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creación y vida mayo 31 de 2009 E D I C I Ó N 865 7 Las buenas historias necesitan un buen lector 8 Publicaciones 2 Rafael Uribe Uribe y la separación de Panamá 3 Un recuerdo para Meira Delmar 4 4 En el bicentenario de la muerte de Joseph Haydn 6 Tributo para una generación desencantada

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SEPARATA LA PATRIA

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Page 1: PAPEL SALMON

1mayo 31 de 2009

creación y vida mayo 31 de 2009

E

D I C I ÓN

865

7Las buenas historias necesitan un buen lector

8Publicaciones

2Rafael Uribe Uribe y la separación de Panamá

3Un recuerdo para Meira Delmar

44En el bicentenario de la muerte de Joseph Haydn

6Tributo para una generación desencantada

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2mayo 31 de 2009

REFLEXIONES

TITULO III Articulo 3 Los yanquis americanos

Han probado muchas veces Que son muy buenos hermanos;

Entre ellos y los ingleses Los límites fijarán

Porque ellos fijados no están.

Edgar Toro Sánchez* - Papel Salmón

Rafael Uribe Uribe participó en el debate sobre la separación de Panamá el 3 de Noviembre de

1903, en la recién creada Comisión de Relaciones Exteriores. Allí explicó que Colombia no había abandonado la solici-tud de arbitraje, sino los Estados Unidos a través de sus Ministros Mr. Dubois y Mr. Thomson. Indicó que en este año la comisión integrada por Reyes, Holguín, Ospina y Caballero propuso el arbitraje, pero Mr. Hay respondió que la estrategia exterior norteamericana era un proble-ma de política y no de fallos judiciales.

Estaba seguro de que el tribunal no había obligado a los Estados Unidos a devolver el Istmo de Panamá al país más débil. No era suficiente una explicación del mejor diplomático e internacionalista con una nación que empezaba su domi-nación exterior por puntos estratégicos y exigía una capacidad militar para impo-ner los puntos de vista y exigencias.

Frontera clara sin protección, la indemnización

Aclaró el laberinto para fijar las nue-vas fronteras y la indemnización en dife-rentes formas exigidas en la negociación con los Estados Unidos. Propusieron el meridiano 79º como límite, pero fue re-chazado por el tratado que tenía USA con Panamá. En la primera exigencia solici-taron o pidieron cincuenta millones de

CELEBRACIÓN DEL SESQUICENTENARIO EN VALPARAÍSO (ANTIOQUIA)

RAFAEL URIBE URIBEy la separación de Panamá

pesos y una renta de doscientos cincuen-ta mil durante cien años, después treinta millones y la misma anualidad. Negada esta última propuesta, disminuyeron a cincuenta años y a treinta millones, que incluían cinco millones para invertirlos en los puertos de Buenaventura y Carta-gena. Por último, dieron sólo veinticinco millones de pesos, porque por una ma-yor suma, el Congreso norteamericano no aprobaría el Tratado.

Tratado Cotés-Root- Urrutia-Thompson

Uribe Uribe comparó las diferencias del tratado Cortés-Root del 9 de enero de 1909 que Colombia no aprobó, y el tratado Urrutia-Thomson del 6 de abril de 1914. El primero exigió una indem-nización diez veces menor por un valor de dos millones y medio de dólares. Ese tratado sometía a arbitramento la región Juradó-Chocó, permitía el refugio de bu-ques norteamericanos en los puertos de Colombia. El Tratado de 1914 delimitó definitivamente la frontera de un extre-mo a otro entre Colombia y Panamá y no establecieron cláusulas de refugio de buques.

Consenso en la Comisión de Relaciones

ExterioresIlustró el consenso de los diferentes

grupos políticos liberales y conservado-res agrupados en el movimiento republi-cano y su bloque liberal. Representados los primeros con el presidente Carlos E Restrepo y Nicolás Esguerra, y los con-servadores nacionalistas e históricos con Francisco José Urrutia y Marco Fidel Suárez, José María González Valencia y Antonio José Uribe. En la Comisión de Relaciones Exteriores hubo consenso. El Tratado representó una obra colectiva, no hubo rivalidad, no se dejaron cons-

tancias o reservas y las decisiones tuvie-ron unanimidad de votos.

Indemnización para vías de comunicaciónPropuso que la indemnización se in-

virtiera en obras nacionales de carácter extraordinario como los ferrocarriles en-tre Girardot y el Cauca para comunicar-se con el Pacífico. El ferrocarril del Norte hasta el río Magdalena, el de Cúcuta al mismo río, los de Uraba y Puerto Wil-ches. Además, mejorar de los puertos de Cartagena, Buenaventura, Tumaco y la apertura de las Bocas de Ceniza.

No más protección norteamericana

Criticó al senador Méndez que busca-ba una nueva “garantía” estadounidense del territorio, explicando cómo en el Tra-tado de 1846 con la Nueva Granada se les entregó la guarda del Istmo y se alza-ron con la “prenda” mediante el artículo 35 de 1846. No compartía por la expe-riencia de Panamá la tesis de una nueva garantía que ponía en riesgo el territorio del Chocó y el Atrato.

Para Uribe Uribe el protectorado nor-teamericano, propuesto por el senador Méndez, no era ninguna garantía. No aceptaba ese nuevo ropaje para el Tra-tado, prefería que fuera desnudo ante el mundo para que sin dificultad pudieran conocer su robustez, su raquitismo, su fealdad o belleza. Colombia no necesita-ba la garantía de la soberanía de nadie para la porción del territorio que le que-daba, le parecía humillante la insinua-ción ante un poder extranjero y más con aquel cuya fidelidad no era de confiar.

Defender el territorio estratégico del ChocóEnseñaba la conservación de la sobe-

ranía del Chocó teniendo en cuenta las

tres partes siguientes: límites del Trata-do para ponerle barreras a las ambicio-nes norteamericanas; conservación de la paz interna; y construcción de ferro-carriles y buenos caminos de herradura hacía el Chocó.

Rechazaba la crítica del senador Dá-vila Flórez al nuevo convenio aclarando su ideal de negociación como adversario del Tratado de 1914, que hubiera suscri-to en condiciones inferiores propuestas por Mr. Dubois como el pago solamente de diez millones de dólares, la opción de construir un canal interoceánico por la vía del Atrato, establecer carboneras en las islas de San Andrés y Providencia, intervención de los Estados Unidos para los litigios pendientes con Panamá, arbi-traje sobre el ferrocarril de este país y derechos preferenciales a Colombia con el canal de Panamá.

Modernizar la política internacional

Uribe Uribe reiteró que la suma de veinticinco millones de dólares, no co-rrespondía a ninguna venta de Panamá como lo sugirió el senador Dávila Flórez. La polémica no podía situarse alrededor de la venta del Itsmo porque siendo due-ños desde la perspectiva del derecho no se hubiera vendido por ningún dinero, ni por veinticinco, ni por treinta, ni por doscientos millones.

Proponía modernizar la política in-ternacional de Colombia porque no era suficiente conocer los conflictos jurídi-cos de frontera, sino impulsar la nave-gación de los ríos, que tenían nacimiento en nuestro territorio y desembocaban en los países vecinos. La nación y el Estado debían tener una marina de guerra, así no fuera con tecnología moderna y ac-tualizada, era necesario adquirir barcos ofensivos, para no repetir situaciones de crisis territoriales.

Es importante saber cómo fue la nego-ciación sobre Panamá y la crítica del lí-der liberal Rafael Uribe Uribe a la política norteamericana, cuando recientemente se firmaron acuerdos para el traslado de la base militar de los marines de Manta-Ecuador, que recuperó su soberanía

*Sociólogo. Universidad Nacional de Co-lombia.

[email protected]

PS

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3mayo 31 de 2009

POESÍA

PS

Olga Chams Eljach nació en Barranquilla, al amanecer del 21 de abril de 1922 y se fue del mundo en la noche del 18 de marzo de 2009.

Sus padres Julián Chams e Isabel Eljach, llegaron del Líbano, del Oriente milenario y poético.

Ellos, desde niña, la enseñaron a amar las flores, la música, el cielo azul y el mar. Cuando inició su vida literaria creyó necesario ocultar su nombre verdadero, bello nombre que evoca el rumor del viento en las ra-mas de los cedros legendarios. Y eligió el seudónimo de Meira Delmar.

Desde 1942, Meira Delmar publicó libros con títu-los que son poemas: Alba de Olvido, Sitio del Amor, Verdad del Sueño, Secreta Isla, Reencuentro, Laúd Memorioso, Alguien Pasa y Viaje al Ayer. Las prosas de Meira Delmar, sobre temas de pintura, música y lite-ratura, son tan puras y transparentes como el lenguaje de su poesía.

Ella vivía, respiraba y soñaba en poesía, la misma que estaba en el movimiento leve de sus manos, en su ternura, en el mundo mágico de música y ensueños que la rodeaba siempre, y que compartió por muchos años con su hermana, la inolvidable Alicia, ahora ambas convertidas en sombras luminosas que pasan como el viento, huéspedes sin sombra, por los amplios corredo-res y el jardín lleno de flores de la casa de Barranquilla. “Mundo de amor y de mar, de muerte y de árbol” dijo David Mejía Velilla.

Meira Delmar dirigió por más de treinta años, desde 1958 hasta 1994, la Biblioteca Departamental del At-lántico que hoy lleva su nombre. Recibió innumerables condecoraciones, entre ellas la Gran Orden de la Cul-tura y la Condecoración “Simón Bolívar” del Ministerio de Educación Nacional. Fue Miembro de Honor de la Academia Colombiana de la Lengua .Su alta voz poética se hermana con las de Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Delmira Agustíni y Alfonsina Storni.

Es música escrita con palabras, como la querían Ver-laine y Mallarmé. Cristalino trasfondo de emociones y sensaciones puras, en ella se mueven sombras, nostal-gias, alegrías y pesares. El nombre de Meira Delmar honra la literatura poética colombiana de este siglo y su memoria permanecerá para siempre entre nosotros

*Poeta.

SU NOMBRE ERA OLGA CHAMS ELJACH

Un recuerdo paraMEIRA DELMAR

Vivía, respiraba y soñaba la poesía. Dirigió desde 1958 hasta 1994 la Biblioteca Departa-mental del Atlántico que hoy lleva su nom-bre. Su alta voz poética se hermana con las de Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Delmira Agustini y Alfonsina Storni. Senti-mientos. Maruja Vieira* - Papel Salmón

MEDIODÍA

Canta la luz aire arriba como una alondra. Y por la rama de su canto sube el mediodía.

Quieren los ojos seguirlo pero no llegan. Como el amor, el sol, de tanto, ciega.

NUEVA PRESENCIA (Del libro Secreta isla)

Venías de tan lejos como de algún recuerdo.

Nada dijiste. Nada. Me miraste los ojos. Y algo en mí, sin olvido, te fue reconociendo.

Desde una azul distancia me caminó las venas una antigua memoria de palabras y besos,

y el fondo de un vago país entre la niebla retornaron canciones oídas en el sueño.

Mi corazón, temblando, te llamó por tu nombre. Tú dijiste mi nombre… Y se detuvo el tiempo.

La tarde reclinaba su frente pensativa en las trémulas manos de los lirios abiertos,

y a través de las nubes los pájaros errantes abrían sobre el campo la página del vuelo.

Con los hombros cargados de frutas y palomas interminablemente pasaba el mismo viento,

y en el instante claro de los bronces mi alma, llena de ángelus, era como un sitio en el cielo.

Una vez, antes, antes, yo te había perdido. En la noche de estrellas, o en el alba de un verso.

Una vez. No sé dónde… Y el amor fue, tan sólo, encontrarte de nuevo.

INSTANTE

Ven a mirar conmigo el final de la lluvia. Caen las últimas gotas como diamantes desprendidos de la corona del invierno, y nuevamente queda desnudo el aire.

Pronto un rayo de sol encenderá los verdes del patio, y saltarán al césped una vez más los pájaros.

Ven conmigo y fijemos el instante -mariposa de vidrio- en esta página.

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6mayo 31 de 2009

LIBROS

PS

Uno de los versos más contun-dentes del poeta Raúl Gómez Jattin dice: “Si mis amigos no

son una legión de ángeles clandestinos qué será de mí”, y eso son los personajes que habitan en la historia fresca y diver-tida que se atreve a contarnos Ricardo Valenzuela, el protagonista de las cuatro-cientas páginas que tiene la última obra de Orlando Mejía Rivera.

Son cuatro sus novelas: La Casa Ro-sada (1997), Pensamientos de Guerra (1998), El enfermo de Abisinia (2007) y Recordando a Bosé (2009). En la prime-ra puso su conocimiento en la narración, y eso terminó afectando el discurrir de la historia. Aún no cuajaba el futuro nove-lista. Llegó su segunda apuesta, esta vez manejó mejor a sus personajes y la rela-ción autor-lector fue más cercana. Apare-ce luego su tercera entrega y Orlando se deja leer como un escritor con oficio. Las técnicas empleadas para contar la historia le merecen la publicación de la misma con la editorial española Bruguera.

La voz de RicardoAhora en Recordando a Bosé, el na-

rrador de ese lejano 1997 está maduro y lo deja saber al emplear la voz limpia, temerosa y desesperada de Ricardo Va-

RECORDANDO A BOSÉ

Tributo para una generación

DESENCANTADAPublicada por El Centro Edito-rial de la Universidad de Caldas. Es un tributo a la generación de Orlando Mejía, a Manizales, a la vida universitaria intensa y fugaz y a la música que marcó esa generación desencantada. Ado-lescencia. Juan Carlos Acevedo Ramos* - Papel Salmón

lenzuela, un joven primíparo en la fa-cultad de Medicina de la Universidad de Caldas y aspirante a escritor, alter ego de Orlando que apenas alcanza los diecisie-te años. Que el protagonista sea un ado-lescente no le resta interés a esta novela y no la hace juvenil. El lector descubrirá que por la narración y los temas tocados por el autor a través de los personajes, esta es una historia que lo tiene todo: suspenso, delirio, amor, sexo, traición, drama, filosofía, amistad, buena poesía, asuntos policíacos, putas, rencor, mucha literatura, toda la música de los ochenta, cine, muerte, un bello relato de fútbol, alcohol, mucho alcohol, y también des-asosiego.

Con sólo la voz de Ricardo Valenzuela (Richi), la novela es un tratado sobre el comportamiento académico, social, amo-roso, cultural, sexual, religioso y político

de los jóvenes a principios de la década de los ochenta.

El protagonista es un joven de clase alta en Manizales, inseguro y lleno de demonios internos. No es existencialis-ta, ni tampoco nihilista, sino apenas un asustado muchacho que deja atrás la se-guridad de la niñez y le abre paso a la ju-ventud donde adquirirá conocimientos y alegrías efímeras, además del sufrimien-to y la soledad de los estados de su es-píritu que lo ayudarán a formarse como hombre y sentarán las bases del escritor que busca ser.

Los lazos de amistad que encuentra el protagonista con el poeta Joaquín Res-trepo y el escritor Jaime Arias le abrirán las esclusas de la literatura y la bohemia; además los compañeros de clase Jor-ge Isaza y el paisita Marín le revelarán complejas posturas políticas y literarias. La presencia femenina (encarnada en la bondad, inteligencia y ternura de su no-via Rosana, y el placer, astucia y realidad de la vida amorosa en su amante Xime-na Minota) construyen una historia llena de vértigo y emoción. Acaso, lector, ¿ese tramado de pasiones y bajezas humanas, de momentos sublimes con los amigos, de miedo por lo desconocido sea el que salva o condena a Richi?, ¿son ellos, sus amigos, esa legión de ángeles clandesti-nos?

Tres momentosTodo ocurre en un año de la vida del

protagonista entre los diecisiete y los die-ciocho. Son tres momentos claves en la novela. Podríamos decir que en la parte inicial titulada “Linda”, el amor cándido descubierto por primera vez, acompa-ñado por las baladas inofensivas de los cantautores españoles en su mayoría, crean una relación de descubrimiento entre Rosana y Richi. Aparece la ciudad

con sus tabernas como San Carlos, fren-te a la U. Católica, cines, avenidas y una relación que empieza a complicarse con los días de universidad, los nuevos ami-gos y las angustias de Richi.

En la segunda parte “El muro”, este amor se transforma en pasional. El rock sicodélico y revelador de Pink Floyd, las fiestas en casas de amigos, el descubri-miento sexual de los protagonistas y las pasiones humanas dejan atrás esa histo-ria de adolescentes en busca de la vida. Esto lleva a escenarios de reflexión, de encuentros del ser en apartes inolvida-bles de esta obra como las escritas por el niño que fue Ricardo Valenzuela.

“Dirán que pasó de moda la locura”, título original de esta novela, es la última parte. Ya el amor no es el eje principal sino el hombre y sus fantasmas. Deslum-bramiento y angustia producen muchas de estas páginas pero al final la soledad y las complejas letras de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y algunos nuevos trovado-res despiertan por fin a Richi a un mun-do violento, cruel e insensible que en la taberna fundacional Kien, en el centro de la ciudad de Manizales, va a descubrir.

No solo la rumba hasta el amanecer sirve para desenmascarar personajes si-niestros como el profe Mena y el Mono Garay, también se descubren seres con cierta luz como el poeta de Filosofía y Letras que esporádicamente aparece en uno de los capítulos, ¿será acaso nuestro amigo Orlando Sierra Hernández?

Indudablemente la madurez literaria se nota en Mejía Rivera. Ahora apuesta por una novela de largo aliento, ya llama a Manizales por su nombre, la hace parte de su génesis creadora. Los personajes son más creíbles, el ritmo se sostiene a lo largo de la narración, el lenguaje barrio-bajero es apropiado para los personajes y la historia, el recorrido de ellos por la ciudad -cuidando cada detalle- nos lle-na de nostalgia. Recordando a Bosé es un tributo a la generación de Orlando, a Manizales, la ciudad que lo acogió y lo ha visto crecer, a la vida universitaria inten-sa y fugaz y a la música que marcó esa generación desencantada

*Escritor.

MEJÍA RIVERA Orlando. Recordando a Bosé. Centro Editorial Universidad de Caldas. Manizales 2009. Pp. 408.

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7mayo 31 de 2009

CINE

PS

FICHA TÉCNICA

Parecen inagotables las pelícu-las surgidas, basadas, situadas o inspiradas en el Holocausto

Nazi. Algunas se centran en la persecu-ción judía y en la barbarie de Hitler y sus seguidores; otras cuentan la vida de los que sobrevivieron a los campos de con-centración y las secuelas que esa trau-mática experiencia les dejó, y otras, muy pocas, narran historias de personas que, pese a haber hecho parte de una u otra manera del lado de los asesinos, logran sensibilizar al espectador y generar sim-patía hacia ellas.

El lector, película basada en la novela del mismo nombre (Der Vorleser, en ale-mán, literalmente “el lector en voz alta”) del escritor Bernhard Schlink y publica-da en 1995, cuenta la historia de Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer que prefiere que le lean, a leer, y halla en el joven Michael Berg, un muchacho de la mitad de su edad, al amante perfecto y al narrador ideal de historias que la llevan a universos idílicos.

Winslet recibió en febrero pasado el premio Óscar a Mejor actriz por este pa-pel, en el que además juegan un rol muy importante la caracterización y el maqui-llaje, que ayudan a entender el paso del tiempo en la vida de esta enigmática mu-jer, que guarda un secreto que termina marcando su destino.

Solo un veranoCon una narración que comienza en

tiempo cronológico invertido, El lector muestra nuevamente a un sobrio pero sensible Ralph Finnes (La lista de Schin-dler, El paciente inglés), en la madurez de una vida que Michael ha continuado a pesar de saber el triste desenlace que tuvo su amada de la adolescencia.

Un desenlace que él conoce, pero que

POR SU INTERPRETACIÓN KATE WINSLET GANÓ EL ÓSCAR A MEJOR ACTRIZ

Las buenas historias necesitan un

BUEN LECTOREl lector, película basada en la novela del mismo nombre. Los textos cobran vida en quien los lee, pero a veces escuchar es mejor, y la sen-sibilidad del que escucha termina de cerrar el círculo.Santiago Mejía Orejarena* - Papel Salmón

al espectador se le empieza a mostrar en un montaje en zigzag que va y viene a los momentos en que Hanna y Michael (re-presentado en su juventud por el actor alemán David Kross) viven una intensa relación en la que a ninguno le importa que los confundan con madre e hijo.

Aunque el romance no dura sino un verano, luego de la intempestiva desapa-rición de Hanna, el enamorado Michael

no deja de pensar en su atenta escucha, esa mujer que lo introdujo en los place-res del amor y que se conmovía con cada línea que le leía.

El reencuentroCasi sin saberlo, sin quererlo, sin es-

tar consciente de lo que hacía, Hanna reaparece en una corte que juzga los crí-menes del Holocausto, acusada de ser la

encargada de ordenar la muerte de va-rias personas en alguna de las “marchas de la muerte”.

Y casi sin saberlo, el novel estudiante de leyes Michael acude a esas sesiones en compañía de su maestro (Bruno Ganz, protagonista de La caída), y no puede entender cómo esa mujer, esa que se de-leitaba y mostraba una sensibilidad mi-nuciosa con cada letra, cada frase, cada texto, esa que saltaba de rabia ante las injusticias y rompía en llanto con cada historia, esa que nunca esperó nada de él más que le trajera una nueva aventura con cada libro, esa mujer está ahora en la picota pública.

En ese momento Michael y el espec-tador entienden por qué Hanna prefería que le leyeran, entienden por qué nun-ca se adentró en un libro ella sola, en-tienden que no es lo mismo leer a que le lean, entienden que un texto cobra vida en quien lo lee, y entienden que mucha gente puede saber leer y escribir. Eso se puede aprender, pero la sensibilidad, el gusto, el deleite, la fruición, eso no se puede apren-der, simplemente se tiene

*Diseñador visual/Comunicador social y periodista.

Título original: The readerTítulo en español: El lectorGénero: dramaIdioma: inglés con subtítulos en españolDirector: Stephen DaldryAño: 2008Duración: 123 minutosPaís: Estados Unidos/AlemaniaReparto: Kate Winslet, Ralph Fiennes, David Kross, Bruno Ganz, Lena Olin, Alexandra Maria Lara.

Hanna Schmitz (Kate Winslet) y Michael Berg (David Kross) establecen una relación sentimen-tal en la que la lectura es el hilo conductor.Foto/Tomada de Internet/Papel Salmón

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8mayo 31 de 2009

Director: Nicolás Restrepo EscobarEditora: Gloria Luz Ángel EcheverriCoordinadora: Victoria Eugenia Salazar VelásquezDiseño: Virgilio López ArceCircula con LA PATRIA todos los domingosCra 20 No.46-35. Tel 878 1700Impresión: Editorial LA PATRIA S.AE-mail: [email protected]: Franz Joseph Haydn.Foto/Tomada de Internet/Papel Salmón

8mayo 31 de 2009

PUBLICACIONES

Luis E. García* - Papel Salmón

P R E C I S I Ó N C O N C E P T U A L

H e c h o s y l ó g i c a

convocatoria

recomendado

La Impronta

I Premio de Poesía Jorge Zalamea

El premio Jorge Zalamea se convoca por primera vez con el deseo de unir a Co-lombia con la India a través de la poesía, al cumplirse 50 años de relaciones diplo-máticas entre los dos países. Los partici-pantes deben enviar, antes del próximo 15 de septiembre, un poemario inédito de mínimo 600 versos y que contenga algún elemento que relacione, acerque o celebre la amistad entre India y Colombia Se dará un premio de mil dólares al ganador. Las obras pueden ser enviadas al Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección Asia, o a: [email protected]

Una novela sobre Caicedonia

Manuel Tiberio Bermúdez* - Papel Salmón

Aída Luz Yepes, es una abogada a quien en 1988 la vida la llevó a ser testigo y protagonista de unos sucesos que los medios de comunicación del país registraron hasta el cansancio pues el personaje no era un hombre común, era un clérigo: Federico Arro-yave, quien sacrificó temporalmente su investidura sacerdotal para convertirse en el antagónico electoral de un grupo político que representaba la hegemonía del poder en Caicedonia.

Ese año, durante la primera elección popular de alcaldes en Colombia, el país sufrió una ruptura en las costum-bres políticas. Fue el inicio del cambio de las prácticas electorales y electore-ras en todo el país; Y en Caicedonia, ‘La ciudad centinela del Valle’, sus habitan-tes vivieron una experiencia que no ha podido ser olvidada. De esa época y de esos sucesos, Aída Luz Yepes, luego de un exilio voluntario en el exterior, escribió una novela que tituló La impronta, en la que se recopilan esos he-chos, que fueron para los habitantes un agridulce momento de la vida municipal.

En 270 páginas, que sirven de marco a un lapso que va del 19 de agosto de 1987 hasta el primero de octubre de 1988, la autora, apoyada en docu-mentos y recuerdos, reconstruye momentos que

en el libro tienen la misma tensión que tuvieron en la realidad los sucesos y reviven el ardor de una época que marcó el alma de un pueblo.

El libro, empieza en un escenario nacional signado por un hecho doloroso que es dictamen para el resto de la historia. “En este escenario de hielo y pesadumbre -cuenta la protagonista- un comando paramilitar colocó una bomba frente al apartamento de Jaime Leal, por el sólo hecho de haber dicho que los enemigos de la paz crearon una organización empecinada en impedir que en

el país se produjera una reconci-liación nacional; la suerte estaba echada, sus palabras ya lo sen-tenciaron a muerte”.

A medida que se lee el libro, se va convirtiendo cada vez más en un documental que atrapa por-que no puede apartarse de la rea-lidad conocida. Los personajes, como en una sesión de espiritis-mo, son evocados por la autora y de inmediato responden, tanto los vivos como los muertos que se pasean por las líneas del libro dejando una extraña sensación de resurrección que pone en el lector la vivencia de una realidad

que no se ha borrado de la memoria y que en muchas ocasiones es nostalgia en los recuerdos de los que vivieron la historia que Aída Luz Ye-pes narra en La impronta .

*[email protected]

YEPES, Aída Luz. La Impronta. Editorial Artnovela Ediciones SRL. Buenos Aires. 2008. P.p. 270.

Puesto de Combate No. 74-75Con esta entrega, Puesto de Combate llega a 38 de

vida. Esta vez trae cuentos inéditos de Mempo Giardi-nelli, Iván Bautista Duizeide, Marco Tulio Aguilera, Carlos Orlando Par-do, Eduardo García Aguilar, Evelio Rosero Diago, Raúl Ospina Ospina, Ricardo Abdahllah. También poe-mas de Robert Creeley, Edgar Lee Masters, José Watanabe, Clemencia Tariffa, Josefa Parra, Rafael Serrano y en especial un homenaje a Geraldi-no Brasil. Además de reseñas, entrevistas, comentarios de libros y crónicas.

AUTORES VARIOS. Puesto de Combate No. 74-75. Bogo-tá. 2009. Pp. 70.

en estantería

El Servicio Militar Obligatorio apareció con la Revolución Fran-cesa, y buenos motivos tuvieron porque la nueva nación se veía acosada por todas las monarquías europeas; pero los tiempos y las estrategias militares son hoy bien distintas, especialmen-te en Colombia. Con la reciente sentencia del Consejo de Estado (“los reclutados para prestar el S.M.O. no podrán destinarlos a los frentes de batalla”…pues ¿qué puede hacer un imberbe soldadi-to contra un guerrillero nutrido en el monte?) resulta imperativo que legisladores y candidatos presidenciales se atrevan a plantear modificaciones de fondo al aparato militar colombiano, sobre-dimensionado, súper gravoso y con una discutible eficiencia al relacionar costo-resultados. Orgulloso decía el saliente ministro Santos que ya casi “completamos 80 helicópteros Black Hawk y Co-lombia se convierte en el país con mayor número de este tipo de ae-ronaves en América Latina” (¡Vaya honor! También Chávez halaga a sus fuerzas militares con juguetes bélicos bien costosos…). Y ahora el presidente anuncia que para sostener a largo plazo esta descomunal institución armada habrá que establecer nuevos impuestos.

¿No sería más provechoso -por ejemplo- que se reforzaran los soldados profesionales voluntarios y, como en otras épocas, con-tribuyeran en territorios y tiempos serenos en obras de infraes-tructura? ¿O que en lugar del S.M.O. se destinara un bimestre del último año de educación media para una instrucción cívico militar, en cuarteles o en medio de la naturaleza y sin distinción de clases? Quizás así tendríamos ciudadanos con mayor patriotismo, espí-ritu de solidaridad y de colaboración con las fuerzas del orden y mejor dispuestos a enrolarse en el supuesto evento de una nece-saria movilización general.

El problema es establecer prioridades sensatas en una nación con déficit presupuestal y con la urgencia de abrirles oportunida-des de trabajo productivo a las nuevas oleadas de jóvenes (pues de lo contrario algunos no tendrán otra opción que delinquir, y continuará el círculo vicioso: más delincuentes, más uniformados). Habrá que preguntar a los nuevos candidatos presidenciales que nos visiten qué piensan al respecto, porque uno de ellos nada propuso, ni de cambio y menos de radical. Entiendo que el senador Edgar Espíndola ha pre-sentado un proyecto de ley para eliminar el S.M.O. Falta ver si el clima militarista no obnubila al resto de legisladores.

*[email protected]

Ni servicio, ni militar, ni obligatorio (II)

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4mayo 31 de 2009

5mayo 31 de 2009

ANIVERSARIO

PS

Del matrimonio conformado por Matthias Haydn y Anne Marie Koller nacieron doce hijos, tres

de los cuales fueron músicos: Johann Evangelist, un tenor que sirvió a la familia real de los Esterházy; Michael, quien pres-tó sus servicios al arzobispo Segismundo Colloredo en Salzburgo, ciudad en la que fungió además como organista de su ca-tedral y, Franz Joseph, de quien conme-moramos el bicentenario de su deceso en Viena el 31 de mayo de 1809.

De ascendencia alemana y de ancestros proletarios, Franz Joseph, conocido du-rante su existencia como Joseph, vio su primera luz el 31 de marzo de 1732 en Rohrau, población localizada en la fronte-ra entre Austria y Hungría.

Bajo la tutela de Johann Matthias Franck, un pariente de Matthias Haydn domiciliado en Hainburg (Alemania), Jo-seph aprendió a cantar y a tocar los ins-trumentos de cuerda. Aquí lo conoció Karl Georg Reutter, maestro de capilla de la ca-tedral de San Esteban en Viena, adonde Joseph llegó a la edad de ocho años como niño cantor del coro, permaneciendo has-ta 1749, período en el cual se produjo el cambio en el color de su voz. Fue la época en la que Haydn se convirtió en alumno de composición de Nicola Porpora, ya que en este campo fue poco el aporte que recibió de Reutter.

Por influencia del barón von Fürnberg, Joseph fue nombrado en 1758 maestro de capilla del conde Morzin para quien es-cribió sus primeras sinfonías, una de las cuales fue oída por el príncipe Paul Anton Esterházy, quien precisaba de un sucedá-neo para su maestro de capilla que se en-contraba anciano. Haydn firmó el contrato respectivo y empezó a laborar el primero

FUE LLAMADO EL PADRE DE LA SINFONÍA

En el bicentenario de la muerte de JOSEPH HAYDNLos historiadores afirman que con las Sinfonías parisinas , escritas entre 1785 y 1786, Joseph Haydn alcanza su plena madurez alrededor de esta forma musical. Se dice que escribió ochenta y tres cuartetos. También compuso conciertos y música sagrada. Homenaje. Gabriel Eduardo Jaramillo Restrepo* - Papel Salmón

de mayo de 1761 en el palacio ubicado en Eisenstadt, con el compromiso de escribir todas las composiciones que le fueran re-queridas por su superior. En este ámbito, las primeras sinfonías que se interpreta-ron de Joseph fueron las números 6, 7 y 8, tituladas respectivamente La mañana , El mediodía y La noche , en cuatro tiem-pos. Paul Anton Esterházy falleció en 1762 y fue sucedido por su hermano Nikolaus, al cual Joseph le sirvió durante 28 años.

Con Mozart y BeethovenEn 1781, Haydn y Wolfgang Amadeus

Mozart se conocieron en Viena. Con Karl Ditters von Dittersdorf y Jan Baptist Van-hall integraron un cuarteto de cuerdas, que solía actuar en distintas veladas mu-

sicales, varias de las cuales se cumplieron en la casa del barón van Swieten.

Joseph conoció a Ludwig van Beetho-ven en Bonn, cuando se encontraba cami-no de Viena tras concluir su primera es-tancia en Londres. Beethoven llegaría a la capital austriaca en 1792 convirtiéndose en su discípulo, del que tiempo después Haydn escribió acerca de lo orgulloso que se sentía de haber contado con un alum-no de esa categoría. Como debía regresar a la capital inglesa, Beethoven prosiguió su formación con el compositor Johann Georg Albrechtsberger.

A diferencia de Schubert, Joseph Ha-ydn fue un hombre que se percató de su gloria, pero que en criterio de las perso-nas que interactuaron con él, desconoció la altivez.

Compuso ciento seis sinfonías

Si acaso existe otro compositor que haya escrito un número tan vasto de sinfonías, no sobrepasan en calidad y universalidad a las escritas por Haydn. En la primera década del siglo XX, la editorial Breitkopf y Hârtel organizó su publicación, cuya su-matoria arrojó ciento seis obras, aunque de manera tradicional se afirma que fue-ron ciento cuatro, al omitir dos sinfonías de juventud conocidas con las letras A y B. Este amplio número explica el apelativo de padre de la sinfonía con el cual Haydn ha sido apodado, generando una confusión que lleva a pensar en el músico como el creador de esta forma, lo que no es cierto. La sinfonía alemana incluyó un tiempo de danza en el tercer movimiento, arquetipo que la separó del modelo de la sinfonía italiana en tres movimientos, que Haydn cultivó en sus primeras composiciones.

En la obra de Joseph existen dos series fundamentales de sinfonías integradas por las parisinas y las londinenses , se-paradas por cinco, que permiten afirmar que las veintitrés piezas finales del músico configuran un grupo de obras maestras, que en nada desdibujan el encanto de las que les antecedieron, de las cuales es sin-

gular el motivo que le dio origen a la nú-mero 45 conocida con el nombre de Los adioses , composición de 1772. Construi-da en cinco movimientos, el tiempo final lleva implícita la protesta de los músicos de Esterháza ante la demora del prínci-pe para permitirles su salida a vacaciones tras la terminación de una temporada de conciertos. Durante el desarrollo de este movimiento, uno a uno de los ejecutantes fueron abandonando el escenario como metáfora de la partida aún no resuelta.

Interpretadas en ParísLa Sinfonías parisinas , están compren-

didas entre los números 82 y 87. La Lo-gia Olímpica de Conciertos de París, por intermedio de Claude-Francois-Marie Ri-goley, conde de Ogny, en 1784 le encargó a Haydn un grupo de sinfonías para ser interpretadas en la capital francesa, cir-cunstancia que explica el nombre del ciclo escrito entre los años 1785 y 1786. Los historiadores afirman que con estas obras Joseph alcanza su plena madurez alrede-

dor de esta forma musical. La sinfonía nú-mero 85, llamada La reina , fue la favorita de María Antonieta de Francia.

Las sinfonías londinensesEn 1790 falleció Nikolaus Esterházy,

superior jerárquico de Haydn en el palacio de Esteháza. Es la era en la cual el músico se traslada a Viena, ciudad donde entra en contacto con el compositor y empresario alemán Johann Peter Salomon, quien le propuso marchar juntos a Londres para presentar allí obras suyas. Joseph acep-tó, además porque le interesaba la ofer-ta económica que Salomon le planteaba. Este cambio representó para Haydn una ruptura en su modo de vida, al dejar de fungir como un músico servidor que satis-facía los intereses musicales del superior para el cual laboraba.

Su desplazamiento a la capital inglesa, convertido en un artista autónomo, cons-tituye el punto de partida de su ciclo de Sinfonías de Londres o Sinfonías Salo-mon que comprendían de la número 93 a

la 104, tan conocidas como las Sinfonías parisinas . Joseph llegó a la capital inglesa al comenzar 1791 y permaneció allí año y medio, tiempo en el que estrenó sus sinfo-nías incluidas entre los números 93 y 98, de las que hace parte La sorpresa , que deriva su título de un fortissimo que inte-rrumpe la calma con la que se desarrolla el tiempo lento, provocando una novedosa “sorpresa” entre quienes la escuchan. El nombre de Sorpresa , le fue puesto por el flautista Andrew Ashe, ante el cual Haydn quedó lleno de gratitud.

En febrero de 1794 Joseph regresó a la capital inglesa y presentó sus otras seis Sinfonías de Londres . Rebosante de triunfos volvió a Viena en agosto de 1795. El mayor éxito de la temporada lo cons-tituyó la presentación de la sinfonía nú-mero 100 llamada Militar , cuyo segundo movimiento, una remembranza de una batalla, continúa provocando euforia en los auditorios.

Las Sinfonías de Londres fueron prece-didas por la Sinfonía Oxford , la última que el músico compuso durante su per-manencia en Esterháza y la que abrió su temporada de conciertos en la capital in-glesa. En julio de 1791 fue interpretada en la ciudad de Oxford, en la víspera del día en que el músico recibió su doctorado Ho-noris Causa por parte de la Universidad de esta población.

Los conciertosSi se compara el número de sinfonías

escritas por Haydn con la cantidad de conciertos que compuso, incluyendo den-tro de estos algunos que se encuentran perdidos, el monto se encuentra muy por debajo. La mayor popularidad la ostentan su Concierto para trompeta en mi bemol mayor y dos de sus Conciertos para vio-loncelo. El primero, de 1796, es su último concierto y la última de sus composicio-nes para orquesta. Fue concebido para Anton Weidinger, trompetista de la corte de Viena, quien lo estrenó en 1800. La partitura del Concierto para violoncelo en do mayor fue redescubierta en 1961 en el

Franz Joseph Haydn desde niño se destacó por ser un genio musical.

Museo Nacional de Praga, incorporándose de inmediato en el repertorio de los gran-des intérpretes, en tanto que el Concierto en re mayor para el mismo instrumento, escrito en 1793 para Anton Kraft, violon-celista de la orquesta de Esterháza, fue objeto de una controversia que se prolon-gó en el tiempo fundamentada en el testi-monio de Nikolaus Kraft, hijo de Anton, quien afirmaba esta obra era de la autoría de su progenitor. En 1953, al encontrarse la partitura autógrafa de Haydn, se diri-mió la polémica.

CuartetosLa base conceptual y musical del cuar-

teto de cuerdas está dada por la presencia de dos violines, una viola y un violoncelo que establecen un diálogo, en el cual la melodía y el acompañamiento son inter-cambiados entre los mismos, en el contex-to de un discurso musical con el mismo plan estructural de la sinfonía, es decir, en cuatro movimientos, el que fue adoptado por Haydn a partir de quien se define su modelo en una sucesión de Cuartetos en verdad venerables.

Ignaz Pleyel, compositor discípulo de Haydn, contabilizó en ochenta y tres el número de cuartetos escritos por su pro-fesor, pero esto ha sido materia de discu-sión porque se dice que Pleyel incluyó en ella obras que no corresponden a la forma cuartetística, como Las siete palabras de Cristo en la Cruz , una composición re-ligiosa que el músico concibió en un co-mienzo para orquesta y que luego arregló para cuarteto de cuerdas.

La música sagradaEn el ámbito de la música sagrada es-

crita por Haydn se encuentran sus orato-rios, forma en la cual incursionó en 1774 con El retorno de Tobías , el cual fue suce-dido por el ya referido Las siete palabras de Cristo en la Cruz , una composición a mi juicio extraordinaria, cuya génesis se encuentra en una obra orquestal que, con el tema de la agonía del Salvador, le fue encomendada al músico por el español

José Saluz de Santamaría, canónigo de la Santa Cueva en Cádiz, la que tras ser es-trenada en Viena en 1787, se escuchó en este puerto hispano el Viernes Santo del mismo año.

El mayor de sus oratorios es La Crea-ción donde Joseph utiliza un libreto ba-sado en el libro del Génesis , en los Sal-mos y en El paraíso perdido del escritor inglés John Milton, preparado por el ba-rón Gottfried van Swieten, erudito de la época. Fue además la persona a la cual Beethoven le dedicó su Sinfonía número 1 , trabajando van Swieten a la sazón como bibliotecario de la corte de Viena. En esta ciudad se suscitó el estreno de La Crea-ción por parte de la Sociedad de los Aso-ciados , una agrupación musical fundada por el barón.

Los despojos mortales de Joseph Ha-ydn reposan en Eisenstadt en el mausoleo de la dinastía Esterházy

*Abogado-Profesor asociado Universidad de Caldas.

Apostilla: La temporada de conciertos 2009 de la Orquesta Sinfónica de Caldas incluirá varias Sinfonías Londinenses de Haydn y acompañará el montaje de su ópera El mun-do de la Luna y de su oratorio La Creación .

Joseph Haydn fue Doctor Honoris Causa de la Universidad de Oxford, Socio de la Real Aca-demia Sueca, Socio honorario de la Sociedad Felix Meritis de Amsterdam, Ciudadano hono-rario de Viena y Socio honorario de la Socie-dad Filarmónica de San Petersburgo.

La sinfonía en cuatro movimientos fue modelada por la Escuela de la ciudad de Mannheim en Alemania, fundada por el compositor bohemio Johann Stamitz (1717-1757). Esta estructura que se impuso a partir de Joseph Haydn. Fotos/Tomadas de Internet/Papel Salmón