imagofagia

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    Vivimos en un mundo de circunstancias audaces y torpes; las palabras llegan a golpear las puertas y se dedican a suicidarse en acantilados urbanos. Las tipogra-fas avanzan con personalidades mltiples, como un asesino serial difuminndose en mares de texto con prosa, poesa y pensamientos voltiles como el combustible. La imagen se convierte en una faena colectiva, un circo de animales catastrficos, impertinentes y revoltosos, que te golpean en cuanto diriges a ellos la mirada. En estos buceos hacia la materia visual hay muchas tragedias, sonrisas, recuerdos va-gos, mutilaciones, disecciones de almas y cuerpos en preparacin hacia un desfile de postmodernidad. Lo ms importante es saber morir degustando esa imagen que habla por s sola, el texto sin correa, que ladra y nos muerde con ansias de transgredir al pen-samiento del marchante, domarlo, invitarlo a que se ahogue, a que vuele, a que se vuelva piedra, y que sepa como recibir con gusto la estocada del torero. Imagofagia surge de la necesidad de crear un producto diferente, un ex-perimento de comunin entre letras, diseo y fotografa; un hbrido que rasga las paredes, que mimetiza los sentidos y que convierte el discurso en una enorme interrogante. Dada la gran premisa de interpretacin y la disyuntiva pretenciosa, las imgenes aqu mostradas han sido seleccionadas para adornar al poema y, viceversa, el poema est ah para adornar a la imagen. Encontrar el punto donde el texto deja de ser convencional y se transforma en imagen; donde los ros, los interletrados e interlineados se combinan para un mismo fin: el caligrama. Ima-gofagia se define como nuestro enorme gusto por devorar la imagen y sumer-girnos en la imaginacin que, por derecho, le ha sido otorgada a todos los seres humanos.

    CONSEJO EDITORIALEcatl Alam Lpez JimnezMario Montao RomeroOmar MurilloVctor Higuera RuzAmado Malvez

    EDITOR GENERAL:Ecatl Alam Lpez Jimnez

    Si deseas colaborar con la revista, puedes mandar tu material a:[email protected]@gmail.com

    La Paz, BCS, MxicoTodos los derechos reservados.

    experimentacin/fotografa/poesa/grfica

    Producciones

  • 3Ecatl Alam Lpez JimnezMario Montao RomeroOmar MurilloVctor Higuera RuzRubn Rivera CaldernAmado MalvezKatinka ZazuetaOlaf OrenEl Homero Francisco

  • 4VIIIUn sntoma de barcos con fiebre recorre el hemisferio de mis manos. Hay un insecto en migarganta. El atad de mi princesita navega en elri rodeado de ngeles apagados. Alguien encendila luz y dijo: la noche a comenzado.Despus bebimos mezcal y el diablo comenzA rondar la fiesta.

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  • 5Ilustracin y fotografa: Ecatl Lp3z

  • 6 Texto y fotografa: Ecatl Lp3z

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  • 7Katinka Zazueta

    Fotografa: Ecatl Lp3z

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    Aqu te espera,tu puta ms puta,la muerte.

  • 9Mario Montao

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    IVLas calles se van llenando de tristezaY gotea por entre las viejas plazuelasEl llanto de la ciudad.Una arrebatadora nostalgiaFlota en el aireSe esparce por entre las coladeras.Todos se despiden entre lgrimasEn medio de una procesin eterna.Y las calles estallan en llanto,Y las casas estallan en llanto,Los semforos estallan en llanto,Nos volvemos todos unos llorones Contagiados por la nostlgica ciudad.

    Arrebatado de una furia incontenible,El cielo manda lgrimas en enormes cantidadesSu llanto moja las viviendas hasta derretirlasPara as fundirse en un solo llanto.Fluyen y fluyen.

    Nos derramamos por entre los parquesY las cafeteras, Nos colamos por entre los cinesY las caeras;Ya la nostalgia es talQue las piedras revientanSe vuelven lquidas, nos entran por los poros.

    Ya hacia la tardeNos duelen los ojosPero no nos cansamos de llorarPor entre las avenidas,Somos una comunidad lacrimosaQue odia los pauelosPues no nos gusta mantenernos en seco.Los edificios nos caen encima, Nos aplastan con su llanto,Nos mojan con sus ansias de lloronesY tiritamos de fri de tanta humedad.Nos calan los huesosY ya en vez de sangre Nos corre agua por las venas.

    (Fragmento de Las ruinas de octubre)

    Mario Montao

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    (1) Dnde qued la flor que emanaba de tus labios

    al alba de la cosa de la cosa del pasado?

    Sera pueril, amigo mo,

    no empezar esta charla

    (5) sin hablar de quien fue Aranzani.

    Quizs la mejor manera de hacerlo

    es describirla como principio inmanente

    de Oriente y Occidente

    de rosa de los vientos,

    (10) de chispa que no se apaga,

    espejo de luna y fragmentos de sol rociados

    al vapor nihilista de la cotidianeidad.

    La duda no tiene existencia en ella, pero tampoco la certeza

    tal como aquel misterio inaccesible

    (15) cerrado con siete candados

    ocho incertidumbres

    y nueve curiosidades.

    No tena ms tatuaje que el polvo de las estrellas

    ni ms vanidad que la existente en los granos de la mar

    (20) es el creer en un estallido, un poema, una paradoja,

    en aquello que no se pierde aunque no pueda ser visto

    aunque la chingada realidad

    muchas veces se empee en ello.

    Cuntos instantes- entre efluvios de alcohlico recuerdo

    (25) y olvidos de marca annima y registrada-

    son trazados hacia el ser-siendo-sido?

    Cundo dejaremos de jugar a ser arquelogos del pasado

    y meramente lamentar el presente?

    (30) Pregntaselo a la pueril imagen de mi mismo

    que llora frente al espejo de su casa y su realidad

    -como quien ha perdido el ms anhelado dulce del vivir-

    a la edad de diecisis aos

    se preguntaba, como ahora, aunque con menos argumentos y aspavientos

    (35) sobre cuando, Aranzani, habra de volverte a ver.

    Ilustracin: Ecatl Lp3zFotografa: Katinka ZazuetaTexto: Homero Francisco

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    Fotografa: Katinka Zazueta

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    Ecatl Lpez J.

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    Ilustracin: Ecatl Lp3zFotografa: Katinka Zazueta

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    Amado Malvez

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    Madre de lobos,

    diario ntimo de brujas.

    Esta noche

    arrullars minaretes

    y nacern planetas

    en mi fantasa.

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    Yo soy yo, porque me gusta ser yo. Yo soy como soy, porque me gusta creer. Yo doy lo que doy, porque as pienso yo y estoy como estoy, porque no puedo

    volver.No pienso en el yo, como un ser superior, ms bien pienso, que soy igual que todos, no siento

    que yo, tienda a ser inferior, ms bien me imagino que soy como

    el cosmos. Pertenezco a un por qu, un

    quizs y un tal vez. Yo soy de la gente y a la vez al revs. Yo soy como t y t eres como yo, no busco ser alguien, slo busco

    ser yo!Porque me agrada ser nico, pero

    a veces ya no. Es irnico, pero no me comprenden, ahora en-

    tiendo a mi padre, cuando deca que yo, iba de grande a pensar

    diferente.

    Deja te explico quin diantres soy yo.

    No soy un nombre, una edad, un sexo, no soy mi estatura o cunto dinero tengo. Yo soy lo que ves, pero dentro de m, no soy espe-cial, pues tambin tengo un fin.Yo soy su amigo, slo lo quera aclarar, ustedes me conocen?,

    mucho gusto, soy OLAF.

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    Olaf Oren

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    La habitacin de los silenciosVuelve un oscuro silencio a presagiar la nostalgia,se puede sentir en el aleteo de mis prpados,en la pequea gotera del bao, suicida lgrima de una habitacin que llora,en esa bombilla apagada, cadver de ancestral constelacin.

    Vuelve el eco de tus labios a ser un canto apagado de sirenas,a retumbar all, donde el caracol de mi odo se vuelve plano,y todo queda en silencio, abstrado, derrumbado,a la espera de un pequeo rumor que ya no te recuerde.

    Hace tiempo que estoy desprendido del amor,quisiera abandonar mi cadver en una tumba de airey salir de esta habitacin que en su derrumbe fractur mi espalda.Pero nada en m queda, slo un laberntico silencio que me hunde en tu recuerdo,que me mantiene ajeno a los das que por mi ventana pasan.Todo se ha roto en el poema, nada queda, ni siquiera mis manos.

    Mario Montao

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    VIQue triste es caminarCuando uno enferma de amor El alma deleznable se marchitaTodo se convierte en hecatombe.

    Que triste es mirar octubreCuando el otoo nace de tu boca Paraso inefable de das fragmentadosRescoldo inusitado que hiela las arterias

    El deseo, rompe el cristal de mi pechoComo un vaso que cae lentamenteDe la mano moribunda.

    He perdido en la bitcora de tu cuerpoLa profunda calidez de tu miradaQue disfrazaba mis inviernos venideros(Fragmento de Las ruinas de octubre)

    Mario Montao

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    Yo soy la muerte dada, pero vengo disfrazada, soy delgada, muy delgada, soy oscura y demacrada. Pero blanca, piel escasa, sin alma y sin pestaas.

    Sin color mas que mi atuendo, un sombrero grande y negro, un vestido

    largo y viejo, con adornos, flor de muerto.

    Con argollas sin orejas, pero escucho, mucho y claro. El que crea en

    historietas de que un muerto no ha llorado, sin miedo a equivocarme ha vivido entre nefastos. Porque yo los he escuchado, hasta gimen, gritan,

    cantan, suplican, saltan, hablan y hay vivos con garganta, que simplemente

    callan.Pero qu s yo de humanos?, si los muertos son lo mo y si digo mexicanos, me caen bien esos

    jodidos. Hasta me celebran!, hay un da para mi!, quiz ya no me teman,

    aunque yo s bien que s.

    Disfrutan su ignominia, a su forma y a su modo, me dan de su poesa y me

    embarran con su lodo. Pero yo no soy culpable, yo aqu no

    soy la maligna, mi trabajo es visitarte cuando ya lleg tu da. T dime como gustes, soy muerte y soy la vida, me dicen muchos nombres y me agrada

    ms CATRINA.

    Texto: Olaf Oren

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    Para mi amigo mutante Ecatl Lpez

    La palabra es un virus que te muta,te convierte en el zombi de la desdicha metafrica.

    Prisionero de la fuga,lleva la sangre licuada por la araa,el corazn repartido en las avispas; sabe rumiar como la noche cuando se atora en las puertas de los bares; es una pesadilla de flor que duerme todo el day slo despierta unos segundos por la tardepara descubrir que el desierto an est all.

    El pasto mutante crece en la dentadura de las vacas.

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    Las personas de visin cortavan dejando el alma en sus anteojos: los mutantes son las fibras que limpian esas micas y cristales.

    El Fnix mutante, lleva al infierno de vuelta a sus cenizas.

    El mar mutante tiene fro, est slo,le tiene miedo al cazador de tiburones,prefiere aguantarse la respiracin para esconderse en el aguay no viajar a la ciudad: quien lo mate, tendr que aprender a bucear sin tanque.

    Para sobrellevar el desamor mutantees indispensable ver telenovelas y cortejar a las momias de Guanajuatoantes de que llegue el santo y las vuelva a matar a bofetadas.

    Los mutantes no mueren, se tropiezan:la gravedad se invento para romperles el hocico solamente a ellos:la muerte es para el resto del mundo, y el mundo mismo,aunque el globo mutante sea un globo muy delgado, lleno de aire, que diariamente se enfrenta a la pa del tatuado.

    Si ves a un elefante llorar, es un elefante mutante, olvidado por su circo.

    Rubn Rivera

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    Ilustracin y Fotografa: Omar Murillo

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    Ilustracin y Fotografa: Omar Murillo

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    KATINKA ZAZUETA

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    DE UN TAL JESS (2005)Jess era un tipo ordinario y bastardo,

    viva en un motel viejo y apestoso a decadenciaque se encontraba a las orillas de una carretera desrtica.

    En sus tiempos de ocio, consuma jachs y polvo de ngel triste,con el cual aliviaba sus penas y pesares;

    odiaba a su padre que lo abandon desde muy chico,en un drenaje profundo y maldito.

    Creci entre zorras gordas de culo hediondo,y violadores de carne, sangre y hueso poroso.

    As aprendi lo que era el gremio de la mentira,la cual escurre como mierda mal limpiada en todo el mundo.

    Entre sus andares, se avent malos viajes,a causa de excesos de droga barata,

    pero se los curaba con comida chatarra.

    En sus botellas de wiskey encontr algunas veces el inframundo,otras tantas, salpicaba sus sbanas con semen nocturno,

    espuma de muerte,suplicio vaco.

    Jess desde la ventana, vea las tardes teidas de gris,en el suelo; pasaba un perro viejo y con sarna.

    Jess tomaba su escopeta,y los sesos le reventaba.

    Su barba era larga y sucia,y su locura medraba,

    sus ojos cansados,su cara arrugada,

    a sus 33 aos, la vida se le esfumaba.

    Un da decidi salir y matar a algunoscon una escopeta de buen calibre.

    Dej ese motel desolado,tom su coche a la antigua,

    y comenz la eucarista.

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    Ilustracin, fotografa y texto: Ecatl Lp3z

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    Texto y fotografa: Katinka ZazuetaIlustracin: Ecatl Lpez

    GgiroscopioGirando en mis pensamientos, busco la manera de que me indiquen como llegar a mi norte verda-dero, dar vueltas sobre s mismo resulta algo cansado, el orden de ideas y el replanteamiento de ellas, generar un sinnmero de opciones y de ellas tomar siempre las peores, el navo pref iere ir en las tormentas y buscar las rutas que lleven mar adentro, a lugares inhspitos y poco conocidos, que disfrutar de los das soleados y de las tranquilidades de las bahas, del resguardo de las tierras que a ellas generan, con la posibilidad de un nico camino, la nica apertura y opcin para llegar a la calma, a la perfecta estada. Qu se puede esperar de un artilugio cuyo funcionamiento resulta bastante contrario a la intuicin, cuando no hace lo que uno esperara segn la experiencia cotidia-na en el mundo fsico. En ese comportamiento anmalo, que en algn momento sabr encontrar estabilidad.

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