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Flor. Il., 23 (2012), pp. 23-44. Hecateo de Mileto, «historiador» y «mitógrafo» * Minerva ALGANZA ROLDÁN Universidad de Granada [email protected] Recibido: 07/03/2012 Aceptado: 31/05/2012 Resumen El examen de la nomenclatura aplicada a Hecateo de Mileto en los Testimonia no sólo revela las distintas valoraciones de su obra en la Antigüedad, según el concepto de historia manejado por sus receptores, sino que también permite reflexionar sobre la emergencia de la mitografía dentro de los géneros de la prosa griega. Abstract The review of the names applied to Hecataeus of Miletus in the Testimonia not only reveals the different assessments of his work in Antiquity, according to the concept of history used by its readers, but also allows to think about the emergence of mythography within genres of Greek prose. Palabras clave: Hecateo de Mileto, Testimonia, terminología, prosa histórica, mitografía griega. Key words: Hecataeus of Miletus, Testimonia, terminology, Historical prose, Greek mythography. * Este artículo se basa en mi disertación inédita, «Historiens, logographes ou mythoἹὄaphἷὅςμ ὅuὄ la ὄὧἵἷption ἶ’Ἐὧἵatὧἷ, ἢhὧὄὧἵyἶἷ ἷt Ἐἷllaniἵoὅ», “ὄὧpliἵa” a la ponencia del profesor Robert Fowler («Hekataios, Pherekydes, Hellanikos: Three approaches to Mythography») en el 5ème Colloque du Réseau Polymnia. Formes, usages et visées des practiques mythographiques de l’Antiquité à la Renaissance (Université Charles de Gaulle-Lille 3, 13-14 de mayo de 2011). En su redacción actual, centrada en Hecateo, he tenido presentes las cuestiones suscitadas durante el debate, en particular, por la profesora Françoise Graziani y los profesores David Bouvier y Arnaud Zucker.

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  • Flor. Il., 23 (2012), pp. 23-44.

    Hecateo de Mileto, historiador y mitgrafo*

    Minerva ALGANZA ROLDN Universidad de Granada

    [email protected] Recibido: 07/03/2012 Aceptado: 31/05/2012

    Resumen

    El examen de la nomenclatura aplicada a Hecateo de Mileto en los Testimonia no slo revela las distintas valoraciones de su obra en la Antigedad, segn el concepto de historia manejado por sus receptores, sino que tambin permite reflexionar sobre la emergencia de la mitografa dentro de los gneros de la prosa griega.

    Abstract

    The review of the names applied to Hecataeus of Miletus in the Testimonia not only reveals the different assessments of his work in Antiquity, according to the concept of history used by its readers, but also allows to think about the emergence of mythography within genres of Greek prose.

    Palabras clave: Hecateo de Mileto, Testimonia, terminologa, prosa histrica, mitografa griega.

    Key words: Hecataeus of Miletus, Testimonia, terminology, Historical prose, Greek mythography.

    * Este artculo se basa en mi disertacin indita, Historiens, logographes ou

    mythoaph u la ption at, hy t llanio, plia a la ponencia del profesor Robert Fowler (Hekataios, Pherekydes, Hellanikos: Three approaches to Mythography) en el 5me Colloque du Rseau Polymnia. Formes, usages et vises des practiques mythographiques de lAntiquit la Renaissance (Universit Charles de Gaulle-Lille 3, 13-14 de mayo de 2011). En su redaccin actual, centrada en Hecateo, he tenido presentes las cuestiones suscitadas durante el debate, en particular, por la profesora Franoise Graziani y los profesores David Bouvier y Arnaud Zucker.

  • M. ALGANZA HECATEO DE MILETO, HISTORIADOR Y MITGRAFO

    Flor. Il., 23 (2012), pp. 23-44.

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    Prlogo

    En un trabajo anterior, glosando las dificultades para precisar cundo y bajo qu condiciones la mitografa griega habra llegado a configurarse como un subgnero especfico de la prosa1, se traan a colacin las palabras con las cuales Plutarco introduce la Vida de Teseo2:

    Al igual que en sus atlas, oh Socio Sinecin, los historiadores confinan lo que escapa a su ciencia en los bordes de los mapas y al lado escriben notas como all, desiertos ridos e infestados de fieras, o cinagas sombras, o hielo escita, o mar congelado, as yo, que en el curso de la redaccin de las Vidas paralelas he recorrido el tiempo asequible a un discurso verosmil y abarcable en una historia ajustada a los hechos, bien podra decir acerca del periodo precedente: en el ms all de los prodigios y los argumentos de tragedia habitan poetas y mitgrafos, y ya no hay ni credibilidad ni certeza.

    Pues bien, a vueltas con el smil, en el panorama de la literatura griega la prosa no ficcional podra semejarse a una especie de tierra de nadie, con fronteras fluctuantes y controvertidas, donde los primeros exploradores del pasado los milesios Cadmo, Dionisio y Hecateo, Acusilao de Argos, Fercides de Atenas o Helnico de Lesbos han sido ubicados unas veces ms ac de las leyendas y otras, extramuros de la historia. En cuanto a Hecateo, considerado el eslabn necesario entre Hesodo y Herdoto, habra plantado las semillas no slo de la geografa y la etnografa, sino tambin de la historiografa, al separar sus indagaciones genealgicas de los catlogos poticos racionalizando el mito3. Sera, adems, uno lo patiaa la mitoaa, po m u l tmino no pua utilia

    1. Cf. M. ALGANZA ROLDN, La mitografa como gnero de la prosa helenstica: cuestiones previas, Flor. Il. 17 (2006), pp. 36-37. 2. Th. 1. 1-3: , , , ' , , , , , ' , , ' . 3. Tal es el punto de partida del clsico estudio de F. Jacoby (s. v. Hekataios (3) von Milet, RE XIV (1912), cols. 2667-2750). Sobre el debate moderno en torno al racionalismo de Hecateo tratan P. TOZZI, Studi su Ecateo di Mileto, IV: la i Ecateo, Athenaeum 44 (1966), pp. 41-46; R. NICOLAI, Pater Semper incertus. Appunti su Ecateo, QUCC 56, 2 (1997), pp. 151-155. Vase, adems, el ensayo de M. DETIENNE, Sonrisas de la primera interpretacin, en La invencin de la mitologa, Barcelona, 1985 (= Pars, 1981), pp. 83-103.

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    todava en sentido estricto, segn argumenta Robert Fowler: The name mythography could not exist before the distinction with historiography was poil, that i, o myth wa itinuih om hitoy, howv problematic the distinction remained throughout the rest of antiquity and remain so today4.

    Ocurre, sin embargo, que en el corpus de la literatura griega antigua y on autntia rarezas lexicogrficas: la bsqueda en el Thesaurus Linguae Graecae (TLG) de la Universidad de California-Irvine arroja oho uo 5 y slo dos de 6, frente a los ms de dosciento ohnta jmplo la palaa Ciertamente, a partir de este cmputo no debe concluirse la ausencia en la Antigedad ni de recopilaciones y otros discursos sobre los mitos o a, una mitoaa avant la lettre, ni, por supuesto, de la historia como gnero literario. De hecho, la misma base documental apota ai inunta ito y o ntna , a los que cabe aadir las numerossimas apariciones de trminos afines como y

    Con todo, estas cifras no se invocan aqu a modo de curiosidad erudita, sino como una llamada a reflexionar acerca de la cuestin, crucial pero escurridiza, que Claude Calame plantea as: Et les catgories grecques? Considres comme se touvant loiin s ntres, ne se prteraient-elles pas plus volontiers au jeu de la traduction transculturelle?7. Ahora bien, si como l mismo afirma en otro lugar, a pesar de su nombre helnico el mito no es una categora indgena8, quiz tampoco lo an ni la hitoioaa ni la mitoaa lo tuio ilolio y literarios. Y si la filiacin etimolgica de determinadas palabras no implica la equivalencia entre sus usos antiguos y los actuales, ello permitira, por ejemplo, traducir en el citado texto de Plutarco los y lo l oiinal

    4. Cf. How to Tell a Myth: Genealogy, Mythology, Mythography, Kernos 19 (2006), p. 35. 5. Los testimonios ms antiguos pertenecen a la Geografa de Estrabn (1. 2. 35; 8. 3. 9) y los cuatro siguientes, al discurso Contra el cnico Heraclio del emperador Juliano (205 b; 215 c; 215 c; 216 d); en el periodo medieval, segn Tefanes (Chronog. 417), Pedro Damasceno emple el trmino para anatemizar el libro de Mahoma y Eustacio de Tesalnica, para una explicacin alegrica del episodio de Agnor (Comm. ad Il. 4. 558). 6. El primer uso califica a la obra de Beroso en Flavio Josefo (Ap. 1.14); el otro est en Eustacio de Antioqua (Engast. 26. 9). 7. En ythe et histoire dans lAntiquit grecque. a creation symbolique dune colonie, Lausana, 1996, p. 25. 8. Cf. C. CALAME, The Rhetoric of Muthos and Logos: Forms of Figurative Discourse, en R. Buxton (ed.), From Myth to Reason? Studies in the Development of Greek Thought, Oxford, 1999, p. 122.

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    po ao y mitloo, o po hitoiao y mitao, lin u, en cualquier caso, no resulta balad9.

    El presente trabajo pretende acotar esta problemtica en la literatura helnica, examinando los apodos que Hecateo de Mileto recibe en los Testimonia , , , , , , , calificaciones que, como bien adverta Fowler, no tienen por qu coincidir con la percepcin del propio autor sobre el objeto y el alcance de su obra10. Y aunque algunos de estos trminos puedan considerarse meros sinnimos en determinados contextos, no se suelen aplicar indiscriminadamente, sino segn los criterios de los receptores antiguos acerca de la forma y el contenido de sus escritos y, en particular, respecto al tratamiento de la materia mitolgica.

    I. El historiador Hecateo

    Cuando a finales de la Antigedad, entre las celebridades de Asia, Cayo Julio Solino nombraba a Hecateo, junto a Janto y Herdoto, como uno de los fundadores de la historia (historiae conditores), se estaba haciendo eco de una antigua tradicin doxogrfica ya presente en Estrabn, quien en su Geografa cierra la relacin de hombres famosos nacidos en Mileto con Hecateo el que compuso la historia ( )11. En el artculo de la Suda es llamado historigrafo (), pino u u l pimo n pulia una historia () n poa, minta u i haa aliao la pima ompoiin (), matiz que no resulta fcil de aprehender pues si bien

    9 R lali tau l oaph l mytholou (lutau, Vies, These et Romule, Pars, Les Belles-Lettres, 1964); C. mpolo, li toii mitoai y alaa n l omntaio il paaon on l one marginali delle carte oaih h avano pat ll op toih on i vono intn li storici, non i ricercatori o studiosi in senso lato (in particolare i geografi) como intendono spesso i traduttori di Plutarco: cf. Plutarco, Le vite di Teseo e di Romolo, Miln, Fondazione Lorenzo Valla, 1999, p. 195. 10. Early Greek Mythography. Volume I: Text and Introduction, Oxford, 2000, p. xxviii: Works like the Genealogies of Hekataios and Akousilaos, the Histories of Pherekydes, an many o llaniko ook antiipat th lat n o mythoaphy uit laly Yt these writers hardly thought of themselves and their work in the same way as Apollodoros did. If they had any word for their activity it was as probably something like or even . 11. Cf. Solin. Coll. 40. 6 (T3b) y Strab. 14. 1. 7 (T3a). De no indicarse otra cosa, las referencias a los Testimonia de Hecateo remiten a la citada edicin de Fowler (abreviada como T/ F, sin ms, mientras que para F. JACOBY, Die Fragmente der griechischen Historiker. Erster Teil: Genealogie und Mythographie, Leiden, 1957 (=Leipzig, 1923) se usa la convencional FGrHist).

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    ina, n nal, oa ita n poa, ul aplia a la histricas12. Pero a pesar de los siglos que median entre el milesio y la enciclopedia bizantina, pa onva u apin piminia invtiain ita, en tanto que apuntaa a una ompoiin u oa omplta13. Por otra parte, si se identifica a este Fercides con el ateniense, autor de un tratado genealgico, y no con el homnimo telogo y filsofo de Siros14, el pasaje de la Suda reflejara una determinada visin de los antiguos sobre el origen y desenvolvimiento de la prosa no ficcional, segn el cual a la indagacin genealgica restringida de Hecateo le seguira la exposicin a gran escala compuesta por Fercides a partir del acopio y la organizacin de materiales de diversa procedencia15.

    En cualquier caso, ambos, el gegrafo y el lxico, parecen referirse menos a la hitoia omo no, u a una Historia escrita con cursivas, es decir, al ttulo alternativo con que se citan las Genealogas del milesio, consideradas por un sector de la crtica moderna el germen de la historiografa y de la mitografa, mientras que su descripcin de la ecmene, la Periegesis o Periodos, pondra los cimientos de la geografa, obras todas que justifican, por igual, la calificacin de Hecateo como , es decir, investigador16.

    12. Suda (T 1a) v , So la intptaion l pa omo naloa v hitoia int va R , at it, p 1 13 Una panomia la voluin hitoia n SEES, itoy an Historia: Inquiry in the Greek Historians, en J. Marincola (ed.), A Companion to Greek and Roman Historiography. I, Malden (MA), 2007, pp. 39-55. Para los valores de y n la litatua iantina van J , El tmino n la Biblioteca de Focio, taca 5 (1990), pp. 85-98; La terminologa del libro en la Biblioteca de Focio: denominacin de la obra literaria, Erytheia 13 (1992), pp. 104-106. Sobre la adaptacin de estos vocablos por parte de los mitgrafos renacentistas, F. GRAZIANI, Mythologia, Genealogia, Archaiologa: fonction palontologique de la mythographie, Kernos 19 (2006), pp. 201-214. 14. Otra entrada de la Suda ( 1, v , , T ** 1 owl) atiuy a i Sio l pim tatao n poa ( ), n owl (nota ad loc.), por error. Acerca de la confusin entre ambos autores desde la temprana edad helenstica, vanse R. L. FOWLER, The authors named Pherecydes, Mnemosyne 52, 1 (1999), pp. 1-15; J. PMIAS, Ferecides de Siros y Ferecides de Atenas. Una nueva aproximacin, CFC(G) 15 (2005), pp. 27-30. 15. Cf. J. PMIAS, Ferecides dAtenes, Histries; introducci, edici crtica, traducci y notes, Barcelona, Fundaci Bernat Metg, 2008, pp. 14-20. 16. Suda (T**2) s. v En lua l , anotan Jaoy (FGrHist 1 T2) y Fowler (ad loc.); Ael. VH 13. 20 (T 8).

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    En efecto, el quehacer intelectual de Hecateo manifiesta una concepcin del espacio indisolublemente unida a la memoria del tiempo, y viceversa, cuya persistencia en la Grecia antigua ilustran tanto las digresiones geo-etnogrficas insertas en las narraciones de Herdoto y Ctesias, entre otros, como los mapas y apndices de obras histricas, cual fue el caso de la Geografa de Estrabn, proyectada para completar sus Comentarios histricos, hoy perdidos17. De hecho, Estrabn menciona por dos veces al milesio entre los ilustres hombres sabios que lo precedieron en el cultivo de geografa18. El elenco est encabezado por Homero y, siguiendo a Eratstenes, se aina a ato l pim ito () geogrfico, el cual, de acuerdo con otros testimonios, ira acompaado de un mapa, ui aao n la tala oia ( ) taaa po u mato, Anaximandro19.

    Pero el de Amasa no lo nombra slo n alia ao, ino hom aio, onom a la iniin oaa xputa n l ontipiio de su obra colosal (): como una filosofa que requiere de omniinia (), i, un onoiminto la cosas divinas y humanas, no slo terico sino pragmtico, cuya utilidad al ser tan variopinta por una parte, para los asuntos polticos y de gobierno, por otra, para el conocimiento no slo de los fenmenos celestes y de los animales terrestres y marinos, sino de las plantas, frutos y cuantas otras cosas es posible ver en cada sitio , presupone un mismo tipo de hombre, el que se ocupa del arte de vivir y de la felicidad. El prototipo de este sabio omnisciente no es otro que Homero, el Poeta polifactico y erudito, en cuyos versos los estoicos descubran la raz de todas las ciencias20. As pues, el enunciado programtico de Estrabn reformula, en el

    17. Cf. Strab. 12. 9. 9. Comenta P. Brul an on atianim natual, lhitoin mon itinu invitalmnt l tmp lpa, ux onpt u, an it naloiu, l ont intimmnt mai (an l nom, tout nt-il dj dit? Histoire et gographie dans les rcits gnalogiques, Kernos 18 (2005), p. 253). 18 Sta 1 1 1 (T 11a) 1 1 11 (T 11) El omputo , oint n Etan y u la Suda ( 1 v.) da como sinnimo d , montaa a Eattn in, uin ini este saber a partir del examen crtico de la tradicin y de los postulados cientficos de su tiempo: cf. CH. JACOB, La Geografia, en G. Cambiano, L. Canfora, D. Lanza (dirs.), Lo Spazio letterario della Grecia antica. I, II: Ellenismo, Roma, 1993, pp. 395-396. 19. Schol. D. P. p. 428. 7 Mller (FGrHist 1 T 12 b): , , , . Segn Agatmero (Geographiae hypotyposis 1 = T 12), la minuciosa revisin del mapa de Anaximandro efectuada por Hecateo produjo una obra admirable ( ). 20. Cf. Sta 1 Sobre el tema, vase A. M. BIRASCHI, Strabo and Homer: a chapter in cultural history, en D. Dueck,

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    horizonte intelectual de la pax augustea, el ial la jonia, la nuta ecumnica que produjo las primeras formas de geografa, de historia y de filosofa, y donde la figura de Hecateo cobra su sentido pleno21.

    a summa a nalaa po Etan ha nia, precisamente, el ms temprano de los Testimonia sobre Hecateo, el famoso pasaje on lito i mniinia no na a tn intlinia ( ) pu la haa nao a oo y itoa, y luo a Jenfanes y a Hecateo22. La misma polmica se alarga en las invectivas contra la trivialidad de Hesodo el maestro de mucho, que cree saberlo todo ignorando lo esencial y el mtodo de Pitgoras: Pitgoras, hijo de Mnesarco, practic la investigacin ( ) po nima too lo hom, y haino una seleccin de estos eito ( ) oniui u popia aiua omnisciencia y malas artes ( , , )23.

    As pues, aunque con la primera cita Digenes Laercio pretenda ilustrar la arrogancia mordaz del filsofo, ms all de la ancdota, la eleccin de estos cuatro nombres no era casual ni arbitraria, ya que tomados en conjunto, cada cual por su lado o formando parejas, encarnaban diversos aspectos de cierto tipo de sabidura24. En lo que aqu interesa, el elemento comn entre Pitgoras y Hecateo parece ser el cultivo de la , la nuta uyo ultao a apn muho (), mana ipa y upiial, una erudicin acumulativa (), tan n oa n la poa omo piaa po lito, uin la

    H. Lindsay, S. Pothecary (eds.), Strabos cultural geography: the making of a kolossourgia, Cambridge, 2005, pp. 73-85. 21. Cf. Strab. 1. 1. 1. Al respecto, vase M. ALGANZA ROLDN, Estrabn: Geografa, Filosofa y Mito, en J. M. Garca Gonzlez, A. Pocia Prez (eds.), En Grecia y Roma: lecturas pendientes, Granada, 2008, pp. 9-17. La relacin de Hecateo con la filosofa jonia constituye uno de los principales tpicos de la bibliografa crtica, destacando las aportaciones de F. Jacoby (s. v. Hekataios (3), cols. 2667 ss.) y P. Tozzi (Stui u Eato i ilto, , pp. 48-) Un tao la utin n R NICOLAI, art. cit., pp. 147-149. 22. Cf. D. L. 9. 1 = Heraclit. 22 B 40 (T 21). La sentencia, tambin citada por Ateneo (13. 91) y Clemente de Alejandra (Strom. 1. 93. 1), tiene correlato en Demcrito (68 B 64): aa la icusin de este fragmento y de sus intptaion, va RER, alitu Qual whith olymathy an Histori, TAPhA 134, 2 (2004), pp. 235-261. 23. Cf. D. L. 9. 10 = D. K. 22 B 57 (Hesodo); D. L. 8. 6 = Heraclit. 22 B 129 (Pitgoras). 24. R. Dupont-Roc, por ejemplo, propone dos axis de lectura: uno horizontal, de base cronolgica, y otro vertical, por reas funcionales, en el interior de los cuales las parejas formadas por Hesodo y Pitgoras, de un lado, y Jenfanes y Hecateo, de otro, se interrelacionan por afinidad y oposicin: cf. Un systme de noms propes (Hraclite, 40 D. K.), REA 83 (1971), pp. 5-14.

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    enfrenta a su alternativa filosfica: una ciencia () m pulativa u experimental, y atenta a la naturaleza oculta de las cosas25. Este saber llevaba apajao un nuvo tipo humano, l aio () u inaa nto mismo segn dice el mismo Herclito en otro famoso fragmento (22 B 101), parafraseando el lema de Delfos luego adoptado por Scrates, y no va de periplo (22 B 45), como anduvieron los exploradores jonios desde Tales a Demcrito, paano po l muy viajo ato ()26.

    No obstante, el mismo carcter polmico del fragmento de Herclito onimaa l ptiio l milio nt u ontmpono omo hom sabio (). Prueba de la persistencia de su reputacin a lo largo de los siglos y en determinados crculos filosficos es la noticia de Eliano (VH 13.20 = T8) sobre los instantes postreros de otro intelectual polifactico, el poeta y legislador cnico Crcidas de Megalpolis (ca. III a. C.), quien se despidi de los suyos diciendo que esperaba reunirse con el filsofo Pitgoras, el historiador () ato, l msico Olimpo y el poeta Homero. Debi de existir, as mismo, una tradicin anecdtica referida a sus virtudes polticas, cuyo reflejo ms seguro es el relato de Diodoro de Sicilia acerca de su entrevista con Artafernes, actuando como embajador de los jonios27.

    25. En trminos parecidos se expresa Demcrito en esta sentencia transmitida por Etoo ( 1 ) , aa la tia Herclito a Hecateo, vase P. TOZZI, Studi su Ecateo di Mileto, II: Ecateo e la cultura jonia, Athenaeum 41 (1963), pp. 323-326. 26. As le apoda Agatmero en su listado de los antiguos gegrafos: cf. 1.1 (T 12). El ajtivo , u pima apaiin n Eupi (Hel. 203), tiene adems del iniiao timolio muy viajo o ant, l pyoativo tio unu esta cualidad sustentara la encuesta geogrfica y genealgica de Hecateo, el alcance real de sus viajes resulta controvertido: L. Pearson (Early Ionian Historians, Westport, 1975 (= Oxford, 1939), pp. 27 ss.) y G. Nenci (Hecataei Milesii Fragmenta, Florencia, 1954, p. XI), entre otros, slo admiten la visita a Egipto, mientras que Tozzi (Studi su Ecateo IV..., pp. 50 ss.) considera verosmil que hiciese varios periplos a lo largo de su vida. 27. Cf. D. S. 10. 25. 4 (T 7). Plutarco (Lyc. 20.3 = Apopth. Lac. 218 b) atribuye a Arquidamidas de Esparta un aforismo sobre el sentido de la oportunidad del sofista Hecateo ( , , , , ). El testimonio, otorgado a Hecateo de Abdera en FGrHist 264 T 5, figura en la adenda a la edicin del milesio (FGrHist 1 T5 bis). Fowler, por su parte, comenta (T 5): Ad Hecataeum Abderitam melius refertur. La cuestin es difcil de resolver, pues el personaje slo aparece en estos pasajes de Plutarco: podra identificarse con un descendiente de Arqudamo I (600-575 a. C.), hiptesis favorecida por la embajada a Esparta de Aristgoras buscando ayuda contra los persas, ocasin en la que mostr al rey Cleomenes una tabla de bronce con los contornos de la tierra incisos (Hdt. 5. 49), quiz la de Hecateo; el dato, sin embargo, es

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    Herdoto, por su parte, resalta la sensatez poltica de Hecateo, cuyos atinados consejos en el curso de la sublevacin de los jonios contra el Rey persa fueron desodos por Aristgoras, tirano de Mileto, con fatales consecuencias para las ciudades griegas. Pero, a la vez, desacredita de manera indirecta sus investigaciones genealgicas, valindose del conocido episodio donde relata como los sacerdotes egipcios no slo dejaron en ridculo el cmputo de las diecisis generaciones de su familia, sino su pretendida ascendencia divina28. Esta actitud ambivalente obedece, sin duda, a la necesidad del historiador de Halicarnaso de reivindicar la exposicin de sus investigaciones ( ), maano distancias con el ms ilustre de sus predecesores, con el cual, por lo dems, mantiene fuertes vnculos. De hecho, ya en la Antigedad se le acus de copiar a Hecateo y las relaciones entre ambos han generado un importante debate entre los estudiosos modernos, donde entran en juego no slo l ttulo pa la hitoia, ino l at uptuita la hoota29.

    Retomando nuestro asunto, cabe destacar que en las tres ocasiones que Herdoto nombra al de Mileto, lo apoda i, l naao o untita, lo cual constituye una irona a propsito o involuntaria a la vista del manifiesto con que Hecateo abra su obra: escribo lo que me parece verdadero, pu lo unto () lo io on muho y iulo ( )30 Significativamente, el de Halicarnaso usa el mismo calificativo para Esopo, l haceo unto o ula ( ) po antonomaia la tradicin griega31.

    difcil de compatibilizar con la cronologa. Este escollo no existira en el caso de Arqudamo IV (305-275 a. C.), quien rein en tiempos de Ptolomeo Ster (305-285 a. C.), a cuyo servicio estuvo el abderita (D. S. 1. 46. 8 = FGrHist 264 T 4; I. Ap. 1. 183 = FGrHist 264 T 7a). 28. Vanse: por una parte, 5. 36. 1 (T 5); 5. 124. 1 (T 6); por la otra, 2. 143. 1 (T 4). 29. Fuentes antiguas: Hermog. Id. 2. 12 (T 18); Eus. PE 10. 3, 466 B (T 22); Suda 360, s. v. (T 1 a). aa l tao la utin tia, va TZZ, Stui u Eato i ilto, , pp 1-46. Entre las aportaciones ms recientes cabe destacar los atulo S t (ootu otait o atu, JHS 111 (1991), pp.144-160), y el anteriormente citado de R. Nicolai. Respecto al lugar de Herdoto en la evolucin de la historiografa griega, cf. R. FOWLER, Herodotos and his contemporaries, JHS 116 (1996), pp. 62-87. 30 1 So lo uo omo palaa ala n la litatua aaia, va LINCOLN, Competing discourse: rethinking the Prehistory of mythos and logos, Arethusa 30 (1997), pp. 341-367. 31. Desde este pasaje de Herdoto (2. 134) a Eustacio (Comm. ad Il 1 ) aa , y sus derivados en la terminologa de la fbula, vase G. J. VAN DIJK, Aino, Lgoi, Mthoi. Fables in Archaic, Classical and Hellenistic Literature, with a Study of the Theory and Terminology of the Genre, Leiden, 1997, pp. 82-90.

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    Los testimonios de Herdoto son los primeros para un compuesto que, segn Focio, esgrimir a su vez Ctesias contra el historiador de las Guerras mdicas, llamnol mntioo y untita32. El verbo denominativo aparece en un discurso de Tucdides para referirse a quienes difunden rumores, cosas que ni son ni han io ( ), expresin que un escolio glosa como componer relatos falsos33. Este tipo humano hubo de ser tan comn en las ciudades griegas, como para que Teofrasto dedicase un captulo, el octavo, de los Caracteres, a la novelera ( ), on inia omo la invencin de dichos y hechos falsos a los que el novelero intenta dar credibilidad ( , )

    A modo de ilustracin, Teofrasto describe una pintoresca escena contempornea: el novelero ( ) aoa n la all a un amio, anioo por or y por contar lo ltimo de lo que se habla en la ciudad, como esa batalla en la que Poliperconte venci y Casandro cay prisionero, segn ha dicho un soldado que acaba de regresar, y algn otro a quien, a su vez, se lo cont alguien bien enterado. Y si su interlocutor no le cree, le responder que se trata de un secreto a vo, u l umo xtin y too untan lo mimo ( , ) a saber, que la batalla fue una autntica carnicera, y lamentndose de la mala fortuna de Casandro, evocar el llanto de los ciudadanos por tan infausto suceso.

    Salta a la vista el parecido, en fondo y forma, entre las crnicas orales de este oviil, u ana hala po la plaa, y la naaion, aaa retrica y exageracin, escritas por los historiadores librescos a quienes Polibio ridiculiza as (29. 12. 3):

    En efecto, cuando los historiadores () en lugar de extraer los datos claros y simples de los propios hechos, prefieren fiarse de muchos libros y dejarse arrastrar por la fantasa, entonces hay que convertir en grande lo pequeo, amplificar lo que fue dicho con brevedad, e inventar historias (), construyendo hazaas a partir de hechos insignificantes, alargando los combates y entrando en pormenores de batallas campales en las cuales, una vez, cayeron diez o pocos ms soldados de a pie y menos an de caballera.

    32. Cf. Phot. Bibl. 72, 35b (= FGrHist 688 T 9): , , . Sobre la terminologa, vase el comentario de J. F. BAEHR, Ctesiae Cnidii Operum Reliquiae, Frankfurt, 1824, pp. 83-84. 33. Sch. Th Cf. Lex. Vind , v

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    La crtica la novla hitoioia apa n l amnto la Historias relativo al asedio de Iasos por Filipo V de Macedonia. Aprovechando la ocasin, Polibio se hace eco de las crnicas sobre los fundadores mticos de esta ciudad y acerca de la legendaria estatua de rtemis, colocada al aire libre pero a la cual no mojaba la lluvia. Comenta el megapolitano que aun tratndose de tonteras pueriles, contrarias a la lgica y a la ciencia, merecen su perdn aquellos historiadores que cuentan milagros y aulaion ( ) on la intnin alvauaa l pto haia la ivinia la plebe, y tambin los que por ignorancia u otros imponderables sostienen opiniones falsas. En cualquier caso, a su parecer, nada justifica la exageracin de que hacen gala otros, en referencia a Teopompo34.

    aajiamnt, oliio apoao y asimismo Jenofonte, cuando entre los autores de la Segunda Sofstica deviene un sinnimo, arcaizante y uito, hitoiao, in p por ello sus concomitancias con la fabulacin en general y especficamente con las narraciones mticas35. De hecho, en los primeros siglos de la era cristiana suele aplicarse ya a Esopo, ya a Herdoto36, y probablemente bajo el influjo del historiador de Halicarnaso, otra vez a Hecateo. As lo hace el gramtico Arstides al alegar su autoridad para explicar la etimologa del topnimo Canopo en base al piloto de la nave de Menelao (36. 108 = FGrHist 1 F 308).

    Arriano, por su parte, caracteriza como tales a Herdoto y a Hecateo, discutiendo a cul de los dos atribuir la frase proverbial Egipto, don del Nilo, y de nuevo al milesio, cuando en la digresin sobre Heracles de la Anbasis de Alejandro menciona su exgesis racionalista de uno de los Trabajos: Gerin contra el cual el Heracles argivo fue enviado para llevar sus vacas a Euristeo y conducirlas a Micenas, dice el historiador Hecateo ( ) u

    34. Cf. 16. 12. 9-11: , ' . , . , , ' . 35. Cf. App. Lyb. 629 (Polibio); Him. Or. 30 (Jenofonte). Dice el Lxico de Harpocratin (194): ' . Iscrates (11. 37) hace alusin a los autores de genealogas: , . 36. Esopo: Theon Prog. 73; Pl. Sol. 28; Luc. Icar. 10; Philostr. VA 5. 14; D. L. 1. 72; Herdoto: D. Chr. 37; Arr. An. 3. 30. 8; Peripl. M. Ex. 18. 2; Luc. Macr. 10.

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    nada tiene que ver con la tierra de los iberos, ni que a una isla Erita, ms all del gran Mar, fue enviado Heracles, sino que Gerin era un rey del Epiro37.

    Al mismo ciclo legendario hace referencia el siguiente texto de Claudio Eliano: A la Hidra de Lerna, el trabajo de Heracles, la cantaron poetas y los tratadistas de mitos antiguos, entre los cuales tambin est el historiador Hecateo38. El erudito menciona luego la descripcin homrica de la Quimera y concluye con este anatema: Por Zeus! que estas cosas se asignen a los mitos ( )

    Atendiendo a la directriz de Eliano, cabra plantear si la inclusin del milesio nt lo tataita mito ( ), iniia u la palaa ha onvtio n l uival mitao, i, un ito mito n u ntio m lital En to, i po l ojto y la mtooloa sus escritos Hecateo poda recibir la advocacin, neutra y generalista, de , lo involucraba en las controversias sobre si era o no factible remontarse hasta el pasado ms lejano sin traspasar la delgada lnea que separaba las narraciones mticas de la fbula y otras formas de ficcin, la cual fue objeto de las disquisiciones de los maestros de retrica39. En lo que a la historiografa se refiere, l polma u omulao po Tui miant l tmino , oin l hlnimo loao on l u ul ina a lo po l ateniense o de Herdoto en los estudios filolgico-literarios desde el siglo XIX40.

    II. Hecateo de Mileto, mitgrafo

    Segn el tratado de sinnimos de Ammonio (I- ), y inian n u minta l uno i iuo juiial, l

    37. Pasajes referidos: Anab. 5. 6. 5 (FGrHist 1 F 301); 2. 16. 5 (F 26*). 38. Cf. HA 9. 23 (T 9; F 24*): , 39. Segn Ten (Prog ), ula () una ompoiin ala u imolia una va y lato (), una ompoiin expositiva de hechos sucedidos o que se admiten como sucedidos. Hermgenes (Prog ) itinu uato no naativo ( ) mtio, itiio o amtio, hitio y ivil o pivao ( , , , , , , ) inalmnt, iolao (Prog. 12) considera naaion mtia () aulla u no on ina nia inutional y tienen sospecha de falsedad, mienta u la hitia () in a uo antiguos que se admiten como sucedidos. 40. Segn Pearson (op. cit., p. 6) Creuzer fue el artfice de la recuperacin moderna del trmino (Die historische Kunst der Griechen in ihrer Entstehung und Fortbildung, 1803).

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    otro compone relatos y fbulas41. Diez siglos ms tarde, el rtor bizantino Juan Doxopatres defina como el prosista e historiador que escribe hechos al ( ), vano paa lo ao iion ( ) omo la ula, la lamaion y lo ama poaio42. Aunque el lexicgrafo aljanino oa la apin m omn n la lnua griega, tambin es cierto que el trmino haba sido utilizado para calificar a escritores de prosa histrica en su primera aparicin, el pasaje de la Historia de la guerra del Peloponeso donde Tucdides expone su mtodo historiogrfico cortando amarras con la tradicin43:

    A partir de los indicios que he sealado, nadie se equivocara al juzgar que los hechos fueron tal cual los he relatado, y no otorgar confianza a los poetas, que sobre ellos cantan enaltecindolos, ni a los prosistas (), que por agradar al odo en vez de servir a la verdad, renen hechos imposibles de verificar y, en su mayora, arrastrados por el tiempo hacia lo increble y lo fabuloso.

    El ateniense, por tanto, censura la tendencia a exagerar de los poetas y a los prosistas, no tanto que manejen mitos para reconstruir el pasado ms lejano l mimo lo ha hho n oto lua la auoloa, sino que se despreocupen de la ardua bsqueda de la verdad ( ), intna l oiio de historiador, para caer en la fabulacin ( ), atuano omo loggrafos, es decir, como aquellos que redactan alegatos a favor de intereses particulares y han de ganarse el aplauso del pblico44.

    41. Cf. Diff. , ta definicin remiten la Suda ( , v ) y l Etymologicum Gudianum ( , v ) 42. Cf. Comm. in Hermogenis librum 6. 487: , , ' , , , . En un pasaje de Eusebio (PE 9. 1 1) mpla omo innimo hitoiao 43. 1. 21. 1: , , , 44. Cf. Sch. Pl. Phdr. 257c. , '

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    La crtica de Tucdides abarcara al conjunto de sus predecesores, empezando por los jonio, nt llo ato, a uin poa ha uao mana ocasional45, los atidgrafos, encabezados por Helnico, y, en particular, a Herdoto, segn aclara un escolio46. As, en el panorama sobre el desarrollo de la historiografa griega compuesto por Dionisio de Halicarnaso con el fin de resaltar el carcter excepcional de Tucdides, Hecateo de Mileto ocupa el quinto puesto en el elenco de los antiguos prosistas ( ), que vivieron antes de la Guerra del Peloponeso y cuyo objetivo comn fue recoger y publicar las historias memorables de los pueblos y las ciudades, entre las cuales haba no slo algunos mitos muy dignos de confianza por su antigedad, sino tambin peripecias teatrales que les parecen grandes disparates a los hombres de hoy47.

    La argumentacin de Tucdides resuena en el testimonio de Diodoro, cuando, aludiendo a las distintas teoras sobre las crecidas del ro Nilo dadas por filsofos e historiadores, nombra a Helnico, Cadmo y Hecateo entre aquellos que por ser muy antiguos, tendan a la fabulacin mtica48. Por lo dems, este texto de la Biblioteca histrica, al igual que el arriba citado de Dionisio de Halicarnaso y otros de Estrabn, demuestra que durante el periodo helenstico-romano ( / ) () ran las expresiones

    aa l oin y uo l tmino n la litatua ia antiua van E BUX, s. v. Logographen, RE XIII, 1 (1927), cols. 1021-1034; L. PEARSON, op. cit., pp. 6-9. 45. Cf. S. HORNBLOWER, Introduction, en S. Hornblower (ed.), Greek Historiography, Oxford, 1996, p. 15; p. 58. 46. Sch. Th. 1. 21. 1 ABFMc2 . . Tambin se le denomina en un proverbio (CPG I, App. 2. 25 ). Sobre la dialtia nt va, ala y iin u atiula la polmia Tui con el historiador de Halicarnaso, vase J. L. MOLES, Truth and Untruth in Herodotus and Thucydides, en Ch. Gill, T. P. Wiseman (eds.), Lies and fiction in the Ancient World, Exeter, 1993, pp. 88-146. 47. D. H. Thuc. 5 (T 17 a): , , , ' ' , , , . El mismo Dionisio dice en otro lugar que en Roma no hubo ni prosistas antiguos ni loggrafos ( : cf. AR 1. 73. 1). 48. Cf. 1. 13. 1 (T10 A; FGrHist 1 F 302 a): ,

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    habitualmente utilizadas por los hombres de letras, y probablemente tambin en las escuelas, para referirse a los pioneros de la prosa histrica de manera individual o en conjunto.

    Ent lo ao uo n la ntia l voalo omo innimo un tminao tipo hitoiao taa l into n l opulo Sobre historias increbles de Palfato, quien segn una noticia recogida por la Suda fue discpulo y amante de Aristteles49. Partiendo de la premisa de que en los mitos hay un fondo de verdad, en el Proemio, al igual que hiciera Tucdides, culpa a los pota y lo loao ( ) onvti uo ito n cuentos increbles y maravillosos, con la intencin de provocar asombro. Frente a llo, alato laa un hitoiao, u viaja a lo itio paa ha indagaciones y recoger el testimonio de los ancianos, pero que no acepta todo lo que se cuenta50. Tanto esta declaracin de principios, donde se recrea el tpico hitoioio la autopia, omo u intptaion hitio-racionalistas de los mitos, demostraran, segn la crtica, su afinidad con Hecateo51.

    Pues bien, en el captulo dedicado a Glauco, el hijo de Minos, Palfato explica como el personaje no resucit, sino que, en realidad, slo recobr el sentido tras haberse desmayado, a partir de lo cual los mitgrafos fabricaron el mito ( ). Es evidente que estos oinin on lo l omio, on, n pinipio, l paaj poa oniao la m antiua apaiin l voalo n la litatua griega52. No obstante, este primer testimonio debe ser tomado con cierta cautela, ya que existen dudas acerca de la fidelidad respecto al original de un tratado que habra sido objeto de aadidos y compendios a lo largo de su transmisin, en su mayora achacables a rtores bizantinos, segn la opinin de Festa53.

    49. Cf. Suda -72, s.v Tres de las cuatro entradas del lxico podran referirse al mismo Palfato, el historiador () natual io y Aristoteles; sobre la cuestin, vase N. FESTA, Palaephati . (ythographi Graeci III. II), Leipzig, 1902, pp. XXXIII-XLVI. 50. Proemio 9-13: , ' , , ' 51. La relacin con Hecateo fue ya sealada por W. NESTL (Historia del espritu griego, Barcelona, 1961 (= Stuttgart, 1944), pp. 84-85). Respecto a los paralelos con Tui, va ST, Sulla paion l i alato, Klos 2/3 (1998/1999), pp. 11-13. 52. Cf. Palaeph. 26. C. Wendel (Mythographie, RE XVI.2 (1935), col. 1352) registra como los testimonios ms tempranos los pasajes de Polibio citados infra. 53. Contra esta hiptesis ya reaccion J. SCHRAEDER (Palaephatea, Berln, 1894). En la litatua ia mival ina a unt mitoia in mayo

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    Fowler ha otorgado la primaca a un fragmento papirceo de Posidonio, atao n l ilo , on aliia a oto, txto u derivara, a su vez, de un tratado perdido de Aristteles, sin que se pueda descartar la presencia de Eratstenes como fuente intermedia entre el Estagirita y el sabio estoico54. En cualquier caso, la tradicin plasmada en este papiro de Oxirrinco, por un lado, y el texto de Palfato, por otro, permiten considerar el vocablo un tecnicismo nacido a finales del siglo IV a. C. o en las dcadas iniciales del siguiente en medios escolsticos, verosmilmente peripatticos55.

    Un siglo ms tarde, el trmino aparece dos veces en sendos excursos geogrficos de la Historia de Polibio. En el primero, al describir la jornada de Anbal en la llanura de Capua, el megapolitano reconoce que la belleza y feracidad del paraje justificara los relatos de los mitgrafos ( ), u all situaban los Campos Flegreos, escenario de la Titanomaquia56; en el segundo, por el contrario, Polibio censura que para explicar fenmenos fsicos, caso de las corrientes en el Ponto Euxino, los historiadores, en vez de visitar e inspeccionar los itio, auan a pota y mitao ( ) y que presenten como garantes de hechos controvertidos a quienes no son de fiar, segn Herclito. No sera de extraar que con tal sentencia Polibio apuntase, entre otros, a Hecateo, el cual, segn el testimonio ya comentado, era uno de los nombres paradigmticos de esa tan notaa po l filsofo efesio. Con todo, ello no implica que el intama estuviese en el texto de

    precisin, pero tambin a autores concretos: los fabulistas Esopo (Suda Eut Comm. Il. 1. 48; Jorge Cedreno Chr. 1. 273) y Babrio (Suda 1), iltato (hot Bibl. 241, 327 a), Licofrn (Eust. Comm. Il. 1. 222) e, incluso, Moiss (Phot. Bibl. 190, 151 b). 54. Se conoce por una traduccin medieval titulada Liber de inundatione Nili: cf. R. L. FOWLER, P. Oxy. 4458: Poseidonios, ZPE 132 (2000), pp. 133-142. Tambin Diodoro (1. 37. 4) desacredita las explicaciones de Herdoto sobre las inundaciones del Nilo, pese a considerarlo un historiador muy experto ( ). En el siglo IV Temistio (Or. 32, 367 c), a propsito del ave Fnix, cita al mitgrafo Herdoto ( ) 55. Calame (The Rhetoric of Muthos, p. 128, n. 11) seala en Iscrates (1. 50) la ltua un papio (ap l ) paa lo manuito Este documento, que transmite tres fragmentos del discurso Ad Demonicum, est datado entre el 200-246 d. C. 56. Cf. 3. 91. 7. Diodoro (5. 71. 4) recoge la misma versin y adems aquella que situaba el episodio en Palene de Calcdica, el lugar mencionado por Herdoto (7. 123). Esta parte de la Biblioteca histrica se piensa inspirada en Epimnides de Creta: FGrHist 475 F 17= F4 Fowler.

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    Herclito, sino que podra atribuirse en lugar de a la mano de Polibio, a la de Eratstenes, en quien el historiador habra ledo la cita57.

    Pero es Estrabn quien aporta las razones ms claras para comprender por qu en su siglo Hecateo, adems de un antiguo historiador, tambin poda onia un mitao o ota pat, u uo lo tmino y se insertan en las discusiones acerca de la credibilidad de poetas y prosistas, sus aciertos y errores, que forman parte esencial de la Geografa y en algunas de las cuales nombra o alude a Hecateo58. As, en la amplia seccin del libro primero consagrada a reivindicar la autoridad de Homero frente a las crticas de Eratstenes, el gegrafo de Amasa proclama que toda la retrica dimanara del Poeta, premisa a partir de la cual despliega su exposicin sobre la gnesis y el progreso de los gneros literarios, un excurso inspirado, al parecer, en Posidonio59. Y para probar que la prosa es una imitacin de la poesa y nacida de ella, el gegrafo invoca el estilo de autores como Cadmo, Fercides y Hecateo60.

    Ms adelante, en el importante captulo relativo a la invencin mtica () y u utilidad para la vida social (1. 2. 8), Estrabn afirma que antes de convertirse en materia de la poesa, los mitos eran utilizados por legisladores y hombres de Estado para domear los instintos de sus conciudadanos, funcin coercitiva an vigente en el caso de las mujeres y dems almas simples, dada la imposibilidad de educarlas, a no ser recurriendo a la amenaza de un castigo y al temor supersticioso. Pero transcurrido un tiempo, concluye, la escritura de la historia y la actual filosofa se divulgaron; sta ltima se dirige a unos pocos; la

    57. Cf. 4. 40 (= Heracl. 22 A 23): , , . Sobre la mediacin de Eratstenes, vase F. W. WALBANK, A Historical Commentary on Polybius (I), Oxford, 1957, ad loc. 58. Cf. 1. 2. 8; 4. 1. 7; 11 () 1 () () 59. Segn G. Aujac, quien seala el paralelo de Plutarco (De Pythiae oraculis 406 b-e): cf. Introduction, en Strabon. Gographie (Livre I), Pars, Les Belles-Lettres, 1969, p. 93 n. 2; p. 186, n. 1. El argumento, por otra parte, evoca la distincin aristotlica entre la lnua nua o poa y la omtia a mto omo la pi la imitain mediante palabras (Po. 1448 b), Para el comentario de este texto y las restantes citas de la Geografa, va Z R, Etan, pp 1-23. 60. Cf. 1. 2. 6 (T 16): ' , , , , , , . A la lengua y el estilo de Hecateo se refieren los siguientes Testimonia: D.H. Thuc. 5 (T 17 a); 23 (T 17 b); Hermog. Id. 2. 12 (T 18); Demetr. Eloc. 12 (T 19).

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    poesa, en cambio, es ms til para el pueblo y capaz de llenar teatros, sobre todo la omo lo pimo hitoiao y lo io, pu, uon mitao ( )

    De acuerdo con este anlisis, Estrabn achaca los errores geogrficos de Hecateo a la tendencia de los antiguos prosistas ( ) a imitar a lo pota, mlano mntia n la itua aultia (), an por la cual no concuerden los unos con los otros61. Este asunto ya haba sido tratado en el captulo de los preliminares donde se inserta el primer registro de , voalo u au pa finir no tanto el tema cuanto el modus operandi de los historiadores que Tui llam y oto, ant y despus del l, 62:

    A Hesodo nadie lo acusara de ignorancia cuando habla de hemicanes, macrocfalos y pigmeos: pues tampoco al mismo Homero, cuando cuenta estos mitos, de los que tambin forman parte estos pigmeos, ni cuando Alcmn describe a hombres con pies de sombrilla, ni Esquilo a los cabeza de perro, los con ojos en el pecho y los de un solo ojo, dado que ni siquiera a los escritores de prosa histrica, les prestamos mucha atencin, aunque no admitan que hacen mitografa. En efecto, salta a la vista que entrelazan mitos a propsito, no por ignorancia de los hechos, sino inventando imposibles para maravillar y divertir. Pero se considera que lo hacen por

    61. Cf. 8. 3. 9 (FGrHist 1 11 * T1) ' , Dionisio de Halicarnaso, por el contrario, los exculpa, pues se habran limitado a transcribir relatos tradicionales (Thuc. 7). 62. Cf. 1. 2. 35: ' , , , ' , ' , , , ' , , El verbo utilizado tanto paa la aulain homia () omo paa lo hitoiao iion () ua l naaminto la Genelogas ato (mt Eloc. 12 = F 1). Sobre esta nomenclatura, vanse las reflexiones de Calame (Mythe et histoire, pp -46).

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    ignorancia, porque con gran conviccin proclaman tales cosas, respecto a asuntos inciertos y desconocidos. Teopompo lo reconoce al afirmar que tambin contar mitos en su historia, lo cual es preferible, por ejemplo, a lo de Herdoto, Ctesias, Helnico y los historiadores de la India.

    Abundando en el tpico, a propsito de las discordantes informaciones sobre las etnias que habitaban los territorios cercanos al mar Caspio, el gegrafo manifiesta que los antiguos historiadores io ( ) y por tanto, Hecateo, al menos eran mitgrafos a las claras ( ), y como tales consiguieron renombre y el favor del pueblo; por el contrario, Ctesias, Herdoto, Helnico y los otros historiadores falsarios, como slo buscan agradar los odos y provocar asombro, resultan menos fiables que Hesodo y Homero cuando hablan de los hroes, e incluso que los poetas trgicos63. Ms an, hay veces en que los escritores de fbulas aciertan donde los hombres de ciencia yerran. As, tras confrontar distintas explicaciones relativas al origen de los Campos Lapidarios, entre ellas la exgesis de Posidonio a un pasaje de Esquilo, con la geologa del lugar, Estrabn termina concluyendo que en esto es ms fiable quien escribi el mito que quien lo interpret64. De hecho, uno de los hilos argumentales de la Geografa es que los poetas, singularmente Homero, constituyen una fuente inagotable de sabidura no slo para los nios y la masa inculta, sino tambin para el filsofo, capaz de discernir qu resulta verosmil y qu increble en los mitos, despojndolos de su envoltura literaria65.

    Poco antes de que Estrabn acometiera su magna obra, Diodoro haba empleado con relativa unia n la in la Biblioteca dedicada a la historia primitiva, para designar genricamente a los autores de genealogas y tratados sobre los dioses y los hroes66. Por ejemplo, en el libro cuarto y al hilo de los Trabajos de Heracles el siciliano se hace eco de las distintas

    63. 11. 6. 2- a xpin ua l paaj Tui itao m aia 64. Cf. 1 ( ) S nominaa ampo apiaio a la llanua ituaa nt alla y la desembocadura del Rdano: cf. Solin. Coll. 2. 6. 65. Parafraseando al propio poeta, Estrabn dice que vierte oro sobre plata (1. 2. 9 = Od. 6. 232). En consecuencia, la lectura filosfica de Homero exige separar la historia de la linia potia ( 1 1) 66. Es el autor griego con mayor nmero de registros de esta palabra: cf. 1 .23. 8; 3. 62. 2; 1 1 Sn alam (yth t hitoi, pp 1-43), en Diodoro y los autores de la poca imperial ina implmnt, omo n latn, lo lato o lo timpo antiuo ase, adems, S. SAD, Myth and Historiography, en J. Marincola (ed.), op. cit., pp. 85-86. Cabe recordar que el trmino no est testimoniado en la Biblioteca del siciliano.

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    vion n tono a la pi lo mitao ( ), nt otros aquel que identific las manzanas doradas con un rebao de ovejas tan hermosas que merecieron el calificativo de ureas y cuyo guardin era un pastor llamado Dragn, la explicacin ofrecida por Palfato en el captulo correspon-diente de su tratado67. Respecto al nombre de los Centauros, de nuevo coincide con Palfato, pero tambin con la etiologa atribuida a Hecateo: Algunos dicen que los Centauros, hijos de Nfele e Ixin, recibieron el nombre de Hipocentauros por ser los primeros que intentaron montar a caballo, pero que en la ficcin mtica ( ) lo imainaon on ol natuala68.

    As pues, estos mitgrafos aparte de historiadores y compiladores de mitos son exgetas, como tambin lo fue el racionalista Hecateo. Ahora bien, si la reivindicacin de las hazaas de los hroes en beneficio de la humanidad justifica el uso como fuentes historiogrficas de tales escritores, pese a sus mutuas discrepancias, Diodoro manifiesta su escepticismo hacia las interpretaciones de mitos, dejndolas al arbitrio de los lectores69.

    Anotaciones finales

    A partir de la encuesta efectuada en los Testimonia y otros textos relacionados con Hecateo, parece que con independencia de la adscripcin a las Genealoga los fragmentos de Arriano y Eliano sobre Heracles, o bien a la Periegesis los apuntes sobre topnimos de Arriano y Arstides o las disertaciones geogrficas de Diodoro y Estrabn, a finales del helenismo y durante los primeros siglos de nuestra era los escritos del milesio se seguan leyendo, o alegando sin ms en su versin original o de segunda mano, casi exclusivamente en dos mbitos, por lo dems, interrelacionados: la onomstica y la mitologa70. Este uso erudito,

    67. Confrntese D. S. 4. 26. 2 con Palaeph. 18. El razonamiento, al igual que en varios pasajes del , juega con la ambigedad lingstica: la homonimia, en el caso de (manana y ovja), la mtoa (ua), ptto oita, y la mtonimia nt l animal y l humano 68. Cf. 4. 70. 2 y Palaeph. 1. Hecateo (FGrHist 1 F 372) explicaba los trminos centauros e hipocentauros como gentilicios de los pueblos de Tesalia tambin denominados eordos y lleges. 69. Sobre las dificultades de integrar los mitos en la historia versa el Proemio del libro IV y en varios pasajes se apela a la opinin y la credulidad del lector: cf. 4. 8. 3; 18. 6; 26. 4; 47. 6. 70. M. DETIENNE (op. cit., p. 93), subraya que el saber periegtico y la genealoga son discursos homlogos enunciados por un mismo cartgrafo, y en la misma direccin apuntan CH. JACOB (Le savoir des mythographes (note critique), Annales. HSS 49, 2 (1994), pp. 423-424) y P. Brul, quien afirma (art. cit., p. 243): le nom constitue trs

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    que remontara al periodo helenstico y se acrecienta en Bizancio, justifica que de los treinta y cinco fragmentos atribuidos con seguridad al tratado histrico-genealgico casi la mitad sean escolios, y el resto, extractos insertos en lxicos y otras obras de carcter enciclopdico. Respecto a la Periegesis, dos tercios largos de los trescientos setenta y tres fragmentos de la edicin de Jacoby han sido transmitidos por Esteban de Bizancio, lo que viene a confirmar el juicio de Estrabn: que la fama de Hecateo, desde el principio y a lo largo de la Antigedad, se ciment, fundamentalmente, en su escrito geo-etnogrfico, el cual tambin contena noticias y digresiones sobre mitos y curiosidades de los territorios abarcados en su periplo71. En cuanto a sus indagaciones genealgicas, quiz pronto quedaron obsoletas no tanto por el menosprecio de Herdoto, sino por los nuevos modelos historiogrficos y por la aparicin de compilaciones sistemticas, como la ya mencionada de Fercides, fuente principalsima de la mitografa helenstico-romana y medieval72.

    Pero ms all de su cita como autoridad, el nombre de Hecateo aparece ligado a las controversias de los gegrafos e historiadores griegos en torno a la necesidad de aprehender mentalmente el espacio y de perpetuar la memoria del tiempo con discursos en prosa, verdaderos y unvocos. Esta fue la empresa que Hecateo inaugur con su clebre proclama, y que, paradjicamente, se vio abocada a la disensin y a la polifona por el ejercicio de esa opinin crtica que el milesio ivini paa u vo o lo m, la polmia n tono a la va n lo iuo y lo iuo la va a caballo entre la ontologa y la retrica, la ciencia y la poltica, afect no slo a los escritores de antigedades, sino tambin a los cronistas de la historia contempornea. A fin de cuentas, se convirti en algo tan connatural a la idiosincrasia helnica como incomprensible para otros pueblos y otras mentalidades. As expresa su perplejidad el historiador judo Flavio Josefo (Ap. 1. 16):

    souvent le matriau premier, la foundation indispensable au rcit, rcit qui, en retour et gnralement en conclusion, justifie le nom. 71. Segn Pearson (op. cit., pp. 87ss.; p. 98) la Periegesis combinaba la descripcin con los excursos mitolgicos, mientras que en la Genealoga se daba la situacin inversa. Tozzi (Stui u Eato , pp ) avit inia n l tataminto lo mito entre ambas, indicio de cierta especializacin genrica, y defiende una redaccin ms temprana del escrito geogrfico. Nicolai, por su parte, ve imposible determinar la cronologa relativa a cada obra (art. cit., pp. 155 ss.). 72. Los fragmentos conservados demuestran la presencia masiva del ateniense no slo en comentarios, lxicos y escolios, sino tambin en enciclopedias mitolgicas, caso de la Biblioteca atribuida a Apolodoro: cf. J. PAMIS, Ferecides dAtenes, pp. 19-20; F. J. CUARTERO I IBORRA, Introducci, en Pseudo-Apollodor. Biblioteca (vol. I), Barcelona, Fundaci Bernat Metg, 2010, pp. 30 ss. Dionisio de Halicarnaso, por ejemplo, lo consideraba un genealogista no inferior a ninguno: cf. AR 1.13.1 (T 7 Fowler).

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    Pues cmo no es absurdo que los griegos se den humos, como si fueran los nicos expertos en los tiempos antiguos y transmitieran la verdad sobre ellos? O quin no comprendera fcilmente, a partir de los propios historiadores, que escriben sin saber nada con certeza, sino cada cual haciendo conjeturas acerca de lo sucedido? En efecto, frecuentemente se critican los unos a los otros a lo largo de sus libros y no vacilan en decir lo contrario sobre la misma cosa. Mas sera ocioso que yo enseara a quienes saben ms que yo, cunto disiente Helnico de Acusilao en las genealogas, cunto corrige Acusilao a Herdoto, o de qu manera foro seala a Helnico por haber mentido en la mayora de las cosas, y a foro, Timeo, y a Timeo, los que vinieron despus, y a Herdoto, todos. Tampoco en los asuntos de Sicilia Timeo dice lo mismo que Antoco, Filisto o Calas, ni estn acuerdo sobre el tica los atidgrafos o sobre los argivos, todos los historiadores de Argos. Y qu decir de las ciudades ms pequeas? cuando sobre la campaa persa y lo ocurrido en ella los historiadores ms estimados discuten y muchas veces incluso Tucdides es acusado por algunos de mentiroso, aunque se considere que compuso la historia ms exacta de su propia poca.