30ap3

26
Neoliberalismo y Estado benefactor. El caso mexicano Jorge Vázquez Sánchez [ 51 ] En este trabajo se hace una caracterización de los modelos neoliberal y del Estado benefactor, mediante el seguimiento de los diversos argumentos respecto a las funciones del Estado. A medida que la ciencia económica se desarrolla se establecen razones que justifican la intervención estatal, pero es el reconocimiento de la incapacidad del sistema capitalista para resolver la pobreza y la inequidad lo que brinda las justificaciones para que el Estado asuma el bienestar social como una responsabilidad. Neoliberalismo y Estado benefactor son dos modelos alternativos que han tenido éxito en contextos específicos, la gran diferencia entre uno y otro modelo es la definición social acerca de la manera en la que los individuos acceden al bienestar. En el caso mexicano el neoliberalismo parece estar fracasando, con lo que se abren espacios para el retorno del Estado benefactor, que sin embargo enfrenta retos enormes para superar el formato vigente en el periodo 1950 – 1980. Neoliberalism and Beneficient State. Mexican case In this work a characterization of the neoliberal models and of the Beneficient State is made, by the pursuit of the diverse arguments respect to the functions the State. As economic science is developed they establish reasons that justify the state intervention, but is the recognition of the incapacity of the capitalist system to solve the poverty and the inequidad which offers the justifications so that the State assumes the social welfare like a responsibility. Neoliberalism and Beneficient State are two alternative models that have been successful in specific contexts; the great difference between both models is the social definition about the way in which the individuals accede to the well-being. In the Mexican case the neoliberalism seems to be failing, with which spaces for the return of the Beneficient State are opened, that nevertheless faces enormous challenges to surpass the effective format in period 1950 - 1980. Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año X, Número 30, Septiembre - Diciembre de 2005

Upload: andrea-ramirez

Post on 30-Jun-2015

44 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: 30ap3

Neoliberalismo y Estado benefactor. El caso mexicano

Jorge Vázquez Sánchez

[ 51 ]

En este trabajo se hace una caracterización de los modelos neoliberal y del Estadobenefactor, mediante el seguimiento de los diversos argumentos respecto a las funciones delEstado. A medida que la ciencia económica se desarrolla se establecen razones quejustifican la intervención estatal, pero es el reconocimiento de la incapacidad del sistemacapitalista para resolver la pobreza y la inequidad lo que brinda las justificaciones para queel Estado asuma el bienestar social como una responsabilidad. Neoliberalismo y Estadobenefactor son dos modelos alternativos que han tenido éxito en contextos específicos, lagran diferencia entre uno y otro modelo es la definición social acerca de la manera en la quelos individuos acceden al bienestar. En el caso mexicano el neoliberalismo parece estarfracasando, con lo que se abren espacios para el retorno del Estado benefactor, que sinembargo enfrenta retos enormes para superar el formato vigente en el periodo 1950 – 1980.

Neoliberalism and Beneficient State. Mexican case

In this work a characterization of the neoliberal models and of the Beneficient State ismade, by the pursuit of the diverse arguments respect to the functions the State. Aseconomic science is developed they establish reasons that justify the state intervention,but is the recognition of the incapacity of the capitalist system to solve the poverty andthe inequidad which offers the justifications so that the State assumes the social welfarelike a responsibility. Neoliberalism and Beneficient State are two alternative models thathave been successful in specific contexts; the great difference between both models is thesocial definition about the way in which the individuals accede to the well-being. In theMexican case the neoliberalism seems to be failing, with which spaces for the return ofthe Beneficient State are opened, that nevertheless faces enormous challenges to surpassthe effective format in period 1950 - 1980.

Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año X, Número 30, Septiembre - Diciembre de 2005

Page 2: 30ap3

52 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

Las doctrinas y teorías económicas quese sustentan en la perspectiva de un Estadopequeño con funciones mínimas, claramen-te defienden un sistema económico privati-zado. Por su parte, las doctrinas económi-cas intervencionista se distinguen por elgrado, el tipo y la naturaleza de la interven-ción estatal, la que va desde la intervenciónneutra hasta la intervención que trastoca losfundamentos de los mercados.

La perspectiva de un Estado con fun-ciones mínimas corresponde básicamenteal enfoque de Smith (1723-1790), que aligual que los mercantilistas y los fisiócra-tas, se preocupó por entender la mejorforma en que una nación podía incremen-tar su riqueza.

La interpretación de Smith se centró enel lado de la oferta o de los motivos quetenían los productores para ofrecer bienes aotros. Sus conclusiones descansan, de ma-nera fundamental, en sus suposiciones acer-ca de la naturaleza humana.1 En su opinión,todo hombre se esfuerza constantementepara mejorar su condición, busca el empleomás ventajoso de cualquier capital que pue-da manejar y él es su mejor juez en el empleode su tiempo y de su trabajo. Así, vida,libertad y propiedad son las condicionespara que cada individuo haga el mejor usode sus recursos y contribuya a maximizar el

México tiene ya poco más de veinte años(1983-2005) en la ruta de un modelo decrecimiento hacia fuera, sustentado en la aper-tura e integración comercial y financiera conel resto del mundo, especialmente con losEstados Unidos. Este modelo desplazó alviejo modelo de sustitución de importacionesvigente en lo general entre 1950 y 1980.

Las dos estrategias de crecimiento sedistinguen primordialmente por sustentarseen concepciones diferentes sobre las funcio-nes del Estado. Entre 1950 y 1982, la estra-tegia económica se apoyó en una amplia yvariada intervención estatal, en tanto que apartir de 1983 la estrategia económica se hasustentado en la vieja doctrina liberal delEstado con funciones mínimas.

En este trabajo se hace una caracteriza-ción de los modelos neoliberal y del Estadobenefactor mediante el seguimiento de losdiversos argumentos respecto a las funcio-nes del Estado. Al final se hace una revisióndel caso mexicano.

La controversia sobre las funcionesdel Estado en el desarrollo de la cienciaeconómicaLa ciencia económica, desde las doctrinasmercantilistas hasta la gran variedad deteorías modernas, se ha desarrollado a par-tir de una controversia fundamental, la delas funciones que el Estado debe asumir ydesempeñar. Este es el tema que desarrolla-mos en este apartado.

1 Con este proceder Smith inicia la tradiciónmetodológica deductiva de la ciencia económica.

Page 3: 30ap3

53NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

bienestar total. La intervención del Estadofrustraría estos procesos.

Smith reflexiona sobre las obligacionesdel Estado consistentes con la libertad de losindividuos. En opinión de Smith el Estadotiene tres obligaciones: la defensa exterior,la administración interna de justicia y elmantenimiento de obras y establecimientospúblicos de un prohibitivo costo para losparticulares [Smith, 1981: 297 a 328]

En el capítulo I, del libro V de laRiqueza de las naciones, Smith planteaque los impuestos deben establecerse deacuerdo al principio del beneficio recibi-do de los programas de gasto público.2

En la opinión de Smith, el principio delbeneficio recibido es un principio de equi-dad y hace depender el sistema de impues-tos de la estructura de gastos. Hoy díaeste principio ha sido abandonado en fa-vor del principio de la capacidad de pago,con lo que la estructura impositiva esindependiente de la estructura de gastos[Musgrave, 1992].

De esta manera, a un Estado con fun-ciones mínimas corresponde un gastopúblico pequeño cuya estructura debeestar ligada a la estructura de los ingresosimpositivos a través del principio delbeneficio recibido. Este principio funcio-na como un freno automático a las de-mandas de bienes públicos que hacen losindividuos, toda vez que cada uno sabeque aquel que se beneficie de un progra-ma público deberá contribuir directamentecon el financiamiento de ese programa.

La obra intelectual de Smith dio inicio alo que se conoce como la escuela clásica.3

Otros economistas clásicos proporcionaronargumentos diversos para defender la liber-tad de las relaciones económicas privadas.

Jeremías Bentham (1748-1832)4 inter-pretó que la felicidad consistía en la presen-cia de placer y la ausencia de dolor, por loque debería abolirse toda legislación res-trictiva de la libertad de los individuos, todavez que al causarles dolor disminuye sunivel de felicidad.

Bentham recomendó la creación de ins-tituciones sociales cuyo cometido debía serel de promover la mayor felicidad, así,abogó por la educación y la salud públicapara las masas, con el fin de que los ciuda-danos estuvieran en posibilidad de extraerfelicidad de las cosas, también abogó por unaequitativa distribución de la riqueza, puestoque esta equidad permitiría una mejor y unamayor distribución de la felicidad. Sus pro-puestas de reforma tuvieron una gran influen-cia en Inglaterra durante la primera mitad delsiglo XIX [Ferguson, 1966: 81 a 84].

2 Sin embargo, cuando la acción estatal benefi-cia a todos los ciudadanos y no pueden ser separadoslos beneficios individuales obtenidos por esa ac-ción, entonces se justifica una contribución generalde acuedo a la capacidad de pago.

3 La escuela clásica analiza la actividad delEstado desde la perspectiva de los procesos deformación de precios en el mercado. En el clasicis-mo económico predominó la corriente inglesa repre-sentada por Adam Smith, Jeremías Bentham, Mal-thus, David Ricardo, Nassau W. Señor y Stuart Mill,no obstante, se desarrollaron otras corrientes comola francesa y la alemana, sobre todo a partir de latraducción a diferentes lenguas de la obra de AdamSmith.

4 Bentham fue hijo y nieto de abogados, estudioleyes, pero se dedicó a ser escritor, activista ymiembro del parlamento, se orientó a la búsquedade leyes racionales que proporcionaran la mayorfelicidad al mayor número de personas. De acuerdocon Parkin [2001: 188] fue el primero en utilizar elconcepto de utilidad para explicar las eleccioneshumanas.

Page 4: 30ap3

54 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

lo VIII de su obra Ricardo expresa supostura general acerca de la tributación: silos impuestos recaen sobre el capital, lareducción de recursos que esto implica lle-vará a la ruina, pero aún siendo posible quelos impuestos recaigan sobre los ingresos,tienen el poder de disminuir la acumulación[Ricardo, 1959: 115.].8

John Stuart Mill (1806- 1873),9 fue fir-me creyente en el laissez faire,10 sin embar-

Thomas Robert Malthus (1766-1834),al introducir el tema de la población en elanálisis económico, proporcionó una lí-nea de argumentación adicional contra laintervención del Estado. En su opiniónera falso que no hubiera límites a lafelicidad humana, por el contrario, elcomportamiento de la población, la cualcrecía más rápidamente que la provisiónde alimentos, daba un carácter natural ala lucha por la conservación y a la des-igualdad en la riqueza. En consecuencia,una mejoría en el nivel de bienestar de lapoblación, procurada por la intervenciónestatal, a final de cuentas promovería unapoblación excedente, y con ello, la conse-cuente escasez de los medios de subsis-tencia. En último análisis, la intervencióndel Estado para mejorar las condicionesde la población resultaba infructuosa [Fer-guson, 1966: 87]

El economista más brillante después deAdam Smith, David Ricardo (1722-1832),5

desarrolló una teoría sobre la renta de latierra6 y la teoría del libre comercio basadoen las ventajas comparativas.7 En el capítu-

5 David Ricardo (1722-1832), un corredor debolsa muy exitoso, a los 27 años de edad estudió laRiqueza de las naciones A partir de ahí se convirtióen uno de los economistas más célebres de su épocay también en uno de los más grandes de todos lostiempos. Escribió The Principles of Political Eco-nomy and Taxatión en 1817 [Parkin, 2001: 514].

6 Ricardo enfocó la renta de la tierra desde elpunto de vista de la distribución: como un excedentesobre el costo de producción cuya magnitud dependíade la fertilidad y la ubicación [Ricardo, 1959: 55].

7 Las principales aportaciones de Ricardo sur-gieron en el contexto de una acalorada disputa sociale intelectual sobre las leyes de granos en GranBretaña. Con la derrota de Napoleón en 1813, losgranos, que durante la guerra napoleónica habíanelevado su precio internacional, se vieron abarata-

dos, con lo que la conveniencia de su importaciónfue objeto de una violenta disputa entre los terrate-nientes cultivadores que habían estado protegidos ylos productores industriales que pugnaban por im-portar los granos baratos. Ricardo concluyó que laGran Bretaña debía especializarse en producir yexportar productos industrializados debido a la ven-taja que la pujante revolución industrial le habíadado, y debía importar los granos baratos de otraspartes del mundo [Ferguson, 1966: 95].

8 “Si el consumo del gobierno, incrementado porla recaudación de impuestos adicionales se satisface,ya sea mediante una producción incrementada o bienmediante un menor consumo por parte de la pobla-ción, los impuestos recaerán sobre el ingreso, y elcapital nacional no se verá afectado; pero cuando nose incrementa la producción ni disminuye tampoco elconsumo improductivo por parte del pueblo, los im-puestos tendrán necesariamente que recaer en elcapital, es decir, mermarán el fondo destinado alconsumo productivo” [Ricardo, 1959: 114].

9 Filósofo y economista inglés, fue el pensadorde más resonancia de la escuela clásica inglesa, enel período entre David Ricardo y Alfred Marshall.Fue un autor muy prolífico (Lógica deductiva einductiva, 1843; Principios de economía políticacon algunas de sus aplicaciones a la filosofíasocial,1848; Utilitarianism, 1863, entre muchasotras obras), conjugó el pensamiento de Malthus, deRicardo y de su padre, James Mill.

10 Fue el fisiócrata francés Vincent de Gournay(1712-1759) quien expresó su convicción de nointervención del Estado de la siguiente manera:Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui-même (dejar hacer y dejar pasar, el mundo va por simismo).

Page 5: 30ap3

55NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

go, aceptó como excepción la intervencióndel Estado en ciertos ámbitos: la educaciónelemental, la colonización, la pobreza, laprotección de industrias incipientes, las ac-tividades que carecen de interés para lainversión privada, la reglamentación de lasactividades laborales y otros ámbitos.

Consideró que si bien la producción deriqueza está determinada por leyes que es-capan al control humano, su distribución esel resultado de las instituciones humanas, desus leyes y de sus costumbres.

Para Stuart Mill el sistema impositivodebe respetar la propiedad privada y lasdesigualdades económicas, toda vez queestas resultan de las diferentes habilidades ycapacidades de los individuos. Considera ala educación como uno de los mejores me-dios para nivelar estas desigualdades.

A fin de que el sistema impositivo noinhiba el ahorro y la generación de riqueza, losimpuestos deben recaudarse no por lo que losindividuos ganan, sino por lo que gastan[Fernández de la Puente, 1986: 59 a 61].

El enfoque clásico dominó el pensa-miento británico aproximadamente durante100 años, desde la publicación de las obrasde Smith, especialmente la Riqueza de lasnaciones, hasta alrededor de 1880. La es-cuela clásica también incluye importantesaportaciones de pensadores franceses y depensadores alemanes.11

Quizá la más popular, puesto que seconvirtió en un pilar de la explicación teóri-ca del sistema capitalista hasta principiosdel siglo XX, fue la ley de los mercados delfrancés Jean Baptiste Say (1767–1832), deacuerdo con la cual no es posible una crisisde sobreproducción toda vez que toda ofertacrea su propia demanda, lo cual hace inne-cesaria la intervención gubernamental confines económicos.

Say postuló que si el gasto del Estadocontribuía a crear o a mantener el capital,era un gasto productivo. El gasto público esimproductivo si se destina a satisfacer lasnecesidades de la sociedad. En el caso deque los beneficios y la seguridad que ofreceel Estado sean menores que el monto de losimpuestos entonces el Estado atenta contrael derecho de propiedad.

Después de Say, el representante másimportante del grupo clásico francés es Frede-ric Bastiat (1801–1850), fue un defensor dellaissez faire absoluto, percibió al Estado comoun organismo de rapiña y opresión que de-fraudaba a los más y enriquecía a los menos[Ferguson, 1966: 131-132].

La influencia del clasicismo económicoen Francia abarcó desde finales del sigloXVIII hasta 1900, al menos.

En general los autores clásicos se carac-terizaron por emplear la lógica deductiva,explicaron el comportamiento de los sereshumanos bajo suposiciones derivadas de laobservación acerca de la naturaleza huma-na, con lo que su razonamiento resultódemasiado abstracto.

Hacia 1800 se había dado ya, en Europaprincipalmente, un creciente desarrollo dela producción para el mercado. Con esto, laeconomía tuvo como problema fundamen-tal, el de la explicación del precio.

11 En Alemania La riqueza de las naciones sepopularizó en las obras de Kart Heinrich Rau (1791–1870) y de Friedrich Noberius (1784-1857).Tam-bién hubo aportaciones de pensadores de otraspartes del continente europeo, a quienes llegó lainfluencia de la obra de Adam Smith. La Riqueza delas naciones se tradujo al alemán en 1776, alitaliano en 1779, al español en 1794, al danés en1780 y al ruso en 1806.

Page 6: 30ap3

56 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

En este momento, el desarrollo de laeconomía se perfila con claridad hacia elenfoque subjetivo de la escuela marginalis-ta, que estructura la determinación del valory los precios a partir del comportamientodel consumidor. Esta escuela quedó repre-sentada por Gossen, Jevons,12 por el francésMarie Ésprit León Walras (1884-1910) ylos austriacos Karl Menger (1840-1921),Friedrich von Wieser (1851-1926) y Eugenvon Bohm Bawerk (1815-1914).

Nuevamente un inglés, Alfred Marshall(1842–1924), fue quien amalgamó las vie-jas doctrinas clásicas y el nuevo enfoquemarginalista, para explicar el funcionamien-to de un orden construido en torno a laempresa competitiva en ausencia de inter-vención estatal. Estudió el equilibrio desdeel lado clásico de la oferta y desde el ladomarginalista de la demanda, por ello, esconsiderado el padre de la economía moder-na. Se puede decir que el fundó y ha sido unode los teóricos más destacados del neoclasi-cismo.13 Esta escuela de pensamiento hadiscriminado situaciones en las cuales se

justifica la intervención neutra del Estadopara corregir las fallas del mercado.

La depresión económica de finales de lasegunda década del siglo XX, evidenciandolas insuficiencias del análisis neoclásico,posibilitó el desarrollo de la teoría de Key-nes, quien tuvo el mérito de enfocar ladeterminación del nivel de empleo. En suTreatise on Money (1930) señaló la impor-tancia de la relación entre los ahorros y lainversión como causa del ciclo económico yen su Teoría general de la ocupación, elinterés y el dinero (1936) estudió teórica-mente la situación de equilibrio con desem-pleo involuntario y la necesidad de interven-ción del Estado a través de la política fiscalpara compensar la insuficiencia de deman-da. Específicamente, Keynes propuso queel Estado aplicará una política deficitaria degasto público financiada con endeudamien-to, hasta el punto en que el desempleo de lamano de obra fuese absorbido.14 Keynessentó bases suficientes para el desarrollo dela macroeconomía, la contabilidad nacionaly la planificación indicativa. Así, El enfo-que keynesiano se distanció del sustentópolítico e ideológico de las escuelas clásicay neoclásica.

Como hemos visto, los clásicos defen-dieron mediante diversos argumentos la in-necesariedad de la intervención estatal, comono fuese para garantizar los derechos natu-rales a la vida, la libertad y la propiedad, tannecesarios para preservar los incentivos a laasignación eficiente de los recursos. Losneoclásicos, por su parte, sustentaron dobleresponsabilidad al Estado: corregir las fa-

12El alemán Herman Heinrich Gossen (1810–1859) en su único libro El desarrollo de las leyes delcambio humano, plantea con claridad la idea de lautilidad marginal y usa el método matemático en elanálisis económico, sin embargo, es William Stan-ley Jevons (1835–1882) quien recupera sus aporta-ciones en la introducción a su Theory of PoliticalEconomy (1879).

13 De acuerdo con Parkin [2001: 146], las leyesde la oferta y la demanda fueron descubiertas duran-te la década de 1830 por Antoine Augustin Cournot(1801-1877), un profesor de matemáticas de laUniversidad de Lyon, Francia, sin embargo, la pri-mera exposición profunda y completa de la teoría dela oferta y la demanda tal como la conocemos en laactualidad fue realizada por Alfred Marshall en sumonumental tratado Principios de economía publi-cado en 1890.

14 En ese momento, se haría necesario un aumen-to de los impuestos y una reducción del endeuda-miento, porque un exceso en la demanda, más alládel pleno empleo, generaría inflación.

Page 7: 30ap3

57NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

llas del mercado y preservar la estabilidaddel crecimiento económico.

En los enfoques clásico y neoclásicosubyace la concepción del Estado liberal,que se nutre del individualismo racional dela teoría de los contratos del derecho roma-no, en tanto que, el enfoque de Keynes seapoya “..en la teoría de la asociación porconcesiones, que es la teoría de la subordi-nación de los grupos al Estado del derechoromano” y que “..otorga al Estado autori-dad para definir y promover el bien comúny patrocinar grupos”. [Vélez y Varela,1991: 25]. Quizá debido a ello, al modeloKeynesiano de intervención estatal se lereconoce como un importante antecedentedel Estado del bienestar.

Surgimiento, desarrolloy crisis del Estado del bienestarDespués de la segunda guerra mundial sedesarrolló con más vigor el reconocimientode la necesidad de la intervención estatal, nosólo en el plano económico, sino también enel plano del bienestar social. El modelo deordenamiento que implementó el primergobierno de la República Federal Alemanadespués de la II guerra mundial, conocidocomo modelo social de mercado, sustentadoteóricamente por Walter Eucken y AlfredMúller-Armack, se adoptó, de manera bási-ca, en la mayoría de los países industrializa-dos occidentales, sólo que al asumir diver-sas variantes en cada país en general se le hadado en llamar Welfare State, Estado delbienestar [Pfaller, 1997: 2].15

En el Welfare State aún se concibe al

mercado competitivo como el mejor meca-nismo de coordinación, porque promueve laeficiencia en la asignación de recursos yelimina las ganancias de monopolio, distri-buyendo ese potencial de bienestar entre lapoblación. La libertad del mercado se ga-rantiza mediante el respeto de los derechosde propiedad privada y la desvinculacióndel Estado de grupos privados poderosos[Pfaller, 1997: 2]. La libertad individual delos participantes del mercado puede serregulada por el Estado en defensa de intere-ses públicos y aún en defensa del mismomercado.16 El Estado también tiene la tareade lograr la transparencia del mercado.Otras razones para la intervención del Esta-do son: los bienes públicos y la falta decapacidad empresarial.

Podemos decir que el sistema social demercado en gran medida se sustenta en eléxito de una cadena de eventos, que vincu-lados, llevan al bienestar de las personas através de la obtención de un empleo para lagran mayoría de la población. Pero el éxitodel modelo depende de ciertas condicionespolíticas: fuerza laboral con alto poder denegociación, seguridad social previsora deconflictos, política anticíclica y política deintegración mundial avalada por los dife-rentes sectores sociales.

Pero lo que más distingue al enfoquesocial de mercado es el reconocimiento deque el Estado puede y debe corregir los

15 En América Latina, en los años cincuenta, anteel reto de la industrialización, el Estado del Bienes-tar tomó las denominaciones de economía mixta y decapitalismo de Estado [Durán, 2001: 5].

16 La regulación de las actividades privadas quegeneran fuertes costos sociales, constituye un ejem-plo de la intervención estatal en defensa del interéssocial general, en tanto que la regulación de lasprácticas competitivas para evitar monopolios o laimposición de la obligación de informar, son ejem-plos de intervenciones estatales en beneficio delpropio mercado.

Page 8: 30ap3

58 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

resultados distributivos. Se reconoce que elmercado no es eficiente en la distribucióndel bienestar, en tanto asigna un ingresoinferior al promedio, a ciertos actores socia-les. En este sentido, los Estados benefacto-res se adhieren a una firme vocación por elbienestar equitativamente distribuido.

Para este enfoque, la fuente más impor-tante de la desigualdad distributiva está enla concentración del patrimonio [Pfaller,1997: 5]. El Estado debe procurar unaamplia distribución del patrimonio, no me-diante la expropiación del patrimonio dealgunos, sino mediante la generación adi-cional de riqueza, para ello, el Estado debeestimular que parte del ingreso corriente delos individuos se use para generar patrimo-nio [Pfaller, 1997: 6].

Se reconocen otras razones que justifi-can una intervención más aguda del Estadoen materia de distribución del bienestar:protección contra los riesgos de la vida,17

provisión en ciertos rubros del consumo18 yun ingreso mínimo estatal, a los que noganan suficiente en el mercado.

En Alemania el enfoque social de merca-do, además, ha consagrado en la Constitu-ción que los estándares de vida sean igualesen todo el territorio, por lo que el Estado estáobligado a no concentrar territorialmente laasignación ni la recaudación de recursospúblicos.

Para Ricardo Petrella (citado por Durán[2001: 4]), “El Estado de bienestar es unsistema basado en un contrato social escritoy tácito que garantiza la seguridad social,individual y colectiva, que promueve lajusticia social y que propone formulas efi-caces de solidaridad entre los hombres y lasgeneraciones”.19

Tina Mäkinen [1999] hace una clasifi-cación de modelos del Estado del bienestarque se desarrollaron después de la segundaguerra mundial:

1. Modelo de seguridad social básica.Canadá, Reino Unido y Estados Unidos

2. Modelo Selectivo: saca al rico paradar al pobre. Australia

3. Modelo corporativista: otorga más aquienes ya tienen. Bélgica, Francia, Alema-nia, Luxemburgo y Países Bajos.

4. Modelo abarcativo: brinda coberturauniversal y alto nivel de prestaciones. Dina-marca, Finlandia, Suecia y Noruega.

En opinión de García Cotarelo [1987:5], el concepto de Estado benefactor harecibido apoyo de conservadores y libera-les, de socialistas y democratacristianos,debido a que se sustenta en una nueva formade Estado: el Estado social de derecho,forma que sustituye al Estado liberal dederecho [Durán, 2001: 4].

El Estado social de derecho ha venidoconfigurándose debido al impulso de unaserie de acontecimientos históricos. Deacuerdo con Benham [1973: 58] con elcambio de percepción sobre la pobreza afinales del siglo XIX , a la que se le considerócomo un problema social, el Estado alcanzó

17 Se recomienda, que en algunos casos se pro-mueva mediante el sistema de seguros a cargo delbeneficiario, pero en otros casos como en el de lasalud, la protección debe ser de acuerdo a la necesi-dad de las personas.

18 El estado puede proveer directamente ciertosrubros del consumo, un ejemplo sería el de losservicios de educación, o bien puede utilizar unmecanismo de subsidios.

19 El contenido del contrato social del EstadoBenefactor incluye: Derecho al trabajo, lucha contrala pobreza, cobertura de los riesgos sociales y lapromoción de la igualdad de oportunidades.

Page 9: 30ap3

59NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

la categoría de un Estado benefactor obliga-do a brindar seguridad social.

En la Alemania de finales del siglo XIX ,Otto von Bismarck, canciller del segundoReich (1871-1891), promovió un importan-te sistema de seguridad social dirigido a lostrabajadores industriales y financiado demanera tripartita por los asalariados, losempleadores y el Estado20 [Bustelo y Minu-jin, 1997: 116; Kusnir, 1996: 30].

Casi a la par, la aportación de la GranBretaña fue la de la reforma laboral: sepromulgó en 1897 una ley sobre accidentesde trabajo, seguida en 1908 por la ley depensiones a las persona más pobres, hastallegar en 1911 a la ley nacional del seguroque cubría la enfermedad, la invalidez y eldesempleo [Kusnir, 1996: 29].

El siguiente antecedente en el desarrollodel Estado social de derecho es la conforma-ción de la socialdemocracia como una ver-tiente del movimiento socialista en 1919.21

La socialdemocracia amalgama la visión deun Estado promotor del desarrollo con ob-jetivos sociales de corte marxista y lasformas económicas capitalistas de organi-zación [Durán, 2001: 1 a 4; Miralles, S/F].

La Revolución Mexicana de 1910, quetuvo como resultado la primera Constitu-ción Política (1917) que consagró impor-

tantes derechos sociales y formas de propie-dad no privadas, protegidas por el Estado,contribuyó a la conformación del Estadosocial de derecho. En el mismo sentido,Alemania contribuyó garantizando en laConstitución de Weimar (1919) la obliga-ción del Estado de satisfacer los derechoslaborales mediante la reforma laboral.

El mismo sistema capitalista, al mostrarla insuficiencia de la teoría económica de laépoca para entender y solucionar la crisissistémica de 1929, contribuyó al descréditode las prescripciones de no intervención delEstado. Peines justificó la intervenciónmacroeconómica estatal.

En plena guerra mundial, entre 1942 y1944, el inglés William Beveridge desarro-lló un par de obras que cambiaron la con-cepción de la política social. En 1942 pre-sentó al gobierno inglés el informe El segu-ro social y sus servicios correlativos, enéste informe plantea su convicción de evitarque después de la guerra se retomase elsistema de desigualdades sociales del pasa-do. Alude a la solidaridad entre las clasessociales para aumentar el bienestar social[Bustelo y Minujin, 1997: 117].

En 1942 la legislación sobre protecciónsocial recibe un gran impulso con el reporteBeveridge, el cual propone la intervenciónestatal en la seguridad social y el otorga-miento de subsidios a las clases necesitadas.A la postre, las recomendaciones de éstereporte se amalgaman con las recomenda-ciones keynesianas de intervención econó-mica del Estado [Soria, 1996: 67].

En 1944 Beveridge publicó su libro Ple-no empleo en una sociedad libre, en el queestablece la relación entre empleo y seguri-dad, y plantea a ésta última como un mediode inclusión social. Beveridge estaba in-

20 Los objetivos de Bismarck eran: contrarrestarla influencia del socialismo, promover la unifica-ción alemana y dar impulso al desarrollo industrial.La aportación alemana a la seguridad social seextendió a toda Europa y dominó las discusionessobre legislación social hasta antes de la segundaguerra mundial.

21 En 1919, como resultado de las disputas deLenin y Kautsky, Lenin crea la III Internacional, loque divide al movimiento socialista en socialdemo-cracia (Antigua II Internacional) y en vertiente co-munista (III Internacional).

Page 10: 30ap3

60 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

fluenciado por Keynes, ya que pensaba queel seguro tenía un rol macroeconómico alfuncionar como un estabilizador automáti-co del ciclo económico [Bustelo y Minujin,1997: 117].

Para Beveridge la política social deberíatener como propósitos los de evitar tanto, laindigencia, como la polarización del bienes-tar. Para ello, el Estado puede promoveruna redistribución en la medida de asegurarlos ingresos necesarios para la subsistencia.Los principios básicos de su modelo deseguridad social son: justicia, la oportuni-dad razonable de tener trabajo remunerado,la certeza de contar con ingresos suficientespara estar a salvo de la indigencia y ladefensa de la familia como unidad social[Kusnir, 1996: 48].

Operativamente Beveridge propone unprograma completo de seguros sociales yservicios afines, para trabajadores y notrabajadores, que cubran la desocupación,la incapacidad, la maternidad, la viudez, elcuidado de los hijos, los gastos de entierro yel aprendizaje de nuevas ocupaciones, losservicios médicos y de rehabilitación, y lossubsidios a los hijos. Propone el estableci-miento de un ingreso mínimo nacional [Kus-nir, 1996: 48] y que el programa de bienestarsocial sea financiado mediante un sistematripartito compuesto por el trabajador, elempleador y el Estado.22

Fue a partir de Beveridge que se abando-na la idea de Bismarck del seguro social sólopara trabajadores, para pasar a la idea de laseguridad social como un piso universal debeneficios para todos los ciudadanos, a

través del cual una comunidad otorga unaprotección mínima, independientemente desi las personas contribuyeron o no al soste-nimiento del sistema [Bustelo y Minujin,1997: 117].

En opinión de Jeannot [2000: 41], Beve-ridge inaugura una política estatal benefac-tora pasiva o indemnizadora, que a la postrellevará a la crisis del Estado benefactor.

Después de Beveridge, la contribuciónmás influyente en el desarrollo de las estra-tegias de bienestar social fue dada por Ri-chard Titmuss, investigador británico, quienplantea que no basta con la búsqueda de unpiso mínimo de protección universal, sinoque debe asumirse explícitamente un objeti-vo redistribuidor del ingreso.

Finalmente, todos estos avances en ladoctrina acerca del bienestar como unaresponsabilidad social, han concretado lapropuesta de los derechos económicos ysociales como una prerrogativa de la ciuda-danía social [Ordóñez, 2000: 93 y 94].

El Estado de bienestar maduro experi-mentó varias crisis [Jeannot, 2000: 41]: unatendencia al crecimiento ilimitado de lasdemandas de bienestar social que se reflejóen el crecimiento continuo del gasto social(crisis fiscal); límites para recaudar im-puestos en la medida necesaria para soste-ner el creciente gasto social (crisis financie-ra23); instituciones públicas grandes queexperimentaban problemas propios del ta-maño, rigidez, burocratización, corrupción

22 Salvo en los casos de subsidios a los hijos y enla asistencia nacional sanitaria y de rehabilitación,cuyo costo debe ser cubierto íntegramente por elEstado.

23 La crisis financiera se produjo debido alfenómeno de estanflación (combinación de estanca-miento económico e inflación) de fines de los seten-ta, que al mismo tiempo impidió el crecimientoeconómico y deterioro el poder adquisitivo. Por estarazón, el poder recaudatorio de los gobiernos cayódrásticamente.

Page 11: 30ap3

61NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

e insensibilidad social (crisis de legitimi-dad). Todo en un contexto económico deestancamiento, que dificultaba el crecimientodel ingreso nacional.

Muy ligados a los factores causales de latriple crisis del Estado benefactor, se handesarrollado argumentos a favor de la pri-vatización desde la economía, desde la po-lítica y desde la sociología: desde el punto devista económico, la privatización eleva laeficiencia en la asignación de recursos; po-líticamente la privatización permite desba-ratar las coaliciones sociales interesadasque sobredemandan beneficios al Estado, locual lleva a la modificación de la concienciay la acción política del público para trasla-dar sus demandas del Estado al mercado;24

y, sociológicamente, el reconocimiento delproblema burocrático del gobierno y la ine-ficacia de los programas sociales en granescala, permiten sugerir el fortalecimientode las instancias comunitarias descentrali-zadas capaces de garantizar la eficacia delos programas públicos [Starr, 1989].

En opinión de O’Higgins [1989: 54 y55], uno de los más grandes defectos de laestrategia de bienestar social pasada ha sidotratar la beneficencia social como un fin ensi misma y por tanto concentrase en insu-mos de recursos como símbolos de progresoy de compromiso.

En nuestra opinión no debe cuestionarsela beneficencia social en si misma, porqueprecisamente en un Estado cada ciudadanodebe estar bajo resguardo, al menos en unnivel de bienestar mínimo definido social-mente.

Este último parece ser el cometido del

Estado Benefactor, en el que pueden encon-trarse ingredientes neoclásicos (la defensadel mercado libre y competitivo), ingredien-tes neoliberales (la defensa de los derechosde propiedad) y una vocación del bienestarcomo un derecho ciudadano.

El surgimiento del neoliberalismoy su instauración en el mundoEn el mundo, el neoliberalismo surge conla sociedad de Mont Pelerin, organizadadurante la reunión (Mont Pelerin, Suiza,1947) a la que el economista austriacoFriedich Von Hayek convocó a otros ideó-logos entre los que destacan Karl Popper,Milton Friedman,25 Ludwid von Misses yWalter Lipman. Esta sociedad se declaróenemiga de todos los formatos de organi-zación económica en los que el Estadoasumía algún grado de intervención, ental sentido, rechazó la visión del Estadosocialista–Comunista que se había im-plementado en Rusia en 1917 y despuésde la segunda guerra mundial en Europadel Este, en China Continental, en África,en Asia y en Cuba. También rechazó lapropuesta intervencionista de Keynes. Sucrítica y su rechazo alcanzaron al Estadobenefactor que se desarrolló en los paísesde Europa Occidental después de la Se-gunda Guerra Mundial [Durán, 2001: 1].

24 Para el estudio de estos aspectos en el casoconcreto de Inglaterra puede consultarse a O´higgins[1989].

25 El reconocimiento del monetarismo se debe alos trabajos de Friedman. Otros miembros destacadosde esta escuela, además de su esposa, son AnnaSchwartz, Phillip Cagan y Richard Selden. Han so-bresalido también discípulos del propio Friedmanque han sometido a revisión algunas de sus afirmacio-nes, entre ellos podemos citar a Karl Brunner y AllanMeltzer. El enfoque monetarista más reciente es el delas expectativas racionales o nueva macroeconomíaclásica, con destacados representantes como JohnMuth, Thomas Sargent y Robert Lucas.

Page 12: 30ap3

62 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

El neoliberalismo trata de ignorar todaslas influencias que dieron origen, y hanconsolidado, a la corriente neoclásica ini-ciada por Alfred Marshall. El enfoque teó-rico de pensadores como Hayek y Fried-man26 pertenece a la tradición individualistade interpretación social.27 En su perspecti-va, los verdaderos liberales sustentan laimposibilidad de prever las consecuenciasde las acciones individuales y por tanto,creen que es inútil cualquier intento dereconstruir la sociedad de acuerdo a un plano modelo racional.28

En 1973, en el contexto de un aumento

sostenido de los precios del petróleo,29 seprodujo una crisis global del sistema capita-lista. El diagnóstico neoliberal sobre estacrisis, en lo general, fue que se debió a laexcesiva intervención del Estado, su abulta-do nivel de gasto orientado a la consecuciónde fines económicos y sociales y al excesivopoder de los sindicatos30 [Durán, 2001: 2].

En su libro Free to chose [1980: 178]Friedman31 ve como la explicación básicade las crisis del mundo capitalista avanzadola existencia de un supragobierno sobre elque se sustenta un gran centralismo, unaexcesiva burocratización y una excesiva re-glamentación, fenómenos todos ellos, que li-mitan la libertad de elegir de los individuos.

En el mismo texto señala que la excesi-va regulación fue la expresión de la fuerzade movimientos32 que se opusieron al pro-

26 La relación entre Hayek y Friedman es anti-gua. Friedman fue uno de los invitados de Hayek enla reunión de Mont Pelerin (Suiza) en 1947, tam-bién fueron compañeros de trabajo durante muchosaños en la Universidad de Chicago, sin embargo,entre los dos pensadores hay diferencias importan-tes. Para Hayek la ciencia debía sustentarse en elrigor del razonamiento, por eso llegó a despreciar eluso del método matemático. Por el contrario, Fried-man, sustento su trabajo en los modelos matemáti-cos y el análisis estadístico. Estas discrepanciasmetodológicas de su trabajo científico impidieron elreconocimiento y apoyos mutuos.

27 El individualismo es una teoría de la sociedadque sostiene que las instituciones humanas puedendesarrollarse sin una mente directiva o plan delibe-rado. Esta teoría fue establecida en general por loseconomistas clásicos. La teoría opuesta es la teoríadirigista, colectivista o racionalista, que cree que lasociedad se realizará de una forma más perfectamediante la dirección central y la planificación,debido a que el hombre puede discernir y organizarel interés público. Otros términos utilizados parareferirse a estas dos teorías han sido evolucionismoy constructivismo respectivamente, como origen delas instituciones humanas

28 Un orden en el que hay un hacedor externo queestablece fines específicos para el orden, mandatosy reglas para los individuos, constituye un ordenarreglado. Para designar este tipo de orden Hayekusó la palabra griega taxis.

29 En la década de los años setenta se presenta-ron dos shocks petroleros el de 1973-1974 y el de1979-1980. Estos dos eventos agravaron la inflacióny la recesión económica en los países importadoresde crudo, entre los que se encontraban los veintiséispaíses miembros de la OCDE. De acuerdo conSolomon [2000: 19] el fenómeno característico de laépoca fue la estanflación, una triste combinación deinflación y crecimiento lento.

30 El gran poder de los sindicatos llevó a aumen-tos salariales excesivos en los países industrializa-dos. El problema era tan grave que James Meadededicó buena parte de su conferencia Nobel endiciembre de 1977 al tema de la restricciones sala-riales [Salomón, 2000: 20]

31 El proyecto social de Friedman ha sido ex-puesto en tres libros de menor interés para loseconomistas dado que en ellos no hace un tratamien-to económico riguroso como lo hace en otros textosy artículos. Estos libros son: Capitalism and Free-dom (1962), Free to Cose (1980) y Tyranny of theStatu-Quo (1984).

32 Se refiere a los movimientos en defensa de losconsumidores, ecologista, regreso a la tierra, hippie,alimento orgánico, entre otros.

Page 13: 30ap3

63NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

greso generado por el capitalismo. La exce-siva regulación ha cargado altos costos a lasactividades privadas, lo que ha obstaculiza-do su sano desarrollo y su expansión.

Friedman también plantea que el intentopor fomentar la igualdad originó un Estadogrande y poderoso, capaz de limitar la liber-tad de elección de los individuos. Lamenta-blemente la persecución de la igualdad y lasrestricciones a la libertad son inconsistentes[Friedman y Friedman, 1984: 209].

El Estado debe garantizar la libertad deelegir, para ello sus únicas funciones debenser: brindar protección interna y externa,mantener un sistema de justicia como sus-tento de los contratos y la propiedad; orga-nizar el financiamiento para la producciónprivada de bienes públicos y brindar cuida-do social a los que carecen de capacidadpara asumir responsabilidades [Friedman yFriedman, 1984: 53].

La propuesta neoliberal se implantó porprimera vez en Inglaterra, en mayo de 1979,con Margaret Thatcher:33

… Thatcher hizo campaña sobre una pla-taforma de desregulación, privatización yreducción del poder de los sindicatos, ade-más de políticas monetarias y fiscalesestrictas…..Como dijo Nigel Lawson, susegundo ministro de Hacienda, el objetivofue introducir una cultura empresaria en elReino Unido. [Solomon, 2000: 21]

Poco después, el neoliberalismo se esta-bleció en los Estados Unidos, cuando en

enero de 1981 Ronald Reagan asumió laPresidencia de ese país. “Al igual que Tha-tcher —su espíritu gemelo—, quería redu-cir la intervención del gobierno, eliminar lainflación y aplicar la desregulación …”[Solomon, 2000: 22].

En América Latina el neoliberalismo haconstituido la respuesta al desgaste de losmodelos intervencionistas que surgieron ypermanecieron vigentes desde la década delos años cincuenta. Primero fue Chile en1973, país en el que los Chicago Boysdirigidos por Milton Friedman implementa-ron el modelo neoliberal; le siguió Bolivia,país en el que se aplicó la política de Shock(1985) durante el Gobierno de Víctor PazStenssoro. En 1985 Carlos Salinas de Gor-tari fue reconocido, incluso por MargaretThatcher, por la escrupulosa aplicación de lasrecetas ortodoxas neoliberales en México.

La lista se complementa con Argentina,durante la presidencia de Carlos Saúl Me-nen (1989), Venezuela, bajo el Gobierno deCarlos Andrés Pérez (1989), Perú duranteel mandato de Fujimori (1989) y Brasil, conFernando Collor de Melo (1989).

En América Latina el neoliberalismo hatomado la forma de Programas de AjusteEstructural,34 recomendados y supervisa-dos por el Fondo Monetario Internacional y

33 Thatcher se convirtió en la primera mujer enocupar el cargo de primer ministro de la Gran Bretañacuando el Partido Conservador derrotó al Laborista, elque había ejercido el poder por quince años salvo porun intervalo en 1970-1974 [Solomon, 2000: 21].

34 Los Programas de Ajuste Estructural consis-ten en un conjunto de políticas destinadas a terminarcon los Estados del bienestar latinoamericanos demediados del siglo XX. Para ello, se recomiendan, elachicamiento del Estado, la privatización de lasempresas y los servicios públicos, la liberación delos mercados, especialmente el mercado externo, laeliminación de las políticas sociales, la privatiza-ción de la seguridad social, el incremento de larecaudación tributaria mediante impuestos indirec-tos, la reforma del mercado laboral y del Sistemaeducativo.

Page 14: 30ap3

64 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

el Banco Mundial, como condición paraproporcionar la ayuda necesaria ante lascrisis en las que se han visto envuelto lospaíses latinoamericanos [Durán, 2001: 6].

En 1990 se alcanzó lo que se ha dado enllamar el consenso de Washington acercade diez instrumentos de política: 1.La disci-plina fiscal; 2. Priorización de Gasto Públi-co en Educación y Salud; 3. Reforma tribu-taria; 4. Tasas de interés positivas determi-nadas por el mercado; 5. Tipos de cambiocompetitivos; 6. Políticas comerciales libe-rales; 7. Apertura a la inversión extranjera;8. Privatizaciones; 9. Desregulación; 10.Protección a la propiedad privada [Durán,2001: 12].

A partir de 1990, con la caída del murode Berlín, el proyecto neoliberal se implantóen los países del Este Europeo y en la UniónSoviética, también se implantó en la Repú-blica Popular de China mediante los mode-los de la economía socialista de mercado ylos bolsones de economía capitalista. Laincorporación de China al capitalismo tam-bién es impulsada por la incorporación deHong Kong. A partir de 1994, el neolibera-lismo se introduce en la India y en otrospaíses asiáticos [Durán, 2001: 3].

La crisis asiática de 1997/98 fue inter-pretada por los neoliberales como una prue-ba de que, en estos países, el fuerte interven-cionismo del Estado y el alto nivel delproteccionismo inhibían el correcto funcio-namiento del sistema capitalista. Como unresultado, estos países intensificaron la or-todoxia neoliberal.

Así entonces, el liberalismo extremo ofundamentalismo de mercado se ha conver-tido en el paradigma dominante en el mun-do, y en América Latina ha sido tal supenetración, que en muchos de estos países

los estudiosos consideran que las políticasneoliberales son insustituibles, olvidandoque el tema del papel del Estado en la vidaeconómica es un tema relevante no resuelto.

Teoría neoclásicaversus neoliberalismo Se han desarrollado dos posturas básicasrespecto al principal determinante de laeficiencia, la que sostiene que depende delos derechos de propiedad privada y laque sostiene que resulta de la competen-cia [Starr, 1989: 45].

Estos dos enfoques se corresponden condos variantes de las doctrinas que discutenel rol y las funciones del Estado: el neolibe-ralismo y la escuela neoclásica.

El neoliberalismo es la variante que seidentifica con la postura de los derechos depropiedad, en tanto que la escuela neoclási-ca se identifica con el planteamiento de lacompetencia.

Las estrategias recomendadas son dife-rentes, en el caso del neoliberalismo laestrategia es la privatización y en el caso dela escuela neoclásica la estrategia es la deeliminar el conjunto de regulaciones que elEstado ha impuesto a las actividades de losparticulares (desregulación).

La teoría de los derechos de propiedadha sido desarrollada dentro de la tradiciónde la denominada Escuela de Chicago.35

“El papel de los derechos de propiedad seformalizó en el modelo Demsetz36-Posner-

35 De la escuela de Chicago se han desprendidovarios enfoques: el de los derechos de propiedad, elde los costos de transacción, el de las fallas delmercado, el de la economía de la información y el dela elección pública o acción colectiva [Ayala, 1999:29].

36 Toward a Theory of Property Rights, 1967.

Page 15: 30ap3

65NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

North37; según éste, la existencia de dere-chos de propiedad que definan claramenteel uso exclusivo de los activos mejorará eldesempeño económico” [Ayala, 1999: 357].Otros economistas también han contribui-do, entre ellos, Armen Alchian (Some Eco-nomies of Property Rights, 1965) y R.Coase38 ( The Firm, the Market and theLaw, 1988 ) quienes han explicado el efectopositivo de los derechos privados de propie-dad sobre el rendimiento organizacional.39

Curiosamente el neoliberalismo y elmarxismo coinciden en considerar a la pro-piedad como el elemento que determina eltipo de relaciones que moldean un ordensocial, aún cuando su perspectiva y lasconclusiones que obtienen son radicalmenteopuestas.

De acuerdo con la teoría de los derechosde propiedad, la de tipo privado otorga acada individuo control sobre sus recursos ysobre los beneficios derivados de esos re-cursos. Los individuos entonces tienen estí-mulos para buscar el mejor uso para losrecursos de que disponen. De esta manera seesfuerzan por lograr el mayor bienestarposible.

Esta doctrina de los derechos de propie-dad es radical porque concibe que no es unafunción del Estado utilizar el gasto públicocomo un medio para hacerse cargo delbienestar de las personas y las familias,porque la desigualdad tiene efectos benéfi-cos sobre la dinámica de las actividadesprivadas.

La posición neoliberal es que se obtendrá elmáximo crecimiento económico permitien-do que la distribución del ingreso sea deter-minada por el mercado; los gobiernos nodeberían adoptar políticas que redistribu-yan el ingreso de los ricos a los pobres. Lapostura descarta, por ejemplo, los impuestosprogresivos, los subsidios a los alimentos,las políticas de salarios mínimos, la protec-ción a los derechos sindicales y los progra-mas gubernamentales de creación de em-pleo. [Mac Ewan, 2001: 115).

Por su parte, en el análisis neoclásico,también denominado análisis convencionalo tradicional,40 la estrategia para la conse-cución de la eficiencia en las actividadesprivadas se ha centrado en la eliminación delas regulaciones a las actividades privadas.

La teoría neoclásica ha establecido elconjunto de condiciones bajo las cuales lacompetencia es posible, condiciones tanrestrictivas que han dado lugar al estudio de

37 D. North es una autor al que los neoclásicosconsideran heterodoxo, pero su trabajo ha tenidouna gran influencia a través de sus obras Estructuray cambio en la historia económica, Institucions,Institucional Change and Economic Performance.

38 R. Coase es un autor muy reconocido por sucrítica al institucionalismo clásico y a la teoríaneoclásica.

39 Esta teoría no concede importancia a otrosdeterminantes del rendimiento organizacional comolas características de la tarea y el tamaño de lasorganizaciones; tampoco identifica ninguna condi-ción ni característica particulares que pudiesenhacer que las instituciones públicas tuviesen unbuen desempeño [Starr, 1989: 42].

40 “La escuela neoclásica se convirtió en ladominante en Europa occidental y América delNorte. Esto contribuyó a frenar las posibilidades dedesarrollo y sobre todo de su expansión más allá delos lugares de origen, de otras escuelas, como lahistoricista y la austriaca, que permanecieron comoteorías marginales en los centros académicos másinfluyentes de los Estados Unidos y Gran Bretaña”[Ayala, 1999: 31].

Page 16: 30ap3

66 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

situaciones en las cuales el mercado falla enla asignación eficiente de recursos41 [Brod-kin y Young, 1989: 147]. Estas situacioneshan permitido justificar la intervención neu-tra del Estado.

Aún cuando la teoría de las fallas delmercado no llega a prescribir que hacerprecisamente en estos problemas, en térmi-nos generales el Estado puede ensayar tresconjuntos de respuestas institucionales: Laproducción estatal de bienes públicos, laregulación gubernamental de las activida-des de producción privadas y el cambio deresponsabilidad a instituciones privadas nolucrativas42 [Brodkin y Young, 1989: 149].

La existencia de externalidades y deimperfecciones en los mercados ha justifi-cado acciones estatales para corregirlas y/ocompensarlas, pero estas acciones se hantraducido en un incremento continuo y sus-tancial del gasto público. En el período1990-1996, en Estados Unidos el gastopúblico general como porcentaje del PIBpromedió arriba del 30 por ciento, en tantoque en Portugal, España, Grecia , Canadá yAlemania, los promedios estuvieron entre40 y 47 por ciento [Phillips, 2000: 32].

La orientación de la política públicaneoclásica es la que ha permitido a lospartidarios del enfoque de los derechos depropiedad [Friedman, 1984] criticar la in-tervención del Estado bajo el argumento de

que en la búsqueda de las condiciones com-petitivas los gobierno ha incrementado one-rosamente el gasto público.

Las funciones del Estadoen los países en desarrollo.El desarrollo de las concepciones sobre lanaturaleza, las funciones y el papel delEstado, se dio en el contexto de los paísesmás avanzados de Europa, como Inglaterray Alemania, entre otros.

La contraparte, los países de AméricaLatina, conquistados y coloniales, alcanza-ron su independencia política durante elsiglo XIX y su modernización económica enel siglo XX, de tal manera que las doctrinassobre el Estado y su actividad financieratuvieron matices particulares que es conve-niente tener en consideración.

Las primeras teorías para explicar eldesarrollo económico y las prescripcionespara acceder a éste provinieron de pensado-res de Europa Occidental. En los años cin-cuentas del siglo pasado se desarrollaronteorías que asignaban a la inversión públicaen el sector industrial de los países pobresun papel fundamental para iniciar e impul-sar la modernización económica.43 Las teo-rías de estos años se conocieron como lasteorías del despegue económico y estuvie-ron en boga durante los años sesenta.44

Para las teorías del despegue económi-

41 Las fallas del mercado pueden dividirse en dosgrandes bloques: externalidades e imperfecciones.

42 El desarrollo de la teoría no ha llegado adeterminar con claridad bajo cuáles criterios y encuáles condiciones debe instrumentarse una u otramodalidad de intervención pública para aliviar lasfallas del mercado. Los estudios al respecto sonabundantes pero en general desprenden conclusio-nes particulares a partir del estudio de casos [Brod-king y Young, 1989: 149].

43 De hecho, con las preocupaciones y las obrasdestinadas a entender el desarrollo económico naceuna nueva rama de la ciencia económica: la econo-mía del desarrollo.

44 Las teorías de diferentes autores configuraneste bloque: Albert Hirschman centra su propuestaen los efectos de arrastre; Francois Perroux elaborasu modelo de los Polos de Crecimiento; Gerard deBenis propone sus industrias industrializantes; WaltRostow establece sus cinco etapas del desarrollo.

Page 17: 30ap3

67NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

co, en general, en esta primera fase (la deldespegue económico), no se esperaba que elcrecimiento económico pudiera convertirseen desarrollo económico, por ello destacaGunnar Myrdal, economista sueco, quienaún reconociendo la naturaleza de los Esta-dos de los países en vías de desarrollo—demasiado blando, demasiado autoritarioo demasiado corrupto— como un obstáculo,planteó la necesidad de configurar Estadosredistribuidores que pudieran traducir el cre-cimiento en bienestar equitativo, al estilo delos Estados providencia europeos.

La explicación del rol modernizador delEstado en los países pobres, a finales de losaños sesentas, se mostró bastante simplista,pues en general se le atribuyó a Estadosnoveles la capacidad política y financierapara impulsar el bienestar social mediantelos procesos de industrialización, se sobre-estimó el aspecto económico y hubo ausen-cia de análisis sobre el funcionamiento par-ticular de los Estados y sus recursos [Peti-teville, 1988: 5].

Un enfoque distinto fue impulsado porRaúl Prebisch (1901-1986)45 al integrar enla Comisión Económica para América La-tina (CEPAL) a un grupo de economistas ysociólogos latinoamericanos46 que compar-tían una visión crítica respecto a la pertinen-cia para los países del tercer mundo del

modelo neoclásico primario-exportador.Este grupo de pensadores iniciaron el desa-rrollo del estructuralismo, corriente de pen-samiento histórica y holista47 de gran in-fluencia en la teoría y política del desarrolloen Latinoamérica.

El análisis centro-periferia fue plantea-do por Prebisch en el informe de la CEPALEl desarrollo económico de América latinay sus principales problemas (1949). Talenfoque propuso que la relación asimétricade las estructuras productivas del centro y laperiferia se reproducía a través de la divi-sión internacional del trabajo, en este senti-do, el libre comercio proclamado por auto-res neoclásicos (teorema Hecksher-Ohlin-Samuelson) a partir de la teoría de lasventajas comparativas de Ricardo, en reali-dad acentuaba las desigualdades económi-cas y sociales [Bustelo, 1998: 192-193].

Además del modelo centro-periferia(1949-1950), otros planteamientos de laCEPAL fueron: la interpretación del mode-lo industrializador latinoamericano (1949-1955), la elaboración de políticas de desa-rrollo (1955-1960), el análisis de los obstá-culos hacia la industrialización (1960-1963),la teoría estructuralista de la inflación (1953-1964) y la tesis del deterioro tendencial de larelación real de intercambio para los paísesexportadores de productos primarios (1949-1959) [Bustelo, 1998: 191].

Prebisch promovió la industrializaciónpor sustitución de importaciones argumen-tando los inconvenientes del modelo prima-rio-exportador y las ventajas del desarrolloindustrial [Bustelo, 1998: 196].

45 Prebisch nació en Tucuman, Argentina, fueSecretario de Economía de su país (1930-1932),Director del Banco central argentino y consultor delBanco de México (1944-1946). Fue colaborador dela CEPAL desde 1948, año en que se fundó, ydirector ejecutivo de ese organismo entre 1950 y1963, también dirigió la revista de la CEPAL entre1976 y 1986.

46 Entre ellos destacan el brasileño Celso Furta-do, el mexicano Juan Loyola, los chilenos AníbalPinto y Osvaldo Sunkel.

47Esta perspectiva enfoca el desarrollo-subdesa-rrollo como un único proceso multidimensional,económico, social e institucional.

Page 18: 30ap3

68 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

La crítica al estructuralismo se presentódesde varios frentes. La economía neoclási-ca planteo que “..la caída de la relación deintercambio carecía de una adecuada con-trastación empírica”, también se puso entela de juicio la excesiva confianza en laindustrialización. Por su parte, los marxis-tas percibieron al enfoque estructuralistamuy sesgado al productivismo dejando delado el estudio de las relaciones de produc-ción [Bustelo, 1998; Bacchetta, 2005]. Peroaún en el seno de la CEPAL hubo teóricoscuya crítica sustentó el desarrollo del enfo-que de la dependencia.

Se ha llegado a considerar a Paul A.Baran (1910-1964) como el padre del enfo-que de la dependencia a partir de su obraThe political economy of growth publicadaen 1957. En tal obra rechaza la teoría de lasetapas del desarrollo de Rostow al concebirel subdesarrollo como un producto históri-co del colonialismo-imperialismo, relaciónde dependencia que permitía extraer exceden-te de los países atrasados. La salida del subde-sarrollo requería la desconexión con el merca-do capitalista mundial y la revolución antica-pitalista.

Pueden distinguirse tres variantes en elenfoque de la dependencia: el desarrollo delsubdesarrollo48; los obstáculos al desarro-llo nacional49 y dependencia y subdesarro-llo50 [Bustelo, 1998: 203-209].

La teoría de la dependencia presentabapuntos débiles. Se contraponía a la interpre-tación marxista, según la cual el desarrollocapitalista en el tercer mundo era necesario,posible e incluso inevitable. También se haseñalado como debilidad su circulacionismo oconcepción mercantil del capitalismo “la exis-tencia de una producción para el mercado erauna condición suficiente para establecer elcarácter capitalista de una sociedad”,51 omi-tiendo el análisis de las relaciones de produc-ción [Bustelo, 1998: 214].

El enfoque de la dependencia tambiéncarecía de una teoría sólida de la acumula-ción a escala mundial que le permitieraanalizar las transformaciones estructuralesen los países desarrollados y sus efectos enlas relaciones centro-periferia. De esta ma-nera, el redespliegue industrial hacia el ter-cer mundo que la depresión central de losaños setenta provocó en algunos sectores,(confección, calzado, textiles, etc.) pasóinadvertido [Bustelo, 1998: 214-215].

El mismo Frank, con espíritu autocríticoha reconocido veinte años después, que apesar de cuestionar la ortodoxia no fueroncapaces de abandonar la tesis de que elcrecimiento económico mediante la acumu-lación de capital equivale a desarrollo. Deesta manera las heterodoxias de izquierda se

48 Desde esta perspectiva la dependencia impo-sibilitaba las posibilidades de crecimiento sosteni-do en los países atrasados. Estuvo representada porautores como A. G. Frank, S. Amin, T. dos Santos yR. M. Marini.

49 Esta variante representó la versión estructura-lista de la dependencia, incluye a autores como C.Furtado, O. Sunkel, M. da C. Tavares y A. Pinto. Seconcentró en explicar los obstáculos al crecimiento.

50 El libro dependencia y subdesarrollo en Amé-

rica Latina (1969) de F. H. Cardoso y E. Faletto esel exponente más importante de este planteamientoque caracteriza el desarrollo dependiente.

51 Este criterio se encuentra en la obra de Frank,quien ha sido criticado por E. Laclau (Politics andideologyin marxist theory, 1977) acusándolo dehaberse desviado de un concepto rigurosamentemarxista del modo de producción capitalista, queexige la presencia de una fuerza de trabajo libre, esdecir, Frank pasó por alto la otra gran relaciónnecesaria para caracterizar el sistema capitalista, larelación salarial.

Page 19: 30ap3

69NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

encontraban entrampadas en la ortodoxiadel desarrollo [Bacchetta, 2005].

El análisis de la dependencia sobreesti-mo la determinación económica “las mino-rías de los países en desarrollo no eran másque los engranajes sin autonomía de unavasta maquinaria económica internacio-nal…” [Petiteville, 1908: 9].

La evolución de algunos países del ter-cer mundo cuestionó importantes conclu-siones de la teoría de la dependencia. Losmodelos de vigoroso crecimiento hacia afue-ra de algunos países del sudeste asiáticodemostraron que los países dependientespodían modificar su modo de inserción en ladivisión internacional del trabajo.

En 1972, en una conferencia en Chile,Frank dijo que la utilidad política de lateoría de la dependencia había pasado, porla derrota de los grupos que la sustentabany por el retorno de los países socialistas a laeconomía mundial, lo cual eliminaba laposibilidad de una división del trabajo alter-nativa al sistema capitalista [Bacchetta,2005].

La teoría de la dependencia, en realidadno ofreció un modelo de desarrollo alterna-tivo que sustituyera a la desgastada indus-trialización por sustitución de importacio-nes. En una autocrítica veinte años despuésA. G. Frank reconoce como grandes erroresde la teoría de la dependencia el no haberpodido plantear políticas adecuadas paraterminar con la dependencia y el subdesa-rrollo y, más aún, llegar al desarrollo nodependiente (2004). En esta situación, lacrisis del Estado intervencionista que im-pulsó la industrialización en Latinoaméricafue un excelente caldo de cultivo para lallegada y el predominio del fundamentalis-mo de mercado.

Desde los años setenta, Institucionesinternacionales como el Fondo MonetarioInternacional (FMI) y el Banco Mundial(BM) habían venido ganando una posicióndominante como organismos multilateralesde asistencia económica y de ayuda finan-ciera. Los teóricos de estas instituciones,formados en la escuela neoclásica de econo-mía,52 diseñaron los Programas de AjusteEstructural como paquetes de política paraenfrentar las crisis en los países latinoame-ricanos.

Estos programas entraron en la escenadesde los primeros años de la década de lossetenta y pusieron el acento en el desmante-lamiento de todo tipo de intervención esta-tal, es decir, su principal estrategia ha sidola privatización.

El caso de MéxicoEn el periodo 1950-1980 México ha pasadode un Estado “benefactor” a un Estado“neoliberal”, se ha movido pendularmentede un extremo a otro en las estrategiasposibles de desarrollo.

El Estado benefactor del periodo 1950-1980 desempeñó una función muy específi-ca, la industrialización del país. Un antece-dente histórico de la naturaleza funcionalis-ta de la intervención del Estado en el contex-to de un proteccionismo económico, lo en-contramos, en la remota política mercanti-lista del siglo XVI , más recientemente en lapolítica social de Otto von Bismarck, canci-ller alemán del Segundo Reich (1871- 1891),

52 Bela Balassa, es uno de los economistas másrepresentativos e influyentes en el seno del BancoMundial a principios de los ochenta. Balassa realizóestudios que mostraban una relación positiva entreel crecimiento de las exportaciones y el crecimientodel Producto Interno Bruto

Page 20: 30ap3

70 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

quien instrumentó una política social parapromover la unificación nacional y contra-pesar la influencia socialista de aquellosaños [Kusnir, 1996: 30].

La intervención del Estado en México enlos años cincuentas y sesentas experimentóuna importante sinergia: al mismo tiempoque lograba objetivos económicos, satisfa-cía demandas sociales. En el aspecto econó-mico, el Estado creó condiciones que redu-jeron los costos de producción de la nacienteindustria nacional y le aseguró un mercadocautivo. En términos sociales “El Estadocomo promotor de una política social, dis-tribuyó beneficios mínimos entre obreros,campesinos, clases medias y militares; losempresarios de los diversos sectores econó-micos, de nivel pequeño, mediano y magno,así como las trasnacionales obtuvieron susrespectivos y diferentes beneficios” [Lóy-zaga, 2002: 31]

El Estado mexicano en este periodo cons-truyó un sistema de representación de inte-reses que ha sido calificado como corpora-tivismo de Estado [Schmitter, 1999; Agui-lar, 1997: 154], asentado en coalicionesdistributivas [Vélez y Varela, 1991] quefueron la base de la estabilidad política.

La naturaleza corporativista del Estadomexicano se expresó en que “..las posibili-dades de solución de las demandas depen-den de la adscripción, es decir, de la perte-nencia a determinada organización, de lafidelidad política personal y no del ejerciciode un derecho ciudadano y de la validez dela demanda..” [Gordon, 1995: 18].

En este sentido, el Estado benefactormexicano exhibió un formato atrasado, pa-reciéndose más al Estado mercantilista delsiglo XVI que a los avanzados Estados bene-factores europeos que se desarrollaron des-

pués de la segunda guerra mundial. Lamisma Sara Gordon nos explica que “Alintercambiar apoyo político por solución dedemandas, se dificulta y se desalienta laautonomización de los ciudadanos y se pro-picia la reproducción de relaciones cliente-lares y de cacicazgos rurales y urbanos”[Gordon, 1995: 118].

Aunque la estrategia del Estado mexica-no fue intervencionista y alcanzó importan-tes objetivos sociales, distó mucho de unamodalidad benefactora avanzada, dado quelas decisiones sobre el gasto público sesustentaron en la negociación de intereses,incluidos los del propio gobierno, al estilodel triángulo de hierro señalado por Fried-man en su libro Tyranny of the Statu-Quo(1984), y no en la plena vigencia de losderechos sociales.

La modernización económica de Méxi-co exhibió serias distorsiones que condicio-naron su permanencia en el status de un paíssubdesarrollado con una de las más inequi-tativas distribuciones del patrimonio y delos ingresos en el mundo. El Estado bene-factor mexicano renunció a cambiar estasituación en el supuesto de que cualquieracción desestimularía la inversión y provo-caría salidas de capital. En ningún momentose planteó un objetivo redistribuidor delingreso, tal como fue sugerido por RichardTitmus en Inglaterra en los años cincuentadel siglo pasado.

A lo largo de la vida del Estado bene-factor mexicano pueden identificarse cin-co influencias. La primera proviene delas teorías del desarrollo europeas de losaños cincuenta (desarrollo por etapas,polos de crecimiento y otras), según lascuales el desarrollo es un proceso más omenos automático si están presentes o se

Page 21: 30ap3

71NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

satisfacen algunos requisitos, entre ellosla infraestructura social.

La segunda, es la influencia nacionalis-ta-popular que proviene del contenido de lasinterpretaciones centro-periferia de los añoscincuenta y de la teoría de la dependencia delos años setenta. Bajo esta influencia sefortalecieron las perspectivas nacionalista ypopular del desarrollo, las que encontraron unexcelente instrumento en el gasto público.

La tercera influencia proviene del mode-lo Alemán de gasto social. En primer lugar,la influencia de la perspectiva social delcanciller alemán Bismark (1871-1891) sus-tentada en el seguro social y, en segundolugar, la influencia de la perspectiva socialde la República de Weimar (1919), la cualse sustentó, en una profunda reforma de losderechos laborales, y en la intervención delEstado como arbitro de los conflictos labo-rales [Kusnir, 1996: 30].

La cuarta influencia se debe al modelobeveridgiano (Inglaterra, después de la se-gunda guerra), bajo el cual se promuevenpolíticas universales de bienestar [Abel yLewis, 1993: 8]. Por último, la teoría inter-vencionista keynesiana, justificó un mayorgasto estatal destinado a la inversión paraincrementar la demanda agregada.

La orientación social del Estado en Méxi-co no integró doctrinas avanzadas sobre elbienestar, por ejemplo, se renunció al enfoqueredistribuidor del gasto público planteado porTitmus en Inglaterra y a la provisión debienestar como un derecho ciudadano.

Al igual que el Estado benefactor euro-peo en los años setenta, el Estado benefactormexicano terminó con una triple crisis: fis-cal, financiera y de legitimidad. Hacia 1983se instrumenta en México el modelo neoli-beral. De acuerdo con O’Higgins [1989:

83], el desmantelamiento del Estado bene-factor se concibió de manera muy mecáni-ca, se buscó eliminar de tajo el ámbito de laproducción estatal, el de las finanzas públi-cas y el de la regulación en la prestación delos bienes y los servicios.

La estrategia neoliberal ha desmanteladoal Estado benefactor, se ha buscado privatizarla producción y el acceso al bienestar, y se hainstrumentado la integración de México a losEstados Unidos. En este esquema, el creci-miento económico ha requerido de reformasestructurales que amplíen los espacios deoportunidad e incentiven la asignación efi-ciente de recursos. El estado se ha orientadoa promover estas reformas.

El desmantelamiento del sector paraes-tatal, la reducción del tamaño del gastopúblico total, su recomposición funcional yel patrón de comportamiento del gasto so-cial permiten observar la instrumentacióndel modelo neoliberal.

A finales de 1988 había 449 dependen-cias y entidades paraestatales, a finales delaño 2000 se habían reducido a sólo 180. Enmateria presupuestal el ajuste ha sido drás-tico, el gasto neto total53 del sector públicocomo proporción del PIB pasó de 41% en1982 a 21.8% en el año 2000, como resul-tado de una clara tendencia decreciente a lolargo del periodo. Desde el punto de vistaliberal “Si actualmente este porcentaje secompara con el que corresponde a econo-mías desarrolladas,54 puede parecer peque-

53 El gasto neto total es la suma del gastoprimario más las erogaciones derivadas del costofinanciero de la deuda. El gasto primario a su vezconstituye la suma del gasto programable, las parti-cipaciones a estados y municipios y las Adefas(Adeudos de ejercicios fiscales anteriores).

54 El promedio de gasto como proporción del PIB

Page 22: 30ap3

72 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

ño, no obstante, la referencia no representauna situación ideal. Por ejemplo, el desarro-llo industrial de los Estados Unidos y GranBretaña a principios del siglo pasado se diocon un tamaño de gobierno (incluidos losgobiernos locales) inferior al 10% del PIB”[Bancomer, 2002: 5 y 6]. Además repro-chan que las mayores participaciones queactualmente muestran los gobiernos de esospaíses son resultado de la expansión del“Estado Benefactor” entre 1930 y 1980.

Este ajuste al tamaño del gasto ha estadodeterminado por la prescripción liberal clá-sica del equilibrio presupuestario. Así eldéficit económico55 del sector público pasóde 15.9 por ciento del PIB en 1982 al 1.25por ciento en 1999.

Además la distribución funcional delgasto público se ha modificado. En el perio-do 1953 a 1982, que comprende desde lapresidencia de Adolfo Ruiz hasta la de JoséLópez Portillo, los promedios sexenales delos gastos con fines económicos, sociales yadministrativos fueron 50%, 25.4% y 24.6%, en tanto que para el periodo de ErnestoZedillo, esta distribución fue de 31.4 %,52.6% y 16%56.

Destaca la reorientación del gasto a losfines sociales, específicamente a educación,salud y pobreza extrema, con dos objetivosmuy específicos, apoyar la formación decapital humano y ampliar los límites de las

relaciones mercantiles mediante la incorpo-ración de grupos excluidos de los mercados.Así, en el periodo neoliberal se observa unaclara tendencia ascendente en el gasto socialcomo proporción del gasto total, pasando decerca del 15 por ciento en 1987 a más del 40por ciento en 2002.

No obstante, el modelo neoliberal mexi-cano ha omitido las particularidades confi-guradas en cuarenta años de fuerte interven-ción estatal así como las particularidadesresultantes de la posición desventajosa denuestro país en el mapa económico mundial.

Después de más de veinte años, el nuevomodelo no ha sido capaz de promover unciclo de crecimiento alto y sostenido, elefecto benéfico de las reformas estructura-les es temporal y concentra sus beneficiosen los grupos sociales propietarios del capi-tal, quienes exigen más reformas estructu-rales.

El modelo ha quedado entrampado en lafunción de estabilidad, la cual se concibecomo una condición necesaria aunque nosuficiente para el crecimiento económico, peroen este marco macroeconómico los capitaleslíquidos llegan al país como si se tratara deun casino, aprovechando el comportamien-to del precio de los activos financieros paraobtener jugosas ganancias, se trasladan dela bolsa, al mercado de deuda y de ahí almercado de divisas, según convenga.

El nuevo modelo ha fracasado rotunda-mente en la generación de oportunidades,resultado que sería la principal virtud delsistema espontáneo de Hayek. En México,la reforma educativa ha limitado el acceso ala educación superior, la reforma a lasinstituciones de salud prácticamente ha sig-nificado su desmantelamiento, con la conse-cuente reducción de facto de la calidad de

para los países de la OCDE ronda el 40 por ciento en1997. [OCDE, 2000: 75].

55 El Balance económico de caja es la suma delbalance del sector presupuestario (ingresos del sec-tor presupuestario menos gastos del sector presu-puestario) y del balance del sector extrapresupues-tario.

56 Estos datos fueron calculados en base a lasEstadísticas históricas de México. Varios números,INEGI.

Page 23: 30ap3

73NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

sus servicios; la creación de empleos no halogrado recuperar la pérdida de éstos, en losperiodos de crisis, el mercado laboral noofrece oportunidades a los jóvenes y engeneral los puestos de trabajo tienen bajaremuneración e incertidumbre laboral. Loslogros en materia de combate a la pobrezase han reducido a trasladar a los pobresextremos a la línea de pobreza, al decilmás bajo en la estructura de la distribu-ción del ingreso.

ConclusionesEn este trabajo se ha mostrado, que diferen-tes perspectivas sobre las funciones delEstado, han permitido el desarrollo de enfo-ques en la ciencia económica. La perspecti-va clásica es que un Estado con funcionesmínimas, que garantice la defensa de losderechos a la vida, a la libertad y a lapropiedad, así como el cumplimiento decontratos, estaría facultando a los agentesprivados para una asignación óptima de susrecursos.

En la perspectiva neoclásica se justificala intervención gubernamental para neutra-lizar los fallos del mercado y para mantenerla estabilidad del crecimiento económico.En estos dos enfoques subyace la concep-ción del Estado como expresión de un con-trato social de tipo liberal.

A diferencia de los enfoques anteriores,el análisis de Keynes, sustentándose en lateoría de la subordinación de los grupos alEstado, le otorga a este último la categoríade un agente económico capaz de compen-sar una insuficiencia de demanda. Algunoshan señalado al Estado Keynesiano comoun importante antecedente del Estado bene-factor europeo que se desarrollo después dela segunda guerra mundial

El Estado benefactor, aunque siguióadherido al desarrollo capitalista, recono-ció las limitaciones del mercado en materiadistributiva, por lo que se planteó un claroobjetivo en ese sentido. Sin embargo, suproblema básico fue que su orientaciónbenefactora siguió dependiendo del com-portamiento cíclico de la producción. Amediados de los años setenta del siglo pasa-do el Estado benefactor experimentó unatriple crisis que puso en tela de juicio suviabilidad histórica.

Como respuesta a la creciente interven-ción del Estado, en 1947 surge el neolibera-lismo, ideología y doctrina que reivindica laperspectiva clásica. Sus estrategias básicasson la privatización y la instrumentación deun Estado con funciones mínimas.

En el caso de países como México, losteóricos del desarrollo y los enfoques loca-les, reconocieron que la modernización eco-nómica requería la intervención estatal. Enel periodo 1950-1980, se configuró un Es-tado benefactor atrasado, que no logró in-corporar doctrinas avanzadas sobre elbienestar social y que también sucumbió auna triple crisis: fiscal, financiera y delegitimidad. A partir de 1983 los gobiernosmexicanos iniciaron el desmantelamientodel Estado benefactor para implantar unmodelo neoliberal.

Los gobiernos mexicanos han avanza-do, quizá lentamente, en la desarticulaciónde las coaliciones sociales interesadas quese conciben como el origen del crecimientoexplosivo de demandas al Estado. Esta po-lítica ha significado que las clases medias ypopulares han dejado de gozar de la tuteladel Estado. Sin embargo, estas clases socia-les, abandonadas a la suerte del mercado, nohan encontrado las oportunidades, que se

Page 24: 30ap3

74 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

suponen, serían la principal virtud de unsistema privatizado de generación de riqueza.

La estrategia neoliberal ha fracasado ensu intento de generar un ciclo largo decrecimiento alto y sostenido, también sepercibe entrampada en el mantenimiento dela estabilidad macroeconómica, presa de losintereses del capital extranjero, incapaz deaminorar el atraso y la dependencia e indi-ferente ante los bajos niveles de ingreso ypatrimonio de la población. Esta situaciónde desesperanza económica se ha articuladocon la percepción de atrofia y subdesarrolloen los sistemas político y de justicia.

La experiencia internacional parecemostrar que los individuos se adaptan acualquier formato de Estado siempre que laorganización económica les permita satis-facer sus aspiraciones. En México se pue-den observar señales de que la población hadejado de creer en las posibilidades de laestrategia privatizadora e incluso han apa-recido prácticas políticas que recuerdan alEstado benefactor.

La viabilidad del neoliberalismo en Méxi-

co depende de que se logren reformas es-tructurales que aún están pendientes: lareforma fiscal, la reforma laboral, la refor-ma del sector energético y la reforma alsistema de pensiones. Sin embargo, comoha sido hasta ahora, el crecimiento resultan-te beneficiará a los grupos fuertes económi-ca y/o políticamente.

El regreso del Estado benefactor anteun eventual rechazo social del modeloneoliberal enfrenta serios obstáculos, nosólo porque el neoliberalismo se ha insti-tucionalizado, sino porque tiene el deberhistórico de trascender el formato corpo-rativo-funcionalista del periodo 1950-1980 y el de evitar su inviabilidad fiscal,financiera y de gestión.

En el marco del capitalismo, el EstadoBenefactor enfrenta dos problemas que seantojan irresolubles, primero, el bienes-tar queda supeditado al comportamientocíclico de la producción, y segundo, elenfoque de economía predominante se hadesarrollado sobre el principio de la efi-ciencia económica.

Abel, Christopher y Colin M. Lewis (compiladores)(1993) Welfare,Poverty and Development inLatin America, Mac Millan Press-St. Antony’sCollege, Oxford.

Aguilar, Javier (1997) “La teoría del corporativismoy la experiencia histórica de México”, en Aportes,Revista de la Facultad de Economía de laBenemérita Universidad Autónoma de Puebla,números 3 y 4, septiembre- diciembre de 1996/enero-abril de 1997.

Andre Gonder Frank (2004) “Teoría de la

depepndencia. La dependencia de Celso FurtadoCemos Memoria. Revista Mensual de Política yCultura. No. 191, enero.www.memoria.com.mx/191/gunder.htm

Ayala, Espino José (1999) Instituciones y Economía.Una Introducción al NeoinstitucionalismoEconómico. Fondo de Cultura Económica,México.

Bacchetta, Víctor L. (2005) “El vapuleadodesarrollo”, Regional Latinoamericana de laUnión Internacional de Trabajadores de la

FUENTES DE CONSULTA

Page 25: 30ap3

75NEOLIBERALISMO Y ESTADO BENEFACTOR. EL CASO MEXICANO

Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes,Tabaco y Afines (Rel-UITA) www.rel-uita.org/sociedad/vapuleado- desarrollo.htm

BANCOMER (2002) El imperativo del superavitfiscal. Serie propuestas, No. 23, octubre.

Benham Frederic (1973) Curso Superior deeconomía. 10ª. Edición en español, Fondo deCultura Económica, México.

Brodkin, Evelyn Z., y Dennis Young (1989) “Thesense of the privatization ¿What we can learn ofthe economic and political analysis?”, enKamerman, Sheila B. y Alfred J. Khan(compiladores), Privatization and the WelfareState, Princeton University Press, Princeton,N.J.

Bustelo, Graffigna, Eduardo S. y Alberto Minujín(1997) “La política social esquiva”, en MenjivarLarín, Rafael, Dirk Kruijt y Lieteke van VuchtTijssen (Editores), Pobreza, exclusión y políticasocial, Facultad Latinoamericana de CienciasSociales (FLACSO), Sede Costa Rica, San JoséCosta Rica, 1997, pp.113 a 154.

Bustelo Pablo (1998) Teorías contemporáneas deldesarrollo, Editorial Síntesis, España.

Durán, Víctor Manuel (2001) “Estado Social deDerecho, Democracia y Participación”, RegionalLatinoamericana de la Unión Internacional deTrabajadores de la Alimentación, Agrícolas,Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (Rel-UITA)www. Utal.org/movimien.11e.htm

Ferguson, John M. (1966) Historia de la economía,Fondo de Cultura Económica, México, 4ª Ediciónen español.

Fernández de la Puente, Elena Diana (1986)“Finanzas liberales, intervencionistas yplanificación centralizada”, en Mordeglia,Roberto y otros, Manual de finanzas públicas.2a Edición, AZ editora S.A., Buenos Aires,páginas 43 a 164.

Friedman, Milton y Rose Friedman (1980) Free toChoose, the University of Chicago Press,Chicago, E.U.A..

Friedman, Milton y Rose Friedman (1984) Tyrannyof the Statue-Quo, The University of ChicagoPress, Chicago, E.U.A.

García, Cotarelo R. (1987) “Origen y desarrollo delEstado del Bienestar”. Sistema noviembre ,núm, 80 – 81.

Gordon, Sara R. (1995) “El Programa Nacional de

Solidaridad en la modernización del EstadoMexicano” en Carlos M. Vilas (Coordinador),Estado y políticas sociales después del ajuste,Editorial Nueva Sociedad – UNAM, México.

Hayek F.A. (1983) Droit, legislation et liberté,PUF, Paris.

Jeannot, Fernando (2000) Tercera vía. La nuevaeconomía mixta que impone el pragmatismo,Plaza y Valdez Editores, México.

Kusnir; Liliana (1996) La política social en Europa,Grupo editorial Miguel Ángel Porrúa, México.

Laurell, Asa Cristina (1996) “Regímenes de políticasocial y satisfacción de necesidades sociales” enJosé Luis Calva y Rodolfo García Zamora(coordinadores), Funciones del Estado en eldesarrollo económico y social, Juan PabloEditores, S.A., México.

Lóyzaga de la Cueva, Octavio (2002) Neoliberalismoy flexibilización de los derechos laborales, UAMAzcapotazalco:, Miguel Angel Porrúa.

Mac Ewan, Arthur (2001) Neoliberalismo oDemocracia, Interpón Oxfam, Barcelona,España.

Mäkinen, Tina (1999) “Presiones estructurales,política social y pobreza”. Revista Internacionalde Seguridad Social. Vol. 52, 4/99. AsociaciónInternacional de Seguridad Social (AISS),Argentina.

Musgrave,Richard A. y Peggy B. Musgrave (1991)Public Finance in Theory and Practice, 5ªedition, New York: McGraw Hill.

Miralles Joseph, (S/F) El Estado de Bienestar,debates y perspectivas. www.fespinal.com/espinal/llib/es49.rtf.

Mordeglia, Roberto (1986) “Introducción a lasfinanzas públicas” en Mordeglia, Roberto yotros , Manual de finanzas publicas, 2ª Edición,AZ editora S.A., Buenos Aires, páginas 3 a 42.

OCDE (2000) Estudio económico de México, 1999-2000, México, OCDE

Ordóñez, Jaime (2000) “The fundamental rightslike referring of the paradigm of civil citizenshipand the definition of the border of socialexclusion”, en Shelton H. Davis (Editor), SocialExclusion and Poverty Reduction in LatinAmerican and the Caribbean, by TheInternational Bank for Reconstruction andDevelopment the World Bank, Washington,D:C:, USA, pp. 91 a 112.

Page 26: 30ap3

76 JORGE VÁZQUEZ SÁNCHEZ

O’Higgins, Michael (1989) “The social welfare andthe privatization: the British experience”, enKamerman, Sheila B. y Alfred J. Khan(compiladores), Privatization and the WelfareState, Princeton University Press, Princeton,N.J.

Pfaller, Alfred (1997) El Estado en la economíasocial de mercado: el modelo y la realidadalemana, (Electronic ed.): Bonn. 1997.- 12 B1.= 59 Kb, text. Electronic ed.: Bonn: FES –Library, 1998. www. Library. fes . de/ fultext/atab sab teil/ling/00074.htm.

Parkin, Michael y Gerardo Esquivel (2001),Microeconomía. Versión para Latinoamérica,5ª edición, Traductor Julio Silverio Coro Pando,Addison Wesley, México.

Petiteville, Franck. (1998) Tres rostros míticos delEstado en la teoría del desarrollo, www.unesco.org/ issj/ rics 155/ petitevillespa.htm. 17páginas

Phillips, Olmedo Alfredo (2000) “Las finanzaspúblicas en los países miembros de la OCDE”en Las finanzas del sistema federal mexicano.La reforma del sistema fiscal. Visiónparlamentaria, Instituto Nacional deAdministración Pública, A. C. - Cámara deDiputados, LVII Legislatura, México, 2000, pp.25 a 80.

Ricardo, David (1959) Principios de economíapolítica y tributación. Primera edición enespañol, Fondo de Cultura Económica, México.

Schmitter, Philippe C. (1999) Teoría delneocorporatismo, Universidad de Guadalajara,México.

Starr, Paul (1989) “The Meaning of privatization”,en Kamerman, Sheila B. y Alfred J. Khan(compiladores), Privatization and the WelfareState, Princeton University Press, Princeton,N.J.

Soria, M. Víctor (1996) “Estado y política social enMéxico”, en José Luis Calva y Rodolfo GarcíaZamora (coordinadores), Funciones del Estadoen el desarrollo económico y social, Juan PabloEditores S.A. , México, pp. 66 a 87

Smith, Adam (1981) La riqueza de las naciones,volumen II. 5ª Edición, Publicaciones Cruz O.S.A , México 1981.

Solomon, Robert (2000) Dinero en marcha. Larevolución de las finanzas internacionales apartir de 1980. Traducción de DanielZadunaisky, Ediciones Granica, S.A., Argentina.

Vélez, Fernández y Félix Varela, (1991)“Condicionamientos Estructurales del DerechoEconómico en México” en Gil Díaz, Franciscoy Arturo M. Fernández (compiladores), El efectode la regulación en algunos sectores de laeconomía mexicana, Instituto TecnológicoAutónomo de México y Centro Internacionalpara el Desarrollo Económico, Serie lecturas deEl Trimestre Económico, núm. 70, Fondo deCultura Económica, México, pp. 23 a 40.

Estadísticas.INEGI. Ingreso y gasto público en México, Varias

edicionesINEGI (1999), Estadísticas Históricas de México (2

tomos), 4ª edición, México.