jane y raysa - mi carta a santa claus()

8/15/2019 Jane y Raysa - Mi Carta a Santa Claus()

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Mi Carta A Santa Claus

Story: Mi Carta A Santa ClausStorylink: https://www.fanfiction.net/s/11689597/1/Category: Twilight

Genre: Romance/FantasyAuthor: Jane y RaysaAuthorlink: htt ps://www.fanfiction.net/u/5829854/Last updated: 12/24/2015Words: 10634Rating: MStatus: CompleteContent: Chapter 1 to 1 of 1 chaptersSource: FanFiction.net

Summary: Cuando la pequeña Renesme Swan tiene que escribir scarta a Santa Claus lo único que pone en ella es que quiere conoca esa persona especial, Isabella Swan querrá hacer desistir a la pequeña niña... —¿Entonces mami Santa trae los regalos antes?...

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*Chapter 1*: Mi Carta A Santa Claus

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a la increíble S. Meyer yo solo me adjudico la historia (O.S.) que espero sea de su agrado.

La frase que me tocó es:«El amor no es solo lo más importante.Lo es todo.»

úmero de palabras:10,351.

Título: Mi Carta A Santa Claus.

Summary:Cuando la pequeña Renesme Swan tiene que escribir su carta a

Santa Claus lo único que pone en ella es que quiere conocer a es persona especial, Isabella Swan querrá hacer desistir a la pequeñ

niña pero ella fiel a su deseo y a su imaginación, cree que Santa puede cumplirle su deseo. Todo cambiará cuando visiten el

consultorio del Dr. Cullen. —¿Entonces mami Santa trae los regalos antes?...

Disclaimer:

Los personajes le pertenecen a la fabulosa S. Meyer yo solo meadjudico la historia que espero sea de su agrado…

"Este One-Shot participa en el reto de Diciembre de Mi adición los fics (Twilight)"

Rated: "M"

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Música:

Robert Pattinson, Kristen Stewart – There Alright.

Edward and Bella – If You Love Me, Let Me Go.

Bella & Edward – Stay With Me.

Jacob and Bella – Just A Dream.

=(*.*)=

―Hola Ness. ¿Qué haces pequeña?

―Hola Abu Esme, estoy viendo revistas para poder escribir micarta a Santa, tío Emmett dice que lo haga así para que Santa no sequivoque en mis regalos.

―Vaya, tío Emmett es muy inteligente al decirte algo así ¿no cree

―Ajá ―Esme se quedó viendo cómo la pequeña se ponía a seguiojeando la revista, pero le extrañó que ella estuviera viendo unadónde aparecían puros modelos de ropa de hombre. ¿Por qué?

―Mi amor, pero esa revista no tiene fotos de juguetes ni juegos.

―No Abu Esme, quiero de un chico lindo pero gracias ―se qued pensativa en por qué su niña quería una foto de un modelo, cuandllegara Bella le preguntaría porque no era tan normal eso. Perocuando Bella llegó por Ness, el tema había quedado olvidado.

Isabella era madre soltera, ella no era originaria de Forks y habíallegado cuando Ness tenía unos meses de nacida, la cabaña queEsme tenía internada en el bosque era la que Bella le rentaba y a


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través de ello ellas se habían hecho amigas y Esme había terminacuidando a Ness.

Ella tenía un solo hijo: Edward Cullen, él había seguido los pasos su padre pero en el ala pediátrica, al contrario de Carlisle que eracirujano cardiólogo muy reconocido en el ámbito médico. Hacíavarios meses Edward se había trasladado al hospital de Forks, un pequeño chantaje que su madre había creado y conseguido que élregresa y pudiera ejercer, estaba más que contenta porque las

avidades se acercaban y entonces él la visitaría por dos largassemanas y eso la traía como gallinita culeca como le decía EmmeÉl, Rosalie, Alice y Jasper no eran sus hijos pero como si lo fueracuando Edward había entrado al jardín de niños los padres de caduno aún vivían pero años después sufrieron un accidente, aunquecustodia de cada uno quedó a cargo de los hermanos de ellos, loschicos siempre pasaban solos así que Esme que había estado en eúltimo minuto con las dos madres, prometió a cada una cuidar decada uno de ellos y así lo había hecho; ahora cada uno la veía comuna madre y ella a pesar de que no había podido tener más hijos,

Dios la había bendecido con cuatro chicos realmente lindos..-.-.-.-.

―Abu Eme, ¿por qué tenemos que escoger un árbol tan grande?

―Porque esta navidad vendrán tu mami y tú a la cena, mi hijo, lotíos, el abuelo y yo, seremos muchos y necesitamos un árbol muygrande para poner los muchos regalos.

―¡Sí! Así Santa podrá traer mi regalo y no tendría problema paradejarlo bajo el árbol ―Esme se quedó pensativa, ¿qué era lo queella quería?


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―Okay, sí eso estará bien. Ahora venga, hornearemos galletas.―Estuvieron toda la mañana en la cocina hasta que Bella llegóacompañada de Emmett, éste se llevó a la pequeña a jugar mientrEsme aprovechaba para platicar con Bella―. Bella ¿ya sabes qué

lo que quiere Ness de regalo?―Sí... Bueno no, ella no me ha dado su carta, me dijo que Em lehabía dicho que pusiera imágenes pero la verdad no sé. En años pasados ella siempre decía qué quería, ya sabes se le escapaba,ahora ella ha insistido en"escribir" su carta pero ¿por qué?

―Bueno ella me acompañó a escoger el árbol y compramos unomuy grande, ella me preguntó y cuando le dije por qué uno tangrande, ella dijo que era bueno porque así Santa podía dejarle suregalo por eso te preguntaba, además de que no he comprado suregalo.

―Esme, sabes que no es necesario le compres nada por favor ―leconomía de Bella no era muy buena que digamos, trabajaba com

enfermera en el hospital y eso le daba las suficientes ganancias pa poder mantener a Ness, pagar la renta y alguna que otra cosa quefuera necesaria pero nada más.

―Patrañas, esa niña se ha ganado mi corazón y punto. Ahoramismo me prometerás que cuando ella te dé su carta, me vas a dequé es eso tan grande que quiere ―Bella bajó la cabeza y negó, pero nadie le decía no a Esme Cullen―. ¿Bella? Isabella Swan…

―Está bien, pero no te diré cuál es el regalo.

―Me enseñarás la carta y punto. Ahora vamos, come galletitas, lhicimos hoy.

―Mami Esme, la pequeña Ness me hizo trampa ―Esme vio a


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Bella, a veces Emmett era peor que la misma pequeña. Una vez qterminaron salieron a casa de Bella en la camioneta que ella sehabía comprado, era más lenta que una tortuga, no pasaba de 60Km/hr. Pero era suya y le servía para trasladarse.

.-.-.-.-.

―Mami ¿tú crees que Santa sepa qué quiero aunque no le ponga foto? ―Bella la miró un momento, no entendía qué quería decir.

-¿Cómo amor? ¿Qué es lo que quieres? Si no encontraste ningunafoto en las revistas podemos buscar más, tienes tiempo todavía.

―No mami, ya busqué en todas las revistas que tía Alice tiene demodelos y no hay nada. ¡Nada!

―Hey Ness, tranquila amor. ¿Qué foto quieres? ¿Qué regalo es elque quieres?

―Quiero que Santa me traiga a mi papá, mami ―en ese momentBella tuvo que sostener fuertemente el volante, no podía creer qu

ess quisiera eso. Ella no hablaba de él, solamente cuando empeza hablar su segunda palabra había sido papá pero de ahí unascuantas veces más y ya nada, le sorprendía que ahora siendo tan pequeña ella lo hiciera.

―Mi amor yo no sé... Mira, veré que puedo hacer pero Santa a

veces no puede traer cosas tan grandes como un papá, los renos scansarían.

―Okay mami.

Una vez terminaron de cenar Bella se sentó con ella en la mecedoy la arrulló, su mente no podía dejar de pensar en lo que su peque


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ess quería, si ella hubiera sido valiente ahora ella tendría unaoportunidad de pasar estas fechas con su padre y no estar pasanddecadencias. Las lágrimas salieron al recordar el daño que habíasufrido, eso no era lo que hubiera querido pero ella no importaba,

importante era su hija; como se arrepentía..-.-.-.-.

La semana pasó, Esme quería saber pero ella se negaba a decirle que quería, dado que esa mujer era muy inteligente cada regalo quBella le decía ella astutamente le preguntaba a Ness, la niñarespondía negativamente pero tampoco decía qué era lo que querdado que su madre había dicho que Santa no traía ese tipo deregalos; así que pensaba que si no lo decía así como los deseos secumpliría. Los días pasaban sin incidentes, al menos hasta que la primera nevada tocó el frío suelo de Forks, cuando Jasper llegó cun trineo para cada quien y se pusieron a jugar carreritas, entonceel caos pasó.

―¡Ah! ¡Abu Esme! ¡Mami! ―el grito que salió de la pequeña hahelado la sangre de los presentes y aunque había dos médicos nad podían hacer, Ness tenía en una extraña posición su pequeña piernita y de su cabecita brotaba sangre, mucha sangre.

―¡Jasper! Tranquila pequeña, ahorita el tío Jasper te ayudará.

―¿Qué paso? Oh linda tranquila, rápido hay que llevarla dentro y

―Mamá, se ha fracturado su piecito, necesitará un yeso y la frennecesitará puntos, aquí no tengo nada de eso además necesitamos placas. Rápido Emmett el coche, iremos al hospital, Rose llama ahospital y avisa a Bella ―todos subieron enseguida al coche deEmmett y este manejó como loco, un habito en los Cullen. Mientr


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Esme tranquilizaba a Ness, Jasper la sostenía para acomodar o trade hacerlo, Rosalie llamaba pero al parecer algo pasaba.

―Bella está en quirófano, por eso no responde su celular. Leavisarán, no creen que tarde en salir de cirugía, está con papá ―uvez que llegaron todos entraron en fila india y rápidamente lallevaron a urgencias, Alice había salido disparada a pediatría paraque su hermano atendiera a Ness―. Señorita, mi sobrina tiene undolor enorme ¿no puede darle algo?

―Lo siento pero hasta que el Dr. no esté aquí, no podemos darlenada ―en ese momento Edward entraba siendo arrastrado por la pequeña Alice.―Alice, me vas a tirar. ¿Qué pasa? Tenía un paciente en consultay… ¿Qué hacen aquí todos?

―Hijo, Ness se cayó y se lastimó por favor atiéndela, dale algo pel dolor, no sé…

―Primero necesito que salgan, segundo ¿dónde está su madre?¿Qué hacían ustedes con ella? ¿Quién es?

―Su madre está en quirófano con papá, es enfermera de aquí,mamá la cuida mientras está de vacaciones y nos vamos peroayúdale, tiene dolor ―mientras Emmett le explicaba todos salíancuando Esme se iba la pequeña Ness soltó un gran grito pidiendo

su mami así que Edward entró en acción. En Phoenix le habíatocado lidiar con muchos pequeños que ante la mención de unavacuna, hacían un circo maroma y teatro así que sabía cómo tratacon el dolor, lágrimas y hasta golpes.

―Haber pequeña tranquila, mamá por favor dile a la enfermeraencargada que hable a quirófano de nuevo y en cuanto termine la


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cirugía su mamá venga aquí, necesito calmarla y que mejor que essu madre, además necesito autorización y tú no me la puedes dar ―Esme asintió y salió, Edward acarició los cabellos de la pequeñque eran igual a los suyos, la ayudó a sentar sobre su regazo para

tratar de consolarla y poder curar la herida sin que ella sintieradolor, y poder al menos adelantar algo hasta que su madre llegaba

Debido a las lágrimas ella se fue calmando y se quedando dormidademás de que sin pensarlo él había empezado a cantar una cancique tenía años no cantaba, ella se había quedado en el olvido perode pronto con esa pequeña ahí estaba, era como verla a ella yregresar a los días en que la vida los juntaba con accidentes.

.-.-.-.-.

―¡¿Dónde está?! ―escuchó como alguien gritaba y como unaenfermera se acercaba, la cortina se abrió rápidamente y ahí, frena frente, las dos personas que no pensaron en nada más, que habíescapado de la vida del otro, que pensaron que no se volverían a v

se quedaron estáticas. ¿Cómo era posible? El mundo dejó de girarla enfermera desapareció, el espacio dejó de existir y solo eran eldos, aunque no por mucho tiempo, ya que una pequeña voz losinterrumpió.

―¿Mami? ¡Mami! Me caí, me duele mucho.

―Sí mi amor, lo sé, lo sé. Dr. Cullen soy la mamá de Renesmee,¿qué paso?―Yo... Ella al parecer tiene una fractura, como sabe las políticasdel hospital me impedían colocar una intravenosa y colocarle másmedicamento, la llevaremos a Rayos X, sígame por favor ―queríadecirle y preguntarle tantas cosas, ahí frente a él se encontraba la


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persona que más había amado en el mundo y tenía tantas cosas encabeza, que no sabía por dónde empezar. ¿Se había casado?¿Renesmee era hija de quién? Entonces como una chispa retrocedesa niña que iba en sus brazos y que lo miraba con unos ojos bien

abiertos llenos de lagrimas... ¿Esa niña podía ser su hija? Se paroautomáticamente haciendo que Bella chocara con su espalda―. ¿mi hija? Responde, ¿es mi hija? ―Bella sabía que el parecido eraidéntico, era nulo negarlo pero ella era una profesional y nodiscutiría eso frente a su hija, no así.

―« El amor no es solo lo más importante. Lo es todo.» ―él sequedó pensativo ante eso. ¿Qué quería decir? Vio que algunaenfermera que pasaba lo observaba intrigada, ese no era el lugar nel momento así que caminó directamente a la sala de Rayos X, yatendría tiempo de averiguar qué era lo que pasaba.

.-.-.-.-.

―Bien en las placas se muestra una fractura, no es nada grave co

3 semanas que tenga el yeso serán suficientes; y la frente no fue profunda la herida así que solo hice una curación y le puse unosvendoletes, será cuestión que le realices curación en cada baño ylisto. Es muy pequeña, así que tanto como la fractura y esa heridasanaran sin dejar rastro.

―Oh qué bien. ¿Cuándo nos podemos ir? ―ella quería salir de ahno quería estar ni un minuto más.

―Enseguida haré el alta, pero debemos hablar Bella.

―Estoy muy estresada con esto, veré que me den el día necesitoestar con ella, así que luego.

―Sí, de todos modos ahora no hay forma de que huyas, trabajam


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en el mismo lugar ―ella asintió y firmó todo lo necesario, una veque salieron todos la apacharon y desearon que se recuperara, daque por más que insistió Esme ella dijo que era mejor que fueran casa, una vez en su camioneta las lágrimas no tardaron en aparec

esto tenía que ser una broma. ¿Por qué justo ahora? Suspiró y secalmó, su pequeña se daría cuenta y no necesitaba más drama pordía de hoy.

Una vez que la bañó con cuidado de no mojar el yeso ni la heridaacostó con su pijama y un vaso de leche caliente, el tiempo habíaenfriado algo realmente normal en Forks. Se quedó con ella en lamecedora y volvió en sí cuando la puerta sonó, se le hacía raro aestas horas pero igual no podía ignorar a quien fuera, aunque unavez que acostó a Ness y se dirigió a la puerta le dio miedo, no habnadie a varios kilómetros a la redonda. ¿Quién le aseguraba que nera un maleante? Otra vez el toquido.

―¿Qui…quién?

―Bella abre soy yo, Edward. ―¿Qué hacía él ahí, en su casa?¿Cómo sabía dónde? ¡Esme!―. ¿Bella? ―movió la cabezanegativamente y alejó los pensamientos que le decían que lo dejarahí afuera, naturalmente él se iría pero su lado noble le dijo queconociéndolo como lo hacía, él se quedaría y pescaría unaneumonía o algo por el fuerte frio. Así que suspirando abrió la puerta, ahí frente a ella estaba parado el hombre que ella habíaamado, muriéndose de frío―. ¿Puedo pasar?

―No, pero supongo que no te irás así que no puedo negártelo―una vez adentro él se sorprendió, a pesar de ser pequeña lacabaña y algo deteriorada ella la tenía bien conservada, sonrió a pesar de que ahí vivía una niña de… ¿Cuántos años tenía Ness?¿Cuatro?―. Bien, ¿qué quieres Edward?


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Los siguientes días Ness no cabía en sí ante la posibilidad de ver aDr. Cullen pero él no había vuelto, y es que Edward se habíaempeñado en obtener primero el permiso de Bella para ver a la pequeña Ness. Además de que Bella había hablado con Carlisle

sobre los permisos para Edward hacia alguna salida en la mañanahabía tenido que decirle la verdad a Carlisle y este había mostraduna sonrisa comoCheshire*, le había prometido no decir nada ymucho menos tratar a Ness con alguna diferencia; ella tenía quearreglar primero las cosas con Edward y ante la plática que habíatenido con Carlisle decidió que más vale tarde que después.

.-.-.-.-.

―Abu Esme, ¿podemos ir al hospital a ver a mami?

―¿Al hospital? A ti no te gusta ir ahí, porque no mejor me dices para qué quieres ir ahí mi amor.

―Bueno, pero no le digas a mamá ¿vale? ―ella asintió, si la cosaera muy extrema tendría que decirle a Bella, si no bien podía ayua la pequeña Ness a realizarla―. Quiero ir a visitar al Dr. Cullen, me curó cuando me caí y mami no estaba, quería darle de lasgalletas que tú preparaste conmigo.

―Oh eso es perfecto, podemos ir a ver a Edward, aunque el venden navidad cariño. Andando que no le diré a mami, pondremos lagalletas en bolsitas y las llevaremos para repartirlas a los otrosmédicos también, así si mami nos ve no nos regañara. ¿Te parece?―¡Sí! ―la mujer y la pequeña niña se pusieron en acción y prontestuvieron en camino hacia el hospital.

Las chicas estaban en la tienda de Seattle trabajando en su últimacolección, las dos eran socias y antes de Navidad querían dejar to


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listo para poder tomar las vacaciones tranquilas. Jasper era unexcelente psicólogo, Emmett era un cirujano excepcional, Edwardigual además de ser un pediatra dedicado a sus niños y su esposoCarlisle era igual; todos querían pasar las vacaciones tranquilos as

que daban lo mejor antes de poder merecerlas y tomarlas. Cuandollegaron a la entrada todas saludaron alegremente a la Sra. Cullendado que ella iba a dejar comida a Carlisle a veces y por eso laconocían, además de su buen carácter y forma de ser.

―Hola Chellse, ¿estará Edward?

―Hola Esme ―la secretaria la saludó con naturalidad, ella era un persona de mayor edad y conocía a los hijos y a la esposa del Dr.Cullen, por eso había la confianza entre ellas―. Sí, terminó laconsulta de su ultimo paciente hace unos 5 minutos, pueden pasar

―Gracias, vamos mi amor ―cuando entraron Edward estaba trasu escritorio viendo unos expedientes, cuando escuchó la puerta ssorprendió de ver a Ness entrar, su corazón se agitó al ver a la

pequeña, pensó que Bella la traía pero al ver a su mamá todo sedesmoronó aunque se consoló diciendo que lo importante era queella estaba ahí, frente a él.

―¿Mamá? ¿Qué hacen aquí? Hola hermosa.

―Hola Dr. Cullen, Abu Esme y yo le trajimos galletas, las hice cosu ayuda…

―Oh eso es realmente genial preciosa ―la tomó en brazos para qsu madre se sentara y descansara, en ese momento no pudo evitarabrazarla y que un nudo se formara en su garganta, tenía a su hijasus brazos y no podía gritarlo a los cuatro vientos porque Bella locastraría ―. Hey ¿qué te parece si las comemos con una leche de


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fresa?

―¡Sí! Esa es mi favorita.

―¿Qué les parece si ustedes van por esa lechita mientras yo le lleestas a tu padre? Los veré en la cafetería en 30 minutos, ¿vale?―Edward amó a su madre en ese momento, le daba un pequeñotiempo pero algo era algo.

―Sí perfecto, ¿quieres ir Ness? ―ella asintió y los dos caminaronhacia la puerta para ir a la cafetería. Ahí, Ness le contó su color favorito, su comida, bebida, muñeco y cosa favorita que le gustab

hacer, le encantaba escuchar música en el piano―. ¿Y te gustaríaaprender?

―Sí pero no hay nadie que me enseñe, en casa de la Abu Esme huno pero nadie sabe tocar, tío Emmett dice que le dirá al tío Edwaque le enseñe para que él me enseñe, pero él está lejos ―en esemomento su mundo se detuvo, su hija lo catalogaba como untío nocomo su padre y eso le causó bastante tristeza.

―Bueno, pues no debes de esperar a que el tío Emmett me llame porque desde ahora yo te enseñaré.

―¿Tú eres el tío Edward? ―él asintió deseando decirle que era s padre pero eso todavía no era posible―. Ah, sí está bien que meenseñes ―notó cierta decepción en su voz, pero la ignoró para

seguirle preguntando cosas y una de ella era su padre―. Mi papáestá en otro país ―eso lo desmoronó, ella conocía a otro hombrecomo su padre―, pero el vendrá para navidad porque le he escritSanta Claus que me lo traiga y él cumple a los niños que se portan bien y yo me he portado bien todo el año, nunca he conocido a pa pero mamá me dijo que él estaba en otro país y que cuando le


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llegara la noticia de que yo estaba aquí, él vendría ―en ese misminstante su corazón reanudó la marcha, Bella no le había negado l posibilidad, solo la había retrasado.

―Oh eso me parece perfecto, ¿y tú crees que a Santa le darátiempo traerlo?

―Claro, mamá dice que a veces él se puede retrasar pero yo sé qno, antes de lo que piense el estará aquí y podré ver a mi papi ―dla niña con una gran sonrisa que lo contagió, los niños a vecestenían más la razón que un adulto, pues aunque Ness no se atrevíadecirle nada a Edward o a su madre, sabía que Santa le traería a s padre porque simplemente él estaba frente a ella sentadoinvestigando sobre ella.

.-.-.-.-.

En el consultorio de Carlisle, Esme estaba que saltaba como una pequeña hada, ella había visto el parecido y aunque muchas vecele pareció muy tierno que Ness y Edward fueran tan parecidos nodio la importancia debida, no hasta ese día del accidente que los va los dos juntos, pensó que era su imaginación y el amor por la pequeña y su hijo pero cuando ese día Edward apareció en su cas por voluntad propia, supo que algo había ahí ya que él no secansaba de pedir explicaciones y al fin le pidió la dirección dedónde ellas dos vivían.

―Esme, amor por favor cálmate, no sabes nada.―Sé lo que vi, punto, Carlisle si tú los vieras, Edward la mira comsi nada existiera, ella habla y el sigue, adsorbe sus palabras, susgestos... todo.

―Sí amor pero no podemos interferir y…


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―Carlisle Cullen ¿qué sabes de todo esto? ―él se volteó y empeza acomodar varios papeles ignorando a su esposa, pero ella no sequedaría de brazos cruzados―. Si no me dices en este mismomomento lo que quiero saber Carlisle, dormirás con el perro por u

mes.―Amor, nosotros no tenemos perro.

―Ness quiere uno y creo que es buen momento para comprar unen este mismo momento ―suspirando dejó todo y se sentó frentesu esposa, sabía que Bella lo mataría pero él no dormiría con el perro.

―No puedo decirte, Bella me pidió discreción y... ―su esposa ledio una mirada deme dices ahora o el perro ―. Edward es el padrede Ness, no sé cómo pasó así que no me preguntes más.

―¡Oh lo sabía! Qué emoción, eso quiere decir que... ¡Tengo unanieta Carlisle! Una nieta ―Esme se pasó imaginando qué tanto podía comprar para Ness esta navidad y pensando que Bella no podía decir nada pues ella era su nieta, alguien que no podía faltanada, aunque Carlisle trató de pararla un poco ella lo ignoró yvolvió a soñar despierta, había pasado más de una hora y se asust porque había dejado a Ness con su padre y si Bella los llegaba a vella estaría en problemas―. Tengo que irme, ella está con Edwarden la cafetería y si Bella los ve estaré muerta.

―Vamos pues ―pero en ese momento Bella entraba con unascarpetas en sus manos, poniéndose colorada al ver a Esme y Carlsentados en el sofá.

―L-lo siento no… pensé que estabas solo Carlisle, vuelvo despuéy…


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―Oh no te preocupes querida solo vine a dejarle unas galletas aCarlisle, Ness y yo las hicimos.

―Oh que bien pero ¿dónde está Ness? ―en ese momento los dosquedaron mirando, Esme sabía que no podía mentir, Emmett yJasper estaban en ese momento en sus respectivos pisos, Alice yRosalie estaban en Seattle, si ella estaba ahí la única posibilidad eEdward ahora que sabían el parentesco, suspirando dejó los foldey salió rápidamente hacía el área de pediatría.

―Bella, espera por favor.

―Esme por favor, te agradezco infinitamente que me ayudes coness pero no me parece que la hayas dejado con Edward, tenemodecisiones que tomar y hablar así que por favor no interfieras ―pmás que trataron de decir o hacer algo ella tenía razón, así que lasiguieron pero antes de que ella pudiera dar la vuelta vio a Edwary a su hija que venían platicando animadamente, corrió hacia ellola tomó en brazos una vez que ellos estuvieron cerca―. Lo siento

te causó problemas.―Bella por favor, Ness y yo fuimos a comprar leche y tomamoscon galletas, es todo.

―Gracias, de todas formas he pedido permiso y salgo ya, Vladimme ha dado permiso de faltar algunos días y…

―No irás a irte de nuevo, ¿no? ―le daba rabia, primeramente porque ella tuviera confianzas con Vladimir pero sabía que en estmes él era su jefe, como ansiaba que el cargo regresara a su padre

―No lo sé ―estaba a punto de replicarle pero su busca sonó asíque tendría que esperar para más tarde, una vez que tuvo sus cosasalió despidiéndose de Esme que la detuvo con la misma pregunta


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de si se iba a ir, no supo qué contestar pero sabía que si la seguían presionando ella haría lo mismo que en Phoenix.

.-.-.-.-.

―¿Mami?

―¿Qué pasa amor?

―¿Santa puede traer los regalos antes de tiempo? ―la mirómientras esperaban en un semáforo, ¿Qué pregunta era esa? Tal vEdward le había traído algún regalo alegando que Santa lo había

mandado primero, tomó una respiración antes de contestar.―No amor, Santa solo puede salir un día del polo norte, ademáscómo sabes si sale antes no le daría tiempo de traer todos losregalos.

―Ah, okay mami.

―Pero... ¿Por qué preguntas? ―la niña negó y ella sabía que eracierto―. ¿Edward o los Cullen te dieron algo Ness? ―la niña vola negar y se quedó viendo cómo los arboles pasaban. Cuandollegaron hicieron lo que siempre hacían, cocinaron algo para commientras bailaban alguna música movida, en cuanto se sentaron platicaron de muchas cosas; Ness estaba enojada porque habíadejado varios de sus juguetes en casa de Abu Esme, en especial a

conejo y más porque no podía moverse debido al yeso y comotodavía era pequeña, no podía usar muletas; así que se tenía quequedar sentada mientras su madre recogía y arreglaba las cosas.

―¿Mami podemos comprar un arbolito de navidad para casa?

―¿Un arbolito? Pero nunca hemos puesto uno.


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―Bueno, pues es que ya no vamos a pasar las navidades en casa Abu Esme y quiero uno aquí para que Santa sepa dónde poner miregalo.

―Vaya, ¿y cómo sabes que no iremos?

―Porque te enojaste con Edward y Abu Esme ―suspiró antes desentarse junto a su nena y tomarla en brazos, el volver a ver aEdward había cambiado su vida y también la de su hija, ahora tenque pensar muchas cosas más. Cuando se dio cuenta su bebé yaestaba dormida y cuando se disponía a acostarla tocaron a la puercaminó y abrió sin ver quien era porque ya sabía que Edward esta parado detrás de la puerta.―Pasa hace frío, iré a recostar a Ness y regreso.

―Bella por favor ¿puedo? ―él entró y dejó la mochila de Nesssobre la mesa para poder tomarla de los brazos de Bella, cuando ltuvo entre sus brazos la apretó contra su pecho y aspiró su aroma bebe, Bella veía que él decía algo pero no alcanzaba a oír qué era pequeña alcanzó a removerse pero mas no a despertarse, en pequeños susurros dijo papá pero solo Edward había podido oírlo.Bella veía como él interactuaba en medio de su sala con la pequeñcómo la abrazaba, la apapachaba y sostenía con amor.

¡No! Eso no era lo que quería porque sabía que él tenía a su family en cuanto ella lo dejara entrar a sus vidas él simplemente se iríano podía causarle ese dolor a su hija, rápidamente habló, necesitaromper ese lazo antes de que fuera tarde.

―Por favor puedes ir a recostarla, ella a veces se despierta y noquiero que se desvele por sentir que alguien la está cargando―guiado por Bella la llevó a su habitación que no era muy grande


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tenía una camita pequeña con barandales a los lados, almohadasgrandes de color morado, las sábanas eran azul bebé, las paredes blancas con destellos de mariposas y del mismo color que su camcuando él la recostó le dio un beso y le dijo que la amaba, Bella h

lo mismo y salió con él detrás.―No soy alguien Bella, soy su padre.

―A buena hora vienes a ejercer el papel de padre.

―Por favor Bella, nunca supe que estabas embarazada, me enterhace unos días y eso porque la vi y supe que tú eras su madre si n

nunca lo hubiera sospechado.―Eso ya no importa.

―Sí importa. ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Por qué salistehuyendo de Phoenix?

―Cómo querías que te dijera si tú tenías a alguien en ese momensalí huyendo porque mis padres me corrieron en cuanto supieron, me iba a quedar en una ciudad dónde estabas tú, quería tener a mhija sola y yo podía cuidarla también así. Mira olvídalo, lo único qquiero ahora es que te vayas de mi vida y de la de mi hija.

―No puedo hacer eso, ella me necesita y yo estaré ahí para ella.

―¡No! No quiero que estés en su vida, nunca más. Sal, vete ydéjanos solas, hemos podido estar estos años sin ti y podremosseguir así.

―No sabes lo que dices, es mi hija y es importante para mí yaunque tú no quieras le daré mi apellido, todo lo que se merece.


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―Por eso no te lo dije, porque eso no es lo importante . «El amor no es solo lo más importante. Lo es todo.» ―sin ver nada máscerró la puerta frente a él y se dejó caer, él no debía de estar ahí,¿Por qué no simplemente las dejaban paz?

.-.-.-.-.

Los días siguientes fueron una tortura, empezó por buscar un árbo para decorarlo y ponerlo en casa pero dada las fechas estos yaestaban agotados, quiso ir a comprar uno al centro comercial perotampoco había y los único que habían eran muy grandes y gastarímuchísimo en decorarlo, además de que no cabría en casa; suspirfrustrada al ver que su pequeña estaba desanimada por no tener sárbol.

―Mi amor lo siento, nos tardamos mucho en comprarlo y no hay

―No hay problema mami, no importa, de todos modos creo queserá imposible que Santa Claus me traiga lo que le pedí.

―¿Por qué? ―ella negó y subió al coche para que se fueran a cafaltaban apenas 3 días para navidad y ellas no tenían árbol ni nadsuspiro y empezó a manejar hacia casa―. Nena no me has dado tcarta para Santa, tenemos que llevarla al correo.

―No la hice ―Bella se le quedó mirando y enseguida regresó lamirada a la carretera―. De todas formas es imposible que Santa m

traiga lo que quiero, no tiene caso.―Mi amor pero... ―ella tenía dinero para comprar el regalo queella quería, había ahorrado todo lo posible y podía permitírselo pesu hija no quería nada, ahora ya no.

Una vez en casa ella ni siquiera quiso ver las películas de Rodolfo el


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eno, ni ninguna otra; solo se fue a dormir y la noche pasó sin máDebido a que Ness no podía caminar y estar sola había pedido unlicencia y hasta el día 26 de diciembre regresaba al hospital, tendrque ver cómo le hacía con Ness.

Él día fue lo mismo que la noche, Ness estaba triste y miraba la puerta a cada rato como si esperará que alguien fuera a entrar encualquier momento, pero cuando veía que no era así se sumía en película que ni caso le hacía. En la tarde la pequeña se durmió yBella aprovechó para dejar salir las lágrimas, esta navidad sería psu hija la peor de todas; estaba a punto de quedarse dormida cuanescuchó como tocaban la puerta insistentemente, pensó en dejarloasí pero Ness se despertaría y no quería eso, cuando abrió no eraEdward si no Emmett quien estaba tras la puerta y sintió una punzada de decepción. ¿Quién la entendía?

―Hola Emmett. ¿Qué haces aquí? Es tarde.

―Vengo por ti y no acepto un no por respuesta, ahora toma a la

pulga y vendrás conmigo.―No puedo, lo siento pero has perdido tu tiempo.

―Nada de eso, tú y Edward tienen que arreglar esto porque tantocomo a ti como a él los está destruyendo, anda te espero ―queríareplicar pero él le dio una mirada deapúrate .

Se fue a su habitación y se lavó la cara para quitar los restos delágrimas, se puso una sudadera grande y calientita, vistió a Ness calgo abrigado y la tomó en brazos con una manta gruesa. CuandoEmmett la vio tomó a Ness de sus brazos, salieron con la pequeñamochila de Ness solamente, cuando llegó al carro dado que teníaque cerrar su casa, vio que Emmett acomodaba a Ness en una sill


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para niños, sonrió ante eso.

―Vaya, creo que con Ness siempre tienes que andar preparado.¿No? ―él sonrió fuertemente con una de sus característicassonrisas.

―No, Alice me obliga pero además lo hago para practicar, Rosequiere tener por lo menos 4 niños y con este coche no creo que se posible traer a 4 nenes, cambiaré por otro pero mientras lo disfrut―los dos rieron y esa era la primera sonrisa genuina que Bellatenía, junto a Emmett era imposible no hacerlo.

―Bells, no pretendo meterme ni nada por el estilo pero... ¿Cómofue que quedaste embarazada de Edward? O sea cuantos añosllevamos conociéndote ¿cuatro? ¡Por Dios! Ni Esme se dio cuentadel parecido entre el idiota de Edward y Ness ―suspiró, iba acontar algo que le dolía, pensaba que ya no pero las heridas todavno sanaban del todo.

―Bueno yo vivía en Phoenix, estudiaba enfermería estaba por graduarme y al mismo tiempo trabajaba en una librería, un día tuhermano se presentó buscado un libro pero estaba agotada esaedición, yo le dije que podía prestarle una copia que yo tenía yaceptó. Desde ese día en que le presté el libro él iba y se quedabatodo mi turno en la librería leyendo y estudiando, cuando meregresó el libro me invitó a tomar un café para agradecerme y buedesde ese momento nosotros empezamos a salir, cada vez másseguido hasta que pues terminamos juntos.

―Pero ¿cómo quedaste embarazada? Digo, ¿no usabas método,condón? Él idiota estudiaba medicina ¿qué no sabía? ―se ruboriza más no poder y rió porque no podía hacer otra cosa.


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―Sí, yo tomaba la píldora pero no es 100% efectiva y en alguna dlas ocasiones falla, bueno eso me explicó el médico.

―Y ¿por qué no le dijiste a Edward?

―Porque en algunas ocasiones vi a una amiga coquetearle aEdward pero él nunca le hizo caso, además de que era normal, laschicas se le aventaban pero a mí me llegaron unas fotos de esa chcon Edward, estaban abrazados, comiendo y así. Escuché una plática de ella con una amiga, que la noche anterior a esa había sila mejor de su vida porque había hecho el amor con Edward y eraamante más experimentado y cosas así, cuando supe de eso me alde él poco a poco, además mis padres se enteraron de mi embarazy bueno me corrieron de sus vidas, no tenia nada por el cualquedarme así que salí de ahí y vine aquí, a Forks.

―Por eso te digo que tienes que hablar con él, Bella, ahora vamollegamos y no hay pretextos para no hacerlo, de todas manerassabes que nosotros amamos a Ness y aunque no sabíamos en

realidad quién era, ella era importante para nosotros y ahora que lsabemos lo es más, las cosas no cambian así de fácil Bells ―asintdándole un abrazo y entraron juntos a la casa que estaba muy bieadornada.

Había luches por doquier; había luces por los techos y alrededor dlas ventanas, un camino de luces que llegaba desde la acera hasta porche de la entraba, también había luces en los pequeños árboledel jardín y un arbolito de tamaño real, Esme salió limpiándose lamano en una toallita de cocina y cuando les vio sus lágrimassalieron, tenían varios días que no sé veían.

―Sube está en su habitación, mamá y yo nos haremos cargo de e pequeña pulga dormida ―sonrió y vio a Esme asentir cuando no


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―Porque vi unas fotos con Tanya, llegaron a mí unas semanasantes, para esa fecha yo ya sabía que estaba embarazada, luegoescuché tu nombre en una conversación que ella tenía con unaamiga sobre ti y la noche tan especial que habían pasado. Supe qu

yo era una diversión para ti porque ni siquiera me habías pedido stu novia, a pesar de los meses que llevábamos juntos.

―Porque yo te trataba como una, no vi necesario aclarar ese punyo te amaba y sabía que te quería para mí siempre, tú nunca dijistnada.

―Porque las mujeres no preguntamos eso, son ustedes los que lohacen, así que por eso pensé que no era algo importante. Luego m padres me corrieron de su vida diciendo que era una idiota y así lcreí, no tenía nada por qué quedarme por eso me salí huyendo yllegué aquí.

―Cometí tantos errores, me perdí tantos momentos de mi hija.

―Pero estás aquí y bueno puedes recuperar ese tiempo, ella tequiere, eres su médico favorito mientras no la inyectes ―los dosrieron y por un momento todo quedó en silencio.

―Así que podré verla cuando quiera, ¿no?

―Sí, es tu hija, así que dónde quieras y cuándo quieras.

―Bella… ―y sin esperar más se acercó a ella y juntó sus labiosgimiendo ante la sensación del recuerdo porque eran mejores, ellallevó sus manos hacia su cuello y tomó pequeños mechones de peretorciéndolo entre sus manos, el tomó su pequeña cintura con unmano y la otra la llevó hasta su cuello para acercarla más si es queso era posible, sus pulmones exigían oxigeno pero su pasión, sudeseo era más como para separarse, cuando escucharon un chillid


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de felicidad lo hicieron automáticamente.

―¡Ah! ¡Sí! ―frente a ellos estaba su hija con ojos brillantes dealegría, tan iguales a los de su padre en ese momento―. ¡Sabía quSanta sí podía traer los regalos antes de tiempo! ―recordatorio nodejar que se juntara más con Alice, de pronto ella corrió tan rápidcómo sus dos piecitos le permitían, dado que el yeso ya se lo habíquitado y solo traía vendada la piernita, y se aventó a Edward; élrápidamente la tomó para que no chocara con sus piernas.

―¿Por qué dices eso mi amor?

―Porque le pedí a Santa Claus que me trajera a mi papá de vueltque le avisara que yo vivía aquí con la Abu Esme y mira, sí lo hizCuando te vi en el hospital con Abu Esme te lo dije, pensé queSanta ya te había dicho pero tú dijiste que eras eltío Edward yentonces pensé que Santa no podía hacerlo hasta el día de navida por eso no dije nada ―los dos se quedaron asombrado de cómo esabía tantas cosas que ellos ignoraban, su hija era muy inteligente

pesar de su edad pero era una pequeña que creía en cuentos dehadas.

―¿Y cómo sabías que era tu papá?

―Porque tú fuiste a casa una noche cuando yo dormía con miTeddy, escuché que lo decías, por eso ―entonces recordaron lanoche del accidente cuando él se presentó por primera vez a casaMe alegra que Santa te haya traído papi, no quiero nada más soloti, gracias por venir cuando te lo dijeron ―las lágrimas no tardaroen aparecer en cada uno de los que estaban en esa habitación, ¿Qniña de 4 años no quiere regalo? Una que quiere una sola cosa en mundo: un padre.


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―Gracias a ti por esperarme mi amor, siento haber tardado pero yestoy aquí y te prometo que no me iré.

―¡Tengo que decirle a Abu Esme! ―y dándole un beso y uno a smadre, que se había mantenido en silencio siendo espectadora, sacorriendo gritándole a su abuela Esme.

―Lo siento, creo que hice las cosas mal, todo más bien.

―Solo quiero que sepas una cosa, en mi vida me acosté con Tanyno la recordaba hasta que la has mencionado y las fotos de las quhablas tienen que ser mentira, nunca estuve con ella, es más ella f

cambiada de mi clase porque me acosaba y en una de esasocasiones la encontraron desnuda en la sala de maestrosesperándome. Solo quiero que tengas una cosa bien definida,Isabella ―ella puso una cara, su nombre completo no le gustaba―regrese para quedarme en sus vidas y no pienso salir de ellas―estaban a punto de besarse cuando varios jadeos losinterrumpieron, haciendo que Bella escondiera su rostro en el pec

de Edward.―¡Esto es genial! Tendremos que organizar todo porque ya vi cómva a ser todo, blanco y... ―Edward y Bella se miramos intrigados por los delirios de Alice, cuando todos salieron Edward se puso d pie y la besó, después de eso Ness entró como el torbellino que ersiendo cargada esta vez por Jasper, ya que la vez pasada la vendahabía molestado pero ella lo había logrado, algo que aún no seexplicaban, y ya le dolía un poco.

―Mi amor, te daré un poquito de jarabe para que se te quite eldolor. ¿Te parece?

―No, ese jarabe me hace dormir y no quiero.


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―Ness, amor no has dormido bien, anda tómate poquito y despuédescansaras y no te dolerá nada.

―No quiero dormir mami, si me duermo papá se va a ir y no quie―las fuertes lágrimas empezaron a caer por su cara, los dos sesintieron conmovidos porque era lógico.

―No amor, mira haremos una cosa, te daré el medicamento y meacostaré a tu lado y mami del otro, si me abrazas ya no me dejas i¿Te parece? ―ella asintió―. Bien pero ya no llores princesa que me gusta verte así ―una vez que se tomó el jarabe para el dolor ltres se acostaron en la gran cama y, como había dicho, Ness tomósu padre de su camisa con un agarre de hierro y no lo soltó, así sequedaron los tres dormidos como la reciente familia que eran.

.-.-.-.-.

―Vamos Alice, ¿por qué tienes que hacerme pasar por esto?

―Nada, silencio que vas a quedar hermosa ―con un gruñido sedejó hacer, mientras Alice trabajaba en ella, Rosalie lo hacía con pequeña hija que estaba más que encantada. ¿Cómo una niña decuatro años le gustaba y necesitaba arreglarse? No lo sabía, pero dejaría a Ness más con esa loca duende de la moda.

―Bien Bells, por qué no puedes ser como tu hija ¿eh? Bueno detodos modos quedaste hermosa, ahora ponte lo que dejé en el bañ

y mientras yo me cambio también y termino de maquillarme ―enal baño y casi sale corriendo, ¿cómo se le ocurría a Alice que ella pondría eso? Era un conjunto de tanga y sostén sin tirantes en colazul eléctrico, con un liguero sin medias, había un vestido blancomarfil que le llegaba hasta arriba de las rodillas de la parte delantey de la parte trasera era largo y caía en vuelo, era hecho de gasa y


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tela, era muy lindo pero ese conjunto no la convencía en nada―.Isabella Swan se hace tarde y cenaremos tarde por tu culpa, así quapúrate y ponte lo que dejé ahí para ti ―sin poder hacer nada máse colocó todo y evitó mirarse sin el vestido ya que de seguro le

daría pena y terminaría quitándoselo. Cuando se vio al espejo alfinalizar se sorprendió, esa no era ella, era otra y le gustaba.

―¿Y bien?

―Fantástica, ahora vamos. Esperen ―vieron como llamaba por teléfono y hablaba, decía que todos tenían que estar al inicio,cuando colgó Esme y Rose entraban por la puerta viéndosehermosas.Rosalie traía un vestido color negro, largo con una abertura que lellegaba a mitad del muslo, zapatos de tacón con brillos, su pelo lotraía sostenido con algunos pasadores de lado dejando caer sus risrubios. Esme traía un vestido largo igual, con la espalda descubieren color oro y una sandalias de tacón negras, ella traía el pelo en

recogido de moño. Alice traía un vestido lavanda que caía en caphasta la rodilla y zapatos altos plateados, con su cabello mirando diferentes direcciones y la nena tenía un hermoso vestido blancoigual al de Bella, con detalles azules y pequeñas sandalias de untaconcito de princesa, su pelo estaba trenzado hasta la mitad y lodemás caía en caireles.

―Bien, vamos que nuestros chicos nos esperan ―la primera en bajar fue Esme, seguida de Rosalie, Alice y hasta al último Bellacon su princesa tomada de la mano, cada uno de los chicos estabacon su pareja y llevaban trajes negro combinados con la corbata acolor de los vestidos, en el caso de Edward con Ness, dado que eltraía el vestido con detalles azul y el azul en combinación con lacorbata de Edward estaba bajo el vestido que ella traía.


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―Te ves hermosa mi amor.

―Tú también.

―¿Y yo papi?

―Tú eres la más hermosa princesa que haya visto en toda mi vidaamor ―la sonrisa de Ness no podía ser más grande al oír las palabras de su padre―. Bien pasemos a la sala, en unos minutosservirán la cena. ―Estuvieron platicando de todo y nada, a Esmenunca le había gustado la gente extraña en su casa si ella podía m bien a tender a su familia, así que tomó los guantes de cocina y se

dispuso a sacar el guisado para esa fecha, una vez que Bella fueliberada por Edward acudió a Esme y la ayudó al igual que laschicas, solo que ella se quitó sus gran zapatos de tacón para no ir parar al piso. Una vez sentados todos, Edward se acercó a su oído para hablarle solo a ella―. ¿Por qué te has quitado los zapatos? Tveías genial amor.

―¿Querías tu cena en la cara? Recuerda mi torpeza, si los hubierconservado estaría ahora mismo en el piso ―él rió y se dispusieroa cenar en familia, Ness y Emmett fueron los cantantes a llevar laconversación en toda la cena, cada uno se reía de lo que ese par decía y en ocasiones Rosalie era la encargada de poner en cinturaEmmett, dado que hacía repelar a Ness y esta se ponía roja delenojo.

―Bien, quiero hacer un brindis, por tener aquí a toda mi familiareunida en estas fechas tan especiales.

―¡Salud! ―todos corearon el brindis que Carlisle hacía ydispusieron a beber, todos tenían en sus copas cidra, la única era

ess que con un puchero preguntaba porque no podía tomar ella


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también y como él padre que era, caía ante los encantos de su hijale dio un trago de esta que como pensaban no le iba a gustar.

―Amor te dije que no te iba a gustar, ten toma tu jugo.

―Eso sabe feo, no sé por qué lo toman.

―Sabe rico pulga, ya te veré cuando tengas unos 12 años más.

―Emmett cállate ―empezaron una pelea en ese momento, Carlisolo reía porque Emmett empezó a hablar de los chicos tras Ness cuando tuviera novio―. No es gracioso así que cállate en este

instante.―Papi yo no voy a tener novio nunca, los niños son feos ―todosrompieron a reír porque eso era imposible mantenerlo en pie dentde algunos años más.

.-.-.-.-.

―Mi amor mejor vamos a dormir, Santa a veces tarda porque sonmuchos niños a los que tiene que dar regalos.

―Pero papi yo quiero ver a Santa y agradecerle porque te trajo aconmigo ―todos estaban en la sala, esperando a que la pequeña

ess se durmiera y así ellos poder acomodar todos los regalos bajel árbol pero ella tenía la idea de ver a Santa, así que estaba

aguantando lo más que se pudiera despierta.―Mi amor Santa sabe que le agradeces, además por eso le dejamlas galletas con chispas que tú misma preparaste para él.

―Está bien pero tú me acuestas ¿verdad?


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―Sí mi amor ―cuando vieron a Edward subir con la pequeña y cBella detrás de él hacia su habitación, todos se apresuraron a sacalos regalos de su escondite y los acomodaron debajo del árbol,cuando le pusieron la pijama y empezaron a contarle un cuento el

dejó caer la cabeza en la almohada y se durmió―. Estaba muycansada por esperar a Santa. ¿Es así todo el tiempo?

―No, ella apenas hizo esto, ella es imperativa pero hasta este añose le metió esta idea.

―Vaya, supongo que yo tengo mucho que ver en ello ¿no? ―ellaasintió―. Venga vamos con los demás para ayudarlos a acomodarlos regalos ―cuando bajaron ya todos estaban terminando e iban sus habitaciones―. Lo siento, queríamos ayudar pero creo quellegamos tarde.

―Sí, bueno hasta mañana, espero que esa pulga nos deje dormir u poco más tarde y recuperemos nuestras horas de sueño ―todosrieron yendo a sus habitaciones. Bella notaba nervioso a Edward

pensaba que era porque tenían que dormir juntos así que se desvihacia la habitación de Ness, pero él se lo impidió.

―¿A dónde vas?

―A dormir con Ness ―él negó y entraron a su habitación―.Edward estas nervioso desde hace un buen rato, ¿qué pasa? Loúnico que puedo pensar es que no quieres estar conmigo.

―Eres muy… ―ella lo miró con una ceja alzada―. Okay no dignada. Bella, quiero hacer algo que la verdad me da miedo hacerloasí que ven ―la tomó del brazo y la sentó en los pies de la cama,quedando arrodillado frente a ella sacó la cajita y la cubrió con sumano―. Isabella, desde que nos conocimos esta ha sido mi misió


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por azares del destino no pudimos completar, Bella tenemos unahija hermosa a la que amo ―sacó la cajita de su mano y la abriófrente a ella―. ¿Isabella Swan me harías el extraordinario honor ser mi esposa? ―las lágrimas caían por sus mejillas, su respiració

era trabajosa y su corazón latía a toda prisa―. ¿Qué dices?―¡S-sí! Sí, ¡Dios sí! Te amo, te amo. ¡Te amo! Claro que sí quieroser tu esposa ―se aventó a sus brazos y el la tomó para ponerse d pie y girar con ella, este era uno de los momentos más especiales únicos de su vida.

―Te amo ―decía mientras deslizaba el anillo por su dedo. Juntarsus labios saboreando el momento, saboreándose el uno al otro,cuando se separaron por falta de aire Edward no dejó su piel, bajóinmediatamente por su cuello para besar dónde el pulso latía másfuerte―. Quiero hacerte el amor nena, como mi prometida y comla única desde ahora en adelante.

Ella asintió y él la fue recostado poco a poco sobre la gran cama,

primeras prendas cayeron sobre el piso y a esas le siguieron lasdemás, cuando la tuvo desnuda se puso de pie para admirar suhermosura, el embarazo había hecho muchos cambios los cualessolo hacían resaltar la belleza y sensualidad que ella irradiaba. Badesde su boca pasando por su cuello hasta sus pechos que lollamaban por atención, jugó un rato ahí con esas dos hermosasoyas, fue bajando por su vientre, abdomen, hasta posarse en susexo que desprendía ese olor dulzón que lo llamaba e invitaba aentrar en el.

―¡Dios nena! Puedo olerte, me enloqueces ―sin perder tiempo dla primera lamida y ella se retorció por el placer que estabasintiendo, introdujo dos dedos en su estrecho canal y fuerecompensado con gemidos que ella trataba de retener, no quería


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dar un concierto de cómo su prometido la hacía gozar. Edward eruna combinación de dedos, lengua y boca, cuando tomó entre susdientes su clítoris no necesitó más para subir a la luna, ver lasestrellas y todo el sistema solar y regresar en picada para dejarse

caer en la cama satisfecha por tan magnífico momento. Él subió besando su cuerpo laxo hasta posarse en sus labios, entendió que quería que se probara, su boca sabía entre salda y dulce, un saborque solo provoco que se excitara más―. Te Amo ¿cómo estás?

―Bien pero creo que falta algo ―sin darle tiempo lo tomó de sushombros haciéndolos girar para que él quedara debajo y poder quedar a horcajadas sobre él, tomó su miembro que estaba más qulisto y lo dirigió con una mano a su entrada, mojada y resbaladiza para ir dejándose caer poco a poco en el. Los gemidos no tardaroen llegar al sentir como ella lo apretaba como un guante, empezó alzar las caderas embistiéndola y ella acudía a su encuentro, poco poco encontraron un ritmo que los llevó a la locura en cuestión deminutos, eran tantos años lejos que esto solo era el principio de lanoche, de un amor que sabían no se iba a terminar porque apenas

empezaba..-.-.-.-.

―¡Mami! ¡Papi! Levántense Santa vino, hay muchos regalos debdel árbol ―podía sentir a Bella a su lado gimiendo por laintromisión de su hija a tan temprana hora―. ¡Mamá! ¡Papá!―sintieron como brincaba sobre la cama y seguía gritando, de unmomento a otro como caía en la cama y se bajaba, Edward bajó lmano para verificar que traía pantalones y que Bella tenía tambiésu pijama, en su lista de navidad no estaba que su hija lo viera en pelotas y le preguntara a todos por qué su mamá y su papá dormíadesnudos, no señor; justo cuando sentía que Bella sí tenía su pijam

ess deslizaba la sábana por ellos y volvía a saltar sobre la cama


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cayendo sobre él. ¡Auch!―. Mami ―sintió como Bella soltaba unrisita mientras se volteaba a ver a Ness que estaba sobre su espald

―Hola mi amor, ¿por qué despierta tan temprano?

―Porque Santa ya llegó.

―Bien, princesa por qué no vas y despiertas a los tíos mientrasnosotros hacemos chocolate ¿vale?

―¡Sí! Pero rápido ―cuando la pequeña salió Edward se volteo para quedar sobre Bella y darle el beso de los buenos días. Mientr

se ponían un pijama mas calientita oían a su hija gritar, bajaron lodos y mientras Bella preparaba el chocolate Edward sacaba lastazas y las ponía en una charola. Cuando habían terminado y sedirigían a la sala, Carlisle y Esme entraban riendo y detrás de ellovenían los chicos mientras Ness venía de la mano de Rosalie―.¡Papi!

―¿Por qué ríen?

―Hermano, esta pulga tiene que dormir con sus padres desdeahora.

―¿Por qué? Ness amor ¿qué hiciste? ―su padre rió antes deresponder.

―Hijo, dirás qué hicieron ellos ―los dos los miraron intrigados.―Ella va a hacer que desde ahora ponga seguro a mi puerta yJasper también.

―Tus hermanos jugaron hasta tarde anoche y se olvidaron devestirse, Ness entró y bueno…


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―¿Te vio en pelotas y bate? ―ellos asintieron.

―Casi, no es mi regalo causarle un trauma, pero es la única vez qlo hace y dejo la puerta sin seguro.

―No quería asustar al tío Emmett mami, solo quería despertarlo porque quería los regalos pero él terminó en el piso ―pequeñaslagrimitas caían por sus mejillas mientras escondía su carita en el pecho de su madre, Edward enseguida la tomo en sus brazos paraapapacharla y le dio una mirada nada agradable a Emmett o más bien todos.

―Tranquila princesa, tío Emmett estaba dormido. Ahora vamos aabrir los regalos, anda ―ella saltó y corrió para tomar los regalos empezar a repartirlos, por más que Emmett intento unírsele lodetuvieron, había hecho llorar a la pequeña así que se aguantaba su lugar y esperaba a que le tocara su turno.

―¡Ya podemos abrirlos! ―el primero fue Emmett que recibió unuego de consola nuevo, camisas autografiadas de su equipofavorito, algunas cosas más. Rosalie un set de bailarinas de cristal para su colección, maquillaje, una tarjeta ilimitada para comprar lque quisiera en el centro comercial. Alice una tarjeta igual a la deRosalie, un set de perchas para bolsos, varios pares de zapatos.Jasper una colección de soldaditos que era una reliquia, variossombreros sureños, y algunas cosas más. Esme un juego de té de porcelana especial de colección, un local dónde podía exponer su pinturas, y varios recetarios. Carlisle un nuevo portafolio de piel,algunos utensilios para su consultorio. Edward un reloj y un portafolio nuevo también. Bella una cadena de oro blanco, unatarjeta igual a la de Alice y Rosalie, un paquete de enfermería quequería. Ness un kit de maquillaje, varias pijamas de sus personaje preferidos, un guardarropa completito.


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Todos estaban probando sus nuevos regalos o bien acomodándoloBella se alejó a dejar las tazas y cuando regresó se acercó a laventana a ver como la nieve caía. Pensó en todo lo que había pasado en estos años, cuando se ponía a llorar cuando Ness lo hac

todo eso valía la pena para que llegara este momento, sintió comoera rodeada por unos fuertes brazos, Edward.

―¿Qué piensas?

―En todo lo que ha pasado y que soy muy feliz.

―No les dijiste que nos casaríamos ―dijo mientras acariciaba el

anillo en su dedo.―No, quiero que ellas solas se den cuenta ―los dos rieron ydespués se vieron rodeados por pequeños bracitos, Edward la tomen brazos y los tres se quedaron viendo por la ventana mientras

ess empezaba a cerrar sus ojos. Todos los observaban y ahí frena ellos veían a la familia Cullen Swan en vivo y directo, porquedesde el mismo momento en que ellos se cruzaron eso fue lo queestaban predestinados a ser.

Porque«El amor no es solo lo más importante. Lo es todo.» undeseo a veces podía cumplirse si se pedía con mucho amor ydevoción, porque recuerden,todos los caminos llevan a casa.

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Bueno espero que les guste este One-Shot que es especial paraustedes y espero que voten, las quiero mucho…

Gracias Kary Orozco por la ayuda en revisar y corregir…


40/40

**Besos incrustados aquí***

Esta neófita Inmortal se despide.

Jane.

jane y raysa - mi carta a santa claus()

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