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Esta traducción fue realizada sin fines de lucro; es el producto de un trabajo hecho por

un grupo de aficionadas que buscan ayudar por este medio a personas que por una u

otra razón no pueden disfrutar de maravillosas obras como ésta. 

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 iNDICESinopsis

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Próximo libro

Sobre el autor

Créditos

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 SINOPSISDespués de perder una apuesta con su mejor amiga Cherry, Britt es

obligada a salir de su zona de confort y lanzársele a uno de los hombres más

sexys que jamás ha visto. Todo iba perfectamente bien hasta que él descubrió

su pequeño secreto.

Kingston “King” Henry es el playboy soltero más rico y más caliente de la

ciudad. Conocido por salir con una lista de actrices de Hollywood y dejar unrastro de corazones rotos a su paso, él no es el tipo de chico con la que una

chica como Britt debería enredarse.

Pero cuando sus padres sorprenden a ambos con la gran noticia y los dos

son involuntariamente empujados juntos, las chispas volarán, los corazones se

incendiarán y muchas, muchas reglas se romperán.

¿Britt sobrevivirá su encuentro con este hermano malo, y King alguna

vez bajará de su trono lo suficiente como para admitir su amor por ella?

Y lo más importante de todo, ¿cómo manejará la noticia de que ella va a

tener a su bebé?

Bad Brother, Parte 1

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1Traducido por Apolineah17

Corregido por Tessa_

 — Aquel — ordenó Cherry y señaló al otro lado del club. A través de las

luces parpadeantes y la multitud de personas moviéndose con la música

palpitante, vi a quién señalaba.

 — No en tu vida — dije y bebí mi trago nerviosamente.

 — Vamos, conoces la apuesta  — se rio — . Tienes que lanzártele a

quienquiera que yo elija esta noche. Perdiste, con todas las de la ley.

 Tomé otro sorbo y escaneé la habitación. Me decidí por uno del tipo

contable, con gafas gruesas y un tic nervioso en la mejilla. Se veía sudoroso e

incómodo y más como que tendría una oportunidad.

 — ¿Qué tal él?  — pregunté, implorando que me lo pusiera fácil. Había

perdido una apuesta con ella, una estúpida que había hecho hace un par de

semas sobre quién iba a ganar America’s Next Top Model 1. ¿Quién sabría que mi

elección terminaría siendo una puta cocainómana que fue descalificada justo

antes de la gran final?

Cherry lo había sabido al parecer, razón por la cual había escogido a la

ganadora y yo estaba aquí buscando alguien para ligar. El reto era conseguir

que él me comprara dos bebidas y me pidiera mi número de teléfono. Esta era

su única forma de castigo, la peor cosa que una chica fiestera como ella podíapensar en infligir en una nerd de los libros como yo.

 — No es malditamente probable, él se vendría en sus pantalones incluso

antes de que consiguieras el primer trago. Esto tiene que ser un desafío, quiero

que sufras un poco  — dijo con un brillo maligno en los ojos. Sé que la hacía

1 America’s Next Top Model: Es un reality show en el que un número de aspirantes amodelo compite por el título de America's Next Top Model y una oportunidad para iniciarsu carrera en la industria del modelaje. 

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sonar terrible, pero no lo era. Ella era mi mejor amiga y estaba sólo ayudándome

a relajar un poco antes de irme a la universidad en dos meses.

Últimamente quería conseguirme un polvo, ayudarme a perder mi

enorme tarjeta V, pero eso no era probable en ningún momento a corto plazo.

 — Bien  — suspiré dramáticamente y bebí lo último de mi gin-tonic . Nos

habíamos colado en el club con identificaciones falsas y aunque tenía dieciocho

años, repentinamente me sentía muy fuera de mi liga.

El hombre que había accedido a ligar estaba guapísimo. Ni siquiera sexy

o bien parecido, sino uno de esos tipos que podía estar en la portada de alguna

revista rockera. Era alto, podía notarlo desde aquí, su cuerpo era abultado y se

le tensaron los músculos cuando se inclinó casualmente contra la barra,

sondeando la multitud con una risa engreída en su rostro.

 Tenía el cabello negro azabache y la piel bronceada, y estaba cubierto de

espectaculares tatuajes que brillaban en la luz, incluso desde aquí. Su camiseta

abrazaba su cuerpo y podía ver la V en su abdomen que ponía salvaje a la

mayoría de mujeres. Está bien, lo admito, a mí también me volvía un poco loca.

Agarré su bebida y me la bebí también, ignorando su mirada irritada.

Necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir.

Caminé a través del club haciendo mi mejor imitación de una top model,

pero probablemente viéndome más como una jirafa coja que como una

seguidora de la moda. Me puse de pie cerca de él y esperé a que se fijara en mí,

cuando lo hizo, le disparé lo que esperaba que fuera una sonrisa sexy. Tal vez

debí haber practicado frente al espejo en algún punto, en caso de terminar

viéndome como el Joker2 drogado o algo así.

 — ¿Puedo ayudarte?  — preguntó con una ceja perfectamente esculpida

levantada. Odiaba las cejas pobladas; felizmente las suyas eran perfectas.

 — ¿Tienes la hora?  — pregunté, aferrándome a cualquier cosa para

empezar la conversación.

2 The Joker: También conocido como el Guasón es un personaje ficticio, un supervillanoque aparece en libros e historietas publicados por la editorial estadounidense DCComics. 

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 — ¿El reloj de tu teléfono no funciona?  — preguntó, mirando el teléfono

apretado en mi sudorosa mano.

 — La batería murió  — dije y lo levanté. En ese momento mi sudoroso y

resbaloso dedo se deslizó sobre el botón de inicio y éste se iluminó como un mini

árbol de Navidad. Genial — . Oh, guau, ahora está funcionando  — dije con una

risa poco entusiasta.

 — Escucha, nena — dijo él y me sonrió — , si quieres hablar conmigo, no

necesitas una razón. Entiendo por qué te gustaría.

Qué idiota más arrogante, pero aun así, una apuesta es una apuesta.

 — Mi nombre es Britt  — dije y extendí mi mano. Realmente debería

haberla secado en mi vestido primero, pero lo olvidé.

Él tomó mi mano sudorosa, la estrechó y dijo:

 — Hola, Britt, soy King.

 — ¿King?  — me reí, mirándolo de arriba hacia abajo. Tenía que ser un

apodo.

 — Kingston, pero la gente me llama King  — respondió y se inclinó más

cerca — , pero no te preocupes, merezco el título al igual que el nombre.

 — ¿Lo mereces? ¿Por qué?

 — Soy el Rey3  de las folladas  — dijo con un guiño. Sus ojos eran

impresionantes, verde oscuro con motitas de color marrón; sus pestañas eran

gruesas y oscuras. Bajé la mirada, no estaba dispuesta a arriesgar sumergirme

dentro de esas profundas y conmovedoras piscinas.

 — Oh, ¿en serio? — Me sonrojé, y me pregunté cómo se las arreglaba para

tener éxito con esto. Normalmente un chico diciendo esas cosas me haría correren otra dirección, sin embargo, él no. Era como si sus palabras estuvieran

directamente unidas a mis partes femeninas, y apreté involuntariamente ante

el pensamiento de él demostrando su afirmación.

3  Juego de palabras, ya que King significa rey en español.

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 — Definitivamente, princesa  — dijo con una sonrisa arrogante y

molestamente atractiva. Vació su copa, la dejó encima de la barra y miró

alrededor — . ¿Necesitas ir a decirle a tu amiga?

 — ¿Decirle qué?

 — Que vendrás a casa conmigo  — dijo y se inclinó hacia mí de nuevo.

Agarró mi muñeca y gentilmente pasó sus dedos a lo largo de la piel sensible en

el interior de mi brazo. Estaba en fuego, estaba segura de que si bajaba la

mirada vería un camino de llamas donde su piel había tocado la mía.

 — No dije que iría a casa contigo — tragué saliva, mi garganta estaba seca.

 — Pero, tampoco dijiste que no lo harías  — guiñó un ojo, y justo en ese

momento supe que él tenía razón.

Me iría a casa con él. 

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 2Traducido por Tessa_

Corregido por Apolineah17

 — ¿Que harás qué? — chilló Cherry cuando compartí las noticias.

 — Me iré a casa con él — respondí, sintiéndome ligeramente robótica. Era

como si estuviera drogada o bajo algún extraño hechizo, iba a ir a casa con un

alto, oscuro y misterioso extraño y ninguna alarma estaba sonando en mi

cabeza.

 — Brittneeeeeeeeeey — dijo, alargando la segunda sílaba de mi nombre

porque sabía que lo odiaba — . ¿Hablas en serio?  — Levantó la vista bajo sus

gruesas pestañas y miró a King, inclinándose ligeramente para mostrar el

profundo valle de su escote y sonrió — . Ni siquiera lo conoces, tal vez debería ir

con ustedes.

 — Cuidaré bien de ella.  — Él sonrió sin mirarla, y le entregó una tarjeta

de negocios — . Sólo en caso de que necesites ponerte en contacto, aquí está mi

información.  — Ella se veía sorprendida, usualmente mostrar las tetas losenganchaba como peces en el anzuelo. Él parecía completamente inmune a sus

generosas dotaciones.

Agarró mi mano y me puso detrás de él. A mí, la nerd suprema, la virgen

de hierro, destinada a nunca ser espontánea o a divertirme. Él me eligió a mí.

Yo iba a perderla esta noche. Ahora que había visto la mirada de sorpresa

de Cherry y sentí la forma en que King me tocó, decidí que ésta era la noche.

Destrozaría mi aburrida imagen y les daría a todos algo de qué hablar antes deirme a la universidad.

Sería un final épico a mi hechizo de sequía de toda la vida.

Me pareció oír a Cherry chillar algo por encima de las fuertes pulsaciones

constantes del club:

 — Britt, ¿sabes quién es ese?  — Me volteé rápidamente, pero fui jalada

hacia adelante por King.

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Y no pude decir que no, así que seguí y me despedí de Cherry quien

sostenía la tarjeta con una mirada atónita en su rostro.

No caminamos mucho, sólo un par de cuadras desde el club. Él deslizó

una tarjeta en la puerta de una torre de acero y cristal en el paseo marítimo de

la ciudad. En el elevador actuó como si no estuviera con él. Dejó caer mi mano

 y se recostó en la pared de espejos, sin mirarme.

Me miré el espejo y no me gustó lo que vi aquí bajo las intensas luces,

lejos de los colores centelleantes y las luces débiles del club. Aparté la mirada,

con las mejillas enrojecidas y avergonzada de lo que estaba haciendo.

Casi quería decirle que detuviera el ascensor, que me dejara salir e irme,

pero lo miré.

Él miraba fijamente el panel de botones del elevador, y sus ojos eran

oscuras piscinas misteriosas; no tenía idea de qué estaba pensando.

Y entonces en algún lugar, a medio camino del alto y moderno edificio,

me miró. Y supe exactamente lo que él tenía en mente.

Sin previo aviso, acortó la distancia entre nosotros y me tomó en un

apasionado abrazo.

Había besado a chicos antes, y tal vez un par a quienes podía

considerársele tipos, pero nunca a un hombre. Nunca a un hombre como éste,

eso seguro, y nunca besé de esta manera.

Sentí cómo él absorbía todo el aire de mis pulmones y no podía respirar

nada más que él, su esencia. Tenía un aroma masculino, como a sudor

almizclado y jabón costoso. Su fuerza me rodeaba, y casi estaba alarmada al

darme cuenta de cuán enorme era junto a mí. Me sentía diminuta en su abrazo.

Sus labios eran suaves pero dominantes y exigentes. Su lengua estaba

por toda mi boca, poseyéndola y reclamándola, mientras sus manos viajaban

hacia la parte baja de mi espalda para descansar justo sobre mi trasero,

sosteniéndome contra él.

Y su polla, el marcado bulto que se presionaba en mi estómago y me

prometía una noche de éxtasis inolvidable con este completo extraño.

Decidí que iba a hacerlo; iba a seguir adelante acorde a lo planeado.

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Ya no sería más la virgen de hierro, la simplona Jane, la aburrida. Iba a

ser Rebecca Deflowered (Desvirgada), como si fuera un título. E iba a perder la

virginidad con King, con el King (Rey), y nunca más tendría que volverlo a ver.

Así que en mi cabeza, nuevamente, reconcilié mi decisión y me enfoqué

en el momento para poder recordar lo que había pasado y así poder contarle mi

historia a Cherry.

El elevador se detuvo y pitó. King sacó una tarjeta y la deslizó por el panel

sin apartar sus labios de los míos.

Las puertas se abrieron directamente a un amplio y abierto apartamento.

Él me levantó en sus brazos y cruzamos el umbral como si estuviéramos

casados.

Me bajó cuando las puertas se cerraron, me miró de arriba a abajo y

preguntó:

 — ¿Te gustaría beber algo?

 — Sólo agua — dije y miré a mi alrededor, sintiéndome desorientada y un

poco fuera de lugar. No sé qué había estado esperando, tal vez un apartamento

sucio de soltero o un pequeño lugar en mal estado, dados sus tatuajes y

vaqueros rasgados. Lo que sea que había esperado, no era esto.

Este lugar era hermoso, algo sacado directamente de Architectural Digest ,

 y caí en cuenta de que había leído sobre este edificio. Considerando que

estábamos en lo que parecía ser el penthouse, yo diría que King era rico. Levanté

las cejas mientras lo veía en la cocina vertiendo agua gasificada sobre hielo.

¿Qué hacía un tipo como él recogiendo a una chica como yo en un bar?

Él podría escoger a cualquiera con su aspecto y dinero, súper modelos y actrices

renombradas.

¿Por qué yo?

Volvió, me entregó un vaso y lo agarré. Tomé un sorbo y usé la

oportunidad para evaluarlo nuevamente.

No, él aún era increíblemente ardiente.

 —Normalmente no hago…  — empecé a decir.

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 — ¿Este tipo de cosas? — Se rio — . No te preocupes, princesa. No te estoy

 juzgando. Lo que hagas con tu cuerpo es cosa tuya, y estoy bien con eso.

 — Lo digo en serio — contesté, un poco desconcertada. No sé por qué no

quería que pensara que era una puta, no es como si fuera a verlo nuevamente.

 — Estoy seguro que sí. — Sonrió con suficiencia y se acercó hasta que su

enorme y musculoso cuerpo se cernió sobre mí. Me quitó la bebida y la puso

sobre la mesa de café junto a nosotros — . Como dije, no te juzgo — continuó — ,

pero si no te tengo desnuda y pruebo ese dulce coño tuyo tan pronto como sea

posible, me volveré jodidamente loco.

 Tragué saliva, lo miré y le dije:

 —Eh… está bien.

No exactamente material de diálogo de final de novela romántica, pero

con eso, me levantó en sus brazos y cruzó a zancadas el apartamento hacia su

dormitorio.

Y yo no podía haber dicho que no, aunque lo hubiese querido.

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3  Traducido por EnchantedCrown

Corregido por Apolineah17

Él comenzó a deslizar mi vestido por mis hombros en el momento en que

llegamos a su dormitorio y me bajó. Estaba sobre mí, besándome y tocándome

de formas que nunca hubiera imaginado. Sus manos se sentían imposiblemente

rápidas, en todas partes al mismo tiempo, su lengua demandaba mi atención.

Luché por mantener mi vestido en su lugar, queriendo que esto pasara,

pero sintiéndome insegura al enfrentar su perfección física.

Vamos, Brittney , me dije a mí misma. Quieres esto. Puedes hacer esto. 

No sabía si mi abuela apreciaría que mi cerebro usara su terca voz para

decirme que perdiera la virginidad con un extraño que acababa de conocer.

Finalmente consiguió bajarme el vestido, así que mis pechos estaban

medio asomándose por la parte superior de un sostén de encaje rosa brillante.

Gracias a Dios no había elegido el viejo y cómodo conjunto beige que siempre

usaba.

 — Hermosa — murmuró al separarse de mi boca. Un estremecimiento de

alegría me recorrió ante sus palabras. ¿Este esculpido pedazo de perfección

masculina acababa de llamarme hermosa?

Lo dejé quitarme el sostén y exponer plenamente mis pechos. Él sumergió

su cabeza en ellos y atrapó en su boca un duro pezón mientras rodaba el otro

entre sus dedos.

Gemí y tomé su cabeza automáticamente, sosteniéndolo ahí donde se

sentía tan bien y anclándome a él para no caerme.

El placer me dejó mareada y soñadora, como si le estuviera pasando a

alguien más. Él bajó aún más mi vestido, sobre mi cintura y cadera, y lo dejó

caer al piso.

Salí de él, todavía usando mis tacones de tiras y sintiéndome sexy. Él se

arrodilló frente a mí, como en veneración.

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Bajé la mirada hacia él, y me miró con un brillo intenso en sus ojos.

 — Necesito que éstas se vayan — dijo con voz rasposa, y tiró de mis bragas

húmedas.

Me moví y él las quitó, dejándome esencialmente desnuda, con sólo misostén y zapatos.

 —No sé… — empecé a decirle. Nunca había tenido a nadie comiéndome

el coño antes y todo esto se sentía brumador.

Antes de que pudiera terminar de decirle esto, su lengua estaba

apuñalando mi hendidura húmeda, deslizándose dentro y haciéndome jadear y

gemir.

Separó mis labios y encontró mi clítoris inmediatamente, tiró de él y lo

lamió con su caliente lengua hasta que tuve que aferrarme a su cabeza con

ambas manos para evitar caerme.

Me sorprendí de la velocidad y la fuerza de mi orgasmo. En cuestión de

momentos me estremecí y grité, moliéndome contra su rostro. Sus ojos brillaban

cuando me miró, complacido con su éxito. Se lo concedería; realmente sabía lo

que hacía.

Se puso de pie después de que terminé de estremecerme y gemir. Bajó la

mirada hacia mí con mis jugos cubriendo su rostro, y me dio esa pequeña

sonrisa arrogante.

 —  Te dije que era el rey — dijo.

 — Sí, sí  — le contesté — , fue increíble y todo eso, pero podía sentir la

arrogancia saliendo de tus poros. Todo este asunto de súper semental es algo

molesto.

Se rio y me atrajo hacia él. Su mano cayó con la velocidad del rayo y

deslizó un dedo por mi hinchado y sensible clítoris. Lo frotó, me miró a los ojos

 y preguntó:

 — ¿Quieres que me detenga? ¿Ahora mismo?

 — Sólo la arrogancia...  — empecé a decir, pero mi voz se apagó cuando

encontró ese punto dulce otra vez y perdí mi tren de pensamiento. ¿Sobre qué

había estado protestando? ¿Qué me había molestado? Maldita sea, él podía ser

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el mayor patán en el planeta y creo que lo aceptaría simplemente para

mantenerlo haciendo esto. Maldita sea.

Se detuvo y lo miré, rogándole que continuara sólo con mi mirada. Él me

besó y pude probarme en sus labios, y todo eso se añadió a esta increíblemente

candente experiencia.

 Tomé valor y levanté la camiseta de su increíble cuerpo. Él se deslizó

fuera de ella y la lanzó a un lado, me dejó deleitarme con su apariencia y pareció

pavonearse. Sin embargo, no me importó, estaba demasiado abstraída viendo

sus músculos ondularse y admirando la obra de arte en sus tatuajes.

Estaba en la lujuria absoluta; no se podía negar eso. Ningún otro hombre

alguna vez me había hecho prestar atención así. Ningún otro hombre había

despertado mi interés, y eso me hizo sentir descuidada.

Él era definitivamente bueno en lo que hacía. Él era el rey, admití a

regañadientes.

Me besó de nuevo; dejé caer mi mano hacia la cintura de sus pantalones

 y comencé a desabrocharlos. Sin embargo, no era buena en eso, lo hacía

torpemente y él sonrió contra mi boca.

 —  Tal vez de verdad no haces esto muy seguido, princesa — dijo, y me reí.

 —  Te lo dije  — le contesté y dejé que me ayudara a despojarlo de sus

vaqueros. Iba sin ropa interior, por lo que en el momento en que se deslizaron

más allá de su polla, ese monstruo se liberó.

Era duro como la roca, grueso y enorme.

Y francamente intimidante.

¿Cómo iba esa cosa a caber dentro de mí?

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todo lo que él hacía desencadenaba en esa loca electricidad caliente que me

golpeaba fuertemente.

 — ¿O es esto? — preguntó y acarició más abajo, encontrando mi entrada

 y frotando arriba y abajo mis húmedos labios. Gemí y me presioné contra él,

clavándole las uñas en los brazos — . Oh, ¿te gusta eso, princesa?

 — ¿Olvidaste mi nombre? — Pregunté, de repente consciente de que él no

lo había dicho de nuevo.

 — Para nada — se rio — . Simplemente me gusta llamarte princesa porque

así es como luces para mí. Una perfecta y pequeña princesa sólo muriendo por

ser arruinada. Simplemente muriendo por ser follada tan duro que no

recordarás ni tu maldito nombre. Creo que necesitas una buena follada dura,

¿no, Britt?

Se acordaba de mi nombre. El júbilo me golpeó y empecé a temblar

mientras sus dedos trabajaban juntos. Me tocaba como una guitarra, sus dedos

se movían contra mi clítoris, mi apertura, mi entrada, todo al mismo tiempo y

con ritmo.

 — Lo hago, King  — dije, levantando la mirada hacia él con los labios

ligeramente abiertos y mi respiración saliendo en cortos jadeos superficiales.

Entonces algo cambió en él, era como si simplemente se hiciera cargo y

perdiera todo sentido de la razón. Me cargó y me lanzó sobre la cama. Aterricé

en el suave colchón y me reí.

 — Creo que tú también necesitas una buena y dura follada, ¿no, King?

 —  Joder, princesa, ni siquiera sabes la mitad de ello — dijo y trepó encima

de mí. No se puso entre mis piernas, pero dejó a sus dedos viajar de nuevo — .

¿Para qué estás aquí, princesa?

Deslizó uno y después dos dedos dentro del resbaladizo calor de mi coño,

simplemente los deslizó de atrás hacia adelante, de mi entrada a mi clítoris,

pero el efecto era locamente increíble. Dejé caer la cabeza hacia atrás, abrí las

piernas para él y me arqueé contra su mano.

 — Estoy aquí por ti. Te deseo — dije, toda la lógica abandonando la parte

posterior de mi cabeza a medida que él tocaba mi cuerpo como un instrumento.

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 — ¿Quieres qué? — dijo, bajando con un brazo, con su aliento cerca de mi

oreja.

 — Quiero que me folles — dije, y mis orejas se calentaron ante las palabras

saliendo de mi boca.

 — Vamos, princesa, ruega por ello.

 — Fóllame, King.

 — Ruega.

 — Por favor.

 — Puedes hacerlo mejor que eso.  — Sus dedos aceleraron y trabajó mi

entrada virgen con dos de ellos. Los curvó y jugó conmigo, sin entrar del todo,

pero inflamando mis sentidos hasta que todo lo que quería de él era su enorme

 y aterradora polla dentro de mí y que me hiciera una mujer por fin.

 — Por favor, King. Fóllame duro. Entierra tu polla dentro de mí y lléname,

estírame y fóllame hasta que no pueda recordar mi propio nombre. Por favor, te

estoy rogando. Moriría sin ti dentro de mí.

 — Eso está mejor  — dijo y deslizó sus dedos más profundo. Sentí una

aguda sacudida de dolor cuando golpearon mi himen; me forcé a respirar más

profundo y a prepararme para el momento del impacto una vez que su polla se

deslizara dentro de mí.

Él se quedó congelado, cerniéndose sobre mí, inmóvil.

Abrí los ojos y vi su rostro sobre el mí, la sorpresa registrándose ahí.

 — ¿Qué? — pregunté, bajando la mirada.

 —Eres… — se calló, la pregunta colgando en el aire, sin formular.

Mierda. Se había dado cuenta de que era virgen. Maldita sea. Suspiré y

asentí con la cabeza.

 —  Te dije que por lo general no hacia este tipo de cosas.

Sacó los dedos y rodó a un lado. Me sentí fría, expuesta y vulnerable.

 — Las mujeres siempre dicen eso cuando las traes a casa  — dijo

lentamente, como procesando lo que estaba pasando — . No pensé en ello. Pero

querías decir que nunca   has hecho este tipo de cosas. Dios, maldita sea,

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princesa, necesitas conseguir un chico agradable con quien asentarte y tener

una mágica primera vez en tu noche de bodas o alguna mierda como esa.

Estaba apoyado sobre un brazo, con sus preciosos ojos verdes bailando

con confusión y humor. Estaba saliendo de esto.

 — ¿Estás bromeando conmigo? — grité — . Vamos, ¿esto es parte del juego?

Por favor, King, fóllame duro, nene.

 — No en tu vida. No voy a tomar tu cereza. Vas a tener que perderla por

tu cuenta.

Rodó fuera de la cama, agarró un par de pantalones de pijama de su

armario y caminó hacia el baño de la habitación. Yo no me moví; me quedé allí

acostada inmóvil por el enojo y la conmoción.

Claro que sería la idiota que eligió al único chico de la ciudad que no

estaba preparado para desflorarme en una cosa de una sola noche. Tendría que

elegir al idiota con un poco de decencia.

Salté fuera de su cama, recogí toda mi ropa y me apresuré para salir de

aquí.

Mientras me estaba marchando lo escuché gritar desde el baño.

 — Mira, puedes pasar la noche aquí y te haré el desayuno. Mierda,

podemos incluso acurrucarnos. ¿Princesa?

Presioné el botón de bajada del ascensor, la puerta se abrió y se cerró

antes de que él tuviera la oportunidad de sacarme de mi molesta caminata de

la vergüenza.

Iba a casa en un taxi, destinada a morir virgen. Tan poco apetecible que

ni siquiera podía soportarlo.

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 5Traducido por Ione

Corregido por Apolineah17

Cherry me envió un mensaje a la mañana siguiente, muriéndose por los

detalles, pero no tenía ninguno que darle. Ninguno que quisiera admitir, eso

era.

Le ignoré la mayor parte del tiempo, simplemente fingí tener un dolor de

cabeza o algo.

Finalmente, después de unos cuantos días, tenía que confesarlo todo.

Ella había insistido en reunirnos para tomar unos chai lattes.

 — ¿Así que no quería acostarse contigo? — preguntó ella, actuando como

si estuviera escandalizada por las noticias.

 — No  — dije — . Parece que seré la virgen de hierro por siempre en este

punto.

 — Eres demasiado bonita, encontrarás a alguien eventualmente — se rio — . No hay forma de que te aferres a ella después de la universidad. Piensa en

todos esos chicos cachondos de las fraternidades.

 — Cierto  — dije y le di un sorbo a mi chai para evitar decir más. El

problema era que no podía sacármelo de la cabeza. Kingston, el rey del sexo. No

podía dejar de pensar en cómo me había hecho sentir, cómo su toque había

encendido mi cuerpo en llamas o cómo su lengua me había hecho venirme tan

fuerte que había perdido mi sentido de la lógica.

Lo anhelaba ahora y quería más. Pero él no me quería a mí. Así que me

resigné a tener un verano miserable.

 — ¿Quién es él, por cierto? — pregunté al final.

 — Oh, Dios mío, no puedo creer que no te lo haya dicho ya  — dijo y se

inclinó más cerca — . Cuando me entregó su tarjeta estaba un cien por ciento

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segura, pero cuando levanté la mirada hacia él estaba completamente segura.

Él es Kingston Henry, uno de los solteros más ricos del país.

Me encogí de hombros; el nombre no me decía nada.

 — Nunca había oído de él.

 — ¿Me estás tomando el pelo? — gritó — . Deberías prestar más atención a

las noticias.

 —  Te refieres a los cotilleos sobre famosos — me reí.

 — Cuentan como noticias — protestó — . Además, él es como un millonario.

Su padre le dio algo de dinero para empezar y fundó una de las empresas más

exitosas del imperio de la tecnología. ¿Conoces esa aplicación musical,

Songster?

Asentí, ¿quién no la conocía?

 — ¿Y esa aplicación para citas, Finder?

Negué con la cabeza, nunca había oído sobre ella.

 — Bueno, no importa. El punto es que su empresa hizo ambas. Y muchas

más. Casi cada juego, red social o aplicación de música que tienes en el teléfono

fue hecha por su compañía — dijo, con los ojos brillantes.

 — Genial — dije y mentalmente intenté ponerlo en una caja y guardarlo

en un alto estante en mi cabeza con la etiqueta “fuera de mi liga”. No había

forma en que alguna vez tendría una oportunidad con un chico que no sólo lucía

así, sino que también era millonario para colmo. ¿Cómo siquiera lo encontraría

de nuevo? ¿Presentándome en su apartamento y rogándole que me quitara la

virginidad?

Cherry y yo pasamos el resto de la tarde de compras y jugamos a “Brittevita hablar de King”, mi nuevo juego favorito. Y no, no había una aplicación

para ello.

Aunque más tarde lo busqué en Google. Lo busqué tan malditamente

exhaustivamente. Y Cherry había tenido razón, él era increíblemente caliente e

increíblemente exitoso, y con increíbles buenas conexiones y al parecer había

follado a casi cada mujer bonita en Hollywood.

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Cerré mi portátil y me tumbé en el sofá comiendo helado, siendo

indulgente con mi miseria y viendo The Real Housewives  de alguna gran ciudad

hasta que mi mamá llegó a casa a medianoche. Genial, mi propia madre tiene

una mejor vida amorosa que yo.

Aunque parecía feliz, lo que era genial. Ella había sido un desastre desde

que mi papá murió hace unos años. Casi había perdido su pequeña cafetería-

librería hasta que se las arregló para sacudir su cabeza y lo superó.

Sin embargo, no había salido con nadie todavía, no hasta hace unos

meses cuando había conocido un cliente que buscaba una extraña primera

edición. Ella la había cazado por él y habían estado saliendo desde entonces.

Aunque no lo había conocido, lamentaba admitir que eso medio me

molestaba y había tomado una postura fuerte desde el primer día. Hasta que

estuviera preparada para casarse con él, me rehusé a conocer al hombre.

Ella estaba sonriendo cuando se sentó en el borde del sofá. Me enderecé

 y dije:

 — ¿Cómo estuvo tu cita?

 — Bueno, tenemos una cena mañana por la noche con Jacob y su hijo — 

dijo ella con una enorme sonrisa.

 — Mamá — respondí malhumorada — . Te dije… 

 — Lo sé, lo sé — dijo y levantó la mano — . ¡Me pidió que me casara con él

 y dije que sí!

Vi el diamante gigante en su dedo entonces, y la recordé diciendo algo

sobre Jacob estando comprometido. Bien por ella, si yo no podía encontrar a mi

ardiente ricachón, al menos mi mamá podía.

 — Oh, guau  — dije — . ¡Felicidades, eso es genial!  — La abracé y luché

contra las lágrimas en mis ojos. Me di cuenta de que no era justo esperar que

mi madre nunca se casara, sobre todo ahora que me iba a ir a la universidad

después del verano, pero aun así apestaba verla seguir adelante.

 — No puedo creerlo. No me esperaba esto para nada, pero cuando me

preguntó simplemente supe que estaba bien.

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 — ¿Cuántos años tiene su hijo? — pregunté, divagando sobre cómo sería

tener un hermano.

 — No estoy segura, no le he conocido. Creo que es bastante mayor que

tú, ¿tal vez veintiocho o algo así?

 — Oh, bien, así no tendré que compartir una habitación con un niño

pequeño cuando regrese de la universidad ni nada — me reí.

 — Para nada, cariño.  — Sonrió y pasamos otra hora hablando sobre las

cosas de la boda. Para alguien que no se lo esperaba, mamá seguro que tenía

un montón de cosas decididas.

 — Odio llegar tarde  — gimió mamá y le entregó las llaves al valet. Había

sido una cosa tras otra, desde una rueda desinflada antes hasta un tacón roto

ahora mismo. Habíamos tenido que volver y conseguirle otro par de zapatos,

después regresamos al restaurante.

 — Eso sólo añade un toque de misterio  — dije y alisé mi cabello negro.

Había heredado las gruesas ondas de mi mamá y, en una noche húmeda como

esta, siempre lucían un poco demasiado salvajes.

 — Simplemente no quiero que piense que tengo dudas o algo  — se

preocupó mientras entrábamos por las puertas principales del sitio más lujoso

en el que alguna vez había estado. Guau, ella tenía razón, él era adinerado. 

 — Mamá, llegamos veinte minutos tarde. Estoy segura de que él acaba de

ordenar vino y que te está esperando — le aseguré.

 — Estoy segura de que tienes razón — dijo a medida que nos acerábamos

al maître  — . Nuestros acompañantes ya están aquí. Jacob Henry, mesa para

cuatro.

 — Oh, sí, los otros acompañantes ya han llegado y están esperándolas,

por aquí — dijo el maître  en un educado acento británico.

Es extraño , pensé, es un apellido tan inusual y ahora he conocido a dos

 personas con él en poco tiempo.

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Estaba siguiendo a mi mamá y al maître , cuando llegamos a su mesa

donde vi a un hombre mayor y muy bien parecido de pie y sonriéndole a mi

mamá.

 — Britt, este es Jacob — dijo ella, di un paso a su alrededor y le ofrecí mi

mano.

 — Britt, estoy tan feliz de conocerte  — dijo en una rica y cálida voz — .

Llámame Jake y dame un abrazo.

Lo dejé envolver sus brazos alrededor de mí e instantáneamente me

agradó. Era un buen hombre, no sabía cómo podía saberlo, pero sí. Estaba tan

feliz por mi mamá.

Me liberó y dio un paso a un lado.

 — Este es mi hijo, Kingston  — dijo mientras King se levantaba y me

sonreía.

Ni siquiera se estremeció cuando ambos nos dimos cuenta de lo que

estaba pasando. Abrió los brazos, me dio esa sonrisa arrogante y dijo:

 — Vamos, dame un abrazo… hermanita.

Me quedé inmóvil con la boca abierta mientras él me rodeaba con sus

enormes brazos y me apretaba contra su fuerte y ondulado cuerpo.

Maldita sea mi vida , pensé, bueno, lo encontré de nuevo. Sólo que nunca

 pensé que sería así. 

Continuará … 

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Próximo libroBad Brother, Parte 2

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Sobre el autor

Olivia Hawthorne Le encantan las lecturas cortas, calientes e intensas, ¡así que decidió

empezar a escribirlas!

Vive en el corazón de Texas con su familia. 

Para saber más de Olivia, visita: 

http://www.authorolivia.com/ 

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Créditos

Moderación

Apolineah17

 Traducción

Apolineah17EnchantedCrown

Ione

 Tessa_

Corrección

 Tessa_ y Apolineah17

Revisión y lectura final

Apolineah17

Diseño

 Tessa_

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