capitulo ii marco teoricovirtual.urbe.edu/tesispub/0095011/cap02.pdf · 2013. 4. 29. · capitulo...

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CAPITULO II MARCO TEORICO En este capítulo del marco teórico se presentan los antecedentes que sirven de sustento a la investigación, por guardar estrecha relación con el problema abordado, se hace referencia a la fundamentación teórica, más esto permite ubicar el tema en la investigación y se presentan el sistema de la categoría 1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN Los antecedentes de la investigación se refiere a los estudios previos relacionados con el problema planteado, es decir, la revisión y análisis bibliográfico de la literatura sobre la base de resultados de otras investigaciones, que guardan alguna vinculación con el tema a estudiar, en la cual se reflejan las posiciones coincidentes y contradictorias, relacionadas con la variable en estudio. Por lo tanto, con el propósito de apoyar la fundamentación teórica de este estudio, se hizo necesaria la revisión de diversos trabajos de investigación relacionados con la categoría de estudio “la Integración Latinoamericana bajo la Concepción de la Democracia Cristiana, en Venezuela durante el Periodo Presidencial 1969- 1974. Como parte de este 19

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CAPITULO II

MARCO TEORICO

En este capítulo del marco teórico se presentan los antecedentes que

sirven de sustento a la investigación, por guardar estrecha relación con el

problema abordado, se hace referencia a la fundamentación teórica, más

esto permite ubicar el tema en la investigación y se presentan el sistema de

la categoría

1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Los antecedentes de la investigación se refiere a los estudios previos

relacionados con el problema planteado, es decir, la revisión y análisis

bibliográfico de la literatura sobre la base de resultados de otras

investigaciones, que guardan alguna vinculación con el tema a estudiar, en la

cual se reflejan las posiciones coincidentes y contradictorias, relacionadas

con la variable en estudio.

Por lo tanto, con el propósito de apoyar la fundamentación teórica de

este estudio, se hizo necesaria la revisión de diversos trabajos de

investigación relacionados con la categoría de estudio “la Integración

Latinoamericana bajo la Concepción de la Democracia Cristiana, en

Venezuela durante el Periodo Presidencial 1969- 1974. Como parte de este 19

20

proceso, se presenta a continuación la revisión de otros estudios, los cuales

se exponen a continuación: Inmersos en el tema de la democracia, es

necesario hacer referencia un ideal de la democracia, tal como lo es la

democracia cristiana.

En este sentido, Márquez (2004), en su artículo “Universalismo

Capitalista y Democracia cristiana en América Latina”, plantea que los

procesos de consolidación democrática en la América Latina, deben ser

analizados e interpretados en el contexto de las crisis económicas y sociales

que resultan como consecuencia casi directa de la expansión hegemónica

del capitalismo.

Del mismo modo establece que las democracias latinoamericanas y la

estabilidad de sus sistemas políticos, de una u otra forma, terminan siendo

afectadas por las relaciones de mercado y consumo que predominan en el

ámbito internacional; por los procesos ideológicos que configuran las

identidades ciudadanas; por la concentración del poder político en la

burocracia institucional; por la inducción de conductas sociales que permitan

el consenso y la legitimidad, a fin de neutralizar las crisis de gobernabilidad

tan constante del Estado.

La construcción de una genuina democracia social, requiere de una

reformulación y de una crítica de este “état de lieu”, pues la verdadera

democracia debe tener su origen en unas relaciones de coparticipación

cuyos principios fundamentales sean la autentica practica de la justicia social,

la libertad, la equidad y la paz como verdaderos derechos ciudadanos.

21

De esta manera, Márquez sugiere que desarrollar y profundizar la

democracia social significa no solamente alcanzar un ideal civil y político,

sino también un objetivo con contenido social y económico real. Una

definición contemporánea de la democracia parte de los derechos del

ciudadano, no solamente como aquellos que garantizan la protección de

éstos, sino que sean capaces de inducir los cambios estructurales para

rectificar las insuficiencias del sistema, desarrollando la justicia social

material y eliminando los diversos tipos de exclusión.

Este ideal propuesto por Márquez establece un precedente a la

presente investigación ya que plantea de manera concreta los ideales y

supuestos que debe contener la democracia cristiana, de la misma manera

establece el planteamiento de la misma como una construcción paulatina que

se ha desarrollado en América Latina, por ende es posible su construcción en

Venezuela.

En otro orden de ideas, Mires (2008) describe una revisión histórica que

titula “Socialismo nacional versus democracia cristiana social”, en la cual

establece que el socialismo, en su origen, estaba estrechamente ligado a la

democracia ya que fue, en sus comienzos, un intento de radicalización de la

democracia sobre la base de un proyecto de democracia social, por medio de

la cual se que pretendía articular libertad política con bienestar económico.

El artículo argumenta que esto comenzó a cambiar con el auge del

marxismo y la Revolución Rusa, cuando el socialismo pasó a ser visto como

algo diferente de la democracia e incluso opuesto a la misma. La cara más

22

dramática de esta mutación fueron los socialismos nacionales de tipo fascista

y estalinista. Aunque en buena parte de América Latina la democracia social

ha ganado terreno, hoy se enfrenta al socialismo del siglo XXI, un tardío

intento de regreso a las ideas del socialismo antidemocrático del siglo

pasado.

Establece que la idea central de la democracia cristiana social sugiere

que la libertad política es la precondición ineludible de la liberación

económica de la clase trabajadora. Del mismo modo, la cuestión social es,

por lo tanto, absolutamente inseparable de la política, y su solución está

determinada, y solamente será posible, en un Estado democrático.

Por último plantea, en cuanto a la crisis democrática vivida en

Venezuela, que el gran mérito de Chávez es haber creado las condiciones

para el resurgimiento de una estructura política de recambio gubernamental,

como lo es el Socialismo del siglo XXI, pero en contra de él mismo y del

militarismo estatal que representa. De la centroizquierda partidaria y no de

alguna oligarquía, como Un Nuevo Tiempo o Podemos, emergerá, sin dudas,

el futuro gobierno democrático que tanto se merece Venezuela.

Estas dos últimas investigaciones descritas, sirven de manera amplia a

la contextualización de la democracia cristiana, tanto desde el punto de vista

histórico como en el ámbito de su formulación y aplicación para Venezuela.

De igual manera sirven para constatar los principios que ya se habían

plateado con anterioridad, en los aspectos teóricos, en los cuales debe

basarse un gobierno en democracia social en Latinoamérica, especialmente

en Venezuela.

23

Durante los años recientes la discusión sobre la evolución o involución

de la democracia venezolana ha sido intensa, debido a la polarización que

vive la nación. Por una parte está el oficialismo apoyando la tesis del

Socialismo del Siglo XXI caracterizado por una democracia participativa y

protagónica, y por otra parte, se encuentra la oposición con la bandera de la

democracia como forma de gobierno y estilo de vida, tomando en cuenta la

democracia representativa pero a la vez participativa como base de este

modelo político.

De tal forma se han realizado algunas investigaciones orientadas al

estudio y el análisis de la construcción paulatina de la democracia en

Venezuela y de la influencia de los líderes en este proceso político desde sus

ámbitos regionales y municipales, desglosando varias teorías de la situación

actual por la que atraviesa la democracia venezolana.

Tal es el caso de Inzulsa (2010) quien en un artículo titulado “La

democracia cristiana como construcción permanente” plantea que existen

condiciones necesarias para el desenvolvimiento democrático, como la

existencia de elecciones libres y transparentes, el respeto de la libertad y

seguridad de las personas, la defensa de la libre expresión, o un nivel

adecuado de nutrición son algunos de los derechos indispensables que

caracterizan el mínimo de ciudadanía que debe estar presente en una

democracia.

Para efectos de esta investigación, es importante resaltar lo que Inzulsa

plantea, en referencia a la inexistencia de una receta universal de

24

democracia, sino que esta se encuentra en constantes cambios y a lo largo

de la historia venezolana se ha ido construyendo, desde el 1958 hasta la

actualidad, formando un proceso tanto de evoluciones como involuciones que

permiten el surgimiento de nuevos ideales político fundamentados en cubrir

las necesidades que las democracias actuales no han cubierto. El autor

asegura que este periodo se ubica donde la expansión de la democracia

depende de la capacidad de las naciones y de sus líderes para producir la

democracia exigible por los ciudadanos.

A partir de todo el basamento teórico y los antecedentes por los cuales

se regirá esta investigación es importante plantear, de qué manera se logrará

conectar esta información con la que aporten los líderes, con el fin de cubrir

los objetivos planteados, por esta razón se desarrollará la metodología

pertinente para la consecución de las conclusiones.

2. Bases Teóricas

Las bases teórica de la presente investigación conduce a describir

algunos enfoques teóricos que las investigadoras analizan críticamente del

contexto teórico de la categoría, la concepción de la democracia cristiana

sobre los procesos de integración latinoamericana en Venezuela , con el

propósito de sustentarla.

Al respecto a lo largo del tiempo, se ha emitido distintas teorías, en las

cuales se enuncian postulados, procesos, características, métodos, técnicas,

clasificaciones y otras connotaciones, consideraciones que han incrementado

25

el conocimiento de la misma. Por supuesto, entre los investigadores o

teóricos, se han establecido enfrentamientos o coincidencias, con respecto a

los enfoques los cuales han dado por resultado el seguimiento de otras

tendencias.

Por lo tanto, en esta línea de acción investigativa, el propósito del

presente capitulo es fundamentar la investigación con la revisión

bibliográfica, referente al tema de estudio la concepción de la democracia

cristiana sobre los procesos de integración latinoamericana en Venezuela ,

desde los diferentes enfoques tratados para el desarrollo del trabajo.

2.1. Democracia

El ideal democrático, desde su aparición en la antigüedad clásica, se ha

manifestado de diversas maneras a lo largo de los siglos como una realidad

política o como la simple aspiración de los hombres y los pueblos de asumir

plenamente su destino colectivo y su responsabilidad política. Pero no es si

no hasta finales del siglo XVIII, aproximadamente, que surgen modernas

democracias y se inicia un largo y desigual camino de desarrollo e

implantación de los sistemas democráticos en el mundo.

El termino democracia proviene del griego demos “pueblo” y kratos

“autoridad”, es decir, la democracia etimológicamente es, según Sartori

(1990), el gobierno o el poder del pueblo. Así mismo, Abraham Lincoln en el

famoso Discurso de Gettysburg del año 1863, lo plantea cuando expresa que

la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

26

Asimismo, la democracia se define también a partir de la clásica

clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón primero y

Aristóteles después, cuando plantean, monarquía como el gobierno de uno,

aristocracia como el gobierno "de los mejores" para Platón y por último la

democracia sugiriendo que se refiere al gobierno de la multitud para Platón y

"de los más" para Aristóteles.

Al respecto, Sodaro (2006) considera que la idea central de la

democracia es que los ciudadanos tienen el derecho a determinar quien los

gobierna. Pero al igual que muchas definiciones, ésta simplifica un fenómeno

muy complejo. La democracia requiere que ciertos derechos y libertades

estén legalmente protegidos.

Partiendo de esta idea sobre la democracia, es posible deducir que esta

es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica

predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus

miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad

colectiva de los miembros del grupo. En sentido estricto la democracia es

una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones

colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de

participación directa o indirecta que les confieren legitimidad a los

representantes.

En sentido amplio, Caballero (2000), plantea que la democracia va mas

allá de una forma de gobierno o de las instituciones políticas democráticas,

es también un hábito mental y un género o estilo de vida, es decir, es una

27

forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las

relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

La opinión del anterior autor sobre la democracia puede

complementarse con el planteamiento de Sartori (1990, p. 40) el cual

establece que “las democracias existen porque las hemos inventado, porque

están en nuestras mentes y en la medida en que comprendemos como

mantenerlas bien y vivas”.

Ahora bien, por otra parte Dahl (1991) sugiere tres etapas de la

democracia en el mundo, tales como, la primera transformación de la

democracia, relacionada con la definición planteada por los antiguos griegos

ya mencionados, a saber, la idea y la práctica del gobierno de la multitud; la

segunda transformación de la democracia, que dio origen a un conjunto

novedoso de instituciones políticas novedosas; por último, explica la etapa

por la que actualmente atraviesa la democracia, la cual denomina: tercera

transformación de la democracia.

Esta tercera etapa de transformación, el autor la plantea como una

verdadera confusión, ya que existen distintas interpretaciones de la

democracia y esto se debe a la existencia milenaria de la misma y sus

distintos ponentes, por lo tanto muchas veces se interpreta a la misma de

distintas formas. Pero lo que si es cierto para Dahl es que hoy la idea de

democracia goza de universal popularidad, incluso los regímenes políticos de

las naciones buscan algún tipo de título para hacerse acreedores del término

democracia.

28

2.1.1. Democracia Cristiana

De acuerdo con Caldera (2002, p. 15) esta denominación deriva de un

planteamiento doctrinario “se trata de un nombre compuesto de dos

elementos, el elemento democrático y el elemento cristiano”. El elemento

democrático, de carácter necesariamente político, y el cristiano que envuelve

un planteamiento de naturaleza filosófica y una posición o doctrina social.

Algunas veces escuchamos a los europeos decir “los partidos cristianos”;

pero no se trata simplemente de partidos cristianos, sino de partidos

demócrata-cristianos.

Si la denominación resulta de una composición entre el elemento

democrático y el elemento cristiano, esos dos elementos tampoco

constituyen ingredientes separados; porque se entiende la democracia a la

luz de la filosofía cristiana, y se piensa el cristianismo en su manifestación y

vivencia democrática. Pero además, se puede sostener, que ser demócrata-

cristiano no es simple suma de democrático y cristiano; se puede encontrar, y

de hecho los hay en la vida política, individuos o grupos que son demócratas

y que son cristianos, y, sin embargo, no son aún demócrata-cristianos. Hay

que precisar, entonces, el carácter específico que distingue y define como

tales a los partidos demócrata-cristianos.

Al respecto, Fereira (2010) señala que la Democracia Cristiana surgió del

desarrollo de una doctrina social de la Iglesia protegida por el Papa León XIII.

En 1919 (Primera Guerra Mundial) el sacerdote siciliano Don Luigi Sturzo

29

fundó el Partido Popular, independiente de la jerarquía religiosa pero

inspirada en la filosofía cristiana. A causa de su evolución este se convierte

en el Partido Demócrata Cristiano, que en 1945 se convierte en el partido

político más dominante en Italia.

En otros países europeos, tales como: Alemania, Austria, Bélgica,

Francia, Suiza, Noruega y España, influenció mucho el ejemplo de Sturzo,

tanto así que en Alemania, por ejemplo, en 1945 el fundador Konrad

Adenauer comenzó a gobernar como representante de la Unión Demócrata

Cristiana y reconstruyó positivamente a Alemania.

El precursor de la democracia cristiana fue un pensador francés

llamado Federico Ozanam quien en 1830, usó por primera vez la expresión

¨Democracia Cristiana¨. Ozanam hace un estudio profundo en relación con la

Democracia y el Cristianismo ya que le preocupaba la indiferencia de los

católicos para incorporarse a la lucha política (Hay que tomar en cuenta que

para ese entonces lo democrático era visto como un sinónimo de

anticlericalismo, de ateísmo militante y de seudo-liberalismo en Francia). A

raíz de sus estudios Ozanam fundó un movimiento político el cual tuvo corta

actuación debido al golpe de estado que llevó a Luis Napoleón al gobierno en

1851.

Por tanto, se puede definir a la democracia cristiana como un

movimiento de ideas que tiene una finalidad y un proyecto de sociedad por

construir, esto es, una utopía fundada en principios doctrinarios permanentes

y consistentes. Esos principios doctrinarios son producto de una concepción

30

determinada del hombre, de la sociedad y de la naturaleza, que bien

podemos denominar concepción humanista cristiana.

2.1.2. Democracia Cristiana En Venezuela

Para Fereira (2010), la Revolución Francesa creó una serie de

corrientes que tendían a la separación entre los cristianos con los asuntos del

Estado y sus funciones. A raíz de aquella Revolución el concepto de

democracia era observado por muchos cristianos como sinónimo de

anticlericalismo y como contrario al pensamiento general del cristianismo.

Esta situación se mantuvo por un largo período, al mismo tiempo que se

producía un proceso de afloración de las ideas cristianas en materia social.

Este movimiento cristiano tuvo su apoyo en tres grandes Cardenales: Mannig

(de Londres), Mermillod (de Ginebra) y Gibbons (de Baltimore U.S.A).

De igual modo, señala Fereira (2010) que cuando los desequilibrios

sociales se hacen más profundos como consecuencia de la grave injusticia

social que padecen los hombres a raíz de la revolución industrial,

prominentes cristianos actuaron dentro de la vida política. Al tiempo de que

muchos hombres se incorporaban a la vida política activa, surge una gran

preocupación social y cristiana que tuvo sus principales expositores en

hombres como Federico Le Play, De la Sang en Alemania; Charles Perin en

Bélgica y otros que lograron su objetivo fundamental: la incorporación de los

cristianos dentro del régimen político democrático lo cual fue realizándose

progresiva y definitivamente.

31

Es de suma importancia señalar que cuando se habla en la Revolución

Francesa de Estado Democrático se hizo desde un punto de vista formal, en

tal sentido que la autoridad es elegida como representante del pueblo,

mientras que la dinámica política abandona al individuo en su naturaleza e

intereses; asimismo, utiliza la palabra democracia como tema para explicar

cualquier tipo de política, lo que viene a desembocar en el Estado

liberal:”Democracia política formal, con representación del pueblo en los

gobernantes y la no intervención del Estado en la sociedad civil. Esta

concepción es la concepción liberal del Estado”.

Del mismo modo, Fereira (2010) manifiesta que cuando llega la

revolución industrial empieza la lucha por humanizar aquella sociedad

materialista que se ha creado. Se comienzan a organizar los sindicatos. Todo

este estado de descomposición desemboca en la Primera Guerra Mundial.

Ya no se quiere al Estado Liberal y surge entonces la corriente totalitaria en

donde el Estado debe intervenir en todos los sectores: políticos, económicos,

sociales y culturales.

La justificación era sencilla, entre el pueblo y el gobierno siempre se

interpone una ¨representación¨ y el orden democrático viene determinado en

forma decisiva por dicha representación. En el Estado totalitario -se afirma-

por su parte goza de tal representación popular. Su legitimidad no se efectúa

mediante elecciones sino por la autodeterminación del gobernante justificada

ideológicamente.

Luego de lo antes planteado surge la democracia cristiana como

movimiento que pretende situar la democracia en corrientes abiertas en el

32

mundo por la predicación del Evangelio, y como camino de abolir la

servidumbre al tiempo que hacer reconocer los derechos de la persona

humana. Lo que importa a la vida política del mundo y a la solución de la

crisis de la civilización no es de ningún modo pretender que el cristianismo

esté ligado a la democracia y que la fe cristiana obligue a cada fiel a ser

demócrata; es constatar que el empuje democrático surgió en la historia

humana como una manifestación temporal de la inspiración evangélica.

No es sobre el cristianismo como credo religioso y camino hacia la vida

eterna la cuestión que aquí se plantea, sino sobre el cristianismo como

fermento de la vida social y política de los pueblos y como portador de la

esperanza temporal de los hombres; no es sobre el cristianismo como tesoro

de la verdad divina mantenido y propagado por la Iglesia, es sobre el

cristianismo como energía histórica accionado en el mundo.

Así pues, la democracia cristiana venezolana cree en la democracia

como sistema: El Estado democrático integral es un acto de humildad que

comienza por reconocer la perfectibilidad humana, tanto más viable cuanto

más tolerante sea la controversia, porque democracia no es afán de

imposición forzada, sino anhelo de convencimiento razonado. Así en

diferentes oportunidades se ha señalado: Se es demócrata porque se cree

que dentro de la democracia puede el hombre progresar y evolucionar en

libertad, desarrollar sus aptitudes y desplegar su acción sin cortapisas.

2.1.3. Características De La Democracia Cristiana

Dahl (1991) justifica la democracia aproximándose a su ideal, el cual se

refiere a que la misma tiende a producir, en general, el mejor sistema

33

realizable. Cuando un pueblo adopta activamente la democracia, tiende a

producir el mejor sistema político factible para él, o al menos el mejor de los

Estados posibles. En este sentido, cuando se hace referencia a la

democracia como mejor sistema factible es necesario aclarar que en realidad

se entiende por “mejor” sistema. En otras palabras, es necesario definir los

ideales de la democracia.

Del mismo modo, el autor plantea que una nación debe cumplir con los

criterios ideales de un sistema democrático, ya que estos resultan un

conjunto más conveniente que cualquier otra opción no democrática, incuso

tomando en cuenta las imperfecciones de la misma. Sin embargo, la

medición de los ideales democráticos no es suficiente para denominar a una

nación como altamente democrática.

De esta manera entonces, plantea un principio categórico de

razonamiento moral, del cual se derivan, casi todos, los ideales de la

democracia, tal como lo es la idea de la libertad intrínseca, reconociendo a la

misma como el “Derecho que todo Hombre tiene a su Libertad Natural, sin

estar sometidos a la Voluntad o Autoridad de ningún otro Hombre” (Locke,

1970, citado por Dahl, 1991; p. 105). Este principio categórico es planteado

entonces por este último autor como:

Todos los miembros están suficientemente calificados, en general, para

participar en la adopción de la toma de decisiones colectivas obligatorias que

graviten en el grado significativo en sus bienes e intereses. De todos modos,

ninguno está tanto mejor calificados que los otros como para que se le confíe

34

de forma excluyente la adopción de tales decisiones colectivas obligatorias

(p. 121).

Al mismo tiempo también define la igualdad de oportunidades dentro de

los ideales de la democracia. Este criterio se refiere a que los ciudadanos

deben disponer de oportunidades apropiadas e iguales para actuar de cierto

modo. Esta idea es a menudo tan estrechamente interpretada que se

rechaza, por considerarla un tanto modesta, cuando se toma este ideal en su

amplia definición resulta extremadamente exigente.

Además de la igualdad en toda su extensión, los defensores de la

democracia han subrayado la relación que la misma tiene con la libertad.

Esta es considerada por Dahl (1991), como un principio dentro del ideal de la

igualdad y en este sentido plantea tres orientaciones de la libertad, como

condiciones propias de una democracia, tales como:

La libertad general o política, refiriéndose esta a la diferencia más

marcada que guarda la democracia con respecto a cualquier otro régimen.

Esta orientación de la democracia incluye derechos como la libre expresión,

la organización política, la oposición, las elecciones imparciales y libres, entre

otros derechos inherentes al hombre dentro de un proceso democrático. La

democracia suele brindar un ámbito de libertad personal más amplio que el

que puede prometer cualquier otro tipo de régimen ya que tiende a poner el

acento en valores como los derechos, libertades y oportunidades.

La libertad de autodeterminación, esta expande al máximo de cada

persona de vivir bajo el imperio de la ley que ella misma elige. Se refiere

35

entonces a la libertad de asociación, ya que el autor plantea que los seres

humanos necesitan asociarse con otros para poder alcanzar una vida

satisfactorias, pero regulada y establecidas en las leyes.

La autonomía moral. Cada persona es moralmente autónoma y define

todos sus principios morales. Para la democracia, cada uno debe ser

moralmente autónomo ya que esto equivale a la toma de decisiones y

creencia pertenecientes a cada cual como individuo libre.

Dentro de los criterios que plantea Dahl (1991), como ideal de la

democracia, se encuentra la inclusividad, la cual parte de las orientaciones,

antes planteadas, de la libertad para establecer que un gobierno debe

apoyarse en el consentimiento de los gobernados, de sus mayorías, para

establecer leyes a las cuales deban regirse.

Otro ideal de la democracia al que hace referencia Dahl (1991) es la

conducción al desarrollo humano a través de la participación política; éste

plantea que al brindar la oportunidad de participar activamente en la vida

política, la democracia promueve, como no puede hacerlo ningún otro

sistema, la independencia, la confianza en uno mismo y la preocupación por

la cosa pública.

De esta manera establece que los individuos deben contar con ciertas

cualidades para poder lograr el desarrollo humano, como por ejemplo,

capacidad para cuidarse a si mismos, en el sentido de cuidar sus propios

intereses; ser moralmente autónomo, sobre todo con respecto a las

decisiones de mayor importancia para ellos y para los demás; actuar en

36

forma responsable, llevando los cursos de sus acciones del mejor modo

posible, tomando en cuenta las consecuencias, los derechos y las

obligaciones propias y ajenas; aceptación del debate sobre los asuntos que

conducen a adoptar juicios morales. Todos estas condiciones parecen

poderlas tener casi todos los seres humanos.

De esta manera y correspondiendo a esta investigación, es posible

deducir de lo anteriormente planteado que mediante la aplicación de los

principios o ideales anteriormente planteados, es posible construir una

democracia, tomando en cuenta que la libertad, la igualdad, la participación,

la representación y la inclusión con el fin de conducir al desarrollo humano y

de las sociedades.

2.1.4. Principios De La Democracia Cristiana

Boersner (2006) define ciertos temas que deben ser objeto de análisis

por parte de las organizaciones políticas que asuman como imperativo ético

el combinar una democracia autentica, garante de la libertad individual, con

un programa de justicia social y económica que incorpore a las clases

populares en una participación verdadera, en la toma de decisiones y el

disfrute de la riqueza. Tales temas los define, desde un punto de vista

político, de la siguiente manera:

Estado de Derecho: dentro de la teoría de la democracia social se

considera al estado de derecho como el dominio de la ley, igualdad jurídica y

garantía de los derechos humanos y cívicos como parte de la civilización

37

humana universal y tales derechos no están sujetos a cuestionamientos de

validez. De igual manera, establece que la soberanía reside en el pueblo y

debe ser ejercida a través de las instituciones pertinentes.

Dentro de este tema es imprescindible incluir la separación de poderes

legislativo, judicial, ejecutivo, ciudadano y electoral, así como una

descentralización geográfica y funcional efectiva del poder público en todo su

conjunto, destacando también la institucionalidad de las Fuerzas Armadas.

De igual forma la justicia debe ser accesible para todos los ciudadanos. Debe

establecerse garantías de las libertades, y por último la delimitación legal

entre la esfera pública y privada.

Representación y participación: estos dos aspectos no son antagónicos,

sino complementarios ya que dentro de los postulados de la democracia

social surge la necesidad de que, los ciudadanos además de elegir sus

representantes o gobernantes, también participe de manera constante en el

debate público de todos los niveles, asumiendo responsabilidades directas

con el fin de ejercer una supervisión efectiva sobre la ejecución y

administración de la voluntad general.

Pluralismo y tolerancia: la democracia cristiana social requiere el

perdurable reconocimiento de la pluralidad de criterios y doctrinas, además

de la más completa libertad para que el pluralismo se desarrolle dentro de un

marco de paz, legalidad y tolerancia mutua. Para ello es necesario contribuir

a la libre formación de organizaciones de lucha como los partidos políticos en

su diversidad.

38

En este sentido, una democracia cristiana social debe garantizar la

libertad de cultos y el pleno respeto a todas las comunidades religiosas, así

como el cumplimiento de los compromisos que contraiga con el Estado. De

igual manera respetará todas las ideologías políticas, morales y sociales que

nazcan en el seno de la sociedad civil o de los partidos políticos, siempre y

cuando estas no promulguen el odio racial, étnico o confesional.

Derechos humanos y ciudadanos: estos tienen carácter permanente y

deben estar incorporados siempre en la constitución, pero además de eso

deben ser respetados. Dentro de estos derechos, resultan primordiales para

la democracia social los derechos del reo, la libertad de pensamiento,

expresión, asociación y movimiento, la inviolabilidad de la vida, de la

integridad física y del hogar, además del derecho a la propiedad privada.

Seguridad pública: un gobierno demócrata cristiano social debe

emprender la impostergable tarea de crear una fuerza de seguridad y orden

publico coordinada con todos los niveles, integrada por hombre y mujeres de

buena calidad moral además de contar con una formación general y

profesional adecuada, bien remunerados y provistos de garantías de

estabilidad y de seguridad social, todo esto con el fin de establecer una

política de seguridad donde esta fuerza obedezca de manera equilibrada la

prevención, disuasión y represión del crimen.

Para lograr estas reformas profundas es necesario establecer un

mecanismo de enlace, consulta y cooperación entre las fuerzas de seguridad

de los distintos niveles públicos y la sociedad civil.

39

Por otro lado, Boersner (2006) también plantea ciertos criterios

económicos y sociales que deben formar parte de un gobierno de la

democracia cristiana social, donde deben ser garantizados plenamente

derechos como la libertad sindical, así como los derechos laborales de los

trabajadores. Asimismo, debe promover políticas públicas orientadas hacia la

formalización del mercado laboral con el fin de disminuir el empleo informal.

En el mismo orden de ideas, dentro de un gobierno basado en la

democracia cristiana social es de esencial importancia crear un sistema

racional y eficiente para la canalización de excedente rentístico hacia la

producción. En otras palabras, debe asumirse la tarea de crear un solo fondo

de financiamiento del desarrollo diversificado a partir del excedente de la

renta, bajo la debida supervisión de un Poder Legislativo y una Contraloría de

la República independiente y eficaz.

Ahora bien, un gobierno democrático progresista debe enmarcar su

acción social en la búsqueda de la calidad de vida de toda la población, que

se logra a través de la participación, ya antes descrita, y otros componentes

esenciales que deben ser asumidos como responsabilidades dentro de los

mismos, tales como:

La educación y capacitación técnica como instrumento para reducir los

contrastes sociales, ya que una educación general, que abarque todos los

niveles, y ciudadana es un factor clave para la construcción de una sociedad

más libre, equitativa y solidaria.

En materia de Salud y bienestar social, se buscará el desarrollo y

mejoramiento del sector sanitario-asistencial público, mediante la discusión e

40

impulso de acuerdos, entre los sectores públicos y privados, en cuanto a los

costos de la asistencia médica y la atención debida a los casos de

emergencia al igual que el costo de los productos farmacéuticos patentados y

los genéricos.

Es importante destacar que en Venezuela se plantea la idea de la

democracia cristiana social desde algunos partidos políticos, los cuales se

basan en ciertos principios, similares a los planteados anteriormente, con el

fin de construir un sistema democrático progresista mediante el cual pueda

lograrse la aplicación de los preceptos de un gobierno bajo la denominación

de demócrata social.

Entre algunos de estos principios que aplican las Organizaciones

Políticas defensoras de la democracia social, se menciona la libertad,

equidad, solidaridad y responsabilidad, progreso, descentralización y

participación, desarrollo económico, justicia social y progreso a través de la

inclusión social y las oportunidades que debe brindar el Estado, por ejemplo,

la educación como instrumento para la superación de la pobreza en

Venezuela, garantías con respecto a sistema de salud y seguridad ciudadana

y social, asimismo la distribución del ingreso, de esta manera, tomando estos

elementos como ejes de acción social con la finalidad de elevar la calidad de

vida de los ciudadanos.

Por su parte Fereira (2010) manifiesta que los principios de la

democracia cristiana son el Estado Democrático, el Pluralismo, el

solidarismo, el desarrollo integral y la integración internacional.

41

(a) El Estado Democrático: Los demócratas cristianos venezolanos

creen en la existencia de la sociedad civil integrada por los individuos, la

familia, los sindicatos, los partidos, las empresas, entre otros, es decir,

grupos que constituyen cuerpos sociales responden a fines humanos

legítimos que deben ser respetados.

De igual modo, Fereira (2010) refiere que dentro de ese conjunto de

cuerpos o sociedades existe una muy especial que se denomina Estado. El

Estado viene a ser la organización Jurídico-Política de la colectividad en

forma soberana, que tiene por objeto el Bien Común del pueblo. Por eso,

porque tiende a buscar el Bien Común: El Estado, entonces, es una parte de

la sociedad civil. No está fuera de la sociedad civil como en la concepción

liberal. Ni tampoco está sustituyendo a los otros cuerpos sociales, como en la

concepción totalitaria. Para nosotros el Estado es la parte de un todo -junto

con individuos y grupos intermedios- que busca el Bien Común. Al Estado le

toca velar para que este Bien Común sea logrado.

El poder es un atributo esencial del Estado, pero no debe confundírselo

con el Estado en sí. En la concepción demócrata- cristiana el estado tiene

todo el poder necesario para realizar la coordinación de toda la sociedad civil

en la medida en que el poder del Estado se ajuste a ese Bien Común. Ahí

está la legitimación del poder.

En la medida en que el estado utilice ese poder con fines distintos a la

realización del Bien Común colectivo, ese poder pierde legitimidad. El Estado

y el Poder suponen ejercicio de autoridad, se reconoce y el poder se le

42

delega al Estado para que cumpla con su fin: el de velar porque la sociedad

civil alcance y realice el Bien Común. Así el Estado deja de ser un extraño a

la sociedad para intervenir en la ordenación de la misma y en la medida que

el Bien Común lo aconseje. Tampoco debe confundirse al estado con el

gobierno. El gobierno es transitorio mientras que el estado no.

El demócrata-cristiano no solamente busca una democracia política y

movimientos sociales cristianos, sino que también se encuentra íntimamente

ligado a las acciones decididas del Catolicismo Social del Siglo XIX, por ello

los demócratas cristianos en general y en particular los venezolanos aspiran

a una democracia social. Es decir, la concepción de una democracia política

aparejada a la existencia de una democracia social y económica. Esta

democracia social supone que todos los hombres son iguales ante la ley, sea

cual fuera su raza, su religión o su posición social.

Esta democracia cristiana social no acepta privilegios por razones de

dinero o apellidos, no acepta distinciones que no provengan de la virtud o el

mérito, y a todos reconoce los derechos que por su misma naturaleza

humana les corresponden garantizando al mismo tiempo su ejercicio. Se

trata pues de lograr una estructura social que permita a todos los hombres el

desarrollo de sus facultades individuales entre un mismo marco de

posibilidades. Este principio de igualdad conlleva un principio de justicia que

supone a su vez, la existencia de la libertad. Finalmente, el principio de la

cooperación en el cual cada hombre debe ocupar su puesto en orden a

alcanzar el bienestar común.

43

Todos estos principios se traducen en una serie de políticas concretas

destinadas a reformar los esquemas jurídicos que rigen en la nación

contrarios a tales principios políticos o que no se acondicionen a ellos.

También habrá que reformar programas de desarrollo. Estos principios

políticos inspiran la realización de programas electorales concretos dentro de

la concepción demócrata-cristiana.

(b) El Pluralismo: de acuerdo con Fereira (2010) la democracia cristiana

defiende, partiendo de la concepción de la sociedad civil, el pluralismo social

y jurídico. Se habla de dos tipos de pluralismo. Horizontal y Vertical. El

pluralismo vertical o ideológico caracterizado por las formas en que las

ideologías cortan verticalmente a través de todas las capas y grupos de

sociedad.

En esta forma, se tiende a fundamentar la eficiencia social, permitiendo

a cada hombre, sin discriminación o desprecio de su condición de persona

humana constituir un conjunto de asociaciones que se ajustan a sus propios

ideales, así es un deber del Estado el garantizar la existencia de esas

diversas corrientes de fundamentación ideológica.

De acuerdo a esta idea del pluralismo vertical nada importa que estén

en minoría dentro de una nación o grupo. Por ello, dentro del régimen

democrático que es objetivo de la democracia cristiana, el libre juego de los

partidos políticos garantizan la efectiva representación de las diferentes

ideologías que pugnan por imponerse a la opinión pública.

Asimismo, Fereira (2010) manifiesta que el pluralismo horizontal o

autonomización consiste en la independencia, derechos y responsabilidades

44

de cada individuo, grupo o cuerpos intermedios que buscan el Bien Común.

Es una injusticia, un gran mal y un desorden que una organización más

grande y más elevada se arrogue funciones que puedan ser cumplidas más

eficazmente por órganos menores o inferiores.

Surge de su misma naturaleza que el verdadero objetivo de toda

actividad social debería ser auxiliar a los miembros individuales del cuerpo

social y nunca destruirlos.En esta forma, la democracia cristiana concibe una

descentralizada división de poderes, al mismo tiempo que defiende la

existencia entre el individuo y el Estado, de otras sociedades cuyo regular

funcionamiento garantiza la plenitud de una democracia orgánica. Estas

sociedades son de dos tipos: Naturales unas y otras de Creación por la Ley y

ambas cumplen una finalidad cuya trascendencia es para la Democracia

Cristiana imponderable.

El pluralismo social y jurídico señala que cada uno de los cuerpos

intermedios tiene un fin humano, propio de los mismos, que hay que

respetar. En esta forma, el hombre con su libertad, forma la familia. Por ello,

la democracia cristiana defiende, en primer lugar la integridad de la familia

contra todos los intentos de disolución que le amenazan.

Propio del espíritu de sociabilidad el hombre forma su familia y esta a su

vez se proyecta en el municipio. Es en el municipio en donde la vida humana

se desarrolla normalmente; es allí en donde el individuo comienza a vivir en

comunidad y donde la autoridad establece con el hombre una simple

comunidad de servicios o comodidades que es una institución natural que

tiende a ordenar la vida social en la comunidad política:

45

El hombre está naturalmente ordenado a vivir en comunidad política,

porque no pudiendo en la soledad procurarse todo aquello que la necesidad

y el decoro de la vida personal exigen, como tampoco la conducente a la

perfección de su ingenio y de su alma, ha sido providencia de Dios que haya

nacido dispuesto a la unión y sociedad con sus semejantes, ya doméstica, ya

civil la cual es la única que puede proporcionar la perfecta suficiencia de la

vida.

Por esto, la vigorización del municipio es una de las más decididas

consignas demócratas cristianas. Esto supone una descentralización

administrativa, en la medida en que al municipio se le reconozca una mayor

autonomía y en consecuencia tenga una mayor responsabilidad para con la

comunidad, los hombres que lo integran se sentirán más dueños de sus

propios destinos y con mayor capacidad para la conducción de la

administración de la cosa pública. Pero, por su parte, el ciudadano debe

integrarse al municipio el cual le permitirá desarrollar sus facultades, ejercer

la plenitud de sus derechos y colmar sus aspiraciones civiles y políticas.

Dos condiciones más son necesarias para completar el pluralismo

social y jurídico de acuerdo a la concepción demócrata -cristiana: el primero

está referido a dar la mayor posibilidad de desarrollo a esos cuerpos

intermedios que forma el hombre a objeto de que logren eficazmente la

realización de su fin y que tienden al beneficio mismo del hombre.

El segundo principio está referido a la estructura interna de esos

cuerpos intermedios que deben organizarse en la forma que mejor respeten

46

las exigencias de sus miembros y los cuales no pueden impedir a esos

hombres desarrollarse como personas. Cuando esta condición no se cumple

el Estado debe intervenir a fin de subsanar la situación existente y al hacerlo

debe ser en forma transitoria ya que lo contrario desvirtuaría la función

misma del Estado y los cuerpos o sociedades intermedias.

(c) El Solidarismo: para Fereira (2010) de este principio se arriba a una

posición comunitarista y pluralista. Con este principio debe tenderse a la

integración a través de la acción conjunta de los hombres que viven en

sociedad. Existen una serie de diferencias naturales en los hombres: formas

diversas de capacidad física y mental en las personas y tales diferencias se

hacen más profundas en la medida en que las personas se van apropiando

de distintos bienes ya en el orden material, ya en el orden cultural.

Con este sentido comunitario de cooperación se logra un clima propicio

al desarrollo de todos. Al hablar la democracia cristiana de comunitarismo, lo

hace en relación a esos bienes materiales y culturales cuya tenencia puede

ser un impedimento para la igualdad de oportunidades. Es necesario aclarar

que si la expropiación como tal eso puede ser un impedimento para la

igualdad de oportunidades, se hace imperioso el que esos bienes se utilicen

en común por todos los hombres.

Esto obliga a su vez al Estado, quien debe velar por el alcance del Bien

Común, a facilitar a todos los hombres estos bienes y que ellos cumplan con

una función social. La función social de la propiedad... obliga a una

redistribución de los bienes de la propiedad privada.

47

Resumiendo, los demócratas-cristianos entienden que la propiedad

debe cumplir una función social; esto es, no puede ser usada para el

beneficio excluyente de unos pocos sino que debe procurar ciertos beneficios

para quienes necesitan y no tienen nada. Esa política de redistribución de la

riqueza se manifestará en los diversos órdenes: fiscal, crediticio y de

expropiación y repartición directa de bienes.

Pero esta política implicará a su vez, la realización de un cambio de

estructuras sociales que aseguren la permanencia de la igualdad de

oportunidades. Y en este terreno será necesario un cambio profundo del

sistema educacional venezolano que tienda a crear oportunidades iguales y

tienda a la culturización de todos los sectores. De nada valdría una mera

repartición de bienes y una mejor redistribución de la riqueza si los esquemas

mentales del venezolano permanecen iguales.

Debe tenerse claro, la sociedad comunitaria es la meta que buscan los

demócratas-cristianos en general. Este principio une y compromete la acción

de todos los demócratas-cristianos del mundo y en relación al cual cada uno

de los partidos demócratas-cristianos tienen por su propio país y de acuerdo

a la realidad propia de cada nación:

Lograr una sociedad personalista y comunitaria, de acuerdo a la

expresión de Maritain. Personalista en cuanto a colocar la dignidad y los

derechos de las personas como el valor más alto a lograr en la vida política.

Y Comunitaria, para realizar mediante la justicia y la solidaridad, un

verdadero espíritu de comunidad que ampare al hombre tanto contra el

48

egoísmo individualista como contra el totalitarismo estatal. Esto no es un

pensamiento abstracto, es algo real que tiene vigencia histórica y tuvo su

fuente en los pensadores de la segunda mitad del siglo pasado y tiene una

realización política activa en el mundo.

La meta final de esa sociedad así concebida será la de crear no una

solidaridad de destino y finalmente producir a sus miembros en general,

impregnada por un cierto contenido humano, el gozo comunitario.

(d) El Desarrollo Integral: según Fereira (2010) el principio del desarrollo

es un tema de mucha importancia para los demócrata-cristianos en general y

muy especialmente para los venezolanos por encontrarse nuestro país en

vías de desarrollo. El desarrollo tiene que ser visto como un proceso de

incorporación de grandes sectores marginados a las satisfacciones sociales y

de ascenso de esos mismos grupos humanos a los niveles donde se toman

las decisiones y desde donde se ejerce el poder social. El desarrollo para ser

integral además debe eliminar la marginación de la riqueza y poder en manos

de pocos. Por ello a la tesis del desarrollo tiene que compenetrarse la tesis

del cambio de estructuras:

El desarrollo no es sólo una necesidad social y un imperativo

económico: es, primero que todo, una exigencia ética. Todo programa

ambicioso de desarrollo tropieza con la resistencia de las viejas estructuras:

cambiar éstas es indispensable para la transformación económica y social

que aquel entraña. Si los partidos demócratas-cristianos, al decir de Ramlot,

deben configurar en sus respectivos países la verdadera imagen del Partido

49

del desarrollo, tienen que compenetrarse más y más con la tesis del cambio

de estructuras.

El tema del desarrollo no puede plantearse solo en el terreno

económico o social por ello se habla del desarrollo integral, así: Hay quienes

limitan su ámbito al puro terreno económico, menospreciando el objetivo

social, y quienes aceptan el objetivo social pero no consideran los otros

aspectos superiores de la vida del hombre y de la comunidad.

De estas citas se deduce que el problema del desarrollo es un problema

de civilización para usar la expresión del Lebret. No es un problema

económico únicamente. Es cierto que el factor económico es importante pero

existen además finalidades a alcanzar en el aspecto social, cultural y político.

Es necesario a la vez, el que ese desarrollo económico se haga al ritmo más

rápido posible y aprovechando la disponibilidad de recursos externos e

internos con que en la actualidad cuenta la nación.

Al mismo tiempo ese proceso de desarrollo debe lograrse al menor

costo posible y en la forma más irreversible posible, esto es, garantizar una

curva permanente de ascenso en ese proceso de desarrollo. Igualmente

consideran los demócratas-cristianos de Venezuela que debe tenerse en

cuenta a las generaciones futuras a objeto de no sacrificar inútilmente la

explotación de recursos y riquezas sin pensar seriamente en las

generaciones por venir. Finalmente, ese proceso debe basarse en una

solidaridad doble: a. Entre todas las fracciones de la población existente; y b.

Entre todas las naciones que comprendan la comunidad internacional.

50

(e) La Integración Internacional: de acuerdo con Fereira (2010) la

democracia-cristiana acepta como legítimo el sentimiento nacional y el

patriotismo. Lo que no es aceptable para un demócrata-cristiano es el creer

que no existen otras asociaciones diferentes que deben tomarse en cuenta

dentro del contexto universal. Existe una comunidad de naciones que está

unida por vínculos de solidaridad y de justicia social internacional. Para la

democracia cristiana el desarrollo actual de la técnica, los problemas

económicos y sociales no podrán resolverse si antes no se realiza un

proceso de integración en un ente internacional o supra- nacional.

La democracia cristiana considera igualmente el que las naciones

deben integrarse en tres procesos diferentes: una integración económica,

una social y cultural y, de ser posible, una integración política. En relación a

América Latina la democracia cristiana venezolana ha impulsado y

sustentado la integración económica y la creación de un Mercado Común

Latinoamericano.

De todo lo antes señalado se puede concluir que los principios

fundamentales de la filosofía cristiana están inspirados por una concepción

cristiana del mundo. Estos principios corresponden a una concepción

filosófica del mundo y del hombre elaborado por el pensamiento cristiano.

Estos están elaborados en el orden de la filosofía pero no de la religión y es

perfectamente posible que una persona, sin plantearse problemas de sus

relaciones con Dios, pueda llegar a aceptar esos tres postulados que no son

religiosos sino filosóficos.

51

2.2. Aspectos Generales De Los Procesos De Integración

Latinoamericanos

De acuerdo con Aguilar (2008) en la historia de la política exterior

venezolana, la integración regional como política de gobierno, se puede ver

como una constante. Ha pasado por períodos de mayor y otros de menor

grado de compromiso gubernamental, otros en los que la orientación esencial

pasaba por lo político y otros en los que la motivación que conducía el

proceso era fundamentalmente económica, pero el proceso de unificación se

puede ver como un hilo conductor a lo largo de la historia venezolana.

Del mismo modo, señala Aguilar (2008) que ya desde las primeras

décadas del siglo XlX, una vez concluido el proceso de independencia con

España, el ideal de Simón Bolívar de crear una América Latina unida capaz

de enfrentar a España y las demás amenazas externas, comienza a

materializarse con la conformación de la “República de la Gran Colombia”,

integrada por Colombia, Ecuador y Panamá, junto a Venezuela, con capital

en Bogotá y una duración de once años.

Asimismo, el “Congreso de Panamá”, en 1826, también promovido por

Bolívar, si bien no tuvo éxito, puede considerarse como el intento de

integración política más importante del que participaron, además de la Gran

Colombia, Perú, Chile, Bolivia, Centroamérica y México. También la

“Federación de los Andes”, promovida por Bolívar, intentó unir, además de la

Gran Colombia, a México, Guatemala, Perú, Bolivia y Chile pero tampoco

tuvo éxito.

52

Recién en la segunda mitad del siglo XX, comienza a surgir

nuevamente, no sólo en Venezuela, sino en el resto de la región, un proceso

orientado a la integración. Para comenzar, y antes de centrar la mirada en las

iniciativas de carácter económico, se puede destacar que durante los

primeros gobiernos de la etapa democrática comenzada en Venezuela en

1958, se inició y continuó una línea de política exterior que apuntaba a

promocionar la democracia venezolana en el hemisferio.

En consonancia con la necesidad interna de defender y consolidar un

régimen recién establecido, se buscó proyectar al país como líder

democrático regional, a través de iniciativas como la Doctrina Betancourt.

Una de las facetas de esta iniciativa fue el ideal de lograr una América Latina

democrática e integrada. En sintonía con esto, se mantuvo una amplia

colaboración con la política hemisférica de la OEA.

En la década de los sesenta se da en la región la primera etapa

integracionista con la aprobación del Tratado de Montevideo que logra crear

la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960, la cual

tenía por objetivo la liberalización del comercio recíproco y la expansión del

comercio regional.

A pesar del interés del gobierno venezolano por la estrategia de la

integración, hubo varios obstáculos a vencer para ingresar en la nueva

estructura regional. Las negociaciones internas y regionales acerca de la

conveniencia y condiciones especiales para el ingreso de Venezuela a la

ALALC retrasaron por seis años la decisión.

53

La participación venezolana estuvo condicionada por el hecho de ser

una economía esencialmente petrolera, poco diversificada y fuertemente

dependiente del comercio con Estados Unidos. A esto se sumaba la

específica situación de política interna que vivía el país con la necesidad de

estabilizar el nuevo régimen democrático que se instauraba, con los

consiguientes desafíos políticos y económicos que esta situación conllevaba.

Por otro lado, en el ámbito internacional, las circunstancias que imponía la

guerra fría, influían también en las prioridades de la política exterior.

Sin embargo, la ALALC entró en una crisis estructural, caracterizada

por la debilidad de este acuerdo de integración. Por esta razón, en los años

setenta comenzó un acercamiento a los vecinos más inmediatos, los países

que histórica y geográficamente han estado más presentes en la agenda

externa latinoamericana.

Por otro lado, esta crisis de la ALALC motivó un “regionalismo vecinal”,

en muchos países de la región, que por otra parte se alentaba desde la

CEPAL. Así se creó el Mercado Común Centroamericano y la Comunidad del

Caribe. Por su parte, los países andinos se concentraron en diseñar un

esquema de integración que respondiera a sus necesidades. Luego de un

proceso de arduas negociaciones en que participaron los estados y los

sectores empresariales, sociales y académicos, finalmente se suscribió en

1969 el Acuerdo de Cartagena, que dio origen al Pacto Andino.

La tardanza de Venezuela en ingresar al Pacto Andino se debió

fundamentalmente a la oposición de su sector industrial que miraba con

54

recelo a este nuevo esquema de integración. Aunque el país había

participado activamente en las discusiones del acuerdo, recién se integró en

1973.

Si bien la unión con la región andina estuvo siempre presente en la

formulación de la política exterior venezolana, también tuvo sus altibajos.

Este primer acercamiento al Pacto Andino fue importante aunque limitado. En

ese momento, además de sus socios de la región andina, Venezuela

cultivaba relaciones externas con muchos países de la comunidad

internacional.

En este sentido, en el transcurso del primer gobierno de Rafael Caldera,

que comenzó en 1969, se inició un proceso de reconciliación internacional,

tratando de superar el efecto aislacionista al que había llevado la aplicación

de la doctrina Betancourt, abriendo el país a relaciones con otros países,

independientemente de su posición política e ideológica, entre otros, la Unión

Soviética y varios países de Medio Oriente y África.

2.2.1. Características De Los Procesos De Integración En Latinoamérica

Para Almandoz y Cortez (2009) los sujetos son los Estados soberanos.

Se tienen aquí dos conceptos muy importantes por lo cual es preciso

definirlos para poder entender el papel fundamental de una nación y su toma

de decisiones. El Estado es un concepto político que se refiere a una forma

de organización social soberana y coercitiva, formada por un conjunto de

instituciones involuntarias, que tiene el poder de regular la vida sobre un

territorio determinado.

55

Según Almandoz y Cortez (2009) el concepto de Estado difiere según

los autores, pero algunos de ellos definen el Estado como el conjunto de

instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas

que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un

territorio determinado.

Por su parte, Max Weber, en 1919, citado por Almandoz y Cortez

(2009) define el Estado como una organización que reclama para sí -con

éxito- el "monopolio de la violencia legítima"; por ello, dentro del Estado se

incluyen instituciones tales como las fuerzas armadas, la administración

pública, los tribunales y la policía, asumiendo pues el Estado las funciones de

defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones

exteriores. Soberano (del latín superanus) puede referirse a: Un ente que

ejerce o posee la autoridad suprema e independiente .

De igual modo, se puede señalar que los convenios integracionales son

firmados por cada uno de sus miembros en el momento en el que ellos lo

encuentren necesario y se unirán del mismo modo. Estas decisiones deben

ser tomadas por ellos de forma voluntaria e independiente, sin tomar en

cuenta presiones tanto internas como externas, ya que lo que se busca

obtener con esto es precisamente el bienestar común y son ellos ciertamente

quienes conocen de las limitaciones y posibilidades de cada uno, ya que

como reguladores y participantes que son de todas las funciones del Estado

conocen a cabalidad su situación en determinado momento.

Asimismo, todos y cada uno de los Estados que emprenden un proceso

integrador en forma voluntaria y deliberada, tienen la potestad de decidir si

56

pertenecer o no a determinados grupos de integración tomando en cuenta

sus necesidades e intereses, buscando el desarrollo social y económico en

forma conjunta, mediante el desarrollo de sus potencialidades económicas y

el aumento del nivel de vida de sus habitantes.

Debido a la diversidad y características de las riquezas naturales de los

países latinoamericanos, se piensan que podían alcanzar el desarrollo tan

esperado por sí solos, pero la explotación de sus recursos no fue suficiente,

ya que el intercambio comercial era muy pobre, ni tampoco contaban con una

infraestructura organizativa ni física, además de no poseer la tecnología

adecuada.

Es por ello que la integración se hizo necesaria; una de las ideas de

formar grupos económicos es precisamente la complementación de las

economías en sus distintas formas. Muchos de los países latinoamericanos

han enfrentado a lo largo de su historia situaciones lamentables de pobreza

extrema por la mala praxis de sus dirigentes lo cual probablemente los ha

llevado a buscar una salida que les sea beneficiosa, y la más adecuada

hasta ahora es la unión de éstos en pro de un beneficio común.

Pero los procesos integracionistas se dan sólo bajo el consentimiento

de cada uno de los miembros, quienes evalúan de forma minuciosa qué tan

conveniente le resulta determinada unión tomando en cuenta, por ejemplo, la

proximidad de los países o qué tan fuerte pudiera(n) ser su(s) economías

para así emprender un nuevo camino hacia el renacimiento de sus

economías.

57

Los fines de todo proceso de integración no sólo se basan en lo

económico; a medida que se avanza gradualmente se van desarrollando

nuevos temas de las áreas sociales, investigación científica,

aprovechamiento tecnológico, confrontación de ideas, identidad de los

pueblos y comunidades de la región, educativa, cultural, jurídica, y hasta

políticas de los países miembros.

Los países latinoamericanos tienen raíces muy similares y aunque en

varios países de este subcontinente se hablen diferentes lenguas que fueron

traídas acá por extranjeros que en algún momento por equivocación llegaron

a estas tierras y que desde entonces subsisten al igual que muchas

costumbres que perduran incluso hasta nuestros días, la esencia de los

latinoamericanos es en el fondo la misma. Otro factor importante es que

nuestros países no poseen un historial de enfrentamientos bélicos, lo que

aumenta el contacto entre ellos; esta similitud se transforma indudablemente

en beneficios económicos.

Los procesos deben realizarse de manera gradual, ya que cada país

tiene condiciones únicas y capacidad de respuesta que va a variar acorde

tanto a sus necesidades como a sus recursos y potencialidades inmediatas y

futuras. Aunado a ello, muchos de los puntos que se encuentran en estos

tratados y que eventualmente se llevarán a cabo, necesitan de un profundo

cambio.

Pudiera ser a nivel institucional, lo cual se debe realizar de un modo

muy puntual porque quizás incidiría en las políticas internas de los países

58

que, claro está, deben a su vez someterse a leyes supranacionales en

muchos de los casos; o simplemente en la información a sus ciudadanos y

luego en su aceptación, lo que se convierte en la parte más difícil, porque

muchas veces gran parte de ellos se rehúsa.

La complejidad de los casos debe ser también tomada muy en cuenta

para las decisiones. Estas deben ser estudiadas con detenimiento, porque se

debe saber que no es una decisión que beneficiará a unas pocas personas,

sino es el futuro de millones, muchos de los cuales viven en condiciones

infrahumanas y se encuentran carentes de políticas que los beneficien de

forma directa y en gran medida.

Las etapas deben ser cada vez más profundas; a medida que se van

consolidando los procesos de integración, los avances en la materia deben

ser mayores al transcurrir del tiempo, porque se supone que la integración

ayuda a la consolidación de sus relaciones y que cada vez éstas van en

aumento gracias a la apertura de los mercados, atracción de inversiones,

modernización del aparato productivo, conformación de nuevas relaciones

comerciales y económicas.

Si estos factores expuestos anteriormente se cumplen, es prolífica esa

relación y por lógica lo es también la creación de nuevos acuerdos. Ya

pasado cierto nivel en estas relaciones, los países adquieren cierta

capacidad que es directamente proporcional al nivel de los compromisos

adquiridos.

Los intereses del bloque económico van dirigidos al bienestar de todos

los miembros y no se pretende discriminar o desmejorar a ninguno de ellos,

59

por grande que pueda ser un país tanto en su territorio, cantidad de

habitantes, cantidad de recursos tanto humanos como materiales, entre

otros; a la hora de aceptar negociar con ciertos países, no se debe tratar de ir

en detrimento del más débil o simplemente de otro con condiciones similares,

ya que esto funciona de modo tal que debe existir la cooperación entre ellos.

Al respecto, Almandoz y Cortez (2009) manifiestan que justamente, la

integración es para cubrir ciertas necesidades mutuas dentro de los puntos

que previamente han sido acordados y que, por ejemplo, por lo cercano de

los territorios les resulta a los miembros más beneficioso comercializar un

determinado producto a cierto precio, pudiendo dado sea el caso, utilizar el

sobrante del dinero en alguna otra actividad de inversión que sea necesaria.

Asimismo, todo proceso de integración es considerado como un

mecanismo de avance en el esfuerzo tendiente al desarrollo en forma

progresiva de América Latina. La historia nos ha demostrado que estos

países no han sido capaces de solucionar sus problemas internos, bien sea

por la inconsistencia en la aplicación de sus políticas, o por la discontinuidad

a la que son sometidas cada vez que un país cambia de gobierno, y esto

aplica desde los más pequeños hasta los más grandes del subcontinente.

Cabe destacar, la inestabilidad política, las deudas tanto internas como

externas que muchas veces se han convertido simplemente en impagables,

lo cual no conduce a otra vía, salvo a la de los estallidos sociales que no

vienen solos, sino seguidos de una época de desconcierto, devaluación de la

moneda, disminución del nivel de vida de sus habitantes. Esto se puede

traducir como un caos total.

60

Entonces, mediante la integración se pretender crear una estabilidad

que se viene dando de forma progresiva con el cumplimiento de ciertos

acuerdos que económicamente favorecen a los miembros y que por su

carácter de supranacionalidad, independientemente del presidente o

tendencia política que impere en determinado momento, país y situación, se

deben cumplir, lo cual asegura el cumplimiento, continuidad y finalización de

proyectos.

Además, es considerado un mecanismo de evolución en la medida en

que los proyectos se desarrollan en una sola dirección y con un solo fin, que

es el de aumentar el nivel de vida de todos y cada uno de los habitantes de

estas naciones. Se considera un progreso la libre circulación de personas a

través de las fronteras, la creación de vías de comunicación interestatales ya

que esto nos permite la libre circulación de bienes y servicios, abaratando los

costos, además de posibilitar la integración como pueblos hermanos.

2.2.2. Objetivos De Los Procesos De Integración En Latinoamérica

De acuerdo con Almandoz y Cortez (2009)los objetivos de los procesos

de integración en América Latina comienzan al a lcanzar un desarrollo integral

equilibrado y autónomo, esto quiere decir que para poder lograr el desarrollo

y la autodeterminación de los pueblos es necesario lograr un desarrollo total

de una nación, porque se recordará que así se vea como un todo siempre un

factor va a depender de otro en gran medida.

Alcanzar entonces ese nivel de bienestar dependerá de la forma como

se desarrollen todos y cada uno de los factores que hacen posible su

61

funcionamiento, muchas veces se pretende encaminar la economía de los

países, pero esto sólo fue una de las tantas utopías; no se puede pretender

desarrollar una economía cuando no se es capaz de transformar la materia

prima en productos de consumo intermedios o finales, el nivel educativo de

las universidades es muy pobre, los empleados son sub-pagados, la mano

de obra es regalada.

Entonces una de las prioridades es crear cambios desde adentro de los

países que le permitan alcanzar el bienestar integral, de forma equilibrada en

cuanto al restante de países y de modo tal que sea autónomo para así tomar

en cuenta las condiciones individuales.

Por otro lado, consideran Almandoz y Cortez (2009) que otros de los

objetivos es eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación

transfronteriza de bienes y servicios. En toda integración, uno de los

renglones que más resulta favorecido es el comercio, la fuente principal de

recursos y uno de los motivos principales de estas alianzas. Es por ello que

se quiere eliminar todo obstáculo tanto para su circulación como para su fin

principal.

Muchas veces los bienes y servicios que van de un país a otro, por el

simple hecho de pasar de frontera, duplican y hasta triplican su precio hasta

llegar al consumidor final, frenando con esto todo intento por avanzar en los

acuerdos, bien sea por ausencia o mal estado de las vías, lo caro del

combustible o simplemente el alto precio de los aranceles, impuestos, la

inestabilidad social, entre otros. Entonces se pretende, pues, la eliminación

62

de obstáculos para el comercio y facilitar la circulación transfronteriza de

bienes y servicios.

Como tercer objetivo Almandoz y Cortez (2009) señalan que es

promover condiciones de competencia leal. Obviamente, no todos los países

poseen la misma capacidad competitiva, bien sea porque la producción de

unos es menor, los bienes necesarios para la producción tienen elevados

costos, las diferencias estacionarias marcan la pauta, las condiciones del

suelo, del clima no permiten una competencia igualitaria. Entonces, en base

a ello se deben promover ciertas condiciones que favorezcan a todos por

igual.

No es lo mismo vender alimentos subsidiados por el Estado que

aquellos donde todo el capital proviene de sus productores. Tendremos,

pues, que los primeros serán más baratos y por consiguiente su

comercialización más rápida, notándose desigualdad, lo que se traduce en

una competencia desleal y no es precisamente lo que se quiere.

Asimismo, Almandoz y Cortez (2009) consideran que se debe proteger

y hacer valer adecuada y efectivamente los derechos de propiedad

intelectual, en su búsqueda por la viabilidad del mismo se creó una serie de

normativas legales en la cuales se pueden encontrar:

Crear procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento de los

convenios para su administración conjunta y solución de controversias. La

aplicación de proyectos debe realizarse de manera conjunta por los

participantes, ya que de esto va a depender el éxito de los mismos.

63

Generalmente, su realización se hace de modo tal que cada país tiene una

porción de responsabilidad que debe cumplir lo que va a garantizar su

totalidad.

Al mismo tiempo se debe tener como política la resolución de las

controversias, para así evitar que los proyectos no se lleven a cabo. Claro

está que es mucha la cantidad de dinero que se debe aportar para su

cumplimiento.

Establecer lineamientos para una posterior cooperación multilateral

encaminada a ampliar y mejorar los beneficios. Lo que se busca a toda costa

es obtener los mayores beneficios para los participantes de los procesos de

integración. Entonces, en la medida en que se cumplan los proyectos y

dependiendo de la efectividad de las políticas aplicadas, se deben impulsar

proyectos nuevos, lo que resulta beneficioso pues el dinero invertido en

proyectos tales como la creación de vías de comunicación obviamente va a

aligerar proyectos agrícolas y de turismo por sólo nombrar algunos. Esto

abarata los costos de los proyectos futuros y a medida que se va avanzando

el bienestar colectivo se hace notar más.

Reducir la vulnerabilidad de las exportaciones ante medidas unilaterales

y discrecionales, mediante la eliminación total o parcial de algunos impuestos

o barreras que debiliten el intercambio comercial, ya que resulta poco

beneficioso para las partes: unos porque dejan de percibir la ganancia de las

vetas y los otros simplemente porque no reciben los servicios o productos

ofertados.

64

Fortalecer la industria nacional mediante un sector exportador sólido y

competitivo. Para ello es necesario que cada país apoye su industria tanto

nacional como la privada para de este modo poder impulsar el proyecto

conjunto.

Coadyuvar a la creación de empleos. Una de la vías para solucionar

problemas de índole económico y social es mediante la creación de empleos

que mejorarán indudablemente el nivel de vida de los habitantes de esos

pueblos, convirtiéndose a su vez en bienestar para el conjunto de países,

implicando esto crecimiento de sus economías por medio de la activación del

sector productivo.

Crear un mercado común que ofrezca productos y servicios de calidad y

accesibles a todos tomando en cuenta el nivel de vida de sus pobladores,

abaratando los costos que implican los mismos, pero con países externos al

bloque.

Acelerar e impulsar el crecimiento de los países y la generación de

empleos, esto último viene tomado de la mano del crecimiento de los países.

Por tanto, este es uno de los puntos que se deben tomar muy en cuenta,

pues la remuneración recibida en cada puesto de trabajo es reinvertida en

educación, productos de primera necesidad, recreación, entre otros. Esto

definitivamente impulsa el crecimiento de los países.

Procurar el mejoramiento persistente en el nivel de vida de sus

habitantes. Esto incluye buenos salarios, seguridad social, alto nivel de

educación, recreación, estabilidad económica, buenos centros de salud. Es

por ello que luchan los gobiernos.

65

Contribuir a la lucha contra la pobreza, la exclusión y la inequidad

social: potenciar los beneficios sociales de la integración, hacer de la

integración un proceso relevante para la población de los países andino,

enriquecer las políticas sociales nacionales mediante el intercambio de

experiencias y aprendizaje mutuo, contribuir a la continuidad de las políticas

públicas de los países miembros, impulsar la construcción gradual de una

política social comunitaria, acentuando la dimensión social de la integración,

aprovechar eficazmente los recursos disponibles.

Los países latinoamericanos tienen una gran diversidad de recursos

que deben saber aprovechar; en la medida que esto suceda, los beneficios

serán cada vez mayores.

Asimismo, incrementar la variedad de bienes finales a disposición de

los consumidores. El problema principal de estos países es precisamente

que no poseen los medios necesarios para convertirlos en productos finales

aun cuando son grandes productores de materia prima. Es por esta razón

que se debe invertir mucho dinero para que esto ocurra y poder ofertar mayor

cantidad de productos.

2.2.3. Ventajas Y Desventajas De Los Procesos De Integración En

Latinoamérica

Según consideran Almandoz y Cortez (2009) son muchas las ventajas

que se derivan para América Latina de los procesos de integración que se

han llevado a cabo, entre las cuales se pueden destacar:

66

Aumenta el crecimiento económico de los países que integran los

bloques a través de mayores intercambios comerciales. Es una de las metas

de toda sociedad y el mismo implica un incremento notable de los ingresos y

de la forma de vida de todos los individuos de una sociedad. Existen muchas

maneras o puntos de vista desde los cuales se mide el crecimiento de una

sociedad. Se podría tomar como ejes de medición la inversión, las tasas de

interés, el nivel de consumo, las políticas gubernamentales o las políticas de

fomento al ahorro; todas estas variables son herramientas que se utilizan

para medir tal crecimiento. Y este crecimiento requiere de una medición para

establecer cuán lejos o cuán cerca estamos del desarrollo.

Las negociaciones se hacen en bloques, abaratando así los posibles

costos o gastos en que se pueda incurrir para determinadas inversiones.

Esto hace posible un mayor acercamiento entre ellos y permite que los

países estén más comprometidos en los programas a desarrollarse dándole

más solidez a las relaciones ya existentes, permitiendo también la

elaboración de productos finales usando la materia prima aportada por

determinado país, la maquinaria de otro y la mano de obra de un tercero por

sólo tomar algún ejemplo.

Contribuye a la unión de naciones independientes, pues los vínculos

comerciales permiten un acercamiento más efectivo entre ellos, formando así

una gran potencia de la que se espera que los resultados beneficien a todos

por igual.

67

Se promueve la abolición de barreras fronterizas y aduaneras. Esto es

lo que va a permitir la consolidación de las relaciones mejorando el flujo

comercial existente.

Los beneficios se pretenden sean equitativos. El principio de la

integración radica en el hecho de que las condiciones bajo las cuales se

negocian resulten beneficiosos a todos sin importar cuán pequeño, pobre,

grande o rico sea un país.

Defensa de los derechos humanos, mantenimiento de la democracia,

búsqueda de bienestar social, entre otros, todo ello basado en los principios

de la carta de la OEA. Durante muchos años nuestros países sufrieron crisis

económicas muy graves resultado de unas economías desfavorables que

siempre finalizaban en revueltas sociales y en represión. Por tanto, en la

búsqueda del mejoramiento del nivel de vida de sus habitantes. Estos países

deben mantenerse en lo posible dentro de los parámetros de la estabilidad

económica y social. Si se produce la integración en un comercio de libre

competencia, las empresas podrán reducir sus costos y por lógica el precio

de sus productos, favoreciendo al crecimiento de la demanda.

Favorece no solo el desarrollo económico, sino también cultural, social

y político. El bienestar económico lleva a un nivel de vida elevado, ya que los

gobiernos en la medida en que sus economías son estables pueden pagar

mejores salarios, invertir en salud, vivienda, educación, turismo, deporte,

entre otros; fortaleciéndose estos sectores.

La integración económica toma ventaja de la proximidad geográfica y la

naturaleza complementaria del desarrollo económico y tecnológico entre

68

países vecinos. Es por ello que se pretende que los países conformen

bloques económicos tratando de reducir los costos en las inversiones que se

puedan hacer. Aprovechando al máximo los beneficios que resulten de la

cercanía de países vecinos, el óptimo aprovechamiento de sus recursos y la

complementación entre ellos con respecto a los recursos que poseen unos y

que carecen otros, esta sería la forma más adecuada de mantener relaciones

del tipo económica.

Igualmente, Almandoz y Cortez (2009) señalan que también son

muchas las desventajas que se derivan para América Latina de los procesos

de integración que se han llevado a cabo, entre las cuales se pueden

destacar:

Generalmente existe desacuerdo en determinadas políticas por parte de

algunos de los países miembros. Al momento de realizar los convenios es

necesario que se discutan las políticas a emplearse para evitar las trabas

más adelante y, por consiguiente, una posible ruptura total o parcial de los

tratados. Una vez firmados los convenios, estos se regirán por normativas

internas y como toda norma debe cumplirse, de lo contrario podrían

presentarse problemas legales entre sus participantes.

No todos los países se ven favorecidos a la hora de la comercialización

de bienes o servicios, dado a que algunos de ellos presentan economías más

fuertes que otras. El poder adquisitivo de los ciudadanos va a ser un factor

determinante en cuanto a la forma como gastan su dinero, en qué productos

o servicios lo emplean y con qué frecuencia.

69

El hecho de que algunos países se vean afectados económicamente

podría repercutir de forma negativa en los demás miembros del bloque de

integración. Una recesión económica no permite una buena inversión, así

como tampoco la finalización de obras de construcción. Los costos de

producción se elevarían a tal punto que los bienes y servicios podrían sufrir

un notable aumento que, sin duda alguna, repercutirá en el poder adquisitivo,

tanto de los habitantes de ese país como en los asociados, que ya no podrán

adquirir estos productos o servicios como lo hacían antes, al mismo costo.

Los países no pueden tomar deliberadamente medidas políticas que no

hayan sido pactadas entre los miembros firmantes, ya que esto alteraría los

fines para los cuales fue creada; además, decisiones ajenas a las

previamente establecidas podrían afectar de modo negativo el proceso

integrador.

Puede estar firmemente opuesta al desarrollo de ciertas industrias,

condicionamiento de algunas importaciones, y a la obligación de salarios

mínimos.

Esto podría resultar contraproducente, pues entre estos se van a

encontrar países menos favorecidos económicamente y colocarles ciertas

pautas no es para nada beneficioso; no se puede prohibir a un país que no

fabrique un determinado producto cuando su economía depende del mismo u

obligarlo a que sus empleados sean mejor pagados cuando no se cuenta con

los recursos necesarios para ello u obligarlos a que recurran al

endeudamiento. Esto sería el inicio del fin de esa economía. Cabe destacar

que las economías latinoamericanas no son las más estables.

70

Un aspecto notable y que indudablemente resulta menos beneficioso

para algunos miembros es precisamente que mientras más fuerte sea su

economía éste obtendrá más beneficios que aquellos con economías menos

sólidas, siendo estos últimos los que tendrán que adaptarse a las limitaciones

de sus posibilidades.

Usualmente, los bloques de integración no trabajan de forma

homogénea, esto debido a diferencias internas que conducen al dominio del

mismo por un grupo de países formado por los más poderosos o

simplemente por el más poderoso, también es necesario señalar que los

verdaderos beneficiados serán los sectores o empresas más competitivas del

espacio integrado convirtiéndose en una verdadera utopía todo aquello del

proceso integracional en donde si un grupo de países se congrega todos

saldrán ganadores.

De allí que para garantizar el éxito a los procesos integradores en

América Latina es menester la negociación sobre la base la consideración de

los grados de desarrollo relativo de los países signatarios del pacto de

integración.

2.2.4. Importancia De Los Procesos De Integración En Latinoamérica

Al respecto, Almandoz y Cortez (2009) señalan que el concepto

integracionista no es nuevo, sino que se remonta a siglos anteriores, cuando

se aplicaba en especial a aquellos países que tenían cercanía territorial. Pero

no es sino a partir de la década de los 50 cuando empieza a tomar verdadera

fuerza y los proyectos comunes comienzan su consolidación como tal.

71

Asimismo, los autores señalados consideran que la importancia de la

integración radica en el hecho de que en un mundo tan globalizado y

polarizado la competencia es cada vez más reñida. Por ello la agrupación en

bloque de países con el firme propósito de unir sus recursos económicos,

materiales y humanos resulta cada vez más común debido a que por medio

de estas integraciones muchos de los países latinoamericanos con

economías menos sólidas se ven beneficiados, porque estos tratados

eliminan las barreras arancelarias y, en algunos casos, permiten el libre

tránsito de personas entre los países asociados.

De igual modo, manifiestan Almandoz y Cortez (2009) que esta unión

va a favorecer a todos los habitantes de la región donde se desarrolle la

integración, ya que va a permitir el incremento del flujo comercial, la

inversión, así como nuevas oportunidades de empleo, lo cual se traduciría en

un aumento del nivel de vida. Los países Latinoamericanos presentan

muchas deficiencias en cuanto a la consolidación de sus instituciones,

economías, políticas públicas, entre otros., lo que hace que sean inestables

desde todo punto de vista.

Claro está que algunos poseen mejores condiciones que otros, pero en

líneas generales esta es su realidad. Con la firma o el compromiso de

tratados o convenios el desarrollo de éstos se torna un poco más eficiente,

ya que están regidos por órganos supranacionales y, por tanto, se deben

cumplir con los compromisos adquiridos.

La inconsistencia de los proyectos es lo que impide el cumplimiento de

los mismos; ya que se tiene la materia prima, el recurso humano y por medio

de la complementación de las economías se puede lograr que estos

72

mercados económicos lleguen a ser uno de los más competitivos del mundo,

llevando esto a un mejor nivel de vida.

2.3. Propuestas Del Bloque Latinoamericano Del Presidente Rafael

Caldera

Según Caldera (1970) el Bloque Latinoamericano, cuya formación

imponen incontenibles corrientes del espíritu, no es un bloque agresivo.

Tampoco es un bloque neutralista en el sentido de que sea indiferente ante

los dramáticos dilemas que sacuden hoy a los hombres o que no esté

dispuesto a dar su colaboración y su sacrificio para impedir el aplastamiento

de la persona humana en aras de una interpretación anti – espiritualista de la

vida.

Este Bloque, se creó para dar fuerza al reclamo de paz, para tornar más

eficiente la defensa de la libertad, para dar, en fin, un ámbito sonoro y

conveniente a la preocupación por la justicia.

2.3.1. Integración

Al respecto, Caldera (1970) manifiesta que los objetivos de la

integración se hacen más claros cada día en el ambiente latinoamericano.

Como se sabe que la integración en si no constituye objetivo final, sino que

constituye más que todo un mecanismo instrumental para obtener metas

fundamentales y para lograr determinados objetivos.

Esas metas son más que comerciales: el propio preámbulo del Tratado

de Montevideo habla de una progresiva complementación e integración de

73

las economías nacionales basada en una efectiva reciprocidad de beneficios.

Esta palabra complementación se entiende que no fue escrita por azar, y que

ella misma representa no la simple suma de situaciones existentes sino la

cooperación de los esfuerzos para lograr objetivos ambiciosos y nuevos.

Igualmente, Caldera (1970) señala que se piensa que ni siquiera

meramente económicas tienen que ser las metas de la integración, sino que

se tiene mucho que lograr en el campo de la educación, y en el campo casi

inexplorado, pero fundamental y urgente para que los países latinos puedan

arrancarse de la frente la etiqueta del subdesarrollo, el campo de la

investigación tecnológica y científica.

Cada vez se hace más claro que la dependencia es tanto mayor cuanto

sea menos capaz de investigar a base de las propias realidades, del propio

contingente humano, dentro de la universalidad de la ciencia pero con

conciencia clara de la propia y determinada identidad.

Por eso se debe tener fija la vista en el objetivo de sumar voluntades,

con la calidad de primer orden que se tienen en el talento humano, para que

los esfuerzos a veces perdidos, a veces prófugos del propio continente por

una imposición misma de las realidades económicas sobre las exigencias de

la misma tarea científica, se pueden concentrar, complementar y armonizar,

para que América Latina llegue a hablar de quien a quien con los otros

pueblos del mundo en materia de ciencia y de tecnología.

2.3.2. Justicia Social

Para Caldera (1970) es prodigioso el desarrollo de la idea de justicia

social, corno algo consustancial en la actualidad. La regla del suum cuique

74

tribuere no puede agotarse en la mera expresión matemática de dos igual

dos, es decir, de que entre personas que ocupan posiciones diferentes en la

sociedad y que son todas miembros de un cuerpo común, los deberes de

cada uno frente al otro tengan que medirse por una simple ecuación, pesarse

fríamente en los platillos de una balanza inflexible, o imponer los términos de

una negociación pretendidamente libre en que una de las partes, llevando

toda la ventaja, impone todas las cargas a la otra y se reserva para sí todos

los beneficios.

La idea de justicia, según la clasificación aristotélico-escolástica, refleja

tres aspectos: uno, para la mera relación igualitaria entre un particular y otro;

los dos restantes, para relaciones derivadas de una variada matización de

factores y de responsabilidades, que establecen lo que cada uno debe a la

comunidad y lo que la comunidad debe a cada uno.

No es que esta idea, que al decir de Delos en sus palabras arribas

citadas debe hacer de aquella época la época de la justicia social, sea una

idea inventada por los hombres en la etapa que se está viviendo. Caldera

(1970) sostiene que la justicia social no es una creación nueva, sino que

constituye la adaptación a nuevas necesidades del viejo concepto de justicia

social o general que tan claramente desarrolla el pensamiento de Tomás de

Aquino.

Asimismo, Caldera (1970) enuncia que empujada por la presión

tremenda de la cuestión social, la idea de justicia social se ha abierto paso

arrolladoramente en la conciencia de la humanidad. Ella preside los mejores

75

esfuerzos jurídicos de la humanidad de nuestro tiempo. No era posible dejar

abandonada a su .suerte, en aras de un rigorismo frio, ante una justicia con

los ojos vendados, dispuesta con su espada a dividir, a una sociedad que

reclamaba más bien el que se vigorizara la conciencia de un común origen y

de un común destino para fortalecer los vínculos entre quienes actúan en

planos diferentes, pertenecen a estratos distintos, se mueven en avientes

diversos.

No se puede sustituir el abandono del trabajador ante la omnímoda

voluntad del patrono, del deudor ante la implacable acción del acreedor, del

pobre ante el poderío expansivo del rico, del débil ante la fuerza opresiva de

los privilegiados. Fueron los hechos mismos, el lenguaje rudo de la historia,

lo que abrió paso a una nueva concepción filosófica.

Pero, por lo mismo el triunfo estaba asegurado de antemano. Las

nuevas construcciones científicas, las nuevas aplicaciones prácticas llevan

un sello de justicia social. No se reduce todo a ella, pues a su lado subsiste la

justicia conmutativa para regular obligaciones contractuales y otras

relaciones jurídicas entre los individuos; pero sea cual fuere su posición, todo

hombre que comprenda el problema de esa época y sienta la necesidad de

resolverlo para que la humanidad continué su marcha, defiende algún

concepto de justicia social.

Para Caldera (1970) es el bien común el fundamento y a la vez el

objetivo de la justicia social. Las consecuencias de esta idea son de una

dimensión impresionante Recuérdese algunas que han sido señaladas, a

76

saber en virtud de la justicia social, el salario deja de ser el precio del trabajo,

considerado como mercancía, y se convierte en la remuneración del

trabajador, que debe ser esencialmente compatible con su carácter de

persona humana.

Con su derecho a fundar y a mantener decorosamente una familia y a

aspirar una vida mejor; en la idea de justicia social está la mejor base para

trazar las normas que tiendan a una más justa distribución del producto de la

actividad económica, y en ella se fundan las mejores normas para combatir la

usuta y para rechazar la idea del lucro por el lucro; la justicia social hace

incompatible el ordenamiento jurídico con el sistema de libre concurrencia

anárquica, y de ella se desprende [a idea de que el orden social reclama un

entendimiento armónico de todos Los grupos y mecanismos que integran la

actividad económica.

De acuerdo con Caldera (1970) se cree que es la idea de justicia social

la que ampara de modo particular a los menores abandonados o en peligro,

frente a la sociedad, obligada con ellos y aun frente a sus mismos padres. Se

cree que es la idea de justicia social lo que en el campo de la legislación

agraria consagra el derecho a la tierra para quien la trabaja y establece

normas de proyección incalculable para acabar el latifundio estéril o

parasitario y abrirle paso a un régimen en el cual el trabajo, reposando sobre

la idea de la persona humana y sobre la institución de la familia, se convierta

en el mejor título para el ejercicio del derecho.

El principio de la progresividad en el impuesto, y otras manifestaciones

reforma fiscal, como las que tienden a la eliminación de los impuestos

77

indirectos, al establecimiento de un mínimo familiar no imponible a otras

modificaciones sustanciales de la organización tributaria; la extensión de la

seguridad social, que constituye uno de los hechos más característicos de

nuestro tiempo, y el desarrollo de un amplio sistema de estímulo y protección

a los grupos sociales especialmente a aquellos de carácter institucional que

permiten una satisfacción indispensable para el instinto de sociabilidad del

hombre, no son sino algunas de las muchas y trascendentales

consecuencias que ha tenido el concepto de justicia social.

De igual manera, Caldera (1970) señala que la justicia social se ha

defendido apasionadamente., se define siguiendo textos que constituyen

norma clara y segura como la que exigen de todos y cada uno de aquello que

es necesario para el bien común. Su sujeto es la comunidad. No es atributo

de un individuo frente a otro, ni de un grupo o clase social frente a otro

estamento o estrato: es atributo de la comunidad, la cual, en nombre y a

veces a través de cada hombre o de cada grupo, exige lo necesario para que

pueda realizarse el objeto básico de la sociedad social, a saber, la

conservación de la convivencia y el progreso y perfeccionamiento de los

asociados.

3. Sistema de categoría

3.1. Definición nominal

La Integración Latinoamericana.

78

3.2. Definición Conceptual

La integración latinoamericana, de acuerdo al Dr. José Antonio Mayobre

(quien fue Secretario General de la SEPAL), cuyo discurso planteaba en los

consejos interamericanos económico y social, refiriendo a la economía de

América Latina

Así como la integración de todos estos países, definiendo la Integración

Latinoamericana, como una unidad de acciones a través de las cuales los

países de Latinoamérica así como los del Caribe, basado en la simililitudes

de estos pueden unir esfuerzos en materia político social, así como en

relaciones culturales, ideológicas, religiosas y lingüísticas, así como las

estrategias geopolíticas que permiten el desarrollo integral de los Estados

estableciendo convenios entre los estados que conforman el subcontinente,

mediante fines políticos, económicos y diplomáticos.

3.3. Definición Operacional

Para el investigador, la Integración Latinoamericana, es un proceso

mediante el cual se busca la unión de los países, permitiendo ello unir

esfuerzos en lo político, económico, social, impactando en el desarrollo de

los estados así como en los procesos culturales de sus nacionales,

resguardando la soberanía de cada uno, a través de convenios y relaciones

diplomáticas que permiten el avance, mediante procesos de integración

influenciados por la geografía de estos.

79

Cuadro 1

Operacionalización De La Categoría

Fuente: Ortega (2013)

Objetivo General: Analizar la Integración Latinoamericana bajo la Concepción de la Democracia Cristiana, en Venezuela durante el Periodo Presidencial de Rafael Caldera (1969 – 1974). Objetivos Específicos

Categoría Sub Categoría Unidad de Análisis

Describir la concepción de la democracia cristiana en Venezuela

La Integración Latinoamericana bajo la Concepción de la Democracia Cristiana, en Venezuela durante el Periodo Presidencial de Rafael Caldera (1969 – 1974).

La Concepción de la Democracia Cristiana

• Democracia • Democracia cristiana • Características de la Democracia Cristiana • Principios de la Democracia Cristiana

Analizar la concepción de la integración latinoamericana en Venezuela en el periodo de 1969 – 1974

La Concepción de la Integración Latinoamericana en Venezuela en el Periodo de 1969 – 1974

• Características • Objetivos • Ventajas y desventajas • Importancia • Marco Legal

Identificar las propuestas del Bloque Latinoamericano del Presidente Rafael Caldera 1969 – 1974

Propuestas del Bloque Latinoamericano del Presidente Rafael Caldera

Integración Justicia Social

Determinar la vigencia de las propuestas del Bloque Latinoamericano del Presidente Rafael Caldera 1969 – 1974 en la Venezuela del siglo XXI.

Vigencia de las Propuestas del Bloque Latinoamericano del Presidente Rafael Caldera

• Objetivo a ser cumplido en los resultados de la Investigación