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INTRODUCCIÓN Nuestra actual crisis de valores no es más que expresión desgarrada y dolorosa de una desorientación universal, que se muestra en la fractura de una nación que jamás ha logrado la conciliación étnica, social, económica y política. Al intentar expresar soluciones a la crisis de valores en el Perú, que aparenta haberse convertido en un anacronismo constante, y al intentar desarrollar una cruzada de valores para contribuir a la reconstrucción de la nación, nos preguntamos igualmente, cómo hacerlo y evitar al mismo tiempo que esta cruzada sufra el destino de tantas otras desarrolladas en el país, a las cuales todos consienten, de razón o de corazón, pero que jamás se ven traducidas en actitudes éticas y accione concretas. ¿Cómo convencer al Estado, a la empresa, al ciudadano, a los medios, a la política, de actuar y concebir el futuro en torno a unos principios éticos mínimos, que están tan ausentes de la vida nacional y que amenazan nuestra propia existencia como país, siendo la base de una crisis de valores realmente estructural, de base? Por supuesto, supone también lograr que esta cruzada, promueva reflexión objetiva, que debe traducirse finalmente en una actitud ética, definida, en una tarea incondicional asumida por todos estos actores, respecto del futuro del país. Este documento no será exhaustivo ni aburridamente prolijo, más bien trata de ser motivador en la esencia del asunto, en la prontitud de cambios ante una situación que aún rebasa a las mentes más preclaras del país actual. La ética y la filosofía no tienen ni deben estar separadas. Son parte de un mismo engranaje: la moral Es ahí donde la ética alcanza su mejor nivel…tal vez el único modo de alcanzar dicho nivel 1

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INTRODUCCINNuestra actual crisis de valores no es ms que expresin desgarrada y dolorosa de una desorientacin universal, que se muestra en la fractura de una nacin que jams ha logrado la conciliacin tnica, social, econmica y poltica.Al intentar expresar soluciones a la crisis de valores en el Per, que aparenta haberse convertido en un anacronismo constante, y al intentar desarrollar una cruzada de valores para contribuir a la reconstruccin de la nacin, nos preguntamos igualmente, cmo hacerlo y evitar al mismo tiempo que esta cruzada sufra el destino de tantas otras desarrolladas en el pas, a las cuales todos consienten, de razn o de corazn, pero que jams se ven traducidas en actitudes ticas y accione concretas.Cmo convencer al Estado, a la empresa, al ciudadano, a los medios, a la poltica, de actuar y concebir el futuro en torno a unos principios ticos mnimos, que estn tan ausentes de la vida nacional y que amenazan nuestra propia existencia como pas, siendo la base de una crisis de valores realmente estructural, de base?Por supuesto, supone tambin lograr que esta cruzada, promueva reflexin objetiva, que debe traducirse finalmente en una actitud tica, definida, en una tarea incondicional asumida por todos estos actores, respecto del futuro del pas.Este documento no ser exhaustivo ni aburridamente prolijo, ms bien trata de ser motivador en la esencia del asunto, en la prontitud de cambios ante una situacin que an rebasa a las mentes ms preclaras del pas actual.La tica y la filosofa no tienen ni deben estar separadas. Son parte de un mismo engranaje: la moralEs ah donde la tica alcanza su mejor niveltal vez el nico modo de alcanzar dicho nivelComo deca Osho: Har todo lo que mi conciencia sienta que es correcto, y no har nada que mi conciencia sienta que est equivocado.No hay para m otra gua que mi propio ser. Slo creer en mis propios ojos, no creer en los ojos de ningn otro, no soy ciego, y no soy un idiota, puedo ver, puedo pensar, puedo meditar puedo hallar por m mismo lo que es correcto y lo que est equivocado. Mi moral ser simplemente la sombra de mi conciencia.I- TICA Y POLTICA PERUANA

El hombre es un ser libre, con capacidad de autodeterminacin, es decir, capaz de obrar luego de una libre eleccin. Esta eleccin se lleva a cabo como resultado de un conocimiento que define el carcter de una conducta, ya que est vinculado con una conciencia moral que aprueba o desaprueba un determinado acto.Tanto la moral, como el derecho y los usos sociales, forman parte de un todo mayor: la tica. Hablar de tica es hablar del bien y del mal. Cada acto est obrando directa o indirectamente sobre una vida.La poltica es la ciencia social y prctica cuyo objeto es la bsqueda del bien comn de los integrantes de una comunidad. El bien comn no es slo la tarea del poder poltico sino tambin razn de ser de la autoridad poltica.Por lo tanto, es el bien comn el principio y fin tico de la poltica. Ser bueno todo aquello que beneficie, tienda, acreciente o promueva el bien comn. Ser malo todo aquello que tienda a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, etc.

El bienestar general se logra por medio de una autntica justicia social cuya finalidad es obtener una ms justa distribucin de la riqueza entre todos los grupos sociales. Hace falta la presencia de un estado capaz de generar este equilibrio. Un estado que no elimine la responsabilidad de las personas, de las comunidades y de las organizaciones intermedias. Un estado que no convierta en dependientes a los ciudadanos y en pupilas a las comunidades y organizaciones intermedias. Un estado que no les quite sus obligaciones. Esa orientacin de la intervencin estatal ha sido nefasta para la sociedad civil, la ha hecho dbil. Pero tampoco sirve un estado ausente, que deje la suerte de sus habitantes al juego de la oferta y demanda. Ni un estado indiferente a los problemas sociales.

La naturaleza de un estado o de la sociedad poltica, es la bsqueda del bien comn. El estado se desnaturaliza, es decir pierde su esencia, cuando se corrompe. Corromper, entre otras acepciones posibles, es alterar la forma de alguna cosa; as el estado corrupto ya no tiende al bien comn sino que se desvirta transformndose al provecho de unos pocos.

Los factores que conducen a la desnaturalizacin del estado, a su proceder ticamente negativo, inmoral, ilegtimo e ilegal son principalmente:

a) la corrupcinb) la tentacin del poder absoluto c) la prdida de un orden poltico.

Este tipo de corrupcin se da siempre que el dinero ocupa un lugar preferencial en la escala de valores de una sociedad. Y lo cierto es que as parecen estar hoy las cosas en la mayora de los pases. Lo comn es que un funcionario viole sus deberes de lealtad al pueblo por alguna condicin econmica, es decir, porque hay dinero de por medio. En trminos generales, la corrupcin poltica es el mal uso pblico (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegtima, generalmente secreta y privada.

El trmino opuesto a corrupcin poltica es transparencia. Por esta razn se puede hablar del nivel de corrupcin o transparencia de un Estado.

a) Todo poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente. Alguien que carece de una sensibilidad moral excepcional, y que no es sino una persona ordinaria, comn y corriente, puede sucumbir frente a la tentacin extraordinaria que surge de las inmensas posibilidades del poder, a menos que se la limite y se la controle.

b) Bajo cualquier sistema poltico existe un orden poltico natural al cual la accin poltica debe sujetarse en aras de la estabilidad y el bienestar de la nacin. El orden poltico es la nica posibilidad de trabajar por el bien comn. Su contraparte, el desorden poltico, implica el desquicio general de las funciones sociales, de modo que nadie trabaja en lo que le compete.

La cultura poltica que tenemos lleva a pensar que son los vivos los que ganan, y eso incluye maniobras, trampas o engaos con tal de alcanzar el poder. La tica parece lejana y casi incompatible con la poltica. Ms an ahora que en el pas asistimos al destape de niveles jams imaginados de corrupcin, lo que acrecienta la enorme desconfianza de la gente ante los polticos (y ante los otros en general). Todo esto trae una desmoralizacin de la sociedad, una falta de nimo y de esperanza. Sin embargo, se ha producido una reaccin de la gente al darse cuenta de cmo la han engaado y robado; y ha sido una indignacin tica tambin la que ha generado la protesta y movilizacin de muchos sectores de la poblacin ante la impunidad, la violacin de los derechos humanos, el autoritarismo y la destruccin de las instituciones. Es decir, existen muchas reservas morales en nuestra sociedad, no todo est corrompido, y hay un profundo reclamo de tica en la poltica como base de la confianza y credibilidad que sta debe recuperar. Se empieza a tener conciencia, incluso, de que una accin poltica con tica es posible. En el escenario poltico actual no son tan pocas las figuras que son testimonio de tica. Este es probablemente uno de los motivos del altsimo grado de aprobacin que, segn las encuestas, tiene el actual Gobierno de transicin, y que motiv la inmediata reaccin de la poblacin ante la pretensin de poner en duda su moralidad. Es necesario que los peruanos podamos procesar o elaborar todo lo que hemos vivido, comprender qu nos ha sucedido y por qu, para limpiar nuestro aire y poder ver la gran oportunidad que tenemos de reconstruir nuestro pas. Una parte de esa tarea es devolverle la tica a la poltica. Que la tica no puede ser una debilidad o un lastre, sino que, al contrario, tiene que darle una fuerza y legitimidad muy grandes a la actividad poltica, es una conviccin ligada al sentido de la vida. Pero supone, en primer lugar, un debate con diversas concepciones de la relacin entre tica y poltica y, en segundo lugar, el desarrollo de una tica propiamente poltica o cvica.1.Es posible la tica en poltica?Para algunos, la tica y la poltica son inconciliables, y hay que optar por la poltica o por la tica. Otros, en cambio, buscamos una relacin positiva entre tica y poltica, ya que, en realidad, el sentido pleno de ambas es coincidente. 1.1 El realismo polticoEl as llamado realismo poltico considera, para decirlo de manera muy simple, que si se quiere actuar en poltica hay que dejar de lado los principios morales. En su forma extrema, que se podra calificar de cnica, basada en Maquiavelo y Hobbes, se plantea que el poltico, para serlo plenamente, tiene que desprenderse de prejuicios morales. Esta concepcin subraya la autonoma de la poltica, es decir, que sta, como el arte o el deporte, por ejemplo, tiene una consistencia, es decir, fines y reglas propias que no se reducen a los de la moral. Pero lleva esta legtima autonoma al extremo, pues olvida que la poltica es accin humana con intencionalidad y fines, y por lo tanto tiene una dimensin tica. Su visin del ser humano est teida de un cierto pesimismo, pues lo considera fundamentalmente egosta, que slo busca su propio inters o est en guerra con los otros (el hombre es lobo para el hombre, deca Hobbes). No toma en cuenta las motivaciones altruistas que tambin existen en las personas. No teniendo nada que hacer en la esfera pblica, la tica es confinada a lo privado. En el Per hemos podido ver cmo se ha ido produciendo un deslizamiento, de la afirmacin neoliberal de que las decisiones econmicas son cuestiones tcnicas y no pueden tener en cuenta criterios morales, a la amoralidad de la prctica poltica, en los hechos, aunque an no tanto en la teora. Otra forma de realismo poltico es la que se puede calificar de trgica, pues subraya el desgarramiento del actor poltico que no deja de creer en la tica, pero tiene que ensuciarse las manos para ser plena y eficazmente poltico. Jean Paul Sartre, en Las manos sucias, expresa esta perspectiva. Su acierto es subrayar la tensin entre tica y poltica, inevitable, pero no exclusiva, puesto que en todas las actividades est presente esta tensin; pensemos, por ejemplo, en los negocios, en la sexualidad, en la profesin. La tica implica una lucha, un acto consciente y libre, renovado a lo largo de toda la vida. Pero no podemos suponer por eso que la poltica, la sexualidad o los negocios son inevitablemente sucios. La forma quizs ms extendida del realismo poltico es la oposicin que plantea Weber entre tica de la responsabilidad, que tiene que tener en cuenta las consecuencias previsibles de la accin, que sera la tica poltica, y una tica de la conviccin, como, por ejemplo, la tica del Sermn de la Montaa, que se gua por los principios y deja las consecuencias en manos de Dios. Weber tiene razn en plantear una tica de la responsabilidad que el poltico tiene que ser muy responsable, los peruanos lo hemos aprendido con la pedagoga ms feroz: la de la letra con sangre entra, pero se equivoca al oponerla a la tica de la conviccin. La tica es por definicin filosofa prctica: los principios no son vlidos en abstracto, sino en la realidad. La adhesin rgida a unos principios no es una actitud tica, sino ms bien dogmtica o fundamentalista. No hay recetas en moral. La tica supone juicio, discernimiento, prudencia, como deca Aristteles. No se puede dejar de tener en cuenta las consecuencias de la aplicacin de los principios, ya que eso sera imprudencia, lo que no es moral. El criterio tico de la accin poltica son, por lo tanto, las consecuencias, pero no como sinnimo de eficacia o xito a corto plazo, sino en relacin con la justicia. Pero Weber nos lleva a una pregunta clave: qu principios ticos deben orientar la accin poltica? Weber tena razn al pensar que el Sermn de la Montaa no era sin ms una gua en poltica; es buena gua en general para la vida de los cristianos, sean mdicos, policas o polticos, pero no en lo especfico de la tarea poltica especializada y profesional. La tica poltica debe ser, en todo caso, una tica aplicada, como la tica de otras actividades sociales especficas. 1.2 El moralismo Tiene una concepcin principista, dogmtica o fundamentalista de la moral. Puede tener una forma evasiva, que no ve la importancia de la poltica, la considera sucia e inmoral y la rechaza en nombre de la tica, refugindose finalmente en la vida privada. Supone una concepcin del ser humano como individuo aislado y no como persona en relacin con otros, como ser social, que por lo tanto no debe abdicar de la responsabilidad poltica. Adems, esta manera de pensar es funcional al orden social y poltico existente. Otra forma de moralismo es el integrismo moral, que desconoce la autonoma de la poltica, usa la moral como un instrumento poltico o busca imponer sus criterios morales a otros a travs del poder poltico. El problema es que confunde, para decirlo brevemente, la tica cvica o mnima con la tica de mximos, y por eso tiende a la intolerancia y a la imposicinLa tica cvica propone principios morales bsicos para la convivencia poltica en los cuales todos podemos ponernos de acuerdo a partir de criterios de justicia, sean cuales fueren nuestras creencias religiosas o nuestras ideologas polticas. Todos estamos obligados a respetar esta tica cvica. Adela Cortina la llama tambin tica mnima o de mnimos. Hoy en da forman parte de esta tica cvica o mnima los derechos humanos, el Estado de derecho y actitudes ticas fundamentales para la convivencia social, como veremos luego. En cambio, las ticas de mximos son propuestas de vida buena o de felicidad, asumidas por diversos grupos que existen en la sociedad, entre ellos, por ejemplo, las religiones. No se debe imponer a otros nuestra idea de lo que es la vida buena, menos an a travs del poder, sino que se debe respetar el pluralismo en la sociedad. Pero a su vez las ticas de mximos deben respetar la tica cvica o mnima. No se puede aceptar, por ejemplo, que se violen los derechos humanos en nombre de creencias religiosas o de ideologas polticas. El pluralismo tiene lmites, hay cosas intolerables.Por otra parte, las ticas de mximos no se reducen al mbito privado, sino que tambin se pueden y se deben proponer y discutir pblicamente. De ese debate van surgiendo los consensos bsicos que van constituyendo la tica cvica. 1.3 Relacin dialctica entre tica y polticaMuchos autores buscan una sntesis entre tica y poltica, sin negar que hay siempre una tensin entre ambas, como dice Aranguren, puesto que la poltica es un campo de accin que tiene una lgica propia que hay que entender; supone sentido de la realidad, de las posibilidades y oportunidades. Mientras que la tica se mueve en el plano del deber ser y del sentido. Pero nada de lo que tiene que ver con la realizacin humana puede considerarse al margen de la tica, ni sta puede ser concebida como una torre de marfil ajena a la realidad. La accin humana nunca es perfecta, lo que importa es iluminarla desde la tica. La tica poltica se constituye en esa tensin prctica, segn Victoria Camps. La tica como propuesta de vida buena o de sentido tiene dos funciones principales en relacin con la poltica (y a la vida). La primera es una funcin crtica, que desenmascara o denuncia lo que es inhumano o deshumanizante en la vida personal, en la sociedad y en la historia. Ciertas situaciones suscitan una indignacin tica. La segunda es una funcin utpica, que proyecta y propone un ideal de realizaciones humanas, utopa, esperanza, sentido, que impulsa a buscar una sociedad mejor, a experimentar y ensayar formas de vida nuevas. Estas funciones de la tica suponen criterios morales. Emanuel Kant desarroll dos que no han sido superados. El primero es la universalidad, es decir, que la norma que pensamos aplicar pueda valer para todos. Hay que preguntarse qu pasara si todos actuaran del modo propuesto. Este es un criterio formal de validez. El segundo criterio, el ms importante, es que las personas son fines en s, tienen dignidad (y no precio), merecen respeto. Toda persona debe ser tratada como un fin en s misma, y nunca slo como un medio. Este es el imperativo categrico o principio moral central. Tambin es el sentido de la historia, la utopa o ideal de sociedad, donde las personas sean tratadas como lo ms valioso. Estos criterios morales permiten un juicio tico sobre los sistemas sociales y sobre los proyectos polticos, los que slo pueden considerarse humanizadores si toman al ser humano como sujeto, como persona moral. 2. Hacia una tica polticaLos criterios fundamentales que hemos visto no bastan, sino que deben inspirar una tica poltica especfica, a travs de una reflexin ms concreta sobre los aspectos propios de la actividad poltica. En la tica contempornea se discuten muchos temas importantes que constituyen los contenidos de una posible tica poltica. 2.1 La tica poltica, cvica o mnimaEn esa relacin muchas veces tensa entre ticas de mximos y poltica, se han ido logrando algunos consensos que constituyen hoy la tica cvica, los principios mnimos que todos debemos respetar y que en muchos casos se estn institucionalizando, plasmando en leyes y convenios.Desde la indignacin moral ante el atropello de las personas, surge la lucha por los derechos humanos, que se estn institucionalizando cada vez ms, sobre todo los derechos civiles y polticos figuran en nuestra Constitucin; pero tambin ya hay pactos internacionales sobre los derechos econmicos y sociales, y crece la preocupacin por el medio ambiente y la paz.Desde el valor tico principal en la poltica, que es la justicia, se va construyendo un consenso sobre el llamado Estado de derecho, que consiste en el respeto a las leyes y al ordenamiento jurdico por parte del poder poltico, el respeto a las instituciones y a sus funciones propias, la separacin y autonoma de los poderes del Estado y la descentralizacin del poder, como efectiva garanta para la vigencia de los derechos humanos. Tambin hay consenso sobre la necesidad de cultivar en los ciudadanos y ciudadanas actitudes ticas que son imprescindibles para la vida en sociedad, como son la tolerancia, el dilogo, el cumplimiento de los acuerdos y deberes, la participacin, la honradez, la transparencia en el ejercicio de las diversas actividades sociales, etc. Estas actitudes tienen su fuente y motivacin en las ticas de mximos, que son asumidas como proyecto de vida por las personas. 2.2 El buen gobiernoLa poltica no es simplemente la lucha por el poder, sino que lo fundamental es su ejercicio, el buen gobierno. En la ciencia poltica se habla mucho hoy en da de la gobernabilidad. Pero tambin en la tica hay aportes interesantes. MacIntyre dice que cada actividad social tiende a alcanzar unos bienes internos que ninguna otra puede proporcionar a la sociedad, que la distinguen de otras y le dan sentido y legitimidad social. La valoracin de estos fines propios o bienes internos lleva a buscar realizar cada vez mejor esa actividad. La tica exige la mayor competencia, en el sentido de preparacin, responsabilidad o excelencia. El fin propio de la poltica es el buen gobierno, o como tambin se dice, el bien comn. Por eso el poltico debe estar bien preparado, tener buenos programas de gobierno, saber administrar los recursos pblicos que pertenecen a todos, saber dialogar y buscar consensos y dar cuenta de su gestin a la poblacin. Si la gente desconfa de los polticos es muchas veces porque ve que slo buscan su beneficio personal o el de su grupo, que no tienen propuestas serias o planes de gobierno, sino que improvisan, que no saben lograr consensos sino que imponen sus puntos de vista. 2.3 La corrupcinSegn MacIntyre, la corrupcin es cambiar la naturaleza de algo, privar a una cosa o actividad de su propia naturaleza, pervirtindola. Las actividades sociales, como la poltica, pueden corromperse porque con ellas, adems de conseguir los fines propios de cada una (por ejemplo, jugar ftbol, gobernar, ensear), se consiguen tambin bienes externos, comunes a la mayor parte de actividades, como son el dinero, el prestigio y el poder. Obtener estos bienes es lcito, siempre y cuando se respete el fin propio de cada actividad. Pero la corrupcin se produce cuando se las realiza exclusiva o principalmente por esos bienes externos, lo que lleva a que todas las actividades acaben no teniendo ms metas que el dinero, el prestigio o el poder. Entonces ya no se valora ni respeta la naturaleza propia de la actividad, ni se busca la calidad y la excelencia. La corrupcin desvirta la actividad poltica, que es la gestin de bienes pblicos en vistas al bien comn, utilizndolos para el provecho privado, sea de personas o de un grupo. La corrupcin en poltica tambin consiste en desvirtuar otras actividades o instituciones, al usarlas en beneficio de quienes detentan o buscan el poder, por ejemplo, la administracin de justicia, las polticas sociales como alimentacin y salud, la educacin, los medios de comunicacin, etc. Cuando se corrompen las actividades e instituciones pierden legitimidad y credibilidad. Tambin aumenta la desmoralizacin social, la desconfianza, el escepticismo. Es un crculo vicioso, pues a ms inmoralidad y corrupcin, mas resignacin, e incluso permisividad o complicidad con la corrupcin poltica, pues se dice frecuentemente roba, pero hace obras o todos lo hacen, menos los tontos. 2.4 tica de las organizacionesLas organizaciones e instituciones, por ejemplo, los partidos polticos, los movimientos cvicos, las organizaciones sociales son importantes para una sociedad realmente democrtica, pero se les puede exigir tica? Muchos piensan que no, que en todo caso los que las dirigen son los que deben tener tica. La responsabilidad se diluye en el grupo y al final nadie es responsable Adela Cortina afirma que s existe una tica de las organizaciones o instituciones, por ejemplo, de la empresa, de los poderes del Estado, de las organizaciones sociales y, por lo tanto, de los partidos polticos. En efecto, las organizaciones e instituciones son comunidades morales, porque renen a personas y en ellas se dan relaciones humanas. Son tambin agentes morales, ya que pueden decidir cmo actuar, es decir, considerar cursos de accin alternativos y elegir uno de ellos; por tanto, en estas decisiones deben tener en cuenta los criterios ticos. Las organizaciones polticas, en sus decisiones y acciones, deben respetar los criterios morales mnimos la tica cvica, como son los derechos humanos, el Estado de derecho, las actitudes ticas. Pero adems deben buscar desarrollar cada vez mejor la actividad poltica que les es propia, buscando el bien comn por encima de los intereses partidarios, preparando programas serios de gobierno y equipos competentes para llevarlos a cabo, etc.La crisis moral que sufrimos en el Per no se da slo en la poltica, sino en todos los campos de la sociedad. Esta tica de las organizaciones polticas, y tambin de las otras instituciones y organizaciones, sociales, culturales, econmicas, etc., es necesaria para reconstruir el tejido social, para devolverle el nimo a una sociedad desmoralizada.

2.5 El poderEl poder es la esencia de la poltica. No puede ser visto como algo malo o sucio, como frecuentemente se piensa. Sin poder no podramos llevar a cabo nuestras metas, el poder permite realizar cosas, conseguir logros, pero el poder no es un fin en s mismo, sino que su sentido tico es la bsqueda del bien comn. Eso es lo que le da legitimidad. Una concepcin corriente del poder es verlo como fuerza, como capacidad de imponer la propia voluntad, es decir, se confunde el poder con la coercin, con la violencia. Hannah Arendt dice que el poder es ms bien la capacidad de actuar concertadamente. Es una concepcin del poder muy diferente a la que tenan Weber, Maquiavelo, Hobbes, Sartre, Sendero Luminoso, Fujimori y Montesinos. En una concepcin democrtica el poder (cratos) viene del pueblo (demos). El poder as entendido es lo contrario de la violencia. La violencia produce miedo, impide actuar concertadamente, destruye o manipula las organizaciones sociales y polticas, convierte a las personas en tomos aislados e inmovilizados, y as destruye el poder. En eso son semejantes Sendero Luminoso y los gobiernos dictatoriales. En cambio, el poder (la poltica) como capacidad de ponerse de acuerdo para actuar, es lo que permite superar la violencia, como hemos experimentado en el Per. El poder se corrompe cuando se convierte en su contrario, es decir, en violencia. Por ejemplo, cuando no busca concertar sino imponer, cuando no respeta la ley, cuando atropella los derechos de las personas, cuando destruye las instituciones. Por eso el poder no debe ser absoluto, sino que tiene que tener lmites y contrapesos, como la divisin de poderes, la descentralizacin del poder, el respeto a la ley, la fiscalizacin. El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente, dice el dicho. Por eso la tarea de la tica en relacin a la poltica es ejercer permanentemente su funcin crtica y utpica respecto del poder y de su ejercicio.El problema es que muchas veces se confunde el poder con la violencia. La poblacin est acostumbrada al autoritarismo, a la imposicin; lo considera ms eficaz o, en todo caso, inevitable. Parece natural ejercer el poder con prepotencia. Y esto no slo se da en el gobierno y autoridades, sino en todos los niveles de la sociedad; cualquiera que tiene un mnimo de poder ya cree que puede tratar mal a los dems. Ante problemas sociales agudos, muchos piensan: necesitamos mano dura, un Pinochet. Los padres son autoritarios con los hijos, los maestros con los alumnos, los vigilantes con el pblico. Es una cultura autoritaria que entiende el poder como violencia, es decir, que corrompe el poder. Por eso, una tarea importante es construir el poder mediante instituciones slidas, Estado de derecho, canales de participacin, organizaciones diversas de la poblacin, discusin pblica de los problemas, bsqueda de consensos, fortalecimiento de la conciencia ciudadana y de la cultura democrtica. Este camino puede parecer menos eficaz en lo inmediato, pero a la larga este poder demuestra ser ms slido, mientras que las dictaduras acaban derrumbndose finalmente cuando la poblacin las rechaza. 2.6 Los fines y los mediosAlgunos han proclamado que el fin justifica los medios, como deca Maquiavelo. Sin llegar a tanto, Weber deca que por una causa justa se puede recurrir a medios no tan conformes a los principios morales. Para frenar el mal, por ejemplo, en la lucha contra el terrorismo, algunos consideraban que no haba ms remedio que recurrir a la tortura de los detenidos, o a las ejecuciones extrajudiciales; pero tambin en nuestra experiencia cotidiana ocurre a veces que por una buena causa se hacen trampitas, se engaa, se manipula a la gente. En cambio, ahora muchos autores plantean que son ms bien los medios los que justifican el fin. Pues los fines son abstractos e imprecisos, y se van aclarando (u oscureciendo) al tratar de realizarlos, porque en realidad les vamos dando contenido a travs de los medios que empleamos. Los medios son la prefiguracin del fin que se busca. Por eso debe haber coherencia entre los fines que se dice buscar y los medios que se emplean. Se podra decir dime qu medios usas y te dir qu fin buscas. No es lo mismo el poder obtenido a costa de la manipulacin y el clientelismo que respetando la dignidad de las personas. Los fines aparecen siempre lejos, en el horizonte. En realidad vivimos en los medios, porque la prctica cotidiana est siempre en el camino hacia esos fines. Por eso lo que cuenta ticamente no es slo hacia dnde vamos, sino cmo vamos. El cmo y el cada da de la accin poltica y social pasan a primer plano. No importan slo los resultados, sino sobre todo el procedimiento. Esto exige reflexionar y decidir, discernir, es decir, tener criterios ticos. No es que la tica se ocupa de los fines y la poltica de los medios, sino que ambos no pueden separarse. Ese es el desafo de una tica poltica que no se quede en principios abstractos, sino que de criterios cercanos a la prctica y nos acompae en la accin cotidiana, en el camino, en la decisin sobre qu medios emplear.

Por lo tanto una conducta ser ticamente positiva siempre que el hombre encamine su vida conforme a las costumbres sociales y normas jurdicas vigentes, y cuyos principios morales, que por naturaleza indican qu es lo bueno, no queden slo en el campo de la abstraccin o el conocimiento, sino que los concrete mediante su observancia y las lleve a la prctica. La virtud es la disposicin constante a conducirse de acuerdo al bien y a evitar rigurosamente el mal.

Las virtudes que hacen tica a una conducta, y que son adems indispensables en un estado democrtico, son las siguientes:

Austeridad: consiste en llevar una vida modesta y de probada honradez. Veracidad: virtud que nos conduce siempre a manifestar lo que creemos o pensamos. Lealtad: nos obliga a ser fieles y rigurosos en el cumplimiento de los compromisos y obligaciones, en la correspondencia de afectos, etc. Tolerancia: respeto y consideracin de las opiniones ajenas. No es aprobar el error, sino simplemente, la capacidad de convivir con lo diferente. Espritu de Trabajo: Inclinacin a realizar con entusiasmo y eficacia las labores que se emprenden. Perseverancia: firmeza en los propsitos o en la prosecucin de algo que se ha comenzado. Caridad o Fraternidad: consiste en considerar a nuestros semejantes como hermanos. Es el amor al otro que se manifiesta mediante acciones de beneficencia y benevolencia. Patriotismo: vnculo espiritual que nos une a la patria incondicionalmente. Se manifiesta sirviendo con amor y abnegacin, alentando los ideales de la nacin, reverenciando sus glorias, amando su tradicin y respetando sus smbolos. Abnegacin: es un sentimiento que nos mueve a dejar de lado nuestros propios afectos o intereses en servicio de la patria, para el bien de la comunidad en general, para el bien del otro.

II. TICA SOCIAL PERUANA

Fuentes para definir la crisis de valores en el Per

Es importante definir las fuentes objetivas y subjetivas a partir de las cuales vamos a nutrir la cruzada por los valores y los principios ticos que queremos propugnar para contribuir en motivar una transformacin de la sociedad peruana.

Primera consideracin, que la crisis de valores se expresa en la vida cotidiana de la gente y por lo tanto, es fcilmente apreciable, medible y entendible: la crisis de valores de vive a todo nivel, por lo que todos, TODOS, son llamados a reflexionar y actuar para modificar este estado de cosas. EL robo, la coima, la discriminacin, el chantaje, el asesinato, la corrupcin, el abuso de autoridad, la violencia sexual, se han convertido en praxis nacional, se ejerce por encima de toda ley y la justicia no existe para la gran mayora. Nadie est libre del impacto de estos antivalores, de la carencia de principios ticos; pero al mismo tiempo, ningn estrato social, econmico, poltico o cultural, est libre de ser un generador de estos antivalores.

Somos vctimas de nosotros mismos en todos los casos posibles y asibles en los que podamos percibir o sufrir estos antivalores.

En este estado de cosas, la percepcin del bien y el mal, pierde su forma y diferenciacin, perdiendo cada vez ms sentido para ms personas, de todo tipo, edad, condicin, raza o gnero; se instala en cambio, una percepcin clara (usada o rechazada pero en todos los casos, entendida) que se instituye la conveniencia, el provecho propio o institucional, de grupo o de clase; adems, todos percibimos formas latentes o potenciales, como manifiestas y reales, de diferentes tipos de violencia, con diferentes intensidades y formas.

Segunda consideracin, adems de contar con esta rica y frondosa realidad cotidiana para demostrarnos a todos que la crisis de valores es real y que se manifiesta y es omnipresente en la sociedad, por lo tanto, comunicar una cruzada de valores debe sustentarse claramente en esta misma realidad cotidiana para plantear su anttesis, tenemos de otro lado las denominadas fuentes del conocimiento formal, concretamente, los datos de investigacin que en Per se han realizado desde la Psicologa, Educacin, Historia, Trabajo Social, Comunicacin, todas las cuales, debidamente sistematizadas y generadas a partir de la participacin interdisciplinaria, arrojan luces sobre distintas manifestaciones de esta crisis de valores, sobre la conexin entre esta crisis de valores y la violencia estructural, o sobre la conexin entre la violencia poltica, social, familiar, etc.Tercera consideracin, esto finalmente, define el meollo mismo, de la exclusin, como prctica o resultado del desinters en el otro, de la segregacin, de la indiferencia; en ese sentido, se puede afirmar que a mayor y ms profunda la crisis de valores, ms excluyente ser el modelo en que se desarrolla la sociedad. Aqu, se inicia un importante proceso de comprobacin de una hiptesis de trabajo: a mayor crisis de valores, mayor exclusin. Por otro lado, tomar estos referentes de conocimiento, nos llevarn a la conclusin que el fenmeno de la crisis de valores, no es reciente, sino que pertenece en verdad a la estructura de nuestra Nacin, de nuestros orgenes, pero que est alcanzando puntos lgidos, de clmax, en estos tiempos. Pero esta crisis estructural, silenciosa, ha alcanzado lmites intolerables que impiden la vida en sociedad, carente de principios y por ende, de reglas aceptadas en comn, con lo cual se desintegra el estado de bienestar, la justicia social, y la posibilidad del desarrollo social, aun cuando haya evidencia de crecimiento econmico.

El crecimiento econmico que se implanta en una sociedad carente de principios ticos que rigen su vida social, sin valores ticos, es una sociedad que acumula riqueza sin sentido tico (vale decir sin redistribucin, sin inclusin, sin norte comn, sin tica de desarrollo).

Tanto los hechos como las comprobaciones cientficas de la crisis de valores, llevan a una primera y ms importante exigencia de comprobacin: por qu ocurre todo esto en la sociedad peruana. Sin nimo de fundamentalismos, es imposible plantearse una cruzada cvica de valores, sin arribar a algunas consecuencias de por qu se est dando. En todo caso, llegar a una mnima comprensin de las causas, puede ser mucho ms til que comenzar una cruzada de valores, que se manifiesta sobre la creencia de sus promotores, asumiendo un rol explicativo a priori de esta crisis. Casi como queriendo expresar una cruzada de valores, pero sin entender, qu antivalores son los que estn predominando y por qu.

Cmo tratar la enunciacin pblica de la cruzada de valoresA partir de las explicaciones previas, podemos establecer que es imposible comunicar y promover valores, sin que se referencien claramente con los antivalores y las prcticas no ticas que las definen. Primero, porque resultar ms fcil entender una buena prctica o un valor, a partir de mirar, apreciar y criticar, una mala prctica o un antivalor. Segundo, porque a partir del reconocimiento que los antivalores, las malas prcticas y las conductas no ticas priman en la sociedad, se puede usar el principio de ladesviacin positivapara resaltar aquellas experiencias, conductas, formas, acciones, manifestaciones ticas y con valores, que ayudarn a comunicar claramente, tomando estas experiencias de ambas fuentes mencionadas: la realidad cotidiana y la realidad estudiada y sistematizada por la ciencia social. En ese sentido, tomar ejemplos concretos guas tales como:

1.- La prdida. del sentido del valor de la vida humana2.- La prdida del sentido del valor de una vida humana digna3.- La prdida del sentido del respeto de los derechos del otro y de las obligaciones de uno+4.- La prdida del sentido de la misericordia, la solidaridad, la clemencia, la libertad, etc. A partir de estos hechos sociales concretos, podemos construir por desviacin positiva (es bsicamente lo que intentan todos los premios y reconocimientos pblicos de valores) qu es lo que queremos construir como sociedad tica, como sociedad de valores.Sobre el origen de estas crisis de valores, pueden tomarse en cuenta ciertos aspectos claves, como por ejemplo que siempre sentimos con ms fuerza una crisis de los valores de la sociedad, cuando aparece un nuevo orden de cosas que intenta sustituir al viejo orden; este proceso, ciertamente, ha sido vertiginoso en los ltimos cincuenta aos en nuestro pas, respondiendo a esferas de cambio planetario: el mundo ha cambiado en medio siglo, ms que todos los cambios que podamos sistematizar en los cuatrocientos cincuenta aos precedentes; de otro lado, en Per especficamente, se ha venido produciendo una crisis de valores desde que se ha dado el choque entre las culturas occidental y andina, cierto que hay muchsimo escrito sobre ello, pero no es ajeno a todos nosotros, que gran parte de la violencia estructural de los ltimos treinta aos, se ha producido en Per a partir de este choque cultural, econmico, social y poltico, a partir de la sociedad andina contra la cosmopolita y central de la costa, especialmente de Lima.

Tanto esta crisis de la modernidad del mundo occidental como el impacto de esta crisis en el mundo andino, ha llevado a la sociedad peruana a un nihilismo soportado en antivalores muy concretos, centrados en el deseo de poder y del dinero a toda costa, que adems fructifican en medio de una fractura histrica y social de la Nacin, como herencia de la conquista y la colonia, que se manifiesta de muchas maneras: agnosticismo, informalidad, ambicin, anomia, etc. Si a esto sumamos que aspectos como la libertad, democracia, derechos, son conceptos que tienen sentido para muy pocos privilegiados en el pas, encontramos entonces el germen nuevamente, de una exclusin estructural y de un proceso de inclusin que por negacin, se asume como una auto-inclusin salvaje, a la fuerza, arribista, arrolladora, desintegradora; que no se sustenta en nada ms que, el deseo primario de no ser de los de abajo, a cualquier precio.

EL VALOR DEL CAMBIO

Es a partir de este anlisis que diseo esta propuesta comunicativa, denominada el VALOR DEL CAMBIO, jugando desde este lema con varias interpretaciones para su aplicacin:

EL valor del cambio: los seres humanos, las familias, desarrollamos toda una cultura social en torno a un valor o un conjunto de valores, que terminan siendo un distintivo, una marca de valor en nuestras vidas, la campaa buscar descubrir cul es ese valor que cada familia, cada individuo, lleva como un estandarte en su vida.

El valor del cambio: cambiar, transformar, requiere de fortalezas, de coraje, de ganas de llevar adelante la vida por nuevos senderos. Cambiar requiere tener valor, pasar de una cultura de violencia y conflicto a una cultura de paz, a una cultura de tolerancia, requiere acciones decididas, colectivas, requiere una mirada profunda hacia el futuro. La campaa y sus estrategias buscan promover que las personas asuman con valor, su propia transformacin.El valor del cambio: Cul es tu valor del cambio? Qu es lo que moviliza tu fibra tica? No se pretende esencialmente convencer mediante mensajes pre-fabricados a las personas de qu valor es el que el Estado quiere inculcar (visin paternal) sino impulsar que cada uno descubra y comparta con el otro, ese valor que se constituye en el motor de su vida, en el entendido que todos tenemos los valores fundamentales para provocar el cambio, pero que adems, es cierto, existen personas que no slo no tienen esos valores, sino que tienen instalados en su gentica social, una serie de anti-valores. Y esto lleva a una confrontacin primigenia entre el bien y el mal, sea desde el ngulo que se enfoque cada una de estas categoras.

Finalmente, el valor y el anti-valor, se materializan en la propuesta a partir de articular escenas de la vida real, personas reales, desde el concepto de categoras de realidad, de las cuales se recuperarn los casos, los ejemplos, los hroes cotidianos que, poniendo en su marcha su valor del cambio, hacen frente, con tica, a su propia vida, enfrentando a otros que, con sus anti-valores, pretenden imponerse en el mundo de la vida. Es aqu donde se aplica el principio de la desviacin positiva, para alumbrar a los hroes cotidianos, hombres y mujeres que empuan el valor del cambio, a pesar de los que tratan de hacerlo desde los anti-valores.

III. TICA Y CULTURA PERUANA

Podemos ver a la cultura como un universo de mltiples mundos, y, a estos, como mundos de significados. No son mundos etreos sino sumamente concretos, porque los significados son capaces de configurar realidades visibles. Pero cultura tambin puede decirse a la disposicin del ser humano a develar sentidos, a penetrar con la inteligencia en la naturaleza de las cosas, a crear libremente algo nuevo en esos mundos. Esa disposicin para la creacin libre de s y del entorno es un atributo humano universal.

Un elemento constitutivo de la cultura, en ese segundo sentido, es la moral.Cuando la cultura se mira desde una perspectiva moral, sobresale siempre la pregunta por los valores que cultiva una determinada colectividad, y en algunos casos, se pregunta si realmente se respetan en ella esos valores o no. Estas propiamente hablando, son preguntas ticas. Hay sociedades

Ahora bien; hay sociedades que, en un determinado momento de su historia, se perciben a s mismas inmersas en una grave crisis de valores. Cuando esto ocurre, las personas se plantean preguntas ticas. Respecto a los vnculos de las personas con la cultura, existe todava mucha confusin. Sistemticamente, cuando se detecta un grado alarmante de oscuridad en estos temas, se suele volcar la atencin sobre dos conceptos, que se invocan casi como si fueran conjuros mgicos: IDENTIDAD y PATRIMONIO CULTURAL.El giro patrimonio cultural de la nacin suele aparecer en proyectos legislativos de proteccin estatal de ciertos bienes calificados por alguna autoridad pblica como bienes al legado histrico del pas e incluye, desde luego, la cultura viva arrollada dentro de su territorio. Por su parte el concepto de identidad cultural parece estar respaldado en dos supuestos: Primero, que en las personas existe un sentimiento de pertenencia respecto de los bienes culturales producidos en su colectividad. Y en segundo lugar, que ese sentimiento debera expandirse a todo el caudal cultural de la nacin.Pues bien; para llegar a las cuestiones de fondo, empecemos con los giros ms comunes el lenguaje. Todos nos damos cuenta de que cuando hablamos, por ejemplo de nuestras culturas tradicionales no usamos la palabra cultura en el mismo sentido que cuando nos quejamos de nuestra falta de cultura .Esos usos muestran que con la misma palabra mentamos, en realidad, cosas distintas. De un lado est el patrimonio cultural o cultura objetiva. Del otro, la cara subjetiva de la cultura, que es la capacidad de identificacin de las personas con cosas que no les reportan un beneficio personal inmediato. Este es el terreno de los valores, ya sean morales o no. De hecho, todo ser humano valora lo que de algn modo lo beneficia. Nadie tiene que empujarnos a ello; pero slo empezamos a actuar de manera moral cuando sobrepasamos el nivel primario del inters, es decir, cuando aparecen en nuestro horizonte valores a travs de los cuales nos interesamos en las dems personas. Esa cultura valorativa es muy escasa entre los peruanos.Carecer de cultura no se trata slo del poco cario a lo propio, del que lamentablemente hay demasiada evidencia. Tampoco es la simple falta de aprecio por lo que no es de utilidad inmediata. El mal es mucho ms hondo. Es una incapacidad muy seria, que tiene todos los visos de ser una tara. La culpa y la vergenza son los sentimientos que deberan embargarnos al tratar este tema. Sobre todo el sentimiento que con tanto afn queremos erradicar de nuestras vidas privadas y de la pblica, debera hacerse presente en cada peruano que, habiendo percibido ese lastre general que lo frena todo, no haya hecho nada por remediarlo. Y si se alega que nunca se dispuso de los medios o, peor an, que nunca se percibi el problema, entonces lo que habra que sentir es vergenza.Permtasenos una variacin ms. El problema no es la indiferencia o la desidia frente al patrimonio cultural y natural del pas, sino aquello que las produce; aquello que, por defecto, da lugar al desapego. La dimensin de la cultura se expresa de manera definitiva en la vida de una persona cuando sta es capaz de valorar lo ajeno y cuidarlo como si fuera propio. En eso, obviamente, no ha sido educada la mayora de peruanos. Lo que es menos obvio es la gravedad del dao producido por esa falta de educacin.Los peores defectos de los peruanos no slo han adoptado nombres, como por ejemplo, la criollada, sino que se han consolidado, desde hace mucho tiempo, como anti-valores. No pretendemos describir aqu lo que todos conocen. Pero si quisiramos decir que esa forma de vida est radicalmente enemistada con la verdad. No estamos hablando, por cierto, de la verdad de la ciencia ni de la verdad de alguna doctrina (poltica o religiosa). La verdad de la que estamos hablando es una forma de vida. Es aquella manera de vivir que se rige por el principio de la veracidad y por la transparencia. De modo que, si decimos que la viveza criolla es la forma de vida preferida de los peruanos, lo que estamos reconociendo es que la mayora se rige por el autoengao y la mentira. Pero vivir enemistado con la verdad no consiste solo en la habilidad de engaar a otros, sino es algo mucho ms peligroso.

El mentiroso habitual ha desarrollado la capacidad de aceptar sus propias mentiras como si fueran verdades. En eso radica su fuerza persuasiva y slo con esa condicin puede pretender engaar a los dems con xito.

Todo esto es lo contrario a la moralidad, por lo tanto contrario a la tica.

IV. TICA ECONMICA PERUANAAl observar la renuencia de muchos practicantes de la actividad empresarial para emplear la palabra tica o tan siquiera para estar dispuestos a discutir sobre tica, en este ensayo se hace un esfuerzo por definir lo que debera ser la tica econmica y empresarial. Se sugiere el nfasis sobre una nueva prctica, un enfoque que reconoce la prioridad de la practica sobre la teora. Se debe buscar el mejoramiento de la calidad tica al tomar decisiones y al emprender acciones. Debe distinguirse tres niveles: el nivel micro o del individuo, el meso o nivel de las firmas y organizaciones, y el nivel macro de las economas nacionales y transnacionales. Tambin deben considerarse tres grupos de valores: personales, colectivos y generales. Siempre debe tenerse en mente las inter-relaciones entre estos niveles y valores.Se precisa de un modelo de cooperacin entre la economa y la tica que pueda superar los problemas del idealismo o de reducir la tica a un aparato instrumental. Un enfoque basado en la toma de decisiones ofrece la mayor de las promesas. Al mismo tiempo, debe enfrentarse el problema del pluralismo, problema que slo podr ser resuelto encontrando un consenso superpuesto. La tica econmica va de la mano con la dificultad de dar una respuesta clara y comprehensiva. Es sumamente confuso, colorido y variado lo que hoy se escucha en nombre de la tica econmica y empresarial. Abundan las expectativas mltiples, e incluso contradictorias en este campo. Si bien soy muy consciente de estos problemas tratare, sin embargo, de dar algunas respuestas provisionales y, con suerte, aclaratorias a nuestra pregunta simple. Ellas tienen el color personal, influenciado por mi experiencia europeo-occidental, e inspiradas por mi esperanza de que los esfuerzos en el campo de la tica econmica contribuyan a hacer frente a los grandes retos de nuestro tiempo de manera ms inteligente y efectiva. Desde una perspectiva descriptiva y analtica, podramos preguntar qu es, en realidad, la tica econmica y empresarial aqu, en este pas o en otros pases del mundo. TICA EN LOS NEGOCIOSLa tica define a una gran parte de nuestra personalidad, es la que determina nuestra conducta, principios y valores morales. Sin embargo, esta palabra es sumamente compleja, ya que lo que puede ser "bueno o malo" para una persona, lo es de forma diferente para otra. Fuimos educados y formados de manera distinta, crecimos en un entorno y en un ambiente familiar diferente, desde pequeos captamos las normas de acuerdo a la manera en que nos las dictaron.

Sin embargo, de qu manera podemos relacionar la tica con los negocios? Diariamente salimos a la calle y nos enfrentamos con un mundo distinto al nuestro. Consideramos que hacemos nuestro trabajo bien, que somos leales con los dems y que en nuestro ambiente laboral "nunca" hemos sido objeto de algn escndalo (fraude, manipulacin, espionaje, conspiracin, malversacin de fondos).

El problema est cuando nos topamos con aliados, clientes o compaeros de trabajo que difieren de nuestro comportamiento tico. En este caso, nos dejamos llevar por la actitud maliciosa o decidimos conservar nuestra postura?

TICA Y NEGOCIOS

Como bien lo dijo el Rey Salomn, "debemos darnos cuenta de que la moral es el principio rector individual ms importante detrs de todo lo que hacemos o decimos", incluyendo nuestro trabajo. Somos ticos no slo en nuestra faceta personal, gremial y estudiantil, sino tambin en nuestra dimensin profesional. Actualmente muchas de las grandes organizaciones poseen un cdigo de tica.

Ray Cotton seala que existen compaas que trabajan duro para comunicarle a sus empleados "valores bblicos", como por ejemplo: honrar a Dios en todo lo que hacemos, ayudar a que las personas se desarrollen, seguir la excelencia y crecer con ganancias. As como los periodistas deben ser ticos a la hora de informar, evitando poner en boca de algn vocero algo que no haya dicho o aislndose de la objetividad; el empresario, gerente y empleado tambin deben demostrar un compromiso no slo con ellos mismos, sino tambin con sus compaeros y con la propia empresa.

Entre algunas recomendaciones ticas, Jerry White sostiene en el libro "Honestidad, moralidad y conciencia" que debemos ser justos en todo lo que hacemos. En el caso de los empleados, deben preguntarse si realmente trabajan el tiempo y las horas completas, para recibir de la misma manera el sueldo mensual. Para aquellos que sean dueos de una empresa, ofrecen al consumidor lo que le prometieron en el anuncio publicitario? el cliente est pagando de forma justa por la calidad que recibe?

White tambin recomienda que se debe tener "honestidad total" hacia el empleado y los clientes. Es por ello que debemos preguntarnos si somos lo suficientemente honestos al momento de informar acerca de nuestro uso del tiempo, manejo del dinero y logros, por ejemplo. Otra pauta de la que habla este autor es la de "ser un siervo", en el sentido de que el negocio est formado por personas que deben servir y que, por lo tanto, el valor estar en la manera en que se satisfagan las necesidades de los consumidores.

Debemos asumir plena responsabilidad de las acciones y decisiones que tomamos, el trabajador debe conformarse con el salario que reciba, siempre y cuando sea digno de sus capacidades y destrezas.

V. TICA Y EDUCACIN PERUANA

La educacin y la educacin tica son partes imprescindibles de cualquier formacin humana. No se puede formar solamente a las personas desde el punto de vistalaboral; formarles para que sepan apretar botones o para que cumplanfuncionesms o menos gestoras, sin haberles formado la capacidad de convivencia yciudadana, que no surge naturalmente de las personas.

Por eso partiremos explicando textualmente lo que es tica y lo que es educacin para luego definirlos en conjunto .La tica esla cienciaque, alestudiarlaconducta humanaen cuanto al deber ser, traduce susprincipiosa exigencias prcticas que deben regular cualquier actividad, incluyendo el estudio de la misma. Esta exigencia, es tan importante que, al normar desde un comienzo de las actividades se genera una paradoja que implica, por un lado, una responsabilidad inmediata prctica, traducida a la buena o correcta voluntad de actuar bien y, por otro, la posibilidad terica de descubrir principios ticos que pudieran contradecir laconductaeventual relacionada con tal estudio. En otras palabras, laconcienciamoralmente recta puede, eventualmente, contraponerse a una conciencia ticamente errnea.

De la tica surge el fundamento terico de lamoralidadde los actos humanos. Sin embargo, la moralidad es una exigencia que ha derivado de las costumbres de los pueblos y se impone por la concienciamoralnacida de esas costumbres. Esto suele llevar a errneas conclusiones entornoa la universalidad de los principios ticos, al confundirse los ethos culturales con principios subyacentes que implican necesariamente una conciencia recta aunque, jams, absolutamente verdadera; pero, tampoco, plenamente falsa, como puede apreciarse en las diferentes culturas. Es esa conciencia moral la que obliga a actuar responsablemente con elconocimientotico de que se dispone en un determinadaculturaytiempohistrico. De esta forma, si la tica en cuantocienciase atiene a los principios de neutralidad objetiva, la eticidad de los actos humanos obliga a actuar responsablemente siempre.

Histricamente, lasinvestigacionesticas han generado dos importantes concepciones con vigencia contempornea: Telelogica y deontolgica. La primera, busca las consecuencias benficas de los actos humanos y, sobre la base utilitaria de mayoresbienesfundamenta las decisiones ticas y conductas correspondientes; el sacrificio de pocos por el beneficio de muchos es un criterio utilitarista bsico. La segunda concepcin, mira la consistencia del acto humano sobre la base de lo que debe ser correcto y no del beneficio obtenible. ManuelKantconsider, en su "Crticade la Razn Prctica", que no era ticamente aceptable establecer una condicin para actuar sobre la base de ella. La posicin de los utilitaristas como Jeremy Bentham (3) y John Stuart Mill (4) (el segundo ms moderado que el primero) se traducira, enlenguajekantiano, a juicios condicionales o hipotticos: "Si acto bien, obtengo un beneficio". Kant, plante que no puede comprometerse un acto moral a consecuencias pragmticas por muy buenas que ellas sean. A los "imperativos hipotticos" (o tambin condicionales en cuanto algo es bueno para otra cosa y no en s), que responden a "meros preceptos de la habilidad" antepuso los "imperativos categricos", los que "seranleyesprcticas" (Kant, 1961). Un seguidor contemporneo de estepensamientoes John Rowls. En sulibro"A Theory of Justice" afirma la incomprometibilidad de la verdad y de lajusticia("justice as fairness") sobre cualquier beneficio. (5) Establece as, una prelacin de la rectitud del acto por sobre el bien esperado de tal acto. De tal manera, que una injusticia es tolerable slo para oponerse a una injusticia mayor y no para lograr un bien mayor (Rowls, 1971).

Laeducacin, por su parte, se encuentra con un problema permanente. Existen dos exigencias fundamentales: Una relacionada con los conocimientos que deben ser creados, re-creados, mantenidos, acumulados y transmitidos de generacin en generacin; otra, a mi juicio la ms importante porque en esencia fundamenta esta transmisin, referida al sentido de todas estas actividades educacionales y que se traduce aqu en uno de los temas tratado; en una palabra,TICA.

Estamos obligados a actuar ticamente siempre. Reiteramos que, si el estudio de laticaen cuantociencianos lleva a establecer la mismaactitudde neutralidad cientfica como lo enfatizaron los positivistas lgicos aprincipiosdel siglo XX, lamoralidadde nuestros actos es unaresponsabilidadpermanente que nos obliga a actuar aqu, ahora y siempre en forma recta.

Lo nico que se determina, entonces, permanentemente en todoprocesoeducativo es la eticidad o moralidad.La educacindebe corresponder a una educabilidad profesional, desde el punto de vista delconocimientoexigido por los tiempos y tambin de las exigencias o responsabilidades ticasper se. Toda profesin debe generar intrnsecamente una tica profesional que dcuentasde la variedad de situaciones contingenciales relativas a la carrera correspondiente.

Entonces es bueno y, es preciso reflexionar sobre la exigenciamoralde la prctica educativa con la pretensin de resaltar que se trata de una tarea intrnsecamente moral en donde necesariamente intervienen nuestros juicios y valoraciones.

Es la educacin en tica que se imparte en los centros deenseanza. Puede articularse a travs de asignaturas comofilosofa,religin, catequesis,cienciassociales y tica, adems de formaciones especficas (educacin sexual, para la no-discriminacin, etc.) y en tutora. Los temas de tica se tratan de forma transversal en el resto de materias de la educacin formal, sean comunes u optativas. La educacin tica y envalores puede ser entendida como una reflexin sobrela moral, o como un espacio para practicarla. Entendiendo moral como la prctica delos valoresde unacomunidaddeterminada.Elobjetivocentral del proceso de educacin tica, consiste en perseguir laconstruccinde unapersonalidadtica slida, apoyada en eldesarrollode unaconcienciamoral autnoma.

Estos tres niveles seran:

1. El desarrollo de un fuerte "sentido de vida". Esto implica la capacidad de dar respuestapersonaly autnoma a la pregunta fundamental de la vida. Esta pregunta puede formularse de modos diversos segn sea el marco socio-cultural y familiar de cadapersona(p.ej. Qu puedo esperar de la vida, o de m mismo?, Para qu existo? Qu quiere Dios, o lahistoria, o..., de m?, etc.). No obstante esa variedad de formulaciones, o inclusive, no obstante el hecho de que no est tematizada por la persona, la pregunta siempre existe en cada ser humano.2. El desarrollo de un"proyectode vida"concretoy realizable. La construccin de un proyecto de vida supone el intento consciente y deliberado de procurar la mayor coherencia personal posible, como camino de realizacin, definiendo para ello las opciones histricas que, de cara al futuro, hagan posible la concrecin real de los propios ideales y de la propiaescalade valores.3. El desarrollo de una "estructura tica personal", capaz de viabilizar y sostener los contenidos ticos de la propia vida. La existencia de lasnormasmorales siempre ha afectado a la persona humana, ya que desde pequeos captamos por diversosmediosla existencia de dichas normas, y de hecho, siempre somos afectados por ellas en forma de consejo, de orden o en otros casos como una obligacin o prohibicin, pero siempre con el fin de tratar de orientar e incluso determinar laconductahumana.

Slo una educacin que busque adecuarse a lo que el ser humano es en esencia, podr ser realmente educativa. Permtaseme citar dos ideas sobre elhombre:Una idea, supone queel hombrees unproductode lamateriay, en una posicin filosfica materialista, se expresa en un monismo por el cual toda ciencia natural es el estudio de las complicaciones de ella. Desde esta perspectiva, lafsica, laqumica, labiologay hasta lapsicologason ciencias naturales. La vida no es otra cosa que la capacidad que adquiere o tiene la materia de producir, transmitir y crearinformacin. Por su parte, el psiquismo humano, producto de susistema nervioso, sigue siendo material. El resultado ms interesante delcerebro, la conciencia, debera entenderse como un fenmeno complejo, pero en ltima instancia, natural. Por ende, digno de ser estudiado como tal.

Otra idea, supone que la materia no es el nico componente que explica al hombre; ste es un compuesto dealmay cuerpo, a la manera aristotlico-tomista en la cual, segn lateorahilemrfica, el alma es la forma y el cuerpo la materia dndose as una unidad esencial que corresponde a una sola substancia. En una variante de esta idea, se puede suponer tambin un dualismo a la manera cartesiana; en este caso, el hombre resulta ser dos substancias unidas accidentalmente. De esta forma, E. Mounier(1968) dir al explicar lasestructurasdeluniversopersonal:"El hombre, as como es espritu, es tambin un cuerpo. Totalmente "cuerpo" y totalmente "espritu."La primera idea reduce al hombre a una especie animal ms en este planeta, lo que puede traducirse en unhumanismocerrado o inmanente a lo natural; la segunda, establece una diferencia esencial entre hombre yanimales, generando un humanismo abierto o trascendente elevando la idea denaturalezahumana.

Sobre la base de esta segunda idea, ha nacido la concepcin de un humanismo integral que da cuenta de la multiplicidad de expresiones o dimensiones humanas. El hombre se auto-revela, como un ser multidimensional. La educacin por la tanto debe responder a una multiplicidad de exigencias que resultan de la naturaleza humana y de las situaciones espacio-temporales en que cadaindividuo,grupo,sociedad, oculturavive y se desarrolla. Actualmente, las respuestas educativas de tipo formal tienden a normarse enfuncinde acreditaciones internacionales. La necesidad de generarcompetenciasque resulten compatibles tiende a hacerse imperativa. La preocupacin por elsaber hacerunido al creciente desarrollo de esta dimensin, suele manifestarse en actividades educativas competitivas ycooperativas. Elsaber hacer juntosresulta an ms eficaz.

La eticidad educativa exige, empero, unequilibrioen el desarrollo de la multiplicidad de estas dimensiones. Ellas se definen por la autonoma y universalidad que se manifiesta en cada una; as,la cienciasemuestraautnoma y universal desde su propia esfera. Es fcil comprender que algunos individuos sean subyugados por esta dimensin generndose en ellos una visin pan-cientificista de todo y negando o reduciendo cualquier otra expresin o dimensin tan genuina como la ciencia. Tambin, la tcnica, lapoltica, laeconoma, la religin, por nombrar algunas, se caracterizan por esta autonoma y universalidad.

Esto puede generar tipos de hombres literalmente avasallados por estas expresiones humanas. El pan-tecnicismo, pan-politicismo, pan-economicismo y pan-religiosismo son realidades que la humanidad ha sufrido y, probablemente, seguir sufriendo, aun cuando, el pluralismo filosfico y cultural actual ha generado mayor conciencia de principios universales. Una respuesta concreta ha sido el desarrollo histrico de la "Declaracin Universal de losDerechos Humanos" adoptada y proclamada por resolucin de la Asamblea General de lasNaciones Unidasdel 10 de septiembre de 1948. El pluralismo contemporneo ha significado que estas declaraciones se basen en tres filosofas diferentes, que incluyen desde el "comunitarismo marxista y nacional, elliberalismoigualitario y clsico hasta el conservadurismo clsico y facista"(Forsythe, 1988).

La educacin integral evita estas desviaciones. Al basarse en el hombre mismo, se descubre que ste, en su propia esencia, se autorealiza existencialmente en tres condiciones de relaciones compartidas. El hombre es un ser en relacin-con-otro, como lo postularaHeidegger: sin embargo, la individualidad de cualquier sujeto parte de seres humanos que actualizan en otros algo que los realiza tambin a ellos mismos; de esta forma, a la condicin humana deser-con-otrose agregan las condiciones deser-por-otroy deser-para-otro.Todas ellas actualizan la naturaleza humana y se resuelven en exigencias o responsabilidades personales y comunitarias.

El hombre es un ser personal y comunitario. Por lo tanto, su plena realizacin no puede darse en forma puramente individual. Toda responsabilidad, aunque personal, tiene un sentido comunitario.Lalibertadhumana se desarrolla gracias a la presencia de otros; la convivencia establece relaciones de sentido que llevan a un crecimiento de libertades mutuas dirigidas a resolverse en responsabilidades compartidas. La relacin con otros es tan natural que el hombre puede ejercer mejor su libertad en presencia de otros que absolutamente solo. Ms aun, la libertad humana se desarrolla gracias a la presencia de otros; la convivencia establece relaciones de sentido que llevan a un crecimiento de libertades mutuas dirigidas a resolverse en responsabilidades compartidas. Bueno es claro es claro explicar, la libertad humana implica tambin el abuso de ella, la presencia de otros puede significar la "coaccin" en el sentido negativo-esclavizador (hasta la aniquililacin del otro); pero tambin significa en el sentido positivo-liberador,accincompartida, "co-accin" o, ms claramente, "con-accin". Si el otro significa la prdida de libertad individual en una suerte de relacin de "ser-contra-otro", tambin significa, esencialmente, la posibilidad de crecimiento de libertades individuales en la accin compartida. De esta forma, el hombre es ms libre con otros que solo.

La libertad de uno no termina (ni comienza) donde comienza (o termina) la libertad de otro. Estaimagendicotmica de la libertad es falsa, no slo desde una perspectiva terica sino tambin prctica. En todo uso de libertad, puede haber, eventualmente,conflictosde intereses; pero estos conflictos sonproductosde intereses extraos al uso legtimo de cualquier libertad humana. La libertad humana puede condicionarse a estos intereses y determinar en no pocos un empobrecimiento accidental de su ejercicio; pero, en esencia, el otro sigue siendo absolutamente necesario. As, los humanos formanorganizacionesde todo tipo. Estas organizaciones parecieran literalmente esclavizar, de cierto modo, a toda la humanidad. Pero no podemos decir que por esto el hombre es menos libre. No podemos decir que un gobernador, rey, presidente o ministro es menos libre porque est bastante ms controlado por su funcin que cualquier hombre comn; por el contrario, en la medida en que cumple bien su funcin debe decirse que realiza mejor su libre albedro o libertad.

La esencia de la libertad humana se manifiesta en la capacidad de elegir entre posibilidades que se abren y se cierran, aumentan y disminuyen, pero la capacidad de eleccin es lo propiamente libre y no los concomitantes accidentales a ella. De esta forma, En el ejemplo anteriormente sealado, el resultado final es indiferente cuando "el sujeto que pisa o el que ha sido pisado retira su pie". Es un acto de libertad individual o compartida que finaliza la situacin. El sentido de lasaccioneslibres determina elcambiode situacin para mutuo beneficio. Esto induce a una finalidad por lo cual las acciones libres son producto de la habilidad humana para actuar o responder a los requerimientos del medio. A esto le llamamos responsabilidad; sta, en cuanto normada por el fin o bien humano, es tica y, en cuanto comn, co-responsabilidad tica. De esta forma, la tica se realiza por la libertad humana a nivel personal y comunitario. Las co-acciones, en cuanto resultado de la moralidad de los actos humanos, orientan y acrecientan la libertad personal de todos los integrantes que participan de ellas. Cuando estas co-acciones son resultados de inmoralidades individuales o compartidas, elriesgode desorientar y disminuir la libertad individual y colectiva surge como un "mal comn" que suele contaminar no solamente a individuos ygrupossino tambin a organizaciones enteras de todos los tipos y tamaos. Evidentemente, como la libertad se da situada y condicionada, los condicionantes pueden anular la posibilidad de crecimiento y desarrollo humanos.

Los humanos nos separamos por estratos econmicos, por clases o por castas, nos discriminamos o nos aceptamos. Todo esto genera en cada individuo una conciencia en cierta forma auto limitante.El lenguaje, producto social que nos permite ejercer nuestra capacidad simbolizante en alto grado al establecer lacomunicacinpropiamente humana, implica tambin ciertas limitaciones. El hombre se autolimita en presencia de otros; pero, tambin el otro genera las condiciones del crecimiento de las libertades personales. La educacin juega en esto un rol fundamental.

La autolimitacin humana se percibe claramente en ladelincuencia, en lacorrupcin, en el egosmo de algunos que se relacionan con otros. Elpoderpoltico puede, eventualmente, transformarse en un pan-politicismo restrictos de libertades individuales producto de ideologas, no pocas veces basadas en antropologas unidimensionales, en humanismos parciales y limitantes de la diversidad de expresiones humanas. Lo que se define como malincorrecto y errneoen el sentido en que se atenta contra el hombre mismo, su naturaleza, su fin ltimo, es inmoral.

La educacin puede comprometerse en actividades manipuladoras y anti-educativas tendientes a evitar y ocultar lo verdaderamente relevante. Por cierto, toda educacin genuina es en esencia develadora en cuanto implica aumento de conocimiento, y por ende, ste permite ejercer el libre albedro de la mejor manera. En este sentido se dice que el conocimiento es liberador. El saber que se adquiere sobre alguna actividad manipuladora genera necesariamente su propioantdoto. Si la voluntad no est corrupta; el ejercicio de la libertad se dirige al develamiento de la manipulacin. La manipulacin genera la accidental relacin de ser-contra-otro. Ella pretende exigir del otro alquitarlo que le debiera corresponder enjusticiay en verdad.

La condicin humana de ser-para-otro se caracteriza por una relacin natural dedar;as como en la condicin de ser-por-otro, el derecibiry en la de ser-con-otro, el decompartir.La educacin integral realiza estas tres condiciones de lanaturaleza humanaal formar integralmente a los alumnos.

El desarrollo a nivel fsico y psico-social est en estrecha relacin con los dems, no puede desarrollarse si no recibe. El alumno est definido como el individuo que aprende; suaprendizajees, de alguna manera, un recibir de sus prjimos; aun el auto-didacta se forma e informa del producto comunitario. Todos nos hemos beneficiado y nos seguimos beneficiando a causa de otros. Somos en esencia lo que somos debido a la impronta social.

La educacin exige que el alumno aproveche su condicin de recibir y obtenga por tanto el mximo beneficio. Mientras mejor realice su condicin de ser-por-otro, mejor realizar la de dar o de ser-para-otro, adems de la de compartir o de ser-con-otro. De esta forma, damos y recibimos. Es natural que padres, profesores, profesionales, cientficos yfilsofosy, en general, individuos que estn en una situacin de dar, ofrecer y enriquecer a los dems con sus oficios, profesiones y habilidades diversas, realicen en forma natural la condicin humana de ser-para-otro. Los valores morales eintelectualesconstituyen lo esencial de todo proceso y producto educativo. Ellos, tomados en conjunto, permiten la actualizacin de unaeducacin integralen el marco de la educatividad docente realizando los educadores su condicin de ser-para-otro. Por su parte, el alumno recibe unaformacin integralen el marco de la educabilidad estudiantil realizndose en los educandos su condicin de ser-por-otro. En la medida en que los educadores son conscientes de que la educacin genuina debe fundarse en estos dos pilares fundamentales que establecen los fundamentos de una educacin integral, entonces, es posible abrir en el alumno la expectativa positiva que transforma el proceso y producto educativos en una verdadera conduccin liberadora y por tanto creativa.

Objetivos valores y virtudes en busca de la perfeccin moral La precisin en el clculo,porque se dice que mirar el resultado es ignorar elmtodoque condujo a l (cuando lo cierto es que slo un buen mtodo conduce al resultado correcto, salvo casos fortuitos). La expresividad oral,porque ejercitar al alumno en diccin,oratoriay articulacin verbal lo somete a lapresinde hablar en pblico, y eso aparentemente es traumtico (cuando lo cierto es que slo enfrentando los miedos se vence la timidez y slo hablando a otros se puede verificarelvalorcomunicacional de lo que se dice). Laortografa,porque -adems de las razones ya citadas- exige un nivel delecturadifcil de alcanzar encompetenciacon latelevisiny una prctica que es vista como excesivamente conductista (cuando slo practicando se fijan visualmente las palabras bien escritas, y nicamente leyendo se adquiere vocabulario con la ortografa correcta incluida). El hbito de la lectura,por lo dicho y porque se ve como inmoral que en una sociedad con desigual acceso a la riqueza unos puedan tenerlibrosy otros no. sto ha llevado a suprimir directamente los textos en laescuela, lo cual es probablemente mucho ms inmoral todava porque eterniza una carencia en lugar de subsanarla en sus races. La perspectiva histrica,porque ensear fechas o referenciar el pasado a travs de sus protagonistas o de los hechos ms relevantes en forma secuencial es tenido por antediluviano, al apoyarse fuertemente en lamemoria(cuando lo cierto es que necesitamos de la memoria; aprender hechos histricos es una buena manera de ejercitarla, y nos provee de hitos referenciales que ponen todo el proceso evolutivo de la cultura en contexto). La paciencia, porque cualquier tcnica que permita adquirirla implica poner restricciones a algo, y toda restriccin es vista como un acto de autoritarismo (cuando lo cierto es que la sociedad entera se organiza en funcin de restricciones que a toda hora nos demandan paciencia y autocontrol). La capacidad de anlisis,porque an cuando se diga estimularla, se considera "preferible" que el alumno analice bajo sus propias reglas y que utilice nada ms que los antecedentes que tiene a mano o los que le interesan, con lo cual los resultados del raciocinio se vuelven inciertos, subjetivos, y a la larga imprcticos. Ensear silogismos es muy esquemtico; mostrar ejemplos de razonamiento es conductista; dar los antecedentes completos es impedirla investigacin; proponer conclusiones es influenciar indebidamente (cuando lo cierto es que se aprende a razonar razonando, pero no alocadamente, sino partiendo de reglas ms viejas que el mundo, que luego -y slo luego- de asimiladas podrn violarse creativamente). La capacidad de trabajar duro y de acometer tareas difciles, porque nadie prefiere lo que le es gravoso y se teme que al estudiante no le interese realizar sacrificio alguno (cuando la verdad es que nada produce ms satisfaccin que aquello que nos ha costado mucho esfuerzo, y que la mayor parte del conocimiento til es rido y difcil de adquirir).

CONCLUSIONES

El Per, como muchos otros pases, atraviesa una grave crisis de valores morales, pues estos han sido trastocados por otros de signo material, estimados en trminos de utilidad, conveniencia o provecho personal; ni siquiera los derechos humanos prevalentes han sido un obstculo para ello. Se hace imperativo, por ello, revalorar esos derechos, ya que constituyen exigencias indispensables de la dignidad humana. Se hace necesario, igualmente, tener en cuenta que el crecimiento econmico es fundamental pero no basta; es menester, adems, el crecimiento tico de las personas y el fortalecimiento de las instituciones en este mbito, pues, de otro modo, no tendr sentido afirmar que la persona humana es un fin en s misma.La tica en el Per JAMS tuvo la fuerza que enaltece la moral y ahonda en la justicia y el bien comn.Si el individuo es sometido y por as decirlo es baado en ideas ftiles, en distracciones vanas, aplastado o marginado por un modelo econmico muy venido a menos, etc. qu apreciacin o deseos de una mayor tica puede tener?Entre la sobrevivencia- la prima necesidad entre todas- y el temor a perder el dbil hilo que sostiene dicha necesidad (trabajo precario, ingreso incierto) queda a su espritu muy poca energa para adentrarse en el camino ticoImposible pensar que en un ambiente as pueda tener mucha cabida un Jesucristo, un Buda, un Osho, un Pitgoras, un Einstein, un Steve JobsLa tica es un modo de vida... por tanto un camino; Y ningn camino genuino y slido se construye en segundos.Pero no todo est perdido. La familia debe reconstruirse desde sus cimientos y as se forjar el individuo social que necesitamos. La educacin ser el vaso comunicante y el trabajo productivo, competitivo y constante la marca que llevar a cumbres ms altas el espritu y el afn de trascender;: es ah donde la tica alcanz su mejor nivel, tal vez el nico modo de alcanzar dicho nivel.

BIBLIOGRAFA

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ANEXOS

DIAGNSTICO Y PERSPECTIVA

AREADIAGNSTICOPERSPECTIVAS

ARTE Y CULTURAEs un rea que sostiene valores universales y regionales. Es audaz y lucha por un mayor espacio a travs del arte alternativoEs una fuerza valiente y creciente. Sin embargo de aumentar la corrupcin ser un nicho golpeado y perseguido. Le faltan lderes ms reconocibles

CIENCIA Y TECNOLOGIAAn incipiente por la dejadez de los polticos y empresarios mercantilistasPocas esperanzas de desarrollo. Aqu la tica ser ms formal pero sin alcanzar las bases sociales del pas y sin ser comprendida y apoyada por el individuo comn y corriente

DEPORTESCorrompido y un referente de la descomposicin moral del pasSeguir su trayectoria inmoral y elitista

ECONOMIAProfunda discriminacin de los conceptos en donde el ser humano queda supeditado al poder econmicoEl modelo instruye una doble (o triple?) moral al individuo productivo. Habr crecimiento pero muy poca distribucin material, con lo cual las bases ticas sern muy dbiles y vulnerables

EDUCACINCorrupcin y falta de integridad en la valoracin de la carrera docente. Nichos extremistas y abuso econmico del docente calificado. Crisis moral profundaMientras mafias y sindicatos extremistas dominen la escena la tica seguir la lnea general del pas. No hay modo as que los ms capaces y ticos puedan influir en las grandes masas nacionales

EMPRESAS PRIVADASNivel tico muy hipcrita basado ms en la rapidez de la ganancia que en la promocin del colaborador. Bajo nivel de desarrollo de una cultura de xito y reconocimiento, marginalidad y elitismo manifiestosIncrementarn su mercantilismo y aplastarn -sin remordimiento tico Toda forma de mejora real. El modelo econmico mundial (de tica ultra-discutible) har sentir su peso en al menos los prximos 25 aos

EMPRESAS PBLICASAqu la tica ha sido sustituida por el control ideolgico de mafias y poderes ajenos al inters nacional llevando a la forja de un narcoestado abiertamente.Habr una lucha abierta entre las mafias y los tmidos movimientos de la justicia y la ley. El ciudadano preferir el corto plazo a la tica del esfuerzo, seguirn las coimas y los padrinos

FAMILIAFamilias disfuncionales y con escaso nivel moral y asertivo. Luchas internas al querer imitar el modelo social impuesto por la corrupcin generalizada, creencia arraigada que el fin justifica los medios y roba pero hace obraLa descomposicin aumentar. El concepto moral y tico-religioso ser sustituido por un individualismo inverso que invizibilizar al otro. Los roles familiares se difuminarn y ya no habr tantas separaciones o divorciosporque ya los individuos ni querrn forman un hogar. Ms violencia ..ms soledad

JUSTICIA Y PODER JUDICIALEl icono ms grande de la corrupcin. Aqu la tica casi ha desaparecido y la inmoralidad es la norma, no la excepcinSeguir su ruta hacia el sometimiento narco-delincuencial nica solucin sera la mano dura lo que planteara el problema entre tica, moral y justicia

POLITICAEs el vaso comunicante ms poderoso de la corrupcin. Reina la antitica ampliamentePodredumbre total. Falta de lderes ticos

RELIGINAn un bastin tico pero hay nichos de hipocresa y corruptelas in crescendoPerfil bajo. Otras religiones pudiesen tomar el lugar de la creencia oficial y/o desencantar al ciudadano comn hacia sectas exticas

SEXUALIDADDesbarajuste tico. Aqu las personas son como carros. usan semforos para codificar encuentros y el valor de la persona se mide por su libidinosidad, que es solo la expresin de la descomposicin familiar. El amor se considera un artculo obsoleto y de ingenuos. Las consecuencias son enfermedades y minusvala propia y su proyeccin hacia el otroSer una fuente de problemas familiares constante. Las enfermedades ntiguas o nuevas tendrn un campo amplio de desarrollo. Las diferencias hombre-mujer se potenciarn. Crecern las opciones o tendencias de pequeos grupos. Habr falta de profesionales adecuados , pues stos tambin sern parte de la discusin y del problema

SOCIEDADEl individuo slo acepta el poder de las mafias y de los poderosos. ticamente hay un individualismo que invisibiliza al prjimo. En la polis todo sucede y el individuo no muestra sino un inters bsico sobre el desarrollo social y moralAl igual que hace ms de 500 aos seguiremos siendo millones aplastados y minusvlidados por pequeos grupos, aunque ahora ms peligrosos y violentos. Estar en juego la propia sobrevivencia del estado, la moral y la tica. Alto riesgo de convulsin e inmoralidad a todo nivel

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