la educación tecnológica en colombia
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IV. ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
La rápida expansión de la modalidad tecnológica, durante la década anterior, estuvo apoyada en un conjunto de expectativas optimistas sobre su contribución al desarrollo económico, a la productividad laboral, a la mayor adecuación entre la educación superior y la estructura ocupacional, a la diversificación de la oferta curricular y a la democratización del acceso social a la educación superior.
Sin embargo, tanto la fundamentación conceptual como la justificación ocupacional o referente externo de esta modalidad han sido muy débiles, fueron escasa y superficialmente debatidas, y no fueron corroboradas por la experiencia y la investigación.
La importancia potencial de este tipo de educación, tanto para el desarrollo industrial del país como para la diversificación y democratización de las oportunidades de educación superior, motivó la realización de un estudio acerca de las principales características de la oferta de educación tecnológica y de la demanda o necesidad ocupacional de sus egresados1. A continuación se presentará una síntesis de los principales resultados de este estudio.
El estudio "Evaluacicm de la eficacia externa de la educación tecnológica en Colombia" se realizó en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional durante el período 1988-1990 y fue parcialmente financiado por Colciencias.
EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
CARACTERÍSTICAS DE LA O F E R T A DE EDUCACIÓN
T E C N O L Ó G I C A EN COLOMBIA
La primera parte del estudio tuvo como objetivo analizar la principales características de la oferta de programas de formación tecnológica. Con este propósito se utiliza una metodología de carácter cualitativo, basada en la realización de diversas entrevistas a directivos y docentes de las principales instituciones, públicas y privadas, de formación tecnológica en Bogotá, Medellín, Pereira y Cali. Estas entrevistas fueron complementadas con visitas de observación a dichas instituciones y con la realización de foros y debates con docentes y estudiantes sobre la problemática de la educación tecnológica en su institución y en el país.
Los principales parámetros de análisis de esta modalidad educativa, seguidos tanto en las entrevistas como en las visitas y los foros, fueron los siguientes:
- Programas de educación tecnológica (tipo y número).
- Origen inicial de programas y / o instituciones. - Concepto o definición de educación tecnológica. - Diferencias y similitudes entre técnico y teenólogo. - Diferencias y similitudes entre teenólogo e ingeniero. - Objetivos curriculares del programa. - Criterios de planeación curricular. - Contenidos humanísticos del programa. - Contenidos científicos del programa. - Contenidos de la formación tecnológica específica. - El papel de la práctica y de la formación científica en
la educación tecnológica. - El papel del diseño en la educación tecnológica. - Estudios de seguimiento de egresados. - Métodos de previsión del número de graduados re
queridos. - Importancia económica y ocupacional atribuida a la
formación de tecnólogos.
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- Papel del Icfes en la orientación de la modalidad tecnológica.
Es importante aclarar que algunas de las reflexiones y resultados de esta parte de! estudio no son aplicables a todas y cada una de las instituciones y programas tecnológicos debido a que una de las características fundamentales de este tipo de formación ha sido su alto grado de heterogeneidad y desigualdad entre instituciones y programas, tanto en relación con la calidad de la educación impartida y con la infraestructura o dotación (equipos, talleres, bibliotecas, laboratorios, etc.), como con la conceptualización de las relaciones entre la ciencia, la tecnología y la técnica. Sin embargo, estos resultados constituyen una visión comparativa global sobre las principales características de la oferta de formación en esta modalidad.
La oferta de programas de educación tecnológica fue altamente heterogénea y diversificada. A finales de la década anterior existían 315 programas en nueve (9) áreas del conocimiento. Estos programas estaban distribuidos según el tipo de institución: 81 en universidades, 66 en instituciones universitarias y 168 en instituciones tecnológicas.
Las áreas del conocimiento eran:
1. Agronomía, veterinaria y afines: 24 programas 2. Bellas artes: 15 programas 3. Ciencias de la educación: 17 programas 4. Ciencias de la salud: 8 programas 5. Ciencias sociales, derecho
y ciencias políticas: 16 programas 6. Economía, administración, contaduría
y afines: 142 programas 7. Humanidades y ciencias religiosas: 1 programas 8. Ingeniería, arquitectura, urbanismo
y afines: 79 programas 9. Matemáticas y ciencias naturales: 13 programas
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De las 274 instituciones existentes sólo unas pocas, principalmente públicas, tenían la infraestructura técnica (equipos, laboratorios, bibliotecas) necesaria para una formación tecnológica de calidad. Por tanto, la mayor parte de los programas no cumplía los requisitos educativos mínimos y eran producto del fenómeno de la comercialización privada de esta modalidad educativa.
La ambigüedad y generalidad del Decreto 080
Debido a la ya analizada ambigüedad conceptual de este decreto, durante más de una década de vigencia cada institución interpretó de maneras muy diversas y aun antagónicas entre sí el concepto de educación tecnológica. Cada una elaboró su propia interpretación particular del concepto y del contenido de las tres dimensiones curriculares básicas de la modalidad tecnológica: la humanística, la científica y la tecnológica específica. Existieron, por tanto, diferencias y contradicciones conceptuales de fondo entre una institución y otra en relación con la esencia y objetivos de la educación tecnológica.
A continuación se analizan cinco diferentes interpretaciones sobre educación tecnológica encontradas en el estudio, las cuales confirman la hipótesis del alto grado de ambigüedad, heterogeneidad y aun contradicción, existente en la conceptualización de este tipo de formación.
La creencia en la división funcional del trabajo entre el técnico y el teenólogo
Para algunas instituciones, en el mercado de trabajo existe una clara división y especialización de funciones entre el técnico, el teenólogo, el teenólogo especializado y el ingeniero. Estas diferentes categorías ocupacionales correspondían a las enunciadas en el Decreto 080. Las supuestas diferencias se basaban en conceptos sobre el funcionamien-
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to del mercado de trabajo y de la estructura ocupacional, según los cuales existiría una estrecha correspondencia funcional entre la oferta de programas educativos (diversos tipos y niveles de calificación laboral) y las necesidades ocupacionales del sector productivo. Se suponía entonces una relación entre las ideas de los educadores sobre el mercado de trabajo y la manera real de funcionamiento de éste.
La diferenciación en la oferta de formación para las categorías ocupacionales antes mencionadas se basaba en un conjunto de supuestos sobre el mercado de trabajo:
a) Que éste funciona según la anterior división y especialización del trabajo;
b) que las categorías ocupacionales de técnico y tecnológo son funcionalmente diferenciadas entre sí;
c) que no se dan procesos de sustituibilidad entre el técnico y el teenólogo en el mercado de trabajo;
d) que los empresarios tienen conceptos claros y objetivos sobre las necesidades de formación para cada puesto de trabajo;
e) y que existe una estrecha relación positiva entre educación, remuneración y ocupación.
El teenólogo como un cuasi-ingeniero
Para otras instituciones, por el contrario, los supuestos anteriores son falsos, pues existe un alto grado de sustituibilidad en el mercado de trabajo entre algunos niveles ocupacionales y tipos de formación de la fuerza laboral. La sustituibilidad es una estrategia de flexibilidad y adaptabilidad en la utilización de la fuerza laboral, que afecta principalmente a aquellas ocupaciones y oficios que no requieren un alto nivel de calificación, y que pueden ser aprendidas con rapidez y eficiencia ya sea a través de la experiencia en el trabajo (como es el caso de muchos trabajadores calificados con experiencia) o por cualquier trabajador con una buena educación secundaria.
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En algunas instituciones se planteaba además que la formación técnica profesional debería pertenecer al SENA, que en el Decreto 080 esta modalidad se debería eliminar por completo de la educación superior y ubicarla en esa institución.
Por otra parte, se postulaba al teenólogo como un "cuasi ingeniero", en el sentido de ser casi un ingeniero pero más especializado que éste, y que conocería mejor su especialidad. Este debería, además, poseer la fundamentación científica básica de su área de especialidad, que lo capacitaría para la investigación y el desarrollo tecnológico. Su principal diferencia con el ingeniero residiría en el mayor grado de especialización, lo que lo haría menos versátil y menos adaptable a otras áreas de la actividad. Se criticaba la formación del ingeniero en el país que enfatiza la teoría matemática y otras áreas científicas, descuidando la formación de la capacidad práctica, de diseño y desarrollo de prototipos, de experimentación e innovación tecnológica, la cual se supone es la principal ventaja comparativa del teenólogo. Subyacía en esta concepción la crítica a la formación de ingenieros en el país, lo que implicaba entonces una mayor relevancia técnica y ocupacional del teenólogo.
La evolución del rótula de técnico a teenólogo sin diferencias esenciales entre ambos
Para algunas instituciones y programas tecnológicos no existiría ninguna diferencia ocupacional entre el técnico y el tecnológo. Las supuestas diferencias entre ambos serían puras especulaciones académicas o burocráticas inventadas por el Icfes o por instituciones privadas debido a intereses económicos2.
En el capítulo anterior habían sido analizadas las diferencias formales y reales entre ambas modalidades en el Decreto 080.
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El antiguo concepto de carreras cortas o intermedias, vigente en el país desde los años 60, evolucionó hacia el concepto de modalidades de formación intermedia profesional y educación tecnológica, con estatus de educación superior según el Decreto 080.
La principal fuerza o factor en esta evolución conceptual fue el interés de las instituciones de carreras cortas e intermedias por lograr mayor estatus institucional y académico, la búsqueda de reconocimiento y legitimidad como instituciones de educación superior y la consiguiente ampliación de su mercado de formación. Por esta razón, muchas de las actuales instituciones o programas de formación técnica-profesional evolucionarían paulatinamente hacia el nivel tecnológico y aun hacia el nivel universitario.
Ésta fue la propuesta de las principales organizaciones gremiales (Acopicet, Aciet) presentada al Ministro de educación, en la que se señalaban una serie de pasos y requisitos para que los planteles tecnológicos pudieran convertirse en instituciones de carácter universitario. La propuesta de requisitos escalafonarios ejemplifica el papel gremialista de estas organizaciones en la defensa de los intereses particularistas de dichas instituciones.
Lo que realmente cambió fue el título, rótulo o denominación formal de los programas, pero no el concepto de educación tecnológica. Los programas técnicos fueron continuamente re-rotulados como tecnológicos sin que, en esencia dejaran de ser técnicos.
En efecto, con excepción del número de ULA en las instituciones y programas estudiados, no se encontró una diferencia fundamental en la concepción curricular entre la formación técnica y la tecnológica. Ésta fue definida con frecuencia como la capacitación práctica para tareas específicas. La fundamentación científica, o aquel porcentaje de materias que proveerían la base científica de la tecnología específica, se reducía generalmente a algunos cursos de física o química, de carácter abstracto, aislados, muchas veces de índole remedial o compensatoria de las deficiencias del bachillerato, o a un conjunto de cursos de matemá-
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ticas aplicadas, de cálculo y de estadística, que no constituyen la base científica de la tecnología específica, sino un instrumento de trabajo intelectual necesario para cualquier carrera o profesión.
La educación tecnológica se redujo, en la práctica, a la capacitación para tareas u oficios muy puntuales (mantenimiento, supervisión...), tareas para las cuales el SENA ha constituido una opción de formación mas rápida y eficiente. Predominaba el concepto de que la educación tecnológica debía ser práctica, pragmática, de que se debía adaptar a las necesidades ocupacionales y a las demandas del mercado. Se postulaba también que la diferencia esencial entre la formación del SENA y la educación tecnológica residía en qu.e ésta capacitaría para el manejo de un repertorio más amplio de técnicas productivas. Sin embargo, no creaba la capacidad de adaptación e innovación tecnológica, lo que en la práctica la reducía a una instrucción técnica un poco más amplia que la impartida por el SENA.
La irrelevancia de lo tecnológico en muchos programas de formación tecnológica
Aproximadamente el 60% de los 315 programas tecnológicos existentes a principios de esta década no tenían nada que ver con la tecnología basada en ciencias naturales, sino con áreas como administración, educación, artes y servicios sociales. Al respecto es necesario acotar que ha sido altamente cuestionada la legitimidad o validez de la ubicación de estas áreas en la modalidad tecnológica. Por ser de carácter interdisciplinario y humanista, no deberían pertenecer a esta modalidad.
La ambigüedad y escasa fundamentación del concepto de educación tecnológica en el Decreto 080, facilitó la proliferación de programas supuestamente tecnológicos en áreas como educación preescolar, en diversas aplicaciones específicas de la administración, en enseñanza de las artes y en servicios sociales.
En el caso de la administración, los programas tecnoló-
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gicos constituyen una formación práctica y altamente especializada sobre algunos campos específicos de aplicación de las ciencias administrativas como las finanzas y la banca, el turismo, los bienes raíces, etc., que niegan la amplia base interdisciplinaria de la ciencia administrativa y reducen la formación a métodos y procedimientos prácticos, estandarizados y muy estructurados. De esta manera, la amplia formación interdisciplinaria, propia de las ciencias administrativas, se restringe a una formación técnico-práctica.
La calidad de la educación en el área de administración debería de estar basada en la formación de la capacidad de polivalencia y adaptabilidad a diferentes situaciones, problemas y campos de aplicación del saber administrativo, en lugar de la especialización en prácticas y procedimientos específicos y altamente estructurados, propios de algunos subsectores o campos de aplicación de la administración. Esta reducción limita además de lo anterior las posibilidades de empleo de los graduados, no genera capacidad creativa y aumenta la vulnerabilidad ante el desempleo tecnológico.
Debido a la ambigüedad y débil fundamentación conceptual de la modalidad tecnológica, muchas instituciones, generalmente privadas, ofrecieron programas en áreas del conocimiento que poco o nada tenían que ver con el saber tecnológico. En efecto, a finales de la década del 80 más de la mitad correspondía a estas áreas, que no deberían estar ubicadas en esta modalidad.
Los principales afectados por esta situación irregular fueron los estudiantes de los programas mencionados. Muchos de ellos han enfrentado una difícil competencia en el mercado de trabajo, y aun exclusión y rechazo social en la práctica, por parte de los licenciados en la misma área. Por ejemplo, es bien conocido el caso de los tecnólogos en fono-audiología, quienes no son aceptados por los licenciados egresados de las universidades. Aquéllos no pueden competir en el mercado de trabajo público al no poder ingresar al escalafón dado que su nivel de formación no es aceptado.
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El problema entonces reside en la legitimidad del concepto de "tecnología" para estas áreas del conocimiento.
La redundancia ocupacional del teenólogo en algunos sectores productivos
En las diversas instituciones estudiadas se evidenció la ausencia de consenso respecto a la necesidad o demanda ocupacional específica por el teenólogo, tema esencial en la justificación social de la educación tecnológica y de sus instituciones. En algunas de éstas se postulaba la ausencia de diferencias ocupacionales entre el técnico y el teenólogo, en diversos sectores productivos. Las diferencias postuladas por algunas instituciones serían más bien el producto de conceptos burocráticos o académicos que no son relevantes en el ámbito concreto de la producción3.
Un ejemplo evidente lo constituye un programa de formación de técnicos que, al tener que ser presentado al Icfes para su aprobación, fue autorizado como programa "tecnológico", para sorpresa de sus directores quienes ni siquiera habían pensado que era importante el concepto o el rol del tecnológo en ese sector específico de la producción. La institución empezó entonces a ofrecer programas tecnológicos sin habérselo propuesto y sin desear hacerlo, gracias a la lógica burocrática del Icfes. El currículo original de formación técnica fue aprobado como de nivel tecnológico. Así, se ejemplifica la manera arbitraria y subjetiva como se aplicó el Decreto 080.
A nivel conceptual se ha argumentado la existencia de diferencias cualitativas entre el técnico y el teenólogo, pues aquél debería tener algunos conocimientos teóricos, aunque es más práctico, mientras éste debería tener más conocimientos teóricos y mayor capacidad administrativa, dado que se supone estar más cerca del ingeniero que del obrero
Véase el análisis anterior sobre las diferencias formales y reales en la oferta de formación técnica y tecnológica.
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calificado. Sin embargo, en algunos sectores productivos no existe ninguna diferencia ocupacional entre técnico y teenólogo; para ambos existen los mismos puestos con las mismas funciones y niveles de remuneración. Esto se debe a la conjunción de diversos factores económicos, tecnológicos y organizacionales, que serán analizados más adelante en el subcapítulo referido a la demanda ocupacional por tecnólogos4.
Otros resultados de este estudio se refieren a la dimensión pedagógica y a la formación humanística en la oferta de educación tecnológica.
La dimensión pedagógica
Entre las varias instituciones estudiadas sólo se encontró un programa basado en un currículo y en una concepción pedagógica orientada hacia el aprendizaje por experimentación, por búsqueda individual del estudiante, por indagación y por el desarrollo de nuevos modelos o prototipos. En general, los programas tecnológicos se han caracterizado por una práctica pedagógica formal, tradicional, altamente estructurada, basada en profesores de hora-cátedra que se limitan a dar su clase y a quienes no les interesa el seguimiento tutorial del alumno. La práctica pedagógica prevaleciente se deriva de los conceptos más primitivos de la instrucción programada, orientados hacia el logro de objetivos de aprendizaje específicos y rígidamente definidos desde el principio del proceso de instrucción.
En algunas instituciones estudiadas se negó explícitamente la importancia de la creatividad y de la capacidad de innovación en el teenólogo, al considerar que estas cualidades, postuladas como deseables en el Decreto 080, no serían propias del teenólogo sino del ingeniero y del científico. El
Véase en particular el tema de la "sustituibilidad" en el mercado de trabajo.
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teenólogo era concebido como un empleado eficiente, bien capacitado y ubicado dentro de un rango intermedio en la estructura ocupacional. Su escalafón lo define sólo en roles de mantenimiento preventivo y de operación de equipos específicos o de tareas altamente estructuradas.
Esta crítica situación educativa y pedagógica plantea la necesidad de investigar y evaluar más a fondo la calidad de la oferta de educación tecnológica:
¿Cuáles son los objetivos educativos deseados y qué tipo de profesional se quiere formar? ¿Cuáles son los recursos e infraestructura disponibles para la enseñanza de índole tecnológica? (bibliotecas, centros de documentación, talleres, laboratorios, etc.).
- ¿Cuál es el porcentaje de docentes de tiempo completo o de cátedra que existe en las instituciones?
La formación humanística
En muy pocas de las instituciones estudiadas se encontró un verdadero interés en la formación humanística de los estudiantes. Las escasas asignaturas que conformaban esta área, se utilizaban para diversos cursos ajenos a la formación humanista, como inglés, deportes, redacción de informes, métodos de estudio, entre otros.
Sólo en pocos programas fue posible encontrar un concepto de formación humanista que pretendiera analizar el papel del teenólogo en la sociedad, el papel de la ciencia y la tecnología en el desarrollo económico y social de la humanidad y en el desarrollo industrial nacional, que integrara la historia de la ciencia y la tecnología con ia historia del país, y que formara la capacidad de evaluación de las consecuencias sociales, económicas y políticas de la innovación tecnológica.
La formación humanística fue reducida a cursos triviales, o a temas genéricos de historia o economía, pero sin
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integración con la técnica en cuanto producto cultural y político y en cuanto generadora de efectos sociales, económicos y culturales de gran significación en la vida cotidiana. Ha primado el concepto de que la formación tecnológica se reduce a la calificación meramente ocupacional y que lo humanístico no contribuye a la formación integral de este profesional. Estos valores o conceptos inciden en que las humanidades no hayan sido valoradas sino percibidas como 'costura' o 'relleno' curricular o como requisito impuesto por el Icfes.
La interacción entre lo general y lo profesional no se reduce a la problemática de la instrucción técnica y vocacional. La naturaleza de esta interacción es un problema central en la educación científica, humanística y tecnológica de nivel superior.
En efecto, en la educación científica se presenta comúnmente la desarticulación entre el conocimiento científico (ia teoría) y la práctica "...que es donde se verifican las hipótesis en vez de exponerlas, donde se descubren las leyes en vez de aprenderlas" (Faure, págs. 126-127). No se resalta la parte de espíritu creador, de intuición, de imaginación, de entusiasmo y de duda que implica la actividad científica.
También es muy coimln una profunda separación o dicotomía entre las ciencias humanas y sociales y las exactas y naturales, lo que conlleva una formación comparti-mentalizada y estrechamente disciplinaria. Como resultado, se limita la comunicación entre los humanistas y los científicos; éstos y aquéllos se forman con una visión limitada e insuficiente de ambas áreas del conocimiento, se generan las "dos culturas" analizadas por C. P. Snow: la humanista tecnófoba y la tecnocéntrica, con sus respectivos sesgos, ya sea de optimismo en determinismos técnicos y económicos, o de rechazo al progreso técnico y de refugio en humanismos idealistas y utópicos. En ambos casos se forman, tanto científicos y técnicos social y políticamente ingenuos e irresponsables de sus acciones, como humanistas ignorantes y recelosos de los efectos y potencialidades sociales del progreso técnico. El científico sin formación
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humanis ta se desconoce a sí mismo, y desconoce la historia social y cultural del contexto en el que actúa. El humanis ta sin conocimiento de las bases científicas y tecnológicas de la sociedad contemporánea desconoce uno de los factores más poderosos de cambio social, económico y cultural .
...la vida intelectual de la sociedad occidental, en su conjunto se está viendo cada vez más escindida en dos grupos polarmente opuestos... Los intelectuales literarios en un polo, y en el otro los científicos... Entre ambos polos un abismo de incomprensión mutua.. Los sentimientos de un polo pasan a ser los anti-sentimientos del otro... Tal polarización es una mengua indiscutible para todos nosotros. Como personas humanas y como sociedad. Es una mengua que nos afecta tanto en la esfera de lo práctico como en la esfera intelectual y en la actividad creadora... (Snow, págs. 13, 14 y 21).
La separación cultural, mediante una experiencia educativa diferente, es causa de crecientes dificultades de comunicación, de entendimiento , de participación política y de formación de una ident idad nacional. Este fenómeno a sume una gran importancia política en Colombia, dada la creciente necesidad de un consenso nacional básico frente a las pr ior idades y opciones del país. La deficiente formación hLimanista en la instrucción tecnológica en el país genera una profunda diferenciación cultural entre los estudiantes de esta moda l idad y los demás estudiantes universitarios, que va en contravía de una política educativa que busque la mayor integración y comunicación entre los c iudadanos de u n país (Snow, 1971; Davenpor t , 1979).
La creciente separación entre las dos culturas plantea la necesidad de reformas curriculares orientadas hacia la integración de la formación técnica en la educación general.
Los conocimientos técnicos revisten una importancia vital en el mundo moderno y deben formar parte de la instrucción básica de cada uno... La enseñanza de la tecnología, a nivel conceptual, debería permitir a cada uno comprender
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los medios merced a los cuales puede cambiar su ambiente... En el plano de la práctica, un conocimiento rudimentario de los procesos tecnológicos permitirá al individuo valorar los productos de la técnica, escogerlos y hacer de ellos un uso mejor (Faure, pág. 128).
Esta separación se refleja en la desarticulación entre la enseñanza de las ciencias y la enseñanza de las tecnologías. Éstas son el medio de pasar de lo científico a la investigación y el desarrollo; son el medio de comprobación y verificación de teorías e hipótesis. El saber científico es cada vez más ' tecnologizado' en cuanto depende de ins t rumentos tecnológicos para el descubrimiento de nuevos conocimientos.
Sin embargo, se efectúa un corte tajante entre las ciencias y las tecnologías, éstas no se articulan en la formación, lo que es perjudicial para ambas. Por una parte , sin ins t rumentos tecnológicos apropiados la ciencia se torna estéril, improduct iva , por cuanto no cuenta con los medios de medición, observación y control de la naturaleza. Éste es el proceso de ' tecnologización' de la ciencia. Por su parte , el conocimiento tecnológico no p u e d e crear, desarrollar, diseñar nuevos bienes y servicios, en ausencia de bases científicas sólidas, lo que implica la creciente cientifización de la tecnología.
La Tecnología...puede considerarse como la introducción, en las técnicas de producción empíricas e intuitivas, de una reflexión abstracta vinculada a un pensamiento formalizado. Es, por ejemplo, la introducción de un pensamiento lógico-matemático en la producción artesanal o manufacturera, o en el proceso de intercambio. Esto supone la capacidad de teorizar ciertos problemas técnicos sobre la base de una concepción científica, creando así un vínculo orgánico entre ciencia y técnica (Cartón, pág. 15).
En la educación técnica y tecnológica el principio de una instrucción común de carácter general y politécnico es garantía de la movil idad profesional ulterior de los a lumnos y de su capacidad para continuar su formación. Esta
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capacidad es cada vez más necesaria en el m u n d o contemporáneo debido a la aceleración del cambio tecnológico y la consiguiente transformación de las ocupaciones, oportunidades de trabajo y requerimientos de calificación. El ráp ido cambio técnico y tecnológico en todos los sectores p roductivos genera la obsolescencia de conocimientos, técnicas y habi l idades tradicionales. Emergen también nuevas ocupaciones y profesiones, así como nuevas opor tun idades de cambio de profesión a lo largo de la vida. Cada vez son menos comunes los itinerarios profesionales lineales y permanentes .
Los anteriores son factores económicos y ocupacionales que señalan la necesidad creciente de la capacidad intelectual básica para la formación y recalificación continuas, y ia actualización profesional permanente , las cuales d ep en d en no tanto de la formación técnica y profesional específica sino de la formación de las capacidades intelectuales básicas, propias de la educación de carácter general.
...la enseñanza general es a la enseñanza profesional lo que lo útil es a lo utilitario, en el sentido en que la primera tendería a desarrollar una capacidad de distanciarse, una aptitud para abstraerse de la realidad para poder apreciar la diversidad de las partes y el potencial de implicaciones, en tanto que la enseñanza profesional tendería a desarrollar una aptitud para pegarse a la realidad con el fin de dominar sus condicionamientos y procurar su transformación. Se sabe que lo útil no carece de consecuencias utilitarias y que lo utilitario resulta a veces muy útil.... (Cartón, pág. 62).
Los resul tados de este estudio sobre las características de la oferta de educación tecnológica en el país inducen a un conjunto de interrogantes sobre su calidad y relevancia, en el actual contexto de internacionalización y modernización de la economía nacional.
¿En qué p u e d e aportar esta moda l idad educativa, en su estado actual, para el desarrollo de una capacidad tecnológica propia? ¿Es posible la formación tecnológica sin una
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sólida base científica? ¿Cómo se define ésta y cómo se la articula con la tecnología específica? ¿Cuál es el nivel, la extensión y la profundidad de la base científica necesaria para la verdadera educación tecnológica?
Cuando se creó la Escuela Politécnica en Francia, durante la Revolución Francesa (1794), su objetivo fue sustituir la tradicional formación práctica-instrumental de las antiguas escuelas de artes y oficios por una formación científica básica para las diferentes aplicaciones industriales (León, A. 1961). Éste fue el concepto original de educación politécnica.
¿Qué ha sucedido en Colombia con ese concepto original? ¿Cómo se lo reinterpretó? ¿Cómo se lo implemento? ¿Cuáles han sido las instituciones, conceptos y prácticas representativas de la educación politécnica en el país? ¿Se ha perdido la base científica o se la ha trivializado en unos cuantos cursos de física o química, de carácter general, remedial, desarticulados de la tecnología específica? ¿Cómo se justifican las instituciones llamadas "tecnológicas", que no tienen una capacidad científica propia, como departamentos o facultades de ciencias, y que funcionan con base en cursos aislados, ya sea de carácter práctico o abstracto, dictados por profesores contratados por horas? ¿Será posible que estas instituciones impartan una formación que impulse el desarrollo tecnológico, si dicha formación está aislada y desarticulada, tanto de la base científica como de proyectos concretos de investigación y desarrollo científico-tecnológicos?
La precaria situación académica e institucional de la educación tecnológica en el país exige abrir y enriquecer la discusión acerca de las diferentes experiencias internacionales en este tipo de instrucción. Es necesario conocer otros objetivos y modelos de formación tecnológica, como los
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analizados en al capítulo I. El concepto de teenólogo, que estuvo vigente durante el Decreto 080 y que no ha sufrido modificación en la nueva Ley 30 de 1992, no existe en otros países. Este teenólogo es equivalente al técnico en muchos ámbitos. Tampoco existe la separación curricular e institucional, vigente en Colombia, entre la formación del teenólogo y la del ingeniero. Por ejemplo, en Alemania, el concepto de "teenólogo" equivale al ingeniero práctico especializado, egresado de las Fachhochschulen de nivel universitario. El análisis de la experiencia internacional permitirá visualizar diferentes objetivos y estrategias de formación del personal de alto nivel tecnológico.
Una conclusión importante de los resultados de esta primera parte de! estudio es la necesidad de revisar y cuestionar a fondo el concepto y la práctica prevalecientes de formación tecnológica en Colombia. Su estado actual ha sido más el resultado de acciones gremialistas en defensa de los intereses de instituciones con carreras cortas e intermedias, que de una sólida conceptualización sobre los objetivos y la esencia de la educación tecnológica. En Colombia, este tipo de formación ha carecido de una sólida fundamentación filosófica, económica y ocupacional. Es necesario un esfuerzo de conceptualización y organización de esta importante modalidad educativa, en el nuevo contexto jurídico y organizacional de la Ley 30 de educación superior
LA DEMANDA O NECESIDAD OCUPACIONAL
DEL TECNOLÓGO - ASPECTOS CONCEPTUALES
Ha sido muy escasa la investigación realizada en Colombia sobre la eficiencia interna y externa de la educación tecnológica. No se han verificado los supuestos sobre la identidad profesional del teenólogo, su demanda o necesidad ocupacional y sus diferencias con el técnico. Tampoco se han clarificado sus relaciones ocupacionales con el ingeniero y con el científico.
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La justificación ocupacional del teenólogo no h a s ido convincente. Numerosos interrogantes han surgido sobre la necesidad ocupacional de este n u e v o profesional intermedio. Para algunos, el rótulo de teenólogo intenta glorificar el bajo estatus social del técnico tradicional en el país5. Otros plantean que debido al proceso de cientifización de la tecnología, la formación tecnológica debe estar cada vez más basada en profundos fundamentos científicos y derivarse de éstos. Por tanto, la formación tecnológica debería ser, más bien, o el pr imer ciclo de formación en ingenierías o u n a especialización de pos tgrado en éstas o en las ciencias exactas y naturales.
Otros interrogantes se refieren a los efectos de la actual revolución científico-tecnológica sobre los países subdesa-rrollados y sus necesidades de calificación de los recursos h u m a n o s como condición para el desarrollo económico y social. Estas necesidades implicarían una formación tecnológica de alto nivel, con la adecuada fundamentación científica para lograr el desarrollo de tecnologías aprop iadas a las condiciones y pr ior idades de estos países (Gómez, 1988-a).
A continuación se analizarán brevemente a lgunos de los principales aspectos conceptuales que inciden en la problemática de la d e m a n d a o justificación ocupacional de la educación tecnológica. Se anal izarán los conceptos propuestos para tal justificación, los problemas de la medición de la demanda ocupacional, el fenómeno de la sustituibilidad en el mercado de trabajo, su diferenciación y segmentación el problema del subempleo o subutilización de los recursos h u m a n o s , las percepciones empresariales sobre el personal fénico, la ident idad profesional del teenólogo y los proble-
Esta postura desconoce que el perfil de calificación del técnico se ha elevado significativamente debido a los requerimientos ocupacionales de las nuevas tecnologías productivas basadas en microelectrónica e informática.
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mas de planeación curricular en la oferta de formación tecnológica.
Justif icación ocupacional de la educación tecnológica
Sobre la justificación de la educación tecnológica sólo se encuent ran algunas referencias ambiguas y generales a la supues ta necesidad del país de contar con una nueva categoría ocupacional l lamada "teenólogo o teenólogo profesional", der ivada de una pre tendida relación {ratio) ópt ima entre el n ú m e r o de profesionales universitarios tradicionales - inicialmente ingenieros y luego todas las profes iones-y el de nuevos tecnólogos.
Se supone que la educacicuT tecnológica "...se encuentra en el espacio o rango comprend ido entre la técnica operativa y el ejercicio de profesiones como la ingeniería, las ciencias agropecuarias , etc., ubicándose así el teenólogo, desde el p u n t o de vista ocupacional, más cerca del profesional clásico que del obrero calificado, y educacionalmente, en el ámbito de la educación super ior" (Mazo, 1981).
Este intento de definición ocupacional parece der ivarse más de las experiencias particulares de algunos países desarrollados, que del conocimiento de la estructura ocupacional y del funcionamiento del mercado de trabajo en el país, así como de los diversos factores que lo determinan6 .
En cuanto a la naturaleza de la relación ópt ima entre diversos niveles ocupacionales, ésta no ha sido convincen-
Entre los principales factores es necesario destacar los criterios y prácticas de selección y promoción de personal utilizados por los empleadores, el papel del sindicalismo en la formación de mercados internos de trabajo, el efecto de la devaluación educativa sobre el nivel educativo de la fuerza laboral, las políticas y prácticas de cambio tecnológico, los efectos de innovación tecnológica sobre el empleo y la estructura ocupacional, el paralelismo existente entre diversas modalidades escolares y extraescolares de formación para el trabajo, y el alto grado de sustituibilidad entre tipos y niveles de formación de la fuerza laboral.
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temente fundamentada. Los mismos tecnólogos nunca han llegado a acuerdos sobre su fundamentación conceptual y metodológica. Mientras algunos postulaban una relación óptima de 1:5, para otros ésta era de 1:7 ó de 1:2.
Sin embargo, lo más importante no es la disparidad de criterios sino la ausencia de bases conceptuales sólidas para la formulación de estos estimativos, los que representaron la extrapolación arbitraria, aplicada al caso colombiano, de relaciones ocupacionales existentes en algunos países desarrollados.
Esta extrapolación fue doblemente arbitraria; primero porque no existe una determinadaraf io ocupacional óptima entre los países desarrollados. Numerosos estudios comparativos entre países vecinos demuestran que no existe ni una estructura ocupacional homogénea ni una misma estructura de formación (French, 1986). Éstas varían significativamente en función de sus diferencias culturales y políticas. En países vecinos, como Francia y Alemania, se observa que industrias similares en capital, produccción y tecnología difieren de forma radical en sus estructuras ocupacionales y en el perfil educativo de la fuerza laboral (Maurice, Selier, & Silvestre,1982). Resultados similares se encuentran también en estudios comparativos sobre estructuras ocupacionales entre países con diversos niveles de industrialización.
En segundo lugar, aunque existiese una estructura ocupacional, homogénea y óptima en los países altamente industrializados, sería necesario fundamentar la validez de su extrapolación y de su proposición como estructura óptima y deseable en países con niveles y necesidades de desarrollo económico y social tan diferentes.
A las razones anteriores es necesario añadir que en las estructuras ocupacionales de diferentes países no existe una definición clara y unívoca de los papeles ocupacionales del técnico y del teenólogo, ni de sus requerimientos de formación (véase capítulo I). Ambas denominaciones forman parte del concepto genérico de "personal técnico" que incluye desde el obrero calificado, pasando por diferentes
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
niveles de técnicos (según cada país) y llegando al mgeniero de nivel universitario.
Por técnicos se entiende genéricamente al personal que "...cubre la distancia entre el límite superior de las actividades de los obreros calificados, y el límite inferior de aquéllas correspondientes al 'ingeniero de nivel universitario'" (French, pág. 17). El técnico es equivalente al empleado de mando medio o intermedio entre el ingeniero y el obrero calificado. Sin embargo, de esta definición tan general no se derivan las mismas definiciones ocupacionales y estructuras de formación entre los países.
Los objetivos, contenidos y duración de la formación, así como los diversos niveles de técnicos, varían significativa-uicTut enue paires, IJ.II algunos exiSiC un soiomvex. i n o iros existen dos o tres niveles: técnico inferior, medio y superior. En algunos países estos niveles son terminales y excluyen-tes entre sí, mientras en otros cada nivel puede permitir ia promoción al inmediatamente superior. En cuanto a la formación, en algunos países el técnico es el graduado de la secundaria técnica. En otros, de la educación postsecundaria técnica o del primer ciclo de los estudios de ingeniería (OECD, 1993). En cuanto a la definición ocupacional, en algunos países el técnico es sinónimo de ingeniero práctico, mientras en otros significa el personal de nivel medio con formación práctica (French, 1986).
Esta gran ambigüedad y variación en el concepto de técnico puede explicarse debido a que en el ámbito de la producción es muy difícil establecer una diferenciación unívoca entre la calificación requerida del obrero calificado y de los diversos niveles de técnicos. El umbral entre estas categorías ocupacionales es tenue y difuso. Éste depende, en gran medida, de las políticas y prácticas de selección, estratificación, remuneración y formación del personal, particulares a cada empresa productiva.
Relaciones entre educación, ocupación y remuneración
Una consecuencia importante de lo anterior es que las relaciones entre estas tres dimensiones no dependen tanto
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
de la cantidad y calidad de la oferta de formación sino de las políticas y prácticas, o modos, de manejo de la fuerza laboral por parte de las empresas (Hallak y Caillods, 1980; Gómez, 1981). Este concepto permite comprender el gran efecto en ia estructura ocupacional de las empresas, generado por la propiedad pública o privada, nacional o multinacional de éstas, por su tamaño, grado de sindicalización de la fuerza laboral; filosofía empresarial; políticas de formación en el trabajo, políticas de sustituibilidad entre tipos de formación y entre niveles ocupacionales, y otras características propias de las empresas y no del perfil educativo de la fuerza laboral.
La medición de la demanda ocupacional
La identificación y medición de la demanda ocupacional por tecnólogos, o por cualquier otro tipo de recurso humano, es una de las tareas más difíciles de realizar, tanto conceptual como metodológicamente, pues las características de la demanda por recursos humanos en la economía dependen de diversos factores que no son controlables por el sector educativo.
Entre los factores más importantes se destaca la influencia de las particularidades estructurales de las empresas sobre el modo de organización y utilización de los recursos humanos. Las principales características que inciden sobre la demanda y utilización de personal son el origen nacional o extranjero de la empresa, el control nacional o extranjero de la propiedad, el ser casa matriz o empresa única o filial de una corporación mayor, el tamaño de la fuerza laboral empleada, el grado de sindicalización de la fuerza laboral y la orientación política del sindicato, la existencia o no de convenciones colectivas de trabajo, de escalafones ocupacionales y de criterios o requisitos de ingreso y promoción en éstos, la posición oligopólica o competitiva de la empresa, el grado de innovación tecnológica en la producción, el ser industria de ensamblaje o de desarrollo de productos, la
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
importancia de las actividades de investigación y desarrollo tecnológico, etc. (Toharia, 1983).
El efecto diferencial de todos estos factores sobre las políticas y prácticas de selección, remuneración y utilización de la fuerza laboral hace que sea conceptual y metodológicamente muy difícil sustentar la necesidad de un programa curricular dado, sobre el supuesto de una necesidad objetiva, por tecnólogos no sustituibles (Gómez, 1983; Snodgrass, 1980).
El fenómeno de la sustituibilidad
La sustituibilidad entre tipos y niveles de formación y entre niveles ocupacionales o puestos de trabajo es otro factor importante. Estudios realizados acerca del funcionamiento del mercado laboral señalan la existencia de un alto grado de sustituibilidad en la mayor parte de los empleos caracterizados por una calificación no muy especializada o que puede ser adquirida con rapidez en el trabajo. Por otra parte, las escasas ocupaciones altamente calificadas, de alta especialidad o complejidad, que no pueden ser aprendidas de manera informal, no son sustituibles y son las que reciben los más altos niveles de remuneración.
Con respecto a los puestos de trabajo sustituibles, en la mayor parte de cualquier proceso productivo, se encuentra que son desempeñados con eficiencia por personal con diferentes tipos de calificación: egresados del SENA o del INEM, obreros calificados con experiencia, técnicos y tecnólogos, bachilleres que no ingresaron a la educación superior. Por tanto, sólo en las pocas ocupaciones no sustituibles es posible encontrar una estrecha relación positiva entre educación, ocupación y remuneración (Gómez, 1986).
La alta sustituibilidad laboral encontrada en el país es en gran parte el resultado de la coexistencia de diversas modalidades escolares y extraescolares de formación para el trabajo que compiten entre sí y cuyas respectivas diferencias son más bien de carácter formal institucional: la educación secundaria diversificada (INEM), la secundaria técnica,
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
la formación técnica profesional, la educación tecnológica, y la formación técnica y tecnológica del SENA. En este contexto de alta sustituibilidad y de competencia entre diversas modalidades de calificación para el trabajo es muy difícil sustentar sin equivocación los estudios de mercado o las demandas ocupacionales, comúnmente utilizados para justificar la organización de programas de formación tecnológica (Gómez, V. M., 1987).
La sustituibilidad ha sido identificada en estudios de caso en empresas o sectores específicos y en estudios realizados en amplias muestras de establecimientos industriales, con 25 o más trabajadores, en las ocho principales áreas metropolitanas del país (Briones, 1981). Otros estudios sobre los efectos de la innovación tecnológica en el sector ind ustrial sobre el empleo y la calificación ocupacional han señalado que la automatización con base microelectrónica, al simplificar el trabajo operario, no conduce a prácticas de asignación de la fuerza laboral apuestos fijos de trabajo sino a buscar mayor flexibilidad o sustituibilidad en su utilización en los diversos trabajos poco calificados. Es importante, además, señalar que este fenómeno aparece también en estudios sobre datos censales globales, al analizar el crecimiento de la fuerza laboral educada, su participación y la distribución de los ingresos para los diferentes niveles de formación (Ocampo, J. A., 1987).
Este último estudio plantea que la enorme expansión del sistema educativo en las dos últimas décadas ha generado un rápido y continuo aumento de la proporción de universitarios y bachilleres en los puestos de trabajo. Para los universitarios la respuesta del mercado no ha sido el desempleo sino la disminución de sus ingresos relativos y la sustitución de los recursos humanos tradicionales en muchos niveles ocupacionales por personal con educación superior, dando origen al fenómeno de la "recalificación masiva" de los puestos de trabajo. Sin embargo, al no existir un aumento generalizado en la complejidad de los requerimientos ocupacionales sino, más bien, un aumento en el nivel educativo de quienes ahora ocupan los mismos traba-
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jos que antes eran desempeñados con eficacia por personal con menor nivel educativo, el fenómeno llamado "recalificación" debería llamarse con más propiedad "subutili-zación" masiva de la fuerza laboral con educación superior, que es la expresión del proceso global de continua devaluación económica y ocupacional de la acreditación educativa.
Es necesario precisar y profundizar sobre las características de la sustituibilidad: cuáles son los límites superiores e inferiores en los que es posible sustituir entre diferentes niveles y tipos de formación; cuáles son las ocupaciones, oficios y tipos de formación no sustituibles; qué porcentaje de la fuerza laboral constituyen; cuáles son las razones económicas, técnicas o de otro tipo para la no sustituibilidad; como consiguen y remuneran ias empresas a estos recursos humanos, habilidades o conocimientos no sustituibles; cuáles son las diferencias entre sectores y tipos de empresas respecto a la sustituibilidad de los recursos humanos.
La identificación de estas características en el mercado de trabajo es una tarca necesaria para la planeación educativa en cuanto permite conocer cuáles son los programas o modalidades de formación innecesarios y redundantes por haber perdido su supuesta eficacia externa.
Las percepciones empresariales sobre el personal técnico
Otros estudios han analizado la percepción que tienen los empleadores del papel ocupacional del personal considerado como técnico. En una muestra de empresas industriales con 25 o más trabajadores, ubicadas en las ocho principales áreas metropolitanas del país, se realizaron dos encuestas complementarias: al personal a cargo de los procedimientos de selección de la fuerza laboral, y a una muestra de empleados y trabajadores, con el fin de identificar los criterios de reclutamiento, promoción y remuneración, así como las relaciones reales entre educación, ocupación y remuneración (Briones, G, 1980, 1981; Caillods y Briones, 1981).
En relación con el personal considerado como técnico por los empleadores, supuestamente de escasa sustituibili-
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dad y de alta necesidad técnico-económica, se encontró que no existía entre los empleadores un concepto claro y unívoco del papel ocupacional del técnico ni de sus requerimientos de formación. Éste podía ser tanto un obrero calificado con experiencia, com.o un egresado del SENA o d el bachillerato técnico, o un ingeniero, o un especialista en alguna técnica de producción, independientemente de su formación. No se encontró una definición ocupacional coherente de este tipo intermedio de recursos humanos, que ha fundamentado la organización de tantos programas de educación técnica y tecnológica en el país (INEM, SENA, institutos tecnológicos, institutos de formación técnica profesional, etc.).
El concepto de técnico y la definición de su papel ocupacional varía entre sectores productivos y entre empresas dentro de la misma rama, y depende más de factores sociales y organizacionales como: tamaño de la empresa, grado de sindicalización, origen público, privado o extranjero de la propiedad, que de factores tecnológicos. Por tanto, no es posible establecer la existencia de patrones o modelos de definición y utilización del técnico, según ratios óptimos entre personal técnico y profesional, en función del tipo de producto o de tecnología utilizada, como ha sido preconizado en diversos métodos económicos de planeación de recursos humanos.
El alto grado de ambigüedad, inconsistencia y contradicción, encontrado en la definición del papel ocupacional del técnico permite explicar ei alto grado de sustituibilidad de este tipo de personal existente en las empresas. Aclara además su escasa demanda efectiva o necesidad siendo ésta una de las causas prmcipales de la poca eficacia externa de las modalidades e instituciones de educación técnica, tecnológica y de formación profesional.
Diferenciación y segmentación en el mercado de trabajo
Otro resultado de estos estudios es la identificación de diversos criterios y mecanismos de segmentación y discriminación en el mercado de trabajo, según tipo de empresas
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
y características educativas, sociodemográficas y acti-tudinales de la fuerza laboral. En efecto, hay diferentes criterios y métodos de selección de personal según el tamaño de las empresas, el origen de su propiedad, el grado de sindicalización, su poder sobre el mercado, y otras características económicas y organizacionales. Es decir, no existe un mercado de trabajo homogéneo sino muy diferenciado y estratificado, en el que se evalúa diferencialmente el tipo y nivel de educación de la oferta de trabajo, su edad, sexo, actitudes y aun características descriptivas como raza y etnia. Existen diferentes mercados de trabajo según sectores económicos y tipos de empresa, con diferentes criterios de utilización y valorización de la acreditación educativa en el acceso al empleo y en la ubicación en la estructura ocupacional.
De aquí las limitaciones metodológicas para estudiar las relaciones entre educación, ocupación y remuneración, a partir de datos censales agregados, pues éstos ocultan la complejidad y especificidad de éstas, y sólo muestran relaciones globales positivas: a mayor educación, mayores ingresos y mayor nivel ocupacional, lo que sólo refleja el proceso macrosocial de devaluación de la educación y la necesidad de cada vez mayor nivel de acreditación como ventaja comparativa en la ardua competencia por escasas oportunidades do empleo deseable. Ésta constituye la base del fenómeno credencialista en la sociedad, en el que es necesario ubicar los estudios que se hagan sobre las relaciones entre educación y movilidad socio-ocupacional.
El problema de la identidad profesional del teenólogo
Una de las principales conclusiones de estos estudios es la ausencia de una "identidad profesional" en el teenólogo formado en el país. La ausencia de referente ocupacional externo válido, así como la escasa demanda específica y claramente diferenciada en el mercado de trabajo respecto a otro personal técnico egresado de las diversas instituciones y modalidades de formación para el trabajo, constituye
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
uno de los más importantes problemas de identidad profesional en la educación tecnológica. En efecto, la principal preocupación expresada en los congresos o reuniones de tecnólogos es la de su identidad profesional7.
¿Tiene el teenólogo una identidad definida, propia, excluyente de otros tipos de personal técnico y basada en una necesidad real de su papel ocupacional? O más bien, ¿es el teenólogo un subproducto de la rápida diversificación de la oferta educativa, principalmente privada, con fines de lucro particularista y sin referente ocupacional válido, generada por las escasas oportunidades de educación pública postsecundaria? ¿Es stificiente la base jurídica que pretende reglamentar la profesión del teenólogo para garantizar la eficacia externa de su formación y su demanda en el mercado de trabajo? ¿O ésta es irrelevante ante la escasa eficacia externa de la formación tecnológica, cs decir, su débil justificación ocupacional? ¿Será que, en palabras de un teenólogo, "gran parte del problema del estatus profesional del teenólogo es un problema de mercadeo, de divulgación, de información, tanto de los diferentes programas existentes, como de un nuevo perfil ocupacional, y de los logros ya alcanzados"? (Mazo, 1981, pág. 57). ¿O será que, más bien, la necesidad de "mercadeo" es el resultado de la expansión de una modalidad de formación que responde más a los intereses particularistas y gre-mialistas que a una necesidad técnica o económica claramente expresada en una demanda ocupacional?
Cabo preguntarse, además, cuál es la diferencia ocupacional real entre los egresados de la educación tecnológica
Véase: III Congreso Nacional de Tecnólogos, La Reglamentación del Ejercicio Profesional, 1981.
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y aquéllos de otras instituciones y programas de formación para el trabajo, como el personal altamente especializado del SENA. Esta institución forma tanto técnicos como tecnólogos en diferentes áreas del conocimiento, y ha recibido del Icfes la homologación y reconocimiento de algunos de sus programas de formación técnica de nivel superior. Esto implicaría que el SENA debería formar parte de las instituciones de educación tecnológica o, más bien, que podría reemplazar eficazmente a la mayoría de estas instituciones, ya que es la única que cuenta con una vasta infraestructura técnica, recursos humanos altamente calificados y estrecha relación con las necesidades productivas, lo que califica a esta institución para cumplir con eficacia el objetivo de lormación para el desarrollo tecnológico.
La situación actual de la formación para el trabajo en Colombia se caracteriza por el paralelismo y separación entre dos sistemas de instrucción tenológica, con un alto grado de convergencia en sus objetivos que compiten entre sí por escasos recursos y en el mercado del trabajo (Gómez, 1988). El establecimiento de una nueva división entre el SENA y las actuales instituciones de educación tecnológica es componente importante de cualquier política de reforma de este tipo de formación.
El subempleo en el mercado de trabajo
Otro importante fenómeno es el subempleo o subutilización ocupacional del personal técnico. La existencia de demanda por tecnólogos o egresados de determinadas instituciones tecnológicas no es criterio suficiente de planeación curricular, pues ésta bien puede representar las preferencias empresariales por personal más barato que el ingeniero o con mayor repertorio técnico que el técnico tradicional, aunque el teenólogo resulte subempleado en ese puesto de trabajo. Es importante resaltar que el empresario tiene una lógica de utilización de los recursos humanos muy diferente a la lógica que los educadores desean. Éstos piensan que sus programas son eficaces porque responden a objetivos de
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formación para desempeñar determinadas ocupaciones y oficios, mientras en la realidad del mercado de trabajo los egresados pueden estar subempleados o desempeñando trabajos distintos a los que les competen.
Por otra parte, dada la gran heterogeneidad de la calidad de la formación de tecnólogos, es posible encontrar a algunos desempeñando trabajos altamente calificados y propios de su profesión, a otros desempeñando trabajos de obreros calificados, en actividades de ventas o en otras no relacionadas con su formación. Es tal la diversidad y desigualdad en la calidad de la oferta de programas tecnológicos, y tantos los factores estructurales y valorativos de las empresas que inciden sobre la demanda de tecnólogos, que la fundamentación de un programa tecnológico sobre la base de estudios de demanda en el mercado de trabajo es un importante reto conceptual y metodológico.
Problemas de planeación curricular
La relación entre educación, ocupación y remuneración -que desde una perspectiva econométrica legitimaría la creación de determinado tipo de programas educativos-sólo permite sustentar programas de formación en áreas del conocimiento no sustituibles. Para la mayor parte de las ocupaciones y oficios se encuentra una alta dispersión entre las tres variables mencionadas. Un obrero calificado y con amplia experiencia en el trabajo bien puede ganar mucho más que un egresado del SENA o del INEM o de alguna institución tecnológica. Algunos técnicos del SENA pueden ganar más que un teenólogo, dependiendo del tipo de empresa y del tipo de trabajo desempeñado. Los salarios de los tecnólogos también pueden variar significativamente entre sí en función del sector productivo y de las características estructurales de las empresas. Por tanto, las teorías de capital humano y las teorías económicas de planificación educativa, que basan la justificación de programas de educación para el trabajo en función de la existencia de relaciones positivas entre educación, remuneración y ocupación.
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA LN COLOMBIA
no encuentran referente empírico que sustente sus supuestos teóricos.
Por tanto, no cs suficiente ni legítimo el diseño curricular del programa tecnológico en función de referentes ocupacionales específicos o de las características de la demanda, o de las supuestas necesidades del mercado de trabajo, pues esto implicaría la adecuación funcional de los objetivos de la formación y, por tanto, la calidad de los recursos humanos, a las características temporales de la estructtira ocupacional o de un mercado de trabajo que fundamentalmente refleja la distorsión de la estructura económica prevaleciente.
La demanda empresarial de personas con determinado perfil de formación bien puede ser arbitraria o de carácter temporal o coyuntural, y su atención implicaría ia adecuación educativa a este tipo de demandas, descuidando así los objetivos más importantes como la formación integral, las bases científicas, la capacidad de aprendizaje continuo y de recalificación, la adaptabilidad y polivalencia ocupacional, la capacidad de experimentación e innovación tecnológica. Estas metas educativas básicas no se encuentran en las demandas del mercado de trabajo. Son el resultado de objetivos políticos, culturales y económicos, y de una reflexión mucho más fundamental sobre cuál debería ser el papel del teenólogo en el desarrollo social y económico del país.
Los objetivos educativos son relativamente independientes de las demandas del mercado, lo que permite que la oferta educativa genere su propia demanda. Este hecho da cabida a mayores oportunidades para que la educación tecnológica se redefina a sí misma en función de criterios y metas distintas de las que presenta el mercado de trabajo a través de una estructura económica altamente distorsionada, ineficiente, inequitativa, concentradora y desigual.
D E M A N D A DE T E C N Ó L O G O S Y D E S E M P E Ñ O
OCUPACIONAL - A S P E C T O S M E T O D O L Ó G I C O S
La evaluación de la eficacia externa de la educación tecnológica debe tener en cuenta la gran diversidad y heteroge-
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
neidad de la oferta. No es posible utilizar una muestra representativa de los egresados de este tipo de educación, pues se mezclarían los egresados de las pocas instituciones serias y de buena calidad académica con los de la mayoría de instituciones y programas de baja calidad académica e inadecuada infraestructura técnica.
Por otra parte, la gran diversidad de program.as de formación ofrecidos presenta por lo menos cuatro opciones metodológicas para el estudio de su eficacia externa:
a) estudio de egresados de programas o instituciones seleccionadas según determinados criterios de calidad;
b) estudio de egresados de instituciones seleccionadas según el área del conocimiento ofrecida;
c) estudio de egresados de aquellos programas o instituciones que fueran considerados de mayor interés conceptual u ocupacional para el análisis de la educación tecnológica;
d) estudio del desempeño ocupacional de tecnólogos en determinado subsector o rama productiva en el que sea posible identificar una clara demanda por este tipo de profesional.
La heterogeneidad en la demanda ocupacional implica que existen diferentes mercados de trabajo y diferentes modos de contratación, remuneración y utilización laboral del trabajador. Si se opta por una muestra representativa de empresas en el sector industrial sería muy difícil controlar el efecto diferencial de los factores anteriores sobre la demanda y utilización de tecnólogos en el trabajo.
Las posibles alternativas serían: una muestra altamente estratificada, o la realización de estudios de caso de empresas con características económicas, organizacionales y tecnológicas claramente diferenciadas, o el análisis del papel ocupacional de los tecnólogos en un sector industrial específico como el electrónico, el metalmecánico, el eléctrico, las telecomunicaciones, etc., caracterizado por procesos signi-
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
ficativos de innovación tecnológica y demanda de recursos humanos altamente calificados.
Si se opta por la estrategia de una muestra muy estratificada sería necesario contar con un gran número de empresas, sin que eso solucione los problemas de la alta heterogeneidad en la oferta de formación de tecnólogos. Si se opta por la estrategia de estudios de caso de empresas, se obtendría una rica información sobre las políticas y prácticas de utilización de los recursos humanos. Sin embargo, no se generaría una visión general sobre la eficacia externa de los programas de educación tecnológica, ni en un sector industrial específico, ni respecto a ningún programa tecnológico en particular.
La estrategia más promisoria parece ser el análisis del papel ocupacional de los tecnólogos en un sector industrial o actividad económica específica. Esta estrategia presenta ventajas respecto a otras opciones metodológicas, que permiten:
a) Evaluar la calidad de la formación tecnológica en función de los requerimientos del sector.
b) Comparar la demanda de tecnólogos en esa área con la orientación y calidad de la oferta de programas de formación.
c) Establecer el papel ocupacional específico del teenólogo.
d) Conocer la evaluación que sobre la calidad y relevancia del personal técnico en un sector específico realizan los empresarios y directivos de personal.
e) Conocer los conceptos de autoimagen del teenólogo respecto a su identidad profesional, sus diferencias con el técnico y con el ingeniero.
A continuación se presentan las razones para la selección del sector electrónico en ei que se llevó a cabo el estudio sobre demanda de tecnólogos y su desempeño ocupacional.
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
Característ icas del sector electrónico nacional
El sector electrónico ha tenido una de las más altas tasas de crecimiento reciente en el sector industrial. Según los datos del censo nacional de la producción electrónica, real izado en 1987 por Asesel (Asociación de Entidades del Sector Electrónico), entre 1984-1987 el sector creció a una tasa promedio anual del 29%, dupl icando el empleo de profesionales, una tercera parte de los cuales corresponde a tecnólogos. De las empresas encuestadas, el 86% empleaba ingenieros electrónicos, el 45%, profesionales en otras áreas de la ingeniería, y el 70% empleaba técnicos y / o tecnólogos. Sólo el 29% de las empresas empleaba las tres categorías de personal calificado.
En el sector electrónico es necesario establecer una impor tante diferenciación entre las empresas dedicadas a la producc ión de electrónica de consumo (equipos de sonido, televisores y otros electrodomésticos), y aquéllas especializadas en la producción de electrónica profesional : telecomunicaciones, controles electrónicos, reguladores, transformadores , componentes para computadores y otros p roductos.
El pr imer tipo de empresas son compañías mult inacionales con subsidiarias en el país, cuya producción es básicamente de ensamblaje. Por esta razón se minimizan las funciones de diseño e investigación y desarrollo, lo que d i sminuye la d e m a n d a de personal al tamente calificado en electrónica.
Por otra parte , en el subsector de electrónica profesional es mayor la importancia de la creatividad e innovación en el diseño y producción de equipos y componentes adaptados a necesidades específicas del mercado8 .
Este subsector está conformado por las siguientes áreas productivas: 1) instrumentos o medición; 2) controles; 3) fuentes de alimentación; 4) telecomunicaciones; 5) procesamiento de información; 6) electrónica de entretenimiento; 7) materiales y accesorios.
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
En efecto, la producción de este subsector tiene un alto valor agregado representado en labores de diseño, ingeniería y desarrollo, que en muchos productos consti tuye el 80% o más del valor del mismo. Por esta razón, en la mayoría de las empresas de este subsector, el personal profesional y técnico dedicado a funciones de desarrollo e investigación consti tuye una par te considerable del empleo total. En la mues t ra del Censo de 1987 este porcentaje representaba el 2 1 % del total de la fuerza laboral, s iendo m u y superior al de la industr ia nacional en su conjunto.
El ráp ido y cont inuo progreso técnico en la electrónica torna obsoletos los productos tradicionales y obliga a una pe rmanen te labor de investigación y desarrollo. Por esta razón, el fortalecimiento del núcleo de personal ded icado a estas funciones se consti tuye en la mejor garantía de modernización y competi t ividad de las empresas del subsector.
En este subsector se seleccionaron 21 empresas pa ra el es tudio, ubicadas en Bogotá, Cali y Medellín^. En cada una de éstas se realizaron entrevistas a directores o jefes de personal , y a tecnólogos. El objetivo general del estudio fue la evaluación tanto de la d e m a n d a por tecnólogos como de su desempeño ocupacional. Este objetivo general se realizó a través del análisis de las siguientes dimensiones10:
a) Especificidad del de sempeño ocupacional del teenólogo. Diferencias y / o simili tudes laborales con el técnico y con el ingeniero. Diferencias en la r emuneración y en las responsabil idades.
Un análisis detallado de los diversos elementos conceptuales y metodológicos que se utilizaron en la selección de la muestra se encuentra en: GÓMEZ, V. M., Informe final, "Evaluación de la eficacia externa de la educación tecnológica en Colombia", Universidad Nacional, Col-ciencias, 1989. En los anexos se encuentra el esquema de los diversos instrumentos del estudio, utilizados con el personal directivo y con los tecnólogos.
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
b) Relaciones ocupacionales existentes entre técnico, teenólogo e ingeniero.
c) Autoimagen del teenólogo: percepción de su papel ocupacional y de sus relaciones con el técnico y el ingeniero.
d) Relevancia de la formación recibida por el teenólogo (actualidad, modernidad, adaptabilidad, capacidad de aprendizaje, etc.). Nivel y calidad de la formación especializada en electrónica. Ofertas y oportunidades de calificación en el trabajo.
e) Análisis de las razones por las cuales algunas empresas no emplean tecnólogos: razones económicas, falta de conocimiento sobre la oferta de tecnólogos y de programas de formación tecnológica, evaluación negativa sobre la calidad y pertinencia de la formación recibida, etc.
f) Identificación de los principales problemas y carencias de la formación tecnológica.
Una síntesis de los principales resultados del estudio, llevado a cabo a finales de 1988, se presenta a continuación.
Principales resultados
En total se entrevistaron 22 empresas del sector electrónico, de las cuales seis (27%) empleaban tecnólogos (para un total de 49), ocho (36.3%) no los empleaban, y las ocho (36.3%) restantessuponíancmplear tecnólogos, aunque sin diferenciarlos del personal técnico. El total de técnicos e ingenieros empleados era, respectivamente, de 115 y 105. La información obtenida en las empresas se clasificó según el empleo o no de tecnólogos.
Empresas que sí emplean tecnólogos
En 14 de las empresas estudiadas se obtuvieron respuestas positivas respecto al empleo de tecnólogos. Sin embargo, al
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
momento de entrevistar a los empleados, se comprobó que sólo en seis (6) de las empresas se empleaban objetivamente tecnólogos (para un total de 49), mientras que en las ocho (8) restantes esta categoría ocupacional se asimilaba con la del personal técnico.
En tres (3) empresas se informó de la existencia de cargos diferentes para técnicos y tecnólogos. A éstos se les ubicaba principalmente comojefes de departamento de ensamblaje, servicios o mantenimiento, como personal auxiliar de los ingenieros de producción, o en varios cargos intermedios. En otras tres empresas ambas categorías ocupacionales eran sinónimas, mientras que en una última las tareas y cargos eran definidos según las capacidades individuales.
La imagen del teenólogo (según el empresario):
- Dos (2) empresarios coincidieron en afirmar que no existen diferencias entre el técnico y el teenólogo en lo referente a los conocimientos y aplicaciéin que hacen de éstos.
- Los entrevistados del grupo asignaron unánimemente al ingeniero la ventaja cualitativa, frente al teenólogo, de poseer la capacidad de diseño.
- En las tres (3) respuestas restantes se le asignan al teenólogo las funciones de evaluar daños o de analizar más en profundidad algún problema y brindar soluciones. También se identifica al teenólogo como alguien de mejor preparación académica que el técnico.
- Las respuestas sobre el papel ocupacional del teenólogo fueronmuy dispersas y ambiguas. Éstas variaban desde las funciones de evaluación y mantenimiento de equipos instalados, la fabricación física de prototipos, el control de calidad, la elaboración de programas y niveles de producción, hasta la presentación de alternativas de solución a problemas extracoti-dianos.
- Todos los entrevistados coincidieron en encontrar
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carencias y desfases entre la formación que recibe el teenólogo y sus requerimientos ocupacionales.
Respecto a la necesidad de la formación teórica del teenólogo se encontraron respuestas muy diversas:
- Mientras algunos consideraban necesaria la formación teórica para que el teenólogo tuviera la capacidad de diseño, para otros esta formación sólo sería necesaria en el supuesto de que éste estuviera involucrado en la actividad de diseño, la que por lo general se considera como dominio del ingeniero.
- Otro entrevistado también consideraba necesaria una mayor formación teórica en electrónica, pero planteaba como prerrequisito la estrecha articulación entre las empresas y las instituciones educativas como medio para disminuir el notorio desfase entre las necesidades de la producción y los contenidos de la formación. La vinculación empresas-instituciones educativas estimularía a estas últimas a renovar y actualizar sus contenidos de formación.
- Por otra parte, otro empresario cuestionó la necesidad de mayor formación teórica en el tecnológo, pues ésta no era requerida por el sector electrónico nacional, debido a las siguientes razones:
• Ausencia de desarrollo tecnológico en el sector electrónico, y carencia de políticas estatales claras de promoción del desarrollo tecnológico.
• Considerable atraso del conocimiento en electrónica, tanto por parte de los industriales como de las universidades, por lo cual la formación ofrecida a ingenieros, tecnólogos y técnicos, ha sido nivelada por lo bajo. No deben esperarse entonces diferencias cualitativas en el respectivo ejercicio profesional.
• La ausencia de interacción entre las universidades y el sector productivo refuerza el atraso de la
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EDUCACIÓN TECNOLÓGICA EN COLOMBIA
academia y su desorientación en cuanto al tipo y nivel de formación requerida. A su vez, el sector productivo no puede modernizarse ni innovar tecnológicamente por carecer de los recursos humanos altamente calificados.
• Otros conceptos de los empresarios sobre la definición y el papel ocupacional del teenólogo:
• "El teenólogo se ubicaría en una actividad de mantenimiento que exige un nivel de conocimientos que le permite evaluar el porqué de los daños en los productos".
• "El ingeniero tiene un 100% del nivel de conocimientos técnicos requeridos, el teenólogo un 50% y c! técnico un 25%. Esie último efectúa una labor que necesita un entrenamiento (soldar, diferenciar un chip, ubicar elementos en un circuito, etc.) a nivel básico; mientras que un teenólogo ya podría evaluar por qué un circuito no funciona y detectar daños o puntos débiles en la producción ".
• " El teenólogo puede analizar con más profundidad un problema e inclusive proponer soluciones, cambios y alternativas de diseño a un producto ya hecho... El teenólogo interpreta 'muy bien' las ideas del ingeniero".
• "El teenólogo es alguien académicamente mejor proparado que el técnico (con frecuencia práctico). El técnico en manufactura es una persona especializada en un cargo (máquinas, herramientas, soldadura, etc.); el teenólogo, en cambio, puede ser auxiliar de los ingenieros y dispone de un campo más universal, incluyendo aspectos administrativos...".
El denominador común de estas definiciones es el teenólogo como un recurso calificado que puede traducir y desarrollar las ideas y planos del ingeniero, o constituirse en el lazo administrativo con los niveles de calificación profesional subalternos.
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
La autoimagen del teenólogo
Con respecto a su autoimagen, los tecnólogos entrevistados tienden a resaltar el siguiente aspecto: un mayor nivel de conocimientos, capacidades y habilidades administrativas que el técnico, por lo cual éste desempeña un papel ocupacional subordinado.
Ejemplos de tales autodefiniciones:
• "El teenólogo aporta a la organización de la producción y al mantenimiento, a diferencia del técnico".
• "Los técnicos son muy específicos en su labor por tareas. El teenólogo puede no ser tan bueno en el campo de especialización del técnico, pero en cambio sabe de otras cosas que le permiten auxiliar al ingeniero, por ejemplo, en el manejo de una cuadrilla".
• "... conoce muy bien el proceso de cualquier trabajo, razón por la cual puede implementar más fácilmente teoría y práctica. Si la empresa le reconoce su calificación, le puede servir para mejorar el producto y en la parte administrativa".
En relación con el técnico, todos los tecnólogos entrevistados señalan diferencias substanciales:
• Basadas en mayor conocimiento:
"Mayor formación teórica". "Mayor preparación y más interesado en avanzar". "Está en capacidad de hacer todo lo cjue hace el técnico". "Sabe diseño y controles, y conoce las bases generales de la electrónica".
• Surgidas de su ubicación ocupacional:
"El teenólogo se ubica más a nivel de oficina, maneja datos".
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• Surgidas de sus aspiraciones y habilidades:
"Está más interesado en avanzar". "Se le pueden delegar más funciones que al técnico".
Los tecnólogos entrevistados consideran que ingresan al mercado de trabajo mejor preparados para administrar que los técnicos y que su entendimiento delproceso va más allá del manejo de equipos o maquinaria, propio del técnico. El teenólogo puede propiciar un mejor ambiente de trabajo y una mejor comunicación o mediación entre el ingeniero y el operario: "... no es lo mismo que un ingeniero dé una orden a que la dé un teenólogo, ya que éste está más cerca del técnico y es básicamente un técnico con una visión un poco más administrativa".
En relación con los ingenieros, los tecnólogos entrevistados se orientan principalmente a nivelarse muy cerca de ellos. Uno afirma que no existe ninguna diferencia entre ambos profesionales; otros tres señalan que hay una alta complementariedad o proximidad entre las dos categorías y que el teenólogo es el brazo derecho del ingeniero. Los demás ubican al teenólogo como alguien que es asesorado por el ingeniero, como quien aplica los diseños y cálculos de éste, o como quien pone en marcha las pautas de trabajo que entrega el ingeniero. Otro entrevistado reconoció que el ingeniero tiene un conocimiento más profundo de la parte electrónica (funcionamiento del sistema), que éste es quien diseña y toma las decisiones, aunque no se niega la capacidad propia del teenólogo para estas funciones. Este último aspecto fue planteado por los tecnólogos más como un problema depoderen las jerarquías administrativas y ocupacionales, que de capacidad diferencial entre ambas categorías profesionales.
• "El teenólogo llega a un límite que es un ingeniero o un comité... El teenólogo no está mal remunerado pero tiene un punto del cual no puede ascender".
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• "Hay u n trato m u y diferente y consideración por la empresa para el profesional".
• "Muchas de ias decisiones que toma el ingeniero las podría tomar el teenólogo.. . pero no las p u e d e tomar por falta de concientización, por falta de reconocimiento por parte de las empresas" .
Las respuestas de los tecnólogos enfatizan en la mayor capacidad administrat iva, propia de su formación. Pero dicha capacidad no es reconocida ni aprovechada por las empresas , debido a la carencia de prestigio, estatus y autor idad para esta profesión.
En relación con los niveles de remuneración que estas empresas asignan a los tecnólogos, se hallaron dos tendencias:
a) Los tecnólogos son sustituibles por los técnicos, en cuyo caso la asignación responde a arreglos individuales o der ivados de la capacidad y experiencia individual ;
b) los tecnólogos son diferentes de los técnicos, por lo que sus niveles de remuneración deben ser diferenciales. En este caso, los promedios de remuneración (en pesos de 1988) fueron de 92.000 para tecnólogos y 60.000 para técnicos (Cuadro 1).
C u a d r o 1. Comparac ión de p r o m e d i o s d e r emunerac ión ent re técnico y teenólogo en las empresas que e m p l e a n tecnólogos.
Grupo Nivel de remuneración Promedio (en pesos de 1988)
Tecnólogos 80.000.00.= / 120.000.00= 80.000.00.= / 110.000.00= 80.000.00.= X =92.000.00.=
Técnicos 50.000.00.= 60.000.00.= / 100.000.00= 50.000.00.= X =60.000.00.=
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C o m o se verá en el cuadro 2, en las empresas que emplean tecnólogos, los niveles de remuneración (en pesos de 1988) para técnicos son más bajos que para tecnólogos. En dos empresas oscila entre $35.000 y $55.000 para técnicos, y entre $76.000 y $95.000 para tecnólogos. En una tercera empresa el nivel de los tecnólogos está entre $96.000 y $145.000.
En las empresas que suponen emplear tecnólogos, sin diferenciarlos de los técnicos, el nivel de remuneración es m u y similar en ambos: éste oscila entre $35.000 y $55.000. Sólo en tres empresas el nivel de remuneración es mayor, pero el rango es similar: entre $56.000 y $75.000.
Cuad ro 2. Niveles de r emunerac ión de tecnólogos y técnicos*
Salarios""* Empresas 1 2
Técnicos Tecnol. Técnicos Tecnol. Total
35-55 13
56-75
76-95
96-145
TOTAL 7
3
3
1
20
"Cuatro empresas no informaron, 1= Empresas que emplean tecnólogos. 2= Empresas que suponen emplear tecnólogos,
** En miles de pesos de 1988.
Empresas que no emplean tecnólogos
Ocho (8) empresas se autoclasifican como aquéllas que no emplean tecnólogos y, efectivamente, no se encontraron. Se
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hallaron cuatro diferentes razones por las cuales la empresa no los empleaba:
a) Porque la empresa no los necesita:
Para algunos entrevistados el tipo de producto no requiere de personal altamente calificado en la producción. Según otros, en las actividades de producción electrónica (chequeo, montaje, control de calidad, etc.) un teenólogo estaría subutilizado. Otra razón es que debido al entrenamiento dado a los técnicos, se les va ubicando en tareas de mayor complejidad y responsabilidad, por lo que no es necesario emplear personal más calificado.
- Un empresario contestó que sólo emplea operarios que después califica en el trabajo, pues la fabricación de su producto no requiere mayor calificación del personal. Este personal viene con una mínima formación académica. Otros empresarios prefieren contratar técnicos e ingenieros, con el objeto de que estos últimos den la asesoría necesaria a los técnicos en el caso de que surjan problemas extracotidianos dentro de la producción, "...las funciones asimilables a tecnólogos actualmente las ejecutan ingenieros".
b) Porque la empresa no conoce al teenólogo:
Según dos entrevistados, a sus empresas sólo llegan solicitudes de técnicos, tal vez porque en sus avisos de prensa los solicitan. Otros empresarios plantearon la necesidad de formar más tecnólogos en el área de la electrónica, pues aunque se solicitan por avisos de prensa o recomendaciones, son muy pocos los que se presentan.
"...la única alternativa es contratar técnicos". "... no hay tecnólogos porque todos quieren ser ingenieros".
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"... se desconoce la utilidad del teenólogo en la industria, en parte porque las instituciones no se interesan en dar información al empresario sobre este recurso humano".
c) Porque la empresa no cree en el teenólogo:
Para algunos empresarios tienen más valor las capacidades individuales que los títulos profesionales, y en ese sentido creen que un teenólogo no sabe más que un técnico.
- En algunas de las empresas de la muestra la producción está estandarizada, y las variaciones sobre los productos son propuestas por los mismos clientes. Son empresas que no requieren personal con alta calificación para el diseño y el desarrollo de nuevos productos. En las empresas que requieren capacidad de diseño y desarrollo tecnológico, ésta es competencia de los ingenieros, pues los tecnólogos no tienen una sólida formación en diseño e investigación que les permita trabajar en estos departamentos.
d) Por costos para la empresa:
Algunas empresas emplean técnicos "... porque son más baratos que los tecnólogos".
Empresas que suponen emplear tecnólogos
Ocho (8) empresas suponían emplear tecnólogos, aunque este tipo de personal no se encontró en ellas.
Una constante en este grupo de empresas es la falta de claridad conceptual sobre qué es un teenólogo y cuáles son las diferencias ocupacionales que lo separan del técnico. Un entrevistado cree que algunos de los técnicos, con formación en el trabajo, se convierten en tecnólogos. Considera como tecnólogos, dentro de su empresa, a aquellos técnicos con mayor experiencia y los ubica en cargos de mayor responsabilidad en la sección de producción.
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Cada uno de los entrevistados en estas empresas tiene su propia definición de lo que es un teenólogo:
"Es un mando medio que sin ser profesional tiene una carrera intermedia".
- "Es un profesional que puede realizar un trabajo más creativo que el del técnico y está muy cerca del ingeniero". "Está más asociado hacia el nivel raso que hacia el nivel de ingeniería". "Tiene más teoría, por tanto puede entender el funcionamiento de las cosas. Un técnico se dedica a la parte mecánica de la producción sin tener tantos conocimientos". "El teenólogo es ese nivel intermedio entre el que diseña y el que supervisa el trabajo y hace el control de calidad". "Los tecnólogos son los mismos técnicos que tienen a su cargo algunos ayudantes como auxiliares". "Es aquella persona que sale del bachillerato e ingresa dos o tres años a una escuela intermedia".
- "Es la persona que es capaz de resolver un problema, mientras al técnico habría que dirigirlo". "Es el intérprete de los diseños elaborados por el ingeniero".
En otros casos se emplearon tecnólogos sin conocer sus diferencias de formación con el técnico y fueron identificados como estos últimos. Algunos empresarios se refirieron a los tecnólogos como Tos técnicos', uno u otro son lo mismo. Para otros, el técnico es el bachiller con esta calificación, y el técnico profesional intermedio es el teenólogo.
Conclusiones
Los resultados de este estudio pueden sintetizarse en las siguientes conclusiones acerca del concepto de teenólogo en el país y sobre su papel ocupacional.
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Ambigüedad y diversidad en el concepto de teenólogo
a) Entre el conjunto de empresarios que reconocían el papel ocupacional del teenólogo, existía consenso en los siguientes conceptos:
- El teenólogo no se diferencia ocupacionalmente del técnico, pues no cuenta con mayores capacidades, habilidades o conocimientos.
- Hay evidentes límites en el desempeño y desarrollo ocupacional del teenólogo, debido a carencias en su formación -especialmente en el área administrativa-para desempeñar funciones y cargos propios del ingeniero.
- No hay necesidad de reconocimiento formal del teenólogo como "profesional", pues el alcance de su formación no lo permite, ni lo requiere el desarrollo tecnológico de la industria nacional.
- No existe actualmente una verdadera necesidad ocupacional de este nuevo tipo de personal técnico, lo que explica la escasa demanda efectiva y diferenciada. Tal vez en el futuro surja esta necesidad, en función del desarrollo tecnológico en la industria electrónica nacional.
b) Por su parte, para el conjunto de empresarios que no conocían al teenólogo y /o no le reconocían un papel ocupacional específico, este personal era sinónimo de técnico o egresado del SENA.
c) Finalmente, los tecnólogos entrevistados ofrecieron la siguiente autoimagen:
- Énfasis en la clara diferenciación ocupacional y formativa con relación al técnico. Se resaltan las diferencias curriculares formales entre ambos tipos de formación, y se señalan las supuestas mayores capacidades conceptuales, administrativas y de comunicación atribuidas al teenólogo.
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ESTUDIO SOBRE LA EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
Expresión de alta inconformidad con el escaso reconocimiento ocupacional, los bajos niveles de remuneración y la ausencia de una ident idad profesional distinta a la del personal técnico. Se cuestionan los límites organizacionales que impiden la promoción del teenólogo en la es t ruc tura ocupac iona l . La inconformidad del teenólogo con su estatus laboral también se nut re de la reducida oferta de opor tunidades de formación complementar ia en el trabajo. Ninguna de las empresas es tudiadas mencionó ofrecer cursos de actualización o recalificación específicamente dirigidos a los tecnólogos, aunque estas opor tun idades son comunes para los ingenieros. Se resalta la necesidad de la lucha por el reconocimiento de las capacidades técnicas y adminis t rat ivas del teenólogo, por el logro de un estatus ocupacional superior que se exprese en diferencias salariales significativas y en una división funcional del trabajo entre ambas categorías11.
Se enfatizan las relaciones ocupacionales y formativas entre el teenólogo y el ingeniero. Se señalan sus afinidades profesionales y el papel ocupacional de aquél, como de colaboración creativa con éste. Se señalan también las posibil idades de convertirse en ingenieros mediante la validación de estudios. La auto imagen del teenólogo se debate entre dos alternativas: la pr imera es el teenólogo como "ingeniero práctico", egresado del pr imer ciclo de formación en Ingeniería. La segunda, busca su ident idad como profesional 'a l ternativo' al ingeniero, cuya for-
Esto ha conducido a esfuerzos de organización gremial orientados a crear y legalizar un estatus "profesional" para el teenólogo, que lo reconozca como tal en el mercado de trabajo. Otro esfuerzo gremial ha tenido como objetivo obligar a las empresas a establecer cupos para empleo de este tipo de personal.
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mación es cuestionada por ser demasiado teórica y sin capacidad de generación de la creatividad tecnológica.
El papel ocupacional del teenólogo
a) ¿Cuál es la función específicamente "tecnológica" del teenólogo?
- Los resultados del estudio indican que las funciones de investigación y desarrollo de nuevos productos -cuando existen en las empresas- están restringidas a los ingenieros debido a su mayor formación científica en. microelectrónica. En ninguna cmnresa se concebía al teenólogo como participante creativo en estas actividades. Su función productiva era en general, asimilada a la del técnico tradicional.
- En un sector como el electrónico, que requiere una alta tasa de conocimientos científicos y tecnológicos, es evidente que el perfil de calificación del teenólogo formado en el país sólo io capacita para actividades prácticas, subordinadas y estructuradas como las que desempeñan eficazmente los técnicos tradicionales. Por esta razón, sus funciones productivas serían de carácter técnico, no tecnológico. Las funciones verdaderamente tecnológicas requieren una sólida base científica y metodológica en la tecnología específica, que califique para la investigación y la experimentación tecnológicas. (Véase capítulo II).
b) En relación con la demanda de tecnólogos en el sector estudiado.
- Los empresarios prefieren emplear técnicos o ingenieros. Esta demanda preferencial estaría justificada por la práctica común de capacitar en el trabajo, en las condiciones productivas específicas de la empresa. Si el nivel de calificación previa entre técnicos y
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tecnólogos es considerado similar, entonces no hay razones para contratar otro tipo de personal. En lugar de formar una nueva categoría ocupacional, la prioridad educativa debería centrarse en la elevación del nivel de formación de los técnicos y en ofrecer diversas oportunidades de actualización y recalificación profesional.
Por otra parte, si el grado de complejidad tecnológica en la producción no requiere altos niveles de calificación en el personal intermedio, tampoco existen razones para preferir al teenólogo sobre el técnico medio. Además, algunos empresarios criticaron el bajo nivel de conocimientos básicos en electrónica, en ambos tipos de egresados, así como la insuficiente preparación administrativa y capacidad de manejo de operarios, encontrada en los tecnólogos.
La ausencia de relaciones funcionales entre las instituciones docentes y las empresas es un obstáculo para el mejoramiento de la calidad de la formación tecnológica. No tiene sentido crear nuevas categorías profesionales, sino mejorar la calidad y relevancia de la oferta existente a nivel técnico y de ingeniería. Es evidente la pobreza investigativa en la educación electrónica de nivel universitario, no sólo por la inexistencia de postgrados sino por la desarticulación entre los programas de formación y la actividad industrial.
En algunos casos se puso de presente que la formación -supuestamente más extensa pero menos especializada-del teenólogo en lugar de ser una cualidad sería una desventaja con relación al técnico, pues éste tiene un dominio más práctico y especializado sobre determinada tarea. "Reforzar lo más elemental y no dar un baño sin profundidad".
La demanda preferencial por ingenieros en lugar de tecnólogos puedo responder a las siguientes razones:
- Cuando existe una necesidad real de personal con nivel de calificación superior al de los técnicos, para funciones administrativas o tecnológicas, el industrial encuentra en el mercado una sobreoferta de
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ingenieros, a costos no m u y superiores a los de los tecnólogos. Esta sobreoferta se alimenta, entre otros factores, por la gran inconformidad del teenólogo con su estatus ocupacional. Una alta proporción de egresados de las modal idades técnica y tecnológica intentan acceder al nivel de formación superior en facultades de Ingeniería. Estas modal idades son, para muchos estudiantes que no pudieron ingresar a las facultades de Ingeniería, una segunda opción educativa no deseada o un sitio de espera de nuevas opor tunidades de ingreso12. Varios de los tecnólogos entrevistados señalaron que aquéllos que han proseguido su formación en ingenierías "...no se reconocen ni son reconocidos como tecnólogos..." sino como estudiantes de Ingeniería.
Las tradiciones de empleo que han privi legiado el papel de los ingenieros como cuadros directivos, limitan las posibil idades de diferenciación dei teenólogo como categoría ocupacional con ident idad propia y funcional en la empresa, con reconocimiento social y valoración salarial. La profesión básica del 95% de los empresar ios entrevistados en este estudio era alguna rama de la ingeniería. Debido a la naturaleza del conocimiento tecnológico, la mayor formación teórica y metodológica del ingeniero le otorga un papel p redominan te en el proceso de toma de decisiones técnicas y administrativas, y limita las aspiraciones del teenólogo por mayor estatus y responsabil idad ocupacional. En cuanto a la diferenciación de funciones product i vas, en cinco de las 14 empresas que emplean o supo-
Es necesario estudiar las motivaciones y expectativas educativas y ocupacionales de los estudiantes de estas modalidades, así como sus estrategias de acceso a la modalidad universitaria.
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nen emplear tecnólogos existían cargos diferenciados para éstos: jefe de línea, jefe de departamento de ensamble, jefe de mantenimiento, jefe de servicios auxiliares, control de calidad, etc. Sin embargo, estos caraos o denominaciones de tareas no ^eneraban sistemas de autoridad o estatus, basados en mayores niveles de calificación, pues también eran desempeñados por otro tipo de personal y sólo representaban formas particulares de división y organización del trabajo.
- En cuanto a la sustituibilidad, no son sustituibles por otros excepto aquellos conocimientos y habilidades que requieran de un largo, costoso y muy estructurado proceso de formación.
- Sus pretendidas diferencias ocupacionales con los técnicos, son más formales (burocráticas y organizacionales) que reales (técnicas). El teenólogo es una categoría profesional ambigua y altamente sustituible por otro tipo de personal.
- Debido a las limitaciones en la formación que recibe en el país, su nivel real de calificación no es sustan-cialmente distinto del técnico. Sus posibilidades de contribución a la investigación y al desarrollo tecnológico son mínimas. Su papel ocupacional continúa siendo de nivel práctico, empírico, estructurado, dependiente de profesionales de mayor nivel.
- Lo anterior tiene consecuencias importantes en la autovaloración, en la autoimagen del teenólogo y, por tanto, en su identidad profesional. De aquí que la opción tecnológica sea, para muchos, la segunda o tercera opción educativa, al no poder ingresar al nivel universitario.
Finalmente, algunas instituciones de formación tecnológica culpan a otras de la misma modalidad de contribuir a la falta de identidad profesional del teenólogo, al no realizar una clara diferenciación ocupacional con el técnico, refrendada en prácticas curriculares y pedagógicas también dife-
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rcnciadas. Se critica, por ejemplo, la baja calidad de los docentes, la pobreza o inexistencia de talleres, equipos y laboratorios para el aprendizaje; las jornadas nocturnas o de medio tiempo; la poca importancia otorgada a los fundamentos científicos de la tecnología específica; el énfasis en el aprendizaje práctico, empírico, sin comprensión de los fenómenos; la carencia de formación administrativa, y otros aspectos referentes a la calidad de la educación tecnológica. (Algunos de estos aspectos ya han sido analizados en la primera parte de este estudio sobre la calidad de la oferta de formación tecnológica).
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