar

    textos clásicos e inéditos de literatura así como ensayos políticos sin encerrarse en una lógica de

    reediciones que impide la reposición de los catálogos de las otras editoriales. Por otro lado,Quimantú aprovecha un a priori positivo por hecho de ser la editorial de la Unidad Popular: un

    cierto número de autores políticamente favorables al gobierno de Salvador Allende aceptan

    publicar textos con Quimantú. Por ejemplo, es el caso de Pablo Neruda que edita dos veces libros

    de poesías bajo el sello Quimantú cuando tenia todavía un contrato con la editorial Nascimento en

    Chile y Losada en Argentina: Poemas inmortales  en la colección ‘Quimantú para todos’ en

    diciembre de 1971 con ocasión de su Premio Nóbel de Literatura y Incitación al Nixonicidio  en

    febrero de 1973. En el momento del golpe de Estado, había ya otro libro listo para salir a la venta

    en Quimantú, pero fue destruido, la reedición de Canción de gesta publicado por primera vez en

    1960. Otro gran escritor sudamericano, Julio Cortázar, regaló su derecho de autor sobre una desus novelas cortas, lo que permitió a Quimantú publicar Reunión dentro de la colección ‘Minilibros’

    en julio de 1973. Este gesto puede ser considerado político ya que Julio Cortazar adhirió al

    régimen castrista así como a la revolución sandinista en Nicaragua, y a través de este regalo a

    Quimantú, el escritor argentino saluda al régimen socialista de Salvador Allende.

    5. CONCLUSIÓN

    El 11 de septiembre de 1973, la experiencia llevada por la Unidad Popular se acabó brutalmente

    con el Golpe de Estado orquestado por el general Augusto Pinochet. Un periodo sombrío se abría

    para Chile con el suicidio de salvador Allende seguido por la persecución y el exilio de miles de

    partidarios de la Unidad Popular, el miedo de toda una población y una vida cultural puesta bajo

    tutela. Quimantú entra también en la sombra el 11 de septiembre de 1973: puesta bajo control del

    general de aviación Diego Barros Ortiz, cambia de nombre y pasa a llamarse en adelante

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    “Empresa Editorial Nacional Gabriela Mistral” y esta forzada a reorientar su política editorial cuando

    sus dirigentes están forzados a dejar la empresa, hasta a exiliarse en el extranjero. Algunos libros

    que se encontraban en la bodega de Quimantú están quemados durante un auto de fe publico el

    12 de septiembre y algunos miembros del personal se encuentran hoy día “desaparecidos” : entre

    otros, Guillermo Gálvez, director de la revista “Hechos Mondiales” quien fue arrestado el 28 de julio

    de 1979, Diana Aron, periodista de la revista “Onda” y arrestada el 18 de noviembre de 1974,

    Eduardo Mujica Maturana, corector de pruebas y desaparecido desde el 29 de abril de 1976. Hasta

    algunos pagaron con su vida su pertenencia a Quimantú, como testimonia el asesinato de Arturo

    San Martín, leader sindical, el 12 de septiembre de 1973. El libro se vuelve también un objeto

    peligroso cuya posesión puede ser une fuente de problemas serios, especialmente los editados por

    Quimantú que fueron prohibidos.

    Pero Quimantú fue sobre todo un proyecto cultural que beneficio de un relativo consenso dentro de

    las realizaciones de la Unidad Popular y que no provocó polémicas tan apasionadas como la

    puesta en sitio de algunos otros, por ejemplo el proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU)que levantó la oposición radical de la Iglesia Católica a causa de su carácter anti-clerical muy

    marcado. Del 12 de febrero de 1971, fecha de compra de Zig Zag por la CORFO, hasta el 1 de

    septiembre de 1973, la editorial del Estado, cuya creación contestaba a un antiguo proyecto de

    Salvador Allende y a las esperanzas del medio editorial, llevó una experiencia de masificación del

    libro y de democratización de su acceso cuyo impacto real es muy difícil de evaluar porque duró

    unos solos 32 meses y las fuentes que le correspondían sufrieron una destrucción por parte de los

    militares llegados al poder. Pero si fue demasiado corta para aportar cambios profundos al medio

    editorial chileno y sus costumbres, queda sin embargo una referencia por los profesionales de este

    mundo y un modelo cual aplicación verían con interés. Alrededor de doce millones de libros

    publicados en el transcurso de su existencia de manera a bajar el precio de venta y de los cuales

    un 70% fue vendido, una diversificación de los canales de distribución contestando a una voluntad

    de llegar al lector, un interés por un lectorado rural y obrero frecuentemente olvidado, actividades

    de promoción del libro y otras organizadas de manera a abrir las perspectivas culturales de un

    pueblo entero : aquí están algunas ideas claves de la política editorial de Quimantú. Sin embargo,

    el tipo de cultura propuesta por la editorial del Estado trae algunos problemas vinculados a la

    concepción instrumentalizada y marxista que los hombres políticos de la época tenían de la

    cultura : a la bisagra entre cultura sabia y cultura popular a las toma aspectos específicos, esta

    percibida como un instrumento político cuya tarea es de subir el nivel de educación y de conciencia

    política de las clases obreras y campesinas que constituyen el electorado de base de los partidos

    de la Unidad Popular con el objetivo de oponerse a une posible vuelta al antiguo estado de la

    sociedad chilena y asi impedir el fracaso de la revolución socialista. Esa instrumentalización de la

    cultura se vuelve muy visible a través de las tres colecciones consagradas a los problemas

    políticos (‘Cuadernos de Educación Popular’, ‘Clasicos del Pensamiento Social’, ‘Camino Abierto’),

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    cuando las otras colecciones estaban destinadas sobre todo al descubrimiento de la literatura,

    aunque algunas elecciones de autor hayan contestado a criterios políticos y entre otras cosas a

    simpatía socialista o comunista. Esos dos aspectos hacían de Quimantú una editorial

    comprometida a la vez políticamente y secularmente puesto que reunía textos presentando la

    realidad política y social del Chile de la Unidad Popular y textos sobre la vida cotidiana de los

    chilenos y su elevación cultural.

    Pero si las elecciones editoriales de Quimantú hacían de ella una editorial de un tipo nuevo por su

    preocupación de hacer descubrir a la vez la gran literatura y las teorías socialistas y marxistas a

    toda la población y incluyendo por primera vez a su lectorado potencial las capas más

    desfavorecidas gracias a un disminución de los precios de venta y una diversificación de las

    maneras de llegar al lector, la editorial como empresa del Área de Propiedad Social debía

    contestar a algunas normas de organización. Es así que fue una de las empresas pioneras en

    cuanto a la participación de los empleados a la gestión concertada gracias a la puesta en sitio de

    comités de producción y a la integración de representantes del mundo obrero al Consejo deAdministración, lo que permitió una mayor posibilidad de expresión de los talentos e ideas

    personales sin perjudicar la calidad de la gestión financiera de la empresa. Por otra parte,

    Quimantú buscó desarrollar la protección social de sus empleados, apoyada en esto por un

    sindicato único y poderoso representando más de 90% de los asalariados, así como mejorar su

    acceso a la educación y a todas las actividades culturales y deportistas, entre otras cosas

    poniendo en sitio una colaboración con teatros, cines y organismos de formación. En hecho, la

    elevación de su nivel de educación así como la satisfacción de su necesidades culturales debían

    permitir la elevación de su conciencia política y permitirlos volverse “hombres nuevos”, es decir,

    dentro del pensamiento marxista, hombres liberados del peso del imperialismo cultural extranjero.