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La Guerra Civil y la literatura comprometida Documento 1 DOC. 1.1. Portada del libro de Andrés Trapiello, Las armas y las letras. DOC. 1.2. Entrevista a Andrés Trapiello: los efectos de la Guerra Civil en la sociedad española A.T.: Las armas y las letras es ya un clásico sin notassobre el papel de los escritores entre 1936 y 1939. Publicado en 1994, se reeditó ampliado hace dos años. “La guerra me interesó desde pequeño”, cuenta Trapiello. “En mi casa se hablaba constantemente de ella aunque, por supuesto, se decía que no se hablaba. No había cosa que no remitiera a aquellos años. Mi padre, que fue falangista, se quitó la camisa azul en cuanto acabó la guerra. Hizo la batalla del Ebro, la de Teruel, estuvo en frentes peliagudos… Con 19 años vio morir a la mayoría de sus amigos. Cuando vas creciendo te das cuenta de que no te lo han contado todo, que se reservan cosas, que se contradicen en otras…”. Entrevista a El País, 6/10/2012 DOC 2.1. Composición fotográfica con algunos de los escritores de la Generación de 1927. Junto a ellos está Antonio Machado. Dos de los escritores morirán durante la guerra (Lorca y Machado), uno tras la guerra, en la cárcel (Miguel Hernández). La mayoría de los otros irá al exilio.

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La Guerra Civil y la literatura comprometida

Documento 1

DOC. 1.1. Portada del libro de Andrés Trapiello, Las armas y las letras.

DOC. 1.2. Entrevista a Andrés Trapiello: los efectos de

la Guerra Civil en la sociedad española

A.T.: Las armas y las letras es ya un clásico —sin notas— sobre el papel de los escritores entre 1936 y 1939. Publicado en 1994, se reeditó ampliado hace dos años. “La guerra me interesó desde pequeño”, cuenta Trapiello. “En mi casa se hablaba constantemente de ella aunque, por supuesto, se decía que no se hablaba. No había cosa que no remitiera a aquellos años. Mi padre, que fue falangista, se quitó la camisa azul en cuanto acabó la guerra. Hizo la batalla del Ebro, la de Teruel, estuvo en frentes peliagudos… Con 19

años vio morir a la mayoría de sus amigos. Cuando vas creciendo te das cuenta de que no te lo han contado todo, que se reservan cosas, que se contradicen en otras…”. Entrevista a El País, 6/10/2012 DOC 2.1. Composición fotográfica con algunos de los escritores de la Generación de

1927. Junto a ellos está Antonio Machado. Dos de los escritores morirán durante la

guerra (Lorca y Machado), uno tras la guerra, en la cárcel (Miguel Hernández). La

mayoría de los otros irá al exilio.

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DOC. 2.2. Informaciones sobre el asesinato de García Lorca.

Revelaciones sobre la muerte de García Lorca Identifican a los verdugos del poeta español

MADRID (ANSA).- A 75 años de la muerte del poeta Federico García Lorca,

una investigación sacó a la luz varios de los misterios que rodean su ejecución, entre ellos, la identidad de sus asesinos y la trama del crimen, uno de los episodios más oscuros de la Guerra Civil Española (1936-39).

El investigador Miguel Caballero reconstruyó minuciosamente las últimas horas del poeta, y concluyó que fue asesinado por los franquistas por ser homosexual y progresista y probablemente también por un ajuste de cuentas entre familias del sur de España. Según Caballero, Lorca fue fusilado al día siguiente de su arresto, el 16 de agosto de 1936 en Granada, bajo control de los militares sublevados, junto con Francisco Franco, contra el gobierno democrático republicano.

Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca , publicado esta semana en España, es el resultado de tres años de investigaciones de Caballero. Un agente de la Guardia Civil, tres miembros de la Guardia de Asalto, dos policías y un primo lejano del poeta fueron -según el trabajo- los responsables de la muerte de Lorca.

El cabo Mariano Ajenjo, de 53 años; el pistolero Antonio Benavides, de 36; Salvador Varo, de 37; Juan Jiménez, Fernando Correa y Antonio Hernández, todos ellos bajo las órdenes del capitán José María Nestares, son los siete nombres que quedan ahora bajo los reflectores.

Junto a Lorca, fueron ejecutados y arrojados a la misma fosa el maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcoyas.

Según Caballero, Lorca fue ejecutado por un ajuste de cuentas entre familias de Granada, tierra del poeta. El padre del escritor, Federico García Rodríguez, estaba enfrentado a las familias Roldán y Alba. A la segunda pertenecía Antonio Benavides, sobrino-nieto de la primera esposa de Federico García Rodríguez.

Al día siguiente de la ejecución, Benavides se jactó diciendo: "Le he dado dos tiros en la cabeza al cabezón", en alusión a su pariente.

El 16 de agosto Lorca fue llevado desde una casa donde se había refugiado tras haber sido víctima de vejaciones hasta el Gobierno Civil. Allí, el teniente de la Guardia Civil Nicolás Velasco, protector de la familia Roldán, ordenó que Lorca fuera trasladado hasta un viejo caserón en Viznar, donde eran llevadas las personas que iban a ser ejecutadas sin juicio. Ajenjo fue quien dio la orden de disparar..

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DOC. 3.1. Miguel de Unamuno saliendo de la Universidad de Salamanca el día 12 de

octubre de 1936, tras su violento enfrentamiento con el general Millán Astray, que pudo

costarle la vida.

DOC 3.2. Palabras pronunciadas por Unamuno en el Paraninfo (salón de actos) de la

Universidad.

“Pero ahora – continuó Unanumo – acabo de oír el necrófilo e insensato

grito, “Viva la muerte”. Y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas

que excitaban la ira de algunos que no las comprendían, he de deciros, como

experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El

general Millán Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un

tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero

desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si

Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar

que el general Millán Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la

masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de

esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los

mutilados a su alrededor.” En este momento, Millán Astray no se pudo

detener por más tiempo, y gritó: “¡Abajo la inteligencia!” ¡Viva la muerte!”,

clamoreado por los falangistas. Pero Unamuno continuó: “Este es el templo

de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado

recinto. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis.

Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os

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falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en

España. He dicho.”

DOC. 3.3. Poema de Unamuno sobre la muerte (el buitre) que le acompaña

siempre.

Este buitre voraz de ceño torvo que me devora las entrañas fiero y es mi único constante compañero labra mis penas con su pico corvo. El día en que le toque el postrer sorbo apurar de mi negra sangre, quiero que me dejéis con él solo y señero un momento, sin nadie como estorbo. Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía mientras él mi último despojo traga, sorprender en sus ojos la sombría mirada al ver la suerte que le amaga sin esta presa en que satisfacía el hambre atroz que nunca se le apaga.

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DOC 4.1. Miguel Hernández

(Orihuela, 1910- Alicante, 1942).

Poeta autodidacto. Estuvo en el

ejército republicano, y se dedicó a

recitar poemas a los soldados para

animarles a combatir.

DOC. 4.2. Poema escrito durante la guerra.

Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón y me aventan la garganta.

[…] Asturianos de braveza,

vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas;

andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras

y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas;

extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma,

catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada,

leoneses, navarros, dueños

del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la minería,

señores de la labranza, hombres que entre las raíces,

como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner

gentes de la hierba mala, […]

Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama,

tendré apretados los dientes y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan

encima de los fusiles y en medio de las batallas.

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UN FOTÓGRAFO EXCEPCIONAL: ROBERT CAPA, EN ESPAÑA.

DOC. 5.1. Fotograma. Hemingway junto a dos oficiales del ejército republicano tras la toma de Teruel.

A finales de diciembre de 1937 y principios de enero de 1938, Capa cubrió la batalla de Teruel, ofensiva republicana sobre una ciudad estratégicamente situada entre Madrid y Valencia. Finalmente los republicanos se alzaron con la victoria el 7 de enero de 1938, recuperando la ciudad de manos de los nacionales. Capa entró en ella hacia el 19 de diciembre, en compañía de Ernest Hemingway y el reportero del New York Times Herbert Matthews, junto con las primeras fuerzas republicanas. Los combates se hicieron en gran parte casa por casa. La fuerte nevada y el intenso frío convirtieron la ciudad en una pesadilla, tanto para los soldados como para los civiles, a quienes se evacuó primero a los sótanos, y después a los alrededores, a Puerto Escandón. Capa fotografió el lento avance por los edificios de los soldados republicanos, en busca de soldados nacionales. DOC. 5.2. Robert Capa.

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DOC. 5.3. Soldados republicanos en el centro de la ciudad durante la batalla de Teruel. La toma de Teruel por el ejército republicano se hizo casa por casa. Al fondo se observa un caballo muerto. Las temperaturas llegaron a alcanzar los -20º.

DOC. 5.4. Hemingway junto a soldados republicanos.

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DOC. 5.5. La plaza de la Catedral: escombros.

Doc. 5.5. Crónica del 12 de enero de 1938 (desde Teruel), para la prensa norteamericana.

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Avanzamos arrastrándonos con las manos y las rodillas sobre el trigo y

la paja con olor a limpio dentro de la oscuridad del refugio subterráneo de la línea de fuego. Un hombre oculto dijo: «Allí, donde está la cruz, ¿lo ve?». Asomando la vista desde la oscuridad por una pequeña abertura de la lente periscópica para ver la llanura amarillenta iluminada por la luz brillante del sol, se podía distinguir una colina de cima aplanada y laderas empinadas como una proa de barco que resaltaba en la llanura protegiendo la población de ladrillos amarillos construida sobre las riberas del río. Sobresalían cuatro agujas de catedral. Tres caminos con verdes árboles a los lados la recorrían. La rodeaban verdes campos de remolachas. Parecía bonita, tranquila e intacta, y su nombre era Teruel. Los rebeldes la habían tomado al principio de la guerra. Al fondo hay unas cortadas rojas, esculpidas por la erosión en forma de tubos de órgano y detrás de las cortadas, a la izquierda, hay un Devil's Playground de áridas tierras rojas. —Lo ve, ¿no? —preguntó el hombre de la oscuridad. —Sí —contestó el escritor, y, tras hacer turismo y volver a la guerra, giró el periscopio otra vez hacia la loma solitaria, escudriñando las cicatrices blancas y las erupciones de la superficie que mostraban la extensión de sus fortificaciones. —Ese es el Mansueto. Por eso no hemos tomado Teruel —dijo el oficial. Si se observa esa fortaleza natural que protege la ciudad por el este, flanqueada por varios montículos en forma de dedal que sobresalen de la llanura como conos de géiser, bien fortificados, se da uno cuenta del problema que presenta Teruel para cualquier ejército que intente tomar la ciudad desde cualquier dirección, excepto el noroeste. Las columnas anarquistas se habían apostado en los cerros más altos durante ocho meses, sentían tanto respeto por el problema que evitaron todo contacto con el enemigo. En muchos lugares, los viejos frentes que vimos quedaban a entre uno y tres kilómetros de la alambrada del enemigo, con cocinas en medio de la línea de fuego y que parecían sitios a los que retirarse. El único contacto que se establecía con el enemigo era el puramente amistoso, según un oficial republicano ahora al mando de una parte de este sector, cuando los anarquistas invitaban a las fuerzas rebeldes a jugar al fútbol.

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Doc. 6.1. Agustín de Foxá, escritor y diplomático. Excelente novelista, de ideología

falangista.

Autorretrato:

Gordo; con mucha niñez aún palpitante en el recuerdo. Poético, pero glotón. Con el corazón en el pasado y la cabeza en el futuro. Bastante simpático, abúlico, viajero, desaliñado en el vestir, partidario del amor, taurófilo, madrileño con sangre catalana. Mi virtud, la imaginación; mi defecto, la pereza. Soy conde, soy gordo, fumo puros; ¿cómo no voy a ser de derechas? Todas las revoluciones han tenido como lema una trilogía: libertad, igualdad, fraternidad fue de la Revolución francesa; en mis años mozos yo me adherí a la trilogía falangista que hablaba de patria, pan y justicia. Ahora, instalado en mi madurez, proclamo otra: café, copa y puro.

Doc. 6.3. Portada de una de sus principales novelas.

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Madrid, de corte a checa fue la obra cumbre de un autor que una tarde de 1933 se despidió de sus coqueteos con literatos que exploraban formas nuevas (García Lorca, Alberti...) y abrazó decididamente el credo que le acercaba a un mundo perdido. "José Antonio mejoró mi espíritu. Lo maduró y me salvó del peligro de las tertulias derrotistas y sovietizantes", afirmó. Foxá, recuerda Luis Alberto de Cuenca, que prologó una antología de poemas en 2005 para Renacimiento, echaba de menos el aroma del antiguo régimen: "Pensaba que la Revolución Francesa lo había echado todo a perder, era un reaccionario en el sentido clásico". El País, 16/11/2010

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Doc. 8.1. Portada de la principal novela de Benítez de Castro.

Doc. 8.2. Biografía Cecilio Benítez de Castro nació en Ramales en 1917. Pronto se trasladó a Barcelona donde estudió Derecho y trabajó como periodista. Participó en el bando franquista durante la Guerra Civil, y tras su matrimonio pasó a vivir a Buenos Aires desde 1948, donde también ejercería el periodismo. Fue destacado peronista y asesor de Perón. Su obra novelística es amplia y alcanza más de una treintena de relatos, la mayor parte de ellos editados entre 1940 y 1945. Toca todos los géneros, desde el policíaco al humorístico, desarrollando temas desde la Guerra Civil al incendio de Santander. Escribió "Se ha ocupado el kilómetro 6 (Contestación a Remarque)" (Barcelona, 1939), ambientada en la Guerra Civil que tuvo cierto éxito que le animaría a continuar escribiendo. Publicó posteriormente "La rebelión de los personajes" (Barcelona, 1940), su mejor creación, donde el autor se imagina a Shakespeare escribiendo mientras que sus personajes se apoderan de los actores al interpretar "María Coronel". También en 1940 publica la humorística "Los dos amores de Máximo Claudel", "El creador", y la sátira social a través del desengaño amoroso en "Maleni". En 1941 publicó en Barcelona otra novela histórica titulada "El cuarto galeón". Su imaginación le lleva al género policíaco de quiosco en la obra "Paul Dufour en España" ¡Dos agentes en servicio!" (Barcelona 1939), cargada de anticomunismo y antisemitismo. Poco después escribe un relato alegórico sobre el odio que conduce a la II Guerra Mundial en "Los días están contados" (Barcelona, 1944) que alcanza una mención en el Premio Nacional de Literatura. Cuando se afincó en Buenos Aires se dedicó

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más a la actividad periodística y política, y sólo publicó "Historia de una noche de nieve" (1950), "La iluminada" (1958), que consiguió el Premio de Ediciones Losada) y que en España se presentó con el título de "La noche de la Luciérgana", y "Sexy Bar" (Barcelona, 1970). Murió en Argentina en 1975. Doc. 8.3. Tema de la novela La guerra civil española (1936-1939) ha sido, desde el mismo instante de su estallido, fuente inagotable de inspiración para los novelistas que la vivieron o sufrieron, directa o indirectamente. Sin embargo, no todas las muestras literarias del conflicto han gozado de la misma atención crítica. Una de las que entrarían en este cajón sería Se ha ocupado el kilómetro 6..., un relato del santanderino Cecilio Benítez de Castro que se correspondería, en la clasificación propuesta por Maryse Bertrand de Muñoz en La guerra civil española en la novela, con la «guerra vivida », ya que se desarrolla en plena contienda bélica, si bien el radio de acción está reducido a la batalla del Ebro, acontecimiento que en la obra se contempla unilateralmente desde el bando nacional por los ojos del protagonista, el luchador falangista Julio Aguilar, presumible trasunto ficcional del propio autor. ANTONIO Y MANUEL MACHADO: DOS POETAS

DOC. 9.1. El féretro de Antonio Machado es conducido por soldados

republicanos. Machado murió en Collioure (Francia) el 22/2/1939.

DOC. 9.2. Manuel y Antonio, hermanos, dramaturgos, poetas excelentes ambos. Inseparables. La guerra los separó para siempre. Antonio en Valencia, en el lado republicano; Manuel en Burgos, en el lado nacional.

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DOC. 9.3. Antonio le escribió estos versos a su hermano, en los que expresa la nostalgia de la infancia de ambos en Sevilla:

Otra vez el ayer1. Tras la persiana música y sol; en el jardín cercano, la fruta de oro2; al levantar la mano, el puro azul3 dormido en la fontana.4 Mi Sevilla infantil ¡tan sevillana! ¡cuál muerde el tiempo tu memoria en vano!5 ¡Tan nuestra! Aviva6 tu recuerdo, hermano, No sabemos de quién va a ser mañana."

DOC. 9.4. Manuel, que murió ocho años después que su hermano, escribió acabada la guerra unos versos llenos de nostalgia por el hermano muerto. Manuel utilizó versos de Antonio (aparecen en cursiva), para hacer más intenso y fuerte el homenaje: "¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!"7 ¿Qué tiene ese verso, madre, que de ternura me llena, que no lo puedo decir sin que el corazón me duela...?8 ¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera! ¿Qué tienen, madre, qué tienen estas palabras que suenan tan adentro de mi pecho, y tan lejos y tan cerca...?9

1 El ayer: la infancia, los recuerdos. 2 La fruta de oro: son los limones de un limonero que había en el patio de la casa en la que vivían en

Sevilla. 3 Puro azul: el cielo. 4 El cielo se refleja en la fuente. 5 El tiempo intenta morder la memoria, es decir, romperla, pero no lo consigue, porque la memoria, los

recuerdos son lo más importante en la vida. 6 Aviva: da fuerza. 7 Es un verso de un poema de Antonio en el que habla de los árboles que están junto al río Duero en la

ciudad de Soria, en la que vivió, fue profesor de Francés y se casó con su mujer, que murió a los dos años

de casarse. 8 Sólo recordar los versos le produce a Manuel el dolor del recuerdo de su hermano muerto.

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¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera! ¿Qué dicen, sin decir nada...? Sin contar nada, ¿qué cuentan? De estas palabras sencillas ¿qué puso Antonio en las letras?10 ¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera! Cuando en mis labios las tomo y hasta mis oídos llegan... ¿por qué lloro sin consuelo?11 y ¿por qué lloro sin pena?12 ¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera! DOC. 10.1. Exilio de la población civil en los últimos meses de la guerra. El mismo recorrido que realizaría Antonio Machado.

9 Tan lejos, porque Antonio las escribió en 1912, pero tan cerca porque las lleva en su corazón. 10 Las palabras dicen en sí muy poco, pero es la emoción, las connotaciones de esas palabras lo que

cuenta. 11 Lloro sin consuelo: llora sin que se pueda evitar el dolor porque le recuerdan la triste muerte de

Antonio. 12 Lloro sin pena: llora, pero no siente pena, porque ese verso le trae a su hermano, hace que esté cerca de

él (a través del recuerdo).

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DOC. 10.2. Uno de los poemas de guerra. Habla de la muerte de un niño herido durante un bombardeo.

La muerte del niño herido

Otra vez en la noche...Es el martillo de la fiebre en las sienes bien vendadas del niño. - Madre, ¡el pájaro amarillo! ¡Las mariposas negras y moradas!

-Duerme, hijo mío.- Y la manita oprime la madre, junto al lecho. - ¡Oh flor de fuego! ¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime? Hay en la pobre alcoba olor de espliego;

fuera, la oronda luna que blanquea cúpula y torre a la ciudad sombría. Invisible avión moscardonea.

-¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía? El cristal del balcón repiquetea. ¡Oh fría, fría, fría, fría, fría!

DOC. 10.3. Una madre, con su hija, mira hacia el cielo, atemorizada por los aviones. Fotografía de Robert Capa en Madrid.

DOC. 10.1. Exilio de la población civil en los últimos meses de la guerra. El mismo recorrido que realizaría Antonio Machado.

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DOC. 10.2. Uno de los poemas de guerra. Habla de la muerte de un niño herido durante un bombardeo.

La muerte del niño herido

Otra vez en la noche...Es el martillo de la fiebre en las sienes bien vendadas del niño. - Madre, ¡el pájaro amarillo! ¡Las mariposas negras y moradas!

-Duerme, hijo mío.- Y la manita oprime la madre, junto al lecho. - ¡Oh flor de fuego! ¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime? Hay en la pobre alcoba olor de espliego;

fuera, la oronda luna que blanquea cúpula y torre a la ciudad sombría. Invisible avión moscardonea.

-¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía? El cristal del balcón repiquetea. ¡Oh fría, fría, fría, fría, fría!

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DOC. 10.3. Una madre, con su hija, mira hacia el cielo, atemorizada por los aviones. Fotografía de Robert Capa en Madrid.