violencia de estado y rebelió social en la lucha de la appo en 2006

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Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha de la APPO en 20066 Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha de la APPO en 20066 Leonardo Herrera Mejía

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Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha

de la APPO en 20066

Violencia de Estado y Rebelión Social en la Lucha

de la APPO en 20066

Leonardo Herrera Mejía

Violencia de Estado y Rebelión Social

La Lucha de la APPO en 2006

Leonardo Herrera Mejía

Violencia de Estado y Rebelión Social. La Lucha

de la APPO en 2006.

Leonardo Herrera Mejía

Diseño de portada:

Verónica Hernández Nava

[email protected]

Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 2.5 México.

Índice

Reconocimientos

Prólogo. Carlos Figueroa Ibarra

Introducción

Capítulo I

Una aproximación Teórica a la Violencia y la

Resistencia.

1.1 Introducción.

1.2. Violencia, Agresividad y racionalidad.

1.3. Violencia, dominación y Estado.

1.4. Violencia y terror de Estado.

1.5. Resistencia, rebelión y movimientos sociales.

1.6. Violencia, Rebelión, y movimientos sociales.

1.7. Síntesis teórico conceptual.

Capítulo II

La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca

(APPO). Organización y Composición.

2.1 Organización y estructura de la APPO.

2.2 Usos y Costumbres en Oaxaca.

2.3 Organización de la sección 22 del Magisterio.

2.4 Estructura Orgánica de la APPO.

2.5 Integración de organizaciones simpatizantes.

2.6 Los que ya estaban.

2.7 Disidencia no agrupada.

Capítulo III

Violencia y Resistencia

3.1 Violencia de Estado en contra de la APPO en

2006.

3.1.1 Ciclos de Violencia.

3.1.2 Primera etapa. Antecedentes.

3.1.2.1 Desalojo fallido.

3.1.3 Del 14 de junio al 27 de octubre.

3.1.4 Del 28 de octubre al 30 de diciembre.

3.1.4.1Todos Santos.

3.1.4.2 Del 25 de noviembre: cárcel y tortura.

3.5 Violencia y Resistencia.

3.2 Resistencia Oaxaqueña.

3.2.1 Medios de comunicación.

3.2.2 Las barricadas.

3.2.3 Resistencia pacífica.

3.2.4 Resistencia violenta.

4. Reflexión final.

5. Anexos.

5.1 Acrónimos.

5.2 Croquis de la Ciudad de Oaxaca.

6. Bibliografía y Referencias.

1

Reconocimientos

El presente trabajo es resultado de investigación

para la tesis de maestría que desarrollé en el Posgrado

en Sociología del Instituto de Ciencias Sociales y

Humanidades “Alonso Veléz Pliego” de la Benemérita

Universidad Autónoma de Puebla, inscrito en el Padrón

Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional

de Ciencia y Tecnología. Dichos estudios fueron

realizados con el financiamiento como becario de

posgrado nacional de CONACyT.

Mi más especial agradecimiento y

reconocimiento al Dr. Carlos Figueroa Ibarra, por el

tiempo dedicado a la escritura del prólogo y sus

amables palabras; por su guía en mi formación

profesional, en la redacción de la tesis de maestría, y,

principalmente, por ser desde hace varios años un gran

amigo y maestro. Agradezco los comentarios, que en su

momento y oportunamente me realizaron los doctores

Francisco Gómez Carpinteiro y Fernando Matamoros

Ponce, amigos y críticos de mis posturas académicas.

2

Considero el presente un modesto

reconocimiento al gran apoyo que he tenido en cada

momento de mi vida de mis padres y hermanos. A mi

madre Bertha Mejía Ruiz, quien amorosamente me

acompaña cada día de mi vida, a mi amado padre

Leonardo Herrera Olvera, que guía mis pasos, y sé,

siempre se sentirá orgulloso de mi, por sus enseñanzas,

por mostrarme el amor incondicional y la

inquebrantable ética.

Siempre en mi corazón estarán los informantes

y amigos que dieron cuerpo y alma a mi trabajo de

investigación, que me acompañaron en las calles de

Oaxaca, que me ayudaron a tejer una red de amistades

invaluables y me proporcionaron toda la información

que requerí. Sin duda, siempre, mi reconocimiento al

heroico pueblo rebelde de Oaxaca, por la muestra de

resistencia y lucha en pos de un mundo mejor.

En el devenir de la vida aparecen personas, que

sin duda, en el momento más preciso, nos influyen con

sus ideas, con su energía y compañía. A todos esos seres

3

humanos, que me han acompañado, aconsejado, amado

e impulsado, mis agradecimientos y esperanza de poder

retribuirles todo lo que han hecho por mí. El presente

trabajo es resultado, no sólo de una investigación para

la obtención de un grado académico, sino de un trabajo

colectivo de intercambio de ideas y críticas con mis

compañeros de la maestría, es parte de los pasos que

han acompañado grandes amigos míos.

Agradezco a Omar Kuri Vidal por su amable

ayuda en la corrección de estilo y comentarios al texto.

Agradezco la amistad y la cooperación de Verónica

Hernández Nava en el diseño de la portada.

4

Prólogo

Carlos Figueroa Ibarra.

Es un gran gusto para mí escribir unas líneas a

manera de prólogo al libro que ahora nos ofrece

Leonardo Herrera Mejía y que lleva por título Violencia

de Estado y Rebelión social en la lucha de la APPO en

2006. Y esto sucede por varias razones. En primer lugar

porque constato -con el deseo del autor de ver

plasmado en forma de un producto editorial el esfuerzo

que hizo en su proceso formativo-, un paso importante

hacia su madurez intelectual. Conocí a Leonardo

cuando era un joven estudiante de la licenciatura en

Ciencia Política en la Facultad de Derecho y Ciencias

Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma.

Desde esos días he visto a Leonardo obtener su

licenciatura, hacer los esfuerzos necesarios para poder

pasar el proceso de admisión en la maestría en

sociología del Posgrado de Sociología en el Instituto de

Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”

de la BUAP, hacer el trabajo de campo y la investigación

5

bibliográfica y hemerográfica para poder terminar su

tesis para ese grado académico y ahora continuar sus

esfuerzos en el nivel de doctorado. En ese trayecto lo he

visto crecer intelectualmente y mostrar sus grandes

aptitudes como investigador y sus dotes extraordinarias

para hacer trabajo de campo. Producto de estas virtudes

es este libro que ahora me toca presentar, lo cual hago

además con gran gusto por el afecto que le tengo

después de todos estos años en los cuales ha sido parte

de mis alumnos dilectos y un asistente imprescindible.

Pero mi congratulación por ver plasmado el producto

de su investigación en un libro también tiene motivos

que van más allá de lo afectivo.

Considero a Violencia de Estado y rebelión

social en la lucha de la APPO en 2006 un esfuerzo

importante por entender uno de los sucesos más

notables en la historia de la resistencia antineoliberal

que se han observado en el México contemporáneo. Nos

referimos a la gran sublevación pluriclasista y

multisectorial encabezada por la Asamblea Popular de

6

los Pueblos de Oaxaca. Durante el segundo semestre de

2006, al mismo tiempo que en el plano nacional se vivía

el conflicto poselectoral derivado del fraude observado

en aquel año, la ciudad de Oaxaca se vio conmocionada

por distintos episodios de enfrentamiento entre los más

diversos sectores sociales contra las fuerzas públicas

estatales y federales. Durante dichos episodios se

observaron diversos acontecimientos sociales que

Leonardo Herrera Mejía trata de interpretar. Y este es

uno de los grandes méritos del libro que ahora

presentamos. El texto de Leonardo va más allá de la

denuncia de los crímenes cometidos por la represión en

aquellos meses de 2006, va más allá de la crónica de los

acontecimientos, del relato periodístico. Por fortuna

para el análisis sociológico, el autor va también más

allá de una exaltada apología de los rebeldes de aquel

momento.

En su libro el autor trata de analizar algunos de

los hechos que sociológicamente pueden resultar

relevantes en la interpretación de estos grandes sucesos.

7

En primer lugar el desenvolvimiento de un conflicto

sindical en una sublevación social que involucró a

actores del más diverso tipo, una demanda sindical que

se transformó en una demanda de democracia y justicia

social, una exigencia de renuncia al gobernador del

estado de Oaxaca de aquel momento que devino en un

cuestionamiento a fondo del capitalismo neoliberal, una

marcha por las calles con reivindicaciones gremiales

que evolucionó hacia una lucha de barricadas y de una

gran creatividad autogestionaria de masas. Por el lado

de la dominación, el conflicto en la ciudad de Oaxaca

mostró cómo la verbología democrática en manos de

los poderosos puede convertirse en una práctica

represiva de gran alcance. En su libro Leonardo teoriza

en el capítulo I y luego analiza en concreto en el

capítulo III, la violencia de estado y con precisión

distingue la violencia estatal a secas de la práctica

terrorista como forma de dominación. En el capítulo III

el autor intenta una periodización de la lucha y las

prácticas represivas durante los seis meses que duró la

sublevación de los sectores sociales agrupados en la

8

APPO. También en ese capítulo intenta hacer una

caracterización de las formas de resistencia de los

rebeldes. Me parece un acierto del autor que explore no

solamente lo que acontecía en las barricadas, lo que

sucedía con las formas organizativas, las formas

pacíficas y violentas que esta resistencia mostró, sino

también haga un análisis del papel de los medios de

comunicación durante los seis meses de la

confrontación. Este acierto se deriva del hecho

incuestionable de que hoy los grandes medios de

comunicación son el arma estratégica de comunicación,

han sido el “opio del pueblo” del siglo XX y cada vez

más lo son más en estos primeros años del siglo XXI. El

libro de Leonardo Herrera Mejía sugiere que buena

parte del éxito en la convocatoria social de la lucha de

la APPO proviene del hecho de que esta organización y

sus integrantes pudieron romper el vehículo

hegemónico de la clase dominante y a través de las

radios tomadas y de otros medios de comunicación

creados por ellos mismos lograron enviar sus razones y

romper el cerco informativo que sobre ellos tendía el

9

establishment. Puede deducirse de lo que relata y

analiza Leonardo, que uno de los grandes éxitos

logrados en aquellos candentes seis meses de 2006, fue

que la APPO se metió en las entrañas de la hegemonía

del dominador al arrebatarle el monopolio de la

comunicación. Esto significó el disputarle ni más ni

menos que el arma estratégica de la dominación actual.

Advierto otra virtud en Violencia de Estado y

Rebelión social en la lucha de la APPO en 2006. Esta se

encuentra en el capítulo II en el cual se atreve a explorar

la estructura organizativa de la APPO y llega a sostener

un argumento que ha provocado urticaria en algunos de

los apólogos de aquella gesta. La irritación surge

primordialmente en aquellos que conciben la gesta

oaxaqueña de 2006 como expresión de una lucha

anticapitalista sustentada en formas comunitarias

indígenas de organización. Estas formas organizativas

comunitarias habrían sido llevadas a un movimiento

social cuya escenificación fue predominantemente

urbana. Es esta interpretación una en la que ha derivado

10

la influencia ejercida por el zapatismo que irrumpió

durante la noche neoliberal y se convirtió junto a la

sublevación de Caracas en febrero de 1989, en el

anuncio de que el mundo feliz del neoliberalismo

rápidamente se estaba acabando. Leonardo Herrera

Mejía en su libro cuestiona dicha interpretación y

sostiene que más que extensión de la lógica

comunitaria indígena, la APPO en su estructura

organizativa asamblearia no fue sino la extensión de

una lógica organizativa que provenía de una matriz

sindical. No sería raro que así hubiese sido, finalmente

la APPO surgió en el contexto de la lucha de los

maestros oaxaqueños organizados predominantemente

en la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores

de la Educación (SNTE) la cual desde muchos años atrás

ha sido la parte más combativa del magisterio nacional

y se ha organizado en la Coordinadora Nacional de

Trabajadores de la Educación (CNTE). Por otra parte, el

autor se aparta también de la interpretación de que el

movimiento de la APPO fue expresión de una lucha

anticapitalista y las páginas de su libro sugieren una

11

multiplicidad de motivaciones entre el heterogéneo

conjunto de sujetos sociales que constituyeron al

movimiento.

No quiero terminar de escribir esta

presentación sin antes destacar que este libro no

solamente es el resultado de un acercamiento

bibliográfico y hemerográfico, sino también el resultado

de un gran trabajo de campo. Con una habilidad digna

de ser mencionada, el autor logró convivir con los

rebeldes en el contexto de una investigación que

arrancó desde sus años de licenciatura y que continuó

ya estando haciendo sus estudios de maestría. Pudo así

vivir la cotidianidad de la rebeldía en aquellos

momentos y también entrevistar a muchos de sus

protagonistas destacados y a otros que no lo fueron

tanto pero que cumplieron un papel sustancial en la

sublevación.

He aquí pues las razones, además de las

afectivas que me unen a un investigador en ciernes, por

las cuales me congratulo al presentar este libro y

12

expreso mi congratulación también al autor. Al salir este

trabajo de investigación convertido en libro, esperará la

lectura crítica de los lectores y con ello contribuirá al

discernimiento de una de las páginas más trascendentes

de la resistencia antineoliberal en el México

contemporáneo.

Carlos Figueroa Ibarra.

México D.F. 21 de mayo de 2013.

13

Introducción

El año 2006 fue significativamente convulsivo

en todo el país, ya que se sistematizó la represión en

Atenco contra los trabajadores de las mineras Pasta de

Conchos y Cananea, además de un proceso electoral

cuya legitimidad estuvo seriamente cuestionada por

distintos grupos opositores (Venegas, 2007b). En este

sentido, la represión en contra del movimiento social

oaxaqueño fue uno de los sucesos más violentos y

dolorosos para la sociedad mexicana.

A partir del 14 de junio de 2006 la Ciudad de

Oaxaca no volvió a ser igual. El plantón de petición de

las exigencias anuales de la sección 22 del magisterio

fue violentamente desalojado por las policías estatales y

municipales. La reacción de los profesores,

organizaciones afines y pobladores en general fue

retomar el zócalo de la ciudad y convocar para el día 22

del mismo mes a formar un frente de organizaciones

que llevarían por nombre Asamblea Popular del Pueblo de

Oaxaca. Fue entonces, como las organizaciones

14

asistentes a este llamado deciden agruparse y luchar

juntos por la destitución del Gobernador Ulises Ruiz y

exigir una reforma integral de Estado. El gobierno

Estatal no se quedó con los brazos cruzados; en este

momento tiene en la mira una campaña de violencia

para desarticular el movimiento. La violencia que inició

el 14 de junio no terminaría pronto. Asesinatos,

secuestros, arrestos arbitrarios, torturas, falsificación de

pruebas, represiones masivas y acoso (23 muertos y 149

detenidos sólo el 25 de noviembre, contabilizados por la

Comisión Civil Internacional de Observación de

Derechos Humanos (CCIODH)) a medios de

comunicación poco afines al gobierno serán la constante

durante los próximos meses.

De mayo a diciembre de 2006 se dan diferentes

formas de organización al interior de la APPO y de cada

una de las organizaciones que la formaban, también

surgen nuevas organizaciones de la más diversa índole.

Pero, al mismo tiempo aparecieron diversas formas de

15

represión, de violencia estatal, encaminadas a eliminar

el movimiento social ya a estas alturas en creces.

Asimismo, a siete años de los sucesos en Oaxaca

aún no se resuelven muchos de los crímenes cometidos

en contra de los activistas, simpatizantes y población en

general de esa entidad. Los trabajos analíticos referentes

siguen siendo pocos. La mayoría de las publicaciones

han sido con fines informativos y desde la investigación

social el tema sigue siendo poco explorado.

Los detalles que serán más explícitos en

adelante surgen de tomar diversas fuentes como

sustento, se recurre a fuentes vivas (Aceves, s/f) porque

“implica trabajar con personas que al estar vivas inciden

en la construcción de versiones nuevas o modificadas

de los acontecimientos y las historias personales

pasadas. La memoria es por tanto, un elemento clave en

el proceso de reconstrucción de la experiencia humana,

transportada y conducida a la actualidad por los relatos

de las fuentes de información oral, o sea los informantes”

(Aceves, s/f: 219).

16

Las entrevistas testimoniales giran únicamente

en torno al hecho que nos interesa en este trabajo. Se ha

hecho énfasis durante las entrevistas en dos ejes: la

organización del movimiento y la violencia del Estado

en contra del mismo. Las entrevistas fueron realizadas

en diferentes estancias de la ciudad de Oaxaca durante

los meses de febrero a noviembre de 2006, y 2 de ellas,

el 10 y 22 de octubre en la Ciudad de México de ese año,

con Damián y Pichón, personajes que huyeron de la

ciudad durante el conflicto y que hasta el momento no

han regresado por temor a la represión.

De igual forma, el trabajo se sustenta en la

documentación hemerográfica, recabada tanto en la

Hemeroteca de la ciudad de Oaxaca en relación con dos

periódicos locales, el Noticias y el Imparcial, así como tres

nacionales, el Reforma, El Universal y La Jornada. La

selección de los primeros se debe a un elemento muy

significativo; el Noticias, tras haber tenido problemas

con el Gobernador del Estado que se tradujeron en la

toma de sus instalaciones el 17 de junio de 2005 (Ruiz y

17

Martínez, 2005), problemas anteriores entre la dirección

del periódico y la acusación de que era un intento del

Gobernador por desaparecer el diario, provocaron que a

lo largo del conflicto dicho medio se mantuviera del

lado de la APPO. Por otra parte, el Imparcial, diario

complaciente en todo momento con el Gobernador

publicaba las notas en contra del movimiento,

elogiando las acciones del ejecutivo.

Otras fuentes documentales a las cuales se

recurre es el semanario nacional Proceso, donde durante

varias semanas publica sus artículos Pedro Matías,

reportero del Diario Noticias de Oaxaca, quien firma

aproximadamente el ochenta por ciento de las notas en

el periódico local; igual se toma como fuente

documental el texto de Diego Osorno, trabajo

periodístico que incluye una serie de entrevistas y un

abstracto hemerográfico muy concreto.

Sobre el conflicto de Oaxaca, después del

trabajo coordinado por Joel Vicente Cortés intitulado

Educación Sindicalismo y Gobernabilidad en Oaxaca como

18

primer intento de análisis del conflicto, publicado

durante éste y con las limitaciones que presentaba por

la premura, se encuentra Oaxaca Sitiada. La Primera

Insurrección del Siglo XX (2007), desarrollado por Diego

Osorno, primero en ser editado después de que la PFP

tomara la ciudad. Poco a poco han ido apareciendo

diversos textos, de los cuales podemos destacar el de

Víctor Raúl Martínez Vásquez, Autoritarismo,

Movimiento Popular y Crisis Política: Oaxaca 2006 (2007), y

ediciones independientes como el coordinado por

Carlos Beas Torres, La Batalla por Oaxaca, de Ediciones

Yope Power.

También sobre el conflicto de la APPO

encontramos a José Sotelo Marbán con Oaxaca.

Insurgencia Civil y Terrorismo de Estado (2008); llama la

atención el texto Oaxaca, la Lucha Política Independiente

del Pueblo, Heraldo de Una nueva Revolución publicado en

2008 y firmado solamente por Movimiento Popular

Revolucionario, organización que no participo en el

19

movimiento y presenta un texto de análisis marxista,

desde una perspectiva activista.

Cuando Hasta las Piedras de Levantan, coordinado

por Gustavo Esteva, David Venegas y Rubén Valencia,

es una compilación de testimonios de la resistencia que

se dio en Oaxaca. Dos trabajos recientes son La Comuna

de Oaxaca de Carlos Ramírez y Oaxaca: más allá de la

Insurrección. Crónica de un Movimiento de Movimientos de

Sergio de Castro Sánchez.

El Instituto de Investigaciones Sociológicas de la

Universidad Benito Juárez de Oaxaca bajo la

coordinación de Víctor Manuel Martínez publicó a

mediados de 2009 el texto La APPO: ¿Rebelión o

Movimiento Social? Nuevas formas de expresión ante la crisis;

resultado de un coloquio realizado en la UABJO en

febrero de este año, donde se incluyen doce textos de

investigadores de diferentes universidades como la

BUAP, la UABJO y la UAM, entre otras más. Los

artículos son análisis del conflicto de Oaxaca en 2006

desde diferentes disciplinas.

20

En 2010 es publicado el texto La Comuna de

Oaxaca escrito por Carlos Ramírez. En este texto se trata

de justificar las acciones del Gobierno Federal y del

local. Afirma que la APPO estaba dirigida por grupos

radicales como el PROCUP, por Felipe Martínez Soriano,

el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el PRD por la

participación de Flavio Sosa, representante del Grupo

Nueva Izquierda. Hace hincapié en que entre este

último grupo y la corriente dirigida por Jesús Ortega a

nivel nacional son lo mismo. Afirmación que fue negada

por el mismo Sosa en entrevista. Reiteradamente a lo

largo del texto afirma que el movimiento se llevó a cabo

con la finalidad de fortalecer primero, electoramente a

Andrés Manuel López Obrador, y después, ejercer

presión para conseguir la presidencia de la República.

No menciona ninguna referencia a lo largo del texto.

Para la realización de este trabajo se realizaron

varias estancias de trabajo de campo. A finales de 2006,

en diciembre, se realizaron las primeras entrevistas a

exiliados del movimiento. En mayo de 2007, en el marco

21

del Foro Regional de Derechos Humanos se realizaron otras

más, de donde se desprendieron los contactos que más

adelante favorecerían a la investigación de campo. En

octubre de 2008 se asistió al coloquio Crisis Política y

Movimiento Social: Oaxaca 2006-2008, en donde se tuvo la

oportunidad de escuchar las discusiones entre

diferentes analistas de diversas disciplinas. En

septiembre y diciembre de 2009 y en marzo y julio de

2010 se realizaron estancias para realizar las entrevistas

que en este trabajo se presentan. Durante estos períodos

también se realizó el seguimiento hemerográfico en los

periódicos locales, el cual comprendió un período del 1

de mayo de 2006 al 31 de diciembre de 2006. Se recurrió

a las revistas Proceso, Nexos y Letras libres. A los

periódicos nacionales La Jornada, Reforma, y el Universal,

y a los diarios locales Noticias Voz e Imagen de Oaxaca y

Al Imparcial.

Se realizaron un total de 15 entrevistas a

personas vinculadas con el movimiento, así como a

personas que viven en Oaxaca y no participaron en el

22

movimiento ni eran simpatizantes. De los personajes

involucrados destacan las entrevistas a Flavio Sosa,

representante de Nueva Izquierda y concejal vocero de

la APPO en 2006, uno de los líderes más visibles; a

David Venegas, concejal representante de la barricada

de Brenamiel, y actualmente de Voces Oaxaqueñas

Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL); a Pedro

García, René Trujillo y Benito Pereda, estudiantes y

activistas secuestrados; el primero de ellos miembro

activo del Frente Popular Revolucionario (FPR).

También se entrevistó a Omar Oliviera, locutor de Radio

Plantón desde 2005. A Cástulo López, concejal y vocero

de la APPO en 2006 y miembro de CODEP. A Mario

Guzmán, quien se encuentra al frente de la Asociación

de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (ASARO) y trató

de encaminar el arte urbano hacia formas profesionales

de hacer arte.

Durante las estancias de investigación en la

Ciudad de Oaxaca fue posible vivir experiencias

cotidianas, la primera de ellas, la lectura de los

23

periódicos locales, también fue posible observar la

conducta de las personas y de las autoridades, hecho

que sirvió para ampliar la perspectiva en torno al

conflicto que aquí se trata. Desafortunadamente fuimos

víctimas de los abusos de autoridad, al ser detenidos en

un retén policiaco y no poder demostrar la estancia en

la ciudad. De igual forma fue posible ver personalmente

la forma en que la policía municipal irrumpe en

domicilios sin estar facultada para ello y sin ninguna

orden judicial. Fue posible también estar presente en el

zócalo durante el quinto Informe de Gobierno de Ulises

Ruiz y estar cerca de la trifulca entre priistas y

profesores de la sección 22. También se acudió a la

Segunda Asamblea Ordinaria de la APPO y se

observaron los mecanismos mediante los cuales se lleva

a cabo.

En el capítulo primero se presenta un esbozo

teórico que delimita el enfoque mediante el cual se

realiza el análisis en el presente trabajo. Se inicia

describiendo la violencia, distinguiéndola de la

24

agresividad. Considerando a la primera como

construcción social, plenamente racional y como acto de

poder. Se realiza una síntesis de la concepción de

Estado y su relación con la violencia y la dominación.

Partiendo del supuesto de que es la institucionalización

de la violencia, como forma de dominación y de

regulación de las relaciones humanas en un contexto de

lucha de clases y por el poder mismo. En el apartado

siguiente se diferenciará entre lo que es la violencia y el

terrorismo de Estado, considerando al segundo como el

miedo permanente e intensificado por acciones

violentas contra la población con la finalidad de

mantener un orden social determinado, rebasando los

límites establecidos por la legitimidad constitucional.

En el siguiente apartado se muestra un intento de

definición de los movimientos sociales para

diferenciarlos de la rebelión y tratar de entender sus

orígenes y lógicas de acción dentro de diferentes tipos

de gobierno. El último apartado corresponde a la

violencia en y contra de estos movimientos.

25

En el segundo capítulo se propone un análisis

de la composición y organización de la APPO. El

planteamiento central es que se organizó de acuerdo al

modelo de la sección 22 del magisterio, contradiciendo

las posturas mediante las cuales se propone que está

organizada de acuerdo a los usos y costumbres de las

comunidades indígenas. Se hace una reseña de lo que

son los usos y costumbres en las comunidades de

Oaxaca para continuar describiendo la organización de

la sección 22 del magisterio. Con esos argumentos como

base se intenta reconstruir lo que es la organización de

la APPO observada como una organización plural, tanto

en grupos como en ideologías. De igual forma se

presenta una síntesis de las organizaciones que ya se

encontraban antes de la creación de la Asamblea, las

que se fueron incorporando y las que surgieron a raíz

de estos eventos. Se resalta la participación de la

disidencia no agrupada.

En el tercer capítulo, dividido en dos secciones,

se analiza en concreto la violencia de Estado y la

26

resistencia de los miembros y simpatizantes de la APPO.

En la primera de ellas se revisa la violencia a la que el

Gobierno del Estado recurrió para reprimir al

movimiento y atacar a los dirigentes. Se propone

analizar esta violencia en dos formas, colectiva y

selectiva. Para ello se propone la existencia de ciclos o

etapas de violencia, comprendidas de la siguiente forma:

a) antecedentes, referidos a la violencia realizada desde

2005 hasta el 14 de junio de 2006 que culmina con el

intento de desalojo del plantón magisterial; b) del 14 de

junio al 27 de octubre de 2006, es decir, la escalada de

violencia, donde se observa las diferentes formas de

organización, violencia y resistencia; c) del 28 de

octubre al 31 de diciembre, período que se caracteriza

por la incursión de las policías federales a la ciudad,

resaltando los eventos del 2 y 25 de noviembre de aquel

año.

En la segunda parte de este apartado se revisan

las formas de resistencia a las que recurrieron los

miembros y simpatizantes de la APPO ante la violencia

27

de Estado. Entre éstas se destacan los medios de

comunicación, como un ejercicio logrado por la

Asamblea de romper el cerco mediático al que eran

sujetos. Otra de ellas y que resulta ser un símbolo

histórico del movimiento son las barricadas, que más

allá de ser un tipo de resistencia, son un modelo de

organización que introdujo al movimiento un

sentimiento de fraternidad, solidaridad y seguridad. Se

intenta distinguir entre las formas de resistencia

violentas y pacíficas observadas desde diferentes

ángulos.

28

29

Capítulo I.

Una aproximación Teórica a la Violencia y la

Resistencia.

1.1 Introducción.

Para el objeto de estudio de la investigación es

imprescindible dejar claro desde un principio los

conceptos y categorías que se emplearán, asimismo es

necesario definir a qué se refieren dichos términos. La

exposición de este apartado trata de realizar un esbozo

teórico para poder comprender y explicar lo que ocurrió

en el Estado de Oaxaca en el año 2006. Se parte de

explicar qué es la violencia y su distinción con la

agresividad, considerando a la primera como un

resultado cultural y no meramente como naturaleza

humana, que es plenamente racional y es un acto de

poder.

Se hace un esbozo sobre la concepción de

Estado y su relación con la violencia y la dominación,

partiendo del supuesto que el Estado moderno es la

30

institucionalización de la violencia como forma de

dominio y de regulación de las relaciones humanas en

un contexto de lucha de clases y por el poder mismo.

Siguiendo esta misma línea, en el apartado siguiente se

diferenciará entre lo que es la violencia y el terrorismo

de Estado; considerando al segundo como el miedo

permanente e intensificado por acciones violentas

contra la población con la finalidad de mantener un

orden social dado, para lo cual piensa que fueron

rebasados los límites establecidos por la legitimidad

constitucional.

A continuación se inicia un intento de

definición de los movimientos sociales para

diferenciarlos de la rebelión y tratar de entender sus

orígenes y lógicas de acción dentro de diferentes tipos

de gobierno. El siguiente apartado corresponde a la

violencia en y contra de estos movimientos.

31

1.2. Violencia, Agresividad y

racionalidad.

¿Qué es la violencia? ¿Cuál es su diferencia con

la agresividad? El eje principal es el origen racional de

la violencia como medio de obtener poder. De la misma

forma que lo ha hecho Carlos Figueroa Ibarra “en este

trabajo partimos del supuesto de que es en lo histórico-

social donde radica lo que se ha llamado esencia

humana y que por tanto, no existen pueblos que por

naturaleza sean pacíficos o belicosos” (Figueroa Ibarra,

2001:13). Se propone como punto de partida que la

naturaleza humana no es violenta, es un producto

cultural, como también lo sostiene Santiago Genovés

(1993).

Desde hace siglos y hasta las sociedades

actuales la violencia es cotidiana. Se convirtió en un acto

normal y cotidiano, es decir, se institucionalizó. Sin

embargo, ¿la violencia corresponde a un rasgo innato

del ser humano? ¿El humano es violento por naturaleza?

Genovés (1993) responde a esta cuestión que no. Los

32

vestigios como pinturas rupestres, herramientas o

armas que los antropólogos y arqueólogos han

encontrado muestran que en la prehistoria del homo

sapiens no había violencia institucionalizada,

generalizada y sistemática como ocurre hoy. Lo que

había era cooperación; sin ella la especie humana

simplemente no hubiera sobrevivido. Por tanto, se

puede suponer que en el humano lo que existía era la

alimentación y la auto protección del medio ambiente,

no existía violencia.

Por violencia se entiende “la aplicación de

diferentes formas de coerción, que llegan hasta las

acciones armadas, con el objeto de conquistar o

mantener un dominio económico y político o de

conseguir tales o cuales privilegios” (Sánchez, 1980:434)

“es mínimamente un acto de poder. Aunque no todo

acto de poder es violento” (Figueroa Ibarra, 2001:16) y

es “un fenómeno cuyas condiciones surgen en el

momento en el cual lo humano se va apartando de lo

propiamente animal” (Figueroa Ibarra, 2001:15).

33

Es posible observar que Sánchez Vázquez,

Carlos Figueroa Ibarra y Santiago Genovés coinciden en

que la violencia es un acto plenamente humano,

racional y con orígenes histórico-culturales. La violencia

es física como también lo es simbólica. Bourdieu la

explica partiendo de entender los rasgos del habitus, que

representan, entre otras características, la interiorización

de la violencia por medios pacíficos o violentos, la

reproducción de las formas y preferencias políticas de la

clase con mayor capital simbólico; Gramsci le denominó

hegemonía, la cual se entiende como la dualidad entre

la violencia dominante y el consenso de la población, es

decir, violencia y legitimidad (Bourdieu, 1999).

La violencia es directa cuando afecta

inmediatamente al cuerpo que la sufre y es indirecta

cuando se opera modificando el ambiente físico desde el

cual se ha de encontrar la víctima. Puede entenderse la

violencia como sinónimo de fuerza y se puede

distinguir del concepto de poder, el cual “…es la

modificación de la conducta de los individuos o de los

34

grupos dotada por lo menos de un mínimo de

voluntariedad, el poder cambia la voluntad del otro, las

alteraciones al medio pueden ser usadas para ejercer o

acrecentar el poder. El poder coercitivo basado en

sanciones físicas implica la distinción entre violencia en

acto y amenaza de violencia” (Stoppino, 1982:1627).

En las sociedades no sólo ha sido la violencia la

que modifica o dirige la conducta de las personas. Ni

siquiera los regímenes más totalitarios han podido

prescindir del consenso, puesto que se da por entendido

que tiene “cierto nivel” cuando se habla de violencia

legítima: “De acuerdo con determinadas modalidades y

dentro de ciertos límites, no es simplemente la

pretensión de los mismos gobernantes sino que

corresponde también a una creencia compartida por lo

menos por una parte de los gobernados” (Stoppino,

1982:1630).

El consenso surge a partir de la consecución de

intereses, de la creencia en determinados valores y en

actitudes afectivas. Es preciso indicar que en los

35

regímenes totalitarios y autoritarios a pesar del amplio

consenso que han logrado tener, si se llegan a violentar

los derechos de las minorías, es necesaria la sanción de

legitimidad exterior además del consenso interno. El

régimen nazi contaba con una gran aprobación al

interior de su población, no por ello logró ser

legitimado en el plano internacional. La anulación de

los derechos de grupos minoritarios, entre ellos los

judíos y los gitanos, no tenía un grado de legitimidad

exterior. Sin embargo la intervención de otros países no

siempre ha sido oportuna, tanto en este caso como en el

de Kosovo o Ruanda, no lograron evitar que ocurrieran

las conocidas masacres.

Es posible que el planteamiento anterior pueda

remitir a pensar la idea del Buen salvaje de Rousseau y

hacernos la siguiente pregunta: ¿en qué momento dejo

de serlo y se convirtió en el dominador? La naturaleza

humana no se puede asegurar como buena o corrupta

(como aseguraba Hobbes), pero sí se pueden observar

algunos caracteres, no de índole esencial, pues es

36

“querer naturalizar lo que es social” (Figueroa Ibarra,

2001). Es imperioso partir del postulado de que la

violencia es un producto cultural.

Genovés (1993) afirmó que la violencia apareció

con la cultura humana. A partir del momento en que se

establecieron las primeras comunidades sedentarias e

inicia la agricultura. También se estableció la propiedad

sobre los territorios en los que se había sembrado o se

alimentaba el ganado debiendo protegerse de las

comunidades nómadas. Estas últimas buscaban

alimentos recorriendo la tierra. Las primeras habían

buscado lugares aptos para la sobrevivencia, sitios en

los cuales existía agua, lugares que favorecían la

agricultura y la ganadería.

En ese mismo momento, se inició el desarrollo

de las culturas. Al mismo tiempo, las comunidades

nómadas buscaban estos lugares precisamente porque

es donde más fácil encontraban alimentos. En este

momento histórico iniciaron también las guerras y la

violencia; el origen de la violencia es la revolución

37

agrícola que se incrementó con la revolución industrial

y la tecnológica.

La mayoría de las especies sobre la tierra matan

para comer, es raro encontrar a una que sólo mate por

matar; y todavía más extraño que algún animal llegue a

matar a alguno de su mismo grupo, hecho que sí ocurre

entre humanos. El ser humano, que fue el único ser

capaz de crear una cultura, también fue el único en

crear la violencia (Genovés, 1993).

Para Sánchez Vázquez (1980) la violencia parte

de la praxis, entendida ésta como la transformación.

Explica que al alterar algún objeto o persona se está

modificando su naturaleza, por tanto, se violenta: “El

objeto sufre así la invasión de una ley exterior y, en la

medida en que acepta la legalidad extraña que le es

impuesta se transforma” (Sánchez Vázquez, 1980:427);

esto hace que sea forzado y por tanto sometido mientras

es alterado o incluso destruido.

38

Al mismo tiempo genera una resistencia, sea

física en un objeto, pero en el ser humano “altera la

legalidad natural o social. En este sentido, la violencia

es exclusiva del hombre en cuanto que éste es el único

ser que para mantenerse en su legalidad propia necesita

violar o violentar constantemente una legalidad exterior”

(Sánchez Vázquez, 1980: 428). Por tanto, se puede

asegurar que sólo el hombre es violento, altera a la

naturaleza y a la sociedad, misma que es la alteración de

la naturaleza. Sólo el hombre usa la fuerza y puede

usarse a sí mismo como fuerza (…). La fuerza de por sí

no es violencia, sino la fuerza usada por el hombre

(Sánchez Vázquez, 1980). De ahí el carácter

exclusivamente humano de la violencia.

A lo largo de la historia, los dominios de un

pueblo sobre otro y principalmente durante la época de

las colonias se pretendió demostrar que la violencia

correspondía a elementos raciales, que tal o cual raza

era superior a otra. Así, las metrópolis justificaban su

apropiación sobre otros pueblos, se pensaba que los

39

negros, indios o cualquier otra raza diferente era

inferior, por tanto, fueron (y en algunos lugares aún son)

objeto de violencia; hoy está más que demostrado que

no es así.

En primer lugar no existe ninguna raza

totalmente pura. Luego, las capacidades como la

inteligencia no están condicionadas por el color o la

nacionalidad. Incluso, de forma más certera, y

considerando la combinación de los grupos étnicos a lo

largo de la historia de la humanidad, Todorov (2009)

asegura que no existen las razas, sino los racistas.

Finalmente, la educación que se recibe es determinante

en la conducta del individuo y es condicionada por los

preceptos y prejuicios que inundan el ambiente social

en que se desarrolla el individuo (Bourdieu le llama

Habitus [Bourdieu y Wacquant, 1995]).

Una fuente de la violencia es la intolerancia, la

pretensión de sujetar a otros a la idea propia, tanto lo

que se piensa y se quiere, “tratar de imponer lo que

creemos que es nuestra normalidad, lo que es -según

40

nosotros- la normalidad a otros pueblos (o grupos) que

poseen otra, la resultante es la violencia” (Genovés,

1993:139). Asegura que la violencia surge con la

propiedad privada, en regiones donde los pueblos

asentados debían defender sus intereses de los nómadas.

Si se parte del supuesto de que en dichas

comunidades es en donde surge la división social del

trabajo, entonces se puede considerar que Genovés

coincide con Carlos Figueroa Ibarra (2001) al afirmar

que la violencia surge de las diferencias sociales y de la

opresión, con la opresión y explotación, pero

principalmente de la dominación de uno o varios

humanos sobre los demás.

Es preciso distinguir lo que se denomina

agresión y lo que es propiamente la violencia. Algunos

autores consideran que la agresión es una forma de

sobrevivencia, una reacción ante las necesidades de

supervivencia del individuo o de cualquier otro animal.

A diferencia de la violencia en sí, que es el uso de poder

o bien el transformar. De acuerdo a (Sánchez Vázquez,

41

1980) el transformar la naturaleza implica una forma de

violentar el mundo, pues se actúa en contra de su

voluntad.

Con el fin de diferenciar entre ambos conceptos,

Genovés, (1993) define “agresión, en sentido amplio

como un acto dañino que puede ser físico, verbal o

imaginario. Podemos dirigirlo hacia afuera contra una

persona u objeto, o hacia dentro hacía nosotros mismos.

Si el acto de agresión es físico, lo denominamos

violencia” (Genovés, 1993:153). Sin embargo, como

mencionaba Bourdieu, existen otras formas de violencia

que no son físicas, tales como la violencia psicológica o

simbólica.

Actualmente hace referencia a un amplio

abanico de acepciones, incluso llega a describir

solamente a la intervención impropia de un Estado a

otro. Posee una connotación negativa a pesar del tiempo

(Attina, 1981,33-34). Abelardo Villegas (1985) se refiere a

la agresividad como un acto de defensa, que existe en

todos los animales, incluido el ser humano. Y considera

42

como un sistema de instintos que permite la

supervivencia. Insiste en que “la agresividad se suscita

fundamentalmente para preservar la prole y defender el

territorio donde se obtiene el alimento” (Villegas, 1985:

103).

1.3. Violencia, dominación y Estado.

Este presente análisis parte del pensamiento de

los teóricos contractuales, dicha selección de los

primeros es debido al impacto y trascendencia que

tuvieron en los escritores y pensadores en los últimos

seis siglos, quienes se signan a alguna de las corrientes

de pensamiento fundadas por éstos: liberalismo,

socialismo y conservadurismo. De igual forma se

consideran los aportes de dos pensadores clásicos de la

sociología, quienes son el punto de partida del análisis

sociológico moderno

Thomas Hobbes presentó en 1651 Leviatán, obra

que lo hizo trascender en el pensamiento filosófico

político. Es el iniciador de una teoría contractual

43

(Hobbes, 2007) que gira en torno al supuesto de que el

hombre se encontraba en estado permanente de guerra.

Argumentó que con la finalidad de preservar la vida, en

un medio en donde las pasiones naturales del hombre

mantenían una situación hostil y de peligro, decidieron

agruparse en Estados.

Estos Estados adquirieron la función de

controlar la conducta de los miembros del conjunto

social, obligar a la revisión de las leyes y castigar a

quienes irrumpían la armonía establecida. Consideró

que “los pactos que no descansan en la espada no son

más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre,

en modo alguno” (Hobbes, 2007:173). Para que un

pueblo pudiera defenderse de las fuerzas extranjeras, y

por tanto proteger los bienes que se producían para

autoconsumo, era necesario que cedieran su libertad a

una persona o grupo “confiriéndole poder y fortaleza”

reduciendo la voluntad de todos a una sola. Se crea un

dios mortal, un ser que reúne la voluntad de todos y es

en sí mismo la voluntad general.

44

A ese monstruo que toca todo y es todo

simultáneamente lo llamó Leviatán, quien “posee y

utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que

inspira es capaz de conformar las voluntades de todos

ellos para la paz, en su propio país, y para la mutua

ayuda contra sus enemigos, en el extranjero” (Hobbes,

2007:177).

Rousseau (1983) hizo referencia al buen salvaje,

a la naturaleza del ser humano en pacífica convivencia.

Muchos autores posteriores a él siguieron la línea de

pensamiento. Rousseau considera que en algún

momento de la historia alguien más fuerte que los

demás decidió tomar el mando; al mismo tiempo se

necesitaba un liderazgo que permitiera organizar a la

comunidad para tales actos como la misma

supervivencia o la alimentación.

Fue necesario que se institucionalizara la

dominación para que la persona que había adquirido el

mando pudiera subsistir en el poder, puesto que no

siempre sería el más fuerte. Weber considera tres tipos

45

de dominación: la tradicional, carismática y racional, las

cuales incluyen inherentemente el dominio por parte de

una o más personas, dependiendo del grado de

burocratización, sobre el resto de la población. De entre

la cual una mayoría, por diferentes medios, otorga su

consenso a los dirigentes y al mismo tiempo teme, ya

sea al poder violento, a las sanciones o incluso a

poderes supraterrenales (Weber, 2008).

La base del pensamiento de John Locke (1995,

publicada originalmente en 1660) es que el hombre

posee una libertad natural y no puede verse sometido a

ningún otro hombre o autoridad. Por tanto consideraba

que “Todo gobierno existente es únicamente producto

de la fuerza o de la violencia” (Locke, 1995:8).

Es claro que partió de la idea de que el hombre

se encontraba en un estado de naturaleza en el cual

tenía una completa libertad de actos y de pertenencias.

Al tiempo que era un estado de igualdad. Para que

dentro de ésta libertad el hombre no se haga daño a sí

mismo o a sus semejantes se conforma el Estado, con la

46

finalidad de preservar esta igualdad entre todos los

individuos. La ley de la naturaleza fue puesta en manos

de todos los miembros de la comunidad. De esta forma

fue como el hombre se puso en manos de otros, pero

solamente para que fueran castigados aquellos que

atentaban contra la libertad y la igualdad de los demás

(Locke, 1995).

“El Estado viene a disponer de poder

para fijar el castigo que habrá de aplicarse a las

distintas trasgresiones, según crea que lo

merecen, cometidas por los miembros de esa

sociedad. Este es el poder de hacer las leyes (…).

Eso constituye tener el poder de la paz y la

guerra” (Locke, 1995: 85).

El hombre vivía en ese estado la libertad

completa. Pero decidió agruparse en la sociedad política

donde cedió parte de su libertad al Estado para que él

proteja su vida y propiedades. Es decir le brinde

seguridad en todos los sentidos. Sin embargo, quien por

medio de la fuerza se apropia de la vida o propiedades

47

de otro se está poniendo en estado de guerra frente a

éste (Locke, 1995).

Para Marx, el Estado es una relación de clases

sociales, es la materialización de su antagonismo y la

lucha entre ellas. Estas clases son una dominada y otra

dominante. Esta última es la que se personifica en el

Estado y es quién defiende los intereses de su clase, es

decir, la burguesía.

Por tanto el Estado es la dominación de una

minoría sobre la mayoría, defiende los intereses de la

propiedad privada y el capital, bienes que han sido

obtenidos mediante la violencia de la acumulación

originaria y acrecentados por la explotación. El Estado

es, por tanto, la violencia institucionalizada para

defender los intereses de la clase explotadora (Marx y

Engels, 1985).

Desde otra perspectiva analítica, Max Weber en

su texto Economía y Sociedad, y más específicamente en

su sociología de la dominación, exploró tres tipos puros

48

de dominación, la tradicional, la carismática y la

racional-legal, de donde parte la constitución del Estado

moderno, que sólo puede definirse en torno a la

coacción física, por tanto, “el Estado es aquella

comunidad humana que en el interior de un

determinado territorio […] reclama para sí (con éxito) el

monopolio de la coacción física legitima” (Weber,

2008:1056).

Este monopolio sólo existe en el Estado de

derecho, en donde se respetan las leyes y normas y estas

emanan de la voluntad popular. Es decir, en un Estado

autoritario no existe el monopolio legítimo de la

violencia, puesto que la autoridad, el poder y la

violencia se concentran en una persona o grupo

reducido. Existe un vínculo entre el Estado de Derecho,

la legitimidad y la democracia, componentes

inexistentes en los estados autoritarios o totalitarios.

Violencia implica transformar, ya sea a la

naturaleza o bien a la sociedad, que es la que interesa al

estudio. En la violencia existe una fuerza en doble

49

sentido, por un lado la que transforma, por otra parte la

resistencia que un individuo o grupo ofrecen para

permitirlo. La praxis social, encaminada a transformar

una realidad dada, implica también una violencia

contra el orden establecido, por tanto también una

resistencia reaccionaria, es decir, la contraviolencia.

Es posible observar que algunos de los cambios

que han generado resistencia son producidos por

grupos democráticos, progresistas o revolucionarios. Al

mismo tiempo muchos grupos se han resistido a

cambios que favorecerían a una minoría. Estos cambios

pueden ser producidos en la actualidad por ejemplo por

gobiernos neoliberales o reaccionarios. En estos cambios

sociales es posible ver claramente los efectos de esta

doble fuerza, la violencia y la contraviolencia.

El poder se puede entender de dos formas, la

primera, como capacidad de hacer algo, y la segunda,

como habilidad de intervenir en las acciones de otros.

Cuando se llega a un punto donde una persona o grupo

imponen su voluntad a los demás se genera un conflicto.

50

Aquí se pierde el bien común y la violencia se

generaliza, nace el poder político, es decir, surge el

Estado (Villoro, 1998).

El Estado no se puede entender sin hablar de la

política, siendo ésta donde se realiza la lucha de fuerzas.

Es el espacio donde coinciden los diferentes intereses y

esfuerzos por dominar a los demás, y el punto en el cual

la violencia toma su carácter social. Es el centro de las

relaciones humanas, cualquier interacción entre

humanos es social y esto implica en todo momento una

relación de poder, tanto a nivel macro, como micro. Es

en ésta esfera de la vida donde las clases dominantes

imponen su voluntad a los demás, y al mismo tiempo

adquiere cierto grado de legitimidad, es decir, violencia-

legitimidad, esto es la hegemonía, clave de la

dominación.

El Estado es la dominación de un sector de la

población sobre los otros, dentro de un territorio

determinado, donde se ejerce coerción sobre los demás

para imponer un proyecto económico, político e

51

ideológico con una finalidad específica. Este grupo

dominante tiene la función de forzar a los habitantes, así

como regular sus relaciones con los agentes externos.

Está forma de estado es relativamente nueva, surgió con

el estado burgués (Bobbio, 2006). Fue instaurado en las

naciones con la finalidad de proteger a los habitantes

dentro de un territorio. Tanto de los invasores

extranjeros, como de los mismos habitantes que tratasen

de romper el orden que se estableció. O bien, a quien

intente dañar la vida, propiedades o seguridad de cada

uno de los miembros de su sociedad.

Sin embargo, en el caso específico del estado

mexicano ocurrió que se instituyó como el medio de

abuso en contra de la mayoría de la población, contando

con la fuerza violenta y con un grado variable de

legitimidad y que incurre en diferentes abusos para

preservar el grupo en el poder, tal es el caso de Oaxaca.

El Estado y su Poder Legislativo han creado un

conjunto de leyes establecidas en la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos y la

52

Constitución local. Estas norman las acciones que

pueden realizar los funcionarios públicos y las

facultades que poseen, al mismo tiempo que estipulan

los derechos y garantías de los demás ciudadanos, hasta

esta parte se cumplen los parámetros mediante los

cuales entendemos el estado.

Lo que en la realidad se puede observar como la

práctica de los gobiernos en Oaxaca (y otras entidades

más) es que se han rebasado por mucho las facultades

que les son otorgadas constitucionalmente. En un

primer término, con la corrupción como medio de

enriquecimiento económico ilegal, y en un segundo, por

las prácticas de terror en contra de la oposición; con la

finalidad de destruirla o al menos desactivarla y evitar

le cause mayores problemas en el relevo de poderes

entre los miembros de su grupo.

1.4. Violencia y Terror de Estado.

Maquiavelo entendía la violencia como

inherente al poder y a las relaciones políticas. En su

53

texto El Príncipe, publicado en 1513, permitió al lector

adentrarse en las formas con las que se ha hecho la

política, en su tiempo, anterior a él y hasta estos días.

No es maldad simplemente lo que el relató, puesto que

hizo a un lado sus juicios de valor y describió los actos

que él pudo observar en la realidad. “Como bien lo dijo

Víctor Hugo en Los Miserables: Maquiavelo no es un

genio malo, ni un demonio, ni un escritor vil y

miserable; no es sino el hecho” (Figueroa Ibarra,

2001:18).

Por tanto, lo que expuso en su trabajo es el uso

racional de la violencia, un uso calculado y no sólo

como un fin, sino meramente como medio de llegar un

fin último, obtener y conservar el poder político. No se

puede hacer a un lado el hecho de que este texto lo

escribió como un regalo al Magnífico Lorenzo de

Médicis y que tal trabajo contiene su propuesta para

unificar en ese momento a los Reinos Galgos

(Maquiavelo, 2003).

54

En todas esas comunidades hay desde el

principio cierto interés común cuya preservación

tiene que confiarse a algunos individuos, aunque sea

bajo la supervisión de la colectividad: la resolución de

litigios, la represión de extralimitaciones de los

individuos más allá de lo que está justificado,

vigilancia sobre las aguas, (...), y funciones religiosas

(Engels, 1977:184).

Todas estas funciones sufren una alteración

cuando crece la población y las necesidades aumentan,

por una parte; y por otra, los funcionarios se van

distanciando de los pobladores. Estas necesidades

económicas llevan a que los prisioneros de guerra ya no

sean asesinados, sino, utilizados como esclavos. Es así

como surge la primitiva división del trabajo.

Fernando Escalante (1991) observó al terrorismo

de Estado como el momento en que los gobernantes

rebasan las líneas de legitimidad y legalidad

establecidas en una sociedad dada. Sabido que el Estado

es la personificación e institucionalización de la

55

violencia, como una internación que se ha vuelto

cotidiana, es decir, la costumbre de tener miedo, el

miedo a la represión o castigo por romper las reglas que

han sido establecidas.

Se está hablando aquí de normas que regulan

tanto la conducta de los gobernantes como la de los

gobernados. Reglas tanto formales como informales

(normas y leyes escritas y las que son por tradición o

costumbres) que son aceptadas por todos los miembros

de la comunidad. Hasta este momento se está hablando

de violencia de Estado. Cuando estas líneas son

rebasadas, se cometen abusos contra las personas que

difieren de la forma en que se está gobernando y la clase

dominante recurre a excesos de violencia, lo hace con el

fin de causar miedo, además de violar o cambiar la

normatividad existente; está incurriendo en terrorismo

de Estado.

La finalidad planteada es que “los gobernados

se amedrentarán y paralizarán sin que haya necesidad

de matarlos o desaparecerlos. Con la misma macabra

56

inversión inicial, el Estado y los sectores dominantes

mantendrán la ganancia de la estabilidad política.

Podríamos llamar a este efecto, la “inercia del terror””

(Figueroa Ibarra, 2001:23), el costo que habrían pagado

los gobernantes únicamente es el de su desprestigio

tanto al interior de su territorio como externamente

(Figueroa Ibarra, 2001).

Coincidiendo con Escalante, Bonanate (1982)

consideró que es posible entender como terrorismo la

práctica política de quien o quienes mediante el uso

recurrente de la violencia planean provocar terror en la

población para implantar su proyecto político: “El

recurso al terror por parte de quien ya detenta el poder

dentro de su estado no se puede considerar como una

forma de terrorismo político. Éste término que se

entiende como el instrumento a que recurren

determinados grupos para hacer caer un gobierno

acusado de mantenerse por medio del terror” (Bonanate,

1982:1568).

57

Bonanate Plantea el uso del terror tanto en los

gobernantes como en la oposición. Se refiere

específicamente a los grupos conocidos como terroristas,

quienes mediante el uso de violencia contra población

civil, fuerzas armadas o funcionarios buscan

establecerse en el poder o provocar la inclusión de sus

demandas en la agenda política oficial. Estos grupos

pueden ser tanto de izquierda como de derecha, con las

más variadas finalidades e intereses.

Se pueden mencionar a los grupos de liberación

como la Organización para la Liberación Palestina,

organizaciones separatistas como el Euzkadi Ta

Askatazuna. O bien, los grupos conservadores, tales

como los que al inicio de la vigencia de las leyes que

despenalizaban el aborto en estados Unidos pusieron

explosivos en los hospitales donde se realizaban. El

terror también fue la forma en que el golpista Pinochet

tomó el poder en Chile, derrocando a un gobierno

democrático.

58

Para que pueda ocurrir esta violencia es

necesario que cuente con el consenso de al menos una

parte de la sociedad. De ahí que existan campañas de

linchamientos mediáticos, de desprestigio de los

inconformes y de exaltación de los gobernantes y sus

acciones. Figueroa Ibarra (2001) afirma que los abusos

de los gobernantes nunca han sucedido solos, sino que

han sido apoyados por amplios sectores de la sociedad

civil.

“La violencia que alimenta una situación de

terror se distingue de la violencia que sostiene la

eficacia continuadora del poder coercitivo porque ésta

es mesurada y previsible, en tanto que la otra es

desmesurada e imprevisible” (Stoppino, 1982:1630). En

el caso del simple poder coercitivo la violencia punitiva

persigue conductas que se determinaron

anticipadamente y sanciona de acuerdo al grado de la

desobediencia.

El Estado, podemos concluir, es en sí mismo la

violencia institucionalizada, pero tiene un límite; éste es

59

en dos sentidos, el primero es el legal; las leyes que han

sido estipuladas ya sea consuetudinariamente o bien

establecidas en códigos y constituciones. El segundo es

la legitimación, también entendida como hegemonía. Es

decir, la violencia estatal que ha sido interiorizada en

los miembros de la comunidad, son los límites

habituales; la costumbre y las tradiciones pueden ser

ejemplos de ello. Cuando estos límites son rebasados

por el Estado, podemos hablar de terrorismo de este

mismo; cuando las autoridades cometen actos

sancionados impunemente o bien cuando los miembros

de la sociedad sienten agravio al ser violentados más de

lo normal.

Existe un tercer elemento y es la legitimidad

internacional de un régimen de gobierno, dado que en

los tratados, convenios y convenciones internacionales

se busca garantizar la seguridad y el respeto de

garantías y derechos humanos en todos los países que

los firmaron y ratificaron. Sin embargo, en muchas

ocasiones obedece a razones de política internacional; el

60

caso de la matanza de Ruanda que pudo ser evitada por

la comunidad internacional y de la guerra de los

Balcanes tardíamente atendida son un ejemplo de ello.

Puede que un estado cambie sus leyes para

poder hacer uso de la violencia sin incurrir en delitos,

como sucede en los gobiernos autoritarios y totalitarios.

De igual forma, todos estos regímenes cuentan con un

cierto grado de legitimidad en las sociedades. ¿Cuál

puede ser realmente la línea que separa a la violencia

del terrorismo? Escalante (2001) se ha referido al miedo

como el eje del terrorismo.

Si se considera a la violencia como la

interiorización de este miedo, el terrorismo puede ser el

nuevo miedo que se trata de generar. Se puede asegurar,

entonces, que el equilibrio de este miedo, como lo es el

temor a cometer un delito, es la violencia de estado

estipulada para mantener la armonía en el interior de la

sociedad. Pero cuando se intenta generar un miedo en la

población para impedir la protesta y la disidencia, se

está hablando entonces de terror.

61

En el Estado de Oaxaca en el año de 2006 el

Gobierno del Estado rebasó los límites establecidos

legalmente, actúo por encima de la ley, tratando de

generar miedo en la población y con ello eliminar a la

gran oposición a su régimen. Como se analizará en los

capítulos posteriores, utilizó herramientas con la

finalidad de extinguir el movimiento en su contra, tales

como la tortura, el asesinato, las detenciones arbitrarias

y hasta el extremo de haber llegado al uso de las

“caravanas de la muerte”, (camionetas que recorrían la

ciudad con personas armadas que disparaban contra la

población civil).

Con toda impunidad realizó un operativo ilegal

llamado “de limpieza”. Y a pesar de contar con la

legitimidad de un sector de la población (muy

importante a decir de algunos columnistas), rebasó

todos los límites establecidos por la aceptación social.

Trató de generar miedo a la disidencia, por ello se

puede asegurar que el régimen de Ulises Ruíz en

Oaxaca es de terror.

62

1.5. Resistencia, rebelión y movimientos

sociales.

“La rebelión más elemental expresa, paradójicamente,

la aspiración a un orden”.

Albert Camus

La exposición en este apartado se iniciará

distinguiendo algunas definiciones conceptuales, tales

como la rebelión, la resistencia, los movimientos

sociales y revolución. La finalidad de esto es poder más

adelante definir al hecho social de estudio de una forma

clara. Es importante considerar como principio, que

cualquier organización social, en cualquier nivel y de

cualquier tipo tiene sustento en la acción colectiva como

punto de partida. No puede ocurrir hecho social si sólo

un individuo realiza alguna actividad, sino debe

realizarse por un grupo.

Para una acción colectiva no basta con la

existencia de un agravio social o sentimiento de

63

injusticia generalizado entre los miembros de una

comunidad; Trotsky dijo “si las carencias fueran

suficientes para ocasionar una insurrección las masas

estarían siempre en estado de rebelión” (Snow,

Rochford, Worden y Benford, 2006:35). Es necesario que

un hecho cambie el marco: “las situación es injusta, pero,

siempre ha sido así” a otro “siempre han sido así, pero

es posible cambiarlas” (Snow, Rochford, Worden y

Benford, 2006).

Para Charles Tilly (citado en Giddens, 2000:642)

hay cuatro componentes que distinguen a la acción

colectiva: a) La organización del grupo o grupos

implicados; b) La movilización que se compone de las

diversas maneras que tiene un grupo de conseguir

recursos suficientes para hacer posible la acción

colectiva; c) El interés común de quienes participan en

la acción colectiva, siempre hay algún objetivo común

que subyace para la acción colectiva; d) Oportunidad,

pueden producirse acontecimientos fortuitos que

proporcionen oportunidades a los propósitos

64

revolucionarios. Muchas formas de acción colectiva,

incluyendo la revolución, se ven influidas en gran

medida por tales episodios accidentales.

Con el término resistencia “se indican todos los

movimientos o las diversas formas de oposición activa y

pasiva que se dieron en Europa, durante la segunda

guerra mundial, contra la ocupación alemana e italiana,

como lo indica desde el punto de vista del léxico, el

mismo término, se trata más de una reacción que de una

acción, de una defensa más que de una ofensa, de una

oposición más que de una revolución” (Matteucci,

1982:1399).

La resistencia como término se puede observar

en la física, es la forma en que un objeto impide el poder

ser cambiado. Así en las sociedades, la resistencia es

evitar un cambio, o bien puede ser el tratar de

defenderse ante el cambio de las políticas de los

dominadores. Cuando un grupo se resiste al gobierno

puede ser no el sentido de conservar las cosas como

están, sino de preservar la vida, resistirse a que sea

65

cambiada la vida por muerte, ya sea por la represión o

por las necesidades básicas que no son satisfechas.

Gallino (2001) mantiene una visión peyorativa

de la rebelión, considera a la rebelión como anomia o

bien como desviación social. Sin considerar los motivos

que la llevan a sublevación. Incluso es posible

considerar su pensamiento como conservador,

antidemocrático, antisocialista e incluso antiliberal. Deja

al mismo tiempo constancia del sesgo autoritario con el

cual merma su enfoque.

Por anomia entiende la “deficiencia o ausencia

de normas para regular el comportamiento social de

individuos o colectividades (...). En la antigua Grecia era

utilizado para designar las situaciones de ilegalidad, de

evasión o de desprecio por la ley (...)”, (Gallino, 2001:33).

Para Durkheim, significa la ausencia o carencia de

normas adecuadas para conducir la conducta de los

individuos dentro de límites apropiados (Gallino, 2001).

Es decir, considera a la rebelión como un problema de

66

reglas en la sociedad, no tanto como el resultado de

agravio social (Moore, 1989).

Algunos autores como Gallino consideran a las

rebeliones como desviación social. Gallino en especial

las considera como “el acto, comportamiento o

expresión de un integrante reconocido de una

colectividad cuya mayoría juzga como un alejamiento o

una desviación más o menos grave, en el plano práctico

o en el ideológico de determinadas normas”.

Sin embargo, es necesario llegar a un punto de

mayor profundidad, las rebeliones han surgido como

consecuencia del agravio de un sector de la sociedad.

También es una conducta resultante de la ausencia o

ineficiencia de leyes y normas para satisfacer las

necesidades sociales. Al mismo tiempo puede ser una

conducta que rompe con las normas establecidas y

aceptadas socialmente. Y de igual manera es posible

que su origen sea una nueva normatividad. Por tanto,

para Gallino, se puede considerar a la rebelión como

una conducta anómica que rompe con las reglas y

67

normas. Pero es al mismo tiempo la resistencia a los

abusos de unos sobre otros.

Por revolución se entenderán distintos tipos de

cambios sociales en los cuales se transforma de manera

estructural y a profundidad diferentes instituciones de

la organización social, incluyen alguno de los elementos

siguientes: a) Conquistar el aparato burocrático por

profesionales de la política o por lucha armada con la

finalidad de transformar el ordenamiento jurídico; b) El

proyecto político que se pretende poner en la práctica

tiene como finalidad cambiar el orden social de manera

total; c) La toma del poder es con la finalidad de

cambiar a la elite o clase dominantes y; d) La liberación

de la sociedad del dominio de una potencia extranjera

(Gallinos, 2001). Se considera que los movimientos

sociales, regularmente de carácter pacífico, funcionan

como inyector o combustible de las revoluciones.

Norberto Bobbio (2003:1412) identificó al

término Revolución de forma similar al de Rebelión. La

revolución es la tentativa acompañada del uso de la

68

violencia de derribar a las autoridades políticas

existentes y de sustentarlas con el fin de efectuar

profundos cambios en las relaciones políticas, en el

ordenamiento jurídico-constitucional y en la esfera

socioeconómica. La revolución se distingue de la

rebelión o revuelta, pues esta última está generalmente

limitada a un área geográfica circunscrita, carece en

general de motivaciones ideológicas, no propugna una

subversión total del orden constituido sino un retorno a

los principios originarios que regulaban las relaciones

autoridades políticas-ciudadanos, y apunta a una

satisfacción inmediata de reivindicaciones políticas y

económicas.

Partiendo de la perspectiva de las intenciones

de los insurrectos, se pueden dividir en revolución de

masa o revolución en sentido estricto cuando los

insurrectos apuntan a trastornar de manera

fundamental las esferas política, social y económica: en

este caso existe una elevada participación popular, la

duración de la lucha es larga y la incidencia de la

69

violencia interna es muy considerable (Bobbio,

2003:1412 -1413).

Giddens (2000) denominó la revolución como

un movimiento social de masas que conduce a grandes

procesos de reforma o de cambio, donde los líderes han

tenido que ser capaces de alcanzar al menos algunos de

sus objetivos. También ha implicado la amenaza o el

uso de la violencia por parte de los que participan en

ella; las revoluciones son cambios políticos que se han

llevado a cabo frente a la oposición de las autoridades

preexistentes a las que no se puede convencer de que

renuncien a su poder sin la amenaza o el empleo real

de medios violentos.

Para Rocher (1996:532) movimiento social “es

una organización netamente estructurada e identificable,

que tiene por objetivo explícito agrupar a unos

miembros con miras a la defensa o a la promoción de

ciertos objetivos precisos, de connotación social

generalmente”. Para Giddens (2000: 645) los

movimientos sociales pueden definirse como “un

70

intento colectivo de luchar por un interés común o de

garantizar que se alcanza un objetivo compartido,

mediante una acción colectiva que tiene el lugar al

margen de la esfera de las instituciones establecidas”.

Giddens (2000:646) propuso una clasificación

de los movimientos sociales a partir del alcance de sus

objetivos, de tal forma han existido: a) los Movimientos

transformadores, que han pretendido un cambio global,

radical, drástico y por lo general violento de su

sociedad; b) los movimientos reformistas, que sólo han

aspirado a modificar algunos aspectos del orden social

existente; c) los movimientos redentores que han

intentado rescatar a las personas de formas de vida que

corrompen; y d) movimientos de alteración, que han

pretendido lograr un cambio parcial en los individuos.

Los objetivos que han seguido y siguen los

movimientos sociales pueden variar tanto como sus

motivos de existencia, su organización está al servicio

de la persecución de sus fines. Para existir como

organización reivindicadora han debido resolver

71

algunos problemas de definición, de identificación,

principios de existencia. Los cuales se resuelven

presentándose como portavoz de determinado sector

social, se han caracterizado por una postura de

resistencia, su razón de ser han sido determinados

intereses reprimidos o ideas que no son aceptadas. Han

actuado con base en determinados valores que

consideran superiores, grandes ideales o una verdad

básica (Rocher, 1996). La categoría movimientos

sociales abarca desde los que actúan respetando las

leyes de la sociedad en la que emergen hasta los que

realizan sus acciones de manera ilegal o clandestina.

Muchas veces las leyes se modifican parcial o

totalmente a partir de las actividades de estos últimos.

La rebelión es una acción colectiva que surge de

manera cuasi-espontánea1, contiene un objetivo común.

1 Tanto en las rebeliones como en los movimientos sociales no

existe la espontaneidad; es un conjunto de actos considerados por un grupo

como agravios que se van acumulando hasta que las oportunidades políticas

permiten que se realice la acción colectiva (Moore, 1989 y Tarrow, 1997); se

le denomina aquí cuasi-espontanea pues emerge en un momento no

previsible, pero con antecedentes de gestación en la subjetividad colectiva.

72

Existe una solidaridad entre los miembros del grupo y

un desafío colectivo al Gobierno, elites o al resto de la

sociedad, sin embargo carecen de mantenimiento de la

acción colectiva, es decir, a partir del momento en que

se rebela el grupo en breve puede llegar a tres puntos, el

primero de ellos, el ser reprimido, el segundo sus

demandas son satisfechas y pierde su razón de ser, y

tercero, los dos anteriores (Tarrow, 1997).

En el caso de los movimientos sociales no

ocurre de esa manera, en caso de que sus demandas

sean satisfechas, se planteará crear nuevas y continuará

en su antagonismo social; en caso de ser reprimido,

buscará nuevas alternativas de protesta y otras

estrategias para conseguir sus fines. Ésta es la diferencia

principal entre la rebelión y el movimiento social de

acuerdo a Tarrow (1997).

Los movimientos sociales a lo largo de la

historia han tenido diferentes características, entre las

73

que se puede mencionar el tipo de demanda, la

cantidad y los rasgos específicos de sus miembros, es

decir, el sector al que pertenecen, la especificidad de sus

demandas, la duración del movimiento, su surgimiento,

antecedentes, la fuerza que adquiere conforme

evoluciona, el fin del movimiento, la resolución de las

demandas o su represión por el Estado.

A través de los cambios en la estructura de

oportunidades políticas explica cómo es que pequeños

grupos se llegan a sublevar en momentos históricos y

sociales dados y la probable consecuencia de que el

cisma sea breve. Es decir la represión a la que se

someterá el nuevo movimiento; continuó adentrándose

en lo que es el tema de la estructura de oportunidades;

explicó cómo es que se generan las oportunidades para

que diversos grupos se movilicen generando lo que

llama ciclos de protesta, como los grupos pequeños

aprovechan de las convulsiones para buscar satisfacer

sus demandas y al mismo tiempo apoyar a los demás

grupos sublevados. Resalta cómo se estructuran los

74

movimientos para perdurar a los embates del gobierno,

principalmente los más autoritarios, y también a las

elites y grupos antagónicos.

Esta identidad no ha sido estable, se encuentra

en continuo movimiento y se ha modificado con base en

las estrategias que se han ido tomando en el transcurrir

de tiempo. Los movimientos sociales han sido y son

agentes activos de mediación entre las personas y las

estructuras y las realidades sociales: “El movimiento

social es de índole propia para desarrollar y alimentar

una conciencia colectiva clarificada y combativa en una

sociedad o en un sector particular de la misma” (Rocher,

1996:538).

De tal forma que los movimientos sociales han

creado una infraestructura de organización social que

puede reactivarse en cualquier momento de crisis. Y

frente a la pérdida de legitimidad de los regímenes

frente a la sociedad, poco a poco se articulan

nuevamente viejos movimientos que en cierta forma se

hallaban en reposo político. Manuel Castells definió

75

como movimientos sociales urbanos aquellos “sistemas

de prácticas sociales contradictorias que convierten el

orden establecido a partir de las contradicciones

específicas de la problemática urbana” (Castells, 1974:3);

los observa como el resultado de crisis del sistema

político y de necesidades no cubiertas en sectores de la

población.

1.6. Violencia, Rebelión, y movimientos

sociales.

Quien con monstruos lucha, cuide de no convertirse

a su vez en monstruo.

Cuando miras largo tiempo a un abismo, también

éste mira dentro de ti.

Friederich Nietzsche, Más Allá del Bien y del Mal.

La violencia estatal como respuesta a los

movimientos sociales que logran tener la suficiente

fuerza para poner en jaque al Estado tiene diferentes

76

caras, perfiles y acepciones que son necesarios explorar.

¿Por qué decide un gobierno reprimir violentamente

una marcha?, ¿o desalojar un plantón? o bien, ¿por qué

un gobernante decide asesinar, secuestrar y torturar a

líderes o personas cercanas a la cúpula del movimiento

social?, ¿son sólo estas las formas de violencia estatal?

Se puede pensar a la violencia en los

movimientos sociales a partir de algunas líneas: a) la

violencia del Estado hacia el movimiento, b) la violencia

del movimiento en contra del Estado, c) la violencia del

movimiento hacía el resto de la sociedad y d) violencia

de la sociedad contra el movimiento. En el caso de

Oaxaca fue bastante evidente (y documentado por

organismos internacionales como la CCIODH) la

violencia con que los gobiernos local y federal

atendieron y reaccionaron antes del conflicto, durante y

después de éste. Fue notable el operativo limpieza en el

cual emulando a gobiernos dictatoriales

centroamericanos crearon las llamadas “caravanas de la

77

muerte” para recorrer las calles por la noche balaceando

las barricadas.

Diferentes acciones de la APPO fueron

consideradas como violentas, en especial los cierres de

oficinas gubernamentales y algunas agresiones en

contra de funcionarios. Para muchos habitantes de la

ciudad fue un acto de violencia los cierres de las calles y

el impedimento de los derechos de quienes no

participaban en el movimiento. Es muy importante

considerar que por parte de sectores claramente

identificados como afines al Gobernador y al PRI

reaccionaron de forma violenta en contra de los

disidentes, desde disparar contra contingentes hasta la

denominada radio ciudadana que instigaba a cometer

ilícitos contra simpatizantes, miembros y líderes de la

oposición.

Cuando un movimiento social es capaz de

poner en jaque e incomodar a una elite gobernante ésta

puede responder de manera violenta. Esta violencia

puede ser de varios tipos a través de la represión abierta

78

y escandalosa, mediante el ataque militar o formas más

o menos discretas, desapareciendo y hostigando a los

miembros del grupo inconforme hasta las formas más

sutiles como desprestigiar al movimiento y borrar su

base de legitimidad social por medio de programas

asistencialistas y apoyos focalizados, además de la

influencia mediante los medios de comunicación.

La sociedad que ha legitimado las acciones del

Estado en contra de un movimiento social puede

participar de manera pasiva o bien activa para reprimir

el brote de inconformidad; es entonces cuando surge

una figura de control social o guardias blancas. No

precisamente las que crean los gobiernos para atacar a

los movimientos de forma velada, sino grupos de

personas afines al gobierno que se organizan para

atacar violentamente al movimiento. Pero también

pueden actuar de manera no-violenta al desprestigiar al

movimiento y organizando grupos que reprueban sus

acciones.

79

De igual manera los movimientos sociales, al

sentir “pureza moral”, recurren a medios violentos para

imponerse al resto de la sociedad. En un acto de

intolerancia, han atacado a la población o sujetos que no

coinciden con sus ideas y/o proyectos. Los grupos

conservadores critican como violencia el hecho de que

las organizaciones tomen las calles o hagan plantones;

desde esta perspectiva se les está violentando.

Bonanate denominó como terrorismo a la

violencia en que incurren los grupos disidentes, que en

su forma clásica presenta algunas características

fundamentales. 1) Organización; 2) acciones

demostrativas y; 3) el aumento de atentados: “La

práctica terrorista se adapta a una situación

sociopolítica de atraso, en la cual es necesario despertar

la conciencia popular y llevarla a realizar el salto de

resentimiento pasivo a la lucha activa, a través de lo que

podría definirse como un “atajo” en el proceso de

crecimiento revolucionario” (Bonanate, 1982:1568).

80

No hace una diferencia entre los diferentes

grupos que existen, los que efectivamente han usado el

terror como herramienta política y los grupos que han

hecho uso de medios pacíficos. Parte de la idea de que

son grupos surgidos de la anomia social, grupos

inadaptados socialmente, pero pierde de vista los

múltiples contextos políticos, sociales, económicos y

culturales en donde se pueden presentar. Apunta

también que el terrorismo contrarrevolucionario o

fascista no le importa si en el momento del atentado hay

personas inocentes que resulten dañadas.

Los actos individuales de rebelión pueden crear

un pretexto para que las autoridades repriman no sólo

a los rebeldes sino también a los circunstantes (Elster,

2003:131). El hecho de que haya o no violencia depende

menos de la naturaleza de las acciones que de la

actividad de otros factores, especialmente, de cómo

responden las autoridades, dado que según Tilly, son

las propias fuerzas represivas las más persistentes

iniciadoras y ejecutantes de la violencia colectiva

81

cuando realmente se producen confrontaciones; los

agentes de la autoridad son los responsables de la

mayor parte de los muertos y heridos, lo cual no es

sorprendente toda vez que poseen el acceso especial a

las armas bajo la disciplina militar. Los grupos que ellos

intentan controlar, por el contrario, causan más daño a

las cosas o propiedades (Giddens, 2000:643).

En el caso del terror usan la violencia en forma

casual, en comportamientos no explícitos y aplicada allí

donde se manifiesta una crítica o una oposición; aun

cuando el pretexto más leve pueda causar la muerte o

privación de la libertad personal. Este tipo de violencia

genera en la población un miedo amenazador y sin

límites precisos que impide cualquier cálculo o

previsión. El único modo de sentirse relativamente

seguro consiste en no dar ningún pretexto para que se

desencadene la violencia, absteniéndose de cualquier

gesto, por más leve o inocente que éste sea, de crítico o

de oposición (Stoppino, 1982). “Éste es el principal fin

de la violencia terrorista: truncar y paralizar

82

anticipadamente toda oposición potencial” (Stoppino,

1982:1630).

La violencia terrorista puede usarse como un

método relativamente estable de gobierno, donde

además se combina con un sistema de incentivos para

lograr el efecto y paralizar la oposición y forzar a los

miembros pasivos: “En los casos más extremos una

persona no encuentra más que dos opciones, convertirse

en víctima o convertirse en verdugo” (Stoppino,

1982:1630). Una persona se adhiere al régimen por

miedo a no sufrir la violencia, aunque no lo es del todo

seguro, y se beneficia a la vez de las pocas ventajas que

pueda tener su cercanía y la competitividad por estar

bien con el tirano.

“El objetivo más obvio y

directo del empleo de la violencia es

destruir a los adversarios políticos o

ponerlos en la imposibilidad física de

actuar con eficacia (…). Esto sucede

cuando en el grupo contrario a la

83

autoridad está (o se cree que está)

fuertemente concentrada en las manos

de un sólo hombre y cuando el poder

de este jefe depende (o se cree que

depende) mucho más de sus dotes

personales que del cargo que ocupa. De

ahí la frecuencia de los atentados

contra los jefes carismáticos” (Stoppino,

1982:1631).

En Oaxaca los Gobiernos Estatal y Federal

pensaban que descabezando el movimiento lograrían

apaciguar las cosas. Por ello, secuestraron, encarcelaron

y torturaron a los líderes o personas cercanas a ellos,

pero ocurría que eran muchos dirigentes por una parte,

y por otra existía un desfase entre la dirigencia formal

de la APPO y lo que se podría llamar la base. No

realizaban acciones conjuntas en todo momento, la

asamblea tomaba una decisión o llegaba a un acuerdo

con el gobierno federal y la base hacía lo que creía más

conveniente, por tanto, el intento de debilitar a los

84

líderes fue en vano y sólo incrementó los costos

políticos y sociales durante el conflicto.

La función de la violencia también tiene un

carácter externo, atrayendo la atención de los grupos

ajenos al conflicto y buscando obtener consecuencias

simbólicas. Para los grupos revolucionarios o rebeliones

este aspecto tiene un sentido especial porque se concreta

en el hecho de modificar para su propio beneficio la

percepción que los demás grupos tienen de ellos con el

fin de encaminarlos a apoyar sus exigencias; ello debido

a la influencia que tiene el apoyo exterior en el resultado

final de la agresión y contra agresión.

1.7. Síntesis teórico conceptual.

A continuación se realiza una síntesis de los

puntos expuestos en los apartados anteriores. Por

violencia se entiende una construcción social, no natural,

del uso del poder (Figueroa Ibarra, 2001:13 y Genovés

1993). Es decir, la capacidad de tomar o influir en las

decisiones de los demás “se debe entender una relación

85

entre dos sujetos de los cuales el primero obtiene del

segundo un comportamiento que éste de otra manera

no habría realizado” (Bobbio, 2006:104).

Por violencia se entiende “la aplicación de

diferentes formas de coerción, que llegan hasta las

acciones armadas, con el objeto de conquistar o

mantener un dominio económico y político o de

conseguir tales o cuales privilegios” (Sánchez, 1980:434)

“es mínimamente un acto de poder. Aunque no todo

acto de poder es violento” (Figueroa Ibarra, 2001:16). De

la misma manera Bourdieu (1999) observa formas de

violencia simbólicas, que no implican precisamente el

uso de la fuerza física. Figueroa Ibarra agrega que es

“un fenómeno cuyas condiciones surgen en el momento

en el cual lo humano se va apartando de lo propiamente

animal” (Ibídem, 2001:15).

Para Genovés (1993), Sánchez (1980) y Figueroa

Ibarra (2001) la violencia surge con la propiedad

privada. Es el producto de las diferencias sociales y la

manera en que una clase mantiene su dominio sobre las

86

demás. Por tanto, el Estado es en sí mismo la

personificación del poder, la violencia institucionalizada.

Es la capacidad de tomar las decisiones económicas,

sociales y políticas que afectan a toda una sociedad.

De acuerdo a los teóricos contractualistas como

Hobbes (2007), Rousseau (1983) y Locke (1995) cada

individuo cede parte de su libertad al Estado para

proteger otras más. Con ello lo legitima para ejercer

violencia contra quienes pretendan impedir el uso de

los derechos de cada miembro de la sociedad. Esta

legitimidad tiene un límite, así como la legalidad que en

los Estados modernos se les otorga a los funcionarios y

organismos encargados de gobernar. Ambas se

encuentran sancionadas por los Estados en su calidad

de iguales.

Cuando estos límites de la legalidad,

delimitados por el respeto a los derechos de cada

individuo, de las minorías y de las mayorías, son

rebasados por los gobernantes, se habla de terrorismo

87

de Estado, que es el uso del miedo para inhibir o

reprimir la disidencia y la oposición a un régimen.

Partiendo de esta concepción de Estado, poder

y dominación, es posible pasar a comprender lo que son

los movimientos sociales y las rebeliones. Cuando un

sector de la sociedad percibe que está siendo víctima de

una injusticia o que se está cometiendo un agravio en su

contra y existe algún elemento que le permite

considerar la posibilidad del cambio (Tarrow, [1997] les

denomina ventanas de oportunidad), es cuando

mediante la organización deciden realizar actos de

protesta pública (Scott, [2000] le llama el paso del

discurso oculto al abierto).

Esta protesta, en sus diferentes variables puede

conducir a dos puntos, la satisfacción de sus demandas

o bien, la represión. Si en ese momento se termina la

acción colectiva se le denomina rebelión. Si a pesar de

esas condiciones el grupo decide, por un lapso mayor

de tiempo, buscar nuevas alternativas de protesta o bien

88

nuevas demandas se le denominará movimiento social

(Tarrow, 1997).

Es posible considerar una ruta crítica del

terrorismo de Estado. Se parte del punto en que una

minoría domina a la mayoría de la población, sin dejar

de lado que las decisiones pueden ser tomadas por un

reducido grupo o incluso por una sola persona. Esta

dominación implica relaciones sociales y económicas, en

las cuales, grandes sectores de la población son

explotados económicamente. Pero no sólo eso, también

son sujetos de marginación y discriminación a quienes

se les cancelan o inhiben el uso de sus derechos civiles,

políticos y económicos.

Éstos, al poseer un sentimiento de agravio y

ocurrir un cambio de marco que les posibilite la idea de

una oportunidad de cambio, pueden decidir por

organizarse y realizar una acción colectiva mediante la

cual busquen la satisfacción de sus necesidades. La

respuesta del Estado puede darse en dos causes: la

respuesta a sus demandas o la represión. Ésta última

89

puede ser dentro de los causes de la legalidad y

legitimidad, con uso de violencia física, de coerción o

persuasión o puede ser rebasando los límites legales e

inclusive excediéndose y rebasando la legitimidad que

la sociedad le ha otorgado. Cuando esto ocurre estamos

hablando de terrorismo de Estado, el cual pretende

eliminar la oposición y disidencia generando miedo en

la población para participar en los asuntos públicos.

Este marco teórico explica algunos elementos

que giran en torno al caso de estudio: el movimiento

social en el Estado de Oaxaca en al año 2006 y las

respuestas de los gobiernos federal y local a sus

demandas. Es posible plantear a priori que en el Estado

de Oaxaca se identifican algunas formas de dominación

que implican la explotación de algunos sectores; es decir,

el abandono, no sólo de las comunidades indígenas,

sino también de quienes han migrado a las regiones

urbanas. La marginación e incluso el racismo que se

vive en esa entidad son factores que favorecen el caldo

90

de cultivo para una rebelión y la existencia de diferentes

movimientos sociales.

La política represora de los gobiernos estatales,

inscritos en un régimen autoritario, permiten crear un

marco de referencia en las respuestas que tienen frente a

la protesta social. Por una parte han hecho uso de la

violencia física, represiones a manifestaciones y

asesinatos y encarcelamientos de líderes. Por otra parte,

también han recurrido a la cooptación de los

representantes de organizaciones y comunidades. Un

punto en especial a tratar en este trabajo es el uso

discrecional de los derechos y garantías individuales

para garantizar el cacicazgo del poder en el Estado. Es

la utilización de los derechos de autogobernarse por

usos y costumbres, en el caso de Oaxaca inscrito en una

legislación que favorece a los intereses del poder

Ejecutivo para conservar como autoridades municipales

a personas afines a su grupo.

91

Capítulo II

La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca

(APPO). Organización y Composición.

En este capítulo se trata de describir cómo se

organiza la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca,

las influencias a través de las cuales se determinó su

estructura y cuáles son las fuentes en las que se sustenta.

Al mismo tiempo se intenta analizar cómo es que se

compone y que grupos la forman. De esos puntos se

parte para verificar lo que se ha dicho con anterioridad.

Se intenta explicar la imprecisión a la que se ha

recurrido al asegurar que ésta organización se conformó

de forma espontánea y que se organiza de acuerdo a los

usos y costumbres de los pueblos indígenas.

En el primer apartado se revisa brevemente la

historia de los usos y costumbres en Oaxaca, así como la

legislación estatal al respecto. Se analiza la forma de

estructuración orgánica de la Sección 22 del Sindicato

Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE) donde

92

se explica que tienen tres fuentes, la estatutaria, los

principios rectores y el Instituto Estatal de la Educación

Pública de Oaxaca (IEEPO). Así mismo se describen

brevemente las diferentes corrientes a su interior. Más

adelante, se revisa cómo esta estructura sindical es

reproducida en la conformación de la APPO. Se parte

de la idea que la Secretaria General del magisterio

oaxaqueño fue quien convocó, organizó y propiamente

financió las actividades, puesto que era la única

organización con tal capacidad de movilización de

recursos tanto materiales como humanos en todo el

Estado.

Posteriormente, se hace un análisis sobre la

forma en que se organiza la APPO. Para luego pasar a

revisar brevemente los ensayos de frentes comunes que

se habían llevado a cabo, previos a la asamblea. Se hace

énfasis en la Coordinadora Oaxaqueña Magonista

Popular Antineoliberal (COMPA) y el Frente de

Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca

(FSODO), siendo los frentes más grandes y con mayor

93

tiempo de vida. En este apartado se pasa nombran

algunas de las organizaciones que ya existían antes de

2006 y que niegan la espontaneidad del movimiento que

se ha mencionado en muchos lugares.

Este capítulo trata de aclarar algunas

imprecisiones que durante el paso del tiempo se han

mantenido como realidad del movimiento oaxaqueño

en 2006, dado que se considera menester del sociólogo

intentar develarlas para generar mayor información con

el más elevado nivel de certeza que permita realizar

análisis más complejos y precisos.

2.1 Organización y estructura de la APPO

Una de las respuestas de la sección 22 del

magisterio oaxaqueño a la represión sufrida el 14 de

junio de 2006 fue convocar el 16 de junio de 2006 a la

formación de un frente de organizaciones sociales,

sindicatos, colectivos y ciudadanos en general con la

finalidad de sacar del Gobierno del Estado al

94

gobernador Ulises Ruiz. A esta convocatoria asistieron

frentes que ya existían, como la COMPA y FSODO,

sindicatos que no se habían revelado anteriormente,

como el de trabajadores de la salud, pequeños colectivos

y miembros de partidos políticos.

Es importante mencionar que algunos

colectivos que se adhirieron eran simpatizantes de la

Otra Campaña, y otros grupos simpatizantes del

movimiento obradorista. Estos grupos nutrieron en

gran medida a la APPO. Al mismo tiempo diversas

organizaciones que tradicionalmente habían sido

respaldo de los Gobiernos del Estado se unieron, tal fue

el caso del (Movimiento Unificado de Lucha Triqui

(MULT) y el Sindicato de trabajadores de la Salud del

Estado.

Entre las organizaciones que se agruparon en la

APPO había desde las que se encontraban en lucha

desde muchos años antes, organizaciones formadas

poco tiempo antes y las que se formaron durante el

conflicto. Organizaciones como la Coordinadora de

95

Mujeres Oaxaqueñas 1ro de Agosto (COMO) se

formaron durante el movimiento, otras como Voces

Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad

(VOCAL) que se concretaron poco después y ante la

Primera Asamblea Constitutiva de la APPO. De los

grupos más viejos se puede mencionar por ejemplo a

Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo

(CODEP), Frente Popular Revolucionario (FPR) y la

sección 22 del Magisterio; las cuales además agrupan

grandes cantidades de miembros. También se

incorporaron pequeños colectivos que se fueron

formando durante el conflicto (entrevista con Trujillo,

2007).

Algunos activistas entrevistados (Alejandro,

2006; Venegas, 2007 y Olivera, 2009) además de

diferentes columnistas (en La Jornada y el Noticias Vos e

Imagen de Oaxaca) y académicos apologistas (Ortega,

2009; Hernández, 2009) mencionan que la APPO tomó

como modelo de organización a las comunidades

indígenas. Sin embargo, analizando la forma en que se

96

conformó la dirigencia y la estructura de representación

es posible afirmar que no fue así. Propiamente es

posible considerar que se basaron en los medios que

desde 20 años antes había estado construyendo la

sección 22 del magisterio, quienes a su vez trataban de

imitar los modelos de asamblea indígenas.

2.2 Usos y Costumbres en Oaxaca.

Es necesario preguntar de inicio ¿cuáles son los

usos y costumbres en los municipios de Oaxaca?, ya

que no son lo mismo en cada Estado de la República y

como revisaremos más adelante, tampoco son los

mismos en todo momento, ni en cada lugar. El origen

de estos usos (Bartra, 1998; Durand, 2007; Blas, 2007;

Dalton, 2004 y Hernández, 2007) data de la época de la

colonia; fueron el medio de control de la Corona y el

virreinato mediante la religión. De ahí que en muchos

municipios para poder llegar a ser autoridad civil es

necesario haber sido en primer lugar una autoridad

religiosa. Asimismo, los sistemas de cargos tienen como

referente esta forma de estructura.

97

Tomando como base las descripciones de

Dalton (2004), Durand (2007), Blas (2007) y Bartra (1998)

se intentará reconstruir muy brevemente el origen de

estos usos y costumbres y mostrar cómo es que

funcionan en las comunidades. La finalidad de lo

anterior es demostrar que los usos y costumbres no son

los mismos en cada comunidad ni en cada momento.

Las formas de gobierno anteriores a la

conquista española era de tipo teocrático, comúnmente

autoritarias y, por tanto, verticales. De ninguna forma

en lo que se entiende actualmente como democráticas u

horizontales. Estas formas de dominación tradicionales,

en el sentido de Max Weber, fueron eclipsadas y en

algunos casos fusionadas con las que trajeron los

conquistadores. Bartra menciona, entre muchos otros

orígenes, que el bastón de mando utilizado en muchas

comunidades es la forma de transmisión de poder de la

Corona Española hacia las autoridades del virreinato y

de éstos hacia los caciques que se encargaban de

98

dominar en las comunidades donde las autoridades no

podían o no querían llegar.

Sotelo (2008:27) da cuenta de ello: “el

mecanismo que España introdujo para arrebatar el

poder y la riqueza a los pueblos originarios en estas

tierras fue el caciquismo, una estructura de poder que

utiliza la legitimidad sólo como apariencia”. Sotelo,

como esencialista de las comunidades indígenas, había

mencionado en párrafos anteriores: “los pueblos que

hoy conforman el Estado de Oaxaca se han distinguido

históricamente a lo largo de decenas de siglos, por ser

independientes, organizados, orgullosos y sabios”

(2008:26). Ambas citas se contradicen, pues, de ser

independientes en ningún momento se hubieran

sometido a la dominación religiosa o política de

poderes externos y, menos aún, hubieran legitimado las

funciones de los caciques. Quizá la cuestión sea más

sencilla; son seres humanos como cualquier otro, con la

capacidad de acertar y errar, con virtudes y defectos. La

99

posición de Sotelo y de muchos otros, es tratar de

atribuir cualidades naturales a los asuntos sociales.

Ese desinterés por atender los asuntos de las

comunidades lejanas o de difícil acceso no fue privativo

de la colonia. Durante los cien primeros años de vida

del México independiente sólo se atendía aquello que

poseía relevancia para el centro. El interior del

territorio fue propiamente abandonado y por lo cual el

país pagó serias consecuencias (entre ellas la pérdida

de la región norte).

El período pos-revolucionario aportó a estas

comunidades una nueva forma de dominación, que de

igual forma fue legitimada por las comunidades. La

presencia de los caciques se mantuvo. Si bien es cierto

que la mayoría de ellos fueron sustituidos por personas

cercanas a quienes ostentaban el poder local o federal

se mantuvo la estructura de control. Así existen casos

de quienes se convirtieron en caciques tras realizar

negocios con los gobernadores o bien mientras poseían

cargos en los ayuntamientos u otros puestos de la

100

función pública (Durand, 2007; Blas, 2006; Sotelo, 2008

y Gálvez, 2007). Entendiendo que esto ocurrió durante

el período del autoritarismo del PRI y posteriormente

en las formas que adquirió el modelo estatal tras la

transición en el Ejecutivo Federal.

Durante el sexenio de Heladio Ramírez López

se iniciaron las discusiones sobre el asunto de las

autonomías indígenas. “El “gobernador indígena” se

lució con sus programas populistas, con el manejo de

un discurso de desarrollo alternativo, para lo cual hizo

traer a especialistas y académicos –como el chileno

Enrique Astorga y Gustavo Esteva-, quienes le

ayudaron a justificar dichos programas” (Blas, 2006:26).

De igual forma, llevó a trabajar en su equipo a un

grupo cercano a Luis Echeverría que al fin del sexenio y

acusados de peculado fueron encarcelados (Ibídem).

Fue en el año 1995 cuando, por iniciativa del

Gobernador Diódoro Carrasco Altamirano (no de los

indígenas o sus organizaciones), se aprueba la reforma

al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos

101

Electorales donde se incluye el reconocimiento de las

elecciones de autoridades municipales por usos y

costumbres de los pueblos y en 1998 se crea la Ley de

Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas de

Oaxaca. ¿En qué favorecieron estas reformas a las

comunidades, tanto en lo social, lo político o lo

económico? En casi nada, dependiendo de la

perspectiva desde la cual se aborde. Para algunos

antropólogos y sociólogos, que han aplaudido sin cesar

estas leyes “innovadoras del sistema político” (Sotelo,

2007; Hernández, 2007; Gasparello y Quintana, 2009;

Hernández-Díaz, 2007, Bautista, 2010; Esteva, 2009; y

de Castro, 2009) es un gran avance en el desarrollo de

estos pueblos.

Sin embargo, para Blas (2007) y Durand (2007)

lo que trajeron estas reformas fue más bien la

continuación institucional de la opresión, explotación y

marginación de las comunidades indígenas. Blas

describe y expone abundante evidencia que permite

conocer las formas en que se eligen las autoridades por

102

usos y costumbres. Describe la forma en que el tequio

se convierte en una forma de explotación. Se les obliga

a los habitantes a colaborar en las tareas comunitarias,

caminos, pozos y fiestas religiosas, (lo cual también ha

sido motivo de segregación para quienes tienen

religiones distintas a la católica).

Esta forma de colaboración es administrada por

la autoridad del municipio o comunidad pues tiene

facultades para considerarlos como pago de

contribuciones municipales (Art. 12 Constitución

Política de Oaxaca). En algunos municipios, por

ejemplo, se les exige a los ancianos participar en las

faenas, al no poder realizar las tareas o pagar por que

otros las hagan son excluidos de los beneficios de

pertenecer a las comunidades (tierras e incluso sus

propias casas) (Blas, 2007). Actualmente se hace uso de

los programas federales como oportunidades como

medio de punición a quienes no participan. En muchas

ocasiones recursos procedentes de los gobiernos estatal,

federal o de organismos y fundaciones internacionales

103

es manejado discrecionalmente mientras los miembros

de las comunidades colaboran en la realización de las

obras (Beas, 2007; Blas, 2007 y Durand, 2007).

Al mismo tiempo se clausuró de un plumazo la

oportunidad de acceder a los derechos civiles, políticos

y sociales de las mujeres. Los usos y costumbres en

muchas de las comunidades (por ejemplo las triquis) no

permiten que las mujeres participen de los asuntos

públicos. Si de hecho les estaba inhabilitada la

oportunidad de votar y ser votadas, esta reforma las

arrojó más aún a la marginación. Es posible decir que

han sido asesinadas civil y jurídicamente. , ya que

incluso en ese régimen no son dueñas ni de sí mismas

(hasta la fecha siguen siendo vendidas o

intercambiadas por animales de granja), no tienen

posibilidades de heredar o de ser propietarias.

En las asambleas comunitarias, procedimiento

por el cual toman las decisiones colectivas el sistema de

voto en muchas de las veces es abierto, se levanta la

mano al aprobar una decisión. Para los apologistas de

104

las asambleas parece excelente el método de

democracia directa. Sin embargo, en muchos de los

casos el cacique se encuentra presente, haciendo uso de

su capacidad de violencia física o de coerción en

cualquier forma, intimidando a los participantes al

votar. ¿Quién puede negarse a apoyar a quien puede

después de algunas horas golpear o impedirle el uso de

determinados servicios? De igual forma ocurre si es un

familiar o amigo.

Blas (2007) describe puntualmente diversas

formas en las cuales se realizan las elecciones de las

autoridades en estos municipios, de entre las cuales es

posible destacar: a) por aclamación, donde gana la

terna con más aplausos; b) por voto secreto, le es dicho

al oído del escrutador por quién desea votar y c)

decisión del consejo de ancianos (Blas, 2007:135-140).

Además de los problemas internos se agrega

uno más, el poder legislativo (hasta hoy dependiente

del ejecutivo) mantiene facultades para licenciar,

suspender y desaparecer municipios. De acuerdo a las

105

descripciones de Blas (2007) no siempre es posible que

los funcionarios depuestos realicen su defensa.

“La Legislatura Local, por acuerdo de

las dos terceras partes de sus integrantes, podrá

suspender Ayuntamientos, declarar que estos

han desaparecido y suspender o revocar el

mandato a alguno de sus miembros por alguna

de las causas graves que la ley reglamentaria

prevenga, siempre y cuando sus miembros

hayan tenido oportunidad suficiente para

rendir las pruebas y hacer los alegatos que a su

juicio convengan” (Art. 59 fracción IX de la

Constitución del Estado).

Entre 2002 y 2004 se aplicó esta facultad a un

total de 38 municipios, de los cuales uno había sido

ganado por el Partido Convergencia, dos por el PRD,

seis por el PRI y 25 electos por usos y costumbres (Blas,

2007:99-100). No son claras las razones jurídicas por las

cuales se les quitó el nombramiento a estos alcaldes. Lo

que es evidente son los motivos políticos puesto que

106

grupos o personas disidentes del Gobernador en turno

fueron retiradas de sus cargos.

En la municipalidad del Istmo de Tehuantepec,

en 2002, fue retirado de su cargo el ganador de las

elecciones debido a que Héctor Matus Martínez,

cercano a José Murat (ahijado y compadre), participó

como candidato del PRI y fue colocado en el poder. Es

emblemático el caso porque fue el primer municipio en

donde las autoridades, aún por la vía electoral, habían

sido ganadas por la oposición. La Coalición Obrero

Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI) había

ganado doce años consecutivos las elecciones (Blas,

2007:98 y 101).

Considerando lo anterior es prudente llegar a la

conclusión de que no existe una forma definida de usos

y costumbres, de inicio, el que se escriba en plural ya

indica que no es uno, sino son varios los regímenes de

este tipo. ¿Cómo es posible entonces mencionar que la

APPO se organizó con base en los usos y costumbres de

las comunidades indígenas? Entonces, ¿cómo se

107

organiza la APPO? ¿A qué medios de organización

recurre?

Es necesario señalar que fue la sección 22 del

magisterio la que convocó a la conformación del frente,

planeando la estructuración de la APPO. Y lo hicieron

de la forma en que sabían hacerlo, tomando como base

su propia organización.

2.3 Organización de la sección 22 del

Magisterio

La sección 22 del Sindicato Nacional de

Trabajadores de la Educación (SNTE) se organiza de

dos formas. A partir del rompimiento con la dirigencia

nacional y específicamente con la corriente Vanguardia

Revolucionaria en mayo de 1980 (Yescas, 2006), se

adhieren a la Coordinadora Nacional de Trabajadores

de la Educación (CNTE). Sin embargo, no consideran

necesario crear un nuevo sindicato, sino más bien

reconstruir el que ya existe y luchar por cambiar la

estructura antidemocrática y corrupta del SNTE

108

(Entrevista con Olivera, 2009): “Por ejemplo, en

Michoacán crean secciones paralelas, los principios de la

lucha en el SNTE no es el paralelismo del sindicato, hay

que democratizar el sindicato, ¿no? Que es nuestro

instrumento” (Olivera, 2009).

El hecho de mantener su lucha por la

democratización sindical es el motivo por el cual

deciden retomar la estructura estatutaria del SNTE.

Pero agregaron lo que ellos denominan los usos y

costumbres de los pueblos de Oaxaca y así obtener un

beneficio doble. Por una parte, crean cuerpos de

vigilancia y cooperación entre los diferentes niveles

organizacionales y por otra, tratan de involucrar a las

comunidades y familiares de los alumnos.

En el Estado de Oaxaca existe el Instituto Estatal

de la Educación de Oaxaca (IEEPO) creado en 1992

(IEEPO, 2010) en donde mediante negociaciones con

diferentes Gobiernos del Estado la dirigencia de la

sección 22 ha logrado conseguir posiciones importantes

que le permiten intervenir más directamente en la

109

generación y modernización de los planes de estudio,

plazas laborales y otras decisiones importantes que

impactan en la vida laboral de los agremiados.

A continuación se tratará de explicar más

detenidamente cómo se constituye la estructura y

organización del Movimiento Magisterial Oaxaqueño.

No se puede dejar de lado que cada una de las tres

características mencionadas anteriormente se conjugue

en todo momento; cada una de ellas, en sus diferentes

niveles contiene una serie de complejidades y

características especiales. Es importante hacer notar que

cada una de estas posiciones en la jerarquía sindical es

fuertemente disputada por las diferentes corrientes que

se han formado a su interior, debido a que no es un

cuerpo homogéneo, sino más bien plural que contiene

las más diversas formas ideológicas y multiplicidad de

intereses.

La estructura de representación y

funcionamiento del SNTE nacional se organiza de

acuerdo al artículo 25 de sus estatutos nacionales:

110

“El Sindicato Nacional de Trabajadores

de la Educación, como órgano unitario de

carácter nacional se estructura, para los efectos

legales y de su régimen interno, con

representaciones de los trabajadores en los

ámbitos siguientes: I. Escuela; II. Centro de

Trabajo; III. Delegacional; IV. Regional; V.

Seccional; VI. Organizaciones o Asociaciones de

trabajadores de la educación afiliados al

Sindicato Nacional de Trabajadores y VII.

Nacional”

Es de lo anterior donde parte la organización

estatutaria de toda la estructura magisterial del país, en

cada escuela se elige un representante, por centro

laboral se entiende un conjunto de escuelas, que

también tiene representación, pero no alcanza a cubrir

la cuota para ser delegación sindical, comúnmente es lo

que se conoce como Zona Escolar. Los delegados

sindicales se integran en las Regiones y Secciones

Sindicales (Estatutos SNTE, 2010, 3-4).

111

En estos mismos estatutos se menciona que el

Comité Ejecutivo seccional será electo por voto directo y

secreto, por mayoría y cada tres años, cosa que

comúnmente no ocurre, ya que es necesario que el

Comité Ejecutivo Nacional emita una convocatoria y no

siempre hay la disposición de hacerlo. La disidencia del

Movimiento Magisterial Oaxaqueño se debe

precisamente a que Carlos Jongitud Barrios, entonces

Secretario General del CEN se negó a emitir la

convocatoria para renovar la dirigencia seccional

(Cortés, 2006; Olivera, 2009; Yescas, 2006; Hernández,

2006; Et Al).

La construcción de las instancias propias del

Movimiento Magisterial Oaxaqueño tiene su origen en

los acuerdos que se han generado a partir de los

congresos seccionales y asambleas estatales. Uno de

estos acuerdos fue establecer veinte principios rectores,

que a la par de los estatutos del SNTE norman a esta

sección. Estos fueron aprobados en el XII Congreso

Extraordinario de la sección en 1982. Se refieren a

112

principios de conducta y vigilancia éticos y

democráticos, necesarios para mantenerse alejados de la

probabilidad de caer en la corrupción y abusos que

cometían las dirigencias anteriores. Estos principios son

para los dirigentes y bases.

El principio rector número 18 establece como se

organizará la estructura adicional de la sección 22:

“Es necesario estructurar, fortalecer y

desarrollar las coordinaciones delegacionales,

sectoriales, regionales y la permanencia de la asamblea

estatal como máximo órgano sindical para garantizar la

organización democrática de las bases” (Cortés, 2006:49).

De acuerdo a la entrevista con Olivera (2009) y

Hernández (2006): “En los principios rectores, se

establecen las instancias de organización democrática,

que son adicionales a las que establece el Estatuto del

SNTE y que caracterizan la forma en cómo se integra y

coordina el movimiento” (Hernández, 2006:97). Para su

funcionamiento se divide en cuatro jerarquías: a)

113

Coordinaciones delegacionales; b) Coordinaciones

sectoriales; c) Coordinaciones regionales y d) Asamblea

Estatal. Estas coordinaciones se componen por

profesores de las diferentes escuelas y padres de familia

que tienen la función de representar y al mismo tiempo

colaborar en el avance de la educación de los alumnos.

Es a esta forma de organización a lo que Olivera (2009)

et al se refieren como la inserción de los usos y

costumbres de los pueblos en la sección magisterial; una

forma de asamblea que se lleva a cabo en todos los

niveles para la toma de decisiones como aporte del

Magisterio Oaxaqueño a la sociedad y en especial al

SNTE.

A los Estatutos del SNTE y los Principios

Rectores se sumó una forma más en la estructura de la

sección del sindicato, es decir, los colaboradores de éste

en el Instituto Estatal de la Educación Pública de

Oaxaca. Aquí el magisterio cuenta con diversas

posiciones de importancia. Estas posiciones son un

punto importante de disputa entre las diferentes

114

corrientes ideológicas y políticas que se agrupan al

interior del magisterio e incluso de choques y

negociaciones con los diferentes Gobernadores que ha

tenido la entidad.

Las principales corrientes que convergen al

interior de la sección 22 son: Coalición Obrero

Campesino Estudiantil del Istmo (PRAXIS-COCEI),

Convergencia del Magisterio Oaxaqueño, (COMAO),

Coordinadora Democrática del Magisterio Oaxaqueño

(CODEMO), Frente 1ro de mayo, Unión Nacional de

Trabajadores (UTE), Frente Popular Revolucionario

(FPR), la otra campaña, del PRD, Organización

Revolucionaria de los Trabajadores de la Educación

(ORTE), Organización de Izquierda Revolucionaria-

línea de masas (OIR-lm), Movimiento Revolucionario

del Magisterio (MRM), Promotora de la Organización

Democrática Revolucionaria del Magisterio del CODEP

(PODER-M CODEP), Coordinadora de Bases Nuevo

Sindicalismo, Solidaridad Campesina-Magisterial

(SOCAMA-OAX.), Frente Democrático Magisterial

115

Contra la Persecución y la Represión. Siendo todas ellas

de incalculable valor en la pluralidad de la sección. A la

vez que significa una lucha constante al interior por

consensuar ideas y proyectos, y por tanto, de lograr

posiciones al interior de las dirigencias (en sus

diferentes niveles) y los beneficios personales y

colectivos que ello implica (Cortés, 2006; Ornelas, 2006;

Yescas; Hernández, 2006 y Olivera, 2009).

Las diferentes corrientes al interior de

Movimiento Magisterial Oaxaqueño (MMO) se

comportan como partidos políticos disputándose el

poder. Mediante diversos mecanismos tales como

algunas formas de coerción, búsqueda de consensos,

persuasión, trabajo con las bases e intercambio de

favores, pero principalmente buscando contar con la

simpatía, el respaldo y la legitimidad de todos los

profesores. No se constituye un mecanismo de elección

al más puro estilo electoral porque contraviene al

discurso general del movimiento. Sin embargo, desde

antes de las sesiones para elegir a la dirigencia buscan

116

por todos los medios a su alcance contar con apoyos y

consolidar alianzas con diferentes grupos para

posicionarse lo mejor posible (Yescas, 2006; Cortés, 2006;

Hernández, 2006).

2.4 Estructura Orgánica de la APPO

La APPO se constituyó en junio de 2006 como

un conjunto de organizaciones de diferentes corrientes

políticas. De diferentes tipos de organizaciones, como se

ha mencionado antes, participaron colectivos, sindicatos,

organizaciones políticas y sociales, estudiantes,

comerciantes, comunidades indígenas, municipios

autónomos, el magisterio oaxaqueño, sin dejar de lado

la participación que poco a poco fue ocupando un lugar

especial, la ciudadanía no agrupada que disentía del

Gobernador y no pertenecía a ninguna forma de

organización.

Esta multiplicidad llevó a que en el Congreso

Constitutivo de la APPO, celebrado en noviembre de

2006, se discutiera la pertinencia de su nombre. De esta

117

manera es que llegaron al nombre de Asamblea Popular

de los Pueblos de Oaxaca, agregándose el plural a

Pueblo, que era el nombre propuesto originalmente, en

relación a que el Estado de Oaxaca se compone por

diversas etnias o pueblos y el espacio de encuentro

estaba compuesto por una gran diversidad de culturas e

ideas.

De la convocatoria de la Sección 22 del

Magisterio Oaxaqueño a la formación de la APPO

derivan algunas cuestiones importantes de anotar: a) el

magisterio es la única organización en Oaxaca con

presencia en todo el Estado, por tanto la única con la

capacidad de organizar en cada comunidad; b)

únicamente el Magisterio cuenta con la infraestructura

física para realizar las asambleas en términos de

seguridad y comodidad; c) al contar con setenta y seis

mil agremiados se convierte en la organización más

grande de la APPO y por tanto adquiere mayor

representación y porque d) convoca y cuenta con los

118

recursos humanos y peso moral entre otras

organizaciones.

Como se mencionó en el apartado anterior, el

Movimiento Magisterial Oaxaqueño cuenta con una

estructura que se compone de diversos niveles: la

escuela, la zona, la delegación, la sectorial, la región y la

asamblea estatal. Es así como propone que se conforme

la estructura de la APPO.

De acuerdo a la convocatoria para su Congreso

Constitutivo la organización se planeó partiendo de la

estructura magisterial, en ese momento sumamente

movilizada por la represión del 14 de junio por las

policías del Estado y municipales. Es así que en las

comunidades se convoca a asambleas para elegir

representantes, asimismo en las organizaciones sociales

y políticas y sindicatos.

Las Coordinaciones regionales trabajaron con

las sectoriales y éstas con las delegacionales para formar

esos mismos niveles de organización con otras

119

organizaciones. Creando así las mismas estructuras

para la APPO. Esta tarea no fue difícil por tres razones:

1) diversas organizaciones tienen brazos al interior del

magisterio, cómo se mencionó anteriormente; 2) la

Secretaría de Gestión y Alianzas del Magisterio venía

realizando este trabajo de vinculación desde los

orígenes del Movimiento Magisterial Oaxaqueño y 3) la

simpatía con la que contaba el magisterio después de la

represión se conjugó con el sentimiento de agravio que

muchas de esas organizaciones ya contenían. (APPO,

2009).

Cada comunidad, ejido, organización, sindicato,

ranchería, agencia o municipio, colectivo, barrio, colonia,

etcétera, que desea tener presencia dentro de la APPO

debía acreditar haber realizado una asamblea en la cual

designaban a un delegado, levantando el acta

correspondiente y firmada por los asistentes. En este

congreso constitutivo se acuerda que el Consejo Estatal

de la APPO estará compuesto con un mínimo de treinta

por ciento de mujeres.

120

Cada organización estaría representada, las

siete las regiones, agrupadas, contaron con 10

representantes; la de los Valles por 20, una

representación de 3 a 5 personas por cada sector social,

40 miembros de la sección 22, uno por sector (37) y la

representación de la Secretaría de Alianzas, de

Relaciones y General. Durante la realización de la

plenaria se decidió quienes serían los Consejeros, que

tuvieron una duración de 2 años (APPO, 2006).

El congreso estuvo conformado por un total de

1632 participantes, de los cuales, 213 eran delegados

distribuidos de la siguiente forma: a) Barricadas, barrios

y colonias: 198; B) Ejidos, comunidades y pueblos

indígenas: 173; C) Organizaciones Sociales, civiles,

estudiantes y sindicales: 365; d) Magisterio: 27; e)

Medios de comunicación: 103 y f) Invitados: 22 (APPO,

2006).

Considerando por una parte que cada delegado

es elegido por asamblea en su sector, y que entre todos

ellos se reúnen para formar la Asamblea Estatal y por

121

otra que la estructura de representación se conforma

también de regiones, que además de ser una

delimitación administrativa del Gobierno Estatal,

también es forma de la organización de la sección 22 del

magisterio es posible concluir, con base en las

descripciones anteriores que la APPO orgánicamente

fue conformada de acuerdo al modelo del magisterio.

Ello no es casual, es el resultado de su involucramiento

con las organizaciones de todo tipo en el Estado, de su

peso moral frente a ellas, de su capacidad de

convocatoria y de movilización de recursos.

2.5 La dirigencia de la APPO y la Base

Social.

A lo largo del conflicto de 2006 fue posible

observar que se creó un bloque de organizaciones de

diferentes tipos con finalidades comunes. Al mismo

tiempo se agrupaban personas de los barrios, colonias,

municipios conurbados y barricadas que no mantenían

representación al interior de la Asamblea Estatal. De

igual forma, algunos que sí la tenían, sin embargo, se

122

regían por las resoluciones que en sus propias

asambleas tomaban.

Se tomarán dos casos de este desfase entre la

dirigencia y las bases, uno de ellos, relatado por Diego

Osorno (2006) sobre la marcha caminata al D.F. en 2006

y el otro tomado de la entrevista con David Venegas

(2007, 2008 y 2009) sobre la vida en las barricadas.

En su texto Oaxaca Sitiada. La primera

Insurrección del Siglo XXI Osorno narró que se

encontraba haciendo una llamada telefónica a Enrique

Rueda para consultarle sobre la marcha caminata, a lo

que el dirigente le contestó que sería en asamblea para

definirlo. En ese momento Rueda es informado que la

caravana ha partido, por lo tanto alejado ya varios

kilómetros de distancia.

En entrevista con David Venegas, “el Alebrije”

relata que cuando la dirigencia acordó con la Secretaría

de Gobernación y la empresa ADO devolver los

autobuses tomados (y usados como barricadas) a

123

cambio de apoyar los traslados a la Ciudad de México

de los miembros de la APPO, una comisión acudió a la

barricada de “Cinco Señores”, donde la respuesta fue

que ellos no habían sido consultados y por tanto no los

devolverían.

David veía en la barricada un foco de esperanza,

el lugar donde las diferencias sociales se terminaban y

se creaba una nueva forma de vivir: el profesor, el

obrero, el niño de la calle, el estudiante o cualquier otra

persona era un barricadero, un miembro de la familia

llamada barricada. Y que sería no solo un símbolo del

movimiento, sino el principal bastión de la resistencia

oaxaqueña.

2.6 Integración de organizaciones

simpatizantes

Partiendo del mes de junio, y específicamente

después de la represión al magisterio el día 14, y

conforme transcurrían los meses siguientes, muchas

personas se fueron incorporando al movimiento. El

124

primer grupo en anexarse fue el de los comerciantes

ambulantes en la misma madrugada. Posteriormente,

con la relación de las barricadas y las asambleas

vecinales, se incorporaron aún más personas, tal es el

caso de la barricada de Cinco Señores, que después se

convirtió en el colectivo Voces Oaxaqueñas

Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL). De

igual forma, se conformó la Coordinadora de Mujeres

Oaxaqueñas (COMO) que agrupó a mujeres en una sola

organización compartida con integrantes del Frente

Popular Revolucionario (FPR). De estas organizaciones

que alcanzaron a tener representación en la APPO,

hubo algunos grupos que nunca se consolidaron como

organizaciones, pero tampoco era ese su interés.

Los integrantes de las asambleas vecinales y

barricadas compartieron un espacio y tiempo, en donde

el genérico fue el riesgo, la solidaridad y la fraternidad

que se llegó a vivir en un sentimiento de comunidad

que propiamente no han vivido antes ni después

(entrevista Venegas, 2008 y 2009). Martínez (2006 y 2007)

125

menciona que las modificaciones a monumentos

históricos, patrimonio cultural de la humanidad,

generaron un sentimiento en contra del Gobernador, de

igual forma las remodelaciones en el Cerro del Fortín,

que exponían a graves riesgos las viviendas de los

habitantes de esa zona. Sin embargo, no es posible

dejar de lado las condiciones en se vive en las colonias y

barrios de la capital y en los municipios conurbados,

que sin duda fueron al caldo de cultivo de cientos de

personas que se rebelaron contra el Gobierno Estatal.

2.7. Los que ya estaban

Diversos columnistas, periodistas, académicos y

activistas afirman que la APPO fue un movimiento

espontaneo surgido de los agravios e injusticias

acumuladas. Sin embargo no fue así, muchas de las

organizaciones participantes ya existían desde muchos

años atrás, incluso se habían llevado a cabo algunos

ensayos de frentes de lucha común.

126

Llama la atención que organizaciones como el

MULT, (Movimiento Unificado de Lucha Triqui) hayan

participado en 2006 en la APPO. Se describirá

brevemente la historia de este movimiento. Esta

organización mantiene hasta la fecha, y a pesar de sus

divisiones internas, la capacidad de movilizar a miles

de personas muy rápidamente; esto se debe a que

poseen un fuerte liderazgo en varios de los municipios

de la etnia triqui; éstos componen una gran región de la

mixteca alta de Oaxaca y por tanto el MULT, que

anteriormente se llamaba El Club, mantiene control

sobre la población. Es de notar que en esta zona se

encuentran algunos de los municipios más pobres del

país.

El liderazgo de la región se encuentra

compartido entre MULT, Unidad de Bienestar Social de

la Región triqui (UBISORT) y el Movimiento Unificado

de Lucha Triqui-Independiente (MULT-I). Las

escisiones del MULT, primero UBISORT y después el

MULT-I, han sido a consecuencia del apego que ha

127

tenido tradicionalmente con el PRI y los gobernadores

en turno. La formación de los dos últimos grupos vino

también a consecuencia de las divisiones al interior del

PRI estatal. Con Murat en la gubernatura se formó

MULT-I y anteriormente, durante el período de

Diódoro Carrasco se había formado UBISORT. Las

relaciones de MULT y UBISORT con los gobernadores

han sido buenas, puesto que han contado con líderes

con la capacidad de negociar, apoyar y obtener

beneficios con los gobernadores en turno.

Por otra parte, El Frente de Sindicatos y

Organizaciones Democráticas de Oaxaca agrupaba

diferentes organizaciones, principalmente de ideología

Marxista-Leninista, de entre ellos el sindicato de

trabajadores del diario Noticias, Voz e Imagen de

Oaxaca, la sección 35 de Trabajadores de la Salud, 28

del IMSS, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de

Oaxaca (UABJO) y el Frente Popular Revolucionario,

miembro del Partido Comunista de México, con fuertes

128

vínculos con el magisterio mediante la UNT, Unión

Nacional de Trabajadores.

Esta organización se encontraba presente en el

plantón del magisterio el 14 de junio. Una de las

organizaciones que agrupa es el Frente Estudiantil

Revolucionario, que también se encontraba presente al

momento de la represión de la fecha ya señalada: “Nos

encontrábamos en el plantón cuando nos dimos cuenta

del operativo, nos refugiamos en el edificio de la

Facultad de Derecho que se encuentra en el zócalo, allí

nos enteramos que habían destruido Radio Plantón, por

lo que llamamos a los compañeros que se encontraban

fuera de la trifulca para que tomaran Radio

Universidad y tener una voz del movimiento”

(entrevista García, 2009).

En 1997 es conformada la Coordinación

Oaxaqueña Magonista Popular Anti-neoliberal, la cual

tiene como antecedente al Consejo Indígena Popular

Oaxaqueño, frente compuesto por organizaciones

simpatizantes del Neozapatismo, en su mayoría

129

comunidades indígenas. Agrupaba a organizaciones

como: Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo

(CODEP), Organizaciones Indias por los Derechos

Humanos en Oaxaca (OIDHO), Unión de Comunidades

Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) y

Comité de Defensa Ciudadana (CODECI), Coalición de

Organizaciones Sociales Independientes de la Cuenca

(COSIC), Frente Único en Defensa Indígena (FUDI),

Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas

Xanica (CODEDI) y Movimiento Social Magonista

(MSM) (entrevista López, 2009).

El MSM, una de las organizaciones más

pequeñas de la COMPA, liderada por Raúl Gatica se

autodenominó CIPO-RFM, motivo por el cual el resto

de las organizaciones se deslindaron de la organización

y formaron la Alianza Magonista Zapatista. Otro de los

motivos de la discordancia fue que Gatica solicitaba

apoyo económico internacional para el frente a la

cuenta bancaria de su organización, además de negociar

con los gobernadores apoyo económico y en especie

130

para su grupo, recursos que manejaba personal y

discrecionalmente (AMZ, 2002). Todas las

organizaciones que formaban parte de la CIPO pasaron

a la AMZ, excepto la de Gatica, que hasta la fecha se

denomina CIPO-RFM.

Estas organizaciones habían formado frentes de

lucha sin lograr la envergadura que tuvo la APPO, pero

sin duda de gran importancia para el desarrollo de un

proyecto de frente común. Además en todos ellos

existía el lazo con el magisterio, ya sea porque tenían

militantes a su interior o se habían vinculado por medio

de la Secretaría de Alianza y Gestión Social de la

sección 22.

2.8 Disidencia no Agrupada

Otro sector de la población que se movilizó,

participó en marchas, barricadas y en la resistencia de la

ciudad ante la toma de la PFP y que fue de incalculable

valor para el movimiento fueron los ciudadanos no

agrupados. Miles de personas que sin tener

131

representación en la Asamblea Estatal participaban de

manera informal en el movimiento, no de forma

espontánea, sino por solidaridad y observando la

posibilidad de un cambio en sus vidas.

Las barricadas fueron la principal forma de

organización de esta disidencia no agrupada. Éstas

cumplieron una función organizativa. Se reorganizó el

movimiento porque muchas de las personas que

participaban salieron del zócalo para reubicarse en

diferentes sitios de la ciudad. Crearon una nueva

organización, porque en cada barricada los

participantes crearon comisiones internas y tuvieron

representantes ante la Asamblea Estatal de la APPO. Lo

cual también modificó su relación con la dirigencia.

Las barricadas adquirieron entonces un doble

sentido: son sujetos de resistencia y factor de

organización. Es el espacio que enfrenta directamente la

violencia en contra del movimiento (por ejemplo las

caravanas de la muerte) y se vuelven respuesta

simultáneamente. En un inicio se formaron para

132

proteger a los medios de comunicación tomados por la

APPO, después para protegerse a sí mismos. Adquieren

independencia de la misma Asamblea Estatal y fueron

elemento imprescindible de la lucha.

En poco tiempo logran adquirir relevancia en la

toma de decisiones y llegan a ser incluso la

representación misma de la resistencia, el símbolo que

identifica a nivel mundial, y sin duda históricamente al

movimiento. En el momento en que la dirigencia del

magisterio se distancia de la APPO intrínsecamente se

convierten en el movimiento mismo y lo fueron hasta

que se entregó la última de las barricadas, el sector de la

sección 22 que no se alejó del movimiento, llegando a

asegurar “nosotros no somos magisterio, somos

barricaderos”.

La barricada no sólo era el espacio de

organización y resistencia, ni tan sólo el símbolo del

movimiento. Quizás su mayor valor durante y después

del movimiento es que fue un espacio de esperanza, de

fraternidad y solidaridad. En estos lugares se reunían

133

profesores, estudiantes, profesionistas, médicos, niños

de la calle, trabajadoras sexuales, todos los que

deseaban y esperaban un cambio: “Aquí todos somos

una gran familia, te vuelves amigo de tu vecino, al que

antes ni conocías o ni saludabas” (entrevista con

Venegas, 2008).

Es necesario recalcar que la participación de la

disidencia no agrupada no fue de manera espontánea

como se ha afirmado. Ello porque fueron los últimos en

sumarse a la APPO. Como se mencionó más arriba, los

primeros en sumarse a la asamblea fueron las

organizaciones que ya existían, al igual que aquellas

con las que mantenían relaciones. Fue hasta la aparición

de las barricadas y la necesidad de anexarse a la

seguridad de todo el conjunto que se empezó a ver de

manera más visible a estas personas. Se está hablando

de un momento en el que ya se había recorrido un largo

camino en la organización y la resistencia a los embates

del Gobierno del Estado en contra del movimiento. Fue

precisamente esta serie de agravios los que hicieron que

134

más gente saliera a las calles y le diera su respaldo al

magisterio y a la asamblea.

La organización de los participantes en el

movimiento estuvo fuertemente vinculada a la

resistencia del movimiento frente a los gobiernos,

primero estatal y después federal y al uso de la

violencia como mecanismo de persuasión,

desarticulación y desactivación de la oposición. Es muy

importante considerar que la organización de la APPO

no es posible considerarla si se deja de lado la violencia

estatal y la resistencia que esta misma genera.

135

Capítulo III

Violencia y Resistencia

3.1 Violencia de Estado en contra de la APPO

en 2006

El 15 de junio de 2006, la portada del diario

Imparcial de Oaxaca anunciaba en su primera plana “es

desalojado el plantón del zócalo capitalino”, “los

maestros no tuvieron compasión con una mujer policía”.

Ambas notas fueron escritas por Mario Girón (2006)

quien relataba el desalojo de la policía estatal de manera

brutal en contra de los agremiados de la sección 22 del

Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y

otras agrupaciones que se encontraban presentes dando

su apoyo.

En ese mismo ejemplar se publicaban docenas

de comunicados de cámaras empresariales, patronales,

restauranteras, hoteleras e incluso muchas por sectores

de la sociedad civil, apoyando la decisión del Gobierno

Estatal de desalojar el plantón, reafirmando el retiro del

136

apoyo que había ofrecido para conciliar el conflicto e

invitando a los profesores a regresar a las aulas

(Imparcial 15-06-2006).

Girón no mencionó la violencia con que fueron

desalojados los profesores. Hizo hincapié en la noticia

de la mujer policía que fue alcanzada por una piedra.

Omitió que la plaza fue recuperada en poco tiempo por

los maestros apoyados por diferentes organizaciones y

ciudadanía. Este día marcó un catalizador en la rebeldía

de las organizaciones opositoras al régimen priista de

Oaxaca. Subrayó la determinación de la sección 22 del

magisterio para convocar a un frente social, sindical y

ciudadano; para derrocar al gobernante Ulises Ruiz.

Objetivo que fue conseguido; después de algunos

intentos como el FOSSEP y la COMPA se reunieron

organizaciones de diversas corrientes ideológicas y

políticas en torno a una demanda, la salida del poder de

Ulises Ruiz.

El uso del terrorismo de Estado, el abuso del

uso físico de la violencia no inició o terminó allí. Ha

137

sido una constante de antes y después del conflicto de

2006. Es posible observar una serie de variantes que

fueron resultados, por una parte de los contextos locales,

nacionales e incluso internacionales y por otra, también

una respuesta a las diferentes acciones organizativas y

de resistencia que llevaron a cabo la APPO y sus

simpatizantes. Es posible asegurar que las formas de

violencia estatal fueron un cálculo que se realizó

midiendo la fuerza con la que era posible atacar a los

disidentes y la respuesta de éstos. Ello sin perder de

vista los efectos nacionales que tendría, así como el

respaldo externo que el Gobernador podía tener en cada

momento.

La reconstrucción de los hechos que aquí se

realiza está basada en los testimonios recogidos en

entrevistas a los activistas, los testimonios recopilados

por la CNDH, la CCIODH, SIPAZ, la Cámara de

Diputados y el seguimiento que se realizó de los

periódicos locales El Imparcial y Noticias, Voz e Imagen de

Oaxaca, de los nacionales Reforma, El Universal, y La

138

Jornada. También se realizó seguimiento en la revista

Proceso, Nexos y Letras Libres. De todo el conjunto de

historias se intenta un acercamiento a lo que ocurrió

durante los meses que van de mayo a diciembre de 2006

en Oaxaca.

3.1.1 Ciclos de Violencia

Se propone una periodización cronológica,

partiendo de breves antecedentes en el año 2005 y

considerando el movimiento en concreto a partir del

mes de mayo y hasta diciembre de 2006. Los ciclos de

violencia se observan partiendo de dicho periodo en

cuatro etapas.

La primera de ellas anterior al del 14 de junio,

como los antecedentes de violencia y los mecanismos

con que solía reprimir el Gobierno del Estado a los

movimientos disidentes. Se revisarán brevemente las

acciones en contra de líderes de organizaciones durante

un año anterior a 2006 y que culminan el día 14 de junio

139

de 2006, cuando se lleva a cabo la primera represión

masiva y violenta en contra del movimiento magisterial.

El siguiente es a partir del 14 de junio y hasta el

27 de octubre, período donde se vive el clímax del

conflicto, con diferentes formas de resistencia social y

agresiones por parte del gobierno. Y finalmente del 28

de octubre al 30 de diciembre de 2006, haciendo énfasis

especial en los eventos del 2 y el 25 de noviembre. El día

28 de octubre inicia un tipo de agresión, balacear las

barricadas de día, acto realizado por simpatizantes del

PRI y funcionarios municipales afines al gobierno de

Ulises Ruiz. El resultado de estas acciones es la muerte

de varios barricaderos y un camarógrafo

estadounidense, hechos que motivaron que el Ejecutivo

Federal diera la instrucción de recuperar la Ciudad

haciendo uso de las policías federales (PFP y AFI),

iniciándose un nuevo período de violencia.

A partir del 28 de octubre, las fuerzas federales,

en especial la Policía Federal Preventiva, tomaron la

ciudad que se encontraba sitiada por las barricadas de

140

los simpatizantes de la APPO; la mayoría de las cuales

fueron retiradas pacíficamente o simplemente

abandonadas. Otras fueron reforzadas, entre éstas la

conocida como “5 señores” que resguardaba las

instalaciones de Radio Universidad, único medio de

comunicación en manos del movimiento y donde se

libró la épica “Batalla de Día de Muertos”.

Mientras la PFP tomaba la ciudad y repelían a

los simpatizantes de la Asamblea, los grupos del

Gobernador conocidos como sicarios recorrían las calles

deteniendo selectivamente a las personas que

participaron ya fuera de manera directa o cercana a la

diligencia del movimiento. Durante este período fueron

comunes los secuestros, torturas y presentación ante las

autoridades de fuero común y federal con delitos

inventados y pruebas falsificadas.

El 25 de noviembre ocurre la represión más

fuerte en contra del movimiento. Durante varias horas

las policías federales y locales recorrieron las calles de la

ciudad deteniendo a cualquier persona. Realizaron

141

cateos sin orden judicial a domicilios particulares,

incendiaron edificios de organizaciones civiles. Docenas

de personas fueron golpeadas y lesionadas. Las

organizaciones defensoras reportaron ataques sexuales

y diferentes tipos de violaciones a los derechos

humanos de las personas que tuvieron el infortunio de

estar en la calle a esa hora. El resultado fue de más de

110 detenidos, la mayoría de ellos trasladados al penal

de Nayarit.

Después de esta fecha un régimen de terror se

instaló en la ciudad, muchos de los líderes y activistas

que habían sido visibles se escondieron o huyeron de la

ciudad, las detenciones arbitrarias y selectivas se

convirtieron en una constante.

3.1.2 Antecedentes de la represión, Primera

etapa.

“Mira te voy a regalar está

copia, es la copia de una recomendación

que la Comisión nacional de Derechos

142

Humanos le mandó a Ulises, “el

asesino”, para que recibiera a una

comisión de nuestros compañeros y se

exigiera la libertad de otros” (entrevista

López, 2009)

Lo anterior es una narración de Cástulo López

mientras sacaba una copia fotostática de un acta

circunstanciada emitida por la CNDH, documento muy

importante para él y sus compañeros, pues la

consideran como prueba irrefutable de la violencia

represiva previa a 2006, de la que han sido víctimas los

movimientos sociales en el Estado de Oaxaca, explica:

“…pues fueron unos compas a

pedir que fueran liberados tres compas

que fueron detenidos al acudir a una cita

con el Gobernador para negociar los

problemas de su comunidad. Ellos

pertenecían a la COCEDI, que formaba

parte de la COMPA (Coordinadora

Oaxaqueña Magonista Popular Anti

143

neoliberal Oaxaqueña), pero fueron

detenidos, y encarcelados acusados de

asesinato, pues. Entonces mandamos a

una comisión a México y consiguieron

esta recomendación para que el ojete de

Ulises recibiera a una comisión. Así pues,

el día 4 de febrero una comisión de

compañeros acude a la cita con el Ulises

y pues aún con la recomendación de la

Comisión Nacional son encarcelados”

(entrevista López, 2009).

Este hecho también fue publicado por Diego

Osorno:

“Hacia el 15 de enero de 2005 un grupo de

policías estatales detuvo a tres indígenas zapotecos

quienes pertenecían al Comité de Defensa de los

Derechos de los Indígenas (CODEDI), de Santiago

Xanica, bajo el delito de asesinato. El 3 de febrero se

encarceló a tres integrantes más de este grupo, a

pesar de que se iban a reunir con el mandatario para

144

negociar la liberación de los primeros. Se convocó a

una reunión para dar solución al conflicto, el

gobierno aprovechó para detener a los líderes de la

disidencia, mismo sistema que se utilizará meses

después por el gobierno federal para detener a los

líderes más visibles de la APPO. La protesta quedó

prohibida desde el inicio de la gestión de Ulises”

(Osorno, 2007:27-28).

De esta manera se conducía el Gobernador

Ulises Ruiz con los dirigentes de las organizaciones, su

lema de campaña, “cero manifestaciones” estaba

siendo cumplido:

“Sólo el magisterio podía llegar en marcha

al zócalo, por sus miles de integrantes, las demás

organizaciones o lo acompañábamos o de plano nos

quedábamos a unas calles si veníamos solos, allí nos

esperaban los granaderos para no dejarnos pasar”

(entrevista García, 2009).

145

Reuniendo la información publicada durante

2005 se puede llegar a recrear un breve resumen que

ilustra la realidad que se vivía en el Estado, en la

relación entre el Gobernador y las organizaciones

sociales opositoras a él y a su partido. Es importante

anotar que Ulises Ruiz llega al poder bajo un proceso

electoral muy dudoso, donde el TEPJF le da la victoria

ante un frente formado por todos los demás partidos

políticos (excepto el Partido del Trabajo, que estaba en

alianza con el PRI), y apoyados por diversas

organizaciones (Martínez, 2007). Su legitimidad era

básicamente nula y muchas de las organizaciones lo

repudiaban públicamente.

En este sentido, se pueden mencionar los

siguientes casos: el asesinato del profesor Serafín García

Contreras por priistas y la acusación contra Agustín

Sosa, de la misma organización, por este homicidio. El

16 de enero, la represión violenta en contra de los

pobladores de Santiago Xanica. Raúl Gatica, líder del

Consejo Indígena Popular de OAXACA (CIPO-RFM),

146

tenía amenazas directas del Gobernador y aún con una

recomendación de la Comisión Interamericana de

Derechos Humanos fue amenazado y obligado al exilio

(Matías y Vera, 2006; Proceso Núm. 1554 13-08-2006).

La Comisión Interamericana de Derechos

Humanos (CIDH) consideraba que la vida de Raúl

Gatica se encontraba en peligro. A esta recomendación

Ulises Ruiz le contestó: “a mí no pueden venir a decir

eso; a la Interamericana, la Nacional, la Estatal y hasta la

Interplanetaria, yo las mando a chingar a su madre. Tú

me haces un desmadre y yo te meto a la cárcel. Óyelo

bien cabrón”. Al poco tiempo Gatica huyó del país,

recibiendo asilo político en Canadá (Osorno, 2007:32).

En las semanas anteriores al 14 de junio de 2006

estas acciones eran comunes, parte de la cotidianidad

oaxaqueña. Decenas de dirigentes fueron encarcelados,

asesinados y a veces golpeados brutalmente. En estas

fechas la recién creada Asociación Estatal de Padres de

Familia firma un spot televisivo en el que se escuchaba

un grupo de niños gritando: ¡maestro al salón, no al

147

plantón! Mismo que se repetía cada 15 minutos en las

radios locales. Fue la primera forma visible en que

varios sectores allegados al gobernador iniciaron la

violencia en contra del movimiento, más tarde lo haría

Radio Ciudadana (Matías, 2006b; Proceso Núm. 1560, 24-

09-2006).

En los periódicos locales se publicaron todos los

días desplegados de diferentes organizaciones llamando

al diálogo, a la paz, a la negociación y por supuesto

respaldando al gobernador y repudiando a los

profesores. De 12 anuncios publicados en el diario

Noticias el día 5 de junio de 2006, sólo uno, firmado por

el PRD, apoyaba el movimiento Magisterial.

Mientras esto ocurría en Oaxaca los reflectores

nacionales se encontraban ocupados en las elecciones

presidenciales. Sólo los periódicos locales se ocupaban

en las secciones de nota roja de lo que ocurría en el

ámbito local. Las violaciones a las garantías

individuales cometidas por el Gobernador se quedaban

148

en casa, nadie ponía atención mientras los ánimos se

caldeaban cada día más en la entidad.

El 22 de mayo de 2006 inicia el plantón

indefinido del sindicato magisterial. El día primero

habían entregado su pliego petitorio sin respuesta, “esta

manifestación ocurría cada año, los profesores

exigíamos mejoras laborales, el gobernador se negaba y

se negociaba, después de unos días todo volvía a la

normalidad” (entrevista Guzmán, 2009). Pero ese año

no ocurrió lo mismo, el Gobierno de Ulises Ruiz sólo

ofreció una parte de las demandas y amenazó con

reprimir el movimiento; desde el mismo 22 de mayo y

hasta el 14 de junio la incertidumbre del desalojo era

una constante (Noticias, Editorial, 16 de junio de 2006);

día con día, los encabezados de los periódicos

anunciaban el desalojo y los grupos afines al

Gobernador lo solicitaban.

149

3.1.2.1 Desalojo Fallido, fin de una etapa e inicio de la

siguiente

“-Vete por allá...por esa esquina.

-Tú dales la vuelta.

-Son un chingo…

-Nosotros somos más, hay que

tener huevos…

La beligerancia se escuchaba por

todas partes.

-Te digo que vayamos por ellos…

no nos podemos dejar… sino vamos, nos

parten la madre para siempre…

-Cuídame la espalda…

-No te va a pasar nada cabrón.

-…pero me cuidas.

150

-Regrésales su pinche gas, ahí

está la madre esa… ahí está.

-Hay que ir a la secundaria, hay

que reorganizarnos” (Osorno, 2007:21).

A las 5:00 horas más de mil elementos de las

diferentes policías estatales y municipales realizaban el

operativo de desalojo del centro histórico Oaxaqueño.

La radio del magisterio transmitía:

“Los granaderos se acercan

hacía nosotros. Se escuchan las granadas

de gas lacrimógeno, están entrando al

edificio principal. Nos están reprimiendo

con todo, vienen a agredirnos, a

golpearnos desde donde estamos

transmitiendo. Para todo el pueblo

oaxaqueño, hacemos un llamado: señores,

para que ustedes puedan… ya están

entrando, vamos a… vamos a invitar al

pueblo de Oaxaca levantarse contra el

151

gobierno del tirano Ulises Ruiz,

estaremos convocando a movilizaciones

en todo el estado, todo el estado debe

levantarse” (Osorno, 2007:21).

En entrevista, Olivera (2009) comenta que ese

día, mientras se encontraban transmitiendo en Radio

Plantón, por radio de dos vías les avisan que ya se

acercaba la policía. Es cuando decide subir a la azotea a

corroborar, pero al ver que estaban entrando al edificio,

trata de regresar a cabina, aunque la policía ya había

entrado. Vuelve a la azotea y brincando a los edificios

vecinos logra llegar a la calle de atrás, donde un carro lo

esperaba, para reagruparse y recuperar el edificio, el

zócalo y la ciudad.

“El día del intento de desalojo

nuestra organización estaba presente

apoyando a los maestros. Nos

recluimos en la Facultad de Derecho a

la hora que llegó la policía, yo era

estudiante de la UABJO, y yo

152

participaba en el sector estudiantil.

Estaba en la guardia del campamento

del plantón y ese día ingresaron las

fuerzas policiales, empiezan a

desalojarnos y nos desplegamos.

Logramos ingresar a la

Facultad de Derecho, un edificio que

está en el centro. Y desde allí

comenzamos a comunicarnos con

nuestros compañeros que no se habían

quedado en el plantón. Nosotros

decíamos que era necesario reforzar el

plantón para poder ir a desalojar a la

policía. Pero en ese momento, en el

momento del desalojo es destruida

Radio Plantón. Entonces nosotros, al

estar en la Facultad de Derecho

esperando para reorganizarnos, nos

comunicamos con nuestros compañeros

y les comunicamos que en ese momento

153

era más importante el poder

comunicarle a la gente lo que estaba

sucediendo. Entonces determinamos

que nuestros compañeros que estaban

afuera se desplegaran inmediatamente

a Radio Universidad a tomar las

instalaciones con la finalidad de

comenzar a informar más ciertamente”

(entrevista García, 2009).

La promesa del gobernador se había cumplido,

los profesores habían sido desalojados; describe Osorno

(2007) que iniciaron las llamadas felicitándolo por el

operativo. A las nueve de la mañana iban a iniciar las

conferencias de prensa. Pero algo salió mal, no se había

contemplado la respuesta de la sociedad. Mientras los

policías cometían destrozos en lo que quedaba del

plantón, los desalojados se reagrupaban en las calles

cercanas. Mucha gente había escuchado el llamado de

auxilio que se hizo antes de que fuera destruida Radio

Plantón.

154

Radio Universidad fue tomada inmediatamente

por los estudiantes (principalmente aquellos afines al

FPR) y convocaba a la resistencia y al apoyo a los

profesores; cientos acudieron al llamado. A las nueve de

la mañana era nuevamente tomado el zócalo por las

organizaciones, ciudadanos y magisterio.

3.1.3 Escalada de violencia, etapa del 14 de

junio al 27 de octubre

La violencia con que fue intentado desalojar el

plantón del magisterio el 14 de junio atrajo el apoyo y

solidaridad de las organizaciones que aún no se

sumaban a las movilizaciones, al igual que de las

personas que desde sus casas escuchaban la radio o

leían los periódicos. Este fue un momento crucial para

el magisterio, el cual consiguió tener la base social que

necesitaba para continuar sus demandas laborales y

políticas. A continuación se tratarán de enunciar

algunas de las agresiones que sufrieron tanto grupal

como individualmente los miembros de la APPO.

155

El 16 de junio fue convocada una megamarcha a

la que asistieron miles de personas. El veinte del mismo

mes se conforma la dirigencia provisional de la APPO y

se inicia su conformación, como se vio en el capítulo II,

y con ello una forma de organización y resistencia, que

a la vez condujo a nuevas formas de violencia en su

contra por parte del Gobierno del Estado. La asistencia

a las marchas fue en aumento hasta llegar a un millón

según algunas estimaciones.

El día 20 de junio es convocada una marcha de

apoyo al Gobernador y solicitando el regreso a clases,

asistieron unas veinte mil personas (Osorno, 2007:283).

Esta manifestación fue conocida como “la Marcha de la

vergüenza” pues sólo acudieron trabajadores de

algunas empresas y empleados de gobierno, quienes

habían sido amenazados con ser despedidos sino

asistían (entrevista Barreda, 2009 y Sotelo, 2008). Los

diarios locales, en especial El Imparcial mantenían la

ofensiva en contra del magisterio, y al igual que la radio

156

insistían en el regreso a clases y el dialogo con el

Gobernador.

Después de la destrucción de Radio Plantón el

transmisor de Radio Universidad es quemado con ácido.

Un estudiante de derecho que recibió un pago de 500

pesos aprovechó el descuido que generó el incendio de

una camión de transporte público para hacerlo

(entrevista Benítez, 2007). Ante esta situación los

activistas deciden tomar Radio la Ley, que fue conocida

como La Ley del Pueblo.

El primero de agosto después de una marcha de

mujeres, que más adelante conformará la Coordinadora

de Mujeres Oaxaqueñas (COMO), decide asistir a canal

9 y solicitar un espacio informativo. Éste les es negado y

toman las instalaciones. Transmiten por televisión y

radio con una cobertura de todo el Estado. El día 21 de

agosto en la madrugada son balaceadas las antenas y

destruidos los equipos de transmisión (entrevista Elo,

2009; Mal de Ojo y Corrugated Films, 2008 y Noticias 2 y

22-08-2006).

157

Como respuesta, los miembros de la APPO

deciden tomar las radios comerciales ese mismo día.

Inicia la preocupación porque se incrementan los

ataques con armas de fuego. Deciden entonces colocar

barricadas que protejan estas estaciones. Estas son

balaceadas por las noches, por lo que la dirigencia de la

APPO decide que se coloquen algunas barricadas más.

La respuesta fue que cada colonia, cada barrio, cada

organización colocara las propias. Se busca proteger ya

no sólo a las radios, sino a todos los miembros del

movimiento (Entrevistas Venegas, 2008; Pereda, 2007y

Elo, 2009), (Osorno, 2007).

En estas fechas la ciudad es recorrida en las

noches por una caravana de vehículos particulares,

patrullas y camiones con personas armadas, vestidos de

civil y embozados. Todos ellos con armas de alto poder

disparan en contra de las barricadas. Fueron conocidas

como Las Caravanas de la Muerte (Jornada, 23-10-2006). En

esas semanas, la policía había desaparecido de las calles

de la ciudad. Se comenta que los policías se niegan a

158

participar en los ataques pues muchos de ellos saben

que sus familiares están en las barricadas, en las

marchas o en el plantón. Sotelo (2008), Martínez (2007),

Venegas (2009) y otros aseguran que el Gobernador

liberó a presos para realizar estos ataques. Era bien

sabido que Jorge Franco Vargas, secretario de gobierno

en ese momento mantiene un grupo de porros en la

UABJO, que además de verse envueltos en varios

crímenes desde tiempo atrás, participaron activamente

en los ataques contra la APPO (Noticias, 20-09-2006).

El 6 de agosto es detenido Catarino Torres

Pereda, líder de COCEI e integrante de la asamblea y

trasladado al penal del Altiplano, quien contaba con la

simpatía y apoyo de muchas organizaciones de la

APPO (El Imparcial, 7-08-2006; Sotelo, 2008 y Blas 2007).

El día siete en camionetas de la Policía Municipal

personas vestidas de negro disparan contra el bloqueo

que se mantenía en la Secretaría de Administración

(Noticias 8-08-2006). El día nueve fueron asaltadas las

oficinas del diario Noticias, y ese mismo día es

159

secuestrado y después de tres días desaparecido es

encarcelado Germán Mendoza Nube, dirigente de la

Unión de Campesinos pobres, es acusado de asalto con

violencia, a pesar de usar silla de ruedas (Noticias 10 y

15-08-2006; El Imparcial, 10-08-2006).

El 13 de agosto inicia transmisiones Radio

Ciudadana con mensajes agresivos en contra de los

miembros de la APPO. Invita a asesinar a los activistas

y mantiene un acoso permanente a los dirigentes, de los

cuales da información personal para que sean atacados.

Al mismo tiempo es subida a internet una página

llamada www.oaxacaenpaz.org, la cual contenía

fotografías y direcciones de los miembros de la

dirigencia de la APPO (Noticias, 15-08-2006 y Mal de

Ojo y Corrugated Films, 2008).

El día 15 es asesinado Lorenzo San Pablo

Cervantes por las caravanas de la muerte a las afueras

de Radio Cristal (Noticias, 16-08-2006; El Imparcial, 16-08-

2006 y La Jornada, 16-08-2006). El 30 de Septiembre hizo

aparición un grupo autodenominado Organización

160

Revolucionaria Armada de los Pueblos de Oaxaca

(ORAPO), (entrevista Sosa, 2009), con uniformes

nuevos, relojes costosos y fuertemente armada, la cual

estuvo varias horas repartiendo volantes en la carretera

Oaxaca-Tuxtepec (Sotelo, 2008).

El primero de octubre es secuestrado a la una

de la tarde Pedro García (entrevista García, 2009) a las

afueras de Ciudad Universitaria. Fue presentado a las

siete de la noche, después de haber sido torturado y es

acusado por asalto violento en las inmediaciones de la

Central de Abastos con un rifle conocido como cuerno

de chivo. Es liberado el ocho de octubre, ya que al no

aparecer el arma se convierte en robo simple y alcanza

fianza. Meses después será nuevamente consignado

porque reaparece el arma. Ha sido secuestrado dos

veces más, pero liberado después de ser torturado. A

pesar de existir una orden de aprehensión en su contra

y estar sujeto a proceso penal no ha sido detenido

oficialmente.

161

Los ataques de diferentes formas en contra de

los miembros de la APPO dan muestra del uso legal e

ilegal en que incurría el Gobierno del Estado para atacar

a la APPO. La violencia no sólo era física, sino también

psicológica, la intención era eliminar algunos de los

líderes, con la idea de descabezar el movimiento. Hasta

ese momento no lograban comprender que no era más

que un grupo de dirigentes. El periódico local El

Imparcial y otros medios nacionales como El Universal y

las televisoras Televisa y Televisión Azteca, presentaban a

Flavio Sosa como el líder de la APPO, por eso es que fue

buscado para intentar detenerlo.

Pero no sólo era la violencia física, también se

buscaba causar miedo, terror de Estado, al intentar

atemorizar y hacer que los simpatizantes se replegaran

y abandonaran el movimiento. Sin embargo, la cantidad

de agravios generaba en ellos un sentimiento de coraje,

de injusticia y los alentaba más a seguir en su lucha.

162

3.1.4 Clímax de la violencia e intervención

federal, etapa del 28 de octubre al 30 de diciembre

El 27 de octubre inicia nueva ofensiva en contra

del movimiento dando como resultado que diferentes

ataques armados ocurran con saldo de varios muertos.

Se estaba realizando un paro cívico estatal, por lo que

las barricadas se mantuvieron todo el día (Sotelo, 2008 y

Martínez, 2007). Personas armadas y a bordo de

motocicletas recorrieron la ciudad balaceando las

barricadas (Noticias, 28-10-2006; La Jornada, 28-10-2006;

Proceso, Núm. 1571 10-12-2006).

El más conocido de los actos de esta ofensiva

fue el que ocurrió en Santa Lucía del Camino, municipio

conurbado de la capital, en donde el presidente

municipal, funcionarios y policías balacearon la

barricada muriendo el reportero del Independent Media

Center (Indymedia), Bradley Roland Will (Mal de Ojo y

Corrugated Films, 2008; Noticias, 28-10-2006; El Imparcial,

163

28-10-2006; El Universal, 29-10-2006 y La Jornada, 28-10-

2006).

La última semana de octubre habían ocurrido

muchos atentados violentos en contra de los

simpatizantes de la APPO. Los ánimos se encontraban

realmente crispados al máximo. Se tenía información de

al menos dos muertos confirmados, varios heridos y la

radio llamaba a reforzar las barricadas. El sonido de las

detonaciones de armas de fuego se escuchaban más allá

de las colonias donde ocurrían los desaventurados

encuentros de priistas y APPO´s (Noticias, 29-10-2006 y

La jornada 28-10-2006).

La consecuencia directa de estos hechos fue que

el Presidente de la República ordenó la incursión de las

fuerzas federales. El domingo 29 inició la toma de la

ciudad por la PFP. El avance fue lento, inicio a las siete

de la mañana y llegaron al zócalo hasta las cinco de la

tarde (Noticias, 30-10-2006; La Jornada, 30-10-2006).

164

A continuación se transcriben algunas escenas

que se presentaron en el documental Octubre Negro

(Indymedia, 2006). La resistencia en el crucero de

Viguera fue de una forma poética, vírgenes, flores,

banderas, flores y mantas, una mujer presente decía:

“Somos hermanos de la misma nación, no nos lastimen”.

Algunas, aunque no pocas, personas intentaban hacer

conciencia en los agentes de la PFP, trataban de hacerlos

entender que era un movimiento pacífico. Unas manos

mostraban libros e instrumental médico mientras sus

voces indicaban que esas eran sus armas. Una mujer se

atrevió a más, le obsequió un clavel a un agente, el cual

derramó alguna lagrima, pero logró reír: “tienes

lágrimas, pero no es porque seas un cobarde, es porque

tienes sentimientos, tómala” dijo ella. E insistió en

entregarle la flor que él se negaba a recibir, la coloco

entre su camisola y el chaleco antibalas. Sin embargo,

un superior se la arrancó (Indymedia, 2006).

Poco a poco avanzó la PFP, un paso al frente,

dos, tres más, los APPO´s tomados de los brazos

165

caminaban frente a los policías, un paso, dos, tres más

hacía atrás, caminan de espaldas mientras el

contingente uniformado golpea sus escudos con los

toletes, las tanquetas suenan sus trompetas de forma

cada vez más insistente, más constante, más intimidante

(Indymedia, 2006; Mal de Ojo y Corrugated Films, 2008).

Estas escenas que parecen salidas de una

película de acción o bien, de la memoria gráfica de

algún país de oriente medio en medio de una intifada,

son tan reales como el agravio a los oaxaqueños que

decidieron rebelarse en contra de un régimen

autoritario y de gobernantes que se han enriquecido

mientras la sociedad se empobrece cada día más. Es

posible plantear algunas preguntas: ¿qué pensaban los

agentes de la PFP mientras esperaban y después

avanzaban rumbo a la represión de sus iguales? ¿Qué

sentían al saber que estaban a punto de golpear a

personas de todas las edades, niños y niñas, ancianos y

ancianas, jóvenes, señoras y señores que se parapetaban

166

frente a ellos, sin armas, pacíficamente, pero eso sí, con

mucho coraje?

Cuando una multitud huye es común que todos

corran, se empujen, que el pánico los invada. En cambio,

en Oaxaca, durante la represión, ellos, los activistas y

simpatizantes, corrían, se protegían entre ellos; si

alguno caía al suelo los demás se detenían, lo

levantaban. Efectivamente había miedo, pero también

agravio y coraje, pero sobre todo fraternidad y

solidaridad.

En una calle se reunían evangelistas, católicos,

agnósticos y ateos. Unos rezan, otros oran, los otros

acompañan y algunos más gritan consignas contra el

Estado y el Gobernador. Todos ellos, rebeldes en

resistencia sufren, lloran y enlutan la muerte de Alberto

Jorge Flores Bernal, enfermero del IMSS que se presentó

como voluntario para atender emergencias médicas esa

noche, “Ulises lo mató”, “Asesinos”. El enfermero había

fallecido a causa del impacto de una bala de gas

lacrimógeno lanzada por los agentes de la PFP, a lo

167

cual el Gobierno tardará dos días en reconocer la causa

de su muerte, pero en un inicio acusará que fue

consecuencia de un petardo mal manejado (Vélez y

Méndez, 2006).

“¿Muchos huevos? Quítate el uniforme, vamos

a darnos en la madre, pendejo” gritaban los más jóvenes

a los policías federales. Y el observador puede

preguntarse: ¿Por qué la gente no estaba en su casa, por

qué estaba en la calle resistiendo, gritando y

arriesgándose? (Indymedia, 2006).

En las tomas que presentan los videos

documentales de los agentes de la PFP en su arribo a la

ciudad se ven claramente asustados, quizás por las

órdenes que llevaban sabían que golpearían a niños y

niñas, varones, mujeres, ancianas y ancianos; sólo los

que llevan uniforme color camuflaje blanco con negro se

muestran violentos, hacen detenciones y agreden a la

gente (Indymedia, 2006; Mal de Ojo y Corrugated Films,

2008).

168

Las detenciones arbitrarias y los secuestros

selectivos continúan. El 11 de noviembre René Trujillo

Martínez, Benito Pereda Fernández y Mauricio Horacio

Marmolejo son secuestrados y torturados durante tres

días para finalmente ser entregados a la PGR acusados

de asalto con violencia, haciendo uso de un arma de

fuego que nunca se presentó (La Jornada, 15-11-2006; El

Universal, 14-11-2006; entrevistas Pereda, 2006 y Trujillo,

2006).

Todo parece indicar que durante la toma de la

ciudad por la PFP y su estancia sirvió para que las

policías estatales y los sicarios al servicio del

Gobernador pudieran realizar abusivamente estos

secuestros. Tenían paso libre por la ciudad y los

ministerios públicos tanto locales como federales

cooperaban en fincar delitos a los activistas.

Durante este período ocurrieron dos hechos que

es importante tratarlos aparte, la llamada batalla de

todos santos y el 25 de noviembre. Ambos símbolos de

la resistencia y de la violencia en contra del movimiento.

169

3.1.4.1 Todos Santos

Para el día 2 de enero la APPO ya había

desalojado las estaciones de radio comerciales que

había tomado. Se encontraban transmitiendo Radio

Plantón con un transmisor de corto alcance y Radio

Universidad, en donde se encontraba la última de las

barricadas, la de Cinco Señores. Se escuchaba por la

radio la voz de la Dra. Bertha, conocida como Dra.

Escopeta: “Compañeros, es el momento de salir a

resguardar Radio Universidad, formar muchas

barricadas, compañeros, en todas las calles cerca de

radio Universidad. Nosotros aquí resistiremos,

resistiremos porque sabemos que no podemos permitir

que se pierda esta voz” (Mal de Ojo, 2006).

Los efectivos de la policía federal se acercaban

al Ciudad Universitaria, corría el rumor de que

tratarían de entrar y tomar la radio. A las siete de la

mañana iniciaban la ofensiva a la autonomía

universitaria. Madres, hijas, hermanas, amas de casa,

estudiantes, punks, apostados en Av. Universidad

170

esperaban el momento de defender el único medio de

comunicación que tenían. Haciendo uso de las

tanquetas que arrojaban chorros de agua, de gas

lacrimógeno y un fuerte y numerosos contingente

humano armado con escudos y toletes se acercaron a la

entrada del C. U. (La Jornada 3-11-2006; Mal de Ojo, 2006

y El Universal, 4-10-2006).

La resistencia duró ocho horas de batalla

campal, tiempo durante el cual no dejaron de llegar

simpatizantes a apoyar. La brigada de Brenamiel

(denominación que se les dio a los miembros de la

barricada de Brenamiel) llegó por un costado, por la

avenida ferrocarril a apoyar la defensa, contingentes

llegaban de diferentes puntos de la ciudad y poco a

poco fueron cercando al contingente policiaco, que en

un momento había logrado estar en la puerta e intentar

romper los candados para ingresar (La Jornada 3-11-2006;

Noticias, 3-11-2010 y El Universal, 4-10-2006).

Todos ayudaban, unos enfrentaban, unas

rompían concreto para generar piedras posibles de

171

lanzar, otros llevaban las bombas molotov, los mayores

acarreaban piedras para los más jóvenes, las bazucas

hacían su presencia, nadie midió el tiempo, las horas

pasaron y en un momento poco esperado la policía se

retiraba (La Jornada 3-11-2006; Noticias, 3-11-2010 y El

Universal, 4-10-2006). El intento violento por tomar

Radio Universidad, había sido frustrado por cientos de

personas que estaban decididas a no rendirse. La

violencia fue vencida con violencia. La resistencia tuvo

que dejar de ser pacífica y defender como pudo lo único

que le quedaba para comunicarse.

Unos días después, una señal al parecer

transmitida desde el campo militar de Ixtepex cubrió la

señal de Radio Universidad, perdiendo entonces sí la

posibilidad de mantenerla, por lo que fue entregada al

Rector de la Universidad (de Castro, 2009; Osorno, 2007

y Martínez, 2007).

3.1.4.2 25 de noviembre, cárcel y tortura.

172

Mal de Ojo TV e Indymedia.org (2007)

realizaron un breve documental llamado Pesadilla Azul,

en el cual reúnen testimonios de diferentes personas

que fueron detenidas el 25 de noviembre en la Ciudad

de Oaxaca, no precisamente en el centro, donde se había

dado el enfrentamiento entre la elementos de la PFP y

simpatizantes de la APPO.

Esta serie de testimonios está compuesta por

una señora que vendía dulces, su hija, un arquitecto que

iba pasando de vuelta a casa y un activista del

movimiento. Realizan un trazo temporal en donde van

coincidiendo las historias de cada uno de ellos. Este

documental es parte de una serie de testimonios que

han sido recuperados por diferentes organismos (la

CNDH, la CCIODH, LIMEDDH, AI, la SCJN), medios

de comunicación (Periódicos locales y nacionales, sitios

web y producciones de video), y varios libros y

artículos de revistas de divulgación, académicas y de

noticias, entre otros más.

173

Dada la cantidad de información existente, es

posible reconstruir los hechos que ocurrieron ese día y

tratar de analizar los hechos desde esta perspectiva

sociológica. Se incluirá un breve análisis partiendo de

aportes de la psicología social.

Para el día 25 de noviembre la Asamblea Estatal

de la APPO había decidido realizar una acción de

protesta para demostrar su rechazo a la presencia de las

fuerzas federales en la ciudad (entrevistas Venegas,

2008 y 2009; Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007;

Matías, 2006, entrevista García 2009; et al). El plan era

realizar una marcha que culminaría en el zócalo, la cual

se llevó a cabo poco después de las doce horas. Después

de esto, se hizo un cerco humano de 48 horas al

campamento de la PFP; aproximadamente 15 minutos

antes de las cuatro de la tarde, se cerraron las bocacalles

del primer cuadro de la ciudad, y en las azoteas de

algunos edificios se encontraban policías federales que

lanzaban objetos (como canicas) a los manifestantes.

174

Aproximadamente a las 5 de la tarde inicia el

ataque de la policía, lanzan gases lacrimógenos hacía la

gente que realizaba el bloqueo. Comienzan los

enfrentamientos entre simpatizantes de la APPO y

policías federales. Éstos últimos son reubicados varias

veces en diferentes lugares del centro de la ciudad,

Santo Domingo, San Felipe y El Carmen Alto. Relatan

los testimonios que ya empezaba a obscurecer, pero que

la visibilidad era casi nula por la cantidad de gases

arrojados (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007 y

Matías, 2006).

Sonaban los cohetones lanzados por bazucas

caseras hechas con tubos de PVC y se usan cohetes de

fiestas religiosas. Les llaman bazuqueros, son el primer

frente de la resistencia oaxaqueña. Se han hecho

famosos por ser un contingente formado por jóvenes

aguerridos. La mayoría de los que componen este grupo

se identifican como anarquistas, anarco-punks, anarco-

magonistas, anarco-comunistas, anarco-libertarios y

otras variantes del anarquismo oaxaqueño. Muchos de

175

ellos han sufrido condiciones de marginación y

discriminación (entrevistas Venegas, 2008 y 2009;

Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007; Matías, 2006,

entrevista García 2009; et al).

Pereda (2006), García (2009), Guzmán y

Venegas (2008) comentan que son muchachos banda,

niños de la calle, el lumpen proletariado, así llamados

por los marxistas. Comentan que es el sector que no

tiene nada que perder, ¿ir a la cárcel? No les importa ya,

continuamente han sido detenidos y acosados por las

policías. De hecho, para muchos de ellos era la

oportunidad de desquitar el coraje que han aguantado

toda su vida. Para muchos de ellos es la oportunidad de

vivir de una forma diferente, es el sueño y la esperanza

de dejar de ser lo que siempre han sido.

Y mucho ganaron hasta ese momento. Eran

respetados por el resto de los miembros de la APPO,

eran miembros de una familia (la barricada), eran parte

de una organización. En esos días ya no eran

marginados ni discriminados (al menos por los APPO’s),

176

habían ganado una posición dentro de su sociedad y

eran los que enfrentaban físicamente y cara a cara a los

“invasores” (Venegas, 2008).

Quizá este contingente fue el que más perdió

con el paso del tiempo. Terminado el conflicto volvieron

a sus lugares, a ese “ningún lugar” donde siempre han

estado. Venegas (2009) quien estuvo en las barricadas

con ellos comenta que después del 25 de noviembre no

volvió a saber de ellos, ocasionalmente se les encuentra

en las marchas. Y es que, ese “ningún lugar” es también

la marginación, la discriminación y en general el

abandono. Nuevamente son el lumpen, la escoria social,

los indeseables.

Y fueron ellos quienes más perdieron, porque

con el sueño libertario de 2006 se fue también la única

afluente de esperanza. Venegas (2009) y Olivera (2009)

informan que algunos de estos jóvenes han recurrido ya

al suicidio. En el documental Un Poquito de Tanta Verdad

(Mal de Ojo TV y Corrugated Films, 2007) se observa a

177

un chico conocido como El Dany, (Osorno, 2007 también

lo menciona); él es uno de ellos.

Esos cohetones que sonaban y hacían vibrar las

estructuras de los edificios del centro sólo significaban

una cosa, se enfrentaban APPO’s y PFP’s.

Aproximadamente a las seis de la tarde el bloqueo de la

APPO se empieza a replegar hacía Santo Domingo. Una

hora después se habían incendiado dos patrullas en el

crucero de Cinco Señores, taxis recorrían la ciudad

balaceando a los activistas, la visibilidad era gris por la

pólvora de los bazuqueros, el gas lacrimógeno de la PFP

y las bomba molotov de otros manifestantes. En varios

puntos de la ciudad, se instalaron barricadas

nuevamente (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007

y Matías, 2006).

Antes de las 21:00 horas varios vehículos habían

sido incendiados en la Avenida Chapultepec, se

encontraba en llamas el Palacio Legislativo, también el

del Tribunal Superior de Justicia del Estado, el del

poder judicial, el teatro Juárez, la Secretaría de Turismo,

178

fueron dañados el de la Secretaría de Relaciones

Exteriores, del Registro Público de la Propiedad, la

Facultad de Sociología de la UABJO, la Asociación de

hoteles y Moteles y el Hotel Camino Real (entrevistas

Alejandro; 2006, Pereda, 2006 y 2007; Trujillo, 2006; y

López, 2009).

Sobre los edificios incendiados no existe

propiamente una respuesta de quién lo hizo, el

Gobierno culpa a los miembros de la APPO y la APPO a

la PFP. Muchos vehículos fueron quemados para

montar barricadas, puesto que poco después de las seis

de la tarde salieron del Estadio de Beisbol diez

camiones con refuerzos de la PFP (Beas, 2007).

Cuando se empiezan a replegar los

simpatizantes de la APPO inicia también la cacería,

personas armadas atacan y detienen a quienes se

alejaban de los enfrentamientos y a quienes encuentran

en la calle. Todos ellos inocentes de cualquier delito y su

libertad por ausencia de pruebas lo demostró semanas

179

después (Martínez, 2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007;

Matías, 2006 y Beas, 2006).

La ciudad después de las ocho de la noche es un

campo de batalla mientras que en algunas calles

continúan los enfrentamientos, las policías recorren las

calles deteniendo a transeúntes: “En ese momento

cuando yo venía bajando, venían corriendo varios de la

PFP, me encontraron ahí en la esquina y me agarraron y

le digo oiga ¿por qué me detiene? y me dijo a mí no me

importa lo que tú andes haciendo, a mí me la pagas y el

otro agarró a mi hija” (Mal de Ojo e Indymedia.org,

2007).

Cada persona que era detenida tenía que sufrir

golpes con manos, pies y armas de los policías federales,

además de los insultos y amenazas verbales, les decían

que serían violadas o asesinados, que a sus familiares

también los matarían (Mal de Ojo e Indymedia.org,

2007). Todo parece indicar que los agentes de la PFP

contenían un rencor en contra de los activistas debido a

la humillación que sufrieron al ser obligados a

180

retroceder y retirarse de la zona aledaña a Ciudad

Universitaria por la defensa ciudadana de Radio

Universidad, en la llamada Batalla de Todos Santos,

ocurrida el 2 de Noviembre.

Después de haber sido detenidos, eran llevados

al Llano en donde eran amontonados, esposados y

asaltados, les robaban su dinero, celulares y cualquier

objeto de valor. Las mujeres eran manoseadas y vejadas

sexualmente, muchas de ellas refieren que eran tocadas

con los toletes en sus partes íntimas (CCIODH, 2007).

Posteriormente, muchos detenidos fueron

llevados al penal de Miahuatlán, donde no recibieron

atención médica, sus procesos penales fueron

irregulares y hubo violencia física y psicológica; es de

notar que les prohibieron platicar entre ellos. En la

madrugada comenzaron a aterrizar helicópteros en el

penal, subieron a los detenidos sin informarles a donde

sería llevados, durante el trayecto fueron amenazados

con ser lanzados al mar. Sus familiares no fueron

informados del traslado, incluso a esa hora no habían

181

sido informados del lugar y estado procesal (Martínez,

2007; Sotelo, 2008, Osorno, 2007; Matías, 2006; Beas,

2006 y Mal de Ojo e Indymedia.org, 2007).

Las personas detenidas fueron enviadas a la

base aérea de Ixtepec en donde fueron obligados a

abordar aviones que los trasladaron al penal de Tepic,

Nayarit. Al llegar al destino, las mujeres, fueron

obligadas a desvestirse y cortarse el cabello. Quienes

requerían atención médica, no la recibieron, a pesar de

las horas transcurridas desde su arresto. Desnudas

fueron obligadas a realizar ejercicios de flexión de las

piernas (llamadas sentadillas) frente a las custodias

(vigilantes del penal).

Algunos testimonios de familiares de detenidas

refieren que tardaron hasta cinco días en saber dónde se

encontraban. Las personas arrestadas se encontraban

incomunicadas en todo momento, incluso, no les

permitían hablar entre ellas. No fueron tratadas como

criminales peligrosas, las autoridades fueron más allá,

infringiéndoles tratos contra lo que ellas consideran

182

íntimo: su cuerpo y su mente. Su espacio más elemental

fue violado, su cuerpo reprimido y su cultura ultrajada.

La situación de los varones no fue distinta.

Durante los días en que se encontraban

detenidas y detenidos no les fue permitido leer ni

escribir, les fue arrebatada cualquier posibilidad de

distracción. Este tipo de trato es considerado como

tortura psicológica. El aislarlos es ponerlos en situación

más vulnerable ante los interrogatorios, en donde, lo

que las autoridades buscaban era que se

autoincriminaran (Martínez, 2007; Sotelo, 2008; Osorno,

2007; Matías, 2006 y; Beas, 2006). A este tipo de

tratamiento contra los detenidos Naomi Klein le

denomina terapia de shock (2007).

A los detenidos se les maltrató física y

psicológicamente. Fueron golpeados desde el momento

de su arresto, y hasta antes de ser presentados al

Ministerio Público de fuero común o federal.

Emocionalmente fueron maltratados con la amenaza de

ser arrojados desde el helicóptero o dañar a su familia.

183

Diferentes fuentes testimoniales y las entrevistas

realizadas confirman que estos hechos ocurrieron.

Dichas denuncias fueron presentadas minuciosamente

en el Foro Internacional de Derechos Humanos

celebrado en la Cámara de Diputados en febrero de

2007, en el cuál detallaron cada uno la forma en que

fueron violentados tras su detención.

A muchos de los presos anteriores, durante y

después de la intervención de la PFP se les secuestraba

(regularmente por personas vestidas de civil y en

vehículos particulares), sin ordenes de aprehensión, sin

motivo y sin causa eran llevados a casas de seguridad

por horas o días. Lugares donde se les torturaba y

posteriormente eran entregados a las autoridades por

delitos como posesión de armas o de drogas y en su

mayoría acusados de robo o salto con violencia

(entrevistas García, 2009; Pereda, 2006 y Trujillo 2006).

Hasta este último momento era negada su aprehensión,

es lo que se conoce como desaparición forzada, para lo

cual no tiene un límite de tiempo, a partir del momento

184

en que es detenida una persona y la autoridad lo niega

se le considera así, no importa si es por unas horas, días,

meses o años.

Durante los procesos de detención las formas de

agresiones físicas y psicológicas se pueden distinguir en

dos formas: a) genéricas: golpes, jalones y amenazas de

igual forma a hombres y a mujeres y b) violencia de

género: de acuerdo al género visible era la forma en que

lo violentaban. A las mujeres las amenazaban con daños

a sus hijos o violación, manoseos, violación sexual ya

fuere con instrumentos o con genitales, transgresiones a

su cuerpo y cultura; hacer sentadillas desnudas, ser

observadas por mujeres y hombres. Detalles que

transgreden la feminidad tanto como una violación

sexual, es la violación a sus tradiciones, en específico el

cortarles el cabello a quienes lo tenían largo, en ese

detalle frívolo para muchos, banal para otros, se

encontraba algo muy importante para ellas, su

feminidad.

185

En los hombres las amenazas de tono machista,

golpes y choques eléctricos en los genitales o

violaciones sexuales. No realizadas precisamente por

homosexuales, sino por policías o sicarios, quienes

buscaban vulnerar, violar, romper el cuerpo y

transgredir emocionalmente, quebrarlos, hacer que se

arrepintieran por lo que habían hecho, que no

reincidieran, que se disciplinaran.

Pero no sólo el detenido, parte de la estrategia

era romper a todo el tejido social, crear un efecto

psicosocial, que sus conocidos, familiares, amigos,

vecinos, miembros de la organización, que todos

entendieran que no era posible más, que entendieran las

consecuencias de participar, de rebelarse y de actuar.

“El objetivo de la tortura es desintegrar la

identidad psicosocial del luchador social a partir del

dolor físico y el sufrimiento psíquico extremos.

Kordon y Edelman definen la identidad como: “el

conjunto de rasgos, representaciones y valoración

que un sujeto posee de sí, que le produce un

186

sentimiento de mismidad que le permite mantener su

cohesión interna a lo largo del tiempo y las

características que le dan su propio perfil y lo

diferencian de los otros…La noción de unidad,

consistencia y cohesión es un factor sustancial en la

identidad” (Kordon y Edelman, 2007 citado en

Souza, et al, 2009).

Durante la tortura, la persona es despojada de

sus marcos referenciales habituales, de aquellos lazos

sociales que confirman constantemente su ser en el

mundo. De acuerdo con Lira, la realidad deja de regular

el funcionamiento psíquico, las funciones yóicas se

alteran, desencadenando angustia extrema y “fantasías

desintegradoras, persecutorias y autodestructivas” (Lira

y Weinstein, 1981 citado en Souza, et al, 2009).

Con base en lo anterior, la tortura hacia el

luchador social busca desgastar y, eventualmente,

destruir la organización social a la que pertenece, pero

también arremete directamente contra la familia y la

comunidad en distintos niveles y de diversas maneras.

187

Pérez-Sales señala tres elementos principales del

impacto psicosocial que tienen las experiencias

traumáticas. En primer término, generan “un

sentimiento de desamparo, es decir, estar a merced de

otros, haber perdido el control sobre la propia vida”

(Peréz-Sales, s/f citado en Souza, 2009).

Como segundo elemento, se presenta “una

ruptura de la propia existencia, lo que implica que hay

un antes y un después del hecho traumático” (Peréz-

Sales, s/f citado en Souza, 2009); y por último, se registra

“una tensión negativa extrema”. Esta situación se

prolonga y agrava en esos casos en que el luchador se

convierte en rehén del Estado por tiempo prolongado,

ya sea de manera abierta (en centros penitenciarios) o

encubierta (cárceles clandestinas).

El desamparo, la sensación de ruptura y la

tensión (estrés), acompañan tanto a los sobrevivientes

directos, como a sus familiares y a la comunidad, de

acuerdo al mecanismo de represión experimentado

(tortura desaparición, encarcelamiento) y a las

188

condiciones sociopolíticas que se presenten después del

hecho” (Souza, 2009:27-28).

Algunos de los efectos psicosociales más

frecuentes son: miedo, terror, tensión, desesperanza,

desconfianza, sensación de ruptura, retraimiento social,

sentimientos de desamparo y culpa, desequilibrio en la

dinámica familiar, silencio alrededor de los hechos

traumáticos y de los sentimientos y emociones

asociados y duelo. (Souza, 2009:28).

3.1.5 Violencia y Resistencia

A lo largo de los meses que duró el conflicto se

presentaron diversas formas de violencia en contra del

movimiento. En este apartado se destacarán y

analizarán las formas que en un inicio el Gobierno local

con el consentimiento del Federal transgreden las leyes

y en específico los derechos ciudadanos, así como los

ataques personales y en contra de los grupos que se

manifestaban.

189

Debe mencionarse que después del 14 de junio

ya no le fue conveniente al gobierno intentar desalojar

violentamente, por lo que recurrió a la represión

selectiva, a los secuestros, detenciones arbitrarias,

torturas y falsificación de pruebas en procesos jurídicos.

Pero también es el inicio de los recorridos

nocturnos de las caravanas de la muerte; personajes

encapuchados que en camionetas sin rótulos recorrían

las calles balaceando a los miembros de la APPO.

Posteriormente, el ingreso violento de las fuerzas

federales y la violencia que se desató a partir de que la

PFP toma el control de la ciudad.

Las formas de violencia en que incurrió el

gobernador del estado corresponden a un régimen sin

legitimidad quien considera que sólo mediante el

“orden” puede mantener su gobierno, recurriendo a la

violencia como única forma de reacción al jaque en que

lo posicionan la disidencia y la oposición.

190

Los rumores pueden ser ciertos, falsos o ser

verdades a medias. Existen en todos los grupos sociales,

son parte de la realidad cotidiana. La creencia en ellos

puede derivar en la generación de certezas o

incertidumbres. Durante el período estudiado en este

trabajo, corrían los más diversos rumores en la Ciudad

de Oaxaca. Entre otros, se rumoraba que Ulises Caería;

que había muchos muertos y sus cadáveres fueron

desaparecidos; que los activistas de la APPO eran

pagados por Flavio Sosa; que éste estaba pagado por

fuerzas obscuras que pretendían desestabilizar el

sistema; que una persona u otra era infiltrado del

Gobierno en el movimiento; y muchos más.

Lo importante para el análisis no son en sí los

rumores, sino considerar los efectos sociales y

psicológicos que provocaron en la población. Durante el

momento en que las personas fueron detenidas y

trasladadas a los penales, a lo largo de sus estancias en

cárceles legales o clandestinas, todos estos rumores se

volvieron reales en sus vidas, cobraron vida en el terror

191

que sintieron durante esos días. En sus mentes

permanecía la idea de morir, desaparecer, de ser

arrojados al mar o de terminar en una fosa común

clandestina. En el Terror se hicieron reales los rumores,

empero, no sólo en los activistas detenidos, también en

sus familiares, amigos, vecinos y compañeros del

movimiento.

Los rumores que, intentando servir al

movimiento, exacerbaban la imagen del Gobierno

autoritario y represor terminaron sirviéndole, al mismo,

como una forma de terror de Estado, los rumores se

volvieron realidad al afectar a las personas involucradas

y a sus seres queridos. Al mismo tiempo que servían

para ocultar la realidad. Los hechos reales, las muertes,

los secuestros, las balaceras se volvieron mentira

cuando en la búsqueda de legitimidad el Gobernador y

su grupo político desmentían lo que era falso,

ocasionando que en el imaginario de muchas personas

todo se volviera mentira. Buscando crear, así, un

ambiente de rechazo contra el movimiento.

192

¿Qué logra el Gobierno con la violencia? La

intervención del Gobierno Federal permite que ocurran

dos cosas, mantener el régimen de Ulises Ruiz y darle

apoyo al próximo Ejecutivo Federal que se encontraba

también carente de legitimidad. Pero es principalmente

la retroalimentación entre el nivel federal y el local lo

que le permite mantenerse en el poder, el apoyo que

recibe del Gobierno Federal es retribuido con el

reconocimiento de Felipe Calderón como presidente

constitucional de México.

Considerando los actos violentos como una

expresión de las relaciones de poder es posible considerar

que los sucesos estudiados son el resultado de la

correlación de fuerzas durante el conflicto. Tanto la

APPO, como el Gobierno del Estado y el Federal

realizaron sus cálculos para poder actuar, midiendo las

posibilidades que tenían para actuar y la forma de

hacerlo. Es posible mencionar un ejemplo de cada uno

de ellos.

193

El Gobierno Estatal podía considerar el poder

con que contaba y por tanto atacó al movimiento. Como

ocurrió el 14 de junio de 2006. En ese momento calculó

la posibilidad de hacer levantar el plantón y encarcelar a

los líderes mediante un “operativo quirúrgico” (Osorno,

2007 y 2007b). Sin embargo, el cálculo fue erróneo.

Diversas fuerzas políticas, sociales, y gremiales

participaban de manera directa o indirecta en el

movimiento magisterial.

El Gobierno Federal, encabezado por el Partido

Acción Nacional (PAN) se encontraba enfocado en el

proceso electoral federal de 2006, en el cual se definiría

el Presidente, diputados federales y senadores; y con

ello calculando los costos político- electorales de cada

acto. Durante más de tres meses ignoro el conflicto

ubicándolo ante la opinión pública como un conflicto de

orden local, y por tanto, con soluciones al mismo nivel;

el costo político sería solamente para el PRI, el retrasar

su intervención en el conflicto generó costos para ambos

partidos.

194

La decisión de tomar parte y enviar tropas

federales como el ejército, naval y PFP, por una parte, se

da en un momento en el cuál han pasado las elecciones

federales, se han entregado las constancias de mayoría a

Diputados Federales, Senadores y al Presidente de la

República; con las pérdidas electorales del PRI en varios

Estados, entre ellos Oaxaca. Y por otro lado, se acercaba

el día de la toma de posesión del Poder Ejecutivo. Se

vuelve necesaria la participación Federal ingresando a

la PFP a la capital oaxaqueña y recuperando los sitios

donde se encontraban las principales barricadas y el

plantón, es decir, los principales cruceros y el Zócalo,

este último como símbolo de la recuperación de la

ciudad.

Estos hechos ocurren con una gran violencia,

tanto de la resistencia formada por los simpatizantes de

la APPO, como de los policías federales al ingresar a la

ciudad. Durante el período que la PFP ocupó la ciudad

se dieron varios actos violentos contra la población civil,

el más gravoso fue el ocurrido el 25 de noviembre.

195

Las organizaciones y personas que participaban

en la APPO realizaban su propio cálculo. Observaban

que entre mayor era la agrupación, mayor era el poder

que adquirían. La APPO, conforme aglutinaba a más

organizaciones y personas, obtenía simpatía y

solidaridad en el ámbito local, nacional e internacional,

obtenía mayor poder mediático y político. Al mismo

tiempo lograba mayores posibilidades de negociar y

presionar al Gobierno Federal, el cual no respondió

siempre de forma pacífica. El siguiente cuadro muestra

las formas de violencia que fueron utilizadas contra el

movimiento, se encuentra dividida en física, psicológica

y los efectos psicosociales que genera.

196

3.2 Resistencia Oaxaqueña

“Las amas de casa

nos ayudaron mucho. Me da

risa cuando dicen “los

radicales”. ¡Qué radicales ni

que nada! Eran ellas las que

en las marchas nos decían,

“ten tu coca para el gas, tus

piedras, tus cohetes, tu

bendición: cuídate mucho

joven”.

El Alebrije en La Batalla por Oaxaca.

En esta sección se realiza un análisis de la

resistencia del movimiento oaxaqueño en 2006. Es

posible notar que muchas de las cosas que aquí se

describen ya fueron anotadas en los capítulos anteriores.

Por tanto no serán relatadas con mucha profundidad.

Al igual que en el capítulo anterior, se

reconstruye con la información publicada en diarios,

197

libros, revistas y libros, salvo en donde se cita

textualmente o se menciona una idea específica de un

texto o entrevistas; es el resultado del cruce de

información de las diferentes fuentes.

Se toma como base la misma periodización que

se revisó en la primera sección de este capítulo III,

puesto que los ciclos de violencia estatal en contra del

movimiento corresponden a la forma en que se

organizaba la resistencia como respuesta. Es impensable

separar la resistencia de la violencia y a éstas de la

organización. Las tres están intrínsecamente unidas. La

violencia generó resistencia y la organización. Al tiempo

que la organización cada vez más compleja de la APPO

generaba en el Gobierno Estatal la necesidad de buscar

nuevas formas de violencia para atacar el movimiento.

No es posible concebir la organización de la

APPO dejando de lado la resistencia, ya que ésta generó

que se formaran las barricadas. Pero, sin la organización

precedente tampoco era posible establecer las

barricadas como medio de resistencia. De la misma

198

forma en que al inicio del conflicto las simpatías del

magisterio con otras organizaciones, y con la sociedad

misma, permitieron frustrar el desalojo del plantón del

magisterio el 14 de junio.

Ahora bien, tampoco se debe hacer a un lado la

reacción en otros sectores de la población frente a las

acciones de resistencia de la APPO. Para muchas

personas la toma de las radios comerciales y de canal 9

fue una forma de violencia. Las barricadas y la

vulneración del libre tránsito también lo fue. Los

enfrentamientos entre la asamblea y las policías

efectivamente fueron violentos y claramente dañaron a

personas que no se habían involucrado en el conflicto.

Se pueden considerar básicamente cuatro

formas de resistencia: medios de comunicación, las

barricadas, defensa de posiciones (14 de junio, llegada

de la PFP, 2 y 25 de noviembre) y la organización en sí

misma. De estas modalidades se observó que,

dependiendo de la postura política del escritor, pueden

ser pacíficas o violentas. Es el caso de Carlos Ramírez

199

(2010:312-331) para quien todas las formas de resistencia

fueron violaciones a los derechos de los ciudadanos que

no intervenían en el conflicto o no expresaban alguna

postura en torno a él.

Ramírez (2010) expresa la postura que

mantenían algunos de los empresarios, el Gobierno

Federal y algunos sectores de la población, quienes

consideraban que los llamados a la resistencia por

medio de las radios eran una forma de violentar a los

demás. Hace hincapié en que las barricadas violentaban

el libre tránsito de quienes no pertenecían o

simpatizaban con la APPO. Y recalca la idea de que la

APPO estaba dirigida por grupos de la guerrilla armada

y clandestina. En ningún momento cita fuente alguna

que lo corrobore, ni testimonios de que esos hechos

fueron reales.

Sin embargo, precisamente por la difusión de

estas ideas hechas por el Gobierno Estatal, grupos de

empresarios y algunos periodistas, principalmente de El

Universal y El Imparcial, pueden entenderse como la

200

causa real de la violencia en contra de la población que

no intervenía en el conflicto.

3.2.1 Medios de comunicación

Los diferentes medios de comunicación

formaron parte esencial de la resistencia oaxaqueña.

Desde 2005 el magisterio contaba con Radio Plantón,

medio por el cual transmitía e informaba a la

ciudadanía sobre sus posturas y luchas. El 14 de junio

fue la base por medio de la cual recibieron el apoyo

para enfrentar el desalojo de las policías estatales y

municipales. Después ocupó su papel Radio Universidad,

poco después canal 9 (que contaba con televisión y

radio y con cobertura en toda la entidad), que al ser

destruida fueron las radio comerciales tomadas y

después nuevamente Radio Universidad y poco después

nuevamente Radio Plantón, con un nuevo transmisor.

Las radios sirvieron para informar en tiempo

real sobre las amenazas contra el plantón, las barricadas,

201

las radios mismas y a los integrantes del movimiento.

Al mismo tiempo fueron un punto de encuentro de

ideas y discusión, de entretenimiento y búsqueda de

una identidad colectiva, que sin buscar homogenizar

intentó crear un sentimiento de unidad, y lo logró

(entrevistas con Olivera, 2009; Venegas, 2009; y Guzmán,

2009; Osorno, 2007; Martínez, 2007; Lobo, 2007; et al).

También fueron el medio de convocar a

actividades como las marchas y las asambleas. Fueron

un punto donde los ciudadanos hacían públicas sus

inconformidades con el Gobierno. Fueron en sustancia

el corazón público del movimiento.

Los periódicos jugaron un papel importante, en

especial el diario Noticias, que a pesar de tener una línea

por las diferencias personales entre su dueño y el

Gobernador (Ramírez, 2010), mantuvo la cobertura en

todo momento. Además de generar un archivo impreso

de valiosa importancia para reconstruir posteriormente

los hechos ocurridos en 2006. Es importante hacer notar

que sus ejemplares de todo ese año fueron retirados de

202

la Hemeroteca del Estado y fue hasta que se realizó la

investigación de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación la manera en cómo se reintegraron a la sala de

acceso público.

El internet tuvo un papel de difusión a nivel

internacional para el movimiento. Más allá de la

cobertura de los medios internacionales, las

transmisiones de la radio podían ser escuchadas por

este medio en cualquier parte del mundo. Las páginas

web de las organizaciones y de la misma APPO fueron

valiosas para el seguimiento de los sucesos. Asimismo,

se crearon muchos blogs y web, además de las que ya

existían, que difundían la información, entre ellos

narconews.com, oaxacaenpiedelucha.blogspot.com,

Indymedia.org y muchas más.

Los servicios de video en línea permitían que

las producciones en video fueran vistas en todo el

mundo, con una producción pobre por la premura,

puesto que todo estaba siendo subido a la red casi al

instante y no permitía mucho tiempo para la edición

203

(Trujillo, 2007). Estas producciones fueron mejoradas

con el tiempo y es posible ver actualmente videos

documentales como Un Poquito de Tanta Verdad,

Compromiso Cumplido o Azul, (Mal de Ojo TV, 2007, 2008

y 2010 respectivamente) con la mejor calidad.

3.2.2 Las barricadas

Después de que un comando armado atacara y

destruyera Radio Cacerola, como era llamado en ese

entonces Canal 9, se decide instaurar barricadas para

proteger los accesos a las radios. Al poco tiempo,

aparecen las caravanas de la muerte, lo que hizo

necesario poner más barricadas aún, planeándose una

estrategia en la cual se recomendaban algunas de éstas

en sitios específicos.

Sin embargo, la ciudad se llenó de barricadas.

Estaba la de Brenamiel, la de la colonia reforma, la de

Calicanto, en cada colonia, en cada barrio, en cada

estación de radio había varias y en los accesos al

campamento del zócalo. Algunas de ellas tenían

204

nombre, estaba la Barricada de la Muerte, la Barricada del

amor, la Barricada de los Niños: “Éstas las formaban las

mamas con sus niños, y ellos se quedaban a cerrar una

callecita y las retiraban a las 12 de la noche, para que los

niños se fueran a dormir” (Venegas, 2007:199).

La barricada fue un elemento muy importante

para la organización de la APPO, como se mencionó en

el capítulo II, y al mismo tiempo, elemento

imprescindible para la resistencia. Desde su creación

hasta que es entregada la última son símbolo del

movimiento, de ahí que muchos le comenzaron a llamar

La Comuna de Oaxaca, pese a las implicaciones e

imprecisiones que ello implica, pero es la forma en que

se conoció mundialmente. La barricada, como insiste

Venegas en cada texto y entrevista, fue un espacio de

convivencia fraterna, un espacio de temor y esperanza,

un espacio donde las desigualdades sociales se

terminaban. Por eso al final fue lo más defendido, lo

más apoyado y por lo que se luchó para no quedar en el

olvido.

205

Las barricadas eran el único medio de

protección ante la presencia de las “caravanas de la

muerte”. Al darse cuenta que recorrían la ciudad se

comunicaban con la radio para informar, al llegar a una

barricada lanzaban cohetes para solicitar apoyo,

Venegas (2007 y 2008), Osorno, (2007), Martínez (2007),

Sotelo (2008), et al, aseguran que la barricada y las

comunicaciones salvaron muchas vidas.

Durante la invasión de la PFP a la ciudad

algunas barricadas fueron retiradas o abandonadas para

mantener el pacifismo del movimiento y salvaguardar

la integridad de sus integrantes. Sin embargo, algunas

resistieron, las más de ocho horas que tardaron las

fuerzas federales en hacer un recorrido de máximo diez

minutos fue resultado de la defensa que proporcionaron

los disidentes.

La última barricada en formarse fue la del

Crucero de Cinco Señores que tuvo la finalidad de

proteger Radio Universidad, una vez que habían sido

desalojadas las otras barricadas y era el único medio de

206

comunicación de largo alcance. Esta barricada fue la que

resistió el embate de las fuerzas federales con el apoyo

de otras más. Por sí misma hubiera podido ser

derrotada, pero llegaron los “Brenalocos”, miembros de

la Barricada de Brenamiel, además del apoyo de miles de

ciudadanos que propiamente sólo acudían con la fuerza

de la esperanza y en grupos numerosos y consolidados.

Sin la comunicación por la radio y la resistencia

(entendida esta ocasión como física, moral y rebelión

simultáneamente) ese día hubieran perdido el último

bastión de la lucha mediática; la forma en que las

barricadas y grupos de vecinos y simpatizantes que

llegaban a resguardar las instalaciones parecía una

estrategia planeada, cosa que nunca fue. Llegaban de

todas partes de la ciudad, no había calle por la que no

pasara alguien que iba en plan de apoyo.

La barricada de Brenamiel llegó por avenida

ferrocarril, con un nutrido grupo de integrantes que la

caracterizaban, muchachos banda, limpia parabrisas,

niños de la calle, la “banda pesada” como era llamada

207

por muchos (Venegas, 2009). Este contingente cercó por

un costado a la PFP; fue un embate que no pudo resistir.

Mientras los simpatizantes seguían llegando por todos

los puntos cardinales, se agrupaban y mantenían el

ataque con piedras, petardos, cohetones, bombas

molotov y todo aquello susceptible de ser lanzado,

incluso un tanque de gas incendiado.

Luis Hernández Navarro la comparó con la

intifada palestina, quizá diferente se puede asegurar.

Pero sin duda un pueblo aguerrido, sin más armas que

la creatividad, el ingenio y su propio cuerpo

enfrentando a las fuerzas policiales, por ocho horas, y al

final, quizás lo que nadie esperaba, la retirada de los

elementos de la PFP. Genaro García Luna, encargado

del operativo, aseguró que el propósito no era Radio

Universidad, sino abrir el paso en Avenida Universidad,

ello a pesar de que se publicaron tomas de video donde

intentan romper las cadenas y candados de C. U. Ese

día marcó un hito en la historia del movimiento, que

208

cada día desde el 14 de junio fue adquiriendo

características sui generis.

3.2.3 Resistencia pacífica

La resistencia del movimiento oaxaqueño en

2006 es posible agruparla en dos tipos: resistencia

pacífica y violenta. Por resistencia pacífica se trata de

exponer a aquella que se realiza, haciendo uso de los

derechos civiles y políticos, públicamente sin afectar a

terceros, exigiendo la garantía de hacer valer los

derechos humanos. Se entiende que no se trasgreden las

leyes establecidas y evitan enfrentamientos con otros

grupos. Entre éstas se puede mencionar el uso de

medios de comunicación para difundir sus ideas y

programas, las manifestaciones, mítines, plantones y

paros cívicos. El uso de las barricadas y los cierres, a

pesar de vulnerar los derechos de los no involucrados

también son considerados pacíficos por no recurrir

directamente a la violencia física y como medio de

defensa ante la violencia estatal.

209

Los medios de comunicación (cohetes de fiestas

religiosas, radio, internet, periódicos) fueron la

expresión más clara de la resistencia oaxaqueña.

Lograron romper el cerco mediático que los gobiernos

federal y estatal mantenían en torno al conflicto,

lograron rebasarlo y hacer uso de él en beneficio de su

movimiento. Ese ha sido el gran aporte del movimiento

oaxaqueño a la sociedad, hacer uso de las formas de

comunicación masiva, tradicionalmente en manos de

algunas empresas y que por un momento fueron usadas

para difundir los mensajes de la organización.

Si bien el uso de la radio no fue nuevo en este

conflicto (ya se había hecho uso de él en centro América

y en algunas comunidades de Oaxaca) sí lo fue de la

forma en que consiguieron hacerlo, tenerlo en su

posesión y transmitir de forma abierta y no clandestina

las consignas y mensajes que los locutores consideraron

necesario.

Tanto las megamarchas, como los cierres de

avenidas, bloqueos de oficinas gubernamentales y

210

mítines, actividades públicas en su totalidad fueron

formas de resistencia. Modalidades garantizadas por la

constitución general de la República, que hacen uso de

los derechos establecidos y que si bien impiden algunos

de los derechos como el libre tránsito no son formas

violentas de manifestación; servían para mostrar el

apoyo social con que contaba el movimiento

Las barricadas surgen como una necesidad de

defensa ante los ataques de las “caravanas de la muerte”

y se convirtieron, como se mencionó anteriormente, en

un elemento de organización. Las barricadas fueron una

forma pacífica de manifestarse y protegerse. En estas se

gestaron nuevos colectivos y asambleas barriales. Las

cuales llegaron a tener representación en el Consejo

Estatal de la APPO. Fueron el elemento esencial de las

formas de resistencia que tuvieron que enfrentar el

ingreso de la PFP y los eventos del 2 y el 25 de

noviembre de 2006.

211

3.2.4 Resistencia violenta

Aquí se tratan de agrupar los hechos que

tuvieron que ver directamente con la violencia física. A

un grupo de estos hechos se propone llamarlos defensa

de posiciones por estar enmarcados en la defensa de,

primero, el plantón (14 de junio) y posteriormente, la

defensa de la ciudad ante la incursión de la PFP

(enfrentamientos para intentar mantener algunas

barricadas), la defensa de Radio Universidad (2 de

noviembre) y la muestra del repudio a la presencia de

las policías federales (25 de noviembre); se puede

agregar que fueron actos defensivos.

Durante los meses que duraron las barricadas

también ocurrieron algunos actos violentos por parte de

los miembros de la APPO. En entrevista, Benítez (2007)

comenta que realizaron solicitudes o expropiaciones de

algunos bienes particulares, como la comida de

Dominos Pizza, o las latas de pintura en aerosol en

ferreterías. Dichas acciones fueron consideradas, por

muchos habitantes, como actos vandálicos y que

212

violentaban a la población que no intervenía en el

conflicto (Ramírez, 2010).

4. Reflexión Final

Brevemente podemos llegar a conclusiones ya

expresadas ampliamente en las líneas anteriores. La

violencia no es lo mismo que la agresión, ni es parte de

la llamada naturaleza humana. Es el resultado de la

construcción de la cultura en las sociedades humanas.

Implica el uso de la racionalidad, por tanto el cálculo

costo beneficio y puede ser considerada como un acto

de poder. Esta violencia ha sido administrada por el

Estado quien pretende tener el monopolio legítimo, y es

a la vez el gestor de los intereses de clase, siendo

siempre primordiales los de la dominante. Por tanto, el

Estado es la institucionalización de la violencia, con

límites formales y de legitimidad. Cuando ambos se

rebasan, se estará hablando de terrorismo de estado.

Las clases menos privilegiadas han sido

abandonadas por el Estado Mexicano, dando como

213

resultado una serie de descontentos que, cuando

confluyen las circunstancias necesarias, pueden

desembocar en una rebelión abierta de diversas

magnitudes. Cuando la resistencia transcurre de ser

pasiva a activa se puede hablar de rebelión y

movimientos sociales que pueden ser actos pacíficos o

violentos, diferenciándose porque la primera tendría

una vida más breve, al ser reprimida o sus demandas

satisfechas se retirarían, mientras que el segundo

permanecerá y buscará nuevos cauces o nuevas

demandas.

La rebelión o los movimientos sociales

demandantes de soluciones a sus necesidades pueden

ser reprimidos violentamente, o de igual forma pueden

tener acciones violentas que intenten irrumpir el orden

establecido en un espacio y tiempo dado.

El uso de la violencia en la ciudad de Oaxaca ha

sido y es calculada, totalmente racional. Busca como fin

el mantener a un grupo en el poder. Los grupos que se

disputan el poder están concentrados dentro del Partido

214

Revolucionario Institucional (PRI). Las formas de

violencia usadas antes, durante y después del conflicto

de 2006 han sido de diversas formas como veremos en

los siguientes capítulos. El estado que posee la violencia

(no el monopolio, puesto que existen varios grupos

informales violentando a la población, ni legítimo,

principal causa del conflicto de 2006 y de movimientos

sociales) excede las facultades que le da la constitución,

busca mediante el asesinato, el encarcelamiento de

líderes y la represión desarticular la oposición que tiene.

La resistencia de diferentes grupos que ya era

abierta (Scott, 2000), pasó a concretarse en la Asamblea

Popular de los Pueblos de Oaxaca, como la expresión

más desinhibida de rebelión contra el Gobierno Estatal.

Es posible observar que lo que Tarrow denomina

rebelión y movimiento social comparten el espacio,

tiempo y lucha. Un sector de la población se subleva,

pero al llegar la represión se repliega, una gran parte

más ya agrupada anteriormente en organizaciones o

recién incorporada resiste y se conduce como

215

movimiento social, después de la represión se

mantienen como oposición y continúan desde diferentes

vías exigiendo la satisfacción de sus demandas.

Es posible partir de esta concepción de estado

para analizar la situación que se vive en el Estado de

Oaxaca, como la forma en que la violencia institucional

o monopolio de la violencia, es superado por el

terrorismo con que se mantuvo en el poder Ulises Ruiz.

De igual manera es plausible tratar de aplicar la teoría

de los movimientos sociales para describir y tratar de

comprender lo que es la APPO como grupo

contestatario y agente de cambio social en la entidad.

Ambos sujetos sociales, Estado y APPO, no son

comprensibles por sí mismos. Es necesario analizar las

relaciones entre ellos, tanto las negociaciones como los

actos de violencia en que incurren los dos. Para ello es

imprescindible entender las formas en que actúan

transgrediendo cada uno los parámetros establecidos

formal e informalmente por la sociedad oaxaqueña. Es

decir, diversas acciones de la APPO resultaban

216

transgresoras de las convenciones sociales de

determinados sectores de población, así como los actos

del ejecutivo local violentaban los derechos

constitucionales de la disidencia.

Nuevamente considerando que el Estado es la

personificación institucionalizada de la violencia, y que

cuenta con marcos legales y legítimos para ello,

tomando como punto de partida las facultades que la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,

la Constitución del Estado de Oaxaca y todas las leyes y

reglamentos secundarios, se puede pensar qué ocurrió

en ese estado en 2006. El Gobierno de Ulises Ruiz

excedió sus facultades en contra de los dirigentes,

cometió abusos de autoridad y permitió que sus

subalternos los cometieran. Mientras las autoridades

federales lo permitían y posteriormente legitimaron.

La violencia que se vivía previamente en el

Estado se recrudeció sobrepasando todo margen que

permitía la legitimidad anteriormente. Mediante el

encarcelamiento, tortura, asesinato y represiones

217

masivas el Gobernador pretendió causar miedo en la

sociedad en desacuerdo y con ello impedir acciones en

su contra. Logró después de varios meses conseguirlo

medianamente, la asistencia a las marchas y las

actividades diarias de los simpatizantes del movimiento

se vieron mermadas, el miedo se apropió de activistas,

pero no sólo en ellos, personas que no participaron

también temían por su seguridad. La represión del 25

de noviembre mostró que cualquier persona que se

encontrara en la vía pública podría sufrir las

consecuencias de la represión.

Muchas personas que participaron directa y

abiertamente en 2006 no se acercan al zócalo de la

ciudad ya que temen por su seguridad y no pueden

trabajar; temen represalias. A cuatro años del

movimiento siguen las detenciones y la fabricación de

pruebas. Esta era la finalidad de las acciones de Ulises

Ruiz, mermar el movimiento y apostarle a su desgaste,

logró mediante la violencia, el miedo y la aprobación

218

federal mantenerse en su puesto mientras continúa la

violencia en toda la entidad.

Anteriormente a 2006 ya existían algunos

frentes de organizaciones que en torno a la sección 22

del magisterio oaxaqueño, compartían espacios de lucha

contra las políticas locales y nacionales. Grupos como el

Frente Nacional Contra el Neoliberalismo y el Frente de

Organizaciones Sindicales y Sociales agrupaban a varias

organizaciones con la finalidad de protegerse de los

abusos y arbitrariedades del gobierno, así como

presentar conjuntamente sus demandas. Después del 14

de junio de 2006 a estos frentes su anexaron

organizaciones que se habían mantenido

independientes y otras más que se formaron durante

ese año, además de las personas que participaron sin

pertenecer a ninguna de ellas.

Las organizaciones que existían previamente, (y

que se revisarán más ampliamente), tienen las

características de movimientos sociales, al igual que

algunas de las que se formaron durante el conflicto de

219

2006, buscaron las formas de canalizar sus demandas

por diferentes medios y permanecer en la arena social, a

pesar de haber sido reprimidos.

Otras organizaciones aunque todavía existen ya

no se manifiestan públicamente y evitan provocar la

violencia en su contra. Han dejado sus demandas y se

reservan a participar de modo ocasional en actividades

conjuntas y masivas, igual ocurrió con muchas de las

personas que participaban de manera individual o en

pequeños grupos vecinales, los cuales temen

denominarse como miembros de la APPO. A estos

grupos es posible señalarlos como rebelión, sin dejar de

lado la importancia de su participación en 2006 y su

potencial organizativo en el futuro.

A partir de que se conformó la APPO como

frente de organizaciones en contra del Gobierno Estatal

e iniciaron las acciones conjuntas para lograr cambios

sustanciales, demostrándose abiertamente como

opositores y buscando las estrategias sociales y legales

llegando al punto de tomar en sus manos la ciudad

220

capital, el gobierno inició campañas en contra de todos

ellos, desde los medios de comunicación, hasta el uso de

armas de fuego y toda forma de violencia colectiva e

individual para tratar de limitar y aminorar el apoyo

social al movimiento.

Durante los meses que duró el conflicto usó los

recursos legales e ilegales que tenía a la mano para

conseguir terminar con la disidencia, no lo logró, pero sí

consiguió mantenerse en el poder y dejar miedo en la

sociedad, miedo a mostrarse abiertamente en su contra,

aunque no sucedió con todos, muchos de ellos se

mantienen en lucha y resistiendo a la violencia en su

contra.

Después de analizar brevemente los tres

elementos del movimiento es posible tratar de contestar

las cuestiones que se presentaron al inicio de este

trabajo. Después de conocer un poco más a fondo la

forma de organización y composición de la APPO es

claro que esa misma pluralidad generó diferencias y

disensos al interior de la Asamblea, pero al mismo

221

tiempo el sentimiento de unidad y una muestra de lo

que es posible hacer con disposición de las partes

involucradas.

Después de cuatro años, también se hace

observable el conjunto de intenciones de muchos de los

grupos que se integraron en el movimiento de 2006.

Quienes buscaban usarlo como un paso en la

consecución de fines políticos, movimientos políticos;

los que buscaban realizar una cambio sustancial en la

sociedad oaxaqueña, movimientos sociales; y los que se

integraron con motivo del agravio sufrido y en

solidaridad con el magisterio y demás organizaciones

para después volver a tratar de reconstruir su vida

cotidiana (rebelión).

Es necesaria una reforma de Estado que

implique la reestructuración de todos sus componentes,

la revisión del código electoral es imprescindible para

garantizar elecciones justas y competitivas, la

Constitución Política del Estado de Oaxaca también

debe garantizar el respeto de los derechos civiles,

222

políticos y sociales modificando las facultades de los

poderes ejecutivo y legislativo.

La necesidad de una ley de transparencia

acorde a la realidad oaxaqueña no se concreta y se

vuelve una necesidad urgente. Al mismo tiempo que el

hecho de administrar la justicia de la forma más

explícita se fragüe para castigar no sólo a los culpables

de los crímenes cometidos durante el conflicto de 2006,

sino todos los anteriores y posteriores que siguen

estando impunes.

A pesar de no ser el tema central de este trabajo,

pero que sí se toca ampliamente, es el caso de los

municipios gobernados por usos y costumbres, el cual

debe ser revisado a pesar de las críticas que esto trae

con los indigenistas. Es imprescindible que ese derecho

consuetudinario sea convertido en positivo, que se

tipifiquen los medios de elección de autoridades, puesto

que, como se vio son indefinidos y en la mayoría de las

ocasiones sirven a los grupos en el poder más que a las

comunidades mismas. No se quiere decir aquí que se

223

deban ajustar plenamente al derecho moderno, sino más

bien, partiendo de los derechos civiles, políticos y

sociales se creen marcos jurídicos que permitan hacer

uso de los derechos de todos.

Esta propuesta incluye también lo referente a

sanciones que se aplican en esas comunidades, puesto

que en la mayoría de estos municipios las mujeres son

víctimas de discriminación y carecen de todo tipo de

derechos. Es imprescindible que cada ciudadano y

ciudadana cuente con la garantía de que sus derechos

serán cumplidos, sólo así los agravios en contra de las

personas en desventaja social o económica se irán

aminorando.

La enseñanza de este conflicto es sin lugar a

dudas la muestra de lo que los ciudadanos deben hacer

frente a un Estado autoritario, desgastado, sin consenso

y en crisis. No es posible saber qué sucederá más

adelante. El movimiento de 2006 ayudó a ampliar la

crisis del sistema, a generar un clima de inconformidad

que desembocó en la perdida de la gubernatura y de

224

posiciones en el Congreso del Estado; esta puerta,

también llamada transición es una oportunidad para los

cambios. Desafortunadamente, no es posible prever el

sentido en que ocurrirán, ni si precisamente conducirán

a la entidad hacia una democracia.

Se decidió llamar a este apartado como Reflexión Final

y no reflexión porque no es posible concluir sobre un

tema que aún se encuentra abierto. Hasta el momento

de escribir estas cosas muchos de los tópicos tocados a

lo largo del trabajo están en desarrollo. Todavía se

busca esclarecer algunos temas y buscar mayores

evidencias para poder hacer un análisis a mayor

profundidad.

225

5. Anexos.

5.1 Acrónimos.

AFI- Agencia Federal de Investigaciones

PFP-Policía Federal Preventiva

APPO- Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca

AMZ-Alianza Magonista Zapatista

CCIODH-Comisión Civil Internacional de observación

de Derechos Humanos

CIDH-Comisión Interamericana de Derechos

Humanos

CIPO- Consejo Indígena Popular Oaxaqueño

CIPO-RFM

CNTE-Coordinadora Nacional de Trabajadores de la

Educación

226

COCEI-Coalición Obrero Campesino Estudiantil del

Istmo

CODECI-Comité de Defensa Ciudadana

CODEDI-Comité por la Defensa de los Derechos

Indígenas Xanica

CODEM-Comité de Defensa de los Derechos de la

Mujer

CODEP-Comité de Defensa de los Derechos del

Pueblo

COMAO-Convergencia del Magisterio Oaxaqueño

COMO- Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas 1ro de

Agosto

COMPA-Coordinadora Oaxaqueña Magonista

Popular Antineoliberal

COSIC-Coalición de Organizaciones Sociales

Independientes de la Cuenca

227

EPR- Ejército Popular Revolucionario

FPR- Frente Popular Revolucionario

FSODO-Frente de Sindicatos y Organizaciones

Democráticas de Oaxaca

FUDI-Frente Único en Defensa Indígena

IEEPO-Instituto Estatal de la Educación Pública de

Oaxaca

MMO-Movimiento Magisterial Oaxaqueño

MRM-Movimiento Revolucionario del Magisterio

MSM-Movimiento Social Magonista

MULT-Movimiento Unificado de Lucha Triqui

MULT-I-Movimiento Unificado de Lucha Triqui-

Independiente

OIDHO-Organizaciones Indias por los Derechos

Humanos en Oaxaca

228

OIR-lm-Organización de Izquierda Revolucionaria-

línea de masas

ORTE-Organización Revolucionaria de los

Trabajadores de la Educación

PODER-M CODEP- Promotora de la Organización

Democrática Revolucionaria del Magisterio

del CODEP

PRAXIS-COCEI-Coalición Obrero Campesino

Estudiantil del Istmo

SOCAMA-OAX-Solidaridad Campesina-Magisterial

SNTE-Sindicato Nacional de trabajadores de la

Educación

UABJO-Universidad Autónoma Benito Juárez de

Oaxaca

UBISORT-Unidad de Bienestar Social de la Región

triqui

229

UCIZONI-Unión de Comunidades Indígenas de la

Zona Norte del Istmo

UTE-Unión Nacional de Trabajadores

VOCAL- Voces Oaxaqueñas Construyendo

Autonomía y Libertad

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Barreda, Yolanda (2009), charlas por Leonardo

Herrera realizadas el 18 de septiembre y el 20

de diciembre en la Cd. de Oaxaca. Es

trabajadora en la Secretaría de Pesca del

253

Estado, opositora al movimiento y al gobierno

estatal.

Benítez, Alejandro (2006), entrevista realizada por

Leonardo Herrera Mejía el 15 de Diciembre de

2006 en la Cd. de Puebla. Locutor durante la

toma de Radio Universidad, y estudiante de la

Facultad de Derecho de la UABJO.

------ (2007), charla realizada en abril. Estudiante de la

Facultad de Derecho de la UABJO y locutor de

Radio Universidad. En el marco del Tercer Foro

Internacional de Derechos Humanos en

Oaxaca, realizado en el ICSYH”AVP”-BUAP

Elo (2009), entrevista realizada por Leonardo Herrera

el 9 de septiembre en el zócalo de la Ciudad

de Oaxaca, y una charla un mes después

durante una comida. Es activista de la

Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas.

García, Pedro (2009), entrevista realizada por

Leonardo Herrera y Julio Broca el 6 de

254

septiembre. Fue estudiante de la Facultad de

Derecho de la UABJO en 2006 y miembro del

Frente Popular Revolucionario (FPR),

secuestrado tres ocasiones y encarcelado una

de ellas.

Guzmán, Mario (2009), entrevista realizada por

Leonardo Herrera y Julio Broca el 5 de

septiembre. Artista Gráfico, miembro del FPR

y dirigente de la Asociación de Artistas

Revolucionarios Oaxaqueños (ASARO).

López, Cástulo (2009), entrevista realizada el 20 de

Diciembre, en el edificio de su organización.

Estudiante de la Facultad de Derecho de la

UABJO y miembro activo de Comité de

Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEP.

López, Florentino (2009b), Entre vista realizada por

Leonardo Herrera y Julio Broca el 4 de

septiembre. Es delegado estatal del Frente

255

Popular Revolucionario, ex concejal y vocero

de la APPO.

López Sarzoza, Juan Manuel, (2007), entrevista

realizada por Leonardo Herrera en agosto. Es

miembro de Comité de Defensa de los

Derechos del Pueblo CODDEP, secretario

general de la Central Independiente de

Obreros Agrícolas y Campesinos, y miembro

del MONAE Oaxaca, entrevista realizada

durante su exilio.

Olivera, Omar (2009), entrevista realizada por

Leonardo Herrera y Julio Broca el 8 de

septiembre en las instalaciones de Radio

Plantón, donde es locutor desde 2005. Es

profesor adscrito a la sección 22 del magisterio.

Pereda, Benito (2006), estudiante de la Facultad de

Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad

Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, preso

político del movimiento, entrevista realizada

256

los días 28 de noviembre de 2006, 25 y 26 de

mayo de 2006 en la Ciudad de Puebla, 12 y 13

de abril de 2007 en Oaxaca y el 25 de febrero

de 2007 en la Ciudad de México.

Secretaria de Alianza y Gestoría (AyG) (2009),

Entrevista realizada por Leonardo Herrera el 7

de septiembre de 2009. En anonimato a

funcionario de ésta oficina en el edificio de la

sección 22 del magisterio.

Sosa, Flavio (2009) entrevista realizada Leonardo

Herrera y Julio Broca el 4 de septiembre en la

Casa del Movimiento, en la Cd. de Oaxaca,

representante del grupo Nueva Izquierda

Oaxaqueña (ya no existe) por lo que fue

concejal, vocero y uno de los líderes más

visibles de la APPO en 2006, actualmente ha

renunciado a la APPO y es diputado local.

Trujillo, René (2007), Charla con el autor realizada en

la Cd. de Puebla en noviembre de 2007. René

257

era estudiante de la Facultad de Derecho en la

UABJO. Fue locutor durante la toma de Radio

Universidad secuestrado, torturado y

entregado a la PGR con cargos de asalto con

violencia.

Venegas, David (2008) entrevista realizada por el

autor el 16 de octubre de 2008. Fue miembro

de la Barricada de Brenamiel y Cinco señores,

de donde fue representante y concejal de la

APPO, fue detenido por tráfico de drogas,

encarcelado 11 meses y puesto en libertad por

ausencia de pruebas, actualmente es miembro

de VOCAL.

------ (2009), entrevista realizada por Leonardo Herrera

y Julio Broca el 13 de septiembre en la casa de

VOCAL.

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