no. 58 nuevos paradigmas

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21 de julio de 2012 • Número 58 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

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Revitalizar la agricultura sin recuperar para el campo a los campesinos es tarea imposible. Y en México los jóvenes rurales se van, se alejan física y espiritualmente de un agro inhóspito y desesperanzado. La problemática rústica se aborda hoy a partir de renovados paradigmas. La preservación del medioambiente y las prácticas agroecológicas se han vuelto insoslayables, el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria son asuntos centrales, se reivindica el usufructo por parte de las comunidades no sólo de la tierra sino de todos los recursos naturales incluyendo los del subsuelo, los pueblos originarios demandan el autogobierno de sus territorios, se exige el reconocimiento a los ámbitos y soportes de la religiosidad y la cultura tradicionales, las mujeres rurales han roto el silencio y exigen equidad de género…

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Page 1: NO. 58 NUEVOS PARADIGMAS

21 de julio de 2012 • Número 58

Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver

Suplemento informativo de La Jornada

Page 2: NO. 58 NUEVOS PARADIGMAS

21 de julio de 20122

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Me-dios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300.Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo número 04-2008-121817381700-107.

Suplemento informativo de La Jornada 21 de julio de 2012 • Número 58 • Año V

VIVIR ENEL CAMPO

Nosotros, de la patria en los linderos, adiós decimos a sus dulces campos,

nosotros de la patria fugitivos…

Virgilio. Bucólicas

Revitalizar la agricultura sin recupe-rar para el campo a los campesinos es tarea imposible. Y en México los jóvenes rurales se van, se alejan fí-

sica y espiritualmente de un agro inhóspito y desesperanzado.

La problemática rústica se aborda hoy a partir de renovados paradigmas. La pre-servación del medioambiente y las prácticas agroecológicas se han vuelto insoslayables, el derecho a la alimentación y la soberanía ali-mentaria son asuntos centrales, se reivindica el usufructo por parte de las comunidades no sólo de la tierra sino de todos los recursos na-turales incluyendo los del subsuelo, los pue-blos originarios demandan el autogobierno de sus territorios, se exige el reconocimiento a los ámbitos y soportes de la religiosidad y la cultura tradicionales, las mujeres rurales han roto el silencio y exigen equidad de género… Y nada de esto es renunciable. Sin embargo en la plausible renovación de enfoques, los viejos paradigmas del desarrollo rural integral que incluían, entre otras cosas, el derecho de los campesinos a servicios sociales adecuados y la preocupación por calidad de la vida en el agro, han quedado en un segundo plano.

Sin duda un medioambiente sano, el abasto adecuado de alimentos de calidad, el control de los propios recursos, el autogobierno, el respeto y fomento a la cultura tradicional y los derechos de género son parte insoslayable de la vida buena. Pero hay que tener presen-te que en el campo las carencias incluyen lo más básico. Así, entre las 11 demandas por las que los indios chiapanecos se alzaron en ar-mas en 1994 estaban techo, salud y educación, y una de las virtudes que hacen de la Coope-rativa Tosepan Titataniske una organización emblemática es que se ha preocupado por mejorar los caminos y que atiende problemas de abasto, de salud, de educación, de ahorro ypréstamo, de vivienda, de cultura, de acceso a los medios de comunicación…

Salvo para los urbanos que se mudan a ám-bitos campestres pero conservando la ma-yor parte de los servicios de que gozan en la ciudad, vivir en el campo es estar en abis-mal desventaja. Y cuando el agro se deterio-ra –como hoy sucede en México– puede ser una maldición.

En todos los órdenes históricos de carácter ur-bano, la ciudad prosperó a costa del campo, y en sociedades industriales, como el capitalis-mo, la desigualdad se extrema pues además adopta la forma de subordinación y saqueo de las periferias más o menos rústicas por los centros metropolitanos.

*

Publio Virgilio Marón disfrutaba de una mo-desta vida campesina en la rural Andes, cerca de Mantua, hasta que al fin de una de las gue-rras intestinas en que se enfrascaba Octavio Augusto, sus tierras fueron entregadas como recompensa a alguno de los soldados del ejército vencedor. El joven Virgilio reclamó, pero, como tantos otros reclamantes, nunca logró que se revirtiera el hecho consumado. Tuvo entonces que migrar a Roma, donde gracias al patrocinio de Mecenas obtuvo re-conocimiento por su poesía.

En sus primeras Églogas, escritas a los 28 años y agrupadas bajo el título de Bucólicas, el mantuano documenta el desgarramiento de los campesinos de todos los tiempos y de todos los lugares, a los que empujan a migrar circunstancias adversas. Expulsión del cam-po originada por expropiaciones territoriales como la que lo obliga a él a dejar Andes, o en apreturas socioeconómicas como las que el poeta también documenta.

Pues lo he de confesar con Galatea¿cómo emprender en libertarme?¿o cómo acopiar un peculio?Mis rediles tantas víctimas dieron, tanto queso llevé jugoso a la ciudad ingrata, y volver de ella con la bolsa llena nunca pude lograr.

Aún no comenzaba la era cristiana y ya los pequeños agricultores denunciaban el in-tercambio desigual con los centros urbanos y la ingratitud de los citadinos para con los rústicos que los alimentan. Y también hay coraje campesino por la violenta desposesión –no a manos de una minera canadiense o de un agronegocio, sino de un sardo romano– de un patrimonio familiar laboriosamente acrecentado.

¡Cómo! ¡En manosde un impío soldado estas parcelaslabradas con primor!... ¡Que de esas mieses,un bárbaro se adueñe!... ¡Ay, eso rinde, míseros ciudadanos, la discordia!¡Para esa gente haber sembrado! (…)

Adelante, cabritas, se acabaronmis cantos para siempre; ya conmigo nunca más pasareis la flor del trébolni el amargo sabroso de los sauces.

A Virgilio después de todo le fue bien en Roma. Pero irse duele y los versos más llega-dores de sus Églogas, son los que dedica a los migrantes que se despiden

Tendido al pie de tu aya de ancha sombra,tú, Títiro, en el leve caramilloensayas tus tonadas campesinas.Nosotros, de la patria en los linderos,adiós decimos a tus dulces campos,nosotros de la patria fugitivostu, tendido a la sombra, al eco enseñas,oh Títiro, a que el bosque te repita:¡Amarilis hermosa!

Hoy los campesinos mexicanos se van a la ciudad, a los campos del noroeste, a Estados

Unidos o al remoto Canadá. En los tiempos de Virgilio se iban a África, Escitia –en lo que hoy es Rusia– o Britania.

Lo que es nosotros, de aquí vamos, unosal África sedienta, otros a Escitiajunto al Oaxes que la greda enturbia, o hasta el confín del mundo, a los Britanos.¡Ay! ¿Qué esperanza queda de que un díavuelva al fin a la patria?... ¿Qué divise de mi casa el empajado techo,un reino para mí, y encuentre atónitounas pocas espigas?

*Si queremos un agro donde se preserve a la naturaleza, si queremos seguridad y soberanía alimentaria, si queremos mantener vivos los saberes tradicionales y las raíces culturales, si queremos pueblos originarios autogestionan-do sus territorios… más valdría que fuéramos reduciendo las abismales diferencias entre el campo y la ciudad en lo tocante al acceso a los servicios, pues de otro modo pronto no habrá quien cuide el medio ambiente, cultive la comida, desarrolle la cultura y preserve la indianidad.

Dice el Plan de Ayala para el Siglo XXI, formulado por un centenar de organizaciones campesinas, y firmado en abril de 2012 por Andrés Manuel López Obrador:

Los habitantes del medio rural no somos ciuda-danos de segunda y no hay razón para que ten-gamos caminos, viviendas, escuelas, clínicas, servicios culturales y diversiones de segunda. Es obligación del gobierno utilizar los recur-sos fiscales que generamos todos los mexicanos en extender y mejorar los servicios destinados a la población rural. Habitar en pueblos pe-queños o medianos puede ser mejor que haci-narse en las inhóspitas barriadas periféricas de unas cuantas grandes ciudades, pero no lo es cuando por vivir en el campo no se tiene ac-ceso a la vivienda digna, al agua potable, a la educación de calidad, a las buenas vías de comunicación, a la salud y seguridad social, a la conectividad digital, a la cultura.

Los hombres y mujeres rurales no quieren que se les trate como pobres sino que se les vea como ciudadanos con derechos y como pro-ductores, tanto de cosechas agrícolas como de bienes ambientales, sociales y culturales. Pero no se incorporará a los pequeños y medianos cultivadores al desarrollo agropecuario si no hay desarrollo rural integral, si no se procura aquí y ahora mayor bienestar para las familias campesinas. Y esto significa darle prioridad al campo no sólo en el fomento productivo sino, primero y ante todo, en los rubros relaciona-dos con los servicios a la población: agua po-table, caminos, comunicaciones, educación, salud, vivienda, cultura…

Sin bienestar rural ya, y sin expectativas creí-bles de prosperidad para las familias, los jóve-nes rurales seguirán desertando, y la fórmula “soberanía alimentaria con campesinos” se volverá una consigna hueca.

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COMITÉ EDITORIAL

Armando Bartra Coordinador

Luciano Concheiro Subcoordinador

Enrique Pérez S.Lourdes E. RudiñoHernán García Crespo

CONSEJO EDITORIAL

Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Yolanda Massieu Trigo, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

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Page 3: NO. 58 NUEVOS PARADIGMAS

LO QUE VA DE ATENCO 2006 A ATENCO 2012

En las calles y en la red los jóvenes se agi-tan en un movimiento antiautoritario dis-parado por el tema de San Salvador Atenco. Hace seis años la violencia en esa comu-nidad le quitó votos a la izquierda, hoy el recuerdo de aquella represión le quitó vo-tos a la derecha. Y es que el tiempo ubica los hechos en su justa perspectiva y lo que entonces fue presentado por las televisoras como saldo nefasto del radicalismo social

se ha transformado en emblema de la bru-talidad hecha gobierno.

En mayo de 2006, a siete semanas de los co-micios por la Presidencia de la República, un problema menor con floristas de Texcoco, apoyados por el Frente de Pueblos en De-fensa de la Tierra, fue escalado por el gober-nador Peña Nieto y el presidente Felipe Cal-derón, quienes desataron una desmesurada agresión contra los habitantes de Atenco. Las sangrientas imágenes, multiplicadas por las televisoras, generaron un clima de violencia e incertidumbre sin duda adverso al candi-dato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, de por sí acusado de promover el odio social y ser un “peligro para México”.

Así como en 1994, año del alzamiento arma-do del EZLN, el entonces candidato Ernesto Zedillo llamaba a sufragar “por la paz” para restarle votos a Cuauhtémoc Cárdenas, en 2006 el PAN y el PRI emplearon las imá-genes de choque de Atenco para restárselos a López Obrador. Pero en mayo de 2012,

también a siete semanas de los comicios, el cinismo con que el candidato priista respon-dió a los cuestionamientos de los estudiantes de la Universidad Iberoamericana sobre la represión de 2006 puso en marcha un movi-miento juvenil contra Peña Nieto y quienes buscan imponerlo.

#YoSoy132 le quitó votos a Peña Nieto y se los dio a López Obrador, aunque no suficientes para contrarrestar los millones de sufragios chatarra que el PRI forzó, compró o indujo. Pero cientos de miles de jóvenes movilizados en la capital y en todo el país están elevando enormemente el costo político del fraude.

E L “ B O N O D E M O G R Á F I C O ” A T A C A D E N U E V OCon dieciséis años no puedes

ser formal. ¡Una tarde, te asqueas de jarra y limonada,

de los cafés ruidosos con lustros deslumbrantes!

ARTHUR RIMBAUD

Co

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DEL TUIT AL GRITO

Semejante a las insurgencias de Túnez y Egipto, pero hasta ahora apostando por ha-cer transitable la vía electoral, más amplio y popular que las acciones de los indignadosespañoles y los ocupa estadounidenses, y con una agenda mayor que la de los estudiantes chilenos el 132 pone a México en el mapa de la joven rebeldía mundial.

Al desplegarse, los grandes movimientos es-calan lo que antes era local y visibilizan lo que se hallaba oculto. En realidad, los jóve-nes estudiantes participaban en la vida pú-blica desde hace rato: eran la parte más fes-tiva de las manifestaciones del Movimiento

Regeneración Nacional (Morena) y algunos asistían a foros universitarios sobre el nuevo proyecto de país que propone la izquierda, pero es verdad que la mayoría se mantenía al margen.

La situación cambió en mayo cuando los estudiantes se alzaron contra la impúdica imposición del Frankenstein de Televisa. Pero el problema de fondo es que la presente es una generación perdida: ocho millones de jóvenes no estudian ni tienen empleo y quienes consigan chamba enfrentarán una situación precaria pues, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), “el desempleo juvenil es el primero en aumentar en épocas de crisis, y el último en disminuir en fases de crecimiento”.

Los estudiantes ya estaban ahí, en el ciberes-pacio, agazapados en las redes sociales don-de conviven. Y siguen en la web. Pero ahora también están en las calles, que transforma-ron en un carnaval contestatario lleno de humor y de ira. Desde junio la nación habla por boca de sus jóvenes. Y habla bien:

•La vida empieza después de los comerciales

•Sesenta años durmiendo, doce años soñando.

Yo ya desperté. ¿Y tú?•Libro mata copete.

•No vine por mi torta, vine por mis huevos.

•El que lee poco, dispara mucho.

•Es mi primera vez y votaré por el pez.

•El poder está en nuestras manos, no perdamos

la oportunidad de cambiar la historia.

Si “el sistema” es todo lo que nos jode, las actuales movilizaciones juveniles son an-tisistémicas. Y tienen una espontaneidad y una frescura infrecuentes. A fuerza de pho-toshop y plotter, las marchas son fiestas de la imaginación y cada manifestante llevaba su propio mensaje. Batucada, aquelarre, carna-val contestatario en el que no faltaron con-signas tan políticamente incorrectas como el “¡Peña puto!, ¡Peña puto!” que coreaban alborozadas un puñado de chavitas que hace

no demasiados años debían gritar “¡moco, pito, caca!”, con idéntico ánimo transgresor.

Después de un mutis histórico de casi medio si-glo, los estudiantes están de nuevo en las calles reivindicando la democracia. “Esta marcha es más grande que las del 68 ¿verdad?”, pregunta esperanzado un manifestante adolescente a su acompañante canoso. Claro que es más grande, y más alegre, y más creativa… Por fin esta gene-ración se libró del estribillo con que las anteriores fueron atosigadas por padres y abuelos: “Porque los estudiantes del 68…”. Pase lo que pase en las próximas semanas este es el 68 del tercer mile-nio. Los del viejo 68 ya podemos morir en paz.

En una manta portada por estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, leo el men-saje que los jóvenes del 2012 nos envían a los jóvenes del 1968:

“Somos nietos de los que no pudieron matar, hijos de los que no pudieron callar y alum-nos de los que no pudieron comprar”.

(Armando Bartra)

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21 de julio de 20124

Informe de Rimisp

POLÍTICAS RURALES CONTRIBUYEN A LA DESIGUALDAD ENTRE REGIONES

Las políticas agropecuaria y rural vigentes en México –puestas en marcha a partir de los años 90s– carecen

de un enfoque territorial; implican una alta concentración de apoyos productivos en los estados del norte, y han tenido como principal efecto negativo el incremento de la des-igualdad en el ingreso de las fami-lias y también en indicadores bási-cos como educación y salud, afirma el Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad, elaborado por Rimisp-Centro Latinoamerica-no para el Desarrollo Rural.

De acuerdo con el documento de Rimisp, “los efectos específicos de las políticas públicas sobre el ingreso han dado lugar a situacio-nes muy discordantes: mientras el PIB per cápita medio de los diez municipios más ricos de México es de 32 mil 719 dólares, el de los municipios más pobres es de sólo 603, y la escolaridad media de la población en edad laboral (de 15 a 64 años) varía desde 14 años en la delegación Benito Juárez, del Distrito Federal, hasta 2.3 años en Cochoapan, Guerrero”.

Además, con una tasa de analfabe-tismo de 6.8 por ciento promedio nacional y 13.9 municipal, las dife-rencias territoriales son importan-tes: la tasa urbana de analfabetis-mo es de 4.3 por ciento; la rural de 15.6 por ciento, y a nivel de munici-pios, 41 registran menos de dos por ciento, pero hay 38 con una tasa mayor a 40 por ciento.

Y resalta un dato definitivo: cerca de 60 por ciento de los pobres extre-mos del país radican en localidades rurales y la tendencia se mantiene invariable desde hace dos décadas.

El Informe subraya que las brechas existentes entre municipios y loca-lidades del país son comparables a las que se observan entre los países más pobres y los más ricos del mun-do. “Igual que en el resto de Amé-rica Latina, en México existen mu-nicipios que podrían perfectamente ser parte de cualquier país de Europa y al mismo tiempo hay otros que po-drían corresponder a Burkina Faso”, dijo Julio Berdegué, investigador de Rimisp, en la presentación del Infor-me, la cual ocurrió en la Ciudad de México, a fines de abril pasado.

Editado en un libro, el reporte cuenta con indicadores para cada uno los alrededor de nueve mil municipios de diez países –Méxi-co, El Salvador, Brasil, Nicaragua, Bolivia, Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú y Chile– con una base de cifras oficiales de encues-tas, censos y otros documentos, que abarcan las dimensiones edu-cación, salud, dinamismo econó-mico y empleo, ingreso y pobreza, seguridad ciudadana y género. Todo esto, disponible en la pági-na www.informelatinoamericano.org, ofrece la posibilidad de hacer gráficas y cuadros comparativos a nivel interno de cada país.

Según el documento, en el pasa-do, en México y en muchos otros países la desigualdad del ingreso rural había sido menor a la urba-na. “Sin embargo, en la última década se observa que mientras la desigualdad del ingreso nacional y urbano se ha reducido, la desigual-dad rural tiende al alza”, y no sólo persisten desigualdades extremas entre los municipios del país en el ingreso de las familias, sino tam-bién en los indicadores básicos de educación y salud, “lo cual llama

la atención debido a que estos ám-bitos son precisamente objeto de los principales programas de desa-rrollo social”.

Afirma que el gasto público agro-pecuario en México presenta un doble desperdicio de recursos, uno de tipo distributivo y otro econó-mico, pues los apoyos productivos dejan fuera a las poblaciones que mayor uso podrían hacer de ellos por las restricciones que enfren-tan, y se concentran en produc-tores que por su escala, riqueza y cercanía física a los mercados, po-drían prescindir de ellos sin arries-gar su capacidad productiva.

Precisa que las políticas rurales que se aplican desde los 90s se ca-racterizan por su dualidad: por un lado implican programas de gasto social innovadores focalizados en los más pobres, y por otro, apoyos agrícolas que no son accesibles para los productores más pobres, pues se concentran en los estados con mayor producción agrícola.

“Los mayores gastos en programas de desarrollo rural los concentran Sinaloa, Tamaulipas, Sonora, Ja-lisco y Chihuahua, los estados más ricos del país. Los mayores gastos de Procampo y de los programas de atención de problemas estruc-turales tienen como beneficiarios a esos mismos estados”. Aunque estos estados representan una proporción pequeña del empleo rural, pues son principalmente productores de granos en grandes extensiones, con alta intensidad de capital más que de mano de obra, la concentración de los subsidios es justificada por el gobierno con la idea de que así se incide en favor del empleo y de la economía secto-

rial. Los estados pobres son los que generan más empleo agrícola y sin embargo son menospreciados en la entrega de estos subsidios.

El Informe reconoce que las des-igualdades vienen del pasado, pero hoy prevalecen. Indica que a pesar del importante proceso redistribu-tivo realizado desde la Revolución de 1910 hasta principios de los 90s –con la entrega de más de cien millones de hectáreas, esto es la mitad de la tierra agrícola del país, a 3.8 millones de productores–, en el campo prevalecen extremas des-igualdades territoriales entre los estados del norte y del sur y entre los productores de subsistencia y los comerciales.

Ello, debido a que los apoyos e inversiones se han concentrado mayoritariamente desde el princi-pio en los grandes productores co-merciales del norte, lo que provocó que los ejidatarios minifundistas y lo campesinos de subsistencia en el centro y sur quedaran compara-tivamente relegados.

El Procampo, Alianza para el Campo, Programa de Empleo Temporal, Fondo de Aportaciones para Infraestructura Social (FAIS) y Oportunidades (antes Progresa) son analizados en el Informe, en sus efectos progresivos o regresivos.

El documento señala que no se puede inferir que la mayor des-igualdad rural se sea directamente atribuible a los programas, pero es un hecho que a pesar del aumento del gasto público dirigido al sector rural (del orden de 240 por ciento en la década reciente), prevalecen las desigualdades territoriales extremas. Asimismo, si bien el gasto social en programas como Oportunidades es congruente con la distribución rural de la pobreza, por otro lado el gasto en bienes públicos y apoyos directos a los agroproductores sigue muy de cerca a la distribución del Producto Interno Bruto Agrícola (PIBA) que no está correlacionada en absoluto con la pobreza.

“Los efectos específicos de las políticas públicas sobre el ingreso han dado lugar a situaciones tan discordantes como las siguientes: mientras el PIB per cápita medio de los diez municipios más ricos de México es de 32 mil 719 dólares, el de los municipios más pobres es de sólo 63. En educación, la escolari-

dad media de la población en edad laboral (de 15 a 64 años) variaba desde 14 años en la delegación Be-nito Juárez, del DF, hasta 2.3 años en Cochoapan, Guerrero). Y el ses-go étnico es relevante. La pobla-ción indígena concentrada en los municipios rezagados representa seis veces más que la existente en municipios con brechas positivas”, señala el reporte de Rimisp, centro cuya sede es Santiago, Chile.

La revisión que hace el Informe de las políticas rurales de México se da en un contexto de análisis de políticas sectoriales de otros países (la educa-cional en Chile y el programa Bono de Desarrollo Humano en Ecuador), y llega a varias conclusiones:

“Las políticas sectoriales no son neutras ante la desigualdad te-rritorial, pues una misma políti-ca puede contribuir al desarrollo de un territorio, no tener mucho impacto en otro y afectar negati-vamente a un tercero (…) las po-líticas diseñadas con propósitos sectoriales pueden tener resultados agregados positivos, pero cuando se analizan de forma desagregada, se revelan importantes desigualdades en sus resultados e impactos (…)”.

Asimismo, y en particular respecto de la política sectorial rural de Mé-xico, concluye, “la ausencia de una planificación y evaluación que con-sidere la incidencia territorial del conjunto de programas de desarro-llo rural resulta contraproducente (…) No existe una distribución del gasto público adecuada en relación con la distribución de la necesida-des y activos de la población y los productores agrícolas y su evolu-ción con el tiempo (…) El hecho e que existan brechas económicas y sociales amplias entre el sector rural y urbano, pero también al in-terior del sector rural, entre estados, municipios y localidades, da cuenta de patrones diferenciados de desa-rrollo económico que no han sido corregidos y en algunos casos han sido profundizados por la inciden-cia territorial diferencial de los pro-gramas de desarrollo en cuestión”.

Otras conclusiones son: A) La concentración que se observa en los programas de desarrollo ha contribuido a limitar el proceso redistributivo y, de este modo, a profundizar la dualidad del campo en México. B) Asumir un enfoque territorial (hoy ausente) en la asig-nación de recursos para el campo podría permitir tener un control más efectivo de la incidencia de las políticas públicas en el nivel re-gional. C) De no modificarse este modelo de política pública, el im-pacto diferencial determinado por la unidad territorial, se hallará vin-culado a una lógica de reproduc-ción de la pobreza sostenida por las propias deficiencias de política pública en cuestión (LER).

Para mayor información, ver www.informelatinoamericano.org

“Igual que en el resto de

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Los datos duros

LA RECONFIGURACIÓN DEL MEDIO RURALJosé Antonio Mendoza Zazueta • Secretario técnico del Proyecto Conocimiento y Cambio en Pobreza Rural y Desarrollo, capítulo México • Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural

En las décadas recientes el medio rural se ha modificado de forma importante, y nuevos

colectivos sociales, como el de los sin tierra o las mujeres cabezas de hogar, rompen las viejas concep-ciones que teníamos al mirar este ámbito como un espacio de cam-pesinos pobres cada uno con un pedazo de tierra. La realidad rural se ha hecho cada vez más comple-

ja y desgraciadamente la pobreza rural prevalece y se agudiza.

He aquí varios datos, tomados del trabajo de análisis que ha realizado el Proyecto Conocimiento y Cam-bio en Pobreza Rural y Desarrollo en México, y que evidencian que los retos de políticas públicas y nuevos paradigmas para el campo no son pequeños:

• Hay un alto número de pobladores rurales sin tierra. De los 3.4 millo-nes de familias rurales beneficiarias de Oportunidades, 61.5 por ciento carece de tierra, y el restante 38.5 que si tiene (propia o en usufructo) sólo cuenta en promedio con 2.9 hectáreas, en su gran mayoría de temporal (dependiente de la lluvia).

• Se agudiza el minifundio. Entre 1990 y 2007 el número de unida-

des de producción rural se incre-mentó en 26 por ciento mientras que la superficie involucrada sólo creció en 4.1 por ciento. En prome-dio los predios de propiedad social bajaron de 9.12 a 7.5 hectáreas en el periodo, pero esta cifra conside-ra tierra en áreas de semidesierto; en realidad las explotaciones agrí-colas, productivas, del sector social son menores a dos hectáreas en su gran mayoría. Los propietarios pri-vados también son minifundistas; por lo menos el 70 por ciento tiene predios de dos o menos hectáreas.

• Hay una alta dependencia de subsidios públicos. Los ingresos por concepto de trabajo independiente agrícola y no agrícola en localidades menores a dos mil 500 habitantes representan 17.8 por ciento del to-tal, mientras que las transferencias, publicas en su mayoría, alcanzan el 21.7 por ciento del ingreso. Para el caso de la población del primer decil de ingresos, donde se ubica la mayor parte de la población rural, los porcentajes son 16.5 y 40.3.

• A mayor ruralidad (esto es, a menor cantidad de población por localidad), hay mayor pobreza ex-trema y mayor dependencia del empleo agrícola y de los programas asistenciales.

• Si bien la transacción formal de tierras –prevista e incluso temi-da con los cambios al artículo 27 constitucional de 1992– ha sido mínima, de 2.9 por ciento de los 105 millones de hectáreas ejidales y comunales, hay un alto rentismo en las zonas agrícolas comerciales, de alrededor de 50 por ciento.

• Mientras en la segunda década del siglo pasado la participación el empleo agrícola en el total re-basaba el 70 por ciento, en 2010 se redujo a 13.4.

• Hay un número creciente de mu-jeres titulares de derechos agrarios, un millón 163 mil 753, según el más reciente Censo Ejidal, de las cua-les 833 mil 805 son ejidatarias y el resto posesionarias. También crece el número de hogares rurales con jefatura femenina; en estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, uno de cada cuatro hogares rurales re-gistra esta condición; allí también se observa promedios de edad menores y tasas de dependencia total (infan-til y vejez) mayores que la nacional.

• Se observa un marcado envejeci-miento de los titulares de derechos agrarios y productores privados minifundistas, con una edad pro-medio de 55 años. Un hecho im-portante es que 40 por ciento de los mayores de 65 años se reportaron como productores activos. En con-secuencia, no existe el relevo gene-racional en la magnitud requerida, lo cual refleja un arraigo explicable en la falta de un sistema de seguri-dad social que la dé seguridad de vida a los adultos mayores y puedan dejar la tierra en manos jóvenes.

• Hay una tasa de participación de las mujeres en edad de trabajar que va en aumento. En localidades me-nores a dos mil 500 habitante ya alcanza el 17.7 por ciento, lo cual es todavía mucho menor que en locali-dades mayores a 100 mil habitantes, donde el indicador asciende al 41.1 pero con una tendencia creciente.

Coefi cientes de Gini del ingreso total per cápita: 1994-2010

Fuente: Basado en ENIGH.

En el gráfi co se ilustran las tendencias experimentadas en el ingreso nacional, el ingreso urbano y el ingreso rural total per cápita. El instrumento estadístico utilizado es el Coefi ciente de Gini. Se aprecia cómo el ingreso nacional y el ingreso urbano total per cápita experimentan una tendencia a la baja; de un coefi ciente de 0.54 a uno de 0.51 y de un coefi ciente de 0.53 a uno de 0.49, respectivamente. Por el contrario, en el caso del ingreso rural total per cápita se observa una tendencia al alza desde un coefi ciente de 0.46 a uno de 0.48, indicativo de un incremento de la desigualdad.

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SUSTITUCIÓN DE ENERGÉTICOS FÓSILES POR AGROCOMBUSTIBLES, UN NUEVO PROBLEMA ALIMENTARIO

Entre los elementos que productores y especialis-tas del agro señalan como causantes de la volatilidad

de los precios agrícolas y de su enca-recimiento a partir de 2006-07 está el uso de materias primas para ela-borar agrocombustibles, fundamen-talmente biodiesel y etanol.

Para México, lo más sensible resul-ta el uso de maíz para etanol.

De acuerdo con el informe Agro-combustibles: fogoneros del ham-bre: Cómo las políticas de Estados Unidos para el etanol de maíz au-mentan el precio de los alimentos en México, de Action Aid, desde 2000, el volumen de maíz que se utiliza en la producción de etanol en Estados Unidos ha crecido ace-leradamente: pasó de representar cinco por ciento del total de la pro-ducción a 40 por ciento hoy día. La Unión Americana tendrá este año una cosecha de maíz estimada en 350 millones de toneladas, lo que significa que 140 millones serán para convertirlo en etanol.

Las cifras se comparan con alre-dedor de 950 millones de produc-ción estimada de maíz para todo el mundo este año y 21 millones de toneladas de México.

El documento señala que la canti-dad de etanol de maíz que se usa hoy en día es de 13 mil 800 millo-nes de galones (o sea 53 mil 302 mi-llones de litros), que representan casi nueve veces lo registrado en 2000. A partir de 2004 es cuando se observa el mayor incremento en el uso del grano “y coincide tempo-ralmente con las alzas recientes de los precios de los alimentos”.

El hecho es que los agrocombusti-bles utilizan como materia prima

maíz, caña de azúcar, soya y otras oleaginosas como la canola y la ja-tropha, fundamentalmente, pero los efectos en los precios del maíz son los que más han incidido en la carestía alimentaria, a tal grado que el informe de Action Aid con-sidera que la tendencia creciente del uso del grano para elaborar agrocombustibles representa serios riesgos para México, porque es nuestro principal alimentos básico –convertido en tortilla– en térmi-nos de inflación y hambre.

Y el panorama es adverso, pues el potencial de aumento de uso de agrocombustibles como sustitutos de carburantes fósiles es muy am-plio. De acuerdo con el reporte “La producción de agrocombus-tibles y el aumento de los precios de los alimentos”, de Jordi Rosell y Lourdes Vidalomiu, de la Uni-versidad Autónoma de Barcelona, en 2007 se produjeron en todo el mundo cerca de 72 mil 500 millo-nes de litros de biocarburantes lí-quidos, lo que supuso unos 30 mi-llones de toneladas equivalentes de

petróleo, apenas un 0.7 por ciento del consumo global de petróleo y un 0.3 por ciento del consumo mundial de energía.

“Las materias primas para produ-cir estos biocarburantes fueron en su casi totalidad productos agríco-las: en el año 2007, 268 millones de toneladas de caña de azúcar (equivalentes a 38.5 millones de to-neladas de azúcar), 80 millones de toneladas de cereales y 13 millones de toneladas de aceites vegetales se destinaron a la producción de bio-combustibles líquidos”.

Según el informe de Action Aid -elaborado por Thimothy Wise y Marie Brill y presentado en mayo pasado–, la expansión del etanol en Estados Unidos, el principal país productor, ha sido estimulada por diversas políticas gubernamen-tales, entre ellas un arancel protec-tor, medidas de desgravación fiscal y una meta obligatoria o mandato de consumo. El arancel ya no está vigente pero protegía de la compe-tencia extranjera a la industria na-

cional del etanol, gravando con un impuesto de 0.54 dólares por galón al etanol importado de países no pertenecientes al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como el brasileño, que se produce con caña de azúcar.

El etanol fue también beneficiario de medidas de desgravación fiscal considerables que prevalecieron por más de 30 años; con ellas los industriales del etanol obtenían créditos fiscales. Y hoy día “la in-dustria está respaldada por el Es-tándar de Combustibles Renova-bles (RFS, sus siglas en inglés) que se instauró originalmente en 2005 y se sextuplicó en 2007. El RFS de 2007 exige un volumen cada vez mayor de consumo de agrocom-bustibles por año, con la meta de llegar a 36 mil millones de galones en 2022, de los cuales al menos 15 mil millones podrían producirse a partir de almidón de maíz”.

Se supone, dice, que los galones restantes deberán completarse con los llamados agrocombustibles “avanzados” (que dejan al margen los productos agrícolas), incluyen-do 16 mil millones de galones de agrocombustibles de celulosa, pero al ritmo lento en que se está desarrollando esta industria, es poco probable que Estados Unidos pueda cumplir con ese mandato para 2022.

Otra política estadounidense importante relacionada con el etanol es el “tope de mezcla” o cuánto etanol se puede mezclar le-galmente en un galón de gasolina. Aunque ese tope está actualmente fijado en 10 por ciento, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) aprobó recientemente una peti-ción para subirlo a 15 y ya comenzó

a levantar un registro de producto-res, lo que hace posible pensar que comience a aplicarse en algunos lugares desde mediados de 2012.

El documento de Action Aid dice que muchos investigadores han procurado hacer estimaciones del impacto de la expansión de los agrocombustibles en los aumen-tos recientes de los precios de los alimentos, y algunos analizaron específicamente la expansión del etanol de maíz en Estados Unidos.

“Un informe publicado reciente-mente por la Academia Nacional de Ciencias sintetiza las conclu-siones de once estudios que exami-naron la escalada de precios de los alimentos en 2007, concluyendo que los precios de las materias pri-mas aumentaron entre el 20 y el 40 por ciento, como consecuencia de la expansión de los agrocombusti-bles a nivel internacional.

En cuanto al impacto sobre el pre-cio del maíz, un estudio de 2009 atribuyó 22 puntos porcentuales del aumento de los precios regis-trado entre 2006 y 2009 a la expan-sión del etanol en Estados Unidos, dice y advierte que “las proyeccio-nes indican que los agrocombus-tibles seguirán expandiéndose a nivel mundial, y que los precios de los alimentos se mantendrán altos. Una de las proyecciones, por ejem-plo, sugiere que las tendencias del etanol de maíz presionarán el precio del maíz a un alza adicio-nal hasta del 12 por ciento para el 2017, mientras otra estima que si la expansión de los agrocombustibles se mantiene, el precio de expor-tación del maíz será 18 por ciento más alto en 2020 que lo que sería sin la demanda agregada de agro-combustibles” (LER).

Proporción de maíz que se destina a la

producción de etanol en Estados Unidos

Fuente: BDepartamento de Agricultura de Estados Unidos, ERS, Feed Grains

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LOMBRICOMPOSTA, MÉTODO DE RECUPERACIÓN DE SUELOSLourdes Rudiño

Las evidencias de los ferti-lizantes químicos están induciendo a los campe-sinos a buscar alterna-

tivas agroecológicas, como es la lombricomposta, con intenciones múltiples: regenerar sus suelos luego de años de uso indiscrimina-do de agroquímicos y restablecer su capacidad productiva, reducir costos, hacerse independientes de oferentes de insumos, garantizar calidad de los abonos y, a la larga, contribuir al objetivo global de amortiguar el cambio climático.

Olga Alcaraz Andrade, directora de Agricultores Unidos Región Gua-yangareo, que agrupa a más de 40 campesinos de los municipios de Zinapécuaro, Queréndaro, Álvaro Obregón, Tarímbaro e Indapara-peo, en Michoacán, comenta la ex-periencia de esta organización: la “revolución verde”, que hasta hace algunos años fue altamente valo-rada por sus efectos productivos, indujo a los agrónomos a especiali-zarse en granos básicos, con paque-tes tecnológicos específicos y con fertilizantes químicos; esto, a partir de la propia instrucción universita-ria, sin mirar las consecuencias de deterioro de los suelos.

“En nuestras tierras, que han sido altamente productivas y donde se cultiva maíz y sorgo en el ciclo

primavera/verano y trigo en otoño/invierno, veníamos manejando dos paquetes. uno para suelos negros con bastante profundidad, y otro para suelos ligeros, arenosos; des-de hace años estábamos usando el amoniaco, un fertilizante químico muy agresivo y que tiene una ven-taja aparente como ningún otro: un gas que se va inyectando en la tierra y que contiene más de 90 por ciento de nitrógeno; es de las fuentes más baratas de nitrógeno, pero mata todo de la tierra, mata lo bueno y lo malo. Este fertili-zante es relativamente barato, y el productor estaba contento, al ver que su planta reaccionaba, lo cual es obvio, por ser un producto muy concentrado. Con los años, sin embargo, el resultado es un des-gaste total; tenemos suelos con la misma profundidad de antes, pero totalmente muertos, y si a ello se agrega que también quemábamos el rastrojo, el daño era total”.

La agrupación pertenece a la Red de Empresas Campesinas Co-mercializadoras de Michoacán (REDCCAM) y ésta a la vez es parte de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC). Olga Alcaraz comenta que los so-cios de ANEC “tenemos un acuer-do para tener cada uno proyectos de lombricomposta”.

La lombricomposta es un método cada vez más popular en muchos países y se le considera “el com-posteo del futuro”. Se reproducen lombrices y con éstas se elabora humus, que es un abono orgáni-co. Las lombrices pueden procesar cualquier materia orgánica.

Agricultores Unidos Región Gaua-yangareo inició su módulo de pro-ducción de lombrices, y a la vez está avanzando en un esquema de agricultura de conservación, don-de se prohíbe la quema de rastro-jos, se siembra sobre el esquilmo; “esto ha sido maravilloso, estamos ahorrando 30 o 40 por ciento del cultivo, y a la vez estamos rescatan-do y dándole vida a la tierra”.

Olga explica que las lombrices son caras, por ello al inicio de su pro-yecto de lombricomposta, hace un año, “compramos poquitas, sólo unos 10 kilos; hicimos las camas (para la reproducción) de volada; hemos hecho reuniones, la gente ve cómo se hace y ve que implica un cambio importante”, incluso respecto de la compra de fertili-zantes orgánico con proveedores externos, “porque cuando tú sabes cómo se elaboran, empiezas a te-ner duda sobre la calidad de lo que compras por fuera y sobre el tiem-po que tienen de almacenamiento.

“Como organización hemos llega-do a adquirir cinco mil o seis mil litros de fertilizante orgánico, pero como no hay una calidad certifica-da de éstos, la calidad se comprue-ba en los resultados; por lo general no tenemos tiempo para mandar a laboratorio el producto”.

Las primeras toneladas de lombri-composta de la organización se utilizaron ya en pruebas piloto en los cinco municipios donde están los socios; “se están utilizando en suelos altamente desgastados, pues traemos un programa de rescate de tierras”. Para estas pruebas la organización cubre los costos al cien por ciento, y “eso motiva a la gente; en esas parcelas se va a ver una recuperación y un cambio total en el ecosistema del suelo. Y experimentamos en el camino: se ponen dos toneladas de lombrices y vemos si se requiere más y cómo va reaccionando la tierra”.

La entrevistada comenta que hay estudios que demuestran que en tres o cuatro años la lombricom-posta rescata las tierras. Señala que los campesinos de su organización están combinando el uso de lom-brices con fertilizantes químicos en una proporción de 50-50 por ciento. “Debemos ir encontrando el punto de equilibrio y paulatinamente re-ducir el químico, hasta llegar a un 80-20 por ciento, en la medida que se van regenerando los suelos, y tam-bién observamos la alimentación de

las lombrices, pues si su dieta es de fósforo y otros minerales, su resulta-do será de eso, con efectos positivos en el suelo y en la producción”.

Dijo que es una gran ventaja el es-tar organizados, el ser miembros de la ANEC, porque de esta forma se tiene a la mano herramientas e in-tercambio de experiencias con agru-paciones de otras partes del país.

Además, la lombricomposta es un proyecto “de los más nobles que hay, pues no se requieren millones ni fortunas para ir avanzando. Se trata de empezar reproduciendo las lombrices y darle mucho segui-miento. Lo malo es que este pro-yecto carece de apoyos públicos. El secretario de Agricultura (Francis-co Mayorga) le digo a ANEC que no hay recursos para impulsarlo”.

Olga Alcaraz participó en el Semina-rio Internacional Nuevos Paradigmas y Políticas Públicas para la Agricultu-ra y Sistemas Alimentarios Globales -realizado en junio, y donde uno de los convocantes fue ANEC-. Allí, “una conclusión fue la recomenda-ción de que los subsidios al campo den prioridad a las tecnologías sos-tenibles, como la lombricomposta; ello debe ser una prioridad para el próximo gobierno. Que los apoyos no se den como hasta ahora, con alta concentración en unos pocos y sin discriminar; por ejemplo se ha dado Procampo a gente que tiene mari-guana, y se ha apoyado a agricultores industriales, eso no se vale”.

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MILPA INTERCALADA EN ÁRBOLES FRUTALES, TECNOLOGÍ A PROMETEDORA PARA PRODUCTORES PEQUEÑOSLourdes Edith Rudiño

Ante la crisis alimentaria global, la solución podrá encontrarse en el desa-rrollo de la agricultura

de pequeña escala, donde México cuenta con unos siete millones de hectáreas, cultivadas fundamental-mente con semillas nativas, y donde hay un amplio margen de potencial para elevar rendimientos, mejorar los ingresos de los productores, ele-var y diversificar la oferta de alimen-tos y restituir suelos erosionados.

Así lo afirman Antonio Turrent y José Isabel Cortés Flores, inves-tigadores que a principios de los años 70s participaron en un grupo de especialistas enfocados a explo-rar posibilidades para los produc-tores en pequeño (de menos de cinco hectáreas), y que hoy día se esfuerzan por difundir algo que en aquella época ya se vislumbraba, la tecnología “milpa intercalada en árboles frutales” (MIAF).

Lo hacen con predios demostrativos promovidos desde el Instituto Na-cional de Investigaciones Foresta-les, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y del Colegio de Posgraduados (Colpos) y establecidos en Puebla, Oaxaca Chiapas, Veracruz, Estado de México y Distrito Federal.

“Las inversiones para el desarrollo tecnológico en agricultura han estado enfocadas por décadas a favorecer la agricultura intensiva, tipo Sinaloa; en esas áreas, los ren-dimientos llegaron ya al umbral y tienen altos costos ambientales y económicos. Los siete millones de hectáreas de agricultura en peque-ño que tenemos en México han te-nido muy poca atención; han sido como una maceta que recibe muy poca agua; han estado abandona-das, sin inversión ni organización. Por ello su potencial es alto –en maíz se puede por lo menos dupli-car los rendimientos promedio– y las expectativas son muy esperan-zadoras”, señala José Isabel Cortés, profesor-investigador del Programa de Edafología del Colpos.

En visita de campo, en el ejido San Mateo Caultitlán, en Pue-bla, observamos uno de los predios demostrativos de MIAF, propiedad del campesino Hipólito Poblano Mácuitl, el cual se instaló desde 2003 en una hectárea, con un ter-cio ocupado por árboles de manza-na (con una variedad adaptada de Golden Delicious), otro tercio por maíz y el resto de frijol. Este poli-cultivo es algo que los investigado-res habían observado desde inicios de los 70s como iniciativa de los campesinos, pero que han perfec-cionado –con los árboles ahora establecidos en forma de y griega

para mejor captación de luz solar, y con una altura de 3.20 a 3.50 me-tros para facilitar la cosecha pero también para no ser muy vulnera-bles a las heladas, entre otras cosas.

El manejo que se da a los frutales es similar al que obtendrían las manzanas en predios de produc-tores comerciales de gran escala de Chihuahua o Washington, con fertilizantes orgánicos y químicos, y también con tecnología propicia para los otros cultivos, de tal forma que se tienen rendimientos en el maíz superiores a siete toneladas por hectárea, en comparación con 1.5 o dos del promedio nacional de la pequeña agricultura.

Este modelo, con frutales cadu-cifolios (duraznos, chabacanos, ciruelos, tejocotes, manzanas y capulines) es propicio para todo el eje neovolcánico en predios pequeños, comenta Antonio Tu-rrent, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), esto es para alrededor de un millón de hectá-

reas en México. Y en el trópico otro tipo de especies, como guaya-bas, naranjas, aguacate, funcionan muy bien.

“No nos hemos metido en la parte norte del país, pero tam-bién creemos que en esa zona se puede adaptar la tecnología, allí creemos que el orégano sería la planta que sustituyera al frutal y hay otros árboles y arbustos que no hemos explorado pero que podrían llenar también este papel. Esta tecnología es muy flexible, adapta-ble a un gran tipo de condiciones, menos al tamaño de la unidad de producción: si es grande, no le sir-ve (…) En la tierra de don Hipóli-to hay riego, pero la tecnología es viable también en temporal, como podría ser para superficies en el Distrito Federal y en Toluca; en las cañadas de Chiapas también es viable (…); en las áreas semiáridas, con precipitaciones más pobres, son propicios los frutales como la pitaya, las cactáceas, la ciruela mexicana, la ciruela espondia y la jiotilla”, dice Turrent.

Por ejemplo, en Oaxaca hay una ladera en la región mixe donde se están probando 38 variedades y es-pecies, entre ellas cerezos, almen-dros, chabacanos, ciruelos, nogal de castilla; se investiga para ver si son propicias para MIAF.

Además, el Colpos y el INIFAP han desarrollado materiales propicios para tierras mexicanas, como la manzana Golden del predio de don Hipólito, que requiere menos unidades frío en el invierno respecto de la Golden original; también cuentan con varian-tes de manzana Gala adaptadas; con cinco variedades de durazno de alta calidad y dos de chabacano, comenta Cortés.

Con base en los resultados dados desde 2003 por el predio visitado, los investigadores hicieron una estimación de producción, rendi-mientos y valor de la cosecha (sin considerar costos ni posibles fenó-menos climáticos nocivos): en un predio de 2.5 hectáreas con MIAF se puede obtener al año 13.8 tone-ladas de manzana, 10.32 de maíz y 1.82 de frijol, lo cual representa un valor total de 226 mil 125 pesos. Si todo fuera sembrado con maíz el valor sería de 97 mil 500 pesos, con sólo frijol de 52 mil 500 y con sólo manzana 270 mil.

La pregunta que surge es ¿por qué no optar sólo por el frutal y olvidarse del maíz y el frijol? La respuesta la da don Hipólito. “Es necesario tener varias cosas (cul-tivos) para subsistir, porque si no sale de una me compenso con la otra; además de las 1.5 hectáreas que tengo con MIAF, tengo otra con alfalfa, calabaza y una fila de duraznos; el maíz es lo que procu-ra uno para la alimentación, lo de-más es para sobrevivir”. Se trata de no tener todos los huevos en una

sola canasta, comenta Turrent y precisa que ante fenómenos como las heladas o sequías, en el MIAF ocurre la pérdida de un cultivo, pero se salva el otro o los otros, y las ganancias relativamente ma-yores que generan los frutales per-miten invertir a favor de los otros cultivos; además, en la lógica cam-pesina, la producción de maíz para el sustento familiar es prioritaria.

Ambos investigadores resaltan la urgencia de que políticas públi-cas impulsen la tecnología para la agricultura en pequeña escala, como la del MIAF, que impliquen apoyo para la instalación de fruta-les –pues se requiere una inversión de alrededor de 28 mil pesos para 700 árboles en una hectárea–; in-vestigación –“que es algo que se le ha negado a los campesinos”–, pero también infraestructura co-mercial y financiamiento para que los productores se apropien de va-lor. Don Hipólito comenta que el año pasado vendió su cosecha de manzana a 130 pesos el tambo (de 13 a 15 kilos cada uno); este año as-pira a colocarla a 200 pesos pues ya se informó respecto de los precios que corren en el mercado. La en-tregará a un intermediario, “pero si pudiera, si tuviera forma de em-bolsar y refrigerar la fruta, podría venderla un poco más cara”.

José Isabel Cortés destaca el po-tencial de la agricultura de mi-nifundio para desarrollarse con-servando los recursos biológicos (suelo, agua, diversidad), pues “en-tra en el concepto de lo que ahora se llama agroecología o ecoagri-cultura. Este modelo permite la diversificación de cultivos, la rota-ción de cultivos, el cómo se mane-ja el maíz y el frijol asociados (per-mitiendo mayor rendimiento del frijol), la cuestión de la rotación de cultivos para alterar el hábitat de los enemigos de los cultivos en el suelo y cómo incrementar la efi-ciencia en el uso de la luz solar.

Antonio Turrent recuerda que des-de el gobierno de Luis Echeverría en México hay el estigma de que para ser productivo se requieren unidades agrícolas grandes. “Ese modelo fracasó; luego el gobier-no de Salinas cambió el artículo 27 constitucional (que liberali-zó la compra venta de la tierra), pero fracasó también, pues sigue habiendo el mismo número de predios de hace 15 años. Pero el estigma permanece y por eso el Estado mexicano ha marginado a los pequeños productores. En Chi-na, al contrario, la unidad familiar es menor a media hectárea y está cada vez más produciendo lo que necesita”.

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El productor Hipólito Poblado Mácuitl (en la izquierda), con investigadores del Inifap y el Colpos involucrados en la tecnología MIAF. Antonio Turrent, al centro, y José Isabel Cortés junto a él, a la derecha.

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FRENAR LA EROSIÓN EN TIERRAS EN LADERA, RETO PRIORITARIO

De los 25 millones de hectáreas de tierra de labor en temporal que tie-ne México, la mitad está en lade-ras y sufre de erosión en términos

generales. Aunque no hay datos de los grados de severidad, ni se sabe en qué cantidad de hec-táreas de plano ya debe considerarse perdido el suelo y son cultivadas en roca, este es el proble-ma más serio en que tiene México en tal tipo de tierra y afecta a millones de campesinos.

Crear terrazas de manera natural, por me-dio de la tecnología de “maíz intercalado en árboles frutales” (MIAF) es la única forma en que las tierras en ladera dañadas por la erosión (asociada con las lluvias que arras-tran suelo) pueden restablecerse, y si bien el proceso es gradual –puede tardar 20 o 30 años–, en el transcurso del tiempo va gene-rando beneficios, entre ellos diversificación

de producción agrícola para los campesinos, menor uso paulatino de fertilizantes y “puri-ficación” natural del agua.

En el marco de una visita a tres predios con-tiguos en el ejido Zoquiapa, del municipio Iztapalupa, en Puebla, donde las tierras es-tán en ladera, Antonio Turrent, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), explica que 40 centímetros es la profundidad adecuada para que un suelo sea apto para la producción agrícola; en las laderas, el arras-tre de las lluvias adelgaza los suelos y vuelve a los cultivos más vulnerables a las sequías.

Uno de los predios, señala Turrent, fue cul-tivado con MIAF –con duraznos asociados con otros cultivos– por investigadores del INIFAP y del Colegio de Posgraduados (Col-

pos) en 2001; ese año hubo un incendio en los tiempos de secas, y entonces se hizo la refo-restación, pero en 2002 se acabó el presupues-to y por tanto los académicos abandonaron su trabajo. Sin embargo, el dueño de la tierra, Martín Domínguez González, preservó el MIAF y en fecha reciente Turrent y José Isa-bel Cortés, investigador del Colpos, pasaron por el lugar y han podido comprobar, con el comparativo de los dos predios vecinos los be-neficios conseguidos por el primero.

Uno de los predios contiguos está severa-mente erosionado; según Martín Domín-guez, su propietaria trabaja con arado la tierra y rotura, lo cual hace que las tierras se aflojen; el otro predio, del propio Domín-guez, tiene sembrado chícharo y muestra un grado menor de erosión, “porque no uso ara-do, sino arrastre”.

El predio con MIAF ha sido sembrado con chícharo, haba y avena en asociación con los duraznos, y comenta Turrent, se hace evidente la formación de terrazas; agrega el campesino: “aquí la tierra se detiene, no se deslava; necesito usar menos fertilizante”.

Don Martín siente decepción porque su tierra está a un lado de la carretera y entra gente a robarse los duraznos; cuando antes ha tenido maíz, el hurto es parejo. Como los ladrones llegan a caballo aplastan los chícharos y éstos se “enchahuistlan”, se machucan y se pierden.

Sin embargo, don Martín mantiene en pie los árboles de durazno –si bien no los atien-de con suficiente empeño– porque el rendi-miento que obtiene de los otros cultivos sería el mismo con o sin frutales, y además su tie-rra se erosionaría (LER).

HACIA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA AUTONOMÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA*Catherine Marielle y Lucio Díaz

Por más paradójico que pa-rezca, plantear nuevos pa-radigmas para la agricul-tura y el campo mexicano

nos remite a pensar en procesos muy antiguos, a la memoria de los pueblos indígenas y campesinos. Entender la ciencia campesina que aún se refleja en los sistemas agrí-colas tradicionales, en el cúmulo de saberes para manejar y cuidar ecosistemas muy diversos y en los dinámicos sistemas sociales comu-nitarios, forma parte de nuestra ta-rea desde la década de los 70s.

En estos años el sistema alimentario mundial, orientado por la ganancia de empresas privadas, ha dejado un rastro de contaminación química y ahora transgénica y ha profundiza-do el hambre y la crisis agraria en muchos países. La privatización y la erosión de los recursos genéticos y de los conocimientos asociados a ellos aparecen como preocupacio-nes fundamentales en este contex-to. Ante las múltiples problemáticas que amenazan los territorios, las semillas, la agricultura y la alimen-tación de los pueblos, el enfoque xo-locotziano nos parece más pertinen-te que nunca. Partir de que “todos aprendemos de todos” (Freire) abre puertas hacia los diálogos de sabe-res y nos plantea el constante reto de construir formas de asesoría res-petuosa y aprendizaje mutuo en la búsqueda de alternativas útiles, esto a contracorriente del pensamiento dominante y del extensionismo pre-sente en los modelos de desarrollo, tecnológicos o educativos.

La sustentabilidad, nuevo paradig-ma de finales del siglo XX, reforzó la búsqueda de perspectivas multi-dimensionales capaces de integrar aspectos ecológicos, tecnológicos,

económicos, políticos, sociales, cul-turales y espirituales; mientras las políticas neoliberales, los tratados comerciales y la creciente depen-dencia aceleraron la necesidad de reivindicar la soberanía alimentaria y pensar en Sistemas Alimentarios Sustentables (SAS), desde la pro-ducción hasta el consumo y desde lo local hasta lo nacional. Así nació el programa SAS del Grupo de Estu-dios Ambientales (GEA) y comenzó una experiencia con comunida-des de la región Centro-Montaña de Guerrero. Se abrieron espacios para reflexionar los problemas y las necesidades de la agricultura y co-menzamos a proponer alternativas; poco a poco se fue buscando en la memoria y la experiencia de cada comunidad, y también en otras ex-periencias que vinieran a reforzar la sustentabilidad de cada parcela.

El fortalecimiento de la agricul-tura campesina implica mirar la integralidad socio-ecológica de los territorios. Dos enfoques forjados en el andar del programa Manejo Campesino de Recursos Naturales del GEA en esa región han orien-tado nuestro trabajo: en primer lugar, nuestras acciones buscan en-tender y fortalecer las estrategias y sistemas diversificados de familias y comunidades –en ello se basa el diseño paulatino del proyecto regional que GEA ha impulsado junto con 20 comunidades–; en segundo lugar, pensamos que la clave de un manejo sustentable del territorio está en las capacidades organizativas y de autorregulación de las comunidades, que dependen de la fortaleza de sus instituciones (asamblea, sistema de cargos, te-quio, entre otras), de su reconoci-miento parte el diálogo y la cons-trucción de propuestas.

El proyecto integral regional busca fortalecer las capacidades de las comunidades para avanzar hacia un mayor control y un manejo sustentable de sus territorios. El agua ha sido el recurso eje, y la microcuenca una herramienta de planeación valiosa para la organi-zación comunitaria del territorio. Las líneas de trabajo se articulan según los acuerdos establecidos con cada comunidad: manejo co-munitario del monte y la biodiver-sidad; conservación de suelo y agua en microcuencas; agroecología comunitaria; manejo del ganado y las áreas de pastoreo; casa, patios y solares campesinos; agua, salud y alimentación con escuelas; estas lí-neas procuran ir nutriendo sueños y planes de trabajo comunitarios, escolares, colectivos y familiares, en diferentes espacios del territorio y niveles de toma de decisiones.

Más de 15 años de vinculación e intercambio han permitido un pro-ceso continuo de formación de pro-motores campesinos regionales y el involucramiento de asambleas, au-

toridades y comités comunitarios (de agua, reforestación y padres de familia). Actualmente 17 comuni-dades impulsan planes de manejo de microcuencas, de manejo de especies forestales no maderables (maguey papalote) y cuidado de los montes, de animación agroecológi-ca y tecnologías apropiadas, entre otros trabajos que se complemen-tan con la “comunicación anda-riega” y las Jornadas por la Madre Tierra, una propuesta educativa con niñas, niños y jóvenes, orienta-da a fortalecer los vínculos con su comunidad, valorar la identidad, la cultura y el saber campesino abriendo nuevos espacios de diálo-go entre pequeños y grandes.

Las comunidades participantes se han reivindicado como centros de rescate, generación e intercambio de saberes; reciben visitas y compar-ten sus experiencias con comunida-des, promotores, organizaciones e instituciones académicas. Estudian-tes de diversas universidades han participado en esos intercambios como parte de su formación y han

devuelto estudios e investigaciones orientados a enriquecer los procesos de cada comunidad.

En el camino hacia una agroecolo-gía comunitaria, pasamos del trabajo con un grupo de campesinos en 30 parcelas en 2002 a procesos de ani-mación en 20 comunidades. Se han establecido 67 parcelas experimenta-les y más de 400 familias han recu-perado o incorporado prácticas sus-tentables, restaurando la fertilidad de los suelos, logrando mayor resis-tencia a plagas, sequías y tormentas, mejorando sus rendimientos y dismi-nuyendo la dependencia monetaria, técnica y de insumos externos. Más de cien animadores agroecológi-cos constatan la recuperación de la confianza y el orgullo en muchas familias por sembrar sus propios ali-mentos. Más de 200 mujeres y sus fa-milias impulsan la sustentabilidad y la autogestión en el manejo del agua y la producción de alimentos desde la casa, el patio y el solar.

Muchas experiencias agroecológicas en el mundo han mostrado no sólo sus posibilidades y alcances para sostener la vida en las comunidades, sino también para revivir mercados regionales e incluso proponer nuevas formas de economía solidaria. Esta pequeña experiencia muestra cómo a partir del reconocimiento de las comunidades, sus instituciones, es-trategias y conocimientos se pueden construir proyectos de desarrollo a nivel regional, elaborados, aplicados y vigilados por los pueblos. Se pueden rescatar espacios y sistemas de pro-ducción de alimentos, manantiales y cauces de agua, montes y biodi-versidad. Ante la crisis ambiental y civilizatoria que vivimos, defender las semillas, la milpa y el territorio, como comunidades y como país, es una ta-rea que permitirá reconstruir las auto-nomías y la soberanía alimentaria.

*Texto elaborado a partir de la presentación en el Seminario Internacional Nuevos Paradigmas y Políticas Públicas para la Agricultura y Sistemas Alimentarios Globales.

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AGROECOLOGÍA: ESPERANZA PARA EL FUTUROAdelita San Vicente Tello • Directora de Semillas de Vida, AC • [email protected]

Del 13 al 15 de junio pasa-do se realizó un taller para la construcción de Propuestas Alterna-

tivas para un Nuevo Paradigma en la Agricultura y Sistemas Alimen-tarios Globales, como parte del Se-minario internacional Alternativas frente al G-20. Con representantes de organizaciones de diversas par-tes del mundo: Indonesia, China, Brasil, El Salvador, Guatemala y Estados Unidos, el taller inició con la panorámica sobre la agricultura del mundo la cual nos mostró un sistema de producción de alimen-tos con graves problemas, que se comparten por todos los países.

Se organizaron grupos de trabajo con tres temas: derecho a la ali-mentación y al territorio, estabili-zación de precios de alimentos en una economía mundial volátil y alternativas de producción que in-tegran la naturaleza y la soberanía alimentaria. En este espacio abor-daré este último tema.

Iniciamos con ponencias por par-te de Julia Olmstead, del Institute for Agricultura and Trade Policy (IATP); Antonio Turrent, del Ins-tituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (INI-FAP); Cati Marielle, del Grupo de Estudios Ambientales (GEA), y quien escribe este artículo, de Semillas de Vida. Después reali-zamos un interesante debate que moderó Karen Hansen-Kuhn.

Julia Olmstead presentó una experiencia de desarrollo de un sistema agroecológico en Min-nesota y la medición del mismo con indicadores cuantitativos. Al-gunas de estas mediciones que se realizan a partir de resultados son: medidas transparentes que mues-tran un problema, la contribución al problema (a nivel del productor individual o de la práctica, el área geográfica, etcétera), la manera de cambiar esa contribución y la capacidad de cambiar. Final-mente señaló que la metodología parte por especificar qué se quie-re lograr, no cómo y se paga a los productores agroecológicos en

función de los resultados ligados al medio ambiente, los cuales deben ser de bajo costo.

La exposición de Antonio Turrent fue sobre cómo superar el déficit de alimentos básicos en México, en particular el caso del maíz. Se-ñaló que tenemos una reserva de recursos: tierra, agua, biodiversi-dad, tecnología, un fuerte sector campesino, un sector institucional; con la cual se podría desarrollar un plan de acción de largo plazo que permitiría producir alimentos de buena calidad para todos los mexicanos. En particular, la agri-cultura campesina constituye una reserva con 2.7 millones de unida-des de producción que tienen me-nos de cinco hectáreas, que si bien manejan tierras marginales por su calidad, acceso y pendientes, dada su presencia en las sierras allí es donde inicia el ciclo del agua; además, estas unidades manejan la biodiversidad del maíz: producen todo el grano de especialidad para

la pluricultural comida mexicana; tienen potencial para usar su tierra de labor con intensidad; sus sabe-res son compatibles con los prin-cipios de la agroecología, y a dife-rencia del subsector empresarial, tienen amplia potencialidad para aumentar su producción.

Cati Marielle dio a conocer el Proyecto Integral Regional de acompañamiento a la Organiza-ción Comunitaria del Territorio, que se ha desarrollado en las mon-tañas de Guerrero desde 1994 a la fecha. Esta es una experiencia ha-cia la reconstrucción de la autono-mía y la soberanía alimentaria, en la cual se promueve la agricultura campesina e indígena, la cultura del maíz y el respeto a la madre tie-rra, en la búsqueda de una socie-dad sustentable, soberana, plural y justa, donde quepamos todos y todas con dignidad. Los principios de los que parten son: respeto a las instituciones y sistemas normativos de los pueblos, reconocimiento de

la ciencia campesina y del manejo comunitario del territorio, diálogo de saberes (aprendizaje mutuo y búsqueda de alternativas) y aseso-ría respetuosa hacia la autogestión comunitaria. Lo que se pretende es la reconstrucción de la autonomía y la soberanía alimentaria a partir de construir redes a nivel familiar, comunitario, local-regional, nacio-nal y a nivel internacional.

Finalmente, Adelita San Vicente, quien redacta este artículo, se-ñaló los graves problemas que ha generado el modelo industrial de producción de alimentos. En este contexto, la agroecología emerge como una ciencia que recoge cono-cimientos ancestrales y se presenta como un paradigma productivo capaz de enfrentar la situación. La agroecología propone mejorar la sostenibilidad de los ecosistemas imitando a la naturaleza, no a la industria, y fomentando interac-ciones benéficas y sinergias en la llamada biodiversidad funcional,

lo cual implica optimizar procesos claves como la acumulación de materia orgánica, el reciclaje de nutrientes, la regulación biológica, etcétera Ejemplifico con el aporte de la agricultura agroecológica a la alimentación en Cuba y con la agricultura campesina en México, en particular con dos sistemas de producción milenarios: la chinam-pa y la milpa.

Después de un interesante diálogo se llegaron a las siguientes alterna-tivas de producción que integran a la naturaleza y la soberanía ali-mentaria, las cuales se dividieron en dos niveles de propuestas.

Al G-20:

• Rescatar la importancia de la agricultura para enfrentar la crisis civilizatoria actual, reconocien-do sus beneficios y planteándola fuera del circuito comercial y financiero.

• Definir la agricultura como la actividad central de la humanidad para producir alimentos sanos, ge-nerar empleos, y conservar y res-taurar el medio ambiente.

• Reconocer a los campesinos (as) y a la cultura campesina, y sus co-nocimientos y el papel central del sector rural, que se sustenta en pueblos originarios y comunidades indígenas.

• Rechazar la aplicación de fal-sas soluciones para incrementar la producción de alimentos tales como el uso de semillas transgé-nicas, es especial, en los países que son centros de origen y di-versificación. Expresamos nuestra solidaridad ante la situación de emergencia que vive México ante la autorización del gobierno mexi-cano de la siembra comercial de soya transgénica y la pretensión de liberal maíz transgénico.

• Reconocer las semillas, recursos genéticos y agua como bienes co-munes de la humanidad, indispen-sables para garantizar la soberanía alimentaria de los países y la segu-ridad alimentaria global.

A los gobiernos nacionales:

• Establecer la agroecología como estrategia productiva tecnológica alternativa al modelo de produc-ción agrícola industrial, dado que se ha demostrado no solamente su resiliencia frente a los estragos resultados del cambio climático, sino por sus beneficios producti-vos, sociales, culturales y ambien-tales a largo plazo.

• Impulsar la inversión pública para fomentar la agroecología, priorizando la investigación, el diálogo de saberes, la evaluación, las técnicas, la recuperación colec-tiva de las semillas y la difusión, con reglas claras acordes a las rea-lidades de cada región.

Se organizaron grupos

de trabajo con tres

temas: derecho a la

alimentación y al

territorio, estabilización

de precios de alimentos

en una economía mundial

volátil y alternativas

de producción que

integran la naturaleza y

la soberanía alimentaria

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CUMBRES G-20 Y RÍO+20: PROFUNDIZACIÓN DE UN MODELO INSOSTENIBLEDiana Aguiar • Facilitadora del Grupo de Trabajo Arquitectura Económica Internacional de la Red Brasileña por la Integración de los Pueblos (Rebrip) • [email protected]

No fue mera coinciden-cia que la reunión del G-20 en Los Cabos ocurriera justo antes de

la cumbre de Río+20 de las Nacio-nes Unidas. Aunque en una prime-ra mirada ambas parecían tratar de temas muy distintos, un análisis de-tenido revela lo que estaba en juego en las dos: el modelo de desarrollo que los gobiernos, capturados por los intereses de las corporaciones, están promoviendo como falsa so-lución para las crisis económico-financiera, social y ecológica.

Para comprender los antecedentes, es necesario observar que en las tres dé-cadas recientes el proceso de financia-rización de la economía se profundi-zó globalmente. La financiarizaciónquiere decir que la renta obtenida al comercializarse dinero, sus derivados y riesgos asociados se vuelve significa-tivamente mayor que la obtenida con el comercio de riqueza tangible, en la forma de bienes y servicios.

Este proceso produjo un nivel ab-surdo de especulación financiera que ha causado el tipo de burbujas que reventaron en el colapso fi-nanciero de 2008, y ha aumentado exponencialmente el tamaño de los mercados financieros frente a la economía de bienes y servicios.

La especulación con los precios de los alimentos –con efectos nefastos

sobre la seguridad alimentaria de los pueblos– ha ocurrido porque luego del colapso del mercado inmobiliario estadounidense, muchos inversionis-tas redireccionaron su atención a las commodities, entre ellas los granos.

No satisfechos con esto, los inver-sionistas siguen buscando nuevas fronteras de acumulación. Y sus intereses están siendo defendidos por los gobiernos del G-20. Esto fue muy evidente cuando promo-vieron el paradigma del “creci-miento verde” en Los Cabos o de la �economía verde� en la cumbre de Rio+20. Los nombres pueden ser ligeramente distintos, pero el con-tenido político es similar: buscan maneras de privatizar los bienes comunes de la naturaleza en nue-vos contratos de commodities con el argumento de que las personas no preservarán lo que no les cueste económicamente depredar.

En principio, todos estamos a fa-vor de una economía “verde”. El problema es lo que se comprende por esto. Para los gobiernos del G-20, no implica cuestionar los patrones de producción y consu-mo insostenibles de las clases más privilegiadas del mundo. Tampo-co considera mecanismos de dis-tribución de la riqueza �que sigue altamente concentrada, generando agotamiento y mala repartición de los recursos limitados del planeta.

Además, poco se está haciendo para detener los movimientos es-peculativos del mercado financie-ro que sigue ampliamente desre-gulado, a pesar de la experiencia reciente de crisis.

El paradigma de la economía verde tiene sus bases en los estudios de la iniciativa TEEB (la economía de los ecosistemas y la biodiversidad), liderada por un economista indio del mercado financiero, Pavan Sukhdev,

el mismo que escribió el documen-to de referencia sobre la �economía verde� del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Según las premisas de TEEB, es ne-cesario dar valor monetario a los ser-vicios ecosistémicos que la naturaleza ofrece para los seres humanos y que no se comercializan hoy o no se co-mercializaban hasta hace poco. Por ejemplo, se puso precio a la captura del exceso de carbono en la atmós-fera, para que las industrias que con-taminan puedan seguir haciéndolo, sólo a cambio de pagos a los protec-tores de los bosques –comunidades indígenas, por ejemplo–. Se ha crea-do así un mercado de carbono para la especulación de los inversionistas. Diversos otros mercados similares de �pagos por servicios ambientales� serán creados bajo estas iniciativas.

Así, además de las burbujas fi-nancieras, la financiarización tiene varios impactos que los pueblos están enfrentando en los territorios: la privatización de riquezas naturales que antes eran de uso colectivo: los bosques, el aire que respiramos y el agua de los ríos son algunos ejemplos, y toda la biodiversidad del planeta es vulnerable de ser privatizada bajo esta estrategia de la alianza entre gobiernos y mercados financieros.

Este proceso de privatización pro-piciará que el acceso a ciertos re-cursos se vuelva más caro, lo que afectará especialmente a las fami-lias más pobres y a los hogares con jefatura femenina. También gene-rará más disputas por territorios y más inseguridad a los pueblos. Además, el ingreso de dinero en sociedades indígenas que no tiene relaciones monetarizadas, como es el caso de algunas en la Amazonía sudamericana, será un elemento considerable de conflicto social.

Así, el modelo de desarrollo promovi-do en ambas cumbres �G-20 y Río+20� lejos de dar respuestas a las múltiples crisis económica-financiera, social y ecológica, está promoviendo falsas soluciones de mercado que sólo profundizan la insostenibilidad del actual modelo. Extremamente dis-tante de este paradigma, las cumbres de los Pueblos de Río+20 y frente al G-20 plantearon cambios profundos de modelo que signifiquen justicia social y ambiental y la defensa de los bienes comunes.

Para los gobiernos

del G-20, no implica

cuestionar los patrones

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EL CAPITAL FINANCIERO ESPECULA CON LOS PRECIOS AGRÍCOLAS• Indispensable un nuevo modelo: Blanca Rubio

A diferencia de situaciones previas de aumentos en los precios de los alimen-tos, lo nuevo hoy es la

financiarización, esto es que tales precios son utilizados en forma es-peculativa en beneficio del capital financiero.

La crisis alimentaria actual está vinculada a una crisis capitalis-ta global y tal financiarización es una derivación; por tanto, la estabilidad de los alimentos sólo podrá conseguirse cuando surja un nuevo modelo de desarrollo mundial “y que esta etapa de caos haya terminado”, afirmó Blanca Rubio, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al participar en el Seminario In-ternacional Nuevos Paradigmas y Políticas Públicas para la Agricul-tura y Sistemas Alimentarios Glo-bales, Blanca Rubio, explicó que desde los años 70s del siglo pasado hay un sobrante de capital que no tiene dónde invertirse y por tan-

to se ha trasladado a la actividad especulativa. La sobreproducción de mercancías que existe –porque la gran masa de proletarios no tie-ne capacidad adquisitiva– encon-tró a fines del siglo pasado una aparente solución en el endeu-damiento, sobre todo en Estados Unidos; “se crearon créditos para sectores que en realidad no po-dían pagar”.

Así es como se generó un endeuda-miento a nivel mundial y por ello las inversiones dejaron de tajo de ser productivas para irse a la esfera especulativa.

“Ello ha propiciado la situación actual perversa”, dijo y comentó que hasta hace algunos años el modelo de desarrollo neoliberal funcionó basado en mecanismos compensatorios: la población no tenía suficiente capacidad para ad-quirir mercancías y se le endeudó, pero también hubo mecanismos que mantenían sometidos y a la baja a los precios de los alimentos, para equilibrar la economía.

Estas convenciones “estallaron” con el endeudamiento hipotecario de 2008; la insolvencia sobrevino en el llamado credit crunch, y en virtud de que los bancos entraron en quie-bra y dejaron de prestan dinero a las empresas productivas, la crisis financiera se transformó en produc-

tiva (algo que se observó muy bien en la industria automotriz). Vino entonces el declive de las ganancias financieras y se cerró la válvula de escape que había permitido duran-te 20 años mantener el modelo neo-liberal muy artificialmente.

La académica continuó su explica-ción: cuando en 2008 declinaron las ganancias especulativas en el sector hipotecario, esos fondos se refugiaron en las materias primas agrícolas, porque la demanda de alimentos nunca cae, e igual pasa con los energéticos.

RESERVAS DE GRANOS, MECANISMO PARA EVITAR VOLATILIDAD

Crear reservas estratégicas de ali-mentos, con una gestión comparti-da del Estado y de organizaciones campesinas e incluso con una ad-

ministración compartida por diversos países, es la fórmula que han expuesto diversas agru-paciones campesinas , expertos e instituciones nacionales e internacionales a fin de estabilizar los precios agrícolas y acotar la especulación.

Desde 2007, año enmarcado por el alza inusi-tada de los precios globales de los alimentos, or-ganizaciones como la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) y El Barzón han expresa-do el planteamiento de crear reservas de granos que pudieran ser utilizadas en momentos de escasez temporal y no acudir de forma deses-perada a la importación, pues el efecto que esto

último tiene es de mayor presión a los merca-dos internacionales e impulso alcista a las co-tizaciones, tal como ocurrió a principios de 2007 cuando el gobierno federal anunció que México importaría maíz “de cualquier lugar del mundo” para garantizar el abasto nacional.

Dado que nuestro país es, además de Sudáfri-ca, el único país que usa el maíz para consu-

mo humano directo, tal anuncio inmediata-mente elevó los precios de por sí en situación de “pico” en esos momentos.

De acuerdo con Blanca Rubio, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, “la soberanía de una nación de-pende de su capacidad de producir alimentos y de sus reservas alimentarias. La función de éstas –con volúmenes equivalentes a la de-manda de tres, cuatro o incluso seis meses– es garantizar que los precios no se eleven y mantenerlos en niveles acordes con el poder adquisitivo de las familias del campo y de la ciudad, así como asegurar que el país no va a entrar en crisis alimentaria en tiempos largos en caso de que ocurran situaciones de baja productividad o producción por causas climáticas”.

Esa es la estrategia que tradicionalmente siguen los campesinos para garantizar el abasto familiar; cuando tienen cosecha, primero guardan, de los alimentos princi-pales –maíz, frijol, calabaza, etcétera–, lo que les asegura su propia alimentación para todo el año, y luego venden los excedentes. De esa forma no quedan a expensas de la oferta foránea.

La académica considera que las reservas alimentarias son una medida indispensable para enfrentar la volatilidad de precios y la incertidumbre generada por el uso de culti-vos para producir agrocombustibles, pero es necesario crear infraestructura de almacena-miento, porque hoy quienes tienen bodegas son las trasnacionales, incluidas las instala-ciones estratégicas, como las del puerto de Veracruz, en manos de Cargill; el gobierno no cuenta con bodegas.

Precios internacionales de granos básicos 2008 - 2012 Precios mensuales. Dólares por tonelada

Fuente: FMI. 11 de junio de 2012

La crisis alimentaria actual

está vinculada a una crisis

capitalista global y tal

financiarización es una

derivación; por tanto, la

estabilidad de los alimentos

sólo podrá conseguirse

cuando surja un nuevo

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La incertidumbre e ideas de que el petróleo no va a alcanzar y de que habrá es-casez de alimentos a causa del cambio cli-mático, genera condiciones atractivas para los bonos especulativos. De allí el efecto de alza en los precios. Hay gráficas que mues-tran claramente cómo hubo un declive en los fondos hipotecarios en 2008 y al mismo tiempo un repunte en los precios agrícolas. En 2009 se revalorizó el euro y los fondos especulativos salieron de los alimentos para irse a las bolsas europeas. En 2010 y 2011 se dio un declive del dólar y los fondos regre-saron a los mercados agrícolas a buscar re-fugio. En 2012 se observa una caída de los precios por el fortalecimiento del dólar. Ele-mentos tales como caída de cosechas (por ejemplo por la reciente sequía en Kazajistán) y la restricción de exportaciones en algunos países son elementos que propician la llega-da de los fondos especulativos a los mercados agrícolas y ello genera los picos de precios.

Blanca Rubio comentó que se llegó a pen-sar que el alza en los precios agrícolas sería benéfica para los productores, pero se han elevado también los precios de los insumos, como combustibles y fertilizantes –ligados al comportamiento del petróleo–. “Incluso hay picos de aumentos de los precios reales en 1978 y 1980 a los que hoy no se llega“–. Entonces son las grandes trasnacionales, integradas en

las cadenas productivas y comerciales, las que han sacado provecho de la situación. “Ni en Estados Unidos los productores se han podido beneficiar; bueno, sólo lo ha logrado una elite”.

En términos políticos, dijo, a Estados Unidos le ha convenido la crisis alimentaria, pues así le pega a sus rivales, como los países petrole-ros que son dependientes de los alimentos.

Los alimentos, afirmó, han vuelto a ser utilizados como arma de guerra; son es-tratégicos para la lucha por la hegemonía. Algunos países de América Latina entienden esto y trabajan fortaleciendo su producción interna, pero los países neoliberales, como México, no; siguen impulsando políticas aperturistas y de entrada a productos baratos.

En este marco, la nueva relación de la indus-tria y la agricultura –dada porque ésta gene-ra una renta– propicia una nueva etapa: se acabó el fin compensatorio de las materias primas para apuntalar la acumulación. No veremos más precios bajos.

“Estamos en la transición hacia un nuevo mo-delo de desarrollo, porque el actual está agotado. La producción de alimentos asume un nuevo rol” y por tanto los países deben tomar medidas tales como la regulación de las importaciones, la creación de reservas (para evitar especulación y escasez) y el control de las trasnacionales. Ve-nezuela cerró la empresa Polar porque estaba especulando con el arroz en 2008 y le puso restricciones a Minsa por la especulación que hacía con el maíz. En México, con la crisis del maíz y la tortilla de 2007 las corporaciones espe-cularon hasta que se cansaron, dijo (LER).

Además las reservas deberían ser com-plementadas por otras políticas públicas: un esquema de precios mínimos garantizados, o precios objetivo, para los productores, que tomen como referencia los precios in-ternacionales, así como mecanismos que administren la oferta/demanda y por tanto regulen las importaciones y exportaciones, y la creación de un observatorio de los pre-cios para estudiar y entender el impacto de la especulación y para promover alianzas de los agentes de las cadenas agroalimentarias, según Rubio.

La ANEC y El Barzón han argumentado en un sentido similar. La creación de reser-vas funcionaría como un regulador de pre-cios, fuente de abasto para la población ante posibles crisis de desabasto y mecanismo para evitar el chantaje común de agroindus-trias que, en momentos de escasez, deman-dan subsidios para importar y luego presio-nan a los productores para que les vendan sus cosechas a precios castigados.

Víctor Suárez, director ejecutivo de la ANEC, ha reiterado en múltiples ocasiones

la urgencia de establecer un sistema de re-servas, que sirva para enfrentar emergencias como la ocurrida en 2011 cuando la pro-ducción de maíz y frijol se desplomó casi a la mitad a causa de sequías y heladas. Las reservas son fundamentales para evitar el encarecimiento, el cual pega primero para-dójicamente a los campesinos y para evitar incluso el desabasto desde el exterior, pues según Suárez, los propios inventarios inter-nacionales son escasos.

El informe Grain reserves and the food price crisis, publicado por el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), que recopila análisis escritos sobre el tema desde 2008 hasta 2012, señala en su introducción que “Bajos o inciertos niveles de reservas son una precondición para que la volatilidad ocurra. Reservas transparentes y contabiliza-das son una poderosa herramienta contra tal volatilidad”.

Los textos recopilados en el informe deta-llan la importancia de las reservas en un mundo con hambre, considerando que más de mil millones de personas en el planeta, esto es una de cada siete personas, tienen un consumo deficiente de alimentos; asimismo mencionan los esfuerzos públicos ante el Congreso de Estados Unidos para generar reservas estratégicas; uno de los textos ha-bla de cómo las reservas pueden evitar los intempestivos aumentos de los precios en los mercados internacionales, y otro más propone la creación de reservas internacio-nales implicando aportaciones de varios paí-ses, incluidos los desarrollados y algunos en transición, incluido México, al tiempo que funciona un sistema paralelo de “inventarios virtuales” (LER).

LLAMADO A DESVINCULAR MERCADOS AGRÍCOLAS, ENERGÉTICOS Y FINANCIEROS

Uno de los problemas prin-cipales que afecta la eco-nomía campesina y la es-tabilidad de la producción

radica en la volatilidad excesiva de las cotizaciones internacionales de las ma-terias primas agrícolas, las cuales son referencia para los precios que reciben los productores de México y demás paí-ses, afirmó Pedro Torres, presidente del Frente Democrático Campesino de Chi-huahua (FDCCh), como parte de las conclusiones obtenidas en el Seminario Internacional Nuevos Paradigmas y Polí-ticas Públicas para la Agricultura y Sis-temas Alimentarios Globales, realizado en la Ciudad de México en junio pasado.

“Los productores salen perdiendo porque no ha habido una regulación de precios de acuerdo con el costo que se tiene para producir un producto y con el precio que debe haber para el productor y el consu-midor (…) Se debe prohibir que las mate-rias primas sean objeto de especulación, así como impulsar los precios internos”, dijo Torres y detalló lo injusto que resul-ta que los precios estandarizados global-mente soslayen las grandes diferencias en el poder económico de cada país y en las actividades de los campesinos e indígenas respecto de la agricultura in-dustrializada; “la cotización del maíz de la bolsa de Chicago es la misma para la agricultura de los países ricos y para las comunidades indígenas”.

En el seminario –organizado por la Aso-ciación Nacional de Empresas Comer-cializadoras de Productores del Campo (ANEC), el Institute for Agriculture and Policy Trade Policy (IATP) y la fundación Heinrich Böll Stiftung– se discutió la via-bilidad de que el mundo regule las lonjas internacionales, dado que en la década reciente, y cada vez más, se están interre-lacionando las operaciones comerciales de alimentos, energía e instrumentos fi-nancieros. Y es eso precisamente lo que causa la intensa volatilidad de los precios.

“Gran parte de la tarea de regulación (global) es desvincular estos mercados que se han juntado, desvincularlos para no tener tanto contagio, pues ese es el nuevo problema que tenemos, y la tarea está en los países ricos en gran parte, pues los mercados financieros están ubicados allí”, dijo Timothy Wise, director de In-vestigación y Políticas del Instituto de Desarrollo Global y del Medio Ambiente (GDAE) de la Universidad de Tufts.

Steve Suppan, analista de IATP, con sede en Minneapolis, Minnesota, consideró que el reto es grande. “En el contexto político de Estados Unidos acabar con la práctica comercial (que vincula los tres mercados) es muy difícil porque toca cuestiones constitucionales”. Y las insti-tuciones internacionales tienen límites. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) tiene restringido su mandato a sólo mirar los precios agrícolas para su análisis, “y no reconoce que los mercados han cambiado por el hecho de que los instrumentos financieros vienen en pa-quete: contratos para productos básicos, donde se liga a los energéticos y los agrí-colas, con estos últimos siendo los más chiquitos y por tanto los más vulnerables a los precios del petróleo y derivados”.

Por su parte, la Conferencia de las Nacio-nes Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), si bien ha analizado siem-pre los precios de las materias primas y lo ha hecho de manera intensa y crítica, en-frenta obstáculos: los gobiernos de Esta-dos Unidos y la Unión Europea hicieron una gran lucha haca un mes para acabar con el mandato que tiene al respecto la institución, dijo Suppan.

En un reporte de junio de 2011, denomi-nado “Formación de precios en mercados financiarizados de productos básicos: El papel de la información”, la UNCTAD se-ñala que la financiarización de los merca-dos de productos básicos afecta de manera significativa los precios de los alimentos básicos. Detalla cómo los inversionistas financieros participan en los mercados de productos básicos tomando en cuenta modelos matemáticos y no las realidades de la oferta y la demanda, y esto “puede causar daños en la economía real, donde los precios de los alimentos inciden en la salud y el bienestar de la población, en es-pecial de los países menos ricos”.

Señala que en 2007-08 se formaron “bur-bujas de precios” (alzas significativas) en el petróleo y el maíz, y desde entonces los ”ges-tores de fondos de cobertura“ han intensifi-cado su acción en los mercados: siguen una estrategia de negociación que puede cons-truir y deshacer posiciones (en las lonjas) muy rápidamente, y lo hacen de forma ma-siva, en manada. Ha habido una estrecha correlación entre las variaciones de precios y los cambios de posición de esos actores desde el año 2009, afirma la UNCTAD.

Los alimentos han vuelto a

ser utilizados como arma de

guerra; son estratégicos para

la lucha por la hegemonía

la soberanía de una nación

depende de su capacidad de

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Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa.

ConvocatoriaConcurso Nacional Rompe con el Cambio Climático¿Realizas acciones para combatir el cambio climático desde tu escuela o comunidad?¡Es momento de premiar tu esfuerzo!

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a través del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, el Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Fundación Televisa, convocan alConcurso Nacional Rompe con el cambio climático: ¡Cierra el círculo!

Podrán participar grupos de jóvenes mexicanas y mexicanos de entre 18 y 29 de edad, que sean estudiantes de Educación Media Superior o Superior de instituciones públicas o privadas, así como organizaciones juveniles que realicen acciones a favor del medio ambiente en la República Mexicana.

Registra tu participación si has colaborado en actividades como:

a) Reforestación, limpieza de áreas naturales o espacios públicos, manejo integral de residuos, uso eficiente de agua, entre otros.

b) Labores de concientización ambiental como cursos, talleres, campañas o foros.

c) Desarrollo de tecnologías o prácticas innovadoras que contribuyan al combate al cambio climático o al desarrollo sustentable.

d) Promoción de iniciativas de ley, acuerdos nacionales o internacionales o defensa de derechos ambientales.

Consulta las bases en www.semarnat.gob.mx y en www.rompeconelcambioclimatico.gob.mx

Tienes del 16 de julio al 31 de agosto para inscribir tu proyecto.

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CULTIVOS TRANSGÉNICOS: ¿SOLUCIÓN A LA CRISIS ALIMENTARIA?Yolanda Massieu • [email protected]

Hace ya casi 20 años que comenzaron a aparecer los cultivos transgéni-cos. Polémicos desde

su nacimiento, y con siembra co-mercial en un reducido número de países, su avance ha sido constante a partir de 1995 (año en que se sembró por primera vez, en México y Esta-dos Unidos, el jitomate transgénico FlvrSvr, de larga vida de anaquel).

En 2010 ocupan 148 millones de hectáreas en 29 países y sólo en diez de ellos se siembra más de un millón de hectáreas a nivel comer-cial, de los cuales destacan, por la magnitud de superficie sembrada, Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá. Se trata básica-mente de cinco cultivos: maíz, soya, algodón, canola o colza y papaya. La discusión respecto a su conveniencia comprende tanto riesgos para la salud del que los consume (lo cual no se ha demos-trado fehacientemente, pero hay que recordar que la investigación al respecto es escasa y en muchos casos financiada por las propias corporaciones que los producen), como riesgos ambientales, los cua-les son mucho más probables y en algunos casos, como el de la soya transgénica resistente a herbicidas, están más que demostrados.

Esta soya, que es el cultivo trans-génico que más se siembra, sobre todo en Brasil, Argentina y Estados Unidos, permite la aplicación de grandes cantidades del herbicida glifosato. Al ser la planta transgéni-ca resistente, acaba sobreviviendo sólo ésta, mientras que los microor-ganismos, flora y fauna locales desaparecen. Es decir, acaba con la diversidad de los ecosistemas don-de se siembra, además de que el herbicida contamina suelo y agua.

Los riesgos ambientales en la siembra de cultivos transgénicos están asociados a pérdida de bio-diversidad y contaminación. Hay básicamente dos transformaciones comerciales: la resistencia a insec-tos y a herbicidas, y en menor medi-da, a virus (transformación presente en la papaya). La resistencia a insec-tos puede tener un efecto ambiental benéfico al disminuir la cantidad de insecticida arrojado al ambiente.

A estos riesgos habría que agregar los inherentes a los extensos mono-cultivos transgénicos, que expresan claramente el modelo de agricultu-ra industrial, tan apreciado por las grandes corporaciones multinacio-nales. Este modelo ya fue experi-mentado ampliamente con la Re-volución Verde (RV) en la segunda mitad del Siglo XX y, si bien logró aumentos de rendimientos de algu-nos cultivos básicos, tuvo altos cos-tos económicos y consecuencias ambientales y sociales negativas. Al igual que la presente agricultura transgénica, los principales promo-tores y beneficiarios del cambio tecnológico de la RV fueron las grandes compañías multinaciona-les fabricantes de los insumos.

La agricultura transgénica pro-fundiza los rasgos del monocul-tivo y acentúa principalmente uno ya presente en la RV: la erosión y homogeneidad genéticas, que a la larga aumentan los riesgos ante el ataque de plagas. Una diferencia es que, al contrario de la RV, en cuanto a los cultivos transgénicos hay serias dudas respecto al au-mento de rendimientos. El éxito del maíz Bt resistente a insectos y la soya transgénica resistente a herbicidas obedece, por un lado, a ciertas ventajas para el productor y, por otro, a los cuantiosos subsi-

dios gubernamentales en el caso de Estados Unidos y la decidida promoción gubernamental en los países que los siembran masiva-mente. Un aspecto importante son las significativas regalías que perciben las corporaciones por concepto de propiedad intelectual. Se manifiesta así una agudización de la privatización de los recursos genéticos para la alimentación, y el poder y control de las corpora-ciones llega ahora a la estructura biológica más íntima: los genes.

Esto último representa una ame-naza para la autonomía de los productores agrícolas que produ-cen su propia semilla y hay casos de demandas de piratería a éstos por parte de las corporaciones, cuando sus campos se han conta-minado accidentalmente. Sobre todo en plantas de polinización abierta, como el maíz, la siembra de un cultivo transgénico junto a otros que no lo son, implica que necesariamente estos últimos reci-birán los transgenes por medio del polen, pese a que en la regulación se hable ahora de la “coexistencia” de ambos tipos de plantas.

Nuestro país, al ser centro de origen del maíz y ser éste es su principal alimento, además de la vecindad con Estados Unidos, se encuentra

particularmente vulnerable. Desde el primer descubrimiento de trans-genes en maíz en 2001, se han suce-dido descubrimientos semejantes en casi todo el territorio nacional, pese a que la siembra liberalizada de estos maíces aún no está autori-zada (aunque avancen las pruebas de campo y existan fuertes presio-nes para ello). Queda sólo a las or-ganizaciones civiles, campesinas y ambientalistas la protección del pa-trimonio que significa la diversidad genética de los maíces mexicanos, pues al gobierno mexicano esto pa-rece no importarle.

Otro efecto negativo de estas nue-vas plantas en México es el recien-te hallazgo de transgenes de soya en miel de exportación de Cam-peche. Está en riesgo un nicho de mercado que ha sido beneficioso para los campesinos mayas, mien-tras se autorizan 250,000 hectáreas de pruebas de soya transgénica en el país, 30,000 en la península de Yucatán. El riesgo de contamina-ción del agua subterránea de la pe-nínsula con el herbicida glifosato es también muy alto si el cultivo de esta soya se expande.

Llama la atención que una tecno-logía con más riesgos que ventajas, como la de los cultivos transgéni-cos, siga siendo esgrimida como la única solución al problema del hambre en el mundo por sus apologistas (promesa que incum-plió la RV) y que, en la visión de muchos de nuestros funcionarios gubernamentales, se nieguen in-sistentemente las virtudes de la agricultura campesina biodiversa y se promueva sin concesiones el monocultivo propuesto por las cor-poraciones transnacionales como la única modernización deseable para la agricultura mexicana.

Evento: Exposición Bioar-tesanía. Organiza: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y Mu-seo de Arte Popular (MAP). Lugar y fecha: Museo de Arte Popular (Independencia entre las calles de Revillagigedo y José Azueta), a partir del 21 de julio de 2012.

Informes: http://su.pr/Al14oz

Evento: Premiación del 5to. Festival Internacional Cine en el Campo. Organiza: Fes-tival Internacional Cine en el Campo. Lugar y fecha: Museo Nacional de Arte (Tacuba 8. Centro Histórico), 25 de julio, 19:00 horas.

Informes: cinecampofest.com

Evento: 4to. Foro Nacio-nal Indígena. Fortalecer y fomentar el rescate de las tradiciones y la identidad indígena. Organiza: COCYP. Lugar y fecha: Parque Temá-tico Takilhsukut. Del 3 al 5 de agosto de 2012.

Informes: http://su.pr/2b91mk/

Libro: Los Grandes Proble-mas Nacionales. Diálogos por la Regeneración de Mé-xico. Coordinador: Armando Bartra. Editorial Itaca.

Libro: Dinámicas del mer-cado de la tierra en América Latina y el Caribe: concen-tración y extranjeriación. Autores: Varios. Editores: FAO / Fernando Soto Baque-ro y Sergio Gómez.

Nuestro país, al ser

centro de origen del maíz

y ser éste es su principal

alimento, además de la

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DERECHO A LA ALIMENTACIÓN EN LA LEY: ¿CÓMO ASEGURAR QUE TODOS COMAN?Liza Covantes • [email protected]

Después de la Cumbre Mundial de Alimenta-ción en 1996, el Comité de Derechos Económi-

cos, Sociales y Culturales de Nacio-nes Unidas convocó a expertos en temas alimentarios (agrónomos, nu-triólogos, antropólogos y otros) –que desarrollaron con claridad el signi-ficado de derecho a la alimentación adecuada (DAA) para el entendi-miento de los gobiernos firmantes y obligados del Pacto Internacional so-bre los Derechos Económicos, Socia-les y Culturales (PIDESC)– con la in-tención de que este pacto se cumpla.

La convocatoria fue también para la comprensión de los gobernados, quienes participaron en las discu-siones (por medio de organizacio-nes civiles).

La discusión derivó en una pro-puesta acordada por el Comité DESC y gobiernos, denominada Observación General Número 12 sobre el Derecho a una Alimenta-ción Adecuada, que resumo para saber qué hacer para que se cum-pla el PIDESC desde varios espa-cios (gobierno, legisladores y con acciones de la sociedad mexicana).

El punto de partida fue el artículo 11 del PIDESC:

1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimen-tación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las con-diciones de existencia. (…) tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho…

2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho funda-mental de toda persona a estar prote-gida contra el hambre, adoptarán,(…)

las medidas, incluidos programas con-cretos, que se necesitan para:

a) Mejorar los métodos de produc-ción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utili-zación de los conocimientos técni-cos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y(…);

b) Asegurar una distribución equi-tativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta la problemática de los países, ya sean importadores o exportadores de alimentos.

La Observación afirma que el DAA es inseparable de la dignidad huma-na; es indispensable para el disfrute de otros derechos humanos (la vida, salud, libertad, etcétera), y su cum-plimiento está unido a la justicia social, pues requiere que los gobier-nos adopten políticas económicas,

ambientales y sociales adecuadas y orientadas a la erradicación del hambre (inmediato) y la pobreza (mediano plazo), para el disfrute del resto de los derechos (largo plazo).

Se reconocen problemas como: hambre crónica en los países po-bres, y hambrunas por desastres na-turales y humanos (conflictos béli-cos, desplazamiento de gente de sus tierras de cultivo), derivados del de-terioro ambiental y del manejo de los alimentos como arma política.

También los derivados por mal-nutrición (insuficiente ingesta y consumo de alimentos no sanos que llevan a perder la salud). Por ello, hace énfasis en que garanti-zar el “derecho a una alimentación adecuada y el derecho a estar pro-tegido contra el hambre” significa acabar con la hambruna, la desnu-trición y la malnutrición.

El documento no omite señalar que la raíz del problema del ham-bre y la malnutrición no está en la falta de alimento, sino en la falta de acceso a alimentos adecuados y a una injusta distribución del ingreso entre países, como dentro de éstos.

Entonces, el DAA “…se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso físico y econó-mico, en todo momento, a la ali-mentación adecuada o a medios para obtenerla”. Un alimento ade-cuado es sano (no dañinos a la sa-lud –inocuos– y nutritivos) y con-templa la cultura de la gente, no cualquier alimento al que se vea obligada a comer. Urbanos ejercen su derecho con trabajo a cambio de salario digno que permita ad-quirir alimentos adecuados para sí y su familia y población rural ejerce su derecho si con acceso a la tierra, otros recursos naturales y apoyos produce sus alimentos.

Para cerrar, se reconoce y compren-de diferencias de condiciones de los países para que su población ejerza pleno DAA, por ello la obligación de los gobiernos para que éste y otros derechos se cumplan de ma-nera progresiva, sin marcha atrás.

El PIDESC se aprobó en 1966 y entró en vigor en 1976; México lo ratificó en 1981, pero los gobiernos posteriores hicieron lo contrario a lo pactado. Se inició el abandono de la política para producir alimen-tos para consumo nacional y mu-chos se vieron obligados a migrar en busca de ingreso para comer, abandonando sus tierras de culti-vo. En las ciudades disminuyó el consumo de alimentos nacionales, frescos y empezó la importación de alimentos ajenos a la cultura, poco nutritivos y de dudosa inocuidad.

Mientras finalizaban las nego-ciaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), organizaciones urba-nas y campesinas, preocupadas por los cambios en la política agroalimentaria, formaron el Frente por el Derecho a la Ali-mentación (FDA) para defender las acciones públicas a favor de la alimentación. En 1992, el 16 de octubre –Día Mundial de la Ali-mentación–, hicieron la petición formal al Congreso de la Unión para el reconocimiento del dere-cho humano a la alimentación en la Constitución Política.

Debieron transcurrir 19 años para que la petición tuviera éxito. El 29 de abril de 2011 se aprobó la refor-ma constitucional.

La realidad es amarga: tenemos un campo devastado; 28 millones de personas en extrema pobreza con hambre; casi 70 por ciento de la población con sobrepeso y obesi-dad, esta última asociada a las cua-tro primeras causas de muerte en el país (lo que implica 750 decesos al día), y algo inhumano, ¡miles de niños diabéticos antes de cumplir su primera década de vida!

Dos reformas asociadas se hicie-ron y así dice la Constitución:

Artículo 4°: El Estado tiene la obli-gación de garantizar eficientemente el acceso de toda persona a una ali-mentación suficiente y de calidad, que le permita satisfacer sus nece-sidades nutricionales que aseguren su desarrollo físico y mental.

Artículo 27, que adiciona un párra-fo a su fracción XXl: El desarrollo rural integral y sustentable (…) también tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto sufi-ciente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca.

¿Qué sigue para que el DAA se cumpla? Hay tareas legislativas pendientes: la construcción de una ley general del derecho a la ali-mentación y reformar varias para hacerlas congruentes, así como aprobar presupuestos etiquetados para producir comida sana y para que se consuma. Diputados y sena-dores salientes, junto con sociedad civil, conformaron un Frente Par-lamentario contra el Hambre y se espera sea retomado por los legis-ladores entrantes.

El gobierno nuevo tendrá que re-diseñar la política agroalimentaria bajo el cumplimiento de derechos humanos y se esperaría que esto se haga con participación civil, de tal forma que se resuelvan los proble-mas alimentarios que vivimos.

También hay muchas tareas para la sociedad civil, en aras del cum-plimiento del DAA para toda la población, así como la denuncia, si se omite, obstaculiza o se viola el derecho.

EnfermedadTotal

2007

Muertes promedio por día

Hombres2007

Mujeres2007

Población 65 años y más 2007

Total2008

Muertes promedio por día

Hombres2008

Mujeres2008

Población 65 años y más 2008

DEFUNCIONES TOTALES 514 246 538 288

mismas cifras de 2007

1 Diabetes mellitus 70 512 193.2 33 310 37 202 37 509 75 572 207 33 265 39 913 37 509

2Enfermedades isquémicas del corazón

56 021 153.5 31 478 24 543 37 380 59 579 163.1 31 318 25 943 37 380

3 Enfermedad cerebrovascular 29 274 80 13 912 15 362 20 327 30 212 82.8 13,894 15 840 20 327

7 Enfermedades hipertensivas 14 595 40 6 223 8 372 9 521 15 694 43 6 353 8 898 9 521

12 Desnutrición calórico protéica 8 732 24 4 199* 4 533** 6 136*** 8 310 22.8 4 165# 4 238## 6 136***

TOTALES 179 134(sin anemia)

490.7 89 122 93 616(+ nemia)

75 734(+ anemia)

192 958(+ nemia) 528.5 88 995 96 758

(+ anemia)113 243(+ anemia)

Anemia N/R No registradas 3 604 2 370 3 591 9.84 No

registradas 1 926 2 370

Fuente : Elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información en Salud (Sinais), 2007 y 2008. No hay disponible datos actualizados en julio 2012.Nota: Anemia no siempre está registrada, no entra dentro de las primeras 15 causas de muerte. Para verla, hay que revisar la información de causa de muerte de mujeres y/o de población mayor a 65 años..

Enfermedades principales causas de muerte en México, asociadas a malnutrición: obesidad y desnutrición (2007 y 2008)

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BIENESTAR, EL RETO DE LA POLÍTICA ALIMENTARIA Y NUTRICIONALJulieta Ponce • COA Nutrición; miembro del grupo coordinador del Fonan • [email protected]

Los olvidados por gobiernos de los pasados 30 años son también los que ya no es-tán. Un millón 300 mil

niños y niñas no hubieran muerto si un modelo de nutrición y salud de vigilancia básica fuera la lógi-ca de una política pública basada en el bienestar con garantía de los derechos humanos. La mala nutri-ción provocada o ignorada obliga a replantearnos como nación el con-cepto de políticas para la vida digna.

Los resultados son reprobatorios en materia de alimentación y nu-trición en este final de sexenio. Se entrega el país con cinco millones de niños y niñas con hambre, un millón de ellos con desnutrición; 4.5 millones de niños de cinco a 11 años de edad con sobrepeso, y 28 millones de mexicanos con pobreza alimentaria o, en realidad, con po-bre alimentación de dudosa calidad.

La falta diaria de alimento saluda-ble impide el desarrollo pleno de las capacidades físicas, mentales y emocionales de la persona. La des-nutrición infantil eleva el riesgo de padecer obesidad y con peores afecciones metabólicas en la edad adulta, esto convierte en pocos años a una comunidad empobreci-da en improductiva y dependiente, incapaz de generar por sí misma un entorno sustentable.

México, sin cumplir con su tarea de combatir la desnutrición, transitó a

la obesidad, ahora con el 70 por ciento de los adultos con sobrepeso y el riesgo latente de enfermar cró-nicamente por diabetes, enferme-dades cardiovasculares o cáncer. El gasto excesivo en los tratamientos médicos especializados se ha con-vertido en un nuevo brazo de em-pobrecimiento y una causa de dis-criminación en el servicio de salud.

En zonas rurales, campesinas e in-dígenas, los programas de ayuda ali-mentaria como Oportunidades han favorecido el consumo de alimen-tos industrializados de baja calidad, gracias a la transferencia condicio-nada de dinero, en lugar de fortale-cer un sistema nutricional alineado con los sistemas de atención a la salud, educación y vivienda. Son 30 mil millones de pesos con atención a seis millones de familias. Esto se-ría suficiente para operar sistemas de ayuda alimentaria basados en

la producción sustentable regional, para subsidiar una parte de la ca-nasta básica y reactivar la economía local por el consumo preferente de poblaciones beneficiarias.

La vulnerabilidad en el campo se debe a la asimetría de oportunida-des generada por la imposición del modelo neoliberal con protección especial para grandes corporativos y obligando a los pequeños producto-res de alimentos a trabajar la tierra en las peores condiciones de compe-titividad. Las políticas le apostaron a una agricultura sin campesinos.

Este patrón de supervivencia desde 1982 terminó por expulsar del cam-po mexicano a más de 15 millones de personas; desde entonces el cam-pesinado se ha ido envejeciendo y feminizando. El 90 por ciento del territorio rural nacional está en manos de ejidatarios por arriba de los 55 años y hay 400 mil mujeres al frente de unidades rurales, muje-res con tasas elevadas de una niñez desnutrida, de estatura pequeña y anemia durante los embarazos, hoy jefas de familia tratando de recupe-rar el campo.

La desnutrición y la pobreza son sobre todo rurales, pero la desigual-dad está generalizada. México dis-pone de tres mil 200 calorías diarias per cápita, que para una persona adulta sobrepasa la recomendación energética. Si existen personas con hambre es un asunto de desigual-

dad social. El alimento básico no llega a quien debe llegar, empero la chatarra llega a toda la población.

Para combatir la pobreza se re-quiere erradicar la desnutrición, el hambre, la riqueza inmoral, el desempleo y la ignorancia.

El Foro Nacional para la Cons-trucción de la Política Alimentaria y Nutricional (Fonan), convocado por universidades e instituciones de investigación, representa la oportu-nidad para integrar la experiencia técnica de la academia a las obli-gaciones irrenunciables del Estado frente a una crisis institucional en medio de otras crisis: alimentaria, económica, ecológica y de salud. Reunidos, más de 75 científicos e intelectuales, organizados por ejes de trabajo, han definido elementos sustantivos para trazar un nuevo sistema alimentario y nutricional, además de la conformación de in-dicadores regionalizados para el ob-servatorio permanente de la opera-ción y los resultados de esta política.

Poner a las personas en el centro de la política es un acuerdo ge-neral del Fonan. El bienestar, los derechos humanos-ambientales, el desarrollo social y el crecimien-to económico, deben ser los ejes transversales de la nueva política alimentaria y nutricional.

Se requiere un sistema de inteli-gencia epidemiológica desde el

nacimiento. Proteger y promover la lactancia materna, y un modelo de atención integral para niños y niñas menores a cinco años junto con sus madres, donde la alimentación pro-mueva el neurodesarrollo, el apren-dizaje y el acompañamiento con cariño. Se debe sustituir la tienda escolar con los comedores escolares como espacios donde se viva la ex-periencia de comer bien y de forma digna en colectivo. Todos los espa-cios educativos deben ser declarados como libres de comida chatarra.

Un sistema de contención de la obesidad en adultos y un progra-ma de seguridad alimentaria para ancianos para el control de riesgos. Asegurar el acceso al agua limpia para todas las comunidades por de-recho, así como la regulación de la publicidad de alimentos y el orde-namiento de la venta de comida ca-llejera, son otras recomendaciones.

El Fonan plantea la soberanía alimentaria en sí misma como propuesta de política justa y nece-saria, para asegurar la dignidad y las formas de vida campesina e indíge-na, para proveer alimentos sanos y de calidad en una nueva canasta bá-sica de alimentos mexicanos. Una política que permita a los pueblos empobrecidos volver a ser producti-vos, erradicando hambre y pobreza en sus propias localidades; se pro-pone una estrategia para incorpo-rar a más personas a las actividades agrarias, como motores de una eco-nomía ruralizada, regionalizada y sostenible, fuera de los movimientos especulatorios y financieros.

Programa de subsidio de frijol y maíz, asegurando su consumo en programas de ayuda alimentaria en poblaciones vulnerables y un resguardo alimentario en caso de emergencia climática o desastres naturales. Crear vínculos entre la población agraria y urbana; reto-mar el binomio producción-con-sumo, para producir con nuevos modelos de alianzas comerciales entre pequeños productores que sean sujetos de crédito en condicio-nes de justicia en mercados locales. Una política de nuevas prácticas agrarias y alimentarias para enfriar el planeta y nutrir a sus habitantes, son planteamientos del Fonan.

El suelo mexicano tiene la capaci-dad de alimentar a la población en un nuevo pacto social para el reor-denamiento del Estado, con respeto y garantía al derecho a la alimenta-ción para vivir con bienestar, en un futuro donde la nutrición permita el máximo desarrollo de las capacida-des humanas, desde el nacimiento hasta la muerte con dignidad.

La desnutrición y la

pobreza son sobre

todo rurales, pero

la desigualdad está

generalizada. México

dispone de tres mil 200

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que para una persona

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ASESINATOS DE CAMPESINOS EN PARAGUAY Y VENEZUELA: NEGROS PRESAGIOS PARA LA DEMOCRACIAAdelita San Vicente Tello • Directora de Semillas de Vida, AC • [email protected]

En pocos meses, en Ve-nezuela “han asesinado a cinco yukpas. El 13 de abril, Silfrido Romero y

Ronald Ramos fueron emboscados y asesinados, mientras cazaban animales para alimentar a sus fa-milias. Mientras, los compañeros Alexander Fernández, José Luis y Leonel Romero fueron secuestra-dos y asesinados por sicarios en-capuchados en la madrugada del 23 de junio en tierras recuperadas por ellos”. En otra zona, la Costa Oriental del Lago, el 20 de junio, José Ríos Pichardo, del Frente Ji-rajara fue asesinado. (http://bravo-suruc.blogspot.mx/)

Por las mismas fechas en Paraguay, el 15 de junio “un grupo de policías que iba a cumplir una orden de desalojo en el departamento de Ca-nindeyú, en la frontera con Brasil, fue emboscado por francotiradores,

mezclados con campesinos que re-clamaban tierras para sobrevivir. La orden fue dada por un juez y una fiscal para proteger a un latifundis-ta. Como resultado, hubo 17 muer-tos –seis policías y 11 campesinos –y decenas de heridos graves”. (Mén-dez Grimaldi Idilio, 2012. Monsan-to golpea en Paraguay: “Los muer-tos de Curuguaty y el juicio político a Lugo”, http://su.pr/1QDgP8).

En ambos casos, además del arte-ro asesinato de campesinos, hay un factor en común: las luchas campesinas por recuperar las tie-rras ocupadas por latifundios. En Paraguay “el 85 por ciento de las tierras, unos 30 millones de hec-táreas, está en manos del dos por ciento de propietarios que se de-dican a la producción meramente extractivista o en el peor de los casos a la especulación sobre la tierra”. (Méndez, 2012). Mientras

en Venezuela “hay una guerra de-clarada contra los yukpas, que han “osado” levantarse para luchar por sus tierras ancestrales, de las que han sido y están siendo desplaza-dos; los yukpas han venido dando la lucha por la legítima recupera-ción, demarcación y autodetermi-nación de sus territorios hoy en manos del latifundio.”

En este contexto quiero narrar la Semana de la Semilla Paragua-ya, realizada en mayo de 2011. Llamada ¡Heñoi jey Paraguay! en guaraní y bajo el lema “¡Nuestras semillas, nuestra soberanía!”, se desarrolló esta gran feria de semi-llas con la presencia del presidente Lugo y alrededor de 500 campe-sinos invitados. Organizada por el hoy destituido presidente del Servicio de Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), Miguel Lovera, esta fe-

ria demostraba el esfuerzo que se estaba dando en Paraguay para recuperar las semillas pero, sobre todo, para apoyar a los indígenas y campesinos en la recuperación de sus territorios. Durante varios días se discutió, platicó y se convi-vió. Breves presentaciones y largas filas de participantes que querían emitir su opinión, la mayor parte de las veces en guaraní. Una de las últimas participaciones, de una mujer campesina, fue para hacer una pregunta a Miguel Lovera, quien estuvo presente a lo largo de todo el evento: “¿Queremos un país de soja o un país de choclo?” La disyuntiva se traduce en la al-ternativa entre dos modelos que se confrontan, uno que incluye a los indígenas y campesinos y otro que implica a los grandes latifundistas y los transgénicos.

Un año después, tristemente so-mos testigos del triunfo en Para-guay de un modelo que se impone con sangre, engaños e ilegalidad y que es capaz de destituir a un go-bierno democrático. Un modelo en el que “el ministro de Agricul-tura y Ganadería, Enzo Cardozo, de tendencia liberal, autorizó ile-galmente la siembra comercial de la semilla de algodón transgénico Bollgard Bt, de Monsanto.

Antes Miguel Lovera se negó a ins-cribir tal semilla transgénica en los registros de cultivares, por carecer de los dictámenes del Ministerio de Salud y de la Secretaría del Am-biente, tal como exige la legislación (Méndez, 2012). A partir de su nega-tiva, se inicio una campaña mediá-tica en contra de Lovera y los minis-tros que negaron los permisos. Los grupos de poder que manejan los medios de comunicación, ligados a terratenientes y a las trasnaciona-les del agronegocio demandaban la destitución de Miguel Lovera del Senave, así como la liberalización de todas las semillas transgénicas para su cultivo comercial.

Esta campaña culminó en la ma-tanza de Curuguaty el 15 de junio, a raíz del desalojo de campesinos

que tenían ocupadas unas dos mil hectáreas que un terrateniente se había apropiado con “subterfugios legales”. Mientras sucedía eso, se realizaba una exposición anual organizada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, en la que Monsanto presentaba otra variedad de algodón, doblemente transgénico: Bt y RR (Méndez, 2012). Una semana después el Congreso destituyó al presidente Lugo. El gobierno se derechiza y el propio Lugo denuncia que “quien preside el Senave es un vendedor de agrotóxicos”.

En cuanto a Venezuela observa-mos con preocupación que mien-tras se construye un país con la participación de la mayoría, también es amenazado por los terratenientes y por intereses par-ticulares. En mayo pasado en Co-jedes se realizó el Congreso sobre Diversidad Biológica, con más de tres mil participantes entre estu-diantes, campesinos, organiza-ciones sociales y funcionarios; en una semana de presentaciones y debates se llegó a la construcción colectiva de una agenda a presen-tar en Río+20. A pesar del entu-siasmo, las declaraciones en tor-no a los asesinatos de campesinos crearon desazón: “Están matando a nuestros dirigentes campesinos, a los que luchan por la recupera-ción de las tierras en manos de terratenientes y no observamos una acción contundente del Esta-do para detener esta serie de ase-sinatos que se acercan a los 300. Incluso se cuestionó a algunos funcionarios”, se dijo.

Ante ello sirva retomar las pala-bras de los jóvenes, que en su la-bor cultural difunden el camino propuesto por las propias orga-nizaciones campesinas: “Ahora, más que nunca, es necesario re-cuperar nuestro ímpetu comba-tivo, nuestra histórica rebeldía y garantizar la movilización revo-lucionaria como única forma de mantener este proceso en manos del pueblo. Las masas campesi-nas reafirmamos la lucha contra el latifundio, liderada por nuestro comandante Hugo Chávez Frías en contra del ajusticiamiento de nuestros dirigentes populares y campesinos en manos del latifun-dio. Aunque se reconoce que es una situación de gran compleji-dad y en la que juegan varios fac-tores de poder y de intereses que pueden estar conspirando para crear una atmósfera de inestabi-lidad”. (http://bravosuruc.blogs-pot.mx/)

Estemos atentos: ¡las ratas se cue-lan por las rendijas!

En Paraguay “el 85 por

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Chiapas

CIRSA, CASI DOS DÉCADAS ORGANIZADOSRamses Arturo Cruz Arenas

En memoria de Arturo León

Zacarías y Salmos: Son las 9 a.m., en hora de dios, como se le dice acá a la hora normal pues no se

acata el horario de verano; en el fondo una banda suena estriden-te. Todos empiezan a correr y uno dice: “ya llegó”. Se refiere a Marce-lo, el párroco de Simojovel. Inicia entonces la celebración del 19 ani-versario de la fundación de Comu-nidades Indígenas de la Región de Simojovel de Allende (CIRSA).

Durante la eucaristía, Marcelo hace una interpretación de la Bi-blia mezclada con la sabia indíge-na y –en referencia a los libros de Zacarías y a los Salmos, que hablan de la libertad del hombre– equipara a los pueblos originarios con el he-

breo, el cual mientras estuvo desor-ganizado fue explotado bajo el yugo egipcio. Una metáfora que bien aplica a los tzotziles de la región,

quienes por mucho tiempo fueron acasillados en las fincas cafetaleras de Simojovel y Huitiupán. “Traba-jábamos desde antes del amanecer hasta que el sol se ponía”, cuenta don Andrés, uno de los fundadores de la CIRSA y miembro del consejo consultivo de la organización.

Después de un largo proceso de lu-cha que llevó a la región a ser una de las más convulsivas en el estado, los indígenas fueron recuperando las tierras, convirtiéndose durante un par de décadas en bastión de la Cen-tral Independiente Obrero Cam-pesina (CIOAC), al tiempo que el zapatismo sembraba su semilla en lo profundo de la selva. La lucha social abrió otro frente, el de la apropiación del proceso productivo del café, y en eso CIRSA es la vanguardia.

En los 80s los indios de la región aún luchaban por la tierra y mu-chos vivían en la órbita de la finca: hombres sin tierra, sin libertad, sin dignidad, semiesclavizados bajo la forma de servidumbre por deudas y acasillados. El finquero era, por usar las palabras de Paz, un ogro filantró-pico que lo mismo les regañaba y pegaba, les ponía el cepo o los metía en la cárcel, que era compadre de sus indios, padre de niños que tenía con las mujeres que eran casi de su propiedad, protector al que se acudía en caso de necesidad y vínculo con el santo patrono de la finca. Pero eso, lenta y progresivamente se fue aca-bando. Hoy los antiguos finqueros son comerciantes en Simojovel y mu-chos de los indios son dueños de sus tierras, cultivan sus milpas, tienen sus potreros y arropan sus cafetales.

Si durante la lucha por la tierra el enemigo jurado era el finquero, como productores de café la traba era la comercialización y, sobre todo, el coyote. Los productores de esta región recibían una miseria por el aromático. Hacia fines de 1988 –en medio de una profunda crisis de la caficultura nacional y la desapa-rición del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé)– los miembros de unas 12 comunidades iniciaron un proceso autogestivo. Su principal objetivo era encontrar canales de comercialización y mejores pre-cios; fueron apoyados por el cura Joel Padrón, representante directo de monseñor Samuel Ruiz y segui-dor de la apuesta por los pobres de la Teología de la Liberación.

Esa búsqueda los llevó a Oaxaca, donde la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), que realizaba los prime-ros ensayos de lo que después se llamaría Comercio Justo, empezó a comprarles café. Pero los proble-mas de lejanía pronto hicieron su efecto. Por sugerencia de la UCI-RI, ese grupo se acercó a Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (Ismam), una organización chia-paneca orientada fuertemente a la producción orgánica, que los apoyó con la comercialización du-rante un breve lapso. Finalmente, hacia 1992 la experiencia autoges-tiva cobró nombre jurídico y, bajo la forma de triple S, nació CIRSA. Actualmente tiene 581 socios de unas 31 comunidades, y su área de influencia transgredió el ámbito regional pues va desde Simojovel –su municipio base–, Huitiupán,

El Bosque, Jitotol y Amatán, en la región norte, hasta Chalchihuitán, municipio que es más bien de los Altos de Chiapas.

Desde sus inicios, CIRSA ha desti-nado a la exportación su café, que es básicamente orgánico con sello de Comercio Justo. En particular lo coloca en Alemania y Estados Unidos, pero también ha empezado a explorar los mercados locales y re-gionales, donde uno puede encon-trar Biocirsa, su café tostado y moli-do presentado en bolsa metalizada. Incluso CIRSA tiene ya una cafete-ría en el centro de Simojovel. Hoy esta organización es un ejemplo de cómo las comunidades auto organi-zadas logran producir para el mer-cado mundial, apoyan a sus socios y a la vez cuidan el medio ambiente, y es que pasaron de la búsqueda de mejores precios a la generación de bienestar y de una conciencia eco-lógica profunda en sus socios.

Especializaciones amorfas: mil-pas y cafetales. Si bien CIRSA es una organización eminentemente cafetalera, sus miembros no sólo se dedican al aromático. No olvide-mos que el cafeticultor promedio también se dedica a producir su milpa – o como ahora le llaman maíz en policultivo–. Algunos tienen incluso ganado, que cuan-do es importante es para venta, y cuando es poco hace las veces de alcancía familiar, siempre dispues-to a usarse en casos de emergencia. Y es que la milpa constituye ese sistema productivo y de relaciones sociales complejo en el que no sólo se siembra el maíz, sino otras plantas como el frijol, la calabaza y el chile. Así, en los tiempos en que se recomienda la homogenei-dad productiva, la milpa se resiste a morir. Y no hay otro tipo de pro-

ducto tan diverso en todo el país, salvo el excepcional caso del café, que siendo una planta no endémi-ca del continente, fue adaptada a un sistema similar a la milpa: la huerta cafetalera.

El café es una planta benigna en muchos sentidos: en CIRSA, por ejemplo, se produce principalmen-te bajo sombra, esto es, cultivado en terrenos diversificados donde predomina el policultivo, lo que de arranque ya es ganancia. A dife-rencia del monocultivo, que es casi nulo en el estado –aunque predo-minante en lugares del extranjero que son potencia cafetalera, como el triangulo del café compuesto por Caldas, Quindío y Risaralda, en Colombia–, el policultivo es amiga-ble con el medio, territorio de com-pleja biodiversidad donde conviven animales y plantas; ayuda a la re-tención de suelos y con ello detiene la degradación, cosa no menor, de-bido a los escarpados y pendientes donde se encuentran los cafetales a lo largo y ancho del estado. A eso debemos agregar que gracias a la valorización y la creciente tenden-cia al consumo de productos orgá-nicos, se produce cada vez más bajo esta forma, lo que sin duda tiene sus impactos positivos al dejar fuera el uso de agroquímicos. Si tomamos en cuenta ciertos aspectos de la co-mercialización y del impacto a nivel familiar, comunitario y regional, así como la apuesta en el mercado con el Comercio Justo, el café pro-ducido por organizaciones sociales tiene un rostro sin duda amigable y, tal como reza el emblema de CIR-SA –“Comunidad indígena al servi-cio de la sociedad”– la sociedad en general se ve beneficiada por este tipo de lógica productiva basada en el respeto a la naturaleza y el trato entre iguales.

Desde sus inicios, CIRSA

ha destinado a la

exportación su café, que

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21 de julio de 201220

Convención Nacional contra la Imposición

ALIANZAS Y ORGANIZACIÓN PARA IMPULSAR LA DEMOCRACIAMayra Terrones y Lourdes Rudiño

Realizada en la plaza cen-tral del pueblo de San Salvador Atenco, la Con-vención Nacional contra

la Imposición concentró a unas tres mil personas, incluidos representan-tes de 496 organizaciones sociales de 29 entidades de la República, y más allá de los acuerdos, sirvió para intercambiar experiencias de lucha y resistencia social; para que unos aprendieran de los otros; para que los estudiantes participantes, miem-bros de #YoSoy132, profundizaran su entendimiento del porqué de la rebeldía de los atenquenses y del porqué de la desesperación de mu-chos ante el desplazamiento y des-pojo de tierras y otros recursos que sufren los pueblos campesinos, y para refrendar alianzas con respeto a la autonomía de cada agrupación.

La Convención, convocada por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de Atenco, ocurrió el 14 y 15 de julio; entre otros, parti-ciparon comuneros del pueblo mi-choacano de Cherán y de Huexca, Morelos; opositores a la presa La Parota; representantes de la Aso-ciación de Afectados Ambientales y de El Barzón; miembros del Sin-dicato Mexicano de Electricistas, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, de la Alianza de Tranviarios de Mé-xico, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, del Frente Nacio-nal para el Desarrollo Emiliano Zapata, del Frente de Mujeres de Izquierda, de la Liga de Trabaja-dores Socialistas, del Movimiento Regeneración Nacional, del Con-sejo Nacional de Organizaciones Campesinas, etcétera, y también, a título individual, amas de casa, académicos, empleados, desem-pleados, obreros, víctimas de la guerra contra el narcotráfico, y por supuesto muchos jóvenes.

Los acuerdos, ya se han difundido; incluyen desde la tercera moviliza-ción anti-imposición de Enrique Peña Nieto en todas las plazas del país el 25 de julio, hasta la “toma” del Congreso el 30 de noviembre y 1 de diciembre para impedir que el candidato del PRI asuma la Presi-dencia, pasando por un ensayo de huelga general en agosto, las tomas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de instalacio-nes de Televisa, la realización de la Segunda Convención Nacional Contra la Imposición el 22 y 23 de septiembre en Oaxaca y moviliza-ciones a lo largo de noviembre, con la aclaración hecha posteriormente por voceros del #YoSoy132 de que todos estos resolutivos no son asu-midos por su movimiento, pues tendrán que ser discutidos y san-

cionados en su próxima Asamblea Interuniversitaria, el 28 de julio.

Testimonios de participantes exaltaron la importancia de ac-tuar unidos, aprovechar la expe-riencia de las luchas de los movi-mientos sociales, el respeto a cada organización y, sobre todo, la posi-bilidad de que estas reuniones de-riven en acuerdos que trasciendan la impugnación electoral, a favor de la democratización del país.

Rodolfo Chávez Galindo, integrante del Consejo de Ejidos y Comunida-des Opositores a La Parota, conside-ró que “está muy bien” que se im-pugne la elección presidencial –“de

allí se parte”–, pero lo que viene después es la búsqueda de la demo-cracia real y amplia –planteamiento que ha surgido del #132, “pues los jóvenes demuestran mucho cono-cimiento y saben lo que necesita el país”–. Esto es fundamental, dijo, pues ya hay anuncios de los priistas sobre su interés de impulsar refor-mas estructurales importantes, “lo cual significa intentos privatizadores del petróleo, afectaciones laborales (…) cosas tremendas. Mientras haya desempleados y no haya un verdade-ro derecho a huelga ni contratos co-lectivos, mientras estén quitando las tierras a los campesinos para hacer presas o minas o cualquier cosa, no habrá democracia real, y esto es lo que queremos cambiar”, con la prio-ridad puesta por los jóvenes, “que es revertir lo más antidemocrático que hay, la manipulación de los medios de comunicación”.

Habló del respeto como punto de partida fundamental para que las alianzas sociales prosperen. “Quie-nes tenemos luchas en otros lugares

y que son de años, quienes tenemos participación social y política, tene-mos que respetar la independencia de los jóvenes del #132; respetar la frescura que trajeron a esta asam-blea. Ésta tiene generar proyectos unitarios pero con respeto a ellos y entre todas las organizaciones. Si se avanza en esto, podremos decir que es viable iniciar el proceso lar-go de la democratización del país con la sociedad organizada, y los no organizados, que es la mayoría. Se debe ir penetrando con ellos, incluso con los que vendieron su voto. Además hay que superar el corporativismo ancestral que tanto daño nos hace. Hay condiciones y una visión de triunfo”.

Gilberto Ramírez, miembro de la Comisión de Comunicación del #YoSoy132, pasante del posgrado de economía, profesor adjunto de la Facultad de Economía, y estudian-te de filosofía de la UNAM, afirmó que el vínculo entre el FPDT y el movimiento de estudiantes se da de manera natural. “Por un lado, Aten-co se ha vuelto un referente nacional de una lucha que se dio con mucha firmeza en contra de Enrique Peña Nieto, y por otro lado, en las univer-sidades públicas y privadas hay un sector numeroso que accede a la información por diversos medios, incluidos las alternativos y las redes sociales, y que se han dado cuenta desde hace seis años de que ha habi-do un proceso para imponer a Peña como presidente de la República”.

Los jóvenes sienten respeto por Atenco porque ellos, que son de los más golpeados por el desempleo, identifican a los campesinos de este lugar como quienes han defendido sus recursos productivos, su tierra, y esto es algo que permea entre los

estudiantes, señala y agrega: “Los jóvenes saben que el problema real no es la persona de Peña Nieto, sino todo lo que representa, su proyecto de gobierno, la forma como ha en-frentado a los movimiento sociales, la represión que ha ejercido, las violaciones, la persecución polí-tica, el despotismo. Por eso se ha fortalecido el vínculo de #132 con campesinos. Por ejemplo, se hizo el encuentro nacional de estudiantes en Huexa, Morelos, donde hubo un nexo con una comunidad que se defiende contra un proyecto ter-moeléctrico. Acudimos y aprende-mos de las comunidades, vemos qué son las mineras y todo lo que ocurre a nivel nacional con los recursos naturales, la entrega del petróleo, la destrucción de Luz y Fuerza, la privatización de la electriciad (…)”.

César del Valle Ramírez, estudiante de literatura de 24 años e hijo de Ig-nacio del Valle, líder del FPDT –que sufrió encarcelamiento durante más de cuatro años– dijo que el hecho de que los estudiantes de la Universidad Iberoamericana hayan reclamado el 11 de mayo a Peña Nieto por los agravios a Atenco fue gratificante. “Qué chido que se estudiantes de una universidad privada se indignen y no se dejen engañar. A partir de eso, decimos ‘nosotros estamos aquí, y en resistencia’”, sobre todo porque las autoridades mexiquenses mantienen su coraje porque los campesinos de los municipios de Atenco, Texcoco y Chimalhuacán frenaron la expropia-ción de sus tierras para la instalación del aeropuerto en 2001 y frustraron todos los negocios que se derivarían.

Y porque hay intentos constantes para despojar a los campesinos de la región de sus tierras, de las mismas que se querían para el aeropuerto (hoy día desde la Comisión Na-cional del Agua, con el pretexto de crear una zona de amortiguamien-to para el Lago de Texcoco), que se traducen en presiones tales como la intromisión de autoridades en asambleas ejidales para inducir a la venta de tierras, y la cancelación de pozos desde hace dos años, por falta de pago de luz, lo cual impide que unos tres mil campesinos cultiven igual número de hectáreas.

De acuerdo con César del Valle, el cambio social y político que re-

quiere el país no se logrará por la vía de las elecciones, pues las ins-tituciones que las organizan violan sus propias reglas y son parte de un sistema que pasa la varita presiden-cial sólo dentro de un grupo polí-tico. Por ello, “la alternativa que vemos es la organización, y hay que generar empleo. En Atenco no hay chamba, quizá tenemos que formar pequeñas cooperativas, que abastezcan nuestras propias co-munidades y que con base en eso podamos ir creciendo, generando conciencia, unidad, solidaridad”.

“En Atenco decimos somos #132 también, y todos han dicho ‘somos Atenco y ¡ay de aquél que no lo demuestre con sus actos!’ Y pensa-mos que no basta con movilizarnos y hacer una marcha de cien mil personas en el Zócalo. Eso no va a tirar al sistema. Tenemos que ge-nerar alternativas y una propuesta real que lo haga temblar, que les haga saber que aquí estamos y no nos vamos a mover hasta que ellos se quiten de allí.

“Si no logramos impedirlo (la im-posición de Peña), porque hace falta mucho trabajo para eso, que él se dé cuenta a qué se va a es-tar confrontando. Que no sólo es Atenco, también es #132, Cherán, Wirikuta, Chiapas, Parota (…) que ya no es la misma situación de hace algunos meses, y lo que po-demos generar aquí es al menos la organización amplia, incluyendo a los que están desorganizados”.

Damián Camacho Guzmán, miembro del FPDT y estudiante del posgrado de desarrollo rural de la Universidad Autónoma Metropo-litana, comentó que los anteceden-tes de confrontación constante entre los pueblos de Atenco y el gobierno mexiquense, así como con el propio Peña Nieto, lo que se vislumbra, si éste asume la Presidencia, es la re-presión a los movimientos sociales. Pero el surgimiento del #YoSoy132 y la existencia del FPDT como ac-tor central “nos coloca como dos referentes con capacidad para hacer una convocatoria más amplia; re-conocer que hay diversas visiones, formas de lucha, que vamos por diversos caminos, pero que tenemos intereses comunes y hoy el interés es impedir la imposición de Peña”.

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Damián Camacho, miembro del FPDT