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CAPITULO 11 EL ACUERDO GENERAL DE ARANCELES ADUANEROS Y COMERCIO -GATT- ANTECEDENTES Y EVOLUCION ORIGEN Las relaciones del comercio mundial se han regido desde los años cua- renta primordialmente por el sistema multilateral de derechos y obligacio- nes incorporados en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Ca- mercio (GATT), suscrito en octubre de 1947. El sistema respondía, originalmente, al próposito de sustituir al que se había desmoronado durante la crisis de los años treinta, lo que había con- ducido al bilateralismo y la discriminación. Se complementaba con la cre- ación del Fondo Monetario Internacional (FMI) el establecimiento del Ban- co Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) (Confe- rencias de Bretton Woods y Hott Spríngs). "El GATI, de acuerdo con K.W. Dam, (1) puede remontar sus orígenes a la labor de un grupo de funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial". En efecto, en febre- ro de 1946, en el primer periodo de sesiones del Consejo Económico y So- cial de las Naciones Unidas, el Gobierno de los Estados Unidos presentó un proyecto de resolución en el que pedía convocar una Conferencia de las Na- ciones Unidas sobre Comercio y Empleo, con el propósito de elaborar una carta para una "OrganizaciónInternacional de Comercio"(OIC) y para pro- seguir negociaciones con vistas a reducir los aranceles. El Gobierno del Rei- no Unido expresó su más amplio respaldo y conformidad con esa iniciati- va.(2) El Consejo Económico y Social creó un Comité Preparatorio encargado de redactar una Carta par la OIC, la cual fue examinada en la Conferencia de La Habana durante el período 24 noviembre de 1947 a 24 de marzo de 1948.Setrataba de ajustarel llamado Plan Clayton para la expansión del co- mercio mundial y el empleo. Tal y como finalmente se aprobó, la Carta de La Habana consta de 9 ca- pítulos y 106 artículos en los cuales se dispone la creación de la Organiza- ción Internacional de Comercio. Entre sus principales propósitos figura- ban: incrementar el ingreso real; la producción; la demanda efectiva; el in- tercambio de bienes; fomentar el desarrollo industrial y de la economía en general; reducción de aranceles y demás barreras que impedían o restrin- 4S

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CAPITULO 11

EL ACUERDO GENERAL DE ARANCELESADUANEROS Y COMERCIO -GATT-

ANTECEDENTES Y EVOLUCION

ORIGEN

Las relaciones del comercio mundial se han regido desde los años cua­renta primordialmente por el sistema multilateral de derechos y obligacio­nes incorporados en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Ca­mercio (GATT), suscrito en octubre de 1947.

El sistema respondía, originalmente, al próposito de sustituir al que sehabía desmoronado durante la crisis de los años treinta, lo que había con­ducido al bilateralismo y la discriminación. Se complementaba con la cre­ación del Fondo Monetario Internacional (FMI) el establecimiento del Ban­co Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)y la Organización delas Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) (Confe­rencias de Bretton Woods y Hott Spríngs).

"El GATI, de acuerdo con K.W. Dam, (1) puede remontar sus orígenesa la labor de un grupo de funcionarios del Departamento de Estado de losEstados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial". En efecto, en febre­ro de 1946, en el primer periodo de sesiones del Consejo Económico y So­cial de las Naciones Unidas, el Gobierno de los Estados Unidos presentó unproyecto de resolución en el que pedía convocar una Conferencia de lasNa­ciones Unidas sobre Comercio y Empleo, con el propósito de elaborar unacarta para una "Organización Internacional deComercio" (OIC) y para pro­seguir negociaciones con vistas a reducir los aranceles. El Gobierno del Rei­no Unido expresó su más amplio respaldo y conformidad con esa iniciati­va.(2)

El Consejo Económico y Social creó un Comité Preparatorio encargadode redactar una Carta par la OIC, la cual fue examinada en la Conferenciade La Habana durante el período 24 noviembre de 1947 a 24 de marzo de1948. Se trataba de ajustar el llamado Plan Clayton para la expansión del co­mercio mundial y el empleo.

Tal y como finalmente se aprobó, la Carta de La Habana consta de 9 ca­pítulos y 106 artículos en los cuales se dispone la creación de la Organiza­ción Internacional de Comercio. Entre sus principales propósitos figura­ban: incrementar el ingreso real; la producción; la demanda efectiva; el in­tercambio de bienes; fomentar el desarrollo industrial y de la economía engeneral; reducción de aranceles y demás barreras que impedían o restrin-

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gíanel comercio internacional; todo lo cual debería considerarse sobre la ba­se de reciprocidad y ventajas mutuas.

En la Carta se adoptaron disposiciones amplias sobre política comercialy aranceles aduaneros; se legisló sobre cuotas de importación y exporta­ción, control de cambios, tributación interior y preferencias, comercio esta­tal, subsidios y otros asuntos. Contenía además compromisos acerca deprácticas comerciales restrictivas, el comercio internacional de productosbásicos, las políticas internas de estabilización y sobre desarrollo económi­co y reconstrucción.

Incorporó originalmente disposiciones administrativas para el funcio­namiento de la OIC y para la resolución de quejas y controversias.

Se preveía que la Organización cumpliera función activa en todos lossectores de la economía mundial comprendidos en la esfera de su compe­tencia y que tuviera capacidad para adoptar iniciativas constructivas sobrelos aspectos que se relacionaban con sus objetivos. En tal virtud, se aparta­ba de las Proposiciones originales del Gobierno norteamericano.

Estados Unidos hizo, en consecuencia, críticas particularmente duras ala Carta de La Habana, y destacó, entre otras cosas, que: a) representaba untriunfo del sistema de planificación económica; b) codificaba prácticas co­merciales defectuosas; y, e) contenía disposiciones que constituían una vio­lación de los principios estadounidenses fundamentales y que no protegíansus intereses. En tal virtud el Gobierno norteamericano postergó la decisiónsobre la Carta, hasta 1951, cuando el Ejecutivo decidió no someterla al Con­greso. Al propio tiempo el Gobierno del Reino Unido tampoco recomendóal Parlamento la ratificación.

Tiempo atrás, (noviembre de 1945)Estados Unidos había invitado quin­ce países a negociar reducciones arancelarias y durante el segundo períodode sesiones de la Comisión Preparatoria de la Conferencia de Comercio yEmpleo, en 1947, logró, con 22 países más, el acuerdo de negociar las con­cesiones arancelarias previstas en el artículo 17 de la Carta de La Habana.Todos estos países decidieron garantizar la estabilidad de las condicionesnegociadas mediante la aplicación anticipada y con carácter provisional,de algunas de las disposiciones de política comercial contenidas en la Car­ta. (3)

Es así como en octubre de 1947, un mes antes de que comenzara la Con­ferencia de La Habana (24 de noviembre) Estados Unidos, Canadá, el Rei­no Unido, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Australia, suscri­ben el "Código legal de buena conducta" que es el Acuerdo General sobreAranceles Aduaneros y Comercio. El compromiso fue puesto en vigor en e­nero de 1948 por los países mencionadosy Cuba. El texto del Acuerdo habíasido refrendado por 23 países con la firma de un Acta Final y la aprobaciónde un Protocolo de Aplicación Provisional, abierto a la firma hasta el 30 dejunio de 1948.

Al concluir la Conferencia de La Habana se celebró el primer período de

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sesiones de las Partes Contratantes que sumaban para ese entonces diez,con la firma del Protocolo por parte de Checoeslovaquia.

En momentos del segundo período de sesiones (Ginebra 1948)se habíanconvertido en Partes Contratantes Brasil, Birmania, Ceilán, China, India, Lí­bano, Nueva Zelanda, Noruega, Pakistán, Rhodesia del Sur, Siria y Sudá­frica. Chile firmó el Protocolo en febrero de 1949.De esta manera se llega a23 las partes fundadoras del GATI.

Los nuevos miembros reciben las concesiones negociadas por las PartesContratantes antes de su adhesión y tienen que ofrecer como contrapartidaun quid pro quo en forma de concesiones en sus aranceles. Las dificultadesque enfrentaban algunos países para la "cuota de entrada", condujeron a laadopción de la adhesión provisional como fórmula intermedia de asocia­ción, mediante la cual el país en cuestión toma parte en las actividades delas Partes Contratantes pero sin derecho a voto, por no haber celebrado ne­gociaciones arancelarias.

No existen disposiciones en el Acuerdo General para la adhesión provi­sional, en tal virtud tal condición se obtiene mediante Decisión de las Par­tes Contratantes con una Declaración por lo que se establecen relaciones co­merciales, basadas en las disposiciones del GATI, entre el miembro provi­sional y las Partes Contratantes que aceptan tal Declaración, en la cual se es­tipulaban las atribuciones para la participación del paísen el funcionamien­to del Acuerdo General.

Solamente tres países latinoamericanos son partes fundadores delGATI(Cuba, Brasil y Chile).

Al presente participan Argentina, Colombia (cuya accesión es reciente1979),Haití, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Uruguay. Costa Ri­ca gestiona la condición de miembro provisional y México se incorpora en1986.Los paísesy territorios del Caribede habla inglesa, formaron parte delAcuerdo General inicialmente, en su condición de colonias del Reino Uni­do y, desde su independencia, se han convertido -de facto-- en PartesContratantes bajo el patrocinio de esa metrópoli.

Es interesante destacar que la gran mayoría de los países que se abstu­vieron de firmar el Acuerdo General eran latinoamericanos.

Diecisiete países latinoamericanos, entre 54 de todo el mundo, firmaronla Carta de La Habana. La CEPAL llevó a cabo un estudio en 1954 (4) con elfin de recoger información acerca del porqué de la escasa participación depaíses latinoamericanos en el GATI, lo que permitió determinar las razo­nes siguientes:"1.-) Las negociaciones arancelarias que era menester efectuar al hacerse

parte del GATI, conducirían a rebajas mutuas, cuyos resultados, pordiversas circunstancias, parecían dudosos para la expansión sustan­tiva de las exportaciones nacionales; además, el valor económico delos beneficios que podrían obtenerse para éstos, difícilmente compen­saría los posibles efectos restrictivos que la participación en el GATI

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podría reportar al desarrollo económico, por obra de la dependenciainternacional que su texto fija para la aplicación de ciertas medidas deprotección a renglones industriales.

"2.-) Los compromisos que imponía el GATI, -reducciónde los graváme­nes arancelarios, mediante negociaciones bilaterales y extensión a losdemás miembros del Acuerdo General, por intermedio de la cláusu­la de más favor, de las rebajas aduaneras resultantes- se creían in­compatibles, pese a las excepciones que permite introducir el artícu­lo XXXV de ese instrumento, con la tendencia dealgunos países a ami­norar la sujección de la tarifa aduanera a compromisos exteriores, pa­ra emplearla como instrumento de diversificación económica nacio­nal y de defensa de la balanza de pagos.

"3.-) Las limitaciones contractuales que experimenta la política comercialpodrían intensificarse si, a sus compromisos provenientesde tratadosde tipo bilateral, se agregara una nueva obligación implicada en elGATI, que aquellos tratados raramente consignan: fa de no adoptarmedidas para restringir la importación de artículos cuyos derechosaduaneros hubieran sido materia de negociación.

"4.-) El persistente desequilibrio en las cuentas externas suele hacer inelu­dible el mantenimiento y la acentuación de medidas selectivas de di­versa índole, cuya operación bajo las disposiciones del GATI podríano ser tan amplia, ni sobre todo tan oportuna y expedita como lasautoridades nacionales estiman necesario. En este mismo plano, pa­ra los Estados donde la posición de pagos exteriores depende en es­cala apreciablede la suerte de ciertas exportaciones y de la proporciónen que sean convertibles las divisas que reciben a cambio, no seríaprudente incurriren compromisos cuya existencia podría dificultar laadaptación de su política comercial a las cambiantes condiciones delos mercados mundiales.

"5.-) En opinión de algunos países cuya exportación alcanza niveles fran­camente marginales dentro del volumen de la respectiva oferta mun­dial, la cláusula de más favor que ya habían concertado con los mer­cados consumidores de sus exportaciones, les sería suficiente, sin ne­cesidad de nuevos compromisos arancelarios, para participar de mo­do automático en cualquier exención, consolidación o rebaja que es­tos mismos mercados concedieran a sus proveedores mayoritariosdentro o fuera del GATI. Ciertos países pensaban que, de adherirsea él, causas circunstanciales podrían llevarles a celebrar arreglosaduaneros sin utilidad real para sus exportaciones, pero efectivos encuanto a la disminución consiguiente de las entradas fiscales y delmargen dentro del cual les es dable modificar su arancel por un actounilateral".

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EL ACUERDO GENERAL

Inspirado en la teoría neoclásica del comercio internacional, el principalpropósito del GATI es alcanzar el libre comercio para disfrutar de los be­neficios que la teoría atribuye a la especialización del intercambio a nivelmundial. De esta manera el GATI refleja el principio de un mercado libreen el cual el comercio debe efectuarse a precios fijados por las fuerzas delmercado.

Con el propósito de alcanzar el libre comercio, el Acuerdo General esta­blece el compromiso de conceder y extender la cláusula de la nación másfavorecida, de reducir los aranceles aplicables al comercio por medio de ne­gociaciones y eliminar otras restricciones al intercambio, bajo la aplicacióndel principio de no discriminación. El único instrumento de política co­mercial aplicable resulta ser el arancel aduanero y el legítimo objetívo de lasnegociaciones multilaterales consiste en la aceptación de compromisos res­pecto de los aranceles.

El Acuerdo prohibe las restricciones cuantitativas y reduce su aplicacióna situaciones muy concretas, al igual que otras medidas no arancelarias.Principios esenciales del Acuerdo son los relativos a la reciprocidad y a larepresalia. Según el principio de reciprocidad, todas las concesiones debenser mutuamente compensadas y se aplica sobre la base de los criterios delprincipal abastecedor y del país con interés sustancial. En realidad el prin­cipio contiene elemento importante de subjetividad; sin embargo, originael principio de represalia en la medida en que ésta es posible cuando unaparte rompe los términos de recíprocídad, por lo que la otra puede aplicarmedidas de defensa.

El supuesto fundamental de los principios de no discriminación, reci­procidad y represalia es que todos los países tienen el mismo nivel de de­sarrollo y la misma capacidad de negociación.

Es indispensable destacar tres objetivos-principios complementariosdel GATI: la consolidación de los aranceles; las consultas y las exenciones:

- El Acuerdo General se basa en la consolidación de los aranceles a tra­vés de negociaciones entre las Partes Contratantes. Los derechos con­solidados figuran, para cada país, en listas arancelarias que formanparte del Acuerdo General. Así mismo, se permite la negociación delos aranceles consolidados siempre que se evite la aplicación de de­rechos más elevados.En este caso, la Parte Contratante que decida aumentar el arancel de­be otorgar una compensación equivalente.

- Las consultas son principio fundamental del GATI, que permiten alos países miembros llevar a cabo negociaciones entre sí, sobre losproblemas comerciales específicos a fin de encontrar soluciones sa­tisfactorias. En caso de no lograrse acuerdo, el país afectado puedepresentar una reclamación para que se celebren investigaciones, las

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cuales deben ser del conocimiento de las Partes Contratantes quienesdeberán adoptar una resolución o decisión conjunta.

- Existen procedimientos de exención por los que un país puede pedirque se le exima del cumplimiento de determinadas obligaciones im­puestas por el Acuerdo General ("waivers"). En estos casos debe es­pecificarsey demostrarse la situación concreta del país que solicita laexención o waiver: "El caso más trascendental de waiver en la histo­ria del GAIT (según Alejandro Magro Más: Comercio Internacional:El GAIT -Guadiana de Publicaciones, S. A. Madrid, 1968. 54) 10constituye la exención solicitada por los Estados Unidos para aplicarlas disposiciones contenidas en la Sección 22 de la"Agricultural Ad­justemen Act.", conforme a la cual el Presidente de los Estados Uni­dos debía imponer derechos más altos o restricciones cuantitativassobre las importaciones de productos agrícolas, si dicha acción fue­se necesaria para ejecutar las disposiciones de la Ley. La Sección dis­ponía, además, que ningún acuerdo comercial u otro acuerdo inter­nacional podría aplicarse en forma que contradijera las disposicionesen ella contenidas. Las Partes Contratantes no tuvieron otra alterna­tiva que concederel waiver a Estados Unidos paraponer fin a una fla­grante violación del GAIT, otorgando de ese modo amplia libertada ese país para proteger su agricultura. Este privilegio dio como re­sultado que otras potencias tampoco quisieran cumplir con las dis­posiciones del GAIT sobre comercio de productos agrícolas."

El texto del Acuerdo General se divide en tres partes: la parte I compren­de los artículos I y TI (es decir, la cláusula de nación más favorecida y las lis­tas arancelarias de concesiones entre las Partes Contratantes); la parte TIcomprende los reglamentos de política comercial (incluso, entre otras, lasdisposiciones sobre la libertad de tránsito, sobre derechos antidumping ycompensatorios, sobre aforo, restricciones cuantitativas, aplicación indis­criminatoria, subsidios, asistencia de los gobiernos para el desarrollo eco­nómico, medidas para casos urgentes, excepciones relativas a la seguridad,consultas y anulación o menoscabo); y la parte III que comprende, entre o­tras cosas, las disposiciones de aplicación territorial, las uniones aduanerasy las zonas de libre comercio, la acción colectiva de las Partes Contratantes,la modificación de los cuadros, las enmiendas y el retiro.

Esta división es importante debido a que el GAIT no ha sido sujeto a ra­tificación por los gobiernos y en consecuencia ha sido aplicado en virtudde 10 que se denomina un Protocolo de Aplicación Provisional. EsePro­tocolo estipula que la parte TI se aplicará en la medida compatible con la le­gislación existente y esta frase ha planteado a veces problemas de interpre­tación. En el tercer período de sesiones de las Partes Contratantes se convi­no en que una disposición de política comercial podrá aplicarse durante elperíodo de aplicación provisional siempre que la legislación sobre la cual sebasa tenga carácter preceptivo; es decir, que la legislación imponga al Po-

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der Ejecutivo condiciones que no puedan modificarse mediante tina acciónejecutiva; pero de acuerdo con la actitud adoptada por algunos gobiernos,las Partes Contratantes no pueden decidir qué legislación tiene o no tienecarácter preceptivo. El asunto reviste especial importancia en relación condeterminadas medidas, incompatibles con las reglas del Acuerdo, que apli­can algunas Partes Contratantes, y que, en su opinión, quedan comprendí­·das en la excepción que figura en el protocolo de aplicación provisional. Enel Protocolo se advertía que la aplicación provisional era "en espera de queentrara en vigor la Carta de La Habana". Como la Carta nunca entró en vi­gor, el GA17 se convirtió en un Organismo Jntergubemamental de los pa­íses miembros para negociar aranceles y poner en aplicación algunas medi-das de política comercial.(5) .

En el Artículo J, relativo al trato general de nación más favorecida, se es­tipulaba que las Partes Contratantes aceptaban el principio de la igualdadde trato y de la no discriminación en su comercio recíproco. El artículo exi­gía a cada Parte la concesión "inmediata e incondicional" a todas las demásPartes de "cualquier ventaja, favor, privilegio o inmunidad" que ella con­cediera a cualquier otro país con respecto a los derechos de aduana y gra­vámenes de cualquiera de los impuestos a las importaciones o a las expor­taciones, o en relación con ellas, así como con respecto a todos los reglamen­tos y formalidades relativas a las importaciones y exportaciones, y la con­cesión del trato nacional concerniente a la tributación y reglamentacionesinternas.

Como todos los principios básicos y las reglas, la llamada "piedra angu­lar" del GA17,el principio de la Nación más Favorecida, tambiénestaba su­jeto a excepciones que reflejaban primordialmente los intereses de los Esta­dos Unidos y de los otros firmantes originales del Protocolo de AplicaciónProvísíonal, En efecto el Artículo J incluye excepciones a favor de los siste­mas preferenciales vigentes en 1947 tales como los de la Comunidad Britá­nica, la Unión Francesa, los países del Benelux con sus territorios subordi­nados y los de Estados Unidos con Cuba y Filípínas.íé)

El GA17permitía -Artículo XXIV-el establecimiento de acuerdos co­merciales regionales (uniones aduaneras y zonas de libre comercio) siem­pre que se conformaran a determinados requisitos; entre otros, que com­prendieran '10 esencíal'<del comercio de los países participantes y que pre­vieran un plan definido par~la creación de uniones aduaneras o de zonasde libre comercio. En el caso (le una unión aduanera, la cual presupone elestablecimiento de un arancel externo común, el Acuerdo General preveíaque la incidencia del arancel externo y de las demás reglamentaciones co­merciales sobre los terceros países no debería ser en conjunto más elevadani más restrictiva que la incidencia general de losderechos y reglamentacio­nes comerciales vigentes en los territorios constitutivos de la unión antesdel establecimiento de ésta. Se estipulaba además que las Partes Contratan­tes examinarían la compatibilidad de todo acuerdo comercial regional con­certado por algunas Partes Contratantes, con el Acuerdo General.(7)

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Para evitar la anulación de las reducciones arancelarias mediante la im­posición de restricciones cuantitativas, se consideró que el principio deprohibición de cuotas es uno de los cimientos en que se funda el AcuerdoGeneral. Sin embargo, la regla general que prohibía las restricciones cuan­titativas contenía una excepción principal (artículo XII), que permitía laaplicación de restricciones cuantitativas por razones fundadas en la situa­ción de la balanza de pagos. Esa regla fue concebida originalmente comoprocedimiento transitorio y de emergencia para el período de reconstruc­ción de los países afectados por la guerra. Este principio se apartaba funda­mentalmente del espíritu del Acuerdo General y las restricciones podríanaplicarse, en casos excepcionales, incluso en forma discriminatoria. TodaParte Contratante podía recurrir-a las restricciones con el objeto de "oponer­se a la amenaza inminente de una disminución importante de sus reservasmonetarias o de detener dicha disminución", o para "aumentar sus reser­vas monetarias de acuerdo con una proporción de crecimiento razonable"en el caso de que fueran muy exiguas. Esas restricciones deberían reducir­se gradualmente y eliminarse en definitiva a medida que las condicionesmejoraran.

Se estipulaba que se entablasen consultas con las Partes Contratantesrespecto de la continuación o intensificación de las restricciones existentesa la importación por razones fundadas en la situación de la balanza de pa­gos, así como respecto de la imposición de nuevas restricciones. Se estable­ció también un procedimiento para que cuando un país estimare que otraParte Contratante estaba aplicando restricciones contrarias a las reglas es­tablecidas, pudiera presentar una queja a las Partes Contratantes. Si la que­ja resultare justificada, las Partes Contratantes podrían recomendar el reti­ro a la modificación de las restricciones y en caso de que no se atendieranlas recomendaciones, se podría autorizar al país perjudicado a retirar lasconcesiones del país que mantiene las restricciones.

Puesto que la eliminación de las restricciones cuantitativas sólo podríalograrsegradualmente, el GATTincluía reglas encaminadasa reducir al mí­nimo sus efectos protectores y discriminatorios. El artículo XIII exigía quelas restricciones cuantitativas todavía existentes se aplicasen de manera nodiscriminatoria. A este efecto, el Acuerdo General preveía que la aplicaciónde restricciones cuantitativas por parte de un país debía tener como objeti­vo una distribución del comercio de los productos de que se tratare que seaproximara lo más posible a la que las distintas Partes Contratantes podrí­an esperar si no existieran tales restricciones. Además, siempre que fueraposible, se fijarían cuotas representativas del monto global de las importa­ciones autorizadas y se daría publicidad a su cuantía.

Las restricciones podrían imponerse de suerte que se concediera priori­dad a la importación de productos esenciales.

Elartículo XVestipulaba que las PartesContratantesentablaríanconsul­tas con el Fondo Monetario Internacional sobre los problemas relativos a

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las reservas monetarias, a las balanzasde pagos, y a las disposicionesen ma­teria de cambio. En esas consultas se aceptarían las conclusiones del Fondorespecto de los aspectos financieros de los problemas de que se tratare. LasPartes Contratantes se abstendrían de adoptar ninguna medida en materiade cambio que fuera en contra de los objetivos de las disposiciones delAcuerdo General y no adoptarían tampoco medida comercial alguna quefuera en contra de los objetivos de las disposicionesde los estatutos del Fon­do. Toda Parte Contratante que no fuera miembro del Fondo debería ingre­sar en éste o, en su defecto, concertar con las Partes Contratantes un acuer­do especial de cambio. El Acuerdo reconocía el derecho de las Partes Con­tratantes a recurrir al establecimiento de controles o de restricciones decambio que se ajustasen a los estatutos del Fondo Monetario Internacionalo al acuerdo especial de cambio, y a restricciones o medidas de control cu­ya finalidad fuera dar efectividad-a las medidas de controlo de restriccio­nes de cambio.

Entre las otras excepciones a la regla general que prohibía las cuotas fi­guraban: a) restricciones a la exportación aplicadas temporalmente paraprevenir o aliviar una escasez aguda de productos alimenticios o de otrosproductos esenciales; b) restricciones a la importación o exportación nece­sarias en relación con la clasificación, el control de la calidad o la venta deproductos destinados al comercio internacional; y e) restricciones a la im­portacíón decualquierproducto agrícola o pesquero cuando esas restriccio­nes fueren necesarias para la ejecución de programas de comercializaciónnacional o de restriccionesa la produccióno para la eliminación deexceden­tes. Cuando las restricciones a la importación se impusieran en relación conprogramas de restricción de la producción agrícola nacional, el Acuerdopreveía que tales restricciones no deberían tener como consecuencia la re­ducción de la relación entre el total de las importaciones y el de la produc­ción nacional en comparación con lo que cabría razonablemente esperarque existiera sin tales restricciones (artículo XI).

El Acuerdo comprendía además varias reglas encaminadas a eliminarlas diversas formas de proteccionismo administrativo. El Artículo ID esta­blecía ''los impuestosy otras cargas interiores, así como las leyes, reglamen­tos y prescripciones que afecten a la venta, la oferta para la venta, la com­pra, el transporte, la distribución o el uso de los productos en el mercado in­terior, y las reglamentaciones cuantitativas interiores que prescriben lamezcla, la transformación o el uso de ciertos productos en cantidades o pro­porciones determinadas", no deberían aplicarse a los productos importa­dos o nacionales de manera que se protegiera la producción nacional.

El Artículo V estipulaba la libertad del tráfico en tránsito de las mercan­cías transportadas por el territorio nacional por las rutas más convenientes.Ese tráfico en tránsito debía quedar exento de derechos y restricciones. Elartículo VII estipulaba determinados principios de valoración arancelariaequitativa que habían de incorporarse a la legislación nacional. Dicho Ar-

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tículo preveía que los derechos debían basarse en el "valor real" de las mer­cancías importadas, que es el precio a que "son vendidas u ofrecidas parala venta enel curso de operacionescomerciales normales efectuadas encon­diciones de libre competencia". Elartículovrn establecíael principio de quetodos los derechosy cargaspercibidos sobre la importación o la exportaciónse limitarían al costo aproximado de los servicios prestados y no deberíanconstituir una protección indirecta de los productosnacionales ni graváme­nes de carácter fiscal. En el artículo IX se preveía el trato de la nación másfavorecida en la aplicación de requisitos relativos a las marcas de las mer­cancías importadas para indicar su origen.

Las reglamentaciones especiales destinadas a garantizar la aplicacióndel principio de no discriminación por las Partes Contratantes que poseenmonopolios de Estado de comercio exterior (global o para determinadosproductos) preveían que las importaciones o exportacionesde las empresascomerciales del Estado se efectuarían teniendo debidamente en cuenta lasdemás disposiciones del Acuerdo, "ateniéndose exclusivamente a conside­raciones de carácter comercial, tales como el precio, la calidad, las canti­dades disponibles, las cuálídadescomerciales de la mercancía, los transpor­tes y las demás condiciones de compra o de venta", y cada Parte Contratan­te debería proporcionar a las empresas de las otras partes contratantes fa­cilidades adecuadas para participar en esas compraso ventasen régimen decompetencia.

Las reglas originales del GATI relativas a las subvenciones contenidasen el artículo XVI, estipulaban que si una parte contratante mantenía unasubvención que tuviera por efecto aumentar las exportaciones o reducir lasimportaciones de un producto, debería notificar a las Partes Contratantes lacuantía y la naturaleza de la subvención, los efectos que estimaba que ha­bría de ocasionar ésta y las circunstancias que hacían necesaria la subven­ción. Si se estableciere que dicha subvención causaba "perjuicios graves"los intereses de otra Parte Contratante, la Parte que hubiera concedido eli­minaría cuando se le solicitare con la otra Parte Contratante o las otras Par­tes Contratantes interesadas, o con las Partes Contratantes, la posibilidadde limitar la subvención.

En cuanto a los acuerdos internacionales sobre productosbásicos, la úni­ca disposición pertinente del Acuerdo General figuraba en el artículo XX,lacual estipulaba que no se podría impedir que las Partes Contratantes apli­casen las adoptadas en virtud de acuerdos sobre productos básicos, en con­formidad con los principios aprobados por el Consejo Económico y Socialde las Naciones Unidas en su resolución de 28 de marzo de 1947, que ins­tituyóla Comisión Interina de Coordinación de los Acuerdos Internaciona­les sobre productos básicos (CICAIPB).

De conformidad con el artículo VI, quedaba prohibida toda operaciónde dumping efectuada por un país miembro que "materialmente perjudi­que o amenace perjudicar a una industria nacional ya establecida, o que im-

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pida o retarde materialmenteel establecimiento de una industria nacional".Con el fin de contrarrestar o impedir el dumping, los países perjudicadospor esas medidas podrían imponerderechos antidumping, cuya cuantía nopodría ser superior al "margen de dumping" del producto.

El artículo XVIII incluía reglas para la exenci6n temporal y autorizadade la consolidación de los derechos y la prohibición de aplicar cuotas en fa­vor del desarrollo económico, que las Partes Contratantes podrían concederendeterminadas condiciones. El texto del Acuerdo preveía, entre otras co­sas, que por regla general sólo debería favorecerse a industrias primarias yúnicamente en circunstancias excepcionales debería prestarse asistencia aindustrias secundarias. Una de tales excepciones era la ayuda a las indus­trias que se habían desarrollado en condiciones anormales propias de laguerra. De conformidad con los términos del artículo XVIII, incluso des­pués de haberse concedido la autorizaci6n, todo miembro podría apelar deella y eventualmente ser revocada. Además si un país en desarrollo viola­se el Acuerdo sin previa aprobación de las Partes Contratantes, podríanautorizarse medidas de represalia.(8)

ElGATI contenía también una "cláusula de excepci6n" que permitía laadopción de medidas en contradicción con lo dispuesto en el Acuerdo, sinaprobación previa, caso de que se estuviere importando un producto encantidades tan importantes y condiciones tales que causara o amenazasecausar un serio perjuicio a los productos nacionales de productos similareso directamente competidores. En virtud de lo previsto en el artículo XIX, laparte contratante interesada podría adoptar disposiciones "en la medida ydurante el tiempo que fueran necesarias para prevenir o reparar tal perjui­cio" y esas medidas no deberían tener carácter discriminatorio. Además,deberían entablarse consultas con los países interesados antes o inmediata­mente después de haberse adoptado las medidas con el objetode llegara unacuerdo. Si el acuerdo resultase imposible, se permitiría que las partes in­teresadas tomasen medidas de represalia.

De conformidad con el artículo XXV, las Partes Contratantes, con laaprobación de una mayoría de dos tercios, siempre que esa mayoría com­prendiera más de la mitad de las Partes Contratantes, podría eximir a otraparte contratante para apartarse de las reglamentaciones del Acuerdo Ge­neral. Una Parte Contratante que estimase que una ventaja resultante paraella del Acuerdo estaba siendo anulada o menoscabada o que uno de los ob­jetivos del Acuerdo estaba siendo comprometido podría entablar consultascon Partes interesadas. Si después de haberse celebrado las consultas no sellegase a un arreglo satisfactorio, podría formularse una reclamación y lasPartes Contratantes habrían de efectuar sin demora una investigación, for­mular recomendaciones o emitir un dictamen (artículos XXII y XXIII).

Las únicas disposiciones institucionales del Acuerdo General figura­ban en el artículo XXV y estipulaban que '10s representantes de las PartesContratantes se reunirán pariódicamente a fin de garantizar la ejecución de

ss

aquellas disposiciones del presente Acuerdo que requieren una acción ro­lectiva y, en general, para facilitar la aplicación del presente Acuerdo y con­tribuir al logro de sus objetivos". Las deficiencias de esas disposiciones seadvirtieron poco después de comenzar a funcionar el GATI, y las PartesContratantes, en su tercer período de sesiones llegaron a la conclusión deque el funcionamiento eficaz del Acuerdo exigía el establecimiento de algu­na clase de mecanismo para mantener la colaboración de las Partes Contra­tantes entre las reuniones. El problema se resolvió mediante el nombra­miento de órganos subsidiarios inter-reuniones facultados para realizar lalabor preparatoria, e incluso entablar consultas en ciertos casos y formularrecomendaciones. También se dispuso que la Secretaria de la Comisión In­terina de la Organización Internacional de Comercio (OOIC) actuara comosecretaría para las Partes Contratantes.

LA PARTE CUARTA

Durante la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comer­cio y Desarrollo (UNCTAD), se analiza el GATI como instrumento de po­lítica comercial internacional, yen particular en lo que refiere a sus efectosen los paísesen desarrollo. Uno de los resultados prácticos que se derivó dela actitud críticaasumida porlos paísesen desarrollo fue que las PartesCon­tratantes del GATI accedieron a incorporar al Acuerdo General una partecuarta relativa al comercio y al desarrollo.

El 20 de junio de 1966 entró en vigor la Parte Cuarta, titulada: "Comer­cio y Desarrollo", la cual expresa como objetivo especial facilitar el desarro­llo y el comercio de los países en desarrollo. Esta parte del Acuerdo Gene­ral está contenida en un capítulo dividido en tres artículos.a).- El artículo XXXVI establece los principios y objetivosgenerales que de­

be orientar a las partes contratantes desarrolladas para la adopción desus políticas y acciones en el área del comercio con los países en desa­rrollo. Dicho artículo, en lo que respecta a las partescontratantes en de­sarrollo, indica que es necesario:- Asegurar un aumento rápido y sostenido de los ingresos de expor­

tación;- Realizar esfuerzos positivos para que obtengan una parte del incre­

mento del comercio internacional;- Asegurar a los productos primarios, condiciones más favorables y

aceptables de acceso a los mercados mundiales, formular medidasdestinadas a estabilizar dichos mercados, estabilizar los precios aniveles equitativos y remuneradores así como un crecimiento diná­mico y constante de los ingresos reales de exportación.

- Diversificar la estructura de la economía, evitando la dependenciaexcesiva de la exportación de productos primarios, asegurando elacceso a los mercados de los productos manufacturados y semima­nufacturados.

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- Las Partes Contratantes y las instituciones financieras internacio­nales deberán colaborar a fin de aliviar las cargas que asumen laspartes contratantes en desarrollo.

- Las partes contratantes desarrolladas no esperan reciprocidad porlos compromisos contraídos por ellas en negociaciones comercia­les de reducir o suprimir los derechos de aduana yotros obstácu­los al comercio de las partes contratantes en desarrollo.En relación con la no reciprocidad el propio Acuerdo General enuna nota interpretativa indica lo siguiente: "se entiende que la ex­presión-no esperan reciprocidad- significa, de conformidadcon los objetivos enunciados en este artículo, que no se deberá es­perarqueunapartecontratantepocodesarrolladaaporte,enelcur­so de las negociaciones comerciales, una contribución incompati­ble con las necesidades de su desarrollo, de sus finanzas y de su co­mercio, teniendo en cuenta la evolución anterior del intercambiocomercial".

b).- El artículo XXXVII prescribe los compromisos que contraen las partescontratantes desarrolladas para facilitar la realización y el logro de lospríncípíos y objetivos enunciados en el artículo anterior. De acuerdo aesta disposición las partes contratantes desarrolladas deberán en todala medida de lo posible:- Conceder una gran prioridad a la reducción y supresión de los obs­

táculos que se oponen al comercio de los productos cuya exporta­ción ofrece interés a las partescontratantesen desarrollo, incluidoslos derechos de aduana y otras restricciones que afecten a los pro­ductos en su forma primaria y después de transformados. Abste­nerse deestablecero aumentarderechosdeaduana o porductoscu­ya exportación ofrece interés a las partes contratantes en desarro­llo.Sibien la norma dice: ''Las partescontratantesdeberán,•.. "agrega"... en toda la medida de lo posible... "y más aún finaliza señalan­do:" excepto en el caso de que lo impidan razones imperiosas queeventualmente, podrán incluir razones de carácter jurídico...", Aésta se le ha llamado: Cláusula de Escape.Cuando se considere que no se cumple con cualquiera de las dispo­siciones anteriores, se realizarán consultas, con las Partes Contra­tantes, por parte de la parte interesada, con el objeto de llegar a so­luciones satisfactorias.El mismo artículo expresa que las Partes Contratantes desarrolla-­das deberán:

- Mantener márgenes comerciales a niveles equitativos, en el caso enque un gobierno determine directa o indirectamente el precio deventa de productos que se producen en su totalidad o en su mayorparte, en los territorios de las Partes Contratantes en desarrollo.

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Incrementar las importaciones procedentes de las Partes Contra­tantes en desarrollo; yTener especialmente en cuenta los intereses comerciales de las Par­tesContratantesen desarrollo, cuando se considere la aplicación deciertas medidas autorizadas por el Acuerdo, explorando las diver­sas posibilidades de arreglos antes de aplicarlas.Finalmente el artículo insta a las Partes Contratantes en desarrolloa tomar medidas para la aplicación de las disposiciones de la Par­te IV en beneficio del comercio de otras partes contratantes en de­sarrollo.

c).- El artículo XXXVIII se refiere a la acción colectivay determina las diver­sas formas para promover el comercio y el desarrollo de acuerdo conlos principios, objetivos y compromisos concertados en los dos artícu­los anteriores.Concretamente dice que especialmente las Partes Contratantes debe­

rán:Asegurar mejores condiciones de acceso a los mercados interna­cionales para los productos básicos, a través de arreglos interna­cionales para aquellos productos de interés especial de las partescontratantes en desarrollo, a fin de elaborar medidas destinadas aestabilizar la situación de los mercados de dichos productos;Procurar conseguir en materia de política comercial y de desarro­llo una colaboración apropiada con las Naciones Unidas y sus ór­ganos institucionales;Colaborar en el análisis de los planes y políticas de desarrollo delas partes contratantes en desarrollo y en el examen de las relacio­nes entre el comercio y la ayuda a fin de elaborar medidas concre­tas que favorezcan el desarrollo de las exportaciones. Asi mismoobtener colaboración con los gobiernos y organizaciones inter­nacionales, especialmente ayuda financiera para el desarrollo eco­nómico, para emprender estudios sistemáticos de las relacionesentre el comercio y la ayuda en el caso de las Partes Contratantesen desarrollo.Colaborar en la búsqueda de métodos factibles para la expansióndel comercio a efectos del desarrollo económico, armonizando yajustando las políticas y reglamentaciones nacionales mediante laaplicación de normas técnicas y comerciales referentes a la pro­ducción, los transportes, la comercialización y la promoción de lasexportaciones.

En realidad, la parte IV del Acuerdo General contiene principios, obje­tivos y disposiciones que podrían calificarse como una "declaraciónde bue­nos deseos". Esta pretendía crear dentro del GATI un marco jurídico e ins­titucional para facilitar la expansión del comercio y el desarrollo de los pa­íses en desarrollo en las negociaciones y actividades del GATI. Por su mis-

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ma naturaleza de "declaración de buenos deseos", estas disposiciones nohan sido observadaspor los paísesdesarrollados, en vista que no existe nin­gún compromiso de tipo jurídicoque lo vuelva imperativo y, enconsecuen­cia, que los países en desarrollo pueden invocar en su favor. Porejemplo, enlo que se refiere al principio de reciprocidad absoluta, y por medio del cualtodas las concesiones que se otorguen deben ser mutuamente compensa­das, en la Parte N del Acuerdo General no se deroga tal reciprocidad, sinoque señala que las Partes Contratantes "no esperan reciprocidad". Esta ora­ción desde el punto de vista jurídico es ambigua, es decir, no es precisa yconcreta. Pero en la nota interpretativa señala que la expresión se deberá en­tender que una parte contratante desarrollada no espera que una parte endesarrollo aporte, en el curso de negociaciones comerciales, una contribu­ción incompatible con las necesidadesde su desarrollo, de sus finanzas y desu comercio ... ", con lo cual queda claro que el criterio de exigir o no la re­ciprocidad es discrecional. Este ha sido el caso de las últimas ruedas de re­gociaciónen donde los países desarrolladosexigieronreciprocidad a los pa­íses en desarrollo. Ciertamente el principio de reciprocidad absoluta es unapiedra angular del GATI Ybueno para regir negociaciones comerciales en­tre iguales; pero que produce resultados asimétricos cuando se aplica a re­laciones comerciales entre países con niveles de desarrollo muy diferentes.

En cuanto a las cláusulas de escape, se estipula que las partes contratan­tes desarrolladas deberán, en la medida de lo posible, -excepto en el casode que ló impidan razones imperiosas que, eventualmente, podrán incluirrazones de carácter jurídico- cumplir con lasdisposiciones de concederprioridad a la reducción y supresión de los obstáculos al comercio de laspartes contratantes en desarrollo. Esto significa que tal disposición no lasobliga. Porque si bien es cierto que ésta contiene un imperativo de "deberser", esta conducta se cualifica y finalmente permite excepciones, no exis­tiendo en consecuencia un compromiso formal para poner en práctica untratamiento especial en favor de los países en desarrollo.

En resumen puede afirmarse que la Parte N no contiene ningún com­promiso que permita llevara la práctica una cooperación internacional efec­tiva a fin de resolver los problemas comerciales de los países en desarrollo.Este es el caso por ejemplo, de la falta de una concertación para la adopciónde acuerdos internacionales de los productos básicos, a fin de estabilizar ymejorar la situación de los mercados mundiales, incluyendo medidas des­tinadas a la estabilización de los precios a niveles equitativos y remunera­dos para los países exportadores (Artículo XXXVIII del Acuerdo General).

ElGATI encargó al Comité de Comercio y Desarrollo la aplicación de e­sa parte N del Acuerdo General. Su primera reunión se celebró en febrerode 1965.Con el objeto de lograr una aplicaciónde las disposiciones de la Par­te N, el Comité de Comercio y Desarrollo recomendó, en marzo de 1965,un"procedimiento para la presentación de informes", aprobado posterior­mente por las Partes Contratantes, y encaminado a conseguir información

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adecuada sobre las medidas adoptadas por las Partes Contratantes en elcontexto de esas disposiciones. En marzo de 1966se llevó a cabo un amplioexamen de este punto. En cumplimiento del procedimiento aprobado pa­ra la presentación de informes, la mayoría de los países notificaron las me­didas que habían adoptado. La información presentada al Comité indicabaque varios países desarrollados habían progresado algo en la disminucióna la supresión de los obstáculos arancelarios y no arancelarios que se opo­nían a las exportaciones de los países en desarrollo. El Comité estimó quelos progresos alcanzados no respondían a las esperanzas concebidas conmotivo de los compromisos asumidos en la Parte IV y que, en 10referentea las restricciones cuantitativas, estaban lejosde satisfacer los objetivos fun­damentales impuestos por el Acuerdo.

En marzo de 1965,el Comité creó un grupo encargado de las restriccio­nes residuales con el objeto de que estudiase las restricciones a la importa­ción que todavía se aplicaban a los productos cuya exportación interesa alos países en desarrollo y explorase la posibilidad de su pronta supresión.El grupo en 1965,celebró conversaciones con doce partes contratantes de­sarrolladas sobre las restricciones aplicadas por ellas a productos que figu­ran en una lista de aproximadamente 250 productos cuya exportación, se­gún se notificó, era de interéspara los paísesen desarrollo, a fin de averiguarlas razones por las que se seguían aplicando las restricciones y explorar lasposibilidades de su pronta supresión. Los países en desarrollo manifesta­ron su decepción por la lentitudcon que se procedía a la supresiónde dichasrestricciones, subrayaron que los países desarrollados deberían sustituirlaspor otras medidas que no fuesen contrarias al Acuerdo General, como porejemplo la ayuda para la adaptación dé las estructuras, y pidieron con in­sistencia su supresión. También pidieron que, en aquellos casos en que nose suprimieron las restricciones contrarias al Acuerdo General, se concedie­ra una compensación adecuada a los países en desarrollo por la pérdida deoportunidades comerciales que sufrían. El grupo sugirió que las restriccio­nes sobre todos los productos cuya exportación interesaba a los países endesarrollo fueron objeto de exámenes periódicos.

Durante el Vigésimo Cuarto Período de Sesiones de las Partes Contra­tantes también se estudió la adopción de otras medidas que faciliten la su­presión de las restricciones, incluidas las que continúan vigentes con res­pecto a los productos agrícolas, restricciones que frecuentemente formanparte del sistema general de protección de la agricultura en los países desa­rrollados

Desde 1980se procedió a fortalecer la labor del Comité mediante el fun­cionamiento de dos subcomité: uno, para examinar las nuevas y crecientesmedidas proteccionistas que aplican los países desarrollados en contra delas exportaciones de los países en desarrollo; y, otro, para considerar losproblemas de comercio de los países menos desarrollados. También se am­pliaron las tareas del Comité con base en los acuerdos de Declaración Mi-

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nisterial de los paísesmiembros del GATIadoptada, en noviembrede 1982.En la mencionada declaración se señala, una vez más, que se consulte a lospaíses miembros desarrollados cómo han respondido a aplicar las disposi­ciones de la Parte IV del Acuerdo; urgirlos a organizarla de manera más efi­ciente; y otros aspectos más. También se señalan otras buenas intencionesen el anexo a esa declaración respecto de los países en desarrollo, que habráde verse en qué grado se cumplirán. En resumen, pareciera que en su con­junto, la adopción de la Parte IV del GATI no ha significado para los paí­ses en desarrollo un elemento sustantivo de apoyo. (9)

NEGOCIACIONES

Muchas han sido ya las negociaciones multilaterales que los miembrosdel GATI han realizado con el fin de ir reduciendo progresivamente losaranceles y extendiéndolos a todos ellos, por medio de la cláusula incondi­cional de más favor. Entre ellas cabe destacar las de 1947 en Ginebra; 1949en Annecy; 1951 en Torquay; yen 1956 Y1960-1961 ("Dillon"), en Ginebra.Las más recientes se han denominado la Ronda Kennedy (1963-1967), laRonda Tokio (1973-1979), y la Ronda Uruguay (1986).

Con la negociación Kennedy se inicia una nueva forma multilateral denegociaciones de tarifas. En lugar de hacerlo como hasta la ronda "Dillon"producto por producto, se hace sobre la base de ofertas lineales o generalesen un contexto multilateral, para todo tipo de productos; se refiere a losobs­táculos arancelarios y a otros no arancelarios de comercio; y se considera lareducción de barreras a las exportaciones de los países en desarrollo, a loscuales no exigen en teoría, la aplicación del principio de reciprocidad.

Las concesiones que se alcanzaron en esa oportunidad abarcaron inter­cambios valorados en 40 mil millones de dólares. Los países industrializa­dos redujeron aranceles a casi el 70% de sus importaciones imponibles (ex­cepto cereales, carne y productos lácteos). Estas negociaciones dieron lugara reducciones importantes de tarifas a productos industriales que impulsael comercio de los países desarrollados entre sí. Los grupos de productospara los cuales las reducciones son realmente significativas, son de avanza­da técnica o alta utilización de capital. Las reducciones arancelarias influ­yeron sobre las exportaciones de los países en desarrollo a los mercados de­sarrollados. Del total, ya el 58% se importaba con franquicia antes de las ne­gociaciones. Las importaciones imponibles vieron reducirse sus derechos aun poco más de la mitad. A los que no se aplicó reducción, una parte sus­tantiva eran productos tropicales y otros productos alimenticios sin elabo­rar. Para los bienes a los cuales sí se aplicó reducciones en más de la mitad,tales rebajas fueron de menos del 50% de la tarifa. A muchos de los produc­tos de interés de los países en desarrollo se les siguió aplicando otros tiposde barreras no arancelarias.

En general, la Ronda Kennedy no significó esfuerzo apreciable en favor

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de los países en desarrollo. Los motivos alegados para la falta de aperturade los mercados de los países industriales a esos bienes fueron: a) la nece­sidad de mantener márgenes de preferencia a determinados abastecedores;b) protección de la producción interna contra la competencia; y e) razonesde tipo fiscal.Además el efecto combinado de los aranceles (protección efec­tiva) siguió siendo el impedimento más importante a los productos manu­facturados y semimanufacturados que exportan los países en desarrollo.

En febrero de 1972en el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Co­mercio (GATI) se formularon declaraciones conjuntas coincidentes porparte de los Estados Unidos y la Comisión Económica de las ComunidadesEuropeas (el 9 de febrero) y de los Estados Unidos y el Japón (el 11de febre­ro), que habían sido resultado de las discusiones sostenidas entre esas po­tencias acerca de las proposiciones hechas por los Estados Unidos para re­solver los problemas originados por las decisiones que en materias mone­tarias; comercial y de otra índole, adoptó la Administración norteamerica­na el 15de agosto de 1971,así como los otros problemas resultantes de esasmedidas.

En las referidas declaraciones conjuntas se expresó la necesidad de revi­sar las relaciones económicas internacionales, con miras a realizar negocia­ciones para introducir mejoras, habida cuenta de los cambios estructuralesacaecidos en los años precedentes. La revisión, a juicio de los proponentes,debería abarcar todos los elementos comerciales, incluso aquellas "medi­das que dificultan o deforman los intercambios de productos agropecua­rios, de materias primas y de productos industriales". Del mismo modo ex­presaron la voluntad de conceder "especial atención" a los problemas delos países en desarrollo.

Los declarantes se comprometieron a "emprender y apoyar activamen­te la celebración en el GATI de negociaciones multilaterales y de vasto al­cance a partir de 1973(con subordinación a la autorización que sea necesa­ria en el plano nacional) con el objeto de lograr la expansión y la liberacióncada vez mayor del comercio mundial y la elevación del nivel de vida de lahumanidad, fines que puedenalcanzarseante todo mediante la eliminaciónprogresivade los obstáculoscon que tropiezanel comercioy el mejoramien­to del marco internacional en el que se desarrollan las relaciones comercia­les". (s.n.),

ElConsejo del GATI apoyó la propuesta de celebrarnegociaciones mul­tilaterales desde 1973,en virtud de que las declaraciones formuladas esta­ban abiertas a la adhesión de las demás Partes Contratantes del AcuerdoGeneral.

Estos elementos se inscriben dentro de la secuencia de aparición de laComisión Trilateral en la escena mundial. En efecto, en 1973el Chase Man­hattan Bank crea un nuevo departamento que se denominó Comisión "Tri­laterial" con el claro objetivo de "ofrecer respuestas, dentro del capitalismocontemporáneo, a los problemas económicos y sociales de la época sin per-

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der las tradicionales posiciones de fuerza". se diseñó originalmente comoun centro de investigación de los Estados Unidos, canadá, Europa Occiden­tal y el Japón, y fue planteada como posibilidad en abril de 1973en la con­ferencia anual del Grupo Bilderberg, Sociedad que había sido fundada en1954 y que "hasta entonces cumplía de foro transnacíonal de los mayoresgrupos económicos, sociales e institucionales del sistema". (lO)

Del mismo modo representan la manifestación de la pérdida de la hege­monía absoluta norteamericana o, en términos más propios, la consagra­ción de la dispersión del poder en los centros y, por consiguiente, la convic­ción de que los Estados Unidos no pueden-actuar en forma aislada y requie­re de alianzas ante las transformaciones mundiales, para apuntalar el ordenestablecido en Bretton Woods, dentro delcual la liberación del intercambio(11),la estabilidad de las tasas de cambio y la promoción de los flujos inter­nacionales de capital, eran elementos esenciales. (12)La situación de la eco­nomía mundial para la época es descrita con claridad por Margaret Garrit­sen de Vries, Historiadora del Fondo Monetario Internacional en estos tér­minos: "En 1970se preveía sólo algunos de los acontecimientos que iban asacudir la economía mundiaL." se reconocía "que ciertos problemas eco­nómicos estaban empezando a poneren peligro las altas tasas de crecimien­to y la estabilidad relativa de precios que habían predominado en los gran­des países industriales desde 1955.Los principales de éstos se hallaban enmedio de una depresión moderada que se había iniciado en 1969y estabanempezando a experimentar presiones inflacionarias más intensas" ... "Losproblemas económicos... se intensificaron considerablemente a finales de1972y comienzos de 1973,al desencadenarse la inflación mundial. .." que"se debió a diversos factores: ''Los Estados Unidos financió la guerra deVietnam de 1966a 1972sin establecer los impuestos necesarios" y "duran­te 1971 y 1972 los países industriales adoptaron políticas monetarias y fis­cales demasiado expansionistas para superar la atonía existente desde1969". "Estas causas se vieron exacerbadas por la coincidencia inusitada delos puntos máximosde los ciclosen todos los países industriales, en contras­te con la tendencia anterior según la cual en todo momento los países se ha­llaban en fases diferentes del ciclo económico". ''Estos factores, unidos a lasmalas cosechas en 1972y 1973Ya la adquisición desenfrenada de produc­tos básicos con fines especulativos, que caracterizó el resfo del decenio,hicieron subir los precios de dichos productos" (s.n.) (l3)

En esas circunstancias, era necesario promover la concepción trilateralque reflejara la creciente interdependencia de las economías capitalistasmás avanzadas y coordinara sus políticas eeenómícas.así como conformaruna posición homogénea frente a los demás países, en especial los socialis­tas y los en desarrollo; entre éstos, los exportadores de petróleo.

Sobre la base de estos principios la estrategia trilateral se traza, entre o­tros, los siguientes objetivos frente a los países en desarrollo: (l4)

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a) garantizarse el suministro a precios estables, de los productos bási­cos producidos en los países en desarrollo;

b) garantizarse la repatriación de beneficios obtenidos por las inversio­nes extranjeras en los países en desarrollo, y garantías para riesgoscomerciales y políticos.

e) allegar la cooperación más estrecha de ciertos países en desarrollomás avanzados (advanced developing countries, ADC'S), entre ellosIrán (antes de la crisis) Brasil, México y Arabia Saudita;

d) reforzar la libertad del mercado, como medio de defensa frente a lascríticas que realizan los países en desarrollo sobre las manipulacio­nes que sobre el mercado ejercen los países industriales y las empre­sas transnacionales;

e) participar en negociaciones multilaterales, pero reforzar las relacio­nes bilaterales con los países en desarrollo dispuestos a cooperar enla reconstrucción de las relaciones económicas que la Trilateral sepropone;

f) estimular la liberalización del comercio en los países en desarrolloque disponen de mercados internos amplios, con el propósito de co­optar sus posibilidades de expansión, incluso con procesos indus­triales;

g) fortalecer determinadas instituciones, como el GATT, en las cualesno puedan los países en desarrollo imponer condiciones; al propiotiempo, debilitar las instituciones que, como la UNCTAD, permitenun mayor juego democrático y la participación o interferencia delbloque Socialista. Penetrar, además, con las Empresas Transnaciona­les, instituciones como la FAO, bajo el pretexto de la asistencia técni­ca.

Para alcanzar los referidos objetivos, la estrategia de las negociacionescon los países en desarrollo se proponía: a) jerarquizarlas; b) asegurarse elabastecimiento de productos básicos y el control de sus precios; e) diferen­ciarlos en su tratamiento y d) procurar abrieran sus mercados.

Todos estos elementos configuran también el escenario preparado paracelebrar las Negociaciones Comerciales Multilaterales, para lo cual y con elpropósitco de "facilitar" a la Administración Norteamericana la presenta­ción de los proyectos de leyes que oficializarían la devaluación del dólar(convenida en el acuerdo alcanzado por el Grupo de los Diez en diciembrede 1971)y autorizaríanal Presidente de los Estados Unidos a realizar las ne­gociaciones comerciales, las Comunidades Europeas y los Estados Unidosadelantaron acuerdos comerciales en materia de cereales (aumentos de re­servas); rebajas temporales, por parte de la CEE, de derechos ad-valoremsobre los cítricos; ordenamiento del mercado comunitario del tabaco; ace­leración de la accesión del Reino Unido, Dinamarca, Holanda y Noruega(éste último no lo hizo) a la Comunidad Económica Europea, (vieja aspira­ción norteamericana para cooptar ese mercado vía Inglaterra, a todo lo cualse había opuesto tenazmente el General De Caulle),

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La Declaración de Tokio estableció un programa de trabajo para las ne­gociaciones en seis áreas: reducciones arancelarias, reducción o eliminaciónde obstáculos no arancelarios, reducción coordinada de todos los obstácu­los al comercio en sectores seleccionados (enfoque por sectores), estudio delsistema de salvaguardia multilateral, liberalización del comercio en el sec­tor agrícola, ("teniendo en cuenta las características y problemas especialesen este sector") y tratamiento especial a los productos tropicales...

Planteaba, además, que las negociaciones comerciales multilaterales de­bían teneren cuenta los interesesy problemas especiales de los paísesen de­sarrollo.

En este sentido, en los párrafos 5 y 6 de la Declaración se expresaba:"5.-) Las negociaciones se celebrarán sobre la base de los principios de la

ventaja mutua, la obligación mutua y la reciprocidad global, respe­tándose la cláusula de la nación más favorecida y en consonanciacon las disposiciones del Acuerdo General referentes a tales nego­ciaciones. Los participantes procurarán conjuntamente alcanzar enlas negociaciones, por métodos apropiados, un equilibrio global delas ventajas al nivel más elevado posible. Los países desarrolladosno esperan reciprocidad por los compromisos que adquieran enlas negociaciones en cuanto a reducir o eliminar obstáculos aran­celarios o de otra clase al comercio de los países en desarrollo, esdecir, que los países desarrollados no esperan que en el curso delas negociaciones comerciales los países en desarrollo aportencontribuciones incompatibles con las necesidades de su desarro­llo, de sus finanzas y de su comercio. Los Ministros reconocen lanecesidad de adoptar en las negociaciones medidas especiales pa­ra a los países en desarrollo en sus esfuerzos por aumentar sus in­gresos de exportación y promover su desarrollo económico y de,cuando proceda, prestar atención prioritaria a los productos o sec­tores de interés para los países en desarrollo. Reconocen también laimportancia de mantener y mejorar el Sistema Generalizado dePreferencias.Reconocen además la importancia de aplicar medidasdiferenciadas a los países en desarrollo según modalidades que lesproporcionen un trato especial y más favorable en los sectores denegociación donde sea posible y apropiado". (s.n.)

"6.-) Los Ministros reconocen que deberá concederse especial atención ala situación y los problemas particulares de los menos adelantadosde los países en desarrollo, y subrayan la necesidad de asegurar queesos países reciban un trato especial en el contexto de cualesquieramedidas generales o específicas que se tomen en favor de los paísesen desarrollo durante las negociaciones".

El párrafo 7 plantea, además que:"7.-) La política de liberalización del comercio mundial no se puede se­

guir con éxito si no se realizan esfuerzos paralelos con miras a esta-

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blecer un sistema monetario que ponga a la economía mundial alabrigo de sacudidas y desequilibrios como los que se han manifes­tado estos últimos tiempos. Los Ministros no perderán de vista quelos esfuerzos que van a desplegarse en la esfera del comercio supo­nen la continuación de los esfuerzos para mantener unas condicio­nes ordenadas e instaurar un sistema monetario duradero y equita­tivo".

Como se apreciará en el curso del presente trabajo, los elementos enun­ciados en la Declaración en favor de los países en desarrollo quedaron co­mo simples enunciados. Hemos subrayado las "condicionantes" que en ca­da caso agregaron los países industrializadosy en especial el relativo a la noreciprocidad, que resulta ser, bajo esa versión, un concepto eminentemen­te filosófico y redactado en los mismos términos que en la Parte IV delAcuerdo General, aprobada el8 de febrero de 1965 como respuesta a losplanteamientos críticos que los países en desarrollo habían hecho en la pri­mera Conferencia de Comercio y Desarrollo (UNCTAO) en 1964.

Inicialmente se convino que a fines de 1975se concluirían las N .C.M.,pe­ro tuvo que postergarse esa fecha tope debido a que la Administración deEstados Unidos sólo obtuvo sanción legislativa a fines de 1974,cuando fueaprobada la Ley de Comercio Exterior, "refrendada, en ceremonia poco u­sual, por el Presidente Ford en enero de 1975 (15)

Lógicamente el proceso de negociación resultó sumamente difícil, tan­to para los países industrializados en cuanto a los mecanismos y procedi­mientos para la negociación, incluidas las fórmulas para las desgravacio­nes, como para los países en desarrollo que fueran siendo marginados ca­da vez más' en la medida en que se avanzaba en los acuerdos entre los pa­íses integrantes del Sistema Trilateral. En efecto, éstos resolvieron, como escostumbre y práctica en el GATI, realizar sus negociaciones entre ellosmis­mos, por pares de países (CEE-USA; USA-Japón y CEE-Japón), -las quepresentaban como "hechos consumados" a los demás países; muchos de loscuales, particularmente los países de Europa, tanto occidental como orien­tal (que participaban por razones especiales) así como Australia y NuevaZelanda tuvieron que aceptar las transacciones que el Sistema había reali­zado. (16)

Los países en desarrollo si bien intentaron presentar posiciones conjun­tas en algunas de las esferas de negociación, no actuaron con la debida uni­dad de acción, con el agravante de que algunos de ellos trataron de lograrciertas concesiones y ventajas mínimas en determinados productos, ante laangustiosa situación que padecían por la inflación mundial, el deterioro desus términos de intercambio, la crítica posición de sus balanzas de pagos,el endeudamiento externo y las presiones de tipo político y económico quesobre ellos ejercieron las potencias comerciales. (17)

Los únicos países en desarrollo que mantuvieron una relativa unidad,con excepción de los centroamericanos, fueron los miembrosdel Grupo An-

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dino. Su unidad fue, sin embargo, muy precaria y constantemente socava­da por Colombia, cuya "accesión provisional" al GATI, realizada duranteesos mismos años, y sus intereses particulares especíñcos, le hicieron pro­curar una: participación independiente en las N.CM. y mantener "consul­tas" en forma aislada. Solamente un país del Grupo Andino (Perú), eramiembro del GATI, pero sobre él, así como sobre los demás, se ejercieronimportantes presiones de todo orden por parte de Estados Unidos, únicapotencia comercial que hizo solicitud explícita de reciprocidad en las con­cesiones, bajo el eufemismo de "compensaciones". Solamente Bolivia y Ve­nezuela rechazaron el considerar otorgar "compensaciones" puesto queello contradecía los principios acordados en la Declaración de Tokio, aún enforma filosófica; y en el caso de Venezuela, además, porque había sido dis­criminada en la propia Ley que autorizaba a Estados Unidos a negociar enlas NCM, por la cláusula anti-OPEP que contenía ese ordenamiento legal.

Prácticamente las N.CM. concluyeron el 12 de abril de 1979, con la"aprobación" del texto de las actas que se sometió posteriormente a la fir­ma de los países participantes bajo un complejo "entendido" de orden ju­rídico, razón por la cual la mayoría de los países en desarrollo se negarona firmarla (Venezuela, entre ellos) y solamente Argentina se apresuró a ha­cerlo, acompañando a Australia, Bulgaria, Canadá, Checoeslovaquia, Esta­dos Unidos, Finlandia, Hungría, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Suecia,Suiza y la Comunidad Económica Europea (CEE) y sus países miembros;delegaciones que convinieron someter los textos pertinentes a la considera­ción de sus gobiernos para que fueran aprobados de acuerdo con los pro­cedimientos internos respectivos.

"Técnicamente, (expresa un documento elaborado por la Secretaría dela UNcrAD) (l8) las N .CM. no fueron una operación del GATI, ya que nose iniciaron por decisiónde las Partes Contratantes, por lo que no estaba cla­ro si para aprobar los instrumentos de las N.CM. sé podrían invocar las nor­mas sobre adopción de decisiones del GATI (Artículos 28 Y29 del Regla­mento de las Partes Contratantes y los Artículos XXV, XXIX -párrs. 1 y5­YXXXIII) que correspondiera aplicar". "Los países en desarrollo se intere­saron en esta cuestión, especialmente durante la última parte de las nego­ciaciones. Por ello, pidieron que se estableciera una norma para la adopciónde decisiones en las NCM, conforme a la cual no se aceptaría la aprobaciónde ningún documento de negociación a menos que la gran mayoría de losparticipantes se pronunciasen en favor del mismo. Durante la reunión delComité de Negociaciones Comerciales celebrada los días 11Y12de abril de1979se examinaron estas dos propuestas, apoyada fundamentalmente porpaíses en desarrollo: a) que en el párrafo de las disposiciones finales de losinstrumentos relativos a su aceptación se incluyeran las palabras "tras su a­probación por el Comité de Negociaciones Comerciales", y b) que los ins­trumentos entraran en vigor cuando los hubieran aceptado las dos terceraspartes de los participantes en las N .CM. Sin embargo, las propuestas no pu-

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dieron prosperar por las diferencias de opinión existentes. Todos los textospreparados por los distintos grupos y subgrupos de las NCM se presenta­ron al Comité de Negociaciones Comerciales sin comprobar si tenían o noel apoyo de la mayoría, y se incluyeron como anexos en el acta, sin habersido oficialmente aprobados.

"Sólo se incluyeron en el acta como anexos los textos de los acuerdos so­bre los obstáculos técnicos al comercio, las compras del sector público, lassubvenciones y medidas compensatorias, los procedimientos para el trámi­te de licencias de importación, la carne de bovino, el comercio de aeronavesciviles, el marco agrícola, los productos lácteos, el código antidumping, lavaloración en aduana y el marco jurídico. En los tres casos en que existíantextos alternativos, a saber, la valoración en aduana, el código antidumpingy los productos lácteos, prosiguieron las negociaciones entre unos cuan­tos países, fundamentalmente países participantes desarrollados. Conrespecto a la continuación de las negociaciones sobre las salvaguardias, seprevió en el acta la continuación de esas negociaciones... "Tras nuevas con­sultas y negociaciones oficiosas entre un número limitado de participantes,se llegó a un acuerdo sobre un Protocolo al Acuerdo relativo a la Valoraciónde Aduana... yal Código Antidumping revisado. Se llegó a un acuerdo conrespecto a los textos definitivos de estos últimos instrumentos al margen delos órganos establecidos de las NCM porque habían dejado de funcionar elComité de Negociaciones Comerciales y sus órganos auxiliares. En conse­cuencia, igual queen el caso de otros instrumentosde las NCM, muchos pa­íses en desarrollo no pudieron participar plenamente en estas negociacio­nes. Como temían los países en desarrollo, la inexistencia de una norma o­ficial relativa a la aprobación de los instrumentos de las NCM tuvo comoconsecuencia no sólo la falta de transparencia sino también una participa­ción marginal de los paísesen desarrollo en las negociaciones y que éstos nopudieran defender plenamente sus intereses en ellas". (s.n.)

La clausura "oficial" de las NCM se realizó el 28 de noviembre de 1979durante e13S11 período de sesiones de las Partes Contratantes del GATT,cuando se adoptaron decisiones sobre los resultados que, de acuerdo con elmismo documento de la Secretaría de la UNCTAD, (19) consistieron en:"a.) Las concesiones arancelarias hechas por los participantes según cons-

tan en el Protocolo de Ginebra (1979) anexo al Acuerdo General sobreAranceles Aduaneros y Comercio y en el Protocolo Adicional al Proto­colo de Ginebra (1979) anexo al Acuerdo General; b.) los siguientesacuerdos relativos a medidas no arancelarias:

i) Acuerdo sobre obstáculos técnicos al comercio (Código de Nor­mas);

ü) Acuerdo sobre compras del sector público;íii) Acuerdo relativo a la interpretacióny aplicación de los artículos VI,

XVI, YXXIII del Acuerdo General (Subvenciones y derechos com­pensatorios);

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iv) Acuerdo relativo a la aplicación del artículo VDdel Acuerdo Gene­ral (Valoración en Aduana) y Protocolo anexo a ese Acuerdo;

v) Acuerdo sobre procedimientos para el trámite de licencias de im­portación;

vi) Acuerdo relativo a la aplicación del artículo VI del Acuerdo Gene­ral (Código antídumpíng) junto con dos adiciones.

e- los acuerdos siguientes relativos al comercio de ciertos productos:i) Acuerdo de la carne de bovino;

ii) Acuerdo internacional de los productos lácteos;iii) Acuerdo sobre el comercio de aeronaves civiles;

y d) los textos siguientes con respecto a los cuales se llegó a un consenso enel Grupo "Marco Jurídico":

í) Trato diferenciado y más favorable para los países en desarrollo, re­ciprocidad de estos países en las negociaciones comerciales, y ma­yor participación gradual de los mismos en el Acuerdo General;

ii) Medidas comerciales adoptadas por motivos de balanza de pagos;iii) Medidas de salvaguardia adoptadas por motivos de desarrollo;iv) Entendimiento relativo a las notificaciones, las consultas, la solu-

ción de diferencias y la vigilancia en el GATI.La firma oficial de estos acuerdos comerciales se celebró en Ginebra el17dediciembre de 1979.Los acuerdos multilaterales que entraron en vigor el11l

de enero de 1980en el GATI son los relativos a las siguientes materias:í) Subvenciones y medidas compensatorias;

ii) Obstáculos técnicos al comercio;iii) Procedimientos para el trámite de licencias de importación;iv) Carne de bovino;v) Productos lácteos

vi) Comercio de aeronaves civiles;vii) Revisión del Código Antidumping del GATI de 1967."Las reducciones arancelarias serían hechas en forma lineal durante ocho

años y se iniciaron el11l de enero de 1980.Los signatarios del Acuerdo so­bre el comercio de aeronaves comenzaron a suprimir los aranceles respec­tivos. En cuanto al "marco jurídico", los acuerdos entraron en vigencia ennoviembre de 1979,cuando fueron aprobados por los 85 gobiernos miem­bros del GATI.

Posiblemente el más importante resultado de las N.C.M. es el cambioque se introduce en la legislación nacional de los países participantes parala aplicación de los acuerdos concertados en las negociaciones.

Esto introduce una variante muy especial dentro de las normas del co­mercio internacional, por cuanto el Acuerdo General sobre Aranceles A­duaneros y Comercio se aplica todavía "provisionalmente'" en cambio lamayoría de los acuerdos de las N.C.M. van a tener aplicación "definitiva";esto es, los signatorios adquieren el compromiso de introducir en su legis­lación los cambios consiguientes. El interés de los Estados Unidos en esos

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acuerdos y la manera como los favorece, se pone de manifiesto en que ha si­do el primer país en adoptar su legislación a los resultados de las N.CM. alpromulgar aceleradamente la Ley de Acuerdos Comerciales de 1979,apro­bada por el Congreso de ese país el 25 de julio del referido año.

En este sentido es importante recordar que Estados Unidos no ha acce­dido formal y oficialmente al GATI; es decir, son miembros de hecho y node derecho, por cuanto el Congreso siempre se ha opuesto, desde los tiem­pos en que consideraban "inconvenientes" los postulados de la Carta de LaHabana, (que no ratificaron) a que el país "someta su política comercial a losdictados de otros países o grupos de países". Es por ello por lo que ese paísutiliza un procedimiento especial mediante el cual el Congreso "autoriza"al "Presidente" a "negociar" con un mandato limitado en sus alcances y enel tiempo. Por esto también llama la atención que la Administración y elCongreso se apresuraron a poner en vigencia los resultados de las N.CM.,promulgando la Ley referida, como medio de estimular y presionar a los o­tros países, desarrollados y en desarrollo, a "aceptar" los códigos.

Buena parte de los objetivos que se trazaran las potencias proponentesse alcanzaban indudablemente en el largo proceso negociador, especial­mente en lo relacionado con respecto a los acuerdos sobre medidas no aran­celarias, cuya finalidad era lograr cierta transparencia y disciplina en su u­so y establecer mecanismos y procedimientos para examinarlas, aplicarlaso resolver las controversias que pudieran presentarse. En lo que se refiereal marco jurídico los textos, según la Secretaría del GATI, parecen propor­cionar una base jurídica mejor para el Sistema Generalizado de Preferenciasy, en menor medida, para el comercio preferencial entre los países en desa­rrollo y para "algunas formas de trato diferenciado para esos países", inclu­yendo un tratamiento especial para los menos adelantados.

Pero en realidad, para los países en desarrollo, en cuanto a lograr una li­beralización del comercio, proporcionar un marco más favorable para la re­alización y expansión del comercio mundial y asegurarles mejoras sustan­ciales en el acceso a los mercados de los países desarrollados, así como pa­ra adoptar medidas tendientes a lograr precios estables, equitativos y remu­nerados para los productos básicos, los resultados de las N.CM. son no so­lamente "modestos y deficientes" como los califica la Secretaría de la UNC­TAD, sino más bien decepcionantes y contraproducentes, y pueden repre­sentar, para muchos de ellos, elementos que contribuirán a acentuar su de­pendencia de los centros industriales. Además, constituyen factor de dis­torsión y alejamiento del proceso hacia la implantación del Nuevo OrdenEconómico Internacional.

Las posibilidades y aspiraciones de los países en desarrollo de alcanzarun "trato diferenciado y más favorable" no han sido logradas. No existenmedidas concretas y específicas para aplicarlas en los códigos, en los cua­les se incluyen algunas disposiciones generales. En ese sentido, éstas resul­tan ser "vagas" o "inadecuadas".

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Los márgenes de preferencia obtenidos en el Sistema Generalizado dePreferencias (S.G.P.)y que beneficiaban a las exportaciones de los países endesarrollo, se erosionan como consecuencia de las reducciones arancelariasentre los países industriales, resultantes de las N.CM., con lo cual se redu­jeron ciertas ventajas de que disfrutaban los países en desarrollo. Por otraparte, han sido excluidos de las reducciones arancelarias muchos produc­tos que no disfrutan de preferencias y que son exportados por los países endesarrollo.

Elemento importante de incertidumbre es la ausencia deacuerdo en ma­teria de "salvaguardia", que constituye un área importante para los paísesen desarrollo. Más grave aún, se institucionalizan los conceptos de condi­cionalidad y gradualidad con profundas consecuencias para los países endesarrollo, en la medida en que los expone a tratamiento discriminatorio ar­bitrario.

Posiblemente el elemento más negativo para los países en desarrollo se­a la profunda reestructuración del régimen jurídico de las relaciones comer­ciales mundiales consignado en el Acuerdo General sobre Aranceles Adua­neros y Comercio: en efecto, resurge el principio de la aplicación condicio­nal del trato de la nación más favorecida¡ se forman, dentro del GATI, gru­pos segregados, integrados por los países que pueden participar en losacuerdos y adoptan su legislación a los mismos: surge la posibilidad muycierta de que los problemas que se susciten en el comercio mundial seanconsiderados, tratados y hasta resueltos en grupos selectos y cerrados, (co­mo en el caso de los problemas en el sistema monetario internacional,) don­de la mayoría de los países que forman la comunidad no sólo no tienen de­recho a participar, sino que se ven obligadosa aceptardecisiones que les soncontrarias a sus intereses. El nuevo sistema creará, en fin, graves y grandesdificultades a los países en desarrolo, "por diversas razones, incluidas lasde carácter técnico".

En cuanto a los países socialistas que participaron en las N.CM. segúninforme de la Secretaría de la UNCTAD, "opinan que si bien los resultadosglobales no se pueden considerar insignificantes, temen que se siga discri­minando contra ellos a causa de su sistema económico diferente". Los otrospaíses socialistas, que no participaron, han expresado que es posible que enla legislación que se promulgue para poner en práctica los resultados de lasN.CM., se intente legalizar ciertas medidas discriminatorias¡ por ejemplo,patrones diferentes para los participantes y no participantes en las NCM ocondicionamientos y limitaciones en el trato de la nación más favorecida.

En el campo Arancelario, la erosión general de los márgenes del Siste­ma Generalizado de Preferencias hace más gravosa ahora la posibilidad deacceso a los mercados de los países desarrollados con economía de merca­do para las manufacturas producidas por los países en desarrollo. Se ane­xa un documento de la Secretaría de la UNcrAD (ID/B/778/Add. I, Sum­mary) en que se resumen las "Consecuencias de las reducciones arancela-

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rias de la Rueda Tokio para el comercio de los países en desarrollo". Del mis­mo modo se anexa copia del documento de la OEA "Evaluación preliminarde la erosión del SGP de Estados Unidos desde el punto de vista de Amé­rica Latina, como resultado de las Negociaciones Comerciales Multilatera­les-oEA/Ser. H/XlI-CIES/CECON-COMERCIO/ 157, del 23 de mayo de1957, presentado en la XN Reunión del Grupo Ad-hoc de Comercio sobreBarreras Arancelarias y no Arancelarias y Cuestiones Conexas, 25-29 junio1979, Lima, Perú. Ambos documentos son lo suficientemente explícitos so­bre el tema.

En materia de Productos Tropicales, sólo participaron nueve países de­sarrollados (Australia, Austria, Noruega, Finlandia, Suecia, Suiza, NuevaZelanda, el Canadá y el Japón) más la CEE, con los países en desarrollo. LaCEE Y otros países desarrollados anunciaron que su liberalización del co­mercio (mejoras en los esquemas del SGP y reducciones de derechos aran­celarios NMF para ciertos productos) (café, entre ellos) entrarían en vigen­cia desde el 111 de enero de 1977. Otros tres países desarrollados anunciaronconcesiones posteriormente. Estados Unidos, en cambio, hizo ofertas de re­ducciones de los derechos N .M.F. Yexigió "contribuciones" (reciprocidad),negándose a hacer efectivas las concesiones u ofertas si no recibía esas con­tribuciones. Las concesiones no satisfacieron a los países en desarrollo, (ca­si los únicos productores de productos tropicales y cuya dependencia desus exportaciones es alta), ya que aspiraban a franquicia aduanera total, lasupresión de barreras no arancelarias y el reconocimiento del principio deno reciprocidad.

En el campo de las Barreras no Arancelarias no fue posible lograr fór­mulas que permitieran liberalizar las restricciones cuantitativas y las pro­hibiciones a la importación, cuya importancia como obstáculos al comerciointernacional es cada día mayor; (20) fue así como el problema de estas Ba­rreras se abordó por medio de negociaciones bilaterales que condujeron alestablecimiento de códigos multilaterales de conducta, las cuales se refierena: 1) procedimientos para el trámite de licencias de importación; 2) Valora­ción aduanera; 3) Obstáculos técnicos al comercio (código de normas); 4)Subvenciones y medidas compensatorias; 5) Código Antidumping y 6)Compras del sector público.

En lo general los códigos, lejos de mejorar o aliviar la situación para lospaíses en desarrollo, en la practica representan la consagración del protec­cionismo, cual es el caso concreto de las licencias de importaci6n. El C6di­go de valoraci6n aduanera, por ejemplo, lejos de conducir a reducir la pro­tección arancelaria, tiende a incrementarla: Estados Unidos realizó ajustespara "mantener" el nivel de protección y Canadá ha anunciado algo simi­lar. Por otra parte, el acuerdo conducirá a distorsionar los valores de tran­sacción en favor de partes vinculadas, lo que beneficiaría a las EmpresasTransnacionales y perjudicará a los países en desarrollo, especialmente ensus recaudaciones aduaneras. Además, el Acuerdo impide que se incluyan

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en el valorde transacciónciertos elementosde los costos de preimportación,que "son componentes legítimos del valor de importación", y prohibirá losvalores mínimos en aduanas (precios mínimos u oficiales).

El código de normas crea dificultades importantes a los países en desa­rrollo que superan las escasas ventajas o beneficios que puedan derivar, yno eliminará "ninguno de los obstáculos al comercio."

Lo propio ocurre con el Acuerdo sobre subvenciones y medidas com­pensatorias, que introduce la cláusula de graduación que obliga a los pa­íses en desarrollo a "comprometerse a reducir o suprimir las subvencionesa la exportación, si tales subvenciones no se ajustan a sus necesidades enmateria de competencia y desarrollo"; establece además criterios muy rigu­rosos y desconoce el derecho de los países en desarrollo a subsidiar sus ex­portaciones, aumentando la posibilidad de que se apliquen medidas com­pensatorias en contra de sus exportaciones subvencionadas. Del mismomodo el Código Antidumping contiene elementos que tendrán efectosfrancamente negativos.

El Acuerdo sobre compras del sector público no solamente no prevé eltrato preferencial a que los países en desarrollo aspiraban, sino que limitalas posibilidades de creación o expansión de empresas públicas nacionalesy multinacionales que estos países deben auspiciar y estimular dentro desus programas de cooperación horizontal.

En lo que se refiere al "marco jurídico en que se desarrolla el comercio",los comentarios que al respecto hace la Secretaría de la UNCTAD en su a­nálisis sobre el particular son suficientemente ilustrativos: (21)

"Los resultados de las negociaciones sobre el marco jurídico son en ge­neral modestos en comparación con las disposiciones correspondientes dela Declaración de Tokio. Los textos a que han llevado esas negociaciones,aunque representan alguna mejora en relación con las disposiciones vigen­tes de la Parte IV del Acuerdo General, no pueden ser considerados comoun gran progreso hacia un nuevo orden económico internacional. Los pa­íses en desarrollo pedían que, para establecer en el GATI una amplia basejurídica para el trato diferenciado y la no reciprocidad, se incorporase en elacuerdo general una cláusula general que hiciera posible la diferenciacióny la no reciprocidad en todos los aspectos de las relaciones comerciales. Enlugar de ello, se les ha dado un trato diferenciado, limitado, en una decla­ración en la que figura la no reciprocidad junto con la idea de la gradua­ción. El resultado de las negociaciones sobre el marco jurídico, en lugar deser un nuevo marco jurídico mejorado que respondiera mejor a los intere­ses comerciales de los países en desarrollo, constituye sobre todo la consa­gración jurídica, en forma de "decisión" o de "entendimiento", de princi­pios ya aceptados por otras organizaciones de las Naciones Unidas, entreellas la UNCTAD y ya aplicados de hecho en el GATI desde hace muchosaños. Parece confirmarse la opinión de que, habida cuenta de la Declaraciónde Tokio y de los objetivos de los países en desarrollo, los resultados de las

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negociaciones sobre el marco jurídico son decepcionantes e incompletosdesde el punto de vista de los intereses de tales países y probablementedemuestran que es inútil tratar de reformar las normas del comercio in­ternacional desde dentro del propio sistema del GATI". (s.n.)

La aspiración de lograr la aplicación de medidas diferenciales a los pa­íses en desarrollo, mediante las cuales recibieran trato especial y más favo­rable en los sectores de negociación en que ello fuera posible y apropiado,como se había reconocido en la Declaración de Tokio, no se concretó ple­namente en las negociaciones y, como de costumbre, las propuestas hechaspor los países en desarrollo fueron siendo aplazadas hasta el final, cuandono se disponía de tiempo para examinar muchas de ellas.

El compromiso de no exigir reciprocidad adoptado en Tokio (párrafo 5de la Declaración), que aunque concarga filosófica representa aspiracion devieja data de los países endesarrollo, no tuvo expresión concreta. Porel con­trario, ya se ha señalado la posición inflexible de los Estados Unidos encuanto que sus ofertas en productos tropicales sólo podían ser puestas enpráctica a cambio de compensaciones de los países en desarrollo. Por otraparte, en los acuerdos celebrados sobre Códigos, se ha previsto que los pa­íses en desarrollo otorguen contribuciones por la vía de aceptar "obligacio­nes cada vez mayores en la medida en que sus economías crezcan", lo quese ha dado en llamar el principio de graduación.

Cabe recordar, eneste contexto, que tal como lo ha expuesto con toda cla­ridad el Dr. Raúl Prebish, en las concesiones que puedan otorgar los paísesdesarrollados a los países en desarrollo existe, de hecho, una "reciprocidadimplícita" por parte de los últimos ya que, en la medida en que se facilite suacceso a los mercados de los primeros y que, en consecuencia, puedan me­jorar sus ingresos por exportaciones, estos permitirán la adquisición de losbienesesencialesy de capital que requieren y, por supuesto, aumentarán lasexportaciones de los países industrializados con efectos estimulantes parasu empleo e inclusive con resultados altamente beneficiosos sobre la infla­ción, como se revela en estudio reciente del Overseas Development Coun­cil, citado en documento de H.W. Swell, titulado: Pueden los ricos prospe­rar sin el progreso de los pobres? (mimeografiado).

Contrariamente al interés de los países en desarrollo de que las negocia­ciones fueran ciertamente multilaterales para que ellos pudieran participary mantener evaluaciones acerca de sus posiciones en materias específicas,el proceso fue de negociaciones bilaterales o tri laterales, entre Estados Uni­dos, Japón y la CEE (Canadá se agregó al final) y sólo en algunos casos seampliaba el círculo con algunos países en desarrollo (los de industrializa­ción reciente).

Tales procedimientos contribuyeron a ser menos "transparentes" las ne­gociaciones y por esa razón los acuerdos no reflejan muchos de los plante­amientos de los países en desarrollo y fueron expresión de la marginacióna que se sometió a la mayoría de éstos. Con un escenario de esta naturale-

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za los acuerdos no pueden ser aceptables para los países en desarrollo y de­ben mediar razones "muy especiales" para que algunos de esos países de­cidan adherirse a ellos.

En virtud de estos elementos los países en desarrollo miembros delGATI se han preocupado por conocer si, de conformidad con el principiode la cláusula de la nación más favorecida establecido en el artículo 111 delAcuerdo General, disfrutarán o no automáticamente, aunque no se adhie­ran, de los ''beneficios'' que puedan derivarse de los instrumentos adopta­dos, en especial debido a que algunos de ellos tienen por objetivo aplicar ointerpretar determinados artículos del GATI. Pero de los instrumentos, ysegún el juicio de los expertos que los han analizado, "parecería despren­derse que el trato de la nación más favorecida se aplicará con carácter con­dicional solamente", lo que hace perder al Acuerdo General su más valio­sa palanca para liberalizar el comercio.

Sobre éste y otros problemas, la Secretaría de la UNcrAD, en el docu­mento citado (TD/B/778, párrafos 226 y 227,) resume los aspectos más im­portantes, advirtiendo la falta de claridad acerca de las consecuencias jurí­dicas de las disposiciones, de la siguiente manera:

"Una cuestión conexa que preocupa igualmente a los países en desarro­llo es la evidente compartimentación de la estructura jurídica del AcuerdoGeneral. Se examinarán cuestiones decisivas del comercio internacional, seresolverán problemas y se celebrarán nuevas negociaciones en pequeñosgrupos restringidos (comités o consejos de signatarios) formados por laspartes que se adhieran a los instrumentos.

Las atribuciones de esos grupos exceden ampliamente las de cualquie­ra de los órganos comparables que existen actualmente en la estructura delGATI. En muchos aspectos, estosconsejos o comités tienen funciones y atri­buciones que anteriormente sólo eran de la competencia de las Partes Con­tratantes. De conformidad con las disposiciones finales de los instrumentosnegociados en las N.C.M., los comités han de "informar" a las Partes Con­tratantes, pero no pedir su aprobación, respecto de las decisiones que adop­ten.

Dada la importancia del principio, establecido en el Acuerdo General, deque se aplique incondicionalmente el trato de la nación más favorecida, ya fin de preservar la unidad y la autoridad general de las Partes Contratan­tes, el Consejo del GATI examinó la cuestión de la relación entre los instru­mentos negociados en las NCM y el Acuerdo General. Después de celebrarconversaciones oficiosas, las Partes Contratantes prepararon un texto, queaprobaron en su 3511 período de sesiones (1979) según el cual las Partes Con­tratantes:

a) Reafirmaron su intención de asegurar la unidad y coherencia del sis­tema del GATI y, con este fin, acordaron vigilar el funcionamientodel sistema en su conjunto y adoptar las medidas que fuesen adecua­das;

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b) Tomaron nota deque, como resultado de las negociacionescomercia­les multilaterales, se habían concertado varios acuerdos referentes adeterminadas medidas no arancelarias y al comercio de la carne debovino y los productos lácteos. Así mismo tomaron nota de que di­chosacuerdos entrarían en vigor entre las partes en los mismos a par­tir del 111de enero de 1980 o del 111de enero de 1981, según los casos,y Para otras partes en la fecha en que se adhieran a ellos;

e) Tomaron también nota de que los derechosy beneficiosque el Acuer­do General otorgaba actualmente a las Partes Contratantes que nofueran partes en estos acuerdos, con inclusión de los dimanantes delArtículo primero, no se verían afectados por los acuerdos;

d) Recibirán, en el contexto de los párrafos a) y e), la debida informaciónacerca de las novedades que se registren en relación con el funciona­miento de cada uno de los acuerdos, y a este fin los comités o conse­jos correspondientes presentarán regularmente informes a las PartesContratantes; estas últimas podrán solicitar informes adicionales so­bre cualquier aspecto de las tareas de los diversos comités o consejos;y

e) Entendieron que las Partes Contratantes interesadas que no fueransignatarias podrían seguir las sesiones de los comités o consejos encalidad observadores, y que los comités o consejos elaborarían pro­cedimientos satisfactorios para tal participación".

En 10que se refiere a los países como Venezuela, que no son partes con­tratantes del GATI pero participaron en las N.C.M., no han obtenido segu­ridad sobre si podrían tener derecho a los "beneficios" resultantes de las ne­gociaciones sin tener que acceder al Acuerdo General. En tal sentido el Pre­sidente del Comité de Negociaciones Comerciales (organismo encargadode la coordinación general y supervisión de las negociaciones), después decelebrar consultas con algunos participantes declaró que "los artículos per­tinentes de las disposiciones finales de cada acuerdo establecen que elacuerdo estará abierto a la adhesión de un gobierno que no sea Parte Con­tratante en las condiciones que, respecto de la aplicación efectiva de los de­rechos y obligaciones dimanantes del mismo, convengan dicho gobierno ylas partes en el Acuerdo. Queda entendido que el propósito o la finalidadde las negociaciones sobre las condiciones sería lograr una paridad globalde derechos y obligaciones entre las partes en el acuerdo que sean PartesContratantes del Acuerdo General y las que no 10 sean, habida cuenta de lasituación de cada país en 10 relativo, por ejemplo, a sus necesidades en ma­teria de desarrollo, de finanzas y de comercio. De esta manera, la base pa­ra las negociaciones sería que una parte que no sea Parte Contratante delcuerdo General no anulará ni menoscabará directa o indirectamente los be­neficios resultantes del acuerdo para otras partes mediante la adopción demedidas que, si fuese Parte Contratante del Acuerdo General, no podría a­doptar por impedírselo las obligaciones que le impondría este último. Del

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mismo modo, una parte que sea Parte Contratante del Acuerdo General noanulará ni menoscabará directa o indirectamente los beneficios resultantesdel acuerdo para otras partes mediante la adopción de medidas que, si esasotras partes fuesen Partes Contratantes del Acuerdo General, no podríaadoptar por impedírselo las obligaciones que le impone éste último". (Se­gún versión del documento citado de la UNCfAD, párrafo 232).

La oscuridad y forma enrevesada de la redacción del párrafo es ca­racterística del GATI, esto permite a los hermeneutas del Acuerdo Generalinterpretar los textos en beneficio de las potencias comerciales y en perjui­cio de los países en desarrollo. No obstante, parece concluirse del texto quelos países que no son miembros del GATI, si no acceden al Acuerdo Gene­ral deben "aceptarobligaciones adicionales superiores a las previstas en losacuerdos concertados en las N.CM." y que esas obligaciones deberán sernegociadas en forma espeáfica con cada uno de los países que ya hayan ad­herido a los acuerdos.

Durante el 35 período de sesiones de las Partes Contratantes, el Presi­dente trató de hacer aclaraciones sobre la situación de los países que no sonmiembros del GATI con relación a los acuerdos en las N.CM., en el senti­do de que "las dificultades que pudieran surgir durante el período com­prendido entre la solicitud de adhesión presentada porpaíses no miembrosdel GATI Yla conclusión de las negociaciones necesarias (para su accesióndefinitiva) se resolverían, en la medida de lo posible, concertando acuerdostemporales, en el entendimiento de que se mantendría el equilibrio de de­rechos y obligaciones". (paréntesis y subrayado nuestros).

Es conveniente poner de relieve, a manera de resumen, que los resulta­dos de las N.CM. a) no colman los objetivos de los países en desarrollo; b)no concretaron el trato diferenciado y más favorable a que aspiraban los pa­íses subdesarrollados; e) erosionan las márgenes de preferencias en elS.G.P.;d) institucionalizan los conceptos de Ucondicionalidad" y Ugradua­lidad", que exponen a los países en desarrollo o trato discriminatorio y ar­bitrario, además que tienden a dividirlos; e) reestructuran el régimen jurí­dico de las relaciones comerciales consignado en el GATIen detrimento delos paísessubdesarrollados; f) hacen resurgir el principio de aplicación con­dicional del trato de la nación más favorecida; g) instituye la formación enel GATI de grupos segregados, con países que pueden participar en losacuerdos y adaptar eventualmente su legislación a ellos; h) promueven lacreación de grupos selectos y cerradosque tratarán los problemas; í) no con­dujeron a la reducción y mucho menos eliminación de las barreras no aran­celarias, si no que, por el contrario, se perpetúan en los códigos y j) institu­cionalizan o consagran el proteccionismo de las grandes potencias.

Estos resultados, unidos a los procedimientos de bilaterismo y de notransparencia utilizados, así como los altos precios que se exigen a los paí­ses en desarrollo y a otros países participantes, contribuyen a hacer menosplanetario o global al GATI, a lo quese sumael hecho dequesolamente par-

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ticiparon 99 países, de los cuales 26 no son miembros del GATI, por lo quesu representatividad con respecto a la UNcrAD (160Estados Miembros) esprecaria, más aún cuando 61 Estados miembros de esta última no participa­ron en lo absoluto en las N.CM., incluidos algunos países socialistas deEuropa oriental y China, y sólo lo hicieron pocos países miembros de laOPEP (Gabón, Indonesia, Nigeria y Venezuela) de los cuales tres de ellosson miembros del GATI por herencia colonial, así como Kuwait (que noparticipó en las N.CM.).

Todo esto excluye un importante sector del mundo.Durante el quinto período de Sesiones de la Conferencia de las Naciones

Unidas sobre Comercio y Desarrollo -(UNCTAD (V)-, celebrado en Ma­nila, en Mayo de 1979,en la consideración del punto b) del tema 9 del pro­grama de la Conferencia, relacionado con las ''Negociaciones ComercialesMultilaterales: evaluación y nuevas recomendaciones basadas en ellas", elGrupo de los 77 elaboró una declaración, en la cual consigna su pesar y pre­ocupación por los resultados obtenidos en las N.CM. e indica los diferen­tes aspectos que a juicio del Grupo, constituyeron elementos negativos asícomo los que deben ser objeto de medidas encaminadas a corregir situacio­nes adversas a los países en desarrollo.

La referida declaración, leída en la 161a. sesión plenaria de la Conferen­cia, el 03 de junio de 1979 (2 a.m.) fue precedida de una breve intervencióndel portavoz del Grupo de los 77,representante de la India, en la cual lamen­tó "no hubiese sido posible aprobar una resolución sobre las negociacionescomerciales multilaterales". "El Grupo de los 77 había presentado en elGrupo de Negociación 11 un proyecto de resolución en el que se ponía de re­lieve las deficiencias de los procedimientos seguidos en esas negociacionesy las insuficiencias en los sectores de principal interés para los países en de­sarrollo, y había instado a que, antes del cierre de las negociaciones, se des­plegasen esfuerzos para corregir esas deficiencias y se prosiguiesen las ne­gociaciones hasta que se hubieran alcanzado los objetivos de la Declaraciónde Tokio". (22)

Esa intervención ponía de manifiesto una vez más el interés del Grupode los 77 en buscar la concertación. Pero ese interés no coincide con los pro­pósitos y la estrategia de la Comisión Trilateral. Para los países del SistemaTrilateral, según declaró el portavoz del Grupo B(que integra los países de­sarrollados de economía de mercado) durante la misma plenaria referida,las N.CM. "marcaban un hito importante en los esfuerzos para mantenery mejorar el sistema de comercio mundial abierto" y estimaban que ''las ne­gociaciones habían tenido una importancia especial para el comercio de to­dos los países, incluidos los países en desarrollo".

Contrasta la declaración formulada por el Grupo de los 77 en la UNC­TAD con la posición de los países en desarrollo en el GATI, expresada enocasión del XXXV período de sesiones de las Partes Contratantes, en Gine­bra en noviembre del mismo año de 1979,cuando coincidieron con las apre-

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ciaciones que en ese mismo período de sesiones hicieran los países indus­triales acerca de los resultados de las N.C.M.; las que, para éstos, "signifi­can el nacimiento de un nuevo esquema en el comercio mundial para la dé­cada de los BO, dentro de la cual el GATI le corresponderá jugar un papelde primer orden". Es oportuno recordar a este respecto que los paísesen de­sarrollo en el GATI "no son todos los que están, ni están todos los que son".

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