por que lo permite dios - martyn lloyd jones

Upload: libroscristianos

Post on 06-Apr-2018

235 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    1/49

    ataques terroristasecuestrosguerras

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    2/49

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    3/49

    ,Por ulo permite OSiI

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    4/49

    ,Porlo permite,

    ueioslD. Marlvn llovd-Jones

    EDITORIAL PORTAVOZ

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    5/49

    La misin de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad-con integridad y excelencia-, desde una perspectiva bblica y confiable, queanimen a las personas en su vida espiritual y servicio cristiano.

    Ttulo del original: Why Does Cad Allow War? por D. MartynLloyd-Jones.Edicin en castellano: Por qu lo permiteDios?, 1985porEdiciones Hebrn, Posadas (mnes.),Argentina y publicado conpermiso por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications,Grand Rapids, Michigan. Reservados todos los derechos.Lascitas bblicas corresponden a la versin Reina-Valera 1960, 1960 por las Sociedades Biblicas en Amrica Latina.Ninguna parte de esta publicacin podr reproducirse de cualquier forma sin permiso escrito previo de los editores, con laexcepcin de citas breves en revistas o reseas.EDITORIAL PORTAVOZP.O. Box 2607Grand Rapids, Michigan 4950 lUSAVistenos en: www.portavoz.comISBN 0-8254-1448-2

    l 2 3 4 5 edicin lao 05 0403 02 01Impreso en los Estados Unidos de AmricaPrinted in the United States of America

    CONTENIDO1. El hombre en la presencia de Dios 72. Enfrentando 10 inesperado 233. Los misteriosos caminos de Dios 394. Por qu pennite Dios la guerra? 565. La respuesta final a todas nuestras preguntas . . . 74

    5

    ex libris eltropical 8-JUN-08

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    6/49

    1El Hombre en laPresencia de Dios

    Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar,levantando manos santas. sin ira ni contienda.(1 Timoteo 2:8)De todas las actividades en que se ocupa el cris-tiano, y que fonnan parte vital de su vida, qui-zs no haya otra que cause tanta perplejidad yde la cual surjan tantos problemas, como aquella quedenominamos "la oracin". Esto es realidad en todotiempo pero adquiere mayor relevancia durante pero-dos de adversidad o de crisis como, por ejemplo, la deuna guerra. Durante la primera guerra mundial fue muyevidente, y por cierto lleg a ser un problema muchoms agudo y acuciante durante la segunda guerra mun-dial. Fue un problema que preocup a multitudes y lesimpuls a preguntar por qu Dios no escuch las ora-ciones que les fueron elevadas por tantos desde quecomenz la crisis en septiembre de 1938, y que podrahaber evitado la concrecin de aquella guerra tan es-pantosa. Es por tanto nuestro propsito enfocar nuestraatencin junto con la del lector sobre este tema deimportancia tan vital.7

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    7/49

    8 Por qu lo permite Dios? El hombre en la presencia de Dios 9En momentos de tensin y adversidad los hombresy las mujeres instintivamente comienzan a orar. Estnconscientes de que su suerte y el destino de sus seresqueridos est en manos de poderes ms fuertes queellos. Sienten que no pueden controlar los eventos y lascircunstancias como creen poder hacerlo en tiemposnonnales, de modo que se vuelven a Dios. La mayorade las personas piensan en Dios y se acuerdan de lasposibilidades de la oracin cuando estn desesperada-mente necesitados, a pesar de que en otros momentossus mentes rara vez se toman en esa direccin. Necesi-tan algo y lo necesitan urgentemente, de modo que sedirigen a Dios y le ruegan que les conceda su pedido.Aguardan expectantes la respuesta. Estn ms ocupa-

    dos en accin religiosa, de lo que jams han estadoantes. Pueden o no haber sido formalmente religiosos yquiz esperaban poco o nada de la religin. Pero ahoraponen su confianza en ella y esperan grandes cosas.Todo esto, en relacin con la oracin. Es por ello quedurante tiempos de crisis se habla y se escribe muchosobre este tema. Esta es una razn por la cual debira-mos considerar este asunto, pero hay adems otras dosconsideraciones prcticas que nos impelen a hacerlo.No hay aspecto de la vida cristiana, creo a veces,acerca del cual se habla, se piensa y escribe tan liviana-mente. Esto se debe en gran medida al hecho de queaquellos que lo intentan lo hacen en la forma que hemos indicado. Impulsados por su necesidad echan manode la oracin, sin pensar o estudiar verdaderamenteacerca de la naturaleza de la misma. A menudo sonalentados a hacerlo siguiendo una enseanza que pare-ce sugerir que lo nico que necesitan hacer es orar ytodo se arreglar. As se crean expectativas, y se nutrenesperanzas, pero se ignoran totalmente las condicionesque deben ser cumplidas en la oracin. Todo esto in-

    eludiblemente crea problemas. La oracin no recibe larespuesta que el suplicante desea; y a veces, los even-tos pueden resultar totalmente contrarios a su pedido.De inmediato dichas personas caen no slo en un esta-do de duda y perplejidad sino a menudo en una condi-cin de crtica abierta de Dios, que finalmente lleva ala prdida total de la fe.Esto ocurri con gran nmero de personas durante laltima guerramundial. Haban orado por la seguridad desus hijos o por alguna otra persona conocida. El pedidono fue concedido, segn ellos crean, con el resultadoque perdieron la fe y, reteniendo en su corazn estaqueja contra Dios, dejaron de tener inters alguno en lareligin. Es quiz la experienciams comn de la mayora de los pastores, el tener que tratar con preguntasacerca de la naturaleza de la oracin, y los problemasque surgen como resultado de alguna desilusin relacionada con ella. Hay otras preguntas generales que surgencomo resultado de una calamidad tal como la guerra queesperamos abordar ms adelante. Pero el problema de laoracin debe ser considerado primero porque con mucha frecuencia es la pregunta prctica que da origen aotras dudas. El momento de considerar esto y prepararnos es ahora, mientras hay todava libertad y tiempopara hacerlo. Cuando los sentimientos estn heridos ylas susceptibilidades traumatizadas, se toma mucho msdifcil hacer algo en forma objetiva.Antes de exponer nuestro texto ser bueno conside-rar algunos de los errores ms comunes que existencon respecto a la oracin.ERRORES COMUNES CON RESPECTO A LA ORACINUna de las causas ms comunes de dificultad y des

    ilusin es que con demasiada frecuencia abordamoseste tema slo en relacin a las respuestas a la oracin.

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    8/49

    10 Por qu lo permite Dios? El hombre en la presencia de Dios 11Se considera a la oracin conw un mecanismo disea-do para producir ciertos resultados. Necesitamos algoy creemos que todo lo que tenemos que hacer es pedirlo yDios nos lo conceder. No nos detenemos a pensarcmo debemos acercamos a Dios y si tenemos el derecho de hacerlo. La idea de adorar a Dios y ofrecerleculto no se toma en cuenta. No consideramos nuestrasrespectivas posiciones ni hos acordamos de que El es"el Alto y Sublime, el que habita la eternidad" (Is.57: 15) y que nosotros somos totalmente pecaminosos yque nuestra bondad y justicia son como "trapo de inmundicia" (Is. 64:6) en su presencia. Ni siquiera se nosocurre escuchar a Dios y esperar en su presencia. Diosno es ms que un agente a quien nos tomamos slocuando deseamos hacerlo, cuya funcin principal esconcedemos nuestras peticiones. Cuando comparamosnuestras oraciones con las que encontramos registradasen la Biblia, como por ejemplo las pronunciadas porMoiss, Daniel, Isafas y los apstoles, y especialmentecuando observamos el orden y el lugar dado a las peticiones en s en la oracin modelo enseada a los discpulos por nuestro Sefior, es evidente que tendemos aomitir lo que es ms importante, lo primario, y concentramos slo en peticiones y en la gratificacin de nuestros deseos personales, y egostas. Es por esto que lavida de oracin de muchas personas es tan espasmdica e irregular en tiempos normales y se toma urgente yregular slo en momentos de desesperante necesidad.Otra tendencia ntimamente relacionada con sta espensar exageradamente sobre lo que Dios debiera ha-cer. Ya hemos visto que no nos detenemos a considerar la naturaleza de Dios con respecto a nuestro accesoa El. Del mismo modo no consideramos su naturalezae infinita sabidura antes de decidir acerca de lo queDios debiera hacer. No vacilamos en presumir que lo

    que nosotros pensamos que es correcto debe necesariamente estar bien, y que, por tanto, Dios debe concedernos nuestras peticiones precisamente en la forma enque se las presentamos. Lamentablemente, pocas vecesnos detenemos a considerar cual seria la voluntad deDios con respecto a determinado asunto. Con cuntafrecuencia procuramos realmente formamos una ideade la voluntad de Dios en determinada situacin? Cuntas veces procuramos descubrir y conocer la voluntadde Dios por medio de la oracin? En lugar de pedirleque El haga su voluntad, en lugarde decirle:"Tu voluntad, oh, Seorpor difcil que sea",sencillamente le pedimos que El haga nuestra voluntady cumpla nuestros deseos. En lugarde humillamos anteEl pidindole que nos revele su voluntad, a menudocasi llegamos a ordenarle a Dios y dictarle lo que debehacer. Es porque ya hemos decidido en nuestras mentes lo que debe suceder, que estamos tan mortificadosy dispuestos a dudar de la bondad de Dios cuando nose cumple. Esto es cierto no slo de nuestras oracionespersonales sino tambin de las que ofrecemos por nuestra nacin, y quiz tambin por la condicin del mundoentero.Otro problema muy comn es arribar a conclusionesgenerales y contundentes en base a testinwnios de o r a ~ciones contestadas que leenws en la Biblia, o en base aotra literatura de la Iglesia. El problema es que concentrarnos toda nuestra atencin en un solo aspecto del asuntoe ignoramos por completo el otro, que enfatiza las condiciones que deben ser cumplidas en todos los casos.Leemos acerca de un hombre como Jorge Mller o algn otro santo cristiano. Observamos que todo lo quetena que hacer, aparentemente, era presentar su peticina Dios. Or, hizo ciertas peticiones y stas fueron con-

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    9/49

    12 Por qu lo permiteDios? El hombre en la presencia de Dios 13testadas. Pareca no haber lmite alguno a la disposicinde Dios para dar y responder. La oracin era ofrecida yla respuesta llegaba. Anibamos a la conclusin, por tan-to, que slo tenemos que orar y hacer conocer nuestrapeticin a Dios. Y cuando no recibimos la respuestaprecisa que deseamos, nos enojamos, nos sentimos heridos y comenzamos a dudar de Dios. El problema sedebe precisamente al hecoo de que no hemos cumplidolas condiciones. No hemos notado la diferencia entre lavida que llev Milller y nuestras vidas. Se nos ha escapado totalmente el hecoo de que l sena ser llamadopor Dios para ejercitar este ministerio particular de oracin y fe, y saba que lamisin primordial de su vida eraproclamar la gloria y la gracia de Dios de esa forma. Nohemos comprendido que las respuestas en s y el recibircontestaciones precisas eran cosas secundarias para Mller, y que su objetivo primordial siempre fue la gloriade Dios. En verdad, es posible que no percibamos lasluchas que tuvo ni la disciplina rgida que se impuso a smismo. Lo que es verdad de Mller es verdad de todoslos otros que recibieron tan llamativas respuestas a susoraciones. Deseamos recibir todas las bendiciones querecibieron los santos pero olvidamos que ellos eran santos. Nos preguntamos: Por qu Dios no responde a mioracin como 10 hiw con ese oombre? Debiramos preguntarnos: Por qu no he vivido la clase de vida queese hombre vivi? Adems, como he sugerido, hay talcosa como un llamado especial a un ministerio de intercesin. Entre las "diversidades de dones" dispensadospor el Espritu Santo, San Pablo menciona el "don defe"; seguramente es esa fe especial que se manifiesta pormedio de la oracin. Si slo comprendisemos estas cosas, creo que descubriramos que en muchas de nuestraspeticiones hemos sido culpables de presuncin.Un aspecto ms al que debemos hacer referencia es

    lafalta de discriminacin entre verdaderas respuestasa la oracin y circunstancias que pueden parecer res-puestas a oracin. Este es un tema difcil y del cualdebemos hablar con cuidado. Sin embargo, debemosabordarlo aunque ms no sea por la sencilla razn deque la mayora que se equivoca en este sentido sonpersonas espirituales y religiosas, y deseosas de contarlas maravillas de la gracia de Dios a otros. Esto es muynatural. Desean mostrar a otros pruebas reales y vivasde la intervencin directa de Dios en asuntos humanos,ansan demostrar muestras inequvocas de su amor.Siempre estn a la expectativa buscando ejemplos deesto. iCon cunta facilidad, entonces, no discriminancomo debieran! El Nuevo Testamento en su ensefianzanos exhorta y urge a que 10 hagamos. Nos insta aexaminarlo todo y retener solamente aquello "bueno"(1 Ts. 5:2). Nos dice que hay fuerzas y poderes malignos obrando en este mundo que son tan hbiles, tanpoderosas y tan sutiles en sus esfuerzos por imitar lasobras de Dios, que aun pueden engaar a los "elegidos"(M t 24:24). Las seales y maravillas deben ser examinadas y zarandeadas, no sea que en nuestro celo atribuyamos aDios lo que en realidad es obra del diablo.Llevando esto a un terreno ms prctico, no existeel peligro, a veces, de confundir entre una mera coin-cidencia y respuestas a la oracin? Tambin hay fenmenos extraos de telepata, transferencia mental ytoda esa gran esfera que slo estamos comenzando aexplorar. Algunos afirman que Dios gua el pensa-miento de una persona a la otra. Si 10 hace o no, no eseso lo que la Biblia significa por oracin contestada.Ni tampoco es 10 que siempre ha sido aceptado comola correcta evaluacin de este asunto, es decir queDios acta y no slo que El dirige nuestras activida-des. Est tambin toda la gama de fenmenos psfqui-

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    10/49

    14 Por qu lo permite Dios? El hombre en la presencia de Dios 15cos y el problema del espiritismo. Es vano negar cier-tos fenmenos bien atestiguados pero es vital que com-prendamos la naturaleza de los agentes que producentales fenmenos, y que podamos discriminar entre lamanifestacin de espritus malignos y la obra de gra-cia del Espritu Santo. Ni siquiera he mencionado elpoder de la sugestin y la importancia de un diagns-tico mdico acertado en los casos de curas en res-puestas a la oracin.Todo el tema es complicado y difcil ymuchos pue-den tildar de incrdulos a los que se plantean estasdudas. Sin embargo, a la luz de la enseanza del Nue-vo Testamento son vitales. Exorcistas, judos y los pro-veedores del arte de magia negra pueden hacer cosasextraordinarias. Janes y Jambres podan competir conMoiss hasta cierto punto. Nada tiende a desacreditaral evangelio ms que las afinnacionesextravagantes, oreclamos que tienen una explicacin natural. No vaciloen decir que debemos tener cuidado de atribuir a ladirecta intervencin de Dios solamente lo que no pode-mos explicar por ninguna otra hiptesis. De no ser aseventualmente llevar a confusin mental que desem-bocar en desilusin y tristeza.Estas son, entonces, las fuentes comunes de error yproblemas. Las hemos considerado extensamente basa-dos en el principio de que exponer la naturaleza de unproblema equivale ams del cincuenta por ciento de susolucin. Instrucciones positivas solamente no son su-ficientes. Habiendo considerado las causas del proble-ma vemos que surge un primer gran principio. Esto esque nada es de tan vital importancia en relacin con laoracin como un enfoque correcto. Es por errar en estoque erramos en lo dems. Culpamos a Dios y lo cues-tionamos. El verdadero problema es que no nos hemosenfrentado a nosotros mismos. Si slo lo hiciramos,

    no formularamos la mitad de nuestras preguntas, o porlo menos podramos responderlas nosotros mismos.Nuestro texto tiene que ver precisamente con nues-tro enfoque. Por eso es tan importante en momentoscruciales que lo estudiemos cuidadosamente y cumpla-mos sus enseanzas. Una vez que descubrimos cmoorar, cmo enfocar la oracin, se resolver el problemade qu debemos pedir, y tambin el difcil problema delas respuestas a la oracin. Lo que le digo a Dios enoracin est completamente subordinado a la maneraen que me acerco a Dios. Lo que soy y lo que he hechoantes de comenzar a hablar con Dios son de muchams importancia que mis palabras en s. Debo concen-trarme en primera instancia, no sobre mis oraciones olas respuestas que deseo, sino sobre m mismo y miderecho de orar o no. Cmo debemos orar? Quderecho tenemos de orar? San Pablo responde as:"Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar,levantando manos santas, sin ira ni contienda" (1 Ti.2:8). All estn las condiciones que gobiernan la activi-dad llamada oracin que consideraremos brevemente.

    CONDICIONES PARA LA ORACINLa primera condicin es que debemos levantar "ma-nos santas". No nos referimos ahora a la postura en laoracin, ni tampoco al hecho de que los judos general-mente oraban de pie elevando sus manos a Dios. Nonos detendremos en el hecho de que era una costumbrejuda lavarse las manos antes de tomar parte en un actode adoracin. Eso era un mero smbolo exterior utiliza-do para enfatizar el principio que el apstol desea des-tacar. Las manos limpias, las "manos santas" indican yrepresentan un carcter santo. Eso siempre debe ser lo

    primordial al acercamos a Dios. "La santidad sin lacual nadie ver al Seor" (He. 12:14). "Muy limpio

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    11/49

    16 Por qu lo permite Dios? El hombre en la presencia de Dios 17eres de ojos para ver el mal" (Rab. 1:13). Nada hayms contrario a toda la enseanza de la Biblia como lapremisa de que cualquiera en cualquier momento, sinreunir condicin alguna, puede acercarse a Dios enoracin. En verdad, el primer efecto del pecado y elprincipal resultado de la cada, fue quebrar la comu-nin que exista entre Dios y el hombre. El hombre, .por medio del pecado, perdi el derecho de acercarse aDios y en verdad, dejado a s mismo jams podraacercarse. Pero Dios en su maravillosa gracia abri elcamino para que el hombre se acerque a El. Ese es elsignificado de toda la enseanza acerca de las ofrendasy los sacrificios en el Antiguo Testamento, como tam-bin del ceremonial del tabernculo, del templo, y elsacerdocio aarnico. Sin estas cosas el hombre no pue-de acercarse a Dios. Podemos tener comunin con Elslo de este modo y de acuerdo a lo que El ha dictami-nado. No hay otro acceso. Pero ms all de todo lo queencontrarnos en el Antiguo Testamento, el pleno signi-ficado de su venida, y de la vida, muerte, resurrecciny ascensin de nuestro bendito Seor es que nos pro-veen de un "camino nuevo y vivo" (He. 10:20) a lamisma presencia de Dios. "Yo soy el camino, la ver-dad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mf' (Jn.14:6). Es evidente, por tanto, que lo primero que tene-mos que considerar cuando nos acercamos a Dios enoracin es nuestro propio pecado.La primera pregunta debe ser: "Cmo puedo acer-carme a Dios? Qu derecho tengo de hacerlo? Para elcristiano la respuesta swje de inmediato y es que por"la sangre de Jesucristo" hay propiciacin por nuestropecado y nos limpia permitiendo que nos acerquemosa Dios. Pero eso no significa que porque hemos creidoen Cristo podemos vivir como nos place y encontrarque el camino a Dios est abierto. Transgredimos, 80-

    mos pecaminosos y por tanto necesitamos arrepentir-nos y pedir perdn nuevamente. El arrepentimiento noes mera tristeza por el pecado, ni es slo remordimien-to. Es una tristeza divina que incluye un elemento deodio al pecado y una determinacin de abandonarlo yvivir una vida santa. En otras palabras, comprenderesta necesidad de limpieza y esta determinacin de man-tener nuestras "manos santas" son esenciales para acer-camos a Dios y evidentemente tienen prioridad en todacuestin relacionada con respuestas a nuestra oracin.Esto se enfatiza con frecuencia en la Biblia. Recor-damos las palabras del salmista? "Si en mi coraznhubiese yo mirado a la iniquidad, el Seor no me ha-bra escuchado" (Sal. 66:8). Significa que si abriga pe-cado en su corazn y rehusa dejar de lado ese pecadoen verdad no tiene derecho de esperar que Dios escu-che su oracion. Si su propio corazn le condena "el queescudria los corazones" (Ro. 8:27) por cierto lo hartambin. Tomemos otra ilustracin. Recordamos esaspalabras significativas que Dios habl en Jeremas 15:1?Jeremas estaba orando por su pueblo y esto es lo queDios le dijo: "Si Moiss y Samuel se pusieran delantede m, no estara mi voluntad con este pueblo; chalosde mi presencia, y salgan". Por qu Moiss y Samuel?Porque eran hombres santos. Es como si Dios dijera aJeremas: "Si los mejores hombres que jams han roga-do antem por este pueblo pidieran, no podra conceder-les su peticin". Hay un pasaje similar en Ezequiel 14:14donde leemos: "Si estuviesen en medio de ella estos tresvarones, No, Daniel y Job, ellos por su justicia librarannicamente sus propias vidas, dice Jehov el Seor'.Nuevamente la explicacin es la misma.Hay una hermosa ilustracin del mismo punto en elrelato de la sanidad del ciego en el captulo 9 del evan-gelio de Juan. El hombre que haba sido sanado era

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    12/49

    18 Por qu lo permite Dios? El hombre en la presencia de Dios 19examinado e interrogado por los fariseos y estaban procurando que dijera que Jess no poda haberle sanadoporque El era "un pecador". El hombre responde: "Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si algunoes temeroso de Dios, y hace su voluntad, a se oye"(Jn. 9:31). Con el mismo nfasis, recalca nuevamentela vital importancia y necesidad de "manos santas" siqueremos que nuestras oraciones sean contestadas. Recordamos tambin la conocida frase de Santiago 5:16:"La oracin eficaz del justo puede mucho". Un esprituferviente y un deseo profundo no son suficientes. Es el"justo" que tiene derecho de esperar los resultados quedesea. Las promesas de Dios nunca estn exentas decondiciones. Dios no nos ha prometido concedemostodas nuestras peticiones incondicionalmente; y la primera condicin siempre es sta de "manos santas". Esslo al procurar conformar nuestras vidas a su patrn ydecidir vivir de acuerdo con su santa voluntad que verdaderamente tenemos derecho de orar a Dios y de llevar nuestras peticiones ante su trono. Todava nossentimos con derecho a hacer preguntas acerca de Diosy de porqu no ha respondido a nuestras oraciones?La segunda condicin es "sin ira". Es sumamenteimportante compreooer el significado exacto de esta palabra "ira". No significa lo que generalmente se sugierepor su uso. No significa tanto enojo, o la expresin omanifestacin de enojo, como una disposicin desamorada; no una violenta exacerbacin de mal genio sinouna coooicin permanente de mala voluntad y resentimiento. El nfasis aqu no es sobre la forma en que elhombre considera a Dios y se acerca a El, sino en laforma en que se acerca y cmo considera a sus prjimos, sus vecinos. Adems de esto, quiz, est todo lorelacionado con el espritu del hombre; no slo sus acciones sino tambin su enfoque y su actitud hacia otros y

    hacia la vida. Esto es de vital importancia! Lamentablemente, todos tendemos a fallar en este punto.A menudo hay un resentimiento en nuestros corazones, aun contra Dios, mientras oramos a El. Pensamosque tenemos un verdadero motivo de rencor y una queja genuina. Sentimos que hemos sido agraviados. Sinembargo, sentimos que dependemos de Dios de modoque le solicitamos favores. Consideramos que El estcontra nosotros, que no es justo con nosotros, y sinembargo, estando en esta condicin le pedimos quenos bendiga y esperamos que lo haga. Dios dice acercade los hijos de Israel: "Este pueblo . . . con sus labiosme honra pero su corazn est lejos de me' (Is. 29:13).Este mismo espritu tambin se manifiesta en nuestra actitud hacia nuestro prjimo. Puede ser un sentimiento de amargura, envidia, malicia en nuestrocorazn, o negamos a perdonarlos por algn mal, verdadero o imaginario, que nos han hecho. Sin embargo,aunque esta sea la actitud hacia ellos esperamos queDios nos perdone y nos conceda las respuestas deseadas a nuestras peticiones. En esto tambin somos condenados por la ensefianza del Nuevo Testamento.Recordemos las palabras de nuestro Sefior en el Sermn del Monte: "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar,y all te acuerdas de que tu hermano tiene algo contrati, deja all tu ofrenda delante del altar, y anda, reconciliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mt. 5:23). Tambin en la oracin delSeor se nos ensefia a pedirle a Dios que nos perdonenuestras deudas "como tambin nosotros perdonamosa nuestros deudores". Adems, en el evangelio deMa-teo (18:23-35) est registrada la parbola donde nuestro Sefior describe al siervo malo que, habiendo recibidol mismo el perdn, rehus perdonar al siervo que tena una deuda con l, y resume su ensefianza diciendo:

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    13/49

    20 Por qu lo permiteDios? El hombre en la presencia de Dios 21"As tambin mi Padre celestial har con vosotros si noperdonis de todo corazn cada uno a su hennano susofensas" (v. 35). Es un pensamiento aterrador pero esperfectamente claro y evidente que los que toman unaactitud de agravio hacia Dios y hacia todo el mundo,cuando las cosas les son contrarias y parece que susoraciones no reciben respuesta, en verdad no estabanen condiciones de orar a Dios. Aun rehusan perdonar aDios (qu pensamiento terrible y blasfemo!); y sinembargo, son los primeros en quejarse de oraciones norespondidas. El nico espritu que nos da el derecho deesperar que Dios escuche nuestras oraciones y peticiones es el que se describe tan perfectamente y con detalles tan minuciosos en el captulo trece de la primeraepstola a los Corintios. Si somos esclavos no debemostener un sentimiento de ira contra los reyes y todos losque estn en autoridad; y si tenemos enemigos no debemos odiarlos sino amarlos. La regla es: "Amad avuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,haced bien a los que os aborrecen y orad por los que osultrajan y os persiguen" (Mt. 5:44).La tercera condicin se describe como "sin contien-da". No se refiere a una contienda con otros sino conuno mismo. Denota un estado de vacilacin e inseguridad, o quiz un estado de rebelin intelectual. La dudapuede expresarse en muchas diferentes maneras. Puedenser dudas en cuanto al mismo ser de Dios; dudas, segnlas palabras del autor de la Epstola a los Hebreos, encuanto a si "Dios es". Es notable ver como muchaspersonas oran sin reunir este primer y fundamental requisito previo de la oracin y sus posibilidades. Otros, sibien renen esta condicin, dudan de la bondad de Dios,y de su disposicin y prontitud para escuchar nuestrasoraciones. Esperamos ocuparnos ms extensamente deeste punto en consideraciones posteriores sobre los tra-

    tos de Dios con los hombres. Aqu debemos indicar quees evidente y obvio, si nos tomamos el trabajo de pensarpor un momento, que tal estado y condicin de nuestraparte hacen intiles nuestras oraciones. Tambin a menudo hay dudas respecto a lo que podemos llamar elpoder o la posibilidad de la oracin, en cuanto a si algopuede suceder o que alguna vez se de; en una palabra, siorar tiene algn sentido.Como resultado de estas dudas, ya sea una sola otodas juntas, frecuentemente sucede que la oracin noes ms que una aventura desesperada o embarcarse enun experimento dudoso. Nos encontramos en una posicin difcil o enfrentarnos una necesidad extrema. Nosabemos qu hacer o a quin recurrir. Entonces recordamos haber odo de alguien que or a Dios y tuvo unarespuesta maravillosa. Decidimos orar, entonces paraprobar el experimento y ver si tambin dar resultadopara nosotros. No hemos evaluado seriamente el asunto, no nos hemos detenido para considerar todas lascondiciones a que hemos hecho referencia; lanzamosalgo as como "un clamor en la oscuridad" en la meraesperanza que pueda tener xito y podamos ser liberados. En ese estado de duda y escepticismo, y en verdada veces, de incredulidad, los hombres a menuda oran aDios; y cuando sus oraciones no reciben respuesta ysus deseos no son satisfechos, munnuran y se quejan,deciden que la religin no sirve, y se ofenden con Dios.Amenos que obselVemos esta tercera condicin, laoracin es intil. Debemos acercamos a Dios creyendo"que le hay, y que es galardonador de los que buscan"(He. 11 :6). La oracin no es un experimento dudosoque quiz produzca fe; es ms bien la expresin y elproducto de una fe que no slo cree en Dios, sino queest dispuesta a confiar totalmente en El y su santavoluntad. Orar a Dios para poder descubrir si la ora-

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    14/49

    22 Por qu lo permite Dios?ci6n da resultados o no equivale a un insulto. Ese expe-rimento s610 tiene un resultado. Los hombres cuyasoraciones han sido contestadas siempre han sido aque-llos que conocan a Dios, los que han confiado en Elcompletamente, quienes han estado ms dispuestos adecir en todo tiempo y bajo toda circunstancia: "Hga-se tu voluntad", seguros de sus propsitos santos deamor. No debe haber duda alguna, ninguna disputa, niexperimentos desesperados sino una confianza calma yserena en Dios y su perfecta voluntad.Estas son, pues, las condiciones. Al considerarlas,no s610 nos sorprendemos de que Dios a veces noresponde a nuestra oraci6n como deseamos que Ellohaga, sino que conteste aunque solo sea una vez. Deci-damos, entonces, poner en prctica estos principiosmientras sea posible. La crisis aguda puede venir encualquier momento y sentiremos la necesidad de orar.Limpiemos nuestras manos, purifiquemos nuestros es-pritus y seamos establecidos en nuestra fe. Entonces,en el momento de nuestra mayor crisis, no estaremoshaciendo un experimento dudoso sino tomndonos aAquel de quien decimos con San Pablo: "Yo s a quienhe credo, y estoy seguro que es poderoso para guardarmi depsito para aquel da" (2 Ti. 1:12). La respuestaquiz no siempre sea la que habamos deseado peropodremos ver en ltima instancia que era 10 mejor paranuestras almas. De todos modos, habremos aprendidoa ocuparnos ms por la gloria de Dios que por la grati-ficaci6n de nuestros propios deseos.

    2ENFRENTANDO LO INEsPERADOy dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos,porque aDios hemos visto. Y su mujer le respondi:Si Jehov nos quisiera mLltar, no aceptara denuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni noshubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora noshabra anundado esto. (Jueces 13:22,23)Estas palabras son el sencillo pero profundo testi-monio de cmo el padre y la madre de Sansnreaccionaron ante las mismas circunstancias di-fciles y crticas en que repentinamente se e n c o n t r a ~ o n .Pero no son s610 un testimonio sino a la vez COnstItu-yen un juicio. El testimonio de 10 que estas dos ~ r s o -nas hicieron ydijeron nos habla acerca de ellos mIsmosy los juzga. El verdadero significado de la palabra "cri-sis" es juicio, de modo que toda crisis por la cual tene-mos que atravesar incidentalmente es tambin unperodo de prueba para nosotros. Como vemos tan cla-ramente en esta antigua ancdota, la crisis, entre otrascosas, destaca en forma muy definida dos cosas devital importancia con respecto a nosotros.En primer lugar, demuestra exacta y precisamentequ clase de persona somos en la realidad. Podemosleer todo el captulo que precede a nuestro texto y no

    23

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    15/49

    24 Por qu lo permite Dios? Enfrentando lo inesperado 25conocer verdaderamente cmo eran Manoa y su esposa.Hasta que lleguemos a estos versculos es casi imposibleevaluar a estas dos personas y decir cual de las dos esms fuerte o de carcter ms noble. Pero aqu en estosdos versculos, repentinamente y en un pantallazo llega-mos a conocerlos de verdad, yes sumamente fcil for-mar una opinin y una estimacin La mujer de Manoase destaca no slo por contraste con su esposo sino comouna de las mujeres ms notables de la Biblia.Esto nos recuerda un principio que es universal. Entiempos normales, cuando la vida se desarrolla en sucurso regular, todos logramos desempeamos bien.Adoptamos un cierto standard y determinada actitudhacia la vida, y tenemos suficiente tiempo y tranquili-dad para cumplir con esas normas. Observamos lasreglas y nos conformamos a las distintas nonnas reco-nocidas. Profesamos y protestamos con respecto a loque pensamos y creemos, y en cuanto a lo que propo-nemos hacer frente a ciertas posibilidades hipotticas.Damos as a otros cierta impresin de nosotros mismosyde qu clase de personas en realidad somos. No quie-ro sugerir con esto que toda la vida es un tremendoengao y fraude pero s que inconscientemente todostendemos a actuar en la vida engaando as no slo aotros sino tambin a nosotros mismos. Es tan fcil vi-vir una vida artificial y superficial y persuadimos queen realidad somos lo que quisiramos ser. El actor ennosotros es fuerte y en estos tiempos, cuando la tiranade las convenciones y formas sociales ha sido tan fuer-te, una de las cosas ms difciles de la vida es poner enprctica el consejo del antiguo filsofo: "Concete a timismo". Ahora bien, si nosotros encontramos dificul-tad en hacer esto, un tiempo de prueba y crisis invaria-blemente lo lograr por nosotros. Nos llegarepentinamente y nos encuentra con la "guardia baja".

    No hay tiempo para recordar las convencionalidades ylas costumbres, no hay oportunidad de ponemos lamscara, debemos actuar instintivamente. Salta enton-ces a la vista lo natural, lo real y lo verdadero.Una crisis nos prueba tambin en un sentido msprofundo, especialmente en cuanto a nuestras profe-siones y protestas. La sabidura del mundo nos recuer-da que el verdadero amigo se demuestra en laadversidad. Lo que no hace en momentos de necesidades lo que realmente proclama lo que l es, y no laspromesas y sentimientos generales expresados profusa-mente durante un perodo de tranquilidad. En verdad,nuestro Seor nos advirti repetidamente de este peli-gro en las siguientes palabras: "No todo el que me diceSeor, Seor, entrar en el reino de los cielos, sino elque hace la voluntad de mi Padre que est en los cie-los" (Mt. 7:21). Nuestro comportamiento en tiempo denecesidad, dificultad y crisis proclama lo que en reali-dad somos; y es por esto que tales perodos siempreson de triste desilusin, decepcin y extraas sorpre-sas. Aquellos que han hablado ms fuertemente de re-pente estn en silencio y los que prometan hacer tantodesaparecen silenciosamente.Lo que es ms importante de nuestro punto de vistay para el propsito que nos ocupa, es comprender quelos perodos de crisis y de dificultad tambin prueban ydemuestran muy claramente en qu creemos realmentey la naturaleza de nuestra fe. Despus de todo, slo verla grandeza de la madre de Sansn como mujer, ycomo carcter fuerte, es no comprender lo que es mssignificativo de esta historia. Lo ms notable es la fe, lapercepcin, la comprensin, el firme dominio de sucreencia, que la transform y que permiti que aver-gonzara a su esposo y le reprendiera por su debilidad ytemor. La Biblia no tiene mucho inters en la grandeza

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    16/49

    26 Por qu lo permite Dios? Enfrentando lo inesperado 27natural del carcter, su tema central es grandeza comoresultado de la grncia. Las condiciones de prueba enque Manoa y su mujer se encontraron revelan de inme-diato la naturaleza y por tanto, el valor preciso de suprofesin de fe. Tenemos aqu otro principio universalque se desarrolla ymanifiesta en diferentes formas.Es posible que hayamos sido criados en un ambien-te religioso rodeados desde nuestro nacimiento de en-seanza religiosa. Por ser criados de esta manera hemosrecibido ciertas enseanzas y estamos familiarizadoscon algunas verdades religiosas. Todos los que nosrodean parecen creerlo y con el tiempo nosotros mis-mos las repetimos y considernmos que verdaderamentelas creemos. Jams pensamos en la necesidad de exa-minar estas creencias y menos todava de dudar deellas. Aceptbamos todo sin pensar muy profundamen-te acerca de ello. Descontamos que todo estaba bien yque nosotros mismos estbamos en lo correcto. Nohabamos procurndo comprender verdadernmente estasdeclarnciones acerca de la religin y entenderlas. Nonos habamos preocupado realmente en absorber susenseanzas. Segn le o decir a cierto hombre, toma-mos nuestra religin en la misma forma que diariamen-te nos servimos de pan ymanteca en la mesa. Mientrastodo anda bien proseguimos con nuestra religin y susdeberes descontando que tenemos lo verdadero y co-rrecto, sin sospechar siquiern que hubiese alguna nece-sidad o que falta algo. Pero repentinamente nosenfrentamos con una dificultad, un problema y al enca-rar esto encontramos que nos comportarnos y reaccio-namos precisamente en la misma manera que loshombres ymujeres que jams afirmaron ser religiosos.Estbamos igualmente indefensos y desesperanzados.Nuestra religin no pareca hacer diferencia alguna enla crisis.

    Nada hay ms triste y trgico en la vida yexperienciade un ministro que encontrar a personas de este tipocuya religin no parece proveerles nada, o ser de algnvalor cuando se- enfrentan con las mayores necesidadesy crisis de la vida tales como enfermedad, la prdida deseres queridos, tristeza, catstrofe, calamidad o guerra.Parecan ser tan excelentes ejemplos de personas religio-sas. Jams haban sido culpables de afirmaciones herejeso de violaciones groseras de la moral. Parecan ser entiempos normales el tipo ideal de personas religiosas.Sin embargo, cuando su religin fue puesta aprueba y lanecesitaron sobremanern demostr ser intil y sin senti-do. Hemos conocido personas as verdad?Hay otros que tambin pertenecen a este grupo, perono por las mismas razones. Me refiero a aquellos cuyointers en la religin ha sido mayormente, yquiza exclu-sivamente, intelectual. No podemos decir de ellos, comode los que acabamos de considerar, que no han pensadopues s lo han hecho. Su inters en la religin ha sido suprincipal pasatiempo intelectual. Han ledo y razonado,debatido y argumentado. Tienen interes en ella como unenfoque de la vida y se han interesado en sus diversasposiciones y proposiciones. Pero todo el tiempo su inte-res ha sido purnmente objetivo. La religin ern tema deconversacin y debate, algo que uno poda tomar o de-jar. Nunca se haba convertido en parte de su mismaexperiencia. Nunca haba llegado a ser parte de ellos yde sus vidas. No haba sido Parte experimental y vital desu existencia. Parecan conocerlo todo, pero aqu nueva-mente, en la crisis todo su conocimiento y su interesresult ser intil y sin valor alguno.Un ejemplo clsico de esto, fue Juan Wesley antesde su conversin. En un sentido l conoca bien acercade la religin, pero al cruzar el Atlntico en una terribletormenta que pareca conducirlos a la muerte sinti que

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    17/49

    28 Por qu lo permite Dios? Enfrentando lo inesperado 29nada tena. Experiment el miedo de morir y miedo detodo. Le impact el contraste presentado por los Hermanos Moravos que viajaban en el mismo barco. Encomparacin con Wesley eran hombres ignorantes perosu religin significaba algo real y vital para ellos. Lossostuvo en la tonnenta, les dio paz y calma, y gozo aunal enfrentar la muerte. La religin de Wesley parecaser excelente. Daba todos sus bienes a los pobres, predicaba en las crceles y CIUZ el Atlntico para predicara los paganos en Georgia Era un hombre de vastosconocimientos religiosos. Sin embargo, la prueba lerevel a l y a otrOs la naturaleza de su religin quedemostI ser intil. Un perodo de crisis, entonces, nosprueba a nosotros y a nuestra fe, del mismo modocomo prob aManoa y a su mujer.La tragedia es que tantos de nosotros nos asemejamos a los primeros mencionados y no a estos ltimos.Estarnos ansiosos de ser bendecidos y esperamos quela religin nos d todos los dones y bendiciones quetiene que damos. Como Manoa podemos ser felVientesen nuestras oraciones y juzgando porlas acciones y pornuestra apariencia exterior, podemos aparentar y ser enverdad, personas sumamente devotas. Mientras todoanda bien y nuestras oraciones reciben respuestas ytodos nuestros deseos parecen sergratificados, estarnosllenos de alabanza y accin de gracias, as como Manoa cuando fue concedida su peticin. Entonces, repentinamente, algo sucede que no comprendemos. Algotoma lugar que es totalmente inesperado. Las nubesvienen, el cielo se oscurece, y todo parece salir mal. Lasituacin es petpleja e incomprensible ytodo lo contrario de lo que esperbamos y anticipbamos. Ahora bien,con demasiada frecuencia cuando nos enfrentarnos conuna situacin as nos comportamos como Manoa. Oau-dicamos y perdemos totalmente la esperanza. Arriba-

    mos a conclusiones apresuradas y casi invariablementea la peor conclusinposible. Ms aun, esta"conclusinpeor" a la que arribamos con tanta facilidad es frecuentemente una conclusin basada sobre la misma premisaque le llev a Manoa a su peor conclusin, esto es, quede alguna manera Dios est contra nosotros, y que todolo que felVorosamente habamos imaginado ser unaexpresin de la bondad y la benignidad de Dios no erams que una ilusin.Digo todo esto basado en las afirmaciones hechaspor hombres y mujeres cuando se han enfrentado contales crisis. Qu dispuestos estn a formular preguntasque jams debieran hacerse, preguntas que implicabanla afirmacin que de alguna manera Dios no era justocon ellos, o que Dios no es consecuente con sus promesas. Por cierto que esta desconfianza hacia Dios esel enemigo ms persistente de la raza humana; en verdad el enemigo ms persistente del cristiano en particular. Me refiero a esta sugerencia que el enemigo denuestras almas est siempre dispuesto a insinuar ennuestras mentes y corazones de que Dios est contranosotros, o por lo menos, que Dios no se preocupa denosotros y nuestro bienestar. Los viejos conceptos paganos, la antiguas ideas supersticiosas se adhieren tenazmente a nosotros y estn siempre a la expectativapara presentarse como explicaciones cuando nos enfrentamos con una situacin incomprensible que nostiene perplejos. Si slo nos quejramos de la situacin,nuestro caso no sera tan serio aunque indicara uncristianismo muy pobre y dbil. Nosotros tendemos air ms all. Nos quejamos y munnuramos no slo de loque nos est aconteciendo sino de Dios mismo. Hacemos declaraciones que, porms cautela que utilicemosal fonnuladas, sugieren fuertemente que dudamos deEl y de su bondad para con nosotros.

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    18/49

    30 Por qu lopermite Dios? Enfrentando lo inesperado 31Es casi innecesario sealar todo lo que est involucrado en tal estado. Sin embargo, debemos indicar enqu fonna terrible deshonra a Dios. Es la causa centralde todos los males; es el pecado de todos los pecados,es el pecado de la incredulidad. No nos compete a

    nosotros comparar pecado con pecado pero la Bibliamuestra muy claramente que una falla en la conducta,o aun una cada moral, no es nada en comparacin conel pecado de incredulidad. Este exhibe una actitud quees fundamentalmente hostil y contraria a Dios mientrasque lo otro no es ms que una manifestacin de debilidad y fragilidad humanas. Dudar de Dios y de su bondad es un pecado mucho ms atroz que no obedecerleo dejar de cumplir sus mandamientos. No creo que seanecesario explayamos ms sobre el particular.Esta condicin es tambin totalmente indefensa cuando nos consideramos a nosotros mismos con respecto aotras personas. Manoa debiera haber ayudado y fortalecido a su mujer. Lo natural hubiera sido que ella seapoyara en L Afortunadamente ella no dependa de l,pues el colapso de Manoa hubiera llevado a una cadamayor aun en su caso. No siempre son as los hechos.Denuu de la vida cristiana y de la Iglesia siempre haypersonas que se apoyan en nosotros y dependen denosotros. Esto es, a la vez, nuestro privilegio y nuestraresponsabilidad. Cuando fallamos, por tanto, otros estn involucrados en nuesuu fracaso. Y cuando comprendemos que siempre estn aquellos fuera delcristianismo que miran a los cristianos especialmenteen tiempos de dificultad y tensin, nuestro fracaso estodava ms reprensible.Aun desde nuestro punto de vista estrictamente personal este comportamiento similar al de Manoa es totalmente malo. Lleva a un estado de desdicha ydesesperanza Significa que estamos tristes y misera-

    bIes, agitados y alarmados, llenos de temores y presentimientos malos y, adems, con todo 10 que esos sentimientos involucran. Ms importante aun, en ese estadoy condicin estamos propensos a decir cosas, como lohizo Manoa, que luego lamentarnos y deploramos porel resto de nuestra vida.Aunque slo sea por estas razones debemos tenercuidado. Pero todo esto es negativo y ahora procederemos al enfoque positivo. No es necesario actuar comoManoa. Su esposa nos demuestra claramente cmo podemos evitarlo. Dios quiera que aprendamos la leccinahora, de modo que venga lo que viniera en el futuroestaremos dispuestos y preparados, armados y capacitados para anticipamos al enemigo que ciertamente vendr con su insinuacin de que Dios nos est fallando, oque definitivamente est en contra nuesUU.La enseanza se divide naturalmente en dos secciones principales:

    Lo QUEmzo ESTA MUJERPrimero, debemos considerar lo que hizo esta mujer.

    La respuesta es solprendente y asombrosa: ella senci-llamente pens y razon. Qu sencillo! Las rawnesdel fracaso son muchas. Destaco slo dos que he vistocon ms frecuencia. La primera es la que podemosllamar en general un espritu anti-intelectual con respecto a la fe. No siempre se lo reconoce como tal ni seadvierte, pero ha habido mucho de esta actitud hada lareligin durante los ltimos aos. Pensamientos precisos, definiciones y dogmas han sido desvirtuados. Todoel nfasis ha sido colocado sobre la religin como unpoder que puede hacer algo por nosotros y nos puedehacer felices. La parte emocional y sentimental de lareligin ha sido sobreenfatizada a expensas de lo intelectual. En verdad, podemos decir que al aspecto y al

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    19/49

    32 Por qu lopermite Dios? Enfrentando lo inesperado 33elemento milagroso de la religin cristiana le ha sidodado un lugar de excesiva preponderancia. Con dema-siada frecuencia se lo ha considerado meramente comoalgo que da una constante serie de liberaciones mila-grosas de toda suerte y fonna de males.

    Los "slogans" de que tanto hemos odo atestiguanesto. Las frases ms frecuentemente utilizadas hansido: "Prueba la fe" o "Prueba la oracin" y a menu-do se ha dado la impresin que slo tenemos quepedir a Dios todo lo que pudiramos necesitar y sere-mos satisfechos. Ese aspecto prctico de la religinha sido recalcado sin destacar las condiciones y todoel plan de salvacin, ni de la revelacin de la natura-leza y los propsitos de Dios segn los revela la Bi-blia. La clase de religin ms popular ha sido la quese representa como "bastante fcil" y "bastante senci-lla", y que parece hacer todo por nosotros sin deman-dar nada de nosotros. Quiz nunca antes la distincinentre la religin cristiana y los varios cultos y agentespsicolgicos que procuran ayudar a los hombres hasido ms confusa y oscura que durante los ltimosaos. Los grandes principios, el poderoso trasfondo,el contenido intelectual y teolgico de nuestra fe nohan sido enfatizados y en verdad, a menudo han sidodesechados como no esenciales. Hemos estado tanocupados con nosotros mismos, nuestros estados denimo, nuestros sentimientos y estado interior quecuando nos enfrentamos con problemas externos quenos afectan profundamente, sin embargo, no sabemoscmo pensar o dnde comenzar.La otra razn que explica por qu no pensamos,como lo hizo esta mujer, es que en una crisis repentinaquedamos aturdidos y dejamos que nos atropellen Es-toy dispuesto a conceder que esto se deba en parte acausas ffsicas o nerviosas, pero no en su totalidad. En

    tales condiciones tendemos a bajar la guardia y d ~ j a -mos caer. Nos abandonamos y dejamos de luchar y dehacer un esfuerzo positivo. No slo perdemos el con-trol sino que en cierto sentido deliberadamente nos re-lajamos y cedemos. No es slo holgazanera sino lamanifestacin que los efectos intoxicantes de una cala-midad, una catstrofe, o una crisis tienden a imponersobre nosotros. Qu fcil es gritar o exclamar o cedera algn otro impulso que por cierto surje en tales oca-siones! Qu fcil soltar las riendas del autocontrol y eldominio de nosotros mismos!Esta mujer, la madre de Sansn, se destaca como unglorioso ejemplo de todo lo opuesto. Hiw lo que todesnosotros debiramos hacer en circunstancias similares.Viendo y observando el colapso de su esposo, su temory su lloriqueo, y al escuchar sus presentimientos demal, sus oscuras profecas y sus dudas de la bondad deDios, ella no grita ni exclama; no da lugar a la histeriacayendo finalmente en un estado de inconsciencia; nofonnula preguntas irreverentes ni quejas contra Dios;ella piensa, razona, medita el asunto y con lgica mag-nfica arriba a la nica conclusin que es verdadera-mente vlida. Puede parecemos extrao y raro que, enmedio del desastre y dificultades apremiantes, la reli-gin cristiana en lugar de actuar como una droga o unamuleto que hace todo lo que necesitarnos, y repenti-namente pone todo en orden, nos pide, ms bien nosmanda, que pensemos y que empleemos la lgica. Peroesta es la enseanza no slo aqu sino en toda la Biblia.Resumiendo, las instrucciones son las siguientes:

    1. No hables hasta que hayas analizado el asunto.IA>mnate, contIlate, especialmente tus labios. No di-gas nada hasta que hayas pensado y pensado profunda-mente. Como lo expresa Santiago s ''tardo para hablar".

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    20/49

    34 Por qu lo permite Dios? Enfrentando lo inesperado 352. Haz un esfuerzo positivo y piensa activamente.No contemples meramente los hechos permitiendo queciertos pensamientos se repitan en tu mente. Piensa enforma activa Considera que es tu deber pensar comojams hayas pensado antes, y como si el mismo carc

    ter de Dios y su justificacin delante de los hombresdependiera de ti. El enemigo te ha atacado especialmente en la esfera de tu mente. Resstelo y deITtale!3. Parte de la suposicin que si bien puede haberotras cosas que son verdad y de que es posible quecomprendas muy poco, una cosa es segura y absoluta:la insinuacin del enemigo respecto de Dios es y tieneque sererrnea4. Luego, procura considerar todos los hechos queinfluyen y no meramente uno, o algunos. En ciertosentido Manoa eramuy lgico. El saba que cualquieraque vea a Dios deba morir. Su problema era queconsideraba ese hecho solamente sin tomar en cuentalos otros factores que estaban a su disposicin y portanto arrib a una conclusin falsa. Partiendo de unsolo hecho arrib apresuradamente a su conclusin.Con cunta frecuencia hemos nosotros tambin hechoesto! Evita esto procurando considerar otros factores.Coloca el problema en la luz de su contexto ms amplio. All, entonces, vemos por la accin de lamujer deManoa lo que nosotros debemos hacer en circunstan-cias similares. Debemos pensar y razonar.Afortunadamente la leccin prosigue. Pues no slose nos dice lo que ella pens, sino que se nos da elresultado de su razonamiento y lgica.

    Lo QUE FSTA MUJER DUOPodemos considerar entonces, en segundo lugar, lo

    que esta mujer dijo. Sus conclusiones son tan vlidashoy como cuando ellas las expres. Sencillamente, de-

    clar en su manera y en su idioma, y en el contexto delos eventos que ella y su marido enfrentaban, lo queSan Pablo dice y argumenta constantemente en susepstolas. En verdad, tenemos aqu un maravilloso ymuy pintoresco resumen y compendio de toda la enseanza consoladora delNuevo Testamento. Resumir loque elladijo en forma de una serie de proposiciones.

    1. El primerprincipio es que Dios no es caprichoso."Si Jehov nos quiera matar", argumenta la mujer, "noaceptara de nuestras manos el holocausto y la ofrenda". Pareca en el momento que Dios repentinamenteiba a revertir todo lo que haba estado haciendo. Habiendo disfrutado hasta ahora de la sonrisa de Diossobre ellos pareca que sin causa o razn visibles ahoral mostraba su desaprobacin y estaba a punto de destruirlos. Las circunstancias a menudo parecen damosesa impresin. De -repente todo parece salirmal y estarobrando en la direccin opuesta, y nos llega la insinuacin de que Dios no est realmente interesado en noso-tros y ni se preocupa por nosotros. Toda su bondad delpasado y sus bendiciones parecenmofarse de nosotros.Estamos tentados a pensar que Dios es como algunos potentados y tiranos que se deleiten en jugar consus vctimas, aumentar su terror y su tortura, aparentando al principio ser bondadosos con ellos. No haynada ms humillante que produce tanta tensin comoestar a lamerced o bajo obligacin de una persona queno es confiable, cuyos estados de nimo cambian constantemente, y cuyos propsitos y acciones tambien varian. Ni porunmomento puede uno sentirse seguro. Encualquier momento algo puede ocunir que es exactamente lo opuesto de lo que ha acontecido antes. Nohay ningn sentido de seguridad o de paz. No hayesperanza cuando uno mira al futuro. De una cosa po-

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    21/49

    36 Por qu lo permite Dios? Enfrentando lo inesperado 37demos estar absoluta y definitivamente seguros -Diosno es as-o Jams se comportar de esa manera. Seancuales fueren las apariencias esa no es la explicacin.Por su misma naturaleza y carcter no hay cosa msgloriosa que la eterna constancia de Dios. El es el Eterno, y sus decretos son eternos. Su bondad y su benignidad son para siempre. Sus tratos con los hijos de loshombres suIjen de su misma esencia. Sus planes fueron hechos, leemos repetidamente, "antes de la fundacin del mundo". El ama con un "amor eterno". Es el"Padre de las luces, en el cual no hay mudanza nisombra de variacin". El no dice una cosa y luego hacelo opuesto. No juega con nosotros ni se burla. En verdad "si Jehov nos quisiera matar, no aceptara de nuestras manos el holocausto y la ofrenda".2. El segundo principio es que Dios nunca es injus-to es sus tratos con nosotros. La madre de Sansnargumenta correctamente que si Dios los hubiese guiado a ella y a su esposo a hacer ciertas cosas sencillamente para castigar y destruirlos, sera un acto de totalinjusticia. Ella sabe que eso es inconcebible en lo que aDios se refiere. No es que comprende exacta y precisamente lo que les est ocurriendo, o cul es el significado exacto de los eventos que estn presenciando. Pero,sea cual fuere su significado, de esto ella est segura:Dios jams es injusto omalo. Al ver slo un aspecto, ongulo o fase de un problema o situacin, amenudo novemos la correccin o justicia de los eventos. Esto sedebe totalmente a nuestra visin restringida. Adems,nuestras mentes estn deformadas y estarnos manchados y pervertidos por el pecado. Nuestras ideas respecto de la rectitud no son verdaderas. Nuestro egosmoempaa nuestra visin y envenena nuestro entendimiento. Ni siquiera sabemos lo que en ltima instancia es lomejor para nosotros porque hay tanta oscuridad mez-

    clada con nuestra luz. De modo que, en nuestra insensatez, estamos listos a acusar a Dios por ser injusto, oincorrecto. La esposa de Manoa vio la insensatez total,el error y el pecado de todo esto. A su manera proclam: "Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en El" (1Jn. 1:5), y formul la pregunta ya hecha por Abraham:"El juez de toda la tierra, no ha de hacer lo que esjusto?"Tengamos cuidado de juzgar a Dios con nuestrosdbiles sentidos y digamos con esta mujer y el autordel antiguo himno:

    Todo cuanto Dios permitaObra para bien,y deseo solamenteResponderle. "Amn".

    3. El tercer principio es que Dios nunca se contra-dice a S mismo ni a sus propsitos de gracia. Escuchemos la magnfica lgica de esta mujer. "Si Jehovnos quisiera matar . . . no nos hubiera mostrado todasestas cosas, ni ahora nos habra anunciado esto". Enefecto, se dirigi a su esposo y dijo: Es concebibleque el Dios que nos ha dado tan notables muestras desu presencia y su bondad ahora nos va a destruir? Ms,es concebible que Aquel que ha interferido en nuestras vidas y que ha venido a decimos que tiene ciertosplanes reservados para nosotros y ciertos propsitosque ha determinado llevar a cabo en y por nosotros, esposible que habiendo iniciado todo esto ahora repentinamente lo termine todo? No presumo comprender peropara m, es inconcebible que Dios comience un proceso y luego de repente 10 revierta o lo destruya.Tenemos aqu nuevamente en sus palabras lo queSan Pablo declara tan frecuente y elocuentemente. Dice:"Estando persuadido de esto, que el que comenz en

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    22/49

    38 Por qu lo permite Dios?vosotros la buena obra, la perfeccionar hasta el da deJesucristo" (Fil. 1:6). El argumento es ms fuerte aun:"El que no escatim ni a su propio Hijo, sino que loentreg por todos nosotros, cmo no nos dar tambincon l todas las cosas?" (Ro. 8:32). Nos fallar Diosen lo ms pequefio si ya nos ha dado lo ms grande detodo? Nos abandonar el amor de Dios, ese amor quefue tan grande como para mandar a su unignito Hijo ala tortuosa muerte del monte Calvario? Es posible queno comprendamos lo que nos est sucediendo. Puedeaun parecer equivocado, pero confiemos en El. Crea-mos cuando no podemos comprobar. Aferrmonos asu constancia, su justicia, sus eternos propsitos paranosotros en Cristo. Consideremos estas cosas absolutasque son inconmovibles, edifiquemos nuestro caso lgi-camente sobre ellos, permanezcamos firmes e incon-movibles, confiados que en ltima instancia todo seaclarar y ser para bien.y habiendo llegado a este estado de nimo y noantes, habla contigo mismo y a otros diciendo:

    La obra que su bondad comenz,Su brazo potente consumar.Su promesa es S y Amn,y jams fallar.Cosas futuras, cosas de ahora,Nada aqu abajo ni arriba,Pueden su plan desviar,Ni mi alma de su amor separar.

    3Los MISTERIOSOSCAMINOS DE DIOSVerdaderamente t eres Dios que te encubres. Dios

    de Israel. que salvas. (Isaas 45:15)

    Este magnfico apstrofe, esta exclamacin de de-vocin y adoracin, brota de los labios del pro-feta como resultado de la revelacin que Dios lehizo de sus planes y propsitos. No registra una queja.Expresa, ms bien, su asombro por los maravillosostratos de Dios. Es imposible saber si el profeta compar-ta el punto de vista del pueblo en general y era culpa-ble de la misma falta de percepcin y fe, pero larespuesta de Dios a los pensamientos y murmuracionesdel pueblo le deja pasmado por su magnificencia ygrandeza.El estado de nimo del pueblo se describe en trmi-nos vvidos y notables en los primeros versculos delcaptulo. Estaban perplejos y confundidos, es ms, es-taban llenos de dudas y cuestionamientos. Todo esto,por supuesto, como resultado de la situacin en que seencontraban y por los eventos que se estaban desarro-llando. Adems de esto, estaba el anuncio del caminode liberacin que Dios propona y estaba dispuesto aemplear. Los hechos eran estos: Los hijos de Israel

    39

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    23/49

    40 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 41como nacin y como pueblo, estaban experimentandouna constante serie de derrotas militares y humillacio-nes. Saban que eran el pueblo elegido, el especial pue-blo de Dios, y sin embargo, se estaban debilitando msy ms y sus enemigos -paganos y extranjeros de lacomunidad de Israel- se estaban fortaleciendo cons-tantemente. La tierra de Israel haba sido atacada repe-tidas veces y sus ejrcitos derrotados. El enemigo sehaba apoderado de sus ms valiosos tesoros llevandocautivos a gran cantidad del pueblo. Era cuestin detiempo hasta que Jerusaln misma fuese conquistada ydestruida, y el resto del pueblo llevado cautivo a Babi-lonia. Todo haba salido mal y el enemigo aumentabasu poder. Mientras tanto, Dios aparentemente no hacanada No haba impedido o restringido al arroganteenemigo. Pareca no tener inters alguno en el proble-ma. Ciertamente no intervino para liberar a su pueblo ydestruir al enemigo. Estaban atnitos y perplejos y co-menzaron a fonnular preguntas: Por qu Dios actuabade esta manera? Por qu pennia que el enemigoprosperara y se fortalezca? Luego surgan preguntaspeores todava: Poda Dios detenerlos? Tena el po-der para hacerlo, tena "manos" para lograrlo?Esto se acentu cuando se hizo el anuncio, por me-dio del profeta, que finalmente vendria la m ~ r a c i npor medio de Ciro. Esa fue la gota que rebals la copa.Liberacin por medio de un gentil y no de un israelita,uno de la simiente de David? Era imposible. Ququera decir Dios? Era justo y correcto? Deba Dioshacer algo as? Cmo poda reconciliarse esto contodo lo que El haba dicho y hecho en el pasado y contodas sus promesas y planes? Tal era el estado mentaly espiritual del pueblo y tales las preguntas que formu-laron oms bien, las declaraciones que hicieron.En este tremendo pasaje Dios responde al pueblo

    recordndoles acerca de su naturaleza y poder, su co-nocimiento y sus propsitos. Los censura y por mediodel profeta les da un vistazo del futuro al que proponeguiarlos. El profeta ya no se puede contener. Olvidn-dose del pueblo y dirigindose a Dios directamentepronuncia estas palabras de asombro y de alabanza:"Verdaderamente, t eres Dios que te encubres, Diosde Israel, que salvas".Sera bueno y muy instructivo considerar este asun-to en su propio contexto preciso y demostrar cmo sedesarroll en la historia de los hijos de Israel. Sin em-bargo, si bien estaremos haciendo eso en un sentido,debemos concentrarnos en lo que se aplica a nosotros,lo que nos habla directamente cuando nos enfrentamoscon una situacin contempornea. Casi es innecesariosealar que tenemos aqu la consideracin de uno delos problemas que tiene perplejos a muchas mentes enel presente, un problema que ha preocupado a muchosdurante unos cuantos aos en el pasado. En efecto, elproblema es la dificultad de reconciliar el mundo enque vivimos y especialmente lo que est aconteciendoaqu, con nuestra fe en Dios, y especialmente con cier-tos fundamentos de esa fe.Al principio, la perplejidad causada por este proble-ma se expresa como una declaracin general, ms omenos en estos trminos: Durante aos ha sido eviden-te que las fuerzas del mal han estado incrementndosems y ms. El materialismo, la impiedad, la falta de fe,el pecado y la maldad, el vicio y la malicia se hanacrecentado. Toda la base religiosa en que se ha funda-do la vida del cristianismo en el pasado no slo se hacuestionado sino tambin ridiculizado y mofado. Enlugar de apoyar a la Iglesia ha sido dejada de lado. Noes que ha sido perseguida sino que se la ha ignorado yolvidado, y a travs de los aos sigue declinando. Cuanto

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    24/49

    42 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 43ms arrogante ha sido aparentemente el hombre, msxito parece haber tenido. Todo parece favorecer a lainiquidad y a la maldad; todo lo que se opone a Dios ya su Iglesia y al punto de vista cristiano, predomina yflorece por todas partes. La declinacin de la fe, lamoral y de todo lo que ennoblece y eleva a la vida,prosigue a un ritmo aterrador. El mundo ha ido de malen peor, los malos "aumentan su maldad" y parece quetodo se est dirigiendo hacia el abismo. Ms y ms elmundo ha llegado a ser lo opuesto de todo lo que Diosdesea que fuese, y ahora que los conflictos de los ltimos aos nos han llevado a la guerra, todo parece estarperdido l. Cada vez la situacin se toma ms desesperante.Mientras todo esto acontece Dios, aparentemente, permanece en silencio e inactiv02. Al parecer no ha hechonada y no ha intelVenido para detener este proceso. Noparece estar en evidencia, ni siquiera existir. La nicaactividad que parece haber en el mundo es maligna.Aparentemente, Dios ha estado ausente y totalmente desvinculado del curso de los eventos. No ha hecho nada yel enemigo ha prevalecido. Tal es la afinnacin; y estolleva inevitablemente a la pregunta que con tanta fre-cuencia se hace: Por qu pennite Dios que tales cosasocurran? Por qu no intelViene? Por qu no detiene ala maldad y a los malhechores? Por qu no aviva suobra y rescata a la Iglesia de su impotencia y su vergenza? Por qu no escucha las oraciones de su pueblo,y destruye a los malhechores con todo lo que hacen y

    1. Es una referencia a la Segunda Guerra Mundial (nota deltraductor).

    2. Para un estudio sobre el "silencio de Dios" en medio detodo el sufrimiento de este mundo, vase El Silencio de Dios, porSir Robert Anderson (Editorial Portavoz).

    restaura al mundo a un modo de vida correcto y verdadero? Cmo puede, por as decirlo, ponerse a un lado yno hacer nada, pennitiendo que todo lo que tiene valor yes noble sea destruido y desecrado? Tales son las fonnasque toma la pregunta general de por qu Dios se comporta de esta manera, y aparentemente pennite que todolo que El odia se desarrolle y crezca.El cuestionamiento jams se detiene en este punto.Habiendo llegado aqu parece ser impulsado inevitablemente a fonnular una serie de preguntas ms seriasy siniestras. Consideraremos ahora estas preguntas. Lasanalizaremos individual y separadamente, recordandoal hacerlo que no ser un anlisis acadmico y psicolgico de un pueblo que vivi hace casi 3.

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    25/49

    44 Por qu lo permiteDios? Los misteriosos caminos de Dios 45taso Ellos enseaban que Dios, habiendo creado el mundo, luego dej de estar activamente preocupado por l.Dios, decan, haba hecho al mundo como un relojerofabrica un reloj y habindole dado cuerda, ahora permia que siguiera andando solo en su propio camino.Dios haba terminado con l en el sentido de una activapreocupacin y participacin.No creo que haya muchos que sostengan este puntode vista en la actualidad. Se sostiene, ms bien, queDios ha dejado de estar activamente interesado por alguna ramn. Saben que estuvo interesado en el pasadopor medio de sus obras, de la misma manera que losisraelitas lo saban. Su silencio e inactividad, por tanto,argumentan, debe sealar una indiferencia, como si Diosse hubiera impacientado con el mundo y lo hubieseabandonado a su suerte, que le hubiera dado sus espaldas. Los fieles oran, se esfuerzan, trabajan, y sin embargo, parece no haber respuesta de parte de Dios. jQufcil es argumentar en base a esto y acusar a Dios deser indiferente! No se trasunta en la mayora de laspreguntas que se formulan respecto de por qu Diospermite que ciertas cosas ocurran? A menudo, la insinuacin est ms en el tono de voz que en la preguntaen s. El sentir es que si Dios fuese realmente un Diosde amor, no permitira que los justos sufran como ocurre a veces, y que los injustos prosperen y tengan xito,no permitira las calamidades, las guerras y todas lasotras aflicciones y tribulaclones que nos prueban. Porqu los permite Dios?, preguntan. An ms, cmopuede permitirlo? A pesar de los sufrimientos y lasoraciones del pueblo parece no querer actuar. En laspalabras del salmista: "Desechar el Seor para siempre y no volver ms a semos propicio? Ha cesadopara siempre su misericordia? Se ha acabado perpetuamente su promesa? Ha olvidado Dios el tener mi-

    sericordia? Ha encerrado con ira sus piedades?" (Sal.77:7-9). La acusacin en la primera pregunta es queDios es indiferente.Se insina entonces otra pregunta que en parte esuna posible respuesta a la primera: Es impotente Dios?Puede hacer cualquier cosa? Esa es la pregunta mencionada en la ltima frase del verso 9. Habiendo preguntado: "Dir el barro al que lo labra: Qu haces?",inquiere luego: "O tu obra: No tiene manos?" (Is.45:9), que Moffat traduce as: "Lo que El crea le diceque es impotente?" Como si el barro pudiese decirle alalfarero que no tiene habilidad o poder para moldear yfonnar una vasija. As los hombres cuestionan y dudandel poder y la capacidad de Dios para controlar loseventos en el mundo y de escuchar sus oraciones. Consideran que esta conclusin es inevitable. No dudan deque si Dios pudiera detener la maldad y parar la ola deiniquidad lo hara. Su amor, argumentan, insistira enello, es inconcebible que no lo haga. Por tanto, puedehaber slo una conclusin. Debe ser que Dios no tienepoder, que la fuerza del mal es mayor que el poder deDios. Debe ser que el mundo se le ha "escapado de lasmanos" y est fuera del alcance de Dios para c o n t r o l a r ~lo y salvarlo. Las tinieblas y la maldad son mayoresque el poder de Dios. Esa es la segunda pregunta.

    Es INCONSECUENTE DIOS?Pero hay una tercera que sUlje de lo que Dios p r o p o ~ne hacer y anuncia como su accin futura. Al utilizar aCiro como un libertador, no significa que Dios esinconsecuente? Cmo concuerda esto con todo el pasado? Un gentil que libere a Israel? Uno que no erade la simiente de David sera el salvador del pueblo?

    Un extranjero? Es inconcebible. Sera amontonar insulto sobre injurias! Sera injusto de parte de Dios. No

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    26/49

    46 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 47debe hacerlo porque estara totalmente en desacuerdocon todo lo que El ha dicho y prometido, y con todo loque El ha hecho en el pasado. Senan que utilizar algentil Ciro era algo que jams podan reconciliar con lasantidad de Dios. Les pareca lo mismo que esperarque surja algo bueno de la maldad, de que alguno fuerade la comunidad de Israel fuese usado por Dios paracumplir sus propsitos. No podan ver explicacin al-guna. Les pareca total y absolutamente errneo. Nohemos tenido algo de ese sentimiento y estado de ni-mo? Cmo puede esto que nos est ocurriendo, hemos preguntado, ser de algn modo para nuestro bieny la gloria de Dios? Cmo puede justificarse Dios porhaber permitido que suframos? Cmo pueden formarparte del plan o esquema de Dios las pruebas y lastribulaciones? Puede aquello que es evidentementemalo e inicuo caer de alguna manera o por algn medio, dentro del mbito del amor de Dios y su propsitosobenmo respecto a nosotros y a toda la humanidad?Estas preguntas que hemos considerado, son las quetodava se estn formulando los hombres. Las has formulado? Qu diremos acerca de ellas? Cul es larespuesta?Consideremos la tremenda respuesta en esta frase deIsafas.

    LA ARROGANCIA DEMOSfRADA& F-STA AClUUO HACIA DIOS

    Esto es lo que se enfatiza al comparar al hombre ensu relacin con Dios a tiestos, a barro y a un recinnacido. Es algo casi increble, si se lo mira objetivamente; sin embargo, con cunta frecuencia es esta laactitud que asumimos ante Dios! No vacilamos en presumir y dar por sentado que somos capaces de comprender todo lo que Dios hace. Tenemos tal confianza

    en nosotros mismos, en nuestras propias mentes, comprensin y opiniones, que cuestionamos y dudamos delas acciones de Dios exactamente en la misma formaque cuestionamos las de los hombres. Sentimos y creemos que sabemos lo que es correcto y lo que es mejor.Nuestra confianza en nosotros mismos es sin fin, notiene lmites y rehusamos creer que haya algo que estfuera del alcance de nuestras mentes e intelectos. Estees, por cierto, el significado impertinente de todas nuestras preguntas, y en todas nuestras expresiones de duda.Dios debe conformarse a nuestras ideas y ha de hacerlo que nosotros creemos que debe hacer. Pero no quedaall la anugancia. Como hemos visto, no vacila en condenar las acciones de Dios y decir que estn totalmenteerradas e indefensas. En otras palabras, nosotros, nuestras ideas, son la norma y los jueces. Nosotros somosla suprema corte de apelacin; y nuestras ideas en cuantoa lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, constituyenla ltima palabra No vacilamos en expresar nuestrasopiniones acerca de Dios y de juzgar sus acciones. Deesto los hijos de Israel eran constantemente culpables.Al leer acerca de ellos en el Antiguo Testamento aveces nos maravillamos y asombramos de ellos. Sinembargo, nos cuesta comprender que nosotros tambinsomos culpables precisamente de lo mismo. Quiz nolo expresemos en forma tan franca y descorts, sinocon cuidado y delicadeza lo decimos ms bien en forma de pregunta que como afirmacin directa. Pero todoesto no hace al caso.En un asunto como este, pensar por un momento deesta forma es tan condenable como afirmarlo. No quiero decir que no debamos pensar y razonar acerca de lareligin, o que yo sostenga que el cristianismo es irracional. Debemos pensar, razonar y comprender la verdad. Esto no significa que nuestras mentes estn a la

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    27/49

    48 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 49par de la mente de Dios o de que podemos reclamarigualdad y demandar una comprensin total de todo.Menos todava significa que moral y espiritualmenteestamos en una posicin como para cuestionar y dudarde los motivos de Dios y emitir juicio sobre su carcterexpresado en sus acciones. Sin embargo, esto es preci-samente lo que hacen los hombres.Al no comprender las acciones, proceden a atacar ya cuestionar el mismo carcter de Dios. Nuestro orgu-llo de intelecto y de comprensin nos lleva en realidada consideramos como dioses. Por eso eleg el trmino"arrogancia" para describir esta actitud. Oh, qu tre-menda impertinencia e insolencia! Hay slo una expli-cacion: es una falta total de comprensin acerca dequin y qu es Dios junto con una apreciacin total-mente errnea de la verdad acerca de nosotros mismos.Si solo comprendisemos de quin estamos dudando.Si tuviramos apenas un somero concepto del poder,la grandeza y la santidad de Dios! Si pudiramos com-prender cabalmente que no somos nada, que somosabsolutamente insignificantes e indefensos. Procuremosconsiderarlo y verlo a la luz de este pasaje.

    La relacin entre Dios y nosotros es la del Creadory la criatura. El nos cre y nos hizo existir. Somos obrade sus manos, en verdad somos para Dios lo que elbarro es para el labrador. Lo dudas? Pennite que tehaga algunas preguntas. Qu control tienes en verdad,sobre tu vida? No tuviste control sobre el comienzo yno podrs controlar el fm. No tenemos idea de cuntotiempo estaremos aqu. Nuestras vidas estn totalmenteen las manos de Dios. No podemos controlar la salud ola enfennedad, accidentes omales. No sabemos lo quetraer un dia Quin podra haber predicho el estadoactual de cosas? Los hombres no han podido prevenir-lo. Somos criaturas del tiempo y totalmente sujetos a

    fuerzas sobre las cuales no tenemos control alguno.Somos totalmente indefensos. Segn lo expres nues-tro Seor no podemos aadir ni "un codo" a nuestraestatura. Sin embargo, nos atrevemos a procurar medira Dios. Qu monstruosidad! Qu locura! Significaque toda nuestra actitud es falsa y errnea. As quedarhasta que comprendamos que los pensamientos de Diosno son nuestros pensamientos y que sus caminos noson nuestros (Is. 55:8), hasta que aceptemos adems suafirmacin que "como los cielos son ms altos que latierra, as mis caminos son ms altos que tus caminos ymis pensamientos que los vuestros".Evidentemente, hay cosas que no podemos com-prender ni sondear. Esta es la gloria del camino desalvacin de Dios; es por esto que ofrece esperanzapara todos. No lo puedes comprender? Ests tenta-do a cuestionar, a argumentar y preguntar? Tu res-puesta est en las palabras de San Pablo: "Quineres t, para que alterques con Dios? Dir el vaso alque lo fonno: Por qu me has hecho as?" (Ro. 9:20)."Pero ese no es un argumento justo", quiz digas. "Esms bien una prohibicin y el ejercicio de una autori-dad injusta." A lo cual debo responder que jamsdebimos argumentar con Dios y que nunca debimoshaber partido de la presuncin de que iba a ser unadiscusin entre dos personas iguales. Dios est en elcielo y nosotros sobre la tierra. Dios es santo y noso-tros pecadores. Dios sabe todas las cosas y ve el fmdesde el principio. Nosotros somos ignorantes y cie-gos como resultado del pecado y miserables esclavosdel tiempo. En ltima instancia esa es la nica teodi-cea necesaria. Al hombre que no cree en Dios le esimposible creer o comprender las acciones de Dios.Cunto ms creemos verdaderamente en Dios y cuan-to ms comprendemos de su naturaleza y carcter

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    28/49

    50 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 51santos, tanto ms comprenderemos sus caminos. Auncuando no podamos comprender estaremos cada vezms dispuestos a decir con nuestro Sefior: "Mas tuvoluntad sea hecha y no la ma". En un sentido cual-quier intento de justificar a Dios y a sus acciones meparece casi pecaminoso y estoy tentado a decir quecualquiera que fonnula preguntas y criticas en reali-dad no est procurando comprender a Dios sino a smismo y a la vida que lleva. Habiendo dicho esto,quisiera instar a que consideremos la naturaleza fugazde nuestra existencia aqu en la tierra y nuestra com-pleta dependencia de Dios que no slo es nuestroHacedor, sino que tambin ser nuestro Juez. Dios nonecesita defensa pues est en el Trono. El es el Juezde toda la tierra. Su reino no tiene fin. Deja de cues-tionar y argumentar! Amxlllate delante de El! Ad-rale a El! Corrige tu actitud y comenzars acomprender sus acciones. Qu tremenda la arrogan-cia del pecado!

    LA IGNORANCIA DEMOSTRADAEN ESTA AC1TI1JD HACIA DIOS

    Tal es el asombroso amor de Dios que no lo dejaall. A pesar de la enonnidad de nuestro pecado Elcondesciende a razonar con nosotros, se digna expli-carse a S mismo. Slo el eterno amor pudo tener talpaciencia con criaturas perversas y obstinadas comonosotros. Tenemos aqu un ejemplo tpico de tal razo-namiento. Se expresa en una exposicin de la ignoran-cia demostrada en esta actitud hacia Dios.Ya hemos visto que se debe a una falla fundamen-tal de no comprender la naturaleza de Dios y de nues-tra verdadera relacin con El. Pero hay otras manerasen que nuestra ignorancia tiende a desviamos. Pode-mos ilustrarlas demostrando cmo este pasaje responde

    a las preguntas que han sido fonnuladas, y da conoci-miento que resuelve varios problemas que tienden aconfundir las mentes de los hombres.1. Los hijos de Israel cuestionaban el poder de Dios ydudaban de que pudiera hacer algo para salvarlos a elloso de la situacin, del mismo modo como los Jwmbres enla actualidad tienden a dudar del poder de Dios. Quignorancia total! Escuchemos: "Yo hice la tierra, y cresobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron loscielos, y a todo su ejrcito mand" (Is. 45:12). Esa es lamedida de su poder. El Dios a quien adoramos, el Diosque es Padre de nuestro Sefior y Salvador Jesucristo estambin el Creador. Por una mera palabra lo hizo todo.El habl y se llev a cabo. Leamos acerca de sus accio-nes en el Antiguo Testamento, de sus maravillosos he-

    chos. Su nombre "El" significa el Poderoso o el Fuerte.Dudas de su poder para controlar a los hombres? Isaasya te ha dado la respuesta. "He aqu que las naciones leson como la gota de agua que cae del cubo, y comomenudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquque hace desaparecer las islas como polvo" (Is. 40:15)."Como nada son todas las naciones delante de l y en sucomparacin ser estimadas en menos que nada, y quelo que no es" (Is. 40: 17). Estas no son meras palabras, niel resultado del vuelo de una imaginacin potica. Siqueremos comprobar que son verdad leamos los librosde historia secular que confirman la historia y las ense-fianzas del Antiguo Testamento. Cuando lsaas dijo es-tas palabras la situacin de Israel pareca desesperante.Haban sido conquistados y seran llevados en cautivi-dad por el poderms grande que el mundo haya conoci-do. Pareca imposible que regresaran algn da. Sinembargo, volvieron. No fue por su propia accin, por-que nada podan hacer; fue sencillamente una manifesta-cin del tremendo poder de Dios.

    Por qu lo permite Dios?

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    29/49

    52 Los misteriosos caminos de Dios 53Quiz preguntes: El mal como principio no es mspoderoso? La respuesta es esta: "Yo fonno la luz ycreo las tinieblas . . . hago la paz y creo la adversidad.Yo Jehov soy el que hago todo esto" (Is. 45:7). Crearadversidad no significa crear el pecado. Significa queEl hizo que la tristeza, la miseria y la desgracia seanconsecuencia y resultado del pecado. Ms an, la Bi-blia ensea que el pecado y Satans no escapan niestn fuera del control de Dios. Elles pennite actuar,pero les pone lmites y finalmente los destruir. "Porqu les permite ahora"?, preguntas. La respuesta es:"Mas antes, oh hombre, quien eres t, para que alter-ques con Dios? Dir el vaso de barro al que lo fonn:Por qu me has hecho asf?" (Ro. 9:20). No tenemosuna respuesta terminante pero esto sabemos, que cuan-

    do la muerte, el infierno, y la maldad ejercieron sumximo y total poder contra nuestro Seor y SalvadorJesucristo, fueron completamente vencidos y derrota-dos por la manifestacin ms poderosa de poder que elmundo jams haya conocido, cuando El se levant triun-fante de losmuertos. "ParaDios todo es posible". El esTodopoderoso; su poder no tiene lmite.2. Qu de su amor, su preocupacin por nosotros?Cuanto ms enfatizamos su poderms agudamente surgeesta segunda pregunta: Ns ama? Tiene inters en no-sotros? Por qu no hare algo, entonces? Tales eran laspreguntas fonnuladas por Israel; los hombres y las muje-res en la actualidad preguntan lo mismo. Dios responde alas preguntas revelando al profeta lo que estaba haciendoy lo que se propona hacer. Corrigi la terrible ignoranciaque exista respecto de su amor y su inters por el pueblo.Demostr que estaba trabajando silenciosa y discretamen-te todo el tiempo. "Yo lo [Ciro] despert en justicia, yeooerezar todos sus caminos; l edificar mi ciudad, ysoltar mis cautivos, no por precio ni por dones, dice

    Jehov de los ejrcitos" (ls. 45: 13). Pensaban que El nohaca nada Todo el tiempo estaba trabajando y llevando acabo sus propsitos. Se haba olvidado de Israel? Notena inters en ellos? Tena preparado para ellos un gran-de y glorioso futuro y para ese fin estaba haciendo provi-sin para ellos. A pesar de su desobediencia y pecado, apesar de todo lo que era verdad acerca de Dios y suactitud hacia El, todava amaba a Israel y planeaba susalvacin I s a a ~ ya no puede controlarse y exclama: "Ver-daderamente t eres Dios que te encubres, Dios de Israel,que salvas" (Is. 45:15). El vio que Dios todava era elDios de Israel y as como lo haba salvado de Egipto y delMarRojo, del desierto y de sus enemigos, los salvara detodas sus calamidades. Si has credo en El por medio deJesucristo, si te has arrepentido y aceptado su gran salva-cin te aseguro que no importa cun tenebroso y difcilsea lo que te est ocurriendo y cun imposible de com-prender, El sigue siendo tu Dios, que te ama todava ycuida de ti, y todava tiene vigencia la promesa: "No tedejar, ni te desamparar" (Jos. 1:5). S, as lo expresperfectamente Pedro a los que sufiian tribulaciones queno llegaban a comprender: "Humillaos, pues, bajo la po-derosa mano de Dios, para que l os exalte cuando fueretiempo; echando toda v u ~ 1 I a ansiedad sobre l, porque ltiene cuidado de vosotros" (1 P. 5:6, 7). Nunca dudes deque El te cuida3. Quiz nuestra ignorancia sea mayor con respec-to a los caminos de Dios. Este es uno de los grandestemas de Isaas como ya hemos visto en algunas denuestras citas y se destaca tan notablemente en nuestrotexto. Sus caminos no son nuestros caminos. Al nopoder entender tendemos a dudar ya cuestionar. Quinsensatez! "Dios obra por senderosmisteriosos las ma-ravillas que el mortal contempla". Pareciera que haceexactamente lo opuesto de lo que nosotros esperamos.

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    30/49

    54 Por qu lo permite Dios? Los misteriosos caminos de Dios 55Us a Ciro, un gentil, para salvar a su pueblo escogido.A veces no parece hacer nada Pasan aos y largosperodos cuando Dios parece estar inactivo y en nuestra impaciencia clamamos: "Por cunto tiempo?" Diosparece haber perdido el control y todo aparentementesale mal. Qu insensatez pensar de ese modo. Parecahaberse olvidado de su pueblo en Egipto, pero a sutiempo y en su manera, eventualmente los him salir.Permiti que estuvieran setenta aos en Babilonia perohaba planificado su retomo a Jerusaln antes de quefueran tomados cautivos. Durante cuatrocientos aos lavoz del profeta se haba callado. No hubo palabra despus de Malaquas. Pero "cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo, nacido de mujer, ynacido bajo la ley, para que redimiese a los que estabanbajo la ley, a fin de que recibisemos la adopcin dehijos" (G. 4:4, 5). Sigue actuando de esa manera atravs de los siglos. Con Dios ''mil aos . . . son comoel da de ayer". A su tiempo y a su manera El acta, Elobra. Todas las cosas han sido planificadas "desde antes de la fundacin del mundo. El proyecto es perfecto;el plan es completo. Nada fallar. Leamos la historiadel pasado y veamos como confirma las profecas. Luego, leamos los profetas con respecto al futuro. Despusde hacer esto nos reiremos de nuestros temores y sobresaltos, nuestras predicciones de mal y nuestras dudas, y exclamaremos con Isaas: "Verdaderamente teres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas"(Is.45:15).Qu otra cosa podemos decir? Hay algn otrocomentario que es adecuado para la situacin? Slouno y es ms grande an, esa tremenda exclamacin deSan Pablo al contemplar el plan futuro de Dios paraIsrael y el mundo: "Oh profundidad de las riquezas dela sabidura y de la ciencia de Dios! Cun insondables

    son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porquequin entendi la mente del Seor? O quin fue suconsejero? O quin le dio a l primero, para que lefuese recompensado? Porque de l, y por l, y para l,son todas las cosas. A El sea la gloria por los siglos.Amn" (Ro. 11:33-36). Digamos tambin nosotros:Amn yAmn!

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    31/49

    Por qu permiteDios la guerra? 57

    4POR QU PERMITEDIOS LA GUERRA?De donde vienen las guerras y los pleitos entrevosotros? No es de vuestras pasiones, las cualescombaten en vuestros miembros? (Santiago 4: 1)

    Es interesante y a la vez extrao notar que en loque puede d e n o m i n a ~ la actitud r e l i g i ~ s ~ ha-cia la guerra, o la actitud de personas relIgIOsashacia la guerra, invariablemente se manifiestan dos ten-dencias. La primera es la de discutir el problema de laguerra totalmente aparte de Dios, o por lo menos deuna manera en que se relaciona conDios slo indiscre-tamente. Considerando a la guerra sola y exclusiva-mente desde el ngulo humano, los que asumen estaactitud estn muy interesados y preocupados con losdistintos problemas de la conducta humana que surgende la misma. Estn muy interesados en cul debe ser laactitud del cristiano, esto es, en cuanto a cmo debeafectar la guerra al hombre. Procuran descubrir las cau-sas de la guerra en general y de cualquier guerra enparticular que se est desarrollando. Se sumeIjen enteoras polticas, econmicas, psicolgicas y filosficasque pretenden tener la clave del misterio y procuranaplicar este conocimiento a toda instancia concreta.

    56

    Habiendo hecho esto y creyendo apasionadamenteque es la responsabilidad de la religin producir unapaz justa y duradera, proceden a discutir las distintasmedidas que deben adoptarse para poder lograrlo. Eneste grupo se encuentran aquellos que se auto denomi-nan pacifistas, adems de muchos que definitivamenteno lo son. El inters primario y casi total es hasta qupunto afecta la guerra al hombre, y especialmente aaquellos que se denominan cristianos. Debieran tomarparte o no? Qu clase de propuestas de paz debenpropiciar? etc., etc. Tales son los puntos que predomi-nan en sus mentes, y aunque enfaticen y recalquen elaspecto espiritual o cristiano, segn su punto de vista,al mximo, sin embargo, cabe sealar que prctica-mente no consideran la relacin directa de Dios a laguerra. Pueden afinnar que han tomado eso como unpostulado fundamental y han descontado que toda ideade guerra es abominacin para Dios, que evidentemen-te no tiene que ver directamente con Dios porque es elresultado del pecado y la insensatez del hombre. Elhecho de que dicen todo esto no contradice lo quenosotros hemos afinnado sino que tiende a confinnar-lo. La actitud de Dios hacia la guerra se descuenta y,por lo tanto, no se discute; se considera a la guerracomo un problema que est total y exclusivamente enel plano humano: es slo un problema humano.La segunda tendencia es exactamente opuesta. Aqu,lo de sumo inters es la directa relacin de Dios con laguerra. En fonna subsidiaria, los que pertenecen a estegrupo pueden interesarse en algunas de las preguntas aque hemos hecho referencia. Su problema principal, sudificultad real, no es: "Cmo afecta la guerra al hom-bre?" sino ms bien: "Cmo podemos encuadrar a laguerra en el gobierno de Dios sobre este mundo?" Enuna palabra, lo que ms confunde a estas personas no es

    Por qu lo permite Dios? Por qu permite Dios la guerra? 59

  • 8/3/2019 Por Que Lo Permite Dios - Martyn Lloyd Jones

    32/49

    58la explicaci6n del origen de la guerra o de su inmediatodeber con respecto a ella Lo que desean saber es: "Porqu pennite Dios la guerraT Esa es para ellos la pregunta primordial, pOlque de esa respuesta depende toda sucreencia en Dios. Evidentemente, si se duda de