efesios mathew h

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EFESIOS (Comentario Mateo Henry) Esta epístola fue escrita cuando San Pablo estaba preso en Roma. La intención parece ser fortalecer a los efesios en la fe de Cristo, y dar elevados puntos de vista acerca del amor de Dios y de la dignidad y excelencia de Cristo, fortaleciendo sus mentes contra el escándalo de la cruz. Muestra que fueron salvados por gracia, y que por miserables que hayan sido una vez, ahora tienen iguales privilegios que los judíos. Los exhorta a perseverar en su vocación cristiana y les estimula a que anden de manera consecuente a su confesión, desempeñando fielmente los deberes generales y comunes de la religión, y los deberes especiales de las relaciones particulares. CAPÍTULO IV Versículos 1-6. Exhortaciones a la mutua tolerancia y unión. 7-16. Al debido uso de los dones y gracias espirituales. 17-24. A la pureza y la santidad. 25-32. Y a cuidarse de los pecados practicados por los paganos. Vv. 1-6.Nada se exhorta con mayor énfasis en las Escrituras que andar como corresponde a los llamados al reino y gloria de Cristo. Por humildad entiéndase lo que se opone al orgullo. Por mansedumbre, la excelente disposición del alma que hace que los hombres no estén prontos a provocar, y que no se sientan fácilmente provocados u ofendidos. Encontramos mucho en nosotros mismos por lo cual apenas nos podríamos perdonar; por tanto, no debe sorprendernos si hallamos en el prójimo lo que creemos difícil de perdonar. Hay un Cristo en quien tienen esperanza todos los creyentes, y un cielo en el que todos esperan; por tanto, debieran ser de un solo corazón. Todos tenían una fe en su objeto, Autor, naturaleza y poder. Todos ellos creían lo mismo en cuanto a las grandes verdades de la religión; todos ellos habían sido recibidos en la Iglesia por un bautismo con agua en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo como signo de la regeneración. En todos los creyentes habita Dios Padre como en su santo templo, por su Espíritu y gracia especial. Vv. 7-16.A cada creyente es dado algún don de la gracia para que se ayuden mutuamente. Todo se da según a Cristo le parezca bien otorgar a cada uno. Él recibió para ellos, para darles a ellos, una gran medida de dones y gracias; particularmente el don del Espíritu Santo. No es un simple conocimiento intelectual ni un puro reconocimiento de Cristo como Hijo de Dios, sino como quien produce confianza y obediencia. Hay una plenitud en Cristo y una medida de esa plenitud dada en el consejo de Dios a cada creyente, pero nunca llegaremos a la medida perfecta sino hasta que lleguemos al cielo. Los hijos de Dios están creciendo mientras están en este mundo; y el crecimiento del cristiano busca la gloria de Cristo. Mientras más impulsado se encuentre un hombre a aprovechar su estado, conforme a su medida y todo lo que haya recibido, para el bien espiritual del prójimo, más ciertamente puede creer que tiene la gracia del amor y la caridad sincera arraigada en su corazón. Vv. 17-24.El apóstol encarga a los efesios, en el nombre y por la autoridad del Señor Jesús, que habiendo profesado el evangelio, no deben ser como los gentiles inconversos que andaban en la vanidad de su mente y en afectos carnales. ¿No andan los hombres en la vanidad de su mente por todos lados? ¿No debemos, entonces, enfatizar la distinción entre los cristianos reales y los nominales? Ellos estaban desprovistos de todo conocimiento salvador; estaban en tinieblas y las amaban más que a la luz. Les disgustaba y aborrecían la vida de santidad, que no sólo es el camino de vida que Dios exige y aprueba, y por el cual vivimos para Él, sino tiene alguna semejanza a Dios mismo en

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Notas o comentario según Mateo Henry

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  • EFESIOS (Comentario Mateo Henry) Esta epstola fue escrita cuando San Pablo estaba preso en Roma. La intencin parece ser fortalecer a los efesios en la fe de Cristo, y dar elevados puntos de vista acerca del amor de Dios y de la dignidad y excelencia de Cristo, fortaleciendo sus mentes contra el escndalo de la cruz. Muestra que fueron salvados por gracia, y que por miserables que hayan sido una vez, ahora tienen iguales privilegios que los judos. Los exhorta a perseverar en su vocacin cristiana y les estimula a que anden de manera consecuente a su confesin, desempeando fielmente los deberes generales y comunes de la religin, y los deberes especiales de las relaciones particulares. CAPTULO IV Versculos 1-6. Exhortaciones a la mutua tolerancia y unin. 7-16. Al debido uso de los dones y gracias espirituales. 17-24. A la pureza y la santidad. 25-32. Y a cuidarse de los pecados practicados por los paganos. Vv. 1-6.Nada se exhorta con mayor nfasis en las Escrituras que andar como corresponde a los llamados al reino y gloria de Cristo. Por humildad entindase lo que se opone al orgullo. Por mansedumbre, la excelente disposicin del alma que hace que los hombres no estn prontos a provocar, y que no se sientan fcilmente provocados u ofendidos. Encontramos mucho en nosotros mismos por lo cual apenas nos podramos perdonar; por tanto, no debe sorprendernos si hallamos en el prjimo lo que creemos difcil de perdonar. Hay un Cristo en quien tienen esperanza todos los creyentes, y un cielo en el que todos esperan; por tanto, debieran ser de un solo corazn. Todos tenan una fe en su objeto, Autor, naturaleza y poder. Todos ellos crean lo mismo en cuanto a las grandes verdades de la religin; todos ellos haban sido recibidos en la Iglesia por un bautismo con agua en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espritu Santo como signo de la regeneracin. En todos los creyentes habita Dios Padre como en su santo templo, por su Espritu y gracia especial. Vv. 7-16.A cada creyente es dado algn don de la gracia para que se ayuden mutuamente. Todo se da segn a Cristo le parezca bien

    otorgar a cada uno. l recibi para ellos, para darles a ellos, una gran medida de dones y gracias; particularmente el don del Espritu Santo. No es un simple conocimiento intelectual ni un puro reconocimiento de Cristo como Hijo de Dios, sino como quien produce confianza y obediencia. Hay una plenitud en Cristo y una medida de esa plenitud dada en el consejo de Dios a cada creyente, pero nunca llegaremos a la medida perfecta sino hasta que lleguemos al cielo. Los hijos de Dios estn creciendo mientras estn en este mundo; y el crecimiento del cristiano busca la gloria de Cristo. Mientras ms impulsado se encuentre un hombre a aprovechar su estado, conforme a su medida y todo lo que haya recibido, para el bien espiritual del prjimo, ms ciertamente puede creer que tiene la gracia del amor y la caridad sincera arraigada en su corazn. Vv. 17-24.El apstol encarga a los efesios, en el nombre y por la autoridad del Seor Jess, que habiendo profesado el evangelio, no deben ser como los gentiles inconversos que andaban en la vanidad de su mente y en afectos carnales. No andan los hombres en la vanidad de su mente por todos lados? No debemos, entonces, enfatizar la distincin entre los cristianos reales y los nominales? Ellos estaban desprovistos de todo conocimiento salvador; estaban en tinieblas y las amaban ms que a la luz. Les disgustaba y aborrecan la vida de santidad, que no slo es el camino de vida que Dios exige y aprueba, y por el cual vivimos para l, sino tiene alguna semejanza a Dios mismo en

  • su pureza, justicia, verdad y bondad. La verdad de Cristo se manifiesta en su belleza y poder cuando aparece en Jess. La naturaleza corrupta se llama hombre; como el cuerpo humano tiene diversas partes que se apoyan y fortalecen entre s. Los deseos pecaminosos son concupiscencias engaosas; prometen felicidad a los hombres pero los vuelven ms miserables; los llevan a la destruccin, si no se someten y se mortifican. Por tanto, deben quitarse como ropa vieja y sucia; deben ser sometidas y mortificadas. Pero no basta con sacarse los principios corruptos: debemos tener principios de gracia. Por el hombre nuevo se significa la nueva naturaleza, la nueva criatura, dirigida por un principio nuevo, la gracia regeneradora, que capacita al hombre para llevar una vida nueva de justicia y santidad. Esto es creado o producido por el poder omnipotente de Dios. Vv. 25-28.Ntense los detalles con que debemos adornar nuestra confesin cristiana. Cuidaos de toda cosa contraria a la verdad. No adulis ni engais al prjimo. El pueblo de Dios es de hijos que no mienten, que no se atreven a mentir, que odian y aborrecen la mentira. Cuidaos de la ira y de las pasiones desenfrenadas. Si hay una ocasin justa para expresar descontento por lo malo, y reprenderlo, hgase sin pecar. Damos lugar al diablo cuando los primeros indicios del pecado no contristan nuestra alma, cuando consentimos a ellos; y cuando repetimos una obra mala. Esto ensea que es pecado si uno se rinde y permite que el diablo venga a nosotros; tenemos que resistirle, cuidndonos de toda apariencia de mal. El ocio hace al ladrn. Los que no trabajan se exponen a la tentacin de robar. Los hombres deben ser trabajadores para que puedan hacer algo de bien, y para que sean librados de la tentacin. Deben trabajar no slo para vivir honestamente, sino para que puedan dar para las necesidades del prjimo. Entonces, qu hemos de pensar de los llamados cristianos,

    que se enriquecen con fraude, opresin y prcticas engaosas! Para que Dios acepte las ofrendas, no deben ganarse con injusticia y robo, sino con honestidad y trabajo. Dios odia el robo para los holocaustos. Vv. 29-32.Las palabras sucias salen de la corrupcin del que las dice y corrompen la mente de los que las oyen: los cristianos deben cuidarse de esa manera de hablar. Es deber de los cristianos procurar la bendicin de Dios, que las personas piensen seriamente y animar y advertir a los creyentes con lo que digan. Sed amables unos con otros. Esto establece el principio del amor en el corazn y su expresin externa en una conducta corts y humilde. Ntese cmo el perdn de Dios nos hace perdonar. Dios nos perdon aunque no tenamos razn para pecar contra l. Debemos perdonar como l nos ha perdonado. Toda comunicacin mentirosa y corrupta, que estimule los malos deseos y las lujurias, contristan al Espritu de Dios. Las pasiones corruptas del rencor, ira, rabia, quejas, maledicencia y malicia, contristan al Espritu Santo. No provoques al santo y bendito Espritu de Dios a que retire su presencia y su influencia de gracia. El cuerpo ser redimido del poder de la tumba el da de la resurreccin. Dondequiera que el bendito Espritu habite como santificador, es la primicia de todo deleite, y las glorias del da de la redencin; seramos deshechos si Dios nos quitara su Espritu Santo.

    GEOGRAFIA BBLICA:

    feso feso era una ciudad de las provincias romanas de Asia, cerca de la desembocadura del ro Cayster, y como a 5 kms. costa arriba. La isla de Samos est al lado opuesto. Era fcilmente accesible tanto por tierra como por mar, por causa de los buenos caminos y un buen puerto. Su localidad era propicia para su desarrollo religioso, poltico y comercial, y era una gran

  • oportunidad misionera en el tiempo de Pablo. El clima era muy bueno, y el terreno era extraordinariamente frtil. Una tradicin griega da a feso una historia larga, bajo varios nombres antes de que llegara a ser una ciudad de Grecia. Otra tradicin dice que fue fundada por los griegos, bajo un prncipe de Atenas. De todos modos la civilizacin griega gradualmente prevaleci. En el perodo histrico temprano era una de la confederacin de doce ciudades jnicas. En 560 a. de J.C. cay en manos de los lidios, solamente para ser tomada tres aos ms tarde por los persas. Por mucho tiempo los griegos y los persas se disputaban su posesin y, finalmente, Alejandro la tom. Lismaco, heredndola, le dio el nombre de Arsino, de su segunda esposa. Ms tarde entr al Imperio Romano como una parte de la provincia de Asia Menor. feso y Prgamo eran las ciudades rivales de la provincia. feso era ms accesible, el centro comercial y el hogar de Diana, la diosa del pas, rica y bien situada. Siete veces el templo de Diana haba sido destruido por fuego y siete veces lo haban reedificado, y siempre en una escala ms grande. Era uno de los edificios ms notables de todo el mundo, de 130 ms. por 67 ms., el techo era sostenido por un bosque de 127 columnas de 18 ms. de alto, todas hechas de mrmol brillante; duraron 220 aos en edificar el edificio. Vino a dominar tierras y pesqueras; y sus sacerdotes eran banqueros de grandes rentas pblicas. El templo tambin vino a ser una clase de museo y galera de arte, y tambin una ciudad de refugio. Empleaba un gento innumerable aparte de los sacerdotes y las sacerdotisasr, entre ellos un gran grupo de artesanos para manufacturar imgenes de la dios Diana, o altares para vender a los extranjeros que visitaban. Aqu estaba la estatua de Diana, el cuerpo de la cual estaba cubierto de hileras de muchos pechos, mostrando la creencia de ellos de que ella daba fertilidad a la tierra y sostena toda la vida.

    Cerca de las ruinas antiguas hoy est la aldea de Ayasaluk. Las ruinas abarcan el acueducto, los muros cados de la ciudad, lo que dicen es la iglesia de San Juan, los baos, la fortaleza turca (o la prisin de Pablo), y el teatro enorme, escenario del motn en el tiempo de Pablo. Se ha descubierto que el muro de la ciudad tiene una longitud de 11 kms. Y que encierra 416 hectreas. El espesor era de ms de 3 ms. y tena una torre de ms de 30 ms. Las seis puertas originales estn marcadas por montculos de desechos. Despus de Roma, feso fue la ciudad ms importante que Pablo visit. Siendo el centro de su trabajo en Asia por el cual fueron fundadas todas las iglesias de Asia y, especialmente, aquellas a las que Jess mand los mensajes del Apocalipsis (Apocalipsis 2-3), ha sido llamada la tercera capital del cristianismo. Jerusaln, el lugar de nacimiento y poder, era la primera, y Antioqua, el centro de trabajo misionero, fue la segunda capital. El apstol Pablo est relacionado con feso antes de su destierro a Patmos. El templo de Diana finalmente fue destruido en 262 d. de J. C. y nunca ms fue reedificado. En 341 un concilio eclesistico se tuvo en feso. La ciudad poco a poco perdi su importancia, y disminuy en poblacin. En 1308 los turcos la tomaron, y deportaron o mataron a sus habitantes. Las referencias en las Escrituras concernientes a feso y al trabajo all son muchas; algunas tienen que ver con las experiencias de Pablo y algunas con la condicin de la iglesia all. Se ha dicho que la carta de Pablo a los Efesios contiene la verdad ms profunda revelada a los hombres; la estancia larga de Pablo all los pudo haber preparado para or y comprender tal revelacin. Pablo visit all en su segundo viaje misionero, Hechos 18:19-21. Apolos predic all, Hechos 18:24; 19:1 Pablo pas tres aos all en su tercer viaje, Hechos 19-20 (vea Hechos 20:31). Muchos diferentes tpicos aqu diferentes lugares

  • donde Pablo predic, los hijos de Esceva, la quemada de los libros del mago, Demetrio y los dems, el discurso de los ancianos, hombres que fueron rebautizados. Pablo luch con "bestias de feso", 1 Corintios 15:29-34. Timoteo fue dejado aqu, 1 Timoteo 1:3, 4. La bondad de Onesforo, 2 Timoteo 1:16. Jess mand una carta a la iglesia, Apocalipsis 2:1-7. Pablo escribi una carta a ellos, el libro de Efesios.

    COMENTARIO SIGLO XXI

    EFESIOS Introduccin La epstola a los Efesios es conmovedora por la forma en que capta teolgicamente el alcance de los propsitos de Dios en Cristo para la iglesia. Es una carta pastoral clida y espiritualmente sensible en sus consejos, de tono pacfico y que fcilmente se desborda en gozosa adoracin. Pero tambin es muy diferente de las otras cartas de Pablo. Todas, excepto sta, tratan situaciones muy especficas que se vivan en las iglesias a las cuales el Apstol escriba. Es tpico que las epstolas abunden en detalles de color local, que contengan enseanzas bien razonadas y retricamente convincentes sobre las dimensiones teolgicas de algn problema central, y por lo general combinan esto con aplicaciones de las mismas, cuidadosamente entretejidas en la forma de apelaciones o ruegos a los lectores. A menudo, las frases del Apstol son breves, mu chas veces bruscas. En Ef., por el contrario, lo que por lo normal sera la parte de la enseanza est, en gran parte, dedicada a la alabanza a Dios (1:314) e incluye un co mentario de Pablo sobre su oracin por los lectores (1:153:21, con importantes digresiones en 2:1122 y 3:213). Esto lleva de inmediatamento a la exhortacin (caps. 46). En toda la carta la construccin de

    las oraciones se destaca por su extensin, a la vez que estas tienen un tinte un tanto litrgico. Lo que es aun ms excepcional es que la carta dependa en grado sumo de Col.: pasaje tras pa saje pueden ser explicados como una reescritura de los temas claves de Col., y aprox. una tercera parte de lo escrito se toma directamente de esa carta. Cmo puede explicarse esto? PATERNIDAD LITERARIA Aunque la iglesia primitiva apoy en forma unnime la autora paulina de Ef., muchos eruditos modernos (incluyendo los comentarios ms importantes, de Schnackenburg y Lincoln) la han discutido. En cambio, han tratado de explicar la carta como la obra de un alumno y admirador de Pablo, que presentaba el evangelio a su propia generacin posterior. Los argumentos se basan sobre todo en los puntos que ya hemos mencionado, y en aparentes cambios sutiles, de una perspectiva paulina a una posterior. Los temas son demasiado complejos para tratarlos en detalle aqu, pero se resumen en los comentarios de Caird (pp. 1129) y Foulkes (pp. 1949). Nuestra posicin es que Pablo es verdaderamente el autor, y que las supuestas diferencias con el Pablo que escribi las otras cartas son, o bien malas interpretaciones de Ef. (algunas de las ms importantes sern planteadas en este Comentario), o que deben ser explicadas en trminos de la naturaleza y circunstancias especiales en que fue escrita la carta. CIRCUNSTANCIAS Mientras estaba prisionero en Roma (en algn momento entre los aos 61 y 62 d. de J.C.d. de J.C. Despus de Jesucristo), Pablo tuvo la ocasin de devolver un esclavo convertido al cristianismo, Onsimo, a su amo cristiano, Filemn, quien viva en (o cerca de) Colosas. Para referirse a esta delicada situacin, Pablo le escribi a Filemn. Envi tanto la carta como al esclavo, con uno de sus colaboradores, Tquico

  • (Col. 4:79), utilizando la ocasin para escribir tambin a toda la iglesia en Colosas, advirtindoles sobre las falsas enseanzas que se avecinaban. Para llegar a Colosas, Tquico y Onsimo naturalmente hubieran debido navegar hacia Efeso y luego dirigirse al este por el valle de Lico por la ruta principal romana hacia el Eufrates. Pablo mismo haba basado su misin a la provincia de Asia (5255 d. de J.C.d. de J.C. Despus de Jesucristo) en la ciudad de Efeso, grande y pujante (Hech. 18:1920:17; 1 Cor. 15:32; 16:8, 19; 2 Cor. 1:811). Por lo tanto sera natural que le escribiera una carta a la iglesia en esa ciudad y que tambin la enviara con Tquico (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 6:21, 22 y Col. 4:79). Sin embargo, la carta que tenemos con el nombre de Efesios no fue escrita primordialmente para los santos en Efeso (1:1). En realidad, las palabras en Efeso no se encuentran en este versculo en los manuscritos ms antiguos, y 1:15 y 3:13 hacen suponer que Pablo y la mayora de sus lectores haban odo informes los unos de los otros, pero nada ms. Adems, la carta termina sin los acostumbrados saludos personales que uno esperara en una carta dirigida a Efeso (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 16; Col. 4:1017). Estas caractersticas han sugerido a muchos que la epstola, en realidad, fue escrita como carta circular para las iglesias de toda la provincia romana de Asia (incluyendo las siete iglesias que se mencionan en Apoc. 13). Quiz lo ms plausible sea que haya sido escrita para las iglesias si tuadas a lo largo o cerca de la ruta que Tquico habra tomado desde Efeso a Colosas, incluyendo Magnesia, Tralles, Hierpolis y Laodicea. (En ese sentido, Ef. podra ser la carta a la cual Col. 4:16 se refiere como la carta de Laodicea.) NATURALEZA Y PROPOSITO La mayora de las caractersticas poco comunes de esta carta pueden explicarse mejor si comprendemos sus circunstancias. Su propsito no es enfrentar alguna enseanza falsa en

    particular, en una congregacin especfica, sino alentar a todas las iglesias (de mayora gentil) de la zona por la que Tquico pasara. Qu mejor manera de hacerlo para Pablo que celebrando el cumplimiento en Cristo de los grandes propsitos de Dios (1:314), e incluyendo un comentario respecto a cmo l estaba orando por quienes leeran la carta, intercediendo para que pu dieran captar gozosamente el mensaje central del evangelio y el maravilloso privilegio al cual haban sido admitidos (1:152:10; 3:1, 1421)? No es muy realista argumentar que la carta no sea paulina porque pone a la oracin en el lugar en que Pablo generalmente pone a la enseanza; la verdad es que la carta ensea el corazn mismo del evangelio de Pablo en la forma de un llamado a la adoracin y un informe sobre la oracin (y las digresiones de 2:1122 y 3:213, explican ms en detalle la enseanza implcita en stas). La eleccin de un formato de adoracin y oracin para la mayor parte de la primera seccin de la carta en s determina el es tilo ms elevado y litrgico, que luego se extiende de manera natural a toda la carta (y es similar al estilo de las oraciones de Pablo en otras cartas). Y si Pablo acabara de escribir la carta a los colosenses, y la tuviese an a mano, es de sorprenderse tanto que la reformara para hacerla apta para una lectura ms general? EL MENSAJE CENTRAL DE LA CARTA Ef. hace que se destaque un tema que ya era importante en Col.: la reconciliacin csmica en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 1:9, 10, 2023; 2:1022 y 3:6 con Col. 1:19, 20). El ATAT Antiguo Testamento sostena que el universo era creacin de Dios, quien era uno, sin par ni rival, y que en el principio todo estaba en armona con l (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 6:4, que los judos recitaban diariamente, y Gn. 1). Segn el entendimiento judo, sin embargo, la sujecin voluntaria de todas las cosas a Dios se disolvi en una rebelin de

  • reclamos de competencia. Las personas se fueron separando cada vez ms de Dios y luego entre s, lo cual era simboliza do por la exclusin del huerto del Edn, el asesinato de Abel y el fiasco de Babel. Dios segua siendo el Seor del universo (como lo afirman todos desde Jos. 3:11 hasta Josefo [Ant. 14:24]), aun le daba unidad, y ella se expresaba en su forma ms clara en la obediencia de Israel al nico Dios, siguiendo una ley y adorando en un solo templo. Las naciones, sin embargo, estaban separadas de Dios, y de Israel, por su adoracin a los dolos. Y aun Israel, llamada a expresar dentro de s la unidad de la creacin, estaba desfigurada por las facciones. Estaba dividida en s misma. En la raz de todo esto, en lo que al judasmo concierne, estaba el conflicto entre el Seor Dios y los poderes de Satans. En contraste con lo que estaba sucediendo en ese momento, el da del Seor era considerado como ese da en que Dios sujetara a s mismo todos los poderes que competan contra l y restaurara as la armona en el universo. Por eso, como lo dice Zac. 14:9: Entonces Jehovah ser rey sobre toda la tierra. En aquel da Jehovah ser nico, y nico ser su nombre. El Mesas es, por lo tanto, un Prncipe de Paz (Isa. 9:6) que hasta pacfica a la naturaleza (Isa. 11:19; 2 Baruc 73:1). Cuando l venga toda oposicin ser derribada, Israel ser restaurado, todas las naciones vendrn y reverenciarn al nico Dios (Tobas 14:6; Orculos Sibilinos 3:808), y lo adorarn en el templo nico de Jerusaln (Isa. 2:24; 56:6, 7; 6062; Miq. 4:14; Zac. 8:2023; 14:1619; Jubileos 4:26). Todo esto podra llamarse reconciliacin csmica. Ef. ensea que este propsito ha sido comenzado en Cristo y ser consumado en l. En l ha sido destruida la separacin y ha comenzado la reunificacin: la vieja divisin de la humanidad en judos y gentiles ha sido superada (2:1016); y la otra separacin ms antigua existente entre la humanidad y Dios tambin fue vencida (2:17, 18). Cristo ha comenzado a llenar y a unir el universo (4:10), trayendo paz. Pero decir que estas cosas han

    comenzado en l es tambin decir que son experimentadas por quienes estn unidos a l, es de cir, los creyentes. Esto lleva a una visin sobrecogedora y majestuosa de la iglesia. La iglesia universal de judos y gentiles es el lugar que Jess llena (1:23); es el lugar donde el mundo y los poderes vern la reconciliacin csmica que ya ha comenzado (3:610). Por su unin con Cristo, la iglesia ya es ese templo celestial nico (2:1921), y debe, por sobre todo, luchar para mantener esa unidad que es testimonio del propsito de Dios (4:16). El ruego de Pablo en los caps. 46 permite descubrir cmo vivir de un modo que refleje la nueva creacin de Dios, una creacin de unidad, armona y paz. Esta nota de unidad csmica en Cristo ha sido confundida algunas veces con el universalismo (es decir, que finalmente Dios salvar a todas sus criaturas, aun a los poderes que le son hostiles). Eso no es lo que se indica aqu: 5:6 sigue anticipando la ira de Dios sobre los que persisten en la desobediencia, y 5:5 advierte de los pecados que excluyen del reino de Dios. Lo que se afirma es que la totalidad de la nueva creacin estar unida en Cristo, pero que hay partes de la antigua creacin que no participar n de la nueva. Escritores posteriores, como Ignacio e Ireneo, dieron nfasis a la unidad institucional de la iglesia catlica en la tierra, bajo un rgimen de obispos, ancianos y diconos. En contraste los nfasis que encontramos aqu son los paulinos comunes en una iglesia nica, universal, de judos y gentiles, como manifestacin histrica del templo celestial, y la reunificacin mundial (como veremos en el Comentario). Pablo estaba en prisin precisamente por haber intentado fortalecer la unidad entre las iglesias judas y gentiles (ver sobre 3:13). Dos caractersticas de la carta, relacionadas con esto, resultan especialmente importantes: el nfasis en los gobernantes de estas tinieblas (6:12), y el hincapi en la salvacin actual. C. Arnold ha demos trado que en Efeso y sus alrededores existan creencias mgicas

  • dominantes, y temor a los pode res espirituales asociados con las mismas. Col. fue escrita en parte para contrarrestar tales temores (Col. 1:13, 16; 2:8, 15, 18, 20), por lo que no es de sorprenderse que Ef. contemple nuevamente el te ma. Arnold ha demostrado que hay en Ef. alusiones mucho mayores a tales temores, que lo que generalmente se supone, y que el propsito de la carta es, en gran parte, contrarrestar esos temores insistiendo en el mayor poder que hay en Cristo y en los creyentes unidos a l (ver sobre 1:1923; 2:17; 3:9, 10; 15, 16, 20; 4:8; 6:1017). Muchos eruditos creen que Ef. distorsiona la tensin genuinamente paulina entre lo que recibiremos y seremos cuando se concrete la nueva era o la nueva creacin, y lo que ya experimentamos de ella en Cristo. Ef., se dice, tiene demasiado poco so bre la salvacin futura, quiz presumiendo que ya est virtualmente cumplida en forma total en Cristo. El hecho, sin embargo, es que los nfasis de Pablo difieren segn el contexto. Para los corintios, demasiado seguros de s mismos, subray el todava no; para los glatas, que dudaban sobre si adoptar la ley para asegurarse la salvacin, subray el ya. Tanto Col. como Ef. subrayan el ya para alentar a los creyentes que tienden a temer a los poderes espirituales del universo. Si ya han sido salvos de esos poderes, es en el sentido limitado de que han sido unidos al victorioso Cristo en los lugares celestiales y, por lo tanto, estn por cierto bajo la influencia de l (2:19). Los creyentes ahora son libres para contraatacar desde una posicin segura. La batalla, no obstante, no ha terminado (6:1020), aunque el resultado est asegurado por nuestra unin con Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare Col. 3:14). El presente es el da malo (6:12, 13, 16), y nuestra verdadera redencin est en el futuro (4:30; cf.cf. Confer (lat.), compare 1:14, 4:13); de all el nfasis en que comprendamos (conozcamos) nuestra esperanza (1:18). EL DESAFIO PRINCIPAL DE EFESIOS

    Esta carta es un desafo al individualismo pietista y su correspondiente doctrina dbil de la iglesia que tantas veces encontramos en el mbito evanglico. No mires a la iglesia!, decimos; mira a Cristo! Pero Pablo espera que el que viene de afuera vea el propsito unificador de Cristo y Dios para el mundo precisamente en la iglesia. El desafo pues to delante de un protestantismo actual fragmentado y en permanente divisin difcilmente podra ser ms punzante: Ef. nos llama a construir puentes, no campos minados. Tambin es un desafo a quienes pro ponen iglesias para blancos e iglesias para negros, iglesias para ricos, clase media y trabajadores, etc. Tales grupos homogneos naturalmente pueden llevarse mejor entre s, pero cmo reflejarn el evangelio de la reconciliacin? Ef. nos desafa a todos a encontrar mejores formas de convertir a nuestras iglesias en comunidades reales de personas, cuyas vidas y experiencias de adoracin en unidad como iglesia, sean testimonios de la unidad csmica iniciada en Cristo, y que estn profundamente imbuidas de su presencia. Ver tambin el artculo Leyendo las epstolas. BOSQUEJO DEL CONTENIDO 1:1, 2 Destinatarios y saludo 1:33:21 Accin de gracias y oracin de Pablo 1:3-14 Celebracin del eterno plan de Dios 1:152:10 Pablo comienza su informe relacionado con su gratitud, y sus oraciones por los lectores de la carta 2:11-22 Una digresin: la iglesia, la reconciliacin csmica y la unidad; el nuevo templo 3:1 Pablo contina hablando sobre sus oraciones por los lectores 3:2-13 Una digresin: el ministerio apostlico de Pablo

  • 3:14-21 Pablo finaliza el informe sobre su oracin. Doxologa 4:16:20 Palabras de aliento para vivir en la prctica el evangelio de la reconciliacin csmica y unidad en Cristo 4:1-6 Apelacin inicial a vivir una vida que evidencie la armona de la nueva creacin 4:7-16 Los dones de la victoria de Cristo y el crecimiento hacia Cristo 4:176:9 Apelacin a abandonar la vida de la vieja humanidad y vivir segn la nueva creacin 6:10-20 Apelacin final: Luchemos juntos la batalla espiritual! 6:21-24 Posdata Comentario 1:1, 2 DESTINATARIOS Y SALUDO Esta parte sigue bsicamente la forma de la introduccin y los saludos de otras cartas paulinas. Las palabras en Efeso no aparecen en los mss.mss. Manuscritos ms antiguos, pero la construccin gramatical que qued en ellos sugiere que mss.mss. Manuscritos aun ms antiguos incluan dos nombres de lugares. A. Van Room sugiere que el texto deca: A los santos y fieles en Cristo Jess que estn en Hierpolis y Laodicea, pero es ms posible que la inclusin de los nombres Efeso y Laodicea (los dos extremos del viaje que realizara Tquico) sean la causa por la que la carta lleg a ser conocida como Ef. (ver Introduccin). 1:3-3:21 ACCION DE GRACIAS Y ORACION DE PABLO 1:3-14 Celebracin del eterno plan de Dios Pablo abre el cuerpo de la carta con un panegrico a Dios (como en 2 Cor. 1:3, 4, cf. Confer (lat.), compare 1 Ped. 1:35). Este prrafo de gozosa celebracin (que en gr. consiste de una nica y extensa oracin) no tiene el metro regular de los himnos gr., ni el paralelismo lnea por lnea de los salmos judos,

    pero es una composicin cuidadosamente estructurada en seis partes. Puede comprendrsela mejor, considerndola una oracin imponente, o un llamado a la adoracin, destinada a hacer elevar la mirada de los lectores de ellos mismos y sus temores hacia la majestad y el amor de Dios revelados en su plan en desarrollo, y al privilegio de participar en l. El contenido (como sucede con la accin de gracias de Pablo en otras cartas) est cuidadosamente seleccionado para presentar los temas principales de la carta; esta seccin es, por lo tanto, una clave para comprender la carta como un todo. Como en otras oraciones judas similares, este panegrico comienza declarando a Dios digno de ser bendecido (3a), y una descripcin que justifica y ampla esa declaracin. Esta descripcin se divide en seis secciones (3b, 4; 5, 6; 7, 8; 9, 10; 11, 12; 13, 14), pero no todas tienen la misma importancia. El uso que Pablo hace del idioma gr. destaca tres clusulas en particular, hacindolas ms importantes en la composicin. Dice que Dios nos ha bendecido con toda bendicin espiritual (3b); nos predestin para adopcin como hijos (5); y nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad (9). Las secciones armadas alrededor de estas clusulas (3b, 4; 5, 6 y 9, 10) presentan la esencia de lo que Pablo est diciendo. En cada caso el centro de la atencin est en el accionar del Padre (es decir, l es el sujeto del verbo), y el concepto es que Dios debe ser considerado digno de alabanza precisamente porque ha realizado las acciones sealadas. En las otras tres secciones Dios no es el sujeto de las acciones, sino que el nfasis est en lo que nosotros (todos los cristianos) hemos recibido en el Hijo (7, 8; 11, 12), o en lo que los lectores han comenzado a experimentar a travs del Espritu (13, 14; ntese el cambio a vosotros), como consecuencia del obrar de Dios. La concentracin de tiempos pretritos ha llevado a que muchos intrpretes pensaran equivocadamente que en Ef. la salvacin se ve

  • como algo completo. Sin embargo, como veremos, sera ms exacto decir que Pablo celebra el hecho de que la salvacin futura ha sido inaugurada y asegurada en Cristo. 3, 4 Las palabras iniciales quiz puedan traducirse mejor como digno de bendicin es Dios, en lugar del Bendito sea Dios con que traducen la mayora de las versiones castellanas, o como Ala bemos al Padre (DHH Dios Habla Hoy); y lo que sigue nos da la razn por la cual considerarlo digno de ser bendecido. No obstante, Pablo no est presentando un argumento; est exaltando a Dios e invita implcitamente a sus lectores a hacerlo tambin, por lo cual estas traducciones alternativas son las que reflejan el verdadero sentido. Pablo identifica luego a Dios como el Padre de nuestro Seor Jesucristo, ya que es precisamente en el Hijo (y en el evangelio de lo que el Padre llev a cabo a travs de l) que los lectores han llegado verdaderamente a conocer a Dios y han comenzado a reconocerlo como digno de ser alabado. La primera razn para declarar que Dios es digno de ser alabado es que nos ha bendecido (3b) en forma muy especial. Pablo, naturalmente, sabe que ni l ni sus lectores han experimentado an por s mismos toda bendicin espiritual; por ello agrega algunas condiciones. Hemos recibido esa bendicin en los lugares celestiales y en Cristo. Es decir, que las bendiciones de la era que vendr (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:21), o el reino de Dios, han sido decididamente entregadas a Cristo quien reina a la diestra de Dios (en los lugares celestiales, 1:20, 21), y por lo tanto estn aseguradas para nosotros, su pueblo, por medio de l. Ms aun, al estar unidos con l (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:6), ya comenzamos a participar en algunas de estas bendiciones tan esperadas (veremos cules, y cmo, a medida que avancemos en la carta). Esta bendicin esencialmente futura, que hemos comenzado a experimentar en Cristo, se nos asegura an ms en base a la eleccin de Dios (4). Aun antes de la creacin, Dios eligi un

    pueblo (en Cristo) que estara delante de l, santo y sin mancha, en amor. Ntese que aqu el concepto no es principalmente la eleccin individual de cada persona para conformar la iglesia (aunque eso puede estar implcito), siendo santos y sin mancha delante de l en el mundo (como en Fil. 2:15). El concepto principal es, en cambio, que Dios eligi eternamente un pueblo en Cristo (nosotros, es decir, la iglesia) para ser santos y sin mancha delante de l en el juicio final (como en Col. 1:22, que Pa blo tiene en mente aqu) y, por tanto, entrar en la plenitud de las bendiciones de la era mesinica y de la nueva creacin. 5, 6 Esta seccin explora con mayor profundidad el pensamiento expresado en el v. 4. La idea central es recordarnos que el beneplcito de la voluntad de Dios para su pueblo es nuestra futura adopcin plena por medio de Jesucristo como hijos suyos (5). Pablo crea que en cierto sentido los creyentes ya disfrutan el ser hijos de Dios, esa obediencia filial por amor, inspirada por el Espritu Santo (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 8:14, 15; Gl 4:6). No obstante, consideraba esto como un anticipo o una muestra de una adopcin como hijos mucho ms plena. Por eso dice que la creacin aguarda la manifestacin de los hijos de Dios (Rom. 8:19), y que nosotros an aguar damos la adopcin como hijos (Rom. 8:23), que ser producida por la resurreccin y la nueva creacin. Probablemente est hablando aqu de esa adopcin de la nueva creacin, si consideramos es te pasaje juntamente con Ef. 1:4 y 1214. En otras palabras, Dios ha elegido a la iglesia para esa plena y gloriosa adopcin como hijos suyos que resultar de nuestra resurreccin-transformacin a la semejanza de Jess (en este sentido pleno, por medio de Jesucristo; cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 15:4249; Fil. 3:21; Col. 3:4). Debido a que esta adopcin como hijos es el resultado de la gracia y la voluntad de Dios, puestas en accin por medio de Jesucristo, redundar en alabanza a Dios (6a). Y dado que ya estamos unidos a Cristo por medio del

  • Espritu, puede decirse que esa gracia, incluyendo la adopcin, ya nos es libremente otorgada; siempre que esto responda a la afirmacin en el Amado (esto es, en Cristo; cf.cf. Confer (lat.), compare Mar. 1:11; 9:7; Col. 1:13). 7, 8 Esta seccin subordinada desarrolla el v. 6b. En nuestra unin con Cristo ya participamos de los beneficios de la redencin futura del mundo del mal que Dios asegur por medio de la muerte expiatoria de Cristo (la sangre es una metfora bblica que representa la muerte de sacrificio para la expiacin [fuera la muerte con prdida de sangre, o no; cf.cf. Confer (lat.), compare Jon. 1:14], porque originalmente lo que se ofreca en realidad era la sangre de los sacrificios de animales). El beneficio particular que Pablo destaca para mencin especial aqu (como en Col. 1:14) es el perdn de nuestras transgresiones, no porque sea la nica parte de la bendicin futura que ya experimentamos ahora, sino porque es la raz de las otras. Hasta que se haya solucionado el problema de los pecados, la humanidad est separada de Dios y de sus beneficios (ver 2:13; 1122; 4:1719; 5:814). En realidad, Pablo aclara que la gracia del perdn va acompaada de las otras gracias de sabidura y entendimiento espirituales, que constituyen el centro de nuestro andar con Dios como Padre (y por la profundizacin de la cual ora en 1:1523; 3:1419). 9, 10 Esta seccin vuelve a la afirmacin de lo que Dios ha hecho y, por lo tanto, por qu es digno de ser alabado, y constituye el clmax de esa afirmacin. Dios nos ha hecho conocer, tanto en entendi miento como en experiencia, el misterio que siempre ha estado en el centro de su voluntad. En Ef. misterio significa algo demasiado magnfico para ser comprendido en su totalidad. El misterio que Dios nos ha hecho conocer es la implicacin central de lo que l se propuso en Cristo, es decir, en su ministerio, muerte y resurreccin-glorificacin. Es un misterio relativo al cumplimiento de los tiempos, lo cual, ante todo, denota los tiempos que siguen al fin de esta era (el reino de Dios y

    la nueva creacin). Pero Pablo cree que el cumplimiento de los tiempos ya est anticipado en que Cristo est en el trono en los lugares celestiales, y que los creyentes comparten eso con l. El contenido del misterio es la intencin de Dios de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que estn en los cielos, como las que estn en la tierra (la expresin en la RVARVA Reina-Valera Actualizada [ver tambin BJBJ Biblia de Jerusaln], que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza , es el resultado de una mala etimologa, aunque a la luz de los vv. 2023, expresa bien cmo es que Pablo cree que Dios llevar a cabo esa unidad). Para comprender la significacin teolgica de esta unidad, y su importancia central en la carta, ver la Introduccin. Esen cialmente, entonces, Dios es digno de ser alabado porque nos ha mostrado en Cristo y en la iglesia el comienzo de su plan maestro para restaurar al cosmos a s mismo, y a la armona perdida a causa de la rebelin y consiguiente separacin. 11, 12 Al igual que la prxima seccin, estos versculos ya no centran la atencin en la actividad de Dios y, como los vv. 7, 8, exploran nuestra participacin en todo esto en Cristo. En parte repiten la se guridad de que al unirnos con Cristo estamos predestinados a convertirnos en trofeos de la gracia de Dios que provocan alabanza a Dios por parte de la creacin (cf.cf. Confer (lat.), compare 6a). Este nfasis en la ordenacin previa no anula la realidad de la eleccin y responsabilidad humanas, como lo aclaran las apelaciones que se encuentran en el resto de la carta, sino que nos aseguran del poder soberano de Dios, que todo lo abarca, y su propsito directivo que acta en el creyente (ver Carson). Tal nfasis habra sido particularmente apropiado para los lectores de la zona de Efeso que tenan una tendencia especial a temer a la influencia decisiva de otros poderes (ver Arnold). Muchas traducciones (especialmente la BJBJ Biblia de Jerusaln) y comentaristas consideran que el v. 12 hace una distincin entre nosotros los judos o cristianos judos, que primero

  • hemos esperado en Cristo, y vosotros (13), los cristianos gentiles que llegaron luego a la fe. Pero el nosotros en los vv. 310 se refiere a todos los creyentes (no slo a los judos), y aqu tambin (ver Lincoln). Es correcto como traduce la RVA Reina-Valera Actualizada el v. 12: para que nosotros, que primero [es decir, ahora] hemos esperado en Cristo, seamos [entonces, en el juicio final] para la alabanza de su gloria. 13, 14 La seccin final destaca la participacin de los lectores en todo esto (as, el cambio a vosotros). En Cristo, habiendo credo el evangelio, ellos tambin fueron sealados como pueblo de Dios (p. ej.p. ej. Por ejemplo Eze. 9:46 y Apoc. 7:18, la idea de que Dios pone una marca de identificacin en sus hijos). El sello utilizado para marcarlos era nada menos que el don prometido del Espritu Santo. Co mo en Hech. 2, la promesa en cuestin es principalmente la de Joel 2:28, 29, pero comprendida en forma distintivamente cristiana. Por medio de este don ellos recibieron sabidura e iluminacin para comprender lo que el evangelio implica (1:1720; cf.cf. Confer (lat.), compare 3:5); fortaleza interior en el evangelio (3:16; cf.cf. Confer (lat.), compare 6:17); acceso a Dios y a Cristo, y la presencia de la deidad habitando en ellos (2:18, 22; 3:16, 17); el comienzo de la unidad csmica prometida (4:3, 4); inspiracin para una vida piadosa y una adoracin en gratitud (4:30; 5:1820) y ayuda en la oracin (6:18). Todas estas actividades marcan a los creyentes como pueblo de Dios y son indispen sables para la existencia cristiana continuada. El sello del Espritu no es una especie de segunda bendicin; el habiendo credo (13b) significa efectivamente cuando cresteis, es decir, una vez que pusisteis vuestra confianza en el evangelio (DHH Dios Habla Hoy, cuando creyeron en Cristo). Estas actividades del Espritu anticipan en tipo y calidad lo que l har ms plenamente en la nueva creacin, de modo que el Espritu con el que Dios nos marca como posesin suya es tambin correctamente llamado la garanta, las arras, prenda, o aun

    la primera cuota de nuestra herencia (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 8:23; 2 Cor. 1:22; 5:5). Pero las bendiciones que ahora recibimos slo son una figura de lo que vendr: segn Pablo an aguardamos nuestra herencia en la redencin final y total del mundo que Dios llevar a cabo al final de los tiempos. En 4:30 Pablo nuevamente hace hincapi en esto, recordndonos que fuimos sellados con el Espritu para el da de la redencin que vendr. Entonces el propsito de Dios, iniciado en Cristo, ser llevado a su consumacin, y vindolo desde el comienzo hasta el final evocar la alabanza que la creacin da a su Creador. 1:15-2:10 Pablo comienza su informe relacionado con su gratitud, y sus oraciones por los lectores de la carta 1:1519a Palabras de accin de gracias. En las cartas griegas se acostumbraba comenzar con una declaracin de agradecimiento a los dioses, y asegurando a los lectores que se estaba intercediendo por ellos. Pablo utiliz normalmente esta forma, aunque desarrollndola en una forma distintivamente cristiana. La accin de gracias en s misma (15, 16), que es especficamente por lo que Dios est haciendo en los lectores y, por lo tanto, tiene un enfoque diferente de los temas ms generales de un panegrico, es breve, comparada con sus otras cartas (aunque Gl. no tiene ninguna), y notablemente desprovista de detalles personales (cf.cf. Confer (lat.), compare Col. 1:3, 4 y Film. 4, 5, que siguen otro modelo). El informe sobre sus oraciones que sigue es, sin embargo, extraordinariamente largo, y mucho ms en tretejido con enseanzas que lo habitual. Se prolonga al menos hasta el v. 23 (en gr., los vv. 1523 son, en realidad, una oracin gramatical compuesta) o ms probablemente hasta 2:10, y Pablo lo retoma en 3:1, 1421. Estos fenmenos poco comunes probablemente se explican por el propsito general de la carta y por la intencin de que

  • fuera leda en varias congregaciones sin relacin entre s. La oracin habitual de Pablo por sus lectores es, dice l, para que reciban espritu de sabidura y de revelacin (17), es decir que sean iluminados; que conozcan a Dios ms profundamente, y que comprendan la naturaleza de la esperanza cristiana (18) y la naturaleza del poder de Dios que ya acta en los cristianos (19a). Esta ltima afirmacin la ejemplifica en dos formas diferentes: dice que ha sido revelada en la resurreccin y exaltacin de Cristo mismo (19b23), y se revela en que nosotros hemos sido trados de la muerte espiritual a la vida en unin con Cristo (2:110). 15, 16 La expresin inicial, por esta razn, se retrotrae a 1:14, y por intermedio de este versculo a la totalidad de 1:314. Pablo da gracias por los lectores de la provincia romana de Asia porque Dios los ha llevado a participar de su salvacin. Brevemente, da gracias tambin por lo que ha odo sobre su fe y su amor (como en Col. y Film.), indicando que ve estas caractersticas como frutos de la gracia de Dios. Estos versculos son claras evidencias de que Pablo no estaba escribiendo principalmente a Efeso (donde permaneci durante tres aos); muestra un conocimiento ms detallado de las congregaciones colosenses en las acciones de gracias de las cartas destinadas a ellas (y nos dice que nunca las visit personalmente: Col. 2:1) de lo que muestra aqu. 1719 Estos tres versculos centran la atencin en el contenido de la oracin de Pablo. La oracin del v. 17 pidiendo espritu de sabidura y de revelacin es representativa de una forma de hablar tpicamente juda; significa que Pablo ora para que experimenten al Espritu que ya han recibido, otorgndoles estas cosas. Ntese que el propsito de la peticin no es que reciban una informacin especial, sino que tengan una percepcin y un conocimiento ms profundos de Dios mismo (tal como se ha revelado en Cristo). Sabidura, iluminacin y

    revelacin eran los dones ms tpicos que un judo poda esperar del Espritu. Se menciona poder con mucha menos frecuencia (cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 31:3; Deut. 34:9; Isa. 11:2; 1 Enoc 49:3; 1QS 4:35). La oracin del v. 18 es igualmente una oracin para pedir que les sean abiertos los ojos de su entendimiento espiritual. Algunas versiones traducen lit.lit. Literalmente corazn (BJBJ Biblia de Jerusaln; y ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada) que es un sinnimo parcial de mente, voluntad y espritu, y significa el centro de percepcin y decisin. Aunque Pablo, ms que todos los escritores del NTNT Nuevo Testamento, deseaba explicar y argumentar su teologa para el entendimiento racional, tena en claro que sta slo es una parte de la tarea. El corazn de una persona no necesita solamente conceptos teolgicos ms refinados, sino la obra del Espritu integrando estos con su percepcin y as reestructurando su voluntad y su vida. Pablo ora para que sus lectores puedan conocer (comprender) la esperanza que los espera en este sentido ms pleno. Si realmente comprenden que Dios desea hacer de ellos, junto con to dos los santos, una maravillosa herencia para s mismo, ese conocimiento (por su gracia, ser un prncipe, no una rana) los transformar con gozo y amor. Israel es frecuentemente descripto como herencia de Dios en el ATAT Antiguo Testamento: ver, p. ej.p. ej. Por ejemplo Deut. 4:20; Sal. 33:12; Isa. 63:17; Jer. 10:16. Aqu Pablo lo aplica a la iglesia glorificada, y ora para que ellos comprendan la esperanza que domina su panegrico inicial (1:14, 5, 6, 12). La tercera parte de la oracin de Pablo (19a) es que los lectores comprendan la naturaleza y la potencia del poder de Dios que ya est actuando en ellos. Si los creyentes miran solamente lo que ven que Dios est haciendo en sus propias vidas ahora, fcilmente pueden subestimar el poder de Dios, sobre todo porque se manifest en un amor con forma de cruz. Los lectores de Efeso, viniendo como venan de un

  • ambiente plagado de creencias mgi cas, quiz hayan considerado que el poder de Diana era ms imponente y temible que el de Dios (Diana de los efesios era considerada la reina de los poderes celestiales, incluyendo los potentes poderes del zodaco, y los dioses del mundo subterrneo; ver Arnold). Esto podra haber erosionado su confianza en Dios, y debilitado su determinacin en el conflicto espiritual en el que estaban involucrados. Pablo saba que las dimensiones especta culares del poder de Dios en su pueblo slo seran plenamente reveladas al final de esta creacin (por eso, lo que dice en 1:5, 6, 9, 10, 14), pero poda mostrar a los lectores dnde mirar en el presente para verlo (1:19b2:10). 19b23 El poder salvador de Dios revelado en la resurreccin-exaltacin de Cristo. Dado que Cristo es el Hombre verdaderamente representativo, su resurreccin y glorificacin son una figura de lo que Dios cumplir en nosotros (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 15:4549; Fil. 3:21). Existe, naturalmente, una diferencia: la autoridad con la cual fue investido Jess en su exaltacin es nica, aunque hay un sentido en que la compartimos (ver 2:6). Pero es esta misma diferencia la que lleva a Pablo a otra forma de asegurar a los efesios del poder de Dios en ellos, ya que termina diciendo que Jess, a quien le ha sido dado todo el poder, es dado por Dios a la iglesia, la cual l llena (22, 23). Eso, por supuesto, significa que la plena autoridad y poder con que ha sido investido Jess estn activos en la iglesia. Las afirmaciones de que Jess haba resucitado y que estaba exaltado a la diestra de Dios (20) eran tradicionales en la iglesia, y la ltima es parafraseada en el lenguaje del Sal. 110:1 (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 2:3436; Rom. 8:34; Col. 3:1 y Heb. 1:3, 13). Habla de la entronizacin de Jess como gobernador csmico a quien le es dado el lugar de honor en el crculo celestial (de ah, en los lugares celestiales). Jess no ha perdido su influencia terrenal por la ascensin, precisamente lo opuesto: ha sido llevado al lugar donde tiene la

    mxima influencia sobre los asuntos de la tierra. Por ello, ningn otro poder o potestad, ni en la tierra ni en el cielo, bueno o malo, puede compararse a l; su autoridad, como aquel que est a la diestra de Dios, es sobre todo (21). Los lectores originales habran comprendido el concepto: ninguno de los poderes que ellos tendan a temer podra compararse con Jess. Mientras que en el Sal. 110:1 Dios invita al Seor celestial a sentarse a su diestra hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies, el v. 22a aqu insiste en que Dios ya someti todas las cosas bajo los pies de Jess. Esto no significa dejar de ser realista acerca de la continuidad del mal, sino un pasar del lenguaje del Sal. 110 al del Sal. 8:6. (Pablo hace lo mismo en 1 Cor. 15:2527.) Aqu, Jess se ve como un segundo Adn a quien se le da la tarea de ejercer dominio sobre el cosmos. Como tal, l es cabeza sobre todas las cosas (22b), es decir, gobernante o dueo, un significado de cabeza que ha sido bien comprobado en el gr. bblico y en otros lugares. La esencia de lo que sigue en el v. 22b es, entonces, bien traducida por la RVARVA Reina-Valera Actualizada: Dios le puso a l por cabeza sobre todas las cosas para la iglesia. Pablo difcilmente podra haber dado un retrato ms dramtico del poder que acta en la iglesia pero, para enfatizarlo aun ms, describe a la iglesia de dos maneras diferentes. Primera, denomina a la iglesia cuerpo de Cristo (23a). En 1 Cor. la iglesia, como cuerpo de Cristo, tiene sus propios odos, ojos y cabeza (1 Cor. 12:1621): es un cuerpo completo que pertenece a Jess y est ntimamente unido a l (1 Cor. 6:15; 12:12). Probablemente, es lo que Pablo quiere decir aqu tambin, no que la iglesia sea apenas un torso sin cabeza, para la cual Jess mismo es la cabeza; ya que el v. 22 describe a Jess como cabeza del cosmos, no de la iglesia, y utiliza cabeza en el sentido de gobernador, no de parte anatmica. Pero describir a la iglesia como su cuerpo, tan poco tiempo despus de haber descripto a Jess co mo cabeza, casi inevitablemente destaca al

  • menos la connotacin de la unin entre ambos (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:16; 5:23, 28, y el ms notable, l es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia en Col. 1:18). 23 Contina describiendo a Jess como aquel que todo lo llena en todo (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:10). Llenar es una metfora de estar presente en, y activo en relacin con, o extender su influencia, o regir sobre. Co mo cabeza sobre todas las cosas, Jess las llena; as, entonces, comienza a cumplir el misterio del que se habla en los vv. 9 y 10, comienza la tarea de dominar la rebelin y traer todas las cosas a la unidad y la armona en s mismo. Pero, dice Pablo, la iglesia es, de manera suprema, su plenitud (es decir, aquello que l llena); y lo explicar ms detalladamente en 2:122. En suma, Pablo ora para que sus lectores comprendan que el poder que obra en la iglesia es el mismo poder que producir la nueva creacin, un nuevo universo en total armona, unido bajo Cristo. En su unin con Cristo la iglesia ya ha recibido un anticipo de ese final. 2:110 El poder salvador de Dios revelado en la salvacin de la iglesia. Es lamentable que se haya realizado una divisin para comenzar un nuevo captulo aqu, ya que hay buenas razones para creer que esta seccin forma un prrafo nico con 1:1523. All Pablo explic el poder de Dios en la iglesia tal como se revela en la resurreccin del Hombre representativo, que es el don que Dios ha dado a la iglesia para ser el gobernador exaltado del cosmos, a la iglesia. Aqu Pablo desea atraer la atencin ha cia el mismo poder de Dios, pero ahora en la medida en que este se revela en la accin de Dios de sacarnos de la muerte e introducirnos en la vida. Co mienza en el v. 1 con el conectivo directo y (que la RVARVA Reina-Valera Actualizada omite), y parece que quiso escribir y vosotros, estando muertos en vuestras transgresiones y pecados, os dio vida con Cristo (en paralelo con Col. 2:12, 13; 3:1, 2). Sin embargo, de bi desviarse de esta afirmacin directa para explicar eso de estar muertos en

    vuestros delitos y pecados. Y luego de pintar un panorama sombro de la anterior condicin de sus lectores (2), necesitaba dejar en claro en el v. 3 que no solamente vosotros, sino nosotros, fuimos los que estbamos en esa situacin de la que Dios, misericordiosamente, nos salv. Finalmente, en los vv. 5 y 6, Pablo vuelve al punto en que comenz, pero ahora en la primera persona del plural: Aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo Aqu se revela aun ms la naturaleza del poder de Dios en la iglesia que Pablo ora para que sus lectores comprendan, porque ciertamente dar significado a sus vidas, gozo a sus corazones, adoracin agradecida a sus labios y fortaleza a su lucha. 13 Estabais muertos en vuestros delitos es, nuevamente, una forma juda de expresin; su fuerza es hermosamente ilustrada por un midrash (comentario judo) sobre Ecl. 9:5 que habla de los malvados que an mientras viven son llamados muertos. Aquellos que estn atados al pecado estn destinados a la muerte y, por lo tanto, ya pertenecen a su reino; aquello que consideran como la vida es nada ms que un anticipo de la muerte, ya que no tiene a Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 5:24; 1 Jn. 3:14 y 1QH 11:1014). Aunque en otros lugares Pablo ensea que este estado de cosas es el resultado del pecado, se no es el concepto aqu; en cambio, la condicin en vuestros delitos y pecados es lo que caracterizaba su existencia anterior. Estas cosas eran el fruto corrupto de su muerte. En el v. 2 Pablo atribuye es ta vida marcada por el pecado fundamentalmente a dos factores relacionados entre s: la influencia de este mundo (es decir, la creacin cada actual y las fuerzas que sta genera en la sociedad, vistas como en rebelin a Dios y en contraste con la nueva creacin o nueva era que se espera), y la influencia de Satans, descripta aqu como el prncipe de la potestad del aire. El gr. aer denotaba los cielos ms bajos, los ms cercanos a la tierra y muchas veces se consideraba que eran el lugar donde

  • habitaban los seres espirituales de maldad. La idea de que Satans acta en los hijos de desobediencia (BJBJ Biblia de Jerusaln, en los rebeldes) se halla en otras partes de la literatura juda; p. ej.p. ej. Por ejemplo en La Ascensin de Isaas se dice que Satans se regocij en Jerusaln por causa de Manass y lo fortaleci para que llevara a la apostasa y la falta de la ley que se difundi en Jerusaln (2:24; cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Rey. 21; 2 Crn. 33). Esto podra sonar como un determinismo al mal por el cual no somos responsables, pero el v. 3 tambin culpa con igual justicia a nuestra propia naturaleza rebelde con sus deseos y pensamientos corruptos. Todo esto hizo que furamos lo que Pablo denomina hijos de ira (como bien traducen la mayora de las versiones castellanas; BJBJ Biblia de Jerusaln, destinados a la clera); es decir, aquellos que son condenados a sufrir la santa ira de Dios dirigida al pecado. 47 Lo que Dios, entonces, en su amor y misericordia ha hecho concretamente por nosotros se presenta como un contraste directo y asombroso con la condenacin que visualiza el v. 3, y as, de esta manera tan dramtica, revela la naturaleza del poder de Dios que acta en nosotros. El v. 5 lo muestra como un poder de resurreccin que nos transfiere de la muerte a la vida. Esto podra ser entendido sencillamente como la metfora de una relacin restaurada (como en Luc. 15:32), pero probablemente signifique algo ms que eso. Decir que nos dio vida (la expresin se refiere comnmente a la resurreccin) juntamente con Cristo parece ser una forma abreviada de decir: Seremos resucitados juntamente con Cristo a una vida en la nueva creacin, y podemos hablar de eso como si fuera algo ya logrado porque, primero, el hecho decisivo de la resurreccin del Hombre representativo, Jess, ya sucedi, y segundo, ya comenzamos a participar de algunos aspectos de esa vida en la nueva creacin en nuestra actual unin con l.

    Lo mismo debe decirse para el v. 6, que habla de que hemos sido exaltados y sentados con Cristo en los lugares celestiales (es decir, con Cristo en su trono, a la diestra de Dios; el v. 6 sigue el modelo de 1:20). Aunque Pablo ensea que los creyentes participarn del juicio y del gobierno de la nueva creacin (ver, p. ej.p. ej. Por ejemplo 1 Cor. 6:2; cf.cf. Confer (lat.), compare Apoc. 3:21), con igual firmeza insiste en que no es as todava (1 Cor. 4:8). Estos versculos, en realidad, no dicen co sas demasiado diferentes entre s. Muchos comentaristas han instado a creer que Ef. aqu se separa del Pablo verdadero, enseando que la salvacin est completa, la batalla ha concluido, y que los creyentes ya reinan en los lugares celestiales. El escritor (que generalmente se cree es un discpulo de Pablo) es, entonces, acusado de ser triunfalista. Pero este concepto no toma en serio el nfasis en la esperanza de 1:323; y resta importancia a 4:205:15, 6:1018 y en especial a 6:12, que ciertamente muestran la existencia cristiana actual como en conflicto con las conductas de nuestra vieja humanidad pecadora, y con los pode res de esta era. Los vv. 5, 6 pueden comprenderse mejor si se considera que apuntan hacia adelante: lo que dicen es ahora muy cierto slo de Cristo, pero puede ser afirmado con respecto a nosotros en el sentido secundario de que l nos re presenta, de que l determina nuestro futuro y que estamos unidos a l ahora por el Espritu. En forma similar, el tiempo presente perfecto con que traducen la BABA Biblia de las Amricas y BJBJ Biblia de Jerusaln habis sido salvados en el v. 5 (y v. 8) no significa que el escritor piense que nuestra salvacin ya est completa, sino que nuestra completa salvacin ya ha sido asegurada y revelada en Cristo, y se est produciendo en nosotros: realmente hemos comenzado a experimentar el ser transferidos del reino de la muerte al de la resurreccin y la vida. Estos versculos deben ser entendidos como una elucidacin ms completa de la clase de afirmacin que Pablo hace en Col. 1:13; 3:1

  • 4. El v. 7 (como un eco de 1:6, 7, 18, 21) nos muestra que es el futuro el que revelar la salvacin y la gracia que ahora slo se conocen por fe. 810 Este resumen, en parte repite el lenguaje de los debates en Gl. y Rom. sobre la justificacin por la fe sin compromiso con la ley mosaica. Lo que Pablo quiere destacar aqu, no obstante, es algo diferente, si bien complementario. Dice que la salvacin que hemos experimentado ya, al ser transferidos de muerte a vida en unin con Cristo, es una revelacin dramtica del poder de Dios, lle no de gracia, precisamente porque deriva por completo de l. No es producto de, ni recompensa dada por, nuestras obras; es el don de Dios para la fe (el gr. que usa Pablo no sugiere que est diciendo que la fe tambin sea puramente gracia de Dios, aunque eso quede implcito a partir de otras consideraciones). Esto, aclara rpidamente Pablo, no significa que las obras carezcan de importancia. Pero nuestra vida y nuestras obras anteriores slo contribu yeron a la condenacin de la que necesitbamos ser liberados. En contraste con esto, el v. 10 presenta a nuestra salvacin en trminos de la nueva creacin que Dios hace de nosotros en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 35; 5:17; Gl. 6:15). De esta forma, con Jess, somos primicias de la nueva creacin y hemos sido transformados para que realmente podamos hacer verdaderas buenas obras. Esto ser explicado en mayor detalle en 4:176:20. 2:11-22 Una digresin: la iglesia, la reconciliacin csmica y la unidad; el nuevo templo Aqu Pablo deja de hablar de sus oraciones por los lectores de su carta y, por lo tanto, en trminos formales, los vv. 1122 constituyen una digresin. No obstante, en otro sentido, son el corazn teolgico de la carta; porque las verdades contenidas en ellos subyacen y explican el panegrico y la oracin de Pablo, y refuerzan su mensaje. Si Ef. es la corona de los

    escritos teolgicos de Pablo, 2:1122 es quiz la gema principal; pero como una piedra bellamente tallada tiene una profundidad y una sutileza que no son fciles de resumir. Estructuralmente, la seccin es dominada por un contraste entonces-ahora (que ampla el anterior, similar, en los vv. 17). Comienza en los vv. 1113 que subrayan principalmente el entonces (ntese en otro tiempo [v. 11], en aquel tiempo [v. 12], y el contrastante ahora en Cristo Jess [v. 13]) y se resume en los vv. 1922, que enfatizan el ahora. Los vv. 1416 (con el resumen de los vv. 17, 18) presentan la parte central y la transicin, dividiendo as la totalidad de los vv. 1122 en tres partes. El contraste entre el entonces y el ahora que hace Pablo se presenta principalmente en trminos del gran tema de la anterior separacin (12, 19), exclusin (13) u hostilidad (16), y la actual reconciliacin (16), unidad (15, 16) o paz (17). En resumen, el pasaje nos habla de cmo Dios ha comenzado la reconciliacin csmica que fue su plan eterno (1:9, 10). Existen dos importantes dimensiones en esto. Los vv. 1115 se concentran primordialmente en cmo, en Cristo, la gran barrera que separaba a judos y gentiles ha sido quitada, y los gentiles son unidos al Israel creyente. Podramos llamar a esto reconciliacin horizontal. Pero los vv. 1622 tienen un nfasis diferente; explican cmo tanto judos como gentiles son reconciliados con Dios (16, 17), reciben acceso a l (18), y cmo entran al templo celestial en que l habita (1922). Podemos llamar a esto reconciliacin vertical. Tendremos que observar cuidadosamente cmo estas dos reconciliaciones se relacionan (y cmo se llevan a cabo) en los comentarios ms detallados sobre las secciones individuales. 11-13 La primera seccin llama a los lectores, predominantemente cristianos gentiles, a recordar su anterior estado, apartados del pueblo de Dios. Ellos eran entonces lo que muchos judos llamaran la incircuncisin. La circuncisin era la seal del pacto con Israel y, por lo tanto, lo que distingua a los judos del

  • resto del mundo. El judasmo poda por tanto referirse a s mismo como la circuncisin, es decir, el pueblo del pacto de Dios, y despreciar al resto del mundo que estaba fuera del pacto, llamndolo la incircuncisin. El punto central no era que slo los judos practicaran esa operacin quirrgica menor (otros semitas tambin lo hacan), sino su significacin como un rito de entrada al pacto mosaico. Pablo comienza su descripcin de la condicin anterior de los gentiles, utilizando el lenguaje que cualquier judo usara para referirse al estar fuera del pacto. Igualmente claro, sin embargo, es que Pablo no estaba satisfecho con esta forma de llamar a las cosas, y siente que necesita aclararlo diciendo que nicamente los judos son los de la llamada circuncisin. Para Pablo, la de ellos se trata de una circuncisin realizada meramente por hombres, ya que, para l, la mayora de las veces la circuncisin de los judos es nada ms que una operacin externa, y la relacin con Dios que se supone que sta simboliza no se ha convertido en una realidad interna obrada por Dios. Para Pablo es la familia de la fe y su relacin con Dios la que realmente cumple lo que significa la circuncisin (ver Rom. 2:28, 29), y esto se aplica ms profundamente a los cristianos (Fil. 3:3; Col. 2:11). Pablo vuelve al punto principal en el v. 12. Anteriormente, como gentiles incrdulos, sus lectores no podran haber tenido parte con Cristo, porque el Mesas es primero que nada rey de Israel (Rom. 9:5). Estaban separados de la ciudadana de Israel: el pueblo de Dios que recibe su bendicin. El hecho de que Pablo eligiera la palabra ciudadana sugiere que no est pensando aqu en la nacin de Israel, sino ms particularmente en los fieles judos vistos como viviendo una teocracia. La exclusin de los gentiles de la comunidad del pueblo de Dios significaba que no tenan parte en los pactos que prometan la salvacin mesinica. (El lenguaje aqu hace fuerte eco de Rom. 9:4.) Quiz hayan tenido muchas esperanzas y dioses, pero estos habran resultado ser

    huecos, ya que los gentiles estaban sin el verdadero Dios y sin la esperanza que l daba, y que ahora estaba comenzando a cumplir. Ahora en Cristo Jess (13), la situacin de ellos ha cambiado drsticamente, y Pablo elige una metfora bblica muy comn para expresar el contraste. El concepto de estar acercados y lejos se origina en Isa. 57:19, y domina la descripcin de Pablo en los vv. 17 y 18 (en los que, en realidad, usa las mismas palabras que Isa.). En el v. 13, sin embargo, utiliza el lenguaje en una forma que refleja ms cercanamente el uso de esta metfora en el judasmo contemporneo. El verbo acercar se haba convertido en un trmino comn para significar el hecho de hacer que un no judo se hiciera proslito, unindolo as a la congregacin de Israel. Esto haca que la persona estuviera cerca en dos sentidos, ambos atestiguados en el judasmo. La persona se acerca al resto del pueblo de Dios y se acerca al Dios del cual ese pueblo est cerca. Tiene acceso al templo (el lugar especial de la presencia divina) y al Dios que estaba presente, en forma ms general, en medio de su pueblo. Como veremos, Pablo est pensando en un pueblo de Dios transformado y en un templo celestial, pero por lo dems, las figuras utilizadas en el v. 13 son similares. 1418 En estos versculos llegamos al corazn mismo de la manera en que Pablo entenda el evangelio de la reconciliacin. Comienza en los vv. 14 y 15 con la dimensin horizontal. Se dice primero que Jess es nuestra paz, en el sentido de que l uni las dos grandes partes en que estaba dividida la humanidad (la incircuncisin y la circuncisin). El (en principio!) destruy la hostilidad entre judos y gentiles, quitando la gran barrera que los separaba, y que inevitablemente se haba convertido en ocasin de sospechas y animosidad mutuas. La barrera en cuestin era la ley mosaica, con su detallado cdigo de santidad, que haca imposible que los judos fieles vivieran en estrecha proximidad con los gentiles. En cuanto a estas reglas, la carta de Aristeas (c. 100 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo)

  • sostiene que el legislador *Moiss] nos rode de empalizadas firmes y muros de hierro para evitar que nos mezclemos con cualquiera de los otros pueblos en cualquier asunto, mantenindonos as puros de cuerpo y alma adorando al nico Dios todopoderoso (139), o, nuevamente: Y por lo tanto, para que no furamos contaminados por nadie, ni furamos infectados con perversiones al asociarnos con personas sin valor, l nos ha cercado por todos lados con purificaciones prescritas en asuntos de comida y bebida, de tocar y de escuchar y de ver (149). La barrera material que en el templo prohiba el paso de los gentiles, so pena de muerte, a los atrios donde adoraba Israel, era apenas la expresin externa de los requisitos de la ley mosaica. La enemistad que la ley de Moiss haba causado entre la humanidad pecadora, se nos dice, fue derribada en su carne (14), una referencia a la muerte de Cristo en la cruz que Col. expresa como el despojarse del cuerpo pecaminoso carnal (Col. 1:22; 2:11, 12; ver v. 16). Fue derribada cuando la ley mosaica, como una unidad y como un pacto indivisible con Israel, fue transcendida y reemplazada por las condiciones de la nueva creacin y correspondiente pacto, inaugurado en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 3:318). Que esto no significa que Pablo est en contra de la ley debiera resultar claro en base al resto de la carta (ver el uso especfico de la Torah en 5:316:3). En cambio, el buen propsito para el cual sirvi la ley mosaica, al preservar a Israel de la influencia impa de las otras naciones, dio lugar al propsito aun ms elevado declarado en el v. 15 y que refleja el plan eterno de Dios (1:9, 10). Dios deseaba crear un solo hombre de judos y gentiles. Para comprobar la importancia central de este concepto en la teologa de Pablo vase, p. ej.p. ej. Por ejemplo 1 Cor. 12:13; Gl. 3:28 y Col. 3:11. 16 Nos hace volver ahora la atencin a la dimensin vertical. Hasta aqu casi podramos tener la impresin (reflejada en la forma en que Marcus Barth entiende el pasaje) de que el

    acontecimiento de Cristo deja a la condicin de Israel casi sin cambios: los gentiles son meramente agregados a l, y as benditos con l. Ese, sin embargo, no es el concepto que quiere dar Pablo, ya que contina afirmando que ese solo cuerpo creado de judos y gentiles fue reconciliado con Dios en la cruz. Esto presupone que Israel tambin sufri una separacin de Dios por el pecado (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:3) que deba ser superada en la cruz; y que slo experimenta esa reconciliacin en la medida que participa de la nueva humanidad, el cuerpo de Cristo, la iglesia compuesta de judos y gentiles creyentes. Naturalmente, no debemos forzar nuestra interpretacin de las palabras de Pablo para hacer significar que la iglesia universal de judos y gentiles fuera creada primero, y slo despus de esto reconciliada con Dios en la cruz. Su concepto es, en cambio, que Jess en la cruz represent no slo a los judos sino tambin a la humanidad gentil, como el postrer Adn (Rom. 5:1221; 1 Cor. 15:45; Fil. 2:511). En primera instancia fue en forma nica en s mismo (15) que l hizo un solo hombre nuevo de los dos; y luego slo al unirse a l en un cuerpo se experimenta la reconciliacin csmica. Esto significa que la iglesia en realidad es, para Pablo, una tercera entidad: ni juda, ni gentil, sino una nueva humanidad. Detrs del lenguaje de crear una nueva humanidad yace la esperanza juda de que en el final Dios recrear el mundo en forma ms maravillosa aun que su primera creacin antes de la cada. Como parte de esto, el pueblo de Dios sera transformado, y recibira cuerpos resucitados correspondientes al mundo en que viviran, conformando as una nueva clase de humanidad que vivira en total armona con Dios y entre s. Para Pablo, eso es exactamente lo que comienza con la resurreccin de Cristo, que es el modelo de la nuestra, e inclusive est comenzando en nosotros (ver Rom. 8; 1 Cor. 15:4549; 2 Cor. 35; Gl. 6:15; Fil. 3:21). Pero observemos que todo esto es cierto nicamente en s mismo, en Cristo; es slo la

  • iglesia que est en unin con Cristo la que realmente comienza a experimentar esta unidad csmica. 17, 18 Recapitulan este concepto en trminos de la cita modificada de Isa. 57:19 y una explicacin ms detallada. Las palabras y vino y anunci las buenas nuevas: paz no se refieren ni a la encarnacin y el ministerio de Jess ni al Cristo ascendido por medio de la predicacin apostlica, sino que puede comprendrselas mejor considerndolas como un resumen de los vv. 1416 que se refieren entonces especficamente a la cruz y la resurreccin. Las palabras y anunci paz resuenan como Isa. 52:7, pero el resto sigue aprox. a Isa. 57:19. Originalmente este pasaje se aplicaba a la bendicin de Dios sobre los judos de Jerusaln (los de cerca) y los judos de la Dispora (los de lejos), pero aqu se lo aplica al haber alcanzado un nuevo nivel de cumplimiento en la paz mesinica de reconciliacin que Cristo trae entre creyentes judos (los de cerca) y creyentes gentiles (los de lejos), y entre la nueva humanidad as creada y Dios. El v. 18 rescata este concepto, expresndolo en una metfora tomada de las leyes del templo. En el ATAT Antiguo Testamento, slo el sumo sacerdote, como representante de Israel, tena acceso inmediato a Dios en el sentido de que era el nico que poda entrar al lugar santsimo, y eso solamente en el da de la Expiacin. Israel estaba a cierta distancia, y los gentiles un poco ms lejos. Pero a travs de la muerte y resurreccin de Cristo ambos tienen ahora acceso inmediato a Dios por medio del don del Espritu Santo, que trae la presencia consciente de Dios a cada persona. En todo esto el apstol Pablo no declara explcitamente cmo es que la cruz efecta la reconciliacin entre la humanidad y Dios. El mismo uso de la palabra implica una separacin o enemistad entre ambos lados que ha sido sanada. Por parte de la humanidad, la hostilidad hacia Dios es provocada por nuestra reaccin de rebelda ante su amoroso y justo reclamo de nuestra obediencia filial. Por parte

    de Dios tambin podemos hablar de un cierto elemento de alejamiento de la humanidad; precisamente, de su santa y amorosa ira contra nuestro pecado (2:3; 4:17, 18; 5:36). Es esta ltima la que aqu Pablo, como siempre, cree que es nuestro problema fundamental y que ha sido solucionado en la cruz (es decir, antes de que cualquiera de nosotros creyera y se apropiara de esa reconciliacin que se le ofreca). Por esto continuamente destaca la rica misericordia (4) y gracia (1:2, 6, 7, etc.) de Dios. Aqu s nos dice cmo logra Dios esto: no dice que es por expiacin sustitutiva (para lo cual puede verse, en este comentario, Rom. 3:25; 5:911; 2 Cor. 5:1921; Gl. 3:13). Parece darlo por sabido (1:7; 5:2, 25, 26) y en esta carta parece ms preocupado por hablar en detalle sobre sus consecuencias: la restauracin de la relacin con Dios, y particularmente el alcance universal de la unidad, armona y paz que Dios se propone en Cristo. 1922 Un concepto final subraya la gloria de lo que Dios ha logrado en Cristo para sus lectores gentiles que anteriormente eran los de afuera (retomando lo dicho en el v. 13). Han tenido el privilegio de llegar a ser conciudadanos de los santos, esto es, no de los judos o de los cristianos judos, sino del resto del pueblo de Dios y de ser miembros plenos de la familia [celestial] de Dios (su ciudad-templo). Ya en Gl. 4:26 Pablo haba desairado a los judaizantes, diciendo que los creyentes en Cristo no pertenecen a la Jerusaln terrenal, sino a la celestial (cf.cf. Confer (lat.), compare Fil. 3:20). La fuerza teolgica de esta afirmacin deriva de la presuncin de que la era que vendr ya est hecha realidad en el cielo, y que Jerusaln, tal como ser en la nueva creacin, est esperando para descender (ver, p. ej.p. ej. Por ejemplo Apoc. 21:14 y 21:10:5). Decir que ya somos ciudadanos de esta ciudad-templo es decir que ahora, en unin con Cristo, participamos en esa ciudad celestial que irradia la gloria de Dios, y que ser finalmente revelada y desplazar todo lo que conocemos como realidad en esta era. Puede verse un punto de vista similar, es decir,

  • que la iglesia ahora participa en y manifiesta la adoracin de la congregacin glorificada de los santos de los ltimos tiempos en la ciudad celestial, en Heb. 12:2224. La idea de ser miembros de la ciudad-templo contina el tema del acceso a Dios presentado en el v. 18, dado que la ciudad celestial est llena de la radiante presencia de Dios. Ciertamente, segn Apoc. 22:5, l mismo es su luz, desplazando noche y da. En los vv. 2022 tenemos esencialmente el mismo mensaje, pero con un ligero cambio de conceptos. Los creyentes son ahora retratados como las piedras mismas con las que ese templo celestial est siendo construido gradualmente. Gran parte de los judos esperaba un nuevo templo en la Jerusaln de la era venidera, y ya algunos de ellos haban llegado a pensar que el pueblo de Dios constituira esa santa morada de Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare la enseanza de Jess en Juan 2:19). Este es el punto de vista que se expresa aqu, y se dice que ya est cumplindose (como en 1 Cor. 3:16, 17; 2 Cor. 6:16, 17; 1 Ped. 2:410). Los lectores de Pablo estn, dice el Apstol, ahora mismo siendo edificados sobre el fundamento de los apstoles y de los profetas. La sintaxis gr. en esta expresin, en que un artculo rige a los dos sustantivos (como en 3:5), sugiere un grupo fundacional, los apstoles funcionando como profetas (es decir, que traen revelacin), y no dos (como sugiere aqu la RVARVA Reina-Valera Actualizada), aunque en 4:11 se habla de un grupo separado de profetas. Jess mismo se identifica como la piedra angular, aquella a partir de la cual se construye el resto del fundamento hacia afuera, siguiendo la lnea de lo que sern las paredes. El punto central aqu sera, entonces, que el templo se construye hacia arriba y hacia afuera a partir de la revelacin dada en Cristo, por medio de la elaboracin e implementacin reveladora del misterio a travs de las figuras proftico-apostlicas (ver 3:411, en especial el v. 5). Pero todo est edificado sobre Cristo, sostenido

    por l, y la forma del edificio es determinada por Cristo, la piedra angular. Una interpretacin alternativa hace de Cristo la piedra clave (la ltima que se agrega, la que mantiene unida a toda la estructura del edificio); pero esto depende de un sentido que slo despus tom la expresin piedra angular, y no se presta verdaderamente para el concepto de un templo en construccin, ya que implicara que Cristo an no tiene lugar en l. El ltimo versculo del captulo recuerda a los lectores el enorme privilegio que significa para ellos ser parte de toda esta construccin. Son incorporados a ese edificio, la iglesia nica y universal, la cual Dios constituye en morada de l por medio del Espritu. Y son incorporados a l precisamente al unirse con Cristo, en quien todas las cosas estn siendo llevadas a la armona y la paz csmicas, que pueden existir gracias a la reconciliacin iniciada en la cruz. 3:1 Pablo contina hablando sobre sus oraciones por los lectores Despus de su importante digresin (2:1122) Pablo retoma en el v. 1 el informe sobre su oracin por las iglesias gentiles (1:152:10). Pero, habindose presentado a s mismo como sujeto de la frase, se desva hacia una segunda digresin, aun antes de llegar al verbo principal! Todas las versiones castellanas respetan la interrupcin, aunque la DHHDHH Dios Habla Hoy redondea este corte abrupto, traduciendo yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jess , pero Pablo mismo no termina la frase sino en el v. 14, en que repite las palabras iniciales. (Esto es prueba de que la carta es real, escrita con cierto apuro; no es una cuidadosa presentacin actualizada de la teologa de Pablo escrita por una generacin posterior.) 3:2-13 Una digresin: el ministerio apostlico de Pablo Pablo se aparta bruscamente de lo que estaba por decir, porque, luego de haberse presentado

  • brevemente en el v. 1, siente que debe ampliar esa presentacin antes de continuar (ver nota en la BABA Biblia de las Amricas). Ha sostenido que es un hombre de Cristo Jess que est preso (eso es lo que significa prisionero de Cristo Jess, no que Jess sea el carcelero!) a favor de vosotros los gentiles Este ltimo concepto es el que necesita ser elaborado. Su apostolado a los gentiles es lo que domina los vv. 213, ampliando y reorganizando el contenido de Col. 1:2329. La seccin est compuesta por tres oraciones en gr. Los vv. 27 retoman el tema de la revelacin del misterio de la reunificacin csmica en Cristo, introducido en 1:9, 10 y 2:20: una revelacin en la que se destaca la inclusin de los gentiles (6). La segunda frase, vv. 812, centra la atencin ms particularmente en el propio papel de Pablo como Apstol a los gentiles, y en la gracia admirable que lo hace (aunque es menos que el menor de todos los santos) el elegido para llevar el evangelio de reconciliacin csmica. Finalmente, en el v. 13, Pablo vuelve a sus sufrimientos por el evangelio, el tema que motiv la digresin. 27 La digresin comienza con la virtual certeza de Pablo de que sus lectores saben acerca de la comisin que Dios le ha dado. Es ms que razonable que l pudiera esperar esto. El mismo haba llevado el evangelio de la inclusin de los gentiles desde Jerusaln, alrededor del Mediterrneo y hasta Yugoslavia (el Ilrico mencionado en Rom 15:19), y tena intenciones de ir a Roma y Espaa (Rom. 15:1424). Adems, haba estado estacionado en Efeso durante tres aos, desde el 52 al 55 (Hech. 20:31), desde donde sus colaboradores haban llevado el evangelio al menos hasta Colosas y Laodicea en el este, y probablemente tambin hasta los otros centros del rea. No obstante, la forma en que habla es una nueva indicacin de que estaba escribiendo una carta general a las iglesias que no lo haban conocido, y no a los efesios nicamente, los cuales no haban meramente odo acerca de su ministerio.

    Aun cuando est claro el sentido general de los vv. 2 y 3, el significado ms preciso es difcil de asegurar (comprense las distintas traducciones!). Mucho depende de la frase que se traduce la administracin de la gracia de Dios que me ha sido conferida en vuestro beneficio. La RVARVA Reina-Valera Actualizada conserva parte de la ambigedad del gr. que usa Pablo. Pero querr decir: (a) la forma en que Dios me confi la gracia que me dio para ustedes, es decir, que fue por revelacin que hizo conocer el misterio; (b) la manera en que se expresa la gracia que l me dio (segn Caird); (c) la misin *o responsabilidad+ de la gracia que Dios me encomend en orden a vosotros (BJBJ Biblia de Jerusaln); o (d) el plan o disposicin de la gracia que Dios me dio, es decir, el contenido conceptual del misterio? La argumentacin de cada posicin encuentra elementos para esta divisin, pero la sintaxis y la relacin con los vv. 3 y 4 quiz pesen ligeramente a favor del primero. Pablo, entonces en los vv. 24, parece afirmar que Dios le confi la gracia del evangelio para los gentiles al revelarle a l el misterio sobre el cual el Apstol ya ha escrito brevemente (es decir, los caps. 1 y 2!), y que los lectores pueden comenzar a captar el significado de la esencia del evangelio a partir de lo que l dice. 5, 6 Transfieren la atencin hacia el nuevo contenido de la verdad revelada que aqu est en juego. Las palabras de Pablo sugieren que haba insinuaciones del evangelio en el ATAT Antiguo Testamento, cosa que Pablo declara abiertamente, p. ej.p. ej. Por ejemplo en Rom. 4; cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 9:2510:21. Pero que Dios hiciera a los gentiles coherederos, o cointegrantes del cuerpo (Pablo acua una nueva palabra para explicar mejor el concepto) de un nuevo pueblo de Dios, y copartcipes de la promesa de la nueva creacin en Cristo, era algo indiscutiblemente nuevo. Las tres expresiones que Pablo utiliza comienzan con el mismo prefijo (en gr.) que significa con, como aqu. Generalmente se interpretaba que pasajes como Isa. 2:14 significaban que los

  • gentiles se uniran, llenos de admiracin, al Israel restaurado, y se convertiran en proslitos o judos. La revelacin decisiva del misterio de la plena bendicin a los gentiles no se haba producido sino ahora, y fue dada a los santos apstoles y profetas de Dios. En el comentario sobre 2:20 indicamos la razn sintctica por pensar que se referira a apstoles funcionando como profetas, aunque la sintaxis permitira el significado de apstoles y profetas funcionando en unidad. El argumento ms fuerte en favor de la ltima interpretacin es 4:11, pero debemos decir que no conocemos profetas en la iglesia primitiva (aparte de los apstoles) que hubieran recibido tan importante revelacin, y el contexto es especficamente lo que Pablo dice sobre su comisin apostlica. Si nos preguntamos cundo fue que Pablo recibi la esencia de esa revelacin, indudablemente fue en la misma experiencia en el camino a Damasco (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 26:1218; Gl 1:11, 12, 15, 16), pero el proceso por el cual fue revelado y establecido a un crculo ms amplio de apstoles (5) llev ms tiempo (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 15; Gl. 2), y quiz en el mismo hayan participado profetas. Algunos creen que Hech. 15:28 sugiere esto. 6 Este versculo concluye con la afirmacin de que los gentiles reciben su bendicin en Cristo, a travs del evangelio. El v. 7 es parte de la misma oracin gramatical gr. que Pablo comenz en el v. 2 y no una nueva oracin, como en la RVARVA Reina-Valera Actualizada. Aqu Pablo da forma final al prrafo, volviendo al pensamiento de la gracia de Dios y el poder dado a Pablo para ser siervo de este evangelio. Nota. El calificativo de santos dado a los apstoles y profetas ha causado problemas. Algunos lo consideran una posterior restriccin del catolicismo temprano a la expresin los santos que Pablo utiliza normalmente para referirse a todos los creyentes en Cristo. (La palabra gr. hagios puede ser un adjetivo que significa santo, separado por Dios para algn uso en particular, o un sustantivo que

    signifique santo, apartado). Pero esto no es convincente, ya que Ef. usa el sentido ms amplio en toda la carta (1:1, 4, 15, 18, etc.). Tampoco es obvio que Pablo venere aqu a los apstoles en forma especial, comparados con otros creyentes Por cierto, en el v. 8 l se describe a s mismo como menos que el menor de todos los santos! La explicacin puede encontrarse probablemente en la influencia de Col. 1:26, 27 donde las palabras son muy similares, pero se dice que el misterio ha sido revelado a los santos. Cuando Pablo, habiendo reledo el pasaje de Col., cambi el nfasis a que la revelacin haba sido hecha a los apstoles, la palabra hagios simplemente permaneci, pero aqu con una fuerza diferente: ahora denota a los apstoles y profetas como apartados para Dios para su funcin distintiva como receptores de la revelacin central. 812 Estos versculos retoman y desarrollan el tema del servicio de Pablo para el evangelio. Su afirmacin de ser menos que el menor de todos los santos va ms all que la anterior en que hablaba de ser el ms insignificante de los apstoles porque se haba opuesto al evangelio y haba perseguido a los seguidores de Jess (ver 1 Cor. 15:9; pero cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Tim. 1:15 donde se llama a s mismo el primero de los pecadores). Aqu es una exageracin deliberada para magnificar la maravilla de la gracia de Dios que lo hizo Apstol a los gentiles, con un evangelio que habla del insondable tesoro de Cristo, con una importancia de proporciones csmicas. Ms especficamente, Pablo ha recibido la tarea de llevar a las personas a ver el misterio csmico finalmente revelado, y cmo Dios ha elegido para desarrollar en la prctica su propsito eterno (9). El verbo que la RVARVA Reina-Valera Actualizada traduce como aclarar significa iluminar (BABA Biblia de las Amricas, VHA, sacar a luz), y presume una niebla de oscuridad espiritual que debe ser dispersada. El lenguaje probablemente se refiera en forma principal a la conversin (cf.cf. Confer (lat.),

  • compare 5:814; Hech. 26:17, 18; 2 Cor. 4:46; 1 Tes. 5:4, 5), pero Pablo tiene en mente un sentido continuo que se hace realidad en su propio ministerio de enseanza y de oracin intercesora por sus iglesias (ver, p. ej.p. ej. Por ejemplo 1:18; 3:18). La importancia de esta continua iluminacin se presenta en el v. 10, en que el propsito total de Dios para el ministerio de predicacin, enseanza y oracin de Pablo es que la iglesia sea edificada para convertirse en la manifestacin de la rica y multiforme (la palabra utilizada aqu significaba originalmente multicolor) sabidura de Dios a los principados y las autoridades en los lugares celestiales. Qu implica esto? Los principados en cuestin son probablemente la totalidad de los seres celestiales; no solamente los ngeles de Dios, ni solamente los poderes malignos de 6:12, sino ambos. Son los testigos reunidos, ante los cuales Dios demuestra su sabidura, y lo hace a travs de una iglesia que la expresa. Esa sabidura es su propsito eterno en Cristo (11), que claramente no es otra cosa que su intencin de unir todas las cosas en Cristo (1:9, 10). Se expresa en una iglesia universal donde judos y gentiles viven y adoran en un cuerpo, en armona con Dios y con los hermanos y hermanas en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 6; 2:1122). La enseanza y la oracin de Pablo en Ef. 12 est, por tanto, dedicada a destacar y promover dicha unidad, al igual que su exhortacin en los caps. 46. El cree que esto es un testimonio central, si no el testimonio central, para el evangelio. En esto sigue a Jess, cuya oracin testamentaria final en Juan 17 se centra en el pedido de que Dios mantenga a la iglesia en una unidad de amor que se corresponda y sea testimonio de la unidad de amor entre el Padre y el Hijo. 13 Nos trae nuevamente a la afirmacin del v. 1, de que su encarcelamiento es a favor de vosotros los gentiles. Sus lectores podran sentirse desanimados porque Dios hubiera permitido esta aparente tribulacin, pero Pablo deseara ms bien que ellos la consideraran

    vuestra gloria. Por qu, despus de todo, haba sido arrestado el Apstol? Fue por defender la igualdad de los creyentes gentiles con los judos en el pueblo nico de la nueva creacin de Dios, el cuerpo de Cristo. Esto enfureci a los judos (y tambin a algunos cristianos judos!), ya que era un golpe a su sensacin de privilegio espiritual. Y fue ese violento antagonismo el que promovi las circunstancias del arresto, prisin y, finalmente, el martirio de Pablo (ver Hech. 2128). Lo que es ms, Pablo haba ido a Jerusaln teniendo plena conciencia de los peligros (Rom. 15:30, 31), y llevando una ofrenda de las iglesias gentiles a la iglesia de Jerusaln, como muestra del amor y del sentir de deuda de aqullas para con la iglesia madre, por la bendicin espiritual del evangelio que haban recibido (Rom. 15:26, 27). Pablo esperaba que esto ayudara a sellar la unidad entre ambas iglesias, que constantemente haban estado bajo ataque. Los cristianos judos haban acosado a las iglesias de Pablo durante todo el ministerio del Apstol (ver, p. ej.p. ej. Por ejemplo 2 Cor. 1013; Gl. 12; 6; Fil. 3), y un hombre de menor categora simplemente se hubiera lavado las manos de todos ellos. Pero Pablo, no obstante, fue a Jerusaln como apstol del evangelio a los gentiles y del evangelio de la reconciliacin csmica. El, un judo, haba dedicado su vida a llevarles ese evangelio a los gentiles, y pensaba que vala la pena correr cualquier riesgo para promover la unidad con la iglesia juda. Por eso sus cadenas eran la gloria de los gentiles. Y si observamos cul fue el resultado final para Pablo, entonces, realmente, no es exagerado decir que Pablo muri como mrtir de la causa de la unin cristiana (Findlay, The Acts of the Apostles, p. 32). Hay aqu un profundo desafo para nuestras iglesias protestantes hoy, que tan fcilmente se dividen y vuelven a dividirse, por temas relativos a la verdad, muchas veces sin darse cuenta de que al hacerlo estn comprometiendo la verdad central del evangelio de reconciliacin y restauracin de la unidad en Cristo.

  • 3:14-21 Pablo finaliza el informe sobre su oracin. Doxologa Pablo ahora retoma y completa la oracin que dejara inconclusa en el v. 1, y nos lleva a la parte final del informe sobre su tarea intercesora, que comenzara en 1:17. El tema aqu complementa lo q