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“AÑODE LA CNSOLIDACION DEL MAR DEL GRAU” UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS FILIAL – HUANCAVELICA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCAS POLITICAS CÁTEDRA: DERECHO CIVIL REALES ESTUDIANTE: BALTAZAR SAENZ KARINA CICLO: V LA ANTICRESIS Y EL DERECHO DE RETENCIÒN

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“AÑODE LA CNSOLIDACION DEL MAR DEL GRAU”

UNIVERSIDAD ALAS PERUANASFILIAL – HUANCAVELICA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCAS POLITICAS

CÁTEDRA: DERECHO CIVIL REALES

ESTUDIANTE: BALTAZAR SAENZ KARINACICLO: V

LA ANTICRESIS Y EL DERECHO

DE RETENCIÒN

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AGRADECIMIENTO

El agradecimiento a mi Madre a mi

Padre; quienes con sus sabios

consejos supieron hacer una persona

de bien y vocación de servicio a la

colectividad.

Page 3: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

ÍNDICE

CARATULA

DEDICATORIA

INTRODUCCION

CAPITULO I: LA ANTICRESIS

1.1. ANTECEDENTES HISTORICOS.......................................................................3

1.2. DEFINICION.......................................................................................................4

1.3. NATURALEZA JURIDICA..................................................................................5

1.4. CARACTERES JURÍDICOS..............................................................................5

1.5. SUJETOS...........................................................................................................8

1.5.1.ANTICRESISTA................................................................................................................9

1.5.2.ELACREEDOR...............................................................................................................15

CAPITULO II: OBJETO DE LA ANTICRESIS

2.1. CONCEPTO.....................................................................................................25

2.2. CONSTITUCION..............................................................................................25

2.3. DIFERENCIAS CON OTROS DERECHOS REALES......................................27

2.4. EXTINCION......................................................................................................30

CAPITULO III-. EL DERECHO DE RETENCIÓN

3.1.NOCIONESHISTORICAS……………………………………………………………36

3.2.CONCEPTO……………………………………………………………………………38

3.3.CARACTERÍSTICAS………………………………………………………………….39

3.4. FUNCIÓN DEL DERECHO DE RETENCIÓN…………………………………….41

3.5. FUNDAMENTO DEL DERECHO DE RETENCIÓN…………………………...…42

3.6.NATURALEZA JURÍDICA………………………………………………….……….43

3.7. CONDICIONES PARA LA EXISTENCIA DEL DERECHO DE RETENCIÓN...44

3.8.EFECTOS DEL DERECHO DE RETENCIÓN………………………………...…45

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3.9. OPONIBILIDAD FRENTE A TERCEROS………………………………………..48

3.10. EMBARGO Y REMATE DEL BIEN………………………………………………49

3.11. PROHIBICIÓN DEL RETENEDOR DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD………..51

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA

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INTRODUCCIÓN

La anticresis se presenta como una esencia del sostenimiento convenido entre sujetos

que desean beneficiarse de mutuo acuerdo, en tal sentido las partes adquieren derechos

y obligaciones establecido por la ley. Lo que se quiere en sí, es especificar que la

institución anticresis, dada su antigüedad conlleva a una obsolescencia para el derecho

moderno, lo cual acarrearía en una limitación en el avance de la ciencia del derecho.

Por lo que uno de los conceptos tomados es que la anticresis es Derecho real de garantía

que, constituyéndose sobre bienes inmuebles, asegura el cumplimiento de la obligación

garantizada bien mediante la aplicación de los frutos de la cosa al pago de la deuda, bien

instando la venta del inmueble o finca para su pago. Los frutos obtenidos se aplican en

primer lugar al pago de los intereses, si se hubiesen pactado, y luego al capital. Ahora

bien para un mejor conocimiento de esta garantía daremos a conocer con más

profundidad sobre la anticresis según nuestra constitución y código civil de nuestro país

Pero sin duda el derecho de garantías ha padecido el último tiempo una creciente

atención en diversos sistemas jurídicos. En Europa, la discusión sobre las formas de

garantizar los créditos ha ocupado un lugar relevante. La última reforma significativa se

realizó en Francia, modificándose de manera íntegra el derecho de garantías.

Nadie discute la importancia de esta parcela del derecho donde aparece con nitidez cómo

los hechos van antes que el derecho. La dispersión legislativa en la materia responde a la

presión de los mercados que con mayor innovación han ido creando diversas formas de

asegurar los créditos, sin que concurra una política global para afrontar el dilema. En

Chile, incluso, recientemente se reformó la prenda en la denominada ley de capitales, con

las ingentes críticas por falta de prolijidad, coherencia y eficacia.

Page 6: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

Garantizar es, entonces, establecer un mecanismo jurídico eficaz para asegurar el

eventual incumplimiento de una obligación propia o ajena. Entre esos mecanismos,

encontramos al derecho de retención.

Este derecho constituye una garantía a favor de un sujeto que detenta una cosa de su

deudor, la cual se niega a restituir mientras no se le satisfaga, a su turno, su propio

crédito. Se trata de una garantía inmemorial, que podríamos sostener que responde a un

sentimiento atávico de negarse a restituir lo que debemos a aquél que, a su turno, no nos

paga. No te entrego lo que te debo, mientras no me pagues aquello que me adeudas. La

retención es un mecanismo brutal, que "se intuye un concepto más fáctico que jurídico

Consideramos que este trabajo de investigación, contribuya a fortalecer la especialización

y tecnificación de las normas jurídicas y/o normas legales actuales en nuestro

ordenamiento jurídico, en función a nuestra constitución política del Estado.

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CAPITULO I: LA ANTICRESIS

1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Etimológicamente la palabra “anticresis” deviene del griego: “anti” que significa

contra y “Chresis” que significa uso.

El origen de la anticresis se remonta hasta el derecho griego, en el cual significo

un contra uso, y proviene de las voces anti que quiere decir contrario y cresis que

quiere decir uso y consistía en un pacto de compensación de frutos por intereses.

En otras palabras el deudor entregaba una cosa al acreedor para que este se

hiciera pago de los intereses con el valor de los frutos que la cosa originaba. No

se usaba la institución como medio para cancelar la deuda.

En la Edad Media, la anticresis se vio afectada por la prohibición canónica del

cobro de intereses. Como consecuencia de la prohibición de la usura en la Edad

Media y por contradecir, el principio de la gratitud del mutuo, el Derecho Canónico,

condeno la anticresis. Este hecho determino ciertos contratos que disimulaban la

institución, como el de venta con pacto de retroventa en el que el precio

correspondía al importe del préstamo. Al vencimiento del plazo y al cumplirse la

obligación, el bien volvía al poder del deudor.

La anticresis desarrolla en cuanto desaparece la prohibición del préstamo del

interés y quedo referida a los bienes inmuebles y la prenda para los bienes

muebles.

En el concepto moderno la anticresis se extendió a la compensación de intereses

y frutos pero así mismo, a la amortización del capital. Sin embargo, de su

aceptación en el derecho contemporáneo, la anticresis no se ha convertido en un

derecho real importante. El perfeccionamiento de la hipoteca, unido a las enormes

ventajas que concede, han hecho perder la importancia a la anticresis, que es

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ahora un contrato poco usado, sobre todo porque la tradición del inmueble priva

de fuente de crédito al deudor, con cuanta mayor razón si en la anticresis no se

admiten garantías sucesivas como en la prenda.

La anticresis deviene en una institución paralela a la prenda, con la salvedad que

su objeto son bienes inmuebles y no muebles. En ambos casos el deudor entrega

el bien al acreedor en garantía del pago de una obligación. Es obvio pensar que

este paralelismo existente entre ambas instituciones (prenda y anticresis), no

implica identidad; independientemente de otras diferencias de menor significado,

podemos señalar desde ya las más importantes

1.2. DEFINICIÓN

PLANIOL Y RIPERT definen a la anticresis como "... Un contrato por el cual el

deudor o un tercero pone al acreedor en posesión de un bien hasta el pago

integro de su crédito, con autorización para que cobre los frutos y los impute

anualmente, bien a los intereses de lo que se le adeuda y en caso de sobrante, al

capital de su crédito, sea sobre el capital únicamente, si no se le adeudan

intereses". (Op. Cit., tomo XII, Pág. 276).

SALVAT apunta que "... el anticresis es el derecho real concedido al acreedor por

el deudor, o un tercero por él, poniéndole en posesión de un inmueble, y

autorizándolo a percibir los frutos para imputarlos anualmente sobre los intereses

de crédito, si son debidos; y en caso de exceder, sobre el capital o sobre el capital

solamente si no se deben intereses". (Op. Cit., tomo III Pág. 310).

ALBALADEJO estima que se trata del "... derecho real que puede tener el

acreedor de una obligación principal, sobre un inmueble ajeno, en cuya virtud,

para garantizar el cumplimiento de aquella y el cobro de los intereses que

devengue, está facultado para poseerlo (si no se excluyo), percibir sus frutos y

promover su enajenación si es incumplida, y que le sea hecho preferentemente el

pago con el Precio". (Op. Cit., Pag. 266)

Nuestro Código Civil la consagra como un derecho real en virtud del cual se

entrega un inmueble en garantía de una deuda. Confiriendo al acreedor el

derecho de explotarlo y percibir sus frutos.

De las definiciones antes citadas se desprenden diversos conceptos de orden

general, que pasaremos a enumerar:

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I. Se trata, en primer lugar, de un derecho real, que se constituye sobre un

bien inmueble, y que como tal es oponible a terceros, siempre que se

registre.

II. Es un derecho de garantía que generalmente se concede al acreedor de

una suma de dinero. No obstante ello, en aplicación del artículo 1091 del

código vigente, entendemos que su ámbito de aplicación puede

extenderse a otra clase de obligación, al no existir distinción en la norma.

III. Concede al acreedor la posesión del bien anticrético, con las facultades de

usar y disfrutar del mismo. Queda claro, asimismo, que su ámbito se

encuentra circunscrito a los bienes inmuebles.

IV. Los frutos que rinde el inmueble se aplican necesariamente al pago de la

obligación, imputándose en primer lugar a los intereses y luego al capital.

V. faculta al acreedor en caso de la obligación garantizada, a solicitar la venta

del inmueble para cubrir su acreencia con el producto de dicha

enajenación.

1.3. NATURALEZA JURÍDICA

La anticresis es un derecho real sobre la cosa ajena, accesorio en función de

garantía. Sin embargo, se ha discutido el carácter de derecho real, afirmando que

se trata de un derecho personal, por no recaer sobre el inmueble sino sobre los

frutos.

Indudablemente es un derecho real porque como dice GUILLERMO BORDA solo

queda perfecto entre las partes por la entrega del inmueble. (Borda, 1994.)

1.4. CARACTERES JURÍDICOS

Como principales caracteres jurídicos de la anticresis podemos señalar los

siguientes:

1.4.1. Derecho Real:Se trata de un derecho real que siempre nace de la voluntad de tas

partes expresada contractualmente. No puede, por tanto, ser constituida

por mandato legal o por pacto unilateral.

En la medida en que la anticresis concede al acreedor el derecho de

usar y disfrutar de un bien determinado, y tal derecho es oponible a los

terceros adquirentes del bien, debemos considerar que se trata de un

derecho real.

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Por otro lado, el hecho de que pueda ejercerse un derecho de retención

sobre el inmueble que genere un derecho preferente a favor del

acreedor hasta que se haya pagado la deuda, es un hecho que resalta

el carácter real de la anticresis.

Nosotros creemos que la garantía, que el deudor otorga a su acreedor,

no son solamente los frutos que rinda el inmueble. La garantía reposa

en el inmueble mismo, cuya explotación se autoriza para compensar la

renta del bien con los intereses del capital. El que se establezca esta

facultad del acreedor, no quiere decir, que la garantía reside solamente

en los frutos. La garantía reside en el inmueble mismo, que podrá ser

vendido, si es que la obligación no es cumplida. El destino del instituto

es precisamente asegurar el cumplimiento de una obligación, no

solamente con los rendimientos del inmueble, sino con el inmueble

mismo.

La anticresis, puede ser garantía de cualquier obligación y no solamente

de un préstamo de dinero, en tanto por su naturaleza, como por la

normativa que la regula.

1.4.2. Derecho Accesorio:Se trata un derecho accesorio a una obligación principal, lo cual es

consecuencia de su condición de derecho de garantía. Por

consiguiente, no se concibe su existencia de modo autónomo, sin una

deuda a ser garantizada. Se desprende también de ello que seguirá la

suerte de la obligación principal, en caso de extinción de la misma.

En la anticresis, por lo mismo que se trata de la tradición del inmueble al

acreedor, debe necesariamente concurrir una obligación antes que la

garantía. Esta está destinada a asegurar el cumplimiento de la

obligación. Del mismo modo, una vez cumplida la obligación, obliga al

acreedor a la devolución del bien dado en garantía, pues aunque no lo

diga expresamente el código, al hacer aplicables a la anticresis las

normas relativas a la prenda, según lo dispone el artículo 1096, se

aplicará asimismo el artículo 1080, que obliga a quien guarda un bien

prendado, a su devolución una vez cumplida la obligación.

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1.4.3. Derecho Real Indivisible:Se trata de un derecho indivisible, a que al igual que los demás

derechos reales de garantía, afecta en su integridad al bien gravado.

Ello trae consigo que el pago parcial de la deuda no determina que el

gravamen se extinga en la parte proporcional. Por el contrario, este

continúa sobre la totalidad del bien.

1.4.4. Derecho Convencional:La anticresis, es solamente convencional. No puede nacer sino de la

voluntad de las partes, no nace de la ley o de la decisión judicial Es el

contrato, el acto jurídico la fuente del instituto. Consiguientemente para

celebrado deberá tenerse capacidad y quienes obrasen en

representación de menores o incapaces, deberán hacerlo, previa la

autorización judicial pertinente, otorgada solamente por razones de

necesidad y utilidad y con audiencia del consejo de familia, en el caso

de los tutores, tal como lo disponen los artículos 447 y 451 del código

civil, en cuanto a la patria potestad y a la tutela y el articulo 568 en

cuanto a cúratela. Solo si el acreedor recibió el derecho de retener el

bien dado en garantía anticrética, por deuda distinta de la que originó la

anticresis, podrá extenderse la garantía también para esa obligación.

Pero si no se hubiese pactado no puede proceder ya que el artículo

1095 del código civil dispone lo contrario. Lo que quiere decir, que la

anticresis no se presume, nace necesariamente de la voluntad de las

partes.

1.4.5. Derecho Inmobiliario:En la medida en que la anticresis solo puede recaer sobre bienes

inmuebles, asume el carácter de un derecho inmobiliario, a diferencia de

la prenda, que solo recae sobre bienes muebles. Pero no es suficiente

que la garantía consista en una cosa inmueble. Es también

indispensable, que esté en el campo del derecho privado. De ahí que no

todos los inmuebles enumerados por el artículo 885 del código civil

podrán ser dados en anticresis. Sólo podrán ser entregados en garantía,

los inmuebles que pertenezcan al dominio privado, pues los inmuebles

del estado no son susceptibles de gravamen.

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1.4.6. Eminentemente Temporal:Se trata de un derecho eminentemente temporal, ya que se extinguirá

con su realización en caso de incumplimiento, con la cancelación de la

deuda, en cualesquiera circunstancias que determinen la extinción de la

obligación principal.

1.4.7. Contrato Solemne:Se trata indudablemente de un acto eminentemente formal, pues deberá

constar de escritura pública, bajo sanción de nulidad y se encuentra

expresamente prescrita por la ley en el artículo 1092. No podrá

celebrarse anticresis por documento privado. Y si bien es cierto, que las

partes podrían respetarlo, es también cierto, que podrían impugnarlo si

no constase de escritura pública. La inobservancia de esta formalidad

acarrearía pues, la inexistencia de la garantía. El contrato de anticresis,

celebrado por escritura pública, podrá o no ser inscrito en el Registro de

la Propiedad Inmueble. El hecho obedece a que en el Perú el sistema

registral es voluntario y no obligatorio.

1.4.8. Acto OnerosoSe trata de un acto eminentemente oneroso, puesto que siempre

garantiza el cumplimiento de obligaciones de contenido pecuniario

susceptible de serlo.

1.5. SUJETOSLa anticresis supone siempre la existencia de una obligación principal a

garantizar. Las partes intervinientes en esta figura serán pues, de un lado el

acreedor anticrético a cuyo favor se establece la garantía, y de otro lado el

constituyente de la anticresis, denominado anticresista. Normalmente este último

es el deudor principal pero nada impide que pueda tratarse de un tercero.

Coincido pues plenamente con DIEZ PICAZO Y GUILECK cuando sostienen que

se admite que por un tercero se constituya anticresis para garantizar una deuda

ajena, o sea, el inmueble sobre el que recae tal derecho no tiene que ser en todo

caso del deudor...".(Picaso, 2012).

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1.5.1. ANTICRESISTA

Al igual que en el usufructo, la anticresis constituye una desmembración de

la propiedad, por la cual para establecerla es preciso tener respecto al bien

la máxima capacidad. El anticresista deberá por ello ser propietario del

inmueble, gozar de plena capacidad de ejercicio y tener la facultad de

disponer libremente del bien.

Nada impide que el anticresista sea representado por otra persona, en

concordancia con las normas generales de los artículos 145 y siguientes

del Código Civil. Tratándose de un acto de gravamen, el encargo deberá

alisarse de modo expreso y por escritura pública, con arreglo al artículo

156 del mismo cuerpo legal.

1.5.1.1. DERECHOS DEL DEUDOR ANTICRESISTAa. Derecho de propiedad sobre el predio: Como todo derecho

real de garantía, el deudor o el dueño del inmueble dado en

garantía, no pierde el derecho de propiedad. Puede disponer del

inmueble (sustituyéndolo por otro, o gravarlo) siempre que no se

afecten los derechos del acreedor anticresista. Sin embargo, es

de notar que si bien el deudor propietario puede enajenar el

inmueble, en cambio no puede trasmitir la propiedad a un

tercero, porque hallándose el acreedor anticresista en posesión

del inmueble, no puede hacerle tradición de éste al comprador,

requisito sin el cual el comprador no tendría acceso al dominio.

Si no se paga la obligación garantizada, el acreedor podrá

vender el bien dado en garantía. Pero mientras esté vigente la

obligación y ella no es exigible, puede el deudor o el

constituyente, disponer el predio dado en garantía, siempre que

lo sustituya con otro, a satisfacción del acreedor y siempre que

la relación posesoria del acreedor, lo permita. Puede el deudor

hipotecarlo, o el constituyente hipoteca el bien dado en

anticresis siempre y cuando el valor del bien consienta otro

gravamen. Esto serán, actos en ejercicio de las potestades del

dueño, porque el deudor no pierde el derecho de propiedad

sobre el bien dado en garantía.

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Es ese el que determina que al cumplirse la obligación se

reclame la restitución del predio y el que a su vez autoriza al

deudor o al constituyente a oponerse al uso abusivo del predio.

El ejercicio del derecho de propiedad, puede ser, sobre las

facultades de uso y disfrute, como en el usufructo, puede ser

ejercicio del derecho de propiedad sin tradición de la posesión

como en la hipoteca.

b. Derecho a oponerse al uso anormal del bien: Controla el

modo como el acreedor administra y explota el inmueble.

El acreedor anticresista, tiene la obligación de darle al bien su

verdadero destino, sea que este destino aparezca del contrato o

sea presumible de las circunstancias (Art. 1681, inciso 1°) y si

además no ha de hacer uso imprudente del bien, ni contrarío al

orden público ni a las buenas costumbres (Art. 1681, inciso 7°).

Si el acreedor anticresista, ha desnaturalizado el destino del

predio y lo ha cambiado sin consentimiento del propietario, o si

usa imprudentemente el bien, dándole destino contrario a las

normas de orden público y a las buenas costumbres, el deudor

o el constituyente, podrán formular oposición, la que podrá

ejercitarse extrajudicialmente, en forma directa al acreedor

anticresista, para que corrija su conducta respecto del bien o

judicialmente, recurriendo ante el juez para que imponga que el

inmueble sea usado de acuerdo a su destino. La segunda parte

del artículo 1078, aplicable por disposición del artículo 1096

concede derecho al propietario de la prenda a oponerse a su

explotación, si ella constituye riesgo para el bien. Esta norma es

aplicable a la anticresis. Si el acreedor anticresista abusa del

inmueble dado en garantía, podrá el propietario oponerse a ese

uso abusivo y pedir que cese.

c. Derecho a la restitución del bien o a la indemnización por su deterioro: el acreedor anticresista, es responsable por el

deterioro del predio o por su desaparición, aunque obedezcan a

incendio, si no prueba que el siniestro se ha producido por

causa no imputable a él. Es igualmente responsable por el

deterioro causado por las personas, que haya admitido a la

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posesión del bien. Esa responsabilidad nace del artículo 1683

del código civil, aplicable por disposición del artículo 1094. El

propietario del bien inmueble entregado en anticresis, tendrá el

derecho a que se indemnice su deterioro o que reponga el bien,

que se haya destruido totalmente. Esa responsabilidad del

acreedor anticresista, será directa si proviene de sus actos o de

las personas que haya admitido a la posesión del bien pudiendo

así este demandar los daños y perjuicios inherentes a la culpa o

negligencia en la administración y explotación del inmueble. Si

el deterioro proviniese de defectos inherente a construcción del

propio bien o a causas independientes del acreedor éste no

tendrá responsabilidad frente al propietario consiguientemente,

no existirá el derecho a la indemnización restitución del bien.

Establece el artículo 1079, aplicable por disposición del artículo

1096 del código civil, parafraseando esta norma en el caso de la

anticresis, resulta pues el derecho del propietario del inmueble

entregado en garantía, de ser reembolsado por el deterioro

parcial o total del bien, aunque ese deterioro provenga de caso

fortuito o fuerza mayor, salvo que el acreedor demuestre, que la

pérdida o el deterioro se habrían producido aún cuando no

hubiese abusado del bien prendado.

d. Derecho a reclamar la restitución del bien: Finalmente,

puede exigir la restitución del inmueble cuando se extingue la

obligación principal, reclamar la restitución del inmueble dado

en garantía. Este es un derecho que nace no solamente del

derecho de propiedad, sino que expresamente está señalado en

el artículo 1080, aplicable al caso de la anticresis. El acreedor

anticresista, que tiene la posesión del bien está obligado a

restituir el bien, cuando se cumpla la obligación queden

satisfechos los gastos de conservación, bajo responsabilidad.

De este derecho asimismo, emanará el otro relativo a la

sustitución del inmueble, por otro de la misma especie y calidad

o el pago de su valor actual, en caso de destrucción total por

culpa del acreedor. Así también, lo dispone el código civil en la

parte relativa a la prenda (Art. 1081).

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e. Derecho a inspeccionar el bien: Este no es un derecho que

pueda ejercitarse en cualquier momento. Deben concurrir

necesariamente los dos requisitos establecidos por la ley, es

decir, que debe existir una causa justificada para la inspección y

avisarse con anticipación de siete días que ella va ha ser

practicada.

Debe entenderse como causa justificada, la que resulte de las

circunstancias naturales o sociales, o de las propias relaciones

entre el acreedor y el deudor.

1.5.1.2. OBLIGACIONES DEL DEUDOR ANTICRESISTA

a. Obligación de entregar el bien: La anticresis constituye un

derecho real de garantía que se establece sobre un predio

inmueble cuya posesión se entrega al acreedor para que lo use

y usufructúe, consiguientemente, no habrá anticresis, mientras

no se haya hecho tradición del bien al acreedor, sea por el

deudor directamente o por un tercero que ponga su inmueble en

garantía.

La anticresis se constituye solamente sobre cosas inmuebles.

La realidad de la anticresis, deriva de la transmisión de las

facultades de disposición del bien y también de su entrega y

sometimiento a la posesión del acreedor. Consecuencia de la

entrega, es la posesión del acreedor y derecho al uso y disfrute

del inmueble dado en garantía.

El acreedor no podría ejercitar esos derechos, si no se le

entregase el inmueble, aunque su posesión no es gratuita y las

rentas del predio, se compensarán con los intereses o el capital,

en su caso.

La anticresis, obliga a la entrega, es decir, a la tradición del bien

y por" eso se ha sostenido que solamente hay anticresis sobre

cosas inmuebles y no sobre derechos. Sin embargo podría

constituirse anticresis, sobre el derecho de copropiedad, en la

porción correspondiente al deudor, facultando al acreedor a

percibir la renta correspondiente a dicha porción. Asimismo, se

podrá constituir anticresis sobre un inmueble que haya sido

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objeto de usufructo. El usufructuario que tiene la posesión del

bien, puede darlo

en garantía y realizar la entrega del bien, por el plazo del

usufructo. Pero en caso, de incumplimiento de la obligación no

será vendido el inmueble, sino el derecho de usufructo del

deudor.

b. Obligación de no alterar la posesión del bien: La anticresis, tiene por objeto la entrega del inmueble dado en

garantía, para que el acreedor lo explote y atribuya esa

explotación o los rendimientos de esa explotación, al pago de

los intereses o del capital. Es pues obligación del deudor o del

constituyente, en su caso, no alterar la posesión del acreedor,

no podrá ejercitar acto alguno que constituya perturbación de la

posesión o desposesión del acreedor. Si esto ocurriese, puede

el acreedor, como poseedor ejercitar la legítima defensa

posesoria normada por el artículo 920 o los interdictos a que se

refiere el artículo 921 del código civil. El artículo 990 del código

de procedimientos civiles, concedía expresamente al el derecho

de ejercer los interdictos de retener y recobrar, contra el

propietario.

El acreedor deberá tener su posesión tranquila, sin

interrupciones, ni alteraciones.

c. Obligación de realizar reparaciones necesarias: Existen dos

clases de reparaciones, que pueden hacerse en el inmueble:

• Las ordinarias, que están a cargo del acreedor anticresista. Son aquellas que se hacen para la conservación

de la cosa, cuyo desgaste ha sido causado por el uso normal y

ordinario.

• Las reparaciones necesarias o extraordinarias que están a cargo del propietario. Son aquellas que la cosa exige debido a

circunstancias especiales, cuando el desmedro se debe a

hechos extraordinarios. En este caso, es obligación del

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acreedor anticresista, dar parte al propietario de las

reparaciones urgentes que hacer. Y aún podrá realizarlas

directamente, con conocimiento del propietario, con derecho a

reembolso, si se tratase de reparaciones absolutamente

urgentes, así lo establece el artículo 1682 del código Civil,

aplicable por disposición del artículo 1094.

d. Obligación de pagar los tributos relativos al bien: el

propietario de bienes inmuebles, tiene diversas obligaciones

tributarias relativas al bien. Se trata de impuestos, como el que

grava el valor del patrimonio predial, la renta, o los tárenos sin

construir Esos gravámenes tributarios, deben ser pagados por

el propietario sea el deudor o el constituyente. En cambio, los

gabelas municipales por alumbrado público, baja policía,

cuidado de parques, etc. estimadas como servicios públicos,

deben ser pagadas por el acreedor anticresista, de acuerdo con

lo establecido por el inciso 3 del artículo 1681 del código civil,

salvo que haya concierto entre la partes para el pago de los

tributos, sea que pague todos los tributos o algunos de ellos.

e. Obligación de rembolsar las mejoras: Nuestro código civil,

reconoce en su artículo 916, tres clases de mejoras:

• Las necesarias, que impiden la destrucción o deterioro del

bien.

• Las útiles, que sin ser necesarias, incrementan el valor del

bien.

• Las de recreo destinadas al ornato, lucimiento o mayor

comodidad del poseedor.

En el caso de la anticresis, se reembolsarán las mejoras

necesarias realizadas de buena o mala fe, porque conservan el

valor del bien. Así lo establece además, la segunda parte del

artículo 917 del código civil.

En cambio las mejoras útiles, se reembolsarán solamente

cuando hayan sido hechas antes del emplazamiento con la

demanda para la devolución del bien. Las mejoras útiles deben

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resultar del convenio entre el acreedor y el propietario. Si no

fuese así, no serán reembolsables.

En cuanto a las mejoras de recreo, ellas no conceden derecho

reembolso. La única acción que tiene el poseedor, es la de

poder retirarlas, sin daña del bien. Esta acción la ejercitará

únicamente mientras esté en posesión del bien, pues pérdida la

posesión no podrá ejercitarse acción alguna.

El acreedor anticresista, como todo poseedor tiene derecho a

ser reembolsado de las mejoras, y podrá inclusive ejercitar el

derecho de retención del bien, mientras no hayan sido

reembolsadas. Así establece el artículo 918 del código civil.

1.5.2. EL ACREEDOREl beneficiario de la anticresis es el acreedor de la obligación principal. La

capacidad que le es exigida dependerá, en consecuencia de la obligación

de que se trate.

1.5.2.1. Derechos del acreedor anticresista: El acreedor anticresista tiene los

siguientes derechos:

a. Derecho a la posesión y a los frutos: La anticresis otorga al

acreedor, la condición de usufructuario del bien dado en garantía,

autorizándolo pata percibir sus untos. Pata poder obtenerlos, el

acreedor deberá ejercitar la posesión del bien, que es el ejercicio del

valor de uso.

Ese disfrute no es gratuito, pues los frutos se imputaran de todos

modos, sea al pago de los intereses del capital o a la amortización de

la deuda, es decir el disfrute del bien será necesariamente oneroso. El

artículo 1092 así lo dispone pues se trata de una norma tutelar, de los

derechos del deudor, para impedir que el silencio de la compensación

entre ñutos e intereses pueda servir a la usura.

Puede el acreedor disfrutar del bien, directa o indirectamente por medio

de oirá persona. El acreedor podrá arrendar el bien dado en anticresis

y percibir la renta, que es fruto civil. Pero en ningún caso podrá obtener

mayor renta de la que se señalo en el contrato.

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b. Derecho a la retención: El objetivo fundamental de este es, asegura el

cumplimiento de la obligación. La entrega del bien inmueble, que hace

el deudor o el constituyente, resulta el derecho que tiene el acreedor de

retener el bien en su poder, mientras no haya sido pagada la

obligación. Para ejercitar ese derecho, el acreedor deberá estar en

posesión del bien, directa o indirectamente. Solo así podrá retener el

bien en su poder, mientras no se pague la deuda.

Sin embargo este derecho no podrá ser ejercido en cualquier caso. El

artículo 1095 del Código civil establece: "el acreedor no puede retener”

el inmueble por otra deuda, si no se le ha concedido el derecho", así el

acreedor no podrá retener el inmueble dado en garantía de una

obligación, por otra que existiese a cargo del mismo deudor, si es que

expresamente no se le hubiese concedido dicho derecho. Solo podrá

haber retención del bien dado en garantía, por una segunda obligación

si expresamente se le ha facultado al acreedor para ejercitarla. Sí no

hubo esa autorización no podrá retener el bien del deudor.

El acreedor puede hacer valer su derecho de retención no solo contra

el deudor sino también contra terceros adquirientes del inmueble.

c. Derecho a que el bien dado en garantía sea sustituido

d. Derecho a vender el bien dado en garantía: Si la deuda garantizada

no es cumplida, podrá el acreedor pedir la venta del bien dado en

garantía.

El artículo 1096 del código dice: “Son aplicables a la anticresis, las

reglas establecidas para la prenda en lo que no se oponga a las

consignadas en este título". Consiguientemente, si se hubiese pactado

en el contrato de anticresis, la forma de venta directa del inmueble

entregado, deberá respetarse ese pacto y podrá venderse directamente

el bien dado en garantía sin tener en consideración su naturaleza

inmobiliaria. Pero si no se hubiese pactado la forma de la venta, deberá

precederse a la venta judicial, en contrario con lo establecido por el

artículo 1069 del código sustantivo que autoriza al acreedor a proceder

a la venta, con solo la notificación del deudor, con anticipación de ocho

días. Esta venta directa por el acreedor, puede ser atentatoria a la

Page 21: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

garantía del deudor, contenida en el artículo 1066, relativa a la nulidad

del pacto comisorio.

e. Derecho al pago preferencial: La norma remisiva del artículo 1096,

hace aplicables a la anticresis las normas de la prenda, dentro de las

cuales el artículo 1068, establece el derecho preferencia!, que tiene el

acreedor prendario frente a otros acreedores. Sin embargo debemos

esclarecer, que la anticresis como derecho real de garantía, determina

el pago preferente del acreedor, frente a los acreedores quirografarios,

que no pueden tener la posesión del bien dado en anticresis y frente a

los acreedores hipotecarios, posteriores a la constitución de la

anticresis.

Si la anticresis, fue celebrada por escritura pública, como lo dispone la

ley, su fecha será la determinante de la preferencia. Serán preferentes

las hipotecas anteriores, pero no las posteriores a la anticresis, pues

ellas se constituyeron a sabiendas de la obligación, que garantizaba el

inmueble hipotecado, y subordinándose en todo caso a los efectos de

la anticresis.

De la preferencia gozará el acreedor, mientras tiene el inmueble dado

en garantía, en su poder. Si lo hubiese abandonado o hubiese

renunciado a retenerlo, no podrá ejercitar el derecho a ser pagado

preferentemente. Es que el pago preferente, es la consecuencia de la

posesión y de la retención de la garantía. Carecería de objeto el propio

derecho real de garantía, si el acreedor no ha de ser pagado

preferentemente.

f. Derecho a dar por vencido el pago: El acreedor anticresista, como

cualquier acreedor, tiene derecho a dar por vencido el plazo de la

obligación, en los toes casos establecidos en el artículo. 181 del código

civil:

• Cuando el deudor resulta insolvente después de contraída

la obligación, salvo que garantice la deuda.

• Cuando no otorgue las garantías a que se hubiese

comprometido.

• Cuando el bien dado en garantía disminuyese de valor, por

acto del deudor o por hechos no imputables a éste.

Page 22: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

El derecho a dar por vencido el plazo, es un derecho del acreedor,

sobre todo si se trata de un derecho real de garantía, como la

anticresis, en que no se ha cumplido con la entrega del inmueble

que debe garantizar la obligación.

El artículo 1071, relativo a la prenda, aplicable a la anticresis

establece dos supuestos, en los que el acreedor podría solicitar la

caducidad del plazo otorgado al deudor

• Cuando el deudor no cumple con entregar el bien ofrecido

en garantía, norma que coincide con Art.181 inc.2 código

civil.

• Cuando no cumple con sustituir el bien dado en garantía,

en los casos señalados en el artículo 1072, es decir, cuando

el bien dado en garantía resulta no ser del deudor o del

constituyente; o Cuando el bien dado en garantía es

insuficiente por culpa del deudor o por vicio inherente al

bien; o cuando el acreedor ha sido engañado sobre el bien

dado en garantía.

No todas las normas son aplicables a la anticresis por ejemplo:

pues como sabemos la anticresis se perfecciona con la tradición del

inmueble, es decir deberá entregarse el inmueble y no podríamos

hablar de una norma relativa a la promesa de anticresis. Sólo serán

aplicables a la anticresis, los casos en los que el inmueble no sea

del deudor o del constituyente; o haya habido engaño del acreedor

sobre la situación material o jurídica del inmueble dado en garantía,

cuando el inmueble resulte insuficiente por culpa del deudor o por

vicio del inmueble.

En estos casos, si no es sustituido el bien dado en garantía, tendía

el acreedor que dar por vencido el plazo y exigir el cumplimiento de

la obligación.

g. Derecho al reembolso de los gastos de conservación: El acreedor

utiliza el inmueble dado en garantía y esa utilización, puede ocasionar

Page 23: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

su desmedro. Consiguientemente, deberá hacer las reparaciones

ordinarias, para conservar la productividad del predio, las cuales no

serán reembolsables (Art. 1013 y 1014 C.C.). Pero si realizase gastos

extraordinarios para la conservación del bien, es lógico que esos

gastos serán reembolsados, salvo que en el contrato de anticresis se

haya pactado otra cosa. Serán reembolsables solamente los gastos en

reparaciones extraordinarias, destinadas a la conservación del bien,

que se devolverá al deudor. El reembolso de las reparaciones, está

más bien subordinado al acuerdo de las partes, antes que a la ley.

h. Derecho al reembolso de mejoras: Se aplicaran a la anticresis, las

reglas relativas a las mejoras necesarias, en cualquier caso, dado que

estas están destinadas a evitar la destrucción del bien.

Estas mejoras, serán de todos modos reembolsadas. Dada su

naturaleza y su destino, no es necesaria autorización previa alguna y el

acreedor podrá realizarlas, aun sin conocimiento del deudor, o del

propietario.

Tratándose de las mejoras útiles, es decir de aquellas que sin ser

necesarias, incrementan el valor del bien, no pueden realizarse sin

estar concertadas. Si las mejoras útiles hubiesen sido hechas sin

autorización del deudor o del propietario del predio, no serán

reembolsadas.

i. Derecho del ejercicio de las acciones posesorias y petitorias: El

derecho al ejercicio de las acciones posesorias, no es solamente el

derecho a la defensa judicial de la posesión. Puede como cualquier

poseedor-, el amparo del artículo 920 del código civil, Ejercitar la

legítima defensa posesoria y por si solo sin la presencia de la autoridad

rechazar la turbación de la posesión o recuperarla, si ha sido

desposeído, sin que medie intervalo de tiempo entre la turbación y el

rechazo o entre la desposesión y la recuperación.

Podrá asimismo, ejercitar los interdictos legítimamente posesorios, es

decir, los de retener y recobrar y podrá finalmente ejercitar también, las

denominadas "acciones posesorias", estimadas como una variedad de

acción judicial destinada a la defensa del mejor derecho de posesión.

Page 24: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

En ese sentido, el anticresista, podrá confrontar su título posesorio, con

el de usufructuario o el del arrendatario.

El acreedor anticresista que involuntariamente haya perdido la

posesión por más de un año, podrá ejercitar las acciones

reivindicatorias que corresponderían al deudor o constituyente. Ese

derecho nace de la propia naturaleza del derecho real de garantía, que

reside fundamentalmente, en la posesión del inmueble dado en

garantía, pero además, resulta de la naturaleza del derecho real de

garantía, frente a la cual, no hay un sujeto pasivo de la obligación de

hacer poseer el bien en garantía. Una vez entregado el inmueble al

acreedor, asumirá directamente la defensa de su posesión, sea a

través de la legítima defensa, los interdictos, las acciones posesorias o

las acciones reivindicatorias, que corresponderían al constituyente.

La retención del inmueble en poder del acreedor anticresista, es el

aspecto más importante de la garantía. Consiguientemente, el

acreedor, deberá estar autorizado no sólo para ejercitar las acciones

posesorias, sino también, para el ejercicio de las acciones petitorias,

pero además, deberá gozar del derecho a reivindicar el bien, si hubiese

sido privado de la posesión, por más de un año.

1.5.2.2. Obligación del acreedor anticresista: El acreedor anticresista tiene los

siguientes derechos:

a. Obligación a conservar el bien dado en garantía: (Art. 1681

inc. 1, 10 C.C.). Es obligación del acreedor anticresista, que entra

en posesión del inmueble dado en garantía, autorizado para

explotarlo y percibir sus frutos el conservar dicho bien,

concediéndole su verdadero destino, sin desnaturalizar" su

finalidad, ni cambiándole su contenido. Pues deberá devolverlo al

cumplirse la obligación, sin más deterioro, que el causado por el

uso normal y ordinario.

b. Obligación de pagar los servicios públicos: (Art. 1681 inc.3

aplicable por disposición del Art. 1094 C.C.). Se consideran como

servicios públicos, aquellos que presta la administración, central o

municipal al exterior del predio. Constituyendo obligación del

anticresista, el pago de los servicios públicos suministrados en

beneficio del predio, debe considerarse que ese pago no es

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reembolsable por el deudor, ni puede ser imputado como

incremento de la obligación del deudor. Se trata de una obligación

impuesta por la ley y su cumplimiento no puede ser descargado en

el deudor.

c. Obligación de dar aviso en caso de usurpación, perturbación o imposición de servidumbre: El acreedor, podría en forma

directa, rechazar las pretensiones de usurpación, la perturbación de

su posesión o la pretensión de imponer una servidumbre. Sin

embargo, por disposición del inciso 4º del artículo 1681, debe el

cualquier usurpación, perturbación o imposición de servidumbre,

que se intente contra el bien.

• Debe entenderse como usurpación, el despojo total o

parcial del inmueble dado en garantía; es decir, la privación

de la posesión del anticresista sobre todo o sobre parte del

bien dado en garantía.

• La perturbación, no constituye desposesión, pero si

alteración de la relación posesoria por un hecho de persona

extraña, contra la cual, bien podría el anticresista, como

poseedor, ejercitar el interdicto pertinente, tal como lo

autoriza el artículo 921 del código civil.

• En cuanto a la imposición de servidumbre, se trataría de

una forma de perturbación de la posesión, pues la

servidumbre solamente nace de la voluntad de la ley. No se

puede imponer servidumbre de hecho.

d. Obligación de permitir la inspección del predio: (Art.1681 inc.

5 C.C.). El arrendatario, está obligado: "A permitir al arrendador,

que inspeccione por causa justificada el bien, previo aviso de siete

días".

El acreedor anticresista deberá permitir que el deudor o el

propietario, en su caso, inspeccionen el predio, previo aviso y solo

cuando concurran circunstancias importantes que justifiquen la

inspección.

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e. Obligación de hacer las reparaciones que le correspondan: (Art. 1681 inc. 6 C.C.). En la locación - conducción,

las reparaciones son resultado del contrato, es decir, de la voluntad

de las partes. Consiguientemente, el acreedor anticresista, estará

obligado a realizar reparaciones concertadas con el deudor o el

propietario. Si no hubiese concierto sobre las reparaciones, serán

de aplicación las normas de los artículos 1680 y 1682 código civil.

En el caso de reparaciones urgentes, el arrendatario (en este caso

el anticresista) está obligado a darle aviso inmediato al arrendador

(en este caso al propietario), bajo responsabilidad de los, perjuicios

que sobreviniesen por falta de ese aviso. Pero por disposición del

propio artículo 1682 en caso de reparaciones urgente podrá

hacerlas directamente el arrendatario dando aviso al arrendador y

con cargo de reembolso. Si en el curso de la anticresis tuviese que

hacerse reparaciones urgentes que no pueden diferirse, el

anticresista deberá tolerarlas, aunque importen la privación del uso

de una parte del bien dado en garantía. Así lo establece el artículo

1673 del código civil que también será aplicable a la anticresis.

f. Obligación de no hacer uso imprudente del bien: la

desnaturalización del bien o de su utilización imprudente en contra

de las normas de orden público y las buenas costumbres,

constituiría un abuso del bien dado en garantía, que justificaría la

oposición del deudor o del propietario, en su caso.

El uso imprudente del bien, no constituye causal de fenecimiento de

la anticresis, debido a que ella está vinculada a la obligación

principal.

g. Obligación de no introducir cambios en el bien, sin asentimiento del deudor: (Art. 1681 inc 8 C.C.). Aplicando esta

norma a la anticresis, resulta que el acreedor anticresista, no podrá

hacer ninguna modificación en el bien, sin el consentimiento del

deudor o del propietario.

Se comprenderá únicamente la alteración física del predio,

realizada sin consentimiento del deudor o del propietario. Esa

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alteración significara, el cambio de la apariencia del bien, realizado

sin el consentimiento del propietario.

h. Obligación de restituir el bien al finalizar la anticresis: (Art.

1080 y 1681 C.C. aplicables a la anticresis.).

Existe pues, departe del acreedor anticresista la obligación de

devolver el predio en garantía, al cumplirse la obligación

garantizada; pero no podrá reclamarse la devolución del predio, al

vencerse el plazo del contrato, pues el acreedor, tiene el derecho

de retención sobre el predio hasta el momento en que sea pagada

la obligación. Una vez pagada la obligación, el acreedor no puede

demorar la restitución del predio del deudor o del constituyente. Si

no lo hace será responsable por el perjuicio que la demora en la

devolución ocasione.

i. Obligación de responder por el deterioro del bien: El acreedor

anticresista está obligado a responder por el deterioro que sufra el

predio dado en garantía. Constituyen sus obligaciones, cuidarlo

diligentemente y no causarle modificaciones no autorizadas.

Consiguientemente, cualquier menoscabo o deterioro del predio,

aun cuando deriven de incendio si no se prueba que no ha sido por

causa no imputable, deberá ser de responsabilidad del acreedor.

(Art. 1683 C.C.).

"Es también, responsable por la perdida y el deterioro ocasionados

por causa imputables a las personas que ha admitido, aunque sea

temporalmente, al uso del bien". Tratándose de la anticresis, que se

constituye sobre bien inmueble, no sea aplicable la norma relativa a

la pérdida. Solamente, pueden perderse, extraviarse las cosas

muebles.

j. Obligación de no ceder el usufructo del bien sin conocimiento del deudor: El acreedor anticresista, no tiene

derecho a obtener del inmueble mayor beneficio que la renta

señalada en la escritura, con la cual se compensará el interés. Si el

acreedor anticresista arrendase el bien dado en anticresis y por ese

arrendamiento cobrase una cantidad excedente a la renta

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convenida, estaría obteniendo utilidad negatoria de la

compensación equitativa entre renta e intereses.

Consiguientemente, el acreedor anticresista no podrá sin

conocimiento del deudor o del propietario ceder el usufructo del

bien. Esta es una obligación, que resulta de la aplicación del

artículo 1681 inciso 9 del código civil que prohíbe al arrendatario,

subarrendar o ceder el arrendamiento total o parcial sin

asentamiento escrito del arrendador.

k. Obligación de rendir cuentas: Puesto que el acreedor anticresista

está obligado a imputar los frutos percibidos al pago de los

intereses y del capital adecuado, obvio es que está obligado a

rendir cuentas, a menos que se trate de una anticresis

compensatoria.

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CAPITULO II: OBJETO DEL ANTICRESIS

2.1. CONCEPTO

La anticresis es una garantía real cuya aplicación se encuentra restringida a los

bienes inmuebles. Cabe anotar, al respecto que dada la naturaleza de la

institución, el inmueble debe ser "fructífero", es decir, capaz de ser sometidos a

relaciones jurídicas Susceptibles de producir frutos.

Puede que los frutos sean naturales, civiles e industriales, y que tradicionalmente

pueden ser objeto de Anticresis los inmuebles productores de éstos, en principio,

todo inmueble podrá calificarse de fructífero, porque frutos naturales podrá no

darlos, pero si frutos civiles e industriales (así arrendamientos).

Por último, la anticresis no requiere que el inmueble esté produciendo frutos

cuando se constituya, sino que precisa sólo de su potencia productora.

2.2. CONSTITUCIÓN2.2.1. Condiciones de Fondo:

Como en la prenda, las condiciones de fondo son tres:

• La legitimación del constituyente: La anticresis puede ser constituida por

el propietario, los condóminos y el usufructuario, aunque en este último

caso, la duración está supeditada a la del usufructo. Si el constituyente no

está legitimado para establecer este derecho, pero luego adquiere la

propiedad o el usufructo, rige el principio de la convalidación.

• La capacidad de las partes: el Código Civil la exige necesaria para

disponer. Corno la enajenación de frutos futuros entra en la categoría de

los actos de disposición, no puede constituir anticresis el que únicamente

tiene poder pata ministra.

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• La entrega del inmueble: como el contrato que da nacimiento a la

anticresis es real, sólo se perfecciona con la entrega del inmueble al

acreedor. El modo queda subsumido en el título.

2.2.2. Condiciones de Forma:

La constitución del derecho real de anticresis es formal: porque exige el

otorgamiento de escritura pública, conforme al artículo 1092 del Código

Civil deviniendo esta formalidad AD SOLEMNITATEM, porque es bajo

sanción de nulidad; y pata oponerla a terceros se necesita también la

inscripción en el Registro de la propiedad inmueble. Además es

indispensable la tradición de la cosa, sin la cual el acreedor no adquiere

sobre ella ningún derecho real.

2.2.3. Pactos Permitidos y Prohibidos:

Está permitido en cambio pactar la compensación de los frutos con los

intereses en su totalidad o hasta determinada concurrencia. Con el

propósito de evitar negocios usurarios y perjuicios derivados de la situación

apremiante en que pueda encontrarse un deudor, el Código prohíbe los

siguientes pactos:

• Toda convención que le atribuya al acreedor el derecho de hacer

vender por sí el inmueble que tiene en anticresis; la venta debe ser

siempre judicial.

• Las cláusulas que autoricen al acreedor a tomar la propiedad del

inmueble por el importe de la deuda, si ésta no se pagara en su

vencimiento.

• Las cláusulas que hicieran al acreedor propietario del inmueble

por el precio que fijen peritos elegidos por las partes o de oficio

Bien entendido que estas cláusulas son nulas solamente cuando figuran en

el contrato de anticresis, pero no si se convienen con posterioridad. Esta

conclusión se impone en vista de que el deudor puede, sin embargo,

vender al acreedor el inmueble dado en anticresis antes o después del

vencimiento de la deuda.

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2.3. DIFERENCIAS CON OTROS DERECHOS REALES

2.3.1. Con el Derecho De Propiedad:Existe cierta semejanza dada por el hecho de que ambos son derechos

reales, lo que determina que tanto el acreedor anticrético corno el

propietario tengan sobre el bien un derecho prioritario y preferente sobre

el de cualquier persona que ostente un mero derecho de crédito Es

evidente, sin embargo, que el contenido de la anticresis difiere por

completo del que es propio del derecho de propiedad. En primer lugar"

presupone siempre la existencia de un propietario, calidad que no puede

coincidir con la del acreedor anticrético. En segundo lugar, es un derecho

con contenido limitado al uso y disfrute del bien, y no autoriza a disponer

del mismo o gravarlo. La anticresis configura, en realidad, una

desmembración del derecho de propiedad, parte de cuyo contenido se

confiere temporalmente al acreedor en garantía de un préstamo.

2.3.2. Con la Copropiedad:Pese a que se asemejan en que una pluralidad de sujetos ostenta

derechos de naturaleza real sobre un mismo bien, no cabe duda de que

la anticresis es una figura enteramente distinta de la copropiedad.

La anticresis no hace surgir comunidad alguna entre el propietario el

acreedor, no hay concurrencia de derechos iguales ni existe por tanto

acción de división posible entre ellos.

2.3.3. Con el Arrendamiento:Existe cierto parecido entre ambas instituciones, ya que tanto el

arrendatario como el acreedor anticrético tienen derecho a poseer, usar y

disfrutar del bien.

Pese a ello, hay diferencias saltantes, empezando por señalar los

derechos de naturaleza real que nacen de la anticresis, de los derechos

de carácter personal a que da lugar el contrato de arrendamiento. No

obstante, debemos admitir que la naturaleza real o personal de los

derechos que origina el arrendamiento constituye un tema sumamente

discutido y discutible, pese a lo cual nos hemos inclinado por sostener

que éste suscita derechos fundamentalmente personales.

Page 32: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

A diferencia del arrendamiento, la anticresis es un derecho de garantía que

se establece para asegurar el cumplimiento de una obligación. Se trata,

pues de una figura accesoria, característica que no presenta el

arrendamiento, que es un contrato principal y autónomo. Otra distinción

radica en que el arrendamiento puede tener por objeto toda clase de

bienes, mientras que la anticresis se circunscribe a los inmuebles.

2.3.4. Con el Usufructo:

Existen semejanzas dadas por el hecho de que ambas instituciones

constituyen derechos reales que confieren al beneficiario el uso y disfrute

de un bien.

Las distinciones, son importantes. En primer término, la condición

accesoria de la anticresis, derivada de su naturaleza de derecho de

garantía, a diferencia del usufructo que es un derecho principal y

autónomo.

De otro lado, el contenido de los derechos de disfrute también es distinto,

ya que en el usufructo el beneficiario es libre de explotar o no el bien, y de

aplicar los ñutos y rendimientos corno mejor le convenga. En la anticresis,

por el contrario, el bien debe ser explotado y sus ñutos deben ser

aplicados al pago de la deuda.

Otra diferencia radica en que el usufructo puede establecerse sobre todo

tipo de bienes, mientras que la anticresis se limita a los inmuebles.

Finalmente, en la anticresis el propietario puede recuperar la posesión del

inmueble mediante el pago de lo debido, extinguiendo así la deuda

principal y por consiguiente la accesoria. En el usufructo, en cambio, el

propietario no puede recobrar el uso y disfrute mientras no concluya el

plazo estipulado o se produzca alguna circunstancia que determine su

extinción, tal como la muerte del usufructuario, por ejemplo.

2.3.5. Con la Prenda:

Ambas instituciones tienen en común su calidad de garantías reales, su

naturaleza accesoria, y el desplazamiento que se produce del bien, de

poder de quien las constituye, al acreedor de la obligación garantizada.

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Pese a ello, las diferencias son notorias y vienen dadas, por la naturaleza

de los bienes sobre los cuales recaen. La prenda, recae sobre bienes

muebles, mientras que la anticresis lo hace sobre bienes inmuebles.

De otro lado, los derechos de uso, disfrute y explotación del bien que son

inherentes a la anticresis se encuentran ausentes de la prenda común, el

uso del bien por parte del acreedor prendario requiere de un acuerdo

expreso con el deudor.

Sí bien ambas figuras permiten que el acreedor haga suyos los ñutos, el

objetivo principal de la prenda es que el bien sea vendido en el supuesto

de incumplimiento; mientras que en el caso de anticresis su función

principal es la explotación del bien, es decir la percepción de los frutos

como forma de cobrar el monto adeudado, de ahí que en doctrina se haga

referencia a un supuesto de "permuta de rentas".

En efecto, mientras que la prenda es la afectación de un bien mueble al

cumplimiento de una obligación con el objeto de permitir al acreedor su

venta para cobrarse con el producto de la realización del mismo, la

anticresis consiste en la entrega del bien al acreedor para que a través de

su explotación proceda al cobro de su acreencia.

Por consiguiente, la prenda consiste en otorgar al acreedor el derecho de

vender el bien en caso de incumplimiento (evento futuro), mientras que la

anticresis consiste en la entrega inmediata del bien al acreedor (evento

presente) pata permitirle a través de su uso el cobro de la acreencia.

2.3.6. Con la Hipoteca:

Posiblemente se trate de la figura que más semejanza guarda con la

anticresis, lo que ha determinado incluso que algunos autores consideren a

esta como una subespecie de la hipoteca.

Ambas instituciones tienen en común el hecho de tratarse de garantías

reales que recaen sobre bienes inmuebles.

La diferencia fundamental radica, en la entrega de la posesión y disfrute

propios de la anticresis, y que se encuentran ausentes en la hipoteca. Esta

última garantía no lleva implícita la entrega del bien, como tampoco su

explotación, es decir no requiere la tradición del bien al acreedor.

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Por esta razón en doctrina se ha denominado a la anticresis como la

"prenda sobre inmuebles", esto es un derecho real de garantía sobre

inmuebles que requiere pata su constitución de la entrega física al

acreedor y no de la inscripción del gravamen.

Otra distinción radica en que la hipoteca no agota las posibilidades del

inmueble en cuanto al otorgamiento de garantías, se admite la constitución

de segundas y ulteriores hipotecas, ya que no es necesario proceder a su

entrega física para constituir la garantía Por el contrario, no puede

constituirse sino una anticresis sobre el mismo inmueble, ya que no se

podría cumplir con el requisito de la entrega física del bien a todos los

acreedores pata que cada uno de estos pudiese explotarlo y obtener sus

frutos.

2.4. EXTINCIÓN

Ha de estimarse como modos o formas de extinción de la anticresis, todas

aquellas causas que extinguen la relación de derecho real entre el acreedor y el

bien dado en garantía. Nuestro Código Civil no se pronuncia de modo expreso

sobre las causas de extinción de la anticresis, por lo que debemos considerar

aplicables aquellas que determinan la extinción de la prenda, siempre y cuando no

sean incompatibles.

De ese modo, por remisión del artículo 1096 del Código vigente, podemos

enumerar como causas de extinción de la anticresis las siguientes: Pueden ser de

dos clases:

2.4.1. Modos Directos:Los modos directos de la extinción de la anticresis, aquellos que emanan

de la propia cosa dada en garantía. Consiguientemente pueden ser.

a. La destrucción del bien: Cuando se habla de la destrucción del bien,

como modo extintivo de la anticresis, hay que entenderlo como el bien

inmueble dado en garantía. Cuando nos referimos a que la anticresis

se extingue por destrucción del bien, nos estamos refiriendo a la

desaparición física de la cosa dada en garantía. Sin embargo, la

desaparición física de la cosa, no libera al deudor de garantizar la

obligación si ella está pendiente. Desaparece la anticresis sobre el bien

destruido, pero no desaparece la obligación de garantizar la deuda.

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Cabe mencionar que la hipótesis de destrucción del bien objeto de la

garantía, sea por culpa del acreedor, o sin mediar causas imputables a

éste, se ve regulada por los artículos 1081 y 1082 del Código Civil.

Estos dispositivos se ubican en la normativa relativa a la prenda, pero

son de aplicación a la anticresis en virtud de la norma remisoria del

artículo 1096 del código civil.

Aún en los casos, en que el acreedor hubiese tenido que proceder a la

demolición del predio que amenaza ruina; el deudor siempre tendrá la

obligación de garantizar el pago de la deuda.

Es decir, que desaparece la cosa dada en anticresis, pero no

desaparece la relación obligacional principal, ni la relación de garantía.

b. Renuncia a la anticresis por el acreedor: La renuncia del acreedor

se admite en aplicación del principio de la autonomía de la voluntad.

Dada la formalidad impuesta para la constitución de la anticresis,

estimamos que la renuncia debe ser expresa y revestir la misma forma,

es decir, la escritura pública.

Si se produce la manifestación de voluntad del acreedor de renunciar a

la garantía anticrética, acaba la anticresis, por extinguirse la relación de

garantía. De obligación con garantía real, se habrá pasado a una

obligación simple, sin garantía o a una obligación con garantía sin

tradición del bien sobre el cual se constituye la garantía. En este caso,

se extinguirá la anticresis, ya no existirá la obligación de entregar al

acreedor un bien inmueble, autorizándolo para su disfrute, pero se

sustituirá la garantía, por otra que no obligue al deudor a la entrega del

bien.

La renuncia ha de constituir manifestación de voluntad expresa o tácita

(Art 141 C.C.). Si el acreedor devuelve la posesión del inmueble al

deudor o al constituyente, expresando que no desea la garantía,

porque tiene suficiente confianza en el deudor, se tratará de una

renuncia expresa. Si el acreedor, sin expresar su voluntad,

simplemente devolviese la sesión del bien, se tratará de una renuncia

tácita. Pero en todo caso de renuncia, la posesión del bien dado en

garantía, debe volver al deudor o al constituyente.

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c. Confusión o consolidación: Si el acreedor adquiere el derecho de

propiedad sobre el bien dado en garantía, se producirá la consolidación

de las condiciones de acreedor y de propietario de la garantía, en una

sola persona. En este caso también extingue la anticresis, pues el

sujeto no puede garantizarse a sí mismo y otorgarse garantía real. La

confusión o consolidación significa que una sola persona adquiere las

condiciones de acreedor y deudor. Tratándose de la anticresis, la

confusión o consolida solamente puede operarse en la persona del

acreedor, cuando este adquiere el predio dado en garantía. Esa

adquisición no podrá ser en ningún modo el pago de la obligación con

el predio dado en garantía, sino que debe obedecer a una causa

distinta y extraña a la obligación. Consiguientemente, puede suceder

que se extinga la obligación principal, o que subsista dicha obligación,

con garantía diferente. Se extinguirá la obligación, si con el precio de

venta, o con parte de él, se ha hecho pago de la deuda. Y no se

extinguirá la obligación, si el precio de venta se ha entregado al deudor

o al Constituyente, lo que puede suceder en obligaciones a plazo (no

vencido).

No podrá producirse la consolidación a favor del deudor, porque este

tendría que adquirir el derecho a la obligación, es decir, pagarla y esta

es otra forma de extinción de la anticresis.

d. Venta y expropiación del bien: Cuando nos referimos a la venta del

bien, nos referimos a la que haga el acreedor para el pago de la

obligación. La venta que haga el deudor en ejercicio de su derecho de

propiedad, puede constituir una sustitución de la garantía, que es otra

forma de extinguir la anticresis.

Si el acreedor saca a la venta el bien dado en garantía y se realiza

dicha venta, entonces se habrá acabado la relación de garantía; no

solo se habrá extinguido la anticresis sobre determinado inmueble, sino

que se habrá producido la extinción de la relación de garantía, por

mucho que la obligación principal no haya sido totalmente pagada. Se

habrá acabo la anticresis constituida sobre determinado inmueble

aunque su valor no haya alcanzado para pagar totalmente la

obligación.

Page 37: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

Teniendo su fundamento en el "ius imperium” del Estado, en caso de

expropiación deberá considerarse extinguida la anticresis. El predio

dado en garantía pasa a poder del Estado o de la entidad paraestatal

expropiante y se liberara de la carga que pesaba sobre él. La

expropiación, es también una forma de enajenación compulsiva por

parte del estado, aun en contra de la voluntad del propietario. En todo

caso, el predio dado en garantía, cambiaria de dueño y

consiguientemente se libraría del gravamen.

Esto es consecuencia de la teoría exclusivista recogida por nuestra

legislación relativa a expropiación, que excluye a los terceros del

procedimiento de expropiación y exime al Estado de cualquier

responsabilidad frente a los mismos.

e. Sustitución de la garantía por otra: La anticresis, se extingue

también cuando la cosa es sustituida por" otra de la misma naturaleza,

o cuando cambia la naturaleza de la garantía. Puede suceder que se

haya constituido anticresis, sobre un predio y que este predio tuviese

que ser vendido. Podrá en este caso, el deudor o el propietario,

sustituir el inmueble dado en garantía por otro, mientras está vigente la

obligación, o puede suceder que el acreedor" prefiera una garantía

prendaria o una garantía hipotecaria sobre el mismo bien inmueble o

sobre otro. Puede haber muchas formas de sustituir la garantía, pero

mientras esté vigente la obligación, existirá siempre la obligación de

garantizarla. Esto es que se acabará la anticresis sobre determinado

inmueble, pero no se acabara la obligación de garantiza la deuda.

Quiere decir, que la Sustitución de la garantía, extingue la anticresis

sobre determinado inmueble, pero no extingue ninguna relación de

garantía, ni la obligación principal.

2.4.2. Modos Indirectos:Son aquellos que hacen cesar la relación de derecho real, por haberse

extinguido la obligación principal. Consiguientemente, serán modos

indirectos de extinción, todos los modos de extinción de las

obligaciones o deudas en dinero, tales como:

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a. El pago: El pago de la deuda constituye la forma más importante

de extinguir la anticresis. La anticresis, como derecho real de

garantía, es un derecho accesorio a la obligación principal. No tiene

existencia autónoma. Existe solamente, si existe la obligación

principal y se extingue cuando dicha obligación se acaba.

Se estimará pagada la obligación, cuando haya sido ejecutada

íntegramente la prestación en que dicha obligación consiste (Art.

1220 C.C.). Es decir, cuando se haya pagado la deuda en qué

consistía la prestación y sus intereses y demás los gastos de

conservación del bien (Art. 1080 C.C.).

El pago puede realizarse:

• En forma de consignación (Art. 1251 C.C.), si esta no ha sido

impugnada, o si la impugnación ha sido rechazada.

• Por subrogación, (Art. 1260 C.C.)

• Dando en pago, es decir, cuando el acreedor recibe como

cancelación total o parcial una prestación diferente a la que

debía cumplirse (Art. 1265 CC)

• Por novación, (Art. 1297 C. C.), caso en el cual no se

transmitirán a la nueva obligación las garantías de la obligación

extinguida (Art. 1283 C.C.).

• Por compensación, (Art. 1288 C.C.).

• Por transacción.

En cualquiera de las formas de extinción de la obligación principal,

se extingue también la garantía anticrética.

b. La prescripción extintiva de la deuda: Si la obligación principal,

ha prescrito porque el acreedor no ejercitó oportunamente las

acciones destinadas a su pago, dejará de tener existencia la

anticresis. El deudor o el propietario, en su caso, podrán reclamar

la devolución del bien dado en garantía.

Los términos de prescripción de las obligaciones, están señalados

en el artículo 2001 del código civil. La inexistencia de la obligación

principal, conllevará la desaparición o extinción de la garantía

anticrética.

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c. La anulación, rescisión o resolución de la obligación: En el

caso de la anulación, dejará de existir la obligación, sea desde que

se constituyo, o desde la declaración judicial de nulidad, en caso de

anulabilidad. Se trata de la presencia de elementos que hacen

ineficaz el acto jurídico.

El artículo 1370 del código civil, define la rescisión, como "que deja

sin efecto un contrato por causal existente al momento de

celebrarlo".

El artículo 1371, define la resolución del acto jurídico, como aquella

que "deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su

celebración".

La diferencia entre la rescisión y la resolución reside en la

oportunidad en la que se presenta el germen de la ineficacia del

acto jurídico. Si ese germen existía ya en el momento de celebrar el

acto jurídico, habrá rescisión, y si naciendo válidamente el acto

jurídico, el germen de su ineficacia se presenta después, habrá

resolución. En ambos casos resulta ineficaz la obligación principal.

Con la sentencia rescisoria es retroactivo el acto jurídico, vale decir,

la obligación principal en la anticresis dejará de tener eficacia desde

el momento mismo en que fue celebrado, mientras que el caso de

resolución, esta no opera retroactivamente. Entonces el acto

jurídico dejara de tener eficacia desde el momento de la demanda o

cuando se presentaron las circunstancias que hicieron ineficaz el

contrato.

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CAPITULO III: DERECHO DE RETENCIÓN

3.1. NOCIONES HISTÓRICAS El derecho de retención se remonta hasta el derecho romano. En las

institutas de Justiniano ya se trata de él, al ocuparse de la reivindicación

intentada por el propietario que sobre dicho suelo ha levantado cualquier

construcción, convertida así en accesoria del inmueble perteneciente, por

tanto, al reivindicarte. El legislador romano decide que en tal caso el

poseedor puede oponer la excepción del dolo mientras no se le haya

reembolsado el importe de sus gastos, por lo menos cuando es de buena

fe.

El derecho de retención paso al antiguo derecho francés. Las costumbres

de parís lo conocen al hostelero sobre los caballos y equipajes del

peregrino, y al coheredero sobre el inmueble cuya reversión la herencia

debe, para el reembolso de sus impensas.

La ordenanza de Villers Cotterets (agosto de 1539. Artículo 97) lo concede

también al conceder también al constructor, autor de reparaciones o

mejoras en el suelo ajeno.

Sin embargo, este derecho, por el cual los autores muestran tendencia a

generalizar más todavía, es mirado por la doctrina con muy malos ojos,

porque constituye vía de hecho, las Ordenanzas intervienen para poner

obstáculos a que se perpetúe indefinidamente, y así la de Moulins (1566,

articulo 52) y la de permitir al propietario que exija la restitución de la cosa

mediante fianza y el segundo, en ordenar al poseedor que se haga liquidar

con presteza su crédito.

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El Código Civil francés, por su parte, ha concedido un puesto al derecho

de retención, concediéndolo señaladamente a varios acreedores, bien

gocen, de privilegio, como el prendatario y el vendedor, bien estén

privados de todo derecho de preferencia; pero a diferencia del Código Civil

Alemán y del Código Civil suizo, no nos da por ninguna parte una

reglamentación de conjunto de este derecho. Este vacío de la ley ha

ocasionado en la jurisprudencia una verdadera anarquía, siendo esta una

de las materias en las que más ha tenido que hacer la doctrina para suplir

el silencio del legislador. En nuestro país esta figura del derecho de

retención no estaba ajena al quehacer legislativo. El Código Civil de 1852,

como dice Eleodoro Romero y Romana, la admitía en determinados casos

específicamente señalados; es por esta razón –agrega- que se estudiaba

como un derecho independiente. El ponente del libro de los derechos

reales del Código Civil de 1936, Dr. Solf y Muro, sustentó la tesis de que el

derecho de retención tenía efectos similares “que los de prenda o la

anticresis”, indicando en esas circunstancias que su ubicación adecuada

es aquella que atañe al libro de los derechos reales, incorporándolo como

un derecho de garantía.

Al mantenerse esta institución e incorporarse en el Código Civil de 1984 se

enriquece su origen, su causa; en efecto Jorge Eugenio Castañeda,

comentando el Código Civil de 1936 dice: “El derecho de retención no

admite otra fuente que la ley”. “No puede ser convencional; no puede

nacer de un contrato –agregando- sin embargo que éste podría

eventualmente nacer de un contrato”.

Según la cita que se extrae de su libro: Menderizos, DA FONSECA A.

“Admite que puede pactarse el derecho de retención que el principio de la

libertad de las convenciones no encuentra aquí, ninguna restricción

especial”.

Este último criterio se incorpora en el Código Civil de 1984, en la

exposición de motivos y comentarios se dice que este derecho tiene una

triple fuente: “La ley, el contrato o simplemente el hecho de existir un

crédito impago que no esté garantizado y un bien del deudor que guarde

conexión con aquél y que esté en poder del acreedor del crédito”.

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3.2. CONCEPTO:Se trata de un derecho en virtud del cual, el acreedor que detenta una

cosa perteneciente al deudor, está facultado para conservarla en su poder

hasta el pago de lo que le es debido con motivo de la misma cosa.

Es el derecho de retener una cosa a un acreedor para que éste cumpla

una obligación en los casos en que no pueda realizarse la compensación.

Se habla de derecho de retención cuando el deudor de una cosa la retiene

hasta que su acreedor le cumpla o le asegure el cumplimiento de una

obligación en los casos en que no pueda realizarse la compensación.

Se habla de derecho de retención cuando el deudor de una cosa la retiene

hasta que su acreedor le cumpla o le asegure el cumplimiento de una

obligación de entregar.

El derecho de retención es el derecho en virtud del cual el tenedor de una

cosa que pertenece a otro queda autorizado para retenerla hasta el pago

de lo que el propietario de esta cosa le debe.

Esta garantía se diferencia de la hipoteca y del privilegio que ella genera,

en primer lugar en que, al igual que la pignoración, exige la tenencia de la

cosa por el acreedor, privando, por consiguiente, la deudor de su uso; y en

segundo lugar, en que no confiere al acreedor el derecho de poner en

venta la cosa retenida y reembolsarse de su deuda con su precio, con

preferencia, pues desde el momento que l acreedor se desprende de la

cosa que retiene, pierde todo su derecho.

El concepto lo encontramos en el artículo 1123 del Código Civil:

“Por el derecho de retención un alrededor retiene en su poder el bien de su

deudor si su crédito no está suficientemente garantizado. Este derecho

procede en los casos que establece la ley o cuando haya conexión entre el

crédito y el bien que se retiene”.

El artículo 1123; viene a complementar a su antecedente el Art. 1029 del

C.C. derogado, el que no hacía referencia alguna a uno de los elementos

consubstanciales del derecho de retención, cual es la necesaria conexión

que debe existir entre el crédito impago y el bien que se retiene.

De este dispositivo se infiere que el derecho de retención tiene una triple

fuente; la ley, el contrato o simplemente el hecho de existir un crédito

impago que no está garantizado y un bien del deudor que guarda conexión

con aquél, y que este en poder del acreedor del crédito.

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El derecho de retención cuyo carácter de derecho real aún se discute en

doctrina, queda totalmente tipifica así por su inclusión entre las garantías

reales. Además no hay que olvidar que para poder ejercer el derecho de

retención es requisito indispensable el tener la posesión física y actual del

bien.

3.2.1. Jurisprudencia <<MIENTRAS QUE EL VENDEDOR MO OTROGUE LA

ESCRITURA PÚBLICA RESPECTIVA EL COMPRADOR DE UN

INMUEBLE TIENE DERECHO A RETENER EL PRECIO, Y NO

ESTA OBLIGADO APAGAR INTERESES.- A.J. 1932.- La

resolución transcripta, nos da un panorama exacto del precepto

que contiene el Art. 1123, mediante el cual se expresa que por el

derecho de retención un acreedor retiene en su poder el bien de su

deudor si su crédito no está suficientemente garantizado. Este

derecho procede en los casos que establece la ley, o cuando haya

conexión entre el crédito y el bien que se retiene>>.

3.3. CARACTERÍSTICAS: El derecho de retención tiene los siguientes

caracteres:

3.3.1. Fuente: Como ya hemos señalado, el derecho de retención tiene

un origen triple: la ley, el contrato y la conexidad entre el crédito y

el bien que se retiene.

3.3.2. Accesoriedad: Es necesario que exista un crédito, a cuya suerte

queda ligado y lo sigue a través de todas sus vicisitudes.

3.3.3. Indivisibilidad: La cosa retenida y cada parte de ella queda

afectada al pago de todo el crédito y cada parte del mismo. Por lo

tanto, el retentor no estará obligado a devolver la cosa, hasta que

el crédito haya sido totalmente satisfecho.

El artículo 1125 del Código Civil describe esta característica:

“El derecho de retención es indivisible. Puede ejercerse por todo el

crédito o por el saldo pendiente, y sobre la totalidad de los bienes

que estén en posesión del acreedor o sobre uno o varios de ellos”.

De la norma se infiere que el derecho de retención en esta parte

tiene similitud con los demás derechos reales de garantía pudiendo

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hacerse valer “en caso de incumplimiento total o parcial de la

obligación”. O lo que es lo mismo, si sólo existiera un saldo impago

del crédito. Como dice la exposición de motivos “puede

comprender a voluntad del retentor. Todos los bienes del deudor

moroso o alguno de ellos”.

Este precepto es igual a los anteriores, una simple repetición del

artículo 1033 del derogado. En él hay varios principios que es

menester diferenciar. En primer lugar la indivisibilidad del derecho

de retención es principio siempre consagrado y común a todos los

derechos reales de garantía.

En segundo término se puede ejercitar el derecho de retención en

caso de incumplimiento total o parcial de la obligación, es decir se

autoriza también retener el bien del deudor si solo existiera un

saldo impago del crédito.

En tercera instancia el derecho de retención puede comprender, a

voluntad del retenedor todos los bienes del deudor moroso o

algunos de ellos.

3.3.4. Se hace valer judicialmente como excepción: Ante el recamo de

restitución de la cosa, el retentor se opone a ello, invocando la

retención como excepción o defensa. Mientras no hay pretensión

por parte del propietario de recuperar la cosa, no hay retención.

El inciso 2° del artículo 1127 dice: “El derecho de retención se

ejercita:

Inc. 2° Judicialmente, como excepción que se opone a la acción

destinada a conseguir la entrega del bien. El juez puede autorizar

que se sustituya el derecho de retención por una garantía

suficiente”.

Comentando decimo: sin embargo, el juez puede autorizar que se

sustituya el derecho de retención por una garantía suficiente, es

obvio que, en este caso se libere el bien por estar suficientemente

asegurado el cumplimiento de la prestación. En este supuesto no

se afecta el derecho del acreedor.

El Código Civil, además, ha establecido como otra forma de

ejercitar el derecho de retención, el procedimiento extrajudicial que

por sus propios alcances supone que en este caso no existe una

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litis, de la manera que si el acreedor es emplazado, por ejemplo

con una carta notarial, la entrega del bien podrá rehusarse “hasta

que no se cumpla la obligación por la cual se invoca”.

Este es un precepto nuevo. El ejercicio del derecho de retención no

estaba previsto en el código de 1936, quedando librado al azar y a

interpretaciones no siempre coincidentes.

Este precepto, recogido literalmente del artículo 390 de la

ponencia, subsana dicha omisión y disciplina las dos vías mediante

las que se pueden ejercer el derecho, esto es, la extrajudicial y la

judicial, las que lógicamente no se excluyen sino más bien se

complementan.

En efecto el retenedor está autorizado a rehusar la entrega del bien

mientras el propietario no cumpla con pagar lo debido. En el ámbito

judicial el retenedor puede oponer contra la acción reivindicatoria el

derecho de retención como excepción dilatoria hasta que no se

pague o garantice, a satisfacción del juez, la obligación pendiente.

3.4. FUNCIÓN DEL DERECHO DE RETENCIÓN.La función es netamente coercitiva. Si bien algunos autores consideran

que puede ser cautelar, menester es, poner de relieve, que, semejante

capacidad por parte de los particulares, no es dado por la ley. Cuando los

Códigos Procesales establecen la posibilidad de embargar bienes, se

parte de un principio de jurisdicción y de bilateralidad. De defensa en juicio

de los derechos.

Los autores que sostienen que la función del derecho de retención es

cautelar son Colin, Capitant y Podetti. Ellos de esta manera hablan de la

imposibilidad de enajenar los bienes, o sea un congelamiento de los

bienes del deudor (Sancho Rebullida, "Estudios de Derecho Civil", t. 1 p-

258). No podemos estar más en desacuerdo. Las vías procesales son

idóneas para el embargo y, además, para el secuestro de los bienes

embargados. Ir más allá de la mera función coercitiva, implicaría una

justicia por mano propia, jurídicamente inaceptable a los hombres de

derecho.

En cambio, cuando se trata de una retención con el objeto de que su uso

haga satisfacción al acreedor de una obligación, llamadas, retenciones

anómalas, y que tienen ese objeto, legalmente predispuesto, entonces

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será posible la retención hasta la compensación del crédito mediante su

uso, lo cual no hace diferencia con la función coercitiva, pero sí, hace las

cosas más sencillas. La privación es del uso y goce, y fundamentalmente

coercitiva.

3.5. FUNDAMENTO DEL DERECHO DE RETENCIÓN.Característica fundamental del pensamiento del hombre civilizado es el

exigir que las leyes tengan una razón de ser, es decir, que tengan

causalidad adecuada, pues de lo contrario, la ley representaría un acto

arbitrario. En consecuencia, podemos anticipar que las aplicaciones que la

ley hace del derecho de retención están lejos de representar actos

arbitrarios o acomodaticios; en otras palabras, que la ley no se fundamente

en sí misma, si no en un principio capaz de reducir a una unidad

congruente y racional los diversos casos de retención. Este principio

superior es el de la equidad, entendido en el sentido de igualdad de

condiciones para las personas que son mutuamente deudoras y

acreedoras.es un absurdo jurídico que “que quien tiene un derecho contra

una persona y además una cosa de ella, si esta cosa le puede asegurar la

realización de aquel derecho, se la entregue quedándose o pudiendo

quedarse burlado.

Consultando los antecedentes históricos del derecho de retención,

fácilmente encontramos que brota de elementales normas de equidad, y

así los textos romanos refiriéndose a que construye en terreno ajeno,

afirman: “si constituido el constructor en posesión, el dueño del suelo

pretendiese que la cosa fuera suya, y no pagas ele precio de los

materiales y jornales de los trabajadores, puede ser repelido por la

excepción del dolo malo.

La excepción del dolo malo (exeptio doli) servía para justificar la retención

y esta excepción se construía al margen del derecho estricto y como

derivación de la equidad.

Además obra con dolo quien reclama un derecho sin cumplir la reciproca

prestación, pues pretende enriquecerse a expensas de otro y resulta

injusto reclamar algo, fundándose en la ley, cuando por esta misma ley

uno esta obligado a ejecutar una prestación.

Se estima que este mismo fundamento prevalece en el derecho moderno

para el cual el ejercicio del derecho de retención constituye una simple

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excepción, lo que es válido para la constitución del derecho que no

dispone de acción alguna. En efecto, la retención debe ser alegada en el

momento en que la otra parte reclama la cosa une se le debe y se le hace

vales como consecuencia natural del acción que se ejerce contra el deudor

de una cosa y al fin de enervar la efectividad de la acción, mientras que al

retiene la cosa no se le cancele un crédito.

La retención depende exclusivamente de la voluntad del deudor de la

cosa, y no necesita de autorización judicial.

En efecto, si esta reclama el bien sin pagar la prestación, el acreedor hace

valer el derecho de retención.

3.6. NATURALEZA JURÍDICA.Nos encontramos con otro instituto de la naturaleza jurídica controvertida.

Según una corriente, el derecho de retención es un derecho real, que

afecta directamente a la cosa que se ejerce; se le reconoce efectos

persecutorios y además, es oponible no solo el deudor sino también a los

terceros, para otros autores, es un derecho personal, por que participa de

la naturaleza del crédito al que accede, no confiere IUS PERSEQUENDI y

no es oponible a los terceros, sin el deudor y sus sucesores universales.

Para una tercera posición se trata de una cualidad o ventaja inherente a

determinados derechos creditorios. No hay inherencia a la cosa y

consiguientemente carece de IUS PREFERENDI y al IUS PERSEQUENDI.

En cuanto a las acciones que competen al retentor cuando ha sido

desposeído, son posesoria y no reales.

El derecho de retención, en cambio, si la cosa es enajenada por el deudor

o ejecutada por otros acreedores; el derecho subsiste y el retentor puede

seguir ejerciéndolo hasta que haya sido desinteresado.

El artículo 1129 del código civil lo dice con toda nitidez: “el derecho de

retención no impide el embargo y el remate del bien, pero el adquiriente no

puede retirarlo del poder de retenedor si no entregándole el precio de la

subasta, en lo que baste para cubrir su crédito y salvo la preferencia

hipotecaria que pueda existir”.

Comentando decimos que si a solicitud de un tercero se embarga y se

remata el bien, el adquiriente no puede retirar el bien, el adquiriente no

puede retirar el bien del poder del retenedor sino pagando del precio de la

subasta lo que es suficiente para cubrir el crédito. Sin embargo, si la

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retención recae sobre un bien inmueble esta regla admite las siguientes

excepciones:

1° para que el derecho de retención surta efectos frente a un tercero debe

ser inscrita en el registro de la propiedad inmueble, solo en este supuesto

se puede ejercitar el derecho a retención frente al adquiriente a título

oneroso.

2° si el inmueble no estuviera inscrito, la única forma de que nazca el

derecho de retención es “ser registrado mediante amonestación preventiva

extendida por mandato judicial”

3.7. CONDICIONES PARA LA EXISTENCIA DEL DERECHO DE RETENCIÓNPara que pueda hablarse de retención, se requiere que dos personas entre

si sean recíprocamente deudoras y acreedoras, esto es, que una de ellas

exija a la otra que le cumpla su obligación, para ella cumplir la suya. Esto

sucede cuando el poseedor en nombre propio es condenado a restituir la

cosa poseída a quien acredito un mejor derecho de poseer ( ejercicio de

la acción reivindicatoria);y si el poseedor tiene derecho a ser indemnizado

en razón de mejoras hechas a las cosa , nos encontramos ante dos

personas que mutuamente son acreedoras y deudoras a la vez; el

poseedor se encuentra obligado a restituir la cosa , por una parte pero

tiene un crédito que cobrarle al acreedor, o sea ,el valor de las mejoras. En

este caso según el artículo 970 del código civil colombiano, el obligado a

restituir la cosa puede rehusar el cumplimiento de esa obligación hasta

que el acreedor le pague el valor de las mejoras o le asegure su pago.

Existen contratos cuyo contenido esencial se dirige a permitir por un

tiempo determinado que una persona retenga en su poder una cosa, y

esto sucede con los contratos de arrendamiento, de usufructo, de prenda,

de comodato, de anticresis, etc. en estos contratos los arrendatarios,

usufructuarios, etc. Son retenedores o poseedores en virtud de un contrato

por el cual el dueño o administrado de la cosa les permitida poseerla o

retenerla durante un tiempo. La retención que ejercen estas personas se

rige por el contrato y sobre ella es necesaria una nueva reglamentación

jurídica, fuera de la que nace del mismo contrato.

El derecho de retención propiamente tal, implica un acto unilateral del que

retiene la cosa, pues la retiene sin estar autorizado para ello por un

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contrato, y aún más, la retiene contra la voluntad de su dueño o

administrador. Se trata de un poseedor obligado a restituir una cosa al

dueño, pero con la advertencia de que este se encuentra obligado a pagar

las mejoras hechas por el poseedor en la cosa que debe de restituir, y que

puede retener hasta que se le pague el valor de las mejoras o se le

asegure el pago.

En consecuencia, para determinar el campo propio de aplicación del

derecho de retención, debemos examinar si una persona se encuentra

actualmente obligada a restituir la cosa, pero se niega a cumplir a esa

obligación hasta que no se le cumpla otra a cargo del acreedor de la cosa.

Durante la vigencia del contrato de arrendamiento, el arrendatario retiene

en virtud de un derecho y el arrendador es el que está obligado a permitir

que el arrendatario retenga.

3.8. EFECTOS DEL DERECHO DE RETENCIÓNI. ENTRES LAS PARTES

El retentor tiene el derecho de mantenerse en la tenencia de la

cosa. Si es privado de ella en contra de su voluntad. Ya sea por el

propietario y por un tercero; está facultado para reclamar la

restitución, pues se le concede acciones posesorias si la cosa es

mueble. Podrá demandar la restitución si la cosa ha sido robada o

perdida, aunque este en poder de un poseedor de buena fe.

Por otra parte el retentor está obligado a cuidar la cosa evitando

su pérdida o deterioro, a abstenerse de usarla, y a destituirla

cuando se extingue el derecho.

El propietario de la cosa conserva su dominio, el que no sufre

ninguna afectación, por no configurara la retención de un derecho

real.

II. RESPECTO A TERCEROSEl derecho de retención no impide que otros acreedores

embarguen la cosa retenida, y hagan la venta judicial de ella; pero

el adjudicatario, para obtener los objetos comprados, debe

entregar el precio al tenedor de ellos. Hasta la concurrencia de la

suma por la que este sea acreedor

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Por lo tanto el ejercicio del derecho de retención no perjudica a los

otros acreedores, quienes pueden embargar y ejecutar la cosa.

Cuando ello ocurre el retenedor podrá seguir detentándola hasta

que haya sido satisfecho su crédito.

Con respecto a enfrentamientos con acreedores privilegiados, el

derecho de retención no impide el ejercicio de los privilegios

generales.

Los privilegios generales funcionan únicamente en la ejecución

colectiva, en cuyo caso caía el derecho de retención al producirse

el desapoderamiento del deudor.

a) Supuesto de extinción del derecho de retención Cuando ha sido cumplida la obligación principal, atendiendo el

carácter accesorio del derecho de retención, al igual acontece

con los otros derechos reales de garantía como la prenda o la

hipoteca y una vez cumplida por el deudor la obligación

principal se extingue con ella.

Por causas inherentes al derecho de retención ya con

prescindencia del crédito al cual avala o garantiza. Este podría

ser el caso, por ejemplo el de abandono de la cosa retenida o

el supuesto de entrega del bien del acreedor al deudor, ósea el

retenedor del bien al dueño del mismo.

b) Bienes impedidos de ser retenidosARTÍCULO 1124.- la retención no puede ejercerse sobre bienes

que al momento de recibirse estén destinados a ser depositados o

entregados a otra persona.

El precepto de este artículo se limita a señalar una de las cinco

clases de bienes que no pueden ser materia del derecho de

retención, esto es los <<depositados o entregados a otra

persona>>.

Lo primero no es cierto por cuanto el artículo 1852 del código

vigente, autoriza al depositario a <<retener el bien hasta que se le

pague lo que se le debe por razón del contrato>> implicancia que

demuestra una vez más que nada se compadece menos con la

improvisación que la misión de legislar.

Page 51: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

Como se ha expresado no se han incluido los demás incisos del

citado artículo 385 de la ponencia, que señala los bienes que no

pueden ser materia del derecho de retención, tales como los bienes

muebles incorporables, dado que no hay concreción material que

retener; los que no son de libre disposición por mandato expreso

del código o de leyes específicas; y los recibidos para ser

entregados a otra persona.

La ponencia no incurre en el error de señalar que los bienes

depositados no pueden ser matera del derecho de retención.

c) IndivisibilidadARTÍCULO 1125.- el derecho de retención es indivisible. Puede

ejercerse por todo el crédito o por el saldo pendiente, y sobre la

totalidad de los bienes que estén en posesión del acreedor o sobre

uno o varios de ellos.

Este precepto es igual a los anteriores, una simple repetición del

artículo 1033 del derogado.

En él hay varios principios que es menester diferenciar. En primer

lugar la indivisibilidad del derecho de retención es principio siempre

consagrado y común a todos los derechos reales de garantía.}

En segundo término se puede ejercitar el derecho de retención en

caso de incumplimiento total o parcial de la obligación, es decir se

autoriza también retener el bien del deudor si solo existiera un

saldo impago del crédito.

En tercera instancia el derecho de retención puede comprender, a

voluntad del retenedor todos los bienes del deudor moroso o

algunos de ellos.

d) Limitación del derecho de retenciónARTICULO 1126.- L a retención se ejercita en cuanto sea

suficiente para satisfacer la deuda que la motiva y cesa cuando el

deudor la paga o la garantiza.

e) Acción de retenciónARTICULO 1127.- El derecho de retención se ejercita:

Extrajudicialmente, rehusando la entrega del bien hasta que

no se cumpla la obligación por la cual se invoca.

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Judicialmente, como excepción que se opone a la acción

destinada a conseguir la entrega del bien. El juez puede

autorizar que se sustituya el derecho de retención por una

garantía suficiente.

JurisprudenciaDerecho de retención <<…El derecho de retención es la

facultad que comprende al tenedor de una cosa ajena para

conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que le es

debido…>>

Exposición de motivos Este es un precepto nuevo. El

ejercicio del derecho de retención no estaba previsto en el

código de 1936, quedando librado al azar y a

interpretaciones no siempre coincidentes.

Este precepto, recogido literalmente del artículo 390 de la

ponencia, subsana dicha omisión y disciplina las dos vías

mediante las que se pueden ejercer el derecho, esto es, la

extrajudicial y la judicial, las que lógicamente no se excluyen

sino más bien se complementan.

En efecto el retenedor está autorizado a rehusar la entrega

del bien mientras el propietario no cumpla con pagar lo

debido. En el ámbito judicial el retenedor puede oponer

contra la acción reivindicatoria el derecho de retención

como excepción dilatoria hasta que no se pague o

garantice, a satisfacción del juez, la obligación pendiente.

3.9. OPONIBILIDAD FRENTE A TERCEROS ARTICULO 1128.- para que el derecho de retención sobre inmuebles surta

efecto contra terceros, deba ser inscrito en el registro de la propiedad

inmueble.

Solo se puede ejercitar el derecho de retención frente al adquirente a título

oneroso que tiene registrado su derecho de propiedad, si el derecho de

retención estuvo inscrito con anterioridad a la adquisición.

Respecto a los inmuebles no inscritos, el derecho a retención puede ser

registrado mediante anotación preventiva extendida por mandato judicial.

El código de 1936, en una de sus numerosas e importantes omisiones, no

se pronunciaba sobre el derecho de retención de inmuebles.

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Por el contrario la ponencia señala en el numeral 384, inspirado en el

código suizo, art. 895, que el derecho de retención puede recaer sobre:

inmuebles, estén inscritos o no en el registro: bienes muebles corporales; y

títulos valores, respecto a su concreción material. Precepto que no fue

incluido y en cambio se recoge en este artículo el numeral 395, sin haber

señalado previamente que es posible la retención de inmuebles.

La inscripción en el registro del derecho de retención sobre inmuebles es

un arduo problema en los países como el Perú donde la inscripción no es

constitutiva de dominio.

Sobre esta materia no se pronuncia el código de 1936, pero sí sus

comentaristas. Para salvar omisión tan señalada, el presente artículo

brinda reglas destinadas a establecer un régimen coherente, a pesar de su

inevitable dualidad.

En primer lugar se dispone que para que el derecho de retención sobre

inmuebles surta efectos contra terceros debe ser inscrito en el registro,

principio fundamentado en la esencia de la función registral, es decir la

certeza y la publicidad.

En segundo término se precisa que el derecho de retención no inscrito con

anterioridad no puede ser opuesto contra el adquiriente a título oneroso

que tiene registrado su derecho de propiedad sobre el inmueble. Esta

regla es consecuencia de la primera, lógicamente la inscripción del

derecho de retención para ser eficaz frente a terceros debe ser previa a

cualquier transmisión de dominio, dado que el adquirente a título oneroso

está protegido por la fe del registro.

La tercera regla, crea un régimen paralelo y soluciona el caso de los

inmuebles no inscritos, estableciendo que el derecho de retención sobre

inmuebles puede ser registrado mediante una anotación preventiva

extendida por mandato judicial.

3.10. EMBARGO Y REMATE DEL BIENARTICULO 1129.- El derecho de retención no impide el embargo y el

remate del bien, pero al adquirente no puede retirarlo del poder del

retenedor sino entregándole el precio de la subasta, en lo que basta para

cubrir su crédito y salvo la preferencia hipotecaria que pueda existir.

JURISPRUDENCIA: inviabilidad de retención por incumplimiento de la contraprestación: <<…Para exigir el

cumplimiento de una obligación debe realizarse la contraprestación

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debida, y siendo ellos así, la retención del saldo del precio no

resulta viable pues no se compatibiliza con la exigencia del

otorgamiento de la escritura que se acciona, la misma que se debe

otorgarse previa cancelación actualizada del saldo del precio

debido…>>

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS: El embargo y remate del bien

estuvieron previstos en el artículo 1034, norma que ha sido

transcrita literalmente.

En este precepto se regula la concurrencia de varios acreedores, si

alguno de ellos tuviera la calidad de acreedor real puede, en uso de

sus jus perseguendi, distrahendi y vendendi, solicitar el embargo y

el consecuente remate del bien, sea cualquiera quien lo tenga en

su poder.

El acreedor, a pesar de poseer un derecho real sobre las cosas

ajenas, no puede oponerse al remate del bien, pero << el

adquirente no puede retirarlo del poder del retenedor sino

entregándole el precio de la subasta, en lo que basta para cubrir su

crédito>>.

La redacción de este precepto es oscura y necesita en

esclarecimiento, en el se da la intervención de varias personas:

primero, el propietario del bien retenido; segundo el retenedor;

tercero, un acreedor real que solicita un embargo y remate del bien;

y cuarto, el que adquirió el bien en la subasta.

Ahora bien, de acuerdo al presente artículo, el bien tiene que ser

subastado sin estar físicamente presente, porque el retenedor no

tiene por qué entregarlo hasta que no se le cancele la suma que se

le adeuda.

Por otro lado cuando el adquirente obtiene el bien en la subasta se

entiende que pagó su precio en consecuencia lo único que podría

hacer es <<reservar>> parte de esa suma para entregársela al

retenedor, dado que es la única forma de conseguir la traditio del

bien que ha adquirido.

Pero es más, el precepto in fine establece una excepción: <<salvo

la preferencia hipotecaria que pudiera existir>> lo cual quiere decir

que si se trata de inmueble hipotecario, el retenedor, por ejemplo

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que introdujo mejoras en el bien, no puede retenerlo frente al

acreedor hipotecario.

El artículo 392 de la ponencia ha mejorado la redacción de este

numeral dejando establecido que el acreedor hipotecario <<previo

y preferente>> esta exceptuado de esta regla, en consideración al

derecho de preferencia que caracteriza la hipoteca y al hecho que

su acreencia fue anterior a la del retenedor.

3.11. PROHIBICIÓN DEL RETENEDOR DE ADQUIRIR LA PROPIEDADARTÍCULO 1130.- Aunque no se cumpla la obligación el retenedor no

adquiere la propiedad del bien retenido es nulo el pacto contrario.

En este precepto se sanciona la nulidad del pacto comisorio, norma que ya

ha sido comentada en relación a los otros derechos reales de garantía.

Este precepto no figuraba en el derogado.

El dispositivo del art. 1130 del código vigente es una novedad en nuestra

legislación, en razón de no haber tenido precedente en el derogado.

En dispositivo del artículo material de este comento, hace que en la

práctica se aplique cuando medie la intervención judicial.

Sin embargo, en muchos casos, en los que el derecho de retención se

resuelve sin la intervención del poder judicial, es frecuente que el

retenedor se quede con el bien retenido.

Por otro lado la norma pretende, impedir absolutamente este hecho y

exigir del retenedor del bien, que trabe embargo sobre el bien materia de

retención, y los realice en subasta pública.

a) Régimen para retenciónARTÍCULO 1131.- Las reglas de este título son aplicables a todos

los casos en que la ley reconozca el derecho de retención, sin

perjuicio de los preceptos especiales.

JURISPRUDENCIA: <<procede la retención del precio de la

subasta de un inmueble, a solicitud del acreedor hipotecario,

cuando dicha retención reemplaza la hipoteca que se extingue con

el remate mientras en el juicio respectivo se decide sobre la

preferencia para el pago entre el acreedor hipotecario y otro que

subastó el inmueble>>

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El último artículo del libro de derechos reales es la transcripción

literal del numeral 1035 del derogado.

El precepto está mal ubicado, al final del título, lo correcto hubiera

sido situarlo en la primera parte dado que regula, aunque en forma

incompleta, los casos en que se aplica.

La expresión final de este dispositivo: << sin perjuicio de los

preceptos especiales>> no resulta clara pues el término <<ley>> es

genérico y abarca toda clase de disposiciones.

Por otra parte este precepto olvida que el derecho de retención no

sólo es de fuente legal sino que también puede tener origen en el

consensus por ejemplo, en un contrato en el que el vendedor se

reserva el derecho de no entregar el bien hasta que el comprador

no pague la totalidad de precio. Igualmente ignora este artículo que

las reglas del derecho de retención también se aplican, aunque

éste no esté previsto en la ley ni en el contrato, simplemente

basado en el hecho de la existencia de un crédito no garantizado y

que tenga conexión con el bien del deudor.

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CONCLUSIONES

El contrato de anticresis se remonta hasta el derecho griego, en el cual significó

en contra uso, que es precisamente lo que da a entender su nombre es el

lenguaje de los grupos.

Es por tanto, La anticresis se presenta como una esencia del sostenimiento

convenido entre sujetos que desean beneficiarse de mutuo acuerdo, en tal sentido

las partes adquieren derechos y obligaciones establecido por la ley. Lo que se

quiere en sí, es especificar que la institución anticresis, dada su antigüedad

conlleva a una obsolescencia para el derecho moderno, lo cual acarrearía en una

limitación en el avance de la ciencia del derecho.

En efecto a cambio del uso de un capital el deudor permitía al acreedor el uso de

un inmueble.

Nuestro código civil no da una definición precisa de lo que es derecho de

retención; solo se limita a establecer este derecho en forma aislada en

determinadas figuras jurídicas; esto es, que en forma taxativa, consagra esta

figura en siete instituciones específicas, estas son: Posesión, colación, contrato de

Obra, prenda anticresis y deposito, pero a pesar de la importancia que se le

asigna a esta figura jurídica en cada una de estas instituciones, el Código Civil no

la define, ni en forma general, ni en forma particular en cada una de ellas

El derecho de retención es la facultad concedida por la ley al poseedor o

detentador de una cosa corporal cierta, y determinada perteneciente a otro, para

conservar la posesión o detentación, hasta tanto le sea cancelado todo cuanto se

le adeuda, por concepto de daños, mejoras, gastos o reparaciones hechas en la

cosa o con ocasión de allá o de créditos independientes de la misma, y que deben

ser cancelados por aquel a que la cosa pertenece o le es debida

Page 58: TRABAJO DE DERECHO CIVIL REALES.docx

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