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2010 DOSCIENTOS ANtildeOS DE UNA NACIOacuteN QUE NO SABE QUE LO ES

rafael EstraDa micHEl

inquietantes los 7 (iexclsiete) tiacutetulos juriacutedicos de la conquista espantildeola de Ameacuterica seguacuten Vi-toria

Carl scHmitt

Esa actitud por decirlo en pocas palabras estribaba en considerar que nuestra presen-cia en aquel territorio era legal pero ilegiacuteti-ma Teniacuteamos un derecho abstracto a estar ahiacute un derecho de nacimiento pero la base de ese derecho era fraudulenta Nuestra pre-sencia se cimentaba en un delito el de la conquista colonial perpetuado por el apar-theid Sea cual fuere lo contrario a ldquonativordquo o ldquoarraigadordquo asiacute nos sentiacuteamos nosotros Nos consideraacutebamos transeuacutentes residentes tem-porales y en ese sentido sin hogar sin patria

J M coEtzEE

sumario I La misioacuten y la nacioacuten II En el entronque de los milenios la criacutetica del potaje

Raiacuteces legitimidad justicia en la guerra territorio nacer nacido nacioacuten Todo se habiacutea cocinado durante un par y medio de siglos en las Indias trau-matizadas por las conquistas del Quinientos Y al paso de las revoluciones del siglo de las luces que fueron revoluciones ldquode nacioacutenrdquo como ha dicho

Director del Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana

Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Juriacutedica Virtual del Instituto de Investigaciones Juriacutedicas de la UNAM wwwjuridicasunammx httpbibliojuridicasunammxbjv

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Poder judicial del estado de Michoacaacuten

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Joseacute Mariacutea Portillo el cocido se convirtioacute en cuestioacuten explosiva El cardenal Lorenzana un ilustrado en la corte de Meacutexico supo verlo en 1770 cuando denuncioacute que mientras que en la antigua Espantildea (esto es en la peninsular) existiacutea un solo tipo de hombres en la nueva conviviacutean varios organizados ldquoen muchas y diferentesrdquo castas Los distintos climas imponiacutean a ambas Es-pantildeas diversidad de leyes y hasta de gobiernos ldquomas siempre con el fin de asemejarlosrdquo A pesar de este buen deseo las ldquonacionesrdquo se iban separando poniacutean un oceacuteano de por medio conforme se acentuaban las diferencias fun-dadas en los sitios en los que cada quien habiacutea nacido1

De ahiacute que por lo menos en la Nueva Espantildea propiamente dicha mdashese Meacutexico ldquonoble por espantildeol y por aztecardquo al que cantoacute Machadomdash el criollismo diera lugar a la nacioacuten entendida en su sentido reducido en ab-soluto panhispaacutenico mesoamericano cuando no meramente anahuacense La historia oficial de las pasadas centurias ha pretendido ver en el blanco nacido en estas tierras al uacutenico y auteacutentico criollo A diferencia de lo que ha ocurrido en la Ameacuterica meridional ldquocriollordquo es expresioacuten que se utiliza en sentido eacutetnico no territorialista Nada maacutes alejado de las pretensiones de los padres fundadores en su versioacuten mexicana el ldquogachupiacutenrdquo era para el cura Hidalgo el europeo advenedizo que encima colaboraba con las huestes invasoras francesas (o incluso inglesas) en el difiacutecil contexto del fundacional antildeo 1808 Los criollos ldquoespantildeoles americanosrdquo habriacutean de hacerle frente para mantener estas tierras bajo el dominio de su legiacutetimo rey el deseado Fernando VII de Borboacuten Habiacutea que expeler a los traidores los colabora-cionistas los antiamericanos Logrado esto blancos indios y mestizos mdashto-dos ldquonacionalesrdquo de la Espantildea en la que habiacutean nacido es decir de ldquoeacutesta la nueva y fideliacutesimardquomdash pondriacutean al reino en situacioacuten de obediencia respecto de la Corona y de la dinastiacutea pero no de otra nacioacuten que como la europea la Espantildea ldquoantiguardquo les era ajena y antipaacutetica Son estos los conceptos que andando el tiempo permitiraacuten instrumentar la expulsioacuten de los espantildeoles en un Meacutexico ya republicano e independiente (1828-1829) sin mayor re-paro en que muchos de aquellos ldquoextranjerosrdquo habiacutean realizado contribu-ciones decisivas tanto para la obtencioacuten de la Independencia como para la ereccioacuten de la Repuacuteblica

Asiacute durante la praacutectica totalidad del siglo XIX los mexicanos se las veriacutean mdashsolos y sin intervenciones alieniacutegenasmdash con sus diferencias con los ldquotipos de hombrerdquo que contemplaba Lorenzana Si los espantildeoles eran

Lorenzana F A de arzobispo de Meacutexico Historia de Nueva Espantildea escrita por su esclarecido conquistador Hernaacuten Corteacutes aumentada con otros documentos y notas por edicioacuten facsimilar de la publicada en Meacutexico por la imprenta del superior gobierno 1770 (Meacutexico Universidad deCastilla-La Mancha-Miguel Aacutengel Porruacutea 1992) sp

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tan ldquoigualesrdquo queacute mejor Aquiacute teniacuteamos nuestras especificidades criollas y les hariacuteamos frente a nuestra manera sin que nadie nos diera indicaciones procurando abstraernos de ellas puesto que los problemas y las realidades son en cualquier caso cuestiones de percepcioacuten Surgiacutea el dogma del Meacutexico mestizo bronciacuteneo posthispaacutenico que asiacute como habiacutea expulsado a los espa-ntildeoles terminariacutea decretando la desaparicioacuten del indio o por mejor decir su condensacioacuten compartida en la categoriacutea totalizadora de ldquociudadano de los Estados Unidos Mexicanosrdquo

No pretendo resumir las enormes criacuteticas que fundamentalmente en tiempos porfirianos se dirigieron contra la creencia (que eso es lo que era sincera o no una creencia) de que los indiacutegenas mexicanos estaban listos para hacerse cargo de las responsabilidades del ciudadano al despuntar el XIX Tales criacuteticas resultaban ademaacutes de racistas y reduccionistas com-placientes con las clases poderosas que por lo demaacutes no han demostrado en doscientos antildeos ser capaces de encabezar adecuadamente la toma repu-blicana de decisiones no han sabido constituir aristocracia ni con sufragio censitario ni sin eacutel Lo que quisiera mostrar es el batidillo de nociones de conceptos y de deseos que se dieron cita al momento en que los mexica-nos configuraacutebamos nuestra nacioacuten tan contradictoria desde que daba sus maacutes enternecedores balbuceos Fue precisamente en el contexto de 1808 en el que el oidor peninsular Aguirre nos espetoacute la gran verdad de nuestra constitucionalidad la misma que auacuten hoy no hemos sabido responder si esa ldquonacioacutenrdquo de la que hablaba el siacutendico criollo Primo de Verdad era tan ldquosoberanardquo como pretendiacutean los autonomistas iquestpor queacute no se decretaba la soberaniacutea de las ldquonacionesrdquo aboriacutegenes la soberaniacutea de los auteacutentica y legiacute-timamente nacidos en este reino desde antes de que fuera tal cosa iquestPor queacute los ldquocriollosrdquo se resistiacutean a la mera idea de ver independientes y libres due-ntildeos de sus destinos y haciendas a los indios iquestQueacute no podriacutean los indiacutegenas encabezar el renacimiento de la nacioacuten mexicana

La pregunta sigue ahiacute en el aire sin que nos hayamos atrevido a decidir si lo que maacutes nos conviene es el modelo de melting pot o el de salad bowl De hecho buena parte de las reacciones que llegan desde posiciones de izquier-das o derechas a los intentos uniformizadores del precario Estado liberal mexicano se han caracterizado histoacutericamente por manifestar una enorme nostalgia hacia la ldquoensaladerardquo hacia la distincioacuten de los componentes ha-cia la divisioacuten de los espacios comunitarios soacutelo aparentemente compartidos y convivenciales en una ldquorepuacuteblica de indiosrdquo y otra ldquode espantildeolesrdquo2

Icaza F Plus ultra La monarquiacutea catoacutelica en Indias (1492-1898) Meacutexico Escuela Libre de Derecho-Porruacutea 2008 pp 220 y ss

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En efecto los discursos diferenciadores se distinguen ideoloacutegica y racis-tamente seguacuten se ponga el eacutenfasis en la bondad del indio y se pondere en consecuencia el esquema de traza cortesiana tendente a evitar el contagio del indiacutegena con los vicios europeos3 mdashposicioacuten que entre nosotros aparece como poliacuteticamente correcta y hasta progremdash o seguacuten se idealicen los valo-res y las conductas occidentales y se deplore la incapacidad del indio para asimilarlos y vivirlos lo que lleva tras algunas piruetas discursivas a ldquocom-probarrdquo la inexorable decadencia de lo indiacutegena y a deplorar la igualmente inexorable aportacioacuten aborigen a la composicioacuten de nuestro tipo nacional La postura pasa por realista y ldquocientiacuteficardquo y otorga a los fracasos evidentes de nuestras elites una suerte de ldquocinismo desconsoladordquo

Lo peor estaacute en que sobre ambas posiciones hemos pretendido mdashhay quien diriacutea que ldquodialeacutecticamenterdquomdash edificar una nacioacuten

I la misioacuten y la nacioacuten

El extendidiacutesimo culto a la Virgen de Guadalupe con lo que de ecleacutectico barroco y sincreacutetico tiene es no soacutelo un espontaacuteneo reconocimiento a lo viva que estaacute la prehispanidad sino tambieacuten a la vida virreinal a la del Meacutexico hispaacutenico tan faacutecilmente negada desde un liberalismo miope En 2010 con-trastoacute enormemente el fervor del 12 de diciembre fiesta de nuestra sentildeora del Tepeyac con lo artificioso de los festejos del Bicentenario de la Indepen-dencia y del centenario de la Revolucioacuten Desde un laicismo anticulturalista los gobiernos mexicanos se han negado antildeo con antildeo a reproducir los sabios teacuterminos del grito de Dolores los que verdaderamente lograron unificar a las gentes y a los territorios de este paiacutes ldquoViva la Virgen de Guadalupe viva Fernando VII muera el mal gobiernordquo

No parece equivocado desde la perspectiva de un Estado de ciudadanos consciente de la necesidad de su laicidad para ejercer adecuadamente las labores de moderador en las querellas religiosas seguacuten suspiraron Bodino Hobbes y Constant Pero es sin duda el manifiesto de una enorme enemiga anticultural que reduce la experiencia humana a lo poliacutetico (o lo que es peor a lo poliacuteticamente impuesto) y que asiacute como defenestroacute del imaginario puacuteblico a un rey el de las Espantildeas al que algunas comunidades indiacutegenas siguen esperando para que les haga justicia (la iurisdictio es el gobierno en las sociedades del Antiguo Reacutegimen4 y en varias porciones de nuestro territo-

3 Duverger C Corteacutes Meacutexico Taurus 2005 pp 236-247 4 Fioravanti m ldquoEstado y Constitucioacutenrdquo en Fioravanti m (ed) El Estado moderno en

Europa Instituciones y derecho trad de M Martiacutenez Madrid Trotta 2004 pp 17-20






rio lo sigue siendo) asiacute pretende sustituir el genuino sentido guadalupano de las mayoriacuteas mexicanas con una religioacuten ciacutevica basada en efigies bronciacuteneas antes que en ejemplos axioloacutegicos Los resultados los denuncioacute Octavio Paz hace varios lustros en su magistral biografiacutea mdashde la poetisa y del paiacutesmdash Sor Juana Ineacutes de la Cruz o las trampas de la fe la mentira y la negacioacuten adquirieron en el Anaacutehuac jerarquiacutea constitucional

Nacimos a la modernidad siendo Estado Perdonemos la tautologiacutea puesto que no hay maacutes modernidad poliacutetica y juriacutedica que la del modelo estatalista sin dejar de reparar en que el hecho nos trajo numerosas incon-secuencias y contradicciones precisamente en lo tocante a la estructuracioacuten del modelo De haber existido socioacutelogos en el siglo XVI habriacutean denuncia-do a no dudar nuestras insalvables antinomias sisteacutemicas

La primera de ellas radica en que nuestro precoz estatismo5 derivado de la determinacioacuten de Fernando ldquoEl Catoacutelicordquo que evitoacute que en Indias se gozaran las libertades aragonesas preestatales y pactistas no se preocupoacute por igualar a los suacutebditos en un sentido absolutista sino por mantener el vasallaje y la diversidad de tipos humanos sobre la base isabelina de que los habiacutea ldquoruacutesticos y miserablesrdquo que requeriacutean por tanto de una proteccioacuten paternalista que no podriacutea mdashhoy nos resulta obviomdash llevar por ruta alguna a la ciudadaniacutea compartida Los derechos humanos si cabe hablar de ellos a partir del testamento de la castellana Isabel (1504) y de la Bula Sublimis Deus del pontiacutefice Paulo III (1537)6 son manifestaciones de la conmiseracioacuten maacutes que de la justicia de la proteccioacuten al deacutebil antes que de la conquista de li-bertades e igualdades de la compasioacuten ante la desgracia ajena antes que del reconocimiento pleno de la dignidad que en estricta igualdad corresponde a cualquier criatura racional

De ahiacute que nuestro Estado fuese jurisdiccionalista y legolaacutetrico a una y precoz vez Jurisdiccional porque procuroacute mantener junto con el inmemo-rial Ordo Iuris las diferencias estamentales que permitiacutean proteger a la parte maacutes desfavorecida del reino esto es a las repuacuteblicas de indios Legicentrista porque tal mantenimiento procediacutea en exclusiva de la voluntad normativa de la Corona a traveacutes de una suerte de hobbesiano pactum subjectionis que no reconociacutea derechos previos que definiacutea y recreaba personalidades corpoacutereas y juriacutedicas que otorgaba protecciones y libertades con el mismo desparpajo

5 La idea es de Rubert de Ventoacutes x el laberinto de la hispanidad Barcelona Planeta 1987

6 Zavala S repaso histoacuterico de la Bula Sublimis Deus de Paulo III en defensa de los indios Meacutexi-co Universidad Iberoamericana-El Colegio Mexiquense 1991






con el que podiacutea retirarlas7 Habiacutea nacido lo que David Brading llamaraacute para contextos y realidades posteriores el ldquoLeviataacuten mexicanordquo Por lo de-maacutes un curioso monstruo biacuteblico ya que no fue construido para igualar sino para mantener en la desigualdad

El modelo estatalista pretende fundamentar toda libertad y toda igual-dad en el ejercicio de la potestad legislativa En este sentido es antijudicia-lista los jueces no estaacuten legitimados para crear derecho como pretendioacute con violencia la Revolucioacuten de 1789 Pero en sociedades como la indiana en la que las atribuciones normativas corresponden en exclusiva a un Mo-narca lejano y frecuentemente obnubilado el mantenimiento del statu quo con su trisecularidad estamental y jerarquizada se confioacute sin titubeos a los operadores juriacutedicos in situ Ellos fueron los encargados de impedir la plena asimilacioacuten de los habitantes del reino a una ldquoespantildeolizacioacutenrdquo que no obse-sionaba a casi nadie al menos hasta el advenimiento de los Borbones Ellos fueron los encargados de mantener a las diversas comunidades indiacutegenas en el goce de sus peculiaridades e incluso de sus atavismos siempre que estos y aquellas no se encontraren ldquocon nuestra sagrada Religioacuten ni con las leyes de este librordquo8 Ellos teniacutean que mantener a los deacutebiles en situacioacuten de debi-lidad pues de su adecuada tutela dependiacutean la salvacioacuten de las almas de los fuertes y la salvacioacuten de la Monarquiacutea catoacutelica como estructuracioacuten poliacutetica y como cuerpo miacutestico encargado de llevar el Evangelio ldquoa todas las nacio-nesrdquo Existen de hecho provenientes del siglo XVI testimonios escritos que dan cuenta de la necesidad de perpetuar la pobreza a fin de que los ricos sean capaces de salvar su alma a traveacutes de la limosna

Si algo habiacutea justificado el traacutensito hacia formas estaduales de organi-zacioacuten en la Castilla de los Trastaacutemaras habiacutea sido el deseo de igualacioacuten de uniformizacioacuten entre los suacutebditos Justo el proceso del que la literatura castellana daraacute cuenta por espacio de tres siglos los que pasan por el Cri-ticoacuten el Quijote la Vida del buscoacuten y fray Gerundio de Campazas El Leviataacuten en Indias buscaraacute en cambio mantener la diferencia No se construyoacute para igualar sino para cimentar la presencia de los europeos en el nuevo Occi-dente Puede parecer paradoacutejico pero eso es precisamente lo que permite la perpetuacioacuten de los usos y costumbres indiacutegenas en la Ameacuterica espantildeola Muchos de ellos por cierto provienen del Meacutexico hispaacutenico y tienen poco

7 Fioravanti M Los derechos fundamentales Apuntes de Historia de las constituciones trad de M Martiacutenez Neira Trotta Madrid 1996 lo explica magniacuteficamente cuando desarrolla lo que llama la ldquofundamentacioacuten estatalista de las libertadesrdquo

8 Recopilacioacuten de las leyes de los reinos de Indias II I 4 Citamos por la edicioacuten facsiacutemil de laEscuela Libre de Derecho y Miguel Aacutengel Porruacutea Meacutexico 1987 t I p 126






muy poco de precortesianos lo que habla de comunidades vivas creativas creadoras de su ordenamiento

Varios de los malos entendidos juriacutedicos de la modernidad radican en la asuncioacuten equivocada o en la confusioacuten pura y dura de los conceptos de ldquomandatordquo y ldquoordenamientordquo9 Si se repara en la ley de Indias antes citada asiacute como en otras normas que poseen contenido semejante se notaraacute que a los pueblos indiacutegenas se les permitiriacutea autoordenarse incardinar sus regu-laciones propias en un sentido maacutes general y extendido del ldquoOrdenrdquo pero no autogobernarse en teacuterminos de mandatos voluntaristas y artificiosos El ldquoOrdenrdquo se hallaba en los principios de la ldquosanta y verdadera Religioacutenrdquo asiacute como en los que podiacutean extraerse de la legislacioacuten dada desde la peniacutensula al otro pilar de la Monarquiacutea el americano Su aterrizaje podiacutea hacerse en sede indiacutegena a traveacutes de una variada gama de regulaciones consuetudina-rias que mostraban lo poco que el reino estaba por la labor de cortar con la misma tijera a todos los suacutebditos de la Corona espantildeola

Carl Schmitt acaso injustamente leyoacute los tiacutetulos de Francisco de Vito-ria en clave decisionista con su archiconocida caracterizacioacuten de la catego-riacutea poliacutetica suprema la de ldquoamigo-enemigordquo Para eacutel Vitoria y no soacutelo Gi-neacutes de Sepuacutelveda10 habriacutea hecho de la conquista de Ameacuterica una ldquoguerra justardquo aquella que alejada de la ordaliacutea de la guerra civil y de la apelacioacuten al ser supremo

Pone el juicio en manos de los hombres Esto en los tiempos del positivismo moderno tiene un matiz peculiar El positivismo moderno convierte el Dere-cho en una ley hecha por los hombres para los hombres Hace del Derecho una superposicioacuten de imposiciones (Setzung von Setzgungen) En el mismo grado despoja a la guerra justa de los uacuteltimos restos de una idea sacral La diosa de la Justicia abre su caja de Pandora y aparecen no solamente las trampas de pro-cesos complicados sino tambieacuten los terrores juriacutedico-formalistas de guerras civiles sangrientas11

Esa ldquoleyrdquo que el positivismo confunde con el ldquoderechordquo y que no es sino la expresioacuten formal de la imposicioacuten que se hace al enemigo vencido habriacutea

9 Ha insistido en ello p Grossi desde El orden juriacutedico medieval la Mitologiacutea juriacutedica de la modernidad y ahora en Europa y el derecho trad L Giuliani Barcelona Criacutetica 2007 y en De la codificacioacuten a la globalizacioacuten del derecho trad de R Garciacutea Peacuterez Pamplona Aranzadi 2010

10 Cfr Sepuacutelveda J G Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1996

11 Schmitt c ex captivitate salus Experiencias de la eacutepoca 1945-1947 ed de J A Pardos Madrid Minima Trotta 2010 p 57






arrojado en el quinientos la extrantildea consecuencia de permitir a los habitan-tes originarios el continuum de sus experiencias juriacutedicas y por tanto el ejerci-cio de su derecho a la diferencia algo que Schmitt agobiado por responder a su conciencia y a sus interrogadores en el difiacutecil contexto de Nuacuteremberg no alcanzoacute a comprender Luigi Ferrajoli mucho maacutes cercano a la obra del dominico de San Esteban en un reciente libro coordinado por Michelan-gelo Bovero y titulado iquestQueacute libertades afirma que antes de que el paleoposi-tivismo sentara sus reales antes de que Hobbes reivindicara a la vida como el primero de los derechos fundamentales y Locke hiciera lo propio con la seguridad y la propiedad Vitoria habiacutea derivado los fundamentos de la con-vivencia civil en el ius communicationis y en el ius migrandi Una comunicacioacuten y una migracioacuten entre seres iguales en la diferencia pues como el propio Ferrajoli ha sentildealado en alguna otra ocasioacuten el antoacutenimo de ldquoigualdadrdquo no es ldquodiferenciardquo sino ldquodesigualdadrdquo12

En muchas ocasiones me he detenido a considerar si no es tal distin-cioacuten la que han querido reivindicar (empleo la palabra con toda la mala in-tencioacuten historiograacutefica de la que soy capaz) los indios de Mesoameacuterica en los pasados doscientos antildeos Todos los testimonios a los que he conseguido acercarme asiacute sea someramente me han confirmado que algo hay de cier-to en mi recurrente consideracioacuten Con la Independencia los indiacutegenas no queriacutean ciudadaniacutea sino rescate de la opresioacuten No se trataba de caer en la dominacioacuten de los ldquoespantildeoles americanosrdquo sino de re-generar lo que fray Ser-vando Teresa de Mier llamoacute la ldquoConstitucioacuten histoacuterica de las Indiasrdquo en el libro XIV de su Historia de la Revolucioacuten de Nueva Espantildea antiguamente Anaacutehuac Y es que la opcioacuten que desde el XVI se les concedioacute para aplicar sus pro-pios ordenamientos juriacutedicos les hablaba bien a las claras de un respeto por sus civilizaciones una consideracioacuten vitoriana aunque presente tambieacuten en personajes tan disiacutembolos como Corteacutes y Las Casas que haciacutea del indio un nuevo componente de Occidente acaso el que faltaba para poder llegar con eacutexito al final de los tiempos seguacuten pretendiacutean los diversos milenarismos que con el franciscano a la vanguardia veiacutean signos muy claros de que era llegado el tiempo de la conversioacuten global y definitiva de todos los hombres

Si bien las voces ldquorepuacuteblicardquo y ldquocomunidadrdquo se emplean con finalidades harto diversas mdashincluso contradictorias entre siacutemdash a lo largo de la Recopi-lacioacuten de leyes indiana13 lo cierto es que no parece haber mayor intencioacuten de abolir la distincioacuten entre castas y condiciones a lo largo de los periodos

12 Ferrajoli l Derecho y garantiacuteas La ley del maacutes deacutebil trad de p Andreacutes i Madrid Trotta 2001 pp73-83

13 Lira Gonzaacutelez a ldquola voz comunidad en la Recopilacioacuten de 1680rdquo en Recopilacioacuten cit pp 415-427






de gobierno austracista Se comprende porque el orden es la unidad en la diversidad seguacuten el pensamiento tomista al uso por entonces y en este sen-tido es claro que supone a la diferencia Las cosas iraacuten cambiando durante la centuria ilustrada que es el siglo de los Borbones mdashya hemos visto lo que opina y describe el cardenal Lorenzanamdash hasta que en el antildeo ocho iniciaacutetico gracias a Bonaparte el tema mdashcomo tantos otrosmdash no dilata en salir a la palestra

Durante la conspiracioacuten habida en Valladolid de Michoacaacuten en el Ad-viento de 1809 los criollos americanos aterrados ante la posibilidad de que los peninsulares los mataran a deguumlello merced a la simple sospecha de infidencia hacia el rey cautivo buscan desesperadamente el apoyo de las parcialidades indiacutegenas de la ciudad y de las cercaniacuteas Sus gobernadores parecen dispuestos a brindarlo pero la conspiracioacuten es descubierta y soacutelo el buen tino poliacutetico del arzobispo-virrey Lizana indispuesto a repetir los ex-cesos del golpe de Estado que terminoacute con el movimiento legalista mexicano un antildeo antes evita que los americanos mdashindios incluidosmdash vayan a dar al cadalso La moderacioacuten y la conciliacioacuten imperan porque Lizana tiene una idea clara de lo que estaacute viniendo a ser y a incluir la nacioacuten novohispana No ve en los alzados a reos de lesa majestad divina ni a traidores que deban ser eliminados como enemigos puacuteblicos Comprende por el contrario sus motivaciones y sabe que a su modo estaacuten defendiendo los derechos de la dinastiacutea en contra del invasor franceacutes Lo que quizaacute no alcance a entender del todo es que el diferendo no soacutelo incluye a los blancos y que a diferencia de lo que ocurriraacute en la Ameacuterica del Sur en la septentrional la guerra de Independencia que estaacute por comenzar seraacute una guerra de corte popular lla-mada a incluir en uno y otro bando a los maacutes diversos ldquotipos de hombrerdquo

Las huestes del padre Hidalgo se lo haraacuten ver al gobierno legitimista espantildeol que pretende gobernar a las Ameacutericas como si de colonias se tra-tara a traveacutes de juntas centrales y de regencias poco o nada representativas de la realidad plural de la Monarquiacutea Hidalgo mismo cae viacutectima de un ldquofrenesiacuterdquo que confiesa en su proceso final en la tentacioacuten de terminar con los abusos peninsulares apelando al expediente de la decapitacioacuten e incluso del descabello taurino practicado en seres humanos Los indios que siguen por cientos de miles al cura y al capitaacuten Allende cabezas que han elegido convenientemente a la Virgen de Guadalupe como estandarte del movi-miento saben que ha llegado el teacutermino de la ldquoopresioacutenrdquo (eso los hermana con los criollos y con los mestizos) pero no saben a doacutende los conduciraacute un movimiento a final de cuentas ilustrado y poco claro en lo que al manteni-miento de los privilegios comunales se refiere Hidalgo no es Vitoria y mu-cho menos es Las Casas Se halla poseiacutedo por el mal del siglo y su siglo es el






petit siegravecle que corre entre 1750 y 1810 Su centuria es la de la uniformizacioacuten y la de la entronizacioacuten a toda costa de la Egaliteacute

En sus ceacutelebres Bandos decembrinos de 1810 dictados en Guadalajara a tiacutetulo de ldquoGeneraliacutesimo y Capitaacuten General de Ameacutericardquo Hidalgo instruye abolir el tributo y ldquotoda exaccioacuten que a los indios se exijardquo asiacute como restituir las tierras comunales a los indiacutegenas ldquopara que en lo sucesivo no puedan arrendarse pues es mi voluntad que su goce sea uacutenicamente de los natura-les en sus respectivos pueblosrdquo14 Con ello inaugura una tradicioacuten dentro del progresismo mexicano que ahora cumple junto con la nacioacuten en sentido juriacutedico dos centurias la de confundir el problema indiacutegena con el agrario asumiendo que con la correccioacuten de los abusos (como el que se presentoacute durante el setecientos con el fraude a la ley que implicaba el arrendamiento a latifundistas de tierras que eran de las comunidades) quedaba resuelta en sentido revolucionario la cuestioacuten De la aplicacioacuten de los usos y costum-bres indiacutegenas no se dice por supuesto una sola palabra

Joseacute Mariacutea Morelos el gran cura general y estadista de la guerra por la Independencia se apresuroacute en El Aguacatillo (17 de noviembre de 1810) a abolir las castas (ldquoa excepcioacuten de los europeos todos los demaacutes avisamos no se nombran en calidades de indios mulatos ni castas sino todos general-mente americanosrdquo) y a terminar con el tributo la esclavitud y las cajas de comunidad con lo que los individuos ldquopercibiraacuten las rentas de sus tierras como suyas propiasrdquo Antildeos despueacutes desde Oaxaca y ya como capitaacuten ge-neral Morelos reiterariacutea que los ldquonaturalesrdquo (no las comunidades) debiacutean ser ldquoduentildeos de sus tierras y rentas sin el fraude de entrada en las cajasrdquo pudiendo los indios ldquocomerciar lo mismo que los demaacutes y que por esta igualdad y rebaja de pensiones entren como los demaacutes a la contribucioacuten de alcabalasrdquo15 Nada pues de pluralismo juriacutedico La Nueva Espantildea seriacutea desmontada por completo a traveacutes del conocido expediente revolucionario una sola ley para todos los individuos

Curiosamente ocurriacutea algo semejante en la otra orilla Atlaacutentica en las Cortes de Caacutediz que peleaban por la otra Independencia la que se dariacutea respecto de Napoleoacuten y que se referiacutea tambieacuten a la soberaniacutea de la nacioacuten pasando por encima del monarca Pues bien aquellas Cortes ldquogenerales y extraordinarias de la Monarquiacuteardquo establecieron el 9 de noviembre de 1812 con miras a ldquoremover todos los obstaacuteculos que impidan el uso y ejercicio

14 Cfr Torre Rangel J A de la ldquoLa larga marcha juriacutedica de pueblos y comunidades indiacutegenas por la dignidad y la autonomiacutea (1808-2010)rdquo Revista de Investigaciones Juriacutedicas Meacute-xico Escuela Libre de Derecho nuacutem 34 2010 pp 48-50

15 Oaxaca 29 de enero de 1813 Cfr Torre Rangel J a de la ldquoLa largardquo cit pp 50 y 51






de la libertad civil de los espantildeoles de Ultramarrdquo la abolicioacuten de los re-partimientos de indios o ldquomitasrdquo asiacute como de todo ldquoservicio personalrdquo o ldquomandamientordquo impuesto a los naturales originarios a quienes ademaacutes de ser casados o mayores de veinticinco antildeos fuera de la patria potestad se les repartiriacutean tierras ldquoque no sean de dominio particular o de comunidadesrdquo si bien estas uacuteltimas cuando fuesen ldquomuy cuantiosas con respecto a la po-blacioacuten del pueblordquo se repartiriacutean hasta en una mitad previo acuerdo de la diputacioacuten provincial correspondiente que atendiera a las ldquocircunstancias particularesrdquo de cada lugar

Maacutes allaacute de que las disposiciones parecen atender a las peculiaridades del Peruacute (la terminologiacutea es meridional ldquomitayosrdquo ldquofaltriquerasrdquo etceacutetera) destacan la intencioacuten de convertir al indio en ldquociudadano espantildeolrdquo y la ex-presa determinacioacuten constitucional respecto de su espantildeolidad en ldquopie de igualdadrdquo con los blancos europeos y americanos algo de lo que no gozaron en plenitud las castas de mulatos y pardos Una igualdad que traeriacutea por supuesto la eliminacioacuten del uso-costumbrismo

En la misma toacutenica el Decreto constitucional de Apatzingaacuten la maacutes importante de las leyes constitucionales de la insurgencia mexicana (22 de octubre de 1814) ofrece una serie de conceptos sobre la ldquoleyrdquo que resultan de una gran profundidad y a la vez de cierta ingenuidad ley es la expre-sioacuten de la voluntad general en orden a la felicidad comuacuten (artiacuteculo 18) debe ser igual para todos ldquopues su objeto no es otro que arreglar el modo con que los ciudadanos deben conducirse en las ocasiones en que la razoacuten exija que se guiacuteen por esa regla comuacutenrdquo (artiacuteculo 19) ldquoLa sumisioacuten de un ciudadano a una ley que no aprueba no es un comprometimiento de su razoacuten ni de su libertad es un sacrificio de la inteligencia particular a la vo-luntad generalrdquo (artiacuteculo 20) El mensaje para las comunidades indiacutegenas quedaba claro tendriacutean que sacrificar su ldquointeligencia particularrdquo (o por mejor decir sus inteligencias comunales) a una ldquovoluntad generalrdquo que no admitiriacutea por ninguacuten motivo la objecioacuten de conciencia y que a despecho de su rousseauniano ropaje de pacto societatis respetuoso de los derechos existentes en el status naturae nombrariacutea una voceriacutea estatalista (la nacioacuten en sede congresual) que lo otorgariacutea todo y por ende podriacutea retirarlo todo dado que en Rousseau mismo la voluntad general es esencial e intransmisi-blemente soberana Y asiacute no soacutelo para los indios la legalidad llegoacute a ocupar el lugar de la juridicidad

Asiacute es que bien fuera desde la nacioacuten bihemisfeacuterica y panhispaacutenica (Caacute-diz) o desde el conglomerado nacional restringido a la Ameacuterica septentrio-nal (Apatzingaacuten) los derechos indiacutegenas tolerados por la regulacioacuten india-na tendriacutean que ser arrancados de raiacutez El plan que llevariacutea a Meacutexico a






la obtencioacuten definitiva de su Independencia (Plan de Iguala o de las tres garantiacuteas 24 de febrero de 1821) con su obsesioacuten por la unioacuten de todos los habitantes y territorios que conformaban la Nueva Espantildea se haraacute cargo de la necesidad monista y llamaraacute ldquoamericanosrdquo y ldquociudadanos de esta Monar-quiacuteardquo a todos los habitantes del paiacutes sin reparar en sus oriacutegenes europeos africanos asiaacuteticos o aboriacutegenes Regiriacutea entre ellos un estricto e inmatizado ldquopie de igualdadrdquo16 En este sentido Agustiacuten de Iturbide autor del plan y primer emperador de Meacutexico seraacute tambieacuten el primero de nuestros gober-nantes liberales y aunque deseara un gobierno ldquomoderado por una Consti-tucioacuten adaptable al reinordquo tal moderacioacuten no pasariacutea por el reconocimien-to de capacidades normativas a las comunidades alternas a la dominante

Conviene hacer un alto para reparar en el Discurso de Estocolmo pro-nunciado en este antildeo bicentenario por un latinoamericano Mario Vargas Llosa al recibir el Premio Nobel de Literatura El Discurso es signo de ma-durez de abandono de una puerilidad que dura ya veinte deacutecadas y que no se arredroacute ante el precoz estatalismo al que ya me he referido no es que el nintildeo precoz madure primero es que empieza antes con una adolescencia que parece no terminar jamaacutes

Las palabras de Vargas Llosa pueden significar que hoy desde una Ameacuterica compleja contradictoria y complicada comenzamos por fin a hacernos cargo de nuestras responsabilidades y a abandonar la imagen de la desnaturalizada madre Espantildea como pretexto perfecto para la incompe-tencia

La conquista de Ameacuterica fue cruel y violenta como todas las conquistas desde luego y debemos criticarla pero sin olvidar al hacerlo que quienes cometieron aquellos despojos y criacutemenes fueron en gran nuacutemero nuestros bisabuelos y tatarabuelos los espantildeoles que fueron a Ameacuterica y alliacute se acrio-llaron no los que se quedaron en su tierra Aquellas criacuteticas para ser justas deben ser una autocriacutetica Porque al independizarnos de Espantildea hace dos-cientos antildeos quienes asumieron el poder en las antiguas colonias en vez de redimir al indio y hacerle justicia por los antiguos agravios siguieron explo-taacutendolo con tanta codicia y ferocidad como los conquistadores y en algunos paiacuteses diezmaacutendolo y exterminaacutendolo Digaacutemoslo con toda claridad desde

Un antildeos despueacutes de obtenida la Independencia el Congreso constituyente decretoacute en cumplimiento del artiacuteculo 12 del Plan de Iguala ldquoque en todo registro y documento puacuteblico o privado al sentar los nombres de los ciudadanos de este Imperio se omita clasificarlos por su origenrdquo Con ello se consolidoacute la abolicioacuten iturbidista de las ldquocondicionesrdquo y de los ldquotipos humanosrdquo una abolicioacuten que como hemos visto abrevaba de Morelos Cfr Gonzaacutelez Oro-peza m El derecho y la justicia en las elecciones de Oaxaca Meacutexico Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacioacuten p 13

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hace dos siglos la emancipacioacuten de los indiacutegenas es una responsabilidad ex-clusivamente nuestra y la hemos incumplido Ella sigue siendo una asignatura pendiente en toda Ameacuterica Latina No hay una sola excepcioacuten a este oprobio y verguumlenza

II En El EntronQuE DE los milEnios la criacutetica DEl potaJE

El gran salto que no hemos sabido dar es el que va de la tutela al indio como ldquovasallo ruacutestico y miserable de Su Majestadrdquo a la tutela jurisdiccional efec-tiva del ldquociudadano indiacutegenardquo En cierto modo permanecemos anclados en el siglo XIX con su incomodidad manifiesta hacia la existencia de los otros ciudadanos y asiacute como el diputado Espiga pudo manifestar en las Cortes de Caacutediz para azoro de historiadores y de generaciones venideras que en la Espantildea peninsular ya no habiacutea gitanos gracias a las medidas adoptadas por Carlos III el Meacutexico juarista ha pretendido acreditar la inexistencia de las categoriacuteas ldquoindiordquo y ldquoespantildeolrdquo para supuestamente acrisolarlas en la peacutetrea e inexorable de ldquomexicanordquo Para una sola nacioacuten una sola ley una misma felicidad un ideacutentico concepto de justicia Se ha destacado siempre lo para-doacutejico que resulta que el presidente que logroacute consolidar idea semejante haya sido precisamente el presidente indiacutegena Juaacuterez No lo es tanto don Benito pareciacutea tan peacutetreo e inconmovible como el nada duacutectil Estado mestizo que nos dejoacute

Nuestro federalismo que viene de Caacutediz de Filadelfia y del primer in-tento imperial no se planteoacute nunca ser una federacioacuten de comunidades autoacutenomas libres y autogestionadas como las que han sugerido en el siglo XX Tannembaum Illich y Zaid El espacio republicano de las libertades en la caracterizacioacuten de Haumlberle17 prefirioacute pasar por la configuracioacuten hasta cierto punto artificiosa de ldquoEstadosrdquo o ldquoentidades federativasrdquo sobre la base de las antiguas intendencias y de las recieacuten estrenadas diputaciones provin-ciales y de ldquomunicipiosrdquo de planta no hispanorromana sino doceantildeista tal como ha probado Annino18 Municipios que encima pasariacutean a regular a las repuacuteblicas de indios con la administracioacuten de las cajas de comunidad incluida

Quizaacute no esteacute de maacutes revivir la antigua tesis de nuestra ldquoimitacioacuten ex-traloacutegicardquo del modelo estadounidense colocados en esta atalaya que pre-

17 Haumlberle p el Estado constitucional trad de H Fix-Fierro Meacutexico UNAM 2001 18 Veacutease entre muchos Annino a ldquoVoto tierra soberaniacutea Caacutediz y los oriacutegenes del

municipalismo mexicanordquo Guerra F X (dir) Revoluciones hispaacutenicas Independencias americanas y liberalismo espantildeol Madrid Cursos de Verano de El Escorial Editorial Complutense 1994






tende tomar en cuenta la perspectiva indiacutegena por cuanto tomamos de los Estados Unidos y de Caacutediz la idea uniacutevoca de ldquonacioacutenrdquo la que en uacuteltima instancia lleva a la ceacutelebre soflama del abate Sieyegraves en la Asamblea Nacio-nal si ldquonacioacutenrdquo es ldquotercer estadordquo no caben en ella privilegiados (ie gente que haga uso de sus ldquopropias leyesrdquo) ni nobles ni cleacuterigos ni militares Pero tampoco indios ni gitanos

Tal ha sido la loacutegica con que nos hemos movido durante los pasados doscientos antildeos Si somos conscientes de nuestros liacutemites de aquello para lo que alcanzan las vidas humanas pretender erradicarla parece absurdo Se puede con todo emplear algunos aspectos de la misma loacutegica para im-pulsar pequentildeos grandes cambios en un sentido minimalista muchos han hablado en Ameacuterica Latina del ldquouso alternativo del derechordquo Algunos han ido maacutes allaacute y se han pronunciado por una ldquojurisprudencia de la li-beracioacutenrdquo brindando sin querer la razoacuten al Schmitt que afirmaba que el razonamiento juriacutedico moderno no es sino teoloacutegico Se trata en cualquier caso de emplear categoriacuteas racionalistas sagradas como la de ldquoLeyrdquo en be-neficio de quienes maacutes las requieren los parias de la modernidad poliacutetica del ldquoabsolutismo juriacutedicordquo que dice Grossi y que entre nosotros poseen un innegable rostro indiacutegena

ldquoLegalizarrdquo es por equiacutevoca mala palabra Implica por ejemplo que uno de los instrumentos juriacutedicos por excelencia la objecioacuten de conciencia pareciera no serlo en razoacuten de su ldquoilegalidadrdquo Con todo y para entender-nos con la tipologiacutea ilustrada seriacutea uacutetil ldquolegalizarrdquo ciertas praacutecticas como la migracioacuten internacional con miras a hacer visibles a los indiacutegenas y sa-carlos de la clandestinidad Si el ius migrandi es en serio un derecho funda-mental mdashy el primero de ellosmdash parece absurdo el empentildeo gubernamental por erigir la ldquofortaleza norteamericanardquo imponiendo a las poblaciones de la tierra media indiana fronteras que les son ajenas y que generan una can-tidad de dolor evitable que resulta francamente indignante Lo hemos visto con los recientes secuestros y ejecuciones masivas de centroamericanos en Meacutexico Lo que la gente hace por llegar a los Estados Unidos y lo que los gobiernos hacen por impediacuterselo constituyen la geacutenesis de actividades clan-destinas que poseen una magnitud inimaginable Y todo por no reconocer a la migracioacuten como un derecho baacutesico humano Y todo por brindar a los visados un caraacutecter legalizador de las personas

Constituye lo anterior ejemplo pertinente de lo que la praacutectica de los derechos en serio (la expresioacuten como se sabe es de un norteamericano) podriacutea hacer por las comunidades indiacutegenas de nuestra Ameacuterica Es un tema de utilidad marginal de hallarle sentido a la justicia de los Estados Pero para






que el aparato judicial estatal sea apreciado es preciso que funcione Me gusta en este sentido citar la Recomendacioacuten 532010 dirigida por el Om-budsman nacional al gobernador de Chiapas en el sentido de concientizar a las comunidades acerca del orden normativo mexicano del sistema judicial y de su armonizacioacuten con los usos y costumbres indiacutegenas con miras a re-solver casos tan graves como el de la intolerancia religiosa que se presentoacute en el ejido Laacutezaro Caacuterdenas Chilil en Huixtlaacuten Chiapas Y me gusta por-que es claro que si el orden normativo de la Repuacuteblica asiacute como su sistema judicial fallan ni las comunidades ni sus integrantes ni ninguacuten ser pensante podraacuten encontrarles utilidad alguna y continuaraacuten en consecuencia resol-viendo sus diferencias religiosas nunca mejor dicho ldquocomo Dios les deacute a entenderrdquo

Lo que los oacuterdenes juriacutedicos que conviven con el uso-costumbrismo de-ben asegurar es un goce ideacutentico de derechos para todos en lo que se refie-re a la extensioacuten no al contenido de los mismos El debido proceso como conquista de Occidente sirve para el aterrizaje de un reacutegimen de libertades e igualdades en la diferencia y evita los abusos derivados de un multicul-turalismo mal entendido No puede permitirse que nadie ni siquiera otro indiacutegena trate a un indio solamente como un medio haciendo abstraccioacuten de su dignidad19 En este sentido Las Casas es un Kant ante litteram

Fray Bartolomeacute en efecto supo ver mdashcon una claridad que nadie maacutes tuvo en el siglo de la Conquistamdash que pueden aceptarse todas las diferen-cias con una salvedad la diferencia en dignidad puesto que la dignidad es el fundamento de la igualdad Esto asegura el tratamiento de la persona humana como un fin en siacute misma y evita los sacrificios esteacuteriles

La comunidad en cambio es siempre un medio lo que no le resta im-portancia La jerarquizacioacuten tiacutepica de las etapas racionalistas asiacute como el individualismo kantiano que se emplean en 1812 y en 1857-60 provocan que las comunidades indiacutegenas se asimilen a las monaacutesticas y frailunas y que se consideren tierras de ldquomanos muertasrdquo las que por siglos habiacutean corres-pondido a los pueblos Se peleoacute una guerra en Meacutexico la de Reforma para dejar establecido principio individualista semejante y soacutelo tras una inter-vencioacuten extranjera un Imperio y varias dictaduras de ropaje republicano se llegoacute a una tensa foacutermula de compromiso dilatorio basada en la resigna-cioacuten de las comunidades de indios y mestizos y en la consolidacioacuten paralela del reacutegimen de las grandes haciendas en el sur de Meacutexico El latifundismo

Tal es la tesis que sostiene a todo lo largo de su opuacutesculo Garzoacuten Valdeacutes E los derechos electorales de los pueblos indiacutegenas en Meacutexico (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacioacuten Meacutexico 2010)

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base y cimiento de la produccioacuten agriacutecola capitalista hizo que los pueblos pusieran en segundo plano la cuestioacuten de sus usos y costumbres de su auto-nomiacutea por cuanto resultaba mucho maacutes perentorio para ellos el problema de la tenencia de la tierra

La Revolucioacuten mexicana (1910-1938) utilizoacute al liberalismo como un ldquomito poliacutetico unificadorrdquo en la expresioacuten de Charles Hale Se olvidoacute de la desamortizacioacuten y del combate a las corporaciones al tiempo en que pro-fundizoacute el culto a Juaacuterez Lerdo y Ocampo Repartioacute tierras a las comuni-dades para cumplir con Zapata y con los zapatismos pero no quiso hablar como tampoco quisieron Hidalgo y Morelos del pluralismo juriacutedico con la agravante de que al menos en su versioacuten cardenista el reparto agrario no lo hariacutea nadie maacutes que el Estado desde el centro con un afaacuten uniformizador que ralentizoacute la voluntad y la querencia de comunidades e individuos y que no vino a cuento en grandes extensiones del norte de la Repuacuteblica mucho maacutes propicias a la pequentildea propiedad individual propia de una Norteameacute-rica a la que se pertenece geograacutefica y culturalmente20 Aparecioacute de nuevo el tema del absolutismo juriacutedico de la imposicioacuten de modelos induacutectiles desde el centro y de eacutel no hemos salido

Y no saldremos mientras no comprendamos que en estos temas el ope-rador juriacutedico tiene que hacer uso de la ponderacioacuten entre los derechos individuales y los colectivos o histoacutericos para no discriminar y no permitir que la comunidad indiacutegena discrimine Con la reforma constitucional de 2001 que de alguna forma vino a hacer eco en el orden fundamental de la Repuacuteblica del levantamiento neozapatista de 1994 (un alzamiento por cierto encabezado por un ejeacutercito que se autocalificoacute de ldquoliberacioacuten nacio-nalrdquo) la nacioacuten mexicana se reconocioacute una aunque pluricultural y los usos y costumbres de pueblos y comunidades indiacutegenas pasaron a ser aplicables con toda la amplitud posible siempre que fuesen respetuosos de los derechos humanos particularmente de los de las mujeres

Como se habraacute advertido la categoriacutea ldquoderechos humanosrdquo vino a sus-tituir la referencia que haciacutean las Leyes de Indias a la religioacuten catoacutelica y a las regulaciones del rey No es exagerado decir que para los indiacutegenas ambas formas poliseculares de expresioacuten son maneras de denominar una misma realidad la civilizacioacuten que en forma traumaacutetica llegoacute por los mares de Levante Pues bien asiacute como ldquonuestra sagrada Religioacutenrdquo terminoacute por

Son iluminadoras al respecto las liacuteneas de Katz F Pancho Villa trad de P Villegas Meacutexico Era 1998 pp 25-51 si bien se sentildeala (p 44) lo agraviados que se hallaron los pue-blos de Chihuahua estado nortentildeo con las medidas anticomunales del gobernador Creel durante la pax porfiriana

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representarles utilidad y por convencer a las comunidades es necesario hoy que los indios de Meacutexico se convenzan de lo uacutetiles que resultan los derechos fundamentales para estructurar vidas dignas uacutetiles y plenas

Convencimiento semejante no pasaraacute sino por un replanteamiento casi absoluto de nuestros legolaacutetricos Estados latinoamericanos Reconocer dig-nidad al individuo implica reconocerle capacidad absoluta de fungir como legislador moral y tomar sus propias determinaciones21 De ahiacute que cuando esas determinaciones parecen perjudicarlo para favorecer a la comunidad (como en el caso de los votos monaacutesticos o en el del tequio trabajo obliga-torio y gratuito que se impone al individuo en algunos pueblos indiacutegenas del Meacutexico meridional) el Estado legicentrista y kantiano que heredamos del XIX responda con una virulencia digna de la ley Le Chapellier Ello con-tradice un aspecto esencial de la dignidad humana el derecho a la diferen-cia como fue captado por Bernanos en Diaacutelogo de carmelitas Vulnera tam-bieacuten la libertad individual personaliacutesima de renunciar a lo que el Estado considera indispensable para el desarrollo de mi personalidad y para mi acceso a la felicidad Se trata como puede verse de un problema etimoloacute-gicamente religioso (de lo que ldquovuelve a vincularrdquo) y nos coloca de vuelta en la encrucijada de los voluntarismos

El Estado mexicano continuacutea siendo profundamente paternalista No se siente coacutemodo permitiendo que comunidades de ninguacuten tipo decidan en serio los propios caminos autogestionaacutendose y autorregulaacutendose El ceacutelebre convenio 169 de la Organizacioacuten Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indiacutegenas y Tribales le sigue siendo poco confortable (en general aunque esa es otra historia los tratados internacionales merced a un na-cionalismo que deriva en absolutismo juriacutedico de la peor ralea incomodan desde siempre a la Repuacuteblica)22

Es preciso para ser equitativos tratar de comprender si la incomodi-dad se deriva de una genuina preocupacioacuten por la no instrumentalizacioacuten de los individuos en sede indiacutegena por la vigencia efectiva y universal de los derechos fundamentales va una sugerencia de corte procesal de debido y correcto proceso que pretende hacer operativa una figura tan mexicana como la del juicio de amparo superando su individualista disentildeo procesal iquestpor queacute no pensamos en las comunidades indiacutegenas a las que se refiere el artiacuteculo 2o constitucional como autoridades responsables para efectos del amparo Reparemos por un momento en lo que ello implicariacutea para las

21 Garzoacuten Valdeacutes los derechoshellip cit pp 27-32 22 Moctezuma Barragaacuten J ldquolos derechos humanos de los pueblos indiacutegenasrdquo Voz y

Voto Meacutexico nuacutem 211 septiembre de 2010 pp 23-26






relaciones familiares entre los naturales la situacioacuten de la mujer dariacutea lu-gar a un buen nuacutemero de precedentes de amparo pues ni la comunidad ni sus usos y costumbres podriacutean darle el indigno trato de instrumento pero las modernas repuacuteblicas de indios no perderiacutean su capacidad autonoacutemica ni sus derechos colectivos a la identidad Se cumpliriacutea ademaacutes con la re-comendacioacuten 64 realizada por Japoacuten al Estado mexicano en el marco del Examen Perioacutedico Universal de Naciones Unidas (2010) ldquoRevisar el sis-tema judicialrdquo con miras a terminar con disparidades y discriminaciones injustificadas Parece un buen modo de comenzar con la ponderacioacuten y con la equidad pues como ha dicho Carpintero no hay maacutes justicia que la del caso concreto

Con este tipo de medidas y redisentildeos la justicia de la Unioacuten tutelariacutea por fin los derechos humanos de todos los nacionales mexicanos aun cuan-do vivan en comunidad Y quizaacute soacutelo quizaacute comenzariacutea la era del Meacutexico nacional plurijuriacutedico adulto y definitivamente libre






Joseacute Mariacutea Portillo el cocido se convirtioacute en cuestioacuten explosiva El cardenal Lorenzana un ilustrado en la corte de Meacutexico supo verlo en 1770 cuando denuncioacute que mientras que en la antigua Espantildea (esto es en la peninsular) existiacutea un solo tipo de hombres en la nueva conviviacutean varios organizados ldquoen muchas y diferentesrdquo castas Los distintos climas imponiacutean a ambas Es-pantildeas diversidad de leyes y hasta de gobiernos ldquomas siempre con el fin de asemejarlosrdquo A pesar de este buen deseo las ldquonacionesrdquo se iban separando poniacutean un oceacuteano de por medio conforme se acentuaban las diferencias fun-dadas en los sitios en los que cada quien habiacutea nacido1

De ahiacute que por lo menos en la Nueva Espantildea propiamente dicha mdashese Meacutexico ldquonoble por espantildeol y por aztecardquo al que cantoacute Machadomdash el criollismo diera lugar a la nacioacuten entendida en su sentido reducido en ab-soluto panhispaacutenico mesoamericano cuando no meramente anahuacense La historia oficial de las pasadas centurias ha pretendido ver en el blanco nacido en estas tierras al uacutenico y auteacutentico criollo A diferencia de lo que ha ocurrido en la Ameacuterica meridional ldquocriollordquo es expresioacuten que se utiliza en sentido eacutetnico no territorialista Nada maacutes alejado de las pretensiones de los padres fundadores en su versioacuten mexicana el ldquogachupiacutenrdquo era para el cura Hidalgo el europeo advenedizo que encima colaboraba con las huestes invasoras francesas (o incluso inglesas) en el difiacutecil contexto del fundacional antildeo 1808 Los criollos ldquoespantildeoles americanosrdquo habriacutean de hacerle frente para mantener estas tierras bajo el dominio de su legiacutetimo rey el deseado Fernando VII de Borboacuten Habiacutea que expeler a los traidores los colabora-cionistas los antiamericanos Logrado esto blancos indios y mestizos mdashto-dos ldquonacionalesrdquo de la Espantildea en la que habiacutean nacido es decir de ldquoeacutesta la nueva y fideliacutesimardquomdash pondriacutean al reino en situacioacuten de obediencia respecto de la Corona y de la dinastiacutea pero no de otra nacioacuten que como la europea la Espantildea ldquoantiguardquo les era ajena y antipaacutetica Son estos los conceptos que andando el tiempo permitiraacuten instrumentar la expulsioacuten de los espantildeoles en un Meacutexico ya republicano e independiente (1828-1829) sin mayor re-paro en que muchos de aquellos ldquoextranjerosrdquo habiacutean realizado contribu-ciones decisivas tanto para la obtencioacuten de la Independencia como para la ereccioacuten de la Repuacuteblica

Asiacute durante la praacutectica totalidad del siglo XIX los mexicanos se las veriacutean mdashsolos y sin intervenciones alieniacutegenasmdash con sus diferencias con los ldquotipos de hombrerdquo que contemplaba Lorenzana Si los espantildeoles eran

Lorenzana F A de arzobispo de Meacutexico Historia de Nueva Espantildea escrita por su esclarecido conquistador Hernaacuten Corteacutes aumentada con otros documentos y notas por edicioacuten facsimilar de la publicada en Meacutexico por la imprenta del superior gobierno 1770 (Meacutexico Universidad deCastilla-La Mancha-Miguel Aacutengel Porruacutea 1992) sp

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2010: doscientos aÑos de una naciÓn que … · —ese méxico “noble por español y por...

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