victor raul haya de la torre y 90 aÑos de aprismo

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Libro en Homenaje a Víctor Raúl Haya de la Torre y los 90 Años de Fundación del Aprismo Continental, edición de la Asociación Ideas del Cusco - Perú.

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  • Haya de la TorreVctor Rala 90 Aos:

    del Aprismo Continental

    Homenaje desde Cusco Ombligo del Mundo

  • Haya de la TorreVctor Ral

    Homenaje desde Cusco Ombligo del Mundo

    a 90 Aos:del Aprismo Continental

  • Vctor Ral Haya de la Torrea 90 Aos del Aprismo Continental

    CENTRO DE ESTUDIOS ANDINOS CUZCO - CEACUrbanizacin Huancaro C-3 Cusco

    Telfono: 084-224882 - PerE-mail:

    Cuidado de Edicin: Dr. Jorge A. Flores OchoaDante A. Pozo Cevallos

    Martn H. Romero pacheco

    La edicin incluye la versin original de los autoresAutorizada la reproduccin parcial o total

    siempre y cuando se seale la fuente

    Edicin: Cusco Graph S.A.C.Urbanizacin Ucchullo Grande, Av. Collasuyo F-6-B

    E-mail: Pgina web:

    Diagramacin, diseo y composicin:Dante Alfredo Pozo Cevallos

    Tapa: fotografas tomadas en la primera dcada del siglo pasadopostales de Juan B. Pozo Zeron, Cuzco 07 de setiembre de 1945

    Primera edicin Mayo - 2014Libro digital publicado en:

    [email protected]

    [email protected]

    www.clickcusco.com

  • INDICE

    PresentacinDr. Luis WILSON UGARTESecretario General del PAP Cusco 11

    IntroduccinHaya de la Torre o la Poltica como ReliginColectivo SOCIAL LIBERAL 13

    Vigencia del Pensamiento de Haya de la TorreDr. Luis ALVA CASTRO 17

    Victor Ral Haya de la Torre y Jos Carlos MariteguiDr. Cesar GERMANA 25

    HAYA Y EL CUZCO: A 35 Aos de su Muerte y de la Constitucin de 1979El Pensamiento Andino en Haya de la Torre:Cuzco y la Formacin de la Nacin ModernaMartn H. ROMERO PACHECO 66

    Victor Ral y el Qosqo Aprista: Del Nuevo Verbo a la Nueva AccinWilberth VILCA LAURA 75

    Vctor Ral Haya de la Toore en el Pensamiento ContemporneoAgustin HAYA DE LA TORRE 84

    Haya de la Torre en el CuzcoDr. Horacio VILLANUEVA URTEAGA 92

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  • El Cuzco transformo a la Juventud nacional como me haba

    transformado a m. Por eso soy ciudadano del Cuzco, porque creo que el hombre nuevo que llevo en

    m apareci en los principios de mi juventud durante mis largos

    meses de permanencia en el Cuzco. Yo no habra sentido

    devocin por la raza indgena ni amor por el Per serrano, ni dolor por la injusticia social, ni rebelda

    ante la barbarie hecha sistema poltico, si no hubiera vivido de

    cerca la vida del Cuzco.

    Victor Ral Haya de la TorreObras Completas Tomo II, pag. 57

  • 11

    PRESENTACION

    El presente texto "Vctor Ral Haya de la Torre, a 90 Aos del Aprismo Continental - Homenaje desde Cusco Ombligo del Mundo", es una compilacin de artculos que rene un valioso y singular conjunto de estudios sobre el pensamiento, vida y obra del fundador del Aprismo, que reafirman su vigencia y perennidad dentro de sus facetas en su espacio tiempo histrico, de forma que el lector tiene a su disposicin contenidos histricos de su relacin armnica con el Cusco, tambin se presenta una resea del pensamiento de Jos Carlos Maritegui quien junto a Haya de la Torre, representan los paradigmas de la nueva generacin de principios del siglo pasado, ambos con una influencia importante de Don Manuel Gonzles Prada.

    Luis Alva Castro en su ponencia "Vigencia del Pensamiento de Haya de la Torre" elaborado con motivo del centenario de su nacimiento, nos presentan una sntesis de fcil comprensin de los aspectos sustantivos del Aprismo, reafirmando la vigencia de sus postulados fundamentales.

    Cesar German, en su ensayo: Victor Raul Haya de la Torre y Jose Carlos Mariategui: Dos Proyectos de Transformacion de la Sociedad Peruana, nos presenta un anlisis de la famosa polmica de los aos 20.

    Martn H. Romero Pacheco, en su artculo "Haya y el Cuzco, a 35 aos de su muerte y la Constitucin de 1979" nos presenta una visin del pensamiento de Haya desde una perspectiva de su paso por el Cusco, y sus proyeccin nacional desde la Constitucin de 1979.

  • Wilberth Vilca, en su ensayo "Vctor Ral y el Qosqo Aprista, del Nuevo Verbo a la Nueva Accin", realiza un anlisis de la interaccin de Haya y el Cusco, en los aos fundacionales del partido, y la influencia del incario en su pensamiento indoamericano, simbologa y mstica.

    Agustn Haya de la Torre, en su artculo "Haya de la Torre en el pensamiento contemporneo" afirma la vigencia de su propuesta por la democracia social, ajena a los extremismos, sea el liberalismo salvaje o el capitalismo de Estado.

    El Dr. Horacio Villanueva Urteaga, en su ponencia "Haya de la Torre en el Cuzco", nos resea la presencia de Haya en el Cusco y su paso por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, y su presencia como secretario de la Prefectura del Cusco.

    Sin duda, "Vctor Ral Haya de la Torre, a 90 Aos del Aprismo Continental" es el mejor Homenaje que desde el Cusco, ombligo del mundo, se da a uno de los pensadores ms influyentes de Amrica Latina, ser un libro que las nuevas generaciones sabrn valorar y consultar para el enfoque de los problemas contemporneos.

    Dr. Luis Daniel Wilson UgarteSecretario General del Comando de Accin CER-PAP-Cusco

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  • HAYA DE LA TORRE OLA POLTICA COMO RELIGIN

    La Poltica no solo se trata de hacer buena gestin, cosa que, de por s, es importante y fundamental porque refleja a seriedad de principios e intencionalidades humanistas positivas. No solo es la apariencia de un buen gobierno y conducirse bien en el. Es ms, la poltica es entrega total, renuncia, apostolado y Religin y crear algo para larga duracin, para toda la humanidad.

    No basta haber estado presentes permanentemente en la Historia del Per desde 1924 contribuyendo a su grandeza, institucionalidad, libertad, democracia y justicia social, dejando nuestro sello en toda su vida poltica integral. No basta que se hayan hecho los miles de kilmetros de carreteras, electrificacin a miles de pueblos rurales, mejorado la productividad, el clima poltico, las reformas magisteriales y reducir drsticamente la pobreza a menos de la mitad de lo que estbamos. Todo ello puede pasar, durar el tiempo y no ser todo lo consistente.

    "La poltica no es solo sucesiones de actos para el poder; la poltica es, sustancialmente, conducir seres humanos; y conducir seres humanos es, esencialmente, una labor religiosa" San Toms Moro, patrono de la poltica.

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  • Lo que importa, verdaderamente, realmente es el Ser Humano: nada de lo que se haga ser importante de verdad si no cambiamos nosotros mismos, si no damos el salto cualitativo que nos permita no solo construir y disfrutar de la justicia sino ser, nosotros mismos, justos, libres, demcratas, institucionalizados y con un sentido de eternidad mejor y sostenible, para siempre.

    Es por eso que el Apra es, ms que un Partido, un movimiento, es una Religin, una creencia, una forma de creer en el mundo mejor y en el cambio. Es el nico Partido en el que puedes, al mismo tiempo, pensar en el mundo y actuar en la militancia activista y dejar de ser aprista si alguna de ambas cosas la abandona.

    Y es que solo se es aprista cuando se acta, cuando se hace de toda una vida una Misin por la Democracia, la Libertad y la Justicia Social. Haya conceba que solo la accin enseaba el sendero y calificaba la calidad de la poltica, en un mundo que la moral seorial haba corrompido todo en el mero aparentismo.

    Haya entendi que la poltica no es una prolongacin de la Cosa Nosstra de las sociedades patrimonialistas, corporativas y clientelistas feudales, sino una entrega a la Res Pblica, una renuncia en pro de la Soberana de la Nacin, una renuncia de lo personal y patrimonial a el Estado-Nacin y una entrega total de la persona por lo pblico; un compromiso moral, tico y religioso que se afianza en las revoluciones burguesas, en la Ilustracin.

    Y es que en ese aspecto marca la diferencia, pues el pasar de la Cosa Nosstra a la Res Pblica, que es la sustancia ms neta y religiosa de la Ilustracin y las Revoluciones Burguesas, impona una renuncia, un descentramiento, una impersonalizacin de los hechos y, lejos de causar un descompromiso moral y emocional, lograba, ms bien, un compromiso intenso y profundo.

    Es en este punto que se entiende la religiosidad de Haya. Una escuela en la que la entrega al bien comn y al servicio pblico la vida misma; porque entiende que la Justicia Social y la lealtad al servicio pblico de la Res Pblica es mucho ms que solo militar u operar polticamente; es, sustancialmente, observar.

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  • Frente a la prepotencia de los tiranos antiguos que invocaban a los dioses como factor de su poder, Platn habl de una religiosidad armoniosa del poltico, una religiosidad al servicio del bien de los dems; por eso Platn pona a la poltica y al reinado como la cspide de la entrega espiritual.

    En el siglo V San Agustn eleva la poltica al nivel de la Civitate Dei, la Ciudad de Dios, como una construccin de la armona perfecta de Dios y al Poltico como receptculo de esa perfeccin, cuando ve caer Roma y reemplazada por impos, segn l. Planea la Historia como una secuencia escatolgica de Pecado y Redencin. Entonces pone a la poltica como la actividad que ms requiere de santidad y pureza, al analizar cmo Roma cay en la corrupcin.

    En el siglo XII Santo Toms, al deslindar la poltica de la religin, ante el avance burgus y el pensamiento secularizante que pide contrapesarla con la santidad, acude a la poltica para exigirle compromiso y grandeza espiritual, pues el feudalismo se corrompa, corrompa y no se reformaba, ni tena una proyeccin moral, en un contexto de total crisis existencial.

    Es en la crisis moderna, desde el siglo XIV, de occidente que la poltica adquiere los matices ms sagrados: la modernidad implicaba enfrentar dos peligros terribles: de un lado la secularidad inmoral que haca de la poltica un instrumento de poder y abuso y, de otro, la poltica como extensin de dogmas de una iglesia ya en putrefaccin.

    Es la poca en que la santidad se embadurna con poltica y viceversa y surgen los grandes principios y sentimientos religiosos en poltica que aun hoy lo llevamos y de los cuales Haya se nutre fundamentalmente.

    Tomas Moro, el mejor de todos, el santo de la poltica, es en esta poca en que pone, con su propia vida, el ejemplo de cmo la poltica es una sanidad, no solo al negarse al divorcio con Bolena, sino por seguir toda su vida la parte pblica con honor y grandeza.

    Los revolucionarios franceses no fueron los racionales que nos lo pintan, fueron, esencialmente, religiosos. Los movimientos ms activos de este hecho histrico no lo hacen partidos polticos como nos lo han mostrado;

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  • son los franciscanos, cistercienses y otros grupos religiosos. En fin, la revolucin nunca dej de ser religiosa; la misma poltica se disean como religiosas.

    Entonces no es posible concebir una militancia sin la religiosidad; sin religiosidad es imposible lograr este salto tan sustancial de pasar de la cosa nosstra a la res pblica sin esa religiosidad. Solo la religiosidad hace que estos grandes objetivos se puedan cumplir. Solo con la religiosidad se hizo posible esta tremenda presencia nuestra en la Historia.

    Pensar en Haya, entonces, es pensar en una manera de hacer poltica, que combina racionalidad, actitud y religiosidad. Es lo que distingue a su partido; es la diferencia entre en Apra y el resto; es la sustancial diferencia entre un Partido y un Movimiento de fe, como es el Apra. Es la razn fundamental por la que no solo hemos cumplido 90 aos, sino que seguiremos hacia la eternidad.

    Colectivo Social Liberal - CuscoCusco, Mayo del 2014

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  • VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DEHAYA DE LA TORRE

    Dr. Luis ALVA CASTRO

    A pesar de las dificultades coyunturales por las que atraviesa el Partido Aprista Peruano, fundado por Victor Ral Haya de la Torre, la permanencia y vigencia del pensamiento del ilustre idelogo peruano se mantienen intactas. Su enorme capacidad de visionario le permiti adelantarse a su tiempo y avizorar "lo que hay detrs de la colina". Haya de la Torre es el gran fundador de la poltica moderna en el Per y uno de los pensadores de ms vasta y honda influencia en la poltica latinoamericana del presente siglo.

    Nutrido en las fuentes marxistas europeas, su mayor merito es haber asumido una posicin autonmica alejndose de la ortodoxia y el dogma. Joven an, en 1927 marco distancia con el comunismo en el Congreso Antimperialista Mundial celebrado en Bruselas, sosteniendo su idea-eje de que Amrica Latina, o Indoamrica como l la llamaba, tiene una realidad diferente a la de Europa y que, por lo tanto, a realidades distintas hay que aplicar soluciones tambin distintas.

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  • El Espacio - Tiempo Histrico

    Cerca, muy cerca a la ciudad natal de Haya de la Torre -Trujillo, Per- existen los muros de una antiqusima ciudad llamada Chan Chan. Los primeros atisbos de una reflexin histrica asomaron en Vctor Ral en aquella ciudadela. Por Qu nos denominan nuevo mundo -se interrogaba- si Chan Chan es mucho ms antigua que muchas ciudades del llamado viejo mundo?. Y se responda que en el anlisis histrico juega un rol preponderante la perspectiva, el punto de observacin.

    Ms tarde, a partir de aquellas reflexiones juveniles, elaborara su tesis del Espacio-Tiempo Histrico. Se interes, para ello, profundamente en la teora relativista de Einstein y dijo que as como para el insigne sabio alemn no existe una sola ley de gravitacin universal -tal lo haba preconizado Newton- sino distintos campos gravitacionales, as tambin en la Historia no hay una ley uniforme y universal de evolucin sino diferentes procesos espacio-temporales.

    Cuando en Europa se viva el Medioevo, en Amrica existan las grandes civilizaciones incas, mayas, aztecas y chinchas: y estas nada tienen que ver con las caractersticas de la vida medioeval europea. Dice Haya de la Torre: "As, los pueblos europeos -y su prolongacin expandida norteamericana, en cierto modo- pueden concebir su historia clasificada en Antigua, Media, Moderna y Contempornea. Pero esa clasificacin meramente cronolgica resulta deformada en cuanto la observamos desde otro Espacio-Tiempo Histrico. Consecuentemente, toda universalizacin en la estimativa, toda aplicacin niveladora absoluta de una misma medida rgida para los distintos Pueblos-Continentes de la tierra es, pues, equivocada por irreal".

    Por otro lado, Haya de la Torre sostiene que los pueblos de Europa han seguido un ritmo de desarrollo casi uniforme hasta llegar al gran industrialismo, lo que no sucede en Indoamrica donde coexisten distintas etapas histricas. Y apelando a una metfora dice que, en hora y media de viaje en avin, entre Lima (la capital peruana) e Iquitos (ciudad amaznica tambin peruana) se puede recorrer regresivamente toda la historia desde la modernidad industrial hasta el primitivismo de ciertas tribus selvticas. Aqu, el tiempo no se toma en sentido cronolgico sino histrico y subjetivo. "El

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  • grado de evolucin de un Espacio-Tiempo Histrico dado, su velocidad y direccin, estn determinados, pues, por los alcances de su progreso cultural. Se hallan esencialmente vinculados a la tcnica de la produccin, vale decir a su economa; la que est determinada e influida a su vez, por el medio geogrfico, la capacidad biolgica, racial, la intuicin, la aptitud y grado de dominio de la naturaleza, atributos colectivos todos estos que accionan y reaccionan en el devenir histrico de los grupos sociales y en la conciencia de ese devenir" afirma Victor Ral.

    Es a partir de esta tesis que se justifica la denominada ambivalencia del imperialismo. Sostiene Haya de la Torre que el imperialismo no tiene un mismo valor para todos los pases del planeta. Mientras en los pases altamente desarrollados es la etapa culminante del capitalismo como lo sostuvo Lenin, en los pueblos subdesarrollados es la primera etapa del proceso capitalista pues recin con el capital forneo se inicia la etapa capitalista.

    El Antimperialismo Aprista

    Sentado este principio del imperialismo como primera etapa del capitalismo en los pases subdesarrollados, Haya de la Torre rechaza, sin embargo, a los defensores del imperialismo cuando sostienen que si nuestros pueblos necesitan capital, este debe ser permitido entrar "de donde venga y como venga". El fundador del APRA se plantea la siguiente disyuntiva: "Necesitan nuestros pases capital?. La respuesta es afirmativa: SI. Si lo necesitan debe permitirse que entren a los pases donde quieran y como quieran?. La respuesta es negativa: NO". En su obra fundamental EL ANTIMPERIALISMO Y EL APRA explica: "La tesis aprista anuncia que mientras el presente orden econmico predomine en el mundo, existir un buen y necesario capital y uno peligroso e innecesario. Es el Estado y slo l quien debe controlar las inversiones bajo estrictas condiciones, basado en la necesidad que tienen los pases desarrollados de colocar excedentes de capital". Y ms tarde, en su libro TREINTA AOS DE APRISMO reafirma: "La situacin es -tomando el ejemplo de Indoamrica y los Estados Unidos- que nuestros pases necesitan del capital norteamericano tanto como ellos de buscar inversiones en nuestros pases. Por esta razn, nuestros pases pueden estipular los pre- requisitos para el ingreso de los mencionados capitales".

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  • El ilustre acadmico norteamericano Robert J. Alexander, en reciente conferencia dictada en Lima con ocasin del Centenario de Haya de la Torre, sealo que el argumento del fundador del APRA "es relevante" porque la puerta abierta sin restricciones al capital extranjero en los pases latinoamericano "en mi opinin, es tan peligrosa como le pareci a Haya de la Torre hace cuarenta aos o sesenta aos". Y para fundamentar su comentario, Alexander cita algunos casos. Uno de ellos es que los pases industriales protegen su medio ambiente pero, en cambio, lo deterioran en los pases en desarrollo. Igual sucede con la depredacin de los recursos naturales. Otro caso es el de las inversiones externas que buscan el lavado del dinero sucio proveniente del comercio de drogas. Asimismo, el peligro de que las empresas nacionales ya establecidas puedan ser barridas competitivamente por empresas extranjeras con recursos econmicos muy superiores a las existentes en el pas anfitrin. Finalmente se plantea la necesidad de hacer una clara diferenciacin entre los capitales especuladores y los que significan reales inversiones. Alexander opina que el Estado debe jugar, en estos casos, un rol decisivo de control, como lo planteo Haya de la Torre.

    El Rol del Estado

    Como Robert J. Alexander es un "apristlogo", autor de un libro sobre Haya de la Torre y el APRA, y se mantiene al da con los problemas econmicos y sociales de la actualidad, quisiramos citarlo una vez ms. Dice: "Haya de la Torre es bsicamente un filsofo poltico y un lder partidario. Pero en su larga vida adelanto importantes ideas en el proceso econmico que mantienen aun vigencia". Y menciona tres ideas bsicas segn el: El rol del Estado como lder y generador de polticas en el proceso de desarrollo econmico, el rol que las empresas extranjeras deberan tener en ese desarrollo, y la necesidad de la unidad econmica y luego poltica de Indoamrica.

    Efectivamente, en su libro "El Antimperialismo y el APRA" y luego en su discurso programa de 1931, Victor Ral desarroll la idea del papel que debe cumplir el Estado en el desarrollo de nuestros pases. Este es un aspecto muy importante en el pensamiento hayista que actualmente mantiene vigencia, ahora que se promueve peligrosamente en Amrica Latina el postulado ideolgico de que el mercado debe permanecer absolutamente libre para asumir todas las decisiones en la economa y sin ninguna

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  • interferencia estatal. Es el denominado neoliberalismo, la corriente de retorno a la "libre empresa" que en nombre de la "modernidad" est incrementando la pobreza de los ms pobres y la riqueza de los ms ricos, mientras la clase media tiene cada vez ms dificultades para mantener su nivel de vida.

    Haya de la Torre sostuvo siempre que el Estado debe estar presente en la conduccin de la Economa, dictando disposiciones legales que garanticen el papel positivo del capital extranjero y prohibiendo los aspectos negativos que signifiquen explotacin, expoliacin de un Congreso Econmico Nacional con representantes del Estado, el capital y el trabajo, como complemento del Parlamente poltico. Este Congreso debera realizar investigaciones sobre los recursos econmicos y la capacidad de produccin del pas a fin de dictar las disposiciones concretas relativas a su desarrollo, coordinando un Plan para la Economa Nacional "orientado a formar parte de una organizacin econmica continental".

    El Estado, adems, segn Haya de la Torre, debe promover las polticas sociales de proteccin y asistencia a los sectores ms pobres de la poblacin. Es este un punto que hoy est siendo menospreciado por los ejecutores y promotores del neoliberalismo, empeados en el desmantelamiento de la seguridad social, en la elitizacin educativa eliminando la gratuidad de la enseanza -por la que tanto lucho Victor Ral- y en las restricciones de acceso a la vivienda social, a las prestaciones de salud gratuita o barata. Y por otro lado empeados tambin en la privatizacin de las empresas estatales que, ms que privatizacin, es una transnacionalizacin, pues los capitales nativos se encuentran en inferioridad de condiciones para adquirirlas. Lo cual equivale a un grave peligro porque muchas de las empresas privatizables son bsicas y estratgicas como la siderurgia, el petrleo y la generacin elctrica.

    La unidad de Amrica Latina

    La gran pasin histrica de Haya de la Torre fue la unidad o integracin de Amrica Latina o Indoamrica como l llamaba al pueblo-continente ubicado entre el rio Bravo y la Tierra del Fuego.

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  • El ilustre poltico se percato, desde su juventud, que los pueblos latinoamericanos no podan enfrentar aisladamente con xito al imperialismo. La experiencia histrica demostraba que cada pas, por separado, carece de la fuerza suficiente para tratar con Estados Unidos en trminos de igualdad. Solo con la integracin, los Estados Unidos de Amrica Latina podran coordinar un esfuerzo comn con los Estados Unidos de Norteamrica dentro de una relacin que Haya de la Torre denomin "interamericanismo democrtico sin imperio". "Cooperar, si, pero no cometiendo el suicidio de la creacin de un nuevo imperio, sino la formacin de una moderna Indoamrica unida, un bloque o una federacin, que en condiciones de equilibrio y eficiente coordinacin con la Federacin Norteamericana, que debera ser nuestro aliado -no nuestro patrn- cooperen en el esfuerzo por la Libertad" sostuvo cuando creci el peligro nazifacista durante la Segunda Guerra Mundial.

    Haya de la Torre sostiene que los pueblos indoamericanos tienen casi todos el mismo origen, la misma raza, el mismo idioma, identidad, religin, vale decir una serie de caractersticas que unen y no separan. Y pone como contraparte a la Comunidad Europea que, a pesar de ser pases con diferentes tradiciones, idiomas, origen tnico, lograron la integracin a travs del Mercado Comn Europeo.

    Siempre arguy la apremiante necesidad de un Mercado Comn Latinoamericano: "Es obvio que los nuevos y grandes conglomerados econmicos no pueden mantener relaciones con las pequeas y dbiles economas de los pases aislados -especialmente con los subdesarrollados- sin aplastarlas. Por lo tanto, Indo o Latinoamrica, en un mundo de grandes combinaciones econmicas o mercados comunes, tambin deber autoorganizarse regionalmente para lograr su propio desarrollo industrial".

    Ahora que la Comunidad Europea va hacia la moneda comn, debemos recordar que Victor Ral escriba hace muchas dcadas: "Diecisiete o dieciocho tipos de moneda no podrn jams luchar en el campo de batalla cambiario con el monoltico dlar... Hay que crear nuestro Banco Latinoamericano de emisin y de respaldo, de inversiones y de defensa de nuestra economa. Y sobre esta base establecer nuestro sistema de relaciones en igualdad de condiciones con los vecinos del norte"... "Interamericanismo

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  • democrtico sin imperio y sin imperialismo, es el lema aprista de relaciones con EE.UU. As impulsaremos nuestro desarrollo industrial sin que esta necesidad nos imponga sujeciones".

    En este sentido, Haya de la Torre destacaba la gran visin de Simn Bolvar cuando reclamaba a los pases sudamericanos "unin, unin, si no la anarqua os va a devorar". Y la voz de orden de mart: "juntarse es la palabra del mundo".

    Actualmente, Amrica Latina sigue empeada en lograr su integracin, despus de varios intentos a travs de organismos sud regionales que desgraciadamente han tropezado con obstculos permanentes.

    El Frente Unico de Clases

    En el captulo III de su libro de 1928 "El Antimperialismo y el Apra" Haya de la Torre sostiene que la unificacin gradual de Indoamrica tendr que realizarse tambin a travs de una poltica de frente nico de clases que accedan al poder, mediante partidos disciplinados y poderosos, desplazando a los gobiernos reaccionarios que por ser tteres de la poltica imperialista se oponen a la integracin.

    Este tema es muy importante y signific, en gran medida, el enfrentamiento tenaz de los comunistas contra el Aprismo. Y es que Victor Ral, partiendo siempre del principio de diferenciacin de la realidad americana y europea, sostiene que en Amrica Latina no caben los partidos polticos uniclasistas, exclusivamente proletarios, sino pluriclasistas o frentes nicos de clases. Con su habitual didctica, explica que cuando recin llegan al Per las empresas imperialistas, no fueron los obreros los afectados pues esas empresas les remuneraban mejor que los antiguos gamonales y patrones. Fueron los pequeos comerciantes -clase media- quienes tuvieron que cerrar sus negocios pues las empresas extranjeras implantaron sus propias grandes tiendas. Haya de la Torre dice: "Las clases medias en nuestros pases, a medida que el imperialismo avanza, ven ms restringidos los lmites de su posible progreso econmico. Son clases sbditas cuyas expectativas de desarrollo se detienen ante la barrera imperialista que ya es por s misma la expresin de una clase dominante que no tolera rivales".

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  • Por eso es que, en los pases indoamericanos, los precursores de la protesta contra el imperialismo han surgido de las clases medias. Sabido es -afirma Victor Ral- que han habido movimientos de rebelda de obreros y campesinos, pero contra el amo visible, es decir el amo feudal, el gamonal, el cacique, el gerente. Es ms tarde, cuando la explotacin imperialista se acenta, que se dan cuenta del peligro y descubren al verdadero enemigo. Y as la realidad les demuestra la necesidad de unir sus fuerzas con las clases medias, a las que corresponde histricamente la iniciativa de la lucha antimperialista.

    Partidos uniclasistas, exclusivamente proletarios, tampoco caben en pases donde la industrializacin es incipiente. La presencia del campesinado en naciones primordialmente agrcolas, es tambin innegable. Propugna por ello el Frente Unico de clases explotadas integrada por obreros, campesinos y clase media (profesionales, estudiantes, pequeos industriales, pequeos comerciantes, etc.). Un Frente donde, por supuesto, estn excluidos los grandes empresarios, los abogados de las empresas explotadoras, en fin, todos quienes estn al servicio del imperialismo.

    Haya de la Torre alcanz a ver, con inocultable satisfaccin, cmo los partidos social demcratas de Europa, congregados en la Internacional Socialista, adoptaron el pluriclasismo. Acierto innegable que confirma la vigencia de su pensamiento, como lo confirman tambin otros fenmenos actuales: la reaccin democrtica contra el peligro del neoliberalismo, la necesidad de intervencin del Estado como regulador de las polticas econmicas y sociales, la urgencia de la integracin en pueblos-continentes, la presencia indiscutible de espacio-tiempos histricos diferentes, y, fundamentalmente, el ejemplo insigne y paradigmtico de su vida apostlica entregada con plena tica y coraje a la lucha en defensa de los oprimidos y desheredados.

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  • 25

    VICTOR RAUL HAYA DE LA TORREY JOSE CARLOS MARIATEGUI:

    DOS PROYECTOS DE TRANSFORMACIONDE LA SOCIEDAD PERUANA

    Dr. Cesar GERMANA

    I

    El decenio 1920-1930 se caracterizo por grandes cambios en el edificio social peruana. Aunque estos no afectaron de manera sustancial la estructura bsica que determinaba el modelo de desarrollo vigente desde fines del siglo XIX, fueron lo suficientemente importantes como para resquebrajar la sociedad oligrquica y redefinir sus patrones de organizacin social y poltica. En esta coyuntura se comenzaban a sentir los primeros crujidos de un orden social que se haba modernizado de manera incompleta y contradictoria y se encontraba en bsqueda de una nueva dinmica de desarrollo.

    En los ltimos aos del siglo XIX se establecieron las bases econmicas y polticas que iban a posibilitar la consolidacin de la sociedad oligrquica en las dos primeras dcadas del siglo XX. Por un lado, la reinsercin de la economa peruana en la economa internacional, con la exportacin de

  • productos primarios (mineros, agrcolas y ganaderos) para satisfacer la demanda externa en rpida expansin, lo que estableci un suelo firme para la modernizacin capitalista. De otro, la derrota del "segundo militarismo" (1884-1894) en la guerra civil de 1894-1895, lo que permiti la rpida institucionalizacin del poder administrativo y, de esta manera, el inicio de uno de los periodos de mayor estabilidad poltica en la historia del Per. Ambos procesos pusieron en evidencia el papel clave desempeado por el capital imperialista, en la modernizacin del sector econmico vinculado a la exportacin, y por la oligarqua, en la formacin de un Estado centralizado.

    El proceso de implantacin del capital imperialista en el Per, se inicio en la ltima dcada del siglo XIX y una de las principales consecuencias de este hecho fue la profunda reorganizacin de la economa precapitalista existente en el pas, incapaz -por su atraso y secular estancamiento- de oponerle resistencia(1). Entre 1890 y 1914, se establecieron las cuatro ms grandes corporaciones imperialistas que controlaran los sectores claves de la economa de exportacin (produccin agrcola y minera). De esta manera, se implantaron en el Per relaciones de produccin capitalistas solidas y estables en medio de una vasta economa precapitalista. Este proceso determino una caracterstica relacin entre ambas economas constituyendo lo que Anibal Quijano ha denominado "modelo de acumulacin semicolonial"(2).

    Al tiempo de constituirse las bases de una economa semicolonial aparecan los fundamentos de un Estado centralizado. A mediados del siglo XIX ya haban surgido los primeros indicios de una evolucin en la direccin de la formacin de un Estado moderno; sin embargo, esa posibilidad se frustro por la derrota del Per en la "Guerra del Pacifico" (1879-1884). En el periodo siguiente, cuando se recomponen las estructuras estatales, estas tendran caractersticas diferentes, determinadas en lo fundamental por el nuevo sistema de poder. La burguesa local -clase cuyos intereses principales estaban vinculados a la economa de exportacin- logro establecer un sistema de alianzas tanto con la burguesa imperialista como con los terratenientes precapitalistas. Sobre esa base de intereses se reorganiz el poder poltico(3). En consecuencia, el Estado seria oligrquico y dependiente: oligrquico en la medida en que expresaba nicamente los intereses de la clase dominante, y en este sentido negaba en la realidad la proclamacin formal de los principios democrtico-liberales, pues exclua poltica y socialmente a la poblacin

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  • mayoritaria del pas, los campesinos; dependiente, en la medida en que garantizaba la dominacin del capital extranjero sobre la sociedad nacional, y en este sentido, negaba la pretensin del Estado a la independencia poltica.

    A pesar de la creciente modernizacin del sistema econmico y del sistema poltico, la sociedad segua manteniendo las caractersticas del orden colonial en el que se haba formado. La vida social giraba alrededor de la hacienda. Esta no solamente era una unidad de produccin agrcola sino, adems, una verdadera institucin social: la clula bsica del orden social oligrquico. Era el fundamento del poder y del prestigio de la oligarqua: el hacendado era dueo de grandes extensiones de tierra y seor de muchos hombres y de sus familias. Este sistema seorial -ms bien que feudal- se organizaba sobre el modelo de la clientela o del "compadrazgo"(4). Se trataba de una relacin personal entre el campesino indio y el hacendado donde se tejan vnculos espirituales con motivo de un bautizo, de una confirmacin o de un matrimonio e implicaban obligaciones reciprocas -aunque asimtricas- entre el padrino y el ahijado o entre los propios compadres. Esta situacin reforzaba la lealtad del campesino indio hacia el hacendado e impeda que se establecieran relaciones horizontales entre ellos limitando la posibilidad del desarrollo de una conciencia social autnoma. Se ha sealado que este tipo de relacin clientelistica se reproduca en las ciudades. A pesar de la imagen de modernidad que estas ofrecan, es posible mostrar como los empleados de los servicios del Estado o de las actividades financieras, bancarias o comerciales mantenan con sus patrones -en general los miembros de la oligarqua- el mismo tipo de relacin personal existente en la hacienda. Este hecho explicara la facilidad con la que las clases dominadas hicieron suyo los modelos de vida y de comportamiento de la clase dominante.

    Si se tiene en consideracin las ideas anteriores, se puede advertir, el carcter incompleto del proceso de modernizacin del Per durante el periodo de la dominacin oligrquica. En efecto, los cambios operados hacia fines del siglo XIX no condujeron a una total diferenciacin funcional del sistema social (surgimiento de un sistema econmico capitalisticamente depurado y de un Estado organizado burocrticamente) ni a la destradicionalizacin de las relaciones intersubjetivas. La sociedad tradicional segua vigente en el conjunto de la vida social, pues no se haban desmoronado completamente las imgenes premodernas del mundo ni las formas de estratificacin cerradas que, a su vez, impedan la movilidad social

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  • horizontal o vertical. Por ello, cuando la propia dinmica del orden social oligrquico gener amplios conflictos sociales, polticos y culturales los mecanismos tradicionales de control resultaron insuficient.es y el edificio social empez a resquebrajarse.

    Tres caractersticas pueden resumir la situacin de ese periodo. En primer lugar, la consolidacin del capital estadounidense en el control del sector productivo exportador, desplazando al capital ingles del rol preponderante que este haba venido detentando. Con anterioridad a la Primera Guerra Mundial, el capitalismo estadounidense haba comenzado a penetrar en la economa peruana, tanto en el sector productivo como en el del comercio y de los servicios. Sin embargo, fue a partir del primer conflicto blico mundial cuando los capitalistas de los Estados Unidos comenzaron a invertir masivamente en el Per y de esta manera consolidaron el modelo de acumulacin semicolonial. Este hecho produjo un profundo cambio en la estructura de poder vigente. El creciente control de los sectores mas dinmicos de la economa por el capital estadounidense destruyo la alianza establecida en el periodo anterior. En esta alianza la oligarqua controlaba el sector productivo de la economa de exportacin mientras que el capital extranjero dominaba el sector de la comercializacin. En el nuevo acuerdo -puesto de manifiesto durante el rgimen del presidente Legua (1929-1930)- la burguesa peruana quedo totalmente sometida al capital imperialista. As, en los aos veinte, estaba en curso de cumplirse el proceso de reacomodo de la estructura bsica del orden oligrquico.

    En segundo lugar, surgan signos claros de la erosin de la hegemona poltica de la oligarqua. Como he sealado, el poder oligrquico se basaba en la alianza entre el capital imperialista, la burguesa nacional y los terratenientes precapitalistas; y, adems, en la subordinacin de las capas medias y en la exclusin de los campesinos y de la naciente clase obrera. Hacia los aos veinte, este sistema poltico no poda seguir funcionando ni legitima ni eficazmente; se iniciaba as el largo periodo de crisis de la dominacin oligrquica. Varios factores contribuyeron a esta crisis. Entre los ms importantes podemos mencionar el reacomodo de la alianza imperialista, cambio al que he aludido en el prrafo anterior; el crecimiento de las capas medias y de la clase obrera, consecuencia de la expansin de la economa de exportacin y del cada vez ms intenso proceso de urbanizacin; y, finalmente, la emergencia de los movimientos polticos, sociales y culturales

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  • crticos de la dominacin oligrquica. As, sin perder su poder econmico, la burguesa peruana asista a los primeros momentos de la desarticulacin de su Estado y con ello comenzaba a desmoronarse la pax oligarchica.

    En tercer lugar, empezaban a difundirse ideas, imgenes del mundo y motivaciones, cuestionando los sistemas de legitimacin y de moralidad sobre los que se asentaba el orden oligrquico. Estos impulsos hacia el cambio del mundo intersubjetivo surgieron primero entre los intelectuales y, posteriormente, se propagaron entre las capas medias urbanas y entre los obreros. Aunque este complejo proceso no ha sido estudiado de manera sistemtica, se han sealado por lo menos dos ncleos de problemas que habran influido en esos cambios de mentalidad: primero, la derrota del Per en la "Guerra del Pacifico" y la creciente presencia del capital imperialista en la economa peruana; segundo, las insurrecciones indgenas y las luchas obreras en las dos primeras dcadas del siglo XX. Lo primero porque puso en evidencia la debilidad del pas como nacin y la necesidad de reconstruirla sobre nuevas y ms solidas bases; as fue emergiendo una conciencia nacional. Lo segundo porque mostro la marginacin de las masas indgenas y de los obreros y la necesidad de que alcanzaran su efectiva emancipacin; as fue emergiendo una conciencia social.

    Tuvo razn Jose Carlos Maritegui cuando escribi que Manuel Gonzlez Prada (1848-1928) represent "un instante -el primer instante lucido- de la conciencia del Per"(5). Efectivamente, fue el primero en denunciar el orden colonial como el mecanismo que reproduca y consolidaba el orden oligrquico; pues este tena como fundamento la dominacin y marginacin del indgena y en este hecho vea la causa de la ausencia de una efectiva integracin nacional del Per. El verdadero Per -dijo Manuel Gonzlez Prada en 1888- "est formado por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la Cordillera"(6). Si bien el autor de Pginas libres no propuso un programa poltico destinado a lograr la emancipacin de los indios, su prdica -liberal, primero; anarquista, despus- influyo de manera significativa en la formacin de lo que Jose Carlos Maritegui denominara la "nueva generacin". Por ello, se puede considerar a Manuel Gonzlez Prada como el punto de partida de una conciencia moderna en el Per.

    Influido -al igual que Manuel Gonzlez Prada- por la filosofa positivista surge, a principios del siglo XX, un grupo de escritores a los que se

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  • les va a conocer como "generacin del novecientos" (Jose de la Riva Agero, Francisco Garca Caldern y Victor Andrs Belaunde fueron sus representantes ms conspicuos). Estos escritores se consideraban como una minora selecta capaz de influir intelectualmente sobre la clase dominante -de la que socialmente procedan y a la que queran reformar- para que esta modernizara la sociedad peruana segn un modelo prestado de las democracias europeas. Para ello, proponan una reforma de las instituciones polticas y educativas, pues consideraban que de individuos mejor instruidos surgira una "aristocracia del espritu", sustento de la verdadera democracia. Si bien la "generacin del 900" no logro materializar su proyecto de reformas, en cambio sus ideas se convirtieron en el punto de referencia de la cultura peruana de los primeros decenios del siglo XX.

    Hacia 1920, el proceso de reforma intelectual y moral de la sociedad peruana sigui una va diferente de la trazada por la "generacin de 900". En efecto, en ese periodo emerge un grupo de escritores guiados por un espritu de renovacin en el pensamiento, el arte y la literatura. Tena como antecedente la generacin radical de Manuel Gonzlez Prada y al iconoclasta grupo de escritores reunidos alrededor de la revista Colnida. Jose Carlos Maritegui los denomin la "nueva generacin" y los consideraba como un movimiento animado por un espritu de cambio. Convergan en l dispares corrientes ideolgicas, pero todas animadas de un comn objetivo: la "voluntad de crear un Per nuevo dentro de un mundo nuevo". Unmomento clave en la cristalizacin de esa corriente fue la creacin por Victor Ral Haya de la Torre, en Mxico, de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), en el ao 1924. Surga como un frente poltico con el declarado propsito de agrupar a todos las corrientes antioligrquicas del Per y de Latinoamrica: nacionalistas, indigenistas, socialistas. Sin embargo, en el curso del ao 1928, ese movimiento se fue diferenciando poltica e ideolgicamente, para, finalmente, desembocar en una ruptura abierta. Dos fueron las tendencias principales alrededor de las cuales se reagrupo la "nueva generacin": el nacionalismo democrtico radical de Victor Ral Haya de la Torre y el socialismo revolucionario de Jose Carlos Maritegui.

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  • II

    Una de las figuras polticas ms discutidas del Per del siglo XX, a no dudarlo, ha sido Victor Ral Haya de la Torre. En su larga carrera pblica, desde su juvenil presidencia de la Federacin de Estudiantes del Per en 1919, hasta la presidencia del Congreso Constituyente en 1978, tuvo una activa participacin en los asuntos centrales de la poltica peruana. Encumbrado y alabado por sus partidarios, denostado por sus enemigos, nadie ha sido indiferente a sus propuestas.

    Quizs por ello, a pesar de la importancia de sus ideas polticas, estas han sido discutidas principalmente desde un punto de vista poltico partidario. Gran parte de la amplia bibliografa sobre Haya de la Torre ha tenido un doble carcter: o bien de defensa apologtica, o bien de irracional denuncia. Solo con el desarrollo de las ciencias sociales de los aos setenta, se inicio un examen analtico de la obra del lder aprista.

    Situado en esta perspectiva, quisiera sealar algunos de los temas centrales del pensamiento poltico de Haya de la Torre. Con este propsito, se pueden identificar tres momentos claves en la elaboracin de sus planteamientos.

    El primer momento (1924-1939) estuvo marcado por el radicalismo democrtico nacionalista, tanto en la crtica de la sociedad peruana como en la propuesta de una "revolucin social no socialista". Las principales tesis de este periodo fueron elaboradas en el Antimperialismo y el Apra (escrito, segn su autor, en 1928; pero publicado por primera vez en Santiago de Chile en 1936).

    La modernizacin capitalista del pas constitua el ncleo central de esa propuesta. En la base de su razonamiento se encontraba el problema de cmo superar el secular atraso de una sociedad dominada por el imperialismo y la feudalidad. En ltima instancia, se planteaba el problema de cmo realizar

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  • ''nuestra Revolucin Francesa", en un pas donde la burguesa nacional no era lo suficientemente poderosa para desplazar del poder a la burguesa imperialista y a su aliado interno, la clase feudal.

    As, la originalidad de la propuesta poltica de Haya de la Torre consisti en afirmar el nuevo carcter que asumira la revolucinburguesa en pases dependientes del imperialismo. A diferencia de las revoluciones burguesas europeas, en los pases coloniales o semicoloniales, el proceso burgus no poda basarse ni en el capital privado ni en la democracia liberal. Pues, si as fuera, el nuevo Estado terminara necesariamente por subordinarse al imperialismo.

    Por ello, pensaba que la nica alternativa posible para lograr la "independencia nacional dentro del capitalismo" seria el establecimiento de un "Estado antimperialista". Este tendra en el capitalismo de Estado su organizacin econmica y en la democracia funcional su organizacin poltica. El "Estado antimperialista" era considerado como la expresin de las mayoras nacionales; pero sera dirigido por las clases medias, las nicas capas sociales a las que juzgaba capaces de desarrollar una conciencia antimperialista. Con este programa, Haya de la Torre buscaba sistematizar las aspiraciones democrticas y nacionalistas de las clases sociales oprimidas por la dominacin imperialista de ese periodo, dentro de un proyecto antiliberal y antisocialista.

    En la dcada de los aos cuarenta se inicio un cambio que sera fundamental en el desarrollo del pensamiento poltico de Haya de la Torre. En este periodo, su proyecto poltico se fue depurando de los elementos ms radicalmente democrticos y nacionalistas. El balance ms importante de los temas discutidos en esta etapa y su confrontacin con los del proyecto original se encuentra en Treinta aos de aprismo (1956).

    En la reformulacin del proyecto poltico de Haya de la Torre fue decisiva la confluencia de los cambios que ocurran tanto en la situacin internacional como en el Per.

    En cuanto a lo primero, fue fundamental la poltica del new deal de F.D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, y la oposicin de las democracias a los regmenes nazifascistas durante la Segunda Guerra

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  • Mundial. La lucha contra el "totalitarismo" y la defensa de las "democracias occidentales" estaban presente en la acentuacin de los rasgos democrtico liberales del pensamiento de Haya de la Torre y el abandono de la corporativa propuesta de la democracia funcional.

    Adems, el nuevo papel de la poltica exterior estadounidense le llevo a una reelaboracin del problema del imperialismo. La "accin contra el imperialismo yanqui" del programa original, devendr en la alambicada formula de un "interamericanismo democrtico sin imperio" con la que quiso traducir la nueva poltica del "buen vecino" de Roosevelt, esto es, el "abandono del imperialismo por el Departamento de Estado".

    En cuanto a los cambios ocurridos en la sociedad peruana, se puede sealar dos aspectos relevantes. Primero, la capacidad del bloque oligrquico-imperialista para recuperar su poder econmico y poltico resquebrajado con la crisis abierta en los aos treinta. Segundo, las modificaciones que se produjeron en el carcter de las reivindicaciones de las capas medias, la base social del aprismo: en lo fundamental, una creciente satisfaccin de sus demandas econmicas, polticas y sociales al ampliarse la economa de exportacin.

    En todo ello, quiz se encuentre la explicacin del realismo con el que Haya de la Torre asumi la poltica y que le permiti adecuarse a las nuevas condiciones de la poca. Una primera experiencia de esa adaptacin -y no sera la ltima- tuvo lugar durante el breve gobierno del presidente Bustamante y Rivero.

    Hacia fines de los aos cincuenta, aparecan claras indicaciones de la crisis definitiva de la sociedad oligrquica. La emergencia de clases y capas sociales vinculadas a la economa urbano-industrial puso de manifiesto las profundas transformaciones que se estaban procesando en el Per de ese periodo.

    Las ideas de Haya de la Torre no fueron inmunes a esos cambios. Si bien desde los aos cuarenta haba iniciado el paulatino replanteamiento de las propuestas de El Antimperialismo y el Apra, fue a partir de los aos sesenta cuando lograra plasmar las tesis centrales de un proyecto poltico alternativo.

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  • Ms aun, con la poltica pragmtica seguida por el Apra desde 1956, cuando logro su legalizacin como partido, e hizo de la "convivencia" con el pradismo, primero, y de la "coalicin" con el odrismo, despus, el eje de su lnea poltica, Haya de la Torre busco dar coherencia a sus planteamientos. Esta bsqueda fue todava ms necesaria a partir del memento en que el rgimen de Velasco Alvaro erradico las bases materiales, sociales y polticas en las que se asentaba la sociedad oligrquica y que, por lo tanto, mostraba de manera precisa el agotamiento del programa antioligrquico de los aos treinta.

    En este escenario, se fue cristalizando el nuevo proyecto de Haya de la Torre. Este tena como modelo los regmenes socialdemcratas de los pases escandinavos. En ellos -seala el lder aprista- "se encuentra un mensaje nuevo para la humanidad sin rumbo, que nos dice cmo es posible la justicia y cuan innecesaria es la lucha de clases y las guerras genocidas, pues solo hace falta que los ricos y que el Estado velen por la comunidad, para realizar sin dictaduras ni temor la obra de una democracia cabal".

    Este es un "modelo intermedio" entre el capitalismo de Estado y el capitalismo privado. En l se plantea el respeto de las instituciones inspiradas en la ideologa liberal (igualdad y libertad formales, sufragio universal, separacin de poderes, garanta de los derechos individuales), por una parte; y, por otra, se reconoce el papel del Estado en la solucin de las reivindicaciones de las clases populares (vivienda, salud, educacin, seguridad social) orientadas a elevar sus niveles de vida. Esta convergencia entre democracia liberal y Estado interventor defini el ncleo central del nuevo proyecto poltico de Haya de la Torre.

    Las orientaciones bsicas de este proyecto se encuentran en las propuestas del Apra en el debate de la Constitucin de 1979 y, sobre todo, en la conduccin del rgimen de Alan Garca. All, tambin, se puede descubrir sus posibilidades y sus lmites. El proyecto aprista ha constituido una alternativa que pudo ser eficaz para institucionalizar el Estado posvelasquista, pues buscaba conciliar los intereses de las clases dominantes con los de las clases populares. Este papel de intermediacin le dio una vasta influencia entre todos los sectores de la sociedad peruana, como lo demostr la amplia victoria electoral de Alan Garca en 1985. Sin embargo, esa propuesta fracaso. Para el xito del proyecto hubiera sido necesario un crecimiento econmico

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  • sostenido. Ello habra permitido alguna forma de redistribucin de la riqueza a travs del Estado. Precisamente, el rgimen aprista no logro esa meta y, por lo tanto, no pudo cumplir con el rol de intermediacin que se encontraba en la base de su programa.

    La evolucin de las ideas polticas de Haya de la Torre muestra bien su originalidad. Su trayectoria pone en evidencia, tambin, al hombre poltico adaptndose constantemente a las cambiantes condiciones de la sociedad peruana y encontrando los lineamentos capaces de darle sentido a la accin poltica. Esta actitud signific no slo el abandono de su propuesta nacionalista democrtica radical de los aos treinta, sino acomodarse a las exigencias de una audaz, y muchas veces cnica, lucha por el poder.

    Desde otro punto de vista, el examen de las ideas polticas de Haya de la Torre puede mostrarnos tambin algunos de los aspectos centrales de la organizacin y crisis del Estado en el Per. Pues el Estado no solo se constituye como un sistema de instituciones sino que existe igualmente como un proyecto -un modelo- que expresa los intereses y reivindicaciones de determinadas fuerzas sociales las que mediante sus luchas buscan hacerlo realidad. En este sentido, me gustara examinar el proyecto nacionalista democrtico radical propuesto por Haya de la Torre en los aos treinta pues all se ofrecen los elementos necesarios para comprender las posibilidades y los limites de una de las propuestas ms originales y coherentes desarrolladas en Amrica Latina para transformar al Estado.

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  • III

    El punto de partida del proyecto poltico propuesto por Haya de la Torre en los aos treinta fue la crtica del Estado oligrquico. En lo fundamental, su anlisis tuvo dos ejes principales: por una parte, el sealamiento de la contradiccin existente en la sociedad peruana entre una realidad econmico-social bsicamente feudal o semifeudal y un sistema poltico formalmente liberal y democrtico; por otra parte, la constatacin de una profunda y permanente inestabilidad y debilidad del Estado desde laIndependencia. Centralmente, consideraba que el Estado republicano y democrtico, establecido en el siglo XIX, no corresponda al ordenamiento econmico-social del pas: se proclamaba democrtico, pero su contenido era feudal o semifeudal: se reclamaba nacional, pero su naturaleza era colonial. As, este Estado feudal-colonial que no era representativo de la nacin peruana, mostraba una permanente debilidad e inestabilidad que configuraba su invariable crisis poltica.

    Para Haya de la Torre, fueron los conquistadores espaoles quienes establecieron el feudalismo en el Per. Este rgimen social no se modifico con la Revolucin de la Independencia; por el contrario, lo afirmo pues los grandes propietarios terratenientes se liberaron del control de la metrpoli. "Desde el punto de vista netamente econmico -afirm-, la emancipacin de los pueblos indoamericanos estuvo dirigida, conducida, por la clase latifundista criolla que quiso emanciparse del control econmico y poltico de la Corona de Espaa"(7).

    El Estado que se constituyo a partir de la Independencia, fue considerado por Haya de la Torre como un "Estado feudal o semifeudal"(8) en la medida en que representaba a la clase de los terratenientes que explotaban mano de obra servil. Sin embargo, ese Estado fue organizado sobre la base de instituciones inspiradas en principios liberales y democrticos. Esta contradiccin(9) era explicada por el lder aprista por el hecho de que las fuerzas sociales y polticas que lucharon por la independencia no tuvieron una ideologa propia y se vieron en la obligacin de importarla de Europa. As, se

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  • llego a la asombrosa situacin de una clase precapitalista que adopt el liberalismo, la ideologa de la Revolucin Francesa, aunque en el orden econmico y social actuaba en el sentido radicalmente opuesto. Por esta razn, el sistema poltico no era compatible con el sistema social. En este desfase, Haya de la Torre encontraba la causa de la permanente crisis del Estado.

    Por otro lado, el Estado republicano no solo era una "institucin elemental", sino que tena un carcter antinacional. El Estado -sealaba Haya de la Torre- "dentro de su presente arquitectura econmica feudal o semifeudal-capitalista depende ineludiblemente del imperialismo, se convierte en su instrumento de dominacin en nuestros pases y no puede hallar otra direccin econmica que la de entregarse a la esclavitud que le impone el imperialismo"(10). En este sentido, el Estado no era capaz de expresar los intereses de la nacin; antes bien, se haba convertido en el instrumento que utilizaba el imperialismo para oprimirla. Pues considera que el imperialismo no solo explota al pas econmicamente, "subyuga y explota tambin a nuestros pueblos como naciones"(11), al despojarlas de su "soberana nacional" y de su "libertad nacional".

    Haya de la Torre vea en el apoyo de los terratenientes y en el bloqueo de la burguesa nacional las condiciones centrales para que el imperialismo impusiera su dominacin a la nacin. En el primer caso, porque los terratenientes funcionaban como una clase intermediaria del imperialismo: "A cambio de una poltica de concesiones, emprstitos y otras operaciones [...] da a da devienen sus agentes y sbditos". Esta alianza de los terratenientes con el imperialismo sera considerada como la base social del Estado. En el segundo caso, porque la penetracin imperialista corto las posibilidades de crecimiento de una burguesa nacional; y esta no tuvo la capacidad de desarrollar un proyecto poltico que unificara poltica e ideolgicamente a la nacin para llevar adelante una revolucin democrtica.

    En consecuencia, la Revolucin de la Independencia llev a los terratenientes precapitalistas al control del poder del Estado y, con ello, se afirmo un rgimen feudal o semifeudal "sobre bases ideolgicas burguesas, liberales, democrticas". En el siglo XX, con la presencia del imperialismo en la sociedad peruana, esa clase se afianzo en el poder. Sin embargo, el aparato estatal que se constituyo fue "indefinido y bamboleante", pues, a diferencia

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  • de los pases europeos, no llego a ser "el producto de una clase" sino la expresin de un pequeo grupo, de una oligarqua, donde predominaban "personas que tienen algo del canbal y del seor civilizado"(12). En este sentido son ilustrativas las siguientes afirmaciones de 1930:

    Un Estado dbil e inestable, en la medida en que era extrao a las mayoras de la nacin, "no es una institucin definida, una maquina lista" y, por ende, atravesado permanentemente por enfrentamientos entre camarillas civiles y caudillos militares. Por estas circunstancias, Haya de la Torre reparaba en la incapacidad del Estado para organizar un sistema institucional orgnico y tcnico, sin un cuerpo permanente y especializado de funcionarios pblicos reclutados segn "estricto merito de capacidad y con amplias garantas de seguridad personal y profesional". En el Per ocurra todo lo contrario, la administracin pblica se basaba en el nepotismo y en el favoritismo poltico.

    En el anlisis del Estado en el Per, uno de los temas centrales de Haya de la Torre se refiere al fracaso de la democracia liberal. Esta idea aparece enfatizada en los escritos de los aos veinte y treinta, aunque reaparecen en un tono menor en los trabajos posteriores(14). El creador del Apra, sostena que a lo largo de la vida independiente del pas, la democracia liberal no haba sido capaz de instaurar las libertades fundamentales del hombre y del ciudadano, al coexistir con una organizacin econmica y social de carcter bsicamente feudal. "La democracia resulto un artificio y bajo su inestable organizacin jurdica subsistieron los viejos sistemas econmicos y las grandes injusticias sociales"(15). La democracia "poltica" o "formal" no haba sido viable en el pas por la presencia del imperialismo y del

    No fue el Per, desde la independencia hasta nuestros das, pas fecundo en hombres geniales propios, capaces de plantear un verdadero programa de organizacin de vasto alcance, tendiente a estructurar una institucin estatal firme que, aunque fuera instrumento de una clase, hubiera logrado fortaleza y definicin. Elemental la vida del Estado, ajena siempre a la mayora de la nacin, no logro crear sus fuerzas propias de estabilidad y defensa, y busco fuera el apoyo que le faltaba dentro del pas. El imperialismo devino entonces su respaldo. Y como ayuda siempre el fuerte que quiere provecho al dbil que lo da, el Estado llego a ser instrumento del imperialismo, econmico primero, y poltico despus(13).

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  • latifundismo feudal. Adems, Haya de la Torre sostena -como lo veremos despus-, que esta forma de organizacin poltica no podra servir de base a un Estado orientado a llevar adelante la independencia econmica y social del pas; para ello propondr una "nueva democracia", "autentica" y "real".

    Desde la perspectiva de Haya de la Torre, en consecuencia, el Estado en el Per ha estado atravesado por una "profunda crisis poltica". Si bien no vea sus orgenes directos en factores econmicos, no se puede dejar de sealar el anlisis de sus races en "el desajuste manifiesto entre concepciones estatales ya superadas o caducas y las realidades presentes que las rebasan"(16). Este juicio de 1958 puede resumir bien su concepcin sobre la evolucin del Estado en el Per. Sin embargo, ya en ese momento el proyecto de reorganizacin del Estado, capaz de superar la crisis poltica, era manifiestamente diferente del elaborado en los aos treinta.

    El primer proyecto de Haya de la Torre para resolver la permanente crisis poltica del Estado en el Per, cuyo diagnstico he presentado en sus lineamientos generales, se encuentra sistematizado en el Antimperialismo y el Apra. En este libro se elaboran las ideas centrales del proyecto aprista vigente en los aos treinta pero que sern abandonadas progresivamente en los decenios siguientes.

    Haya de la Torre consideraba que el punto de partida para la construccin del nuevo Estado era la conquista del poder. Parafraseando a Lenin sealaba que "la cuestin fundamental de la lucha antimperialista en Indoamrica es la cuestin del poder"(17). Puesto que el poder lo detenta el imperialismo que lo utiliza para explotar y oprimir a las mayoras nacionales; stas, para afirmar la soberana nacional, deben controlar el poder del Estado.

    Las "clases medias", los obreros y los campesinos son consideradas clases oprimidas por el imperialismo. El proletariado es visto como una clase fundamentalmente agrcola y minera y no manufacturera, de desarrollo muy reciente y relativamente pequea en el conjunto de las clases explotadas. Adems, consideraba que no haba logrado tener las experiencias necesarias para desarrollar su conciencia de clase. A partir de estas consideraciones llega a la conclusin de que en el pas no existe una clase obrera capaz de dirigir la revolucin socialista y de establecer su dictadura. De otro lado, considera a los campesinos como a la mayora de la poblacin del pas; pero por las

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  • condiciones de explotacin a las que son sometidos -en el latifundio feudal o semifeudal- se "encuentran en un estado primitivo, no han podido desarrollarse y carecen de conciencia de clase" y por ello no est capacitado para dominar por s mismo la colectividad y conducir el gobierno del Estado. As, ni el "joven proletariado industrial", ni el "vasto e ignaro campesinado" podrn llevar adelante la revolucin anti-imperialista; para Haya de la Torre, esta tarea solamente puede ser realizada por las "empobrecidas clases medias". Son estas las capas sociales ms violentamente agredidas por la dominacin imperialista y, adems, son las ms cultas por lo que pueden tener conciencia de sus intereses fundamentales y as encabezar la lucha anti-imperialista(18).

    Ahora bien, Haya de la Torre sostiene que esas clases oprimidas solo pueden luchar eficazmente contra el imperialismo y sus aliados, los terratenientes feudales y conquistar el poder del Estado organizndose en un partido: el Apra. Este es pensado como el partido de las clases oprimidas por el imperialismo y no como un frente de partidos clasistas, donde cada uno de ellos tuviera su propia autonoma poltica y organizativa, ya que esta propuesta debilitara la lucha anti-imperialista.

    Partiendo de la constatacin de que en el pas no se ha desarrollado "una burguesa nacional autnoma y poderosa", ya que a los incipientes burgueses en formacin "se les injerta desde su origen el imperialismo, dominndolos", resulta claro para Haya de la Torre que esta clase no poda dirigir la revolucin anti-imperialista. Sin embargo, aunque la burguesa nacional no estaba en condiciones de conducir la revolucin antimperialista, consideraba posible que el "frente antimperialista" estableciera "compromisos transitorios" con ella, pues esta clase tambin era percibida como una vctima de la explotacin imperialista(20).

    "El Apra debe ser, pues, una organizacin poltica, un partido. Representa y defiende a varias clases sociales que estn amenazadas por un mismo peligro, o son vctimas de la misma opresin. Frente a un enemigo tan poderoso como es el imperialismo, deviene indispensable agrupar todas las fuerzas que puedan coadyuvar a resistirlo. Esa resistencia tiene que ser econmica y poltica simultneamente, vale decir, resistencia orgnica de Partido. Como tal, el Apra debe contar con su disciplina y tcticas propias"(19).

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  • Definida de esta manera la estrategia de la lucha anti-imperialista, Haya de la Torre se ve enfrentado al problema de qu hacer con elnuevo Estado que surja de la revolucin, esto es, el examen de las tareas de la revolucin triunfante y las caractersticas del nuevo Estado.

    Considerando a la sociedad peruana como bsicamente feudal o semifeudal, donde el capitalismo es incipiente y extranjero(21), las tareas de la revolucin, para Haya de la Torre, no son consideradas socialistas, pues no existe un proletariado cualitativa y cuantitativamente importante capaz de llevarlas adelante. A partir de la constatacin de la inexistencia de un capitalismo desarrollado, concluye, asumiendo la postura del evolucionismo del siglo XIX, que "no se pueden hacer saltar a la historia sobre sus ineludibles etapas" y propone que "antes de la revolucin socialista que llevara al poder al proletariado -clase en formacin en Indoamrica-, nuestros pases deben pasar por periodos previos de transformacin econmica y social y quizs por una revolucin social -no socialista- que realice la emancipacin nacional contra el yugo imperialista y la unificacin econmica y poltica indoamericana. La revolucin proletaria, socialista, vendr despus"(22).

    En consecuencia, el objetivo de la revolucin aprista apuntaba al desarrollo de un capitalismo nacional. Para alcanzar esta meta, al lder aprista se le presentaban dos vas: la del capitalismo liberal y la del capitalismo de Estado. Descartaba la primera, porque consideraba que significara caer nuevamente bajo el dominio imperialista, para afirmar que con la segunda se podra "conseguir la independencia de Amrica Latina dentro del capitalismo"(23).

    El "Estado antimperialista" era considerado como el instrumento que las clases oprimidas por el imperialismo utilizaran para lograr la autentica independencia nacional. Sera un "Estado-defensa" de las mayoras nacionales (campesinos, obreros y "clases medias") "contra el imperialismo que las amenaza" y que busca impedir la "consumacin revolucionaria". Por este hecho, al no ser el representante de una sola clase, el "Estado antimperialista" subordinara la lucha de clases dentro de la nacin al "gran conflicto con el imperialismo que es el peligro mayor". De otro lado, el "Estado antimperialista tendra una organizacin econmica y poltica diferente al de los Estados que resultaron de las revoluciones burguesas europeas y su tarea

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  • seria realizar la "revolucin social no socialista": la emancipacin de la nacin de la opresin imperialista y la abolicin de las relaciones de explotacin feudales o semi-feudales.

    Para Haya de la Torre, la Revolucin Mexicana se le presentaba como la experiencia mas fructfera para lograr la construccin del "Estado antimperialista"(24). Del examen de la revolucin de 1910 conclua que "la revolucin antifeudal y antimperialista triunfante no puede utilizar tampoco el viejo aparato del Estado para hacerlo servir a sus propsitos"(25), pues en este caso "caeramos inexorablemente bajo el rodillo del imperialismo". Por esta razn, la organizacin del "Estado antimperialista" seria la del "capitalismo de Estado" y su organizacin poltica la "democracia funcional". Estas dos estructuras centrales del "Estado antimperialista" constituyeron los temas principales del proyecto de Estado que Haya de la Torre elaboro en sus escritos de la dcada de 1930 y han configurado la alternativa poltica ms importante desarrollada en Amrica Latina para construir un Estado que no fuera ni liberal, ni fascista, ni socialista.

    En cuanto a la organizacin econmica del "Estado antimperialista", Haya de La Torre sostuvo que no estara regida por la iniciativa privada ni por la libre empresa. Ms bien, la fundamento sobre un rgimen econmico donde el Estado "debe dirigir la economa nacional" y para ello "tendr que negar los derechos individuales o colectivos de orden econmico cuyo uso implique un peligro imperialista"(26). A esta nueva organizacin la denomino "capitalismo de Estado". El desarrollo del capitalismo nacional no poda repetir la experiencia de las antiguas revoluciones burguesas, basadas en el capitalismo liberal y en la democracia liberal, puesto que de implantarse este "sistema clsico del capitalismo", la revolucin "caera pronto en el engranaje imperialista del que ningn organismo nacional burgus puede escapar"(27).

    En la base del razonamiento de Haya de la Torre se encuentra su concepcin de la burguesa, al menos en este periodo: el podero econmico del imperialismo -"primera etapa del capitalismo" en los pases semi-coloniales- subordina a las incipientes burguesas nacionales, antes de que estas puedan desarrollarse y convertirse en clases poderosas capaces de defender su autonoma nacional. Por este hecho, piensa que sera imposible conciliar "la libertad absoluta individual en materia econmica con la lucha contra el imperialismo"; por tanto, "el Estado Antimperialista limitara, pues,

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  • el ejercicio de uso y abuso -jus utendi, jus abutendi- individuales, coartara la libertad econmica de las clases explotadoras y medias y asumir, como en el Capitalismo de Estado, el contralor de la produccin y del comercio progresivamente"(28). En consecuencia, se trata de un tipo de Estado que para defender a la nacin del dominio imperialista deber poner bajo su control la produccin y la circulacin de la riqueza del pas. Ya desde 1926, Haya de la Torre haba proclamado que "la nica alternativa" para evitar "el camino del coloniaje poltico y de la brutal esclavitud econmica" era "la nacionalizacin de la tierra y de la industria y la organizacin de nuestra economa sobre las bases socialistas de produccin(29).

    En este anlisis, Haya de la Torre diferenciaba el "capitalismo de Estado antimperialista" tanto del "capitalismo de Estado en Rusia" como del "capitalismo de Estado de Alemania durante la guerra imperialista". Del primero, se distingue por su base social: en la Unin Sovitica el Estado est dirigido por el proletariado que ejerce su dictadura contra "la pequea burguesa y clases medias"; en Amrica Latina, por el contrario, la direccin del Estado estar dada por un frente de clases, donde las clases medias tienen la hegemona y no el proletariado, puesto que "no existe realmente una clase proletaria con conciencia de tal"(30). Con el segundo, la diferencia estriba en el hecho de que el Estado antimperialista no es un Estado de defensa del imperialismo "sino un sistema de transicin hacia una nueva organizacin social "(31).

    El otro aspecto clave de la alternativa antiliberal del Estado propuesta por Haya de la Torre es la idea corporativa de la organizacin del Estado sobre "una estructura poltica de democracia funcional basada en las categoras del trabajo"(32). El punto de partida para comprender los alcances de esta propuesta se encuentra en el anlisis de las relaciones entre economa y poltica. Para el lder aprista, en el Per ha prevalecido un "concepto emprico de la poltica" y no "la forma cientfica de la poltica que se basa en la economa"(33). Se trata del hecho de que la poltica se ha desenvuelto separada de la realidad social y, por ello, no pudo solucionar los problemas fundamentales de las mayoras nacionales. As la democracia ha sido "formal", "exclusivamente poltica", "verbal". Frente a ella, la "nueva democracia" significara "la vinculacin del concepto de economa al concepto de poltica como indispensables para el sabio dominio del Estado"(34). Haya de la Torre propone, por tanto, una nueva forma de integracin entre sociedad civil y sociedad poltica distinta a la del capitalismo liberal.

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  • Con el desarrollo del capitalismo en Europa se produce la distincin entre la sociedad civil (donde los individuos son desiguales de acuerdo a la forma de vinculacin con el proceso productivo) y la sociedad poltica (donde los individuos en tanto ciudadanos son formalmente iguales). El pensamiento poltico liberal para sostener el individualismo de los propietarios y, a la vez, lograr la integracin poltica de los trabajadores, desarrollo dos principios bsicos de la democracia burguesa: "el constitucionalismo como sistema de procedimientos de delegacin del ejercicio de la soberana" y "la fundamental independencia de la representacin poltica y del legislador con respecto a la voluntad popular"(35). De esta manera, los propietarios establecieron instituciones polticas a travs de las cuales podan seguir manejando el Estado como expresin de la "voluntad general", pero, al mismo tiempo, en beneficio propio. Economa y poltica se presentan, pues, como dos esferas separadas, solo formalmente unificables en el nivel de la democracia liberal, como integracin abstracta de la nacin. Sin embargo, el problema es diferente cuando el Estado controla la produccin y la reproduccin del capital y busca la integracin poltica de los trabajadores. En este caso, la mediacin propiamente poltica desaparece al unificarse, bajo la direccin del Estado, sociedad poltica y sociedad civil.

    El modelo de organizacin poltica propuesto por Haya de la Torre era coherente con su planteamiento del capitalismo de Estado. En este caso, los trabajadores ya no participan en el Estado como ciudadanos formalmente iguales, sino en tanto individuos que tienen un determinado lugar o funcin en la divisin social del trabajo. As, pues, el "Estado antimperialista" se basar en el "ciudadano como calidad" y no en el "ciudadano como cantidad"(36); esto es, el individuo participara como trabajador con lo cual se abandona la ficcin liberal burguesa de la igualdad formal (jurdico-poltica) de los hombres realmente (en trminos econmicos y sociales) desiguales. En el Estado, el "ciudadano-trabajador", "manual o intelectual", intervendr en las decisiones polticas "sin abandonar su funcin vital de trabajador" acercndose a la constitucin de una "democracia de plena participacin" o "democracia funcional"(37). As, la democracia funcional garantizara el orden social del Estado antimperialista, subordinando los intereses de trabajadores, campesinos y clases medias a los intereses del capital estatal.

    Ahora bien, la propuesta de Haya de la Torre se cristaliza en instituciones polticas donde se puede precisar mejor su concepcin de la democracia funcional como la organizacin poltica del Estado antimperialista

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  • "basado en el principio democrtico funcional del trabajador-ciudadano". En el "Plan de accin inmediata" o "Programa mnimo" se plantean los aspectos bsicos de la organizacin funcional del Parlamento y de las Municipalidades como sustento de la Estructura del Estado. El Municipio seria la "verdadera clula del organismo estatal" y soporte de la descentralizacin poltica, econmica y administrativa. En el participaran las "representaciones sindicales y tcnicas de cada departamento o provincia", con lo que se convertiran en "entidades tcnicas de gobierno local", despolitizando sus tareas y permitindoles actuar con eficacia(38). El Parlamento seguira el mismo principio funcional de representacin. En el tendran participacin los representantes de todas las actividades econmicas y profesionales de las regiones en las que se dividira el pas: "[...] en el Parlamento funcional propugnado por el Partido Aprista, no solo debern estar representados todos los sectores de la produccin y los organismos de circulacin de la riqueza nacional. Tambin debern estar representados las entidades profesionales y tcnicas dependientes o no del Estado y los grandes centros oficiales de la cultura"(39). De esta manera, el Parlamento funcional expresara realmente a la nacin.

    Para que el Estado antimperialista se constituya en un "instrumento eficaz de gobierno", capaz de dirigir la economa del pas y defender a la nacin, Haya de la Torre propona la tecnificacin del aparato estatal. Comparado con el inarticulado y dbil Estado oligrquico-imperialista, el nuevo Estado se organizara sobre una base tcnica(40). En primer lugar, se plantea que el cuerpo de funcionarios administrativos se organizar segn los principios de la burocracia moderna: seleccin de acuerdo a los meritos, estabilidad en los cargos y ascensos segn un escalafn. De esta manera, se creara "un cuerpo permanente y especializado de servidores pblicos (reclutados) por estricto merito de capacidad y con amplias garantas de seguridad personal y profesional"(41). En segundo lugar, se propone la tecnificacin y modernizacin de las fuerzas armadas para garantizar eficazmente el orden interno y la defensa nacional, lo cual solo se lograra mediante su "apartamiento de la poltica", el "servicio obligatorio general" y la garanta de objetividad e independencia en cuanto a los ascensos. En tercer lugar, se seala la impostergable y eficiente descentralizacin econmica, poltica y administrativa del Estado para permitirle un efectivo dominio del territorio nacional(42). En cuarto lugar, se establece la necesidad del predominio de criterios tcnicos en el funcionamiento del Parlamento que al

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  • tener un carcter funcional perder su calidad eminentemente poltica: "la legislacin en todos sus aspectos, ser la obra jurdico-poltica de un cuerpo funcional en el que primaria el criterio tcnico. La divisin exclusivamente poltica de todo plan legislativo quedara subordinada a las necesidades de la realidad tcnicamente interpretada"(43). En quinto lugar, se anuncia la exigencia de que sean los "tcnicos y los expertos" los que "dirijan las actividades estatales a fin de poder rumbar cientficamente hacia un nuevo camino que resuelva nuestros grandes problemas(44). Con todas estas propuestas, Haya de la Torre apuntaba a la construccin de un Estado moderno y eficaz, un "Estado tcnico" suficientemente fuerte para resolver los problemas de la nacin.

    Uno de los problemas centrales de la nacin era precisamente su unificacin como Estado nacional. Para Haya de la Torre, en el Per no haba existido un verdadero Estado nacional: los intereses del imperialismo y de los terratenientes precapitalistas haban impedido la integracin econmica, poltica y cultural del pas. Por esta razn, el "progresivo sometimiento econmico al imperialismo deviene sometimiento poltico, prdida de soberana nacional". El Estado antimperialista en tanto expresin de los intereses de las mayoras nacionales, al romper con la dependencia al imperialismo y la feudalidad, sentara las bases para la consolidacin orgnica de la nacin. En este sentido, puede hablar de una verdadera "nacionalizacin del Estado"(45).

    La perspectiva adoptada por Haya de la Torre muestra bien que a diferencia del proceso de formacin de la nacin en los pases capitalistas europeos, en los pases dependientes la constitucin de la nacin ha sido responsabilidad del Estado. En Europa, la burguesa desarrollo la nacin como resultado de sus luchas contra el feudalismo y bajo su direccin unific la economa, la sociedad y la cultura, creando un Estado nacional. En Amrica Latina, por el contrario, la debilidad de la burguesa nacional, por su sujecin a la clase feudal y al imperialismo, no le permiti cumplir con las tareas que esta clase llevo a cabo en Europa. Por tratarse de objetivos incumplidos en los pases dependientes, su realizacin ser obra del Estado antimperialista. As, en la propuesta del lder aprista, el Estado seria quien construira la nacin.

    Teniendo en consideracin esta afirmacin del papel del Estado, es comprensible que para Haya de la Torre el Estado antimperialista asuma la tarea de ser el "rgano de relacin entre la nacin y el imperialismo"(46). El

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  • Estado salvaguarda la soberana y la independencia de los pueblos dbiles, pero tambin "procura encontrar nuevas formas de convivencia y equilibrio con los pueblos ms fuertes de los cuales requiere tcnicas, capitales, cultura y experiencia, pero no yugo"(47). Como pueblo soberano, pero sin capitales ni tecnologas tiene la necesidad de negociar con el imperialismo para conseguir "capitales buenos y necesarios", a condicin de que sea "el Estado y solo el -el Estado Antimperialista-, el que debe controlar las inversiones de capitales bajo estrictas condiciones"(48). Por tanto, como no se puede prescindir del capital imperialista para desarrollar el capitalismo nacional es indispensable recurrir a l; sin embargo, para evitar que explote a la nacin, el Estado antimperialista debe sealar las reglas a las que debe someterse para operar en el pas, de acuerdo a los intereses nacionales.

    En conclusin, el proyecto que propona Haya de la Torre para llevar adelante la "revolucin social no socialista" en la dcada de los aos treinta, buscaba realizar "nuestra revolucin francesa". Sin embargo, por las particulares condiciones de nuestro desarrollo econmico y social, esa propuesta asuma un carcter antiliberal (capitalismo de Estado y democracia funcional) al no existir una burguesa nacional capaz de conducirla. Este proyecto busco canalizar los intereses de los sectores ms radicales de la pequea burguesa, para quienes la alternativa a la dominacin oligrquico-imperialista no poda ser el socialismo -que los eliminara como clase; ni el capitalismo liberal- que necesariamente los llevara a la subordinacin al imperialismo.

    Si bien este proyecto no logro plasmarse histricamente (inclusive Haya de la Torre y el Apra lo abandonaron hacia los aos cuarenta) se puede encontrar en l una contradiccin bsica -que fue sealada por Jose Carlos Maritegui-: el capitalismo en su fase monoplica, al internacionalizar la economa, corta las posibilidades de un desarrollo capitalista nacional. Pero, al mismo tiempo, ese capital monoplico creaba un proletariado cada vez ms extenso y ms poderosos que los grupos nativos de la burguesa y que esta clase no poda incorporar al sistema poltico ni siquiera de manera corporativa. De un lado, en trminos tericos, las crticas de Maritegui al proyecto aprista han tenido plena validez. En primer lugar, al visualizar cmo el desarrollo del capitalismo tiende a profundizar la dominacin imperialista subordinando cada vez ms a la burguesa nativa. En segundo lugar, al percibir como la pequea burguesa, aun la ms demaggica, llega a establecer

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  • alianzas con el imperialismo. De otro lado, se puede observar en la propia realidad histrica, el fracaso del proyecto democrtico radical examinado los lmites del modelo velasquista, que retomo algunos de los elementos de la propuesta aprista de los aos treinta: ni el incipiente capitalismo de Estado, ni los intentos de implantar organizaciones corporativas lograron romper con la dependencia al imperialismo ni la subordinacin corporativa de los trabajadores.

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  • IV

    En debate con el nacionalismo democrtico radical de Haya de la Torre, Jose Carlos Maritegui desarrollo su proyecto socialista revolucionario. En la concepcin socialista del Amauta se puede percibir el encuentro creador de dos tradiciones: la cultura occidental y la cultura andina. Esta simbiosis cultural no consista, ciertamente, en la elaboracin por el autor de los 7 Ensayos de interpretacin de la realidad peruana de un sistema poltico en el cual habra sintetizado elementos de ambas culturas. Este procedimiento era ajeno a su forma de examinar los problemas sociales. Ms bien, congruente con su perspectiva cognoscitiva, es posible rastrear en sus escritos, la concepcin del socialismo como una expresin de la propia realidad. No conceptuaba el socialismo como invencin intelectual. Todo lo contrario: lo vea como un proceso de cristalizacin de las fuerzas sociales que existan en la realidad. Y, en esa realidad -la realidad peruana-, constataba la existencia de elementos en los que se encarnaba el proyecto socialista: una conciencia socialista entre los trabajadores urbanos y la supervivencia de "elementos de socialismo prctico" entre los campesinos indgenas.

    En la visin de Maritegui, el Per estaba incorporado a las corrientes econmicas y culturales de la civilizacin occidental y, por ello, no podan dejar de afectarlo las transformaciones que all se producan. "En la crisis europea -dijo en la primera conferencia sobre la crisis mundial, en 1923- se estn jugando los destinos de todos los trabajadores del mundo. El desarrollo de la crisis debe interesar, pues, por igual, a los trabajadores del Per que a los trabajadores del Extremo Oriente"(49). Por esta razn, Maritegui dedico parte importante de sus estudios al examen de la situacin internacional. All constataba la crisis de la democracia liberal, incapaz de responder a las contradictorias exigencias del capital monopolista y de la clase obrera. De este hecho conclua que el verdadero problema estaba dado por el enfrentamiento entre el fascismo reaccionario y el socialismo revolucionario.

    Por otra parte, Maritegui tambin observaba el inicio de la crisis del sistema de dominacin oligrquico en el Per y la inviabilidad de la democracia liberal para reemplazarlo. Consideraba, adems, al socialismo

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  • como la nica alternativa para lograr la efectiva regeneracin de la sociedad peruana. Sin embargo, adverta la existencia de un elemento especfico y determinante en esta sociedad que le permita percibir el socialismo como un proceso: la supervivencia del comunismo indgena de las comunidades. Este hecho le permiti pensar en el proyecto socialista para un pas en donde la clase obrera era minoritaria en el conjunto de la poblacin. Pero, ciertamente, no se trataba de la resurreccin del Imperio Incaico; ello hubiera sido contrario al sentido histrico del Amauta. Ms bien, vea en la convergencia entre la tradicin indgena y la tradicin socialista occidental la posibilidad de la emergencia una racionalidad diferente al racionalismo instrumental de la modernidad europea. Este encuentro lo defina como el "socialismo peruano".

    ***

    El anlisis de lo que Jose Carlos Maritegui denominaba la "escena contempornea" fue uno de los elementos constitutivos de su pensamiento poltico. Parte importante de sus reflexiones tuvieron por objeto el examen de la situacin social y poltica del mundo de los aos veinte y, en particular, el desarrollo y destino de la revolucin socialista. En el convulsionado mundo que sigui a la Gran Guerra, percibi que se abra un nuevo periodo histrico en el cual nuevas fuerzas polticas pugnaban por reemplazar al Estado democrtico-liberal que, segn l, haba entrado en una fase de crisis definitiva. Estas fuerzas alternativas estaban representadas por la revolucin socialista y por la reaccin fascista. Adems, consideraba que el socialismo ya no era un movimiento exclusivamente europeo sino que se haba extendido al mundo colonial y semicolonial y tenda a converger con los movimientos nacionalistas radicales de esas regiones(50).

    Esta preocupacin por la lucha de clases en el mundo fue consecuencia de la forma como Maritegui perciba el desarrollo de la economa mundial. Estuvo firmemente aferrado a la idea de la internacionalizacin de la produccin. Con el surgimiento del capitalismo imperialista, a fines del siglo XIX, reconoca los profundos cambios operados en el proceso productivo de los pases industrializados. Esos cambios estaban vinculados al predominio del capital monoplico pues este haba logrado desplazar y subordinar al capital competitivo. "La poca de la libre concurrencia en la economa capitalista -anot-, ha terminado en todos los

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  • campos y en todos los aspectos. Estamos en la poca de los monopolios, vale decir de los imperios"(51). Desde esta perspectiva, lo que aconteca en un pas o en una regin no poda dejar de influir en los otros pases o regiones. Si la "civilizacin burguesa ha internacionalizado la vida de la humanidad"(52), como afirmaba, el proyecto socialista en el Per no poda ser indiferente al desarrollo de las luchas polticas y sociales que ocurran en el mundo.

    El ncleo de sus reflexiones sobre la situacin internacional giraba alrededor de la nocin de "crisis mundial". En las conferencias que pronuncio en 1923, como en los artculos que consagro a las "figuras y aspectos de la vida mundial", entre 1923 y 1930(53), el elemento unificador del vasto conjunto de temas tratados estuvo dado por la idea de la declinacin de la sociedad capitalista y el surgimiento de una nueva sociedad. En sus anlisis, la Gran Guerra apareca como reveladora de la profunda fractura econmica, poltica y espiritual de la civilizacin occidental. En la economa, el capital financiero haba agudizado las contradicciones del sistema productivo; en la poltica, el Estado democrtico-liberal se haba agotado completamente; y en la "mentalidad y la psicologa", "la civilizacin burguesa ha cado en el escepticismo"; esto es, ya no tena un gran "mito" que le diera sentido a la vida(54). En consecuencia, la "crisis mundial" era la crisis de la entera sociedad capitalista.

    Pero, Maritegui consideraba tambin que la crisis del capitalismo afectaba a todos los pases del mundo. Puesto que todos eran solidarios econmicamente -por obra del capital imperialista-, ninguno poda ser ajeno a la crisis de la civilizacin occidental. Este fue precisamente uno de los temas que abordo en la primera conferencia que pronuncio sobre la "historia de la crisis mundial". All declaro:

    El internacionalismo no es slo un ideal; es una realidad histrica. El progreso hace que los intereses, las ideas, las costumbres, los regmenes de los pueblos se unifiquen y se confundan. El Per como los dems pueblos de Amrica, no est, por tanto, fuera de la crisis: est dentro de ella. La cr