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1 La mitología del progreso (La impronta del diablo) Evolución de la mentalidad burguesa y de la “razón occidental” La pertinaz presencia del diablo, desde las primeras propuestas libertinas y de erotismo abierto, la brujería, las posesiones, los pactos diabólicos y el mito fáustico, hasta la ideología de la Ilustración, el Estado de bienestar y la opción exterminista- JULIO CÉSAR CARRIÓN CASTRO

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La mitología del progreso(La impronta del diablo)

Evolución de la mentalidad burguesa y de la “razón occidental”

La pertinaz presencia del diablo, desde las primeras propuestas libertinas y deerotismo abierto, la brujería, las posesiones, los pactos diabólicos y el mito

fáustico, hasta la ideología de la Ilustración, el Estado de bienestar y la opciónexterminista-

JULIO CÉSAR CARRIÓN CASTRO

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LA MITOLOGÍA DEL PROGRESOEvolución de la mentalidad burguesa y de la “razón

occidental”

-La pertinaz presencia del diablo, desde las primeras propuestaslibertinas y de erotismo abierto, la brujería, las posesiones, los

pactos diabólicos y el mito fáustico, hasta la ideología de laIlustración, el Estado de bienestar y la opción exterminista-

INTRODUCCION

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!A las cosas inmundas encontramos encantos;

Y sin horror, en medio de tinieblas hediondas,Cada día al infierno, descendemos un paso.

Charles Baudelaire

La presencia eterna del demonio

Es un lugar común oír decir que el diablo existe, que nunca duermey que está en todas partes. Tal ha sido la asiduidad y ubicuidadhistórica de este maligno personaje, que se llegó a acuñar el dichoque asevera que “detrás de la cruz está el diablo”. En medio de estapermanente presencia demoniaca, no es extraño que sean muchos losque aseveran la real asistencia del diablo a muchos eventos ysucesos.

Diversas tradiciones y costumbres del planeta entero, nos muestran yconstatan esta perseverancia. Las creencias, las culturas populares, yhasta las oficiales y eruditas, las artes plásticas, las artesanías, elfolclor y la literatura en general, recogen las más diversasmanifestaciones y expresiones del demonio y sus apariciones. Son,

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en todo caso, muy amplias las manifestaciones de los imaginarioscolectivos, respecto al diablo y su cohorte. Podemos afirmar, sintemor a equivocarnos, que el diablo siempre ha existido comoexpresión del mal y figura maléfica por antonomasia, y así seconstata por las representaciones religiosas y por ser una creenciapopular arraigada en todo el orbe. Su presencia en el mundooccidental se ha hecho sentir a lo largo de todos los tiempos, aunqueparticularmente, gozó de mayor notoriedad y preminencia, durantela larga Edad Media.

Este fantasioso personaje tiene una historia oficial, muchas historiasno oficiales y cuenta con un sinnúmero de narraciones, cuentos yconsejas que nos hablan de sus características, de sus hechos,hazañas y conductas cotidianas, tan ciertas y reales, como si desimples seres humanos se tratara. Con la llegada de las nuevascostumbres, ideas y representaciones dela mentalidad burguesa, quepretendió sustituir a Dios por la naturaleza y los mandatos ydisposiciones eclesiásticas por normas contractuales de caráctercívico, jurídico y legal, se buscaría, al menos inicialmente, imponerun sistemático desconocimiento del diablo y hasta se promovieronjocosas burlas a sus poderes, pero el diablo ha sobrevividotenazmente y, por el contrario, muestra una persistencia casi queinamovible e incuestionable, no sólo en los imaginarios colectivos,sino en los medios académicos e intelectuales.

Su presencia se encuentra como leitmotiv e inspiración en muchasobras literarias de la cultura europea, como desde el siglo XIV en laDivina Comedia de Dante Alighieri (particularmente en la parteconcerniente al Infierno), en La trágica historia del Doctor Faustode Christopher Marlowe, escrita a comienzos del siglo XVII, en Elparaíso perdido de John Milton, publicado en 1667.

El siglo XVIII, el siglo de la luces, fue copioso en literatura tanto enpro, como en contra del demonio. Los filósofos de la Ilustración enmuchas de sus obras, no sólo cuestionaron la existencia del diablo,

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sino todo el andamiaje teológico, político y moral que sustentaba elmundo feudal. Los enciclopedistas (Denis Diderot, Paul Henri Thiry-Barón de Holbach-, Claude Adrien Helvétius, Françoise MarieArouet -Voltaire- y muy particularmente Donatien AlphonseFrançois, Marqués de Sade), fueron abundantes en escritosanticlericales y amorales, lo que, a la postre, constituiría el principalcombustible para la destrucción, derrumbamiento e incendio final del’ancien régime, al preparar en Francia las concienciasrevolucionarias, con sus obras descreídas y ateas.

En el siglo XIX se halla también extendido el tema del inmortaldemonio, en obras literarias de gran belleza, contenido e influencia,como el Fausto de Goethe con su personaje central Mefistófeles.Siguiendo la misma temática de los pactos con el diablo, como loinstituyera Goethe, se encuentran otras novelas como La piel deZapa (1831) de Honorato de Balzac, El retrato de Dorian Grey(1890) del escritor irlandés Oscar Wilde; además Balzac nospresenta un demonio de condición andrógina en su extraña novelaSerafita; el gran Víctor Hugo, ilustrado y optimista, asume lasposibilidades de un Satanás arrepentido y perdonado por Dios, en elpoema El fin de Satán de 1886. El diablo goza gran de preminencia,en las distintas novelas del escritor ruso Fiódor Dostoievski; comoCrimen y castigo de 1866, Los demonios(1872) y Los hermanosKaramazov (1880).

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, el diablo continúarondando en obras como El diablo, pequeña novela póstuma deLeón Tolstoi (publicada en 1911), que encierra un contenidoejemplarizante acerca del comportamiento y la conducta moral que,desde una concepción cristiana, propone Tolstoi cumplir parapreservar una correcta vida en sociedad.

También en Rusia se desarrolla el tema de la novela El maestro yMargarita de Mijaíl Bulgákov, obra escrita entre 1928 y 1940, bajoel régimen soviético, pero que sólo se logró publicar en 1966,

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debido a la censura y persecución estalinista. En ella el autor, dandocontinuidad a la saga de Fausto, irónicamente presenta las peripeciasdel demonio en Moscú, en una serie de extravagantesacontecimientos, que en lo fundamental constituyeron una burlamordaz al desempeño burocrático y criminal del régimenautodenominado del “socialismo real”.

La literatura burguesa ha creado también las posibilidades de undiablo divertido como El diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara,1641, o en El diablo en la botella de Robert Lewis Stevenson, 1889.

No podemos dejar de lado la fascinante novela de Bram Stoker(1847-1912), sobre la leyenda de Drácula, ("la novela más hermosajamás escrita", según Oscar Wilde) en todo caso, una de las másreconocidas expresiones acerca del terror y de la presencia del malen la cotidianidad.

Los llamados poetas malditos, desde Petrus Borel (1809-1859) consus Cuentos inmorales; Edgar Alan Poe(1809-1849) con sus cuentosmacabros y sus Narraciones extraordinarias; Charles Baudelaire(1821-1867) y su poética romántica y simbólica, como Las flores delmal, Los paraísos artificiales o El spleen de París; Arthur Rimbaud(1854-1891) con su obra Una temporada en el Infierno de1873; PaulVerlaine (1844-1896), con sus Poetas malditos, sus Poemassaturnianos y sus Liturgias íntimas y Stéphane Mallarmé (1842 -1898) con su convocatoria a los Dioses antiguos, sus Divagacioneso La tarde de un Fauno; todos ellos, indiscutiblemente, con suinquietante literatura, son seguidores y hasta adoradores del diablo.

La obra Los cantos de Maldoror (1868) de Isidore-Lucien Ducasse,Conde de Lautréamont, uno de los mayores “poetas malditos”, seríaasumida posteriormente, por los escritores surrealistas, como undiabólico devocionario, como la más clara exposición de teofobia,como la más acabada expresión de un visceral odio a Dios y a todolo que este símbolo representa. (André Bretón, Guillaume

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Apollinaire, Paul Éluar… entre otros, son grandes representantes delsurrealismo: “un dictado del pensamiento, sin la intervenciónreguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral”,como lo expresara Bretón en el Manifiesto de 1924).

Todas las historias macabras, de horror y satanismo, del racistaescritor estadounidense Howard Philips Lovecraft (1890-1937),plantean la defensa a ultranza de los supuestos “valores” de lacultura puritana, blanca, aristocrática, y premoderna norteamericana(conocida por la sigla en inglés WASP -White, Anglo-Saxon andProtestant-: Blanca, Anglosajona y Protestante) y sirven como“explicación” acomodaticia a los intereses coloniales e imperialistasde la potencia, constituyendo una especie de ferviente continuidad ypuesta en vigencia de lo demoniaco en el mundo contemporáneo.

Tomas Mann en 1947, precisamente luego de los estragos de lasegunda guerra mundial y de la experiencia del nacionalsocialismoen Alemania, retoma el caso del Doctor Fausto y expone cómo suprotagonista, un músico, Adrian Leverkühn, en busca de un mayorreconocimiento y para lograr una más alta expresión de su arte,vende su alma al diablo. Tomás Mann se sirve del tema comometáfora para tratar de explicar la evolución y falsa grandeza de lacultura y la conciencia alemana y europea, en marcha hacia la cínicaaceptación del nacional-socialismo, que desembocaría en lasdesgarradoras situaciones vividas durante la segunda guerramundial.

El francés Paul Valery escribiría -en 1940-, una serie de esbozospara teatro, como sentido homenaje a Goethe y sus estudios, en laobra titulada Mi Fausto, centrándose, de nuevo en la validez delindividualismo y en el pesimismo ilustrado. Le hace decir a suFausto : “me siento desligado de todas las esperanzas como de estepasado del que he olvidado todo, mis crímenes, mis fervores, misvirtudes ahogadas… y …yo que supe al ángel vencer y al demonio

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traicionar, y sé demasiado para amar, sé demasiado para odiar, yestoy harto de ser una criatura…”

Giovanni Papini escribió en 1953 su obra El diablo en la quepretende mostrarnos una especie de amable biografía de estepersonaje, que asume como casi humano. Dice: “¿Cómo puede Dios,que es Amor, condenar a una parte de sus hijos a la ceguera absolutay la desesperación eterna?” y se pregunta: “¿No es éste un sadismoanticristiano?”. Entonces nos propone contribuir a hacer regresar eldiablo a su primitiva condición de ángel bueno.

El escritor inglés William Golding en su célebre novela El señor delas moscas, publicada en 1954, se refiere al tema de la manipulacióndel miedo -que siempre habrá de atormentar a las masas, seangrupos infantiles o personas mayores- por parte de quienes detentanalgún tipo de autoridad, a la pérdida de la cordura, a la violencia y ala crueldad que acompaña siempre estas manifestaciones de temor alsupuesto poder de lo desconocido.

Han sido muchas las poesías, las novelas, las obras de ficción y losensayos y estudios de carácter sociológico, político, etnográfico,antropológico, o meramente especulativos, efectuados durante losúltimos tiempos, en torno al diablo y sus actividades…

En El retorno de los brujos, de 1960, Louis Pauwels y JacquesBergier afirman la necesidad del hombre contemporáneo de tender“un puente entre la mística y el espíritu moderno”, ya que en lasfronteras de la ciencia y de la tradición, hay una especie de acuerdo,que los “científicos dialogan con los antiguos magos, alquimistas,taumaturgos…”, que la noción de “progreso” es ya una impostura yque “lo fantástico tiene probabilidades de ser verdadero…”

Por el contrario, en el libro El Mundo y sus demonios (1995), deldivulgador científico Carl Sagan, se confronta, desde unaperspectiva orgullosamente racionalista y cientista, toda esa

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pseudociencia que llena de fantasías, de engaños y de excesosteoréticos y especulaciones a las mentalidades populares,fomentando simultáneamente irracionales temores e ingenuasesperanzas y generando una falsa autoconfianza que se nutre tantode la estupidez como de la ignorancia.

Todo este recuento en torno de las obras literarias que por siglos sehan referido al diablo y sus milagros, no tiene otro propósito que seruna fehaciente prueba de que el diablo siempre ha estado en todaspartes, a pesar de los incansables esfuerzos por negarlo…

Actualmente el diablo pareciera retomar fuerzas con la actividad dedelirantes grupos satánicos, misas negras, rituales de sanación,hechiceros, médiums, la supuesta música satánica, ministrosescatológicos, parapsicólogos, astrólogos, videntes, acuarianos,seguidores del New age, exorcistas y otros sacerdotes, que tratan deexplicar al mundo, mediante un sinnúmero de publicaciones de muypobre contenido y baja calidad estética o literaria, la presenciaatemporal del diablo.

Mientras tanto, la Iglesia católica, como desde la Edad Media,continúa afirmando que las acciones del demonio se siguenrealizando mediante maleficios y sortilegios y que el príncipe delmal realmente actúa y hace daño, gracias a la seducción, a lastentaciones, o por la posesión, dice la Iglesia, además, que una de lastácticas favoritas que en los últimos tiempos le ha dado muy buenresultado al demonio, es el "pasar desapercibido", o haciéndole creera la gente que no existe. En todo Caso para la Iglesia, “Satanás esmuy astuto” por ello afirma que, “en un mundo descreído, el diablotrabaja mejor”. Asevera la Iglesia que “si muchos encuentranabsurdo creer en el demonio es porque se basan en libros, pasan lavida en bibliotecas o en el escritorio, mientras que al demonio no leinteresa la literatura, sino las personas, especialmente los santos”.

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En los orígenes del modo de producción capitalista, la nacientementalidad burguesa buscaría superar, suprimir o sustituir al diablo,burlarse de él y fomentar otras formas de pensar la vida, en unaardua tarea que lamentablemente ha sido marcada por el másrotundo y contundente fracaso…

La tarea de separación secular y profana que emprendió laburguesía, como clase social emergente, frente a las arraigadastradiciones metafísicas y religiosas que por largos siglos sostuvieronlas arcaicas, patriarcales y anticuadas mentalidades quecaracterizaron todo el período feudal y la Edad Media, tuvo variosfrentes de actividad y varias etapas, fases o momentos, como loanalizara José Luis Romero en su Estudio sobre la mentalidadburguesa, obra en que explica cómo en el seno de la propia sociedadfeudal y señorial se fue estructurando la mentalidad burguesa, en suscomienzos tímida y medrosa, con complejo de inferioridad frente ala aún poderosa mentalidad cristiano-feudal, pero más tarde estasexpresiones serían exuberantes y vigorosas hasta llegar a confrontarabiertamente a la Iglesia, soporte indiscutible no sólo de la doctrinacristiana, sino, de las relaciones sociales vigentes durante el largoperíodo de la Edad Media.

I.- Literatura erótica y libertina

La nueva clase social, buscando establecer una diferente concepcióndel mundo y de la vida, ensayó inicialmente -prácticamente durantelos siglo XI, XII, XIII y XIV- una confrontación abierta y descaradaa la mentalidad aldeana, caballeresca y cortés de las sociedadescristiano-feudales, con claras intenciones de revolucionar losespacios cotidianos y los comportamientos rústicos y rutinarios decampesinos y villanos, con propuestas que tenían un caráctermarcadamente mundano, placentero y gozoso. Propuestas que se

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expresarían, en los comienzos del modo de producción capitalista,incluso con la amenaza de adoptar nuevas relaciones de convivenciay comunicación, basadas en extremismos licenciosos, eróticos yconcupiscentes, como se puede ver, en la labor de los llamadosgoliardos o clérigos vagabundos y estudiantes de las nacientesuniversidades que deambulaban por los campos y los incipientescentros urbanos, manifestando el rechazo a las autoridadesestablecidas, principalmente las eclesiásticas, y fomentando lasposibilidades de llevar una vida libertina, disipada y de relajamientomediante la burla a los valores y a la moral sancionada, como sepuede rastrear en los cárminas o cánticos medievales (la palabracármina viene del latín cármĕn-inis: canto, cántico o poema) queelogiaban el amor, el juego y la fortuna, el vino, la taberna y losburdeles, y asumían que la felicidad y la prosperidad provendríandel rechazo a los anticuados valores que se fiaban en lo sobrenaturaly milagroso y proponían como indispensable para el logro delsupremo bien, -el paraíso supramundano- no la castidad y la virtud,sino la efusión erótica y los placeres terrenales.

Hoy se conocen varias de estas colecciones de poemas, cancioneroso cárminas, con los que estos goliardos (goliardi) y clérigosvagantes (clerici vagantes) expresaban su inconformismo. Se tratade un conjunto de atrevidos poemas, escritos principalmente enLatín, entre los siglos XI y XIII en el occidente de Europa y quellevan sus nombres por los monasterios en que fueron halladosdichos textos en Alemania, Francia, España o Inglaterra, como elCarmina Cantabrigensia (conservado en un manuscrito deCambridge), el Carmina Rivipullensia (poemas del monasterio deRipoll en España) o el afamado Carmina Burana (poemas de Bura,nombre latino del monasterio alemán de Beuren). Todos estospoemarios enfatizan en la crítica al poder político y eclesiástico, que

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para la época estaban completamente fusionados -simbiosis yamalgamamiento Estado-Iglesia, que en muchas latitudes,particularmente en España y en la América Latina, ha permanecidoprácticamente inalterado, a pesar del paso de los siglos- no obstante,los poemas se centran principalmente en la alegría que provocan losplaceres terrenales, el juego, el vino, el amor carnal -es decir, elsexo, la lujuria-. Su encanto estriba en esa convocatoria al amor y alos placeres, sin tapujos y sin hipocresía.

Por ejemplo, en el Cármina Burana, -compilado por el compositoralemán Carl Orff (1895-1982)- leemos:

Si puer cum puellula

Si puer cum puellulamoraretur in cellula,felixconiunctio.Amoresuscrescentepariter e medioavulsoprocul tedio,fitludusineffabilismembris, lacertis, labii,sipuer cum puellulamoraretur in cellulafelixconiunctio.

Si un chico con una chica

Si un chico se quedasecon una chica en la habitación,se produciría una feliz unión.Creciendo el amor,e igualmente apartados de en medio,lejos, los remilgos,sería indescriptible el juegode miembros, brazos y labios;si un chico se quedasecon una chica en la habitación,se produciría una feliz unión.

In tabernaEstuansinterius

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Estatus interiusiravehementiinamaritudineloquor mee menti:factus de materia,ciniselementisimilis sum folio,de quo luduntventi.Cum sitenimpropriumvirosapientisuprapetramponeresedemfundamenti,stultus ego comparorfluviolabenti,subeodem tramitenunquampermanenti.Feror ego velutisinenautanavis,ut per viasaerisvagaferturavis;non me tenent vincula,non me tenetclavis,queromihisimilesetadiungorpravis.Mihicordis gravitasresvideturgravis;iocusestamabilisdulciorquefavis;quicquid Venus imperat,laborestsuavis,quenunquam in cordibushabitatignavis.Via lata gradiormoreiuventutis,inplicor et vitiisimmemorvirtutis,voluptatisavidusmagisquamsalutis,mortuus in animacuramgero cutis.

En la tabernaArdiendo interiormentede ira vehemente,con amargurahablo para mi interior;hecho de materia,

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como sustancia, ceniza,soy semejante a una hojacon la que juega el viento.Aunque, ciertamente, sea propiodel hombre sabioestablecer sobre piedrala situación de sus cimientos,yo, como un estúpido, me comparocon el río que vacilay que nunca permanecepor un mismo cauce.Yo me dejo llevarcomo una nave sin marinero,como por los caminos del airese deja llevar el pájaro errante.No me retienen las ataduras;no me encierra la llave;busco a los que son semejantes a mí,y me uno a los depravados.A mí, la seriedad del espíritume parece una cosa demasiado seria;la broma me es agradabley más dulce que los panales de miel.Todo lo que Venus ordenaes tarea suave;ella no habita nuncaen los corazones débiles.Voy por el camino anchocomo es costumbre de la juventud;me enredo en los vicios,olvidado de la virtud.Ávido de placeresmás que de la salvación,muerto en cuanto al alma,presto atención al cuerpo.

En diversos productos intelectuales de la época se percibenconjuntamente, tanto los irrefrenables deseos amatorios, gozosos,lujuriosos, como el impulso antiautoritario y anticonformista de estemovimiento cultural y político que irradió en su primera fase lanaciente burguesía.

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Así, en el Roman de la Rose (El libro de la rosa), poema alegórico,escrito en francés antiguo -una primera parte hacia 1230 porGuillaume de Lorris y concluido por Jean de Meung entre 1275 y1280- se relatan una serie de aventuras de carácter onírico queenaltecen el placer, la juventud, la belleza y el amor, estableciendouna confrontación con los diversos enemigos que les acechan comoel peligro, el miedo y la vergüenza… La primera parte se centra aunen los aspectos relativos al amor cortés o gentil, que prosperóparticularmente en la baja Edad Media, mientras que la segunda esya un ejercicio de crítica a esas visiones metafóricas e idealizadas delas relaciones amorosas.

“Puede considerarse el Roman de la rose como el encuentro -yenfrentamiento- de dos ideologías opuestas, (el ideal cortés en laparte correspondiente a su primer autor, Guillaume de Lorris, y elracionalismo y naturalismo universitario o pensamiento de lo que,con evidente anacronismo pero carentes de un término másadecuado, podríamos llamar la “burguesía ilustrada” de su época delcontinuador, Jean de Meung” , ha escrito la profesora Alicia Yllera,en su estudio El Roman de la rose y los cuentos de Canterbury deChaucer: Visión del mundo y concepción del hombre y de lasociedad.(Publicaciones Universidad de La Riojawww.unirioja.es/servicios/sp/ej/cif/cif05.shtml)

En Italia, surge Giovanni Boccaccio (1313-1375), “el exaltador delos triunfos de la carne”, quien con su obra El Decamerón, que seempezó a publicar en el año 1348, habría de mostrar los ideales,valores y “virtudes” de la nueva clase social: el espíritu de empresa,la ambición de ganancia, el interés de lucro, el utilitarismo, larespetabilidad sustentada en la solvencia económica y no en latenencia de la tierra, ni en la nobleza, ni en la sangre; valores yvirtudes con los cuales la orgullosa burguesía, sintiéndose

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económicamente segura, confrontó la moral y la disciplina, el modode vida medieval, forjado por el cristianismo. En el proemio delDecamerón atrevidamente afirma Bocaccio:

“…me propongo relatar aquí cien narraciones, o fábulas oparábolas, o historias, como queramos llamarlas, contadas endiez días en una honesta reunión de siete mujeres y tresjóvenes, durante el pestífero tiempo de la pasada mortandad,añadiendo algunas cancioncillas entonadas por las susodichasmujeres cuando les plugó. En estas narraciones se veránlances de amor rigurosos y placenteros, con otros fortuitosacontecimientos tanto de los tiempos modernos como de losantiguos...”

Entonces, de manera burlona, sarcástica, lúdica, erótica y genial,emprende la narración de una serie de aventuras en las que semuestran amores locos, falsas doncellas, adulterios, engaños,trampas de amor, enredos, simulaciones, amores infelices, amorescon final feliz, salidas ingeniosas, respuestas graciosas; un prolijorecuento de las falacias, de la hipocresía y la corrupción de clérigosy monjas; sus vicios privados y sus virtudes públicas, los falsosmilagros, el embuste de los exorcismos; pícaros presentados comosantos, rameras envestidas de virtud y de falso pudor... en resumen,Bocaccio nos muestra la patética pequeñez de sus contemporáneos;una radiografía de las relaciones sociales que le correspondió vivir.

Ya en la narración décima de la tercera jornada del Decamerón,Bocaccio establece una eficaz fórmula para burlar al pertinazdemonio (tan cotidiano en el mundo medieval y feudal), mediantelas maniobras ideadas por un monje, proverbialmente llamadoRústico, que le enseña a una bella adolescente a meter al diablo en elinfierno:

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“…primeramente con muchas palabras le mostró cuánenemigo de Nuestro Señor era el diablo, y luego le dio aentender que el servicio que más grato podía ser a Dios erameter al demonio en el infierno, adonde Nuestro Señor lehabía condenado. La jovencita le preguntó cómo se hacíaaquello; Rústico le dijo:

-Pronto lo sabrás, y para ello harás lo que a mí me veas hacer.Y empezó a desnudarse de los pocos vestidos que tenía, y sequedó completamente desnudo, y lo mismo hizo la muchacha;y se puso de rodillas a guisa de quien rezar quisiese y contraél la hizo ponerse a ella. Y estando así, sintiéndose Rústicomás que nunca inflamado en su deseo al verla tan hermosa,sucedió la resurrección de la carne; y mirándola Alibech, ymaravillándose, dijo:

-Rústico, ¿qué es esa cosa que te veo que así se te sale haciaafuera y yo no la tengo?

-Oh, hija mía -dijo Rústico-, es el diablo de que te he hablado;ya ves, me causa grandísima molestia, tanto que apenas puedosoportarlo.

Entonces dijo la joven:-Oh, alabado sea Dios, que veo que estoy mejor que tú, que notengo yo ese diablo.Dijo Rústico:-Dices bien, pero tienes otra cosa que yo no tengo, y la tienesen lugar de esto.Dijo Alibech:-¿El qué?Rústico le dijo:-Tienes el infierno, y te digo que creo que Dios te hayamandado aquí para la salvación de mi alma, porque si ese

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diablo me va a dar este tormento, si tú quieres tener de mítanta piedad y sufrir que lo meta en el infierno, me darás a mígrandísimo consuelo y darás a Dios gran placer y servicio, sipara ello has venido a estos lugares, como dices.

La joven, de buena fe, repuso:-Oh, padre mío, puesto que yo tengo el infierno, sea comoqueréis.Dijo entonces Rústico:-Hija mía, bendita seas. Vamos y metámoslo, que luego medeje estar tranquilo.

Y dicho esto, llevada la joven encima de una de sus yacijas, leenseñó cómo debía ponerse para poder encarcelar a aquelmaldito de Dios”.

El Decamerón es una obra profundamente erótica ydespiadadamente irreverente y satírica. Primer intento literario pormostrar descarnadamente la paradójica situación de la grandeza y dela pequeñez de los hombres, pone de manifiesto tanto la superficieluminosa como las oscuridades y el subsuelo de la condiciónhumana. Por todo ello esta obra llegaría a ser consideradaciertamente una auténtica “comedia humana”, como se la denominó,en contraste con la Divina Comedia de Dante Alighieri, escritatambién en Italia unos años antes, entre 1304 y 1321.

El tema de la secularización y la llamada apertura hacia lamodernidad, se inicia con este tipo de obras profanas quepicarescamente buscaban relajar los temores, la disciplina y la moralvigentes, imponiendo la satisfacción burguesa y los ideales del ocioy de la buena vida en torno a las locuras del amor y del placer, comouna exuberante y mordaz crítica a las imposiciones religiosas.

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El Libro del buen amor de Juan Ruiz de Alarcón, el Arcipreste deHita (1284-1351), escrito en España también a mediados del sigloXIV, contiene, además de imágenes y semblanzas de la vidamedieval, todo un repertorio de situaciones picarescas y personajescuriosos, que plantean en su devenir, una dura crítica a la sociedadde su tiempo, a pesar de los supuestos fines nobles que expone elautor, al decir que intenta con su obra apartar a los hombres del“amor loco o del pecado del mundo”, acercándoles al amorauténtico, al amor de Dios.

Tú, Señor e Dios mío, que el omnecrieste,enforma e ayuda a un tu açipreste,

que pueda fazer libro de buen amor, aqueste,que los cuerpos alegre e a las almas preste…

E Dios sabe que la mi intençión non fue de lo fazer por darmanera de pecar nin por maldezir, mas fue por reduçir a todapersona a memoria buena de bien obrar e dar ensienplo debuenas costunbres e castigos de salvaçión; e porque seantodos aperçebidos e se puedan guardar de tantas maestríascomo algunos usan por el loco amor […]

El profesor Juan Paredes de la Universidad de Granada ha dicho:“en el caso del Arcipreste, la declaración de intenciones parecequedar condensada en un solo verso: «que los cuerpos alegre e a lasalmas preste…». “Que a los cuerpos alegre y a las almas preste…”.Una finalidad didáctico-moral, pero a través de la vía de ladiversión, de la alegría…”

El Libro del buen amores una obra que exalta el erotismo, laspasiones amorosas y el deseo sexual, a pesar de su revestimientodidáctico y moralista, su intencionalidad real es confrontar las falsasapariencias, la hipocresía social, los patrones culturales, los modelos

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de comportamiento y las rigideces de la moral y las costumbresmedievales.

“…El Arcipreste rechaza el ascetismo y el celibato de los clérigos yde los religiosos y en el Libro se manifiesta un naturalismo y undidactismo muy parecido al que representa en la literatura francesael Roman de la Rose de Jean de Meung, una conciliación delnaturalismo aristotélico y la fe cristiana, los dos presentes en elLibro del Arcipreste de Hita…” Ha escrito José Luis Pérez López,de la Universidad de Castilla-La Mancha. (José Luis Pérez López, «El Libro de

buen amor y la Iglesia toledana», Actas del VIII Congreso Internacional de la Asociación Hispánica deLiteratura Medieval)

En general la obra gira alrededor de una serie de situacionesmaliciosas, satíricas, humorísticas y burlescas, disfrazadas deascetismo y fingiendo establecer propuestas pseudo-moralizadoras,lo que habría de convertirla a la postre, en una especie de manual desinvergüenzas, pícaros y trúhanes.

Por esta misma época son publicados en Inglaterra los Cuentos deCanterbury de Geoffrey Chaucer (1343-1400), siguiendo la pautaestablecida por El Decamerón y constituyéndose, quizá, en laprimera obra escrita propiamente en el idioma inglés. El temacentral de estas narraciones se da a partir de una romería operegrinación al santuario de Santo Tomás de Canterbury, allí, narraChaucer,

Un día, por aquellas fechas del año, a la posada de «ElTabardo», de Southwar, en donde me alojaba dispuesto aemprender mi devota peregrinación a Canterbury, llegó alanochecer un grupo de 29 personas. Pertenecían a diversosestamentos, se habían reunido por casualidad, e iban decamino hacia Canterbury…

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Chaucer hace un pormenorizado recuento de los peregrinosreunidos en la posada u hostal, nos señala los atributos de estospersonajes, que representan las más diversas condiciones sociales,ocupaciones y oficios, nos muestra sus rasgos personales, y lasparticulares conductas y comportamientos que los caracterizan. Nosinforma:

…Hasta aquí les he descrito a ustedes en pocas palabras laclase de gente, atuendo y número que formaba nuestro grupo yla razón por la que se reunieron en esta excelente posada deSouthwark, «El Tabardo»…

Asimismo nos describe al hostelero, quien propone el juego de lasnarraciones y quien a la vez habrá de constituirse en una especie deárbitro o juez central de los cuentos que darán cuerpo a la obra…

…Nuestro Anfitrión nos recibió con los brazos abiertos a todosy nos asignó inmediatamente lugares para la cena. Nos sirviólas mejores viandas; el vino era fuerte y nos apetecía beber.Era un individuo de aspecto sorprendente, un adecuadomaestro de ceremonias para cualquier sala…

...acaba de ocurrírseme un juego que les divertirá y no les va acostar ni un penique. Ustedes van a Canterbury. ¡Que tenganun buen viaje y que el santo mártir les recompense! Sinembargo, pueden divertirse relatando cuentos durante elcamino. No tiene sentido cabalgar mudos como estatuas. Porello, tal como les acabo de decir, idearé un juego que lesaporte alguna diversión…

…En resumen, he ahí mi propuesta: cada uno de ustedes, paraque el camino les parezca más corto, deberá contar doscuentos durante el viaje. Quiero decir, dos en la ida y dos enla vuelta. Cuentos del estilo de «érase una vez...». El querelate su historia mejor -con el argumento más edificante ydivertido- será obsequiado con un banquete a costa del resto

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del grupo, aquí, en esta posada y bajo este mismo techo, alregresar de Canterbury…

Tras el artificio de esta compilación de divertidos cuentos, sepresenta una serie de juicios y valoraciones a muchos aspectos de lavida social, política y cultural de esta etapa de la historia del mundooccidental, se ponen en entredicho muchas costumbres einstituciones reputadas como ilustres, famosas e inamovibles, talescomo la Iglesia, el clero, el matrimonio, la nobleza… y muchosotros asuntos que pasaron a constituir la temática de estos cuentos,lúdicos, humorísticos y eróticos, pero envueltos en un ambiente defalso pudor y pseudo-moralismo.

Este tipo de expresiones humorísticas, lúbricas, licenciosas y hastapornográficas, llegarían a mayores niveles posteriormente, en laItalia renacentista con elevados representantes como Pietro Aretino(1492-1556), uno de los escritores más osados en la confrontación ala moralina religiosa y feudal que caracterizó a la Edad Media.

Pietro Aretino, con un lenguaje obsceno y descarado, pero no exentode belleza literaria, fustigó las cotidianas maneras de vivir y depensar de sus contemporáneos y enfrentó irreverentemente ladignidad de prelados, magistrados y monarcas… En sus obrascríticas y lujuriosas (“La cortesana”, "Diálogos Amenos", "SonetosLujuriosos" y otras) se muestra el amplio panorama de intrigas,chantajes, conspiraciones, falsos atributos y reconocimientos quesaturaban el mundillo político, clerical y cortesano de su época, pusoen evidencia la falsedad y la reputación simulada de muchospersonajes encumbrados; en general señaló la “lagartería” de la vidacortesana presente en la sociedad civil de su tiempo, así como lavida oculta de los representantes del clero, en monasterios yconventos, con las “actividades” eróticas y lujuriosas de las monjasy los frailes.

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Sus sonetos lujuriosos son desvergonzados cantos de amor que no sedetienen en pequeñeces moralistas

Soneto I

Amémonos sin tasa y sin medidapuesto que para amar hemos nacido.Adora mi gorrión, cual yo tu nido,pues sin ellos ¿valdría acaso la vida?Y si aún después de ella ya extinguida,fuese posible amar, bien querido,a gritos pediría el bien perdidopara seguir gozando todavía.Gocemos, pues, cual lo hizo dulcementela primera pareja de mortales,aconsejados por la audaz serpiente.Que nos perdieron por amar, ¿se dice?Blasfemias necias son los dichos talesque sólo aquel que no ama es infelice.-Calla, pues, y ama tú también, ¡te digo!Calla, y méteme hasta los cojonesjueces de amor, y del amor testigos.

Por estas mismas épocas en que prosperaba una literatura erótica,lúdica y libertina, que enaltecía los valores del amor carnal, del sexo,del placer y de todos aquellos atributos, bregas, ocupaciones yquehaceres que la Iglesia señalaba como pecado, florecería también,en esa misma Europa enclavada entre el viejo régimen feudal y lanaciente sociedad burguesa, otra literatura de carácter sombrío,caracterizada por la impronta de la persecución a esos efluvios delamor y a la mujer…

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II.- De brujas y demonios

Simultáneamente con las propuestas y planteamientos de carácterliterario, abiertamente eróticos, libertinos y transgresores de la moralestablecida, marchaba durante el período feudoburgués, en estaetapa bisagra entre lo feudal y lo burgués, un subterráneomovimiento cultural que, desde la Temprana Edad Media, se nutríade lo más escandalosamente profano, infiel, supersticioso, hereje,pagano e irreverente… Se trataba del movimiento contracultural quese denominó la brujería, con sus aquelarres, pactos diabólicos ydemás afrentas al supuestamente tranquilo trasegar de las sociedadesmedievales, en toda la Europa occidental…

Como lo expresamos, en el ensayo La fiesta de las brujas, contenidoen mi libro Pedagogía, política y otros delirios (Sombras dehumo),[Carrión Castro Julio César. Pedagogía, política y otros delirios (Sombras de humo). Colección Universidad

del Tolima - Ibagué. Primera edición, 2006] : Todo parece indicar que la creencia en lasbrujas y en la brujería, fue una supervivencia de las antiguas fiestasy ritos paganos…Tras el triunfo del cristianismo, marginalmente, enlos bosques y aldeas medievales, alrededor de los antiguos diosesderrocados, símbolos de la fuerza de la naturaleza y de las formasproscritas de la felicidad y del amor, continuarían las tradicionalesceremonias expiatorias, propiciatorias y curativas, por parte dehombres y mujeres furtivamente organizados para tal efecto. Loscultos dionisíacos, órficos y eróticos, cautivaban a los sectorespopulares, cotidianamente sometidos al hambre, a la enfermedad, almiedo y a la miseria… En el alma colectiva se añoraba la alegría deDionisos, Diana, Eros, Orfeo y otros dioses y héroes, situados porfuera de todo el ordenamiento religioso medieval, sensibles al placery burlones de la muerte, precisamente en los momentos en que

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oficiosamente la iglesia clamaba por el arrepentimiento y el temor ala muerte…

Las cotidianas calamidades que golpeaban a la sociedad feudal,como la ignorancia, el hambre, la miseria y la peste, llevarían a laIglesia a la invención de la brujería como expresión de prácticasmágicas, hechicerías, posesiones, acuerdos maléficos, pactosdiabólicos y entonces, todos los rebeldes heréticos, los judíos,valdenses, husitas, fraticellis, templarios y más tarde losreformadores, serían sistemáticamente acusados y perseguidos porpracticar la brujería.

Las antiguas religiones, que en lo fundamental sólo eranritualizaciones de la vida cotidiana y que no pretendían descubrir oimponer nada nuevo, serían sistemáticamente perseguidas, ennombre de una supuesta unidad ecuménica… No obstante las viejasformas de este paganismo vitalista seguirían teniendo su vigencia…el mundo antiguo, que había poblado todos los rincones aldeanos dedeleites, de maravillas, de leyendas y de encantamientos; de silfos,sátiros, ninfas, duendes, hadas y doncellas hechizadas, se negaría adesaparecer y sería empujado por el cristianismo más allá de esefantasioso universo que habría de denominarse luego la “civilizaciónoccidental y cristiana”. Los viejos parajes encantados seríanrepoblados por feroces manadas de oscuros y malignos demonios,muchos de estos mutaciones degenerativas y transfiguraciones de losprimitivos dioses, pero ahora producidos por un imaginariocolectivo ya cristianizado…

Es esta confrontación entre una fantasía pagana y otra cristiana, loque subyace en todas las persecuciones a herejes, brujas y paganos,lo que, lamentablemente, caracteriza éste período de la historiaoccidental; esa era entonces, y aún sigue siendo, la vieja discusión

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sobre el sentido de la vida y de la muerte, que enfrenta, en lofundamental, dos concepciones sobre el hombre y su destino,concepciones igualmente fantasiosas, pero diametralmente opuestas,antagónicas e irreconciliables…

Pero los bosques se fueron poblando con los hijos de la noche y susadeptos y la noche fue culpada de albergar los subversivos. Escuando se desarrollan y expanden los sabbat o aquelarres, como unaespecie de asambleas de carácter contracultural, que reunía ensectores marginales lejos de los villorrios y aldeas, a los disidentesde la religión impuesta, a quienes profesaban estos ritos paganos, asícomo otras creencias y rituales heterodoxos, también a los infieles, alos herejes, apóstatas y demás renegados. En términos generales setrataba de la “expresión de una religión distinta, alegre, divertida y,como tal, debió de parecer totalmente incomprensible para lossombríos inquisidores y reformadores” que sangrientamentebuscaron suprimirla. Sin embargo, muchas costumbres y fiestaspaganas serían asimiladas a la liturgia y al calendario religioso, y lasque no, fueron proscritas e intensamente perseguidas inicialmentepor la religión apostólica y romana, y luego por los seguidores de laReforma…

Las persecuciones inquisitoriales, junto a las situaciones epocales yaenumeradas, como la miseria, el hambre, la ignorancia, y laexistencia de una desbordada imaginación colectiva, resultado de ladesdicha y de la frustración, darían un cierto aspecto deverosimilitud a la invención de los pactos diabólicos…

La lucha contra la brujería se comienza a efectuar de manera regulardesde el siglo XV, en especial a partir de la promulgación de la BulaSummis desiderantis affectibus, del Papa Inocencio VIII, el 5 dediciembre del año de 1484. La cacería de brujas, su tortura,

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linchamiento y/o ejecución, se legitimó entonces. La reciéninventada imprenta (atribuida a Gutemberg -1440) y la instauraciónen toda Europa (salvo Inglaterra) de los tribunales de la Inquisición,favorecerían la aparición de textos y manuales especializados enexplicar en qué consistía el delito de la brujería, establecer lasformas de interrogatorio y el tipo de penas y castigos a que debíanser sometidos los inculpados. El más conocido de estos textos esquizás El Martillo de Brujas (Malleus Maleficarum), escrito en 1486por los inquisidores Henry Intitoris y Jacques Sprenger, dominicos,profesores universitarios de teología en Colonia. Este libro tuvo unagran difusión en todo el mundo católico hasta bien entrado el sigloXVII.

Inocencio VIII

Giovanni Battista Cybo (1432-1492) fue Papa en Roma entre 1484y 1492. Se aplicó fervientemente a la lucha por la pureza de la fecatólica, tanto que, gracias a su intervención, se puso fin a lapolémica abierta por la publicación de las novecientas tesis, tituladasConclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae (1486) deGiovanni Pico della Mirandola, que hablaban de los orígenes delcristianismo a partir de ritos y creencias anteriores; Inocencionombró una comisión de teólogos, juristas y leguleyos que, luego deestudiar los planteamientos de Mirandola, los asumieron comopeligrosos para el credo católico, por apóstata, heresiarca y pagano yen virtud de ello Pico della Mirándola hubo de pagar un tiempo deconfinamiento.

El Papa, sumamente preocupado por la supuesta existencia de labrujería, en algunas regiones de Alemania, el 5 de diciembre de1484 promulgó la bula Summis desiderantes affectibus en la queestablecía como incontrovertible la existencia de las brujas y de los

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pactos diabólicos, derogando así el Canon Episcopi del año 906 enel cual la Iglesia sostenía que la creencia en las brujas era unaherejía, pues no se podría demostrar la existencia real de esasactividades.

Esta bula papal será la base para que los dominicos Intintoris ySprenger publiquen, en 1487, su obra Malleus Maleficarum (‘Elmartillo de las brujas’) que se constituiría en la obra central parajustificar la persecución y muerte de gentiles, herejes, apóstatas yrenegados, acusados de practicar actos de magia y hechicería, hastabien entrado el siglo XVII…

Afirma el historiador Albert Wucher en su Breve historia de lospapas (Editorial Anteo, Buenos Aires 1962…página 145):“¿Cabía prostitución másabominable de la silla de San Pedro? Inocencio VIII (1484-1492),sucesor indigno del indigno Sixto, compró su elección mediante elpago de enormes tributos a los cardenales pertenecientes a lascasas reinantes de Milán (Sforza) y Nápoles (Aragón); una vezinstalado en el trono papal, apeló a todos los medios pararesarcirse del gasto. Roma llegó a ser “la banca de las graciasmundanas” (Burckhardt), que por dinero otorgaba y procurabatodo cuanto se necesitaba de la Curia: bulas fraguadas, privilegioslucrativos, absolución por cualquier crimen. El Papa aprovechabaal máximo su posición encumbrada y a la par suya lo hacía su hijoFranceschetto Cibo, a quien reconoció formalmente y casó con lahija del príncipe florentino Lorenzo el Magnífico -con lo que quedóasegurada la carrera del hijo de Lorenzo de nombre Giovanni (elposterior Papa León X)...”

El 25 de julio de 1492, luego de una transfusión oral de sangre deunos niños vampirizados y asesinados con tal propósito, fallece estebenemérito representante del pontificado romano, quien más tarde

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habría de ser reputado por sus propios sucesores como hereje, brujoy servidor de las huestes satánicas.

Este es el texto de la bula de Inocencio VIII, que habría de provocarla posterior edición del Malleus Maleficarum y de otros librosdedicados a la confrontación y eliminación de brujas:

Summis desiderantis affectibus

Inocencio, Obispo, Siervo de los siervos de Dios, para eterna memoria

Nos anhelamos con la más profunda ansiedad, tal como lo requiereNuestro apostolado, que la Fe Católica crezca y florezca por doquier,en especial en este Nuestro día, y que toda depravación herética seaalejada de los límites y las fronteras de los fieles, y con gran dichaproclamamos y aun restablecemos los medios y métodos particularespor cuyo intermedio Nuestro piadoso deseo pueda obtener su efectoesperado, puesto que cuando todos los errores hayan sidodesarraigados por Nuestra diligente obra, ayudada por la azada de unprovidente agricultor, el celo por nuestra Santa Fe y su regularobservancia quedarán impresos con más fuerza en los corazones de losfieles. Por cierto que en los últimos tiempos llegó a Nuestros oídos, nosin afligirnos con la más amarga pena, la noticia de que en algunaspartes de Alemania septentrional, así como en las provincias,municipios, territorios, distritos y diócesis de Maguncia, Colonia,Tréveris, Salzburgo y Bremen, muchas personas de uno y otro sexo,despreocupadas de su salvación y apartadas de la Fe Católica, seabandonaron a demonios, íncubos y súcubos, y con sus encantamientos,hechizos, conjuraciones y otros execrables embrujos y artificios,enormidades y horrendas ofensas, han matado niños que estaban aúnen el útero materno, lo cual también hicieron con las crías de losganados; que arruinaron los productos de la tierra, las uvas de la vid,los frutos de los árboles; más aun, a hombres y mujeres, animales decarga, rebaños y animales de otras clases, viñedos, huertos, praderas,campos de pastoreo, trigo, cebada y todo otro cereal; estosdesdichados, además, acosan y atormentan a hombres y mujeres,

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animales de carga, rebaños y animales de otras clases, con terriblesdolores y penosas enfermedades, tanto internas como exteriores;impiden a los hombres realizar el acto sexual y a las mujeres concebir,por lo cual los esposos no pueden conocer a sus mujeres, ni éstasrecibir a aquéllos; por añadidura, en forma blasfema, renuncian a laFe que les pertenece por el sacramento del Bautismo, y a instigacióndel Enemigo de la Humanidad no se resguardan de cometer y perpetrarlas más espantosas abominaciones y los más asquerosos excesos, conpeligro moral para su alma, con lo cual ultrajan a la Divina Majestad yson causa de escándalo y de peligro para muchos. Y aunque Nuestrosamados hijos Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger, profesores deteología de la orden de los Frailes Predicadores, han sido nombrados,por medio de Cartas Apostólicas, Inquisidores de estas depravacionesheréticas, y lo son aún, el primero en las ya mencionadas regiones deAlemania septentrional en las que se incluyen los ya citados municipios,distritos, diócesis y otras localidades específicas, y el segundo enciertos territorios que se extienden a lo largo de las márgenes del Rin,no obstante ello, no pocos clérigos y laicos de dichos países tratan, conexcesiva curiosidad, de enterarse de más cosas de las que lesconciernen, y como en las ya aludidas cartas delegatorias no haymención expresa y específica del nombre de estas provincias,municipios, diócesis y distritos, y dado que los dos delegados y lasabominaciones que deberán enfrentar no se designan en formadetallada y especial, esas personas no se avergüenzan de aseverar, conla más absoluta desfachatez, que dichas enormidades no se practicanen aquellas provincias, y que en consecuencia los mencionadosInquisidores no tienen el derecho legal de ejercer sus poderesinquisitoriales en las provincias, municipios, diócesis, distritos yterritorios antes referidos, y que no pueden continuar castigando,condenando a prisión y corrigiendo a criminales convictos de lasatroces ofensas y de las muchas maldades que se han expuesto. Porconsiguiente, en las referidas provincias, municipios, diócesis ydistritos, las abominaciones y enormidades de que se trata permanecenimpunes, no sin manifiesto peligro para las almas de muchos y amenazade eterna condenación. Por cuanto Nos, como es Nuestro deber, Nos

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sentimos profundamente deseosos de eliminar todos los impedimentos yobstáculos que pudieren retardar y dificultar la buena obra de losInquisidores, así como de aplicar potentes remedios para impedir quela enfermedad de la herejía y otras infamias de muchas almasinocentes, y como Nuestro celo por la Fe nos incita a ello en especial, ypara que estas provincias, municipios, diócesis, distritos y de Alemania,que ya hemos especificado, no se vean privados de los beneficios delSanto Oficio a ellos asignado, por el tenor de estos presentes, y envirtud de Nuestra autoridad Apostólica, decretamos y mandamos quelos mencionados Inquisidores tengan poderes para proceder a lacorrección, encarcelamiento y castigo justos de cualesquiera personas,sin impedimento ni obstáculo algunos, en todas las maneras, como silas provincias, municipios, diócesis, distritos, territorios, e inclusive laspersonas y sus delitos, hubiesen sido específicamente nombrados yparticularmente designados en Nuestras cartas. Más aun, decimos, ypara mayor seguridad extendemos estas cartas, de delegación de estaautoridad, de modo que alcancen a las aludidas provincias, municipios,diócesis, distritos y territorios, personas y delitos ahora referidos, yotorgamos permiso a los antedichos Inquisidores, a cada uno de ellospor separado o a ambos, así como también a Nuestro amado hijo JuanGremper, cura de la diócesis de Constanza, Maestro en Artes, como sunotario, o a cualquier otro notario público que estuviere junto a ellos, ojunto a uno de ellos, temporariamente delegado en las provincias,municipios, diócesis, distritos y aludidos territorios, para proceder, enconsonancia con las reglas de la Inquisición, contra cualesquierapersonas, sin distinción de rango ni estado patrimonial, y paracorregir, multar, encarcelar y castigar según lo merezcan sus delitos, aquienes hubieren sido hallados culpables, adaptándose la pena algrado del delito. Más aun, decimos que disfrutarán de la plena y totalfacultad de exponer y predicar la palabra de Dios a los fieles, tan amenudo como la oportunidad se presentare y a ellos les pareciereadecuada, en todas y cada una de las iglesias parroquiales de dichasprovincias, y podrán celebrar libre y legalmente cualesquiera ritos orealizar cualesquiera actos que parecieren aconsejables en los casosmencionados. Por Nuestra suprema Autoridad, les garantizamos

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nuevamente facultades plenas y totales. Al mismo tiempo, y por CartasApostólicas, solicitamos a Nuestro venerable Hermano el Obispo deEstrasburgo que por sí mismo anuncie o por medio de otros hagaanunciar el contenido de Nuestra Bula, que publicará con solemnidadcuando y siempre lo considere necesario, o cuando ambos Inquisidoreso uno de ellos le pidan que lo haga. También procurará que enobediencia a Nuestro mandato no se los moleste ni obstaculice porautoridad ninguna, sino que amenazará a todos los que intentenmolestar o atemorizar a los Inquisidores, a todos los que se lesopongan, a esos los rebeldes, cualesquiera fuere su rango, fortuna,posición, preeminencia, dignidad o condición, o cualesquiera sean losprivilegios de exención que puedan reclamar, con la excomunión, lasuspensión, la interdicción y penalidades, censuras y castigos aun másterribles, como a él le pluguiere, y sin derecho alguno a apelación, yque según su deseo puede por Nuestra autoridad acentuar y renovarestas penalidades, tan a menudo como lo encontrare conveniente, yllamar en su ayuda, si así lo deseare, al brazo Secular.

Non obstantibus... Que ningún hombre, por lo tanto. Pero si alguno seatreviere a hacen tal cosa, Dios no lo quiera, hacedle saber que sobreél caerá la ira de Dios Todopoderoso, y de los Santos Apóstoles Pedroy Pablo. Dado en Roma, en San Pedro, el 9 de diciembre del Año de laEncarnación de Nuestro Señor un mil y cuatrocientos y ochenta ycuatro, en el primer Año de Nuestro Pontificado.

El Malleus maleficarumn

No sólo es un texto de dos teólogos, calificados inquisidores e“investigadores”, comprometidos hasta los tuétanos en una acuciosapersecución a los no creyentes, gentiles, herejes, apóstatas y demásrenegados y contradictores del catolicismo, sino que se trata de unaobra que expresa un odio visceral, exagerado, profundo e irracional,a lo femenino; sus páginas muestran una desmedida misoginia, unaantipatía psicótica hacia la mujer, no carente de explicación desde elpsicoanálisis.

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La antigüedad y la Edad Media vieron en la mujer a un ser extrañoy, por desconocimiento de su particular biología, incomprendida;sería inicialmente temida y luego perseguida… La ideologíareligiosa establecía el desprecio por las tentaciones que imponían losenemigos del alma, el mundo, el demonio y la carne, y en elinconsciente colectivo se establecía que las tentaciones de la carnetenían como responsable a la mujer, por lo cual las persecuciones latuvieron como objetivo principal: su fisiología era mal conocida porlos médicos, y los teólogos veían en ella un ser inconstante al quehabía que vigilar. Desde el punto de vista jurídico, pasaba de latutela del padre a la del marido y no adquiría una cierta autonomíahasta la viudedad, aunque su situación para entonces ya era bastanteprecaria. Michelet vio en esta exclusión social y cultural la causa deuna cierta necesidad de revancha que la viuda intentó satisfacer conla brujería. Pero según el mismo Michelet las arriesgadas brujas noeran seres malignos e infernales, sino todo lo contrario; la bruja “leprestó aliento popular” a los orígenes de la ciencia y la medicina, yaque se convertirían en reconocidas y sobresalientes conocedorasherbolarias, propensas a la solidaridad que no aceptaron laresignación al dolor y al sufrimiento y ofrecieron a los pobresmedicinas, alternativas a las inútiles plegarias, al agua bendita, a losrezos y a los mismos médicos judíos y árabes, que sólo estaban alalcance de los nobles, del alto clero y de la naciente burguesía.Audazmente supieron hallar y emplear las plantas curativas ymuchos otros remedios populares (hoy olvidados por la dictadura deuna medicina positivista y deshumanizada) para utilizarlos en unasociedad medieval atenazada por el hambre, la peste y la locura. Esefue el crimen que debieron pagar con la tortura, las ordalías y lahoguera.

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Algunos apartes de este misógino, afamado y profusamente aplicadotexto, Malleus Maleficarumn (El martillo de brujas):

… nuestra investigación consiste en averiguar si es herejíaafirmar con obstinación la existencia de las brujas. Elinterrogante es el de si las personas que sostienen que lasbrujas no existen deben ser consideradas como herejes, o si selas tiene que considerar como gravemente sospechosas desustentar opiniones heréticas…

…Pero el motivo de que los demonios se conviertan en íncuboso súcubos no es con vistas al placer, ya que un espíritu notiene carne ni sangre; sino que ante todo es con la intención deque por medio del vicio de la lujuria puedan provocar undoble daño contra los hombres, es decir, en el cuerpo y en elalma, de modo que los hombres puedan entregarse más atodos los vicios. Y no cabe duda de que saben bajo qué astroses más vigoroso el semen, y que los hambres así concebidosestarán siempre pervertidos por la brujería…

Para intentar explicar en algo el por qué se atribuía a la mujer esaparticular predisposición a la maldad y a la brujería, es bueno leerlas opiniones que estos ilustres prelados y catedráticos universitariostenían de la mujer. En este texto afirman sin ambages:

Si investigamos, vemos que casi todos los reinos del mundohan sido derribados por mujeres. Troya, que era un reinopróspero, fue destruido por la violación de una mujer, Helena,y muertos muchos miles de griegos. El reino de los judíossufrió grandes desdichas y destrucción a causa de la malditaJezabel, y su hija Ataliah, reina de Judea, quien hizo que loshijos de su hijo fuesen muertos, para que a la muerte de ellospudiese llegar a reinar; pero cada una de ellas fue muerta. Elreino de los romanos soportó muchos males debido aCleopatra, reina de Egipto, la peor de las mujeres. Y así con

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otras. Por lo tanto, no es extraño que el mundo sufra ahorapor la malicia de las mujeres…Con justicia podemos decir,con Catón de Utica: "Si el mundo pudiera liberarse de lasmujeres, no careceríamos de Dios en nuestras relaciones"…

…Para terminar. Toda la brujería proviene del apetito carnalque en las mujeres es insaciable. Véase Proverbios, xxx: "Trescosas hay que nunca se hartan; aun la cuarta nunca dicebasta": la matriz estéril. Por lo cual, para satisfacer susapetitos, se unen inclusive a los demonios. Muchas másrazones deberían presentarse, pero para el entendimiento estáclaro que no es de extrañar que existan más mujeres quehombres infectadas por la herejía de la brujería. Y aconsecuencia de ello, es mejor llamarla la herejía de lasbrujas que de los brujos, ya que el nombre deriva del grupomás poderoso. Y bendito sea el Altísimo, quien hasta hoyprotegió al sexo masculino de tan gran delito; pues Él semostró dispuesto a nacer y sufrir por nosotros, y por lo tantoconcedió ese privilegio a los hombres…

…Porque dice, que, desde que la primera corrupción delpecado por la cual el hombre se convirtió en esclavo deldemonio llegó a nosotros por el acto de engendrar, por lotanto Dios concede al demonio mayor poder en este acto queen todos los demás. Además, el poder de las brujas resulta másevidente en las serpientes, como se dice, que en otrosanimales, porque por medio de una serpiente tentó el diablo ala, mujer. Y también por esta razón, como se muestra después,aunque el matrimonio es una obra de Dios, instituida por Él, aveces es destrozado por la obra del demonio; y no, en verdad,por la fuerza, ya que entonces se lo podría considerar másfuerte que Dios, sino, con el permiso de éste, mediante laprovocación de algún impedimento temporario o permanenteen el acto conyugal…

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Al rechazar y condenar la condición de la mujer, en general losatractivos femeninos, y los llamados “placeres terrenales”, la Iglesiaestaría reforzando no sólo las acciones clandestinas de brujas, magosy hechiceros, sino la imaginería y la credibilidad popular en lospactos diabólicos y en las alternativas antirreligiosas. Como loexpresa Jean Michel Sallmann, la brujería sirvió como válvula deescape a una imaginería fantástica que los europeos proyectaban enmundos desconocidos para ellos.

…Las ejecuciones, muchas veces masivas, constituirían también, dealguna manera, fiestas orgiásticas de purificación por el fuego. LaEdad Media fue copiosa en hogueras levantadas para la preservacióny defensa de las religiones verdaderas.

Las diversas actitudes y expresiones populares, las formas delenguaje, los gestos, las costumbres, los comportamientos, los ritos,por supuesto las fiestas, las canciones; los miedos, la esperanza, lossueños y las ilusiones, en fin, las estructuras de la vida cotidiana y elclima espiritual y emocional de una época, constituyen la memoriacolectiva; aquella historia de silencios que se teje a partir de fuentesanónimas y masivas, aquellas manifestaciones de resistencias, deréplicas, de rectificaciones, de innovaciones, de originalidad y decreatividad que, desde la espontaneidad de las representacionescolectivas -la demonología y la brujería no son más que ejemplos- seentrelazan en desafío a las ideas y a las ideologías oficiales,establecidas, reguladas y normatizadas.

Es claro, además, que el temor al diablo aumenta con la represión delos disfrutes sexuales. El diablo es en resumen, la expresión de unconflicto psíquico en una sociedad. Por eso los imaginarios deldiablo presentan rasgos y caracteres sexuales reprimidos; los

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cuernos, la larga cola, el pene como serpiente: son la expresiónimaginaria de las pulsiones inconscientes reprimidas…

Orígenes del diablo…

La demonología es parte consustancial de la Teología, es decir setrata de un “saber”, una pseudociencia que se encarga del estudio deseres que nunca han existido. Tanto los dioses, como los ángeles ylos llamados demonios, pueblan todos los mitos y religiones, desdela prehistoria…

La palabra diablo proviene del griego διαβάλλωη (que sería luegovertida al latín como diabŏlus). Es un término que designa porantonomasia el poder maligno que se opone al de Dios. La invencióndel diablo o demonio obedeció, como lo hemos señalado, a losingentes esfuerzos humanos por explicar racionalmente “el mal”, esdecir los comportamientos considerados contrarios a las formas ymaneras acatadas y respetadas por una comunidad. Existe unaenorme cantidad de mitos, (previos al judeo-cristianismo) en elantiguo oriente, en Egipto, en Babilonia… que mencionan al diabloo a alguno de sus sucedáneos. Aunque se puede afirmar que lasreligiones paganas clásicas (greco-latinas) desconocen el diablo ysus pretendidas acciones…

El diablo, satanás, el espíritu del mal, o lucifer, como se le reconoceen las sociedades occidentales y cristianas es, en lo fundamental, elresultado del proceso histórico establecido por los imaginarios y lacultura judaica que denominó Satán o Satanás, a ese supuestopersonaje opositor del bien, que funge como “adversario” de Dios ytambién como “perseguidor” del hombre, aunque es sus comienzosno es muy clara su identidad ni sus actuaciones, ya que aparececomo una excrecencia, como una continuidad del propio Dios; tanto

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que se puede aseverar que el diablo de la Edad Media es aún unaespecie de ángel de naturaleza divina. En la antigüedad la figura deDios y el Diablo es una sola, la descomposición en dos fue posterior.

Mircea Eliade, en su obra Mefístófeles y el Andrógino, nos precisaque todos los ritos y creencias establecidos en torno del combateentre las fuerzas del bien y del mal, “tienen por finalidad recordar alos humanos que la realidad última, lo sagrado, la divinidad,sobrepasan sus posibilidades de comprensión racional… que laperfección divina no puede concebirse como una suma de cualidadesy virtudes, sino como una libertad absoluta, más allá del bien y delmal… En una palabra: estos mitos, ritos y teorías, implican lacoincidentia oppositorum…”. Sin temor a equivocarnos se puedeafirmar, entonces, que hay ambivalencia, consanguinidad entre elbien y el mal, que “Dios y Satán son hermanos”

En todo caso, para la tradición ya cristiana, el diablo es un sersobrenatural que encarna el Mal, es el eterno adversario de Dios,personaje que permanece ocupado en acosar a los seres humanoscon las tentaciones o provocaciones para que se aparten del buencamino; en el Antiguo Testamento se le identifica de maneraespecífica con el Satán de los hebreos y aun no logra una claraseparación del Dios principal.

En el Génesis, el diablo aparece como ya existente, sin intervenciónde Dios, personificado como una habladora serpiente que irrumpe enel jardín del Edén, con el propósito de tentar a Eva, la primeramujer. (Génesis 3:1-5)

1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales delcampo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer:¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol delhuerto?

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2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árbolesdel huerto podemos comer;3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijoDios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, seránabiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien yel mal.

De paso podemos certificar que el hecho de que los animales hablenen la Biblia no es extraño; en el Pentateuco, -Números 22. 21- esmuy representativo el caso de la elocuente y racional burra deBalaam, reconocida como más seria, juiciosa e inteligente que suamo, tanto que fue ella quien definió el camino correcto, mientrasque su dueño terqueaba por seguir una senda equivocada, ellaentendió claramente las recomendaciones dadas por una especie deángel satánico exterminador, con todo y espada flamígera, que porórdenes del propio Dios-Jehová buscaba impedir que se persistieraen la dirección errada.

En Isaías (14:12-15) se menciona de una manera respetuosa al ángelcaído:

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes.13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo altojunto á las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el montedel testimonio me sentaré, á los lados del aquilón;14 Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante alAltísimo.15 Mas tú derribado eres en el sepulcro, á los lados de lahuesa.

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También en el libro de Job (1: 6-12) aparece este tipo de“oponentes” o de ángeles satánicos que le ponen obstáculos,enviados por el mismo Dios, para probar al santo:

1:6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijosde Dios, entre los cuales vino también Satanás.1:7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? RespondiendoSatanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar porella.1:8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervoJob, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto yrecto, temeroso de Dios y apartado del mal?1:9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job aDios de balde?1:10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo loque tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; portanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.1:11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, yverás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.1:12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está entu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salióSatanás de delante de Jehová.

Y en Zacarías (3-1) se lee:

3: 1Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delantedel ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha paraacusarle.3:2 Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás;Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es ésteun tizón arrebatado del incendio?

Como lo expone Georges Minois en su Breve historia del diablo(Espasa Calpe S.A. España 2002) “Poco a poco, de un modo insensible elsatán se convierte en los escritos bíblicos en un personaje más

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autónomo y más responsable del mal, hecho que parececorresponder a la llegada al poder, a partir del siglo IV (antes denuestra era), de la clase sacerdotal…

…La evolución hacia un verdadero diablo está, pues, lejos dehallarse terminada cuando se escriben los últimos libros delAntiguo Testamento, en el siglo II antes de nuestra era. Luegobruscamente, surge el diablo totalmente armado y sin transición enlos primeros libros del nuevo Testamento, donde es omnipresente,compartiendo el proscenio con Cristo, en las Epístolas, losEvangelios los Hechos y el Apocalipsis de Juan”.

La explicación de este cambio se debe buscar en “en esos textosextraños, apócrifos de la literatura apocalíptica de las sectas judíasdisidentes. Ahí es donde nació el diablo discretamente, casiclandestinamente, en los ambientes sectarios exaltados…”. Sedenominan textos apócrifos, aquellos no reconocidos comoauténticamente sagrados por el canon bíblico.

El diablo, en resumen, es el resultado de la especulación entusiásticay fanática de los imaginarios apocalípticos, contenidos en unaliteratura, delirante, enardecida y confusa de estas marginales sectasjudías, influidas por múltiples mitologías y leyendas. Del seno deestas exaltadas sectas es que surgen, posteriormente, las primerascomunidades cristianas.

En el Nuevo Testamento (es decir ya en la tradición propiamentecristiana), la presencia del diablo se vuelve corriente, nombradocomo “enemigo de Dios”, “maligno”, “tentador”, “príncipe de estemundo”, “dios de este siglo”, diablo, demonio, satanás o el Grandragón del Apocalipsis de Juan…Según el citado Georges Minois :“el Nuevo Testamento lo menciona 188 veces (62 veces como

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demonio, 36 veces como Satán, 33 veces como diablo, 37 vecescomo bestia, 13 veces como dragón, siete veces como belcebú…”

En las páginas de las epístolas de San Pablo el diablo y sus malignascualidades tienen una presencia perseverante; para Pablo el diablo esalgo que nos afecta con asiduidad y por ello mismo lo nombra demanera insistente, como previniéndonos sobre su poder. Veamosalgunas citas paulinas referidas al demonio: Le llama “príncipe de lapotestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de ladesobediencia,” (Efesios 2:2). Y nos previene: “Airaos, pero nopequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar aldiablo” (Efesios 4:26-27). “Vestíos de toda la armadura de Dios,para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porqueno tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de estesiglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”(Efesios 6: 11-12). Dice que el diablo “tiene poder para destruir lacarne” (1 Corintios 5:5; y Timoteo 1:20), que “se disfraza de ángelde luz” (2 Corintios 11:14),tiene “seguidores que se apartan de laverdad” (1 Timoteo 5:15), es “el dios de este siglo que cegó elentendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luzdel evangelio de la gloria de Cristo” (2 Corintios 4:4). Para Pablo,paradójicamente, este dios del siglo opera como un “instrumento deDios” (2 Corintios 12:7),que ha de venir en el tiempo postrero (2Tesalonicenses 2:9)“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quienel Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con elresplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra deSatanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos”(Tesalonicenses 2:8-9), pero, finalmente, “el Dios de paz aplastaráen breve a Satanás bajo vuestros pies”. (Romanos 16:20)…

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Toda esta parafernalia diabólica abriría las puertas y compuertas dela imaginación -y de la represión-, para que se explayara una enormecreatividad literaria alrededor de lo apocalíptico, lo mesiánico y loescatológico, que fructificaría -desde los orígenes del cristianismo,la Patrística y la Escolástica-, es decir durante toda la alta y la bajaEdad Media, resultados especiales que marcarían la crisis y latransición del medioevo, hacia el período feudoburgués, quevenimos analizando, con todas las consecuencias, negativas ypositivas, que habrían de afrontar las siguientes generaciones…

III.- El diablo entra en escena

La mentalidad de la alta Edad Media en Occidente, bajo loslineamientos de la fe cristiana, se había formado fundamentalmenteen torno a los valores mesiánicos y apocalípticos, en espera del findel mundo y el juicio final, que se esperaba como algo próximo oinminente. Pero, en el interregno, paulatinamente, se fue gestando asu interior una nueva sociedad, aun sustentada en los dogmascristianos, aunque ya de carácter urbano, citadino.

La vida en la Edad Media estaba supeditada a los resultados de unaeconomía casi que de carácter natural, ya que dependía de laexistencia de unas temporadas de abundancia y otras de escasez,particularmente en las áreas agropecuarias, lo que significaba, a lavez, fiestas de la abundancia para conmemorar las buenas cosechasy períodos de austeridad y penitencia, marcados por la mengua en laproductividad. La fiesta en la Edad Media, con la ruptura de lospatrones de comportamiento de la vida cotidiana, simbolizaba laliberación de todas las ataduras morales y religiosas.

Gran parte de la cultura burguesa, laica y profana, se nutrió de estetipo de fiestas y regocijos de carácter mundano que se cumplían

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principalmente en los nacientes centros urbanos y alrededor de lostemplos y las catedrales. La llamada fiesta del asno, con sus burlas yparodias a los ritos y costumbres consagrados, o la fiesta de loslocos, tontos, necios o estultos, que enaltecía los comportamientospor fuera de lo establecido, como carentes de razón y de cordura,constituía un ejercicio de suspensión temporal del llamado sentidocomún y de las normas y reglas establecidas por las jerarquíaspolíticas, morales y religiosas de la época. Estas fiestas permitían elrencuentro con los viejos dioses paganos destronados, y no sólo conlas triunfantes figuras impuestas por el cristianismo. Fulcanelli, enEl Misterio de las Catedrales, describe este tipo de festividadescomo, “la expresión de un ambiente más laico y, digamos lapalabra, casi pagano. Allí se pueden discernir, además de lainspiración ardiente nacida de una fe robusta, las milpreocupaciones de la grande alma popular, la afirmación de suconciencia y de su voluntad propia, la imagen de su pensamiento encuanto tiene éste de complejo, de abstracto, de esencial, desoberano”.

Memento mori

A partir de estos distintos fenómenos desestabilizadores, se presentaen las sociedades feudo-cristianas, una fuerte confrontación, pues,mientras en las ciudades, la naciente burguesía está en ebullicióncon sus mercados, sus tabernas, sus burdeles, su literaturadesenfrenada, sus fiestas y su risa, con la activa participación de losjóvenes universitarios, los goliardos y los clericis vagantes, laIglesia, ortodoxamente clama por el retorno a las buenas costumbresy lanza duras críticas, oprobios y anatemas contra esos centros delvicio y el placer mundano, que parecieran entrar a competir con los

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oficios religiosos y las tradicionales reuniones parroquiales en tornode la eucaristía.

Como lo expone José Luis Romero en sus estudios acerca de loscomienzos de la mentalidad burguesa, la aparición de la burguesía,entre los siglos XI y XII, significó la puesta en marcha de una seriede actividades y experiencias distintas, diferentes, a las anteriores dela alta edad media y feudal, que llevarían a la consolidación denuevas concepciones del mundo y de la vida.

En un segundo período de evolución de su mentalidad, la burguesíaasustada, no tanto por los excesos y las atrevidas propuestas inicialesde carácter libertino, como por la dura respuesta presentada por laIglesia, y en general por el pensamiento religioso-feudal todavíafuerte, que se negaba desaparecer y replicó con planteamientossustentados en una literatura de carácter moral, basada en la técnicade la reiteración, de una obstinada repetición de sus amenazas, pararestablecer su dominio, sustentado en el temor a los castigos delinfierno.

Se buscaba que el peso de la tradición y del pasado adquiriera, denuevo, todo su prestigio y su valor como marco esencial delordenamiento de la sociedad y de las estructuras feudales, afectadasahora por la abrupta irrupción del nuevo modo de producción y susformas de vida.

Indudablemente la profunda creencia en la existencia de la vidaeterna, las convicciones escatológicas tan fuertemente inculcadas enla mentalidad del hombre medieval, entrarían a operar en estemovimiento contrarreformista. Se debía fortalecer todo aquello quedominaba la mentalidad y la sensibilidad del hombre medieval, loque determinaba sus actitudes y comportamientos, que estaban

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acompañados por la cotidiana sensación de temor y de inseguridadgeneral ante la vida y ante la inminencia de la muerte, repetidas yafirmadas durante largos siglos. Todo aquello se descubre, porejemplo, en los contenidos de los testamentos, o declaraciones sobrela última voluntad de los moribundos en las que esencialmentedisponían legar a la Iglesia o a otras entidades de las estructurasreligiosas y feudales, sus bienes, patrimonios y riquezas“mundanas”. Testamentos que tienen una indudable connotaciónescatológica, pues a fin de cuentas se trataba de una especie de visao pasaporte para la vida eterna. Principalmente este era el sentidoutilitario que tenía, por parte del clero y de las jerarquíaseclesiásticas, la promoción de lo sobrenatural, de lo trascendente, tanarraigado en la sociedad medieval, y era lo que empezaba a serafectado por esas nuevas concepciones y nociones, que les incitabana gastar en vida sus fortunas. Por ello se debía atacar esta ondaperturbadora del “orden establecido” y defender con ahínco lascostumbres y los “valores” tradicionales.

La irrupción de esta mentalidad subversora, se evidencia también enla instauración de un sinnúmero de fiestas populares quecuestionaban la seriedad medieval; fiestas burlescas como la delasno o las de los locos, que ponían en ridículo, desde la imagineríapopular, al diablo y sus secuaces.

No se podía permitir que la maldad, expresada en ese tipo delibertinajes, lograra prosperar. Se emprendería, entonces, por partede las jerarquías eclesiásticas, todo un movimiento político-culturalque se sustentaría en tesis como la de Memento mori, es decir, ten encuenta que has de morir, que se expresaría en diversasmanifestaciones de la dimensiones estética y política de esteperíodo; en la literatura, en la música, en las artes plásticas y en los

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más variados aspectos de la vida cotidiana. Esto dio lugar a que laburguesía, ensayara, maneras más ingeniosas y sutiles, deconfrontación, como queriendo pasar desapercibida, ser másprudente, temerosa, serena, circunspecta, ser menos franca, así quetendió a enmascarar sus iniciales intenciones.

A partir del surgimiento de estas novedosas relaciones sociales ymodos de producción, se empieza a expresar la nueva mentalidad,otros principios de explicación sobre el origen; ya no se aceptaríancalladamente las explicaciones metafísicas y supra mundanas, sedarían nuevas nociones y concepciones basadas en la causalidadnatural. La naciente mentalidad burguesa fomentará una nuevaimagen de la realidad, laica, profana, que entrará a sustentar todaslas manifestaciones culturales, sociales y políticas en las que habráde comprometerse la nueva clase social, en busca de su propiaidentidad, pero ya no de forma radical, sino, sutil y enmascarada…En todo caso, la imposición de esa nueva imagen de la realidad, asífuera veladamente, en términos generales, habría de constituir unenorme proceso revolucionario.

Se expresaría, entonces, un nuevo paradigma sobre la razón de serdel hombre…La idea era confrontar las fuerzas medievalessustentadas en lo trasmundano y afirmar ahora que el hombre es elrealizador de su propio destino, que no requiere salvadoressupremos, ni hechizos, ni milagrerías… Se trataba de irestableciendo de alguna manera, el desencantamiento del mundo,pero negociando con la tradición.

Si bien es cierto que la principal característica de la nacientementalidad burguesa fue su profanidad, ésta terminó siendoocultada, imponiéndose en los comportamientos cotidianos, lanecesidad de compaginar con las costumbres ancestralmente

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aceptadas. Se trataba ahora de “reconocer la metafísica, pero operarcomo si esta metafísica no existiera…” La burguesía encontró así elmecanismo ideal para impedir el peso de las persecuciones:

“extremaron la contradicción encubriendo sabiamente losfundamentos y fines naturalísticos e históricos implícitos en suforma de mentalidad mediante una apelación más hipócrita alas formas exteriores de religiosidad, a la observancia másrigurosa, a la reiteración retórica de las ideas tradicionales,sin que el enmascaramiento comprometiera, empero, lasactitudes nacidas de la mentalidad burguesa…”(Romero José Luis.

Maquiavelo historiador. Siglo XXI editores. Buenos Aires Tercera edición 1986. Página17)

La proliferación demoniaca

Se buscó, entonces, por parte de la Iglesia y sus jerarquíascontrarrestar y, por supuesto perseguir las nuevas tendenciasalborotadoras, originadas en la naciente mentalidad burguesa. Y,precisamente, fue a partir de San Pablo y su concepción apocalípticay mesiánica de la historia, que se empezó el trabajo, dado que en suscartas se halló la mayor proliferación de demonios en el contexto dela doctrina cristiana, y los herejes, los apóstatas, los incrédulos,comenzaron a ser satanizados. La melancolía y la seriedadmedievales se imponían como fundamentos prioritarios para elacceso al Paraíso, por ello se perseguiría la risa y la alegría, comouna actividad promovida por el diablo y sus huestes, tal como lodenuncia Umberto Eco en su novela El Nombre de la Rosa que tratade las pesquisas en torno de un hipotético libro de Aristóteles, queponderaría la risa y la alegría, lo que entraría a cuestionar de maneraperversa todo el edificio cristiano-medieval, que decía apoyarseexclusivamente en la seriedad de los textos bíblicos, ya burlados porla reciente aparición de obras de carácter naturalista, científico y

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racionalista, que ponían en duda la palabra divina, pero, al decir deJorge de Burgos, el ciego monje bibliotecario, protector del secretode este supuesto libro, “aún no había llegado a trastocar la imagende Dios. Si este libro llegara... si hubiese llegado a ser objeto depública interpretación, habríamos dado ese último paso”... Yargumenta su decisión de ocultarlo y de perseguir a quienesdeseaban divulgarlo, diciendo que lo hacía para tratar de mantenerincólume la ortodoxia cristiana, porque:

“La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de nuestracarne. Es la distracción del campesino, la licencia delborracho. Incluso la iglesia, en su sabiduría, ha permitido elmomento de la fiesta, del carnaval, de la feria, esa polucióndiurna que permite descargar los humores y evita que se cedaa otros deseos y a otras ambiciones... Pero de esta manera larisa sigue siendo algo inferior, amparo de los simples, misteriovaciado de sacralidad para la plebe. Ya lo decía el apóstol: envez de arder, casaos. En vez de rebelaros contra el ordenquerido por Dios, reíd y divertíos con vuestras inmundasparodias del orden... al final de la comida, después de habervaciado las jarras y botellas. Elegid al rey de los tontos,perdeos en la liturgia del asno y del cerdo, jugad a representarvuestras saturnales cabeza abajo... Pero aquí, aquí... -y Jorgegolpeaba la mesa con el dedo, cerca del libro que Guillermohabía estado hojeando-, aquí se invierte la función de la risa,se la eleva a arte, se le abren las puertas del mundo de losdoctos, se la convierte en objeto de filosofía, y de pérfidateología... Ayer pudiste comprobar cómo los simples puedenconcebir, y realizar, las herejías más indecentes, haciendocaso omiso tanto de las leyes de Dios como de las de lanaturaleza. Pero la iglesia puede soportar la herejía de los

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simples, que se condenan por sí solos, destruidos por su propiaignorancia. La inculta locura de Dulcino y de sus pares nuncapodrá hacer tambalearse el orden divino. Predicará laviolencia y morirá por la violencia, no dejará huella alguna,se consumirá como se consume el carnaval, y no importa quedurante la fiesta se haya producido en la tierra, y por brevetiempo, la epifanía del mundo al revés. Basta con que el gestono se transforme en designio, con que esa lengua vulgar noencuentre una traducción latina. La risa libera al aldeano delmiedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos también eldiablo parece pobre y tonto, y, por tanto, controlable”.

En conclusión: La risa es una trama del demonio que conduce a quese pierda el miedo, y la ley es eficaz porque se impone es a travésdel miedo, particularmente del temor de Dios. “Y de este libropodría surgir la nueva y destructiva aspiración a destruir la muerte através de la emancipación del miedo…”

Y toda la Edad Media está atestada de diablos; diablos creados porlos jerarca de la iglesia, que repetían con convicción los textosbíblicos que aseveraban y consagraban su existencia; diablosinstituidos por los teólogos en sus escritos y disquisiciones, diablosforjados en los monasterios, alrededor de las angustias y temoresque acosaban a los excitados y perturbados monjes y, finalmente,diablos elaborados por los riquísimos imaginarios colectivos, y lospermanentes deseos de los sectores populares, de teatralizar susexistencias, buscando novedosos encantamientos que les permitieranconvertir la desesperación en esperanza…

La vida terrenal era considerada en la Edad Media como un simpletránsito fugaz hacia la eternidad, de ahí la preocupación por lospormenores para el logro de esa vida eterna, y la insistencia en ladescripción minuciosa de las penas, los castigos, las herejías, laenumeración de los ángeles, de los santos y sus milagros y, porsupuesto la de los demonios.

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Los primeros cristianos aceptaron sin cuestionamientos las tesiseclesiásticas sobre una vida ultraterrena basada exclusivamente en elpremio que sería el Cielo, o en el castigo que se daría en el Infierno;salvación o condenación a perpetuidad. Ya hacia el siglo XIII, estadoctrina organizada para una sociedad aldeana y rural, con lareaparición de las ciudades y el surgimiento del modo burgués deproducción, resultaría inadecuada.

“Del siglo VII al XIII la creencia en el diablo se desarrolló a la parque toda la escatología cristiana y sirvió a la imaginación colectivapara contrastar el poder de las personas idealizadas; el diablo es, almismo tiempo malo y como un animal que simboliza la sexualidad;es, sin duda, una figura superyoica, obscena y feroz, muy cerca delanimal, en lo cual se revela un rasgo totémico. La creación delpersonaje del diablo se produce paralelamente a la caída de losdioses «paganos» y su degradación en demonios que personificanlas pulsiones sexuales enunciadas por Freud”. (Alberto Constante LATEXTURA DEL MAL Primera edición: 2009 Universidad Nacional Autónoma de MéxicoDivisión Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia Facultad de Filosofía y LetrasMéxico D. F.) Página71…

Han sido muchos los nombres y designaciones que históricamente sehan dado a este ficticio personaje: diablo, demonio, satán o satanás,"maligno", "príncipe de este mundo", "serpiente", “Señor de lasmoscas”, "mentiroso", "dios de este mundo", "exterminador","dragón", "seductor", "acusador" y las huestes infernales estánformadas por muchísimos demonios que poseen nombre propio yreconocimiento:

Lucifer, Belcebú, Baal, Bitru, Astarot, Azazel, Abadón (el “Ángelexterminador”), Asmodeo (identificado con la lujuria), Abrahel,Asrael (el “demonio de la muerte”); Belial (inducidor de lospecados de la carne), Bael (demonio de la astucia, el engaño y lamentira), Mammon (demonio de la ambición y la avaricia), Samael(“el Veneno de Dios”), Zaafiel (“el ángel de la destrucción”), entre

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muchos nombres más, hemos hecho un listado que sabemosincompleto...

La Edad Media es prolífica en exposiciones sobre las penas y loscastigos que han de aguardar a los condenados…En el siglo V SanAgustín Obispo de Hipona, en su obra La ciudad de Dios, seextasiará describiendo las principales características de los demoniosy las terribles penas eternas del infierno, que aguardan a dichosdemonios, y a sus seguidores, es decir a aquellos que, a pesar delsacrificio de Cristo para ofrecernos la redención y el ingreso a laCiudad de Dios, han persistido en el pecado y preferido los placeresde la ciudad terrestre, a estos:

“El Señor había de pronunciar en el último juicio, diciendo:«Idos de mí malditos, al fuego eterno que está preparado parael demonio y sus ángeles» (porque en estos términos hace verque el demonio y sus ángeles han de arder con fuego eterno); ylo que está escrito en el Apocalipsis: «El demonio, que losengañaba, fue echado en un estanque de fuego y azufre dondetambién la bestia y los seudoprofetas serán atormentados dedía de noche, por los siglos de los siglos lo que allá dijoeterno, aquí lo llamó siglos de los siglos; con estas palabras laSagrada Escritura no suele significar sino lo que no tiene finde tiempo. Por lo cual no puede hallarse otra causa ni másjusta ni más manifiesta, por la que en nuestra verdaderareligión tenemos y creemos firme e irrevocablemente, que ni eldemonio ni sus ángeles jamás han de tener regreso a lajusticia y vida de los santos; sino porque la Escritura, que anadie engaña, dice que Dios no los perdonó, que en el ínterinlos condenó con anticipación, de forma que los arrojó encerróen las tenebrosas cárceles de infierno, para guardarlos y

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castigarlo después en el último y final juicio cuando losrecibirá el fuego eterno donde serán atormentados por lossiglos de los siglos”(San Agustin de Hipona La Ciudad de Dios, libro xxi El

infierno fin de la ciudad terrena. capítulo xxiii)

San Agustín se ocuparía también establecer una clara relación entrela superstición y los demonios, sosteniendo que detrás de lassupersticiones y las herejías se encuentran los demonios. Esto lellevó a establecer un catálogo completo de las herejías formadas,desde la venida de Cristo y su posterior ascensión al cielo, hasta suépoca histórica, llegando a contabilizar 88 en total:

Catálogo de las herejías según San Agustín:

Cuando el Señor subió al cielo, aparecieron los siguientesherejes:Simonianos 2. Menandrianos 3. Saturninianos 4.Basilidianos 5. Nicolaítas 6. Gnósticos 7.Carpocratianos 8.CerintianosoMerintianos 9. Nazareos 10. Ebionitas oEbioneos 11. Valentinianos 12. Secundianos 13. Ptolomeos 14.Marcitas o Marcianos 15. Colorbasos 16. Heracleonitas 17.Ofitas 18. Caianos o cainianos, cainitas 19. Setianos 20.Arcónticos 21. Cerdonianos22. Marcionitas 23. Apelitas 24.Severianos 25. Tacianos o Encratitas 26. Catafrigas 27.Pepucianos o Pepudianos y Quintilianos 28. Artotiritas29.Tesarescedecatitas30. Alogios o Alogos, Alogianos 31.Adamianos 32. Elceseos o Elceseítas y Sampseos 33.Teodotiano 34. Melquisedecianos 35. Bardesanistas 36.Noetianos 37. Valesios 38. Cátaros o Novacianos 39.Angélicos 40. Apostólicos 41. Sabelianos o Patripasianos 42.Origenianos 43. Otros Origenianos 44. Paulianos 45.Fotinianos 46. Maniqueos 47. Hieracitas 48. Melecianos49. Arrianos 50. Vadianos o Antropomorfitas 51.

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Semiarrianos52. Macedonianos 53. Aerianos 54. Aetianos ytambién Eunomianos 55. Apolinaristas 56. Antidicomaritas 57.Masalianos o Euquitas 58. Metangismonitas 59. Seleucianos60. Ploclianitas61.Patricianos 62. Ascitas 63.Pasalorinquitas64. Acuarios 65. Colutianos66. Florinianos 67.Los disconformes con el estado del mundo 68. Los que andancon los pies descalzos 69. Donatistas o Donatianos 70.Priscilianistas 71. Los que no comen con los hombres 72.Retorianos73. Los que afirman la divinidad pasible de Cristo74. Los que piensan a Dios triforme 75. Los que afirman que elagua es coeterna con Dios76. Los que dicen que la imagen deDios no es el alma 77. Los que opinan que los mundos soninnumerables 78. Los que creen que las almas se convierten endemonios y en cualquier animal79. Los que creen que eldescenso de Cristo a los infiernos liberó a todos80. Los quedan comienzo al tiempo con el nacimiento de Cristo del Padre81. Luciferianos82. Jovianistas 83. Arábicos 84. Elvidianos85. Paternianos o Venustianos 86. Tertulianistas 87.Abeloítas88. Pelagianos y Celestianos.

Después de explicar pormenorizadamente cada una de estas herejías,como productos de la intervención demoniaca, San Agustín expresa:“hay que investigar qué es lo que a uno hace ser hereje, para que, ala vez que lo evitamos con la gracia de Dios, evitemos los miasmasheréticos, no sólo los que conocemos, sino también los queignoramos, bien los que ya han nacido, bien los que todavía no hanpodido nacer”. Por supuesto la lista de herejías y de crímenes contralo sagrado y lo divino, posteriormente, se extendería mucho másbajo la influencia de la naciente y subversora mentalidad burguesa.

Agustín se ocuparía también de explicarnos las especiales relacionescon los demonios que viven continuamente al acecho de los

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hombres, cuyas tentaciones y miedos giran en torno a las relacionessexuales, y los demonios, para seducirlos y hacerlos pecar, operancomo íncubos y súcubos, esto es como demonios masculinos odemonios femeninos. Los íncubos, (íncubo: "que reposa arriba", dellatín incubare que quiere decir acostarse) eran para las creenciasreligiosas de la Edad Media, los demonios masculinos quecopulaban con mujeres… Los súcubos, (del latín succŭbus, desuccubare, que significa "reposar debajo") por su parte, representanel lado femenino de estos seres malignos, (de este término pareceque deriva la palabra prostituta)… El súcubo más famoso, maligno ymortal de todos los tiempos es Lilith, la primera mujer creada porDios, corrompida por Satanás y amante de los demonios…

Durante el siglo XIII, ya en la baja Edad Media, y conforme aldireccionamiento intelectual de lo que se denominó la Escolástica,que prosperó en Europa occidental, en las nacientes universidades,Santo Tomás de Aquino (l225-1274), uno de los más grandesexponentes de esta corriente del pensamiento religioso, retomaría lasreflexiones sobre la presencia de los demonios, para confrontar lasheterodoxias y las herejías, dando continuidad a las inquietudes deSan Agustín y ampliando el panorama de la defensa de la doctrinacristiana, ahora afectada también por la profanidad y el laicismointroducido por la burguesía. Sus opiniones se extenderían en eltema de las posesiones y los pactos diabólicos, chocando, en primertérmino, todo aquello que clasificó como supersticiones, es decir, lascreencias contrarias a la fe cristiana. Se buscaba ardorosamentehacer frente a las llamadas supersticiones, es decir, a todas aquellasformas que sostenían las supuestas artes adivinatorias como losencantamientos, la quiromancia, la astrología, los sortilegios, lospresagios, los augurios, y demás actividades semejantes que, noobstante, gozaban de gran prestigio en los sectores populares. Los

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practicantes de estas actividades serían duramente perseguidos ycastigados, porque su accionar era una fehaciente muestra,precisamente, de la existencia de los pactos diabólicos. AfirmabaSanto Tomás en La Summa Theologica: " toda adivinación haceuso, para conocer los futuros eventos, del consejo y ayuda de losdemonios. Esto a veces se implora expresamente; pero otras veces, ysin intención alguna del hombre, los mismos demonios intervienensecretamente y anuncian sucesos futuros que ellos conocen".(Santo

Tomás de Aquino Summa Theológica, 2-2 q 95, p.260).

La filosofía y teología de la Escolástica, si bien aportó pocoselementos al viejo concepto de brujería, suministró una lógicainterna y una estructura intelectual que le daría coherencia ycredibilidad al fenómeno, proporcionando de esta manera las armasnecesarias a los sanguinarios inquisidores para proceder en sudelirante persecución a las brujas.

Milagros, posesiones y exorcismos

Los evangelios están saturados de milagros, de posesionesdemoniacas, de pactos con el diablo y, claro, también deexorcismos… Jesucristo fue el primero que, según la tradición y loslibros sagrados, dio los lineamientos generales para cumplir con elproceso de expulsión de los demonios de los posesos; toda la vidapública de Jesús, según los evangelios, está cargada depredicaciones, milagros, sanaciones, resurrecciones y exorcismos.

Los Evangelios registran los milagros obrados por Jesús, unos decarácter espectacular y otros más corrientes y hasta simples, desde elmilagro de su nacimiento, la conversión del agua en vino, el caminarsobre las aguas, la multiplicación de los peces y los panes, elsecamiento de higueras, la pesca milagrosa, el sosegar de tormentas,

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las múltiples sanaciones, varias resurrecciones, hasta el inefablemilagro de su propia resurrección, y el de la eucaristía otransubstanciación que le ha atribuido la Iglesia, esto es, el de laconversión del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo…

Pero, además, Jesús practicó asiduamente curaciones y exorcismos:hay varios pasajes de los Evangelios que hacen referencia a estaactividad del Nazareno en cuanto el tratamiento de losendemoniados. (Marcos 1:32- 34):

32 Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajerontodos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;

33 y toda la ciudad se agolpó a la puerta.

34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversasenfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejabahablar a los demonios, porque le conocían.

(Marcos 3:10-12):

10 Porque había sanado a muchos; de manera que portocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él.

11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante deél, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.

12 Mas él les reprendía mucho para que no le descubriesen.

También le correspondió a Jesús defenderse de quienes, a su vez, loacusaban de tener pactos con el diablo (Mateo 12: 22-28):

22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; yle sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquelHijo de David?

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24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera losdemonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todoreino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad ocasa dividida contra sí misma, no permanecerá.26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo estádividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quiénlos echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestrosjueces.28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios,ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios…

Jesús efectuó muchos prodigios y milagros que podrían, desde laperspectiva establecida luego por la Patrística y por la Escolástica,ser señalados como ritos mágicos o supersticiosos.

Según los relatos evangélicos, Jesús no sólo tenía el poder deexpulsar a los demonios, sino la potestad de transmitir ese poder asus discípulos (ver por ejemplo Lucas 10:17-20). La Iglesia ha sidola institución que, heredera de estos dones, en particular se hadedicado a trabajar con los posesos y a perfeccionar las fórmulas deexorcismo con el propósito de extraer los demonios.

De las posesiones y los pactos diabólicos

Como ya lo establecimos, el diablo es un personaje fundamental enel Nuevo Testamento, las páginas de los Evangelios y demás librosdel Nuevo Testamento, están atestadas de demonios. La más claramanifestación de estos demonios se expresa en las posesiones, esdecir en el supuesto apoderamiento del alma de algún ser humano,por un demonio, acción ésta que implicaba el exorcismo, o empleode algunos rituales y conjuros especiales para expulsar dichoshuéspedes del cuerpo de las víctimas. Como lo hemos visto, Cristo y

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sus discípulos, en general, se caracterizaron principalmente por susactividades como exorcistas, casi no hay página de los Evangeliosque no enfatice en estas prácticas, que habrían de esparcirseampliamente durante la Edad Media… Con la conversión delcristianismo en religión oficial bajo Constantino, y luego con laPatrística y más tarde con la Escolástica, se radicalizaría la luchacontra el demonio, como una de las formas de lucha contra lasnuevas formas de paganismo, las herejías y luego la Reforma…

La teoría de las posesiones demoníacas parte de la manifestación,cierta o supuesta, de trastornos en la conducta de algunos sereshumanos, cambios de personalidad atribuibles a la presencia de unoo varios espíritus infernales que los domina. En realidad el poseído oposeso, como lo define François Laplantine, “es un profeta cansadode esperar el advenimiento del Reino… que realiza, por así decir, lafelicidad prometida desde ahora y en su cuerpo. Comprime eltiempo mesiánico que no termina de llegar, en un instanteorgiástico, que para él vale todo el oro del mundo… ” (Laplantine

François Mesianismo, posesión y utopía: las tres voces de la imaginación colectiva. Edit. Gedisa.

Barcelona 1977 Página 28). El poseso, en ese orden de ideas es una especiede irreductible enemigo de la espera, que con enorme intensidadpasional, o con demencia, quiere ver realizadas de manera inmediatalas promesas.

La Iglesia, para el exorcismo de expulsión de los demonios, siempreha aplicado una serie de reglas, preceptos y disposiciones, queoperan como fórmulas terapéuticas de carácter divino. El RitualRomano (Rituale Romanum), es un texto promulgado desde la EdadMedia, que ha sido actualizado muchas veces por el Vaticano y que,además de contener las más diversas ceremonias y rituales corrientesen el credo católico, asume los correspondientes para llevar a cabolos exorcismos de expulsión de los demonios.

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En este texto, puesto al día en 1999 bajo el papado de Juan Pablo II,y considerado el único válido para el exorcismo de expulsión de losdemonios, se establece entre otros aspectos que:

En el ejercicio de su ministerio, Cristo entregó a sus Apóstolesy a otros discípulos el poder para expulsar los espíritusinmundos (cf. Mt. 10, 1.8; Mc. 3,14-15; 6, 7.13; Lc. 9, 1; 10,17.18-20). A ellos mismos, el Señor prometió el Espíritu SantoParáclito, procedente del Padre por el Hijo, el cual argüiría almundo acerca del juicio, porque el príncipe de este mundo yafue juzgado (cf. Jn. 16, 7-11). El Evangelio atestigua que entrelos signos que caracterizarían a los creyentes, se encuentra laexpulsión de los demonios (cf. Mc. 16, 17).

Por tanto, la Iglesia ejerció la potestad, recibida de Cristo, deexpulsar a los demonios y repeler su influjo ya desde la épocaapostólica (cf. Hech. 5, 16; 8, 7;16, 18; 19, 12) por lo cual, enel nombre de Jesús, ora continua y confiadamente, para serella misma librada del Maligno (cf. Mt. 6, 13). 17También enel mismo nombre, por virtud del Espíritu Santo, manda dediversos modos a los demonios que no impidan la tarea de laevangelización (cf. 1 Tes. 2, 18), y que restituya “al másfuerte” (cf. Lc. 11, 21-22) el dominio tanto del universo enterocomo de cada hombre. “Cuando la Iglesia pide públicamente ycon autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o unobjeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno ysustraída de su dominio, se habla de exorcismo”.

Existen algunas manifestaciones o evidencias tanto de carácterpsíquico como corporal, que sólo pueden ser reconocidas por laIglesia y que, según el Ritual Romano, permiten demostrar la

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posesión demoníaca y por lo tanto reclaman la actividad delexorcismo:

-Presentar una fuerza física mayor de lo presumiblementenormal para una persona de su peso, edad y constituciónfísica.

- Cambio de forma de diversas partes del cuerpo como la cara,brazos, piernas cuello. Así como giro desorbitado de los ojos auna posición en que es visible solo el blanco de los mismos (dela misma forma que cuando una persona alucina o tiene otrotipo de sensación fuerte).

- Cambio sintomático en la voz, cambiando el tono, sonidosmás tirando a animales que a otro tipo.

- Tener violentas convulsiones y torsiones del cuerpo hastagirar el cuello por ejemplo casi a 360 grados.

- Superar las leyes de la gravedad de forma que levite todo elcuerpo, vertical u horizontalmente, así como desplazarobjetos, cerrar puertas, abrir cajones, etc...

Estas serían las señales corporales que podríamos notar a simplevista sobre la persona en sí, pero además de estas manifestaciones,se pueden observar las siguientes de carácter psicológico:

- Demostrar locura furiosa y odio hacia Dios, la Virgen, lossantos y los símbolos sagrados. (Muestra de psicosis, histeria,paranoia.)

- Hablar idiomas desconocidos (xenoglosia) y sostenerconversaciones en tales idiomas, así como entender losidiomas que se le hablan.

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- Descubrir las cosas ocultas (clarividencia) y conocerlas,aunque se encuentren a mucha distancia del endemoniado.

- Manifestar una fuerza psíquica y moral muy superior a lanormal (Autosugestión.)

- Predecir acertadamente cosas futuras. (Premonición.)

- Sufrir una transformación integral en la personalidadprimaria y exteriorizar personalidades nuevas y desconocidas.(Prosopopesis, paranoia, esquizofrenia.)

Por otra parte, los pactos diabólicos, según la tradición cristiana, serefieren a hombres que, rindiendo culto a Lucifer o alguno de losdemonios de su corte, y queriendo obtener algún tipo de favor o deventaja por parte de estos, se dejan esclavizar mediante el trueque desu alma, perdiendo así las posibilidades de una sana vida espiritualultra terrena.

Los favores que buscan los desesperados pactantes, varían según losdiversos cuentos o relatos, pero en términos generales se refieren ala obtención de beneficios como fortuna, salud, belleza, amor,potencia sexual, éxito social o laboral, conocimiento, poder político,fama, o la eterna juventud… Los llamados pactos diabólicos son,por lo tanto, unas narraciones moralizantes que buscan regular loscomportamientos, conforme los patrones de conducta establecidospor la Iglesia, que exige a la feligresía y en general a todos loshabitantes, la humildad, el acatamiento y la subordinación a susnormas y preceptos.

Durante toda la Edad Media, e incluso en la época moderna,pareciera que el diablo ronda por todas partes; son muchos lospactos diabólicos que reconocen la tradición y la literatura, pero

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quizá el más conocido de ellos sea el pacto efectuado entre el doctorFausto y el demonio llamado Mefistófeles.

IV.- Mefistófeles y Fausto

Mefistófeles es un demonio de reciente aparición. No es mencionadoen la Biblia, aunque sí aparece en algunos escritos apócrifos queafirman que fue uno de los primeros demonios que se unió a Luciferdurante la rebelión contra Dios y también de los primeros en caerdurante la singular batalla. Su nombre es archiconocidoprecisamente por la historia del Doctor Fausto, un personajetradicional de la Alemania medieval que vendió su alma al diablo acambio de una serie de favores como el amor y la sabiduría. Elnombre Mefistófeles proviene de una posible etimología griega,compuesta de la partícula negativa μη y de φῶς: luz y φιλής : el queama, es decir, “el que no ama la luz”.

El mito del Doctor Fausto surge en la Alemania del siglo XVI apartir de una serie de cuentos, fábulas y consejas moralizadoras, enuna época marcada por el interés de un prudente acomodamientosocial, conceptual y filosófico, por parte de la naciente claseburguesa.

La leyenda de Fausto nos relata la tragedia de un intelectual teólogoque vende su alma al diablo, a un demonio llamado Mefistófeles, acambio del conocimiento y la fundamentalización de suindividualidad. La leyenda original del Fausto es alemana, aunque elnombre del protagonista es latino. Fausto significa algo así comofeliz, favorable, afortunado y su tragedia simboliza la inclinación delhombre por el conocimiento, es decir, algo tangible, pragmático ymaterial, independientemente de que se considere por muchos comoalgo intangible, impreciso y abstracto. El error de Fausto es poner

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por encima de la religión y de las cosas celestiales y divinas, losconocimientos mundanos y la ciencia.

No todo en esta historia del doctor Fausto es producto de la fantasía,de la ficción: Parece ser que efectivamente existió un mago yalquimista alemán, llamado Johann George Faust, a quien se leatribuyó ser estudioso de las llamadas ciencias ocultas. Otrosasocian al Fausto mítico con un compañero de Johannes Gutenberg,el inventor de la imprenta moderna (hacia 1450). Lo cierto es que esmuy difícil atribuir la historia del Fausto a un solo personaje. Laleyenda se extendería no sólo por el territorio alemán, sino quecubriría toda Europa.

Los imaginarios populares dieron origen a las leyendas referidas apactos con el diablo; personajes que entregaban su alma a cambio dediferentes beneficios, como una larga vida, la juventud, el amor o elconocimiento. Son varios los escritos y versiones que, de maneraanónima, desde el siglo XVI circularon recogiendo los aspectosprincipales de la leyenda de Fausto; en los cuales cabe destacar ladicotomía existente entre la fe y la ciencia, la religión y la razón,asunto que por lo demás constituía el elemento central del debateentre la vieja mentalidad rural, aldeana, cristiano-feudal y la recientementalidad urbana y progresista. La parte más importante de laleyenda de Fausto, es la referida a su destino, al conflicto suscitadopor la posible condenación de su alma, por romper con lastradiciones y aferrarse a la construcción de la individualidad.

La primera versión de Fausto de alguna relevancia, fue publicadaanónimamente en Alemania en 1587 (Historia del doctor JohannFausto) y la editó un señor llamado Johann Spies. En 1589,Cristopher Marlowe (1564-1593) en Inglaterra, siguiendo latraducción del texto alemán editado por Spies, escribió una obra

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teatral que llamó, The Tragical History of Doctor Faustus (Latrágica historia del doctor Fausto). Existían ya otrasrepresentaciones literarias de la historia de Fausto, pero la deMarlowe fue la primera en alcanzar renombre; la obra consta de unaintroducción y cinco actos que contienen en total trece escenas.

Ya desde la introducción coral nos dice Marlowe:

…deseamos ejecutar, y es trazar las fortunas de Fausto,buenas o malas. A vuestros pacientes juicios apelamos para elaplauso, empezando por hablar de Fausto en su infancia. Heaquí que nació, de padres de origen humilde, en una ciudadalemana llamada Rhodes. Siendo de más maduros años pasó aWurtenberg, donde sus parientes le educaron. Pronto seaventajó en teología, obteniendo los frutos de la escolástica,con lo que en breve fuele otorgado el grado de doctor. Excedióa todos aquellos cuyo deleite consiste en discutir los celestesasuntos de la teología, hasta que, ensoberbecido por suinteligencia y amor propio, con alas de cera se elevó más alláde donde podía, y, al ellas derretirse, tramaron los cielos sucaída. Por lo cual, dando en diabólicas ejercitaciones ysaciándose de los dorados dones de la cultura, entró en lamaldita necromancia. Nada fue tan dulce para él como lamagia, que prefirió a las mayores felicidades. Este es elhombre de que aquí se trata. (Tomado de Christopher Marlowe Tragedias.

1982, Ediciones Orbis, S.A. y RBA Proyectos editoriales, S.A. Primera edición argentinaTraducción de Juan G. de Luaces Plaza & Janes Editores)

Como se puede notar, la tragedia del Doctor Fausto, marca laincipiente aparición del individualismo como una nueva expresióndel sentir y del pensar burgués, en el contexto de la mentalidadcristiano-feudal predominante, con unas feligresías sometidas a lamera condición de grey o de rebaño, bajo el supuesto pastoreo de la

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Iglesia. Es notoria también la esperanza puesta en los libros, en lainteligencia, la ciencia y los conocimientos, como herramientas parala prosperidad personal. Valdés, uno de los compañeros del DoctorFausto, en el primer acto de la obra, le dice:

Fausto, esos libros, tu inteligencia y nuestra experiencia haránque todas las naciones nos canonicen. Y así como los moros dela India obedecen a sus señores españoles, así los súbditos detodos los elementos estarán siempre al servicio de nosotrostres. Nos guardarán como leones cuando nos plazca, y, comoalemanes jinetes con sus armas o cual gigantes lapones,trotarán a nuestro lado. Otras veces nos servirán de mujeres ode virginales doncellas, con más belleza en sus vaporosasfrentes que tienen los blancos pechos de la diosa del amor. DeVenecia nos traerán grandes barcos mercantes, y de Américael vellocino de oro que todos los años engrosa el tesoro delviejo Felipe. Basta para ello que el culto Fausto se resuelva.

Al cabo de los veinticuatro años pactados con Mefistófeles, y ante lainminencia del pago de su alma a Lucifer, faltando una escasa hora,Fausto trata de arrepentirse y exclama:

¡Ah, Fausto, una hora escasa te queda de vida y luego seráscondenado perpetuamente! Deteneos, móviles esferas de loscielos, cese el tiempo y nunca llegue la media noche. Ojo de lahermosa Naturaleza, álzate de nuevo y haz un perpetuo día, ohaz que esta hora sea un año, un mes, una semana, un díanatural, para que pueda Fausto arrepentirse y salvar su alma.«O lente, lente currite, noctisequi!» (Oh! lento, corre lento,caballo de la noche)…

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En medio del discurso de lamentos, de imprecaciones y maldicionesal infierno -incluso promete la quema de sus libros- y deinvocaciones a Dios, buscando que se detenga el tiempo, o que se déun milagro que haga posible la salvación de su alma, dan las doce dela noche y los demonios llegan y se lo llevan, mientras el Coroexpresa la moraleja de la fábula:

(Salen los diablos con él. Entra el coro.)

Cortada ha sido la rama que podía haber medrado derecha yquemado está el laurel de Apolo que antaño creciera dentro deeste hombre sabio. Fausto se ha ido; mirad su infernal caída yque su diabólica suerte exhorte a los discretos a pensar en elmal de las cosas ilícitas, cuya profundidad consiente a lostalentos eminentes practicar más de aquello que el poderceleste permite.

En busca de hallar sentido a la existencia humana, en medio demúltiples y acaloradas discusiones filosófico-teológicas, queocuparon gran parte de la antigüedad clásica y toda la Edad Mediacristiana, irrumpe en este período feudoburgés, el proceso deconstrucción de la individualidad y, desde la literatura, el personajede Fausto se nos presenta ya como el prototipo de la individualidadmoderna.

Formación de la ideología burguesa

A partir de la reaparición de las ciudades en la Europa occidental, sefueron adoptando formas de vida y de pensamiento citadinas, quehabrían de significar la decadencia de las estructuras políticas,sociales y culturales de carácter rural de la Edad Media, en esteproceso se conformaría paulatinamente la mentalidad burguesa que,como lo hemos visto, se inició como una especie de juego, de

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esparcimiento, de confrontación alegre, divertida, abierta yespontánea, desde las tabernas, los carnavales y la literatura erótica,a las maneras cristianas y feudales, para luego asumir posturas derecato, de conveniente enmascaramiento e hipocresía, ante lareacción asumida por la Iglesia y las fuerzas de la tradición, que seaplicaron a la represión y castigo de todas estas expresionestildándolas de ser actividades demoniacas. Este sutil encubrimientole permitiría, posteriormente, al pensamiento burgués impulsar todosesos principios básicos que asumiría en su etapa madura o de laIlustración, y que se establecieron al calor de la lucha y de la astucia,mediante la crítica cultural y social, buscando fundar la autonomíaindividual, la vigencia de una ley moral universal, separando la éticade las ideas religiosas, explicaciones naturalistas, extender lasciencias y el método experimental en sustitución de la metafísica,repudiando el mesianismo, la escatología apocalíptica, elprovidencialismo y toda esa la teleología defendida por la Iglesia,asimismo, promoviendo la preminencia de la autoridad civil sobre laeclesiástica y, en fin, aspirando a una sociedad más justa mediante laintervención de la “razón” como fuerza histórica a favor del“progreso”.

La Ilustración irrumpe, pues, como la etapa siguiente de la evolucióndel pensamiento burgués, con sus exigencias de naturalismo,racionalidad, libertad y autonomía para los individuos, hasta llegar aconstituirse en una especie de mentalidad universal de carácterproyectivo, que tomaría cuerpo definitivo, a la postre, al desembocaren la gran Revolución Francesa, sepulturera, al parecer, del antiguorégimen, es “la revolución ideológica del siglo XVIII, la de Voltaire,Montesquieu y la Enciclopedia, pero también la de escritores menosteóricos, aunque igualmente representativos e influyentes como

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Goethe” (Romero José Luis. Estudio de la mentalidad burguesa. Alianza Editorial Madrid.

1987. Página 39).

La empresa fáustica

La idea del progreso no es exclusiva de la tragedia de Fausto, haestado presente en la literatura occidental desde tiempos remotos.Prometeo y Próspero son, por ejemplo, dos enormes personajes de laliteratura, previos al Doctor Fausto, sobre los que ya cabalga lateoría del “progreso” en Occidente…

Prometeo es un héroe mitológico de larga tradición desde laliteratura griega, presente en las obras atribuidas a Hesíodo, laTeogonía y Trabajos y Días, así como en la tragedia Prometeoencadenado de Esquilo. Este personaje se constituyó en un referenteobligado para el pensamiento desarrollista occidental, anuncia eladvenimiento de la conciencia, el despertar del pensamiento…Es unhéroe civilizador que ayuda a crear una nueva humanidad…

Platón en el Diálogo Protágoras, nos cuenta el mito de Prometeo yde la disposición divina de otorgar a los seres humanos especialesfacultades, que les permitiesen competir y sobrevivir entre los demásanimales:

“ ... Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no lasespecies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por eldestino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron enlas entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantasmaterias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponíana sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que lasrevistiesen de facultades distribuyéndolas convenientementeentre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él

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hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho ladistribución, dijo, tú la supervisas…

…Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darsecuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aúnsin equipar la especie humana y no sabía qué hacer.Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar ladistribución. Ve a todos los animales armoniosamenteequipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sinabrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por eldestino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz.Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación parael hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría delas artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposibleque aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se laofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombrela sabiduría para conservar la vida, pero no recibió lasabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y aPrometeo no le estaba permitido acceder a la mansión deZeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianesterribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea yHefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando elarte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio alhombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursosnecesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa deEpimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo”.

Prometeo, además del fuego, enseñó a los hombres el trabajo,estableciéndolo como fundamento de la realidad y de la vida yfijando la razón como el principal mecanismo provocador de

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resultados positivos, forjó de esta manera el “progreso” comoresultado de la productividad y de todos los afanes humanos.

Opuestos a este elemento racional, esencial en la concepción delhombre en Occidente, quedarían en el camino otros personajes,representantes del deseo y de la sensibilidad, como Orfeo, Diana,Narciso y Dionisos. Marcuse en Eros y civilización dijo: SiPrometeo es el héroe cultural del esfuerzo y la fatiga, laproductividad y el progreso a través de la represión, los símbolos deotro principio de la realidad deben ser buscados en el polo opuesto.Orfeo y Narciso (como Dionisos, el antagonista del dios quesanciona la lógica de la dominación y el campo de la razón, con elque están emparentados) defienden una realidad muy diferente.Ellos no han llegado a ser los héroes culturales del mundooccidental: su imagen es la del gozo y la realización; la voz que noordena, sino que canta…”

En La tempestad, última obra de Shakespeare, escrita en 1611, semuestra el poder casi mágico de una floreciente burguesía que yaempieza a sentirse como propietaria del mundo. Próspero es, comosu nombre lo indica, un orgulloso y civilizado gobernante capaz dehacer uso de la magia y del saber, pero ha sido despojado de supoder y obligado a vivir en una remota isla que antaño había sidohabitada por la bruja Sicorax y en donde se encuentra ahora su hijoCalibán, un ser salvaje, terrígeno, deforme, sensual; una especie desubhumano, casi un animal, sin entendimiento, sin moral, como “unpedazo de tierra humanizado”, al decir de Ezequiel MartínezEstrada. También habita la isla Ariel, un ser alado, espiritual,cambiante, sutil; símbolo de la inteligencia. Próspero esclaviza a losdos y como amo les obliga a cumplir arduas tareas. Ariel obedece

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sumisamente, pero Calibán es obligado mediante la fuerza y laviolencia.

Hay en esta historia un componente explicativo de la ideología del“progreso” y de la vocación catequizadora, evangelizadora ycivilizatoria que se expresa, como elemento central deleurocentrismo, del racismo y del colonialismo, principales factoresde que ha hecho gala la llamada civilización occidental y cristiana,desde la época de los “descubrimientos” y del expansionismocolonial. La visión de las culturas subyugadas está explícita tambiénen el comportamiento de Calibán que, ante el reclamo de Prósperopor no agradecer el que le haya enseñado un idioma, una moral, unareligión, le grita: “Tú me enseñaste a hablar, y mi ganancia es que semaldecir. ¡Maligna peste te pague la enseñanza que me diste! ...”

Pero fue Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) el escritor alemán(contemporáneo de todo el proceso de la Revolución Francesa), quedio nueva fuerza y dimensión a la leyenda de Fausto, precisamenteal revestirla del factor progresista. Su obra Fausto, tiene todas lascaracterísticas racionales de la Ilustración; más que un mago,alquimista o hechicero, el Doctor Fausto de Goethe, es un científicomoderno que ha estudiado la filosofía, la teología, el derecho, lamedicina, y representa al intelectual, libre y autónomo, dueño de supropio destino.

“Entre el siglo XVI y el XVIII, el discurso sobre el diablo sufre unaevolución espectacular, pasando del estado de obsesión religiosa aldel mito literario que indica el período prerromántico. El paso deSatán a Mefistófeles no es realmente el salto de la creencia a lafalta de creencia, sino más bien de un tipo de mito a otro, igual deeficaz. El diablo se vuelve laico, pero su papel social continúa y seinvierte.”(Minois Georges. Breve historia del diablo. Página 110)

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En la obra de Goethe, aunque similar en los aspectos generales a laleyenda tradicional, Fausto y Mefistófeles actúan y hablan comohombres modernos: Fausto es quien establece las condiciones delpacto demoníaco, mientras que en los textos anteriores siemprefueron Lucifer o su mensajero, quienes fijaban los puntos delacuerdo. De este modo, es ya un hombre autónomo quien prepara latrampa al demonio, no como venía sucediendo, bajo la impronta dela concepción medieval en donde el hombre no era más que unjuguete de las actividades demoniacas, por su parte Mefistófeles esya un demonio secularizado.

En estas ideas y actitudes, se encuentra ya de cuerpo entero, laconcepción racionalista difundida por los principios de laIlustración. Aunque, por supuesto, el Fausto de Goethe, comopersonaje literario, muestra aun una enorme ambivalencia filosóficay moral; es un personaje que deambula en una compleja situaciónpsicológica que oscila entre la bondad y la maldad. Expresa,precisamente, una personalidad atrapada entre los viejos valorestradicionales, feudales, medievales, de carácter religioso que tendíana desaparecer inexorablemente, bajo el peso de la nacientementalidad pragmática y naturalistas de la burguesía, sustentada enel laicismo y la profanidad y bajo los resultados de la revoluciónindustrial, ya puesta en marcha. Goethe, frente a la naciente teoríaburguesa del conocimiento, abiertamente expresa su rechazo aldogmatismo y asume la validez de la duda y del escepticismo.

El enfrentamiento ético y político entre Fausto y Mefistófeles,representa el conflicto de la modernidad, que surge a partir de laIlustración y la Revolución industrial y su permanente búsqueda delprogreso, como expresión de un nuevo mesianismo y una

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escatología ya secularizados, con un Fausto cuyos interesesintelectuales contienen ese ideal del desarrollo y el progreso.

El drama de Fausto es el drama del progreso, del evolucionismo, deldesarrollismo, como filosofía nodal de la burguesía en el período desu madurez. Esta es la empresa fáustica, por supuesto contraria a laempresa ensayada por Don Quijote de la Mancha (una primeraexpresión de la modernidad) que lleva al fracaso; Don Quijote,cruzado por los valores del deseo, del sentimiento de la sensibilidady el humanismo, está condenado de antemano a la derrota, mientrasque Fausto, despojado de sentimentalismos metafísicos y de lasensiblería, desde el cínico pragmatismo científico-tecnológico, nose parará en pequeñeces y mostrará el derrotero de los fingidos,vagos e inciertos valores, que caracterizan el enmascaramiento de lamentalidad burguesa, que persigue, por el contrario, los clarostriunfos instrumentales que le depara el cientifismo.

Precisamente Peter Sloterdijk, en su libro Crítica de la razón cínicadice: “Mefistófeles aparece en los años más tempestuosos de lasecularización que empezaban a liquidar los milenios de herenciadel cristianismo. Quizá caracterice la esencia de la revolucióncultural burguesa del siglo XVIII el que el poeta más grande de laépoca la encarne en la figura demoniaca, figura que, al igual queSatán, disfruta de la libertad de decir las cosas “tal como son”. Eldemonio es el primer realista postcristiano. Su libertad de diccióntiene que parecer a sus contemporáneos más antiguos inclusoinfernal. Allí donde el demonio abre la boca para decir como está elmundo realmente, son barridas la antigua metafísica cristiana, lateología, la moral feudal. Si incluso se le despoja de los cuernos ylas pezuñas, entonces de Mefistófeles no queda otra cosa que unfilósofo burgués: realista, antimetafísico, empírico, positivista. Y no

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fue por casualidad que Fausto, desde el siglo XVI hasta el XIX,quintaesencia del moderno investigador haya cerrado un pacto consemejante demonio”

Marshall Berman en su libro Todo lo sólido se desvanece en el aire.La experiencia de la modernidad, dedica en la introducción, referidaa la modernidad ayer, hoy y mañana, un apartado al Fausto deGoethe, presentándolo como el epítome de la tragedia del desarrollo.Berman nos indica: “La fuerza vital que anima al Fausto de Goethe,que lo distingue de sus predecesores y que genera buena parte de suriqueza y dinamismo, es un impulso que llamaré el deseo dedesarrollo”. Y más adelante asevera: “los problemas de Fausto noson sólo suyos; son la expresión dramática de tensiones mayoresque agitaban a todas las sociedades europeas en los años anterioresa las revoluciones francesa e industrial”… “Fausto ayuda a crear yparticipa de una cultura que ha explorado la riqueza y laprofundidad de los deseos y sueños humanos mucho más allá de lasfronteras clásicas y medievales. Al mismo tiempo forma parte deuna sociedad estancada y cerrada que está todavía enquistada enunas formas sociales medievales y feudales: formas tales como laespecialización gremial, que lo mantiene y mantiene sus ideas bajollave…”

Fausto intenta salir, romper , con ese mundo gótico y medieval quele tiene atrapado a él y a las personas de su entorno -comoMargarita-, creando nuevos valores, una nueva concepciónideológica del mundo y de la vida, para ello, dice Marshall, luchaconstantemente por cambiar no sólo su propia vida, sino también lade todos los demás:

“Fausto combate al viejo mundo, el mundo con el cual hasoltado las amarras, transformándose en un nuevo tipo de

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persona, que se conoce y afirma, que se convierte de hecho através de una infatigable e incesante autoexpansión.Margarita choca de manera igualmente radical con ese mundoal afirmar sus cualidades humanas más nobles: puraconcentración y compromiso del yo en nombre del amor. Sumanera es sin duda más hermosa, pero finalmente la deFausto será más fructífera; puede hacer que su yo sobreviva yse enfrente al viejo mundo con mejor fortuna con el transcursodel tiempo…”

“…La primera parte de Fausto tiene lugar en un momento enque, después de siglos, estas relaciones sociales feudales,patriarcales, empiezan a quebrarse. La gran mayoría de laspersonas todavía vive en "pequeños mundos" como el deMargarita, y esos mundos, como hemos visto, son bastanteformidables. Sin embargo, esas pequeñas ciudades celularescomienzan a erosionarse: ante todo, a través del contacto configuras marginales explosivas venidas de fuera -Fausto yMefisto, rebosantes de dinero, sexualidad e ideas, son losclásicos "agitadores venidos de fuera", tan queridos por lamitología conservadora- y, lo que es más importante, a travésde la implosión, provocada por el voluble desarrollo interiorque sus propios hijos, como Margarita, experimentan…”

Dice Berman: “Súbitamente nos encontrarnos en un puntonodal de la historia de la conciencia moderna. Estamospresenciando el nacimiento de una división social del trabajo,una nueva vocación, una nueva relación entre las ideas y lavida práctica…” “…La propuesta establecida por Fausto yMefistófeles es la de “usar su mente en una acción en nombredel bienestar y la voluntad general…” “…Fausto imagina, y

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lucha por crear, un mundo en el que el crecimiento personal yel progreso humano se puedan obtener sin costos humanossignificativos. Irónicamente, su tragedia surgirá precisamentede su deseo de eliminar la tragedia de la vida…”

Pero, irónicamente, “…una vez que el desarrollista hadestruido el mundo premoderno, ha destruido toda su razón deestar en el mundo…”

En resumen, Goethe, en los comienzos del siglo XIX, recogiendouna antiquísima leyenda alemana, nos cuenta en su Fausto, lahistoria de un vesánico hombre que vende su alma al diablo, enbusca de la felicidad. Mefistófeles, encarnación del demonio, lograestablecer el pacto, ofreciéndole múltiples ventajas para satisfacer lacuriosidad intelectual, las ansias de poder, el amor y la codicia deFausto, quien a pesar de todo, mantiene en alto los sublimesatributos del conocimiento, el interés por la comprensión de larealidad y los anhelos de transformación del mundo hacia elprogreso. En la intención de curarse del afán de saber, sucumbegustoso a la tentación y así, queriendo gozar de las mieles del podery del saber, se empeña en una aventura que le lleva al abandono delos viejos valores humanistas, a la traición del amor de Margarita, ala explotación de otros hombres y a la depredación de la naturaleza;todo en pos del desarrollo y del progreso.

Ese es el estilo fáustico que ha caracterizado el comportamiento delmodo de producción capitalista que, al decir de Marx, ha realizadouna continua modificación en la producción, en el consumo y en lasrelaciones sociales; ha profanado todo lo sagrado, destruido todo loestablecido y arrastrado tras de sí todos los pueblos y culturas,forjando finalmente “un mundo a su imagen y semejanza”.

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Para Fausto, como para el capitalismo, poco importa el dañocausado a la naturaleza o a los seres humanos, si a la postre serealiza el progreso. Así, en la segunda parte de Fausto, nosencontramos con dos personajes, Filemón y Baucis, que encarnan lalucha del antiguo mundo bucólico y provinciano frente al poder del“progreso”. Ovidio, en el siglo I de nuestra era, en La metamorfosis,dando continuidad a la saga del mito de Prometeo, narró la historiade amor conyugal de los ancianos Filemón y Baucis, quienes recibenen su cabaña la visita de Zeus y Hermes a los que ofrecen toda suhospitalidad, granjeándose de esta manera, el apoyo de los diosesque los salvan de morir durante el diluvio que llevaría al fin de todala humanidad.

Filemón y Baucis son retomados por Goethe en Fausto, en donde seconvierten en víctimas del desarrollo y del progreso, ya que Fausto yMefistófeles, conforme a su programa de modernización del mundo,convocan grandes ejércitos de obreros para remover los bosques y latierra, para construir diques, represas, edificios, abrir minas, trazarcarreteras y, entonces, deciden prender fuego a la estorbosa cabaña yasesinar a los viejos que impedían el progreso. A fin de cuentas,como señala Mefistófeles a Fausto, “quien tiene la fuerza, tambiéntiene el derecho”.

Esta es la fáustica narración novelesca del realismo cínico delcapitalismo que, cabalgando sobre la ideología del progreso,sustentado en la racionalidad instrumental de unas ciencias y unastecnologías, falsamente neutrales, nutren permanentemente, desdelas universidades y centros de investigación, el complejo industrial-militarista que gobierna el mundo y que no se detiene frente a losllamado “daños colaterales”, causados sobre todo aquello que seinterponga en la llamada marcha triunfal de la civilización, sea la

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naturaleza o los seres humanos. Depredaciones, invasiones,intromisiones políticas, imposiciones culturales, guerras. Todos losmedios son válidos con tal de realizar ese supuesto sueño decrecimiento infinito que significa la ideología del “progreso”.

V.-La idea del progreso

Comprender la historia como una continuidad evolutiva, perfectible,que va de lo inferior a lo superior, ha sido una mítica convicción quesiempre ha acompañado a la civilización occidental, tercamentepropensa a la búsqueda del paraíso perdido, como fue fijado desdelos primitivos planteamientos judeo-cristianos. Los filósofos delcristianismo asumieron la idea del progreso como resultado de unplan divino, de una escatología, presente desde los orígenes mismosde la humanidad, a partir de lo prestablecido por el mismo Dios.

San Agustín, en su obra La ciudad de Dios, afirma que el mundo ensu devenir cumple varias etapas, y que la última de estas (laséptima) corresponde a la felicidad plena, a una paz vitalicia en latierra, que ha de llegar antes del apocalipsis y del día del juiciouniversal, y que los bienaventurados conocerán finalmente el paraísoterrenal como resultado del desarrollo histórico…

El debate acerca del progreso tendría continuidad durante toda laEdad Media, en el marco de las convicciones religiosas, perotambién desde las perspectivas seculares y laicas. En todo caso lavisión futurista del progreso habría de constituirse en “la másauténtica religión de la civilización occidental” que finalmente seríaheredada por la Ilustración: primero estuvo cargada de esperanzasutópicas y contribuyó a forjar el sueño de una edad de oro en elporvenir. Con el advenimiento del modo burgués de producción, seconsideraría que el triunfo de la razón sobre los elementos haría

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posible una sociedad alejada del miedo y la miseria. En los términosdel cartesianismo, nos haríamos dueños de los secretos que guarda lanaturaleza hasta alcanzar el bienestar general y la comodidad y,desde la perspectiva kantiana, el progreso indefinido nos permitiríalograr “la paz perpetua”. Hoy, puesta en evidencia la falsedad delsueño, bajo la carga de las muchas frustraciones y catástrofesvividas y provocadas por la realización del desarrollo y el progreso,desde los escombros de una imaginación defraudada, nos acorralanotras perspectivas; todas esas anti-utopías de ciencia ficcióninauguradas con la novela 1984 de George Orwell y con Un mundofeliz de Aldous Huxley, nos anuncian la decadencia y la catástrofeque ya hemos comenzado a vivir.

Rousseau desde 1750, en el Discurso sobre las ciencias y las artes,nos advertía acerca del significado de un progreso quesimultáneamente implicaba la destrucción del hombre y lanaturaleza. Allí sentenciaba Rousseau: “Se han corrompido nuestrasalmas a medida que nuestras ciencias y nuestras artes han avanzadohacia la perfección…”. Es decir, ese anhelo de ser dueños y señoresde la naturaleza, convirtiéndola en objeto del uso y del abuso porparte del hombre, ya anunciaba este horizonte de fatalidad y debarbarie ecológica que hoy soportamos.

Para los pensadores revolucionarios del siglo XVIII el motor delprogreso serían las luces. Se trataba de iluminar las tinieblasmedievales de la ignorancia y la estrechez de miras, esto conduciríaal fomento del calor, del movimiento, de la industria; a la búsquedade diferentes combustibles, es decir, al mejoramiento de las fuerzasproductivas, a la revolución industrial, a la máquina de vapor ydespués a todo ese cúmulo de nuevas invenciones científicas y

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tecnológicas que, en resumen, han llevado hasta el paroxismo ellegado del fuego de Prometeo.

Además de ese ímpetu en la transformación de los medios y lasfuerzas productivas, la teoría del progreso lleva implícita la idea dela “evolución del espíritu humano”, lo cual convoca todos esosprocesos formativos y domesticadores que se resuelven en lapromoción de la alfabetización y de la escuela, como principalesmecanismos para “el triunfo de la razón y la civilización”. Lastecnologías del poder se centraron, entonces, en la regulación y lanormalización, primero de los cuerpos individuales, en una especiede anatomo-política, y luego, en el control poblacional y de laespecie, llegando a lo que tan acertadamente llamó Michel Foucault,la bio-política, que no consiste ya exclusivamente en el despojo y elgenocidio colonialista que, a nombre de los procesos culturizadoresy civilizatorios se desplegaron por el mundo entero durante lossiglos anteriores, sino en esa decantada lógica de aceptación de lodado, en esa generalizada convicción de que no existe alternativa aldesarrollo y al progreso, tal como lo difunden las escuelas.

Pero no fue sólo Rousseau, otros pensadores nos previnieron conrespecto a las ilusiones de ese “progreso” basado en la cognitividady el racionalismo; para Federico Nietzsche, occidente todo esdecadente e incapaz de proponer un futuro mejor a esos rebañoshumanos que solo viven un presente de prisa y bajo los lineamientosde la “autoridad”. No se evoluciona hacia algo mejor o superiorcomo se cree, sino que se camina hacia la catástrofe.

Baudelaire afirma que el progreso es “una forma de suicidiopermanentemente renovada” y dijo que “la teoría de una verdaderacivilización no reside en el gas ni el vapor, ni en las mesas de trespatas, sino que reside en la disminución de los rastros del pecado

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original…”. Noción esta que sería más ampliamente explicada porFreud en El malestar en la cultura, en donde afirma que “nuestrallamada cultura lleva gran culpa por la miseria que sufrimos ypodríamos ser mucho más felices si la abandonáramos para retornara condiciones de vida primitivas…”. Más adelante señala que “estacultura está ligada indisolublemente con una exaltación delsentimiento de culpabilidad” y que el precio pagado por el progresoreside en la pérdida de la felicidad por el aumento de ese sentimientode culpa. Para Freud el sentimiento de culpabilidad engendrado porla civilización, no se percibe abierta y claramente, sino quepermanece inconsciente -oculto- y se expresa solamente comomalestar, como descontento, como miedo, ansiedad y necesidad decastigo.

El marxismo, por su parte, continuaría con la idea mesiánica delprogreso que se hará efectivo y real, sólo después de una segundarevolución que elimine la explotación del hombre por el hombre ymodifique las relaciones sociales, sustentadas en la propiedadprivada, en la opresión y en la alienación. En todo caso se hacriticado duramente la dialéctica de la Ilustración y la modernidad,en especial por la Escuela de Frankfurt, por haber permitido,paradójicamente, la persistencia del mito y el retroceso hacia labarbarie, en el nombre del progreso. La Ilustración traía oculto, trasel velo de la razón, otras formas de engaño, de opresión y dedominio.

Walter Benjamin refrendaría esta crítica aseverando que la historiadel progreso es a la vez la historia de la barbarie, “no existedocumento de cultura -dice- que no sea a la vez documento debarbarie”. Benjamin, siguiendo a Marx, pone en evidencia lasantinomias del progreso, haciendo ver como todos los pasos dados a

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favor de la supuesta emancipación de las fuerzas naturales ysociales, son, asimismo, elementos de una mayor dependencia,empobrecimiento y esclavitud para la mayoría de los seres humanos.Contra esta tendencia -no comprendida por el marxismo vulgar queinsiste en promover la desgastada idea del “progreso”, Benjaminprendió las alarmas, confrontó el desarrollo técnico alejado delespíritu y la ciencia carente de conciencia, señalando esa “nuevareligiosidad de nuestro tiempo”, sustentada en el poder de ciencia ytécnica puestas al servicio de la opresión y de la guerra. Denunció la“dirección única” que significa esa imparable evolución que sedirige al desastre, porque, en resumen, la ciencia y la tecnología hantraicionado los intereses éticos y políticos de la humanidad.

En sus Tesis sobre el concepto de historia Benjamin demostraríacómo la idea del progreso es aliada del fascismo, porque todos losdesastres y el enorme desfile de víctimas históricas que loprecedieron, fueron sus premisas; simplemente lo veníanproyectando, hasta que se dieron las condiciones políticas para suepifanía. Este texto nos permite entender que el nazi-fascismo nosurge como un error en el devenir histórico, o que se trató sólo de unacontecimiento singular, sino que es el resultado, la lógicaconsecuencia de la teoría del “progreso”, tan socorrida en Occidente.La cual, como lo hemos visto, se ha forjado sobre la explotación, ladesigualdad, la exclusión y la marginalidad, ejercida sobreinnumerables culturas y pueblos vencidos. Por todo ello Benjaminpropone rescatar la dimensión política de la memoria; planteaconstruir una cultura del no olvido, no simplemente recordar, comocándida y elementalmente se recalca: “para que la historia no serepita”, sino para exigir justicia para los oprimidos, los humillados,los vencidos, para dar una oportunidad a los conocimientos y a lossentimientos subyugados.

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El fracaso de la Ilustración

Hoy, cuando vivimos ya la época de las catástrofes anunciadas, delas guerras totales, de la instauración de múltiples formas deautoritarismo, de terrorismo de Estado, y el establecimiento de laexcepcionalidad como regla, con la imposición del “pensamientoúnico” y la puesta en marcha del fascismo democrático, cuando esnotoria la decadencia irrefrenable de Occidente en un mundoglobalizado, y cuando las peores predicciones se han cumplido; eldesengaño, el escepticismo y el hastío hacen mella sobre la teoríadel “Progreso” y muchos recurren a la nostalgia y a los anhelos deretorno a un pasado supuestamente encantador, bucólico yelemental, cuando no al nihilismo, al pragmatismo cínico o alescapismo ateórico y ramplón.

Las más diversas y contradictorias corrientes políticas e ideológicas(el liberalismo, el socialismo, el fascismo) vieron en la tecnocracia,en el maquinismo, en el cientifismo, la realización de unaescatología de carácter tecnológico que les permitiría, la realizaciónde sus proyectos y propuestas. Cada una de estas corrientes aceptabala técnica, como el código fundamental de sus quehaceres, hastallegar a imponer, como dijimos, la religión del progreso comosustento de la modernidad.

Sin embargo, se levantaron algunas voces críticas denunciando esedesmedido entusiasmo, veneración y casi idolatría hacia las tesis del“progreso”. Así, Horkheimer y Adorno en la Dialéctica de laIlustración, establecieron que “el mito es ya Ilustración y laIlustración recae en la mitología”, y buscaron averiguar por qué elprograma del iluminismo, que tenía como propósito liberar al mundode la magia y, mediante la ciencia, disolver los mitos e impugnar laimaginación, había recaído en otra especie de barbarie.

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El evidente fracaso de la Ilustración, en particular en lo concernienteal proceso emancipatorio, como se declaraba en las tesis kantianas.Este proyecto que se proponía someter la naturaleza al dominio delos seres humanos, liberados de todas las formas de superstición yencantamiento, se ha convertido en simple desarrollo material,mecánico, tecno-científico.

El ambicioso sueño de la “Razón Ilustrada”, devino en simple razóninstrumental, además condujo no a la emancipación, sino a lagregarización humana por cuenta de la cultura de masas, y fuecausante del surgimiento de la barbarie nazi-fascista, de lostotalitarismos y del establecimiento de nuevas formas de dominacióny nuevos dogmas.

La razón ilustrada no cuestionó los valores y fines que perseguía, nopuso en duda los métodos ni los objetivos para el logro de lapretendida felicidad individual y el dominio de la naturaleza. Comoconsecuencia, el conocimiento se transformó en poder y lanaturaleza quedó reducida a mero objeto de explotación y dominio.El imperio de la razón instrumental llevó a que la ciencia y latécnica asumieran la función de la ideología en el capitalismo tardío,perdiendo completamente la función crítica que tuvo en suscomienzos. Así pues, las ciencias positivas, en otro tiempoemancipadoras, están, por el contrario, implicadas no sólo en losprocesos de alienación y cosificación de los seres humanos, sino entodas esas acciones exterministas que han caracterizado la recientehistoria.

No en vano Peter Sloterdijk, ante el fracaso, el desencanto y ladesilusión reinantes y frente al estancamiento de la teoría, al ocasode esa falsa conciencia impuesta al mundo por la fuerza de las armasy de las escuelas, en su libro Crítica de la razón cínica propone de

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nuevo la “búsqueda de la insolencia perdida”, la burla a la falsaseriedad de la historia, de la filosofía y de la vida, y contra losabsurdos morales de una civilización que niega al hombre, nosplantea la necesidad de un existencialismo crítico y de unaconciencia satírica que corte de plano con todas las nocioneseurocéntricas, como la de la Ilustración.

Por ello también Jacques Derrida, en esta época que presume haberllegado al final de la historia y haber fabricado al último hombre,nos convoca a “aprender a vivir con los fantasmas” y, al decirnosque hay duendes, espíritus, fantasmas y otras apariciones, comoaquellos que acosaban al Hamlet shakesperiano, nos pide ver eltiempo como algo desarticulado, nos exige hablar con los espectrosde Marx y entender que la promesa emancipatoria no cumplida, aunes viable, y la fatalidad de la venganza posible, sin necesidad de una“acumulación infinita de riquezas”, liberando a los hombres delpoder de la economía, sin caer en esa desaforada expansión tecno-científica que tanto daño ha causado, abriendo nuevas posibilidadesa la subjetividad; superando los intereses compensatorios de estassociedades consumistas; impidiendo que la marginalidad y laexclusión persistan y confrontando la criminal tendencia hacia lahomogeneización de los seres humanos que ha provocado latradición exterminista del “progreso”.

Es absurdo que, en todo el llamado “Tercer mundo” yparticularmente en América Latina, nos sigamos viendo comoatrasados o subdesarrollados y comprometidos en la tarea fáusticade endogenizar ciencias y tecnologías para “ser como ellos”,persiguiendo como “dirección única” una, perpetuamente aplazada,idea de progreso.

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Derrida dice en su obra que aun es posible resistir inspirándonos enlos fantasmas de Marx. Entender que, superando la máquina de losdogmas y la doctrina del uniformismo, que las sociedades llamadasatrasadas no representan etapas “superadas” por el progreso de lacivilización, que no existe un determinismo histórico que tengamosque cumplir inexorablemente y que las diversas culturas pueden -ydeben- plantear soluciones distintas a problemas similares.

El Manifiesto de 1848 comenzaba diciendo: “Un fantasma recorreEuropa: el fantasma del comunismo…”. Ahora, 170 años después,podemos afirmar que los fantasmas o espectros de Marx siguenrondando, más allá del ostensible fracaso del llamado “socialismoreal” que pretendiera la gregarización estalinista, y que es posibleconfrontar todos esos viejos modelos desarrollistas del capitalismodecadente, con el vigor del pensamiento y del espíritu de Marx y delmarxismo, de su proyecto emancipatorio y su promesa histórica deun nuevo concepto del hombre y de la sociedad.

Los fantasmas del Marx auténtico nos permitirán conjurar el eternomito del progreso, que Occidente viene sustentado desde queentraran en escena mitos como el de Prometeo o el de Fausto.

EXCURSO…

VI.- Literatura apocalíptica, mesianismo y fin de lahistoria.

Los evangelios canónicos y apócrifos.

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Establece la tradición que el mensaje del personaje llamado Jesús deNazaret, que muchos consideran histórico, en sus comienzos fue decarácter oral y restringido al pequeño círculo de sus apóstoles ydiscípulos, quienes se encargarían de difundirlo, hasta formar lasprimeras comunidades propiamente cristianas. Luego este mensaje,la “buena nueva”, se haría escrito, principalmente durante el siglo I.Hoy se conocen esos textos bajo el nombre de Evangelios. Dos deellos, al parecer, escritos por seguidores directos de la predicaciónde Jesús -los de San Mateo y San Juan-; los otros dos -los de SanMarcos y San Lucas- por supuestos testigos indirectos, querecogieron la información de la tradición oral y escrita. Sólo afinales del siglo II se estableció la validez canónica de esos cuatroevangelios.

De la fusión alcanzada entre estas tradiciones orales y las escritas,surgieron a finales del siglo I y durante el II, muchos textossemejantes o parecidos a los cuatro ya acreditados evangelios, loscuales fueron denominados “apócrifos” en el sentido de ocultos o noreconocidos, es decir, se trataba de escritos de autores no reputadoscomo sagrados que circularon ampliamente en estas comunidadescristianas. Desde la ortodoxia, la palabra apócrifo adquiriría laconnotación de algo falso, engañoso, espurio o ilegítimo. Muchas delas primeras comunidades cristianas primitivas tenían sus propiosevangelios, que posteriormente serían considerados como nocanónicos, algunos de estos han llegado hasta nosotros. Existenvarias recopilaciones de estos Evangelios Apócrifos, queinicialmente sólo tenían sentido y funcionaban al interior de estaspequeñas comunidades hoy desaparecidas y olvidadas que seencontraban muy interesadas en conocer detalles de la vida de Jesúsde Nazaret…

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Esta literatura no sólo imitó o continúo las narraciones de losevangelios, sino que se extendió también a otros escritos ycomposiciones asumidos en el Nuevo Testamento, como LosHechos, Las Epístolas y, principalmente, a todo eso que se llama elgénero apocalíptico, que habría de promover un mayor temor hacialos incomprendidos desenvolvimientos históricos.

“La multiplicación de este tipo de escritos -tanto en el sectorheterodoxo como en el ortodoxo- influyó notablemente en laformación del Canon del Nuevo Testamento, ya que con supresencia evidenciaban tales escritos la necesidad de fijar un“canon” de los libros que se consideraban como portadoresauténticos de la revelación (evangelios, epístolas, hechos de losapóstoles, apocalipsis), y de excluir todos aquellos que usurpaban elnombre y la autoridad apostólica para difundir sus propias ideas.Este proceso fue largo y no exento de contradicciones, hasta que enel siglo IV quedó definitivamente fijado en 27 el número de librosque integran el Nuevo Testamento. La exclusión de toda laliteratura marginal que esta definición llevaba consigo introdujo unnuevo significado en el término de “apócrifo”, que desde entoncesse utilizó en el sentido de “escrito espurio”, “no auténtico” comocontrapartida a lo ‘canónico”.

(Tomado de Aurelio de Santos Otero Estudios introductorios y versión de los textos originalesLos evangelios apócrifos Biblioteca de Autores Cristianos)

Es amplio el número de textos considerados apócrifos, así como lasversiones y relaboraciones posteriores, que han llegado hastanosotros, nutridos en historias y leyendas alrededor de la vida yobras de Jesús de Nazaret y sus discípulos. Este tipo de literaturasigue teniendo una considerable presencia y autoridad en algunascorrientes religiosas, aunque el catolicismo fortaleció su ortodoxia a

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partir de los trabajos de Saulo de Tarso: “Un judío no judío, un judíopervertido, un traidor…” (Cioran dixit).

La llamada literatura apocalíptica, surge a partir de lascircunstancias particulares de la historia del pueblo judío (de suesclavitud, sus emigraciones o éxodo y de su dispersión o diáspora)y se centra en una clara preocupación por su futuro, por el devenirde estas maltrechas comunidades que, para superar la crisis dedesesperanza que les provocaba su situación, supieron asumir sumiseria con orgullo, promoviendo una enorme exaltaciónnacionalista y patriotera, que les llevó a sentirse algo así como elcentro de la humanidad. Establecen, entonces, como ideal derealización, la búsqueda esperanzada de un futuro glorioso y seautodesignan el “pueblo escogido” a quienes los profetas seencargan de revelarles los ocultos designios de Dios. Los “profetas”,que por inspiración divina estarían facultados para conocer losdesenvolvimientos teleológicos de la historia, se atreven a avizorar yseñalar el logro de la felicidad para el pueblo judío, al final de lostiempos y, de manera esotérica y ambigua, establecen gracias a estaliteratura apocalíptica, una visión escatológica, supraterrena o deultratumba, para los humanos, cuando se distribuirán lasrecompensas y los castigos que Dios tiene previstos.

Adjunto a este ideal de recompensa divina por el buencomportamiento, aparece el Mesías, personaje imaginario cercano aDios, elegido por Dios, -o Dios mismo-, cuyo advenimiento haráposible la realización de la esperanza, el cumplimiento de laspromesas, para ese “pueblo escogido”. “El mesianismo apocalípticosiempre está revestido de fuertes connotaciones político-nacionalista”.

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Son muchos los autores que, a lo largo de los escritos consagradosinicialmente por el judaísmo y luego por el cristianismo, proponen laperspectiva apocalíptica. En el Antiguo Testamento encontramos:los libros de Henoc, el libro IV de Esdras, los apocalipsis de Baruc,el Apocalipsis de Abrahán. El Nuevo Testamento de alguna manerada continuidad a la mentalidad apocalíptica, pues, además delApocalipsis de San Juan de Patmos, se da el empleo de un lenguajeapocalíptico también en los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas, ymuy especialmente, en algunas Epístolas de San Pablo…

La noción o concepción que ve un final para la historia, y que hatenido grandes seguidores y promotores entre los filósofos deOccidente, desde Hegel, Marx y Kojève hasta Fukuyama, tuvo comoprincipal antecedente los planteamientos expuestos en la literaturaapocalíptica y mesiánica, uno de cuyos principales representantesfue San Pablo de Tarso.

Muchos filósofos y teóricos en Occidente -cristianos y marxistasprincipalmente- han imaginado o “profetizado” que la historia tieneun término, un fin…Ya sea, como creen los cristianos, porque sedará una intervención directa del Dios-Cristo, es decir, concluiránlos avatares del devenir histórico en el momento del “juicio final” o,como se expone en la propuesta marxista, porque se logre superar laprehistoria de la humanidad y alcanzar la vida plena, gracias a lainstauración del régimen comunista.

Todas las tesis que han apuntado al fin de la historia no han sido másque recetarios de buenas intenciones, profecías que inexorablementehan chocado con la cruda realidad, con el fracaso pragmático de lossueños y las esperanzas, fórmulas de optimismo histórico,convertidas fatalmente en acciones terroristas a cuenta de losvencedores. Hipótesis perpetuamente aplazadas: el amor al prójimo

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como fundamento de unidad multiétnica y pluricultural, convertidaen elemento central de ortodoxias persecutorias; el ecumenismocristiano, distorsionado por la escalofriante visión de una iglesiauniversal basada en la persecución de incrédulos, herejes yrenegados, dependiente del terrible poder de Santos Tribunales de laInquisición; el supuesto triunfo generalizado de la Ilustración, con laoptimista consigna de liberté, égalité, fraternité -que originalmenteacompañó a la revolución burguesa de 1789-, bajo los regímenesdemo-liberales triunfantes, se reduciría, a la sangrienta aplicación deuna fórmula retórica, propagandística e imperial, útil exclusivamentepara la instauración de fingidas democracias y gobiernos títeres ycipayos, sostenidos por la acción intimidatoria, colonialista eintervencionista sobre los pueblos vencidos, y para la supuestauniversalización de unos imbricados derechos humanos,subordinados a un lenguaje burocrático, uniformador y gregario.Así, hoy se entiende como lo expresara Dostoievski, que al lemaliberté, égalité, fraternité se le debe agregar un complemento: dansla mort… Y, para completar, el experimento bolchevique ysoviético, el llamado “socialismo real”, trocado en la criminalaplicación estalinista, no representó más que el fortalecimiento deestados terroristas y totalitarios que, negando las libertades y hasta ladignidad humana, han convertido al marxismo en una especie de“ideología fría”, alejada ya de las originales y auténticasproyecciones emancipatorias y libertarias previstas por Marx y porsu teoría.

Hegel: el fin de la historia.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel, apoyado en la tesis de larealización de la razón, o del Espíritu absoluto, desde suconvicciones de cristiano, estableció con claridad lo que denominó

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la dialéctica de la historia: para Hegel la historia es en sí misma laprueba de la verdad, de la objetividad del espíritu, en ella se realizael espíritu, “la razón hegeliana es la razón histórica”; existe unatotalidad de lo real que obedece a una racionalidad, a una legalidadintrínseca en la naturaleza y en la historia. Asume que hay unaespecie de principio evolutivo intrínseco, una determinación formaldel espíritu, que hace de la historia universal el escenario de surealización. Se trata de un determinismo histórico, del “objetivismode la historia”, que en resumen es el devenir de la conciencia… Lahistoria, realiza los fines de la razón y a esto lo denominó “la astuciade la razón”.

Para Hegel toda la realidad es razón, idea, espíritu, por ello mismola verdad de la historia es el devenir del espíritu y sólo teniendo encuenta esta objetividad del espíritu, podremos alcanzar total claridaden la explicación de los particulares acontecimientos. En ese ordende ideas, el proceso histórico tiene una dirección ascendente, demanera permanente, a pesar de los contratiempos y las vicisitudes.El espíritu absoluto está siempre en movimiento, es siempre devenirhistórico. No obstante, para Hegel, la historia tiene un fin, unaculminación, marcada por la realización de la razón; sentido yproyección que se cumple en la libertad de los individuos y de lospueblos.

Carlos Marx, influido por el pensamiento de Hegel, pero contrario asu idealismo, criticó fuertemente el carácter meramente teórico yespeculativo de las tesis hegelianas y, en relación al supuestodevenir de la historia como dirigida por el espíritu, plantea que elverdadero sujeto de la historia, y del desarrollo progresivo de lahumanidad, son las distintas clases sociales en su contradicciónhistórica. No se trata de especular acerca de una libertad imaginaria,

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para un mundo idealizado, sino de expresar el sentido de ésta en lavida real, con sujetos sociales de carne y hueso. Señala, entonces,que la existencia y las confrontaciones de estas clases sociales es loque determina el rumbo de la historia, y no una supuesta teleológicarealización de la razón. La presencia histórica de las clases socialessubyugadas y explotadas, -esclavos, siervos, proletarios- y de susprecarias condiciones de vida, contradice y muestra en los hechos, lafalsedad del aserto hegeliano según el cual el Estado sería laplasmación empírica e histórica del espíritu, la mejor explicación dela realización de ese reino de la libertad.

En la obra La sagrada familia de 1844, Marx y Engels escribieron:“la historia no hace nada, no posee riquezas colosales, no libraninguna batalla. Es más bien el hombre -el hombre real, vivo- el queactúa, posee y lucha. No es de ninguna manera la historia la queutiliza al hombre como medio para llevar a cabo sus fines, como sise tratara de otra persona; por el contrario, la historia no es másque la actividad del hombre en persecución de sus propios fines”. Yen el prólogo de la Contribución a la crítica de la economía políticade 1858 Marx afirma: “...Mi investigación desembocaba en elresultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas deEstado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamadaevolución general del espíritu humano, sino que radican, por elcontrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjuntoresume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y francesesdel siglo XVIII, bajo el nombre de "sociedad civil", y que laanatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economíapolítica…”.

Marx asumió que la historia no es más que la historia de la lucha declases y que ésta tiene como meta, como feliz término, la

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desaparición de la propiedad privada y del Estado, la construcciónde la sociedad comunista, como reino real de la libertad…

El tema del fin de la historia retomado por el marxismo, cambió enel sentido de que para Marx la historia no se presenta como eldesenvolvimiento del espíritu absoluto, sino, como una permanentelucha de clases. Para el marxismo, o Materialismo Histórico, el finde la historia comienza con el fin de la prehistoria, que se alcanzaríacon la superación de la violencia, de la explotación del hombre porel hombre, de la lucha de clases, cuando los seres humanos, en elcomunismo, logremos la conquista del reino de la libertad y seamoslos hacedores de nuestro propio destino.

Significado político del mesianismo y del apocalipsis, para lafilosofía contemporánea.

Haremos un pequeño recuento de la trayectoria de las tesis de SanPablo, entendido bajo la óptica y el acompañamiento de algunospensadores como Nietzsche, Kojève, Taubes, Cioran, Benjamin,Derrida, Agamben, Sloterdijk y Zizek, porque, para nadie es ya unsecreto que la cuestión mesiánica se ha venido incluyendo demanera absoluta en las discusiones de la filosofía occidental…

Saulo de Tarso era una especie de hombre culto, de sólida formaciónen torno a los principios y tradiciones ortodoxas judaicas, aunquecon amplia influencia intelectual de los gentiles, es decir,helenístico-romana; pensamientos no vinculados a las tradiciones nia la ley judías. Podríamos decir que Paulo era un cristianoprocedente, a la vez, del judaísmo y del paganismo. Persiguió ladoctrina herética de los cristianos, tanto como partidario de la sectade los fariseos y como soldado del imperio romano, hasta cuandosufrió una “milagrosa” conversión, o el “llamado” a cumplir con la

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misión apostólica, como se narra en los Hechos de los Apóstoles(9:1-30):

“9:1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos delSeñor, vino al sumo sacerdote,9:2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que sihallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos aJerusalén.9:3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca deDamasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?9:5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien túpersigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.9:6 Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Yel Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debeshacer…”

Luego de este episodio decide cambiar su nombre judío (Saulo) porel latino Pablo (Paulus) como dejando de ser judío fariseo para pasara ser cristiano. En adelante se habría de convertir en el más fervientepropagandista de ese nuevo credo, en el más firme defensor de lanueva doctrina. Fueron arduos los trabajos y las penas que padecióSan Pablo por defender y preservar la nueva ortodoxia. Para él fuedecisivo el hecho de conocer de cerca a las distintas comunidadesque se declaraban seguidoras de Jesús. Por ellos tuvo noticia de lanueva fe, de “la buena nueva” como se decía. Pablo, modificando lafe judía precedente, se encargará de sostener abiertamente que lasalvación vendrá por la fe y no por las obras realizadas encumplimiento de la ley. Cambia las tesis que centralizaban ladoctrina en los mandatos o en “la Ley de Dios”, y pasa a defenderuna doctrina basada en la fe, en las enseñanzas de Jesús y en suitinerario vital como profeta crucificado y resucitado.

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Fue Pablo, el primero en recabar sobre la fuerza contenida en la feen que Jesús es el Mesías. El gran argumento de Pablo, es la“justificación por la fe”. En la Epístola a los romanos se lee:

10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todoaquel que cree.10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así:El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tucorazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo aCristo);10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacersubir a Cristo de entre los muertos).

Pablo de Tarso ha sido llamado “el decimotercer apóstol”. Losescritos de San Pablo son exclusivamente cartas; originariamente sele atribuyeron trece cartas o epístolas, (aunque canónicamente, luegodel Concilio de Trento de 1546, que promulgó al parecerdefinitivamente, el canon de los libros sagrados, se le atribuyeron14, al reconocer como canónica la Carta a los Hebreos). En todocaso, no existe acuerdo general sobre si todas las epístolas son deautoría de Pablo o fueron escritas por sus colaboradores ydiscípulos. Las Cartas, como se ordenan en la Biblia son: A losRomanos, 1ª a los Corintios, 2ª a los Corintios, A los Gálatas, A losEfesios, A los Filipenses, A los Colosenses, 1ª a los Tesalonicenses,2ª a los Tesalonicenses, 1ª a Timoteo, 2ª a Timoteo, A Tito, AFilemón, y la mencionada epístola a los Hebreos.

Todo indica que fue San Pablo quien, gracias a su formaciónhelenística y latina, logró hacer de la naciente ideología de lapequeña secta cristiana, una propuesta de amplia aceptación en el

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Imperio Romano, y convertir la esperanza mesiánica judíatradicional en un proyecto ecuménico, en el que Jesús es presentadocomo el “Salvador” o “Mesías” de toda la humanidad, y no como unsimple mártir de los judíos.

En definitiva, la cristología paulina transforma todo elmensaje de Jesús el judío palestino, un mensaje que era decarácter más o menos revolucionario, social o político-religioso, lo transforma en un mensaje soteriológico en el queel reino que se proclama ya no es de este mundo, sino un reinoceleste. Un reino que ya no ha de venir de forma inminente,sino que cada cristiano ha de alcanzar individualmente por lafe en Jesucristo resucitado. (Cf. Centeno, S.: «Retórica e ideología en la Carta

a los romanos de Pablo de Tarso»)

Pablo, por sus circunstancias biográficas, será el que con sustesis aperturistas helenizantes y su peculiar interpretacióncristológica del judaísmo hará triunfar definitivamente unnuevo credo, un cristianismo abierto a los gentiles, que será,al menos en algunos aspectos importantes, más helenizanteque judaizante. Su gran influencia, sobre todo en occidente,terminará por hacernos olvidar aquella secta insignificanteseguidora directa de las enseñanzas de Jesús el Nazareno, queestuvo liderada por Pedro y Santiago y que no admitía en suseno gentiles sin circuncidar. (Centeno Salvador Retórica e ideología en la

Carta a los romanos de Pablo de Tarso El argumento de la fuerza de la fe frente a la falta defe en los argumentos. Oviedo. España)

Durante los siglos XIX, XX y lo que va del XXI, no han pasadoinadvertidas para distintas corrientes filosóficas, las tesis y lasacciones contenidas en los Evangelios, en los Hechos de los

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apóstoles, en las Epístolas y en los demás textos del llamado NuevoTestamento. En el campo intelectual, hermenéutico, político,historiográfico, filosófico… se ha presentado un renovado interéspor el sentido y la proyección histórica tanto de Jesús de Nazaretcomo de su principal publicista, san Pablo...

-Federico Nietzsche en una de sus últimas obras, El Anticristo:

maldición sobre el cristianismo, de 1888, cuestiona la teología y laprofesión sacerdotal que, provenientes de las enseñanzas de Pablo,lograron tergiversar y confundir el sentido de la vida y los valores dela razón y la virtud, convirtiéndolos nihilistamente en ideas atadas alas nociones del más allá, del pecado, de la redención y a unaestrecha concepción moral o moralina. Afirma Nietzsche: “Ni lamoral ni la religión tienen contacto, en el cristianismo, con puntoalguno de la realidad…un trato entre seres imaginarios (“Dios”,“espíritus”, “almas”)…Un puro mundo de ficción…”

Para Federico Nietzsche, San Pablo es el decadente inventor delcristianismo, responsable de la tergiversación del original Evangelio(buena nueva), convertido por él -es un término acuñado porNietzsche- en disangelio (mala nueva) y es culpable también delmantenimiento de las tesis apocalípticas y de la creación de laIglesia como institución, tras la grosera farsa de imponer un Dios deresentimiento, que odia la realidad, impone las fantasíastransmundanas, y se asume como taumaturgo y redentor.

“Pablo ha sido -afirma Nietzsche- el más grande de todos losapóstoles de la venganza…” “dicho en una fórmula: Deus, qualemPaulus creavit, de inegatio (Dios tal como Pablo lo creó, es lanegación de Dios)…”.

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En resumen, para Nietzsche, la fatalidad del cristianismo, lo quemarcó su “núcleo perverso”, fue el reducir todo el proyecto de Jesúsde Nazaret, sus acciones, sus enseñanzas, sus parábolas… a lasupuesta grandeza de la ignominiosa muerte en la cruz, que sería labase de los anhelos apocalípticos de venganza, del resentimiento, deuna implacable lógica del odio. Según Nietzsche, Pablo “desplazó elcentro de gravedad de la existencia, detrás de la existencia, lo sitúoen la mentira del Jesús resucitado…él sólo podía usar conceptos,doctrinas, símbolos con los que se tiraniza a las masas, con los quese forman rebaños…” Si el cristianismo ayer era una especie deenfermedad mental, hoy debido a la acción de la Iglesia y lossacerdotes, a sus mentiras, no es más que una indecencia queprovoca náusea: “¡Qué engendro de falsedad tiene que ser elhombre moderno para no avergonzarse, a pesar de todo, de seguirllamándose cristiano!”.

-Respecto al fanatismo, al sectarismo, al terror y al mesianismo

escatológico contenidos en la obra de San Pablo, Emil Cioran nospreviene: “Examinad de cerca las famosas Epístolas: nodescubriréis en ellas ningún momento de cansancio y de delicadeza,de recogimiento y de distinción; todo en ellas es furor, jadeos,histeria de baja estofa, incomprensión por el conocimiento, por lasoledad del conocimiento…”

Y, respecto a la permanencia y vigencia histórica de la doctrinacristiana, gracias a la actividad apostólica de Pablo, Cioran dice que“del ruido que hizo todavía percibimos los ecos…”

Denuncia que el fanatismo, el gusto por la violencia religiosa y elterror de lo sagrado, son taras anejas a la fe cristiana, que en generaltoda fe ejerce de por sí una forma de terror y que, los patíbulos, los

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calabozos y las mazmorras, no prosperan más que a la sombra deuna fe…, que “no hay seres más peligrosos que los que han sufridopor una creencia: los grandes perseguidores se reclutan entre losmártires a los que no se ha cortado la cabeza” , y este fue el caso deSan Pablo, quien, …una vez en posesión de la “verdad” se vengaríaen los otros de sus antiguas dudas e incertidumbres, de sus antiguosmiedos. “Tal fue el caso del prototipo de converso San Pablo. Susaires grandilocuentes disimulaban mal una ansiedad sobre la que seesforzaba en triunfar sin lograrlo…”

-La idea hegeliana del fin de la historia fue retomada por el filósofo

ruso-francés Alexandre Kojève quien sostiene que efectivamente lahistoria ya ha terminado. Kojève siguiendo o continuando a Hegel,desde una óptica distinta a la de Marx, pronosticó también el fin dela historia… porque lo que resta es un futuro “eterno presente detoda la humanidad”…

La obra más conocida Kojève es Introducción a la Lectura de Hegelpublicada en 1947, y que en rigor se trata de la compilación de unaserie de conferencias que ofreció en un seminario, antes de lasegunda guerra mundial, entre 1933 y 1939. El determinismohistórico de Kojève apunta a la idea del fin de la Historia, construyeuna dialéctica entre el fin de la historia y la instauración de lo quellamó el Estado Homogéneo Universal. Afirma que si la historiatuvo un comienzo, indefectiblemente ha de tener un final: que ladialéctica del tiempo ha de concluir y que los humanos retornarán asu condición natural, es decir a la animalidad…Eso marca eladvenimiento de una situación final, el remate, el cierre de lahistoria, la post-historia… El hombre va a regresar a la naturaleza,no habrá más historia estrictamente hablando, no habrá más devenir.Kojève entiende el fin de la historia como el retorno del hombre a la

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animalidad. Concepción ésta en la que “el fin de la historia” nosignifica la definitiva aniquilación del hombre como tal, sino laentrada a un nuevo estado, en sentido político, homogéneo, en la queya no habrá nada nuevo. La palabra “homogéneo” significaría librede todas las contradicciones y de la lucha de clases. Un tiempo en elque se harán cosas, pero serán sólo repeticiones de lo hecho.

Kojève plantea que la post-historia no es un acontecimiento futurosino que es algo que ya está sucediendo. La Post-historia es eltiempo presente, es nuestro ahora. “En esta historia no nos quedanada por crear, solo cosas para administrar”, lectura fatal del fin dela historia con el retorno del hombre a la animalidad. AfirmaKojève: “Habría que decir que los animales post-históricos de laespecie homo sapiens (que vivirán en la abundancia y en plenaseguridad) estarán contentos en función de su comportamientoartístico, erótico y lúdico, visto que, por definición, se contentaráncon él…” y concluye: “…el american way of life (es) el género devida propio del período post-histórico, y que la presencia actual delos Estados Unidos en el mundo prefigura el futuro ‘presente eterno’de toda la humanidad. Así, el retorno del hombre a la animalidadaparece entonces no ya como una posibilidad todavía por venir, sinocomo una certeza ya presente”. (Citado por Giorgio Agamben en Lo abierto. El

hombre y el animal. Ed Pretextos. Valencia España 2005, Pág. 19-21)

Agamben ha dicho: “Kojève vuelve a la tesis clásica: el hombre esproducto de la tensión entre su animalidad y su humanidad”.

En rigor los planteamientos de Kojève sirven para justificar ylegitimar los modelos económicos y sociales vigentes bajo elcapitalismo, como si se tratara de la plena realización de los sueñosmesiánicos y utópicos.

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“Mire a su alrededor. Todo, incluyendo las convulsiones del mundo,muestra que la historia está cerrada. Berlín es hoy el Quartier Latin(en francés: barrio latino) de mi juventud. Desde el punto de vistapolítico, vamos hacia el estado universal que Marx predijo (aunqueél situó esta idea en la época de Napoleón). Una vez instalado esteestado universal y homogéneo -y claramente allí nos dirigimos-podremos ir más lejos. Y si usted dice que el hombre es dios, ¿puedeir más allá? Queda el arte, pero después de la música concreta y lapintura abstracta ¿cómo decir una frase nueva? Nos dirigimoshacia un modo de vida ruso-americano, antropomórfico peroanimal, quiero decir sin negatividad”.

- Desde una perspectiva diametralmente opuesta, en las Tesis sobre

el concepto de historia, escritas a comienzos de 1940 poco antes desu muerte, Walter Benjamin, paradójicamente irrumpe con la ideadel “mesianismo” como una estrategia contra la generalizada nociónpositivista del “progreso” que desde una convicción, supuestamenteracional, pretende explicar todo el acontecer histórico.

En este texto Benjamin entra a discutir la supuesta racionalidad deuna historia que a su paso ha dejado un reguero de muerte, miseria ydestrucción, a nombre de la marcha triunfal de la civilización y lacultura. Ese escepticismo con respecto a la idea de la historiaentendida como itinerario del progreso, ese desencanto por unafilosofía basada en la ilusión racionalista, liberal e ilustrada dehacernos dueños de los secretos de la naturaleza, para alcanzar lafelicidad y la armonía, para Benjamin no es más que el velo queoculta el irrefrenable triunfo de la muerte organizada, programada yadministrada siempre por los vencedores, en nombre del progreso yla civilización…

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A continuación se presenta de manera resumida, apretada y porsupuesto fragmentaria, una relación de los diversos puntos expuestospor Walter Benjamin en sus Tesis sobre el concepto de historia,enfatizando, precisamente, en el concepto de historia que maneja elautor y en los presupuestos con respecto al compromiso y el deberque tenemos frente al futuro y al pasado y el sentido mesiánico quese ha de impulsar por la redención de los vencidos.

Benjamin, en su romántica y radical crítica a la modernidad y a lacomprensión de la historia que ella promueve, afirma que esindispensable retomar una especie de teología mesiánica en apoyodel materialismo histórico, que permita una nueva comprensión delsentido de la historia y por ende de las posibilidades políticas de laemancipación. Dice el autor:

“la imagen de la felicidad es inseparable de la imagen de laliberación… (que) Existe un acuerdo tácito entre las generacionespasadas y la nuestra. Nos han aguardado en la tierra. Se nosconcedió, como a cada generación precedente una débil fuerzamesiánica sobre la cual el pasado hace valer una pretensión. Esjusto no ignorar esa pretensión…” (Tesis II). Más adelanteexpone: “…El Mesías no viene sólo como redentor; viene tambiéncomo vencedor del Anticristo. El don de atizar para el pasado lachispa de la esperanza sólo toca en suerte al historiógrafoperfectamente convencido de que si el enemigo triunfa, ni siquieralos muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Yese enemigo no ha dejado de vencer…” (Tesis VI). Y a tenor coneste aserto dice que…quien domina es siempre heredero de todoslos vencedores… Todos los que hasta aquí obtuvieron la victoriaparticipan de ese cortejo triunfal en el que los amos de hoy marchansobre los cuerpos de los vencidos de hoy… no hay un documento de

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cultura que no sea a la vez documento de barbarie (Tesis VII).Luego, frente al colapso de esa pretendida “marcha triunfal” de losvencedores, inscrita en los imaginarios del “progreso” nos afirma:...una sola y única catástrofe que no deja de amontonar ruinas sobreruinas… la tempestad lo empuja -al ángel de la historia-irresistiblemente hacia el futuro...Esa tempestad es lo que llamamosprogreso (Tesis IX) (…) La idea de un progreso de la especiehumana a lo largo de la historia es inseparable de la idea de sumarcha a través de un tiempo homogéneo y vacío. La críticacentrada en la idea de una marcha semejante es el fundamento de lacrítica a la idea del progreso en general. (Tesis XIII) (…) elhistoricista postula la imagen eterna del pasado; el teórico delmaterialismo histórico hace de ese pasado una experiencia única ensu tipo… (Tesis XVI) El partidario del materialismo histórico sólose aproxima a un objeto histórico cuando éste se le presenta comouna mónada. En esa estructura reconoce el signo de una suspensiónmesiánica del devenir, o en otras palabras de una posibilidadrevolucionaria en el combate por el pasado oprimido (Tesis XVII)(…)

Como lo ha expresado Michael Lowy, la pretensión de WalterBenjamin con sus Tesis sobre el concepto de historia, es explicarnosque el futuro será lo que hagamos de él, que “la variante históricaque ha triunfado no es la única posible”, que contra la historia de losvencedores, existen multiplicidad de opciones, de futuros posibles yque hay que descubrir estas alternativas escudriñando en loscombates olvidados de la historia…

Según Daniel Bensaïd, Walter Benjamin, “Testigo del derrumbe deun mundo, somete la religión laica del Progreso a una crítica que la

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socava hasta lo más profundo de sus cimientos: una concepciónmecánica, homogénea y vacía del tiempo…

…El futuro ya no ilumina retrospectivamente al presente y alpasado según el sentido único de una causa final. El presente seconvierte en la categoría temporal central…

…Benjamin encuentra una tercera vía, entre la concepciónhistoricista y lineal de una Historia universal homogénea, orientadaen el sentido ineluctable del Progreso, y una historia desgajada,reducida a fragmentos caóticos equidistantes de Dios… donde elpresente, al ocupar el lugar central del Dios depuesto, ejerce unpoder resucitador sobre el pasado y un poder profético sobre elporvenir. Esta solución aclara las razones por las que Benjaminreivindica una nueva alianza entre el materialismo histórico y lateología…

… Dirige, a continuación, una metamorfosis del Mesías y unainversión de la espera. En este mesianismo secularizado ya noesperamos la llegada de un Mesías cargado de promesas. Anosotros nos espera el interminable cortejo de los vencidos yoprimidos del pasado, de estos últimos nos llega el temible poder deperpetuar o de interrumpir el suplicio…

(Tomado de Utopía y mesianismo: Bloch, Benjamin y el sentido de lo virtual. Daniel BensaïdUniversidad de París VIII Traducción de J. Waldo Villalobos. D.R. 2011. Universidad NacionalAutónoma de México Instituto de Investigaciones Filológicas)

La concepción burguesa e ilustrada de la historia, está basadacompletamente en la noción del Progreso; en una visión teleológicaascendente del devenir, asumido en la perspectiva del supuestotriunfo de la racionalidad. Para esta concepción, imperante en todaspartes, el pasado es menospreciado y excluido. Pero Benjaminafirma que el pasado tiene una fuerza de confrontación subversiva

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frente a ese progreso presentado como una “dirección única” einsoslayable, ya que en el pasado hay una promesa de realizaciónauténtica incumplida. Esa realización se presenta como la“redención”, frente a un presente equivocado y que marcha hacia ladecadencia, la destrucción y la catástrofe, bajo una historiasustentada en la explotación, la miseria, la alienación y lapermanente derrota de los vencidos y humillados.

La “débil fuerza mesiánica” es aquella que acompaña, precisamentea los vencidos, para subvertir el rumbo de la historia. Lahistoriografía crítica debe “articular históricamente el pasado”, parainterpretarlo desde la perspectiva de los vencidos, para ayudar aredimir su historia…

-Tal vez sea Jacob Taubes el filósofo que más se ha interesado en el

mesianismo, en la secularización de la escatología judeocristiana ysu influencia en la modernidad. Ya en 1947 publicó Escatologíaoccidental, quizá inspirado por la obra de Walter Benjamin; cuarentaaños después, en 1987 poco antes de su fallecimiento, ofreció enHeidelberg unas conferencias referidas a una muy especial lecturade la Carta a los Romanos de Pablo de Tarso, develando loscontenidos políticos presentes en la teología paulina.

Estas charlas recogidas en el libro La teología política dePablo,(Taubes Jacob La teología política de Pablo edit. Trotta Madrid 2007) constituyenelemento fundacional de “una teología política subversiva, quebusca recuperar a Pablo como un disidente judío cuyo anuncio delMesías crucificado nace de la lógica interna del mesianismo”.

“Mi tesis es que -dice Taubes- en este sentido la Carta a losRomanos es una teología política, una declaración política de guerraa los césares” (página 31). Y, más adelante sostiene con diáfana

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claridad: “Parte del contenido de mi tesis es, pues, que elcristianismo no se origina de veras en Jesús sino en Pablo. Tal es elproblema. El fundamento de esta tesis está en el paralelo entreMoisés y Pablo” (página 54).

En este libro (página 85) dice Taubes: “En mi opinión Romanos 8 tieneun paralelo exactísimo en un texto del que lo separan más o menosmil novecientos años: el ‘Fragmento Teológico-político’ de WalterBenjamin”, de esta manera relaciona políticamente “al apóstol delos gentiles con el intelectual judío empeñado en recuperar elsignificado político del mesianismo y reivindicaba de esa manera lamodernidad del primero”.(José Antonio Zamora. Mesianismo y escatología: la

resurrección política de Pablo -Jacob Taubes: mesianismo y fin de la historia. Instituto deFilosofía. CCHS/CSIC. Madrid).

Para Taubes es importante entender que san Pablo, es decir que elcristianismo revocó la idea judaica de un mesianismo histórico,asumiendo una perspectiva que transformó la escatologíaapocalíptica, histórica, en escatología individual y que basó estapretensión en el amor al prójimo -incluso el amor a los enemigos-como principal fuerza salvífica, no en la condición de un “puebloescogido por Dios”, ni en la ley mosaica.

Y no se trata, para Pablo, de que Dios haya rechazado a “su”pueblo, sino de establecer una apertura: admitir a los gentiles comoparte de la basileia (del “Reino”) o de la ekklesía, (la “Iglesia”),crear un nuevo Israel ya sin enemigos, “porque Dios se revelatambién en los enemigos”, ese sería el auténtico orden verdadero.

Crearía Pablo de esta manera, una nueva comunidad, subversiva,subterránea, compuesta por judíos y paganos; una comunidadcentrada en el amor y en la concepción apocalítico-escatológica-mesiánica, que buscaría constituir una dimensión política de carácter

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ecuménico, universal, que bajo el lema de “El reino de Dios estácerca”, entraría, por supuesto en conflicto con los similares interesesdel Imperio Romano. Taubes dijo:

“La experiencia del término último es hoy, sin duda, unaexperiencia perturbadora y, con la amenaza contingenteasociada a la aniquilación atómica del mundo, ha llegado aconvertirse en universal. Cualquier noticia de la prensa señalaque ya no queda mucho tiempo. Todo ello se presenta dealguna manera como si el arca de Noé fuera el único lugardonde todavía nos fuera dado encontrar refugio. Si en general,se pensara en términos antiguos o precristianos, se podríadecir que tenemos a nuestra disposición todo el tiempo delmundo para hacernos cargo de un problema. Desde el puntode vista cristiano, muy al contrario, ya no hay tiempo, porqueel Reino de Dios está cerca. En la afirmación “el Reino deDios está cerca” lo importante, en mi opinión no es saber quées el Reino de Dios, sino la posibilidad de su estar-cerca. Elque cree pensar en términos cristianos y cree que puedehacerlo sin la idea de un término último, está loco” (Tomado de:

Giancarlo Gaeta Jacob. Taubes: mesianismo y fin de la historia-entrevista a Jakob Taubes,en J. Taubes, Messianismo e cultura. Saggi di política, teologia e storia Garzanti, Milano2001, pp. 399-400. 2 Ibid., p. 392).

-Giorgio Agamben en su libro El tiempo que resta. Comentario a la

carta a los Romanos, (Editorial Trotta. Madrid 2006) reburuja también en losplanteamientos escatológicos, finalistas y mesiánicos contenidos, enlas Cartas de San Pablo, y muy particularmente en la Epístola a losRomanos, con el propósito de “restituir a Pablo a su contextomesiánico” y, de paso, “interpretar el tiempo mesiánico comoparadigma del tiempo histórico”, es decir, restablecer la conjunción

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entre memoria y esperanza que desde siempre ha constituidofundamento del quehacer político, cultural e histórico en Occidente.

Es alrededor del tema del mesianismo que se han movido lasprincipales corrientes religiosas que han tenido presencia enOccidente. El mesianismo es el principal punto de convergenciaentre las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, elcristianismo y el islam. Todas ellas se basan en la esperanza por elcumplimiento de una supuesta promesa que se verá realizada,gracias a la intervención heroica de un personaje al que denominan“mesías”, que vendrá a renovar el mundo y a ofrecer los premios ycastigos, por el cumplimiento o no de los rituales y creencias. Elmesianismo significa principalmente una concepción de la historiaproyectada teleológicamente hacia el cumplimiento de una promesa.

Más allá de la mera concepción religiosa o teológica, el mesianismocobra sentido en una perspectiva ideológica de carácter étnico,cultural y político, porque se aplica al porvenir de un pueblo, sujetoa la intervención de ese héroe que habrá de alcanzar la realización desu utopía. El cristianismo asume que Jesús de Nazaret fue el Mesíasprometido que con su muerte y posterior resurrección redimió a loshombres; tanto para el judaísmo como para el islam, Jesús no es másque otro profeta, carente de la divinidad que le atribuyen loscristianos y, por ello mismo, estas otras dos religiones monoteístas,continúan aguardando el cumplimiento de las profecías mesiánicas,la venida del auténtico mesías

Giorgio Agamben entabla un diálogo con la obra de Taubes y deBenjamin, buscando los aspectos políticos presentes en la Epístola alos Romanos de San Pablo. Por ejemplo, a partir de la denominaciónno ya de “Profeta” sino de “Apóstol” que se atribuye Pablo (sinhaber pertenecido al círculo de los doce apóstoles originales), ve

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Agamben un elemento clave que nos permite dilucidar másclaramente la categoría de “tiempo mesiánico”. Porque los profetasobraban por mandato de otros hombres, mientras que el apóstolliteralmente es el “enviado” directo de Jesús-Dios, del Mesías.

“El profeta se define esencialmente por su relación con elfuturo…cada vez que los profetas proclaman la venida delmesías, el anuncio se refiere siempre a un tiempo que ha devenir, aún no presente. En esto consiste la diferencia enteprofeta y apóstol. Este último habla después de la venida delmesías. En este momento la profecía debe callar…Entonces lapalabra pasa al apóstol, al enviado del mesías, cuyo tiempo noes el futuro, sino el presente…” (Agamben. El tiempo que resta página 67)

Agamben nos devela también otros aspectos pertinentes; nos diceque no se debe confundir el tiempo mesiánico con el escatológico oel apocalipsis, que contempla el final de los tiempos, que se refiere“al último día, al día de la cólera” y precisa: “el tiempo mesiánicono es el final del tiempo, sino el tiempo del final… Lo que interesaal apóstol no es el último día, no es el instante en el que concluye eltiempo, sino el tiempo que se contrae y comienza a acabarse…eltiempo que resta entre el tiempo y su final…”. Entendidas así lascosas, la noción de tiempo mesiánico nos conduce a una nuevaexperiencia del tiempo que no puede ser comprendida en lostérminos del tiempo cronológico, sino que es un tiempo presente queinterrumpe aquí y ahora el tiempo profano.

Si bien es cierto que para Pablo, y para el cristianismo, el eventomesiánico ya se produjo, paradójicamente la salvación aun no escompleta y su plena realización reclama un tiempo ulterior. Estadilación o aplazamiento lleva, obligatoriamente, a introducir en lateoría, la parusía o segunda venida de Cristo. De ahí que la idea del

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final del tiempo se prolongue y genere un “tiempo operativo” en elque pueden construirse imágenes y representaciones que nonecesariamente coinciden con el tiempo cronológico, dice Agambenque “por así decirlo, es un tiempo dentro del tiempo” y, comocorolario político plantea:

“La presencia mesiánica está junto a sí misma porque, sincoincidir jamás con un tiempo cronológico, y sin añadirse aéste, sin embargo lo aprehende y lo lleva al cumplimientodesde el interior… Por ello cualquier instante puede ser, enpalabras de Benjamin, ‘la puertecita por la cual entra elmesías’. El mesías hace siempre su tiempo, es decir, hace suyoel tiempo y a la vez lo cumple”. (Página 75)

De esta manera es que se expresa, según Agamben, la fusión entreesos dos textos separados por dos mil años: la Epístola a losRomanos de San Pablo, y las Tesis sobre la filosofía de la historiade Benjamin. Como dato final de sus pesquisas en torno a la relaciónentre San Pablo, Taubes y Benjamin, Agamben concluye:

“Mientras en Pablo la creación fue sometida sin quererlo a lacaducidad y a la destrucción, y por ello gime y sufre a laespera, de su redención, en Benjamin, en una inversión genial,la naturaleza es mesiánica precisamente por su eterna y totalcaducidad, y el ritmo de esta caducidad mesiánica es lafelicidad…”

Correspondencia textual que, dice Agamben citando a Benjamin,genera un principio hermenéutico de identidad: “No se trata de queel pasado arroje su luz sobre el presente, o el presente su luz sobreel pasado, sino que imagen es aquello en lo cual lo que ha existido

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se une en una constelación con el ahora con la brillantez de unrayo. Con otras palabras, imagen es la dialéctica en reposo…”

-“Mi libro es un saludo al Marx de ayer y de mañana”, dijo JacquesDerrida, refiriéndose a su obra Espectros de Marx. El estado de ladeuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional (originado enuna conferencia ofrecida en la Universidad de California, en abril de1993 y editado en castellano por Editorial Trotta -Cuarta edición2003- )…

Derrida busca, ante el desconocimiento de lo que queda por venir,aprender a vivir, con el legado de las anteriores generaciones,aprender a vivir con esos fantasmas del pasado “es decir, ciertosotros que no están presentes”, porque, dice, “hay espíritus. Y espreciso contar con ellos…”, en ello radica su intención de poner enactualidad a Marx, en nombre de una "política de la memoria" y deun deber de justicia con la historia, como lo expresara Benjamin.

Para Derrida, como para el príncipe Hamlet, todo comienza con laangustiosa aparición de un espectro. Asevera, entonces, que elfantasma inscrito en el Manifiesto de Marx y Engels, es un fantasmaque opera como una presencia viva alrededor del desquiciadomundo contemporáneo y que, a pesar de todas las criminalestergiversaciones impuestas por la maquinaria dogmática y losaparatos ideológicos, debemos entender que “no hay porvenir sinMarx”, sin el diálogo fecundo con estos espectros que nosposibilitarán un día la mesiánica realización de la venganza. DiceDerrida (DERRIDA, Jacques Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y

la nueva Internacional Editorial: Trotta. Página 42):“Lo mesiánico creemos quesigue siendo una marca imborrable -que ni se puede ni se debe

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borrar- de la herencia de Marx y, sin duda, del heredar, de laexperiencia de la herencia en general…”

Hoy existe, sobre todo en el mundillo académico y universitario, elpropósito de neutralizar el marxismo vivo, utilizando a Marx contraMarx; buscan reducir el marxismo a mera especulación teorética,alejarlo de sus fundamentos políticos y sociales, de su propuesta detransformación del mundo y de la vida, convertirlo en simple teoríaeconomicista.

Se intenta estabilizar el desarreglo, el desquiciamiento del mundoactual, convocando un supuesto “nuevo orden mundial” y esterestablecimiento implica -de nuevo- derrotar el marxismo, ahorapresentado en una versión light (la versión académico-universitaria),para poder instaurar sin contratiempos un nuevo tipo de hegemonía,de carácter mediático, tele-discursiva (basada en el más pedestreconsumismo y la acumulación de riquezas, en hermenéuticas de lafarándula y en tecnologías del esparcimiento) que pretenden haberconquistado el fin de la historia (Fukuyama) y dado muerte a Marx,al marxismo y las esperanzas que encarnaba. Este poder tecno-mediático, sustentado en un discurso intelectual, erudito oacadémico, pero también comercial, con gran potencial, ha logradoinstituir el reino del simulacro y de la homogeneidad.

La imposición de la llamada democracia liberal en la mayor partedel mundo, asumida como telos absoluto de la historia, comorealización del “progreso”, no representa, como pretende Fukuyama,una “buena nueva”, sino una irreductible expresión de la catástrofeque, además, se acompaña de fantasmas religiosos con susescatologías mesiánicas premodernas -como las de las tres religionesllamadas del libro- que continúan generando a partir de sus embustesun permanente estado de guerra a nivel mundial.

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Frente a todo esto Derrida nos propone recoger, de manerairreductible, el legado, la herencia crítica de Marx, la promesaemancipatoria: “puede ser, incluso, la formalidad de un mesianismoestructural, un mesianismo sin religión, incluso un mesiánico sinmesianismo, una idea de la justicia, -que distinguimos siempre delderecho e incluso de los derechos humanos- y una idea de lademocracia -que distinguimos de su concepto actual y de suspredicados tal y como hoy en día están determinados-”(página 73).

Propone rescatar el marxismo y plantea que éste tiene espectros quenos asedian, uno de ellos es el espectro o fantasma del mesianismo.Esa condición mesiánica de la propuesta marxista es para Derrida,uno de los principales legados de Marx. Gracias a ello podemosgarantizar que el tiempo no siga desquiciado, bajo las apariencias dela publicitada “democracia liberal” y mediática que nos agobia, consu retórica formal y juridicista.

La idea es que el marxismo (su fantasma) reaparezca con supromesa mesiánica, más allá del aterrador fracaso que lo precedió,superando las perversiones del estalinismo y buscando hacer lasrectificaciones requeridas, porque “no hay herencia sin llamada a laresponsabilidad. Una herencia es siempre la reafirmación de unadeuda, pero es una reafirmación crítica, selectiva y filtrante…”. Hayque establecer, entonces, un balance o inventario exhaustivo quepermita fijar las delimitaciones precisas a nociones como clase,vanguardia, partido, poder del Estado, etc. (…) Para, finalmentecomprender que el mesianismo también puede ser revolucionario. Elmarxismo entendido como un mesianismo sin mesías…como unapromesa que tiene que cumplirse… una deuda que debe ser pagada alos vencidos…

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-Peter Sloterdijk elabora una dura crítica al presentismo, a ese

presente ausente que caracteriza a las sociedades contemporáneas,que se han reducido a la mera supervivencia, al sólo vivir aquí yahora, contra el principio esperanza que acompañara antaño a lahumanidad; “desaliento atrapado en una mera provisionalidad,extraña a la historia y que no tiene la costumbre de la alegría delfuturo. El mañana adopta el doble carácter de lo insignificante y dela catástrofe probable y mientras tanto sigue actuando una pequeñaesperanza de supervivencia” (SLOTERDIJK Peter. Crítica de la razón cínica.

Ediciones Siruela. España 2003. Página 171).

Para Sloterdijk en las sociedades actuales se vive un sentimiento deconformismo y de plácida amargura que, a la vez que niega lossueños y las esperanzas, destruye la memoria, porque se ha entradoen una especie de seriedad organizada que cerró las posibilidades ala insolencia y a la jovialidad que en su momento propiciaran loscríticos del statu quo. El carnaval, las universidades y la bohemia,que en su momento lideraron la insolencia histórica y social a todolo dispuesto como oficial, autorizado o sancionado,irremediablemente han perdido su eficacia, porque las ciudades -que antes amparaban a estos jocosos subversivos- ahora “se hanconvertido en masas amorfas, donde extrañas corrientes alienadastransportan a los hombres a los diferentes escenarios de sus intentosy fracasos de vida”. Hace ya tiempo que el carnaval no significa‘mundo al revés’, sino huida de la horrenda cotidianidad; labohemia, (ese apartamiento de las normas, de lo convencional; lataberna, el garito, la holgazanería, el burdel…), ya no tiene elsentido de burla e insatisfacción, quizá marcada por la impronta desimuladores y farsantes tipo Hitler. “Y por lo que respecta a launiversidad ¡mejor no hablar!” -dice Sloterdijk-: El cinismo y lapedantería entraron a sustituir la insolencia de la inteligencia

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goliárdica que desde la Edad Media tardía caracterizó a estos centrosde estudio, hoy reducidos, bajo el slogan de vivir en una supuesta“sociedad del conocimiento”, a la curricularización del mundo y dela vida y a la torpe administración de aburridas cotidianidades.

Agotadas las reservas, tanto del optimismo ilustrado, como deldescontento popular e intelectual, la moderna conciencia infeliz dela gente desilusionada, desarrolla en estas sociedades, una especie demarcha fúnebre que, no obstante, es cínicamente presentada comouna marcha triunfal (el optimismo ilustrado fue sepultadodefinitivamente luego de Auschwitz e Hiroshima).

En medio de un difuso cinismo universalizado, contrapuesto a todoindividualismo, a toda crítica y sumergido tanto en losconvencionalismos y en las conveniencias de las mayorías, como enla arrogancia y en la petulancia de los poderosos, solamente sepromueven procesos de autoconservación a corto plazo.

En este tipo de sociedades apocalípticas contemporáneas, en que semuestra “el último hombre” que predijera Nietzsche, aquel que todolo empequeñece, que “tiene su pequeño placer para el día y supequeño placer para la noche”, no sólo hemos de lamentar la pérdidade la memoria de la insolencia, sino la falsificación monstruosa de laesperanza, bajo el cinismo, que se complace en enmascarar elirremediable fracaso de la ilustración tras el velo de sus supuestasrealizaciones, donde ya no es posible siquiera el impulso de unmesianismo tardío, moderno, porque estos cínicos “últimoshombres”, intuyen que ya no se puede cambiar el mundo.

En otro de sus libros, Celo de Dios, Sobre la lucha de los tresmonoteísmos Peter Sloterdijk, glosando la obra Espectros de Marxde Jacques Derrida se refiere al asunto mesiánico en estos términos:

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“…tres escatologías mesiánicas, mutuamente enzarzadas entre sí porcompetencia, movilizan -si es que Derrida tiene razón- «directa oindirectamente, todas las fuerzas del mundo y todo “el ordenmundial” para la guerra sin cuartel que libran»… una de lasexageraciones más patéticas que se han escuchado de un filósofo enel pasado más reciente… Derrida habla en ese lugar de judaísmo,cristianismo e islam. Lo que intenta es identificar el grupo de lasreligiones monoteístas como «partidos en conflicto» histórica yuniversalmente entrelazados…

… Quiero referirme, por último… (a esa) trascendencia del quetampoco es fácil desembarazarse en favor de una simple explicaciónnaturalista. Va acompañado de la idea de que una instanciaultraterrena, llamada usualmente Dios, en momentos especiales, poramor, compasión o enfado se vuelve hacia seres humanos concretosy los elige como receptores de mensajes que según ciertos criteriosfehacientes se interpretan como revelaciones. No es éste el momentode discutir sobre las implicaciones del concepto de «revelación». Laexpresión sólo adquiere sentido en el marco de un modo de pensarrepleto de presupuestos, que en otro lugar llamo metafísica delremitente fuerte…”

En el caso del sionismo que hoy orienta el Estado de Israel, la ideadel mesianismo pareciera realizada ya con la instauración de esteagresivo y criminal estado judío en Palestina.

Lo cierto es que… “Así, a la razón occidental, que viene librandodesde hace siglos esta batalla frente al cristianismo y el judaísmo,se le ha abierto un nuevo frente de combate. Puesto que en lalectura de los libros sagrados de cualquiera de las tres grandesreligiones monoteístas todo depende de sus intérpretes (basta verlas diferencias de enfoque que van desde el integrismo hasta la

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Teología de la Liberación en el catolicismo), la influencia políticade una u otra perspectiva depende de las necesidades de la hora."El islam puede ser tan capaz de belleza y caridad como deviolencia y de guerra. Todo depende de quien lo interpreta (...) ElCorán no dice ni más ni menos que lo que el intérprete le hacedecir”. ¿Acaso no ocurre exactamente lo mismo con el Antiguo y elNuevo Testamento? ¿Los libros sagrados, escritos tanto porvisionarios, profetas, iluminados y luchadores sociales de su tiempocomo por "paranoicos y embaucadores" (expresión de Lisandro de la Torre,

Intermedio Filosófico; La cuestión social y los cristianos sociales, Ed. Anaconda, Colegio Libre de

Estudios Superiores, Buenos Aires, 1937.), no han servido de excusa y mandatopara las peores atrocidades y los más conmovedores martirios? (Carlos

Gabetta .Desafío a la razón occidental 07/10/12 Sin Permiso).

- Slavoj Zizek en El títere y el enano. El núcleo perverso del

cristianismo, analizando la generalizada hipocresía social que llevaa la gente a cumplir con los rituales religiosos sin creer en ellos, ysin tomarlos en serio, como realizando una especie de cínicodesplazamiento de las creencias a las conveniencias, se pregunta:“¿qué necesidad tenemos de religión en nuestros tiemposmodernos?”

Y, recabando sobre las tesis de Nietzsche, dice: “Cuando uno lee lasepístolas de San Pablo, no puede dejar de notar hasta qué punto semuestra directa y terriblemente indiferente respecto de Jesús,tomado como persona viva (el Jesús que no era aun Cristo, el Jesúsprepascual, el Jesús de los Evangelios). Pablo prácticamente ignorapor completo los actos, las enseñanzas y las parábolas particularesde Jesús, todo aquello a lo que Hegel se refirió luego como elelemento mítico de la narrativa de los cuentos fantásticos, de lamera representación (Vorstellung) prenocional. En sus escritos

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Pablo nunca se interna en la hermenéutica, no intenta indagar “elsentido más profundo” de esta o aquella parábola, de éste o aquelacto de Jesús. Lo que le importa no es Jesús, entendido como figurahistórica, sino solamente el hecho de que murió en la Cruz yresucitó de entre los muertos. Después de establecer la muerte yresurrección de Jesús, Pablo continúa con su verdadero negocioleninista, el de organizar el nuevo partido llamado la comunidadcristiana…Pablo como Lenin, (fue) el gran ‘institucionalizador’…”(Zizek Slavoj El títere y el enano. Pag. 18).

Zizek nos dice que el núcleo perverso del cristianismo está en elhecho de no sustentarse en una lógica precisa que defina lo bueno ylo malo, sino que persiste en la ambigüedad y la simulación terrenal,como base del proyecto salvífico supraterrenal. Cristo manipuló a sudiscípulo Judas, para que lo traicionara, de la misma manera queAdán fue forzado a pecar por mandato del propio Dios. Para que elplan divino se pueda cumplir, se requiere que el hombre incurra enel pecado, en la traición. Desde siempre, el cristianismo ha requeridode la traición y la simulación. “En la lectura perversa delcristianismo Dios primero lanzó a la humanidad al pecado, PARA

PODER crear la oportunidad de salvarla mediante el sacrificio deCristo…” (Página 76)

Cumplir con la ley encierra, pues, un contrasentido, una perversidadde Dios. “De acuerdo con la lectura estándar de Pablo, Dios le diola Ley a los hombres para hacerlos conscientes de su pecado, hastapara inducirlos a pecar más y de ese modo hacerlos conscientes dela necesidad que tenían de lograr la salvación, que sólo podíanalcanzar a través de la gracia divina”(página 162). Es decir, Dios incitaal pecado para ofrecer la redención que habrá de llegar después de lacaída y de la contrición. Se trata, entonces, de establecerprohibiciones para disfrutar luego no sólo con su incumplimiento o

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violación, sino con el beatífico estado del arrepentimiento, quesiempre habrá de generar satisfacción entre los dispensadores de lospremios y castigos.

Así trabaja el “sí, pero no” que da sentido y razón de ser a la Iglesiay a toda la ambigüedad institucional de estas sociedadesprofundamente burocratizadas, en donde todo pareciera quefunciona perfectamente y de manera sincronizada, para “elcumplimiento de la ley” como lo señala Kafka en La ColoniaPenitenciaria, modelo de todas las organizaciones burocráticasimperantes hoy en el mundo entero.

La burocracia opera como esa compleja máquina kafkiana, en dondetodo tiene que ser escrito, como sobre la piel de los condenados. El“correcto funcionamiento” de la estructura burocrática reclama nosólo la obediencia acrítica y la “servidumbre voluntaria”, sino elcabal cumplimiento de la normatividad fijada por el poderdisciplinario: normas y reglamentaciones que el engranaje de lamaquinaria exige: gestiones, trámites, papeleos, procesos,expedientes… porque nada puede quedar por fuera de la escrutadoramirada del poder y de sus funcionarios. Racional irracionalidad quehoy gobierna al mundo y que se caracteriza por la total desapariciónde la individualidad, de la capacidad de juicio autónomo y del usopúblico de la propia razón, a favor de las “funciones”, los “cargos” ylas “instituciones”. Permanentemente se nos recalca que “lasinstituciones permanecen mientras que las personas sonprescindibles”. En esta afirmación descansa la realización de lametáfora de la maquinaria burocrática denunciada por Kafka y queoculta convenientemente, las auténticas intencionalidades del poder:Honrar a los superiores.

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Bajo estas ambivalencias también se busca presentar como modelode conducta, los comportamientos de individuos esquizoides queostentan una aparente personalidad en público -en sus oficinas, porejemplo- y otra muy diferente en lo privado -en el hogar, con lafamilia-. Zizek nos aclara que, en estas decadentes sociedades, elcambio de la apariencia formal funciona como si se tratara decambios estructurales; que los afeites, los cosméticos y en general,las simulaciones, constituyen la auténtica estructura caracterológicade las personas.

A esta misma estructura de pensamiento pertenece la contemporáneaactitud de la izquierda que milita en la academia, en el guetouniversitario, que se entretiene en exigir muchas cosas, aunque deantemano sepa que sus demandas no serán satisfechas. De estamanera, dice Zizek, “el viejo lema de 1968 ‘seamos realistaspidamos lo imposible’ adquiere aquí una nueva significación cínicay siniestra que tal vez esté revelando su verdad: ‘Seamos realistas,nosotros la izquierda académica, queremos parecer críticosmientras gozamos plenamente de los privilegios que el sistema nosofrece…’ ”.

Estas premisas de hipocresía y simulacro están presentes también enla geopolítica contemporánea: Así, los Estados Unidos disfrazan suintervencionismo y neocolonialismo contra los pueblos del mundo,tras el velo de la protección a los derechos humanos y la expansiónde la democracia occidental; un Estado tan agresivo y militaristacomo Israel, se muestra publicitariamente como democrático ytolerante, mientras desarrolla una política criminal y exterministacontra el pueblo palestino.

Se ha impuesto ya la astuta y general presencia de los “últimoshombres” que predijera Nietzsche. Soportamos el triunfo final del

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nihilismo, la vigencia permanente de un “mundo administrado”.Proyecto compartido hoy, tanto por las sociedades de la“democracia” -en sus distintas versiones: liberal, totalitaria odemofascista- y el llamado socialismo real -estalinista osocialdemócrata-. Se trata de la derrota final de la Ilustración y deltriunfo de esa irreductible ambigüedad instaurada por lainstitucionalidad paulina, por San Pablo, el teólogo político quemarcó a Occidente con esa militancia persecutoria que hacaracterizado desde siempre no sólo al cristianismo, sino toda lamoralidad y el pensamiento que ha conducido a la catástrofemonótona, permanente y omnipresente de este “mundo insomne”que llamara Stefan Zweig.

VII.- Razón, civilización y exterminio

La memoria colectiva del mundo occidental, está profundamentemarcada por la violencia en nombre de la razón, la civilización y elprogreso. Los ideales de la Ilustración han sido reducidos a losintereses del capital y del poder y, en una especie de “vergüenzaprometeica”-como Günther Anders llamó esa humillación delhombre ante sus propio desarrollos técnicos y tecnológicos-, vemos,como lo señaló asimismo Theodor W. Adorno en su ensayo Laeducación después de Auschwitz, que “la barbarie pertenece alprincipio mismo de la civilización”, y que la razón occidental seexpresa también en los campos de concentración y de exterminio.

Hemos venido estableciendo no sólo el deterioro y la decadencia delos mitos fundacionales, de las mentalidades tradicionales, delpensar y del sentir cristiano-feudal, que logró perdurar por miles deaños, sino la propia paulatina aniquilación de los nuevos mitos enque se basó la naciente burguesía para confrontar el viejo régimen.El holocausto nazi y toda la reciente historia de occidente, certifican

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la derrota de la individualidad, como proyecto espiritual en que sesustentara la pujante burguesía de la Ilustración.

Imre Kertéz víctima sobreviviente de Auschwitz y premio nobel deliteratura del año 2002, nos recuerda que el holocausto nazirepresenta el acontecimiento traumático más significativo de lacivilización occidental. Precisamente se trató de suprimir porcompleto esas tesis y valores tan nombrados, como la libertad, laigualdad, la justicia y los derechos humanos, reducidos a simpleretórica publicitaria. Dice Kertéz: “no podemos negar que el mito dela razón del siglo XVIII fue el último gran mito creador europeo, yque su desvanecimiento o para utilizar una imagen más adecuada anuestro tema su transformación en humo y cenizas, nos hacondenado a una orfandad psíquica y espiritual”.

Lo más grave, lo peor de esta situación, es que estamos condenadosa su reiteración, a su tediosa y cotidiana repetición; el horror de lamuerte administrada (después del nacionalsocialismo, del fascismo,del estalinismo y de la guerra civil europea que, según EnzoTraverso, se libró entre 1914 y 1945), se ha convertido en culturacotidiana, en práctica justificada legalmente por distintos Estados ygobiernos; en comportamiento de vigencia universal y “la sombralarga y oscura del holocausto se proyecta sobre toda la civilizaciónen que ocurrió y que debe seguir viviendo con el peso de lo ocurridoy con sus consecuencias”.

La movilización total

El siglo XX está signado por la aparición y aplicación generalizadade la opción exterminista, como la expresión más peculiar delquehacer político-miliar en Occidente, dado que significó que “elgenio de la guerra se comprometió con el espíritu del progreso…” yel equipamiento militar de los Estados, llegó a disponer de las más

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sofisticadas armas de aniquilación masiva que le ha podido depararla edad de las máquinas. La cotidianidad de las guerras, provocó lamás estrecha colaboración y hasta fusión, entre las actividades de laindustria y los intereses militares; la inteligencia y la planificaciónde las empresas, terminaron puestas al servicio de la guerra comoexpresión de actos “nacionalistas” y “patrióticos”, con el fomento delos productos requeridos para la continuidad de los conflictos. Locual llevaría, inexorablemente, a que en los procesos bélicos ya “noexista distinción alguna entre combatientes y no combatientes”,como explícitamente lo denunció Ernst Jünger en su texto Lamovilización total.

La movilización total significa que “la representación armada de unpaís deja de ser el deber y el privilegio únicamente de los soldadosprofesionales y se convierte en tarea de todos los hombres aptospara las armas”. Fenómeno que adicionalmente condujo a lapérdida de las publicitadas libertades individuales, “ofensiva cuyatendencia tiene como objetivo -anotaba Jünger en 1930- que noexista nada que no quepa concebir como una función del Estado”.

Esta ha sido, además, la época del surgimiento de los hombres-masa;seres humanos subordinados a los derroteros de las modas, delespectáculo y del consumismo; especie de marionetas que marchancual rebaños detrás de los cantos de guerra y de las ideologíasmesiánicas. También es el tiempo del nacimiento del funcionariado,de aquellos individuos anónimos, dóciles e integrados que vivendentro del engranaje burocrático e impersonal de las maquinariasestatales, que los sujetan por completo, impidiéndoles todo asomode libertad y autonomía, que les condiciona sus comportamientos,parcelando sus anhelos y quehaceres y definiéndoles totalmente laexistencia. En resumen, seres humanos encerrados en las “jaulas dehierro” -Weber- o en las “madrigueras” -Kafka- de sus rutinaspúblicas y privadas, domésticas y laborales.

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Esta es la condición humana proclive a la “movilización total”;sociedades terriblemente homogeneizadas, centradas en individuossubordinados al anonimato de las masas; caracterizados por lapérdida de toda diferencia y de la pluralidad de opciones. Individuosque, como se mostró en el nazismo, en el fascismo, en el estalinismoy, más tarde, en este cotidiano mundo del neofascismo que vivimos,son capaces simplemente de cumplir las órdenes y los lineamientosestablecidos por sus “superiores”; personas que acatan sincontradecir en nada, la anónima autoridad de los impersonalesfuncionarios que, a la postre, terminarían gobernando el mundo.Funcionarios que, bien lo sabemos, se encuentran hoy ampliamentediseminados en todas las estructuras político administrativas de lascontemporáneas sociedades y en las más diversas organizacionespúblicas y empresariales, tanto del capitalismo tardío como de loque fue llamado el “socialismo real”, bajo formaciones políticastotalitarias o reputadas como democráticas.

Los comienzos del siglo XX también se caracterizaron por ser laépoca histórica en que se fomentó ideológicamente la discutidahegemonía de las clases medias. Cuando irrumpe en la escenapolítica el descomunal espacio de la marginación social, conejércitos de desplazados de los procesos productivos, grandesmigraciones forzadas, restricciones legales a amplios sectores de lapoblación, considerados “inferiores”, expulsados y obligados a viviren guetos y suburbios. Época de múltiples formas de xenofobia; delantisemitismo, del racismo y de la persecución a los contradictorespolíticos. Acciones antipopulares, amparadas en leyes y normas,supuestamente de carácter “excepcional” que dicen establecer una“suspensión temporal” de todo orden jurídico, para legalizar lo ilegaly legitimarlo ilegítimo. Fenómeno que ayer se realizó plenamente enlos campos de concentración y de exterminio de los regímenesnazifascistas, y que actualmente se cumple con beneficio deinventario, no sólo en los campos de concentración que aunperduran, sino en todos los espacios de la vida social.

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“Walter Benjamin en sus Tesis sobre la filosofía de la historia seburlaría de esta farsa señalando: “ningún sacrificio es demasiadogrande para nuestra democracia, y menos que nunca el sacrificiotemporal de la democracia misma”. De esta manera se fueinstalando, entre unas multitudes inmersas en la movilización total,propiciada por los poderes estatales, la persecución organizadacontra los judíos, los gitanos, los negros, los trotskistas y losinmigrantes, en distintas latitudes y momentos de este oscuro siglo”.(cf.: Carrión Castro Julio César. La animalización integral del hombre. Paradojas de los derechoshumanos. Edit. León Gráficas Ltda. Ibagué, 2006. Pág. 58).

Se trata de la movilización de individuos sujetados a unaadministración total, que explota, controla, disciplina y regula todaslas actividades y procesos de la vida; es lo que tan apropiadamentellamó Michael Foucault el biopoder, objetivo fundamental de losdispositivos de la dominación que no se basta con el control delcuerpo individual, logrado con el concurso de instituciones como lascárceles, los cuarteles, los hospitales, los manicomios, las fábricas ylas escuelas, sino que se amplía a una total regulación sobre laespecie, sobre las masas poblacionales en general, con mecanismoscomo el fichamiento, el control natal, las políticas estatales deeugenesia y eutanasia y, ya con la inminente manipulación delgenoma humano.

Control total que opera con dispositivos y tecnologías modernas queapuntan, paradójicamente, por una parte, hacia el mejoramiento,ampliación y fomento de la vida, siquiera para algunos sectoresbeneficiados, pero, por otra parte, propicia el exterminio y la muerteadministrada para amplios sectores considerados inferiores,superfluos, innecesarios, “desechables”. Esto se logra mediante lasguerras -incluida, por supuesto, la amenaza de la guerra nuclear queharía desaparecer toda forma de vida de la faz de la tierra-, lasmasacres, la exclusión, la marginalidad y ese cotidiano genocidiosocial que se expresa en los millones de seres humanos que mueren

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de hambre, por carencia de agua potable o por enfermedades quepodrían ser fácilmente curables.

Desde un pragmatismo cínico, los agentes promotores de estebiopoder, pretenden presentarse como los hegelianos realizadoresdel espíritu, como la expresión culminante del devenir de la historia,aduciendo que el american way of life, con su desperdiciadoconsumismo compulsivo, es el género de vida propio de laposthistoria, y que ellos “prefiguran el presente eterno de lahumanidad”. Por ello se permiten propalar al mundo entero eldecálogo de sus “virtudes”, que en resumen constituye lo que seconoce como el “pensamiento único”.

Se trata ya (como lo ha expuesto claramente Pedro García Olivo ensus obras) de la instauración de un nuevo tipo de fascismo, de undemofascismo, heredero directo de la democracia representativaque, merced al ocultamiento y enmascaramiento de “todas lastecnologías de dominio, de todos los mecanismos coercitivos, detodas las posiciones de poder y autoridad, tiende a reducir almáximo el aparato de represión física y a confiar casi por completoen las estrategias psíquicas (simbólicas) de dominación”. De estamanera se realiza el ideal de establecer no sólo ese conformismoacrítico, sino de cumplir con la escatología del “progreso”.

La banalidad del Mal

La noción del Mal, que antaño se representaba mediante la poderosay escalofriante figura del diablo y que metafísicamente constituía unelemento de controversia y debate entre los filósofos y los teólogos,incluso superando toda la reiteración literaria a que hemos hechoreferencia, ha adquirido un particular interés no exento deabstracciones teóricas, a partir de los análisis y las tesis expuesta porHannah Arendt, referidas a la denominada “banalidad del mal”. Elmal, ente metafísico que ha acompañado por miles de años el

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devenir histórico de Occidente, pareciera que cobra otra eficiencia yuna nueva vida, ahora de carácter pragmático.

La teología siempre intentó explicar la existencia del mal, acudiendoa la teoría de la existencia incuestionable de un Dios bueno. Tanto lafilosofía judía, como la cristiana, atribuyen el mal a la acción directade la voluntad humana, que fue creada libre por Dios. El mal es,entonces, una violación a la ley de Dios por parte del hombre y enúltima instancia por influencia de ese personaje metafísico,inframundano, llamado Satanás.

Apartándonos de la hipótesis teísta, para tratar de explicarracionalmente el problema del mal, aceptando solamente hipótesisnaturales y sociales, se podría ensayar un diálogo crítico conreferencia al pensamiento contemporáneo, entendiendo que lo que seconsidera “el mal” posee raíces culturales, sociales, económicas ypolíticas. Sería este un ejercicio teórico y político que debesignificar, por supuesto, la superación de todo optimismo metafísico,rebasar la idea de que nos encontramos en “el mejor de los mundosposibles”, como ya fue confrontado de manera profundamentecrítica por Voltaire, que descartó mordazmente, tanto el desbordadooptimismo metafísico de Leibniz y de Wolff, como el de muchos delos enciclopedistas que predicaban el poder invencible de la razóny la confianza en el progreso que anhelaban, sustentados en las queconsideraban infinitas posibilidades de la ciencia y la tecnología.

En gracia de esta discusión y partiendo de la aceptación de que elmal existe al igual que existe el bien, aceptando también, que enlíneas generales sabemos qué significa hacer el bien o hacer el mal,habría que modificar el cuestionamiento filosófico: se trata,específicamente, de averiguar ¿de dónde proviene el malsociológico, la maldad humana?

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Hannah Arendt en su libro Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobrela banalidad del mal, luego de analizar, durante el juicio realizado aeste criminal, las diversas situaciones y circunstancias reveladorasdel holocausto nazi, de ese proceso de matanza administrada quecomprometió a toda la sociedad alemana, llega a la desgarradoraconclusión de que, “Eichmann no constituía un caso de enajenaciónen el sentido jurídico, ni tampoco de insania moral”, que“precisamente hubo muchos hombres como él, y que estos hombresno fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron y siguen siendo,terrible y terroríficamente normales”. Asimismo, que la inmensamayoría del pueblo alemán creía en Hitler, que eran plenamenteconscientes de los lineamientos estratégicos de sus líderes y queconfiaban en sus planes para la realización histórica de su destinocomo pueblo, que todos los jerarcas nazis encargados de esteproceso masivo de exterminio, que eufemísticamente denominaron“la solución final”, poseían títulos universitarios, y que “lamaquinaria de exterminio había sido planeada y perfeccionada entodos sus detalles mucho antes de los horrores de la guerra…”.Incluso, asevera Hannah Arendt, algunos judíos, como obedientesciudadanos cumplidores de la ley, colaboraron eficientemente enproyectos de construcción de cámaras de gas. En conclusión, dice,que todo este proceso criminal se cumplió bajo el ordenamientojurídico y legal, de un Estado que asumió el crimen como un deber,y como fundamento de realización de su proyecto histórico.

Aunque este estudio no se presentó como un tratado sobre lanaturaleza del mal, si buscaba explicar las consecuenciasdeshumanizantes que tiene la conversión de los seres humanos ensimples “ruedecillas de una maquinaria administrativa” que les llevaa la total trivialización o “banalización” del genocidio, lo quesignifica, según Hannah Arendt que Eichmann “…actuó en todo

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momento dentro de los límites impuestos por sus obligaciones deconciencia”. Se trató, pues, de un individuo común y corriente,superficial, promedio, que pareciera estar supeditado al imperativocategórico kantiano, un personaje que asumió sus actos dentro delmarco moral trazado de manera regulada y homogeneizada, por elEstado nacionalsocialista. Un ser humano, como tantos, diseñado yformado conforme a los intereses del poder.

El demonio del progreso aliado del fascismo

La fuerza ideológica del nacionalsocialismo está centrada en suproyecto modernizador; el fascismo está orientado hacia el progresotecnológico y operativo, se trata de una ideología progresista. Elfascismo y el progreso comparten el mismo concepto de historiacomo lo develó Walter Benjamin, en sus Tesis sobre la historia:

(Tesis 8). La tradición de los oprimidos nos enseña que laregla es el «estado de excepción» en el que vivimos. Hemos dellegar a un concepto de la historia que le corresponda.Tendremos entonces en mientes como cometido nuestroprovocar el verdadero estado de excepción; con lo cualmejorará nuestra posición en la lucha contra el fascismo. Noen último término consiste la fortuna de éste en que susenemigos salen a su encuentro, en nombre del progreso, comoal de una norma histórica. No es en absoluto filosófico elasombro acerca de que las cosas que estamos viviendo sean«todavía» posibles en el siglo veinte. No está al comienzo deningún conocimiento, a no ser de éste: que la representaciónde historia de la que procede no se mantiene.

Benjamin señala de qué manera expresiones políticas, al parecerdiferentes como el fascismo y la socialdemocracia, comparten una

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misma opinión y unas mismas experiencias sobre los procesoshistóricos. Esta concepción “moderna” del pensamiento y de lahistoria, los hace cómplices ya que no representan más que losintereses de las clases dominantes. Esa modernidad del fascismo, dela socialdemocracia o la del régimen estalinista, es la misma del“progreso” capitalista y su óptica es la del dominio sobre el mundo,sustentándose en una íntima relación con los desarrollos científico-tecnológicos y en el fomento de la industria militar, que ha llevadohasta la puesta en marcha del exterminismo, como opción de guerray de dominio.

Allí donde el infierno era metáfora, una realidad imaginaria,finalmente se trocó en realización humana, demasiado humana, y nose trata ahora de buscar patologías perversas en el comportamientode quienes propiciaron el desarrollo y montaje de estos centros dehorror infernal, de estos centros de exterminio, pues, como loatestiguó el sobreviviente Primo Levi, en los lager o campos deconcentración como el de Auschwitz, no encontró demonios sinofuncionarios, claro, sádicos y psicópatas los había también, pero noera lo más representativo, eran funcionarios; “seres humanosmedios, medianamente inteligentes, medianamente malvados: salvoexcepciones no eran monstruos, tenían nuestro mismo rostro, perohabían sido mal educados. Eran en su mayoría gente gregaria yfuncionarios vulgares y diligentes: algunos fanáticamentepersuadidos por la palabra nazi, muchos indiferentes, o temerososdel castigo, o deseosos de hacer carrera, o demasiado obedientes”(Levi Primo. Los hundidos y los salvados. El Aleph Editores, Barcelona 2005. Página 269)

(según Alice Miller no se trataría de una “mala educación”, sinotodo lo contrario, de una educación perfecta, que no falló, que fue unéxito rotundo, como lo recomiendan las tesis de la pedagogía para laobediencia y la subalternidad acrítica).

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Se trató de la institucionalización del asesinato, de la creación defábricas de muerte y esto se logró con la participación de personascorrientes, individuos formados por la pedagogía establecida y conlos patrones legales, financieros, académicos y empresariales,forjados ya por los desarrollos de la mentalidad burguesa: la llamada“solución final”, Auschwitz, no fue más que una expresión omanifestación de lo posible según las tesis del progreso. Se trató delexterminio masivo de seres humanos por parte de una maquinariatecnológico-racional que operó conforme a los postulados deldesarrollo y el progreso industrial capitalista; “vale la pena reseñarque fue en tales campos de exterminio donde se exhibió mejor elfundamento de la racionalidad instrumental del capitalismo: allí seorganizó como un proceso de producción el asesinato masivo,mostrando la enorme eficiencia de los genocidas, el granrendimiento de los hornos crematorios instalados en serie y larentabilidad de esa especie de reciclaje que significó larecuperación de joyas y vestidos, del cabello y hasta de las piezasdentales de las víctimas del holocausto nazi para ser utilizados denuevo en el proceso de la industria y el consumo”.(Cf. Carrión Julio César.

Pedagogía, política y otros delirios (Sombras de humo) Universidad del Tolima. Ibagué. 2006.

Página 43). En fin, si se analiza el funcionamiento de los campos deconcentración y de exterminio, fácilmente se capta la racionalidadimplícita en cada una de sus actividades. Se trató de fábricas demuerte y destrucción, que incorporaban necesariamente loselementos de una racionalidad administrativa, fríamente ordenada yplanificada, como los mismos procesos productivos del sistemacapitalista.

Hemos visto cómo la sociedad occidental y cristiana se fueacostumbrando a las masacres y al exterminio, a partir de laaparición de la llamada “guerra total”, durante la primera guerra

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mundial, con el empleo de toda la racionalidad instrumental eindustrial puesta al servicio de la muerte, lo que significó, asimismo,poner de manifiesto la irracionalidad de esa orgullosa racionalidadilustrada, mostrar que la violencia exterminista ha sido desdesiempre empleada, ya en las masacres perpetradas contra los pueblosaborígenes, en el tráfico de esclavos negros, en las muchas guerrasde conquista e invasión, en las guerras colonialistas, o en lospermanentes genocidios que hacen parte del panorama políticocontemporáneo. Enzo Traverso escribió:

“Las guerras totales también desvelaron una hipocresíaacerca de la noción de derecho público europeo propio delcontexto de civilización y de progreso que se había alcanzadoen Europa en el siglo XIX, en la medida en que estas guerrasreproducían en el mundo occidental, algunos rasgos de lasguerras coloniales del siglo XIX; unas guerras que siemprefueron concebidas como guerras de conquista y de exterminio,durante las cuales nunca se podía establecer una distinciónentre combatientes y civiles. La gran novedad del siglo XX es,pues, que las características de las guerras coloniales sereprodujeron en el corazón mismo de Europa occidental, perocon unos medios técnicos de destrucción mucho máspoderosos que los utilizados en el siglo anterior en Asia o enÁfrica.

La guerra total fue un gigantesco laboratorio antropológico enel cual se diseñaron las condiciones fundamentales de losgenocidios modernos y del exterminio industrial del siglo XX.Durante la Primera Guerra Mundial, los soldados, porejemplo, dejaron de aparecer como los héroes de las guerrastradicionales y se proletarizaron; a la hora de combatir,

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estaban simplemente incorporados a una máquina en la cualtenían que ejecutar tareas parciales, al igual que un obreropuede trabajar en una oficina o en una fábrica”. (Memoria y

conflicto. Las violencias del siglo XX Enzo Traverso)

En esta perspectiva debemos ver las violencias de la Segunda GuerraMundial y las que han seguido, como una continuidad de esaimparable violencia que caracteriza todo el proceso de expansión ydominio de la burguesía: el fascismo, el nazismo y, en medio de laguerra, los campos de concentración y de exterminio, “no pueden serinterpretados y analizados solamente como una recaída en unabarbarie ancestral, sino también como la expresión de una barbariemoderna, de una violencia que no se puede concebir fuera de lasestructuras y de los elementos constitutivos de la civilizaciónindustrial, técnica, occidental y moderna”.

Ya nadie puede afirmar seriamente que las diversas formas demuerte administrada, en campos de concentración y de exterminio,mediante las guerras químicas, el empleo de armas convencionalesy no convencionales, por el uso de bombas y otras formas deaniquilación masiva, represente una evidente presencia del infiernoo del demonio metafísico, ni siquiera se puede decir que sea unaespecie de "regresión" a supuestas etapas bárbaras de la historia,sino que debemos aceptar esto como una clara expresión de lallamada civilización industrial occidental.

Como lo ha expresado Michell Lowy:

“Las atrocidades en masa, perfeccionadas tecnológicamente yorganizadas burocráticamente, pertenecen únicamente anuestra civilización industrial avanzada. Auschwitz eHiroshima no son "regresiones": son crímenes irremediable yexclusivamente modernos…

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…En muchos aspectos, Hiroshima representa un nivel superiorde modernidad, tanto por la novedad científica y tecnológicarepresentada por la bomba atómica, como por el caráctertodavía más distante, impersonal, puramente "técnico" delacto exterminador: apretar un botón, abrir la escotilla quelibera la carga nuclear…

…Esta modernidad la volvemos a encontrar en la cúpulanorteamericana que toma la decisión -después de habersopesado cuidadosa y "racionalmente" los pro y los contra- deexterminar a la población de Hiroshima y Nagasaki: unorganigrama burocrático complejo, integrado por científicos,generales, técnicos, funcionarios y políticos tan grises comoHarry Truman, en contraposición con la irracionalidad de losataques de odio de Adolfo Hitler y sus secuaces…

…Por último, la guerra estadounidense en Viet Nam, atroz porel número de víctimas exterminadas por los bombardeos, elnapalm o las ejecuciones colectivas constituye, en variosaspectos, una intervención extremadamente moderna: se basaen una planificación "racional" -con la utilización decomputadoras y de un ejército de especialistas-, que movilizaun armamento muy sofisticado, utilizando la tecnología depunta de los años sesenta y setenta: los aviones bombarderosB-52, napalm, herbicidas, bombas de fragmentación,etcétera.”

(Löwy, Michael. La dialéctica de la civilización: barbarie y modernidad en el siglo XXRevista Herramienta Nº 22 Marxismo Ediciones Herramienta.)

Y no se agota con estos ejemplos la paradójica actividad moderna y“progresista” de los vencedores. Hoy persiste la gran eficaciaempresarial y militar imperialista, en favor de un desarrollo global

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que permita a las naciones atrasadas superar el subdesarrollo,asimismo se realiza una permanente campaña por la universalizaciónde la democracia, y en pro de la más amplia difusión y distribuciónde los derechos humanos. Estos llamados “principios universales” sehan constituido en algo así como artículos de fe, en objetos de unafalsa idolatría, que no admite ningún tipo de herejía, ningunaposibilidad de pluralismo ético ni las diversidades culturales. Se hanimpuesto desde la “racionalidad occidental” a todo el mundo ypareciera que buscan la conformación de una civilización mundialúnica, una perfecta comunión, un total ecumenismo.

Esta publicitada concepción del universalismo moral de los derechoshumanos ha llevado a la promoción del intervencionismo y lainjerencia militar y política por parte de los países presuntamentedueños de estos “ideales” y poderosamente armados que, con ladisculpa de garantizar su aplicación y cumplimiento en las másdiversas sociedades y culturas, contando con el organismo llamadoNaciones Unidas y con el apoyo de Estados dependientes, a motuproprio se han impuesto ante todos los pueblos del mundo, como losúnicos garantes del “cumplimiento” de tales derechos.

El intervencionismo militar, los “ataques preventivos”, las “misioneshumanitarias”, y demás acciones bélicas contra pueblos y gobiernosque señalan como violadores de esta supuesta “ética mínimaplanetaria”, en realidad velan, ocultan y enmascaran las verdaderasintenciones geopolíticas y expansivas que mueven a estos Estados yorganizaciones autodenominados “protectores de los derechoshumanos”, empeñados en buscar justificaciones teóricas para laagresión, las invasiones y el uso de la fuerza contra aquellos paísesque no se amoldan a sus intereses imperiales.

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Las Naciones Unidas, convertidas hoy en una mera oficina deadministración de los negocios imperiales, autoriza esos “ataquespreventivos” e intervenciones armadas, en nombre de la “libertad”,de la “democracia” y del “humanitarismo”, en cualquier parte delmundo, prevalida del reconocimiento de autoridad legítima que legarantizan esos mismos Estados poderosos. Con todos esoselementos se han enmascarado las intromisiones bélicas y elestablecimiento de Estados títeres del poder imperial.

Todos esos esfuerzos por salvar la civilización forjada por elcapitalismo, incluida la lucha por imponer los derechos humanos entodo el mundo, constituye, por decir lo menos, un trabajo inútilfrente al hundimiento e irreversible Ocaso de Occidente, a lainminente catástrofe que ya vivimos y que ha sido elaborada durantela modernidad por la, al parecer, insustituible ideología del progreso,por esa “dirección única” que llamara Walter Benjamin, impuesta atoda la humanidad mediante la fuerza de las armas, de losconvencimientos ilustrados y del mercado.

La fatalidad del uniformismo y la homogeneidad ecuménicadecretada por Occidente para todos los seres humanos; esa perversapérdida de toda pluralidad y el sometimiento a un destino manifiestode progreso y armonía que caracterizaría el devenir histórico de lahumanidad -tanto en la versión del capitalismo tardío, hoymundializado, como en la del fracasado “socialismo real”- haconducido, luego de la muerte de Dios que señalara Nietzsche, a lamuerte del hombre, reducido, tras el falso optimismo de un “finalfeliz” -como fin de las ideologías, fin de la historia e imposición del“pensamiento único”- a una escatología mesiánica y redentoristarepresentada en el imperativo global de unos derechos humanosinsertos en una falsa concepción humanista; “no hay nada más

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repulsivo éticamente que la idea de que, detrás de una superficie dediferencias, todos compartimos el mismo núcleo de humanidad,-hapuntualizado Slavov Zizek-. No vivimos en un mundo abstracto. Losderechos humanos, planteados como panacea universal, en unmundo cargado de miserias e inequidades, no dejan de ser una burlateórica por parte de los grupos hegemónicos: un perverso juegodiabólico, acerca de cosas que nunca han existido, como la brujería,las posesiones, los pactos diabólicos o el mismo diablo y elinfierno…

El demonio del progreso es también aliado del llamado Estadode Bienestar

Vivimos una época supuestamente pos-bélica y pos-soviéticacaracterizada por el triunfo mundial del capitalismo… El modo deproducción capitalista y la mentalidad burguesa que hoy conocemosno han sido siempre iguales, se han modificado conforme aldesarrollo de las fuerzas productivas, a las periódicas crisis que loafectan y a la estructura de las relaciones sociales establecidas encada una de sus etapas históricas y en los distintos territorios yregiones que ha conquistado, sin abandonar jamás las tesis delprogreso.

La supervivencia histórica del capitalismo ha estado condicionada ala manera como ha sabido superar los conflictos. El capitalismo ensu ya largo proceso, ha tenido que superar las variadas crisis quesiempre expresan la confrontación existente entre los intereses delcapital por una parte y los intereses de los trabajadores por la otra.

Los orígenes del capitalismo están marcados no sólo por su luchateórica contra la abigarrada mentalidad cristiano-feudal, sino porintensas acciones de violencia que, por supuesto, liberarían acampesinos y artesanos de la coacción gremial, la servidumbre y

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demás trabajos feudales, pero que también les despojaría de todossus medios de producción, de sus títulos y propiedades personales, ylo que es más grave, de todos los bienes comunales y de dominiopúblico que secularmente se habían mantenido. Estas brutalesexpropiaciones del pueblo señalan la génesis del moderno modoburgués de producción y de la fáustica concepción de la propiedadprivada que lo acompaña.

El conflicto ha sido permanente entre los dueños del capital y lostrabajadores, obligados a vender su fuerza de trabajo para podersobrevivir. Pero no siempre ha sido indispensable la violenciadirecta, la cual -se creía- que con el tiempo sólo se emplearía encasos excepcionales, dado que “en el propio transcurso de laproducción capitalista, se va formando una clase obrera que, a fuerzade educación, de tradición, de costumbre, se somete a las exigenciasde este régimen de producción como a las más lógicas leyesnaturales” -Marx-. Sin embargo el mefistofélico apetito de riqueza yde poder por parte de la clase poseedora no tiene límites y laburguesía siempre ha empleado el poder del Estado para “regular”los salarios, intentando fijarlos exclusivamente dentro de los marcosque los benefician con una mayor extracción de plusvalía, tantoalargando las jornadas de trabajo, como acelerando los ritmoslaborales y manteniendo, en todo caso, a los obreros dentro de unasrígidas medidas coercitivas y de dependencia ideológica, por lo quedios y el diablo seguirían manteniendo, bajo el nuevo modo deproducción, similares fuerzas y poderes a los que tenían bajo elfeudalismo.

La revolución industrial habría de modificar notablemente lascondiciones de producción. Las máquinas en gran medidasustituirían la fuerza humana y grandes transformaciones ocurriríanentonces en las relaciones sociales de producción; se intensificaríano sólo la producción sino la comercialización de los bienesproducidos. Pero este incremento de la producción y de laproductividad en lugar de traer mayor bienestar a los trabajadores,

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por el contrario, llevó a la intensificación de los intereses de lucro yde acumulación por parte de los capitalistas. La introducción delmaquinismo no significó mejoría para el sector de los trabajadores,pues muchos de ellos serían expulsados del proceso productivo eirían a engrosar el ejército de los desocupados, mientras que quienesse quedaron fueron sometidos a una mayor exacción de plusvalía,ahora bajo la condición de trabajos rutinarios y repetitivos. Además,como operarios de estas máquinas, tendrían que ponerseconstantemente al día y seguir el ritmo que marca el incesantedesarrollo de las nuevas tecnologías.

La expansión del colonialismo, con la desaparición forzada depueblos y culturas, paralelamente, llevaría a una mayor abundanciade materias primas y, por supuesto, a la ampliación de la produccióncapitalista; pero el aumento de las ganancias de los capitalistas norepercutiría en beneficio de los trabajadores, dado que los mayorescostos de producción establecidos por la incorporación de nuevas ynuevas máquinas y tecnologías, debían compensarse con los salariosde los trabajadores. Se hacía indispensable, entonces, para loscapitalistas, que los obreros ganaran menos, que las mujeres y losniños trabajaran en fábricas y talleres infernales, sometidos aextenuantes jornadas denunciadas por escritores como CharlesDickens, para que los patronos ganaran cada vez más y no seatrasaran con respecto a las innovaciones tecnológicas, lo que lospodría sacar de competencia. Esta es la diabólica lógica delcapitalismo que siempre ha sido “salvaje”.

El Estado benefactor

En el plazo de muy pocos años la miseria de los trabajadores se fueintensificando, mientras el Estado apoyaba solamente a la claseburguesa. Los trabajadores expoliados, con base a sus experiencias,irían adquiriendo conciencia de clase, organizándose cada vez mejory estableciendo la necesidad de imponer cambios radicales en lascondiciones económicas, sociales y culturales de su existencia.

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Muchos pensadores e intelectuales, incluso de la burguesía, fuerondelimitando puntos de vista y perspectivas ideológicas, queconfrontaban abiertamente la inhumana explotación que propiciarael capitalismo, guiado por unas supuestas “leyes naturales”.

Así las cosas, las explosiones de rebeldía popular, conjuntamentecon la estructuración de claros lineamientos ideológicos para laspretensiones de los trabajadores y el propio desarrollo de las crisisinternas del capitalismo, llevarían a la necesidad de forzar unareversa, un cambio en las relaciones sociales de producción.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se va conformando lafuerza del sindicalismo en toda Europa, se empiezan también aestructurar los primeros partidos políticos obreros y se vaconstituyendo una poderosa fuerza que habría de alterar muyseriamente las relaciones de explotación capitalista. Así ingresamosal azaroso siglo XX.

Simultáneamente con este proceso de concientización yorganización de las clases trabajadoras, el modo de produccióncapitalista entra en un período de crisis de sobreproducción quesignificaría no sólo una cruda ampliación de la explotación clasista,sino, los inicios de una contienda inter-capitalista por la hegemoníamundial, que llevaría a los gobiernos de los países industrializados aintentar el reparto del botín del mundo y por supuesto a la PrimeraGuerra Mundial, iniciada en el año de 1914.

La conflagración mundial aceleraría los procesos revolucionarios yel desarrollo de la conciencia de los trabajadores. La RevoluciónRusa de 1917, instauraría una nueva inquietud en el corazón de losburgueses y les haría temer por la validez de su proyectoexpansionista. Entonces la idea del demonio recobra sentido; ahora,para la atemorizada burguesía, el “mal” lo representan las tesis ypropuestas reformistas, sindicales y revolucionarias y ellos, losexplotadores, encarnan el “bien”, la “bondad”, el “bienestar”…

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La revolución bolchevique de 1917, de alguna manera modificaría elcurso de la historia, porque imponía a la burguesía la necesidad denegociar, de transar con los trabajadores, reduciendo así lasexpectativas de ampliar cada vez más la plusvalía.

Durante los años de postguerra las ilusiones de paz se desvanecen yun tremendo caos en los procesos productivos sorprendería a laorgullosa burguesía. Es entonces cuando se introduce undislocamiento en las intenciones del omnímodo poder capitalista,que entra a ensayar, además de las publicitadas democraciasliberales, con los regímenes autoritarios y totalitarios, a fin decontener el ascenso gradual del socialismo y queriendo impedir lascrisis que agobian su modelo de desarrollo y de progreso.

El inglés John Maynard Keynes, sin duda alguna el másrepresentativo economista del siglo XX, afectado profundamente porel terrible panorama que mostrara la crisis mundial de la economíade finales de los años veinte, con millones de seres humanosarrojados a la desocupación y a la depauperación generalizada,provocada por el desaforado proceso de acumulación capitalista,publicó en 1936 su libro “Teoría general del empleo, el interés y eldinero” con el cual ejercería la más dura crítica a las denominadasleyes “naturales” del capitalismo, que los economistas ortodoxosconsideraban inamovibles. De esta forma se daría origen, dentro delcapitalismo, a una nueva concepción de la ciencia económica, cuyoprincipal propósito era corregir la tendencia a una mayorsobrexplotación del trabajo por parte del capital, buscando laextensión del “bienestar” en el sector de los trabajadores, medianteel incremento de los salarios y procurando que se constituyeran másfuentes de empleo. Recomendó, una amplia intervención del Estadoen la economía, impulsando la generación directa de empleos,apoyando la industria y en general buscando el control de lasempresas y la función social de gasto público en aspectos tan

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cruciales como los servicios públicos, la seguridad social, laeducación y la salud.

Esta política empezaría a operar como una especie de exorcismocontra los demonios de la revolución; se buscaba paliar un poco laexplotación capitalista, por ello propone una distribución másequitativa de los ingresos, con impuestos mayores a la propiedadque al consumo, reducir los costos financieros del dinero, y fomentarel bienestar social, la capacidad de compra, y en general la calidadde vida en la población trabajadora. Introduciría una claracompetencia intervencionista del Estado en los asuntos de laeconomía. De esta forma se mostraba desconfianza hacia la viejaeconomía clásica que proponía dejar a la iniciativa privada y a la“mano invisible” del mercado la regulación social y se salía al pasoa las teorías socialistas, que negaban de plano el modo burgués deproducción.

Las originales propuestas de Keynes serían prontamente aceptadaspor la mayoría de los Estados capitalistas, que así lograban escaparde la crisis que pesaba sobre ellos. Esta oportuna intervención estatalsobre la economía, esta corrección en los rumbos del capitalismo,significaría, a la postre, la sobrevivencia del propio modo burgués deproducción a nivel mundial y es lo que se conoce como el Estado deBienestar Social.

Por primera vez en sus ordenamientos jurídicos e institucionalestanto las metrópolis como los países dependientes establecerían “lafunción social de la propiedad”; se extenderían los beneficios de laseguridad social; surgirían nuevas relaciones laborales en la ciudad yen el campo y por supuesto, se impulsarían políticas de desarrollocientífico y tecnológico, adecuando el sistema educativo a talpropósito y dando el más extraordinario apoyo al servicio de laeducación pública en todos sus niveles, formas y modalidades. Esdecir, la educación se enrumbaría hacia una dependencia total conrespecto de la economía…

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El miedo como factor de equidad social

Así pues, desde octubre de 1917, fecha de la instauración del primerEstado socialista, pero más específicamente después de la segundaguerra mundial, con la expansión del campo socialista, el miedo alos demonios de la revolución social acompañaría a las distintasburguesías a nivel mundial. Esta sería la principal característica delos regímenes capitalistas. Con la postguerra, restablecido de nuevoel ordenamiento internacional, vendría un período general deenfrentamiento entre los países del llamado mundo occidental yaquellos otros que orbitaban alrededor de la Unión Soviética. Estefenómeno de reciente historia, se conoce bajo el nombre de “laguerra fría” y se estructura a partir del incremento del miedo entrelas clases dominantes, por la posible extensión del comunismo y larevolución social, pregonada por los gobernantes de los países del“socialismo realmente existente”. Este temor por la auténtica oficticia “amenaza comunista”, llevó también a los grandespropietarios, a las oligarquías y a los gobernantes de los paísescapitalistas, a ceder en algo sus desaforadas pretensiones de unmayor enriquecimiento, mediante la sobrexplotación del trabajo.Aprendiendo de la economía planificada de los países socialistas, seempezó a hablar entonces de “planes de desarrollo” también en laseconomías y gobiernos capitalistas. Se trataría de algo así como dellobo vestido con piel de oveja, del diablo haciendo ostias, del diablohaciéndonos creer que no existe.

Superado el colapso económico, político y social generado a partirde la Segunda Guerra Mundial, y ante el demostrado fracaso de losllamados Estados totales o “totalitarios”, se abre un período deprosperidad para los países capitalistas industrializados, que lesllevó incluso a superar el temor por la revolución social en susterritorios. Sin embargo los regímenes totalitarios, autoritarios yfascistas perviven brutalmente aún en las zonas periféricas ymarginales, en las antiguas colonias, en lo que se dio en llamar “el

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Tercer Mundo” y, las democracias liberales de que tanto se ufananlos capitalistas, solamente tienen existencia real en las grandesmetrópolis y países pos industrializados, hoy supuestamente alejadosde la amenaza de la revolución social, pero convertidos de manerairreversible en una especie de democracias que incorporaron elfascismo en sus realizaciones, en regímenes “demofascistas”.

El derrumbe de la Unión Soviética, debido más a su propiaincompetencia que a una presunta validez de los dogmas delcapitalismo, ha permitido que, como lo dice Eric Hobsbawn, “porahora el capitalismo y los ricos hayan dejado de estar asustados.Todo lo que hizo la democracia occidental algo digno de ser vividopara su gente -la seguridad social, el Estado benefactor, un ingresoalto y creciente para sus asalariados, y su consecuencia natural: ladisminución de la desigualdad social y de la desigualdad deoportunidades de vida- fue el resultado del miedo”. Este miedo a lospobres y a los trabajadores organizados, pareciera superado hoy ypor ello trabajan desde una pretendida unipolaridad del mundo, porrevertir la historia, no sólo para los pueblos dependientes ysubdesarrollados, sino para toda las estructuras sociales, que asumenla marginalidad y la exclusión de las grandes mayorías, comoproyecto “democrático”. Hoy se ha regresado abiertamente a lascondiciones del llamado capitalismo salvaje, reinstaurado ahora bajoel nombre de “Neoliberalismo” y apertura económica.

El llamado Estado de Bienestar, surgió históricamente a causa de laaparición y el gradual desarrollo de las luchas de los trabajadoresque obligó a la burguesía a establecer los principios mediadores, esdecir a aplicar los derechos civiles y las garantías sociales,económicas y culturales proclamados desde el triunfo de lasrevoluciones burguesas, pero sistemáticamente incumplidos. Darvigencia a las proclamadas tesis de la seguridad social: a lasreivindicaciones salariales y asistenciales, como pensiones, segurossociales, protección contra el desempleo, junto a derechos como la

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educación, la cultura, la recreación y la ampliación de los serviciospúblicos para el conjunto de los trabajadores y la ciudadanía engeneral. Cada uno de estos principios mediadores empezó aaplicarse en las postrimerías de la primera guerra mundial y, tras lasegunda guerra, tomaría cuerpo el denominado Estado del Bienestarkeynesiano, también conocido publicitariamente como el EstadoSocial de Derecho, que sería presentado como el mayor logro de lamodernidad burguesa, como una panacea que buscaría ser aplicadaen todos los rincones del mundo.

Sin embargo, de manera coincidente, Auschwitz también representala modernidad burguesa, no sólo por su estructura de fábrica demuerte científicamente organizada, que utilizó las técnicas másmodernas y eficaces, sino porque es la más clara expresión de lacontinuidad de los intereses del capitalismo. El genocidio de losjudíos, de los gitanos, de otras etnias y de los contradictorespolíticos, es también, como observa Zygmunt Bauman, un productotípico de la cultura racional burocrática burguesa, que elimina de lagestión administrativa toda interferencia moral, como lo precisaraWeber. Desde este punto de vista, es el resultado del procesocivilizador, en cuanto a la racionalización, planificación ycentralización, tanto de la violencia (supuesto monopolio estatal)como de la productividad social, que debe funcionar con laindiferencia moral, establecida como regla ética del capitalismo.Bauman analiza Auschwitz como un modelo de management, en elcual se dan todas las características de la gestión, de la organizacióndel trabajo, de la racionalización productiva y administrativa, de ladivisión gerencial y jerárquica, entre organización, planeación yejecución de las tareas de un conjunto que desemboca ya no en laproducción, sino, en la destrucción y la muerte. En definitiva, todoun cúmulo de características que definen el paradigma weberiano de

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la burocracia y de la modernidad administrativa y el paradigmafordista y taylorista de la moderna producción serial capitalista, estápresente tanto en el llamado Estado de Bienestar, como en losregímenes exterministas…

El período de ensayo del llamado “Estado de Bienestar” o EstadoSocial de Derecho, rindió sus frutos: finalmente significó lo quePedro García Olivo ha denominado “el bienestar de los Estados”,con funcionarios y burócratas comprometidos, al igual que en losdenominados “Estados totalitarios”, en que la maquinaria del poderfuncione perfectamente. Asevera García Olivo: “Al calor del EstadoSocial de Derecho ha surgido una retícula de “profesionales”,generadores a sueldo del supuesto “bienestar”, galería de“mercenarios” desencadenante de la “adición” a la proteccióninstitucional. Médicos y enfermeros, profesores y maestros, jueces yabogados, periodistas,... se acercan al individuo tal “misioneros” y“catequistas” de la nueva religión del Estado, dosificando eldespotismo y el paternalismo, la ideología del experto y losdiscursos del altruismo. Desposeen progresivamente al sujeto de sucapacidad de autogestión: autocontrol de la salud, aprendizajeautomotivado, autonomía en las relaciones con los demás,elaboración personal de la propia opinión,...”

Se trata del mismo compromiso del funcionariado, de esas“ruedecillas de la maquinaria administrativa”, reincorporados ahora,con más fuerza, a sus históricas tareas de control, vigilancia,represión y explotación, actuando como tejido conjuntivo entre elEstado y los “ciudadanos”, entre los explotados y los explotadores, yasumiendo las mismas tareas que hipócritamente el liberalismorepudió en los que denominó regímenes totalitarios, peroincorporadas ahora más sutilmente, con estrategias simbólicas, a ladefensa de la poderosa máquina estatal, en un fascismo democrático,al que ya no se le puede denominar “totalitario”.

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Así, bajo el simulacro demoliberal, sosteniendo el mismo régimende explotación, pero sacando lecciones de las crisis, de las guerras yde la propia competencia con la economía socialista, el capitalismoha logrado sobrevivir, y no sólo eso, sino, incluso cree haberderrotado al socialismo.

Las paradojas de la democracia: ¿es posible un totalitarismobenefactor?

El llamado Estado de Bienestar o Estado Social de Derecho, sepresenta publicitariamente como la más clara salida a la explotacióndesmedida, como un ejercicio de control que dignifica elcapitalismo, como la principal confrontación a los excesos“totalitarios”. El concepto de totalitarismo, introducido al lenguajepolítico, hoy hace parte del debate intelectual de una maneraincontrovertible. El totalitarismo se muestra como la salida de lasnormas y las reglas usuales y corrientes del desarrollo del modo deproducción capitalista. Esta concepción del totalitarismo estáhermanada con la muy en boga noción de “capitalismo salvaje”,con que hoy quiere indicar que existe un capitalismo algo así comohumano, civil, ordenado, organizado, incapaz de explotar porencima de las buenas relaciones con los trabajadores, embeleco enque se encuentra inserto no sólo en las propuestas demoliberales,sino en el pragmatismo supuestamente de izquierda de lossocialdemócratas y de los variados promotores de la llamadasterceras vías…

Como nos lo aclara Zizek: “Desde el momento en que uno acepta lanoción de “totalitarismo”, queda inserto firmemente en el horizontedemocrático liberal”. Define el término “totalitarismo” como unaespecie de subterfugio que nos impide pensar en compromisospolíticos radicales de confrontación a ese liberalismo, so pena de

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caer en los extremos del holocausto o los gulags, dice Zizek: “deesta forma los bellacos liberales conformistas pueden encontrar unasatisfacción hipócrita en su defensa del orden existente: saben quehay corrupción, explotación y todo lo que se quiera; pero cualquierintento de cambiar las cosas se denuncia como éticamente peligrosoe inaceptable, como una resurrección del fantasma deltotalitarismo” (Zizek Slavoj¿Quién dijo totalitarismo?. Editorial Pre-textos. España 202.

Página 14). Para ellos todo lo que se aparte de lo políticamente correcto,es decir, de esa democracia liberal que pretenden universalizar, esuna amenaza “totalitaria”.

Zizek señala irónicamente que en las sociedades preciadas comodemocrático-liberales de occidente, perviven mal disimuladas, lasmismas estructuras de explotación, direccionamiento, supervisión yvigilancia que caracterizan a los regímenes denominados“totalitarios” que impusieron una única visión del mundo a susciudadanos. Para Zizek el orden capitalista, en cualquiera de susversiones o modalidades, es culpable de la pérdida de laindividualidad y de las diferencias; culpable de la generalizadadeshumanización del mundo contemporáneo; representa el mal. Deuna manera paradójica, no sólo bajo las formas totalitarias sino, bajotodas las tesis y maneras de la civilizada democracia burguesa,porque la democracia liberal no es más que una estructura mítica,que pretende imponerse por la fuerza en los más alejados rincones,mientras pervive en los grandes centros de poder occidentales,gracias a la similitud, a la mismidad, al pensamiento único quecaracteriza a estas sociedades que se nos presentan como si nocontuvieran ningún tipo de antagonismos.

Paradoja y ambivalencia estructural que lleva a muchos -no sinrazón- a aceptar tesis como las de la anulación de todas las

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diferencias políticas entre la izquierda y la derecha. “Y,significativamente -asevera Zizek- en nuestras sociedadesoccidentales es la derecha la que dirige a lo que queda de lacorriente principal de la ‘clase obrera’ e intenta movilizarla,mientras que la ‘tolerancia’ multiculturalista se está convirtiendo enlema de las nuevas ‘clases simbólicas’ privilegiadas (periodistas,profesionales del mundo académico, directivos empresariales…)”.

Este tipo de opciones “políticas” son profundamente falsas yartificiales, pertenecen al universo del simulacro democrático, bajola sigla o el signo que se presenten o digan asumir, son algo asícomo placebos o distractores para unas masas carente por completode toda posibilidad de decisión autónoma.

Todo el espectro ideológico y político demoliberal, socialdemócratay multicultural contemporáneo, tanto en las desarrolladas ypostindustriales como en las dependientes sociedades de occidente,llámense de centro, de izquierda o de derecha, está contaminado deesa ambigüedad legitimadora del statu quo; no representan paranada la opción anticapitalista. “El principal problema político actuales, por consiguiente, cómo romper este consenso cínico”. ¿Cómodiferenciar a Dios del diablo, si todo lleva indefectiblemente laimpronta del Demonio?

El final del mesianismo

Dante Alighieri en el Canto Tercero de su Comedia, dice haber vistosobre la puerta del infierno una inscripción en letras negras que lellenó de espanto y de pavura. Escrito que concluía con esta terriblesentencia: “Renunciad para siempre a la esperanza”. “El infiernoque -según Enzo Traverso-, designaba una condición que trascendíala vida terrestre…”. Esa imagen dantesca del infierno que habitanuestra cultura desde la Antigüedad y que fuera “asumido comoreferencia paradigmática de la definición del mal”, ya se evoca

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comúnmente como símil de la deshumanización vivida bajo losregímenes fascistas, y se ha comparado el Estado nazi y sus camposde concentración y de exterminio, con un “infierno organizado”(Eugen Kogon). Pero no es sólo la condición de Auschwitz y delllamado Tercer Reich lo que puede compararse con el infierno ennuestras modernas sociedades. El infierno y la muerte estánpresentes -siempre han estado- en las diversas formaciones políticasy sociales del capitalismo, en las variadas formas de organización,política y económica de las sociedades burguesas; en la razóninstrumental que les guía; en su ciencia sin conciencia; en su éticalaboral; en su fordismo, en el taylorismo y en la pretendidaneutralidad valorativa de sus instituciones.

Después de los campos de exterminio, los programas nazis deeutanasia y las fábricas de muerte como Auschwitz; luego de lasbombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, de las purgas,masacres y hambrunas del estalinismo, del genocidio francés enArgelia, del terrorismo belga sobre el Congo, del horrornorteamericano en Viet Nam, de Pol Pot en Camboya, de loscrímenes sionista en Sabra y Chatila y las constantes masacres enPalestina, podemos entender que el “mal” se ha cotidianizado, se havuelto habitual, consuetudinario. Además, en nuestras sociedadesconsumistas las fronteras entre el bien y el mal se han perdido, bajoel imperio de la psicología de masas, la pérdida de la individualidady en general de toda autonomía, con individuos tan normales comoAdolf Eischmann -incapaces de distinguir entre el bien y el mal-pero terriblemente obedientes; después de vivir y padecer esaasiduidad del mal, tenemos que entender definitivamente que lamaldad no tiene orígenes infernales, demoniacos, sino que es algoterriblemente humano y “normal”; descubrir con Joseph Conrad queel horror es burocráticamente corriente y que “el corazón de lastinieblas” está inscrito en la propia estructura de las contemporáneassociedades y que no es posible ya la salvación, que debemosaprender a vivir sin esperanza, bajo la indeleble marca delinfierno… en la tierra.

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VIII.- La marca del diablo (A manera de epílogo)

Hemos venido examinando una serie de situaciones históricas quenos permiten, en términos generales, colegir, no sólo como loexpresa el refrán que, “de buenas intenciones está empedrado elcamino al infierno”, sino sospechar que hasta el propio Dios y susseguidores, están comprometidos con el dolor, el sufrimiento y lamiseria humanas, al verse abocados muchas veces, no sólo asuplantar al diablo, sino, incluso a solicitar constantemente su apoyopara poder cumplir sus buenas intenciones y promesas. Es más, queparece existir una total ambigüedad entre la bondad y la maldad, unapersistente duda entre el bien y el mal, hasta el punto de que ya nosabemos ni siquiera a quien rezar, y no debido a una inocenteequivocación, como la confesada por el poeta Ramón deCampoamor en sus Doloras y humoradas:

Ceguedades de la fe

Hoy recuerdo con espantoque de niño recé un díaante un busto que creíaque era la imagen de un santo.

Mas supe, cuando lleguéa la edad de la razón,que el santo ante el cual recéera un busto de Nerón.”

Sino porque toda la estructura filosófico-teológica-política deOccidente, en sus más diversas corrientes, está montada sobre laambigüedad y la ambivalencia conceptual, ya que hasta el propiosacrificio de Cristo, como nos lo revela Zizek, se realizó paraefectuar una especie de pago de rescate, por parte de Dios a Satanás,

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a fin de que nos liberara del pecado a que nos tenía sometidos.Además, la historia toda ha estado subordinada a la idea de un Diosimplacable, cuya ira permanentemente secreta deseos de venganzasobre los humanos, lo que muchas veces se ha explicadoconvenientemente por las supuestas intervenciones del demonio enla historia, mas en realidad, como lo ha explicado Cioran (EnBreviario de podredumbre), “no se mata más que en nombre de undios o de sus sucedáneos: los excesos suscitados por la diosa Razón,por la idea de nación, de clase o de raza son parientes de los de lainquisición o la Reforma. Las épocas de fervor sobresalen enhazañas sanguinarias”…

La Historia está repleta de estos sucesos: en el nombre de Dios, susrepresentantes, los Papas, o pontífices máximos de la fe católica,organizaron, por más de doscientos años campañas militares que sedenominaron “Cruzadas”, para perseguir a los musulmanes y otroscredos religiosos. La persecución y muerte de brujas y hechiceros,así como el establecimiento del Santo Tribunal de la Inquisición, serealizó durante toda la Edad Media, para preservar la fe católica enEuropa .También en nombre del catolicismo durante la conquista yla colonia de América, se emprendieron sanguinarios procesos deaculturación con el brutal exterminio de las poblaciones indígenas yestos hechos marcan los orígenes de la Modernidad. El régimen deterror que se instauró con la Revolución francesa, para tratar desuperar el Antiguo Régimen, se cumplió en nombre de la diosaRazón, Hitler y los nazis con la idea de un imperio de mil años,condujeron a millones de judíos, de gitanos y otras etnias yexpresiones culturales y políticas, a los campos de concentración yde exterminio, para preservar el liderazgo intelectual de Alemania yla pureza racial aria. Stalin estableció la psiquiatría represiva, las“purgas” a trotskistas y otros disidentes, y los gulags en nombre deun supuesto socialismo. Los gobernantes norteamericanos y de losdistintos países del llamado “mundo libre”, desarrollan suscampañas de intromisión política y sus bombardeos, presuntamentehumanitarios, para lograr la expansión de la democracia occidental y

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en defensa de los derechos humanos… En todo caso siempre loscontradictores han sido presentados como encarnación del mal ocomo enemigos de la fe y de la unidad colectiva (enemigos de Dios,de la fe, de la patria, de la nación, de la raza, de la clase, delprogreso, de la democracia…) y es por ello mismo que tienen queser perseguidos y aniquilados. Cioran dice, además, que “inclusocuando se aleja de la religión, el hombre permanece sujeto a ella”.

Con las persecuciones, los asesinatos selectivos y con los másvariados rituales de exterminio, se busca afirmar la identidad delgrupo pretendidamente selecto, del “pueblo escogido”; laconfrontación con los otros tiene el carácter de “cruzada”, de“misión”; se trata de atraerlos, ganarlos, convencerlos de “laverdad”. Quienes se aparten de ella, las minorías, son responsablesdel mal, a ellos se les imputa entonces la culpa y el pecado,justificándose así, en forma paranoica, su sistemática eliminacióncomo un acto de limpieza social. Las incontables masacres quecolman nuestra reciente historia, con toda la vesania que lascaracteriza, con el derroche de torturas a las víctimas, la vejación delos cadáveres y las más variadas mutilaciones (aplicadas por parte delos “bandidos”, o por parte de los ‘soldados de la patria”)constituyen una especie de rituales de muerte que estánemparentados con los rituales religiosos. Pero estos rituales desacrificio que se presentan como excepcionalidades, o desviacionesde la regla, son a la vez antirrituales, que parecieran oponerse, peroque, por el contrario, complementan los rituales tradicionalmenteestablecidos. Rituales que invierten y hasta se burlan de otrosrituales, pero que, incluso a nivel de los imaginarios colectivos y lasmentalidades populares, son oficializados, sancionados y legalizadospor una iglesia, un partido o una doctrina: el catolicismo, elfascismo, el comunismo, la democracia liberal ¿qué más da? Sonrituales que se apoyan en corrientes oficiales de pensamiento o enaquellas que pugnan por llegar a serlo.

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En la perpetración de las matanzas y los genocidios subyacensiempre motivaciones de carácter religioso o similares. Las políticasde exterminio de las minorías obedecen a una especie deidealización y delirio cultural. Como lo expuso María Victoria Uribeen su libro Matar, rematar y contramatar (CINEP, 1990.) al analizaralgunas de las características culturales de los bandoleros de lallamada época de la violencia, que desde mediados del siglo XX seestableció en Colombia, anota que la mayoría de los cuadrilleros obandoleros, eran supersticiosos y creían en agüeros. Para protegerse,llevaban en sus bolsillos estampas de la Virgen del Carmen, delCristo Milagroso de Buga, escapularios y varias medallas en elcuello y en los tobillos y, algunos de ellos, tatuajes de imágenesvotivas o consideradas sacras. Muchos de estos delincuentes, comolos sicarios de hoy, confían plenamente, no solo en las cualidadesmágicas y milagrosas de dichos artificios sino que, además,encomiendan sus acciones criminales a la protección de Dios, de lossantos y la Virgen; creen que este amparo sobrenatural les haceinvulnerables o invisibles a sus enemigos, les impide caer enemboscadas o les aleja de la muerte.

La situación de dependencia de estos apoyos demoniacos o divinos,no es característica de algunos sectores considerados marginales odesasimilados, pues se encuentra vigente en las estructuras mismasde las sociedades establecidas, caracteriza también a los líderes,caudillos, a las jerarquías, a las élites, o los grupos que ejercen lahegemonía social, política y cultural de una sociedad. Así, enColombia también, el ahora canonizado santo, fray Ezequiel MorenoDíaz (1848-1906), llego incluso a proponer a la feligresía católica, elodio, la persecución y hasta la aniquilación de todos aquellos quedefendieran ideas contrarias a esta religión oficial. Como lo exponeMalcom Deas: “Ezequiel Moreno formó parte de ese contingente dereligiosos y religiosas traídos del exterior por la Regeneración,muchos de ellos con convicciones políticas formadas en los agudosconflictos entre la Iglesia y los estados europeos. Se hizo amigo deMiguel Antonio Caro, y de las damas de su familia: "Director

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espiritual y confesor de muchas damas del alto rango"… Resumióen sus "Ultimas disposiciones" su pobreza y su credo: "No hagotestamento, porque soy religioso y nada tengo [...] Confieso, una vezmás, que el liberalismo es pecado, enemigo fatal de la Iglesia yreinado de Jesucristo y ruina de los pueblos y naciones; y queriendoenseñar esto, aun después de muerto, deseo que en el salón donde seexpone mi cadáver, y aun en el templo durante las exequias, seponga a la vista de todos un cartel grande que diga: 'El liberalismoes pecado'".

Esa fusión Dios-diablo, de muy amplia aceptación, se expresa porejemplo en las bombas arrojadas por los aviones de combate de losdistintos ejércitos, que llevan cruces pintadas o que vanencomendadas a potencias celestiales; en la constante bendición dearmas que efectúan los prelados de todas las doctrinas religiosas; enlas, para nada sagradas cuentas bancarias del Vaticano, o en elquehacer político-militar de personajes como el insignificanteGeorge W. Busch, que asumió su delirante guerra contra los pueblosdel mundo, como si se tratara de una nueva cruzada; unaconfrontación al Eje del Mal, que representan los países no afines ala ideología norteamericana; los bombardeos humanitarios… osimplemente en el acto ritual de los sicarios pidiéndole a Dios, o alos santos para que no les falle la puntería, o que intercedan para quesus acto criminales salgan bien hechos…etc., etc...

Queriendo ratificar el aserto de que el diablo ha estado y estará entodas partes, -como el mismísimo Dios-, que no es simplemente unmito, sino una incontrovertible realidad, y que se encuentra detrástanto de las cosas malas y terribles, como de aquellas reputadas debuenas, amables o beneficiosas (como el llamado “Estado deBienestar”), en fin, que todo, desde la más terrible cotidianidad,lleva indefectiblemente la marca de Satán, su irreparable impronta,así en el plano de la conciencia individual, como en todo quehacerhistórico-social; bien vale la pena, para tratar de comprenderlo yconcluir, recabar sobre ese diálogo que Charles Baudelaire , en el

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poema en prosa El jugador generoso contenido en El spleen deParís, dijo sostener con un ser misterioso -un demonio- que seencontró en medio de la multitud de un boulevard y acompañándoledescendieron a una morada subterránea deslumbradora, habitada porseres humanos “de fatal belleza” y allí, con este demonio a quien levendió el alma, “conversamos también del universo, de su creacióny destrucción futura; de la gran idea del siglo, es decir del progreso yde la perfectibilidad y, en general de todas las formas de infatuaciónhumana (…) me explicó el absurdo de las diferentes filosofías quese han posesionado hasta el presente del cerebro humano (…) No sequejó en manera alguna de la mala reputación de que goza por todoel mundo, me aseguró que él mismo era la persona más interesadaen la destrucción de la superstición y me confesó que sólo habíatemido, con respecto a su propio poder, una única vez, el día queoyó a un predicador, más sutil que sus colegas, decir desde elpúlpito: ‘Mis queridos hermanos no olvidéis jamás, cuandoescuchéis alabar el progreso de las luces que la más hermosa de lasastucias del diablo ¡es la de persuadirnos de que no existe!.

Confiesa, además, este célebre demonio, que no desdeñaba “inspirarla pluma, la palabra y la conciencia de los pedagogos, y que asistíacasi siempre en persona, aunque invisible, a todas las sesionesacadémicas…”. Ante el sinnúmero de promesas de riqueza y deprogreso que le ofrece el diablo, el poeta termina exclamando:“¡Dios mío! ¡Señor Dios mío! ¡Haced que el diablo me cumpla supalabra!”

Quizá después de conocer todo esto, y entender que es imposiblesuperar nuestra “larga miseria”; prescindir totalmente de la maldadhumana, volvamos, arrepentidos, a implorar de nuevo a Satán y atodas sus fuerzas infernales, la necesaria resurrección, la renovaciónde la muerta esperanza, esa hija bastarda del miedo y de la muerte.¡Ayúdanos Satán: “Tú que, vencido, siempre te yergues másrobusto”!… AMEN

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