analiticidad sistemica
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FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA ANALITICIDAD SISTÉMICA.
H. Ricardo Acevedo,
Departamento de Informática
Universidad Técnica Federico Santa María
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Analiticidad Sistémica.
Un sistema es una totalidad emergente que surge cuando ciertos componentes no analizables se ordenan de acuerdo a un padrón o modelo de organización de manera tal, que las propiedades del todo son de una correlación diferente a las propiedades de las partes. Lo anterior es lo que sucede en la figura 1.
Figura 1: Origen de un sistema.
Sin embargo la dimensión fenoménica de un sistema es más amplia aún, los componentes desde su génesis en la conformación del sistema, no sólo admiten entradas deseadas o transformacionales, sino que además son afectados por entradas no deseadas o perturbaciones, las cuales afectan el curso normal del sistema, tal como lo muestra la figura 2. Allí Pi corresponde a las perturbaciones que afectan a X1, así como Pj a corresponde a las perturbaciones que afectan a X2
Potenciales Componentes
X1
Padrón de Organización
X2
b a
X
X1 X2 c
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Figura 2: Sistema afectado por perturbaciones.
Además uno de los requisitos para que un sistema siga conservando su calidad de tal, es la mantención de su organización, la cual en los sistemas viables se sustenta en la capacidad que dichos sistemas tienen de modificar sus estructuras. La mantención de la organización requiere que los componentes de un sistema hagan lo que las condiciones de constitución del sistema requieren que haga. Por ejemplo, en el sistema “X”, el componente “X1”, debe realizar “b”, a pesar de las perturbaciones que lo puedan afectar. De eso se puede desprender la metáfora de la petición, es decir, que lo que hace cada componente, lo hace porque el todo lo peticiona. En el caso del sistema “X”, precisamente “X” -el todo- pide a “X1” hacer “b”. Lo mismo acontece para el componente “X2” al cual se le pide hacer “c”. De acuerdo a ello, ahora la dimensión fenoménica del sistema toma la forma de la figura 3.
X
X1 X2 b c a
Pi Pj
X
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Figura.3: Peticiones del todo a sus componentes.
Cabe señalar que los input –output- en realidad, no se manifiestan exactamente en valores discretos, sino más bien como rangos. De este modo, entonces, “b”, en “X”, es más bien [b], o más precisamente, incluso corresponde a [b ] = [b1]; [b2]; [b3]...[bn], en donde b1; b2; b3;...bn, son los atributos de “b”, cada uno de los cuáles puede tomar diferentes valores entre un límite inferior y un límite superior. Lo mismo es válido para “a” y para “c”.
Para una definición más exacta aún de la dimensión fenoménica de un sistema, es preciso señalar que, como toda acción -en este caso la transformación- solo es posible cuando una petición ha sido aceptada por un realizador, el sistema asume la forma que aparece en la figura 4.
X1 X2
X
b c a
Pi Pj
X pide a X1 que haga b
X pide a X2 que haga c
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Figura 4: Aceptación de las peticiones del todo
Estas peticiones son peticiones genéricas es decir establecen solamente que es aquello que se requiere que se haga sin explicitar los atributos específicos asociados a un hacer concreto, como calidad, oportunidad etc. Ello hace que sea necesario entonces otro dominio de peticiones precisamente aquellas que contemplan las especificidades operacionales. En el caso del sistema X debe existir también entonces una petición de X2 a X1, referida a todos los atributos que precisamente X2 requiere de b. Esto hace entonces que la figura 4 tome más bien la forma que presenta la figura 5.
X X pide a X1 Hacer b
Pi Pj
X1 b a
X pide a X2 Hacer c
X2 c
X2 Acepta la Petición X1 Acepta la Petición
X
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P(e): Petición Específica
P(e)A: Petición Específica Aceptada
Figura 5: Petición de X2 acerca de los atributos de b.
Dada esta dimensión fenoménica de un sistema, y si lo que de él interesa es mostrar su configuración y explicar la dinámica que hace posible su efectividad en cuanto al logro de lo que debe alcanzar, es necesario aplicar analiticidad a los componentes.
Uno de los criterios que se utiliza en la teoría de sistemas para modelar realidades complejas, es recurrir a la naturaleza de los inputs. Se asume que al interior de un sistema -o componente de un sistema- deberá existir una instancia de naturaleza diferente para cada uno de los inputs de diferente naturaleza que se recibe. Lo que además, por cierto, es válido para los output. Si un organismo vivo insume oxígeno, por cierto que en su interior deberá existir una instancia de naturaleza tal que se haga cargo con efectividad de dicho input. En nuestro caso si hay dos tipos de inputs, hay
X pide a X1 Hacer b
Pi Pj
X
X1 b a
X pide a X2 Hacer c
X2 c
X2 Acepta la Petición X1 Acepta la Petición
P(e) P(e)A
X
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que aceptar que al interior del componente existirán dos instancias, cada una preparada para aceptar la diferente naturaleza de los inputs que recibe.
Al ver cada componente desde sus input -output- se puede comprobar allí la existencia de dos categorías de fenómenos; uno transformacional y otro lingüístico.
El fenómeno transformacional, para el sistema “X”, está dado por las siguientes transformaciones:
b = X1(a)
c = X2( b)
c = X (a)
El fenómeno lingüístico en “X”, por su parte, está dado por las peticiones:
X pide a X1 hacer b
X pide a X2 hacer c
Por cierto que también sucede que “X” es peticionado para hacer “c”, desde el todo del cual forma parte. El cual bien puede corresponder a un sistema XY como el que se muestra en la figura 6.
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Figura 6: El sistema X es un componente de un sistema mayor
Si existen inputs que corresponden a dos categorías de fenómenos diferentes, entonces al interior del componente deberá existir dos instancias de naturaleza tal que tengan las propiedades necesarias para acoger a dichos input. Estas categorías son las que aparecen en la figura 7.
P:Petición PA:Petición Aceptada
Figura 7: Instancias que acogen inputs.
Instancia que acoge lo lingüístico
Instancia que acoge la transformación
P
¿?
a
b
PA
XY pide a X: Hacer c
X Acepta la Petición
Pi Pj
X c a
Y d
XY
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Estas instancias, en el argot técnico se conocen como “Regulador” y “Transformador”, respectivamente, tal como lo muestra la figura 8.
P:Petición
PA:Petición Aceptada
Figura 8: Relación Regulador - Transformador.
Sin embargo, puesto que la visión de sistemas privilegia las relaciones entre los elementos, la visión de los componentes que se ha descrito resulta insuficiente para describirla. El problema que surge en este sentido es cómo identificar y especificar dichas relaciones. Una manera de lograrlo es remitirse a lo dicho por las teorías respecto del fenómeno en estudio. Interpretando a J. Habermas, y a J. Austin, destacados filósofos del lenguaje, la instancia que acoge los requerimientos, en un primer momento, los recibe en forma de peticiones y luego, tras un proceso de evaluación de las posibilidades de cumplirlas cabalmente, las acepta o rechaza. Si las acepta, entonces, pone en acción -activa- las transformaciones.
La activación es uno de los vínculos entre el regulador y el transformador. Sin embargo, desde una perspectiva operacional, con la sola aplicación de la activación el éxito de lo esperado, o mejor dicho de la petición, no está de ninguna forma asegurado. Lo que acontece es que las transformaciones que llevan a cabo los sistemas, en su trayectoria técnica, se ven sujetos a perturbaciones. Dichas perturbaciones son consideradas como entradas no deseadas, considerando que los inputs son entradas técnicamente deseadas, tal como lo muestra la figura 9.
TRANSFO
b
a
¿?
REGULADOR
P PA
TRANSFORMADOR
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Figura 9: Perturbaciones que afectan las transformaciones.
Las perturbaciones pueden apartar a las transformaciones de su trayectoria esperada, que no es otra cosa que el camino, que va desde el input hasta el output, es decir, corresponde a un camino técnicamente validado.
Cabe señalar que la trayectoria técnica está constituida por tres capas. La primera, la más básica, corresponde a la plataforma técnica operacional que sirve de soporte a las actividades que van del input al output , y que se constituye en la segunda de las capas. La tercera capa corresponde al
b
a Pi
PA P
Activar
Tratamiento de la
petición
Tx1
PA
Activación
Rx1
: Trayectoria Técnica
Tx1: Transformador de x1
Rx1 : Regulador de x1
Pi : Perturbación que afecta a x1
P:Petición
PA:Petición Aceptada
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conjunto de variables en virtud de las cuales se mide el efecto de las perturbaciones. Estas variables están constituidas por dos subconjuntos: el primero de ellos se refiere a las variables que dan cuenta del efecto de las perturbaciones en el dominio de las actividades, en tanto que el otro subconjunto se refiere a las variables que dan cuenta del efecto de las perturbaciones en el dominio de la plataforma técnica operacional. Cabe agregar que estas variables se distribuyen a través de la trayectoria técnica en la tercera capa en una estructura de puntos de control. Esto se muestra en la figura 10.
Figura 10: Estructura de la Trayectoria Técnica.
En este contexto el regulador, además de activar el transformador, tiene como tarea anular el efecto de las perturbaciones -en una perspectiva de control a posteriori- de tal manera de asegurar efectivamente el output esperado. Esto significa, en otras palabras, que es necesario, en un segundo momento, percibir y registrar el efecto de las perturbaciones, lo cual confiere, a su vez, lo que se puede denominar, el valor real del comportamiento del componente y que debe ser registrado en instancias del tipo base de datos para que sea susceptible de comparar con los valores esperados, los cuáles en un primer momento ya han sido almacenados en
Plataforma Técnico/Operacional (PT/O)
Actividades (ACT)
Variables de Control(PT/O)
Variables de Control(ACT)
Tercera capa
segunda capa
primera capa
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dicho dispositivo. La figura 11 da cuenta de lo que acontece en torno a estas bases de datos.
Figura 11: Registro del valor real de comportamiento.
De la comparación entre los valores esperados y los valores reales, resulta la información que ha de determinar el alcance de los ajustes a aplicar, todo ello en una manifestación del tipo bucle de retorno, tal como lo muestra la figura 12.
Activación
Valor Diferencia
REP: Registro del Efecto de las Perturbaciones. SI: Sistema de Información. P:Petición PA:Petición Aceptada
Valor Esperado
Activar
PA P
Tratamiento de la
petición
Rx1
a
b
R.E.P.
BD
Valor Real
Pi
S.I.x1
PA
Ajustes
Ajuste Tx1
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Figura 12: Sistema generador de información para el ajuste.
Una de las tareas esenciales de un regulador consiste, precisamente, en la acción de regular. Esto es, en aplicar ajustes a la conducta real de un
REP: Registro del Efecto de las Perturbaciones. SI: Sistema de Información. SGI: Sistema Generador de Información. P:Petición PA:Petición Aceptada
Activación
Valor Real
Tx1
SGI BD S.I.
Valor Esperado
a
b
R.E.P.
Pi
Activar
PA P
Tratamiento de la
petición
Rx1
PA
Valor diferencia
Ajustes
Activación
Ajuste
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transformador cuando lo que acontece en su trayectoria técnica, que va de input a output, escapa de las conductas esperadas. Para llevar adelante las tareas de regulación, es preciso establecer una estrategia de puntos de control. Esta configuración de puntos de control, que no es más que un instrumento de gestión, se superpone lógicamente sobre la trayectoria técnica, en su tercera capa.
Obviamente para cada punto de control se mide el valor real del comportamiento de la transformación, se compara con el valor esperado que corresponde a ese punto y se obtiene la diferencia. Esta se constituye en el factor que determina los alcances del ajuste, que en ese punto de control, deben llevarse a cabo para corregir las discrepancias que se han de producir como consecuencia de la existencia de perturbaciones. Ello es lo que hace que el canal de retroalimentación que conecta, en bucle de retorno, el regulador con el transformador, sea en realidad un multicanal al existir un canal para cada punto de control, tal como lo muestra la figura 13.
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Figura13: Multicanal de retroalimentación.
En cada uno de los puntos de control, el regulador debe tener definido aquello que le interesa medir. Y esto que le interesa medir, se expresa a través de un conjunto de variables de control que estima le permitirán el control de la transformación. Control entendido en el sentido de dominio, más específicamente, en la perspectiva de asegurar efectivamente lo que se
P AP
Valor real
Valor real
SI
SI
REP
PC1 PCi
PCn
SI
b
a Pj
Rxi Txi
Activación
Aj PCn Aj PCi Aj PC1
Valor real
Activar
Ajustar
Tratamiento de la
petición
Aceptar Petición
Diferencia
Reactivación
REP REP
Diferencia
Diferencia
Valor Esperado
Valor Esperado
Valor Esperado
Valor real
Valor real
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desea lograr. Este conjunto de variables de control configura lo que se podría denominar un vector de variables de control.
Por ejemplo, en un cierto proceso productivo, algunas de las variables componentes de dicho vector, pueden ser, costo, calidad, etc, así como para un estudiante, la variable de control por excelencia, corresponde a las variable “nota”.
Este vector, toma la siguiente forma:
[[VC1], [VC2],...[VCi]...[VCn]]
Aquí, cabe señalar nuevamente que, el valor que toma cada variable no es un valor discreto, sino que corresponde más bien a un rango, con un límite inferior y un límite superior, tal como sucedía con los input-output. Es decir, los ajustes sólo se aplican cuando los valores salen de los rangos esperados. Dicho vector, el regulador lo configura a partir de su conocimiento de la naturaleza de la transformación, de la activación que aplica al transformador, que es la resultante del juego entre petición y aceptación de la petición, y de la información de benchmarking y el conocimiento teórico de que dispone.
Cada una de estas variables, toma tres valores: un valor esperado, residente en la petición; un valor real que da cuenta de la conducta de la transformación, considerando el efecto en ella de las perturbaciones o entradas no deseadas que le afectan y su valor de diferencia entre el valor real y el valor esperado. Se configura, por lo tanto un cuadro de mando cuya estructura lógica se manifiesta en tres vectores que se relacionan del siguiente modo:
[[E(VC1)],[E(VC2)],...[E(Vci)]...[E(VCn)]] - [[R(VC1)],R(VC2)],...[R(Vci)]...[R(VCn)]] = [[D(VC1)],
[D(VC2)],...[D(VCi)]...[D(VCn)]]
Aquí, el valor esperado, se encuentra inscrito en la petición, el valor real se recoge del comportamiento del sistema producto de las perturbaciones que lo afectan y la información corresponde al valor
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diferencial entre lo esperado y lo real. De esto, ahora se desprende que el multicanal de retroalimentación es en realidad, multimulticanal al ser de naturaleza vectorial, tal como lo muestra la figura 14.
Figura 14: Multimulticanal de retroalimentación.
D(VC1PCi)
D(VCjPCi)
D(VCmPCi) BD SI
BD SI
REP
PC1 PCi
PCn
BD
b
a Pj
Rxi Txi
R(VCjPCi)
E(VC1PCi)
E(VCjPCi)
E(VCmPCi)
Activación
Aj PCn Aj PCi Aj PC1
R(VCnPCi) R(VC1PCi)
SI
Activar
Ajustar
SI
SI
SI
Acepta Petición Petición
Tratamiento de la petición
Aceptar Petición
Reactivación
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Cabe agregar que el ajuste que se aplica en cada punto de control tiene dos aristas. Una de ellas corresponde a la intervención en la efectividad del tramo de trayectoria técnica que va desde el punto de control en que se está controlando hasta el próximo y la otra es la que afecta al valor esperado del o los próximos puntos de control. Todo ello en un cuadro que se puede caracterizar como “control a posteriori”, esto es, se ajusta una vez que se ha tomado en cuenta el efecto de la perturbación. Lo anterior hace que el comportamiento de un componente pueda no ser totalmente efectivo, al existir siempre puntos donde no se pueda realizar más ajustes. De todos modos, esta configuración hace que el comportamiento de los componentes sea considerado como un comportamiento homeostático.
Los Sistemas Homeostáticos.
Aquella característica de los sistemas, cuya misión es, esencialmente, mantener el equilibrio del medio interno, que es a su vez garante de la necesaria mantención de la organización, frente a las perturbaciones del medio externo, conservando en su valor normal las diferentes variables fisiológicas del sistema, es la denominada homeostasis. En este sentido puede decirse que la homeostasis consiste en la mantención de las variables críticas del sistema dentro de límites fisiológicos frente a cualquier perturbación, incluyendo aquellas que podrían considerarse como no explicitadas en su configuración.
En general, puede decirse que estos problemas del equilibrio de los sistemas viables son asuntos que han preocupado desde hace mucho tiempo a los investigadores científicos, en particular a los biólogos. I. P. Pavlov, por ejemplo, es uno de los que mayor atención ha otorgado a este problema en relación con el sistema nervioso central. Del mismo modo, los economistas y los estudiosos de los fenómenos relativos a las organizaciones humanas prestan cada vez mayor atención a los problemas del equilibrio organizacional.
Todo sistema viable, es decir aquel que es capaz de subsistir en un medio en constante variabilidad, puede expresarse en términos de un
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conjunto de variables, variables cuyos valores deben mantenerse en constancia para asegurar su equilibrio fisiológico y la mantención de la organización. Si las condiciones ambientales tienden a afectar el valor esperado de estas variables, el sistema reacciona enfrentando todos aquellos estímulos mediante una serie de respuestas de igual valor pero de sentido opuesto, tendiente, justamente, a mantener los equilibrios internos. Si el sistema es capaz de hacerlo, es decir, si dispone de los mecanismos para ello, se puede decir que se trata de un sistema homeostático. Son, en consecuencia, aquellos mecanismos, de que disponen los sistemas viables para hacer frente a las interacciones del exterior, lo que hacen de ellos sistemas homeostáticos. Aquellos mecanismos son mecanismos de regulación y control y corresponden a aquellos a través de los cuales se materializa la homeostasis.
La homeostasis representa la base fundamental para el mantenimiento del carácter viable del sistema, es decir, para la mantención de la organización y la adaptación, e incluso el punto de arranque del proceso evolutivo. Se puede decir, en consecuencia, que la homeostasis es una característica fundamental de los sistemas viables, y mas aún, que los mecanismos de regulación y control básicos que utiliza la naturaleza, son esencialmente de carácter homeostático, tal como ocurre en la homeostasis biológica. La homeostasis es una propiedad de todos los sistemas vivos.
En general, se puede decir que todos los sistemas biológicos y los sistemas ecológicos son de esta naturaleza. Uno de los casos más característicos de comportamiento homeostático lo constituye la mantención de la temperatura en la sangre del organismo humano. Esta se mantiene alrededor de los 37°C independientemente de la temperatura existente en el entorno. En realidad lo que existe es una variación estadística alrededor de aquel valor promedio, por lo cual lo importante no es el que el organismo mantenga la temperatura exactamente a 37°C, sinó que su valor no se aleje inconvenientemente de la media, de tal modo de evitar daños fisiológicos que el organismo no pueda soportar. En el organismo humano no sólo la temperatura de la sangre tiene que mantenerse en equilibrio sino que también todo el sistema biológico del cuerpo. Para esto, los sistemas vivos
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disponen de un conjunto de mecanismos homeostáticos -mecanismos de regulación y control- que le permiten enfrentar las amenazas a su viabilidad que proviene de su entorno.
La dimensión fenoménica de un sistema.
Las figuras 13 y 14 dan cuenta de la dimensión fenoménica de un componente de un sistema, entendido como manifestando comportamientos homeostáticos. Obviamente, dicha dimensión explicativa es válida para todos los componentes del sistema, e incluso, para el propio sistema.
En aquella representación es constatable la existencia de tres componentes básicos: un regulador y un transformador, y un sistema de información que reside en un canal de retroalimentación que conecta, en trayectoria antidrómica a los otros dos constituyentes.
Si se hace abstracción de los puntos de control y de los vectores de variables de control que operan en dichos puntos, aparece la dimensión explicativa del sistema “X” que muestran las figuras 15 y 16, en donde es constatable que dicho sistema “X” está constituido por los componentes “X1” y “X2”.
La configuración para “X1” es la que aparece en la figura 15, en tanto que la configuración para “X2”, es la que aparece en la figura 16.
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Figura 15: Configuración del componente X1.
Figura 16: Configuración del componente X2.
b=X1(a)
Petición
A. Petición Medio
a
Valores Reales
X1 Valor Esperado
Inf.
BD SGI
SIX1
AJ
ACT
REP
TX1 RX1
c=X2(b)
Petición
A. Petición Medio
b
Valores Reales
X2 Valor Esperado
Inf.
BD SGI SIX2
AJ
ACT
REP TX2 RX2
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Cada componente tiene su propio dominio de operaciones, y por cierto también dispone de un regulador que de él forma parte. En esta perspectiva el regulador tiene como tarea asegurar el logro de las peticiones que ha aceptado, haciendo frente a las perturbaciones que pueden afectar a las transformaciones que regula, generalmente en un operar del tipo gestión que se conoce como “Control a posteriori”. Sin embargo, puede acontecer que alguna perturbación, además de tener efecto local, tenga efectos en algún otro componente con el cual el primero se vincula en red operativa.
Cuando las perturbaciones tienen efecto local, el regulador correspondiente regula dentro de su ámbito de acción. Sin embargo, cuando la perturbación además de tener efecto local -por ejemplo en “X1”- repercute en otros componentes -por ejemplo en “X2”-el regulador queda obviamente fuera de su ámbito de acción. Estos son los casos que se registran en la base de datos, -entendida ésta en perspectiva lógica- que forma parte del Sistema de Información del sistema -en el ejemplo, “X”- el cual se constituye en la esencia del canal de retroalimentación que conecta a todos los componentes -“X1” y “X2”- con el sistema –“X”- para que de esta manera entonces, el regulador del sistema aplique ajustes coherentes a todos los componentes que se ven afectados por aquella perturbación de efectos múltiples como se muestra en la figura 17.
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Figura 17: Configuración interna de X.
Como en cada componente existe una base de datos que recoge el efecto de las perturbaciones que lo afectan y la base de datos que pertenece al Sistema de información del sistema consigna los efectos de las perturbaciones que no solo tienen consecuencias locales sino que afectan a otros componentes, bien se puede decir que aquella base de datos de gestión global se construye tras una operación de filtraje, mediante la cual solo se dejan pasar los casos en que las perturbaciones que afectan a un componente tienen efectos colaterales en aquellos otros con los cuáles el componente afectado se encuentra vinculado operacionalmente. En otras palabras, lo que sucede es que teniendo en cada una de las bases de datos
Inf.
Valor Esperado
SGI BD
ACT
AJ
RX
AP P
MEDIO
a
c=X2(b)
B=X1(a)
Valores Reales
X1 Valor Esperado
Inf.
BD SGI SIX1
AJ
AC
REP TX1 RX1
Valores Reales
X2 Valor Esperado
Inf.
BD SGI SIX2
AJ
AC
REP TX2 RX2
SI
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de los componentes registrados los efectos de las perturbaciones locales, esto es, las que tienen consecuencia en la transformación del componente respectivo, se separan en ellas todos los efectos de las perturbaciones que teniendo efecto local, además, afectan a otros componentes; son estos efectos los que se registran en las bases de datos del Sistema de información del sistema.
Es por ello que el regulador del sistema actúa precisamente en
perspectiva global. Esto es, activa en coherencia a todos los componentes
que controla, y realiza los ajustes también en coherencia. Respecto del
ajuste, obviamente los aplica con sentido de globalidad y a todos aquellos
componentes que resultan afectados por alguna perturbación que en
principio tuvo efectos directos en alguno de ellos. Para que dichos ajustes
sean efectivos, las variables de control de que dispone el sistema, deben
estar definidas justamente en perspectiva de globalidad.
El Control a priori.
El problema del control a posteriori es que siempre habrá una última
instancia en la cual ya no cabe la opción de corregir el efecto de la
perturbación, por lo tanto, si así acontece, lo que se desea lograr es factible
que no suceda. Por ello es conveniente complementar dicho control a
posteriori, con una nueva opción que se denomina control a priori. Se trata
de un tipo de control que se puede identificar con el fenómeno del
“pararrayos”. En este caso, entre la perturbación y el sistema se coloca un
dispositivo que evita que el efecto perturbador afecte la trayectoria técnica,
tal como sucede precisamente con un “pararrayos”. Para que esto sea
posible lo que hay que hacer es en primer término tomar conocimiento de la
naturaleza de la perturbación, para así especificarla rigurosamente y
especificada. Una vez establecida aquella y con el apoyo de conocimiento
técnico se diseña el dispositivo que habrá de evitar que la perturbación
tenga efectos en el sistema. Una vez obtenido el diseño, se construye
físicamente el dispositivo, para luego de superar todas la pruebas
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necesarias, instalarlo entre perturbación y transformador del sistema. Dicho
conjunto de actividades configura un circuito que bien se puede decir circula
en bucle de retorno circundándolo, como se muestra en la figura 19.
Figura 18: control a priori
BD SI
BD SI
REP
PC1 PCi
PCn
BD
b
a
Pj
Rxi Txi
R(VCjPCi)
E(VC1PCi)
E(VCjPCi)
E(VCmPCi)
Activación
Aj PCn
Aj PCi Aj PC1
R(VCnPC i) R(VC1PCi)
SI
Activar
Ajustes
Dispositivo
Recoger naturaleza perturbación
Especificar perturbación
Diseñar dispositivo
Construir dispositivo
Instalar dispositivo
Naturaleza fenómeno
Perturbación especificada
Dispositivo diseñado
Dispositivo construido
Dispositivo
REP REP
Acepta Petición Petición
Tratamiento de la petición
Aceptar Petición
SI
SI
SI
Reactivación
D(VC1PCi)
D(VCjPCi)
D(VCmPCi)
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Apéndice A.
El uso de los sistemas.
Para que un sistema a la postre tenga la categoría de tal, cualquiera
sea su índole, es necesario, en primer lugar, que un Peticionador, operando
en el lenguaje, realice una petición. Dicha Petición es recepcionada por un
receptor-ejecutor quien, en un proceso de análisis, la acepta o rechaza. Si
no cuenta con los antecedentes necesarios para tomar la decisión, esto es el
contenido de la petición, no se lo permite a cabalidad, solicita una
reformulación de la petición. Si la petición se encuentra especificada
correctamente, desde la perspectiva decisional del receptor-ejecutor,
procede a tomar la decisión de aceptarla o rechazarla. En caso de la primera
opción, y en un segundo momento, identificada como especificación de la
petición, verifica si contiene o no la información suficiente para su posterior
diseño y construcción. Si se da que no contiene la información suficiente,
solicita un mayor detalle a quien la formuló, a fin de que éste proporcione lo
requerido. Una vez completada la información, se especifica la petición, de
modo tal que obtenida dicha especificación, se da inicio al diseño el cual se
puede realizar a partir del contenido de la especificación sumado a la propia
experiencia del diseñador o bien complementándola con el aporte de los
diferentes modelos teóricos a los cuales puede tener acceso el propio
diseñador, lo que se obtiene es un modelo de aquello que luego se
construirá. Análisis de la petición, especificación de requerimientos y diseño
conforman un primer momento operativo el cual, en cuanto tal momento,
antecede a la construcción, tal como lo muestra la figura 18. Este primer
momento operativo tiene como rasgo distintivo esencial su absoluta
ocurrencia en el lenguaje. Esto significa que el sistema diseñado es un
sistema en el lenguaje.
Un sistema que una vez constituido y en distinción de uso, deja de ser
absolutamente un Sistema, puesto que puede seguir siendo un sistema
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cuando el usuario opera con él incluyendo el dominio de su organización-
estructura, esto es en la trama de sus componentes o bien un prágmata,
esto es un objeto con el cual se opera por sus bordes.
Los usuarios del sistema pueden ser o un usuario peticionador o bien
un usuario que se encuentra con el sistema dado. El usuario peticionador es
el que le confiere un uso posible predeterminado.
Figura 1: El primer momento en la emergencia de un sistema.
La construcción se constituye en un segundo momento operativo de la
ruta tendiente a la obtención de un sistema, en el cual a partir del modelo
recibido y mediante una búsqueda y selección de los componentes
necesarios, se confecciona y genera el dispositivo requerido por el
peticionador-ejecutor, como bien lo muestra la figura 19. Se trata de un
dispositivo que al ser sistema, se constituye en un holos o totalidad
Petición
Peticionador
Análisis de la Petición
Especificación de Requerimientos
Diseño Experiencia
Petición Especificada
Aceptación de la Petición
Aceptación de la Petición
Solicitud de Reformulación de la petición
Modelos Teóricos
Sistema Diseñado
Entrega de mayor información
Solicitud de mayor información
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emergente. De acuerdo a ello, todo sistema queda, en primer lugar,
determinado en un dominio lingüístico, puesto que el análisis de la petición y
su consecuente aceptación, su especificación y su diseño, no son más que
actos realizados en un operar lingüístico, el cual, además, antecede a su
construcción, la cual, por su parte acontece en el dominio material de las
partículas.
Figura 2: La emergencia de un sistema
Construcción Sistema
Usuarios Posibles Predeterminados
Usuario
Otros Usos que las Estructura Posibilita
Distinciones de Uso
Uso Específico
Usuario
Objeto
Objeto
Sistema
Sistema Diseñado
Potenciales Componentes
Uso como Sistema
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De los momentos anteriores es constatable la existencia de tres
dominios: análisis de la petición-especificación de requerimientos-diseño;
construcción y uso; los tres, cabe agregar, se corresponden con lo que en
cualquier desarrollo de sistemas en Ingeniería de Software se postula como
metodológicamente válido.
Sin embargo, respecto del tercer dominio, cabe consignar algunas
consideraciones, las cuales se refieren precisamente al uso que se hace de
aquello que se especifica, diseña y construye.
Todos los sistemas tienen una proyección de uso, en la cual cualquier
uso específico no está predeterminado necesariamente. Cada sistema tiene
asociado un dominio de usos posibles, cuyas dimensiones están dadas por
todas las diversas distinciones de uso que un usuario puede realizar. Lo
único cierto es que su configuración estructural, aquella que resulta de su
diseño original en un dominio lingüístico, previo a su configuración como tal
sistema, está ligado a un subconjunto de usos particulares.
El uso específico en un espacio y tiempo dado del sistema dependerá
de un proceso de distinción de uso que aquel usuario aplica sobre un
dominio de usos potenciales. Esto significa, simplemente, que un sistema no
necesariamente es utilizado para aquello que originalmente se configuró.
Por ejemplo, un paraguas puede ser efectivamente usado como protección
para la lluvia como su configuración estructural lo posibilita, o bien, para
cualquier otro propósito establecido por la distinción de uso que el usuario
realiza, como bien podría ser su empleo para sostener semiabierta una
ventana.
El usuario de un sistema puede ser una persona o una máquina. Una
persona frente a un uso del sistema, distingue ciertas propiedades en él,
precisamente aquellas que le han de permitir la materialización del uso
específico que desea. Dicha distinción de uso, puede o no corresponder a
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las propiedades que se le confirió al momento de su diseño, momento que
además de ser previo a su configuración, responde a las directrices de la
petición de un peticionario.
En el caso de una máquina, por cierto existe una predeterminación de
las distinción, debido a lo cual existe coincidencia entre lo que su diseño
estableció y su uso posterior.
Lo que funda teóricamente lo propuesto es la noción de ontologías
constitutivas. Ella establece que la realidad sólo existe para un observador
en el lenguaje. La realidad se configura producto de coherencias
operacionales que se suscitan entre las operaciones de distinción que, en su
operar, desarrolla un observador. En él surgen muchas realidades, cuyas
fronteras se clausuran en las coherencias operacionales que un observador
experimenta al concatenar, en base a ciertas premisas, las operaciones de
distinción que configura. De este camino se desprende que los hombres
existen en un multiverso, en múltiples dominios de acción, en múltiples
dominios lingüísticos. La objetividad es, entonces, entre paréntesis. Allí se
manifiesta la ineludible vinculación entre realidad y observador: Este puede
ver sólo lo que es capaz de distinguir.
Del camino explicativo de las ontologías constitutivas, se desprende
que es imposible tener noción de algo con independencia de la operación de
distinción que lo distingue. Es decir, sin operación de distinción, ninguna
cosa hay para el observador.
Aquella operación de distinción es la operación básica que cualquier
observador ejecuta en su vivir cotidiano, de modo tal que cuando el objeto
distinguido se saca del contexto en que se encuentra antes de distinguirse,
se constituye en una unidad respecto de aquel contexto en que se
encontraba. Así, al distinguir, el observador genera tanto una unidad como
el medio en que ella es distinguida.
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Por lo tanto, en la perspectiva de las ontologías constitutivas, toda
unidad sólo aparece cuando tras una operación de distinción, aquella unidad
es separada de un cierto trasfondo o substrato estableciendo sus límites, es
decir, como lo señala H. Maturana, "una distinción consiste en que un
observador especifica lo que distingue al traerlo a la mano con lo que hace”.