la revolución: conceptualización

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La Revolución Un acercamiento a su conceptualización

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Conceptualización del término según diferentes autores.

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Page 1: La Revolución: Conceptualización

La RevoluciónUn acercamiento a su conceptualización

Page 2: La Revolución: Conceptualización

LA REVOLUCIÓN COMO CONCEPTO

Lo que se intentará realizar en este ensayo es un acercamiento al

concepto de la palabra revolución a través de la historia.

A lo largo de la historia, existieron diferentes revoluciones y teóricos

revolucionarios y, tanto en cada período, como para cada autor, la

revolución ha significado algo diferente.

Según la Real Academia Española, la revolución es:

- Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o

sociales de una nación.

- Inquietud, alboroto, sedición.

- Cambio rápido y profundo en cualquier cosa.

De esto, podemos inferir que las revoluciones son una forma particular

de movimiento social, mediante las cuales algunos sectores subalternos

intentan destruir los aspectos centrales del orden vigente, al que

consideran injusto, y construir uno nuevo. En términos generales, las

revoluciones poseen determinadas características que las distinguen de

otras acciones colectivas, como las revueltas o las rebeliones. Para que

una acción colectiva sea considerada revolución, deben estar presentes

ciertos elementos:

• Crisis del sistema de dominación: Las revoluciones se producen

cuando los sectores dominantes tienen dificultades para continuar

ejerciendo su poder. Esta situación puede ser el resultado de luchas en

el interior de la sociedad y/o de una derrota en conflictos armados con

Estados extranjeros. Estas dificultades se combinan con la negativa de

los dominados de continuar siéndolo.

• Amplia participación de la población: El descontento o el rechazo al

orden vigente se manifiesta en la participación de un sector amplio de la [2]

Page 3: La Revolución: Conceptualización

población, que apoya o se involucra directamente en el movimiento

social que provoca la destrucción de dicho orden. Esta participación se

produce liderada por algunos individuos con capacidad de mando y de

organización de los grupos revolucionarios.

• Violencia: En toda revolución se ejerce algún tipo de violencia, tanto

de parte de los grupos que actúan contra el orden, como de los que lo

defienden.

• Sustitución de las autoridades: Las acciones culminan con la

destitución de las autoridades del viejo orden, y su reemplazo por otras,

provenientes de los grupos revolucionarios.

• Capacidad para ejercer el poder: Una vez que son reemplazadas las

autoridades cuestionadas, los revolucionarios poseen los recursos para

imponerse definitivamente sobre fuerzas que se les oponen.

• Construcción de un nuevo orden: Los revolucionarios triunfantes

emprenden la transformación de los aspectos centrales de la sociedad y,

mediante profundos cambios económicos, políticos y sociales, inician la

construcción de un nuevo orden.

Esta definición básica de la revolución, es la dada por Patricia Moglia en

el libro “Pensar la historia: Argentina desde una historia de América

Latina.” Si bien algunos de los elementos, como la violencia y la

capacidad de ejercer el poder, son discutibles, considero que es un

acercamiento simple y completo.

Moglia plantea, desde el principio que la revolución se diferencia de

otras acciones colectivas, que muchas veces son confundidas con ésta.

A este respecto podemos decir que la revolución se diferencia de otros

movimientos, tales como la transición, la revuelta, el motín y la rebelión.

Para aclarar este punto, debemos tener en cuenta que la transición es

[3]

Page 4: La Revolución: Conceptualización

cualquier tipo de cambio, más o menos repentino en las ideologías, por

lo que puede ser dado tanto por una revolución como por un cambio

estructural en la forma de gobierno luego de una elección nacional (por

ejemplo). En cambio, la radical diferencia entre la revolución y los otro

tres términos (revuelta, motín y rebelión) se encuentra en que la

revolución necesita de un apoyo muy amplio de la población, y del

establecimiento de un nuevo orden en lugar del vigente; mientras que la

revuelta, el motín y la rebelión son movimientos desordenados, de un

grupo o una muchedumbre que no necesariamente es mayoría, y que si

bien tiene como fin el derrocamiento de las autoridades vigentes, no

siempre conlleva detrás una ideología que instale un nuevo régimen.

Por otro lado, podemos tomar a Luis Villoro (filósofo mexicano) que en

su artículo “Sobre el concepto de Revolución”, delimita a la revolución

de la siguiente manera:

“El término revolución se aplica a:

1. Movimientos colectivos amplios... (A los de grupos reducidos podemos

llamarlos «asonadas», «golpes de estado», pero no «revoluciones ».)

2. ... disruptivos del orden social y jurídico... (Si apoyan el orden

establecido o intentan restaurarlo, no los denominamos «revoluciones

».)

3. ... que intentan reemplazar el poder supremo existente por otro

distinto. (Si sólo intentan cambios sobre la base de la aceptación del

mismo poder supremo, se trata de «reformas», no de «revoluciones».) “

Revolución se refiere, por lo tanto, a ciertos comportamientos colectivos

intencionales, que están condicionados por actitudes colectivas, o sea

por disposiciones comunes a los miembros de un grupo. Estas actitudes

implican la adhesión a ciertos valores y el rechazo de situaciones que no

permiten realizarlos. Las actitudes condicionan a su vez creencias sobre

[4]

Page 5: La Revolución: Conceptualización

la sociedad, pues nos mueven a sostener las doctrinas que justifiquen la

adhesión a los valores que nos importan, son también disposiciones a

actuar en un sentido determinado. Así, los cambios en las actitudes

colectivas pueden traducirse en cambios reales en la sociedad,

introducidos por el comportamiento intencional.

Siguiendo con Villoro, él cree que todas las sublevaciones populares, a lo

largo de la historia, han sido motivadas por el sentimiento de privación,

la reacción contra la miseria y la opresión social extrema. Ante este tipo

de situaciones se produce una actitud de negación que encuentra su

anverso en la proyección positiva hacia otro orden social, un orden

donde no exista el poder opresivo, donde el poder sea “compartido”.

Este otro orden solo existe, según Villoro, en la imaginación, es una

creación producto del deseo y la esperanza. Siguiendo con este

razonamiento, concluye el autor que las revoluciones se producen

cuando los hombres llegan a cansarse de ser lo que son, el orden actual

los incomoda y quieren cambiar de situación. De esto se desprende que

“la revolución es una racionalización de la actitud colectiva de

renovación de la sociedad. La introducción de la razón hace que los

rasgos de la actitud revolucionaria adquieran un carácter específico que

los distingue de los «milenarismos» antiguos.”

Villoro realiza una descripción de los tipos de racionalización que se

realizan dentro de las sociedades, en la que plantea como real al orden

vigente y proveniente del devenir histórico y lo pensado como aquella

situación deseada creada por los revolucionarios. A partir de esto,

concluye que existen dos tipos de modelos racionalizadores

revolucionarios:

1. El que se da por oposición entre sociedad real y sociedad ficticia que

es pensada, homogénea, con una sola voluntad.

[5]

Page 6: La Revolución: Conceptualización

2. El que se da por oposición entre sociedad real y la sociedad

“marxista” que es heterogénea, no pensada, con diferencias, donde la

voluntad general surge de la clase explotada que buscará el "bien

común".

Una revolución moderna, será la que introduce en la sociedad una

tensión entre la diversidad de la sociedad real y su esquema

racionalizador. Las revoluciones pueden comprenderse como el intento

de realizar la vieja pasión por la renovación de la sociedad dentro de una

nueva, moderna, figura del mundo.

Por otro lado, Raquel Sánchez García, catedrática de la Universidad

Complutense de Madrid, cree que “El concepto de revolución ha tenido

una ajetreada vida en el pensamiento político. Ha ido adquiriendo

connotaciones políticas, sociales e ideológicas a lo largo de la

modernidad y en especial del siglo XIX en función de las pulsiones de la

realidad que fueron definiendo nuevas formas de enfrentarse a los

fenómenos sociopolíticos contemporáneos. Los especialistas que han

estudiado la evolución del concepto han puesto de manifiesto la

importancia de la Revolución Francesa para la doble comprensión de la

revolución como ruptura y como regeneración.”1

También establece una diferenciación entre las palabras revolución y

reforma, de la siguiente manera: “Reforma y revolución se convirtieron

durante el primer tercio del siglo XIX en términos prácticamente

intercambiables. Los matices que se establecieron entre reforma y

revolución vinieron del deseo de presentar ese proceso de cambio como

algo completamente distinto a lo sucedido en Francia. Es decir, la

reforma iría asociándose a significados positivos relacionados con el

1 Raquel Sánchez García, “Reflexiones sobre la Revolución en torno a 1848”, Universidad Complutense de Madrid, 2009. Pág. 1.

[6]

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posibilismo, la paz y el gradualismo, mientras que la revolución

implicaría transformaciones de carácter rápido, radical y violento.”2

Siguiendo con las distintas acepciones que ha tomado según los autores

el concepto de revolución, nos encontramos con Trotsky, quien tomando

fundamentalmente ideas marxistas, plantea que la única revolución

verdadera es la revolución del proletariado, que tiene como objetivo la

implantación de un estado socialista. Cree que el proletariado no debe

nunca dejar la revolución en manos de la burguesía, porque ésta tarde o

temprano terminará traicionando la revolución en pos de los intereses

de su clase.

Según trotsky, es el propio proletariado el que tiene que tomar las

riendas y construir desde las bases con el objetivo de internacionalizar la

revolución, de ahí el afán de Trotsky por conformar la internacional

comunista.

Lo que sobre todo se le reconoce al autor es la capacidad empírica de su

idea de "revolución permanente" y su capacidad de, por medio de esta

teoría, anticipar los hechos históricos. Esto se debe a que en general, las

ideas de Trotsky provienen en su mayoría de Marx, quien las había

presentado con anterioridad. Es por esto que Trotsky recibe numerosas

críticas, y el término “trotskysta” es acuñado por Stalin, a modo de

insulto y como una forma de realizar una fuerte división entre “ellos

troskystias” y “nosotros marxistas”.

Trotsky plantea que la revolución permanente es la que “Liga la

liquidación del absolutismo y del servilismo con la transformación

2 Raquel Sánchez García, “Reflexiones sobre la Revolución en torno a 1848”, Universidad Complutense de Madrid, 2009. Pág. 3.

[7]

Page 8: La Revolución: Conceptualización

socialista mediante una serie de pugnas sociales crecientes, el

alzamiento de nuevos sectores de las masas, los ataques incesantes del

proletariado a los privilegios económicos y políticas de las clases

dominantes.”3

Si conceptualizamos la revolución, no podemos dejar de nombrar a Fidel

Castro y a Ernesto “Che” Guevara, quienes, para aquellos que hoy en

día siguen llamándose “revolucionarios” en América Latina, son dos

pilares de la ideología.

Comenzando por el Che, si bien nunca realizó una definición exacta de la

palabra revolución, podemos decir que dio una extrema importancia a

la lucha armada, y que, para él, cuando en un país existían "condiciones

objetivas" para una revolución, un pequeño "foco" guerrillero podía crear

las "condiciones subjetivas" y desencadenar un alzamiento general de la

población, para lograr el radical cambio que es el fin de toda revolución.

En la carta de despedida que dejó a sus hijos cuando se fue de Cuba,

Guevara escribió: “Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien

mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la

naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada

uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces

de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra

cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un

revolucionario.” De esta manera, se conceptualizaría la Revolución para

él.

Fidel castro, en cambio, sí dio un concepto exacto de lo que él cree es la

revolución, lo hizo en su discurso por el día del trabajador, el 1° de Mayo

3 León Trotsky, “La Revolución Permanente”, Fundación Federico Engels, 2001. Pág. 63.[8]

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de 2000, y este año se festejaron en Cuba los 10 años de su

conceptualización. En dicho discurso, Fidel dijo: “Revolución es sentido

del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es

igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como

seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros

propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y

fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se

cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo,

solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es

no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de

que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la

verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar

por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la

base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro

internacionalismo.”

Ahora bien, el siglo XXI es sin duda, para aquellos interesados en el

concepto de revolución, el siglo de Gramsci. Filósofo, teórico marxista,

periodista y político, fue el Secretario General del Partido Comunista

Italiano entre 1924 y 1927. La finalidad inmanente de la obra

gramsciana es contribuir a forjar la conciencia revolucionaria del

proletariado y de las restantes clases, sectores y grupos sociales

oprimidos por el capital, y someter el capitalismo a una crítica teórica

integral, con vistas a su supresión histórica.

El objetivo principal de Gramsci es revelar las contradicciones

inmanentes e inducidas por el desarrollo del capitalismo, e indicar vías

factibles para la organización del sujeto o los sujetos revolucionarios que

deberán demoler al orden vigente y levantar sobre sus ruinas un nuevo

[9]

Page 10: La Revolución: Conceptualización

modo de producción social, es decir, una forma nueva, comunista, de

producción y organización de la sociedad y la cultura humanas.

Gramsci creía que la revolución sobrevendría en el momento en que las

masas retiren su apoyo a la clase dominante, ante la incapacidad de

ésta para acoger y satisfacer nuevas demandas. Esta negación de apoyo

llevaría a una crisis que, según el autor, “consiste precisamente en que

muere lo viejo sin que pueda nacer lo nuevo, y en ese interregno

ocurren los más diversos fenómenos morbosos", incluida una "tremenda

reacción de la clase propietaria y de la casta de gobierno".4 La

concepción de Gramsci sobre el partido revolucionario, es la de una

organización llamada a dar forma a las energías caóticas de las masas

en esta etapa de crisis.

A su vez, el autor cree, en coincidencia con Lenin, que la revolución no

la puede realizar el proletariado por sí mismo, sino que debe ser el eje

que una a las clases oprimidas. Gramsci plantea que nunca se podrá

derribar al sistema burgués si el proletariado no se une, al menos, con

los campesinos pobres. Este planteo surge de la consigna leninista “Pan

y Paz” con la que se logró atraer a los campesinos al movimiento

revolucionario contra el imperio zarista.

Pasemos ahora, a la conceptualización contemporánea de la revolución.

Lo que quiero demostrar es este apartado, es que la palabra revolución

ha tomado nuevos sentidos, sobre todo dos que resultan

particularmente interesantes. El primero, es el desarrollado por Ortega y

Gasset; y el segundo, el desarrollado por Mattelart.

4 Antonio Gramsci, “La Revolución contra el Capital”, Aparecido en la edición milanesa de Avanti, el 24 de noviembre de 1917. Pág. 3.

[10]

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Ortega y Gasset, editó el libro “La rebelión de las masas”, que es un

conjunto de escritos del autor, y de notas propias que se publicaron a lo

largo de los años en el diario “El Sol” de Madrid, España. En este libro, el

autor esboza una teoría sobre la llegada de las masas al poder, y define

a este movimiento social como una revolución que ha modificado el

orden preestablecido para conformar uno totalmente nuevo.

Comencemos por decir, que Ortega y Gasset define a la revolución de la

siguiente manera: “La revolución no es la sublevación contra el orden

preexistente, sino la implantación de un nuevo orden que tergiversa el

tradicional."5 Con esta definición, está marcando ya una diferencia con

el concepto que hasta aquí veníamos manejando. La revolución ya no es

vista como una sublevación, como un movimiento social violento en

contra del orden social y político existente, sino la mera implantación de

un nuevo orden. Estaríamos en una conceptualización mucho más

cercana a la de transición, nombrada al principio de este ensayo. Creo

que este es el cambio fundamental que se produce en la “vida” de la

palabra revolución. Los movimientos sociales han ido cambiando; para

bien o para mal, el capitalismo ha echado raíces en las profundidades de

las sociedades, y ya es algo que difícilmente logrará erradicarse. Esto

lleva a que la revolución sea visualizada, encarada desde otros (nuevos)

puntos de vista.

Si bien es cierto que todavía hoy existen personas, grupos, partidos, etc.

que creen en una revolución como la que veníamos viendo, también es

cierto que se han ido buscando nuevas formas, nuevos caminos; y que

los movimientos sociales masivos han cambiado y tienen hoy otros

rumbos y objetivos. En nuestro país en particular, las clases sociales no

se dividen como antaño en burgueses y proletarios, sino que dentro de

cada clase hay divisiones y subdivisiones sociales, culturales, políticas y

5 José Ortega y Gasset, “La Rebelión de las Masas”, España, 1930. Pág. 34.[11]

Page 12: La Revolución: Conceptualización

económicas que hacen que un movimiento masivo direccionado de

forma revolucionaria nos resulte algo casi utópico.

Volviendo a Ortega y Gasset, su tesis comienza explicando que las cosas

(teatros, transportes, etc.) están pensadas para llenarse, pero que antes

no era así, no se llenaban. Hoy en día, quedan en todos lados personas

afuera, queriendo también "usufructuar" esos espacios. Plantea que la

muchedumbre, la masa, tomó de lleno aquellos espacios y lugares que

anteriormente estaban reservados a una "elite", que eran

preferenciales.

En este punto se hace necesario aclarar qué es lo que el autor llama

masa. “Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en

mal- por razones especiales, sino que se siente «como todo el mundo» y,

sin embargo, no se angustia, se siente bien al sentirse idéntico a los

demás. Y es indudable que la división más radical que cabe hacer de la

humanidad es ésta, en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho

y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se

exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo

que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a

la deriva.”6 Estas “boyas que van a la deriva” serían para Ortega y

Gasset los integrantes de la masa. A este respecto, hace una

diferenciación entre masas y clases sociales, sosteniendo que las

minorías no son solo selectas, no tienen solo que ver con hombres que

se exigen más que otros, sino con hombres que se sienten diferentes y

se unen por deseos o intereses comunes. De esto concluye que la masa

y las minorías no pueden verse como "clases sociales" sino que dentro

de cada clase habrá lo uno y lo otro. Por lo tanto, y contra la creencia

6 Ortega y Gasset, Op. CIt. Pág. 17.[12]

Page 13: La Revolución: Conceptualización

usual, también dentro de la llamada "clase obrera" (y que normalmente

es denominada como masa) existen hombres que conforman minorías.

Con respecto a esta rebelión de las masas, lo primero que vislumbra es

que antes, ciertos placeres de carácter artístico y lujoso, o funciones de

gobierno y política eran ejercidas únicamente por minorías calificadas.

En cambio, hoy en día la masa ha resuelto adelantarse al primer plano

social y ocupar aquellos puestos y placeres que antes se consideraban

reservados a unos pocos. De esto se fue desprendiendo el ascenso de

las masas en la escala social hasta llegar a la situación actual. Hoy en

día, es la masa la que gobierna. Anteriormente, la masa aceptaba que

existían minorías mejor preparadas que sabían algo más sobre los

"asuntos públicos", pero hoy han decidido imponer y dar vigor de ley a

sus "tópicos de café". A través del tiempo, lo que antes era llamado

"pueblo" creía en sus derechos y en su "soberanía" como algo

puramente ideal, hoy en día la masa ha hecho de esto una realidad, que

no solo se refleja en la legislación, sino también en el corazón de cada

individuo. Desde la segunda mitad del siglo XIX, el hombre medio no

halla barreras sociales, no tiene trabas ni limitaciones, no existen

personas civilmente privilegiadas, esto le ha dado la posibilidad al

“hombre-masa” de llegar a los primeros puestos, a aquellos que antes

eran considerados de elite.

Para finalizar con este punto, el autor concluye: “Este es el mayor

peligro que hoy amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el

intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social

por el Estado; es decir, la anulación de la espontaneidad histórica, que

en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos. Cuando la

masa siente alguna desventura o, simplemente, algún fuerte apetito, es

una gran tentación para ella esa permanente y segura posibilidad de

[13]

Page 14: La Revolución: Conceptualización

conseguir todo -sin esfuerzo, lucha, duda, ni riesgo- sin más que tocar el

resorte y hacer funcionar la portentosa máquina. La masa se dice: «El

Estado soy yo», lo cual es un perfecto error. El Estado es la masa sólo en

el sentido en que puede decirse de dos hombres que son idénticos,

porque ninguno de los dos se llama Juan. Estado contemporáneo y masa

coinciden sólo en ser anónimos. Pero el caso es que el hombre-masa

cree, en efecto, que él es el Estado, y tenderá cada vez más a hacerlo

funcionar con cualquier pretexto, a aplastar con él toda minoría creadora

que lo perturbe; que lo perturbe en cualquier orden: en política, en

ideas, en industria.”7 O sea, que la espontaneidad social quedará

suprimida, y la sociedad tendrá que vivir para el estado, para la máquina

del gobierno, donde no existirán nuevos movimientos, ni ideas, ni

creatividad, sino que todo será igual, todo masivo, porque la masa no

desea la convivencia con lo que no es ella. Odia a muerte todo lo que no

es ella.

Ahora bien, encarguémonos del segundo concepto contemporáneo de

revolución que resulta interesante, el desarrollado por Mattelart. Este

concepto se puede ir descubriendo a lo largo de la lectura de sus libros

“Historia de las teorías de comunicación”, “Geopolítica de la Cultura” y

“Historia de la sociedad de la información”; pero se ve plasmado de

forma contundente en el capítulo sexto del último libro nombrado, bajo

el título: “Sociedad global de la información: un envite geopolítico”.

En este capítulo, Mattelart plantea que el lenguaje revolucionario ha

emigrado hacia el campo del liberalismo, que ha acuñado la noción de

"revolución de la información", que está conformada básicamente por

tres ejes:

- La revolución de los asuntos públicos.

7 Ortega y Gasset, Op. Cit. Pág. 58.[14]

Page 15: La Revolución: Conceptualización

- La revolución en los asuntos militares.

- La revolución gerencial.

Cree que en este momento particular de la historia, el saber, más que

nunca, es poder. Las nuevas fuentes del poder son la información libre

(creada por el marketing, la televisión, los medios, la propaganda, etc.),

la información comercial, y la información estratégica. El nuevo sistema

informacional, y sobre todo el internet, se está convirtiendo en el vector

de la ampliación de una comunidad pacífica de democracias, que

termina siendo garantía de un mundo libre y próspero.

Mattelart plantea que el tener poder en el campo de la información es

equivalente a tener la capacidad de engendrar en el otro el deseo de

aquello que uno quiere que desee. Por lo tanto, si un Estado consigue

por este medio que su poder sea legítimo, y logra instaurar instituciones

internacionales que llevan a la gente a limitar sus actividades, no existe

entonces la necesidad de gastar tantos recursos económicos y militares

como antes. La revolución en los asuntos diplomáticos, también se da

por medio de lo que algunos estrategas hoy llaman "netwar", que son

aquellos conflictos que se producen cuando hay infiltraciones de

terceros en las redes informáticas gubernamentales.

La revolución en el plano militar, se refiere a la desmesurada cantidad

de fe que depositan los gobiernos en las agencias de seguridad nacional,

que por medio de "inteligencia informática" captan informaciones y

comunicaciones que hoy se consideran vitales para mantener el orden

militar, la paz y la seguridad de la naciones.

Este tipo de revolución también está relacionada con la evolución

informática de los armamentos militares que permitirían guerras

totalmente distintas a las anteriores.

[15]

Page 16: La Revolución: Conceptualización

Por último, el plano de la revolución gerencial se refiere al nuevo

discurso que, según Mattelart, tienen los teóricos del management

global para quienes el mundo carece de fronteras y de "líder". La red ha

quitado el valor a las nociones de centralidad, territorialidad y

materialidad, propias del Estado-nación y las ha suplantado por las

cuatro virtudes cardinales de la sociedad de la información:

descentralizar, globalizar, armonizar y dar empowerment. El espacio

físico ya no será algo pertinente ni necesario, cada vez hay menos

dependencia de los lugares y tiempos específicos.

Dice Mattelart, que los "tecnolibertarios" han convertido estas creencias

en su religión, la liberación respecto de un Estado al que se considera

omnipresente es el eje central de la "Declaración de independencia del

ciberespacio". O sea que, las claves del éxito para esta nueva forma de

civilización son la desmasificación, la personalización del consumidor, la

individualidad y la libertad. De esta manera, el mundo se está

metamorfoseando en "comunidades de consumo", dejando de lado el

concepto tradicional de comunidad, y pregonando el advenimiento de

una “sociedad civil global”.

[16]

Page 17: La Revolución: Conceptualización

Ahora bien, si tenemos en cuenta estas nociones renovadas de la

revolución, podemos concluir que las relaciones públicas tienen mucho

que ver en este ámbito. Si bien anteriormente ya tenían la posibilidad de

incidir desde el punto de vista de la propaganda y el marketing político,

hoy en día la revolución de la información y las comunicaciones es un

tema que compete casi de forma exclusiva a las relaciones públicas,

como disciplina íntimamente ligada a la comunicación. Las relaciones

públicas incidirán en la forma en que los Estados manejan sus

comunicaciones, sus relaciones exteriores, que sin duda también

sufrirán una profunda metamorfosis a partir de esta revolución

informática que nos brinda continuamente nuevas formas de

comunicación y nuevas fuentes de información que son vitales tanto

para los Estados, como para las empresas. También tienen incidencia las

relaciones públicas en la estratificación de esta masa que identificó

Ortega y Gasset, en el intento de individualizar la comunicación para

cada público, y al mismo tiempo clarificarla y ordenarla coherentemente

para la masa que hoy en día mueve al mundo.

Volviendo a las relaciones públicas y la revolución de la información, se

debe tener en cuenta que las relaciones públicas deberán estar

continuamente al tanto de las nuevas tecnologías a las que deberán dar

uso, sobre todo cuando esta revolución (casi exclusivamente

informática) que estamos viviendo evoluciona día a día frente a nuestros

ojos y modifica de forma radical los medios de comunicación entre las

personas, las empresas, los organismos, instituciones y Estados.

Una tendencia cada vez más imponente en las prácticas de

comunicación en las organizaciones comprende el desarrollo de micro-

medios propios a cada empresa: broadcasting, universidades

corporativas, publicaciones especializadas, etc. Hoy en día ya existen

[17]

Page 18: La Revolución: Conceptualización

webchannels de todo tipo, relacionados con la comunicación de las

empresas e instituciones al mundo, al igual que los podcasts temáticos,

para aquellos particularmente interesados en algún tema.

Otro tema a tener en cuenta, será la descentralización de los mensajes.

Anteriormente se estilaba la construcción de un mensaje clave,

repetitivo y uniforme. Pero hemos ingresado en la era de la

microsegmentación, donde las personas tienen la posibilidad de acceder

a espacios de interacción libres y gratuitos, en los cuales la información

se reproduce constantemente y llega al punto de desbordar a las

personas que pueden consumirlas. Por esto, se debe saber aprovechar y

utilizar de forma correcta las nuevas tecnologías de conversaciones

dinámicas, de distribución de información y recuerdo de las personas

logueadas (por medio de IPs y cuentas de usuario) para que al acceder a

las páginas que contengan información que nos interesa (ya sea la

página web de una compañía, una institución, un Estado, etc.), las

personas obtengan de forma inmediata aquella información que les

resulte de interés real.

Las nuevas tecnologías nos permiten la capacidad de adelantarnos al

navegante, de conocer aquello que le interesa mediante recursos

simples (y que están ya muy instalados) como la utilización de

herramientas y opciones informáticas del estilo: me gusta, recomendar,

comentar, reenviar, notas relacionadas, etc.

También se debe tener en cuenta que los públicos, a la hora de

enfrentarse al internet, tienen cada vez menos necesidad de navegar

diversa cantidad de páginas para encontrar lo que buscan, dado que se

pueden mantener todos los sitios conectados por medio de simples

recursos como el uso de Google Buzz, o aquellos programas que

[18]

Page 19: La Revolución: Conceptualización

permiten conectar redes sociales, mails, servicios de chat, buscadores, y

páginas favoritas en un solo servidor.

Al mismo tiempo, tenemos que considerar que las comunicaciones

deben ser cada vez más innovadoras, espontáneas y creativas. Las

instituciones y empresas no pueden quedarse con el tradicional

concepto de comunicación web por medio de una página formal y

estrictamente organizada que hoy en día puede aburrir rápidamente a

quien la transite. La sobrecarga actual de información en todos los

medios de comunicación, disminuye el tiempo de atención de las

personas, y aumenta su inmunidad a los mensajes corporativos, es por

esto que al momento de plantearnos una campaña de relaciones

públicas se deberá tener en cuenta que se requiere el desarrollo de

experiencias de comunicación intensas, inmediatas, emocionales y

memorables.

Como conclusión, nos queda que las herramientas nunca deben

sobrepasar a quien las utiliza. Toda comunicación que tenga en cuenta

las nuevas tecnologías y que quiera situarse dentro de la vanguardia de

la revolución comunicacional, debe tener una planificación y un objetivo

claro. Debemos mantener siempre un completo control sobre ellas, y no

perder de vista el punto al que queremos llegar, utilizarlas sólo porque

sean novedosas y atraigan público no nos llevará a ningún lado, y

terminará coartando su potencial.

[19]

Page 20: La Revolución: Conceptualización

BIBLIOGRAFÍA

- Antonio Gramsci, La Revolución contra el Capital, ensayo publicado en

la edición milanesa de "Avanti", el 24 de Noviembre de 1917.

- Armand Mattelart, Historia de las Teorías de Comunicación, Paidós

Comunicación, España, 1997.

- Armand Mattelart, Geopolítica de la Cultura, Ediciones Desde Abajo,

Colombia, 2004.

- Armand Mattelart, Historia de la Sociedad de la Información, Paidós

Comunicación, España, 2007.

- José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, España, 1930.

- León Trotsky, La Revolución Permanente, Fundación Federico Engels,

2001.

- Luis Villoro, Sobre el concepto de revolución, Editado por el Centro de

Estudios Constitucionales como "Estudio Premiado".

- Patricia Moglia y otros, Pensar la Historia: Argentina desde una historia

de América Latina, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1998.

- Raquel Sánchez García, "Reflexiones sobre la Revolución en torno a

1848", Universidad Complutense de Madrid, 2009.

[20]