un everest para bulgákov

3
MIÉRCOLES 25 DE JULIO DEL 2012 527 Escrituras Verne en La Pléiade El escritor visionario entra en el panteón editorial francés. Joan de Sagarra contrasta sus valores literarios frente a quienes aún lo discuten Página 6 Pantallas Iconofilias El rescate del Códice Calixtino nos sirve otra inefable autorrepresentación del poder policial, eclesiástico y político Página 18 Sistema Picasso La marca del pintor traza unas líneas de fuga que han influido en la economía y la política del arte contemporáneo Páginas 2 a 5 En directo Bulgákov en el escenario El programa del Grec presenta una joya internacional, la dramatización de la novela antiestalinista ‘El maestro y Margarita’ Página 20

Upload: rebon-mateo

Post on 09-Mar-2016

222 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Artículo aparecido en Cultura/s de La Vanguardia con motivo de la adaptación teatral de la novela "El maestro y Margarita", que corre a cargo de Simon McBurney y la compañía Complicité

TRANSCRIPT

Page 1: Un Everest para Bulgákov

MIÉRCOLES25

DEJULIODEL2012

527EscriturasVerne en La PléiadeEl escritor visionarioentra en el panteóneditorial francés. Joande Sagarra contrasta susvalores literarios frente aquienes aún lo discutenPágina 6

PantallasIconofiliasEl rescate delCódice Calixtino nossirve otra inefableautorrepresentacióndel poder policial,eclesiástico y políticoPágina 18

Sistema PicassoLa marca del pintor trazaunas líneas de fuga que haninfluido en la economíay la política del artecontemporáneoPáginas 2 a 5

En directoBulgákov en el escenarioEl programa delGrec presenta unajoya internacional, ladramatización de lanovela antiestalinista ‘Elmaestro y Margarita’Página 20

Page 2: Un Everest para Bulgákov

20

Cultura|sLa

Vanguardia

Miércoles,25julio

2012

ENDIRECTO

Endirecto

FERRAN MATEOSi existe unanovelaque seha resis-tido a ser adaptada es el título en elcualMijaíl Bulgákov trabajóduran-te sus últimos diez años y que nollegó a ver publicado en vida. Elmaestro y Margarita, tal vez laobra de arte individualmás impor-tante contra el estalinismo, si bienha seducido a directores de la tallade Fellini o Polanski, siempre, co-mo por un maleficio mefistofélico,ha estadomaldita para la granpan-talla y los escenarios.Almenoshas-ta queComplicite, capitaneadaporSimon McBurney, estrenó su pro-puesta sobre el clásico, en noviem-bre de 2011 en Plymouth, y queahora visita Barcelona. Los inten-tos previos habían dejado descon-tentos a propios y extraños: a losprimeros, sus lectores, les sabía acafé de achicoria, mientras que alos segundos les resultaba difícilorientarse en el laberinto de tra-masynombres, diabólicamenteen-trelazados en el original.Para quien asume al reto de la

adaptación, la dificultad no radicaen una cuestión de extensión –ahíestán los ejemplos de Krystian Lu-pa o Lev Dodenin acometiendoobras de Dostoievski o Gross-man–, ni tampoco en un elencodescomunal. No, lo complejo estrasvasar el ADN caleidoscópicodeesta novela. La sumade circuns-tancias dramáticas que acompaña-ron su concepción, así como su ar-quitectura fractal, la convierte enuna ascensión sin oxígeno. En

otras palabras, es una pieza litera-ria fruto de la onda expansiva cau-sada por la colisión entre el artistay el poder–constante en la historiarusa– que mezcla hipnóticamentegéneros, estilos y tiempos históri-cos. Por una parte, elMoscú sovié-tico bajo el férreo control estalinis-ta durante una Semana Santa y,por otra, el juicio, la sentencia su-maria y la ejecución de Jesucristo,con la transigencia de un Pilatosacorralado.Unmundo funcionaco-mo espejo del otro, a cual en apa-rienciamás fantasioso. En la nove-la, ¿es más real el Jesús que afirmaque toda formade poder “es un ac-to de violencia contra el hombre” oel diablo-Voland que, con aparien-cia humana, irrumpe en los Estan-ques del Patriarca y trata de con-vencer a dos literatos ateos de laexistencia de Jesús y, por tanto, dela suya?El régimen soviéticohabíadecla-

rado la guerra a la libertad de cre-do, de individualidad, de creación.Por eso, la troupe que acompaña aVoland se pregunta si realmenteha cambiado el corazón de loshombres, si siguen campando porelmundo la cobardía, la delación olamoral corrompidaque exudaPi-latos y el sistemapolítico al cual re-presenta. ¿Qué relatos estamosdis-puestos a creer? Entre tanto, en pa-ralelo, se desarrolla la historia deamor “verdadero, fiel y eterno” delos aludidos en el título: el maes-tro, un artista fáusticoqueha escri-to un libro sobre el encuentro de

Pilatos y Jesús, yMargarita, lamu-sa romántica–trasunto de lamujerde Bulgákov– que consigue la re-dención del artista… Como dijo elprofesor de literatura IrvingHoweante las tentativas fallidas de expli-car el argumento de la novela, “escomo si todas las piezas del puzleestuvieran ahí, pero la estructurano se hubiera hecho aún visible”.Una imagen, la del puzle, que ilus-tra perfectamente la intención deBulgákov: revelarnos que la vidano sólo puede explicarsemedianteuna visión realista. Necesitamos laficción, la fantasía y los relatos pa-ra que surja un cuadro completo.

Lo anterior suponía un torpedo enla líneade flotacióndel realismoso-cialista. Algo que ha entendidobien la compañía inglesaComplici-te. Tal vez sólo una compañía tanecléctica como esta podía conse-guir, como un buen traductor, ha-cernos llegar no tanto una adapta-ción palabra por palabra, sino lavoz de Bulgákov.Si El maestro y Margarita es el

triunfo del auténtico arte, indes-tructible, tanto por su contenidocomo por las vicisitudes que tuvoque vencer el libro hasta que vio laluz, la adaptación de Complicite esel triunfo del teatro en estado degracia. La compañía inglesa sedefi-ne como una familia nómada, quese transformay adaptaen cadapro-yecto. A veces, se alía conun teatrode ópera, como en la produccióndel 2010deCorazónde perro, basa-da en la novela corta de Bulgákov.Otras, con un elenco japonés, co-mo en Shun-kin, una historia deamor en el Japón del siglo XIX, obien con la formación EmersonStringQuartet enThe noise of time,una reflexión sobre el papel socialde lamúsica a partir de la figura deShostakóvich. En una conversa-ción mantenida en Madrid, SimonMcBurney dijo que se interesó porla novelaporque trata deunahisto-ria sobre el hecho de contar histo-rias, la esencia del teatro: “Bul-gákov juega como un funámbulo,manteniendo todas las tramas sus-pendidas enel aire.A veces esnatu-ralista, otras banal, gogoliano,

Grec / ‘TheMaster andMargarita’ LanoveladeBulgákov siempreha sidounapiezaque se resistía a surepresentación; la compañía británicaComplicite loha conseguido enunmontajememorable

UnEverest paraBulgákov

MijaílBulgákov /CompliciteThe Master andMargarita

TEATRE LLIUREBARCELONA

Dirección:SimonMcBurney. Del25 al 28 dejulio.bcn.cat/grec

Page 3: Un Everest para Bulgákov

21

Cultura|sLa

Vanguardia

Miércoles,25julio

2012

ENDIRECTO

bíblico…”, como en el capítulo fi-nal de tintes apocalípticos. Porqueotro dilema que plantea una pues-ta en escenade estanovela es la lec-tura que se le ofrece al público ac-tual. ¿Hay que seguir poniendo elacento en Stalin? Compliciteapuesta por dosmensajes, de entrelos inagotables, de este libro. Pri-mero, la discusión sobre la verdad,que se plantea desde la primera es-cena, la capacidad del individuocon la ayuda del arte para aguje-rear las ficciones impuestas y lasversiones oficiales. Segundo, lami-sericordia, que “a veces penetra in-esperada y pérfida por las rendijasmás pequeñas”. Sucede en el per-dón a Pilatos. Sucede cuandoMar-garita pide a Voland que dejen deatormentar a Frida, la mujer quemata a su hijo. Pero sea acertada ono la elección, Complicite habríanaufragado de no haber consegui-do provocarnos el mismo viajemental,modificar nuestras percep-ciones, introducirnos en un mun-do único y sorprendente como enel de la novela, esto es, la fiesta pa-ra la imaginación que corre el peli-gro de ser castrada. Como en el ca-baret de Voland, Complicite con-vierte el escenario en un lugarmá-gico, de ritmo endiablado, conunos actores demovimiento y ver-satilidad sobrecogedora (a desta-car el doble papel deVoland-maes-tro de Paul Rhys, el frágil Cristo deCésar Sarachu, la vehementeMar-garita de SineadMatthewsy el tor-turado Pilatos de TimMcMullan).Todo con unos efectos visuales yde sonido siempre al servicio de lahistoria: los cambios de localiza-ciónenMoscúutilizandoungigan-tesco Google Earth, la excelentebanda sonora, la transformaciónde las sillas en un caballo del Apo-calipsis, el derrumbe final del edifi-cio. Así que, corran no, vuelen, co-mo Margarita sobre los cielos deMoscú, al Teatre Lliure a verlo. |

Bon Iver

POBLE ESPANYOLBARCELONA

27 de julio

SERGI SIENDONESCuando el año pasado Arcade Firese hizo con el Grammy amejor ál-bum del año no todo el mundo sa-bía quiénes eran. De hecho, paramuchos aquel no era ungrupo-gra-mmy, no cuadraba con la naturale-za mainstream de la gala. Sea co-mo fuere, los canadienses (aclama-dos ya desde suprimer disco por lacrítica especializada y losmelóma-nos de tintes indies) lograban consu tercer trabajo, The Suburbs, darel salto a lo grande. Su propuestaasí lo requería: multitud de instru-mentos, épica y un sonido tan per-sonal como versátil.Este año la sorpresa seha repeti-

do conBon Iver.Muchos de los es-pectadores ni siquiera entendie-ron el nombre, confundiéndolocon “Bonnie Bear”. Será porque noacostumbran propuestas tan inti-mistas, de difícil e innecesaria defi-

nición –indie-folk tan sólo se acer-ca–, amigas de la autoedición y laeconomía de recursos. Sea comofuere, los Oscar de la música hanpremiado a Bon Iver y a su segun-do disco, Bon Iver, Bon Iver, condos gramófonos (mejor nuevo ar-tista ymejor álbumdemúsica alter-nativa), premios que han aceptadoy recogido, aunqueno sin cierta re-ticencia: la contradicción delmúsi-co que, huyendo del circuito con-vencional, se ve premiado por él.

Doctor en AlaskaLa historia de Bon Iver es la histo-ria de Justin Vernon, y no habrá yani fan ni curioso suelto que la des-conozca. En noviembre del 2006,tras la ruptura con su anterior ban-da (DeYarmond Edison), el finaldeuna relación sentimental y coin-cidiendo con la lucha contra lamo-nonucleosis hepática, Vernondeci-

dió retirarse a la cabaña de caza desupadre, en el norte deWisconsin.Tres meses en los que nieve, espa-cio, silencio, tiempo, recuerdos y laserie Doctor en Alaska resultaronser no sólo antídoto, sino manan-tial. Armado con material básicode grabación, sin apenas escucharmúsica y con la inmensidad de lanaturaleza como única compañía,las canciones fueron surgiendo. Enaquel momento eran sólo piezasde abandono, retratos desnudos.Pero un año después, en el 2007,conformarían su primero disco:For Emma, forever ago. Guitarrasacústicas superpuestas, percusio-nes casi silenciosas que se apode-ranpoco a pocode los temas,mati-ces de viento y teclado. Letras dehonestidad críptica y dolorosa, unfalsete indescriptible y overdub-bing por un tubo, tanto que en susdirectos necesitaba la participa-ción vocal del público. De aqueldisco destacan Skinny Love, FlumeoRe: Stacks, piezas que respiran elambiente de la cabaña, cancionesque saben a invierno. Porque, al finy al cabo, Bon Iver no esmás que ladeformaciónde bon hiver (buen in-vierno en francés).Si aquel primer disco fue la ma-

terialización de un invierno en elalma de Vernon, el segundo ha si-do la confirmación de que aquelloera el relato de un renacimiento.En los diez cortes que componenBon Iver, Bon Iver oímos como lanieve se derrite lentamente y loscolores empiezan a impregnar lasnotas. Porque la reclusión y elabandono que habían dado a luzcancionesdesnudashandejadopa-so, sin perder un ápice de emociónni suavidad, a sonidos más vesti-dos.Los teclados tomanmayorpro-tagonismo y los efectos, percusio-nes ymatices reinventan a la guita-rra acústica y acompañana la estre-mecedora voz de Vernon hasta unnuevo estadio. Más expansivo,más libre. Calgary, Perth yHoloce-nemerecen especial atención.Pero volvamos a los Grammy.

Para un proyecto como este, ciertafama y éxito comercial chirrían.Recordemos que Justin Vernon seconfesó incómodo al subir a reco-ger los gramófonos y que en unaentrevista para The New York Ti-mes, antes de conocerse ganador,declaró: “No deberíamos reunir-nos en una gran sala y mirarnosunos a otros fingiendo que esto esimportante”. Y es que lamúsica deVernon nace de espaldas almerca-do, pero acaba empatizandode for-ma tan visceral con la gente quevende.Ya les pasó a otros,KurtCo-bain se deprimía –todavía más– alver como sus canciones se colabanen las listas de éxitos... Será que esinevitable que haya almas que ven-dan, y el alma de Justin Vernonvende. No sólo discos, incluso za-patillasKeep. En fin, que la contra-dicciónestá servida.Aunque lamú-sica es música, y este viernes en elPoble Espanyol de Barcelona toca-rá olvidarse de lo demás. |

En las imágenes, varios momentos delmontaje de la obra de Bulgákov por lacompañía CompliciteFOTOS BOHUMIL KOSTOHRYZ / ROBBIE JACK

Bon IverElPobleEspanyol deBarcelona acogelamúsica intimista de esta banda estadounidenseencumbrada tras la llegadade su segundodisco

Los inviernos deJustinVernon

Justin Vernon(Bon Iver) duran-te un conciertoen Oslo (Norue-ga) en el 2009BRIAN SWEENEY /

GETTY