canibalismo fuegos, hornos y donaciones

27
Los rapanui no podían abandonar su isla, como 1o habían hecho sus an- tepasados de Ia abundante Maóri o Hiva, pues las distancias elan enormes y de seguro sucumbirían antes de alcanzar alguna tierra que los cobijara. Coroiario de esta mengua en los reculsos alimenticios fue Ia emelgen- cia de las tensiones entre los grupos tu'u aro y tu' hotuiti y junto a eilo, eI canibalismo, McCaiI da cuenta de los efectos de esta crisis y de las beli- gerancias: abandono de todos los proyectos constructivos, escultóricos, y áambio del uso de la obsid.iana de utensilio para cortar vegetales a punta afilada para Ia gueffa, De algún modo, Ia figura de Ia "vieja cocinela" re- verbera como metáfora de Ia caída de los moai: sin alimentos no es posible obtener Ia energía para reproducir el tratrajo, la vida, pero sotrre todo Ia reciprocidad como principio ordenador de Ia existencia en una pequeña por.ió.r de tierra36, EI gusto por comel carne humana ha sido profusamente informad,o por diversos autores, y los propios isleños actuales bromean de manera frecuente con e11o37. Englert (1980) dice que los habitantes originarios de Isia de Pascua con- sideraban sabrosas tres tipos de carnes: "La carne de los que se cubren con frazadas, la de los que comen cualquier mugre, y Ia de los que excavan en la tierra,, (208), expresión gráfica para expresal: calne humana, carne de ave y carne de ratones, respectivamente' Esta alusión aI gusto de consumir la carne "de los que se cubren con frazadas,,, es decir carne humana, aI parecer se vincula a su ingesta en períodos de guerra como constata McCaIl, Ia que se realizaba a modo de ,"rrgurrru y ta1 vez para suplir el consumo de proteínas animales' Pero' también algunos autores consignan una antropofagia derivada del placer que propicia eI gusto de la carne humana. Metraux nos dice al respecto: "Hace unos cuarenta años todavía pod.ía hallarse en la Isla hombres que saborearon Ia carne humana. Estos kai-tangata (comedores de hombres) eran el terror de los niños. El canibalismo de los pascuenses no parece haber sido exclusivamente una forma del instinto de venganza' Podía ser también por Ia glotonería, por un apetito súbito y violento que podÍa llevar a un hombre hasta eI crimen a fin de satisfacerlo. Las vÍctimas de tal apetito Es interesante notal que Ia escasez de alimentos es un tópico común a los relatos míticos lapanur' ya sea por el robo (como en Las Aventuras de Rupe Hina\ o pol su consumo desmedido (como en Como llegarcn los Aves Marinas a Rapa Nui), Ambas acciones provocarán un desequilibrio que se ran¡ará a través de la violencia, la muerte y el consumo de los propios "predadores"' ios relatos citados pueclen leerse en Felbermayer (1948). Por cierto, otra de las claves en que se puede leer Ia nairación sobre Ia caída de los moai que analizamos anteriormente, es eI de Ia glotonería=escasez=haml¡re. En una de las visitas de terreno, a una antropóloga del equipo un joven le dijo: sus muslos están como para echarlos al curanto... +8

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Page 1: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

Los rapanui no podían abandonar su isla, como sí 1o habían hecho sus an-

tepasados de Ia abundante Maóri o Hiva, pues las distancias elan enormes

y de seguro sucumbirían antes de alcanzar alguna tierra que los cobijara.

Coroiario de esta mengua en los reculsos alimenticios fue Ia emelgen-

cia de las tensiones entre los grupos tu'u aro y tu' hotuiti y junto a eilo, eI

canibalismo, McCaiI da cuenta de los efectos de esta crisis y de las beli-

gerancias: abandono de todos los proyectos constructivos, escultóricos, y

áambio del uso de la obsid.iana de utensilio para cortar vegetales a punta

afilada para Ia gueffa, De algún modo, Ia figura de Ia "vieja cocinela" re-

verbera como metáfora de Ia caída de los moai: sin alimentos no es posible

obtener Ia energía para reproducir el tratrajo, la vida, pero sotrre todo Ia

reciprocidad como principio ordenador de Ia existencia en una pequeña

por.ió.r de tierra36, EI gusto por comel carne humana ha sido profusamente

informad,o por diversos autores, y los propios isleños actuales bromean de

manera frecuente con e11o37.

Englert (1980) dice que los habitantes originarios de Isia de Pascua con-

sideraban sabrosas tres tipos de carnes: "La carne de los que se cubren con

frazadas, la de los que comen cualquier mugre, y Ia de los que excavan en

la tierra,, (208), expresión gráfica para expresal: calne humana, carne de

ave y carne de ratones, respectivamente'Esta alusión aI gusto de consumir la carne "de los que se cubren con

frazadas,,, es decir carne humana, aI parecer se vincula a su ingesta en

períodos de guerra como constata McCaIl, Ia que se realizaba a modo de

,"rrgurrru y ta1 vez para suplir el consumo de proteínas animales' Pero'

también algunos autores consignan una antropofagia derivada del placer

que propicia eI gusto de la carne humana. Metraux nos dice al respecto:

"Hace unos cuarenta años todavía pod.ía hallarse en la Isla hombres que

saborearon Ia carne humana. Estos kai-tangata (comedores de hombres)

eran el terror de los niños. El canibalismo de los pascuenses no parece

haber sido exclusivamente una forma del instinto de venganza' Podía ser

también por Ia glotonería, por un apetito súbito y violento que podÍa llevar

a un hombre hasta eI crimen a fin de satisfacerlo. Las vÍctimas de tal apetito

Es interesante notal que Ia escasez de alimentos es un tópico común a los relatos míticos lapanur'

ya sea por el robo (como en Las Aventuras de Rupe Hina\ o pol su consumo desmedido (como

en Como llegarcn los Aves Marinas a Rapa Nui), Ambas acciones provocarán un desequilibrio

que se ran¡ará a través de la violencia, la muerte y el consumo de los propios "predadores"'

ios relatos citados pueclen leerse en Felbermayer (1948). Por cierto, otra de las claves en que

se puede leer Ia nairación sobre Ia caída de los moai que analizamos anteriormente, es eI de Ia

glotonería=escasez=haml¡re.En una de las visitas de terreno, a una antropóloga del equipo un joven le dijo: sus muslos están

como para echarlos al curanto...

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Page 2: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones
Page 3: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

eran generalmente mujeres o niños sorprendidos en lugares aislados, La

cólera que despertaban estos atentados se originaba no tanto en el crimen

en sí, sino en Ia ofensa que se hacía a Ia familia del muerto. Los que habían

tomado parte en el banquete, tenÍan eI derecho, Como los maoríes, de ense-

ñar los dientes a los deudos de Ia víctima y decirles: "llevo carne de ustedes

entre los dientes" (OP.cit: 145)'

El mismo autor, continúa:"En toda ocasión solemne se hacÍan a los dioses sacrificios cruentos'

Make Make era, según parece, particularmente ávido de carne humana.

Las víctimas eran niños robados por ios sacerdotes, prisioneros de guerra o

individuos que habían incurrido en eI descontento de los jefes' Los misio-

neros nos cuentan que desde el principio de Ia evangelización de Ia IsIa,

las mujeres iban a darles las gracias por haber salvado a sus hiios que, sin

eIlos, habrían corrido el peligro de ser ofrendados a los dioses'

Los prisioneros de guera destinados aI sacrificio en acción de gracias,

eran encerrados en cabañas frente a los mausoleos pertenecientes a Ia fa-

milia del vencedor. El cuerpo de las víctimas era devorado invariablemente

en eI curso de los banquetes que seguían a Ia ceremonia religiosa. EI via-

jero inglés Palmer, que visitó Ia isla en 1867, nos ha descrito los cilindros

de toba roja que servían de altares en los que elan inmolados los cautivos

y donde se conservaban sus cenizas. Detrás de algunos mausoleos de la

costa sur, hay efectivamente algunos de esos cilindros que responden en

cierta medida a la descripción de Palmer" (Op'cit: 155)'

Por su parte, Liliana González nos informa38:

-Hay &\hLdin \, quo diceru quE,eL canilaalfu'taa,qu qlgLa, ceretmanial', dan'

d" ñ"y"r,,u*at r"ia*, ¡ouilokntento 8e ercu.et'LfretL frtrcaita* ruaaficadao, ¡oet'a'

n V ío¡¿"*¡"" de qio ,,r'a, u.rm, prácticd' tmao cet'em"anial' que' de' a'tua' arderu'

Wá, n"V prucfra* aedtigi"a*, na, e& que dnndo @? fuwaa, é,sta.t, 6e' ena'tell'

U,e*, riíd,*. 'Dande fray a,etnnatat"ia* quo no dal,ffi,L aba¿ta,, eí ¿e ena.rcw

úrA.. DUtde ñAy, en, W, nrunero tnA* cnn¿id"et'Alole e.Lv et/L ttttd' üXa'n4/w Ca6Í['

cu,etqrc;nial -qi" tieno w6 leAe4de ruuyL tragfua- qtLe, alnnda' ¿o ercatw,

ú a¡oat eciet an fuc¿ita* Móicadne ¡oat' fiutnat'rco, o Yao diilte* frut'nana'e'

z1G, m.benm* di k» ¡orcíctica, de| cctioilonliwua,rtw 6ó;la,de tm, ¡teríadn, a, ai

otup¡cre eñ"\fia,. f.anqentd.blemznte, en'tPa¿ctttt, nn1rc,frfi6, Ca<ta& 'se'¡owú"en'can,la. llutgia,".

38 Entrevista realizada a la especialista en junio de 2008

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Page 4: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

Detengámonosenestaaristadelaalimentacióndelpasadorapanui.LaantropofagiahasidounreculsodeobtencióndeCarneanimalextendidoendiversosgluposhumanosyépocashistóricas,sonconocidoslosrelatosyestudiossobreelcanibalismoenalgunascomunidadesamazónicas,poliné-sicasyafricanas,entreotras.Siiopensamosdesdeelprincipiodelaincor-poración (Poulain, 2oo2),Ia antropofagia casi siempre Supone la ingesta3g

vía ia masticación, por lo tanto operaría en eIIa un esquema dominante de

apropiaciónaoqueensuvertientepositivaimplicaComerparaapropiarsedeIos elementos constitutivos del producto consumido y reforzar al comensal'

yenlanegativa,Comelparadestruirelobjetodevorado.Enelprimercaso'el autor señala que el exocanitlalismo es eI tipo ideal: consumir una víctima

respetada para apropiarse de su fuerza' sin que Ia organización' ptitologl

ca del comensal sea puesta en cuestión. En LI segundo caso' eI comensal

ingiere productos vaürizados negativamente, sea para hacer desaparecer

Ioquerepresentansimbólicamenteoparasublimarlos(op.cit:180-181)'Deacuerdoalosrelatosoralesyalosplanteamientosdeautorescomoelya citado McCaIl, es posible peicibir que ta práctica del canibalismo entre

losrapanuiemergedeunaesCaSeZdgalimentos4,yadquiere,desdenues-tra perspectiva, Iás rasgos de un canitralismo bélico como Io define Harris

(1gg7). Esta es ta modalidad violenta de ia antropofagia, a diferencia de Ia

queestárelacionadaConritualesfunerariosoComoofrendaaunadivini-dad _forma que furu.i"ru también se dio entre los antiguos rapanui como

apreciaremosmásabajo_enloscualeselcuerpodeunparientefallecidodemuertenaturalu,.o,,,,-ido.LaobtencióndeunCuelpohumanoporguematomaría,desdenuestraperspectiva,lasdosvertientesseñaladasporpoulain de una apropiación pásitiva y otra negativaa2' En el primer caso'

Harris define esta antropofagia dei modo siguiente:,,Dehecho,eltahrúcontraelasesinatoyconsumodelosproprospa-

rientesconstituyelacond.iciónpreviafund.amentaldelaconvivenciaylacooperacióncotidianaentrelaspersonas'Dichotabúsuponedeformaau-tomática que si eI canibalismo ha de practicarse sobre cuelpos adquiri-

Haycasosenloscualessebebenlascenizasdelosdifuntoscremadosmezcladasconalgunabebi-da, como en eI AIto Orinoco (Harris' 1997)'

^^--^+a¡iz¡rla -nrla srcción (Cf . Pouiain

.11

Éi;i,111-l"iiiif"iá:1'^?ff;iiJ;:onunainsesta caracterizadaporlasucción (Cr Pouiain:

180).Comonosabemossifueunaprácticageneralizadaeneltiemp"'t"3"-]:::::laLilianaGonzález'no podemos sino establecer J""¡"t,rru, al respecto. Sí es clará que ,a memoria social conselva esta

i;éIü;;*" se verá en los relatos que citamos más adelante'

pensamos que el uso u" i", 1", Á"áeIos, el simbólico de Poulain y eI "materialista histórico" de

Harris nos permiten ,"t;;;;;""tón más compleja de los recovecos del canibalismo' a1 menos'

para eI caso que analizamos'

,l

12

Page 5: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

dosporiavioiencia,talesCuerposdeberánperteneceraindividuossocial-mentedistantes:extranjerosoenemlgosmortales'Enotraspaiabras,solopodrán adquirirse ;;*; resultado aeltgún conflicto armado'.. me referi-

ré a esta variedad de canibalismo, denominándola ,caniLralismo bélico,',

(Op,cit.:271).DeacuerdoaesteautorlosgruposquepracticalonelcanibalismobéIi-

conoperseguÍancazarcarnehumana'sinoqueeranguerrerosquemata-banasuscongénelesporrazonespolíticas.LatesisdeHarrisesqueestapráctica se dio

"n,otiududes del tipo "aldeas" y no en las estatales' Las

Iazonesquedaparaellosonsolamentedecosto-beneficio:enlasprimerasse completaba con ese Consumo las raciones de combate y en las segundas,

queobtienenrecursosalimenticiosmásampliosyvariados'convenÍatenerprisionerosqueprodujeranaúnmás.Enlassocied.adesnoestatalesa3resul-tabamásahorrativoComersealosprisioneros'puesnopodíansermante-nidosconlaescasaproductividaddelastierras.LosguerrerosmaoríesdeNueva Zelanda serÍan un claro ejemplo de ello:

,,Durantelamarcha,esperabanconansíalosvíveresdeoriqenhu-

manoyhablabandelodulcequesabríalacarnedelenemigo,.Losmao-ríes cocinaban a los muertos en eI campo de tratalla y a la mayoría de ios

cautivos po"o Ourpués de ésta" ' Según eI antropóIogo Andrew Vayda:

,IndependientementedequelosmaoríesCleyesentomarVenganza'Con.

seguirmana,adquiriralimentoorecibirplacermedianteladigestión,eIhechoeraquelacarnehumanateníavalornutritivo'Estehechohizodelcanibalismo, una práctica útil en tiempo de guerra"' (op'cit: 286-287)'

SiescuchamosloquedicelatradiciónoralyalgunosestudiosossobrelaculturarapanuipodemosdarnoscuentaquehuboplocesoscomplejosenIos cuales se entreveraron varios aspectos: luchas intergrupales' un período

deguerrascluentas,esCaSeZdealimentosyaccionescaníbales.Delmismomodo,podemospercibirlavenganzaComounsinfínquerecorrelosrelatossobreantropofagia.FelbermayelrecogepartedeestatradicióndebocadeLazaro Hotu. EI relato ,,La Guerra entie las tribus 'Miru' y 'Tupahotu"'44 da

43

44

ElautorsostienequesóloenalgunassociedadespoiinésicassedioelcanibaiismobéIico:,,Losmao-ríes, 1os habitantes ae lus vur{..esas, y posiblemente, los samoanos constituían las principales ex-

cepciones. pero estas islas .*.iun ¿" fá árganización po1ítica centralizada de Tonga' Tahití y Hawai'

La organización polÍtica de los maoríes se parecía a Iás fragmentadas jefaturas de Melanesia Los

tres grupos polinesios q.r" f.u"tl"u, eI canibalismo bélico"carecían también de la agricultura alta-

menteproductivacaracterísticade]asislaspolinesiaspolíticamentecentralizadaS,'(297).Quecorresponderíanrespectivamentealostu'uuroyt''hotuitidelosqueinformaMcCalLMetlauxl]amaalosprimerosTuuynosdice:,,Porencimadeiastribus,Iassubtribusyiasgrandesfamilias que formaban Ia osamentá de Ia sociedad, existía una organización más amplia de origen

po,ítico. Las diez tribus, o moio, se ciividían en dos grupos que, probablemente, no fuesen sino dos

§7

Page 6: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

cuenta que la beligerancia terminó entre las poblaciones antagónicas unavez que todos sus participantes murieron. Los Miru tenían como rey a poíoy los Tupahotu a Kainga. Luego de narrar una serie d.e avatares que dancuenta de los modos en que se inició eI conflicto, Lazaro narra:

"'Edfa ott;ttgriettht, hrcÍia, dtwa, a"e* me6e<t, y dío o día, awrcnnfu» e.L

numet'a, de la,t, ruupt'ta&. Tl, frambre, et a, eL nt$ar dliadn, do reaía, pues,

@@fu y ht,get4ts dp, T@ylO4,u aalir de,su.,y eÁcatuftkó,. ,Ílnah,nente qtrc.dilbalo ,snkntente hreinta, frantlore*, k v nuí.tfus,te,v y ualiente* ed[and]da.\,en, la* cileaaks, deL cewa, Tailep,, 6d1ían salilrunfo ¿roorrtr Lü n^aLfre, eliruenaindnco de algfrá, rnarha* recagidao en Lt, ¡tlayw; ta.n4bii-tr,8o catníatcln, carne do aw* canryatteraa vruuttn* pas, la* gnterrera* do wa¡a 'Úru el,i^ilate de Mant Mat"atil"i canrtilualw,ILL nllLta.nzo, aL nÁL fiatuw, u.ncr, nacfr-e,

ry qry na, llqwa, uru catgLrtmenta, frutnana,. 7)e e¿tu t na.ner&, frwbn, granab,wulmrcitv de canne en q{ant,'nü y, tada* las, díaá, ae erudaba, lá qr*saÁldhn, w 1(angLa'tfom, parru alfunentar o laofa.ruilia* de la*guerrera*qtw aiaían, al;lí. . . (lPaía) ai¡» tut, finmlo¡,e, l.latatada, Hary*MailiLTaleet ay,.AL aet"la, ae intet"eaa,par lo carpwletrcin de atatwn rvaifrrtraleeraw w qlrepranwtío s¿y und, bilena,catnidn. (Ofrr, fdkafa.ro) ¿e mfu¡re¿a, furd;ü*p{ Hal4L?.MaifiLTa.l<et"au, ¿e.acerca, a,lPaía. y b ¡tidia, el, ¡oriaianet a, pat eel can lta intencinn de, mandat l¡» ca;wnL aludequio a, oltfaititiu ett, Hangnlfow que,celela.alaLL wno-fias*u, dandale* a6í l/L.apattanidad, do prepa.rat,ww cwamta Taía, ee neqa,. . . b"l* ,l preterta, de, qtw na, frahiw lucfrada, bienen, el afaque dzl dío, anteriar y par tal, n4af*io tw ms,ecía.,tatc ercet¿nlocuotidn" (Op.cit 28)

En esta cita queda de manifiesto el hecho de que er hambre es un lejfmotiv central y que eI principai botÍn de guerra eran los prisioneros; perotambién que la desesperación por el alimento significó, asimismo, eI en-docanibalismo, es decir Ia ingesta de los propios "compañeros muertos".No sólo aparece el canibalismo bélico como ración de combate, sino comoprocedimiento para abastecer de carne al resto de Ia población, y la "carne"misma como recompensa por el buen desempeño en la guema. convertidoen medida de cambio, el cuerpo humano adquiere el sentido de "alimen-to" y por ende de producto que entra a formar parte de Ia reciprocidad, alinterior, por cierto, del grupo captor (et otro es despojado de una parte de

confederaciones hostiles... Este dualismo, probablemente, era expresión y consecuencia de unestado de guerra constante entre 1as tribus instaladas en los dos extremos cle la isla. Las leyendasaluden a menudo a 1os odios y las guerras entre los Tuu y los Hotu-iti, y esas luchas se prolongarondurante numerosas generaciones, con fortunas diversas. El vencedor unificaba Ia isla hasta que Iosvencldos se sentían lo bastante fuertes para reemprencler el combate,, (1,g41: 87).

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Page 7: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

símismoydesdeesaamputaciónesquecobraráVenganzaatravésdeotrocuerpo, el dei ,,enemigo; que hizo la exacción). Det mismo modo, 1a técni-

ca de cocción al vapoi, eI umu, es Ia forma en que en este relato Ia carne

humana cruda muta en cocida y como don (obsequio) que circula en tan-

to aporte a una preparación festiva. Entonces, este exocanibalismo 1o que

hacá, siguiendo a páulain (2002), es una apropiación positiva que no impli-

ca una tiansgresión del esquema psíquico y social. Por cuanto eI cuerpo es

despojado de ,,culturu" y "rt"rrd.ido

como "alimento cludo", es trenzado aI

circuito de ios dones (como todo alimento) y muta -parafraseando a Harris-

en,,buenoparaComel,,,Noqueremosdejardesubrayalqueentodoestetinglado guerrero y antropófago los actores son esencialmente masculinos'

por otro lado, qué duáa cabe que eI cuerpo fornido de Hanga-Mahiki-

Tokerau resultaba apetitoso para un grupo con hambrer una "excelente co-

mida,, en Ia med.i¿aln que hacía positrle en el imaginario alimenticio incor-

porar su corpulencia. En contraste,Ios del grupo tu'hotuiti solo comen algas

-yaVelemosestemotivomásadeiante-yasuspropiosparientes,rompiendocon ello todas las reglas del comensalismo. Así, esa calne endocanibalizada

es un signo de Ia autoaniquilación y un desesperado gesto de sobreviven-

cia' Mas, en este mismo relato Lazaro permite que asistamos también a Ia

restauración de Ia reciprocidad (eI retorno de 1o "humano" y su pulsión de

vida) dentro del grrrpoirr' hotuiti. Moa -casado por cierto con una mujer del

grupoMiru-seráelencargadodecumplirconestafunciónas:*anJoió,

a, calü, d.e ¿u Ca<ta, dkien^d"o, d, ,ttt,ruujer qug,pell<\dbo teru;rutr

el wabajo q* tn*i* ¡cudi^e.atto e4, eL cüryca,.- AL Aegw d,sa ten'Üw,lalkv,a,

*dr* ti* ifumrrr*, cfinef¿a,, ta) a&, cfrne de, azwcar, wmtó' wnop ctnfr'nfnó'

anllina* W prepdyó,uru curdnf,,. ([46, ¡t?,2 ti,Sta, ta, Ca]añ' tada' ca¡r Wu'Lcfr"a'

Tú;^d, írír;";; ñajao de ¡clatana, e, fiíza, wL qML ¡ta"qwete; . walaia',a'

; ;;, wuxildó, * d**¡n ü 6tt, muiex, dirien"dak qwe tenía,.la,.intencinn

de i.t, a, ¡oeecatr. . . Ca.vt' e,tta,t' ,* y el pa4uete * '**y lleAó' 1ru» do

t44edl*;acfre,» ln atn ada, de la.e ctrcuar\... itwnP.diatanlente enfrega' cÜ 6'tw

,;*w:rñ;t" "l ,*^rrf* qy" qoío a ry.^ ae la cynn^ttran ca)/L LuL a¡petito

.*;; *quoelnaw*ritn*frn{ítusú{ri, w*{fra" (op cit: 29)'

Vemosquelatríadad'etubérculos,frutayCarne(deave),asícomo]areiteración de lo dulce (caña d,e azúcar) se actualiza para dar energía (vida

humana) a los refugiados; eI umuemelge otra vez como el modo de cocción

45 En otros relatos, cuyo tópico son hombres escondidos en cuevas y hambrientos' serán dos herma-

nas las que cumplan está función de re-establecimiento de Ia reciprocidad, como en El Lamento de

Nune (Campbe]l, 1987)

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Page 8: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

dominante, realizado por un hombre para hacer posible la resistencia. Es

interesante notar que Moa también da instrucciones para Ia creación de

nuevas estrategias guelrelas que implican convertir los huesos de sus ca-

maradas muertos (y devorados pol ellos mismos) en anzuelos, así como eI

empleo de una red para capturar a los Miru. Así Moa hace que eI endoca-nibalismo fructifique en Ia medida en que los restos de la ingesta de los pa-

rientes muertos se troca en ventaja guerrera. La transformación cultural de

los huesos humanos yertos en anzuelos pone de manifiesto la reciprocidadentre vivos y muertosao. No olvidemos que en el universo mítico rapanuieste motivo se repite: Ure Avai, que pertenecía al grupo de los pescado-

res que alimentaba a los escultores de moai, vivía apesadumbrado por los

magros resultados de sus incursiones en el mar, Entonces pide al dios de

Ios pescadores Mea-Kahi que Io ayude. Ure Avai sueña con eI ánima de unviejo pescador quien le indica que saque uno de ios huesos de la pierna de

su padre muerto y forme con éI un anzuelo de arpón. Ure Avai cumple con

Ia orden y al poco tiempo llenó su bote de pescados. Los demás, envidiosos,Ie pidieron que revelara el origen de su suerte, pero este se negó. Más tar-

de, los pescadores 10 mataron y descubrieron el secreto. Desde ese momen-

to cambiaron SuS anzuelos de piedra por anzuelos de hueso humanoaT'

Si volvemos aI relato de la guerra entre los Miru y 1os Tupahotu encon-

tramos otras claves importantes. Intrigas y traiciones se despliegan en eI

testimonio oral de Lazaro, mostrándonos lo imbricado de las odiosidades

en un entramado social conectado estrechamente por lazos parentales. AsÍ

Váha, consejero de Kainga, 1o traiciona entregándole hombres a Poío, por

1o cual este toma ventajas en Ia contienda. Pero, además desea vengar Iamuerte de su hijo en manos de su rey. De ese modo busca al hijo del rey,

Ure, quien se encontraba escondido en Motu-Maratiri para asesinarlo:

'Tat"o ¡tadtt encani{dt ln, y dacat'lo de eu re.fi'Ulja,, »diLfi' cakca, wT

üd.trl.pd, y tltl& narfre lleaó, dl i,sl"ato l.u rueduln, de wn nryav de ¡ckitanaa

A, t t"dEó, ¡nbre, tLt/rcr, raca,. Deóde, lejur pat ecú» wfri (tma, clarse de A,tlwt'ctt

ta) 'Efertiaaruente, &i¿tndu'L[re,lw ruudu.la de'la, m"dffl'do ekry.ng1'pen^sn'l-drti*"d, qu¿,vnientrd& qus tu *w pa"dre lo llembnn wfri el, sóla'padíodlhr*rrfarct de ailka, a.n¿iax» de apralaecfrdtl la, cnmida, alflidó, la* canaeja*

qt@ b fidluía, dada, eu., ¡oads'e, ,\dlió, dP, lrL a,Lead, V salta, aJ mat", nada.nda,

fr"r* lw rarru dnnde,a,eya, aer ufri. (yLíñ&,) th'a, ¿tt, dnqta,y eL ruurcfraclia,

CaW nulet"ta, ín¿nnñneamerru... I@üWL,lngfó, dlcatl/zdr ka rato, aiendu

Cf. final de 1a nota 57, respecto al nexo entre huesos humanos, antepasados y circulación de la

energia vilal.Cf. Felbermayer 1948: 39-40.

46

47

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Page 9: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

que, su,frija, e,rfa.lot» mtrefto. . . Ca¡r u,t rnatdlL rarnpió, la, clnLuzza, del, cmaejerotrdidnt, y llat"anda taxn o el cuet"lca, de, u.t, u4fatltu,tado liiia, . 'Llnra au efec.ü,mda.e regt e,sa, dl i"tJafe, lleatin¡ku, el, cuerpo do )Vcífrw o lncueaa, At la, repa.rtin,enfre,au* canrpanera* pdrtu cuaterla)' (Felbet mayet,.3o-31)

La saga guerrera termina cuando los Tupahotu vencen a los Miru, ma-tando aI rey Poío, Pero, uno de sus hermanos sobrevive y tiene dos hijos,Pasado eI tiempo, estos niños fueron hasta el volcán Rano Raraku y en-contraron a un anciano viviendo en una cueva. Se trataba de quien haLrÍamuerto a PoÍo. El viejo les narró el asesinato y les dijo:

"seüin u,rc¿h'a* ca¿hunlo,trer¡, putenezct» d, ae<snh/a<y, ¡oadei.v fracet, de míla qtwque.rtíiv, pet a,dejarl,prhmet a,qtre,nwlimpb"... llatna.ratoo¿wmadre,pidiénddo pet naim, pcwcü tndfan a.L anriana, y prepdt/dt, rm, awanta, can,el,. {.a,ruuldredeWu.srL a,*sa*intetrciane,vde,uwfiija*, ylavca.ntra,qLr^scnn/ru,yw fna.bla, ¡cd.tada, ruwcfra[ dna,\, de l"L n4uet"te de, lPaía,, ¿tt,tía, no as'íu cam.a¿nient¿, det raruar rutí* aan&ro pL[e<t, catn, tadtt, MgwuriddC k* ¡cat iente* delcu4fiana,, trurde a, tent¡lrana,, aengmrutru ü..t,l,ntlet"te. Tampaca, ace¡tta,la, ideed" qr* b can ta.t"an la, gnrqnntLL; ünte l*.f*rr* deci¿ión de,ul, mad¡re do na,dewawtat, mtí.v dang.ro acn¡,dat'an las, da* m,rcfratfra<t an aja.r eL a.rcia.nn,cü tüt, frWW, nl q*n a,abriet an, can fr"E'a* do ¡oláta.nn,s¿ca& yt la* enrendi¿-ranl. . . y du<\, ceniza*fi,rc.t an etpat cidao par" el uienfa, ¡tu tafu,lLL regi"an, d"slLriile" (Op.ú. 35-36)

Será entonces una mujer la que ponga en interdicción Ia continuidad deIa guerra frenando la venganzaa8. Resulta clave en este relato la diferenciaentre "derramar sangre" para luego "cocinarla" y comerla en un curanto,que matar al anciano cremándolo en una especie de umu para ser consumi-do, ahora no real, sino simbólicamente por las llamas del fuego. PodrÍamospensar que ello habla de una suerte de sublimación de la antropofagia,una operación de distancia con la muerte del otro, un asesinato que nocompromete en la medida en que no supone Ia ingesta del enemigo, yasea por endo o exocanibalismo, ya sea por apropiación negativa o positivade sus cualidades, o bien, para simplemente hacerlo desaparecer. Aquí sequiebra Ia cadena de violencia que 1a circulación del cuerpo humano comoalimento activa sin cesar.

48 Este fenómeno de la venganza y la antropofagia parece estar presente asimismo entre losTupinambas de Brasil: El padre Anonlo B1ásquez informa, en 1557, que "su felicidacl en matar aun enemigo, para después, por venganza comer su carne... no hay otra carne que les guste más"citado por Harris (Op.cit: 278).

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Page 10: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones
Page 11: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

Por último, cabe traer a escena un úItimo relato sobre antropofagia que

entrega nuevos elementos a los ya citados, Juan Tepano cuenta:

"Mdf,at"at7, (lao paaa) a,'(Jre' a, Wei, b cnlori,eratt' d'frd* de caiia' de

d,zlird:t, y ln, cfratnuarat'an Aufinda, bietc cfrnmu,scad'a" la' raapat'an, litw

¡tiorda,"ko ¡tatteo euciao cffinnuuradao, erucudisranfilegn, ¡t_at'a, eL cty'attg,'y

tn caciet ón Tttsran al\a, tat'nbietc tni dbtald, que 6e ilat/nabrL Ara"Ít'nlt't'i,"yt o,* frij a*, T erL Amn, que et'a' mi mach'q y yet'i' UlTea' ['lal*do aeníM'"to* U"í. . . ta^\, frre* aierao catna, wuttdt a,tl, i'Ltt u a, HeL, qwe et"a frermadw de'

Aro'nmttrL Awnnd^a, la, caciet a,ta, aahti¿raw eJla* w aw ccüyf,ü. Mi ruaú'e nqe'

Cnnta, qug elr lnO gU,m'raO mutdlAan, A,frnmfareO, CAtAbaru (U'lÁ' CllelPA¡t eru

pedaza* qur rn¡orl.tír* enhre ln,gento. Net iAru,a,, nutdre delrda¡at,, ltuttc'Te¡oaarc, iKgrr, t'tlurin, "* ror*idd enn, I g 3 6' lt'rcOo de frnber aiaida' mtu'

de IOO aña,e" (Try,let't, 2007: 239)

Asistimos en esta narración a una doble cocción del cuerpo humano,

una primera dada por eI fuego directo y Iuego a un "raspado" de Io car-

bonizado en esa acción. Esta primera "preparación" precede a Ia de Ia

cocción aI vapor en eI umu y semeja algunas prácticas de canibalismo

Iigadas a las ceremonias fúnebres en las cuales algunos glupos -Iuegode la cremación- ingerían las cenizas, la carne carbonizada o los huesos

triturados de sus difuntos (Cf. Harris, Op.cit:265)' En este caso, se pasa

por una f ase de " chamuscado " de Ia carne y luego una cocción lenta en el

horno de tierra, delatando un manejo más complejo y sofisticado del tra-

tamiento culinario de Ia carne que será canibalizada. Resaita también eI

dolor de las mujeres que observan Ia muerte y Ia cocción de su pariente,

1o que tal vez indica que eI asesinato, Ia venganza y la ingesta de carne

humana fue vivenciada de manera traumática, sobre todo por quienes no

eiercían la función de Ia guerra: el segmento femenino de la comunidad

antigua rapanui, objeto del intercambio entre clanes y quienes tenían Ia

misión de reproducir ia vida.Ciertos relatos, recogidos por nosotras y presentes también en las re-

copilaciones de la tradición mítica isleña, nos sugieren también otra inter-

dicción a Ia antropofagia. Algunos motivos narrativos y la memoria oral

nos indican que hay una imposibilidad de que Ia calne humana logre un

cocimiento luego de ser objeto de una manipulación culinaria: el umu'

Noemí Pakarati, descendiente del primer catequista Nicolás Pancracio

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Page 12: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

(Pakarati) Ure Potahiae, relata lo siguiente sobre ia conocida figura deTangaroa:

"[.a, ntamda.t"a¡r (a, rui a.baela) dn v crñn"v nuíó, a, a.fua, is,la. catru, cafe4aiara,,

dao ana* narí.t, d, afuo V au»nd.a, llelotu cítrca, an"ar\, et7, e,sn, ü, q* na, quequet ía, aaltaet, a, o.u, tietqru. Cunnda, W Mú rui dl»aelo, mi dlalLeln, (¡craa*nien te de, Tdfriti) b canta, a, mí mcrnuli q uo ilegn, p at, N aífrw y elu » üifrtt tpnfu,

utu ht&at, d"otdo fraro ld, nti,:e. tlega, en, la, nacfip a, Naifuo y afr.r., ,sefiu;rcruü u;nrL, cueua; e<\tL cueaa, e6fal0a, en, failOat"ilsi, afrí e¿.naw, üL eüL iektta,. . .

et/L e<\n, ctLeua. Añí frfrbútuqrcnfe d" "q*, eraru de au f i.btt, de ln, tribw de u,dlauEln.'Ellponotenía¡t,frijaotadarría. Tahtpa,alJtí,tadoln,narfreyafríeila,,en, kv na[fro a,wnda, du]rmiñ,, erupezdt'a.t/1, a, canüerdatl al carut¿ryar. 'lPel'a,,

el.la, nn, entendút, laietq, eL idiw,t't x, fu oq*, petra, wmrv carws'saciane<v qu"o ell"a,

e*arc,fra, erdru qt& a4uí ¿e tru,u'ia, tma, de l"ao reye,» de att,ürilau ae llama,Tangnrat», y qt& lngente dn oqrí lÁL catniÁ. Tnta.nc¿t ellr empeza, a,l,lu'ara, Llnt ar y, a,llaranr, entanceo, lr* *r"J* üja,: iCallatel hh¿alrao na, aatxuaó,

d, catuus.<tdr rutí^v¡tat qwona,eé¡tat" qtn eoai ll"aranda, d.la,; pet a,, eJln,na, en

tiendo ,u.L idiama,. 'Deopueo tni dlailEln, b ¡tregLluata, par qup llu"alon y ell/L büt; n:llrt llaraka, ¡oat que eL rui^vmn, fr"am.b¡re, can, que, elLa w caón, l"a, camia, d/

,stt,¡oat íento, if.a, ¡oerrsana, qt& se cd^to elln! {a, qwo paaa, ee qL& e<tdó, tt'i.blt<t,

d.s ella, ¿a.n, roAl*ú, ¡oet a,de ahra,lug.atr. Sefwet an inaertidn"e eto, pewddnLe, aL'

ca<ta6, a,st, y eL ¿e inahtin, ett, peórada,, ¡oet'a, fritcietd"a, u,tlíL' caril,petencid, can,

¿u.,frs,noana,. (,[na,, el,maywl, ¿e,llarurt,lPetera,y eL ah'o Tangwaa,,se l]"ama.

Tntanre* dlao üetnpre e¿falo¡w, cantoet aanda, pdr"il fLacs' ttna, cnn'era,. 'EL

Tangruaa,bür: "W mE unA d ú, a lct,T,\ln,do'lPaaota,pue*. Au ya,rwyul.a, tnanr'. A b üo eL an a,, eL TPetet a, ü, "W aW a, it, a,l¿u'Ía.ln, yn,aayt deuru pü<ta,; tma, ¡oata, ¡ta,' l.lta y u.ata, ¡oata, pa,'uí,, dóí ilegLa, prímet"a," . Tnta.nceo

la, camiÁ,, l"a, cat tó; frici¿;ratn. awanfa, y tw ao catiu 4{icieraru afira, Q,tra.nta,

r,u),60 cacia, W y ¿1, dtrio¡ quo el tw er6o wo pexada, "yw aay, wn reyt de,

49 De acuerdo a 1a información de NoemÍ su abuelo habría salido de Ia isla a los tres años. Al parecer

formó parte de 1os rapanui que atrandonaron su tierra natal en 1871: "6 de junio. Por orden de

Monseñor Jaussen y debido a los coflictos con Dutrou- Bornier, los misioneros dejan la is1a, lleván-dose unos 168 isleños a Tahiti y Mangareva. Dutrou-Bournier manda a otros 109 isleños para tra-bajar en las plantaciones de su socio Brander en Haapape, TahitÍ" (Haka Ara, expofotos Rapanui1864-1993, Catá1ooo: S/F).

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Page 13: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

cifr," iy lereídrula,s,india,s,l 'Enta.nce*, d¿dpué^v, atanda,qwiaieramcacinerau eL cw'amta, wzr/ ue.z, da* auea, fu'ea, w¿ceo, afra, tribw, de an'a, lfrda, lee'

üja: i'Dmla,cc naÁattra», naaafraó, la,aannn* cL'cacer, l"a, aruna* a, frncet,uwanfa,! Aa,, friciet'am ü^e* aeceo eL ctwanfa. Afrí fricis"aru tt"ea, wece* yafi"a* fu"eo etc eL alra, hryrur, dL lfrdn, d¿, ltv fferauxe, yt na n"ca/ so cacia" Na,w caríu. Taa* ¿an ñi¿taria*, wa, ¡cucde decir que aan, friata¡,iao, ¡tet'a, k*fiidnt ia* antigtw^v,saru aerdadera^¡,. Mi dfuela, eacurfro annda,la,gente ed.

nlaa, fra.laland.a, do Tangrurat», qwe liiciet an eJ, ctwanta,y qup ruülco, te caria,.

Wfi abrda, encwcfrn, y, llrru V llat a, pat"qwo diia, que s.w prryin, mnrid"a, ae,

cwnia, d, sru pd.ri"enfa, pero n"a, calnia,y ee quedan an adí, ¡ou'que reciitc o.fríeo dieran a.unfw qu"e,6at/1, reüie& de aerd.ad, no 60 canian"t).

Vives Solar (1920) recoge un relato similar al que Englert (2007) escu-chó de Santiago Pakaratisl. Se trata de los hermanos Teko y Tangaroa, eIprimero, un gigante divino. Tangaroa querÍa ir a IsIa de Pascua pues habíasoñado que Ios isleños estatran perdiendo las tradiciones dejadas por HotuMatu'a. Teko temía que en el viaje le sucediera algo a su hermano por Iocual Ie advirtió que no Io hiciera. Pero, este no Ie hizo caso. Teko 1o fuea buscar y apoyó cada uno de sus pies en un extremo de la isla gritandoel nombre de Tangaroa, dio un paso y se perdió. Tangaroa habrÍa llega-do a Ia isla en forma de foca de acuerdo a Englert y según Vives So1ar,

ya citado, los isleños que 1o vieron pensaron que solo un pez podía nadarde ese modo, por tanto, aunque pareciera hombre, debía ser un animal(Montecino, 2003).

Veamos parte del relato de Santiago Pakarati:

"'Lttc día, ArSt wnn farn aqut,y bol', * tíewa, ua Hanga, 'Ítt. Uno ru4iet'deipertn, en lo ruanana, y ealió, par'tu fraÍor atu anramfn... al aer ew e¿Íe,

rutanrcnfa, a, una,facr:t, tendidr uc lru ¡tlayu», unlaió, awibu yt dla, ot, att, tnaridÁr."'lPadt e, fiay, w.nofacta ten"didu en, ln ¡clnyo" . 'EL nm.t'ida, llatnn, a, atrao frnt'wbreoyelkoainieraru. [.afaca,eatabndut"t'niendoyellaobpu¿ieranu.rucardeJ,alrededat y la, antawat"ann, il ut7a, rara,. Tangal'ar» derrylet ta, caru eabre¿a.lta.Tien"da, frantb,eo que b ¡oegallaru cut, ¡cala*. Tangnraa,grlta. " iSay ma ari.k , oryTangturar», dEadilwl T/^a,fiicie,t an cfi<tn, eaa<t,frnnqb¡,e¿, quewuttabatra,Ta.ngntaa. [.egrita.l0m,: iTacorvtetctü,a¿tvl 'lDeapwéa,dematat" la,faro, locw.trwatL etc pednza* pare carerla, en,cut'dnln, pero tw ee cariñ, bien; a, la,

bafríw do 4{ailgn,'lti b pwnieratu em namh.re, do "'lB afrío de, Tangw.raa, rE o'ful.andmran wn pdaza, a, lwgznto do Lil, reg.ifun, de frat fratrw ([.o'lPerau¡¿).

50 Entrevista a Noemí Pakarati, enero 200951 Padre de Noemí Pakarati.

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Page 14: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

f undamentalmenteporque"'"'11^"il:'t:liitrJ::"t:Tili::H":'l#;H, ;;; clave de NoemÍ' un panenr";,';#ffi;i"r'su'ou, el antepasado

mismo también '" iog*" escuchar en el relato de Tanga

foca o pez v p"' "";Yt n'**ttu,, o;"";;;tala de ingerirlo' Tangaroa no

ouede ser entendñ" "'""ficado

t";;""i;;nto desd'e oue no es posible

'trur,rrormurlo de ;i" :"'":i1:,:";;; '' áoi'a" l:::"#;""ti""n§tl"",

TJtl"ffi tTffi:11:";:nqTi!]:Ji{tirf,?:1'#'#:1::lru:

t*L:l"X:n**l'J*';Jl,l,ii;"["Xi'tli*i1.,""*il"'l!cionesdejadasn;ffi;üMatula"'.J;";:entérminosdelosrelatosqueanalizamo'- u *'ut"lllii"tio" t1i"'' t",,'*-"'*o bélico' Tangaroa hace

triunfar Ia vida .;;i;;uerte .," ]**t sobre la naturaleza) poniendo

como iímite "t t'"tr'o de que rt *"'Jil"át"u cruda no es comestible' 'dtiu

de ser."' uti*""ü:;; ';""te d'e sokrrevivencia porque no puede cocrnar-

I" ü"*"zarse)' oaIaantropofagiaouei,a*"*".1T::'

_J#*T:rff :::,,1ü'Jiffi i*hrí{'*ism*".fr:",'#xi5*derramami"","'á"*r*gre),

en- otro " Jn

""*nasado. mítico (Tangaroa' que

como pez no ,. ;;ó' En ambos";;;i;'Lr t3i"1" de colocar rin a una

manifestacru, * i" "í*i"ion ,*.j;;á;;eciprocidad oue' de mantenerse'

p o drían hab er ;;;'.; ",r" r,ru" i^*.1r,*i¿u¿ misma d'e 1 a s o cie dad'

L,ts t'msrns' Los RITUALEs Y LA cocINA

Todavíaenperíodosdeprecolonización,ydeacuerdoalos(as)estud.iosos(as),comor"ai:¿'uilJ'á"1t"'io'*"1*:'il';;;'ii:lñ:1t["ff"tgi]il4

lt*m:*,s,:mlr:tq¡qiili:l;:,"IxJ;::;á"",i",venlas'casiones tt'ti"u''1""'"'" '"t"'urá"

á'ias aldeas cerca de los chu'o cen-

tros cerem"rárJ, iir.a", .r ".,,|], ";Jlnt"pu'uaos' Mccall precisa que

,rronrar.rJ,,,",.'",;*n:: j-',"¿il§JüiH"",";:ff '.l,ü,ffi;

Pt Uti.u*"nte sobre sus Proplos

y de los *ou" implicó "' "u"i""l""'*f-it tomiáa' pues como ya' vimos'

se les ,"triulrlu u i* .orr.t*.toá en alimentos cocinados' Ios cuales pro-

,n de las

sz Denrro de un orden patrilocarv':':'.lTi"":liliü:::-{i:ff:i:ij**":i,';jf,,TlJilJ,itr

"""ut y objetos deI padre Se pracltcoaro-i""1á' **O'""

'o],^OÍa, McCall, Op.cir: 2U)'provenientes de un clan distinto-al :"t:;';*;it;; existencia (

debían sallr a otro sitio para casarse y

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Page 15: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

venÍan de las tierras ocupadas por cada clan. pero, no solo la construcciónde los moai significó Ia puesta en escena de la cocina, sino que también lasfiestas que se celebraban luego de las beligerancias y entre ellas, Koros3,es el nombre con que se designaron esas reuniones colectivas, que segúnMetraux (1950) implicaban un sistema de invitaciones en el cual se devol-vían los agasajos de quienes antes habían sido los anfitriones. Estos korose realizaron para honrar a los progenitores y también después de las co-sechas para retribuir a los parientes que habían ayudado. Asimismo, lasliamadas painasa se celebraban para recordar a un pariente fallecido hacíaunos años, y los areuti, que suponían la construcción de una cabaña en lacual hombres y mujeres jóvenes danzaban y cantaban. Estas fiestas siem_pre implicaban una gran abundancia de comidas, que de acuerdo aI autorya citado "se exhibía en tablados de madera,, (\72).

Los que organizaban una de estas fiestas se preparaban:

"can, dtña"r, de annlaciaru y se e,sfat"zalaa, par"& qup ,vt, cnwal pu^diera,afi'ecer 200 a, 300 aruea. ñw-fr'qncma*, pirorto tri

"yrrarn *, fr^hrh*L

ryn.r.tn, y*t"r@ patte* praparcianalea. fwegn, d at7atQtzada* tenío que.d,

.b1", la, dupufuie. dE,tu6 onttirro pwte *rU"* lr"rrcreor.t"ir, par¿L. Wkt -wqr d, 6aLv iltüitadaó. Tl -dta dp h rteótu, k, ;timenta,, *

"¡otto.o"*,rílr"anda.ruiaje,v y, ko aLe* de carq,al, eran atadao etL gltru¡caLv de diez drru ta,ruuldad de ituaitada,e. TL (la, y q***b? al, ¡oañ,o y t ,rwrg"t * ,*om*nia<tamente, wn, ¡talla. TL paúro ln, tatn"abo y"la, ¡ta.rábw *"rglrd* &, una..de,,vw pat ientea. tuegla, ae, arercabu * k t"r%eJ;k an *"* fL"* ;*;rf*e.rútre, kd, pat iente*. f.a* arw* qt@ quecetafiru a""err" ar r¿"i t¡aerfli¿ad"*etran, aúregadao al, frenncma, del frp¡rae de lfr,rte,ttd, y e<so fienndrln, ta,, tly-aoba, dimbnlicatnento aalot e lta eapaldo" (Mitratw;"1 r+).

cabe hacer notar que ei homenajeado regalaba sus aves a su mujerquien se las traspasaba a su hermano y éste a otro: para consumirlas debíanhaber pasado por cinco manos. Et organizador podía, asimismo, recibir po-llos -en una cadena inversa- de algún pariente que había asistido u otrufiesta. Por cierto estos intercambios eran coronados con banquetes. El ho_menajeado debÍa, asimismo, brindar tubérculos y carne cocidos en eI umua quienes les habÍan ofrecido er koro (cf . Metratx: 174-rz5).

Metraux (1940) define el término como "padre" y relacionado a las fiestas en honor de un padreo una madre; eI Diccionario Práctico Rapanui-Español lo define como, "padre. // -Íío (en cuaiquiergrado.// s. Hombre mayor//s. Fiesta, celebración,, (75).Paina: "Caseta de madera que se ponÍa en un anda, especialmente construida para 1a celebra-ción llamada koro paina. /trad. Se usaba para.lleva¡ al moderaclor de la celebración,, (DiccionarioPráctico Rapanui- Castellano: 10g)

54

63

Page 16: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

De esta manera la comida y el alimento fueron parte indisoluble de1

congregacionalismo festivo, La carne y los tubérculos parecen ser Ios prota-gonistas de los banquetes, pero de modo fundamental queda de manifiestola relevancia de las aves de corral, cuyos significados parecen indicar quemás a1Iá de ser una importante fuente de proteína animal fueron revestidasde otros significados (más adelante trataremos esta materia). PoIIos, gallosy gallinas se convierten en la representación más evidente del intercambioy de Ia reciprocidad, un don que para convertirse en "alimento", en "buenopara comer" debe antes hatrer sido objeto de un tránsito de regalos entreparientes. Una vez que ei ave ha sido cedida de mano en mano puede seringerida, Si atendemos a los estudiosos, la cría de aves de corral constituyópara los antiguos rapanui no solo una fuente proteica, sino sobre todo unmodo de sellar los pactos de sociabilidad, un símbolo del equilibrio nece-sario para 1a reproducción de la comunidad. Las fiestas de koro así parecenatestiguarlo. Es interesante traer a colación, de nuevo, Ia voz de NoemíPakariLi ss respecto a su crianza:

"f.a* pall.a* ln v d,tltiguLa.v ¿e, lno ca¡míaru en, tüTut, ¡cae. [.uv ¡oalla* eaa^v

camían, ¡oedcada ¡ticada, y la, nne,zclaban can eriza,. "[.a* tripao del, pdla, oe,

la* catntaru la"v a.ntigtrc"v, dicett, qw l"aoat¡oa* e<\fttb,L.wL lJula, atataril,lit¡>, nu,t

cfio guraat», gi;ttddLt, g!.t"dd/L... Cuando tra.loajataa.v ett teruena, na<\, wrctema<v

de.na'a, dpJ are w;afll para, ruedh'ln, h» pwerttu frayt qtw dilotq-at"k», adenn oenca.tlft Mt/La<v ¡olutaa.v d.e k v ¡oalln* ntu.yt antfrao y de un ca.ka" ¡oreciaa.a,, ya,ru^ei.tm.agina.lta, qw ln*¡oallaa,at*ig,rc*aetían nuí,vg,an"ded, qtw ln v defrWdír», ¡ca.t, eL ntm^ana, de etw ¡ofumn*. . . "

Esa alimentación dada a las aves de corral da cuenta de1 trabajo queimplicaba mantener Ios gallineros (hare moa) y Ia dedicación a 1os mismos.No es extraño entonces el tiempo que se requerÍa para preparar las fiestasy el valor de estas aves: cuidarlas y alimentarlas para que se convirtieranen el bien altamente valorado de 1a política de 1a reciprocidad. En ellasel trabajo invertido para el dispendio festivo, que coronaba las múltiplescadenas de regalos recíprocos, se condensaba en el cotidiano y se mul-tiplicaba en 1os ágapes colectivos. Por otro lado, eI crecimiento de estasaves -si atendemos al testimonio citado- dependía de Ia pesca y de 1a re-colección marina, guardando en su interior el sustento de1 mar. De algúnmodo, las aves así nutridas parecen unir, simbóIicamente, la tierra y e1 mar.Quizás por eso también Ia ingesta de sus vísceras (kokoma) haya sido una

55 Ella ha sido ayudante de terreno de varios arqueólogos que han investigado la zona, por Io cual suconocimiento resulta de gran relevancia.

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Page 18: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

sustancia preciada (además del gust-ema glasa que aparece con un signo

n"rrrw"l,r"::::tftf H+jJconsumo humano';;;;""r1".:f; #;l:l?H""l"i;:':;ban, Puesto que

de algún modo Por esa vla'

Uncanto'""ogtJáporCampbelld'iceasí:

" Como el pollo robado son el hombre y la muiet'

izi'y,,:::;i:::L";"zlfJ^i;"'" de la sratitud " (op cit : eo)

IJn poema' recogido por el autor citado' ofrece esta figura:

"OJos llorosos de mu|er"'

como los oios de un ave'

¡Ay' niña mia' regrcsa"'" (Op'cit':21'7)'

Sin dud'a, esta asociación entre gallos y gallinas' con hombres y mujeresr es

común u" 'u'iu' culturas' n"'o

'"""'li"á' 0"" en eI caso rapanui adquiere

unmatizmayord'ebidoaque'tt*;;;á'u*ot'estasavessonlamateriaviviente d"I i"t;;;;;o' f""pu"aá tá"*at "1

1't'9u' de gran importancia

en diversa""'ámo"ias que *u'"u"t'J Jtr" vital de'Ias personas56' y cuya

faz visible '" r;;;i";r iambiénji;;tglos culinarios que conllevan'

'oloruzación Puede observarse

l-* *ro**.de las aves en er imasinarro ;T,':"$iIT:::iI#j:lf,imXlLiX'"Xll1;

"o "t i"nguu¡" onÍrico' Había una t"t'"I;r;,J;;.

Es asi como "ll.o,uou eI corre recibia un gallo

o'" tá ",.i"";Ía

a lo larqo de la vida o" tti" fi;;;*;nio Quien tilrr.

. ,.u vez que despenaoa to-

:i;;" del omhlioo del primer hiio(a) de,ut,'";;;;;;;""" u

l"^'-to, corores del sueño marcanan[i*.o qu" ,,er reJreiado debía comer r",t

lr;;;; t"rudo "r,.1"ñ::^, v maros, fiva riva y rare roke,dos querían_escuchar las üsiones u* "ttiri ,"' .ruriri.uo ".,

ou"l^o r*or", {rondosos o rncontables

ái i,ri*. ¿s] ¡scién nacido Los suenos '"Jil;;.;*rg:yl"^ en una casa. por et contrado 1os

Ierp"ctiramente. un buen tueño estabdr'".i". a Tiu.,.ll1on,un en e[ contexto guerrero los

g"ui,,ou.. "o los oa[ineros lhore moa). t""";;,;;;*"tes

flacos. ]l:." (86) orientarÍan et desrino deioke ruke mostiarían árboles Y pasl'os ti:il;;;"

del gaÜo ot11 ,,nr.r,.,u er auror nos proporcio-

sueúos' luego rle haber conúdo ']a sagrdud'P;;';;;tt OJ'iodot 1l", propiciaban el primer trozo de

las contiendas y su uctoria o lracaso -Vrnu'i"t""á t"t venceclor

na daros *o*'"i.-*'o"i"",o v "' '3i',1';;i';ilqu".r"iuot:::t'Snfi,:LT|li:J:1ffil*:carne humana a Make-make -una dlvlnruou -';il"

u u..t" dil.l,.ro o neqativo para su gente, Estos

talones se destjnaban a los jetes 9:*t:i;.#;itn uugutio potitt

consumido "'I:#;;;;"'-'"i*i-l';r,menricia, o ias ideologañi¡.,''our"'' muestran que hav

áuto,, a"'0" ':;:;;;";ááu'ut'o'u**"^i",..*" o" t='P t*j:.tJ:T:,'#1'"tfii"l::::un estrecho vÍncu]o entre comer' "t':tll;;;;i'l'.or".t*ol E'lu^r,.r.r*irtu.. En un senrido rigurado

poder_de predecir el destino (vu t"u '';:;;:;;; ; *. dlli entenderse trajo er mecaniimo de

aves de un arributo especial, p"r" ul TTi,;g"r;"r"r,"",._ol-or,l.oroorur denrro der propro cuerpo

comerr¿s conduce a un estado "tp"ttu1;;.;;i fo.itruu " ..to -"t,- lt" ,o, símbolos predictores. En ese

la "incorporación positiva" " ''"i:1TT;:';;"u*;"; sueño v I

ias cualáades positivas de esas aves t

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Page 19: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

Pero, eI papel de las aves en el engranaje de los dones y contradonesno sóIo apalece en eI intercambio con los vivos, sino con los muertos, En

1as festividades del paina dedicadas, como se dijo, a un pariente fallecido,se construía una representación del difunto y se realizaba Ia siguiente ce-

remonia:*...el frija, ruayLar de la,fdmi;litu del ümra,... 6e e¿candíw detrá6, dal'

feticfre y frah.lnrula, a, tratti^r, dP, ln"\, lahia.v de lo rurí6ra.ra,, ¿aludafu» u la*a¿¡¿rcnfu^y At, eq! aníd, k» razan del acta. t leaalaa, wn aae lola¡tca, etu la, rumnw,

wcgn)ln, y ln, ruad*afu» al,pulolica, a¿amanda.la, ¡oat" lo bnca, do la, n'ttí¿cat'a,.

fueqn, et/L ut'u d[fo de,gúrena'rsimlaa.l¡una,, ma]'día, lo ct'e¿ka fraÁfa, frd[e]'

""ltd, la, u.ng,o. TL alojeta, ¡tt"ittt4ldl d"e,e¿n* k"ara.pafua, et"a, ruanfedta,r el,

Waleaki"a,, u qwien frubis'a, aAudndua, ln* ,torth.rr"e del k"ara,eto epara* dE, derryLt'driil a, pa.b.t"eza,. Eru naedin,

de dnlet'ttnno paktbra^v, el afirifrltto llatna.ba, al ailntgn, y b tf"uín eJ ruaa'fr.a.l<,t»kin, oL ¡oalla, de ln, rea'ihuciuc" (CampbelL' g 0).

Es interesante notar que Metraux (1950) agrega el dato que quien orga-

nizaba eI paina colocaba a los pies de Ia imagen las aves y "otlos alimentos"y que su discurso era una loa aI pariente muerto y a su propia generosidad'Luego de eIIo la comunidad se condolía y lloraba entonando cantos fúne-bres. Aparece en este ritual eI ave blanca, quizás un ga1lo, como símbolo

de un sacrificio aI antepasado, así como la comida que se colocaba bajo ia

figura que 1o representaba. El gallo era inmolado en un acto que recuerda

eI canibalismo, una muerte sangrienta realizada con Ia boca del celebran-te. Luego de ello se convertía en el "pollo de la retribución", encarnando

su donación y sacrificio Ia "vuelta de mano" a alguna persona con la que el

organizador estaba en deuda,Apreciamos en esta ceremonia una cadena que liga a los muertos y a

los vivos por medio de la comida y del gailo ofrendado. De ese modo, Ias

"deudas" siguen vivas y Se pagan constantemente pasando de los vivos a los

muertos y de estos a los vivos, completando eI círculo infinito de retribucio-

nes y dones. La cadena se actualiza en un escenario donde el hijo mayor u

oficiante habla detrás de la máscala, que es el difunto, operando una mímica

en Ia cual es como si el muerto estuviera presente (vivo) dando el "pollo de

retribución" que su vástago le sacrifica, a otlo que Ie ha ayudado. El muerto,

sentido podíamos colegir tamtrién que estos gallos blancos estarían dotados de un caráctel sacro'

Por otro 1ado, Ias imágenes onÍricas mismas nos devuelven representaciones ligadas a los alimentos

y a Ia feracidad (árboles, animales, aves de corral) con una clara asociación a 1a abundancia o a Ia

esCasez signando Ios contenidos oraculares positivoS y negativos respectlvamente.

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Page 20: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

entonces, es homenajeado por 1o que dio y por 1o que sigue dando, y a Iavez se encarna en el hijo que reitera eI gesto de Ia reciprocidad. Quizás, ya semejanza de otras sociedades, podíamos leer aquÍ un nexo entre vivosy muertos que se mantiene por medio de Ia ofrenda alimenticia: esta operacomo un eslabón entre Ia vida y Ia muerte, como Ia "energÍa vital" que haceposible la continuidad de los grupos familiares y de los claness7.

Si pensamos en qre hakakio significa agradecimiento, homenaje deagradecimientoss y de acuerdo a Englert "retribuir atenciones que uno harecibido en tiempo de indigencia; colmar a una persona, por gratitud deregalos, de beneficios; ser bien hechor" (1974:325), el paina pone de ma-nifiesto que los muertos -los antepasados- son partícipes de la vida a travésde Ios regalos que hacen circular por medio de su descendencia, devol-viendo así gratitud a quienes Ie dieron en vida. Pero al mismo tiempo, ladescendencia homenajea, "colma" al difunto con regalos ofrendados a suspies devolviéndole así Io que dio en vida y quizás 1o que sigue dando entanto muerto. Como dijimos, es eI alimento -la carne de las aves criadas- elsigno visible de este juego de prestaciones y contraprestaciones, la bisagraque conecta a las familias, incluyendo a los parientes vivos y los muertos.Así, toda la comunidad se activa en la fiesta de homenaje y coloca en es-cena una cierta economÍa política que hace posible el orden social. Bien

En el caso chino, Ebner von Eschenbach {2002) sostiene que la costumbre extendida de " alimentarel alma de los muertos" se debe a que "...entre los antepasados y la descendencia circula Ia mismaenergÍa vital (qi). La idea de circulación de la energÍa vital es al mismo tiempo, básica para com-prender la alimentación de los muertos. La energía vital, como energía invisible que Io atraviesatodo, está contenida en los alimentos del sac¡ificio y puede ser asimilada por los muertos, ya quetambién eI cuerpo y eI alma de los muertos están unidos entre sÍ mediante esa energía. La rapidezcon que la energía vital se desvanezca tras la muerte depende del cuidado que los allegados de1

muerto pongan en su alimentación" (207). En una sociedad altamente jerarquizada y masculinacomo la China, las almas de los muertos tamtrién se ubicaban dentro de 1a posición social que Iescorrespondió en vida. Así quienes habían vivido en 1as clases superiores gozaban de Ia abundanciaque sus descendientes les ofrecían: "Desde la dinastía Han se ha representado, además, en lassepulturas, en pinturas murales y en relieves en piedra, cómo en vida del fallecido se preparabanalimentos en 1a cocina y a continuación se consumÍan en los banquetes. De esa misma abundanciadebía beneficiarse tamtrién ei muerto en el otro mundo" (214). Por eIlo hay también "espíritushambrientos" que roban las ofrendas. En contrapartida de los dones alimenticios, sobre todo decarne, Ios antepasados garantizaron eI éxito en la guera y en la caza. Por último, resulta interesan-te añadi¡ que en muchas épocas se practicó el endocanibalismo en China y que los huesos fueronparticularmente importantes en la medida en que representaron Ia "pureza" del antepasado: si lacarne se corrompía, éstos no, almacenando así la energía vital que se podÍa transmitir de nuevo aIa familia. Los huesos fueron asociados con eI semen y con eI arroz, en Ia medida en que este ce-real permanece plantado en los campos de los antepasados. EI arroz fue así una ofrenda funerariacomún, en Ia medida en que reforzaba la energía vital del alma del muerto.Ver eI Diccionario práctico rapanui-español, pp. 35.

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Page 21: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

podríamos hablar de eIIa como una gastropolíticase, en el sentido que es un

trdenador que seña1a claramente que el control de los alimentos no debe

estar en poder de una persona o una familia, sino que ese poder -el control

de los leculsos alimenticios- debe circular y así producir un flujo constante

de los mismos beneficiando a toda la colectividad'La bibliografÍa solore Isla de Pascua da cuenta de las numerosas festi-

vidades que celebraron los antiguos rapanui y todos coinciden en que, no

obstante los conflictos, ellas fueron parte del decurso vital en torno a la

oposición rivalidad/reciprocidad. Fuera de las fiestas y rituales que mar-

caron las distintas fases del ciclo de vida de las personas (nacimiento, ca-

samiento, muerte), ceremonias como los koro ya citadas se unieron a otras

como los koro ate atua. Estas son descritas por campbell (1987) como: "una

fiesta con cantos y comidas en honor a algún personaje importante, o de

un acontecimiento digno de ser recordador como la liegada de los primeros

klarcos eulopeos u otros sucesos..." (95)' En todas estas ocasiones las comi-

das colectivas tuvieron un peso central. Campkrell las denomina "umLt pa-

re-haonga,,. PaÍe ha'ongaes definidO COmo "culanto, a manela de salario,

entregado a quien está a cargo de construcciones o de la composición"uo Y

por Englert (1,974) como umu parehTonu "curanto que se hace al pleparal

o inaugurar un trabajo o una fiesta" (359)'

La marca de estas celebracionesr que resalta de manera evidente, es

que el umu, la cocción en el horno de tierra, fue Ia priviiegiada como fór-

mula de cocina. De allí podemos desprender la relevancia de esta técnica

y el peso que tuvo -y por cierto sigue teniendo- en la sociedad rapanui' si

p",,,u*o, que todos estos importantes rituales, Cuyo eco político es innega.

bie en tanto amortiguadores de la guerra y de los conflictos interclánicos'

tienen como parte fundamental ei consumo de alimentos bajo la modali-

d.ad d,el umu, podríamos decir que no solo los productos alimenticios por sí

mismos (como el pollo ya citado) se convierten en signos "vivos" de la reci-

procidad como normar sino que una forma de convertirlos en "bien" social

parae¡ercerlareciprocidadessutransformaciónvíalacocina,Podemos ,rrporr", que estas fiestas sin festín no tendrían la relevancia

que, aI palecer, tenían y que sus efectos no incidirían en Io que hemos de-

nominado una gastropolÍti.u, es decir en una apropiación coiectiva de los

recursos alimenticios a través del consumo ritual' Es obvio también que las

Este es un término que weismantel (1gg4) toma de Arjun Appadurai y que aplica para la compren-

sión c1e las ideologías de género presentes en Ia alimentación de los Andes ecuatorianos Nos ha

parecido un concepto que arroja luces para eI análisis de la cocina rapanui'

(Diccionario Práctico Rapanui-Castellano: 1 13)'60

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Page 22: Canibalismo Fuegos, Hornos y Donaciones

fiestas eran ocasión para que uno o algunos miembros de la comunidadostentaran su poder y pusieran así a1 descubierto eI juego rivalidad/reci-procidad. Mas, pensamos que el hecho de que Ia mayoría de los ritualesestuvieran marcados por Ia ingesta de comida tiene como corolario que

eI grupo debió otorgar, asimismo, un valor importante a la construccióndel comensalismo: una comunidad que come junta se hermana, estable-ce nexos de parentalidad, supera la violencia, "sacrifica" en colectivo 1os

bienes (Ios atimentos) a través del trabajo culinario y de su consumo. Esto

constituirÍa, desde nuestra mirada, un gesto político complejo, cuyo centroes la mantención del equilibrio social, como hemos dicho antes, que ocupaaI comensalismo como negación de la acumulación del recurso alimento,pero que simultáneamente opera como espacio de restitución de diferen-cias que deben constantemente ser zanjadas, El umu, así, emerge como

una marca indeleble, una "huella mnémica" cargada de tiempo y densa

de repeticiones que dan certezas e identidad colectiva, que trae consigola imagen d.e Io social como una balanza que deL¡e siempre estar niveladaen un ciclo claramente visibte para todos(as), E1 hueco caliente en eI que

convergen la tierra y el mar emelge como el depositario de 1os nexos que

sellan pactos y reciprocidades, duraderos aI menos, mientras siga eI juego

de tapar y destapar las cubiertas de hojas de p}átanos que ayudan a que lonatural se convierta en cultura.

Otra conocida fiesta estará presente en Ia vida de1 grupo originariopascuense. Luego de que Ia "vieja cocinera" lanz6la maldición sobre los

moais y sobrevino la escasez de alimentosGl que dio Como fruto la guelra,Ios(as) habitantes de la isla, aI parecerr orientaron sus cultos aI HombrePájaro, y otorgaron una centralidad al huevo como alimento' Adoraron,entonces a las golondrinas y crearon una complicada ceremonia colectivacuyo objeto era "..,Ia caza de los suculentos huevos"62 que dabaprimacíaen eI poder a un clan u a otro durante un año. Así, los reyes rotaron aI ser

elegidos anualmente en una gran celebración que se efectuaba en Orongo,a 1os pies del volcán Rano Kau. McCalI nos dice que se preparaban paraeste rito polÍtico ",..haciendo acopio de cuanta comida tuvieran" (Op.cit.:25) y que se producía una división sexual del trabajo en Ia cual las mujeres

De acuerdo con McCaIl debido a los cambios provocados por ia Pequeña Era Glacial se produjoesta precariedad y, debido a ella, los rapanui habrían mutado gran parte de su religión como unmodo adaptativo, unificando ancestros (un dios único, Make Make) y reyes (los "señores de Ia gue-rra" elegían cada año en una difícil prueba a1 representante único del pueblo) (Cf, Op.cit.: 23).

La frase es de McCall y se podría conjeturar que parte de 1as energías violentas del canibalismo se

sublimaron en este útual, a pesar que eIIo no implicó el cese de las hostilidades entre los gruposrivales, sino una suerte de frágil equilibrio anual.

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cocinaban y se ocupan de los(as) hijos(as), mientras 1os hombres lo hacíandel tallado y eI tatuaje. Toda Ia sociedad se congregaba en torno a estafiesta y esperaba el designio del Dios Make Make: eI mata to'a (guerrero)que lograba ganar la competencia -a través de un hopu (servidor) que eraenviado al islote donde anidaba el manutara (Súerno lunata) y retornabacon su huevo- sería el nuevo Rey.

Metraux (1950) señaia que todos se reunÍan en Mataveri para celebrarla presencia del nuevo "hombre pájaro":

-Se aact fira.futn a, Make,MdkE,aíctúxuaó, ñwnomao de^rignfida,v 1tar eL¿acet date o par" eL frarub,t e palaro. f.a* ansya* de e¿a* ,írtirrrd* cactnadn,aL enu/wrc6, fr"arna* Mbtet4'fu,rca.\,, et a.ru ¿eraida* en ruid"a¿a* ba¡,qwete,s,

dry g y daarza* y ealmadino. Tar-ie,nte* y M,niryre.v dd Ttegidr»,elaria^e de ü,itu,tfa,, knzdloaru bur.ln t, a, rípnle* a, adner,sm,in*" (Op.cit. / S S).

Durante un tiempo, en Ia fiesta estallaban las hostilidades, las que talvez cesaban cuando el hombre-pájaro se retiraba a su cabaña y comenzabasu período de fuertes tabúes. Continúa diciéndonos Metraux:

"TL frlrcuo do mttruüard,, aaciada, y rellenada, de, tapaf 3, calg.a.lra, erx.

la, cdllLLñ/l, del fr"atnb¡,a palaro. Tra, cantempkd"a, catc r*arió* ¡oat" kogu,dndeí, air"tt{de^e nuí&ita<s, qL{.e 6e b atrilauían Se, dupanía, qrw agtaftabu Laalwatda.trcia,. -TlfriLqua,ertuL[.tLww@,",

tnee.Lplica,Te¡oan^a,.: *daÁt»bntahto,

jwata, deepue^e de atr, de¿cilh.mienta," (Op.cit ; / 39).

Podemos colegir de estas citas que Ia ceremonia de orongo conjun-tó varios niveles de consumo. Por un lado, uno que se relacionaba con lamantención cotldiana en el sitio de Ia fiesta, otro de tipo banquete, y unode sacrificio e ingesta caníbal en honor al Dios Make Make. Sin duda la re-ciprocidad fundamental, en este caso, es a éste, pues en definitiva es quienpropicia aI nuevo rey y de allí quizás provenga su ofrenda consumida bajola técnica del umu. Por otro 1ado, se aprecia claramente la simbólica resul-tante del codiciado huevo: una suerte de útero donde Ia feracidad restallaen elementos vegetales y animales, Ios alimentos caros a la dieta como tu-bérculos, y carne de peces y aves de corral El huevo es la personificaciónde la abundancia que soLrrevendrá bajo el reinado del nuevo jefe.

Hay que señalar que eI hombre-pájaro debÍa ser alimentado con contri-buciones de los clanes y que en su ritual funerario se Ie ataban diez gallos

63 "Especie de género hecho con cofteza de árboles" (Dicclonario Práctico Rapanui- Castellano:140)

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en los dedos de sus pies, Los antiguos hombres pájaros eran los encargadcsde amarrarlos a su cadáver y de darlos luego a sus hijos. Estos no podialcomérselos, 1o mismo que cualquier ave que hubiera tocado el suelo de-

ahu en que descansaban sus restos,Todas las fiestas que hemos reseñado de manera breve, ponen al descu-

bierto la reiteración, casi obsesiva, de los gestos de dar y recibir alimentosencadenados uno y otro de manera que los eslabones que engalzan 1o co-

lectivo se mantengan. Se puede comprender este cuidado por no romper e-

círculo de las retribuciones, debido a la violencia que puede entrañar, perc

también por 1a trama culinaria que teje un discurso que complomete de ma-

nera permanente Io social y el peso de cada sujeto en é1. Cada ave alimen-

tada, cada tubérculo cosechado, cada fruta es preciosa porque supone e1

trabajo colectivo dentro de un medio ambiente desafiante y bajo un controlde recursos limitado por clanes territorializados. Las fiestas hacen restallar

un constante mensaje: se verifica la comunidad en ellas, y al hacerlo todos

sus flancos, Ios amables y los agresivos (Ia reciprocidad y Ia rivalidad res-

pectivamente); pero sobre todo la fiesta es la ocasión de zanjar los asuntos

ligados aI poder. La gastropolítica emerge para exteriorizar eI deber (1a le1't

de ia reciprocidad (es decir compartir y no atesorar), pero también para de-

mostrar quién (o qué familias o clanes) es capaz de cumplir con la producti-vidad que las grandes ceremonias colectivas requerían. Ese cumplimiento.como toda qastropolítica, suponía eI aporte mancomunado de un conjunto

de personas y pol eIIo la ostentación del poder (organizativo, parental, pro-

ductivo) del anfitrión, De ese modo, la circulación de los alimentos por esta

vÍa coloca en eI centro de las festividades Ia escenificación de la potestad de

algunos, que deberá ser emulada luego por otros para producir el equilibríosocial. Podríamos colegir que cocina, poder y coiectividad constituyen eI

rostro trifásico que construyelon Ios moradores antiguos de Rapa Nui para

dar cuenta de su manera particular de habitar el mundo,

Conor-Rnto

Estas miradas generales, realizadas a partir de Ia bibliografía especializaday, de manera relevante, a partir de la tradición oral, nos aproximan a unescenario histórico en eI que lentamente se fueron esculpiendo los estilosculinarios y la dieta de 1os viejos habitantes de Isla de Pascua. Una impron-ta clara -mantenida hasta fines del siglo XIX- se fue inscribiendo desde

Ia llegada de los migrantes polinésicos, y en eI lenguaje de1 imaginariocultural del fundador Hotu Matu'a, que instala una parte importante de la

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dieta: tubérculosr carne y fruta. Del mismo modo, la principal técnica, elumu, extiende su sintaxis y escribe desde ei fondo de Ia tierra la clave querepresenta Ia comida y los alimentos para eI decurso de 1o social. ñomes,taros y camotes fueron cultivados con precisión y esmeror 1o mismo quelos plátanos, eI fi y la caña de azúcar, dando e1 tono vegetal de la dietaalimenticia. La tesitura carnÍvora surge con Ia cuidadosa cría de pollos enlos l¿ore mooy con la pesca y recolección marina. Resalta que, con muy po-cos productos alimenticios, Ios habitantes originarios elaboraron una densatrama de símbolos ligados a ellos y a las técnicas d.e cocina, cuyo norte fuela consecución de Ia reciprocidad teniendo a ios elementos de Ia tríada deconsumo como signo distintivo de un movimiento de beligerancias y retri-buciones y como forma de pago por eI trabajo,

Aún cuando es claro, aI menos en los relatos orales, que hombres ymujeres cocinaron, parece ser que la dominancia de esta labor estuvo enmanos femeninas, la "vieja cocinera" que alimentaba vía umu a los escul-tores de las grandes estatuas de los antepasados nos habla en eI lenguajede la división sexual de1 trabajo. Lo mismo parecen decir los registros ar-queológicos: Ias mujeres tuvieron una importante participación en Ia pro-ducción vegetal, tal como los hombres la tuvieron en 1a pesca. por cierto,eI poder político, Ias jefaturas y Ia guerra fueron un asunto eminentementemasculino. La circulación de las mujeres de manera exogámica entre losdos principales clanes da cuenta de su importancia reproductiva y de queellas, como los alimentos, operaron simbólicamente como eslabones en eIpotente, pero a la vez débil engranaje que movilizaba el sistema de donesy contradones.

La piedra, como en otras esferas de la antigua vida rapanui, fue unamateria fundamental en la vida cotidiana: en la cocina el umu como tec-nologÍa funciona en base a piedras calientes, y éstas posiblemente fueronel comburente para er tunuahi ("asar aI fuego" o "asado aI fuego")6a, en elumu pae65 en su sentido de espacio de cocina están presentes, de igual for-ma tahetas para almacenar agua y poco poco (platos) del mismo material,jardines de piedra para el cultivo, manevai, gallineros, casas, senderos delos espíritus, y así todo el tinglado "doméstico" tuvo como asiento la dura

(Diccionario práctico Rapanui-Español: 153). Por otro lado, tunu que significa cocer, cocinar, vienedel protopolinésico asor sob re las brasas (Comisión para la Estructuración de la Lengua Rapanui.Diccionario Etimológico RapanuiEspañoL,2000:189), 1o cual podría indicar que una de las formasarcaicas de cocción pudo haber sido la de asar sobre o al costado de 1as piedras calientes."Pequeña construcción que se trata de un hoyo en la tier¡a en eI que se preparaba Ia comida. Sucaracterística es que está ¡odeado de unas piedras de mediano tamaño a manera de pequeñasparedes" (Diccionario Práctico Rapanui-Castellano: 156).

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roca que tallada y trabajada se convirtió en artefacto y mobiliario, en ele-mento crucial para construir eI estilo culinario y su fuerza como núcleo de

Ia cultura.EI alimento cocinado, entonces, ocupa un lugar que va más allá de Ia

mera nutrición, adosándosele una serie de símbolos que Io harán aparecercomo Ia materialización de un conjunto de prácticas socio-políticas que ha-cen posible el devenir social.

Dentro de esta escena histórica eI canibalismo béIico y eI canibalismoritual quizás dieron pie a que 1a carne humana, convertida en alimento víasu cocción, se transformara en una fuente de proteínas en perÍodos en los

cuales escasearon los pocos productos dejados por Hotu Matu'a. Dentrodel mismo correlato de la reciprocidad por medio del alimento, se instalóeI endo y el exocanibalismo, coronando Ia función gastropolítica que los

alimentos cultivados y producidos tenÍan,Guerras y fiestas parecen ser las Caras de una misma moneda, asÍ como

Ia oposición rivalidad/reciprocidad. En ambas Ia ingesta de comida se tor-na crucial, así como los sacrificios y ofrendas alimenticias. La escena de las

retribuciones descorre su velo con eI fin de las amistades y el inicio de los

conflictos; escasez/abundancia parece ser la imagen que se proyecta en Ios

grandes festines colectivos, las aves de corral son eI símbolo por excelencia

del segundo término haciendo emelger pol ausencia eI recuerdo del pri-mero. Desde los antepasados a 1os vivos y de éstos a Ia cadena que conecta

dones antiguos y dones nuevos, ei decurso de los viejos isleños se dirimiócon eI alimento como sello y materia de las prestaciones infinitas que hi-cieron posible un modo de vida en uno de los sitios más lejanos, aquel que

eligió el fundador para asentarse y donar los primeros recursos para la vidaen sociedad.