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Libre circulación de mercancías Guía para la aplicación de las disposiciones del Tratado que rigen la libre circulación de mercancías Comisión Europea Empresa e Industria

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libre circulación de mercancias

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  • Libre circulacin de mercancasGua para la aplicacin de las disposiciones del Tratado que rigen la libre circulacin de mercancas

    Comisin EuropeaEmpresa e Industria

    LIBRE CIRCULACIN DE MERCANCASG U A P A R A L A A P L I C A C I N D E L A S D I S P O S I C I O N E S D E L T R A T A D O Q U E R I G E N L A L I B R E C I R C U L A C I N D E M E R C A N C A S

    NB-31-09-160-ES-C

    ISBN 978-92-79-13479-1

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  • Comisin EuropeaEmpresa e Industria

    Libre circulacin de mercancasGua para la aplicacinde las disposiciones del Tratadoque rigen la libre circulacin de mercancas

    Elaborado y redactado por la Direccin C, Poltica reglamentaria,de la Direccin General de Empresa e Industria

  • Nota legal:

    Ni la Comisin Europea ni ninguna persona que acte en su nombre se responsabilizar del uso que pudiera hacerse de esta infor-macin, ni de los errores que pueda haber a pesar de la preparacin y comprobacin precisas de la misma. Esta publicacin no refl eja necesariamente las opiniones de la Comisin Europea.

    Cualquier comentario o sugerencia en relacin con este documento deber ser enviado a la Direccin General de Empresa e Industria, Unidad C.2

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    Al fi nal de la obra fi gura una nota catalogrfi ca.

    Luxemburgo: Ofi cina de Publicaciones de la Unin Europea, 2010

    ISBN 978-92-79-13479-1doi:10.2769/25310

    Unin Europea, 2010Reproduccin autorizada, con indicacin de la fuente bibliogrfi ca, salvo que se indique lo contrario.

    El uso o la reproduccin por parte de terceras personas de material protegido por derechos de copyright estar sujeto a la obtencin de una autorizacin por parte del titular de dichos derechos.

    Imagen de portada: Freight containers. Binkski #15628201 Fotolia.com

    Printed in Belgium

    IMPRESO EN PAPEL BLANQUEADO SIN CLORO

  • Pgina 3

    PrefacioLa presente gua para la aplicacin de las disposiciones del Tratado que rigen la libre circulacin de mercancas pretende ayudar a estudiar la evo-lucin de este mbito fundamental para la integracin europea y a enfrentarse a los nuevos desafos que plantea desde el punto de vista de un abogado. El mercado interior de mercancas se ha convertido en una de las historias de xito del proyecto europeo y sigue siendo un importante catalizador del crecimiento en la Unin Europea (UE).

    Aunque la gua no es la primera de este tipo, las ediciones anteriores se plantearon principalmente como una forma prctica de que los pases candi-datos y las autoridades nacionales se familiarizasen con el concepto de los artculos 28 a 30 del Tratado CE. La versin actual es ms minuciosa. Refl eja la experiencia profesional del servicio de la Comisin responsable de la aplicacin de las disposiciones del Tratado que rigen la libre circulacin de mercancas(*) y proporciona una visin global de las barreras comerciales que se han encontrado en la prctica y que se siguen encontrando. La gua resume la jurisprudencia pertinente y la completa con comentarios, aunque no pretende cubrir el tema de un modo exhaustivo; se trata, ms bien, de un manual en el que se plantean las preguntas surgidas a raz de la aplicacin prctica de dichas disposiciones del Tratado y se les da respuesta.

    La gua puede resultar til para las administraciones nacionales de los Estados miembros, tanto en relacin con el marco regulador existente como con la elaboracin de nuevos actos legislativos nacionales. En el mbito no armonizado, tambin podr servir de orientacin a los abogados que asesoran a sus clientes acerca del mercado interior. Por ltimo, el mercado interior siempre ha generado inters en los terceros pases que desean comprender el marco jurdico del mercado europeo y aprender de la experiencia europea de los ltimos cincuenta aos. Esta gua puede aportar conclusiones tiles a este respecto.

    La gua refl eja la legislacin y la jurisprudencia existentes a 31 de diciembre de 2009. La legislacin de la Unin Europea y las sentencias del Tribunal se pueden consultar en EUR-Lex(http://eur-lex.europa.eu). Las sentencias dictadas desde el 17 de junio de 1997 tambin estn disponibles en el sitio web del Tribunal de Justicia(http://curia.europa.eu).

    La gua no es un documento jurdicamente vinculante y no refl eja necesariamente la posicin ofi cial de la Comisin.

    Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Tratado CE ha sido modifi cado y ha pasado a denominarse Tratado de Funcionamiento de la Unin Europea (TFUE). Las disposiciones relativas a la libre circulacin de mercancas (antiguos artculos 28 a 30CE) no han sido modifi cadas, pero ha cambiado su numeracin, pasando a ser los artculos 34 a 36TFUE. Igualmente, otros artculos han visto modifi cada su numeracin. La presente Gua utilizar la nueva numeracin del TFUE, tambin cuando haga referencia a sentencias del Tribunal de Justicia dictadas de conformidad con el TratadoCE.

    (*) Esta segunda edicin de la gua la han elaborado y redactado: Santiago Barn Escmez, Sylvia Ferretti, Juliana Frendo, Octavien Ginalski, Maciej Grka, Hans Ingels, Christos Kyriatzis, Florian Schmidt, Carolina Stege, Laura Stokut y Yiannos Tolias. Podrn remitirse comentarios o sugerencias sobre la presente gua a la Direccin General de Empresa e Industria, Unidad C.2.

  • Pgina 5

    ndicePrefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

    1. Papel e importancia delalibre circulacin de mercancas en el mercado interior del siglo XXI . . . . . . . . . . . 8

    2. Disposiciones del Tratado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    3. mbito de aplicacin delartculo 34TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    3.1. Condiciones generales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93.1.1. mbito no armonizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    3.1.2. Signifi cado de mercancas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    3.1.3. Comercio transfronterizo/de trnsito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

    3.1.4. Destinatarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

    3.1.5. Medidas activas ypasivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    3.1.6. Ausencia de regla deminimis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    3.1.7. Aplicacin territorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    3.1.8. Restricciones cuantitativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    3.1.9. Medidas de efecto equivalente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    3.1.10. Modalidades de venta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    3.1.11. Restricciones de uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

    3.2. Principio de reconocimiento mutuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    3.3. Barreras comerciales tpicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163.3.1. Disposiciones nacionales relativas al acto de importacin (licencias de importacin, inspecciones y controles) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

    3.3.2. Obligaciones de designar a un representante o de proporcionar instalaciones de almacenamiento en el Estado miembro importador . . . . 16

    3.3.3. Controles nacionales de los precios y reembolso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

    3.3.4. Prohibiciones nacionales de determinados productos/sustancias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

    3.3.5. Homologacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    3.3.6. Procedimiento de autorizacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    3.3.7. Reglamentos tcnicos que contienen requisitos relativos a la presentacin de las mercancas (peso, composicin, presentacin,

    etiquetado, forma, tamao, envase) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    3.3.8. Restricciones de publicidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

    3.3.9. Obligaciones de depsito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

    3.3.10. Indicaciones de origen, marcas de calidad, incitacin a comprar productos nacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    3.3.11. Obligacin de usar la lengua nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    3.3.12. Restricciones en la venta a distancia (ventas por Internet, por correo, etctera) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

    3.3.13. Restricciones a la importacin de mercancas para uso personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

    4. Otras cuestiones especfi cas relativas al artculo 34TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    4.1. Importaciones paralelas de medicamentos y productos fi tosanitarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    4.2. Matriculacin devehculos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    5. Barreras a la exportacin (artculo35TFUE) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

    5.1. Exportaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

    5.2. Restricciones cuantitativas y medidas de efecto equivalente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

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    6. Justifi caciones de las barreras al comercio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

    6.1. Artculo 36TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276.1.1. Orden pblico, moralidad y seguridad pblicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

    6.1.2. Proteccin de la salud y la vida de las personas, animales y vegetales (principio de cautela) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

    6.1.3. Proteccin del patrimonio artstico, histrico o arqueolgico nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

    6.1.4. Proteccin de la propiedad industrial y comercial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

    6.2. Requisitos obligatorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296.2.1. Proteccin del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

    6.2.2. Proteccin del consumidor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

    6.2.3. Otros requisitos obligatorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

    6.3. Criterio de proporcionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

    6.4. Carga de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

    7. Relacin con otras libertades y artculos delTratado relativos a la libre circulacin de mercancas . . . . . 33

    7.1. Artculo 45TFUE: Libre circulacin de los trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

    7.2. Artculo 56TFUE: Libre prestacin de servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

    7.3. Artculo 63TFUE: Libre circulacin de capitales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

    7.4. Artculo 37TFUE: Monopolios estatales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

    7.5. Artculo 107TFUE: Ayudas otorgadas por los Estados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    7.6. Artculo 30TFUE: La unin aduanera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    7.7. Artculo 110TFUE: Disposiciones fi scales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    7.8. Artculo 114TFUE: Aproximacin de las legislaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

    7.9. Artculos 346, 347y 348TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    7.10. Artculo 351TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    8. Instrumentos relacionados de Derecho derivado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    8.1. Directiva 98/34/CE, por la que se establece un procedimiento de informacin en materia de las normas y reglamentaciones tcnicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    8.2. Reglamento (CE) n2679/98: Reglamento sobre las fresas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    8.3. Reglamento (CE) n764/2008: Reglamento sobre el reconocimiento mutuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    9. Aplicacin de los artculos34y 35TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    9.1. Efecto directo: aplicacin privada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    9.2. Solvit. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    9.3. Procedimientos de infraccin con arreglo a los artculos 258y 260TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399.3.1. Procedimiento establecido en los artculos 258y 260 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    9.3.2. Denuncias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    9.3.3. Prioridades y facultad de apreciacin de la Comisin para actuar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

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    Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

    A.Comunicaciones importantes en el mbito del artculo 34TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

    B.Aplicacin territorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42Territorios a los que se aplica el artculo 34TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

    Territorios a los que no se aplica el artculo 34TFUE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

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    La libre circulacin de mercancas es una de las historias de xito del proyecto europeo. Ha ayudado a construir el mercado interior del que se estn benefi ciando los ciudadanos y las empresas de Europa y que constituye el ncleo de las polticas de la Unin Europea (UE). El actual mercado interior facilita la compra y la venta de productos en los veintisiete Esta-dos miembros, cuya poblacin suma ms de 490millones de habitantes. Ofrece a los con-sumidores un amplio abanico de productos y les permite comparar precios en busca de la mejor oferta disponible. Adems, la libre circu-lacin de mercancas benefi cia a las empresas. Alrededor del 75% del comercio en el interior de la UE es de mercancas. El mercado nico europeo creado en las ltimas dcadas ayuda a las empresas de la UE a construir una plataforma fuerte en un entorno abierto, diverso y compe-titivo. Esta fuerza interior impulsa el crecimiento y la creacin de empleo en la Unin Europea y proporciona a las empresas de la UE los recursos que necesitan para triunfar en otros mercados mundiales. Un mercado interior de mercancas que funcione correctamente es, pues, un ele-mento crtico para la prosperidad actual y futura de la UE en una economa globalizada(1).

    Desde el punto de vista jurdico, el principio de la libre circulacin de mercancas ha sido un elemento clave en la creacin y el desarrollo del mercado interior. Corresponde a una de las libertades econmicas recogidas en el Tratado CE. Los artculos 28a 30del Tratado CE defi -nan el mbito de aplicacin y el contenido del principio prohibiendo las restricciones injusti-

    fi cadas del comercio en el interior de la UE. En la actualidad, el mercado interior va ms all de estos tres artculos del Tratado. En diversos mbitos, la legislacin armonizada ha especi-fi cado el signifi cado del mercado interior y de este modo ha enmarcado el principio de la libre circulacin de mercancas en trminos concre-tos para determinados productos. No obstante, la funcin primordial del principio del Tratado como puntal fundamental y red de seguridad del mercado interior permanece inalterada.

    Muchas de las restricciones importantes a la libre circulacin de mercancas se han elimi-nado. Las bases se sentaron cuando se intro-dujo el mercado nico europeo, en 1993, pero la llegada continua a la Comisin de reclamacio-nes de los ciudadanos y empresas seala que ni siquiera los grandes esfuerzos realizados en el pasado han eliminado todas las barreras comer-ciales. Las pequeas y medianas empresas son las que ms barreras siguen encontrando, por lo que prefi eren concentrar sus actividades en unos cuantos Estados miembros individuales en lugar de abrirse a todo el mercado interior, pues tienen difi cultades para hacer frente a las dife-rentes normas nacionales sobre los requisitos tcnicos de los productos an no armonizadas. Por otra parte, el acceso al mercado se puede complicar con las diferentes regulaciones de la venta al por menor y los precios, con las que las empresas de otros Estados miembros no estn familiarizadas.

    Por otra parte, los nuevos productos inno-vadores y los avances tecnolgicos plantean

    nuevos desafos. Un marco normativo nacional que no siga el ritmo de estos cambios podr obstaculizar rpidamente el comercio trans-fronterizo. Adems, la moderna tecnologa de la informacin, como Internet, facilita las compras transfronterizas y aumenta la demanda de una transferencia de mercancas rpida y fcil de un Estado miembro a otro. Como consecuen-cia estn saliendo a la luz ciertas restricciones comerciales existentes en determinados mbi-tos que en el pasado no resultaban evidentes.

    Sin embargo, la libre circulacin de mercancas no es un valor absoluto. En determinadas cir-cunstancias, ciertos objetivos polticos primor-diales pueden precisar restricciones, o incluso prohibiciones, que, pese a obstaculizar el libre comercio, sirvan a fi nes importantes, como la proteccin del medio ambiente o la salud humana. En un contexto de grandes cambios mundiales, no causa sorpresa que la libre circu-lacin de mercancas se haya hecho ms ecol-gica en los ltimos aos, lo que demuestra que el modo de ver ciertos motivos de justifi cacin puede cambiar a lo largo del tiempo. As pues, cuando se aplica el Derecho de la Unin Europea, la tarea de conciliar objetivos diferentes (a veces contradictorios) y garantizar la adopcin de un planteamiento proporcionado es constante.

    Actualmente, la libre circulacin de mercancas incluye diferentes polticas y se adapta armo-niosamente a un mercado interior responsable que garantiza un acceso fcil a productos de alta calidad, en combinacin con un grado ele-vado de proteccin de otros intereses pblicos.

    1. Papel e importancia delalibre circulacin de mercancas en el mercado interior del siglo XXI

    (1) Vase la Comunicacin de la Comisin El mercado interior de mercancas, pilar de la competitividad europea, COM(2007)35fi nal.

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    Las principales disposiciones del Tratado que rigen la libre circulacin de mercancas son:

    el artculo 34 TFUE, que se refi ere a las importaciones en el interior de la UE y prohbe las restricciones cuantitativas a la importacin, as como todas las medidas de efecto equivalente entre los Estados miembros;

    el artculo 35TFUE, que se refi ere a las expor-taciones de un Estado miembro a otro y prohbe, del mismo modo, las restriccio-nes cuantitativas a la exportacin, as como todas las medidas de efecto equivalente; y

    el artculo 36TFUE, que establece excep-ciones, justifi cadas por ciertas razones, a las libertades del mercado interior previstas en los artculos 34y 35TFUE.

    El artculo 37 TFUE del captulo del Tratado relativo a la prohibicin de las restricciones cuantitativas entre los Estados miembros con-tiene tambin normas sobre el ajuste de los monopolios nacionales de carcter comercial. Su funcin y su relacin con los artculos 34a 36TFUE se describir brevemente en el captulo 7de la presente gua.

    2. Disposiciones del Tratado

    3. mbito de aplicacin delartculo 34TFUE

    3.1. Condiciones generales

    3 . 1 . 1 . M B I T O N O A R M O N I Z A D O

    Aunque los artculos 34a 36TFUE sientan las bases del principio general de la libre circula-cin de mercancas, no son la nica medida legal de la compatibilidad de las acciones nacionales con las normas del mercado inte-rior. Estos artculos del Tratado no se aplican cuando la libre circulacin de un producto est plenamente armonizada por una normativa de la UE ms especfi ca, especialmente cuando las especifi caciones tcnicas o las condiciones de venta del producto dado son objeto de armonizacin en el marco de directivas o regla-mentos adoptados por la UE. En otros casos, normas ms especfi cas del Tratado, como el artculo 110TFUE sobre las disposiciones fi scales que pueden obstaculizar el mercado interior, prevalecen sobre las disposiciones de los artculos 34a 36TFUE.

    Cuando se ha de aplicar el Derecho derivado, cualquier medida nacional en este mbito debe apreciarse a la luz de las disposiciones de la medida de armonizacin, y no de las del Tratado(2).

    Ello obedece a que se puede entender que la legislacin armonizadora justifi ca el principio de la libre circulacin de mercancas estable-ciendo los derechos y deberes reales que se han de respetar cuando se trata de productos especfi cos. Por lo tanto, cualquier problema cubierto por las normas armonizadoras se tendr que analizar a la luz de estos trminos concretos y no de acuerdo con los principios generales consagrados en el Tratado.

    No obstante, tras cincuenta aos de actividad del legislador comunitario para establecer unas normas armonizadas, las disposiciones del Tra-tado sobre la libre circulacin de mercancas conservan su razn de ser; su mbito de aplica-cin an es considerable. O bien ciertas circuns-

    tancias y/o productos no se han armonizado en absoluto, o bien solo son objeto de una armo-nizacin parcial. En todos los casos en que no se pueda hallar legislacin armonizadora espe-cfi ca, cabe invocar los artculos 34a 36TFUE. A este respecto, los artculos del Tratado actan como una red de seguridad, que garantiza la posibilidad de analizar la compatibilidad de cualquier obstculo al comercio en el mercado interior con el Derecho de la Unin Europea.

    3 . 1 . 2 . S I G N I F I C A D O

    D E M E R C A N C A S

    Los artculos 34y 35TFUE abarcan todo tipo de importaciones y exportaciones de mercancas y productos. La gama de mercancas cubierta es tan amplia como la de las mercancas con valor econmico existentes: por mercancas, en el sentido del Tratado, se entienden los pro-ductos que pueden valorarse en dinero y que, como tales, pueden ser objeto de transacciones comerciales(3).

    (2) Asunto C-309/02, Radlberger Getrnkegesellschaft y Spitz [2004], Rec. p.I-11763, apartado53.

    (3) Asunto 7/68, Comisin/Italia [1968], Rec. p.423.

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    En sus sentencias, el Tribunal de Justicia ha acla-rado en diversas ocasiones la denominacin ade-cuada de un producto determinado. Las obras de arte se deben considerar mercancas(4). Las monedas que ya no estn en circulacin tam-bin entraran en la defi nicin de mercancas, del mismo modo que los billetes de banco y los che-ques al portador(5); en cambio, las donaciones en especie, no(6). Los residuos que sean objeto de una transaccin comercial se deben conside-rar mercancas aunque no sean reciclables. La electricidad(7) y el gas natural(8) se consideran mercancas, pero las seales de televisin(9) no.

    El ltimo ejemplo indica que puede resultar jurdicamente importante establecer una dis-tincin entre mercancas y servicios. Aunque el pescado sea una mercanca, los derechos de pesca y las autorizaciones de pesca con caa no quedan cubiertos por el principio de la libre circulacin de mercancas, sino que estn comprendidos en una actividad de servicios en el sentido de las disposiciones del Tratado relativas a la libre prestacin de servicios(10).

    3 . 1 . 3 . C O M E R C I O

    T R A N S F R O N T E R I Z O / D E T R N S I T O

    Con arreglo a su tenor, el artculo 34TFUE se aplica a los obstculos en el comercio entre los Estados miembros. Por lo tanto, para evaluar un asunto de conformidad con esta disposicin existe el requisito previo del elemento trans-fronterizo. Las medidas puramente nacionales, que afectan nicamente a las mercancas nacio-nales, escapan al mbito de aplicacin de los artculos 34a 36TFUE. Las condiciones relativas al requisito transfronterizo son sencillas: basta con que la medida en cuestin pueda entorpe-cer indirecta o potencialmente el comercio en el interior de la UE(11).

    Implcitamente, la necesidad de un elemento transfronterizo signifi ca que el Derecho de la Unin Europea no impide a los Estados miembros tratar sus productos nacionales de un modo menos favorable que las importa-ciones (discriminacin en sentido inverso). Sin embargo, en la prctica este problema no se suele presentar, pues normalmente a los Estados miembros no les interesa incidir nega-tivamente en las mercancas fabricadas en su propio territorio. Aunque el artculo 34TFUE es de aplicacin cuando un producto nacional sale del Estado miembro y se vuelve a importar, es decir, se reimporta(12), no lo es cuando el nico fi n de la reimportacin es evitar las nor-mas nacionales(13).

    El requisito transfronterizo tambin se puede cumplir si el producto simplemente se encuen-tra en trnsito por el Estado miembro de que se trate. El Tribunal ha precisado que la libre circulacin de mercancas supone la existen-cia de un principio general de libre trnsito de mercancas por la UE(14).

    Tanto si la fabricacin inicial de las mercancas ha tenido lugar dentro del mercado interior como si se ha producido fuera de este, una vez se encuentran en libre circulacin en el mer-cado nico todas ellas se acogen al principio de libertad de circulacin.

    3 . 1 . 4 . D E S T I N A T A R I O S

    Los artculos 34a 36TFUE tratan de las medi-das adoptadas por los Estados miembros. Sin embargo, en este contexto, Estados miem-bros se ha interpretado de manera amplia para incluir a todas las autoridades de un pas, ya sean centrales o de un Estado federal o cua-lesquiera otras autoridades territoriales (15).

    El requisito establecido en estos artculos se aplica a los organismos legislativos, judiciales y administrativos de los Estados miembros(16). Evidentemente, ello cubre las medidas adopta-das por todos los organismos establecidos con arreglo al Derecho pblico como organismos pblicos. El simple hecho de que un organismo est establecido con arreglo al Derecho privado no impide que las medidas que adopte se impu-ten al Estado. De hecho, el Tribunal declar que:

    las medidas adoptadas por un organismo profesional al que la legislacin nacional ha concedido competencias de reglamen-tacin y disciplinarias en relacin con su profesin pueden entrar en el mbito de aplicacin del artculo 34TFUE(17);

    las actividades de los organismos estable-cidos en rgimen de entidad de Derecho privado pero que han sido creados por ley, financiados principalmente por el Gobierno o por aportaciones obligatorias de las empresas de un sector determinado y/o cuyos miembros son nombrados o supervisados por las autoridades pblicas se pueden atribuir al Estado(18).

    En un asunto reciente, el Tribunal parece incluso haber reconocido que las declaraciones realizadas pblicamente por un funcionario, aun sin tener fuerza legal, pueden imputarse a un Estado miembro y constituir un obstculo a la libre circulacin de mercancas si los desti-natarios de tales declaraciones pueden razona-blemente suponer, en el contexto dado, que se trata de posiciones que el funcionario adopta en virtud de la autoridad de su cargo(19).

    Aunque el trmino Estado miembro se uti-liza en sentido amplio, en general no se aplica

    (4) Asunto 7/78, Thompson [1978], Rec. p.2247.

    (5) Asunto C-358/93, Bordessa y otros [1995], Rec. p.I-361.

    (6) Asunto C-318/07, Persche [2009], Rec. I-359, apartado29.

    (7) Asunto C-393/92, Almelo/Energiebedrijf Ijsselmij [1994], Rec. p.I-1477.

    (8) Asunto C-159/94, Comisin/Francia [1997], Rec. p.I-5815.

    (9) Asunto 155/73, Sacchi [1974], Rec. p.409.

    (10) Asunto C-97/98, Jgerskild [1999], Rec. p.I-7319.

    (11) Asunto 8/74, Dassonville [1974], Rec. p.837, apartado5.

    (12) Asunto 78/70, Deutsche Grammophon/Metro [1971], Rec. p.487.

    (13) Asunto 229/83, Leclerc y otros [1985], Rec. p.1.

    (14) Asunto C-320/03, Comisin/Austria [2005], Rec. p.I-9871, apartado65.

    (15) Asuntos acumulados C-1/90y C-176/90, Aragonesa de Publicidad Exterior y Publivia [1991], Rec. p.I-4151.

    (16) Asunto 434/85, Allen & Hanburys [1988], Rec. p.245, apartado25; y asunto C-227/06, Comisin/Blgica (pendiente de publicacin en la Rec.), apartado 37.

    (17) Vanse los asuntos acumulados 266/87y 267/87, The Queen/Royal Pharmaceutical Society of Great Britain [1989], Rec. p.1295, y C-292/92, Hnermund y otros [1993], Rec. p.I-6787.

    (18) Vanse los asuntos 249/81, Comisin/Irlanda (Buy Irish) [1982], Rec. p.4005; C-325/00, Comisin/Alemania [2002], Rec. p.I-9977, y C-227/06, Comisin/Blgica, no publicados en la Rec.

    (19) Asunto C-470/03, A.G.M.-COS.MET Srl [2007], Rec. p.I-2749.

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    a medidas puramente privadas, es decir, a medidas adoptadas por particulares o por empresas privadas.

    Por ltimo, en virtud de una jurisprudencia rei-terada, el artculo 34TFUE se aplica tambin a las medidas adoptadas por las instituciones de la UE. Sin embargo, en relacin con el recurso judicial, se debe conceder al legislador de la UE una amplia facultad de apreciacin. Por con-siguiente, slo el carcter manifi estamente inadecuado de una medida adoptada con rela-cin al objetivo que tiene previsto conseguir la institucin competente puede afectar a la legalidad de tal medida(20).

    3 . 1 . 5 . M E D I D A S A C T I V A S

    Y P A S I V A S

    El artculo 34TFUE se suele caracterizar como un derecho de defensa que se puede invocar contra las medidas nacionales que creen obst-culos injustifi cados al comercio transfronterizo. Por consiguiente, las infracciones del artculo 34TFUE podran presuponer actividad por parte de un Estado. En este sentido, las medidas que entran en el mbito de aplicacin del artculo 34TFUE consisten principalmente en disposi-ciones vinculantes de la legislacin de los Esta-dos miembros, pero las medidas no vinculantes tambin pueden constituir una infraccin del artculo 34TFUE(21). Una prctica administra-tiva puede constituir un obstculo prohibido a la libre circulacin de mercancas siempre y cuando presente un grado sufi ciente de conti-nuidad y generalidad(22).

    En vista de las obligaciones que incumben a los Estados miembros en virtud del artculo4, apartado 3, del Tratado de la Unin Europea (antiguo artculo 10 CE), que les impone la adopcin de todas las medidas adecuadas para garantizar el cumplimiento de las acciones del Tratado y la efi cacia prctica (eff et utile) del Derecho de la Unin Europea, en determina-das circunstancias tambin se puede infringir

    el artculo 34TFUE por inactividad de un Estado miembro, es decir, porque un Estado miembro se abstenga de adoptar las medidas necesarias para enfrentarse a los obstculos a la libre cir-culacin de mercancas. El obstculo concreto podra incluso estar relacionado con la accin de particulares. En el asunto C-265/95se con-sider a Francia responsable de las acciones de los agricultores franceses que intentaban res-tringir la importacin de mercancas agrcolas procedentes de los Estados miembros vecinos interceptando los camiones que transportaban dichas mercancas o destruyendo sus cargas. La nointervencin de las autoridades nacionales contra estos actos se consider una infraccin del artculo 34TFUE, pues los Estados miembros tienen la obligacin de garantizar la libre circu-lacin de productos por su territorio adoptando las medidas necesarias y adecuadas a los fi nes de impedir cualquier restriccin debida a actos de particulares(23).

    Adems, el artculo 34TFUE podra crear una obligacin de resultado. Esta obligacin se infringe cuando un Estado miembro no llega a alcanzar los objetivos por inactividad o por actividad insufi ciente. En el asunto C-309/02, relativo a un sistema alemn de devolucin obligatoria de envases de bebidas de un solo uso, el Tribunal supedit el cumplimiento del principio de libre circulacin de mercancas por el sistema de depsito a la existencia y el correcto funcionamiento de un sistema en que cualquier fabricante o distribuidor afectado pudiera efectivamente participar. Aunque la tarea de establecer el sistema de devolucin de envases se confi a empresas privadas, se consider al Estado miembro responsable de que el resultado se alcanzase o no(24).

    3 . 1 . 6 . A U S E N C I A D E R E G L A

    D E M I N I M I S

    No existe un principio de minimis para los artcu-los relativos a la libre circulacin de mercancas. Segn la jurisprudencia constante, una medida

    nacional no escapa al mbito de aplicacin de los artculos 34y 35TFUE simplemente por-que el obstculo que crea sea leve y porque sea posible comercializar los productos de otras maneras(25). Por lo tanto, una medida estatal puede constituir una medida prohibida de efecto equivalente incluso si:

    su importancia econmica es relativamente reducida;

    solo es aplicable a una zona geogrfi ca muy limitada del territorio nacional(26);

    solo afecta a un nmero limitado de impor-taciones/exportaciones o de operadores econmicos.

    Se ha considerado que ciertas normas nacio-nales quedan fuera del mbito de aplicacin del artculo 34TFUE si su efecto restrictivo en el comercio entre Estados miembros es excesi-vamente aleatorio e indirecto(27). Sin embargo, no cabe considerar esto como una regla de minimis.

    3 . 1 . 7 . A P L I C A C I N T E R R I T O R I A L

    La obligacin de respetar las disposiciones del artculo 34TFUE se aplica a todos los Estados miembros de la Unin Europea y en ciertos casos se puede aplicar a los territorios europeos de cuyas relaciones exteriores sea responsa-ble un Estado miembro, y a los territorios de ultramar dependientes de un Estado miembro o asociados de algn otro modo con un Estado miembro.

    En algunos pases son las disposiciones de acuerdos especfi cos, y no las del TFUE, las que rigen el comercio de mercancas con los Estados miembros de la Unin Europea. Por ejemplo, los productos originarios de Islandia, Liechtenstein y Noruega circulan libremente por la UE en vir-tud del artculo 11del Acuerdo sobre el Espacio Econmico Europeo, y los productos industria-

    (20) Asuntos acumulados C-154/04y C-155/04, Alliance for Natural Health y otros [2005], Rec. p.I-6451, apartados 47y 52.

    (21) Asunto 249/81, Comisin/Irlanda (Buy Irish) [1982], Rec. p.4005; asunto C-227/06, Comisin/Blgica [2008], (no publicado en la Rec.).

    (22) Asunto 21/84, Comisin/Francia [1985], Rec. p.1355; asunto C-387/99, Comisin/Alemania [2004], Rec. p.I-3751, apartado42y jurisprudencia citada; asunto C-88/07, Comisin/Espaa [2009], Rec. p. I-1353.

    (23) Asunto C-265/95, Comisin/Francia [1997], Rec. p.I-6959, apartado31; vase tambin el asunto C-112/00, Schmidberger [2003], Rec. p.I-5659, apartado60, espe-cialmente en relacin con posibles justifi caciones (libertad de expresin y libertad de reunin).

    (24) Asunto C-309/02, Radlberger Getrnkegesellschaft y Spitz [2004], Rec. p.I-11763, apartado80.

    (25) Asuntos acumulados 177/82 y 178/82, Van de Haar [1984], Rec. p.1797; asunto 269/83, Comisin/Francia [1985], Rec. p.837; y asunto 103/84, Comisin/Italia [1986], Rec. p.1759.

    (26) Asunto C-67/97, Bluhme [1998], Rec. p.I-8033.

    (27) Asunto C-69/88, Krantz [1990], Rec. p.I-583; asunto C-93/92, CMC Motorradcenter [1993], Rec. p.I-5009; asunto C-379/92, Peralta [1994], Rec. p.I-3453; asunto C-44/98, BASF [1999], Rec. p.I-6269. Vase tambin el asunto C-20/03, Burmanjer [2005], Rec. p.I-4133, en el que el Tribunal sostuvo que las normas nacionales en cuestin, que supeditaban la venta ambulante de suscripciones a revistas a una autorizacin previa, no tenan en ningn caso una incidencia en la comercializacin de productos de otros Estados miembros lo bastante insignifi cante y aleatoria como para poderse considerar que poda obstaculizar o difi cultar de algn otro modo el comercio entre los Estados miembros.

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    Toda normativa comercial de los Estados miembros que pueda obstaculizar directa o indirectamente, real o potencialmente, el comercio intracomunitario debe conside-rarse una medida de efecto equivalente a las restricciones cuantitativas.

    Esta defi nicin ha quedado confi rmada por la jurisprudencia del Tribunal con variaciones menores. El trmino normativa comercial no se suele utilizar en la actualidad, pues, de hecho, la frmula de Dassonville no se limita a la nor-mativa comercial, sino que tambin abarca, por ejemplo, las normativas tcnicas.

    La Directiva 70/50/CEE(32), que se aplic for-malmente durante el perodo de transicin de la Comunidad, declaraba la intencin de la Comisin de abarcar no solo las medidas que concedan un trato ostensiblemente diferente a las mercancas nacionales y las importadas, sino tambin a las que se les aplicaban del mismo modo. Por consiguiente, en el asunto Dassonvi-lle, el Tribunal hizo hincapi en que el elemento ms importante a la hora de determinar si una medida nacional est sujeta al artculo 34TFUE es su efecto (que pueda obstaculizar directa o indirectamente, real o potencialmente), por lo que el aspecto discriminatorio de una medida ya no es el factor decisorio correspondiente al artculo 34TFUE. El Tribunal consider evidente que no solo las medidas manifi estamente discri-minatorias podan crear barreras al comercio de productos entre los Estados miembros.

    La sentencia del Tribunal en el asunto Cassis de Dijon(36) corrobor lo establecido en la Direc-tiva 70/50/CEE y en Dassonville. Al reconocer que poda haber diferencias entre las normas nacionales de los Estados miembros y que estas podan inhibir el comercio de mercancas, el Tribunal confi rm que el artculo 34 TFUE tambin poda abarcar las medidas nacionales que se aplicaban igualmente a las mercancas nacionales y las importadas. En este caso, los

    Estados miembros podran establecer excepcio-nes recurriendo no solo al artculo 36TFUE, sino tambin a los requisitos obligatorios, concepto contemplado por primera vez en esta sentencia.

    Por lo tanto, se puede concluir que el artculo 34TFUE no solo se aplica a las medidas nacio-nales que discriminan a las mercancas importa-das, sino tambin a las medidas legislativas que pudieran aplicarse del mismo modo tanto a las mercancas nacionales como a las importadas, pero que, en la prctica, resultan ms onerosas para las importaciones (esta carga particular deriva del hecho de que en realidad se exige que las mercancas importadas cumplan dos normativas: la del Estado miembro de fabrica-cin y la del Estado miembro de importacin. Estas normas se denominan en ocasiones indistintamente aplicables [vase el asunto Comisin/Italia(34)].

    As pues, y de acuerdo con las sentencias del Tribunal en Dassonville y, posteriormente, en Cassis de Dijon, no se necesitan elementos dis-criminatorios para que una medida nacional quede sujeta al artculo 34TFUE.

    3 . 1 . 1 0 . M O D A L I D A D E S D E V E N T A

    Casi veinte aos(35) despus de Dassonville, el Tribunal consider necesario sealar ciertas limitaciones al alcance del trmino medidas de efecto equivalente del artculo34TFUE.

    El Tribunal afi rm en Keck y Mithouard(36) que [d]ado que cada vez es ms frecuente que se invoque el artculo [34] del Tratado para impugnar cualquier tipo de normativa que, sin referirse a los productos de otros Estados miem-bros, limite la libertad comercial de los operado-res econmicos, este Tribunal considera nece-sario reexaminar y precisar su jurisprudencia en la materia. Con otras palabras, el origen y la intencin del reexamen de la jurisprudencia podra haber sido, entre otras cosas, la necesi-

    les originarios de Turqua circulan libremente por la UE en virtud de los artculos 5a 7de la Decisin n1/95del Consejo de asociacin CE-Turqua, relativa al establecimiento de la fase fi nal de la Unin Aduanera(28).

    En el anexo B de esta gua fi gura una lista deta-llada de los territorios a los que se aplica el art-culo 34TFUE.

    3 . 1 . 8 . R E S T R I C C I O N E S

    C U A N T I T A T I V A S

    Las restricciones cuantitativas se han defi nido como medidas que constituyen prohibiciones totales o parciales a la importacin, a la exporta-cin o al trnsito(29). Sera el caso, por ejemplo, de una prohibicin absoluta o un sistema de cuotas(30), es decir, las restricciones cuantita-tivas se aplican cuando se alcanzan los lmites mximos de importacin o exportacin. Sin embargo, solo estn sujetas a este artculo las cuotas no arancelarias, pues las arancelarias quedan cubiertas por el artculo 30TFUE.

    Una restriccin cuantitativa se puede basar en disposiciones reglamentarias o ser sim-plemente una prctica administrativa. Por lo tanto, incluso un sistema de cuotas encubierto u oculto estar sujeto al artculo 34TFUE.

    3 . 1 . 9 . M E D I D A S D E E F E C T O

    E Q U I V A L E N T E

    El trmino medida de efecto equivalente tiene un alcance muy superior al de una restriccin cuantitativa. El hecho de que no resulte fcil trazar una lnea divisoria exacta entre las restricciones cuantitativas y las medidas de efecto equivalente no tiene una gran importancia prctica, pues las normas se aplican a ambas del mismo modo.

    En Dassonville, el Tribunal de Justicia dio una interpretacin del sentido y el alcance de las medidas de efecto equivalente(31):

    (28) DO L35de 13.2.1996, p.1.

    (29) Asunto 2/73, Geddo [1973], Rec. p.865.

    (30) Asunto 13/68, Salgoil [1968], Rec. p.453.

    (31) Asunto 8/74, Dassonville [1974], Rec. p.837.

    (32) Directiva 70/50/CEE, relativa a la supresin de las medidas de efecto equivalente a las restricciones cuantitativas a la importacin no previstas por otras disposiciones adoptadas en virtud del Tratado CEE (DO 1970L13, p.29).

    (33) Asunto 120/78, Rewe-Zentral (Casis de Dijon) [1979], Rec. p.649.

    (34) Asunto C-110/05, Comisin/Italia [2009], Rec. p. I-519, apartado35.

    (35) El razonamiento de Keck y Mithouard (asuntos acumulados C-267/91y C-268/91, Keck y Mithouard [1993], Rec. p.I-6097) podra estar tambin presente en los asuntos precedentes 155/80, Oebel [1981], Rec. p.1993; 75/81, Blesgen [1982], Rec. p.1211; C-23/89, Quietlynn [1990], Rec. p.I-3059, y 148/85, Forest [1986], Rec. p.3449. En contraste con este razonamiento, vanse los asuntos acumulados (anteriores a Keck y Mithouard) 60/84y 61/84, Cinthque [1985], Rec. p.2605, as como el asunto C-145/88, Torfaen [1989], Rec. p.3851(primer asunto de la legislacin sobre el ejercicio de actividades comerciales en domingo). La difi cultad en la aplicacin del crite-rio en Torfaen fue evidente en la jurisprudencia del Reino Unido. Ejemplo: B&Q plc/Shrewsbury BC [1990], 3CMLR 535, y Stoke City Council/B&Q [1990], 3CMLR 31. Para un resumen sobre la jurisprudencia relativa al artculo 28CE previa a la sentencia Keck y Mithouard, vanse las conclusiones del Abogado General Jacobs en el asunto C-412/93, Leclerc-Siplec [1995], Rec. pp.I-179a I-182, puntos 23a33.

    (36) Asuntos acumulados C-267/91y C-268/91, Keck y Mithouard [1993], Rec. p.I-6097, apartado14.

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    dad de limitar el fl ujo de causas incoadas con el fi n de cuestionar los pilares clave del bienestar social y las disposiciones sociales internas de los Estados miembros que nunca han tenido por objeto interferir en la libre circulacin(37).

    En Keck y Mithouard, el Tribunal sostuvo, refi -rindose a Cassis de Dijon, que las normas relativas a los requisitos que deben cumplir las mercancas constituyen medidas de efecto equivalente, prohibidas por el artculo [34](38). Inmediatamente despus afi rm: [e]n cam-bio, procede declarar, en contra de lo que hasta ahora se ha venido juzgando, que la aplicacin a productos procedentes de otros Estados miem-bros de disposiciones nacionales que limiten o prohban ciertas modalidades de venta no es susceptible de obstaculizar directa o indirec-tamente, real o potencialmente, el comercio entre los Estados miembros en el sentido de la jurisprudencia Dassonville(39).

    De hecho, las normas relativas a los requisitos que han de cumplir las mercancas se siguen tratando conforme a Cassis de Dijon y, por lo tanto, se considera que pueden entrar per se en el mbito de aplicacin del artculo 34TFUE independientemente de si tambin introducen discriminacin basada en el origen de los pro-ductos(40). Por el contrario, las modalidades de venta solo entran en el mbito de aplicacin del artculo 34TFUE a condicin de que la parte que alegue una infraccin pueda demostrar que introducen discriminacin basndose en el ori-gen de los productos, de hecho o de derecho. La discriminacin de derecho se produce cuando las medidas son manifi estamente discriminato-rias(41). En cambio, la discriminacin de hecho es ms compleja.

    Resulta relativamente ms fcil comprender a qu tipos de medidas ataen las caractersti-cas de los productos que cules son los tipos de medidas que constituyen modalidades de

    venta. Las medidas a las que ataen las caracte-rsticas de los productos podran ser, por ejem-plo, las relativas a la forma, el tamao, el peso, la composicin, la presentacin, la identifi cacin o el acondicionamiento. Dicho esto, en algu-nos casos no parece a primera vista que ciertas medidas guarden relacin las caractersticas del producto, pero el Tribunal sostiene que s la guardan(42).

    En Canal Satlite Digital(43), la cuestin que se someti al Tribunal fue si el procedimiento de registro en cuestin, que obligaba a los ope-radores a inscribirse en un registro ofi cial y a declarar en l sus productos, infringa el artculo 34TFUE. Para poder inscribirse, los operado-res tenan que comprometerse a ajustarse a las especifi caciones tcnicas y obtener un informe tcnico previo emitido por las autoridades nacionales y una certifi cacin administrativa previa del cumplimiento de los requisitos tc-nicos y de otro tipo. El Tribunal concluy que estos requisitos infringan el artculo 34TFUE y seal que la necesidad de adaptar los produc-tos en cuestin a las normas nacionales impeda que el requisito anterior se tratase como una modalidad de venta.

    En Alfa Vita Vassilopoulos y Carrefour-Marino-poulos(44) y Comisin/Grecia(45), el Tribunal sos-tuvo que la legislacin nacional que somete la venta de productos precocidos de panadera a los requisitos aplicables al procedimiento com-pleto de fabricacin y comercializacin del pan y de los productos de panadera tradicionales infringe el artculo 34TFUE. El Tribunal lleg a esta conclusin basndose en que las dispo-siciones de la legislacin nacional tienen por objeto regular las condiciones de fabricacin de los productos de panadera, incluidos los pro-ductos precocidos de panadera(46). La carac-terstica principal de los productos precocidos de panadera es ser entregados, en los puntos de venta, despus de que las etapas importan-

    tes de preparacin de los referidos productos hayan fi nalizado. Por lo tanto, la exigencia de disponer de un almacn de harina, de una sala de amasado o de un almacn de combustible slido no tiene en cuenta la especifi cidad de estos productos y genera costes suplementa-rios. El Tribunal concluy que la legislacin en cuestin constitua, por tanto, un obstculo a la importacin que no poda considerarse que estableciera una modalidad de venta. De hecho, el Tribunal poda estar adoptando la postura del Abogado General, que sostena que las normas que imponen condiciones que forman parte del proceso de produccin afectan a las caracters-ticas intrnsecas de las mercancas(47).

    Otra sentencia reciente del Tribunal que se podra mencionar a este respecto es Comisin/Grecia, sobre mquinas recreativas(48). El asunto afectaba a la legislacin griega, que prohiba la instalacin y la explotacin de juegos elctricos, electromecnicos y electrnicos, incluidos los juegos tcnicos recreativos y todos los juegos de ordenador, en cualquier lugar pblico o pri-vado, con excepcin de los casinos. En opinin del Tribunal, proceda declarar que la legisla-cin griega infringa el artculo 34TFUE, aun cuando no prohibiera la importacin de los pro-ductos en cuestin ni su comercializacin(49). El Tribunal seal que desde la entrada en vigor de esta ley se haba producido una reduccin del volumen de importaciones de tales juegos procedentes de otros Estados miembros. Sin embargo, el Tribunal afi rm tambin que en realidad la importacin de mquinas de juegos haba parado cuando entr en vigor la prohibi-cin legal. Esta ltima observacin del Tribunal podra ser un factor determinante a la hora de explicar por qu la medida entraba en el mbito de aplicacin del artculo 34TFUE.

    En la lista de modalidades de venta, el Tribunal incluye medidas relativas a las condiciones y los mtodos de comercializacin(50), medidas rela-

    (37) C.Barnard: Fitting the Remaining Pieces into the Goods and Persons Jigsaw, European Law Review (2001), 35, p. 50; J.Schwarze: Europisches Wirtschaftsrecht (2007), pr.72.

    (38) Asuntos acumulados C-267/91y C-268/91, Keck y Mithouard [1993], Rec. p.I-6097, apartado15.

    (39) Asuntos acumulados C-267/91y C-268/91, Keck y Mithouard [1993], Rec. p.I-6097, apartado16.

    (40) P.Oliver: Free Movement of Goods in the European Community (2003), p.124.

    (41) P.Oliver: Free Movement of Goods in the European Community (2003), p.127; el asunto C-320/93, Ortscheit/Eurim-Pharm [1994], Rec. p.I-5243, podra ser uno de estos casos.

    (42) Vanse, por ejemplo, el asunto C-470/93, Mars [1995], Rec. p.I-1923, y el asunto C-368/95, Familiapress [1997], Rec. p.I-3689, apartado11.

    (43) Asunto C-390/99, Canal Satlite Digital [2002], Rec. p.I-607, apartado29; vase tambin el asunto C-389/96, Aher-Waggon [1998], Rec. p.I-4473, apartado18.

    (44) Asuntos C-158/04y C-159/04, Alfa Vita Vassilopoulos y Carrefour-Marinopoulos [2006], Rec. p.I-8135.

    (45) Asunto C-82/05, Comisin/Grecia [2006], Rec. p.I-93, (no publicado en la Rec.).

    (46) Asuntos acumulados C-158/04y C-159/04, Alfa Vita Vassilopoulos y Carrefour-Marinopoulos [2006], Rec. p.I-8135, apartado18.

    (47) Conclusiones del Abogado General Poiares Maduro, punto16.

    (48) Asunto C-65/05, Comisin/Grecia [2006], Rec. p.I-10341.

    (49) Asunto C-65/05, Comisin/Grecia [2006], Rec. p.I-10341, apartado28.

    (50) Vanse los asuntos C-412/93, Leclerc-Siplec [1995], Rec. p.I-179, apartado22, y C-6/98, ARD [1999], Rec. p.I-7599, apartado46.

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    tivas al tiempo de venta de las mercancas(51), medidas relativas al lugar de venta de las mer-cancas o restricciones relativas a quin puede vender las mercancas(52) y medidas relativas a los controles de precios(53).

    Por otra parte, ciertos procedimientos u obli-gaciones no relacionados con el producto o su envase se podran considerar modalidades de venta, como se muestra en Sapod Audic(54). La medida nacional cuestionada en Sapod Audic estableca que cualquier productor o importador deba contribuir a la eliminacin de todos sus residuos de envases o gestionarla. El Tribunal examin la compatibilidad de esta medida con el artculo 34TFUE en caso de que se limitara a imponer una obligacin gene-ral de identifi car los envases de los que una empresa homologada se hace cargo para su eliminacin(55). En virtud de esta interpreta-cin, el Tribunal sostuvo que la obligacin que implicaba no se refera como tal al producto o a su envase y, por tanto, no constitua una norma relativa a los requisitos que deban cumplir las mercancas, como los relativos, en particular, a su etiquetado o a su acondicionamiento(56). Por consiguiente, lleg a la conclusin de que la disposicin se deba considerar una modalidad de venta.

    Las medidas relativas a las restricciones de publicidad son ligeramente ms complicadas. Los Abogados Generales(57) y el Tribunal de Justicia(58) han reconocido la importante fun-cin que desempea la publicidad en cuanto

    a la penetracin de un producto de un Estado miembro en un nuevo mercado de otro Estado miembro. Desde Keck y Mithouard, el Tribunal trata las restricciones de publicidad como modalidades de venta(59). Conviene sealar que, en ciertos casos, el Tribunal parece relacio-nar el alcance de la restriccin de publicidad con la discriminacin. Ms concretamente, sostiene que una prohibicin absoluta de publicidad sobre las caractersticas de un producto(60) puede difi cultar en mayor medida el acceso al mercado de productos nuevos originarios de otros Estados miembros que el de los productos nacionales, con los que el consumidor est ms familiarizado(61).

    Resumiendo, el Tribunal parece considerar que las modalidades de venta son medidas ms aso-ciadas a la comercializacin de la mercanca que a las caractersticas de esta(62). Sin embargo, el Tribunal tuvo que matizar la simplicidad de la distincin realizada en la sentencia Keck y Mithouard(63). Por consiguiente, ciertas normas que podran entrar en la categora de modalida-des de venta se tratan como normas relativas a los productos. Y a la inversa, las normas relativas a los envases de los productos que, de acuerdo con Keck y Mithouard, se incluyen prima facie entre las normas relativas a los productos, se han catalogado, tras examinar las particulari-dades del caso concreto, como modalidades de venta(64). Estas soluciones son una prueba del pragmatismo que el Tribunal ha adoptado en este mbito.

    Finalmente, en Comisin/Italia(65), el Tribunal seal que la jurisprudencia sobre el artculo 34TFUE refl eja la obligacin de respetar tres principios: a)el principio de no discriminacin; b)el principio de reconocimiento mutuo y c)el principio de garantizar a los productos comuni-tarios un acceso libre a los mercados nacionales. En el apartado 35se expone la explicacin cl-sica referente a Cassis de Dijon y en el apartado 36se facilita la explicacin clsica referente a Keck y Mithouard. En el apartado 37, el Tribu-nal expuso lo siguiente: En consecuencia, las medidas adoptadas por un Estado miembro que tienen por objeto o efecto tratar de manera menos favorable a los productos que provienen de otros Estados miembros, as como las medi-das previstas en el apartado 35de la presente sentencia, han de considerarse medidas de efecto equivalente a restricciones cuantitati-vas a la importacin, en el sentido del artculo [34TFUE]. Tambin se engloba en el mismo concepto cualquier otra medida que obstaculice el acceso al mercado de un Estado miembro de los productos originarios de otros Estados miembros (subrayado aadido). Est por ver si esta sen-tencia ampla el mbito de aplicacin del art-culo34 TFUE y, si as es, en qu circunstancias.

    3 . 1 . 1 1 . R E S T R I C C I O N E S D E U S O

    En la jurisprudencia del Tribunal se ha desta-cado recientemente una categora de restriccio-nes: las restricciones de uso. Estas restricciones se caracterizan como normas nacionales que

    (51) Vanse los asuntos acumulados C-401/92y C-402/92, Tankstation tHeukske y Boermans [1994], Rec. p.I-2199, apartado14; los asuntos acumulados C-69/93y C-258/93, Punto Casa y PPV [1994], Rec. p.I-2355; los asuntos acumulados C-418/93a C-421/93; C-460/93a C-462/93, C-464/93, C-9/94 a C-11/94, C-14/94, C-15/94, C-23/94, C-24/94y C-332/94, Semeraro Casa Uno y otros [1996], Rec. p.I-2975, apartados 9a 11, 14, 15, 23y 24.

    (52) Vanse el asunto C-391/92, Comisin/Grecia [1995], Rec. p.I-1621, apartado15, y los asuntos acumulados C-69/93y C-258/93, Punto Casa y PPV [1994], Rec. p.I-2355.

    (53) Asunto C-63/94, Belgapom [1995], Rec. p.I-2467.

    (54) Asunto C-159/00, Sapod Audic [2002], Rec. p.I-5031.

    (55) dem, apartado71(subrayado aadido). Aun cuando debiera interpretarse en el sentido de que impona una obligacin de aadir una marca o etiqueta, la medida constituira una especifi cacin tcnica en el sentido de la Directiva 98/34/CE. En ese caso, el particular podra alegar la falta de notifi cacin de esta disposicin nacional, e incumbira al tribunal nacional negarse a aplicar esta disposicin.

    (56) dem, apartado72.

    (57) Vase, por ejemplo, las conclusiones del Abogado General Jacobs en el asunto C-412/93, Leclerc-Siplec [1995], Rec. pp.I-179a I-182, y conclusiones del Abogado General Geelhoed en el asunto C-239/02, Douwe Egberts [2004], Rec. pp.I-7007a I-7010.

    (58) Vanse, por ejemplo, los asuntos acumulados C-34/95a C-36/95, De Agostini y TV-Shop [1997], Rec. p.I-3843.

    (59) Vanse el asunto C-412/93, Leclerc-Siplec [1995], Rec. p.I-179; los asuntos acumulados C-34/95a C-36/95, De Agostini y TV-Shop [1997], Rec. p.I-3843; el asunto C-405/98, Gourmet International Products [2001], Rec. p.I-1795, y el asunto C-292/92, Hnermund y otros [1993], Rec. p.I-6787.

    (60) Asunto C-239/02, Douwe Egberts [2004], Rec. p.I-7007, apartado53.

    (61) Respecto de la discriminacin entre los operadores econmicos nacionales y los de otros Estados miembros, vanse los asuntos C-322/01, Deutscher Apotheker-verband [2003], Rec. p.I-14887, apartado74, y C-254/98, TK-Heimdienst [2000], Rec. p.I-151, apartado26. Vanse tambin los asuntos acumulados 87/85y 88/85, Legia y Gyselinx [1986], Rec. p.1707, apartado15, y el asunto C-189/95, Franzn [1997], Rec. p.I-5909, apartado71.

    (62) Vanse los asuntos C-71/02, Karner [2004], Rec. p.I-3025(prohibicin de indicaciones publicitarias relativas al origen comercial de bienes que proceden de una quiebra), y C-441/04, A-Punkt Schmuckhandel [2006], Rec. p.I-2093(situacin de venta a domicilio), as como un razonamiento similar en el asunto C-20/03, Burmanjer y otros [2005], Rec. p.I-4133.

    (63) Conclusiones del Abogado General en los asuntos acumulados C-158/04y C-159/04, Alfa Vita Vassilopoulos y Carrefour-Marinopoulos [2006], Rec. p.I-8135, puntos 27a 29.

    (64) Asunto C-416/00, Morellato [2003], Rec. p. I-9343, apartado36. El Abogado General Poiares Maduro afi rma que la exigencia de adaptar el producto se podra haber impuesto en la ltima fase de comercializacin de este. Por consiguiente, el acceso del producto importado al mercado nacional no planteaba por s mismo una cuestin de derecho.

    (65) Asunto C-110/05, Comisin/Italia [2009], Rec. p. I-519.

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    permiten la venta de un producto, si bien limi-tan su uso en cierta medida.

    Tales requisitos pueden incluir restricciones relativas al fi n o al mtodo de uso concreto, al contexto o tiempo de uso, al alcance del uso o a los tipos de uso. En determinadas circuns-tancias, pueden constituir medidas de efecto equivalente.

    Existen tres asuntos recientes que se podran considerar en este mbito de reclamacin. En primer lugar, en el asunto Comisin/Portu-gal(66), inici una accin contra Portugal porque una ley portuguesa prohiba la colocacin de lminas tintadas en los cristales de los vehculos automviles. La Comisin afi rmaba que esta prohibicin infringa el artculo 34TFUE y no poda justifi carse en virtud del artculo 36TFUE. La Comisin alegaba que si los posibles inte-resados, sean comerciantes o particulares, saban que no podran colocar tales lminas en los cristales de los vehculos automviles, no los compraran(67). El Tribunal parece haber aceptado este argumento. Ms concretamente, sostuvo que si los posibles interesados, sean comerciantes o particulares, saben que les est prohibido colocar tales lminas en los parabri-sas y en los cristales prximos a los asientos de los pasajeros de los vehculos automviles, no tendrn prcticamente ningn inters en adquirir tales productos(68). En consecuen-cia, el Tribunal concluy que Portugal estaba incumpliendo sus obligaciones derivadas del artculo 34TFUE.

    En segundo lugar, en Comisin/Italia (69) la Comisin pidi al Tribunal que fallara que Italia, al mantener normas que prohiban a las motocicletas arrastrar un remolque, haba incumplido las obligaciones previstas en el artculo 34 TFUE. Respecto a los remolques especialmente concebidos para las motocicle-tas, el Tribunal consider que las posibilidades de uso sin las motocicletas son marginales(70). Los consumidores, al saber que les est prohi-bido utilizar su motocicleta con un remolque especialmente concebido para esta, no tienen prcticamente ningn inters en adquirir tal

    remolque. Por consiguiente, la prohibicin en cuestin constitua una infraccin del artculo 34TFUE. No obstante, en este caso concreto, el Tribunal consider que la medida estaba justi-fi cada por consideraciones relacionadas con la seguridad viaria como requisito obligatorio.

    Finalmente, el asunto C-142/05, Mickelson y Roos(71), tena por objeto una peticin de deci-sin prejudicial sobre la cuestin de si los artcu-los 34y 36TFUE se oponan a la normativa sueca sobre el uso de motos acuticas. De conformidad con los reglamentos suecos, estaba prohibido y era sancionable con una multa el uso de motos acuticas fuera de las vas de navegacin pbli-cas y en aguas en las que el consejo adminis-trativo provincial hubiera permitido su uso. En primer lugar, el Tribunal mencion de nuevo los tres asuntos tratados en el C-110/05(Comisin/Italia, apartado 37). El Tribunal expona que si la normativa nacional que establece las aguas y vas navegables no permite a los usuarios de motos acuticas hacer un uso adecuado e inherente a dichos productos o lo limita enor-memente, tendra por efecto impedir el acceso de estos productos al mercado nacional de que se trate y sera por tanto una medida de efecto equivalente a las restricciones cuantitativas a la importacin. El Tribunal sostuvo que en el momento de los hechos del asunto principal no se haba establecido ninguna zona para la navegacin con motos acuticas, por lo que el uso de estas solo estaba permitido en las vas de navegacin pblicas. El Tribunal sealaba a continuacin que tanto los inculpados en el asunto principal como la Comisin alegaban que dichas vas estaban destinadas al trfi co de gran tonelaje de carcter comercial, lo que haca peligroso el uso de motos acuticas, y que, en todo caso, la mayor parte de las aguas navegables suecas se encuentra fuera de dichas vas(72). En consecuencia, aparentemente podra afi rmarse que esta prohibicin tena el efecto de bloquear prcticamente el acceso al mercado. No obstante, en el apartado 39, el Tribunal sos-tena que una normativa como la controvertida en el asunto principal puede considerarse pro-porcionada siempre que, en primer lugar, las autoridades nacionales competentes estn obli-

    gadas a adoptar tales medidas de aplicacin; en segundo lugar, dichas autoridades hayan ejer-cido efectivamente la competencia que les ha sido conferida a este respecto y hayan designado las zonas que cumplen los requisitos estableci-dos en el Reglamento nacional, y, fi nalmente, dichas medidas hayan sido adoptadas en un plazo razonable tras la entrada en vigor de dicho Reglamento(73). En el apartado 40, el Tribunal sostena que una normativa nacional como la controvertida en el asunto principal puede estar justifi cada por el objetivo de la proteccin del medio ambiente en tanto respete los requisitos sealados. Es decir, el Tribunal seala que las normativas de este tipo pueden estar justifi cadas si cumplen las condiciones expuestas.

    3.2. Principio de reconocimiento mutuo

    Los obstculos tcnicos a la libre circulacin de mercancas siguen estando muy extendidos. Se producen cuando las autoridades naciona-les aplican las normas nacionales relativas a los requisitos que deben cumplir los productos (como los referentes a su denominacin, forma, dimensiones, peso, composicin, presentacin, etiquetado, acondicionamiento) a productos procedentes de otros Estados miembros donde se fabrican y comercializan legalmente. Si estas normas no son una adaptacin del Derecho de la Unin Europea derivado, constituyen obstculos tcnicos a los que se les aplican los artculos 34y 36TFUE, aunque dichas normas sean indistinta-mente aplicables a todos los productos.

    Bajo el principio de reconocimiento mutuo(74), en el mercado interior siguen coexistiendo dife-rentes normas tcnicas nacionales. El principio signifi ca que, pese a las diferencias existentes entre las distintas normas nacionales aplicables en la UE, los Estados miembros no pueden pro-hibir la venta en sus territorios de productos no sujetos a la armonizacin de la UE y que se comercializan legalmente en otro Estado miembro, aunque se hayan fabricado segn normas tcnicas y de calidad diferentes de las que deben cumplir los productos nacionales.

    (66) Asunto C-265/06, Comisin/Portugal [2008], Rec. p.I-2245.

    (67) Apartado 15.

    (68) Apartado 33.

    (69) Asunto C-110/05, Comisin/Italia [2009], Rec. p. I-519.

    (70) Asunto C-110/05, Comisin/Italia [2009], Rec. p. I-519, apartados 51y 55.

    (71) Asunto C-142/05, Mickelsson y Roos (pendiente de publicacin en la Rec.).

    (72) Apartado 25.

    (73) Apartado 39.

    (74) El principio tiene su origen en la famosa sentencia Cassis de Dijon del Tribunal de Justicia, de 20de febrero de 1979(asunto 120/78, Rewe-Zentral [1979], Rec. p.649) y constituy la base de una nueva evolucin del mercado interior de mercancas. Aunque al principio no se recoga explcitamente en la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, en la actualidad est plenamente reconocida (vase, por ejemplo, el asunto C-110/05Comisin/Italia [2009], Rec. p. I-519, apartado34).

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    Las nicas excepciones a este principio son las restricciones justifi cadas por las razones des-critas en el artculo 36TFUE (proteccin de la moralidad y la seguridad pblicas, proteccin de la salud y vida de las personas y animales, preservacin de los vegetales, etctera) o por exigencias imperativas justifi cadas por razones de inters general reconocidas por la jurispru-dencia del Tribunal de Justicia, siempre que sean proporcionadas al objetivo perseguido.

    As pues, el principio de reconocimiento mutuo en el mbito no armonizado consiste en una norma y una excepcin:

    La norma general de que, pese a la exis-tencia de una norma tcnica nacional en el Estado miembro de destino, los productos legalmente fabricados o comercializados en otro Estado miembro gozan de un derecho fundamental a la libre circulacin garanti-zado por el TFUE.

    La excepcin de que los productos legal-mente fabricados o comercializados en otro Estado miembro no gozan de este derecho si el Estado miembro de destino puede demostrar que resulta esencial imponer su propia norma tcnica a los productos de que se trate basndose en las razones recogidas en el artculo 36TFUE o en los requisitos obligatorios desarro-llados en la jurisprudencia del Tribunal y sujetos al cumplimiento del principio de proporcionalidad.

    Hasta hace muy poco, el principal problema plan-teado por la aplicacin del principio de reconoci-miento mutuo era la inseguridad jurdica general acerca de la carga de la prueba. Por esta razn, la UE ha adoptado el Reglamento (CE) n764/2008, por el que se establecen procedimientos relativos a la aplicacin de determinadas normas tcni-cas nacionales a los productos comercializados legalmente en otro Estado miembro y se deroga la Decisin n3052/95/CE(75).

    3.3. Barreras comerciales tpicas

    Las barreras comerciales pueden adoptar for-mas muy diferentes. Unas veces son medidas

    muy contundentes dirigidas especfi camente a las importaciones o que permiten un trato preferencial para las mercancas nacionales; otras veces son un efecto secundario inespe-rado de decisiones de poltica general. En las ltimas dcadas han surgido categoras tpicas de barreras comerciales de la jurisdiccin y la aplicacin prctica de los artculos 34a 36TFUE en los procedimientos de infraccin. Algunas de ellas se describen a continuacin.

    3 . 3 . 1 . D I S P O S I C I O N E S

    N A C I O N A L E S R E L A T I V A S A L A C T O

    D E I M P O R T A C I N ( L I C E N C I A S D E

    I M P O R T A C I N , I N S P E C C I O N E S Y

    C O N T R O L E S )

    Las medidas nacionales directamente relacio-nadas con el acto de importacin de produc-tos de otros Estados miembros entorpecen la importacin, y por lo tanto se suele conside-rar que tienen un efecto contrario al artculo 34TFUE. La obligacin de obtener una licencia de importacin antes de importar las mercan-cas constituye un ejemplo claro de ello. Dado que los procesos formales de este tipo pue-den causar retrasos, esta obligacin infringe el artculo 34TFUE aun cuando las licencias se conceden automticamente y se supone que el Estado miembro de que se trate no se reserva el derecho de denegar la licencia(76).

    Las inspecciones y controles, incluidos los de carcter veterinario, sanitario, fi tosanitario y otros, as como los controles aduaneros de las importaciones (y exportaciones), se consideran medidas de efecto equivalente en el sentido de los artculos 34y 35TFUE respectivamente(77). Estas inspecciones tienden a difi cultar y encare-cer las importaciones y exportaciones, a resultas de las demoras intrnsecas y de los costes de transporte adicionales que pueden suponer para el comerciante.

    Con la entrada en vigor del mercado interior el 1de enero de 1993, los controles fronterizos constantes asociados al traslado de mercancas pasaron a la historia. Hoy en da, los Estados miembros no pueden efectuar controles en sus fronteras excepto si forman parte de un sistema general de control que tiene lugar en una medida similar dentro del territorio nacio-nal o excepto si se llevan a cabo a modo de

    sondeos. No obstante, cuando tales controles, independientemente del lugar donde se rea-licen, equivalen a una inspeccin sistemtica de los productos importados, seguirn consi-derndose medidas de efecto equivalente(78), y solo se podrn justifi car excepcionalmente, si se cumplen estrictamente determinadas condiciones.

    3 . 3 . 2 . O B L I G A C I O N E S D E

    D E S I G N A R A U N R E P R E S E N T A N T E O

    D E P R O P O R C I O N A R I N S T A L A C I O N E S

    D E A L M A C E N A M I E N T O E N E L

    E S T A D O M I E M B R O I M P O R T A D O R

    El Tribunal declar que la obligacin de que el importador disponga de un lugar de estableci-miento en el Estado miembro de destino niega directamente la libre circulacin de mercancas en el mercado interior. De hecho, consider que, obligando a las empresas establecidas en otros Estados miembros a asumir los costes de establecimiento de un representante en el Estado miembro de importacin, se difi cultaba, o incluso se impeda, a ciertas empresas, en especial a las pequeas y medianas, la introduc-cin en ese Estado miembro(79). La obligacin de designar a un representante o agente o de proporcionar un lugar u ofi cina de estableci-miento o instalaciones de almacenamiento en el Estado miembro importador tambin sera, en general, contraria al artculo 34TFUE.

    Algunos Estados miembros han intentado justifi car estos requisitos sosteniendo que eran necesarios para garantizar el adecuado funcionamiento de las disposiciones nacio-nales de inters pblico, incluida, en algunos casos, la responsabilidad penal. El Tribunal ha rechazado este argumento. Sostiene que, si bien cada Estado miembro tiene derecho a adoptar en su territorio las medidas adecua-das para garantizar la proteccin de la poltica de inters general, dichas medidas solo estn justifi cadas si se ha establecido que son nece-sarias en aras de razones legtimas de inters general y que dicha proteccin no se puede conseguir por medios menos restrictivos de la libre circulacin de mercancas(80). As pues, el Tribunal sostuvo que, si bien las sanciones penales puedan tener carcter disuasorio de la conducta que sancionan, dicho carcter no est garantizado y, en cualquier caso, no se ve

    (75) DO L218de 13.8.2008, p.21. Para ms detalles, vase el punto 8.3de la presente gua.

    (76) Asunto C-54/05, Comisin/Finlandia [2007], Rec. p.I-2473, apartado31, o asuntos acumulados 51/71a 54/71, International Fruit Company y otros [1971], Rec. p.3369.

    (77) Asunto 4/75, Rewe Zentralfi nanz [1975], Rec. p.843.

    (78) Asunto C-272/95, Deutsches Milch-Kontor II [1997], Rec. p.I-1905.

    (79) Asunto 155/82, Comisin/Blgica [1983], Rec. p.531, apartado7.

    (80) Asunto 155/82, Comisin/Blgica [1983], Rec. p.531, apartado12. Vanse tambin los asuntos C-12/02, Grilli [2003], Rec. p.I-11585, apartados 48y 49, y C-193/94, Skanavi y Chryssanthakopoulos [1996], Rec. p.I-929, apartados 36a 38.

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    fortalecido nicamente por la presencia en el territorio nacional de una persona que pueda representar legalmente al fabricante(81). Por lo tanto, se sostuvo que el requisito de establecer a un representante en el territorio nacional no ofreca sufi cientes garantas, desde el punto de vista de los objetivos de inters pblico, de una salvaguarda adicional sufi ciente para justifi car una excepcin a la prohibicin recogida en el artculo 34TFUE.

    Los requisitos nacionales que regulan el alma-cenamiento de las mercancas importadas tambin pueden equivaler a una violacin del artculo 34TFUE si esas medidas naciona-les discriminan a las mercancas importadas frente a los productos nacionales. Esto incluye cualquier norma que prohba, limite o exija el almacenamiento nicamente de las mercan-cas importadas. El Tribunal sostuvo que una medida nacional que exiga que los licores a base de vino se almacenasen durante un mnimo de seis meses para acogerse a ciertas denominaciones de calidad constitua una medida de efecto equivalente a una restriccin cuantitativa(82).

    Otras normas nacionales que limitan total o parcialmente la utilizacin de instalaciones de almacenamiento a los productos nacionales o someten el almacenamiento de los productos importados a condiciones diferentes de las exigidas para los productos nacionales y ms difciles de cumplir podran crear obstculos similares al comercio de mercancas. Por consi-guiente, una medida nacional que favorezca el almacenamiento de productos de fabricacin nacional podra crear obstculos a la libre cir-culacin de mercancas en virtud del artculo34 TFUE.

    3 . 3 . 3 . C O N T R O L E S N A C I O N A L E S

    D E L O S P R E C I O S Y R E E M B O L S O

    Aunque el Tratado no contiene disposiciones especfi cas relativas a los reglamentos nacio-nales sobre los controles de los precios, el Tri-bunal de Justicia ha confi rmado en diferentes ocasiones en su jurisprudencia que el artculo 34TFUE tambin resulta de aplicacin.

    Tales reglamentos cubren diferentes medidas: precios mximos y mnimos, congelaciones de los precios, mrgenes de benefi cios mximos y mnimos e imposicin de precios de reventa.

    Precios mnimos: Un precio mnimo fi jado en una cantidad determinada que, aunque se apli-que sin distincin a los productos nacionales y a los importados, pueda limitar las importaciones al impedir que sus precios de coste inferiores se refl ejen en el precio de venta al detalle, y de este modo difi culte a los importadores el uso de su ventaja competitiva, es una medida de efecto equivalente contraria al artculo 34TFUE. El consumidor no puede benefi ciarse de ese precio(83). Sin embargo, en la actualidad este mbito est parcialmente armonizado y la legis-lacin nacional que establece precios mnimos para el tabaco se podra evaluar, por ejemplo, a la luz de la Directiva 95/59/CE, de 27de noviem-bre de 1995, relativa a los impuestos distintos de los impuestos sobre el volumen de negocios que gravan el consumo de labores del tabaco. De conformidad con la jurisprudencia del Tri-bunal de Justicia, el establecimiento de estos precios de venta mnimos es contrario al art-culo 9, apartado 1, de la Directiva(84).

    Precios mximos: Aunque un precio mximo aplicable sin distincin a los productos nacio-nales y a los importados no constituye por s mismo una medida de efecto equivalente a una restriccin cuantitativa, podra tener tal efecto si se fi jara a un nivel que imposibilitara la venta del producto importado o la hiciera ms difcil que la del producto nacional(85).

    Congelaciones de precios: En un asunto relativo a un reglamento nacional que exiga que todos los aumentos de precios se comunicasen a las autoridades con una antelacin mnima de dos meses, el Tribunal ha confi rmado que las conge-laciones de precios que se aplican igualmente a los productos nacionales y a los importados no constituyen por s mismas medidas de efecto equivalente a una restriccin cuantitativa. Sin embargo, pueden producir ese efecto de facto si los precios estn a un nivel tal que la comer-cializacin de los productos importados resulta imposible o ms difcil que la de los productos

    nacionales(86). Este ser el caso de los importa-dores que solo comercialicen productos impor-tados con prdidas.

    Los mrgenes de benefi cios mximos y mnimos fi jados en una cantidad concreta y no en un porcentaje del precio de coste no constituyen una medida de efecto equivalente en el sen-tido del artculo 34TFUE. Lo mismo se aplica a un margen de benefi cio al por menor fi jo, que es una proporcin del precio de venta al por menor determinada por el fabricante, al menos si constituye una remuneracin adecuada para el minorista. En cambio, un margen de benefi cio mximo fi jado en una cantidad nica aplicable tanto a los productos nacionales como a las importaciones, sin tener en cuenta los costes de importacin, est sujeto al artculo 34TFUE(87).

    Desde la sentencia del Tribunal en el asunto Keck y Mithouard, relacionado con la legislacin francesa que prohiba la reventa con prdidas, los reglamentos nacionales sobre los controles de los precios podran entrar en el concepto de modalidades de venta. A este respecto, escapan al mbito de aplicacin del artculo 34TFUE si se aplican a todos los comerciantes que operan en el territorio nacional y afectan del mismo modo, de hecho y de derecho, a la comercializacin de productos nacionales y a la de productos de los otros Estados miembros. El hecho de que los controles de los precios constituyan modalidades de venta queda confi rmado en la sentencia del Tribunal en el asunto Belgapom, en el que la legislacin belga que prohbe las ventas con prdidas y las ventas con un margen de benefi cio muy reducido se consider fuera del mbito de aplicacin del artculo 34TFUE.

    Reembolso del precio de los medicamentos: Segn la norma general, el Derecho de la Unin Europea no restringe la competencia de los Estados miembros para organizar sus sistemas de seguridad social(88), y al no existir una armo-nizacin en la Unin Europea, corresponde a la legislacin de cada Estado miembro determinar las circunstancias en que se conceden las pres-taciones de seguridad social. Sin embargo, estas legislaciones pueden afectar a las posibilidades

    (81) Asunto 155/82, Comisin/Blgica [1983], Rec. p.531, apartado15.

    (82) Asunto 13/78, Eggers [1978], Rec. p.1935.

    (83) Asunto 231/83, Cullet [1985], Rec. p.305, y asunto 82/77, Van Tiggele [1978], Rec. p.25.

    (84) Asunto C-216/98, Comisin/Grecia [2000], Rec. p.I-8921, y asunto C-302/00, Comisin/Francia [2002], Rec. p.I-2055.

    (85) Asunto 65/75, Tasca [1976], Rec. p.291; asuntos acumulados 88/75a 90/75, SADAM [1976], Rec. p.323; asunto 181/82, Roussel [1983], Rec. p.3849; asunto 13/77, GB-Inno/ATAB [1977], Rec. p.2115.

    (86) Asuntos acumulados 16/79a 20/79, Danis [1979], Rec. p.3327.

    (87) Asunto 116/84, Roelstrae