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PUNTOS IMPORTANTES
EPOCAS DESTACADAS
ENTRETENIMIENTO
COMEDIA
HOROSCOPOS
Importancia de la época prehispánica
En este tema hablaremos específicamente del periodo histórico que
conocemos como época prehispánica. Que “Pre” significa antes de,
“Hispania” significa España, es decir, de la época anterior a la llegada
de los españoles. Para estudiar la época prehispánica, los historiadores
la han dividido en tres grandes periodos que abarcan varios cientos de
años: el Preclásico (2000 a. de C.-300 d. de C.), el Clásico (del 200 a.
de C. al 650-900 d. de C.), el Posclásico (del 900-1250 d. de C.)
En la medida que la ciencia y la tecnología avanzan, se van haciendo
nuevos descubrimientos que en ocasiones pertenecen a fechas más
antiguas de las conocidas. Algunos arqueólogos calculan el inicio de
un periodo con un margen de doscientos a trescientos años, por
ejemplo 1800 a. de C. a 1500 a. de C. para el Preclásico inferior o
temprano. Es posible que en los próximos cincuenta años estas
fechas cambien, debido a los nuevos hallazgos en los conocimientos
de los mayas.
El códice Dresden: Fue encontrado en Viena en 1739, aquerido por Juan
Cristian Gotze, bibliotecario real de Dresden, Alemania, quien lo dono a esa
institución. En este códice hay centenares de cálculos astronómicos y
matemáticos referentes a movimientos planetarios, eclipses y cuentas
calendarías, además de algunos temas religiosos.
El códice Madrid o Trocortesiano: Fue encontrado en España, en
dos secciones. Como la parte más grande perteneció a la familia Troy y Ortolano
de Madrid, se le llama Código Troano y se le denomino Códice cartesiano; y de
ahí provino el nombre de Trocortesiano. Tiene 7.50 metros de largo y contiene 56
hojas con 112 páginas iluminadas de 24 X 13 centímetros. Contiene una sección
de ritos referentes a Kukulkan e Itzamna.
Códice Peresiano: Fue encontrado en la Biblioteca Nacional de Paris,
Francia, en 1860. Estaba envuelta en un papel que tenía la palabra PERES. Solo
se conserva una parte que mide 1.45 metros de largo y tiene 22 páginas.
Contiene información calendaría con horóscopos; se refiere también al ciclo
agrícola anual y las influencias que recibe del Sol y la Luna, así como deidades
relacionadas con los cultivos.
Además de los códices, existen otras fuentes
primarias o directas que no permiten conocer
la cultura maya prehispánica, entre las
cuales encontramos figuras y distintos
objetos de barro, piedra, concha, caracol,
jade y otros materiales.
Periodo Preclásico al Posclásico Maya
Periodos históricos de la cultura maya
Periodos
Preclásico Inferior 2000 a. de C.- 1500 a 800 a. de C.
Medio 800 a 300 a. de C.
Superior 300 a. de C. a 200-300 d. de C.
Clásico Protoplásmico 200 a. de C. 300 d. de C.
Clásico temprano 300 a 600 d. de C.
Clásico tardío 600 a 900 d. de C.
Posclásico Posclásico temprano 900 a 1250 d. de C.
Posclásico tardío 1250 a 1521 d. de C.
CRUCIGRAMA
1
1
2
Horizontal
1. Fueron habitantes de este periodo eran cazadores, pescadores y
agricultores que usaban la coa o bastón sembrador.
2. Se encontraba ocupado casi todo el territorio que conocemos como área
maya, que incluyo la ocupación de cuevas en las que hay evidencia de
actividad domestica debido al alineamiento de las piedras en su
construcción, interiores con cuartos y objetos de uso doméstico.
VERTICAL:
1. Abarca desde el pacifico hasta el norte de la península de Yucatán.
2. Todas las curvas que usaron los mayas de Quintana Roo tenían o tienen
aún agua, ya sea pequeños ríos subterráneos o cenotes. Aprovecharon los
terrenos accidentados o los modificaron.
2
¿Sabías
Que?
Los antiguos Mayas
elaboraban el cemento
mezclando sascap (tierra
blanca, obtenida de rocas
calcarías) con miel y
resina de varios árboles.
En la conquista de Yucatán
aparecieron en el escenario nuevo
“actores”, los piratas.
En 1522 el corsario francés Jean
d’Ango capturo dos de los tres
carabelas que envió Cortes a España
con el tesoro azteca recién obtenido.
Entonces el comercio entre la corona
y sus nuevos territorios se veían
constantemente amenazados.
El corsario donde capturaron dos de
las tres carabelas.
Varios piratas dejaron huella en el
estado, los más devastadores
ataques fueron del holandés Laurent
de Graff, mejor conocido como
Lorencillo, su sitio de 56 días en
1685, ocasiono que se planeara la
construcción de una gran muralla
alrededor de la ciudad.
Las embarcaciones pasaban por el
canal de Yucatán interrumpiendo el
comercio marítimo de la península
con Honduras, pasaban por cabo
Catoche, Yalahua (Xcaret) y llegaban
a Cozumel.
LA PIRATERIA
Es la mezcla de culturas distintas que dan origen a una nueva, también se le
puede conocer como el cruzamiento de variantes raciales y el conjunto de
individuos que resultan de este cruzamiento, el mestizaje se fue dando poco a
poco, abarco tanto a la cultura dominante como a la dominada, se fue adaptando a
los tiempos históricos y a las circunstancias
SABIAS QUE…
Las primeras expediciones en las costas
orientales de Yucatán, se dieron de manera
fortuita, el primero fue 1511, debido a un
naufragio de una expendición que capitaneaba
Juan de Valdivia y la segunda fue por una
tormenta que desvió las naves de otra
expendición que capitaneaba Francisco
Hernández de Córdoba en 1517.
EL MESTIZAJE
Idioma o lenguaje
El español de la península de Yucatán se
pronuncian con un acento entrecortado, que
proviene de la lengua maya, existen nombre y
apellidos mayas como: Zac-nite, Dzib, Poot, Xiu,
etc. están acompañadas con apellidos que los
españoles trajeron: Martínez, Rodríguez, etc.
Religión
Los españoles prohibieron casi todas las
manifestaciones religiosas de los mayas al imponer
la religión católica, pero no lograron acabar con
algunos rituales prehispánicos como el culto de los
muertos, aceptando altares y ofrendas que hasta el
día de hoy se elaboran combinando cruces y
símbolos de los antiguos
.
Aun se llevan a cabo la ceremonia de Chac caac
para pedir lluvia y buenas cosechas y se baila la
danza del cochino en las vaquerías de las fiestas,
Los primeros asentamientos españoles en la península de Yucatán y sus
movimientos demográficos
La Conquista de Yucatán fue la campaña realizada por el Imperio
español en Mesoamérica contra los últimos estados mayas en los territorios
septentrionales y centrales de la Península de Yucatán, y que también involucró al
estado de Chiapas y Tabasco en México y a Guatemala, Belice, Honduras y El
Salvador, en Centroamérica. Este episodio de la conquista y colonización
hispánica en América, se inició en 1527 y el control sobre la mayor parte de
Yucatán se completó en 1546. La conquista de los mayas finalizó en 1697, cuando
los españoles tomaron Tayasal, en lo que ahora es Petén (Guatemala).
La motivación personal de los conquistadores era el interés en
conseguir oro y plata. Puesto que las tierras mayas eran pobres en estos recursos,
fueron atraídos a otros lugares de Nueva España y a Perú, llevados por informes
prometedores de mayores recompensas. Más tarde, hacia 1520, con las
perspectivas de las nuevas
concesiones de tierras y de la
facilidad de obtención de mano
de obra, comenzaron los primeros
esfuerzos por establecerse en
Yucatán.
Después de que el dominio
español sobre la región
finalmente fuera establecido, el
maya, tanto en la fase colonial
de Nueva España como bajo el
nuevo estado
mexicano independiente, siguió siendo un pueblo rebelde. El descontento de los
mayas de Yucatán entró en erupción mucho más adelante, en una rebelión abierta
durante la última mitad del siglo XIX, en la llamada Guerra de Castas.
Los objetivos de la colonización
Para 1492, España se había consolidado como una de las primeras naciones europeas que, en la era moderna, se unificaron bajo un gobierno central. Esto se había logrado después de varios siglos de lucha armada contra la presencia árabe en la Península Ibérica, la así llamada “Reconquista” desde el norte. Con la expulsión de los últimos moros del sur, en Granada, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón –los Reyes Católicos– aseguraron su dominio del nuevo reino unificado
que ahora era España. También en ese año se decretó la expulsión de los judíos (o su forzosa conversión al cristianismo), y se publicó la primera gramática española (Antonio de Nebrija 1441-1552).
Estos datos revelan tres de las bases ideológicas y políticas con que se inició la expansión española en América. En primer lugar, había un ejército muy organizado y ansioso de nuevas conquistas heroicas en nombre del cristianismo. En segundo término, el Catolicismo, el idioma español y el absolutismo de la Corona eran los elementos unificadores de la nueva identidad nacional. Y un tercer factor, no menos importante, era la ambición expansiva, en busca de riquezas para premiar a los héroes de la Reconquista y sostener una economía basada en la guerra y en la posesión de tierras. Ya que el comercio comenzaba a florecer en Europa, la compra y venta de mercancías era una dinámica social fundamental que utilizaba el oro y la plata como monedas de cambio. ASI lo afirma el historiador Peter Winn (Americas: The Changing Face of Latin America and the Caribbean. Berkeley: U of California P, 1999):
Así pues, la colonización de América tenía, en la esfera ideológica, una misión evangelizadora: cristianizar heroicamente el mundo, por conversión o por miedo. A escala política, su papel era expandir el dominio de la Corona española, consagrada a la fe católica. En el campo económico, había que encontrar metales preciosos, competir comercialmente con el resto de Europa, y dar tierras a los héroes españoles y a la Iglesia. Por eso la conquista fue una operación fundamentalmente militar, pero también evangelizadora, que avanzó en busca de oro y de plata hasta el extremo sur del continente, con la esperanza de encontrar el legendario “dorado”. Son típicas las imágenes de los conquistadores españoles con sus armaduras y caballos, siempre acompañados de sacerdotes católicos, convirtiendo a los indígenas o luchando contra ellos, y fundando ciudades en nombre de Dios y del rey.
Una vez conquistado un vasto terreno, el esfuerzo militar pronto se concentró en neutralizar la intervención de otras potencias en la zona, tales como los bucaneros ingleses. Además, la Corona española estableció un fuerte monopolio comercial sobre sus territorios de ultramar, y una estructura autoritaria, burocrática y jerárquica que duró más de tres siglos y que hasta el presente continúa influenciando de muchas maneras la cultura, enconomía y política de la región.
Las estructuras políticas y sociales
Pocas décadas después de la llegada de Colón, la administración española ya tenía una jerarquía muy organizada en Las Indias, que se consideraban parte del territorio nacional. El rey delegaba directamente su autoridad a un noble español con el título de virrey. Durante el siglo XVI se establecieron dos virreinatos: el de
Nueva España, creado en 1535 con capital en la ciudad de México, incluía todo el territorio del antiguo México (desde Nuevo México, Texas, California hasta lo que hoy es Guatemala); y el de Nueva Castilla, establecido en 1543, cuya capital era Lima, que reemplazó al Imperio Incaico (hoy Ecuador, Perú y Bolivia). Con menor jerarquía política, había territorios más militarizados, gobernados por capitanes: las capitanías de Guatemala (hasta lo que hoy es Panamá), de Cuba (que incluía La Española y Puerto Rico), de Venezuela y de Chile. En el siglo XVIII se crearon otros dos virreinatos: La Nueva Granada, con capital en Bogotá (1739), y Buenos Aires, con capital en La Plata (1776).
Además de los virreyes, existía en América una institución judicial llamada la Audiencia, constituida por unos ocho oidores que controlaban a las autoridades políticas. Los virreyes, además, eran visitados con frecuencia por representantes del rey para supervisar su fidelidad a la Corona. Este complicado aparato político respondía, en parte, a la preocupación constante de la Corona española por controlar sus territorios en América. Pero también reflejaba los debates internos del gobierno español, que por un lado fomentaba el afán de lucro y el trabajo forzado de indígenas y de africanos, pero por otro lado expedía leyes para proteger los derechos cristianos de los indígenas y prevenir los abusos. La autoridad era contradictoria y difusa. Un dicho común en las colonias era: “la ley se acata pero no se cumple”, es decir, se reconocía el mandato del rey, pero sus leyes tenían poco impacto en la práctica. Por ejemplo, por razones religiosas y políticas, en todos los territorios españoles estaba prohibido el tráfico de esclavos –los traficantes de esclavos eran ingleses, franceses, portugueses y holandeses–, pero en realidad la compra y venta de esclavos africanos fue una parte fundamental de la economía colonial.
La pirámide social de las colonias ibéricas era bastante fija, y estaba basada en una clara distribución desigual de la riqueza, el trabajo y la raza. En la cima de la pirámide, con el mayor poder político y económico, estaban los españoles venidos de Europa. Junto a ellos, pero con menor influencia política, estaban los criollos: americanos de "pura sangre" española que generalmente eran latifundistas y tenían pleno acceso a la educación. En el estrato medio, casi siempre artesanos o pequeños propietarios de tierras, estaban los mestizos: estos eran una mezcla de indígena y español. En escala descendiente había un gran número de otras "castas" o mezclas raciales: mulatos (negro y español), zambos (negro e indígena), etc. Por fin, en la base de la pirámide y destinados a los trabajos más duros en las minas y la agricultura, estaban los indígenas y los esclavos africanos.
Estas estructuras políticas y sociales también se expresaban en el desarrollo urbanístico. Las ciudades se organizaban alrededor de una plaza mayor central, donde se hacía el mercado semanal, y donde se encontraba el palacio de gobierno y la iglesia principal o catedral. Cerca de la plaza vivían las personalidades más influyentes –autoridades, familias adineradas de españoles o de criollos–, y estaban los conventos y las universidades. En la periferia vivían los ciudadanos de menor categoría: mestizos, mulatos, indígenas. Así, las ciudades reflejaban la estratificación de la colonia, basada en la “pureza” de sangre
española, y con muy pocas posibilidades para ascender en la escala social. Pero esta estructura expresa también el continuo contacto entre clases y grupos diferentes en la plaza mayor, para el mercado, las Audiencias, y las festividades religiosas que, además del contacto sexual entre las distintas castas, creó el sincretismo cultural y racial que hoy caracteriza a América Latina.
¡¡ CHISTE, CHISTE, CHISTE!!
F E L I C I D C O N O C I M I E N T O P E R O
L C K B A T E T E N C A P R E C L A S I C O Y
S L A G E R D A S A V B G Y A T S N F D k M A
D A R B R I O R S D R E L I G I O N H A J I M
F S L M U B S U J A R I T Z I F H F R G N N E
G I A R P U H T E E D I N T U O I U F N N E L
H C U V A T C C M P L A U R A B T F B F A T A
H O R A V O S E B O D D F U M L P E N T R E K
A N I L C E O T R C C U A T U R O C I X T S A
G A R T E R R I B A E R T C D O B N C O R E R
R C A R O F O U V I T S I U N O A Y U I O P L
I N I U V A C Q H N A R V P O S C L A S I C O
G M T E S M A R F T G C A E A G U A S C A N I
O A R W D D R A M A U F H H D Q W E R T S U N
K Y I D A R L I N E R L C O M E R C I O A N C
U A T U T Y U M G S W J M H I C A T M A H R O
I E Z X C C O D I C E V E B E P O Y T A J Y A
Época
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Jaritzy López Monroy
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