dom ord 26 b

70

Upload: diocesis-de-mayagueez

Post on 24-Jan-2018

311 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Dom ord 26 b
Page 2: Dom ord 26 b

Hoy vemos en el evangelio cómo Jesús iba adoctrinando a sus discípulos aprovechando las diferentes circunstancias del momento presente.

Hoy nos trae varios consejos o consignas de Jesús para poder llegar a ser verdaderos discípulos suyos, si seguimos sus criterios de vida.

Page 3: Dom ord 26 b

La palabra “escándalo” significa una piedra de tropiezo, en la que podemos caer nosotros o podemos hacer caer a otros. Por eso es un aviso o, más bien, tres avisos.

Hoy tenemos

varias consignas, al parecer sin unión; pero hay

una palabra importante

que les une: el

escándalo.

Page 4: Dom ord 26 b

Podemos ver en el evangelio de hoy tres clases de escándalos: el que supone la división en la Iglesia, entre diversos grupos. Luego está el que podemos provocar a otros con nuestro mal ejemplo. Y por fin el que puede provocar en nosotros mismos la tentación surgida de nuestras pasiones.

Veamos lo que nos dice el evangelio: (Mc 9, 38-43.45.47-48).

Page 5: Dom ord 26 b

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros." Jesús respondió: "No se lo impidáis, porque uno que hace mila-gros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga."

Page 6: Dom ord 26 b

La primera enseñanza nos da Jesús, cuando se le acerca san Juan, que todavía no era santo, sino principiante en la formación, para hacerle una queja de algo que había contemplado y no le parecía bien.

Page 7: Dom ord 26 b

San Juan, que era impetuoso, por eso Jesús le llamaba “hijo del trueno”, y era celoso, aunque deficiente, de la gloria de Jesús y de su “grupo”, se lo prohibió a aquel

hombre de buena voluntad.

Resulta que uno, que no era del grupo de los apóstoles, pero que seguía a Jesús con buena voluntad, estaba haciendo curaciones y otras obras buenas (eso era echar demonios), invocando el nombre de Jesús.

Page 8: Dom ord 26 b

Así se lo cuenta Juan a Jesús. Pero a Jesús no le gustó esa acción y le da, y nos da a todos, una enseñanza.

Page 9: Dom ord 26 b

Jesús les dice, no sólo a Juan, sino a todos los demás: “No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí.” Este es un requerimiento para apreciar lo que hay fuera de nuestros grupos, sea en política o en religión, etc.

Page 10: Dom ord 26 b

Debemos saber respetar las cosas buenas de los otros, aunque no sean de nuestro “grupo”.

Page 11: Dom ord 26 b

A veces hasta dentro de la misma Iglesia Católica formamos grupos o bandos, nos despreciamos o no sabemos valorar lo del otro grupo. A veces se insiste

demasiado en la diferencia entre integristas y modernistas, porque unos buscan seguir más lo antiguo y otros

pretenden cambiarlo todo.

Page 12: Dom ord 26 b

Es un escándalo para el mundo la división entre las iglesias y de los grupos dentro de la misma iglesia. ¡Cuánto nos cuesta apreciar el bien del otro grupo! Debemos ver el bien que existe por doquier y debemos aprender a apreciarlo. Y bendecir a Dios por ello.

Page 13: Dom ord 26 b

Querer excluir al otro es ponerle un obstáculo para el acceso a Dios. Por ello es necesario fomentar la tolerancia y recordar siempre las palabras de Jesús, con las que termina esta gran enseñanza:

Page 14: Dom ord 26 b

“El que no está contra nosotros está a favor nuestro.”

Page 15: Dom ord 26 b

La vida sería diferente, y también la esperanza de la eternidad, si construyéramos puentes espirituales que nos puedan unir a unos y otros.

Y si está a favor, quiere decir que somos hermanos. En la vida ponemos demasiadas barreras entre unos y otros.

Page 16: Dom ord 26 b

Automático

Page 17: Dom ord 26 b
Page 18: Dom ord 26 b
Page 19: Dom ord 26 b
Page 20: Dom ord 26 b
Page 21: Dom ord 26 b
Page 22: Dom ord 26 b
Page 23: Dom ord 26 b
Page 24: Dom ord 26 b
Page 25: Dom ord 26 b
Page 26: Dom ord 26 b
Page 27: Dom ord 26 b

que ayuden a la paz.

Hacer CLICK

Page 28: Dom ord 26 b

Hay un ejemplo muy hermoso en el Antiguo Testamento que ilustra esta parte del evangelio.

Nos lo cuenta la 1ª lectura.

Números 11, 25-29

Page 29: Dom ord 26 b

En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento." Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: "Señor mío, Moisés, prohíbeselo." Moisés le respondió: "¿Estás celoso de mí?"? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!"

Page 30: Dom ord 26 b

Moisés era el hombre manso y bondadoso, fraguado así su espíritu con la ayuda del Señor, ya que de joven no era así. Y profetizaba, en el sentido de proferir alabanzas a Dios.

Un día quiere que los 70 ancianos que le ayudan también profeticen. Y les llama a una reunión.

Page 31: Dom ord 26 b

Hay dos que no asisten a la reunión; pero el espíritu se posó sobre ellos, y donde se encuentraban, en su campamento, se pusieron a profetizar.

Page 32: Dom ord 26 b

Alguien viene corriendo, lo cuenta, y Josué, el ayudante de Moisés, que es joven impetuoso como el apóstol Juan, le dice a Moisés que se lo prohíba.

Page 33: Dom ord 26 b

Pero Moisés, que tiene un corazón grande y que no tiene envidia ni busca su propia gloria sino la gloria de Dios, le da esa grandiosa respuesta, que es ejemplo para nosotros:

Page 34: Dom ord 26 b

“Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!”.

Page 35: Dom ord 26 b

Hay personas que no vivían la fe, pero se han entregado a Cristo y profetizan (profieren alabanzas), de palabra o de hechos, mejor que muchos cristianos “viejos”. Bendito sea el Señor por ello.

Tenemos que aprender a ensanchar el corazón. A veces hay mucha envidia entre los mismos cristianos y entre los católicos.

Page 36: Dom ord 26 b

Y cuántos milagros se hacen en el nombre de Jesús, fuera de nuestro ámbito: milagros de generosidad, de altruismo, de sensibilidad hacia los demás, como lo hizo Jesucristo.

Tenemos que aplaudir las cosas buenas que se hacen, vengan de donde vengan.

Page 37: Dom ord 26 b

Ninguno de nosotros debe caer en la tentación de creernos poseedores exclusivos de Jesús y de su Evangelio o de tener el monopolio del cristianismo. Esto suele pasar con algunos principiantes de movimientos apostólicos, teniendo a los demás como cristianos de 2ª.

Page 38: Dom ord 26 b

Lo peor es cuando entra la envidia. A veces dentro de los mismos grupos apostólicos, uno se cree más importante porque lleva más tiempo o por otra razón y se cree mejor que otro escogido. En la religión no debieran valer las razones de lo material.

¡Ojalá que todos hablaran mejor que yo de la gloria del Señor! Dios sería más bendecido.

Page 39: Dom ord 26 b

Lo que decimos de religión lo podemos decir, por ejemplo, sobre la política. Si la política es un arte y un empeño por mejorar, por medio de un gobierno, un pueblo o una nación, se debe aplaudir y tener en cuenta las buenas ideas que pueda tener un partido opuesto.

Muchas veces el pertenecer a un grupo nos hace ciegos para poder ver la verdad y el bien en el

adversario.

Page 40: Dom ord 26 b

La doctrina y el ejemplo de Jesús nos llama a alegrarnos del bien de los demás y a pensar que el que no está contra nosotros puede ser sostén en nuestro caminar, como nosotros del suyo.

Page 41: Dom ord 26 b

Todos vamos en el mismo barco.

Automático

Page 42: Dom ord 26 b

Todos vamos en el mismo barco. Todos somos del mismo barro.

Page 43: Dom ord 26 b

Lo gozoso y lo triste del mundo llega a todos más tarde o temprano.

Page 44: Dom ord 26 b

Haz que todos nos sintamos uno:

Page 45: Dom ord 26 b

Todos vamos en el mismo barco.

Page 46: Dom ord 26 b

Todos vamos…

Page 47: Dom ord 26 b

…en el mismo barco.

Page 48: Dom ord 26 b

Hacer CLICK

Page 49: Dom ord 26 b

Hay muchas cosas buenas por las que podemos estar unidos en todos los grupos y religiones,

como es el dar un vaso de agua a quien lo necesite.

Page 50: Dom ord 26 b

Dice Jesús que Dios nos lo va a recompensar.

No dice Jesús que para darnos Dios esa recompensa tengamos que pertenecer a un grupo o religión determinada.

Page 51: Dom ord 26 b

Y ahora habla Jesús con palabras muy fuertes de algo muy malo: cuando uno influye para que otro

cometa una acción mala.

Page 52: Dom ord 26 b

Por eso…

Page 53: Dom ord 26 b
Page 54: Dom ord 26 b

Con esas frases radicales, Jesús nos quiere decir que para ser sus discípulos no debemos conformarnos con la

mediocridad, sino que debemos ser auténticos o radicales, que quiere decir que el pensamiento de Jesús

no influya sólo en algo exterior, sino que nos llegue hasta lo más hondo de nuestro ser.

Page 55: Dom ord 26 b

Alguno dirá: ¿Y qué puede haber tan importante o más que las manos, los pies o los ojos? Pueden ser las riquezas. Hoy el apóstol Santiago en la 2ª lectura pone en guardia a los ricos porque quien tiene riquezas es muy fácil apegarse a ellas y cometer injusticias grandes.

Santiago 5, 1-6

Page 56: Dom ord 26 b

Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y

esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el

tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando

contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos.

Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.

Page 57: Dom ord 26 b

No es que Dios condene a un rico por el hecho de ser rico, sino por las injusticias que suele haber por causa de las riquezas.

Y esto se aplica a los individuos, como a las naciones ricas con respecto a las pobres.

Page 58: Dom ord 26 b

Sobre todo con el problema de la emigración, muchos no tienen más remedio para subsistir que trabajar con un sueldo ridículo.

El apóstol se fija especialmente cuando se defrauda en el jornal a los obreros.

Page 59: Dom ord 26 b

Este problema se acentúa con respecto a los niños. Muchos, en vez de aprovechar su infancia para crecer en todos los sentidos humanos, son aprovechados o esclavizados. Y tienen que trabajar porque no tienen más remedio.

Page 60: Dom ord 26 b

Jesús, cuando recita las bienaventuranzas, no es que condene al rico como tal, sino al apego al dinero. Y precisamente por ese apego se dan todas esas injusticias en el mundo.

Recordamos al joven rico. Jesús le quería hacer apóstol, pero el apego a las riquezas le apartó del gran camino.

Page 61: Dom ord 26 b

Terminamos diciendo a éstos y a todos nosotros que “las cosas de la tierra son como el viento que pasa”, y que sólo hay una cosa importante: estar con el Señor y seguirle a Él.

Page 62: Dom ord 26 b

Todas las cosas de nuestra tierra

son como el viento que va veloz.

Automático

Page 63: Dom ord 26 b

Todo termina, nada perdura,

Page 64: Dom ord 26 b

Todo el dinero en nuestras manos dura un instante,

Page 65: Dom ord 26 b

vivir tan sólo las

apariencias dura un instante.

Page 66: Dom ord 26 b

La vida pasa y nuestro tiempo

Page 67: Dom ord 26 b

Por esto solo vivir contigo

Page 68: Dom ord 26 b

La vida pasa y nuestro

tiempo dura un instante,

Señor.

Page 69: Dom ord 26 b
Page 70: Dom ord 26 b

Que María nos enseñe a ser sencillos, como ella, buscando a Dios en todas las cosas.

AMÉN