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CONFERENCIA

“República Dominicana vista desde Europa 2010”

Darío Valcárcel

Señor Presidente,

Que usted esté aquí esta tarde no es sólo un honor. Usted sabe, creo, y Carlos Muñoz

sabe, la clase de entendimiento que se ha establecido entre nosotros.

Soy solo un amigo venido de Europa. Mi país, España, ha presidido la Unión Europea

durante el primer semestre de este año.

Me gustaría dividir esta charla en tres partes:

¿De dónde procede la crisis?

¿Qué pasa en la Unión Europea? ¿Cómo vemos desde allí a República

Dominicana?

¿Por qué será necesario que, de aquí a 2020, avancemos, europeos y americanos,

en una verdadera alianza? ¿Por qué la labor de un país mediador es in-dis-pen-

sable?

Y esto ha de hacerse en plena crisis. Crisis no sólo económica. Las palabras se rozan y

se desgastan. Crisis de valores es un término desgastado. Pero el concepto está ahí.

Un país es medible por su Producto Interior Bruto, pero no sólo. China tiene un PIB

mayor que Dinamarca. Pero preferimos vivir y morir en Dinamarca que en el pujante

Imperio del Centro.

La desregulación, el retroceso de la inspección, la liberalización salvaje (hay grandes

obras sobre este punto)… son fruto del giro brusco, casi brutal, dado en 1980 a la

economía de Estados Unidos por el presidente Ronald Reagan. El capitalismo

incontrolado de estos 30 años ha abierto un gran boquete en el planeta.

El establecimiento de una economía de casino ha sido el resultado de este proceso.

Hay que tener cuidado con los conceptos absolutos. Que la desregulación sea mala en sí

es tan incierto como lo contrario: no todo se arregla regulando desde entidades públicas

a los cuerpos de la sociedad libre.

Durante un siglo Estados Unidos supo mantener el equilibrio: la libertad empresarial

estuvo sometida a eficaces controles. Pero en 1980 se dio ese vuelco. Como resultado,

nos hayamos hoy ante una gravísima encrucijada.

Nadie pensaba que el sistema iba a resistir tantos años, 25, 30… Al final se vino abajo.

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El presidente George W. Bush añadió pautas peligrosas: Reducción de impuestos a las

rentas altas. Recortes en infraestructuras. Menos ingresos para el poder federal y para

los Estados y Municipios. Más la carga de una guerra distante, en Irak, y otra más

distante aún, en Afganistán.

He oído decir a un responsable de la administración Obama, ahora que estamos a menos

de dos meses de las midterm elections, algo que me ha interesado:

“Los republicanos griparon el motor del coche. Luego, lo lanzaron por un barranco. Al

llegar los demócratas, estuvieron largos meses reparando el automóvil hasta reponerlo

en la carretera y echarlo a andar. La enorme fuerza de la economía norteamericana se

empleó a fondo. Es notable que los republicanos reaparezcan ahora y digan:

devuélvannos las llaves”.

No voy a repetir cosas sabidas. Henry Luce, fundador del TIME Magazine, decía: “La

objetividad apenas existe. Existe la honradez de los profesionales y de las empresas”

La opinión, es una cosa. Es esencial, en Europa y aquí, distinguir entre información y

opinión. Esto no cambia con el tiempo. Son reglas fijas.

En cuanto a Europa. ¿Hablamos realmente de la vieja Europa? Confíen ustedes en

Europa, en la Unión Europea: una gran institución nacida de la Guerra Mundial.

Europa tiene un alto promedio de edad. Pero Europa es también juventud y fortaleza.

La Unión Europea ha avanzado desde ese año epónimo, 1945. A veces, con

desesperante lentitud. Pero no ha retrocedido. Nunca ha dado un gran paso que

implicara un retroceso. El avance, en cambio, ha sido enorme. Jean Monnet, padre de la

construcción europea, quedaría estupefacto si viviera hoy.

La Unión Europea se convirtió, casi desde su nacimiento, en una gran potencia

económica y comercial. Y eso se debió a la comunitarización, desde el origen, de sus

relaciones comerciales. Esa visión estratégica del mercado único europeo es una de las

claves del modelo.

La Unión va también poco a poco desarrollando sus instituciones, no sólo económicas.

La integración política, todavía más compleja, avanza. Tropieza a veces y vuelve a

levantarse.

La Unión Europea se ha construido, desde 1950, sobre cesiones de soberanía que los

estados-nación, procedentes de Westfalia, 1648, hubieron de aceptar contra mil

resistencias internas. Pero si Europa había de formarse era necesario ese movimiento en

el que los estados nacionales cedieran una parte de su poder al ente en formación. Ha

sido una tarea de titanes. Entre esos titanes hay que destacar, creemos, a Monnet,

Schuman, Adenauer y De Gasperi.

Posteriormente, el peculiar europeísmo del general De Gaulle hizo su aportación. Sí,

había europeísmo en esa figura, claro que lo había. Y ya en nuestro tiempo: Jacques

Delors, Helmut Schmidt, Helmut Kohl, Felipe González, Chris Patten… junto a líderes

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de países menores pero decisivos: el belga Guy Verhofstadt, el irlandés Peter

Sutherland, el finlandés Martti Ahtisaari…

Si leen ustedes las apasionantes memorias de Jean Monnet, descubrirán que la paz está

en el origen de Europa. No la simple paz abstracta, soñada, sino la paz armada, única

posible en el peligroso mundo de hoy.

Monnet apostó, con el canciller Adenauer, por la paz entre Francia y Alemania, después

de siglos de guerras entre ellas.

Cuando hablamos de valores compartidos, se trata de la necesidad que Europa tiene de

Estados Unidos, pero también de la alianza indispensable que los socios europeos

aportan a Washington.

La Unión Europea, gracias a la reciente entrada en vigor del Tratado de Lisboa, acaba

de emprender un camino desconocido, en busca de su papel en el mundo.

El Tratado de Lisboa contiene cuatro grandes innovaciones:

El capítulo jurídico, básico en una entidad supranacional fundada en el derecho.

El Tratado se resume en, 55 artículos recogidos en 20 páginas. Pero dice en su

artículo 47: La Unión tiene personalidad jurídica.

La acción exterior de la Unión, cuyo gran objetivo es consolidar la democracia,

el Estado de Derecho, los derechos humanos y los principios del derecho

internacional, promovidos por la Unión.

El desarrollo del Servicio Europeo de Acción Exterior, encargado de realizar ese

proyecto.

Y otra actividad del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, la

defensa común: 21 artículos desarrollan el concepto de Política de Seguridad.

El primer aspecto no es retórico. China preguntó un día, discretamente, en nombre de

quién firmaba la Unión Europea. No hubo conflicto alguno pero la pregunta quedó en el

aire.

La Comisión presidida en 2004 por el francés Valéry Giscard d´Estaing, redactó aquel

artículo con el respaldo de todos los gobiernos, salvo las abstenciones polaca y checa.

El Tratado confirma el origen de las instituciones: Parlamento, Consejo Europeo,

Consejo, Comisión, Tribunal de Justicia, además del Banco Central Europeo y al

Tribunal de Cuentas.

Pero al margen de esos avances, la Unión Europea ha de afrontar enormes retos. Sobre

todo derivados de la crisis.

Alemania, Francia, Reino Unido, España, Italia… no sólo deben tomar medidas para

paliar la recesión, o afianzar la recuperación, sino que deben hacerlo en sintonía.¿Cómo

homogeneizar respuestas cuando el punto de partida, las perspectivas y necesidades son

distintas?

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Es en el ámbito económico en el que la Unión ha cosechado mayores logros. Y ello

gracias al principio de la cohesión económica y social: La Unión cree que no puede

haber desarrollo a largo plazo en una región del mundo en la que existan diferencias tan

grandes en la capacidad de acceso a los recursos (sean éstas estados, regiones o

personas).

Pero ese principio, no se cuestionó durante la mayor ampliación de la UE, cuando se

incorporaron diez países del Este, cuya situación socioeconómica era más precaria que

la del resto de la Unión, ha quedado en entredicho este año, ante el caso de Grecia. No

podemos para desarrollar este punto.

Contar con una moneda común y un mercado único son pasos determinantes pero no

implican una política económica común. Redoblar los esfuerzos para lograrla sería uno

de los aprendizajes de esta crisis.

¿Cómo nos vemos desde cada orilla del Atlántico?

Las relaciones institucionalizadas entre el Caribe y la Unión Europea, al margen de las

que establecía ya el primer acuerdo de Lomé 1975 con los países ACP (África, Caribe y

Pacífico), vienen de hace más de una década, desde que, a iniciativa del gobierno

español, tuvo lugar la primera Cumbre América Latina, el Caribe y la Unión Europea

(ALC-UE), celebrada en Río, en junio de 1999.

Los intereses comunes son amplios, como lo son las visiones compartidas sobre

integración regional, multilateralismo, consolidación democrática y derechos humanos,

y sobre la necesidad de trasladar todo ello a acuerdos operativos. Estos acuerdos se

cuentan entre los más amplios de los establecidos por la Unión.

Pero, además, la Unión mantiene relaciones institucionalizadas con varios países

latinoamericanos. El acuerdo de asociación económica CARIFORUM, suscrito en 2008

es ejemplo de ello.

Todo ello ha convertido a la Unión Europea, y no sólo a los países que la conforman, y

a los miembros del CARICOM, en socios cada vez más estrechos. Es cierto que sus

relaciones no están exentas de controversia y no son pocas las voces que critican que

bajo una retórica de principios y valores compartidos, fácilmente suscribibles,

prevalezca el interés en un espacio de libre comercio birregional entre partes que no

están en equilibrio.

Pero es claro que las relaciones entre ambas regiones, y dentro de la Unión Europea, en

especial con España, se profundizan y amplían: cumbres empresariales, intercambios

entre instituciones académicas y educativas, espacios de participación de la sociedad

civil… Al fin y al cabo, son fuertes los lazos que nos unen.

¿Qué es lo que define a un país mediador?

Sin duda, la autoridad intelectual y moral. Autoridad que proporciona en primer lugar la

información, los datos, los argumentos.

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Pero hay además una fuerza misteriosa que explicaba en 1860 Ernest Renan, el gran

filósofo francés, autor, precisamente, de “La reforma intelectual y moral de Francia”. En

tiempo de Renan no existía Internet. Pero aquel opúsculo, llamó la atención del mundo

de entonces, no sólo de los franceses del Segundo Imperio.

La revolución producida por Internet ha sido en parte prodigiosa. Ha conectado entre sí

a gran parte del planeta. Y por ello, ¡ qué injusticia la exclusión de 2.000 millones de

habitantes del mundo, jamás llamados a participar en ese orden global !

Aunque haya rasgos esperanzadores: la incorporación de la clase media india a la

vanguardia de las TIC, las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Pero volvamos. ¿De qué depende la capacidad de mediación de un país? Canadá, por

ejemplo, es mucho menos potente que Estados Unidos: pero Canadá puede ejercer como

mediador allí donde Estados Unidos ejerce como poder militar Si mañana, pongamos

por caso, surgiera un conflicto entre Mongolia y China, precisamente por su autoridad

intelectual y moral, Canadá, República Dominicana, Finlandia, Suecia, Chile, Noruega,

Omán, Suiza, serían, los candidatos a la mediación.

Algunos grandes países, Estados Unidos al Norte, Brasil en el Sur, ejercen su poder y su

influencia. Pero mediar exige condiciones.

Canadá, República Dominicana, Chile, Noruega, Suiza,… Recuerden el papel decisivo

de Noruega en 1989-93 (Acuerdos de Oslo) o la mediación de Suiza en 2008 ante el

gobierno colombiano y las FARC. Ambos llevados a cabo en estricto secreto.

Desde los años 1990, República Dominicana ha adquirido esa autoridad moral. Y eso le

ha permitido mediar ante Honduras, Venezuela, Colombia, Ecuador, coordinar la ayuda

humanitaria tras el terremoto sufrido por Haití a principios de este año…

Para ejercer la mediación es necesario un líder, pero es más importante la existencia de

instituciones.

Esta fundación FUNGLODE contribuye a la convivencia de modo decisivo, según nos

explican en Bruselas. ¿Por qué es necesario tener la casa en orden para poder aspirar a

ese nivel de autoridad intelectual y moral?

FUNGLODE, sus cuadros y su presidente contribuyen a la paz interior promoviendo las

libertades aquí, en República Dominicana, y eso, insisto, les permite a ustedes llevar a

cabo su tarea en el exterior.

Por eso han podido ustedes coronar la mediación ante el difícil pleito de Honduras.

Todo esto mientras se mezclaba la situación con otro conflicto superpuesto, Haití:

El terremoto de Haití fue agravado por la incapacidad de los gobiernos anteriores para

dotar al país de medidas de seguridad antisísmicas. Casi todo el país mostraba su falta

de preparación frente a amenazas naturales de esta clase.

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Honduras pudo convertirse en un terremoto político. Pero la autoridad del país mediador

salvó la situación.

El tacto con que han sabido ustedes medir los matices ha sido esencial. El presidente

depuesto planteaba muchas interrogantes pero estaba respaldado por su legitimidad

formal. Las otras instituciones que ocupaban el poder se decían revestidas, y en parte lo

estaban, por su legitimidad de origen.

Europa, los europeos, el Consejo Europeo, se pronunciaron contra el golpe militar.

Pero sobre la superficie de los acontecimientos estaba su entramado real.

Apenas conocemos el 3 o el 4% de ese entramado, en principio insoluble. Aunque es

cierto que hay en esta sala alguien que conoce más del 90% de lo que ocurrió. El hecho

es que esa situación imposible se saldó. Y sobre todo se salvó.

¿Por qué la Unión Europea considera básico el liderazgo legítimo frente al caudillismo?

Jacques Rueff, el gran economista francés, era antes que profesor de la Sorbona, experto

en mecanismos democráticos. El poder democrático, escribía, es ontológicamente

distinto del autocrático.

¿Por qué es más difícil de ejercer que el poder autocrático? Hoy, por ejemplo, las cosas

marchan en Túnez, en plena dictadura de un antiguo Ministro del Interior, el general

Ben Ali. Pero el país mediterráneo puede estallar en cualquier momento.

Es difícil pensar que Suiza o Finlandia puedan estallar. Y es más difícil gobernar en

Helsinki que en Túnez.

Vuelvo a Rueff. “La democracia”, decía, “es como un helado al sol”. En los años 1950

había que dar vueltas y vueltas a la máquina de hacer helado. El cubo interior giraba en

un cubo exterior de madera, lleno de hielo y sal. El helado estaba hecho cuando una

dureza invencible acababa por impedir las vueltas. Pero el sol deshiela pronto el helado.

Rueff sabía lo provisorio y frágil del trabajo de los hombres. Esto está también en La

Iliada. No lo del helado, sino la fragilidad de los trabajos humanos.

Otro ejemplo desde la orilla europea: México, un país, ahora lo vemos, amenazado por

los cárteles de la droga, ha perdido en 2009 el 7 por cien de su PIB. República

Dominicana ha crecido ese mismo año el 3,5 por cien.

República Dominicana es hoy un modelo. Puede dejar de serlo. Vengo de un país,

España, que ha sido capaz de hacer un milagro, su transición de la dictadura a la

democracia. Y sin embargo, esa transición puede empezar a desgastarse, puede venirse

abajo. Las naciones enloquecen con facilidad, sin que exista razón aparente.

La autoridad moral de Canadá, Chile o República Dominicana, para hablar sólo del

continente americano, es notoria. También lo es la de los suizos, noruegos, daneses,

finlandeses, suecos…Pero Canadá o Noruega tienen fuertes instituciones que han sabido

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evolucionar desde hace largo tiempo, mientras que España, Grecia, República

Dominicana o Chile han tenido pasados turbulentos, terribles. Las sombras de Franco,

Papadopoulos, Trujillo o Pinochet, ponen la piel de gallina a millones de gentes.

Desde comienzos del siglo XX, España lograba ir construyendo, con enorme esfuerzo,

poco a poco, un tejido de instituciones. El rey Alfonso XIII, un hombre inteligente, no

pudo resistir la presión de la camarilla militar. Una cosa es la camarilla militar y otra

distinta el estamento militar. Los problemas del protectorado de Marruecos forzaron a

Alfonso XIII a aceptar un golpe incruento, la famosa dictablanda.

Entre tanto, la terrible crisis que asoló el mundo en 1930 llego a España. La Monarquía

cayó, las instituciones de la República no consiguieron consolidarse. En 1936 comenzó

una Guerra Civil que acabó tres años más tarde. Por culpa de esa guerra, pero sobre todo

por culpa de la crisis global, el PIB descendió entre 1930 (monarquía acosada) y 1940

(dictadura establecida) un 28%. De las 1900 locomotoras que había en España antes de

la guerra, quedaron sólo 700.

Durante la dictadura que siguió después, el general Franco mandó ejecutar o permitió

que se ejecutara a 50.000 opositores. Una dictadura que era la paz, sí, pero una paz

parecida a la de un cementerio. Y sin embargo, el general Franco no era hijo del azar. Es

seguro que no hubiera llegado al poder si la crisis económica no hubiera caído sobre

Estados Unidos y sobre Europa. Tampoco si España hubiera tenido instituciones

consolidadas.

El hundimiento del entramado institucional, unido a la dureza de la crisis, puso

entonces, y pone ahora, la estabilidad en peligro y a las naciones débiles en grave

peligro.

Pero la Historia debería servir para algo más que para hallar paralelismos.

República Dominicana y España cuentan hoy con instituciones más consolidadas,

democracias más estables, sociedades más fuertes. No son países aislados: forman parte

de estructuras regionales e internacionales. Son bases sobre las que se puede avanzar

con determinación.

Mi mensaje final es triple

Confíen ustedes en el poder blando, en la influencia, en la capacidad de la Unión

Europea para equilibrar al mundo. Traten de anudar nuevos pactos con Bruselas.

Estados Unidos necesita aliados leales pero no sometidos. Y los europeos lo son.

Segundo: El mundo que salga de la crisis será rico en conflictos. La América no

anglosajona, liderada por Brasil, necesita mediadores. República Dominicana es uno

de esos mediadores.

Tercero: Estados Unidos y Europa no tienen ya un poder militar indiscutido. El peso de

China e India determinará el orden mundial antes del siglo XXII. Pero la influencia

euroamericana seguirá representando en torno al 40 por cien del PIB, con todo lo que

ello supone.

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La salida de la crisis será rápida en China, India, Brasil y America Latina. Lenta en

Estados Unidos y Europa. Inapreciable en Rusia. Pero los niveles de EE UU y UE son

altos y apenas retrocederán.

Los conflictos entre India y China –con seis diferendos fronterizos- necesitarán de la

autoridad intelectual y moral de la mediación. Cachemira, disputada por paquistaníes e

indios, es uno de los grandes conflictos potenciales, quizá el mayor después de Israel-

Palestina.

Estoy a su disposición para cualquier pregunta. Gracias por haberme escuchado.

Santo Domingo, 13 septiembre 2010