nuevos paradigmas regionales

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NUEVASTENDENClAS EN EL ANÁLISIS REGIONAL BLANCA R. RAMIREZ VELAZQUEZ Compiladora BERNARDO NAVARRO B. Pres entación DOREEN MASSEY DANIEL HIERNAUX EMILIO PRADILLA JAVIER DELGADILLO BLANCA R. RAMIREZ GUSTAVO GARZA Y JAIME SOBRINO DENISSE PINHEIRO ENRIQUE CONTRERAS HECfOR TEJERA ALAIN LIPIETZ y GEORGE BENKO DEPARTAMENTO DE TEORIA y ANAuSIS 1m. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA - XOCHIMILCO daniel hiernaux nícolas'

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NUEVASTENDENClASEN EL

ANÁLISIS REGIONAL

BLANCA R. RAMIREZ VELAZQUEZCompiladora

BERNARDO NAVARRO B.Presentación

DOREEN MASSEYDANIEL HIERNAUX

EMILIO PRADILLAJAVIER DELGADILLOBLANCA R. RAMIREZ

GUSTAVO GARZA YJAIME SOBRINO

DENISSE PINHEIROENRIQUE CONTRERAS

HECfOR TEJERAALAIN LIPIETZ yGEORGE BENKO

DEPARTAMENTO DE TEORIA y ANAuSIS

1m. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA-XOCHIMILCOt._~_:o

daniel hiernaux nícolas'

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DIRECTORIORector GeneralDr. Gustavo Chapela Castañare.Srio. Genera lDr. Enrique Fernández F...nach1Rector de la UnidadDr. Avedl. Aznayurlan ApeJlan

Sría. de la UnidadM. en C. Magdalen a Fresán Orozco

Directora de CyADArq. Concepción Vargaz SánchezJefe del Oepto. de Teor fa y AnálisisDr. Bernardo Nayarro Benftez

Coord . Edit . del Depto. de Teoría y AnálisisD.C.G. OIello Martínez Ordz '

Diserto de la Colección , Diseño de Portada ,Respon sable de la Edición y Diserto Editorial:D.C.G. 010110 Martinez Ortiz

Colaboraron:Edtth Hernández V.letlcla Rivera M.Sergio Garera C.

Ricardo Rendón M.

©Derechos Reservadosla . Edición , 1991Universidad Autónoma Metropol itana Unidad XochimilcoCalz. del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, México , D.F.ISBN - 968-840-961-8

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In dicePresen tación .5La zona metropolitana y su región 8Los retos de l desarrollo regional.. 9Reflexión regional y universidad llIntroducción 13Las Regiones y la Geografia 23Las etapas inicia les en el debate regional.. 24La nueva etapa 26La situación actual 27Conclusiones 30En la Búsqueda de un Nueva Paradigma Regional... 33Los conceptos tradicionales de región 342. El pensamiento marxi sta y la región 36Factores contextuales de un nuevo paradigma regional.. 38Posibilidades de un nuevo paradigma regional .41Referencias 46Notas so bre la Cuestlé n Regiona l en América Latina 49Disolución y reconst rucción de las sociedades regionales 50Fo rma ción de Estados Na cionales, acumulación originaria de capital yHo moge neización territorial. 51Industrialización , nueva homogen eizaci ón y fragmentaci ón .52La reestructuración capitalista y las nuevas te ndencias de estructura-ción te rritorial 55La dialéctica, homogeneiza ci ón-fragmen taci ón territorial 57Refere ncias 60Terr itorio, Estado y Trasnacionalización 62Algunos conceptos: el espacio regional y el des arrollo 63Pro cesos eco nóm icos y el desarrollo regional... 65Desarrollo regional, Estad o y descen tralización 67Internacionalización del capita l y efectos territoriales 70Lo In ternac ional y lo Regiona l 78Planteamien to del problema 79Algunas reflexiones teóricas 86A manera de conclusión 90Evolución Económica y Urbanización en Sinaloa 93Participación decreciente de Sinaloa en la economía nac ional 96Es tructura y dinámica sinaloense 98

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Estructura y dinámica sinaloense 98La cuestión agraria 99Cuadro 1 100Desarrollo regional insuficiente: nivel y estructura industrial 102a) Concentración industrial 102Cuadro 2 103b) Es tru ctura interna 105Cuadro 3 106Cuadro 4 107Dis tribución espacial de la industria 1OBCo nclusiones 111Referencias 113La Implantación de la In dustria Petroquimica en Brasil 115El establecimiento de la industria petroqu ímica en Brasil... 117El polo petroquímico de Bahia 120El polo de Río Grande del Sur 124Consideraciones finales 128Cultura y Espacio Regional 132La naturaleza del poder, del Estado y la Cultura 134La desagregaci ón sistémica del tema 141Una revisión de los estudios soc ioculturales regionales 141a) La base productiva 143b) El iodigenismo 146e) La sociabilidad y so lidaridad 147d) La centralización de l poder 149e) Los movimientos sociales urbanos 151Co nclusiones 153Notas 154Regiones de Identidad y Análisis Cultural 161Posiciones en el Nuevo Debate Regio nal... 175¿El fin de las industrias en el campo? 176Primera ortodoxia: Jerarquía urbana 1SO¿Retrazo o dependencia? Las ortodoxias de la post-guer ra 183El Desarrollo Regi onal "Endógeno" 187Referencias 190

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EN LA BUSQUEDA DE UN NUEVOPARADIGMA REGIONAL

Daniel Hiernaux Nicolás *

• Docente invest igador Titular "C', del Depa rta mento de Teo ría y Anális is, División deCiencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

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Las tendencias a la intemacionalización creciente de la economía, en e!marco de la fonnación de un "sistema mundial jerarquizado" (Beaud,l987),han inducido a no pocos estudiosos de lascuestiones territorialesa anunciar ladesaparición de la región, como unidad de referencia para el análisisterritorial.

No cabe duda que e! establecimíento de relaciones intercontinenta­les ent re ciuda des en e! marco de la flexibilización de la producción, debi­do, entre otros factores, al extraordinario desarrollo de los medios de co­municación en la última década, propicia e! desinterés por la región, quesería, en este contexto, un remanente en vía de desaparici6n, de formasprecapitalistas de producción, o, en e! mejor de los casos, e! reflejo deciertas modalidades de articulación entre el capital y e! territorio .

La hipó tesis de este trabajo, es que nada es menos cierto que loanterior. Proponemos, al co ntrario, que la region es la unidad territorialde base que articula los diversos espacios del capital mundial, y que, porlo tanto, el análisis regional debe estar en el centro de las preocupacio­nes de los estudios territoriales.

Para ello, es po r lo demás evide nte que los conceptos tradiciona­les de regió n, origin ados en los pos tulados funcional istas así como en e!pensamient o marxista sobre la región, han perdido aplicabilidad en e!contexto actual.

En este ensayo, se tratará de presentar brevemente los postuladosy las limitaciones de los conceptos tradicionales de región, sean funcio ­nalistas o marxistas, y de demostr ar qu e las nuevas tendencias de la eco­nomía capitalista, encuentran su base territorial en la recomposición dela esfera regional, qu e, art iculada con la creación de espacios urbanosnodales de alta integración mundial, constituye el nuevo fundamento dela diná mica territorial en esta nueva etapa de acumulació n capitalista.

Los conceptos tradicionales de regi ón

1. Los pa radígma s func íonallstas-cl áslcosLa for mación histórica de los paradigmas sobre la región, se en­

cuentra profundamente determinada por el contexto científico e ideoló­gico de cada época, a su turn o re flejo de! estado de las fue rzas produc­tivas y de la ar ticulación - peculiar a cada período histórico - , entre laformación económica y social, y el territorio.

La "región-paisaje" de Vidal de la Blache, respondía a la visiónclásica de fines del siglo XIX, cuando e! capitalismo profundizaba e!control de la economía de los países desarrollados, produciendo trans-

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formaciones radicales en la economía y el territorio, en el marco de laprimera fase de "globalización" de la historia mundial, la que fue califi­cada justamente de "imperialismo". Debido a los embates del capitalis­mo sobre los espacios tradicionales, los geógrafos consideraban : .....que frente a esta nueva situación deban corresponder nuevas divisionesregionales, no es paradójico afirmarlo... vemos por todas partes, subsis­tir formas recesivas al lado de formas progresivas" (Vidal de la Bla­che,1911 en Pinchemel, 1984:80-81). Al respecto de la aportación de Vi­dal a la formación de un paradigma region al, Pinchemel afirma que:.....desde antes del cambio de siglo, P. Vidal de la Blache ha test ificadode una concien cia aguda de los trastornos espaciales producidos por larevolución industrial" (1984:82).

Posteriormente, si bien los herederos de Vidal mantuvieron a lageografía regional en el marco estrecho de las descripciones academi­zantes, el pensamiento geográfico tuvo la capacidad de desarrollar unageografía regional de fuerte arraigo.

Si bien el principio de unidad había conducido a la construccióndel concepto de región natural a partir del siglo XVIII, desde inicios delsiglo XX, será el principio de homogeneidad interna el que guiará losestudios regionales (Dauphiné, 1979:9). La región gracias a las aporta­ciones de Vidal y de Gallois, será identificada a partir de algunos ele­mentos claves, que constituyen las variables de identificación de un es­tado dominante de homogeneidad. Aunque se admitan las limitacionesde este paradigma regional, aún desde la voz funcionalista (Dauphiné,1979), continuará siendo uno de los conceptos claves en los estudios re­gionales, incluso en fechas recientes (Palacios: 1983).

Los años cincuenta constituyeron el viraje más importante delpensamiento regional, con la consolidación del concepto de espacio no­dal, cuyo fundamento, con toda justicia, se encuentra en las aportacio­nes de economistas de inicios del presente siglo.

El vocero más conocido de esta corriente, es sin lugar a dudas,Francois Perroux, que, desde la economía, revolucionó el paradigma re­giona l tradicional. Cabe señalar, que la teoría del cre cimiento polariza­do de este autor (Perro ux,1950 y 1955), se engarzaba perfectamente conlas nuevas tendencias del capitalismo triunfante de la posguerra. Enefecto, el autor concebía, desde una visión económica, la nueva artic ula­ción entre el capit al de los graudes conglome rad os de la economía, y elterritorio de los llamados primer y tercer mundo.

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La génesis de la teoría del espacio polarizado y de las regiones art i­culadas en tomo a un polo de crecimiento, fue el resultado de la interac­ción ent re la posición de los economistas, asumida por Perro ux, y la delos geógrafos, representada por Boudeville. Para inicios de los sesentas,había quedado determinada la tipología de regiones que aún atrae a losfuncionalistas: la región homogénea, la región nodal y la región plan,siendo ésta el simple reflejo - pobremente conceptualizado-, de la cre­ciente participación del Estado capitalista como regulador económico,societal y territorial (Boudeville:1965).

La época del auge capitalista en la posguerra, se constituyó así, si­guiendo nuestra hipótesis, en el enm arcamiento y la justificación de laapar ición de un paradigma regio nal que tendrá una amplia difusión enlos países capitalistas (véase al respecto las intervenciones en materiade ordenamiento territorial en países como Francia, buscando el forta­lecimiento de "metrópolis de equilibrio", para contrarrestar la centrali­zación parisina); asimismo, los países periféricos a este proceso de acu­mulación acelerada, conocerán un auge de grandes proyectos de inver­sión en regiones consideradas como "atrasadas", proyectos cuyo funda­mento conceptual fue sin lugar a dudas la teoría mencionada.

2. El pensamiento marxista y la regiónDentro del pensamiento marxista (y por cierto también del fun­

cionalista), el estudio explicíto de la cuest ión regional, se encuentraprofundamente fragmentado.

La ruptura más evidente, se encuentra entre los que nicgan la existenciade la región,y losque asumen su existencia real, los menos. Varios geógrafosyestudiosos de lacuestión territorial, han asumido laposició n de no reconocer ala región un derecho de existencia (salvo como medionatural homogéneo).

Su argumentación puede resumir se en los siguientes puntos:- El capitalismo en su fase expansiva (q ue inició en la posguer ra),

manifestó la tendencia a superar las fronteras nacionales. En otros tér ­minos, son las grandes corporaciones multinacionales las que organizanel espacio a esca la planeta ria. Su proposición fue admitida por los fun­cionali stas que conside ran inclusive que se debía planificar la expansióncapitalista por encima de las fronteras nacionales, previendo así la inte­gración de grand es bloques económicos y la desaparición progresiva delas fronteras económicas, e inclusive polít icas .

- El espacio de referencia del capitalismo era por una parte, launid ad de producción donde se desarrollan los pr ocesos de generación

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de la plusvalía, y por otra, la ciudad donde se realiza la circulación y lareproducción del capital y la fuerza de trabajo. Al respecto, es induda­ble que la sociología marxista aplicada al territorio, privilegió la dimen­sión urbana a expensas de la referencia regional (Amiot,1986).

. Los estudiosos de los conflictos sociales consideraban que lascontradicciones centrales del cap italismo, se ubicaban en los dos nivelesde referencia antes citad os: la unidad de producción y la unidad de re­producción (Castells, 1972, ent re otros).

Si bien el nivel urbano y el internacional son los más relevantes , elpensamiento marxista reconoce la importancia de la pa rticipación delEstado en los procesos económicos, sociales y territoriales, por lo que launidad "espacio-naci ón" es una referencia obligarla; representa el nivelintermedio de análisis entre la esfera local y el ámbito internacional . Al

- respecto, Millon Santos, afirma que "...el hecho de ser el único interme­diario posible entre el modo de producción a escala internacional y la so­ciedad nacional renueva la funci ón del Estado en el período actua!.....(Santos 1990:197). Debe recordarse que lo anterior fue escrito inicial­mente a fines de los setentas, en pleno auge del Estado-interventor,

Por lo anterior, Santos y un número considerable de geógrafos yestudiosos de las cuestiones regionales, consideran, a la par de econo­mistas netamente funcionalistas como Walter Isard, que la región es unadivisión 'oportuna' del espacio-nación, una necesaria unidad referencialde análisis, pero, bajo ningún concepto, una referencia idónea para el es ­tudio de los procesos de producción, acumulación y reproducción en elcapitalismo, central o periférico. lsard, desde la perspectiva pragmáticade la mal llamada 'ciencia regional ', adopta un concepto totalmente flexi­ble de región, para fines estrictamente operativos (Isard, 1975).

A su turno, la geografía académica de los países del socialismo real­mente existente, redescubrió la región en su forma más clásica posible,aunque su discurso se tiñó del consabido vocabulario marxista. La regiónpara esta perspectiva, es antes que todo la región natural, analizada porlos geógrafos físicos y sobretodo por los geomorf ólogos, disciplina en lacual excelan los académicos socialistas, mientras la región geoecon ómicaes la unidad territorial creada por el Estado en vista a satisfacer las neceosidades de la indispensable planificación de la economía para el fortaleci­miento del desarrollo por la vía socialista.

Sin embargo, aún en el seno de la corriente marxista, no todos losestudiosos consideran que la región sea sólo un concepto; ello es partícu -

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1armente cierto entre los geógrafos del Tercer Mundo, entre otros los bra ­sileños y los mexicanos, que a partir de la economía política y de las herra­mientas del materialismo histórico, consideran a la región como una di­mensión esencial del análisis territorial (Bassols, 1982,entre otros). A esterespecto, el concepto de formación social y económica regional, ha cobra­do bastante vigor en la geografía regional brasileña de orientación marxis­ta (véase una buena síntesis en Santos , 1990, cap. XVII) .

Finalmente, es de señalar que salvo honrosas excepciones, losanalistas marxist as de la región, tienden a valorizar como esenciales losfactores económicos, siguiendo la línea más tradicional de la economíapolítica, y prestando escasa atención a las dimensiones sociales, cultura­les, y étnicas de la región, fenómenos que han sido abordados con bas­tan te perspicacia por otras disciplinas, y que , como se argumentará des­pués, const ituyen piezas claves para la redefmición del paradigma re­gional (De la Peña, en Padua y Vanneph: 1986).

Factores contextuales de un nuevo paradigma regional

Si bien el debate anterior sobre la región como simple unidad per­tinente de análisis del espacio-nación o la región como realidad, estámuy lejos de proporcionar una respuesta cerrada, la evolución del siste­ma capitalista en los últimos quince años, ofrece factores nuevos quehacen obsoleto el debate en los términos en que se planteaba hace diezaños, e invitan a considerar la posibilidad de constru ir un nuevo para­digma regional. A continuación abordaremos en forma suscinta, algu­nos de los elementos -claves de la evolución reciente del capitalismo (ydel socialismo) que apuntalan nuestra afirmación.

En primer lugar, la evolución tecnológica, o mejor dicho la 'revo­lución tecnológica', ha puesto en tela de juicio muchos de los factoresque fueron tomados en cuenta para la formación de los paradigmas tra­dicionales del análisis territorial. Es evidente que la por ejemplo distan­cia, elemento clave para la comprensión de las diferenciaciones territo­riales, desempeña un papel muy diferente en la época actual. La distan­cia, freno a la homogeneización del espacio económico capitalista y li­mitación evidente a la igualdad en el socialismo, ha sido consideradapor los estudiosos territoriales funcionalistas, como una variable centraldel análisis espacial. En el pensamiento neoclásico, la distancia llega aser tan importante que el espacio sufre una castración conceptual signi­ficativa, que lo reduce a una simple distancia-costo.

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El cambio tecnológico ha resuelto parcialmente el freno de la dis­tancia, permitiendo, mediante inversiones, relativamente restringidas, laaccesibilidad instantánea entre puntos del espacio. A este respecto,nunca se insistirá lo suficiente, sobre la importancia de la informáticaen la nueva estructuración del territorio. Lo anterior, lleva a observar,entre otros, que la valorización de diversas localizaciones para ciertasfracciones del capital, se relaciona cada vez menos con la distancia geo­gráfica, y considera como factor central la inserción diferencial en lasredes de comunicación. Claro es, que existen fuertes diferencias entreramas económicas para aprovechar las facilidades brindadas por lasnuevas tecnologías: las ramas de punta tienen sin lugar a duda muchaspotencialidades para aprovechar las ventajas comparativas de la tecno­logía de comunicaci ón, mientras las ramas tradicionales siguen atadas alos tradicionales factores de localización, en el marco del consabidoanálisis weheriano y sus derivaciones posteriores (Federwish, Zoller,1986). No cabe duda que la revolución tecnológica es además esencialpor sus impactos sobre la organización del trabajo, y la sustitución deltrabajador por la máquina (robotización, etc.).

Otro factor sustancial en el cambio de paradigma regional, es lacuestión de la flexibilidad del trabajo, en el marco de las nuevas formasde organización del trabajo. Es notorio que varios 'regionalistas' (Li­pietz, Massey) hayan contemplado con interés este proceso, al mismotiempo que se realizaban análisis similares desde otras disciplinas . Lanueva reorganización del trabajo en el capitalismo recurre a modelosque han sido calificados de posfordistas, y que se caracterizan esencial­mente por la flexibilidad de cada puesto de trabajo (permitida entreotros por la microelectrónica), y también entre los puestos de trabajo.Este proceso se acompaña de un ajuste en las relaciones salariales y enla mediación de los sindicatos, lo que implica la ruptura del modelocorporativista-sindical. Los cambios en las formas de. organización terri­torial son evidentes: Lipietz distingue nuevas formas, correspondiendoa diversas maneras según las cuales las distintas fracciones del capitalhan respondido a la potencialidad de la flexibilidad (Lipietz,1989). La'vía neo-tayloriana', consiste en la desintegración territorial de los pro­cesos de trabajo, que distribuye territorialmente los niveles de califica­ción y aprovecha diferencialmente las ventajas comparativas de los es­pacios de integración. Es el caso de la maquiladora (México, Suresteasiático...). Las áreas productivas especializadas, según su modalidad

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territorial en la proposición de Lipietz, son "...aglomeraciones de for­mación reci ente , estableciendo una débil relación con la farmacian so­cial regional preexi stente. Ellas son monosectoriales, orientadas hacia laexportación, con débiles vínculos inter-firrnas en su territorio (a no serlos de la competencia)". (Lipietz,1989:35) .

La 'vía californiana" siguiendo al mismo autor, impulsa un 'siste­ma produ ctivo loca l', del tipo de la 'Silicon Valley', basad o en la aglo­mera ción de capacidades individuales ('know-how') presentadas en unmercado especializado. Otros casos con orientación similar, lo constitu­yen las zonas del Sureste asiático, en las cuales la participación del Es­tado como regulador de la difusión del 'savoir-faire,' ha permitido unaadecuada transición de un modelo neotaylorista a un model o california­no. "La vía californiana está asociada con una fuerte integración territo­rial, favoreciendo a los sistemas productivos locales" (Lipietz,1989:38).

Finalmente, la 'vía saturniana', busca la calificación y la coopera­ción en las relaciones profesionales en la unidad de producción y propi­cia, adem ás, la aparición de acuerdos entre firmas. El modelo territorialcorrespondiente sería el de 'área-sistema' con fuerte integración interna(Lipietz 1989: 37).

Las tres vías propuestas por Lipietz, sintetizan adecuadamente,. - aunque en forma exploratoria - , algunas tendencias muy recientes nosólo de la organización del trabajo, sino también de la organización te­rritorial, lo que había sido insuficientemente trabajado por algunos teó­ricos de la 'nueva división internacional y espacial del trabajo', que sóloconsideraban el modelo neotayloriano que preva leció hasta inicios delos ochentas.

La formación de bloques económicos es otro de los factores demayor relevancia para la propuesta de un nuevo paradigma regional. Enefecto, la homogeneización progresiva de las condiciones entre países,en mate ria de aranceles entre otros, borra la primacía del espacio-na ­ción como unidad de refe rencia para el estudio ter ritorial. Ello no signi­fica que los planteamientos de geógrafos como Santos sean erróneos, si­no más bien que requieren ser adecuados a las nuevas tendencias delcap italismo. Los formación de graudes bloques en el capitalismo actual,significa la eliminación de las fronteras económicas y a veces políticas,contra las cuales luchaban mentes precursoras como Perroux desde losaños cincuenta. De esta forma, hoy, la unidad referencial del capita lis­mo es otra. Argumentaremos posteriomente que esta nueva unidad de

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referencia territorial, que demanda la evolución de la economía y de lapolítica, es justam en te la región .

La formación de bloques es parte de una embestida sin preceden­tes de la ideología liberal o neo liberal, y debe ser entendida en conjuntocon la desintegraci ón de l bloque socialista. Aunque parezca paradójico,para la cuesti ón territorial, los dos fenómenos son complementarios:hacen desaparecer las dimensiones intermedias, el Estado-Naci ón y suespacio político administrativo, remplazándolo por una mult iplicidadde subespacios integrados en un espacio económico, casi único a nivelplanetario, aquel del capitalismo triunfante, qu e es el marco de refer­encia en primera instancia para el estudio del territorio.

Esta parte de la discusión no se pued e cerrar sin contemplar lacuestión del Estado. Nos guste o no, las tendencias recientes apuntan aun retroceso sin precedente en cuanto la participacion del Estado en laorganización territorial. Al respecto, Bellon (1986) man ifiesta acertada­mente que se está en presencia de dos tipos de Estado: el qu e sigue ma­nifestando preocupaciones por la racionalidad de la eco nomía, y porello despliega tácticas planificadoras y persigue controlar el caráctersalvaje de l nuevo modelo capitalista (el caso de Francia, por eje mplo, apesar de sus incontables concesiones al neoliber alismo), y el caso de lospaíses con una cond ucción francamente neoliberal, donde el papel delEstado es esencialmente el de propiciar el desarrollo del capital a cual­quier costo. Es particularmente interesante notar que un economistacomo Bellon, privilegia algunos procesos espaci ales, como el hecho deque en los enfoques neoliberales, el Estado ju ega un papel determinan­te en la creación de los soportes materiales para la acumulación, seapor medio de su intervención directa, sea por la vía del apoyo indirecto ,desde el respaldo juríd ico hasta el soporte financ iero y el aval. crediti­cio, en algunos casos.

Pos ibilidades de un nuevo paradigma regional

La posición que defendemos, ha podido ser evidencia da en losplanteamientos anteriores: conside ramos que en la actualidad, la regiónno es sólo una unidad pertinente de análisis para los estudios territoria­les, sino y sobretodo, que representa la nueva dimensión en la que sedespl iega, produce y reprodu ce el capita lismo a escala planetari a.

En otros términos, afirmamos que estamos asistiendo en este finde siglo y de milenario, a una recomposicion de la esfera regional y por

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ende de la necesidad de los estudios regionales. Esta posici ón, aún en sufase exploratoria, puede ser sintetizada en los siguientes términos, y queconstituyen nuestras muy preliminares conclusiones:

Por una parte, se reconoce la pérdida de relevanciade los análisisy de las tipologias tradicionales de regiones. No cabe duda que la regiónnatur al es ya un mito de los ecologistas y una quimera que no se pod ráreco nstituir. Asimismo, la región homogénea, si bien pudo ser compro­bada su existencia en épocas anteriores del desarrollo del capitalismo,resulta difícilment e identificable en los albores del siglo XXI, salvo porla pe rmanencia - a pesar de más de doscientos años de revolución in­dustrial - , de regiones culturales, particularmente las étnicas, que hanlogrado sostener a costa de su marginación del progreso evidente queha aportado el desarrollo de las fuerzas productivas, una homogeneidadparcial en la esfera supe rest ructural y a veces econ ómica (a través de lapersistencia de formas precapitalistas de producción) (Gutierrez Ha­ces; Hie rna ux: 1981).

Los procesos decisivos para el reconocimiento de la existenciade la región como unidad real y tambi én como ámbito central de análi­sis, lo constituyen los cambios acelerados que co noce la economía mun­dial, part icularmente en lo referent e a la recomposición de los procesosde trabajo en el seno de las unidades de producción, a la organizaci ónrenovada de las relaciones capit al-trabajo y capital-capital. Los nuevosmndelos de organización del trabajo y del capital son múltiples: sus re­percusiones sobre la organización territorial no pueden, en consecuen­cia, ser unidireccionales, sino que se está gestando una variedad de for­mas territoriales complementarias de gran transcen dencia y valor parael estudio de los procesos regionales.

En la actualidad, pueden distinguirse tres ámbitos esenciales pa­ra el análisis territorial: el nivel internacional, el ámbito regional y la es ­fera local. Cada uno de los tres ámbitos cumple un papel decisivo en laorganización de l capital en la actualidad, y el funcionamie nto adecuadode cada uno como ámbito específico, constituye, además, una condi ciónsine qua non de la recomposición del crecimiento capitalista.

La esfera internacional desempeña un papel esencial en el proce ­so anteriormente señalado. La formación de un mercado mundial, con laexpansion de los mercados tradicionales al reducir los efectos de dife­renciación espacial impuestos por los sistemas de fronteras, propicia larevigorización del proceso de acumulación, limitado por una crisis de es-

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tancamiento de los mercados nacionales y un exceso de capital por uni­dad de producto (Lip ietz,1989). Es en este sen tido, es que deben enten­derse los esfuerzos de formación de bloques, entre los cuales la Comuni­dad Económica Europea y el bloque continental de América del Norte(G utiérrez Haces, Deblock y Brunelle, 1989), constituyen los esfuerzosmás adelantados. Los bloq ues geoeconómicos y políticos, representanuna victoria indudable sobre las limitaciones que las diferenciaciones es­pacio -nacionales generan sobre la expansión de los mercados. Por lo an­terior, los estudios territoriales deben orientarse, en primera instancia,hacia el estudio de la dinámica temporal y espacial de estos mismos blo­ques. En nuestra opinión, son los procesos en curso a escala internacio­nal, los que rigen el futuro de las estructuras territoriale s de l mañana.

- La esfera nacional pierde su relevancia a partir del momento enque la diferenciación entre los espacios-naciones, no constituye un ele­mento relevante para la acumulación capitalista. Si bien la desapa ricióncompleta del Estado propugnada por los anarcocapitalistas o Iibertaria­nos, no es inminente, es evidente que el Estado 'moderno', renuncia aejercer una política regional, en el sentido de lucha r contra las desigual­dades regionales, para dedicarse, preferentemente, a impulsar la apari­ción de condiciones diferenciales y competitivas entre las diversas re­giones que conforman aún el estado pol ítico-administrativo, aún no to· ·talmente desaparecido (el bloque continent al de América del Norte) oen vía de proxima fusión en la globalidad (C.E.E.).

La región se ubica así en el centro de los proces os de acumula­ción; el desarrollo regional, ent endido por los neoliberales como desa­rrollo de condiciones idóneas para la acumulación, se encuentra en elepicentro de las preocupaciones de los grupos económicos dominantesy del Estado neoliberal. No tememos afirmar que la separación -por lodemás esquizofrénica- entre la teoría económica y las consideracionesespacia les prop ias del pensamiento decimonónico, puede llegar a resol­verse en las próximas décadas, en la medida en que las cuestiones terri­toriales se encuentren en la base del crecimiento económico del futuro.

Por otra parte, es evidente que las regiones tradicionales están envías de desaparición. En el marco del desarr ollo económ ico actual, lasregiones polarizadas tradicionales constituyen una reminiscencia de laépoca durant e la cual el objet ivo central del crecimienlo y la organiza­ción regional, era el abastecimie nto del mercado regional y nacional,consolida ndo, para ello, la esfera regional. A la fecha, pueden identifi-

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carse nuevas regiones nodales, es decir, fuertemente articuladas por unnúcleo central, pero lo dominante es la aparición de actividades motri­ces ("a la Perroux") qu e artic ulan preferentemente la región con la es­fera internacional sin pasar por la refere ncia , antes obligada, del espa­cio-nación. Sería pertinente al respecto, rescatar algunos conceptos co­mo los de enclave de Cardoso y Faletto, para apuntalar reconceptuali­zaci ónde dichos procesos.

Cabe notar qu e la obediencia de la región a postulados de la eco­nomía mundializada, transforma la cuestión de los balances interregio­nales y de las desigualdades entre regiones, en asuntos del pasado: yano existe el sistema regional-nacional, y cada región compite, en el mar­co de sus ventajas comparativas, con las posibilidades de insertarseoportunamente en el mercado mundial.

En la misma medida que las nuevas formas de organizar las rela­ciones capital-trabajo y capit al-cap ital son múltiples, - como lo señalá­bamos anteriomente siguiendo a Lipietz- , las 'formas territoriales' re­gionales resultantes de estos procesos son, y serán, variadas. Con elriesgo de cae r en una tipología prematura, nos atrevemos a plantearque son tres los modelos ese nciales de región que pueden presentarse,a la luz de las cons ideraciones anteriores:

-La región subsidiaria, producto de la integración a un territoriodeterminado de procesos neotayloristas (como el caso del Norte maqui­lador mexicano).

-La region-competencia, con referencia al modelo californiano, yprobablemente la que más obedece a los post ulados de mercado de losneoliberales; y

- La región-sistema en la cual dominan los procesos saturnianos.La posibilidad de encontrar nuevas formas regionales, pasa, con

toda evidencia, por la relación que deberá establecerse entre las anti­guas formaciones regionales y las nuevas necesidades. En otros t érrni­nos, el nuevo modelo de acumulación capitalista exige una reconversiónregional, para que los antiguos espacios regionales, se inserten plena­mente en las nuevas necesidades. Dicha reconversión regional debe rárealizarse cuenta hech a de lo que Santos ha llamado las ' rugosidades' ylas 'inercias dinámicas' (Santos, l 990) de la formación territorial ante­rior. Todo ello, no elude - al contrario - la formación social y econó­mica, que coactúa con la formació n territorial, la explica, la dinarniza, ypotencializa o restringe su nueva inserción en la dinámica mundial.

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Finalmente, la dimensión local es ineludible. Se tiende a asimilarésta con la dimens ión urbana por dos motivos: por una parte, la urbani­zación creciente del planeta demuestra la primacía de la esfera urbana,pero además, porque las ciudades juegan ahora un papel centr al en lanueva articulación entre la dimensión internacio nal y la dimensión re­gional de la acumulación capit alista. A este respecto, hemos arguído enotro trabajo (Hiernaux,1989) que se está produciendo un espac io reti­cular, formado por núcleos centrales, con intensa comunicación entresí. Estos nodos son justamente las ciudades y particularmente las 'ciu­dades flexibles' a las cuales se refieren Leborgne y Lipietz, en otro tra­bajo reciente (Leborgne y Lipietz,1988).

Las ciudades flexibles son las que son capaces de acoger la locali­zación de alguna parte sustancial del proceso de acumulación a nivel in­ternacional, y al mismo tiempo de integrarse con el resto de las ciuda­des flexibles en una ' red' internacional. La división internacional deltrabajo y las potencialidades del espacio local, son los factores decisivosque determin an el posicionamiento de una ciudad esp ecífica en el siste­ma urbano de relevancia mundial, articulado en red. Por lo tanto, esevide nte que, por ejem plo, una ciudad turística de renombre mundial,podrá jugar un papel importante en la reproducción de cierto tipo decapital y en la reproducción diferida de la fuerza de trabajo de los agen­tes sociales claves de la nueva acumulación, mientras que otras ciuda­des cumplirán papeles diferentes como articuladoras de espacios demercado, centros financieros, etc. Las desigualdades no desaparecen,sino que se transforman y cobran nuevo sentido po r el contexto de la in­serción mundial; es lo que señalaba ya Doreen Massey en un artículomuy precursor de fines de los setentas (Massey,1979).

- Finalmente queremos llamar la atenci ón sobre la formación de doscircuitos en la economía y el territor io, rebasa ndo el ámbito urbano queSantos le asignó al concepto de 'circu itos' (Santos,1975). A este respec­to, Milton Santos se refiere a un circuito superior, el que se engarza conla 'modernización', y un circuito inferior que se relaciona con la'informalidad', en el ente ndido de que los dos circuitos son complemen­tarios, asociados e interdependientes. En el marco de nuestro intentode esbozar algunos lineamientos que tienda n a un nuevo paradigmaregional, conviene recalcar la utilidad del concepto de circuitos. En laesfera urbana, el circuito inferior cobra un sentido cada vez mayor en laformación de los espacios periféricos, al mismo tiempo que explica lalucha por el espacio central; en la esfera regional, se presenta un cir­cuito inferior que relacionamos tentativamente con las ramas de abasto

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al mercado nacional y con la supervivencia de relaciones precapitalistas,tanto en la base económica como en la superestructura. El circuitoregional superior, es el que permite la integración de la región en el sis­te ma-mundo, y se compone de las actividades de intensa acumulación,de gran dinamismo y de fuerte capacidad de inovación,

No puede existir una conclusión tajante a este tipo de planteamien­tos, sino más bien son la expresión de la convicción personal y profundade que la cuestión regional es una de las tres esferas territoriales más sig­nificativas para las próximas décadas, junto con el 'sistema-mundo' y conlas 'c iuda des flexibles' . De tal suerte, sí admitimos la existencia de la re­gión - aunque asistamos a la emergencia de nuevos patrones O 'formasregionales' -, y el carácter decisivo de su intervención en los nuevos pro­cesos de acumulación, el anális is regional deberá ser una de las tareasfundamentales para los estudiosos del territorio en los próximos años.

De est a suerte habremos reencontrado la unidad indisoluble entre'el hombre y la tierra' (Reclus).

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