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:: portada :: Opinión :: 28-03-2015 A propósito de un trabajo de Álvaro García Linera sobre "Estado, democracia y socialismo" Alejandro Teitelbaum Rebelión I . Hace unos días recibimos la conferencia de Alvaro García Linera ESTADO, DEMOCRACIA Y SOCIALISMO http://rebelion.org/noticia.php?id=195607 pronunciada en la Sorbona de Paris en enero de 2015 en un coloquio de homenaje a Nicos Poulantzas. Comienza diciendo que se va a detener en dos conceptos claves del marxismo poulantziano: el Estado como relación social y la vía democrática al socialismo. AGL, para situarse en el tema, comienza refiriéndose al teorema de Godel ("Estado y principio de incompletitud gödeliana"). Quizás AGL no leyó "Imposturas intelectuales" (edición Odile Jacob en francés 1997 y en castellano Paidos 1998) en el que sus autores Alan Sokal (matemático) y Jean Bricmont (físico) se dedicaron a poner al desnudo la tendencia de no pocos pensadores "posmodernos" a apoyarse arbitrariamente en fórmulas y principios matemáticos para dar una impresión de rigor a sus teorías filosóficas y sociales. En el Capítulo 10 del libro (Algunos abusos del teorema de Gódel y de la teoría de conjuntos) los autores comienzan citando a Regis Debray (ese francés que habla demasiado, como lo definía Ernesto Guevara): "Desde el día en que Gódel demostró que no existe una prueba de la consistencia de la aritmética de Peano formalizable en el marco de esta teoría (1931), los politólogos pudieron, por fin, comprender por qué había que momificar a Lenin y exhibirlo a los camaradas «accidentales» en un mausoleo, en el Centro de la Comunidad Nacional" A renglón seguido Sokal y Bricmont escriben: El teorema de Gódel es una fuente casi inagotable de abusos intelectuales. Ya hemos encontrado ejemplos de ello en Kristeva y Virilio, y se podría escribir todo un libro sobre el tema. En este capítulo daremos algunos ejemplos realmente extraordinarios, en los que el teorema de Gódel y otros conceptos tomados de los fundamentos de las matemáticas se extrapolan con absoluta arbitrariedad para aplicarlos al ámbito político y social. El crítico social Régis Debray dedica un capítulo de su obra teórica Critique de la raison politique (1981) a explicar que «la demencia colectiva encuentra su razón última de ser en un axioma lógico que carece en sí mismo de fundamento: la «incompletitud»} page 1 / 24

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  • :: portada :: Opinin ::

    28-03-2015

    A propsito de un trabajo de lvaro Garca Linera sobre "Estado,democracia y socialismo"Alejandro TeitelbaumRebelin

    I . Hace unos das recibimos la conferencia de Alvaro Garca Linera ESTADO, DEMOCRACIA YSOCIALISMO http://rebelion.org/noticia.php?id=195607 pronunciada en la Sorbona de Paris enenero de 2015 en un coloquio de homenaje a Nicos Poulantzas.

    Comienza diciendo que se va a detener en dos conceptos claves del marxismo poulantziano: elEstado como relacin social y la va democrtica al socialismo.

    AGL, para situarse en el tema, comienza refirindose al teorema de Godel ("Estado y principio deincompletitud gdeliana").

    Quizs AGL no ley "Imposturas intelectuales" (edicin Odile Jacob en francs 1997 y en castellanoPaidos 1998) en el que sus autores Alan Sokal (matemtico) y Jean Bricmont (fsico) se dedicaron aponer al desnudo la tendencia de no pocos pensadores "posmodernos" a apoyarse arbitrariamenteen frmulas y principios matemticos para dar una impresin de rigor a sus teoras filosficas ysociales. En el Captulo 10 del libro (Algunos abusos del teorema de Gdel y de la teora deconjuntos) los autores comienzan citando a Regis Debray (ese francs que habla demasiado, comolo defina Ernesto Guevara):

    "Desde el da en que Gdel demostr que no existe una prueba de la consistencia de la aritmticade Peano formalizable en el marco de esta teora (1931), los politlogos pudieron, por fin,comprender por qu haba que momificar a Lenin y exhibirlo a los camaradas accidentales en unmausoleo, en el Centro de la Comunidad Nacional"

    A rengln seguido Sokal y Bricmont escriben:

    El teorema de Gdel es una fuente casi inagotable de abusos intelectuales. Ya hemos encontradoejemplos de ello en Kristeva y Virilio, y se podra escribir todo un libro sobre el tema. En estecaptulo daremos algunos ejemplos realmente extraordinarios, en los que el teorema de Gdel yotros conceptos tomados de los fundamentos de las matemticas se extrapolan con absolutaarbitrariedad para aplicarlos al mbito poltico y social. El crtico social Rgis Debray dedica uncaptulo de su obra terica Critique de la raison politique (1981) a explicar que la demenciacolectiva encuentra su razn ltima de ser en un axioma lgico que carece en s mismo defundamento: la incompletitud}

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  • Agregan Bricmont y Sokal: Este axioma, llamado tambin tesis o teorema, se presenta deforma ms bien grandilocuente...

    Y afirman: "Simplemente, no hay relacin alguna entre ese teorema y la organizacin social". (pg.175 ed. en castellano y 159 ed. en francs).

    AGL escribe: "Cierto marxismo de ctedra sostena que los sectores populares vivanperpetuamente engaados por el efecto de la "ilusin ideolgica" organizada por las clasesdominantes, o que el peso de la tradicin de la dominacin era tan fuerte en los cuerpos de lasclases populares, que ellas solo podan reproducir voluntaria e inconscientemente su dominacin.Definitivamente esto no es cierto. Pensar lo primero deriva inevitablemente en la suposicin de quelas clases populares son tontas a lo largo de toda su vida e historia; entonces, casi por definicin, loque constituye al menos una forma de biologizar la dominacin, clausura cualquier posibilidad deemancipacin. Por otra parte, la tradicin tampoco es omnipresente, pues de serlo, las nuevasgeneraciones solamente deberan replicar lo hecho por las anteriores, y por consiguiente la historiasera una perpetua repeticin del inicio de la historia".

    No sabemos si el "marxismo de ctedra" a que se refiere AGL es el que expuso Marx mismo.

    En todo caso Marx no pens que de la persistencia y reproduccin de la hegemona ideolgica delas clases dominantes haba que deducir que las clases populares son "tontas", que la dominacintermina por "biologizarse" y, en consecuencia, "quedara clausurada cualquier posibilidad deemancipacin".

    No ser el teorema de Gdel que nos ayudar a encontrar una respuesta al problema de saber enque consiste y qu significa la hegemona ideolgica de las clases dominantes y cuales son loscaminos de su superacin emancipatoria por parte de las clases subalternas.

    Ms bien nos ayudar el empleo del mtodo materialista histrico y dialctico, inicialmenteformulado por Marx , basndose siempre en el anlisis riguroso de los hechos.

    Marx, escribi en la Ideologa alemana: Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantesen cada poca; o, dicho en otros trminos, la clase que ejerce el poder material dominanteen la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a sudisposicin los medios para la produccin material dispone con ello, al mismo tiempo, de los mediospara la produccin espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por trmino medio,las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideasdominantes no son otra cosa que la expresin ideal de las relaciones materiales dominantes, las

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  • mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones quehacen de una determinada clase la clase dominante, o sea, las ideas de su dominacin. Losindividuos que forman la clase dominante tienen tambin, entre otras cosas, la conciencia de ello ypiensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo elmbito de una poca histrica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensin, y, portanto, entre otras cosas, tambin como pensadores, como productores de ideas, que regulan laproduccin y distribucin de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean; por ello mismo, las ideasdominantes de la poca. Por ejemplo, en una poca y en un pas en que se disputan el poder lacorona, la aristocracia y la burguesa, en que, por tanto, se halla dividida la dominacin, se imponecomo idea dominante la doctrina de la divisin de poderes, proclamada ahora como ley eterna.

    Y en la primera pgina del Prlogo a la Introduccin a la Crtica de la economa poltica, (1859)escribi Marx:

    ..."El resultado general al que llegu y que una vez obtenido sirvi de hilo conductor a mis estudiospuede resumirse as: en la produccin social de su vida los hombres establecen determinadasrelaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de produccin que correspondena una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estasrelaciones de produccin forma la estructura econmica de la sociedad, la base real sobre la que selevanta la superestructura jurdica y poltica y a la que corresponden determinadas formas deconciencia social. El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la vida socialpoltica y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por elcontrario, el ser social es lo que determina su conciencia" .

    Explicacin sta que no se puede interpretar con el esquema simplista de que la conciencia de unindividuo refleja automticamente su condicin de trabajador o de burgus. Porque el "ser social" aque se refiere Marx incluye, entre otras cosas, el papel dominante que desempea la ideologa y lacultura del sistema capitalista en la conciencia de los seres humanos.

    Los hechos no se perciben con la mente en blanco, sin ideas previas. La percepcin de la realidadest condicionada en todos los seres humanos por conceptos anteriores, por categoras inscritas enla mente por la educacin que se ha recibido, por el medio ideolgico y sociocultural dominante enque se vive, etc.

    U n trabajador manual o intelectual, por el slo hecho de serlo, no siempre tiene conciencia de quees un explotado y que debe luchar por abolir la explotacin.

    E inversamente ese automatismo tampoco funciona cuando un individuo o grupo, cualquiera seasu clase social, alcanza a superar la conciencia espontnea que le impone la ideologa y la culturacapitalista hegemnicas y logra tomar conciencia de las contradicciones inherentes al sistemacapitalista y de su nefasta esencia explotadora, no slo de los seres humanos sino del hbitatnatural de stos.

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  • La ideologa y la cultura del sistema capitalista forjan y mantienen su hegemona mediante lo queGramsci, siguiendo a Hegel y a Marx, denomin la "sociedad civil": el gran capital, los medios decomunicacin controlados por aqul, la parte de la intelectualidad y de las diferentesorganizaciones sociales al servicio del sistema dominante, funcionando junto al Estado pero fuerade l como aparatos de dominacin econmica, hegemona ideolgica y control social. Hegel aveces la denominaba sociedad civil y otras, ms claramente, sociedad burguesa (brgerlicheGessellschaft).

    II. La ideologa y la cultura dominantes

    Los medios de comunicacin de masa o medios masivos de intoxicacin mental, a los que nosreferiremos ms abajo, son el instrumento visible destinado a mantener y consolidar la hegemonade la ideologa y la cultura del sistema capitalista y formidables vectores para la neutralizacin delespritu crtico, la domesticacin y la degradacin intelectual, tica y esttica del ser humano.

    Son la plataforma privilegiada de periodistas obsecuentes, politlogos, socilogos, economistas,filsofos mediticos y otros "formadores de opinin" justificadores del sistema y del TINA("There Is No Alternative"). En resumen, ilustres representantes de la "estupidezprestigiosa", como deca John Kenneth Galbraith.

    Como hay que guardar las apariencias, muy de tanto en tanto y muy brevemente se da acceso adichos medios a personas intelectualmente respetables. Una gota de racionalidad en un ocano demediocridad.

    Dicha hegemona ideolgico-cultural tambin se mantiene y consolida de una manera ms sutil ymenos visible a travs de todas las actividades humanas, sociales, culturales, ideolgicas e inclusocientficas, "formateando" la conciencia de la gran mayora de los seres humanos.

    En los medios culturales, ideolgicos, polticos y cientficos, se produce una especie de seleccin ojerarquizacin -entre espontnea y provocada- del prestigio o renombre de determinadas personas,donde ocupan casi siempre los primeros puestos los que (dicho de manera muy esquemtica)tienen en comn algunas de las siguientes ideas: no cuestionar la propiedad privada de los mediosde produccin y de cambio; atribuir a l mercado capitalista la cualidad de inherente a la sociedadhumana ; no cuestionar el sistema poltico-social elitista existente (la llamada "democraciaoccidental" o "democracia representativa") y el rechazo (expreso o no) del materialismo histrico ydialctico como mtodo de investigacin en las ciencias sociales y en las ciencias llamadas "duras".

    La razn del rechazo del materialismo dialctico en el estudio de la economa y otras cienciassociales es evidente: no querer admitir que el capitalismo y el mercado no son eternos y son slouna etapa en la historia de la humanidad.

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  • Pero ah no se terminan los crculos de "pensadores" que son funcionales a la ideologa de lasclases dominantes, el que se completa con figuras mediticas que critican los actuales efectosdevastadores de la economa de mercado, o se declaran altermundialistas, o en lucha contra lapobreza, contra el "Imperio", o proponen- bizarramente- cambiar el mundo sin tomar el poder.

    Su papel - asumido o no deliberadamente - consiste en distraer con teoras socio-polticas ms amenos fantasistas a quienes estn sinceramente indignados, protestan, se organizan y luchancontra las profundas injusticias sociales existentes e impedirles as tomar de conciencia sobre laverdadera naturaleza del capitalismo, que los lleve a comprender que para terminar con esasinjusticias no hay otro camino que quitarle el poder a las elites dominantes y establecer un poderrealmente democrtico y popular que tenga por objetivo la abolicin del capitalismo.

    El resultado es la falta de un anlisis riguroso de las bases materiales y de las dinmicas ytendencias de los procesos poltico-sociales, incluida la relacin de fuerzas de las clases enpresencia.

    Todo ello tambin contribuye a que casi no exista una respuesta argumentada y coherente aldiscurso neocolonialista, racista y xenfobo de la extrema derecha, que pretende "explicar" losgraves problemas socioeconmicos (desocupacin, etc.) y a que dicho discurso encuentre unaaudiencia cada vez mayor en las clases populares como se puede verificar en los resultadoselectorales de varios pases. Aunque las mayoras electorales (las mayoras de los que votan,porque la abstencin electoral no cesa de crecer) generalmente optan entre la sartn y el fuego (laderecha tradicional o la socialdemocracia).

    Esa ideologa y cultura dominantes funcionan como una pantalla que opaca y deforma lapercepcin de la realidad de la gran mayora de la gente y dan contenido a su concienciaespontnea.

    III. Las bases materiales de la expansin de la ideologa capitalista hegemnica

    1. En el mbito de la produccin

    El taylorismo u "organizacin cientfica del trabajo" y su aplicacin en la prctica, el fordismo, (queilustr tan bien Charles Chaplin en Tiempos Modernos) se bas en la idea de hacer del trabajadorun mecanismo ms en la cadena de montaje: el obrero, en lugar de desplazarse para realizar sutarea se queda en su sitio y la tarea llega a l en la cadena de montaje. La velocidad de sta ltimale impone inexorablemente al trabajador el ritmo de trabajo.

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  • El primero en aplicarlo en la prctica fue Henry Ford, a principios del siglo XX, para la fabricacindel famoso Ford T. Este trabajo embrutecedor agotaba a los obreros, muchos de los cuales optabanpor dejarlo. Ante una tasa de rotacin del personal sumamente elevada Ford encontr la solucin:aumentar verticalmente los salarios a 5 dlares por da, cosa que pudo hacer sin disminuir losbeneficios dado el enorme aumento de la productividad y el pronunciado descenso del costo deproduccin que result de la introduccin del trabajo en cadena. Los nuevos salarios en las fbricasde Ford permitieron a sus trabajadores convertirse en consumidores, inclusive de los autosfabricados por ellos.

    Los trabajadores, que no se sentan para nada interesados por un trabajo repetitivo que no dejabalugar a iniciativa alguna de su parte, recuperaban fuera del trabajo su condicin humana (o creanrecuperarla) como consumidores, gracias a los salarios relativamente altos que perciban.

    Esta situacin se generaliz en los pases ms industrializados sobre todo despus de la SegundaGuerra Mundial y de manera muy circunscripta y temporaria en algunos pases perifricos. Es loque se llam "el Estado de bienestar".

    Lars Svendsen escribe: [los trabajadores] "...terminaron por aceptar la relacin salarial y la divisindel trabajo resultante. Contrariamente a lo que esperaba el marxismo revolucionario, dejaron decuestionar el paradigma capitalista, contentndose con la ambicin ms modesta de mejorar sucondicin en el interior del sistema. Eso significaba tambin que su esperanza de libertad y derealizacin personal radicaba en su papel de consumidores. Su objetivo principal pasaba a ser elaumento de sus salarios para poder consumir ms" [1].

    El Estado de bienestar se termin ms o menos abruptamente con la cada de la tasa de gananciacapitalista y la consiguiente cada de los salarios reales.

    Para dar un nuevo impulso a la economa capitalista y revertir la tendencia decreciente de la tasade beneficios, comenz a generalizarse la aplicacin de la nueva tecnologa (robtica, electrnica,informtica) a la industria y a los servicios [2].

    La introduccin de las nuevas tecnologas requera otra forma de participacin de los trabajadoresen la produccin, que ya no poda reducirse a la de meros autmatas. Haba quemodificar-perfeccionar el sistema de explotacin, pues las nuevas tcnicas, entre ellas lainformtica, requeran distintos niveles de formacin y de conocimientos, lo que condujo a quecomenzaran a difuminarse las fronteras entre el trabajo manual e intelectual.

    Esas nuevas tecnologas extendieron el mbito de la hegemona ideolgica y cultural de las clasesdominantes sobre las clases laboriosas, pues hicieron necesaria otra forma de participacin de lostrabajadores en la produccin, que ya no poda reducirse a la de meros autmatas, propia del

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  • fordismo. Haba que modificar-perfeccionar el sistema de explotacin, pues las nuevas tcnicas,entre ellas la informtica, exigan distintos niveles de formacin y de conocimientos, lo que condujoa que comenzaran a difuminarse las fronteras entre el trabajo manual e intelectual.

    Es as como naci el "management" en sus distintas variantes, todas tendentes esencialmente aque los asalariados se sientan partcipes -junto con los patrones- en un esfuerzo comn para elbienestar de todos.

    Esto no implica la desaparicin del fordismo, que sigue vigente para las tareas que no requierencalificacin y subsiste en lo esencial en la nueva concepcin de la empresa: el control del personal -una de las piedras angulares de la explotacin capitalista- que se realiza fsicamente en la cadenafordista de produccin, contina -acentuado- en la era postfordista por otros medios. "Gracias a lastecnologas informticas -escribe Lars Svendsen- la direccin puede vigilar lo que sus empleadoshacen en el curso de la jornada y cual es su rendimiento" ( Lars Svendsen, pg. 140).

    El nuevo "management" apunta a la psicologa del personal. Los directores de personal (oDirectores de Recursos Humanos) peroran acerca de la "creatividad" y del "espritu de equipo", dela "realizacin personal por el trabajo", de que el trabajo puede -y debe - resultar entretenido,("work is fun") etc. y se publican manuales sobre los mismos temas. Hasta se contratan"funsultants" o "funcilitators" para que introduzcan en la mente de los trabajadores la idea de queel trabajo es entretenido, de que es como un juego ("gamification" -del ingls "game"- del trabajo).

    Si se les pregunta a los asalariados si estn satisfechos en su trabajo muchos respondern que s,que si no trabajaran su vida carecera de sentido. Y esto vale incluso para quienes realizan lastareas ms simples.

    Pero lo cierto es que slo una nfima minora, que se puede considerar privilegiada- realiza suvocacin en el trabajo. Porque lo que dice el artculo 1 del Convenio 122 de la OIT de 1964 sobre elempleo libremente elegido es algo que est fuera del alcance de la inmensa mayora de lostrabajadores.

    En la cadena fordista la empresa se apodera del cuerpo del trabajador, con el nuevo"management" se apodera de su espritu. Escribe Svendsen: "Las motivaciones y los objetivos delempleado y de la organizacin se presume que estn en perfecta armona: El nuevo "management"penetra el alma de cada empleado. En lugar de imponerle una disciplina desde el exterior, lomotiva desde el interior".

    Hans Magnus Enzensberger, poeta y ensayista alemn, escribi en el decenio de 1960: Laexplotacin material debe esconderse tras la explotacin no material y obtener por nuevos mediosel consenso de los individuos. La acumulacin del poder poltico sirve como pantalla de la

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  • acumulacin de las riquezas. Ya no slo se apodera de la capacidad de trabajo, sino de la capacidadde juzgar y de pronunciarse. No se suprime la explotacin, sino la conciencia de la misma (HansMagnus Enzensberger, Culture ou mise en condition ? Collection 10/18, Paris 1973, pgs. 18-19).

    Algunos -entre ellos el ya citado Svendsen- objetan a Marx el haber pronosticado que con elprogreso tecnolgico y el aumento de la productividad el capitalismo cavara su propia tumba, puesal reemplazar a los trabajadores con mquinas, los primeros dejaran de ser asalariados y, carentesde dinero, cesaran de ser consumidores. Pero la cuestin no es tan simple.

    En primer lugar es un hecho indiscutible que con el progreso tecnolgico aplicado a la produccin yel consiguiente aumento de la productividad, disminuye la necesidad de trabajo humano -enparticular de trabajo manual- en la produccin, Con menos asalariados, habra menos consumidoresy el capitalismo estara cavando su propia tumba.

    La contradiccin entre el aumento de la productividad y el estrechamiento del mercadoconsumidor en el largo plazo es inherente al sistema capitalista porque entre la produccin y elconsumo se interpone la apropiacin de la plusvala por parte de los propietarios de losinstrumentos y medios de produccin y de cambio. No obstante el aumento de la productividad, lajornada de trabajo no disminuye, los salarios reales estn congelados o aumentan muyligeramente, pues una tasa importante de desocupacin permite hacer presin para rebajar lossalarios de los trabajadores ocupados, etc.

    La mayor parte del beneficio resultante del aumento de la productividad engrosa la rentacapitalista y una mnima parte se incorpora al salario, aunque no siempre. Es as como unaconstante del sistema capitalista es la profundizacin de la desigualdad en la distribucin delproducto.

    Y del mismo modo -y aqu volvemos al tema de las bases materiales de la hegemona ideolgica ycultural de las clases dominantes- el tiempo social liberado por el aumento de la productividad sedistribuye desigualmente: el tiempo que dedican al trabajo los asalariados no disminuye, niaproximadamente, en la misma proporcin en que aumenta la productividad.

    Con el "management" se procura que el trabajador de "cuello blanco", que es -o tiende a ser-mayoritario en las pases ms industrializados, centre su vida como persona en el seno de laempresa y llene su tiempo "libre" fuera de ella -orientado por la moda y la publicidad- comoconsumidor de productos necesarios o superfluos, creados estos ltimos para responder a lanecesidad de la reproduccin ampliada del capital y tambin como consumidor de distinto tipo deentretenimientos alienantes, como espectador de deportes mercantilizados, de series televisivas,como adicto a juegos electrnicos (verdadero flagelo contemporneo), etc., en la medida que se lopermiten sus ingresos reales y los crditos que pueda obtener (y que, en tiempos de crisis nopuede rembolsar).

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  • Dicho de otra manera, el sistema capitalista en su estado actual trata de superar suscontradicciones insolubles inherentes a la apropiacin por los propietarios de los medios deproduccin de buena parte del trabajo humano social (plusvala) apoderndose de la mayor partedel creciente tiempo libre social (distribucin desigual del tiempo libre social ganado con elaumento de la productividad) para "poner plustrabajo", como escribe Marx en los " Elementosfundamentales para la crtica de la economa poltica" (Grundrisse) y apoderndose tambin delescaso tiempo libre particular que les queda a quienes trabajan, mercantilizndolo como objeto deconsumo y de ejercicio de su dominio ideolgico y cultural.

    De modo que puede decirse que la esclavitud asalariada propia del capitalismo, que estuvolimitada slo a la jornada laboral y a una parte del "tiempo libre", ahora se extiende a TODO ELTIEMPO de la vida de los asalariados. Y as se ha ampliado tambin el mbito, el tiempo y lasformas en que las clases dominantes ejercen su hegemona ideolgica y cultural.

    2. Este sistema de dominacin tiene tambin una base material en el control oligoplico de lainformacin.

    La gente, para informarse ms all de su entorno inmediato a fin de conocer lo que ocurre en elmundo, tiene que recurrir a los proveedores de informacin, es decir a los medios de comunicacin.

    En la transmisin de la informacin a travs de los medios de comunicacin existen por lo menosdos niveles de subjetividad. El primero consiste en la seleccin y jerarquizacin de la informacin:el comunicador decide primero qu hechos son noticias y deben comunicarse y luego cules sonimportantes y cules no, es decir, el lugar o el tiempo que se le atribuye a cada noticia en el mediode comunicacin. El segundo nivel de subjetividad es la intepretacin de cada noticia: elcomunicador impregna al hecho con su versin del mismo. De modo que el derecho a estarinformado est mediatizado por la subjetividad (o ms concretamente por la ideologa) delcomunicador. Pero adems, por regla general, el comunicador est subordinado a los intereses dequienes tienen el control econmico y/o poltico directo o indirecto del medio de comunicacin.

    La propiedad de los medios de comunicacin est sometida desde hace tiempo a un proceso deconcentracin que se ha acentuado en los ltimos decenios.

    Con el desarrollo de las tecnologas de la comunicacin se han formado grandes conglomeradostransnacionales que abarcan la produccin y utilizacin de los soportes materiales: editoriales,peridicos, radiodifusoras, filmes, emisoras de televisin, vdeos, satlites, medios electrnicos,etc., que dominan tambin las redes de comercializacin y difusin.

    Es cierto que en la mayora de los pases todo ciudadano o grupo de ciudadanos tienetericamente derecho a crear un medio de informacin. Pero si tal medio llega a existir su alcance

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  • es limitado y finalmente desaparece o es absorbido por los grandes oligopolios. De todos modos nopueden competir con los consorcios transnacionales, que llegan con sus productos (informativos yotros) a centenares de millones de personas y que son los verdaderos formadores (ms biendeformadores) de la opinin pblica.

    Actualmente la concentracin oligoplica de los medios de comunicacin de masas (incluida lacomunicacin electrnica) y de los productos de entretenimiento de masas (series televisivas,msica popular, parques de diversiones, juegos de vdeo, filmes, etc.) est en su apogeo. Grandesempresas, tienen el control mundial casi total de esos productos, quienes dictan a los sereshumanos cmo deben pensar, qu deben consumir, cmo deben utilizar su tiempo libre, culesdeben ser sus aspiraciones, etc. Uniformizan a escala planetaria los reflejos y comportamientos delser humano, anestesiando en las personas el espritu crtico y destruyendo la originalidad y riquezade la cultura de cada pueblo. Son los vectores de la ideologa del sistema dominante, que filtran lainformacin y que tien la informacin ya filtrada de esa misma ideologa y en funcin de susintereses particulares.

    Esas sociedades transnacionales se ocupan al mismo tiempo de las actividades ms diversas,desde la fabricacin de equipos electrnicos para uso militar hasta el tratamiento y distribucin delagua potable y la recoleccin de residuos.

    Es decir que de la comunidad de intereses existente entre los grandes medios de comunicacin demasa y el gran capital a travs del capital financiero y de los presupuestos publicitarios, se hapasado a una comunidad concreta de intereses a travs de la fusin de conglomerados industrialesde diversa naturaleza que incluyen medios de comunicacin de masas.

    Es bastante comn que tales conglomerados meditico-industriales incluyan la industria militar.

    La contracara del oligopolio privado de los medios de comunicacin, igualmente nefasta para elderecho a la informacin y la libertad de comunicacin, es el monopolio o cuasi monopolio estatal yburocrtico de dichos medios.

    El ejercicio pleno de los derechos a estar informado verazmente, a opinar y a participar en la tomade decisiones requiere una pluralidad de fuentes, una pluralidad de medios de informacin y sugestin democrtica y transparente, requisitos bsicos que no se cumplen con la concentracinmonoplica u oligoplica de los medios de comunicacin que acabamos de describir.

    Cmo las masas populares llegan a romper con la ideologa dominante es otro tema.

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  • IV . Y esto nos lleva a la concepcin del Estado de AGL, quien escribe (pg. 3):

    "El Estado como proceso paradojal: materia e idea, monopolizacin y universalizacin.

    Por lo tanto, el Estado es un conglomerado de instituciones paradojales. En primer lugar,representa relaciones materiales e ideales; en segundo lugar, es un proceso de monopolizacin yde universalizacin. Y en esta relacin paradojal es donde anida el secreto y el misterio efectivo dela relacin de dominacin.

    Decimos que el Estado es materia, porque cotidianamente se presenta ante el conjunto de las y losciudadanos como instituciones en las que se realizan trmites o certificados, como leyes que debenser cumplidas a riesgo de sufrir sanciones, y como procedimientos a seguir para alcanzarreconocimientos o certificaciones, por ejemplo, educativas, laborales, territoriales, etc. Adems, elEstado materialmente se presenta tambin como tribunales, crceles que recuerdan el destino delincumplimiento de la legalidad, ministerios donde se hacen llegar los reclamos y se exigenderechos, etc. Pero por otra parte, el Estado asimismo es idea y smbolo. De hecho, es ms idea ysmbolo que materia, y es el nico lugar del mundo donde la idea antecede a la materia [nuestro elsubrayado] porque la idea-fuerza, la propuesta social, el proyecto de gobierno, la enunciacindiscursiva triunfante en la trama de discursos que define el campo social, devienen en materiaestatal, en ley, decreto, presupuesto, gestin, ejecucin, etc".

    Al afirmarlo l mismo, AGL nos exime de sealar que tiene un enfoque idealista, hegeliano yantimaterialista del Estado.

    Escribi Marx:

    "Lo importante es que Hegel convierte constantemente a la Idea en el sujeto, y al sujeto autnticoy real por ejemplo la conviccin poltica en el predicado, cuando el desarrollo correspondesiempre al predicado".

    " Una explicacin que no contiene la diferencia especfica no es explicacin. El inters de Hegel selimita a reconocer en todo elemento la Idea a secas, la Idea lgica, trtese del Estado o de lanaturaleza. Los sujetos reales como aqu |78| la Constitucin se convierten en meros nombresde la Idea y el conocimiento real es sustituido por su mera apariencia; en vez de ser comprendidosen su ser especfico, como realidades concretas que son, permanecen impenetrables ". (Karl Marx,Crtica de la Filosofa del Estado de Hegel, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2002. pgs. 76 y 77).

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  • Dice AGL: "En relacin al primer punto (el Estado como relacin social), no cabe duda que uno delos principales aportes del socilogo marxista francs [Poulantzas], es su propuesta de estudiar alEstado como una "condensacin material de relaciones de fuerzas entre clases y fracciones declases" [ii] . Pues claro, acaso no se elige al poder ejecutivo y legislativo con los votos de lamayora de la poblacin, de las clases dominantes y dominadas? Y aunque, por lo general, lossectores populares eligen por sufragio a representantes de las lites dominantes, acaso loselegidos no adquieren compromisos respecto a sus electores? Acaso no existen toleranciasmorales aceptadas por los votantes, que marcan los lmites de accin de los gobernantes y cuyastransgresiones generan migraciones hacia otros candidatos o hacia movilizaciones sociales?" (pg.1).

    Y ms adelante (pg.2):

    ..."Entonces, queda claro que ni las clases populares son tontas ni la realidad es nicamente unailusin, y tampoco la tradicin es omnipresente. En medio de engaos, imposturas y herencias dedominacin asumidas, la gente del pueblo tambin opta, escoge, aprende, conoce, decide y, porello, elige a unos gobernantes y a otros no [3] ; reafirma su confianza o revoca sus esperanzas.Y as, en esta mezcla de dominacin heredada y de accin decidida, los sectores popularesconstituyen los poderes pblicos, forman parte de la trama histrica de las relaciones de fuerzas deesos poderes pblicos, y cuando sienten que son burlados, se indignan, se asocian con otrosindignados, y si ven oportunidad de eficacia, se movilizan; adems, si su accin logra condensarseen la esperanza colectiva de un porvenir distinto, transforman sus condiciones de existencia.

    Estas movilizaciones muchas veces se disuelven ante la primera adversidad o el primer logro;otras veces se expanden, generan adhesiones, se irradian a los medios de comunicacin y generanopinin pblica; mientras que en ciertas ocasiones, dan lugar a un nuevo sentido comn. Y cuandoesas demandas logran materializarse en acuerdos, leyes, presupuestos, inversiones, reglamentos,se vuelven materia de Estado.

    Justamente esto es el Estado: una cotidiana trama social entre gobernantes y gobernados, en laque todos, con distintos niveles de influencia, eficacia y decisin, intervienen en torno a ladefinicin de lo pblico, lo comn, lo colectivo y lo universal.

    Ya sea como un continuo proceso de monopolizacin de la coercin, de monopolizacin del uso delos tributos, de monopolizacin de los bienes comunes, de monopolizacin de los universalesdominantes, de monopolizacin de la redaccin y gestin de la ley que abarcar a

    todos; o como institucin de derechos (a la educacin, a la salud, a la seguridad, al trabajo y a laidentidad), el Estado que es precisamente todo lo anterior en proceso es un flujo, una tramafluida de relaciones, luchas, conquistas, asedios, seducciones, smbolos, discursos que disputanbienes, smbolos, recursos y su gestin monoplica. El Estado definitivamente es un proceso, un

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  • conglomerado de relaciones sociales que se institucionalizan, se regularizan y se estabilizan (poreso "Estado", que tiene que ver con estabilidad), pero con la siguiente particularidad: se trata derelaciones y procesos sociales que institucionalizan relaciones de dominacinpoltico-econmica-cultural-simblica para la dominacin poltico-econmica-cultural-simblica. ElEstado es en casos una institucin, una mquina de procedimientos, pero esa mquina deprocedimientos, esa materialidad son relaciones, flujos de luchas cosificados que objetivizan lacualidad de las relaciones de fuerza de esos flujos y luchas sociales.

    La sociedad, el Estado y sus instituciones son como la geografa apacible de una campia. Parecenestticas, fijas, inamovibles. Pero eso solo es la superficie; por debajo de esa geografa hay intensosy candentes flujos de lava que circulan de un lugar a otro, que se sobreponen unos frente a otros yque van modificando desde abajo la propia topografa. Y cuando vemos la historia geolgica, confases de duracin de millones de aos, vemos que esa superficie fue trabajada, fue fruto decorrientes de lava gnea que brotaron sobre la superficie arrasando a su paso toda la anteriorfisonoma, creando en su flujo, montaas, valles, precipicios; que con el tiempo, se solidificarondando lugar a la actual geografa. Las instituciones son igual que la geografa: solidificacionestemporales de luchas, de correlaciones de fuerza entre distintos sectores sociales, y de un estadode esa correlacin de fuerza que, con el tiempo, se enfran y petrifican como norma, institucin,procedimiento. En el fondo, las instituciones nacen de luchas pasadas y con el tiempo olvidadas ypetrificadas; en s mismas son luchas objetivadas, pero adems, sirven a esas luchas, expresan lacorrelacin de fuerzas dominante de esas luchas pasadas y que ahora, con el olvido funcionancomo estructuras de dominacin sin aparecer como tales estructuras de dominacin. Se trata deuna doble eficacia de dominacin: son fruto de la dominacin para la dominacin; pero dominan,con el tiempo, sin aparecer como tales estructuras de dominacin."

    En la pg. 5 AGL escribe: "Para existir, el Estado debe representar a todos, pero solo puedeconstituirse como tal, si lo hace como un monopolio de pocos; y a la vez, si quiere afianzar esemonopolio, no puede menos que ampliar la preservacin de las cosas comunes, materiales, idealeso simblicas, de todos".

    Los subrayados son nuestros.

    Esta descripcin idlica, idealista, con giros poticos y en todo caso anacrnica del Estado, no tienenada que ver con el Estado real actual tal como es.

    Por eso AGL prefiere citar a Poulantzas, quien escribi que hay que estudiar al Estado como una"condensacin material de relaciones de fuerzas entre clases y fracciones de clases" y no a Leninque defini al Estado como aparato especial de represin de las clases dominantes. Aclaremos querepresin no es slo violencia fsica, es tambin dominacin y manipulacin ideolgica y cultural.

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  • En 2007, en el 90 aniversario de la publicacin de "El Estado y la Revolucin" de Lenin, (Lenin hoy, http://ciberpatriotas.net/politica-mainmenu-57/1992-lenin-hoy.html) escribamos:

    "... en estos 90 aos el sistema capitalista hizo lo suyo para preservar su dominacin: laintervencin armada de 22 Estados contra las jvenes Repblicas soviticas entre 1918 y 1922, losinnumerables golpes de Estado, la promocin y apoyo de dictaduras terroristas, las guerras deagresin, los asesinatos de lderes populares, siempre en nombre de la libertad y la democracia, dela defensa de la "civilizacin occidental", de la "lucha contra el terrorismo" y hasta de la defensa delos derechos humanos.

    "Este recurso del sistema capitalista a la violencia es relativamente espordico: cuando cuenta conel consenso de las mayoras populares, es decir mientras stas aceptan la delegacin de ladireccin del Estado en las clases explotadoras y en sus agentes polticos, el sistema puedepermitirse los regmenes llamados democrticos y hasta "progresistas", que son mejores garantesde la continuidad y estabilidad del sistema que los regmenes abiertamente dictatoriales.

    "La lectura de Lenin a la luz de las experiencias de estos 90 aos pone de manifiesto la actualidadde su reflexin terica, de su anlisis del funcionamiento del sistema capitalista y de las bases ycondiciones necesarias para que un proyecto de transformacin socialista de la sociedad se realicey no concluya en el fracaso, en el derrumbe o en una progresiva degeneracin.

    "Lenin, al contrario de los tericos burgueses del Estado que consideran que ste est por encimade las clases y acta como rbitro entre ellas, dice que el Estado es un producto de la sociedad declases y funciona como aparato de dominacin y represin de las clases dominantes sobre lasclases subordinadas. Todos sus estamentos desempean esa funcin : las lites y la burocraciagobernante, el ejrcito, la polica, la magistratura, el sistema educativo, etc.

    "A travs del Estado, una minora explotadora ejerce su dictadura sobre las mayoras explotadas.Aunque revista la forma de una democracia representativa.

    "Escribe Lenin: "Segn Marx, el Estado es un rgano de dominacin de clase, un rgano deopresin de una clase por otra, es la creacin del "orden" que legaliza y afianza estaopresin, amortiguando los choques entre las clases".

    "Y ms adelante cita a Engels, quien escriba en 1891: " En la repblica democrtica la riquezaejerce su poder indirectamente, pero de un modo tanto ms seguro", y lo ejerce, en primerlugar, mediante la "corrupcin directa de los funcionarios" (Norteamrica), y, ensegundo lugar, mediante la "alianza del gobierno con la Bolsa" (Francia yNorteamrica)"

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  • "Y contina Lenin: "En la actualidad, el imperialismo y la dominacin de los Bancos han"desarrollado", hasta convertirlos en un arte extraordinario, estos dos mtodosadecuados para defender y llevar a la prctica la omnipotencia de la riqueza en las repblicasdemocrticas, sean cuales fueren... En la pgina siguiente Lenin cita nuevamente a Engels:

    "Por tanto, el Estado no ha existido eternamente. Ha habido sociedades que se las arreglaronsin l, que no tuvieron la menor nocin del Estado ni del Poder estatal. Al llegar a una determinadafase del desarrollo econmico, que estaba ligada necesariamente a la divisin de la sociedad enclases, esta divisin hizo que el Estado se convirtiese en una necesidad. Ahora nos acercamos conpaso veloz a una fase de desarrollo de la produccin en que la existencia de estas clases no slodeja de ser una necesidad, sino que se convierte en un obstculo directo para la produccin. Lasclases desaparecern de un modo tan inevitable como surgieron en su da. Con la desaparicin delas clases, desaparecer inevitablemente el Estado. La sociedad, reorganizando de un modo nuevola produccin sobre la base de una asociacin libre e igual de productores, enviar toda la mquinadel Estado al lugar que entonces le ha de corresponder: al museo de antigedades, junto a la ruecay al hacha de bronce".

    "De esta caracterizacin del Estado burgus concluye Lenin que la primera tarea de una revolucinsocialista es DESTRUIR el aparato del Estado de la burguesa y erigir lo que el llama un "semiestadoproletario" con caractersticas absolutamente distintas a las del Estado capitalista.

    "Dicho semiestado es tambin una dictadura, pues por su naturaleza, el Estado es la forma en queuna clase ejerce su dictadura sobre otra u otras.

    "Pero a diferencia del Estado burgus, el "semiestado proletario" es la dictadura de las mayorasexplotadas sobre las minoras explotadoras y debe ejercer la violencia contra estas en la medidaque estas intenten por la violencia restablecer el sistema capitalista.

    "Desde el momento mismo de su instauracin, el semiestado proletario comienza un largo procesohacia su extincin que avanza en la medida en que al establecerse las bases econmicas (lapropiedad colectiva de los medios de produccin) se van extinguiendo las clases y, por lo tanto, elantagonismo entre ellas.

    "Cesa entonces, dice Lenin, la administracin sobre las personas y slo resta la administracinsobre las cosas.

    "Este proceso de progresiva extincin del Estado no puede producirse si no se profundizan loscambios econmicos tendentes a suprimir totalmente la explotacin capitalista. La experienciaindica que cuando no se sigue este camino es inevitable la regresin y la restauracin delcapitalismo y de la explotacin que le es inherente.

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  • "Tambin, como lo muestra la experiencia histrica, el estancamiento y la regresin puedeproducirse si no se profundiza permanentemente la democracia socialista. La profundizacin de lasocializacin de la economa y la profundizacin de la democracia socialista son interdependientes,son dos caras de la misma moneda: no puede haber democracia socialista sin economa socialista ytampoco puede haber y perdurar una economa socialista sin democracia socialista.

    "La democracia es, segn la definicin corriente, el sistema poltico de gobierno cuya autoridademana del pueblo o como con cierto lirismo la definiera Lincoln : el gobierno del pueblo, por elpueblo y para el pueblo.

    "Pero, qu es la democracia en concreto en el contexto del sistema capitalista y qu debe ser lademocracia socialista?

    "Lenin escribe: "Nosotros somos partidarios de la repblica democrtica, como la mejor forma deEstado para el proletariado bajo el capitalismo, pero no tenemos ningn derecho a olvidar que laesclavitud asalariada es el destino reservado al pueblo, incluso bajo la repblica burguesa msdemocrtica. Ms an. Todo Estado es una "fuerza especial para la represin" de laclase oprimida. Por eso, todo Estado ni es libre ni es popular".

    "Los principios bsicos de una democracia socialista los explica Lenin en el prrafo 2 (Con qusubstituir la mquina del Estado una vez destruda? del Captulo III (La experiencia de la Comuna deParis de 1871. El anlisis de Marx).

    "Lenin escribe:

    "En 1847, en el "Manifiesto Comunista", Marx daba a esta pregunta una respuestatodava completamente abstracta, o, ms exactamente, una respuesta que sealaba las tareas,pero no los medios para resolverlas. Sustituir la mquina del Estado, una vez destruida, por la"organizacin del proletariado como clase dominante", "por la conquista de lademocracia": tal era la respuesta del "Manifiesto Comunista". Sin perderse enutopas, Marx esperaba de la experiencia del movimiento de masas la respuesta a la cuestin dequ formas concretas habra de revestir esta organizacin del proletariado como clase dominante yde qu modo esta organizacin habra de coordinarse con la "conquista de lademocracia" ms completa y ms consecuente. En su "Guerra civil en Francia", Marx somete al anlisis ms atento la experiencia de la Comuna, por breve que esta experienciahaya sido. Citemos los pasajes ms importantes de esta obra: En el siglo XIX, se desarroll,procedente de la Edad Media, "el poder centralizado del Estado, con sus rganosomnipresentes: el ejrcito permanente, la polica, la burocracia, el clero y la magistratura".Con el desarrollo del antagonismo de clase entre el capital y el trabajo, "el Poder del Estadofue adquiriendo cada vez ms el carcter de un poder pblico para la opresin del trabajo, elcarcter de una mquina de dominacin de clase. Despus de cada revolucin, que marcaba unpaso adelante en la lucha de clases, se acusaba con rasgos cada vez ms salientes el carcterpuramente opresor del Poder del Estado". Despus de la revolucin de 1848-1849, el Poder

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  • del Estado se convierte en un "arma nacional de guerra del capital contra el trabajo". ElSegundo Imperio lo consolida. "La anttesis directa del Imperio era la Comuna"."Era la forma definida de aquella repblica que no haba de abolir tan slo la formamonrquica de la dominacin de clase, sino la dominacin misma de clase. . ." En qu habaconsistido, concretamente, esta forma "definida" de la repblica proletaria, socialista?Cul era el Estado que haba comenzado a crear?... La Comuna sustituye la mquina estataldestruida, aparentemente "slo" por una democracia ms completa: supresin delejrcito permanente y completa elegibilidad y amovilidad de todos los funcionarios. Pero, enrealidad, este "slo" representa un cambio gigantesco de unas instituciones por otrasde un tipo distinto por principio. Aqu estamos precisamente ante uno de esos casos de"transformacin de la cantidad en calidad": la democracia, llevada a la prctica delmodo ms completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa endemocracia proletaria, de un Estado (fuerza especial para la represin de una determinada clase)en algo que ya no es un Estado propiamente dicho. Todava es necesario reprimir a la burguesa yvencer su resistencia. Esto era especialmente necesario para la Comuna, y una de las causas de suderrota est en no haber hecho esto con suficiente decisin. Pero aqu el rgano represor es ya lamayora de la poblacin y no una minora, como haba sido siempre, lo mismo bajo la esclavitud y laservidumbre que bajo la esclavitud asalariada. Y, desde el momento en que es la mayora delpueblo la que reprime por s misma a sus opresores, no es ya necesaria una "fuerzaespecial" de represin! En este sentido, el Estado comienza a extinguirse. En vez deinstituciones especiales de una minora privilegiada (la burocracia privilegiada, los jefes del ejrcitopermanente), puede llevar a efecto esto directamente la mayora, y cuanto ms intervenga todo elpueblo en la ejecucin de las funciones propias del Poder del Estado tanto menor es la necesidadde dicho Poder. En este sentido, es singularmente notable una de las medidas decretadas por laComuna, que Marx subraya: la abolicin de todos los gastos de representacin, de todos losprivilegios pecuniarios de los funcionarios, la reduccin de los sueldos de todos los funcionarios delEstado al nivel del " salario de un obrero ". Aqu es precisamente donde se expresa deun modo ms evidente el viraje de la democracia burguesa a la democracia proletaria, de lademocracia de la clase opresora a la democracia de las clases oprimidas, del Estado como "fuerza especial " para la represin de una determinada clase a la represin de los opresorespor la fuerza conjunta de la mayora del pueblo, de los obreros y los campesinos. Y esprecisamente en este punto tan evidente -- tal vez el ms importante, en lo que se refiere a lacuestin del Estado -- en el que las enseanzas de Marx han sido ms relegadas al olvido! En loscomentarios de popularizacin -- cuya cantidad es innumerable -- no se habla de esto. "Esuso" guardar silencio acerca de esto, como si se tratase de una "ingenuidad"pasada de moda, algo as como cuando los cristianos, despus de convertirse el cristianismo enreligin del Estado, se "olvidaron" de las "ingenuidades" del cristianismoprimitivo y de su espritu democrtico-revolucionario. La reduccin de los sueldos de los altosfuncionarios del Estado parece "simplemente" la reivindicacin de un democratismoingenuo, primitivo. Uno de los "fundadores" del oportunismo moderno, elex-socialdemcrata E. Bernstein, se ha dedicado ms de una vez a repetir esas burlas burguesastriviales sobre el democratismo "primitivo". Como todos los oportunistas, como losactuales kautskianos, no comprenda en absoluto, en primer lugar, que el paso del capitalismo alsocialismo es imposible sin un cierto "retorno" al democratismo "primitivo"(pues cmo, si no, pasar a la ejecucin de las funciones del Estado por la mayora de la poblacin,por toda la poblacin en bloque?); y, en segundo lugar, que este "democratismoprimitivo", basado en el capitalismo y en la cultura capitalista, no es el democratismoprimitivo de los tiempos prehistricos o de la poca precapitalista. La cultura capitalista ha creadola gran produccin, fbricas, ferrocarriles, el correo y el telfono, etc., y sobre esta base , unaenorme mayora de las funciones del antiguo "Poder del Estado" se han simplificadotanto y pueden reducirse a operaciones tan sencillsimas de registro, contabilidad y control, queestas funciones son totalmente asequibles a todos los que saben leer y escribir, que puedenejecutarse en absoluto por el "salario corriente de un obrero", que se las puede (y se lasdebe) despojar de toda sombra de algo privilegiado y "jerrquico". La completaelegibilidad y la amovibilidad en cualquier momento de todos los funcionarios sin excepcin; la

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  • reduccin de su sueldo a los lmites del "salario corriente de un obrero": estas medidasdemocrticas, sencillas y "evidentes por s mismas", al mismo tiempo que unifican enabsoluto los intereses de los obreros y de la mayora de los campesinos, sirven de puente queconduce del capitalismo al socialismo. Estas medidas ataen a la reorganizacin del Estado, a lareorganizacin puramente poltica de la sociedad, pero es evidente que slo adquieren su plenosentido e importancia en conexin con la "expropiacin de los expropiadores" ya enrealizacin o en preparacin, es decir, con la transformacin de la propiedad privada capitalistasobre los medios de produccin en propiedad social".

    "Hasta aqu la cita de Lenin (el subrayado de la ltima frase nos pertenece).

    "Algunas pginas ms adelante Lenin precisa:

    "Organizaremos la gran produccin nosotros mismos , los obreros, partiendo de lo que ha sidocreado ya por el capitalismo, basndonos en nuestra propia experiencia obrera, estableciendo unadisciplina rigurossima, frrea, mantenida por el Poder estatal de los obreros armados; reduciremosa los funcionarios del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas, "inspectores ycontables" responsables, amovibles y modestamente retribuidos (en unin, naturalmente, detcnicos de todas clases, de todos los tipos y grados): he ah nuestra tarea proletaria, he ah pordnde se puede y se debe empezar al llevar a cabo la revolucin proletaria. Este comienzo, sobre labase de la gran produccin, conduce por s mismo a la "extincin" gradual de todaburocracia, a la creacin gradual de un orden -- orden sin comillas, orden que no se parecer ennada a la esclavitud asalariada --, de un orden en que las funciones de inspeccin y de contabilidad,cada vez ms simplificadas, se ejecutarn por todos siguiendo un turno, acabarn por convertirseen costumbre, y, por fin, desaparecern como funciones especiales de una capa especial de lasociedad."

    "Ms adelante, en el Prrafo 2 del Captulo VI, Lenin insiste:

    "Los obreros, despus de conquistar el Poder poltico, destruirn el viejo aparato burocrtico, lodesmontarn hasta en sus cimientos, no dejarn de l piedra sobre piedra, lo sustituirn por otronuevo, formado por los mismos obreros y empleados, c o n t r a cuya transformacin en burcratassern tomadas inmediatamente las medidas analizadas con todo detalle por Marx y Engels: 1) Noslo elegibilidad, sino amovilidad en todo momento; 2) sueldo no superior al salario de un obrero;3) se pasar inmediatamente a que todos desempeen funciones de control y de inspeccin, a quetodos sean "burcratas" durante algn tiempo, para que, de este modo, nadie puedaconvertirse en "burcrata".

    "Y Lenin agrega en una de las ltimas pginas "Bajo el socialismo todos intervendrn por turno enla direccin y se habituarn rpidamente a que ninguno dirija".

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  • V . Las ideas de Marx y de Lenin sobre el Estado conservan plena actualidad pues no consisten enuna representacin idealista, ahistrica, esttica y esquemtica del mismo sino que, partiendo desus mltiples aspectos, en un proceso de sntesis rescatan sus rasgos esenciales que persisten,pues no es un Estado abstracto, sino un Estado capitalista, que se va adaptando a las cambiantescondiciones del sistema dominante, como veremos ms adelante. Es el mtodo de anlisisexpuesto por Marx, entre otros lugares de su obra en la " Introduccin a la crtica de la economapoltica, 1857, Cap. III, El mtodo".

    De modo que corresponde analizar al Estado contemporneo en relacin con la estado actual delsistema capitalista, caracterizado -muy esquemticamente- como un sistema totalmentetransnacionalizado y en crisis prcticamente permanente.

    El Estado moderno responde a la necesidad de gestionar las relaciones sociales en un determinadosistema productivo cuyos rasgos esenciales son la propiedad privada de los medios de produccin yla economa de mercado, es decir el intercambio de mercancas entre propietarios y productorespor intermedio de su equivalente general, el dinero. Entre dichas mercancas intercambiadas estla fuerza de trabajo, donde no hay intercambio de equivalentes.

    Esto ya lo vio - a su manera- Jacques Necker hace casi dos siglos y medio quien en su libro Sur la lgislation et le commerce des grains (1775) escriba:

    "El Propietario slo ve en el trigo el fruto de sus cuidados y el producto de la tierra que lepertenece y quiere disponer del mismo como de sus otros ingresos. (...) El Comerciante slo ve enese alimento una mercanca que se vende y se compra y quiere poder comprarla y revenderla deconformidad con sus intereses. El Pueblo (...) ve el trigo como un elemento necesario para suconservacin, quiere vivir de la tierra que est bajo sus pies y asegurarse la subsistencia con sutrabajo. (...) El Propietario invoca los derechos de la propiedad; el Comerciante los derechos de lalibertad; el Pueblo los derechos de la humanidad.(...) Es en medio de ese choque continuo deintereses, de principios y de opiniones que el Legislador tiene que buscar la verdad".

    El Estado aparece como un aparato administrativo mediador entre grupos y clases con interesescontradictorios (el propietario se queda con el excedente- plusvala- producida por el productor)para preservar el "inters general" que no es otra cosa que la reproduccin - preferiblementepacfica- del sistema vigente.

    Esta funcin mediadora del Estado es relativamente real en las primeras etapas de la evolucin yconsolidacin del sistema capitalista. Decimos "relativamente real" porque el Estado ha funcionado siempre como garante -por medios pacficos o violentos- de la reproduccin del sistema.

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  • Pero esta funcin de mediador, escribe Hirsch "se modifica con la penetracin progresiva de lasrelaciones capitalistas, en que el "slo poder de las condiciones econmicas" (Marx, El Capital)instala la organizacin de dominacin en tanto que instrumento para la instauracin de relacionescapitalistas, donde el capital se reproduce por si mismo y donde finalmente la "sumisin completadel organismo del Estado" (Marx, Grundrisse) al capital determina la forma y la funcin del Estado"[4].

    Esta relativa autonoma del Estado y su papel de mediador (tanto de los Estados nacionales comode las organizaciones internacionales interestatales) ha cesado y su sumisin completa al capital haculminado con la transnacionalizacin de la economa de los ltimos decenios. Sumisin acentuadapor la crisis casi permanente del sistema.

    Un grupo de economistas franceses describieron esto en 1983 con notable exactitud:

    "La culminacin de la regulacin monopolista privada a escala mundial conducir a unareestructuracin drstica y, sin duda, irreversible, de los Estados- naciones. Estos se convertirn enterritorios amorfos cuyas funciones econmicas estarn determinadas desde el exterior poroligopolios internacionales. Esos territorios sern a la vez grandes espacios abiertos yfragmentados. Se impondr una estructura dualista, hecha de un sector "moderno" yotro "tradicional". En el primero, ampliamente internacionalizado, estarn concentradaslas sedes de los grandes grupos, las industrias de alta tecnologa, las grandes instituciones deenseanza, los dirigentes y los ingenieros mejor formados, ellos mismos muy movibles y hablandoel mismo idioma, los laboratorios y todo el complejo de medios de comunicacin internacionales. Elsector "tradicional" agrupar la masa de la poblacin, con baja remuneracin ycalificacin, dedicada a las tareas subcontratadas por el sector moderno en las que, quizs, untiempo de trabajo ms corto ser compensado por la reduccin de la cubertura de las necesidadessociales, la que ser preferida al desempleo, cuya tasa ser elevada" [5].

    Mientras prevaleci un sistema de economas nacionales, en las que la produccin y el consumo serealizaba fundamentalmente dentro del territorio fue posible el "pacto social" de hecho entre loscapitalistas y los asalariados en tanto consumidores en el marco del Estado-nacin. Pero en elactual sistema "mundializado" la produccin se destina a un mercado mundial de "clientessolventes" y ya no interesa el poder adquisitivo de la poblacin del lugar de produccin. Y elEstado-nacin tiende a convertirse en una entidad amorfa dentro de un Estado mundial de hecho yformado por diversas instituciones y tratados mundiales, regionales y bilaterales (Fondo MonetarioInternacional, Banco Mundial, Organizacin Mundial del Comercio, OCDE, "Grupo de los 8",Comisin Europea, Banco Central Europeo, Tratados de Promocin y Proteccin de Inversiones, etc.)dominado -poltica, econmica, militar y culturalmente- por el gran capital transnacional y susgerentes, los lderes polticos.

    En este sentido, cabe sealar un caso actual realmente grotesco (cuya veracidad hemosconfirmado con un miembro del Parlamento Europeo) de clausura de lo que restaba de espaciosformalmente democrticos para debatir decisiones que afectan a toda la poblacin.

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  • Escribe un periodista espaol:

    Se ha conocido una arbitrariedad fascistoide de la Comisin Europea con los diputados delEuroparlamento y el tratado libre comercio e inversin (TTIP) que negocian muy en secreto la UninEuropea y Estados Unidos. La UE slo permite a los eurodiputados leer dos horas el textonegociado del tratado! Para mayor desgracia, prohbe a los europarlamentarios hablar con nadiedel mismo. El corto tiempo de lectura del oscuro tratado ha de ser en una sala segura, singrabadoras, magnetfonos ni otros dispositivos electrnicos. Ni siquiera papel y bolgrafo y bajovigilancia. No sabemos si los vigilantes van armados, pero s que los legtimos representantes deciudadanos y ciudadanas europeos reciben el trato de sospechosos de un delito. (Xavier CaoTamayo, Impedir el tratado entre Estados Unidos y Europa, CCS - Centro de ColaboracionesSolidarias, 20/03/15).

    En las condiciones del capitalismo monopolista e imperialista y de las crisis a repeticin, seproducen nuevas formas de intervencin estatal e interestatal para asegurar la reproduccin delsistema y la tasa de beneficio: adems de las institucionales que acabamos de mencionar, elEstado participa en ciertas industrias y servicios (especialmente en los no rentables), en sectoresde la investigacin cientfica y tecnolgica, en la constitucin de coaliciones militares para agredirpases en nombre de los "derechos humanos" pero en realidad para someterlos a su esferageoeconmica y geoestratgica. Hasta, en algunos casos, desintegrarlos como Estados, como haocurrido con Libia y, en buena medida, con Irak. Con el resultado colateral de situaciones caticasde las que han surgido organizaciones terroristas muy poderosas y de un salvajismo extremo.

    Desde los orgenes del capitalismo hasta la actualidad, el Estado ha sido y es "una mquinaesencialmente capitalista, el Estado de los capitalistas" (Engels, Anti-Dhring, citado por HansJoachim Hirsch, op. cit.).

    Un caso paradigmtico que muestra cmo funciona el Estado capitalista contemporneo es ellitigio que opone el actual Gobierno griego a la Troika y a los lderes europeos.

    En Grecia se acumul una enorme deuda por mala gestin de Gobiernos corruptos, por pago deintereses muy elevados sobre las deudas y por compras desproporcionadas de armamentos. Greciaocup el quinto lugar en el mundo entre los compradores de armas convencionales en el periodo2005-2009. El 31% de esas armas las compr a Alemania, el 24% a Estados Unidos y otro 24% aFrancia, ahora sus principales acreedores. La "troika" le impone a Grecia "condicionalidades"consistentes en privatizar el patrimonio nacional, le exige congelar y en muchos casos bajar lossalarios y las jubilaciones y en general reducir considerablemente los gastos sociales.

    El nuevo Gobierno griego quiere renegociar la deuda con la Unin Europea, deudamayoritariamente ilegtima, cumpliendo mnimamente con sus promesas electorales y con elmandato recibido del pueblo griego.

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  • La "Troika" (la Comisin Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional)-que no tiene legitimidad institucional alguna- y los lderes europeos se muestran intratables:chantajean y extorsionan al Gobierno griego exigindole la rendicin incondicional, que renuncienal mandato recibido y sometan a su pueblo a una cura extrema de austeridad. Todo ello para pagaruna deuda fruto de la corrupcin pasiva de los anteriores gobernantes griegos, la corrupcin activade las grandes potencias y de la banca internacional y de la usura practicada en gran escala porestos ltimos.

    El 29 de abril de 2010 Eric Woerth, entonces Ministro del Gobierno francs explicaba con todocinismo por la radio France Inter: " Ayudando a Grecia nos ayudamos a nosotros mismos. Los 6 milmillones [de euros prestados por Francia a Grecia] no provienen de la caja del Estado. Se tomanprestados [en los mercados financieros] a un inters del 1,4 o 1,5% y se prestan a los griegos al 5%aproximadamente. De manera que nosotros ganamos en la operacin. Es bueno para el pas, esbueno para Grecia y sobre todo es bueno para la zona euro. Hay que tranquilizar a los mercados.Siempre es as, hay que tranquilizar a los mercados [...] hay que tender una red pblica deseguridad ".

    Mario Draghi, uno de los actuales verdugos del pueblo griego como Presidente del Banco CentralEuropeo, fue vicepresidente para Europa de Goldman Sachs Internacional y como tal trabaj con losgobiernos griegos anteriores para disimular una parte de la deuda griega.

    La "Troika", que ms bien debera llamarse "Triada" pues acta como una organizacin mafiosa, lomismo que las elites dirigentes europeas, practican la extorsin y el chantaje para robarle al pueblogriego lo que le pertenece.

    Esta es la realidad del Estado capitalista, totalmente ajena a la visin un tanto idlica que nosofrece lvaro Garca Linera.

    En las condiciones del capitalismo contemporneo, monopolista e imperialista y en estado de crisispermanente, no ha quedado espacio alguno para la participacin popular en las decisiones, pueslas instituciones estatales e interestatales son totalmente funcionales a la reproduccin del sistemay a la preservacin de la tasa de ganancia del gran capital.

    Hoy, ms que nunca, sigue siendo vlida la frase le Lenin: Todo Estado es una "fuerzaespecial para la represin" de la clase oprimida. Por eso, todo Estado ni es libre ni es popular" (Lenin, El Estado y la Revolucin, 1917).

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  • No se trata entonces de "mejorar" Estado, sino de desmontarlo (destruirlo, deca Lenin) ycambiarlo por otras formas institucionales totalmente distintas, que confieran el poder de decisina los que trabajan (que no es lo mismo que la "participacin" formal en las decisiones que tomanlos "lderes") y constituyan una barrera infranqueable a la formacin de burocracias (mandatosbreves, revocables y no renovables en todos los niveles). Al mismo tiempo que se suprimen lasrelaciones de produccin capitalistas, socializando los instrumentos y medios de produccin y decambio.

    Dicho de otra manera, un socialismo democrtico y participativo consistente en un sistemafundado en la propiedad social o colectiva de los instrumentos y medios de produccin y de cambioy en la intervencin activa y conciente de los individuos y las colectividades en la adopcin dedecisiones en todos los niveles y en todas las etapas, desde la determinacin de los objetivos y losmedios para alcanzarlos hasta la puesta en prctica de los mismos y la evaluacin de losresultados.

    Este debera ser el proyecto de los que realmente quieren un cambio radical en la sociedad queconduzca a la liberacin y a la realizacin del ser humano como tal.

    Quienes deberan prefigurarlo en sus propias organizaciones.

    Notas

    [1] Lars Svendsen, Le travail. Gagner sa vie, quel prix ? Editions Autrement, Paris, setiembre2013, pg. 140.

    [2] "... En toda la historia del capitalismo, desde la gran revolucin industrial de fin del siglo XVIIIhasta nuestros das, el sistema econmico se ha desarrollado por movimientos sucesivos deinversiones y de innovaciones tecnolgicas. Esos movimientos parecen principalmente vinculados alas dificultades inherentes al proceso de acumulacin del capital: este, en un momento dado, setraba y todo se cuestiona: la regulacin, los salarios, la productividad. La innovacin tecnolgica esuna manera de salir de la crisis, pero no viene sola: ella afecta directamente, a veces el nivel delempleo, siempre la organizacin del trabajo y el control ejercido por los trabajadores sobre su oficioy sobre sus instrumentos de trabajo y por sus organizaciones sobre el nivel de los salarios, sobre ladisciplina en el trabajo y la seguridad laboral...". Alfred Dubuc, Quelle nouvelle rvolutionindustrielle? en: Le plein emploi laube de la nouvelle rvolution industrielle. Publicacin de laEscuela de Relaciones Industriales de la Universidad de Montreal , 1982.https://papyrus.bib.umontreal.ca/jspui/handle/1866/1772

    [3] Es lo que se llama el "voto pendular", siempre por los candidatos del sistema. Como decamos

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  • ms arriba las mayoras electorales (las mayoras de los que votan, porque la abstencin electoralno cesa de crecer) aparte de una tendencia creciente al voto por la extrema derecha, generalmenteoptan entre la sartn y el fuego, es decir por la derecha tradicional o la socialdemocracia.

    [4] Hans Joachim Hirsch, "Elementos para una teora materialista del Estado", publicado encastellano en Crticas de la Economa Poltica, edicin latinoamericana, nm. 12/13, Mxico, ElCaballito, 1979, pp. 3-75 y en francs en LEtat contemporain et le marxisme, Critiques deleconomie politique, Ed. Franois Maspero, Paris, 1975.

    [5] Michalet, Delapierre, Madeuf y Ominami, Nationalisations et Internationalisation....Ed. LaDcouverte/Maspero, Pars, 1983, p. 147. Cita extrada de nuestro libro La armadura delcapitalimso. El poder de las sociedades transnacionales en el mundo contemporneo". EditorialIcaria, Espaa, 2010.

    Rebelin ha publicado este artculo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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