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    LA CLASIFICACION DE LOS DELINCUENTESPor el D7 Consfancio BERNALDO DEQU IROS Profesor de la Facultad deDerecho

    Lo mismo que no hay dos personas iguales dacti loscpicamente t is-tas tainpoco hay dos delincuentes que sc repitan enteramente pues sison iriuchos los datos que m edian en el signo dactilar individual no sonmenos los que intervienen en la completa caracterizacin de un sujetosobre todo desde el piinto de vista moral. Pe ro no obstante si no hay d osdelincuentes iguales en cambio puede haber algu nos o muchos m uy seme -jantes relacionados po r una especie de parente sco susceptible de se r siste-matizado al modo de las clasificaciones y las genealogas animales modeloe ideal que conseguir en el conocimiento de toda suerte de variedadeshumanas.

    Ciertamente una clasificaci ii i es siempre un recurso art ificial parallegar al conocimiento integral de una realidad inagotable y proteimorfa.P e ro as y todo debidamente manejad a una clasificacin puede ser siem-pr e m s o menos til reduciendo la realidad suficientem ente para llegara comprenderla bien y procurndonos cierta especie de hilo de Ariadiia atravs del laberinto de la creacin en la vida.

    l principio Csa r Lom broso -puesto que l f u el creado r de laCriminologia- slo habla de cn'mindes y de crimindoides , esto es decriminales verdaderos y de criminales atenuados como si en realidadslo a estas dos grandes clases pudiera reducirse la historia natural deldelito.

    M s tarde mu y poco despus F er ri eleva a cinco las dos clasesoriginarias con su conocida clasificacin del mundo criminal en lasdistintas ~rariedadesde los criminales locos, mtos habituales, pasiondes

    http://www.derecho.unam.mx/http://www.juridicas.unam.mx/
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    190 C O N S T A N C ZO B E R N A L D O D E Q U I R O Sy o c a s i o d e s . Sin duda, es sta la ms vulgarizada de todas las clasi-ficaciones, la que mis ha penetrado a travs de las capas sociales per-meables a la cultura contempornea. Lombroso mismo la acept l cabo,aunque sin abandonar nunca, en definitiva, el recuerdo de la originalsuya. El trmino de delincuente nato parece ser creacin deE frenlogoespaol Cubi, veinte aos, sobre poco ms o menos, anterior a Lombroso;pero hoy parece abandonarse, con razn; pues si desde cierto puntode vista puede decirse que todos somos delincnentes natos, en cuantonadie hay inmune totalmaente al crimen, desde otros no es posible con-cebir un solo criminal nato, como una criatura humana condenada a sersiempre y en todo delincuente.

    Tras de Ferri llega Garofalo, que va a darnos una nueva clasifi-cacin de los delincuentes, derivada de su conocida frmula del delitonatural. Como ste es la ofensa a los sentimientos altruistas fundamen-tales de piedad y de probidad en la medida media en que los pose undeterminado grupo social, habr, consiguientemente, tres grandes clasesde delincuentes: una, delincuentes privados del sentimiento de piedad;otra, deLincuentes privados del sentimiento de probidad; y, por ltimo,una cllase tercera de delincuentes privados conjuntamente de piedad y deprobidad. Los delincuentes sexuales iban comprendidos, al principio, se-gn Garofalo, en la clase primera. Pero despus, con m ejor juicio, Ga-rofalo aadi para ellos una cuarta clase, la de los cinicos , aunquedescompusiera un tanto la simetra de su clasificacin en funcin conla frmula de que proceda.

    Despus de estas tres primeras clasificaciones (1876-1885), lleganotras y otras, innumerables; pero cada vez ms complicadas y obscuras,a travs de conceptos difciles, Asi, las clasificaciones endocrinolgicaslas del psicoanlisis. La clasificacin, o, mejor dicho, el sistema de lasseis clasifi~caciones imultneas de Exner, es et remate de todo.Volviendo un poco hacia el pasado, aunque ste no sea siempre me-jor, como nos ensearon a decir las imperecederas coplas de JorgeManrique, no seria posible reducir a una frmula nica las tres primerasclasificaciones de los grandes maestros creadores de la Criminologia?Yo creo que si y ahora voy a intentarlo.Podramos establecer en tres las divisiones primarias y fundamentalesde los delincuentes: psicpatas, criminales crimindoides.Los psicpatas son, literalmente, los enfermos mentales, o, por lomenos, los enfermos mentales afectos de hipofunciones, hiperfuncioneso disfunciones, permanentes o transitorias, que alcanzan al sentido de

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    L A C L A SI F IC A C IO N D E L O S D E L I N C U E N T E S 9responsabilidad personal de las propias acciones, fundado, como es sabido,en la capacidad de conocer l carcter ilcito del acto realizado y en lade orientar la conducta propia siguiendo la misma percepcin. Ms quea la propia Criminologia, incumbe a la Psiquiatra la descomposicin yenumeracin de esta clase, en que dominan la epilepsia y la esquizofrenia.

    Pasemos ahora a las clases de criminales y criminaloides, que son paranosotros las ms interesantes.

    E l rrimiriai zvrdadero no es distinto del criminal atenuado, criini-naloide slo por la gravedad de la infraccin o por la repeticin de susactos delictuosos. E s este un erro r frecuente en que yo mismo algunavez puedo haber incurrido, aunque ahora entone el mc culpa. Pu ed ehaber, y hay de hecho, verdaderos criminales que no pasan de las iormasleves de los deli tos, as como los hay que, con~etida na de estas formas(leve o grave), no vuelven a repetirla jams en una vida dilatada, aunquelo comn sea lo co nir af o. La caracterst ica diferencial entre criminalesy crimina loides se re fie re m s b ien a la esp onta neid ad de l hh echo cri-minal, o, por el contrario, al carcter provocado del mismo. ii el ver-dade ro criminal, el delito es un fenmeno que se presenta espontneam ente,determinado por causas endgenas, o interiores, y exgenas o exteriores.E n el criminaloide, es un fenmeno provocado. Aceptando la nomencla-tura de Mezger, se podra decir que el criminal es un delincuente decarrter y criminaloide un delincuente de situacin en quien el crimenno vuelve a repetirse su perada la situacin crtica que lo provocara. Y aantes de Mezger, el psicoanlisis haba sealado, incluso con las mismaspalabras, tan funda me ntal dist incin.

    Bosquejada ya la separacin efectiva entre criminales y criminaloides,tomemos en consideracin cada una de las dos clases.

    Hay criminales endgenos y exgenos segn liemos ya dicho.L a formacin endg ena del verda der o criniiiial es, si11 du da , la rns

    impresionante, sobre todo cuando se presenta en sus formas puras, excep-cionales. Imaginemos un sujeto criado como el prncipe Sidarta Gautama,el glorioso Buda, en su infancia, en su adolescencia, siempre, en unverdadero jardn de verdad, de bondad y de belleza, y que, de iinproviso,desconcierta y desespera a todos con la eclosin de un acto feroz o de-pravado eco de un atavismo remoto, de una desdichada blastodoxia enque se le engendr o de cualquier otra fuerza obscura y desdichada de laNaturaleza.

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    192 C O N S T A N C I O B E R N A L D O D E Q U I R O SRara siempre, muy rara esta variedad, no lo es tanto la clase de losmrdaderos criminales de formacin puramente exgena, por causas so-cial,es, ni tampoco la de los que en s u form acin obedecen a causas dobles,

    interiores y exteriores. Es en estas dos subclases en las que se expresan,de un modo tan caracterstico como repulsivo, los atributos, los rasgosadquiridos del criminal, tales como el apodo, la mascarilla alcohlica oestupefaciente, los estigmas de enfermedades vergonzantes, las cicatricestraumticas, el tatuaje y el habla jerga], cuajada de trminos blasfemos,obscenos o coprollicos.Hasta aqu, como se ve, venimos utilizando las clasificaciones y laterminologa de Lombroso y de Ferri. Ahora debemos recurrir a Ga-rofalo.E n todo caso,as en los verdaderos criminales como en los crimina-

    loides, y tanto en los criminales de formacin interior cual en los deformacin externa, suele producirse una verdadera sistematizacin dela conducta delictuosa, en un determinado estilo, compuesto, a la vez, deuna cierta manera de delinquir y de un motivo insistente en la delin-cuencia. Ciertamente, se presentan no raros casos de tipos indiferenws atoda dife rencia cin, a toda especializacin crim inal, politropos , segnel tecnicisn~o e Exne r, que alternan dos, tres o m s rdenes d e delitosdistintos y hasta lejanos. Pero lo general es lo contrario, o sea la espe-cializacin en un grupo homogneo de infracciones, en una verdaderadivisin del total trabajo delincuente.Como lo patolgico, o anormal, 11 es, las m i s de las veces, sinouna exageracin, una disminucin o tina cualquiera otra alteracin delo normal o fisiolgico, la Criminologa, repitiendo la Economa generalde la vida, nos muestra, frente a las tres grandes funciones orgnicas denutricin, de reproduccin y de relacin, tres gneros fundamentalesde debincuencia, a sa be r: delincuencia de codicio, de lascivia y de lucha.Las dos primeras, o sea la delincuencia de codicia y la de lascivia, com-

    ponen la delincuencia que debemos llamar priwraria, elemental irreduc-tible; en tanto que la delincuencia de lucha merecera el nombre desecundaria, porque se lucha siempre y por tanto, se delinque, cuandola lucha es desleal;, por el dinero, por l a m uje r, o, finalm ente, por elpoder, la dominacin, ms o menos amplia y elevada, que es un postrervalor en la vida.

    La delincuencia primaria, o elemental, nos ofrece las series de losladrones, los estafadores y los falsarios, entre las ms constantes y fre-cuentes de lks que determina la codicia.

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    A su vez, entre las de lascivia, las de los violadores, los estupradores,los raptores, los corruptores sexuales.

    Luego, la delincuencia de lucha nos muestra un desdoblamiento nue-vo: de un lado, la lucha por el pan 4 por el am or ; de ot ro , la luchapor el poder, que, al final , se nos aparece como una deli~icuenciapos-t rera, terciaria.

    E n la delincuencia secundaria, de lucha por el pan o por el amor,estn los asesinos, los homicidas, los lesionadores, los difamadores, losdaadores, sobre todo los daadores de cosas vivas, como son, princi-palmente, los que actan sobre el ganado.

    Asesinos y ho~nicidasson dos tipos a la vez anlogas e inversos,diferenciados en el sentido de que siendo los unos reflexivos, premedi-tados, fros, por tanto, y tos otros impulsivos, arrebatados, los primeros,recordando la clasificacin y nomenclatura de Ingenieros, cl criminalistaargentino, podran calificarse como distimicos , y los segundos comodisblicos , o sea, los asesinos como padeciendo una perturbacin enel orden moral, de los sentimientos, y los simplem ente homicidas comovctimas de una perturbacin en el mecanismo de la voluntad, de la ac-cin, que suprime o atena en ellos los frenos inhibitorios.

    E n cuan to a los difaniad ores, sus puesto, en e fecto, es ste, si11 queen manera alguna pueda aproximrseles a otros gneros. Criando enuna de sus frasns desgarradoras y de gran efecto, Shakespeare hace deciral Moro de Venecia, a Otelo, las conocidas palabra s: Quien me roba lafama no se enriquece y a mi me deja pobre , Shakespeare puede enga-arnos . El di famador no t rata nunca de robar, s ino de heri r , en unode los puntos ms vivos de la persona, que es la honra.

    Ladrones y asesinos parecen formar un par antagnico, contrario, lasms de las veces, as en lo fsico conlo en lo moral. Si el punto dehonra del ' ladrn suele ser el de no haberse manchado nunca las manosde sangre, el del asesino es el de n o haber robado nunca. Se d ira quecada uno de estos grupos es refractario al otro. Y del mismo modo, esmuy Ilamati\ro y ha sido muchas veces repetido, el contraste que ofrecela fisonoma f ri a y fi ja del asesi ~io , u m irada v idriosa, su impasibilidadquieta, con la movilidad de las facciones del ladrn y la agilidad de sumano.

    Cuando, por excepcin, el robo y el homicidio se mezclan, comodira un minieralogista, se cruzan, en la agresin criminal, tenemos elt ipo poli tropo que Garafalo l lam de los violentos , tales como los sal-teadores, los grassotori del autor italiano.

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    194 C O N S T A N C I O B E R N A L D O D E QUZROSL a delincuencia que hemos llamado terciaria , de lucha trascendental,y no elemental, como las anteriores, produce sobre todo, los tipos derebeldes y de opresores.Llegamos as a la tercera y ltima d e las gra ndes clases de delincuen-tes : la d e los criminaloides.Si el c r i m i d o i d e , a diferencia del criminal, como hemos visto, sereconoce en que su accin lejos de ser espontneo, es provocada, tendre-mos en la clase de los criminaloides tres subclases.E n primer lugar, la de los que por orden, por consejo o por cualquierotra insinuacin sostenida y eficaz de la voluntad ajena, se ven arrastra-dos al delito, tr s una resistencia moral o men or a la obra inductiva quetrata d e vencer e n ellos la repugnancia. E n honra a Escipin Sighele, po-dramos reservar para esta subclase el nombre de scubos, que l, resu-

    citndola de la antigua Demonologia, o ciencia de la posesin diab-lica, us para designar a aquella de las dos partes que en la pareja dedelincuentes planea y dirige el negocio criminal. Incluir entre los crimi-naloides a los scubos, es una consecuencia necesaria de la definicinde los mismos que establecimos. Es una novedad, sin duda, y, por lomismo, la originalidad nica del presente ensayo.Similar al caso del scubo, pero transportado desde la atmsfera dela simple pareja criminal, o sea desde el delito de dos, a la delincuenciade las muchedumbres, es el caso de los que, en delitos multitudinarios,obedecen a la accin sugestiva del caudillo, o cabecilla, de la muche-dumbre criminal, especie de incubo, ampliado a muchos dimetros, queexagera con su gesto y su palabra el estado de eretismo criminal de losque participaron en el acto, aadiendo a l su propia accin sugestio-nadora, que alcanza incluso al conductor n~ismo.Otras dos subclases de criminaloides, por todos reconocidas, san lasde los delincuentes pas2oltoles y la de lbs ocariomles. En la de los priine-ros es un estado emocional alto, poderoso, la causa provocadora del de lito:eh am or, el hono r, el ideal poltico. E n los seg undos, una ocasin excep-cional que procura, a la vez, la facilidad de delinquir y l garanta de laimpunidad.

    Qu eda , por ltimo, en la clase de los crimin loides, la subclase d e losdelincuentes culfiosos, en que se encuentran los imprudentes, los negli-gentes, los inhbiles: gentes todas daadas en el mecanismo de la aten-cin y de la asociacin de las ideas, especialmente las de causa a efecto.

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    Endgenos.Criminales. Exgenos.De formacin mixtoDELINCUENTES

    Sticubos .Pes iondrs .Crimimloides. Ocasionales

    Codicio: ladrones, estafadores, fal-sarios.Primaria. Lascivia: violadores, estupradores,DELINCUENCI r?.ptOrCS, COrn i p tO rCS

    Elemental: asesinos, homicidas, lecia-Secundaria o adores, difamadores, daadores.de lucha. Trascendental: rebeldes, opresores.

    E n este ligersimo croquis, representado en el cuadro precedente,slo restaran ya algunas palabras para establecer la proporcin rela-tiva en que se encuentran unas y otras clases.

    La cuota de los psicpatas es bastante desconocida, puesto que,produciendo como consecuencia jurdica la irresponsabilidad penal (aveces atemperada con la sumisin a una medida especial de seguridad,cual es l del internamiento en manicomio judicial), la estadstica cri-minal deja de recogerla.Tampoco es fcil de establecer la proporcin relativa de criinina-les y de criminaloides, distincin nada jurdica, que no trasciende a lascifras de la estadistica criminal ordinaria.

    Habra que recurrir mejor a las cifras de los penitenciaristas, inclusolos constructores de prisiones, los arquitectos, tales como Hopkins, Doll,White, etcbtera, en sus clculos para establecer el nmero de las celdasrespectivas, para cada conceptuacin.

    Sin embargo, habra que tener siempre en cuenta que la prisin,por una parte, no es la pena nica en nuestro sistema penal, aunque sila ms frecuente. por otro lado, no habra que olvidar nunca la fa-mosa paradoja penitenciaria, segn la cual, coiiio los mejores presos ariienudo suelen ser los peores delincuentes, dos tGrminos de criminales ycriminaloides no equivalen nunca, ni mucho menos, a los peligrososy no peligrosos, o de incorregibles y corregibles.

    Acaso lo nico que podra decirse con seguridad es que los ver-daderos criminaks son siempre menos que los criminaloides; y que entre

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    1 C O N S T N C I O B ER N L D O D E Q V I R O Slos primeros los m s ra ros d e todos son los de formacin puramente end-gena, as como entre los segundos lo son los delincuentes culposos.

    E n resolucin, los dist intos t ipos se colocan de ordinario en una fo r-ma piramidal, en que la base de la pirmide incluye las variedades msrepetidas (delincuentes de formacin mixta, criminaloides pasionales yocasionales) y el vrtic e lo form an las m s excepcionales (criminalesde formacin exgena y criminaloides culposos).

    De esta suerte, tendramos en esto una repercusin de aquella ley,l lamada de Tovo y Rotta, segn la cual los delitos son tanto ms gravescuanto su s cifra s estadsticas presentan una constancia una fi jeza ma-yores, dentro de una menor elevacin.Otro tanto sera, no con los delitos, sino asimismo con los delincuen-tes. Con todo, lo que a propsito de este tema habra que aadir, exce-

    dera, con mu,cho, de cuanto queda escrito.