folio de mano exposición el silencio de las respuestas

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[El silencio de las respuestas] Cèlia Izquierdo Ramírez 2006 Sin abandonar la lógica platónica, Cèlia Izquierdo presenta un juego de transposiciones donde las emociones son corporizadas. Obras como Cicatrices o Contener el dolor se muestran como metáforas sensoriales de cuestiones abstractas que arraigan de la emocionalidad. Del espíritu al cuerpo, una dinámica de encarcelamiento. Iniciar un recorrido consciente y vivido por El silencio de las respuestas significa comprender una actitud vital que rechaza la trivialidad superficial de una existencia física en favor de un ascender epistemológico hacia algo más puro. Laura Masó, comisaria de la exposición Contener el dolor Contener el dolor Culto a la imperfección Culto a la imperfección La sombra del espejo La sombra del espejo Instantes de contención Instantes de contención

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Durante la exposición que tuvo lugar en Tossa de Mar, se editó un folio de mano para comprender la serie de la artista Cèlia Izquierdo.

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Page 1: Folio de mano exposición El silencio de las respuestas

[El silencio de las respuestas]

Cèlia Izquierdo Ramírez

2006

Sin abandonar la lógica platónica, Cèlia Izquierdo presenta un juego de transposiciones donde las emociones son corporizadas. Obras comoCicatrices o Contener el dolor se muestran como metáforas sensoriales de cuestiones abstractas que arraigan de la emocionalidad. Del espíritu al cuerpo, una dinámica de encarcelamiento.

Iniciar un recorrido consciente y vivido por El silencio de las respuestassignifica comprender una actitud vital que rechaza la trivialidad superficial de una existencia física en favor de un ascender epistemológico hacia algo más puro.

Laura Masó, comisaria de la exposición

Contener el dolorContener el dolorCulto a la

imperfecciónCulto a la

imperfecciónLa sombra del espejoLa sombra del espejo Instantes de contenciónInstantes de contención

Page 2: Folio de mano exposición El silencio de las respuestas

El silencio de las respuestas. De la representación perceptible de aquello intangible a la mimesis o la genialidad romántica, hasta la actual trivialización o espiritualidad extremas. El arte es lo inefable.

Esta es una cuestión que a menudo dificulta la comunicación entre el objeto artístico y el espectador que, desarmado de conocimientos analíticos - tantas veces considerados portadores de verdades calificativas e interpretativas - desconfía de la propia subjetividad como criterio personal válido para el disfrute contemplativo y estético.

En este sentido, El silencio de las respuestas es, para el visitante, un repto introspectivo enmarcado en un universo espiritual que respira latrascendencia de las filosofías orientales. Cèlia Izquierdo propone abrir ventanas, como canales energéticos, donde dejarse llevar en un viaje espiritual privado y subjetivo, a la manera de Rothko. Espacio y tiempo desaparecen en una ingravidez cósmica de pequeñas constelaciones pictóricas que recuerdan la obra del célebre artista norteamericano Jackson Pollock. El proceso de abstracción que plantea esta joven artista gerundense en El silencio de las respuestas no busca traducir la esencia de la realidad tangible sino que investiga y corporifica climas emocionales, donde el observador puede abocar toda su subjetividad. El lenguaje artístico no es un mero traductor de realidades, sino que actúa como un auténtico creador de interrogantes, capaz de generar - a través de la propia vida interna - algo nuevo, inexplorado.

Creaciones erróneas

Creaciones erróneas La verdad ocultaLa verdad oculta IncertidumbreIncertidumbreEl silencio de las respuestasEl silencio de las respuestas Percibir la ausenciaPercibir la ausenciaCicatricesCicatrices

Con piezas como La verdad oculta o El silencio de las respuestas se plantea una visión dual de la realidad. Esta es una idea que arraiga del discurso platónico. La realidad de las personas sucede, por una parte, en un estadio tangible vinculado a la percepción a través de los sentidos y, por otra parte, en otro de inteligible, en el que la desnudez de las ideas es lo más relevante. Estas dos formas de percibir la existencia son compatibles, pero sólo la segunda rebela auténticas certezas.

En este mismo sentido, obras como El abismo del deseo o La voz de las sombras actúan como escenarios inductivos donde, como si fuesen receptáculos de todo y de nada, estas obras permiten al espectador abocar un mundo interior e iniciar un viaje de introspección en dirección a la anécdota personal.

La accidentalidad cuotidiana de las ideas más nobles se interroga también en un proceso meta creativo. No siempre es posible conseguir de una actividad creativa el resultado deseado. La accidentalidad – en sentido platónico – da pleno sentido a piezas como Creaciones erróneas. Las ideas puras son imposibles de cosificar. Estas piezas, accidentes de un ente eterno e inteligible, expresan la imperfección encadenadas en un mundo sensible y finito. Se recupera aquí el mito de Frankenstein: la emoción que se despierta no genera un sentimiento de insatisfacción, sino una intranquilidad agradable ante el hecho maravillosamente pavoroso de las Creaciones erróneas que brillan, imperfectas, con luz propia. Es un Culto a la imperfección.

La voz de las sombrasLa voz de

las sombrasEl abismo del deseoEl abismo del deseo