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    ANTECEDENTES GENERALES

    Los mitos como reflejos fantsticos en la mente de loshombres, de algo que en algn momento existi, o se crea queexisti, son ficciones inherentes al desarrollo de la humanidady por lo tanto tienen una razn histricamente determinada.Los hombres son los que crean los mitos; principalmente loshacen por necesidades culturales, ideolgicas, psicolgicas yhasta polticas.

    ntimamente ligada a esta necesidad est la otra, la de larepresentacin de los hechos y fenmenos dados, que en un primer momento no tienen explicacin objetiva; en la medidaque el desarrollo del pensamiento lgico es producto de unlargo proceso, tan largo como la historia del hombre, y enestos primeros tiempos, sobre todo, porque an no se halogrado comprender el origen, movimiento y tendencias dedesarrollo de esta forma del pensamiento.

    Esta es la razn, del porqu, de este proceso no haescapado ningn pueblo del mundo y estos elementos sonmateria prima de todas las formaciones histrico-sociales;adems hay que aadir, que los mitos siguen, ms o menos, latrayectoria de los hombres, de los pueblos y las necesidades delas pocas. Pero de alguna forma tambin, los hombres siguenel movimiento de los mitos, y esa interrelacin tiende aalimentarse y reproducirse constantemente. Esta accin estdirectamente ligada al hecho de la transmisin yretransmisin, quitando o agregando algo, formando as unatradicin.

    El tema de los mitos es tan amplio como las fantasas ynecesidades de sus creadores. Segn Claudio Levy Strauss, entrminos muy generales podramos mencionar los: "... mitoscosmognicos, estacionales, divinos, heroicos, tecnolgicos,etc". (Levy Strauss 1986: 14)

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    Los mitos tienen que ver, de igual modo, con laconcepcin del tiempo en la historia y como sta se desarrolla,(en este nivel la etno-mitologa se confunde con la filosofa);

    en esta direccin, podemos distinguir, grosso modo, trescorrientes. Los que nos configuran la historia en desarrollolineal; los que creen que la historia se desarrolla en comienzosy recomienzos para nuevamente volver a comenzar. Yfinalmente los que sostienen la idea de que siendo en esenciadistintos, en la forma se presentan, una y otra vez, parecidos.

    Los mitos, como juegos mentales y culturales, como falsa

    conciencia o conciencia deformada de la realidad, muchasveces, (confundindose con las utopas) se adelantan oretrasan a los procesos histricos y a las mentalidadescolectivas; en otros casos mueren y vuelven a nacer entiempos, formas y modalidades distintas; slo los msarraigados y "necesarios" son los que perduran y trasciendenpocas histricas y espacios continentales.

    Que los mitos se relativizan y hasta tienen un desarrollo propio, puede ser verdad hasta cierto punto; pero es pertinenteaclarar que con variantes ms o variantes menos, la historia deestos fantasmas es la misma.

    Veamos tres casos, slo a manera de ilustracin. En unode los ms conocidos poemas de Octavio Paz, PIEDRA DESOL, se expone mitolgicamente la idea del tiempo circular en la historia; algunos aos despus de la conquista, es decir 400 aos antes de haber sido escrito el poema de Paz, estamisma idea circulaba de boca a oreja, en los indios del recindestruido Imperio del Tahuantinsuyo, hoy es conocido con elnombre del mito del INKARRY.

    Por ltimo, en base a la informacin que nos da KarlPopper, este pensamiento vendra originariamente de oriente;y en Grecia lo populariz Hesodo en la conocida metforamitolgica del EDIFICIO, ocho siglos antes de nuestra era.

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    En la vida y el movimiento de estos fantasmas podemosobservar que se repite en negativo o en positivo, comofelicidad o como desgracia, siempre deformada, la vida y el

    movimiento del hombre y las sociedades. Para la mitologa noexisten los trminos medios, sencillamente se desconoce la palabra mesura.

    Estos entes que viven en el tiempo pero fuera del espacioy gracias a la necesidad del hombre han adquiridoindependencia y ms an algunos de ellos, altura suprema; enmuchos de los casos se convierten en amos y hasta tiranos de

    quienes los crearon; ellos controlan frecuentemente sus actos yorientan sus acciones, censuran o premian sus hechos, yadems muchas veces, llenan el alma y dan sentido a la vida.

    En relacin a otro aspecto del mito, Levy Strauss escribeque: "... la funcin de los mitos consiste en incorporar yexhibir las oposiciones presentes en la estructura de lasociedad en la cual nace el mito. El mito es la manera en queuna sociedad se entiende e ignora su propia estructura; revelauna presencia, pero tambin una carencia. Ello se debe a queel mito asimila los acontecimientos culturales y sociales".(Levy Strauss 1980: 57)

    Complementando la idea anterior Carlos Fuentes nosilustra otro aspecto de la funcin del mito en la historia, as:"La funcin del mito es proclamar que el tiempo existe y quedebe ser dominado si queremos recuperar el tiempo original.Pero, por qu hemos de desear esta reconquista del tiempooriginal? Porque la memoria nos dice que ramos felices:vivamos en la edad de oro". (Fuentes 1990: 66)

    Lo escrito por el mexicano, vendra a ser la funcin de untipo de mito, el que tiene los ojos puestos en el pasado. La otrafuncin del mito, el cual tiene la mirada en el futuro, fue planteada, entre otros, por el peruano Jos Carlos Mariteguien estos trminos: "El mito mueve al hombre en la historia.Sin un mito la historia del hombre no tiene ningn sentido

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    que cumplen funciones de seguir alimentando las falsasconciencias. Hay los que vienen de arriba hacia abajo ycumplen el papel de control ideolgico, psicolgico y poltico

    en la poblacin. O los que naciendo en los pueblos, luego decomprobar su eficacia, son sistematizados, sintetizados yfinalmente utilizados como herramientas ideo-psicolgicas, por parte de los estados, para ejercer de igual manera dominioy control, muchos de ellos son defendidos por Vargas Llosa,como veremos ms adelante.

    Si en la antigedad se dio la predominancia de la poltica a

    travs de un manto mtico, en el feudalismo se invertirn los papeles, ya que se dio, el predominio de lo mtico-religioso atravs de la poltica. Los mitos locales, regionales y hastanacionales cedern su lugar a esa fuerza omnipresente yomnipotente de marca trascendente que todos conocemos conel nombre de Dios.

    Para muchos, no slo hombres del comn, sino queincluso para grandes filsofos, como Hegel por ejemplo, nada puede tener lugar sin el por ser obra de l. Leamos cmo elfilsofo sustenta su idea: "El hecho de que la historiauniversal, bajo el cambiante espectculo de sus episodios, seael transcurso de ese desarrollo y el proceso real del Espritu,constituye la verdaderateodicea , la justificacin de Dios en lahistoria. Lo nico que puede reconciliar el Espritu con lahistoria universal y la realidad es la intuicin de que lo que haocurrido y ocurre todos los das no slo no tiene lugar sinDios, sino que es esencialmente la obra de l mismo". (Hegel1989: 458)

    Con el renacimiento, la ilustracin, el positivismo y elcientificismo, en pleno desarrollo y predominio del sistemacapitalista, muchos mitos antiguos que pervivan comoconsecuencia an del manto medieval, entraron en crisis, y elvaco se adue del alma de los pueblos. Crisis y vaco quefueron solucionados y llenados, momentneamente, por la

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    razn y la ciencia, razn y ciencia que se convirtieron posteriormente, aunque parezca contradictorio, en base para laconfiguracin de nuevas formas mitolgicas.

    Algunos estudiosos (Lukcs, Goldmann, Sbato) sostienenque es el momento cuando ocurre la muerte de Dios, y es precisamente la novela, como gnero literario abarcador ytotalizante, quin cumplir ese papel de sustituto de la deidad,y se encargar de llenar el vaco dejado en el alma y elsentimiento del hombre. Esta es una verdad a medias, en lamedida que se cumple en un reducido sector de la poblacin,

    (en la mayora de la capa intelectual), mientras que en la granmasa, con sus variantes y niveles, como opio, verdugo oesperanza, est all presente.

    El escritor, motivo de esta investigacin, es uno de los quesostienen esta teora de la muerte de Dios; idea que la plasmen su tesis doctoral titulada GARCA MRQUEZ:HISTORIA DE UN DEICIDIO, tema que desarrollaremos enel ltimo captulo de esta investigacin.

    A la par con lo dicho, el capitalismo conciliando en parteel mito-utopa de la otra vida y el paraso terrenal, nos da unaserie de mitos y utopas en todos los sentidos de la vida, conayuda de los cuales se ha desarrollado y se mantiene, ms an, pretende eternizarse: All tenemos entre los ms difundidos deestas alquimias, adems del dinero que ya fue descrito, el mitode la libertad en abstracto, de la democracia sin apellido, de laigualdad ante la ley, de las elecciones libres y soberanas, delas oportunidades para todos, del hroe que se hizo solo, delmercado que premia, no al ms fuerte, sino al ms capaz, delas ganancias producto del esfuerzo, y de la riqueza comoconsecuencia del ahorro, etc. Estos son los principales mitos,que en los ltimos aos defiende intransigentemente, VargasLlosa.

    Hemos descrito el mundo de los mitos y su relacin conlas sociedades, para adentrarnos en el tema de nuestra

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    investigacin, debemos mencionar que nuestro autor naci enun momento histrico marcado por el predominio del sistemacapitalista en su etapa imperialista, en medio de dos grandes

    guerras y dos grandes revoluciones en el mundo.En Latinoamrica y Per-Bolivia se respiraba esteambiente en general, ms concretamente el trnsito desociedades semifeudales a capitalistas con todas susconsecuencias. En el hogar de los Llosa, -los Vargas nocuentan en esta primera etapa,- se transitaba de unaaristocracia provinciana algo cultivada venida a menos, hacia

    una mediana burguesa, que va el estudio o los cargos pblicos-estatales, intentaba buscar un espacio seguro en estamovediza sociedad.

    Vargas Llosa (dice en sus memorias) adems de jugar mucho, es un nio dedicado a la lectura. A los cinco aos deedad aprendi a leer y uno o dos despus, ya haba ledoalgunos libros por completo, como GENOVEVA DEBRABANTE, SANDOKAN, EL REY ARTURO, etc. Elambiente familiar conservador, pero tolerante e informado,donde l no slo era aceptado sino que muy querido, locondicionaron, para que, en el contexto latinoamericano y peruano, sea un nio fuera de lo comn y se le puedaconsiderar un nio precoz. Los amantes de las mitificaciones,diran un "pequeo genio". En base a esto, cuando tena 15 16 aos, a la par que escribe y pone en escena una obra deteatro, LA HUIDA DEL INCA, escriba artculos y notas periodsticas para el diario La Crnica de Lima y luego para eldiario La Industria de Piura. De igual manera esta actividad, atan temprana edad, para el mundo intelectual del continente, yespecialmente peruano, sale de lo normal.

    Reconstruyendo parte de la vida de Vargas Llosa, entre los17 y 19 aos, y centrando en el aspecto econmico, el crticoJ. M. Oviedo, escribe: "Esta es una etapa de especialinseguridad econmica para Vargas Llosa, que se angustia

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    tratando de conseguir un puesto que le permita vivir sin dejar de estudiar. Este puesto no existe en Lima para l y entoncesecha mano de todo lo que puede. El drama adquiere contornos

    casi grotescos: por algn tiempo, el joven Vargas Llosadetenta hasta siete puestos (...), desde redactor de noticias enuna radio hasta registrador en el Cementerio General de Lima, pasando naturalmente, por la labor de periodista en varias publicaciones". (Oviedo 1977: 26)

    En lo escrito por Oviedo, siendo verdad; pero al no haber precisin deviene en exageracin; por ejemplo cuando afirma:

    " ...Vargas Llosa detenta hasta siete puestos...", informacinque al lector comn y corriente lo impresiona de tal manera ytermina creyendo que ese joven, si no era, estaba muy cerca deser un "super hombre", que fue capaz de cumplir, por algntiempo, con siete empleos a la vez. As el crtico, sabindolo ono, va contribuyendo a la formacin y la estructuracin delmito Vargas Llosa.

    En 1959 aparecer el libro de cuentos LOS JEFES, el quemereci el Premio Leopoldo Alas en Espaa. Libro y premioque prepar el ambiente que llegar cuatro aos despus,cuando antes de ser pblica su primera novela LA CIUDAD YLOS PERROS obtiene el Premio Biblioteca Breve instaurado,aos antes, por la Editorial Seix Barral, editorial que publicel libro y a partir de ese momento Vargas Llosa se convirti enuno de los ms conocidos novelistas latinoamericanos.

    La publicidad de toda ndole trabajar la figura de VargasLlosa, de igual manera algunos de sus colegas escritores,como es el caso del chileno Jos Donoso, quin en su deseo demistificar a Vargas Llosa, escribe: "Candidato Universal atodos los premios y los honores desde que entr en la literaturacon el pie derecho al obtener el Premio Biblioteca Breve consu primera novela, La ciudad y los perros , a los veintitrsaos, su encumbramiento basado en la excelencia sucesiva decada una de sus novelas, su frrea disciplina de trabajo, su

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    posicin poltica intransigentemente democrtica que hace quecuando una ideologa lo desilusiona, lo diga y la abandoneaunque se le ofrezca el oro y el moro por ocultarlo, es una

    especie de dios en Per y en todo el mundo de hablahispana:...". (Donoso 1981: 152)Lo de Dios, ms all de figura literaria, est en la lnea de

    endiosamiento y as se contribuye a acrecentar la fama. Deigual manera se le rebaja la edad (de 27 a 23 aos) parahacerlo ms impresionante en el imaginario popular, sabiendoque la precocidad es un componente llamativo. Despus de

    todo, es as como se han trabajado y trabajan la mayora de losmitos modernos. Con un lenguaje emocional ms que racional,figurativo antes que conceptual, de adjetivos antes quesustantivos, de esa manera, como la vieja experiencia nosensea, se penetra con mayor facilidad, no en la mente, sinoen el sentimiento de los pueblos, y luego, como se preguntaba Nietzsche: "Lo que la plebe aprendi en otro tiempo a creer sin razones, quin podra-destrurselo mediante razones?".(Nietzsche 1995: 387), encuentra confirmacin en la realidad.

    El juego de palabras y la extrapolacin de trminos estcnica conocida en estos menesteres. Siguiendo con elrazonamiento de Donoso, se dice por ejemplo en Per, VargasLlosa es en el extranjero algo as como un Dios ; y en elextranjero de igual manera, en Per Vargas Llosa es algo ascomo un Dios : El colorario podra ser: aqu no, pero all s. Enla mayora de los casos, es posible que el personaje aludido nisiquiera tenga conocimiento de los malabarismos de que esobjeto su nombre y su fama. Porque Vargas Llosa esconsciente de la diferencia que hay entre la fama del escritor,el escritor y el hombre que come y duerme.

    En el caso del escritor chileno que nos sirve como paradigma de anlisis, no se limita slo al caso Vargas Llosa,lo hace extensivo a todos los miembros del BOOM, de all queel crtico uruguayo ngel Rama, analizando estas ideas,

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    escriba: "En su libro HISTORIA PERSONAL DEL BOOM,Jos Donoso establece una jerarquizacin que parece calcadadel empreo celestial donde haytronos, serafines, arcngeles,

    poniendo slo cuatro nombres en la diestra de Dios PadreTodopoderoso". (Rama 1983: 82)Aos despus, para el filsofo Miguel Gmez, Vargas

    Llosa ya no tendr la categora de una especie de Dios comoen Donoso; pero se mantendr en el nivel del hijo, leamos: "...muchos vieron en su figura elegante y carismtica elMesas que la derecha haba esperado durante tanto tiempo. ElMesas

    justificaba su llegada diciendo que se dedic a la polticacomo un servicio nacional transitorio, despus volver a laliteratura". (Gmez 1989: 11)

    El hijo de Vargas Llosa de igual modo, cuando narra los prolegmenos a un mitin en Arequipa, escribe: "Era unespectculo hermoso, lleno de color y msica que pareca presagiar una jornada de triunfo. Recuerdo las caras baadasen lgrimas de mujeres de aspectos mesingo que saludaban lallegada de unMesas , viejos orgullosos del retorno de un paisano suyo gritando ` Bienvenido, Mario ! (...) Las madresse acercaban con sus hijos para que los tocara". (Vargas 1991:141)

    Finalmente el escritor norteamericano Jeff Daeschner,siguiendo en la lnea de los mitos dice: "En un pas fascinado por todo lo extranjero, la lite peruana cotizaba a Vargas Llosacomo el muchacho local que haba triunfado en el viejocontinente. Los artistas plsticos y los escritoreslatinoamericanos disfrutaban de un status casimtico como poseedores de una percepcin especial, y Vargas Llosacumpla a cabalidad con ese rol". (Daeschner 1993: 14)

    Como hemos podido ver, a Vargas Llosa, se le haencumbrado al sitial de "... una especie de Dios ", de "... elMesas " de " ... casimtico ". Todos estos adjetivos, dan formay contenido al concepto que hemos desarrollado a lo largo de

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    esta parte del presente trabajo, de all que nuestro autor, comoconsecuencia de todo lo escrito, ha devenido, para un sector significativo de la poblacin lectora, en un ser que cumple,

    para bien o para mal, este rol. Es por ello que en el desarrollode esta investigacin, nos interesa humanizar a esa especie dedios o Mesas y naturalizar a ese personaje casimtico .

    Para ello, seguiremos paso a paso al hombre de carne yhueso, buscando explicaciones a sus inquietudes intelectuales, polticas y artsticas en la poca que le toc vivir, a sustristezas y alegras en el ambiente en el cual naci, creci y se

    form. Adems, naturalmente, comprender la voluntad ydeseo que han moldeado su personalidad. Y por ltimo,escudriar en sus sueos y sobre todo en sus pesadillas, quemuchas veces lo desvelan, y as tener, una idea del hombrecomo totalidad.

    EL CAMBIO DEL PAPEL DE LOS

    INTELECTUALES EN AMRICA LATINADESPUS DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCINCUBANA

    Con el triunfo de la Revolucin Cubana se parte la historiade Amrica en dos; el antes y el despus, tiene comoreferencia obligada lo sucedido el primer mes de 1959. Las

    repercusiones y consecuencias se darn en todos los niveles yexpresiones de la vida.Hoy que han pasado algo ms de cuarenta aos de haber

    ocurrido los hechos y con la tranquilidad y ecuanimidad quedan el tiempo y la distancia transcurridos, recordemos algunasopiniones de entendidos y actores directos en la experienciacubano-latinoamericana.

    El escritor Miguel Gutirrez, analizando el fenmenoliterario que se dio por esos aos y a uno de sus principales personajes, escribe: "El acontecimiento central del cual se

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    debe partir es el triunfo de la Revolucin Cubana,acontecimiento que era parte de las luchas de liberacinnacional y movimientos anti-colonialistas de los pases del

    Tercer Mundo que empiezan luego de la segunda post-guerray alcanzan su auge hacia fines de la dcada del 50 y primeramitad de los 60. Dentro de ese proceso (que, entre otras cosas, pone fin a la visin eurocentrista de la Historia), el triunfo delos guerrilleros cubanos comandados por Fidel Castro y el CheGuevara tuvo especial importancia: De pronto, todas lasmiradas del mundo, en especial de Europa, se dirigen a esta

    pequea isla que luego de la instauracin del gobiernorevolucionario debe enfrentar el cerco econmico,diplomtico, poltico y militar de los Estados Unidos, (...).Pero la Revolucin Cubana no slo despert la admiracin ysolidaridad de los intelectuales revolucionarios, progresistas ocon alguna decencia moral de Europa y del propio EstadosUnidos para con Cuba (...), sino que suscit el inters que eracasi un redescubrimiento, sobre todo por su cultura y arte; a suvez, el triunfo de la Revolucin Cubana signific la rupturadel aislamiento y la superacin de la balcanizacin poltica ycultural en que haban vivido nuestros pases desde laemancipacin. Sin la influencia de la Revolucin Cubana nohabra sido posible armar el llamado `boom de la novelalatinoamericana de la segunda mitad de la dcada del 60".(Gutirrez 1988: 220)

    Para comprender y valorar a cabalidad la atmsfera querespiraba el mundo intelectual en Amrica Latina despus deltriunfo de la revolucin en la isla, citemos el testimonio delescritor chileno Jos Donoso, quin tomando como referenciael Congreso de Escritores celebrado en la ciudad deConcepcin-Chile, el ao 1962, escribe: "En este sentido loms importante que Carlos Fuentes me dijo durante el viaje entren a Concepcin fue que, despus de la revolucin cubana, lya no consenta hablar en pblico ms que de poltica, jams

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    de literatura; que en Latinoamrica ambas eran inseparables yque ahora Latinoamrica slo poda mirar hacia Cuba. Suentusiasmo por la figura de Fidel Castro en esta primera etapa,

    su fe en la revolucin, enardeci a todo el Congreso deIntelectuales, que a raz de su presencia qued fuertemente politizado, la infinidad de escritores de todos los pases delcontinente manifest casi con unanimidad su adhesin a lacausa cubana". (Donoso 1981: 45)

    En la misma direccin de Carlos Fuentes, y acaso yendoms all, el otrora distrado y desinteresado en cuestiones

    polticas y considerado uno de los miembros del "cogollo delBoom", Julio Cortzar, escribe: "El triunfo de la revolucincubana, los primeros aos del gobierno, no fueron ya una merasatisfaccin histrica y poltica; de pronto sent otra cosa, unaencarnacin de la causa del hombre como por fin haballegado a concebirla y desearla. Comprend que el socialismo,que hasta entonces me haba parecido una corriente histricaaceptable e incluso necesaria, era la nica corriente de lostiempos modernos que se basaba en el hecho humano esencial,en el ethos tan elemental como ignorado por las sociedades enlas que me tocaba vivir, en el simple, inconcebiblementedifcil y simple principio de que la humanidad empezarverdaderamente a merecer su nombre el da en que hayacesado la explotacin del hombre por el hombre". (Cortzar 1984: 36)

    As como la mayora de los intelectuales de AmricaLatina se identificaron decididamente con la causa cubana,muchos otros del mundo entero hacan lo mismo. En algunoscasos la simpata se trasform en produccin, ya seanreportajes, libros, canciones, pinturas o pelculas, como fue elcaso del filsofo J. P. Sartre con su reportaje HURACANSOBRE EL AZUCAR o el socilogo norteamericano WrightMills con su libro ESCUCHA YANQUI.

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    Cuando el impacto de la revolucin se mantena en sumximo nivel, el nuevo gobierno cubano inici una polticacultural que repercuti a lo largo y ancho del continente, sta

    se manifest, entre otras formas, en la fundacin de laexcelente y hoy histrica institucin, llamada Casa de lasAmricas.

    El crtico uruguayo Rodrguez Monegal en relacin a loque venimos analizando escribe: "Adems, el propio gobiernode Fidel Castro asume una posicin cultural decisiva y quetendr incalculables beneficios para toda Amrica Latina. Sin

    descuidar a escala nacional el problema de la educacin ysobre todo del analfabetismo, la Revolucin Cubana proyecten sus primeros aos una poltica cultural a escalalatinoamericana.

    Y en seguida agrega: Para romper el bloqueo, que no sloes militar y econmico de los Estados Unidos, Cuba crea unainstitucin, Casa de las Amricas, que por algunos aos seconvertir en el centro revolucionario de la culturalatinoamericana. (...) Esa institucin realiza muchas cosas.Entre las ms importantes est la fundacin de una Revista bimestral cuyo primer nmero es de junio-julio de 1960. (...)Casa de las Amricas tambin organiza Congresos, festivalesy concursos. (...) Casa de las Amricas tambin publica libros:reediciones de clsicos de la literatura latinoamericana,algunos olvidados o conocidos slo en sus respectivos pases;reedicin de obras nuevas y aun novsimas que se ponen alalcance del lector hispanoamericano:..." Por ltimo, RodrguezMonegal, termina afirmando: "El impacto de la polticacultural, a escala hispnica no deja de sentirse en todo elcontinente, y aun fuera de l". (Rodrguez Monegal 1971: 14)

    Esta revista lograr un gran nivel, prestigio y difusin, por lo menos en una primera etapa, gracias al esmero de susdirectivos y cuidado de sus editores, y naturalmente a laexcelente plana de colaboradores, encabezada por la mayora

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    de los escritores, que aos despus sern los ms famosos delcontinente y del mundo en lengua castellana. All estuvieron,como miembros o amigos, entre otros, Julio Cortzar, Gabriel

    Garca Mrquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, etc.Tiempos despus, Cuba no slo brinda apoyo a losintelectuales, sobre todo a los que se reclaman de izquierda, sino que tambin les exige. Garca Mrquez cercano conocedor de esta experiencia, declara: "La definicin de un intelectualde izquierda latinoamericano se convirti en la defensaincondicional de Cuba. Y los cubanos, a travs de sus propios

    mecanismos, determinaron quin cumpla con esa solidaridady quin no, aprovechndose de la situacin que prevaleca para muchos intelectuales en sus propios pases". (Castaeda1995: 218)

    Esta fascinacin, dice un escritor cubano: "... lleg a su punto mximo en 1967-1968, en el congreso Cultural de laHabana y el Saln de Mayo, al que asistieron casi todos losque pertenecan a la inteligencia latinoamericana". (Castaeda1995: 218) Claro que para ser justos, con respecto "a lainteligencia latinoamericana", tendramos que decir que serefiere a la mayora de intelectuales de izquierda o progresistas.

    Como todas las fascinaciones duran poco una de lasmayores expresiones ser la invasin de Checoslovaquia por los tanques rusos en el ao 1968 y el apoyo que brind FidelCastro a dicha accin. Pocos aos despus ocurrir el CasoPadilla, que dio motivo o pretexto para los resquemores,alejamientos, injurias, oposiciones y hasta condenas.

    Ante estos dos hechos, entre los ms famosos (a nivel delos novelistas) se experimentaron tres actitudes bastantemarcadas, por ejemplo Garca Mrquez, Carpentier yCortzar, conociendo y reconociendo los errores, crean quelos logros son mayores y nunca dejaron de apoyar larevolucin; otros como Fuentes o Donoso mantuvieron un

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    perfil bajo y una prudente distancia, y unos terceros, comoCabrera Infante y Vargas Llosa, en un proceso largo, lento, pero seguro, terminaron en el otro extremo, incluso el ltimo

    de los nombrados, sosteniendo una campaa permanente encontra de Cuba, como se puede ver en otra parte de estetrabajo.

    La iglesia catlica Latinoamericana tampoco qued almargen del remezn caribeo, de all que en una guerrainterna entre los autnticamente comprometidos con la causade los pobres y los que, por confusin u oportunismo, remaron

    en favor de lo que se dio en llamar la Teologa de laLiberacin. Corriente, no excepta de contradicciones, tuvo suscabezas visibles en el despus "excomulgado" sacerdote brasileo Leonardo Boff y el sacerdote peruano GustavoGutirrez.

    Algunos organismos de investigacin y anlisis, creadosaos antes con el fin de conocer, comprender y desde luego,controlar mejor la vida poltico-social en Amrica Latina seradicalizaron, estamos pensando en la CEPAL, la que con sussocilogos y economistas generaron y propagandizaron lafamosa Teora de la Dependencia. Un sector de los tericoscepalinos crean haber demostrado con la experiencia cubanala validez y objetividad de sus teoras; validez que las hacanextensivas a todas las sociedades del continente.

    El hecho ms sorprendente y famoso, notorio y duradero,en el plano de las ideas y de la fantasa, es sin lugar a dudas laaparicin de ese fenmeno, entre poltico y publicitario; perosobre todo literario, conocido con el nombre del BOOM DELA NOVELA LATINOAMERICANA, fenmeno quedesarrollamos, en otra parte de esta investigacin.

    En este ambiente, como afirma J. Petras en el trabajo aqucitado, muchos intelectuales considerados conservadoresevolucionaron a demcratas, los demcratas se reclamaron progresistas, los progresistas se declararon izquierdistas, los

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    izquierdistas se transformaban en comunistas, y loscomunistas, los ms consecuentes, crean que haba llegado lahora de materializar los sueos, incendiar la pradera y tomar el

    cielo por asalto, como efectivamente veremos a algunos deellos, pocos aos despus, como integrantes de losmovimientos guerrilleros que entraron en accin a lo largo yancho del continente.

    Son los aos en los cuales reclamarse de izquierdasignificaba honor y prestigio, por eso se ha dicho, entre bromay en serio, cuando se preguntaba a un intelectual

    latinoamericano qu profesin tena, l responda sin titubear:" Intelectual de izquierda ". Los socilogos fueron los mscelosos guardianes de esta postura, segn la opinin de JorgeCastaeda.

    Claro es pertinente puntualizar, que esta fiebre, comotodas las fiebres pas, y la mayora de los afectados sereconciliaron con el orden, y algunos, los ms radicales,tuvieron que pedir disculpas al padre sistema, por lastravesuras de juventud. Esta es la razn que lleva al otrodisidente norteamericano y tambin socilogo, James Petras, aescribir lo siguiente: "El poder y las atracciones del poder, elascenso y descenso de las clases dirigentes o movimientos populares son un determinante importante de las orientacionesintelectuales. El ascenso de los movimientos de masasciertamente influenci a muchos intelectuales a virar hacia laizquierda durante los aos 60. De igual manera, los triunfosmilitares de los regmenes neo-liberales de los aos 70sentaron las bases para el giro de los intelectuales a la derecha,hacia la democracia liberal de los aos 80. En muchos casos,los idelogos de la izquierda y las guerrillas de los 60 seconvirtieron en los ministros y funcionarios pblicos de losregmenes neo-liberales de los aos 80 y 90". (Autores varios1991: 98)

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    Como escribe Petras, desde los 70 y sobre todo de los 80,la historia se repite en este plano, pero en sentidoinversamente proporcional a lo sucedido una dcada anterior,

    y la oleada del viento conservador, hasta mediados de ladcada del 90 no amainaba y amenazaba arrasar con todo ycon todos. La vergenza y desconfianza por su pasadorevolucionario hace que estos intelectuales no pierdanoportunidad para abjurar de sus antiguas creencias y a la vez proclamarse los ms puros defensores y celosos guardianes delas nuevas teoras, hoy en boga, como " La teora nica " o "El

    fin de la historia " por ejemplo.Volviendo a nuestra idea original, hay que decir, que otrade las consecuencias de esta revolucin es el haber logradosignificativos niveles de unidad, coordinacin y vinculacinde los intelectuales latinoamericanos, a travs de revistas,libros, congresos, etc. Unidad que reviva la etapa de laindependencia, donde se luchaba, en primer lugar, por la patriagrande; esta realidad, deseo y voluntad est reflejada, por ejemplo en una representativa cancin de las dcadas 60 y 70,que fue, por muchos tiempo, algo as como un himno para loslatinoamericanos, y en parte su letra dice: "Yo que soyamericano, no importa de que pas, quiero que mi continenteviva algn da feliz. Que los pases hermanos de CentroAmrica y Sur borren las sombras del norte a ramalazos deluz. Si hay que callar no callemos pongmonos a cantar y sihay que pelear peleemos si es el modo de triunfar".

    La mayora de los intelectuales latinoamericanos, sostieneGutirrez en LA GENERACIN DEL 50. UN MUNDODIVIDIDO, que hasta entonces se caracterizaron por repetir,sin mucha originalidad, ideas que venan de fuera, a partir deeste momento sbitamente, los importadores se convierten enexportadores. En Europa y EE. UU a los intelectualeslatinoamericanos se les abren las puertas de las universidades,de los institutos y los centros acadmicos, a la par que son

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    invitados a conferencias, seminarios y congresos; la curiosidadtanto por su historia, su arte, su literatura y su cultura engeneral, se hace evidente, teniendo en cuenta que, con muy

    contadas excepciones, Amrica Latina fue vista, ms o menoshasta estos tiempos, como " La tierra virgen ", donde mora " El buen salvaje ": "... idea que persistira, dice Chomsky, inclusoen las obras de los eruditos, hasta que el despertar cultural dela dcada de 1960 terminara por abrir muchos ojos".(Chomsky 1993: 11)

    En otro nivel, el marxismo como mtodo y concepcin del

    mundo gan mucho terreno en la sociedad, y en particular, encolaboracin con la lucha de estudiantes y profesores, en lasuniversidades latinoamericanas, y as entr a competir con lasdems corrientes ideolgicas y mtodos de investigacin.Desde ese tiempo no hay investigacin, en cualquier rama delas ciencias humanas, que se precie de seria, que no recurra,siquiera como referencia, a este marco terico-conceptual.

    En el plano poltico-militar, escribe Jorge Castaeda: "Nofueron Fidel Castro y los cubanos que inventaron la luchaarmada en Amrica Latina o en el Caribe. En la reginimperaba una larga tradicin de tomar las armas que data delsiglo XIX y que se prolonga hasta la vspera de la RevolucinCubana. Los que forjaron esta tradicin fueron losnacionalistas, los liberales radicales y, en ocasiones, losmarxistas. Mart, Mella y Gutirrez en la propia Cuba; Villa yZapata por supuesto, Sandino en Nicaragua; en cierto modo,Farabundo Mart en el Salvador; los levantamientoscampesinos en Colombia que analizamos ms adelante; JosFigueres en Costa Rica; innumerables intentos de insurreccinen la Repblica Dominicana y Hait, que se remontan aToussaint L'Ouverture: Fidel y su 26 de Julio tenan muchosantepasados". (Castaeda 1996: 83)

    Si bien es cierto que la Revolucin cubana era un punto dellegada de "...las luchas de liberacin y movimientos anti-

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    siniestra, hasta lograr domesticarla y prostituirla. Por esosaos Carlos Fuentes nos adverta en torno a esta tcnica,escribiendo: "... basta repetir mil veces una palabra para que

    pierda todo sentido y no sea sino un rosario (...) de slabashuecas..." (Fuentes 1992: 272)En esta direccin entendemos que muchos regmenes

    militares, incluso, hasta con marcadas tendencias ideolgicas y polticas fascistas, se autoproclamaron como revolucionarios;los curas mostraban sus querellas como accionesrevolucionarias, y en los ltimos aos, los neo-liberales

    propugnan la vuelta a las viejas ideas de la economa clsica, presentndolas como nuevas y revolucionarias.El mismo trato han recibido algunos smbolos

    revolucionarios como el Che Guevara. La publicidad ha hechode l un "cono inofensivo" ubicando su fotografa hasta en losurinarios pblicos, el turismo ha creado "el Tour por la rutadel Che"; por ltimo, unos terceros hablan, del "san Ernesto dela Higuera".

    Para el gobierno de los EE. UU, Cuba es un tema aparte,ellos en principio se sintieron desorientados y despus, por muchas razones, se vieron hasta invadidos. Desde antes de laindependencia cubana, en los predios del poderoso vecino setrabajaba con la doctrina Monroe que reza: "Amrica para losamericanos", esto en teora y para la exportacin; pero para elconsumo interno y en la prctica, ya lo adverta el ChGuevara, se orientaban con la consigna de "Amrica para losnorteamericanos".

    La soberbia, arrogancia y el complejo del pas ms poderoso de la tierra haba sido mancillado por la insolenciade un pequeo pas, que no pasaba de ser, para muchosestadounidenses, ms que una prolongacin de una parte de sucosta atlntica. Ligado a esto no olvidemos, que la RevolucinCubana, se convirti en un psimo ejemplo, para los dems pueblos pacficos y obedientes del continente. De all se

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    explica en parte la obstinada y permanente agresin de los EE.UU, a lo largo de estos cuarenta aos, en contra de Cuba.

    Hasta aqu hemos planteado, en trminos generales,

    principalmente las consecuencias positivas, del triunfo de laRevolucin Cubana a nivel de la inteligencia de izquierda enAmrica Latina. Veamos la otra cara de la medalla.

    En el plano internacional, luego de la euforia causada por el triunfo de la revolucin, en el mundo intelectual, el ao1967 hay una cierta confusin y tristeza, la que tena que ver con la muerte del Che Guevara en Bolivia. Se habl de las

    discrepancias ideolgicas y polticas de ste con el gobierno, yhasta del abandono de los dirigentes cubanos a Guevara en suafn de crear "varios Vietnam en Amrica Latina".

    Lo aqu mencionado tiene algn asidero, gracias a lainformacin proporcionada por el estudioso Carlos Tablada ensu libro EL PENSAMIENTO ECONMICO DEL CHEGUEVARA, en la medida que, entre 1962 y 1965 Guevararecorri, entre otros pases, la Unin Sovitica y la RepblicaPopular China. Despus de su visita al primer pas, declarque en el plano econmico, aquella sociedad caminabaaceleradamente a la restauracin capitalista. Y por otro lado,que la lnea poltica internacional del Partido Comunista deChina, en la polmica de esos momentos, serva mejor a losintereses de los pueblos del mundo en funcin de suliberacin. Esta es la razn, segn el estudioso cubano, el porqu en Cuba, Guevara fue acusado de "trotskista" y de"maosta".

    En 1968 llegar el primer desencanto, para un sector de laintelectualidad de izquierda, cuando los tanques deldenominado Pacto de Varsovia, invadieron la entoncesRepblica de Checoslovaquia, en razn de que en este pas seiniciaban algunas reformas polticas y econmicas, y la vez,intentaba escapar del control sovitico.

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    El problema no slo fue con Cuba, (en la medida que FidelCastro en el Discurso sobre Checoslovaquia pronunciado el 30de agosto, entre otras cosas dijo: "Aceptamos la amarga

    necesidad que exiga mandar tropas a Checoslovaquia"), sinoque con el socialismo en su conjunto. Esta accin haca ver almundo, y especialmente a los intelectuales, que los supuestos pases socialistas actuaban en la prctica, de la misma formacomo los pases imperialistas.

    Adems hay que recordar, lo que prrafos antes declarGarca Mrquez, de que los cubanos, a la vez que reciban y

    daban apoyo a los intelectuales latinoamericanos, del mismomodo les exigan, entre otras cosas, defender la lnea de larevolucin. En ciertas ocasiones, ante hechos consideradosimportantes, estos ltimos pedan "la opinin", otros diran el"visto bueno", del gobierno cubano, como sucedi con VargasLlosa, cuando "pidi la opinin de Cuba" al saber que era elganador del Premio Internacional Rmulo Gallegos, otorgado por el gobierno venezolano, en mrito a su novela LA CASAVERDE.

    Una preocupacin que rondaba en la cabeza de losintelectuales, no slo latinoamericanos, en estos primerosaos, era el no grato recuerdo, ocurrido tiempos atrs, con losintelectuales disidentes en el denominado "campo socialista",y especialmente en la Unin Sovitica. Los casos ms propagados por ese entonces, en el plano de la literatura,fueron los de los novelistas Boris Pasternak y Alexandr Solzhenitsin. Todos esperaban, que en la recin triunfanterevolucin, esta historia no se repita.

    En el plano interno el gobierno cubano tena problemascon algunos intelectuales de renombre, como por ejemplo,cuando fue prohibida en 1965 la novela TRES TRISTESTIGRES de Cabrera Infante y un ao despus se critic lanovela de Lezama Lima PARADISO. Adems, algunas pelculas tendrn un destino parecido.

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    La verdad es que desde un primer momento, se inici loque se ha dado en llamar la institucionalizacin de la cultura,es decir, el Estado controla directa o indirectamente la vida

    cultural del pas; para ello se crearon organismos especialesque se encargaban del control de lo que se publicaba, de lasinvitaciones a congresos, seminarios o conferencias en elextranjero, especialmente.

    Otro hecho fue lo relacionado con los permisos a losintelectuales para salir del pas (a cumplir funcionesintelectuales); les otorgaba el gobierno a travs de algunos

    organismos, slo en tanto y en cuanto estas institucionesaprobaban dicho pedido, a partir de ese momento el invitado uotra persona que la institucin crea conveniente para larevolucin, poda salir del pas. La Unin Nacional deEscritores y Artistas de Cuba fue, y es, un organismo bastanteconocido en estos menesteres.

    Como consecuencia aparecieron un conjunto defuncionarios del partido que en la mayora de los casos, notenan la formacin suficiente en este nivel, para catalogar cual era bueno o malo, ya que no saban, como dira Vallejo:"... distinguir las conveniencias polticas del arte de lasconveniencias artsticas de la poltica". (Vallejo 1978: 261)

    En Cuba no existe y no existi la censura; pero no esnecesario, all est su hermana gemela la autocensura. En otras palabras se repeta, casi paso a paso, en algunas coyunturasms que en otras, la amarga experiencia en este nivel, de todoel "campo socialista", para con los intelectuales y artistas.

    El ao 1971 marcar un hito en la relacin RevolucinCubana versus intelectuales, ocurrira, el despus clebre casoPadilla. Heberto Padilla fue un poeta de alguna nombrada enla isla, fue un intelectual que habla ms de cuatro idiomas, yfue posiblemente miembro del Partido Comunista de Cuba, yseguro, integrante de la Unin Nacional de Escritores yArtistas Cubanos.

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    Padilla fue detenido, junto a otros escritores e intelectuales por Seguridad del Estado cubano el 20 de marzo de 1971. Ysemanas despus hizo una autocrtica pblica, por su labor

    "contrarrevolucionaria" ante los miembros de la U. N. E. A. C.En esta autocrtica, enfila contra Cabrera Infante, acusndolode agente de la C. I. A. Se arrepiente de la crticas hechas,algunos aos atrs, a Lisandro Otero. En referencia alcontenido ideolgico de su poemario FUERA DEL FUEGOdice: "Y yo inaugur el resentimiento, la amargura, el pesimismo, elementos todos que no son ms que sinnimos de

    contrarrevolucin en la literatura". (Libre 1971: 100)En otra parte, entre otras ideas, reitera: "Yo, compaeros,como he dicho antes, he cometido errores imperdonables. Yohe difamado, he injuriado constantemente a la revolucin, concubanos y con extranjeros. Yo he llegado sumamente lejos enmis errores y en mis actividades contrarrevolucionarias".(Libre 1971: 98)

    Al conocerse la noticia de estas detenciones, y ms an, deesta autocrtica pblica, muchos intelectuales amigos osimpatizantes de la Revolucin Cubana se alarmaron y se pronunciaron. En principio creyendo que la autocrtica demarras era obligada, o en el mejor de los casos, inducida. Deello deducan, que la joven y hasta entonces encantadorarevolucin, repeta los mismos errores de las otrasexperiencias socialistas para con los intelectuales y artistas.

    Los pronunciamientos, las cartas y las renuncias pblicas aorganismos que trabajaban o simpatizaban con la revolucin,no se hicieron esperar. Ante tales hechos, el gobierno cubano,a travs de la Declaracin del Congreso Nacional deEducacin y Cultura y del mismo Fidel Castro, les respondi,acusndoles de "Seudo izquierdistas descarados que quierenganar laureles viviendo en Pars, Londres, Roma". Y adems,adverta: "Ya saben seores intelectuales burgueses yliberalistas burgueses y agentes de la C. I. A. y de las

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    inteligencias del imperialismo, es decir, de los servicios deinteligencia, de espionaje del imperialismo: en Cuba notendrn entrada no tendrn entrada!" (Libre 1971: 120)

    Despus de casi tres dcadas, nos preguntamos: cuntofue oro y cuanto fue ceniza en el caso Padilla?, la verdad esque del precioso metal qued muy poco; hubo subjetivismo ycomo consecuencia exageracin por los dos lados. Padilla noera un "contrarrevolucionario" como l se autocalificaba. En larealidad no pasaba de ser un individualista y hasta arribista,"enfermedad" comn a la mayora de intelectuales. Cuba no se

    transform en una crcel gigante, como auguraban algunos delos que protestaron; que hay control en muchos niveles yespecialmente en el que venimos tratando, es verdad; pero estlejos de ser una "satrapa". Y menos estos "intelectuales burgueses" fueron agentes de la C.I.A como se les tild, a lomximo que han involucionado es a socialdemcratas o aneoliberales.

    Entre los intelectuales que protestaron estaba MarioVargas Llosa, adems de su firma en las cartas colectivas,envi una personal a la directora de la Revista de Casa de lasAmricas, Hayde Santamara, haciendo de su conocimientosu renuncia al comit directivo de dicha revista.

    Todo lo aqu planteado, en la parte final de este sub-captulo, nos lleva a dilucidar un problema mayor, que losclsicos del marxismo no han logrado explicar difanamente,y tampoco la prctica del socialismo ha logrado dar solucionessatisfactorias. Nos referimos a la relacin del poder y lainteligencia, que lleva directamente a otro, el del individuo yla sociedad. Y al fin termina con el problema de la libertad yla necesidad.

    Cuando una revolucin, orientada ideolgica y polticamente por el marxismo triunfa, inmediatamente seinicia la construccin del socialismo, como una etapa previa alcomunismo. En este proceso largo de construccin socialista,

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    el Estado que materializa y representa, tericamente, losintereses del proletariado y del pueblo en su conjunto, seencuentra y enfrenta a un sinnmero de problemas, y uno de

    ellos, es justamente con quienes conforman ese sector socialque produce las ideas y las artes, los que en sus producciones,no necesariamente coinciden, con las concepciones de losdirigentes del partido y del Estado. Teniendo en cuenta que losintelectuales y artistas desempean un papel muy importanteen favor o en contra de tal o cual proceso histrico,comnmente se ha dado, y en Cuba de igual modo, que el

    Estado desconfa de esta capa, por su no oculto esprituanarcoide y arribista.El Che Guevara, recogiendo la experiencia cubana en el

    ao 1965, escriba "...es la dictadura del proletariadoejercindose no slo sobre la clase derrotada, sino tambin,individualmente, sobre la clase vencedora. (...) Todo estoentraa, para su xito total, la necesidad de una serie demecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagende las multitudes marchando hacia el futuro, encaja elconcepto de institucionalizacin como el de un conjuntoarmnico de canales, escalones, represas, aparatos bienaceitados que permitan esa marcha, que permitan la seleccinnatural de los destinados a caminar en la vanguardia y queadjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atentancontra la sociedad en construccin". (Guevara 1993: 11)

    Pero esta institucionalizacin tiene sus bemoles, comohemos visto lneas antes. Cierto sector de intelectuales yartistas se sienten no slo controlados, sino que hasta podadosen sus creaciones y fantasas, por aquellas instituciones oindividuos que vienen en nombre de la revolucin, del partidoo del Estado, a velar por la justa aplicacin de la lneaideolgica y poltica, en este nivel de la vida humana. All escuando se da el desencuentro, que muchas veces deviene enconflicto y finalmente hasta en guerra total.

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    El problema es que hasta el momento no se ha sabidodelimitar, para luego armonizar, los conocimientos e interesesideolgicos y polticos con los artstico-intelectuales en

    funcin de la causa humana, de all la contradiccin hasta hoyno resuelta. La capa dirigente, desde su punto de vista, tienerazn, y "la inteligencia" desde el suyo, de igual manera, tienerazn.

    En torno a la relacin del individuo y la multitud, el autor lneas antes citado, escriba: "Ya no marchan completamentesolos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a

    su vanguardia, constituida por el Partido, por los obreros deavanzada, que caminan ligados a las masas y en estrechacomunin con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta enel futuro y en su recompensa, pero sta no se vislumbra comoalgo individual; el premio es la nueva sociedad donde loshombres tendrn caractersticas distintas: la sociedad delhombre comunista". (Guevara 1993: 15)

    Si se acepta el binomio vanguardia y masas, la inteligenciareclama qu papel juega el individuo como tal, en la medidaque no todos pueden o no quieren cumplir ciertas tareashumanas que por "necesidad, temporalidad o casualidadhistrica" slo algunos lo pueden cumplir cabalmente. Nuevamente la contradiccin no resuelta: individuo y masa,las dos partes, desde sus respectivos puntos de vista, reclamantener la razn.

    Y finalmente, el problema de la necesidad-libertad delintelectual y del artista es otro tema que unos tericossocialistas han comprendido mejor que otros, pero en laexperiencia concreta del socialismo vivida hasta hoy, est anlejos de haber sido correctamente solucionado. Entre el arte yla poltica hay algunas diferencias, se guan por lgicasdistintas y tienen sensibilidades diferentes.

    Veamos cmo Csar Vallejo entiende este problema: "Unartista puede ser revolucionario en poltica y no serlo, por

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    mucho que, consciente y polticamente, lo quiera, en el arte.Viceversa, un artista puede ser, consciente osubconscientemente, revolucionario en el arte y no serlo en

    poltica. Se dan casos, muy excepcionales, en que un artista esrevolucionario en el arte y en la poltica. El caso del artista pleno". (Vallejo 1980: 43)

    La meta del socialismo, es en trminos de Guevara,construir el "hombre nuevo", los que hoy se dan slo soncasos excepcionales; maana la excepcin ser regla; por esol, recogiendo la experiencia de cinco aos de construccin

    socialista en Cuba, escriba: "No debemos crear asalariadosdciles al pensamiento oficial ni becarios que vivan al amparodel presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Yavendrn los revolucionarios que entonen el canto del hombrenuevo con la autntica voz del pueblo. Es un proceso querequiere tiempo". (Guevara 1993: 18)

    Mientras que Mximo Gorki, con algunos aos msvividos en la Unin Sovitica, que construa, de igual manerael socialismo, declaraba en torno al tpico, lo siguiente: "Eltrazo tpico del escritor proletario est en el odio activo encontra de todo lo que de dentro o de fuera oprime al hombre,impidindole su libre desenvolvimiento y el pleno desarrollode sus facultades". (Vallejo 1987: 345)

    Los tres citados inciden en el "artista pleno", el "hombrenuevo" y el "libre desenvolvimiento"; es decir en lo quedebera ser, y muy poco, en lo que es; claro que el tiempo poltico para la construccin de una nueva sociedad esdemasiado corto, por no hablar del tiempo histrico. Mientrastanto, como se ha podido ver en la experiencia cubana, cadauno de los sectores, desde su concepcin, lgica e intereses,reclamaban y reclaman tener la razn.

    Los intelectuales y artistas, no todos naturalmente,sostenan y sostienen que vivan y viven bajo una dictaduraque no les permita, no slo no disfrutar de su libertad, sino ni

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    siquiera disponer de ella, ya que en todo les controlaban ycontrolan y les obligaban y obligan producir o crear lo que al partido le interesa, o de lo contrario aparece la censura, la

    autocensura, la crcel o el exilio. Desde su punto de vista, derealizacin meramente particular o individual, tenan y tienenrazn.

    Por el otro lado se sostena y se sostiene que la libertad,entendida aisladamente de la necesidad y ms aun fuera de undeterminado contexto histrico, econmico, poltico-social esuna palabra hueca, sin sentido, que ni siquiera en aquellos

    pases que proclaman el reino de la libertad se cumple, porquesiempre la dictadura de las clases dominantes est detrs, deuna manera indirecta y subliminal, hacindoles creer que sonlibres, siendo en realidad meros "siervos" del sistema.Libertad, que a lo mucho sirve para el desarrollo del personalismo o del individualismo, en desmedro de lasociedad en su conjunto.

    Los argumentos de unos y otros son encontrados, y desdesus respectivos puntos de vista y lgica, los dos tendran razny as queda instaurado, simple y llanamente, un dilogo desordos. Un mal que el propio desarrollo histrico, poltico-social se encargar de dar solucin. Solucin que pasarinevitablemente por un doble respeto: del individuo alcolectivo y viceversa. En la medida que el yo y el nosotrostendrn que trabajar, como escribe Ernesto Sbato: "... no en laabstracta identidad, sino su dialctica integracin, del mismomodo que los instrumentos forman una orquesta precisamente porque son distintos". (Sbato 1987: 106)

    VARGAS LLOSA COMO AUTOR DELBOOM DE LA NOVELA LATINOAMERICANA

    Jos Donoso sostiene: "Para m la ancdota delboom como tal comienza en aquella aparatosa fiesta en la casa de

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    Carlos Fuentes en 1965, (...) fue el momento de la primeraefusin, cuando todo pareca estar cuajando, desde la polticade acercamiento de los intelectuales cubanos coalicionando a

    todo nuestro ambiente con su promesa de libertad, hasta lafundacin deMundo Nuevo con su sede agresivamente enPars". (Donoso 1984: 87)

    All en Ciudad de Mxico, estuvieron muchas personalidades de todos los ambientes, entre ellos, el an noclebre Garca Mrquez, donde la estrella fue, la entoncesesposa de Fuentes, Rita Macedo y termin, segn Donoso, con

    la fiesta de noche vieja el ao 1970 celebrada en la casa delescritor espaol Luis Goytisolo, en Barcelona; a esta reuninconcurrieron un nmero bastante reducido, (en comparacin ala fiesta anterior) entre ellos, adems de los que estuvieron enla fiesta en Mxico, (los Fuentes, los Garca Mrquez y losDonoso) asistieron los Vargas Llosa y Julio Cortzar con su pareja. En esta ocasin de igual modo fue una mujer, laestrella, Mara Antonia, la esposa de Goytisolo.

    Si el BOOM existi, qu fue del BOOM posteriormente?Para nosotros sin lugar a dudas el BOOM existi, y ms aun, pensamos que mientras Fuentes, Garca Mrquez y VargasLlosa sigan publicando, en los lectores comunes y corrientes,el BOOM seguir existiendo.

    En otros niveles, tienen la palabra autorizada losespecialistas; adems lo que s debemos evidenciar una vezms, es que a este prestigiado BOOM se le ha explotado hastael cansancio, accin que linda muchas veces con lo ridculo, por parte de la publicidad que est directamente vinculado almercado y a la industria editorial. Estos malabaristas handescubierto un nuevo miembro del BOOM all donde hay, enel mejor de los casos, un escritor de segunda o de terceracategora.

    En las ltimas dos dcadas, amparados en el prestigio delBOOM y con un buen trabajo de mercadeo, han hablado del

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    BOOM junior, del Sub-BOOM y han ofertado al pblico,especialmente femenino y europeo, el BOOM femenino; unachilena, una cubana y una nicaragense son las dueas de la

    piedra filosofal.Vargas Llosa a los 15 16 edad aos escribe y pone enescena una pieza teatral llamada LA HUIDA DEL INCA, aeste escrito se lo comi la tierra; luego el ao 1959 publicarun pequeo libro de cuentos titulado LOS JEFES con el cualobtuvo en Espaa el Premio Leopoldo Alas; de cualquier modo, era poco para lo que se vea venir. Antes de ser

    publicada LA CIUDAD Y LOS PERROS, el ao 1962 gana elPremio Biblioteca Breve, y el ao de su publicacin (1963), enBarcelona, obtuvo el Premio de la Crtica. Este joven autor alirrumpir caus impacto y a la vez desconcierto, seguramente porque este escritor era algo menos que desconocido en laopinin pblica. Un joven venido de un pas con gloria y fama por su pasado; pero ruinoso y casi olvidado por los lectores enel presente. Vargas Llosa con sus 27 aos se converta en lafigura central de lo que a partir de ese momento se dio enllamar el BOOM DE LA NOVELA LATINOAMERICANA.

    l responder a todo esto, por un lado, con mucho trabajo,como un verdadero profesional, como que en 1966 publicarLA CASA VERDE con la cual ganar el Premio de la Crticay luego el Premio Internacional de Literatura RmuloGallegos un ao despus. Y en 1969 publicar una de susmejores novelas CONVERSACIN EN LA CATEDRAL. Lamayora de especialistas en literatura coinciden en que uno delos aspectos ms destacados en la obra de Vargas Llosa es suexcelente tcnica y su alto profesionalismo en el trabajo. Adecir del mismo autor, para el perfeccionamiento de su tcnicay su dedicacin al trabajo literario, hay dos autores de quienesl se considera alumno y deudor: G. Flaubert y W. Faulkner.

    Complementando lo anterior, hay que recordar que nuestroautor desarrollar un excelente sentido de las relaciones

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    pblicas y agudizar, desde horas muy tempranas, el don de laoportunidad, para mantenerse siempre en al cresta de losacontecimientos, sean estos literarios, polticos, deportivos o

    del espectculo.Los directamente implicados en el BOOM han dicho pocoo casi nada sobre el ya legendario fenmeno. El que menos hahablado, siendo aparentemente el ms beneficiado, es GarcaMrquez. Cortzar y Vargas Llosa en declaraciones o enartculos no aceptan, en otros momentos dudan o aceptan aregaadientes, y en otros rechazan tajantemente, comenzando

    por la expresin BOOM. Carlos Fuentes es el nico que hadedicado un excelente estudio al fenmeno, pero con lalucidez que le caracteriza, en ningn momento, en las cerca decien pginas que consta el trabajo, menciona, ni la frase ni la palabra, su investigacin lleva por ttulo LA NUEVA NOVELA HISPANOAMERICANA.

    En este libro que fue publicado el 1969, escribe: " ...nuestro lenguaje ha sido el producto de una conquista y de unacolonizacin ininterrumpida; conquista y colonizacin cuyolenguaje revelaba un orden jerrquico y opresor. (...) La nuevanovela hispanoamericana se presenta como una nuevafundacin del lenguaje contra los prolongamientoscalcificados de nuestra falsa y feudal fundacin de origen y sulenguaje igualmente falso y anacrnico. Cabrera, Sainz,Agustn y Puig nos indican dos cosas. Primero, que si enAmrica Latina las obras literarias se contentasen con reflejar o justificar el orden establecido, seran anacrnicas: intiles. Nuestras obras deben ser de desorden: es decir, de un orden posible, contrario al actual. Y segundo, que las burguesas deAmrica Latina quisieran una literatura sublimante, que lassalvase de la vulgaridad y les otorgase un auraesencial,

    permanente , inmvil. Nuestra literatura es verdaderamenterevolucionaria en cuanto le niega al orden establecido el lxicoque ste quisiera y le opone el lenguaje de la alarma, la

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    renovacin, el desorden y el humor. El lenguaje, en suma, dela ambigedad: de la pluralidad de significados, de laconstelacin de alusiones: de la apertura". (Fuentes 1969: 31)

    Por su parte Vargas Llosa en 1971 declara: "Lo que sellama Boom y que nadie sabe exactamente qu es-yo particularmente no lo s- es un conjunto de escritores,tampoco se sabe exactamente quines, pues cada uno tiene su propia lista, que adquirieron de manera ms o menossimultnea en el tiempo, cierta difusin, cierto reconocimiento por parte del pblico y de la crtica. Esto puede llamarse, tal

    vez, un accidente histrico. Ahora bien, no se trat en ningnmomento, de un movimiento literario vinculado por un idearioesttico, poltico o moral. Como tal, ese fenmeno ya pas".(Rama 1983: 59)

    Despus de 5 aos de estas declaraciones, Julio Cortzar har las suyas sobre el tema y dice: "Quiero decir, en primer lugar, que esta palabra, BOOM, siempre la he detestado, porque finalmente es falsa, y adems es lstima que paradesignar un fenmeno tpicamente latinoamericano, alguienhaya utilizado una palabra inglesa. Luego te dir que enAmrica Latina, en el momento en que este llamado BOOM semanifiesta, exista un estado de sensibilidad que se traduca enuna expectativa, en un deseo de encontrarse a s mismos, y deencontrar a los escritores que podan expresar y traducir lo queel pueblo no pudo expresar y traducir, sino es oralmente, y demanera privada. Entonces, por otro lado, una serie deescritores que aparecieron cada uno independientemente delotro, y en pases diferentes pero unidos en el tiempo, digamosen un plazo de diez aos, produjeron una serie de libros querespondieron exactamente a esa expectativa y a esasensibilidad". (Campra 1987: 152)

    Por otro lado Alejo Carpentier, considerado sin duda unmiembro del BOOM; pero no del "cogollo", niegarotundamente la existencia del tal fenmeno en estos trminos:

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    materializ, principalmente, en ese conjunto de novelas producidas ms o menos en un lapso de 10 aos, donde secombina la tcnica ms depurada de las mejores novelas

    producidas en los ltimos cien aos en Europa y en EE. UU,con las grandezas y las miserias de la vida diaria de estos pueblos y, a la vez, con lo que guarda la memoria popular enel continente latinoamericano.

    A esto llmese encuentro, injerto, sincretismo aculturacin; los adjetivos en espaol sobran, dependiendomucho, de las concepciones y perspectivas con las cuales se le

    mire y juzgue. Para nosotros el trmino ms preciso serasntesis. Sntesis de lo universal y lo particular, de la realidad yla fantasa, del pasado y del futuro, de lo que muere y de loque nace, de los sueos y los desvelos, y por ltimo de laimaginacin ms desenfrenada y la tcnica mejor cultivada.Ms an creemos, mientras los tres, de los "cuatro grandes"que todava viven, sigan escribiendo y publicando, el BOOMseguir existiendo, posiblemente para los especialistas no, pero s para la publicidad, el mercado y sobre todo, para elcomn de los lectores.

    Finalmente, en este nivel, terminamos dando la razn aMiguel Gutirrez cuando resume el significado y los aportesdel BOOM en la literatura castellana: "Como todo gran hecholiterario la nueva novela latinoamericana fue, ante todo, ungran acontecimiento verbal, pues con el conjunto de susrealizaciones, el espaol (y el portugus) americano alcanzun esplendor y dimensin potica comparable al espaol deCervantes y Quevedo. Cometo una hiprbole?... He dudadoun instante. Pero en seguida he recordado la prosa de Borges,la magnificencia verbal de Paradiso , de Gran Sertn: Veredas y esa polifona de voces con que est tejidoTres TristesTigres , y se disipan mis dudas". (Gutirrez 1996: 18)

    Los concursos literarios y los premios organizados por losEstados, empresas privadas o fundaciones fueron otro

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    Las empresas editoras que lanzaron al BOOM tienen trescentros de impresin, difusin y publicidad. En Buenos Aires,Losada, Emec, Sudamericana y Compaa General Fabril

    Editora. En Mxico, Fondo de Cultura Econmica, Era,Joaqun Mortis. En Barcelona, Lumen, Anagrama y Seix-Barral.

    Este ltimo centro y empresa editora es digno de mencin,en la medida que por all se comenz hablar del BOOM y estoest directamente ligado a Vargas Llosa. Las contradiccionesinterregionales con la burguesa espaola fue el motivo que

    impulso a tres empresarios catalanes (Joan Petit, Jos MaraCastellet y Carlos Barral) a fundar la Editorial Seix-Barral, lamisma crear el Premio Biblioteca Breve que se otorga cadaao.

    Es muy sintomtico que desde su creacin hasta 1969,(ao de la divisin de la empresa) se otorg el premio, en sumayora, a escritores latinoamericanos, veamos: El ao 62 al peruano Vargas Llosa, el 63 al mexicano Vicente Leero, el64 al cubano Cabrera Infante, el 67 al mexicano CarlosFuentes, el 68 al venezolano Adriano Len y el ao 69 alchileno Jos Donoso. La mayora de los dueos fueron juradosal premio y tenan como lengua materna el cataln, de all quealgunos estudiosos, como Donoso, sostienen que estoinfluenci en su decisin de otorgar el premio a los hispano-hablantes de Amrica Latina, y no a los hispano-hablantes quetienen como centro Valladolid, y as premeditadamente o noimpulsaron el BOOM DE LA NOVELALATINOAMERICANA en su conjunto.

    Luego tenemos que desde los aos 50 60, comoconsecuencia del desarrollo del sistema capitalista, losmercados de Amrica Latina se abren ms a Europa y EE. UU,y quienes manejaron los mismos, ampliarnconsiderablemente su inters sobre esta vasta poblacin, quecon sus dialectos dismiles, hablan el mismo idioma; como

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    consecuencia el intercambio fue fluido y las empresaseditoriales directamente, o va sucursales, pudieron funcionar,o vender en cualquier pas del sub-continente americano.

    Los capitales pblicos, privados o mixtos espaoles seinteresaron nuevamente por la industria editorial y trataron deconquistar nuevos mercados o de recuperar donde los haban perdido como consecuencia de la Guerra Civil. Esta actividad,es otro de los hechos, que condicionaron la aparicin y eldesarrollo del BOOM DE LA NOVELALATINOAMERICANA.

    En directa relacin con lo anterior se ha internacionalizadoms la cultura y especialmente el libro y como consecuencialos autores. La demanda sobrepasa a la oferta, hay miles delectores activos y millones potenciales, especialmente en la pequea burguesa acomodada, en la burguesaintelectualizada y en la aristocracia ilustrada.

    Como parte del mercado y de las empresas editoras, la publicidad juega un rol importante, que si bien no lo hacetodo, su contribucin es fundamental en tiempos como los quese viven; esto no implica, bajo ningn punto que sedesmerezca la calidad, fantasa y el gran nivel tcnico-literarioalcanzado por la mayora de los miembros del BOOM,especialmente los del "Cogollo".

    Los comentarios, reseas y entrevistas; adems lasinvitaciones a congresos y seminarios, las traducciones y losnumerosos viajes contribuyen considerablemente a hacer conocidos el nombre de los escritores, y naturalmente producto conocido es producto vendido. De ah que laescritora Rosa Montero tiene toda la razn cuando escribe: " ...el nombre, la imagen y la idea previa pesan ms en el destinode un libro que la calidad y el contenido del libro en s".(Montero 1998: 6)

    Con estas ideas entendemos a Julio Cortzar cuando deca"... es lstima que para designar un fenmeno tpicamente

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    latinoamericano, alguien haya utilizado una palabra inglesa".La verdad es que el capitalismo como sistema, para poder sobrevivir, una de sus razones de ser es la ganancia, y en

    funcin de ella su accin no tiene fronteras, no hay idioma, nicultura que valgan, si no sirve a sus intereses. El ingls por ser el idioma de las dos ms grandes potencias colonial-imperialistas de todos los tiempos, es el lenguaje de la compray venta, del mercado, y, como es natural este fenmeno tanimportante para el continente, comenzando por el nombre, no poda escapar a su sello.

    ngel Rama en torno a la palabra BOOM, escribe: "Ellano proviene sino remotamente de la vida militar, comoonomatopeya de explosin, teniendo sus orgenes en laterminologa del "marketing" moderno norteamericano paradesignar un alza brusca de las ventas de un determinado producto en las sociedades de consumo. Postula la existencia previa de dichas sociedades, tal como se percibi desde la posguerra en los enclaves urbanos ms desarrollados deAmrica Latina, donde ya se haba producido el BOOM de losartculos de tocador y pronto se registrara el de lascalculadoras y los electrodomsticos". (Rama 1983: 56)

    Los escritores del BOOM, especialmente del"cogollo "tienen una formacin cultural bastante amplia, y en algunos,hasta enciclopdica. Todos hablan un ingls fluido y de buennivel, adems de francs. Son escritores que han tomado estaactividad con seriedad y responsabilidad, es decir, comoverdaderos profesionales, hecho que en Amrica Latina no sehaba dado antes, salvo contadas excepciones. Sus vidas, conalgunos cortos intervalos, estn totalmente dedicadas a la produccin literaria.

    Claro que esto tiene tambin sus bemoles, como querompen con la idea tradicional de artistas y para algunos sonslo tcnicos altamente calificados del lenguaje, porque han perdido la espontaneidad, y ms an, sus compromisos con las

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    empresas editoras les obliga producir, no espontneamente,ms bien mecnicamente. Lo ltimo explicara el porqu, enlos autores conformantes, como los llama Jos Donoso, del

    "Club de los cuatro ", salvo Garca Mrquez, en su larga produccin tienen algunos altibajos, y da la impresin queestos altibajos (Cortzar reconoci esto) son motivados por la presin del tiempo y las editoriales, de all que la calidad notenga la brillantez y el toque final de las otras obras que fuerontrabajadas a ritmo normal.

    La mayora, si no viven an en el extranjero, han vivido

    por largas temporadas, y los "cuatro grandes " si ya no publican, pero de igual manera publicaron en el extranjero, particularmente sus primeras novelas. Por un buen tiempo lamayora fueron buenos amigos y hasta vivieron en una mismaciudad, Barcelona; se estimulaban y apoyaban mutuamente, esla razn que llev a algunos escritores, como Miguel ngelAsturias, a hablar de la "mafia" o de la "argolla" .

    Casi todos los miembros del BOOM de la novelalatinoamericana se declararon en su momento ideolgica y polticamente como izquierdistas y anti-imperialistas,especialmente los del "cogollo". La Revolucin Cubana fueuna de las acciones que los encandil, como se puede ver en la parte correspondiente de esta investigacin. Ahora los tiemposhan cambiado. Julio Cortzar muri en su ley, Carlos Fuentesse ha reconciliado con el orden, pero tiene el buen sentido deno ser anti-comunista, Gabriel Garca Mrquez podra decir,repitiendo a Jos Carlos Maritegui, "antes de haber cambiadohe madurado", y Mario Vargas Llosa, su historia es ms omenos conocida, que en el momento nos ahorra comentarios,teniendo en cuenta que este aspecto de su vida, lo tratamos enotra parte de este trabajo.

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    EN TORNO A LA IDEA DE GENERACIN

    LITERARIA

    La utilizacin del trmino generacin tiene vieja data y la bibliografa es abundante; adems, es pertinente aclarar, queno slo se refiere a esa forma especial de conocimiento yexpresin humana llamada literatura, como es ms o menosidea generalizada; sino que tambin a la historia, la poltica, lafilosofa, etc. Nosotros nos detendremos en las ideas de Jos

    Ortega y Gasset, en la medida que es el autor de LAREBELIN DE LAS MASAS, el ms conocido y quin msha influenciado, con su idea de generacin, en la mayora deestudiosos peruanos y latinoamericanos.

    En un artculo publicado en el ao 1933, dice: "All por 1914, y luego en un libro que se public en 1921, me atrev adecir que la generacin era el concepto fundamental en la

    historia, cuando nadie en Europa hablaba de ello". Prrafosdespus precisa, "... la vida del hombre se divide en cincoedades de a quince aos: niez, juventud, iniciacin, predominio y vejez. El trozo verdaderamente histrico es el delas dos edades maduras: la de iniciacin y la de predominio.Yo dira que una generacin histrica vive quince aos degestacin y quince de gestin". (Portuondo 1981: 51 y 52)

    Cuando Ortega y Gasset dice "nadie en Europa hablaba deella", est exagerando, en la medida que por esos mismosaos, si bien es cierto con distinto entendimiento, tambinhablaron de generacin F. Metr, G. Lukcs y J. P. Sartre,entre otros.

    En Amrica Latina, centrando principalmente en el planode la literatura, se ha trabajado con alguna amplitud dichotema, desde los tiempos del mexicano Juan Jos de Eguiara, pasando por el argentino Ricardo Rojas y el colombiano

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    Gustavo Otero hasta el dominicano Pedro Henrquez Urea ylos cubanos Jos Portuondo y Jos Arrom.

    De igual manera en Per se ha recurrido a dicho concepto,

    no slo en el plano de la literatura, sino tambin en la historia,la poltica y la filosofa. La verdad es que con diferentes yhasta antagnicas concepciones, encontramos la idea en lostrabajos de Jos Carlos Maritegui, Luis Alberto Snchez,Alberto Tauro, Alberto Escobar, Augusto Salazar Bondy,Pablo Macera y Antonio Cornejo Polar, entre otros. En losltimos aos destaca la investigacin de Miguel Gutirrez con

    el sugerente ttulo: LA GENERACIN DEL 50: UNMUNDO DIVIDIDO.En el prrafos siguiente, Gutirrez resume su concepcin,

    no slo discrepante, sino que, en lo fundamental diferente a lade Ortega en torno a la idea de generacin, leamos: "Sernecesario aadir, sin embargo, que las generaciones -conformadas por la totalidad de coetneos en un momentohistrico dado e insertas en las clases sociales, producto todoello del reino de la necesidad tanto biolgica como social- seirn escindiendo, agrupndose y reagrupndose comoconsecuencia de las opciones asumidas por sus integrantes -yste es el reino de la libertad- frente a la lucha de clases, a losdiversos proyectos sociales en pugna -conservadores,reformistas y revolucionarios- y a las formas ideolgicas,incluidos las formas estticas; ...". (Gutirrez 1989: 36)

    En principio aceptamos la idea de generacin como "...concepto fundamental de la historia,..." que nos sirve para poner lmites en el tiempo y poder tener una idea formal ygeneral de cuanto ha sucedido en ese lapso de "... quinceaos..."; hasta all concordamos con Ortega y Gasset. Pero sien la investigacin nos limitamos a ello, simple y llanamentenos estaramos quedando en lo superficial, en el nivel que laepistemologa llama la etapa emprica o sensorial delconocimiento. Por el contrario el inters que tiene la ciencia en

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    toda investigacin es penetrar y desentraar las esencias, lascausas ltimas que generan el fenmeno, esto implica buscar yentender los hechos dados en sus ms insignificantes

    existencias. Existencias que se dan fuera eindependientemente de la voluntad del investigador; ademses obligacin conocer si estas particularidades se rigen por principios lgicos o simplemente por el azar: Si se da esteltimo caso, el papel del investigador ser bastante limitado.

    En el otro caso, como creemos que sucede en la realidad,conociendo los principios lgicos que impulsan y determinan

    los fenmenos en sus interioridades, tendremos la obligacinde sistematizar y sintetizar, y as tener un nuevo conocimiento,en grado superior, del fenmeno investigado. De haber sucedido ello, comprenderemos mejor sus rasgos y tendenciasde su posterior desarrollo.

    Sin caer en el psicologuismo, creemos que la metfora deH. Hesse de que: "... el hombre es una cebolla de cien telas, untejido compuesto de muchos hilos". (Hesse 1998: 71), nosayuda a comprender las muchas diferencias que puede haber entre personas y con mayor razn en un grupo de individuosconformantes de una determinada generacin.

    La otra cara de la medalla se da en personas muydiferentes por generacin, por pas de nacimiento y aun por pasado cultural; pero en un momento dado se agrupan y seentienden con otras personas, que generacionalmente notienen nada en comn, como es el caso del belga-argentinoJulio Cortzar, 22 aos mayor que el "andino y serranito"Vargas Llosa. Al pasar el tiempo, trabajan en el mismo gneroliterario, y no slo son dos de los mayores representantes delBOOM DE LA NOVELA, sino que tambin cultivaron unagran amistad que, ni las diferencias ideolgicas y lasdiscrepancias polticas posteriores mellaron esa relacinhumana, que dur hasta que el primero de ellos dej de existir.

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    De all que Csar Vallejo era concluyente cuando escriba:"La edad comn a un grupo de escritores no determina elespritu comn de su produccin. Muchas veces este espritu

    comn existe ms bien entre escritores de diversas edades yan de diferentes pocas". (Vallejo 1987: 311)En concreto, como se puede deducir de nuestra

    argumentacin en torno a la idea de generacin, nosotrosconcordamos plenamente con el concepto de Vallejo yGutirrez que tiene que ver ms con condiciones o contextos,y slo hasta una primera etapa con la concepcin de Ortega y

    Gasset, entendido el trmino generacin como un mtodo paracomprender los fenmenos histricos-polticos, filosficos-literarios.

    CONTEXTO EN EL CUAL SURGIERON LASGENERACIONES DE INTELECTUALES EN

    PER

    La denominada "Generacin del 900" es el primer antecedente en este siglo. Este grupo aparece en el Per, en unmomento histrico marcado por las siguientes caractersticas:

    En el plano econmico, la sociedad peruana, desde hacatreinta aos atrs, viva un proceso de trnsito de unaestructura feudal a semi-feudal. Las primeras manifestaciones

    de desarrollo del sistema capitalista se harn evidentes.Expresiones, por un lado, como producto de lasnecesidades del desarrollo interno, propio del desarrollo de lasfuerzas productivas nativas y tambin de la penetracin decapital imperialista, principalmente ingls. Este proceso lentofue de alguna manera interrumpido por esa accin poltico-militar, conocida con el nombre de la "guerra del salitre",(1879-1883) entre los aliados Per-Bolivia en contra de Chile.Es claro que detrs de ellos estaban las empresas

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    estadounidenses o inglesas que pugnaban por el controleconmico de la zona.

    El desarrollo del capitalismo se expresar, entre otras

    formas, con el crecimiento de las ciudades y en stas de los primeros centros fabriles y manufactureros, principalmente enLima y el puerto del Callao; adems con el inicio y desarrollode las actividades de perforacin y extraccin de petrleo en lacosta norte, la agroindustria a lo largo de la costa, los centrosmineros, principalmente en la sierra norte y centro del pas y, por ltimo, en la comercializacin de cueros y lanas en la red

    Arequipa, Cuzco y Puno, productos que luego terminarn enlas fbricas de Manchester y Londres.Algunas haciendas y latifundios serranos evolucionaban

    lentamente y se "modernizaban" y sobre todo crecan, aexpensas y en desmedro de las parcialidades y comunidadescampesinas indgenas, fenmeno conocido con el nombre dedespojo.

    A nivel internacional la influencia y control delimperialismo ingls decaa, este aparente vaco ser llenadocon creces por el imperialismo internacional en su conjunto, particularmente, por los EE. UU.

    En el plano poltico-social se daba un reacomodo alinterior de las facciones de las clases dominantes, en relacinal control del Estado y del gobierno, de las instituciones pblicas y representativas, del poder regional y local. Lasalianzas y las trenzas en este nivel, determinadas por necesidades, funcionaron a satisfaccin. Algunas familias ynombres aristocrticos decayeron y fueron reemplazados por los nuevos ricos, ligados a actividades menos nobles pero mslucrativas, como la extraccin del caucho, los cultivos de caade azcar, algodn, vid, el comercio y la manufactura.

    Las clases dominantes se preocupaban en "modernizar" elEstado, comenzando con la burocracia y sobre todo las fuerzasarmadas, que venan de una derrota humillante en la guerra del

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    79, se hacan ms profesionales y se encargaba sureorganizacin y preparacin a misiones extranjeras, particularmente francesas y espaolas. Despus, fueron los

    EE. UU los encargados, no slo de su equipamiento yreorganizacin, sino sobre todo de su control.La iglesia catlica segua siendo no slo el gran poder

    espiritual, sino que tambin el poltico, su influencia en laconciencia de la poblacin, en lo fundamental se mantena,desde su llegada con la conquista; a pesar de que el protestantismo, con su prdica renovadora, patrocinada por

    Inglaterra primero y EE. UU despus, haca su aparicin conmuchos bros en el pas.A nivel de las ideas, el positivismo haba penetrado con

    mucha fuerza, particularmente en las universidades y habaganado el inters y la mente de nuestros principalesintelectuales, es as como el mtodo y las recomendaciones deAugusto Comte y Herbert Spencer sern repetidos de buenamanera, con mucho entusiasmo y con algo de imaginacin, por nuestros positivistas nativos, como Javier Prado, ManuelVicente Villarn, Jorge Polar, Joaqun Capello, Carlos Wiese,Mariano H. Cornejo. Mtodo que contagi, hasta cierto punto,a la "Generacin del 900", es decir a los hermanos Francisco yVentura Garca Caldern, Oscar y Luis Mir-Quesada, y hastaun determinado momento, a Vctor Andrs Belande y Josde la Riva Agero. A este grupo habra que agregar al poetaJos Glvez y a "... ese autntico disidente que fue, diceGuitirrez, Jos Mara Eguren". (Gutirrez 1989: 43)

    En esta su etapa filo-positivista y rebelde, es cuando de laRiva-Agero recorre gran parte del "Paisaje peruano" a lomode mula y sin ningn temor y con mucha amargura ydesengao acusar a la aristocracia gobernante, de la cual provena, de ser la culpable de los terribles males que agobianal pas. Leamos: "!Pobre aristocracia colonial, pobre bobanobleza limea, incapaz de toda idea y de todo esfuerzo! (...)

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    !qu incomprensin de las seculares tradiciones peruanas, questpido y suicida desdn por todo lo coterrneo, qu srdidoy fenicio egosmo!". Por su parte Belande refirindose a la

    misma clase y en cabeza de su generacin, por estos mismosaos, escriba: "No somos los Quijotes que se estrellannoblemente contra los molinos de viento, sino los Sanchosfracasados expuestos al mantenimiento y a la risa universal".Y tiempo despus reclamaba Queremos patria! ". (Roldn1986: 138)

    Por otro lado, el campesinado indgena tenda a disminuir,

    las comunidades y las parcialidades sufran el despojo a manosde los grandes y medianos terratenientes y como consecuenciase vean obligados a emigrar a las capitales de distrito, de provincia, de departamento, y por ltimo a Lima, la capital dela repblica. Una cantidad respetable de estos sectoresemigrados, lentamente se transformaron en proletariadoindustrial, semi-industrial o agrcola, particularmente, en lashaciendas agro-industriales o en los centros mineros.

    En las ciudades medianas y grandes muchos artesanos searruinaron, como consecuencia de la penetracin de lamquina, la produccin en escala y las importaciones, muchosde ellos terminaron vendiendo directamente la fuerza de sutrabajo como proletarios modernos en las fbricas nacientes, yslo unos pocos lograron transformarse y devenir en pequeosempresarios con relativo xito en la competencia que la nuevasituacin les impona.

    Los sectores medios o pequeo-burgueses nacientes semultiplicaban a lo largo y ancho del pas, del mismo modo susnecesidades y demandas, sobre todo en el plano de laeducacin y cultura, que hasta ese entonces era patrimonio,casi exclusivo, de la aristocracia decadente y de la gran burguesa naciente.

    As como la aristocracia y la gran burguesa generaron, ointentaron generar un conjunto de intelectuales,

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    gramscianamente hablando "intelectuales tradicionales", paraa travs de ellos expresar sistemtica y sintticamente susinquietudes, aspiraciones e intereses polticos e ideolgicos,

    los sectores populares, de igual manera en esta poca,generarn sus tericos, portavoces o "intelectuales orgnicos".All tenemos a toda la produccin y creacin artstico-intelectual que toma al indio y el proletario naciente como sucentro y referente. Y de igual modo, la produccin que tieneen los sectores intermedios su fuente de inspiracin.

    La expresin poltica de estos sectores sern el anarquismo

    y el indigenismo en sus diversas vertientes y variantes,movimientos que frecuentemente han intentado, si nofusionarse, s alimentarse mutuamente; los ms grandesexponentes de esta tentativa son, sin lugar a dudas, ManuelGonzlez Prada y Pedro Zulen.

    Lo descrito es el contexto histrico, econmico-social quefue denominado por el historiador Jorge Basadre como laRepblica Aristocrtica (1895-1919). Repblica que tuvo sucentro en Lima, y contaba como rplicas menores las ciudadesde Arequipa y Trujillo.

    Es la etapa del predominio del "gran partido del orden", el partido civilista y con pequeos y ligeros intervalos de los partidos menores, llmense el Liberal o el Demcrata.

    En Lima naci y se desarroll la "Generacin del 900". Lamayora de sus miembros descendan directamente de laaristocracia limea, pasan por el colegio La Recoleta, ydespus de sus tempranos coqueteos con el positivismo en laUniversidad regresan a su antiguo espritu de casta y a su nodesterrado espiritualismo e hispanismo.

    La herencia terica del doctor Alejandro Deustua renaceen terreno abonado, y as se convierten en el alma y laconciencia de esta clase que viva su ltima primaverahistrico-poltica. De all que, aos despus, cuando laaristocracia terrateniente es desplazada por la gran burguesa

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    del control del Estado y del gobierno, no tendrn ningn pudor en adherir, propagandizar y hasta teorizar en las "nuevas"ideas que avanzaban arrolladoramente en la Italia de los

    "fascios", la Espaa de la "falange" y la Alemania del"nacional-socialismo". Es decir, el espiritualismo o neo-tomismo en lo filosfico, el fascismo en lo poltico y elcorporativismo en lo organizativo. En los aos 30, unavariante del fascismo, "El fascismo mesocrtico arraig en losclaustros de la Universidad Catlica, en las filas de losmiembros de la Accin Catlica y en los colegios regentado

    por religiosos". (Lpez Soria 1981: 22)Esta universidad, desde su fundacin (1917), y no slo enlos aos 30, sino que hasta bien entrado el siglo XX, ha sidoun centro acadmico donde se han almacigado y cultivado, lasms oscuras ideas de casta, de raza y, naturalmente,antidemocrticas

    Vctor Andrs Belande en 1931 rechazaba, con parecidosargumentos, tanto la democracia liberal como al socialismo.Leamos para la ocasin este prrafo: "No hay que basar lasociedad poltica ni en el individuo ni en la masa, extremosque se tocan (Rousseau y Marx se entienden), sino en lafamilia y el gremio. Sin el gremio no habra habido control para el feudalismo. La utopa de Rousseau nos dio, bajo elEstado liberal, el dominio de una casta industrial. Lascorporaciones viven en las trade-uniones y en muchossindicatos del siglo XIX que han sido la gran fuerzacontroladora. La ilusin de Marx, nos dar en realidad, eldominio de una casta de demagogos. Para prevenirla o paraliberarse de esta dominacin no hay otro remedio que elcorporativismo". (Belande 1964: 16)

    Jos de la Riva-Agero escribi en 1937 luego del triunfodel fascismo en Italia: "Por fin la reaccin ha triunfado entodas las lneas, y ha producido sus naturales desinfectantes ysalubrrimos efectos. Ha triunfado en Italia definitivamente,

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    contra los tibios centristas desorientados y los frenticosdemagogos subversivos; y ahora difunde, no slo en Europasino en el Universo entero, los ecos jubilosos y las salvadoras

    imitaciones de su incomparable y redentora victoria". (de laRiva-Agero 1975: 270)El fin de la Repblica Aristocrtica en 1919 y la

    instauracin del llamado "Siglo de Legua", signific eldesarrollo y profundizacin del capitalismo en el pas.Capitalismo que se coluda y entrelazaba con el capitalimperialista; por consiguiente, condicionado por sus propias

    necesidades, determin el desarrollo y crecimiento de lasciudades en desmedro del campo.A nivel de clases, la aristocracia terrateniente ceda al

    empuje de la gran burguesa. La gran burguesa en el poder,representada por el presidente Legua y sus once aos degobierno, se propuso, y en parte consigui, "modernizar"capitalistamente al pas, comenzando con el plan vial a nivelnacional, el plan urbanstico en las capitales de departamentoy principalmente de la capital de la repblica, pasando por laindustrializacin sectorizada, la formacin de organismosdeportivos y de recreacin, y terminando con la Constitucin,de predominante orientacin demo-liberal burguesa del ao1920, donde tuvieron destacada actuacin en su polmica jurdico-poltica dos conocidos perso