primera semana

12
2 CRÓNICAS 20:12-18 De 40 reyes que gobernaron a la nación de Israel desde Roboam (Judá) y Jeroboam (Israel) hasta el cautiverio de cada reino, solo ocho reyes o el 20% de estos, todos del reino de Judá, hicieron lo recto delante de Jehová, “aunque no quitaron los lugares altos”, en su mayoría. Reyes como Ezequías y Josías fueron reformistas. Todos estos reyes se preocuparon por buscar a Dios, apartar al pueblo de los ídolos y llevar a la nación a una experiencia espiritual genuina y sincera de acercamiento al Dios de Abraham, de Jacob y de Isaac; es decir, a un Dios vivo, perdonador y clemente, que solo espera que con humildad y arrepentimiento se acerquen a Él. Con Josafat ocurrió algo similar. Pero, ¿qué hizo este rey de Judá? “Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel” (2 Cr 17:3-4) “Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá” Purificación de la idolatría, 2 Cr 17:6; 19:3 Al tercer año de su reinado envió sus príncipes y levitas “para que enseñasen en las ciudades de Judá” “Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo”, Enseñanza de la Ley de Dios, 2 Cr 17:7,9; 19:4 Edificó fortalezas y ciudades de aprovisionamiento, 2 Cr 17:12 1.160.000 hombres de guerra que servían al rey, (2 Cr 17:13-19) Se aprovisionó de hombres valientes muy esforzados para la guerra que se ofrecieron voluntariamente a Dios Aunque emparentó con la casa de Acab, cuando este rey lo invitó a participar en la guerra contra Samaria, Josafat le exigió buscar a Dios, 2 Cr 18 -Consultaba todo asunto a Dios, v. 4; 20:3 -No creía a todo espíritu profético; tenía discernimiento y juicio, v. 6, 22 -Respetaba los profetas del Señor, v.7 -Fue protegido por Dios en la batalla, v.31 “Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho” (v. 9 y 11) Puso jueces, levitas, sacerdotes y padres de familias en toda la nación, para juzgar ciertas causas, dándoles instrucciones sobre su proceder y forma de actuar; 2 Cr 19:5-11 Cuando vinieron los moabitas y amonitas contra Josafat, 2 Cr 20 -Se humilló el rey y el pueblo, v.3 -Consultaron a Dios, v.4-13 -Proclamó ayuno, v.3 -Adoraron y alabaron al Señor, v.18, 21-22 -Era un hombre de fe, v.20 Cuando llegó la dificultad, cuando un gran ejército vino contra Judá, el pueblo tenía un corazón íntegro, preparado y sensible a los requerimientos de Dios. Eran temerosos y confiaban en Dios, pues habían sido enseñados en la Ley de Jehová. Su confianza no estaba en hombres ni en dioses, ya que estos habían sido quitados de la nación.

Upload: kairos-icb

Post on 12-Mar-2016

222 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Estudios bíblicos para la primera semana de los 50 días de oración

TRANSCRIPT

Page 1: PRIMERA SEMANA

2 CRÓNICAS 20:12-18

De 40 reyes que gobernaron a la nación de Israel desde Roboam (Judá) y Jeroboam (Israel) hasta el cautiverio de cada reino, solo ocho reyes o el 20% de estos, todos del reino de Judá, hicieron lo recto delante de Jehová, “aunque no quitaron los lugares altos”, en su mayoría. Reyes como Ezequías y Josías fueron reformistas. Todos estos reyes se preocuparon por buscar a Dios, apartar al pueblo de los ídolos y llevar a la nación a una experiencia espiritual genuina y sincera de acercamiento al Dios de Abraham, de Jacob y de Isaac; es decir, a un Dios vivo, perdonador y clemente, que solo espera que con humildad y arrepentimiento se acerquen a Él. Con Josafat ocurrió algo similar. Pero, ¿qué hizo este rey de Judá?

“Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel” (2 Cr 17:3-4)

“Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá”

Purificación de la idolatría, 2 Cr 17:6; 19:3

Al tercer año de su reinado envió sus príncipes y levitas “para que enseñasen en las ciudades de Judá” “Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo”,

Enseñanza de la Ley de Dios, 2 Cr 17:7,9; 19:4

Edificó fortalezas y ciudades de aprovisionamiento, 2 Cr 17:12

1.160.000 hombres de guerra que servían al rey, (2 Cr 17:13-19) Se aprovisionó de hombres valientes muy esforzados para la guerra que se ofrecieron voluntariamente a Dios

Aunque emparentó con la casa de Acab, cuando este rey lo invitó a participar en la guerra contra Samaria, Josafat le exigió buscar a Dios, 2 Cr 18

-Consultaba todo asunto a Dios, v. 4; 20:3 -No creía a todo espíritu profético; tenía discernimiento y juicio, v. 6, 22 -Respetaba los profetas del Señor, v.7 -Fue protegido por Dios en la batalla, v.31

“Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho” (v. 9 y 11)

Puso jueces, levitas, sacerdotes y padres de familias en toda la nación, para juzgar ciertas causas, dándoles instrucciones sobre su proceder y forma de actuar; 2 Cr 19:5-11

Cuando vinieron los moabitas y amonitas contra Josafat, 2 Cr 20 -Se humilló el rey y el pueblo, v.3 -Consultaron a Dios, v.4-13 -Proclamó ayuno, v.3 -Adoraron y alabaron al Señor, v.18, 21-22 -Era un hombre de fe, v.20

Cuando llegó la dificultad, cuando un gran ejército vino contra Judá, el pueblo tenía un corazón íntegro, preparado y sensible a los requerimientos de Dios. Eran temerosos y confiaban en Dios, pues habían sido enseñados en la Ley de Jehová. Su confianza no estaba en hombres ni en dioses, ya que estos habían sido quitados de la nación.

Page 2: PRIMERA SEMANA

Claro que hubo preocupación, claro que hubo angustia. Los sentimientos y emociones humanas existen y no son buenas ni malas. Dios nos creó seres tripartitos. Tenemos una humanidad con necesidades y con emociones. Pero el problema no radica en mi preocupación, en mi dolor, en mi temor, en mi angustia… sino en que estas emociones naturales dominen e invadan mi alma, mi espíritu, mi mente, mi voluntad y mi

cuerpo: “En el día que temo, Yo en ti confío” (Salmos 56:3); “En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi

voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos”

(Salmos 18:6); “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahum

1:7); “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. (Santiago 1:13); “Entonces la virgen se alegrará en la

danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su

dolor” (Jeremías 31:13); “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”

(Salmos 46:1). Existen teologías que prohíben expresar las emociones o que enseñan que estas son pecaminosas y muestran una falta de fe y de confianza en Dios. Esta teología contradice centenares de pasajes y de historias que aparecen en las Santas Escrituras. Pablo mismo vivió una vida cargada de tribulaciones, angustias, tristezas y penalidades, pero su fe, su fortaleza, su confianza, su seguridad y su gozo estaba en el Señor. Podía cantar con libertad en las prisiones y mostrar gozo en la prueba. El Espíritu que mora en nosotros, nos reviste con su fruto que permite ver diferente el panorama. Así, el pueblo de Judá veía con sus ojos naturales un ejército poderoso y numeroso; pero con los ojos del espíritu, podían ver al Dios de los Ejércitos peleando por ellos, guerreando la batalla y librándolos de sus enemigos. Por eso el levita Jahaziel profetizó la victoria y aconsejó a la nación:

«No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros» (2 Crónicas 20:17). Y así lo hicieron. ¿Tuvo miedo el rey? Por supuesto que sí (v. 3); sin embargo, no se dejó llevar por el amilanamiento ni el pánico. Se humilló y buscó al Señor. Dios respondió por el levita de los hijos de Asaf y trajo la victoria, despertando espíritu de confusión y caos entre amonitas y moabitas quienes se mataron entre sí. Este mismo llamado es para nosotros. Cuando alguna emoción nos llegue por algún tipo de circunstancia o evento que no sepamos cómo manejar o no tengamos claro cómo enfrentarlo, solo tenemos que estarnos quietos, entrar en el reposo de Dios y esperar su pronto auxilio. Dios actuará con poder. Dice en el libro de Daniel, “mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (11.32). Tenemos que esforzarnos en

confiar en Dios, en echar sobre Él nuestra carga (Sal 55:22; Mt 11:28-30); en aumentar nuestra fe cada día y

aprender a esperar pacientemente la respuesta del Señor. Lo demás, lo hará el Señor.

«En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio

de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos» (Sofonías 3:16-17).

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

Page 3: PRIMERA SEMANA

2 CRÓNICAS 7: 14 y 14:7

El poder del quebrantamiento verdadero

Dios habla a Salomón, en el año undécimo de su reinado (960-959 a.C.), el día 23 del mes de Bul (noviembre), luego que fue terminada la construcción del Templo en siete años, la cual se concluyó con un tiempo de consagración de la obra y de adoración. En la noche, apareció Dios a Salomón —como cuando se le apareció para decirle que pidiera lo que quisiera y él pidió sabiduría, 2 Crónicas 1:7— y le dijo que había escuchado su oración y que ciertamente habitaría su gloria en el templo que había edificado Salomón, 2 Cr 6:18-21,41. Además, respondió a “los siete condicionales” que expuso el rey en oración, en 2 Crónicas 6:

Si (condición de causa y consecuencia)

Si (condición de arrepentimiento y

quebranto sincero)

Entonces → Respuesta Tú oirás desde los cielos, y… (desde el lugar de tu morada)

“pues no hay hombre que no peque” Propuesta de Salomón

alguno pecare contra su prójimo, v22 actuarás, y juzgarás a tus siervos, dando la paga al impío, v.23

tu pueblo Israel fuere derrotado delante del enemigo por haber prevaricado contra ti, v.24

se convirtiere, y confesare tu nombre, y rogare delante de ti en esta casa, v.24

perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y les harás volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres v. 25

los cielos se cerraren y no hubiere lluvias, por haber pecado contra ti, v. 26

si oraren a ti hacia este lugar, y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus pecados, v. 26

perdonarás el pecado… y les enseñarás… y darás lluvia sobre tu tierra, v. 27

Si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia… o si los sitiaren sus enemigos… cualquiera plaga o enfermedad que sea, v. 28

toda oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, v.29

perdonarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, v.30

Y también al extranjero, v.32 viniere y orare hacia esta casa, v.32 harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero, v.33

tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos, v.34

oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, v.34

su oración y su ruego, y ampararás su causa, v.35

pecaren contra ti… y te enojares … y los entregares para… los lleven cautivos, v.36

se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de su cautividad, v.37-38

su oración y su ruego, y ampararás su causa, y perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti, v.39

Pecado, enfermedad, guerra, cautiverio… Conversión, confesión y clamor Perdón y restauración

Dios le dice a Salomón respecto a su oración profética de intercesión que, efectivamente, cuando el pueblo (o los extranjeros que habitan entre ellos) hubiese pecado por transgredir la ley, por prevaricar contra Dios o por violar las normas de justicia; cuando alguno del pueblo estuviera enfermo o tuviese alguna plaga; cuando fueran a la guerra o cuando fueran tomados prisioneros y llevados en cautividad, cuando ellos acarrearan las consecuencias de su desobediencia y su pecado

Page 4: PRIMERA SEMANA

por haberse olvidado del Señor (Deuteronomio 28:15-68), Dios escucharía, “estarían abiertos sus ojos y atentos sus oídos” (antropomorfismo para recalcar la bondad y la misericordia de un Dios justo, santo y perfecto que es propicio al hombre en virtud del pacto y de las promesas hechas a su pueblo). Pero, coloca cuatro condiciones irrevocables para oír desde los cielos (expresión que subraya que Dios es Sublime, Altísimo, Omnipotente y Santo), para perdonar todo pecado, toda iniquidad, toda rebelión y toda inmundicia, y para sanar. 1. Humillarse: Es quebranto de espíritu, una actitud

transparente y legítima de arrepentimiento, de dolor por haber ofendido a un Dios Santo; una posición que nace desde adentro, humilde y honesta, de acercarse a Dios con pesadumbre y tristeza, y que se exterioriza en el ayuno, en el cilicio, en la ceniza y en el llanto. Es compungirse de corazón.

2. Oración: Se refiere a la oración penitente, de arrepentimiento, de confesión de pecados y reconocimiento de toda culpa. 3. Buscar el rostro de Dios: Hace referencia a la adoración, donde hay postración y reconocimiento de los atributos de

Dios. Es inquirir con profundidad sobre su Santidad y sus atributos morales, reconociendo que es necesario apartarse del pecado para entrar en el santuario de un Dios que es Perfecto y cuya Majestad eterna debe ser glorificada.

4. Conversión: Es volverse a Dios del mal camino, determinar no retroceder ni mirar al pecado, sino agradar al Señor siempre actuando en santidad, creciendo y fortaleciendo una vida porque Él es santo.

Durante el reinado de Asa, rey de Judá, uno de los que hicieron lo recto delante de Dios, nos dice la Escritura que él quitó la idolatría del pueblo (2 Cr 14:3,5; 15:8), ordenó a sus habitantes buscar al Señor (14:4; 15:9-15) y poner por obra la ley de Moisés (14:4), edificó ciudades fortificadas y logró sostener un reinado en paz. Cuando vinieron los etíopes contra ellos, Asa buscó a Dios y obtuvo victoria (2 Cr 14:9-15). Como consecuencia de estas reformas y de una renovación espiritual nacional, Dios prosperó la nación y les dio paz por 35 años del reinado de Asa. Cuando el pueblo se mueve en el propósito y de acuerdo al corazón de Dios, Él actúa poderosamente y trae bendición. Dios nos ama y desea que correspondamos a ese amor con un corazón enamorado y rendido al Señor.

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

Page 5: PRIMERA SEMANA

1 CRÓNICAS 16:28-30

En medio de la alabanza y la acción de gracias, surge un llamado, con tono de adoración, relacionado con su santidad. El rey, cantautor, profeta, inventor de instrumentos y salmista David invita a tributar gloria y honra a Jehová M‟Kadesh, El Señor que santifica. Llama, en medio del alborozo, del júbilo, y al sonar de instrumentos musicales, a dar reconocimiento y a ofrecer sacrificios, postrándose ante su trono y su majestad, “en la hermosura de su santidad”, porque Él es santo. Y no podía ser de otra forma. Era un salmo de acción de gracias, en alabanza y adoración, valorando su mano poderosa, su misericordia, su bondad y su favor, así como se exaltaba su obra y se exultaba por su Santidad y su Gloria, pues la “Shekinnah” (la habitación de la radiancia o presencia de Dios) estuvo lejos de Jerusalén por cerca de 21 años por la rebelión, el pecado y la transgresión de los hijos de Elí, desde tiempos de Saúl. Basta recordar que el Arca del Pacto o del Testimonio estuvo en tierra filistea siete meses y Dios abatió a muchos con tumores y muerte (1 S 6:1); luego pasó a Bet-semes donde murieron 50.070 personas, por mirar dentro del arca donde reposaban las tablas de la ley, el maná y la vara de Aarón que reverdeció (1 S 6:19-21). De allí fue trasladada a Quiriat-jearim donde reposó veinte años (1 S 7:2). David intentó llevarla a Jerusalén, pero la forma fue inadecuada e impropia, muriendo Uza al tocar el arca. Así, la dejaron en casa de Obed-edom quien fue bendecido junto con su familia y todos sus bienes durante los tres meses que estuvo allí el arca (1 Cr 13). Finalmente, los levitas la condujeron hasta la tienda que David levantó para que reposase allí. Y fue este el contexto y el motivo que llevó a danzar, alabar y cantar a Dios con el pueblo, sin faltar, desde luego, el menosprecio de Mical (hija del rey Saúl). El arca representaba Su Presencia entre el pueblo (Emmanuel). Dentro del arca estaba la ley que recordaba la desobediencia y la idolatría de Israel, así como su misericordia y benevolencia; el maná rememoraba la desconfianza de la nación, así como el amor y la provisión creativa, milagrosa y constante de Dios; y la vara de Aarón que reverdeció, evocaba la rebelión del pueblo y la bondad de Dios al otorgar autoridad y poder al sumo sacerdote (He 9:1-4). ¿Qué nos dice hoy? Que al entrar en su Presencia, en su “tabernáculo santo”, al subir por sus atrios, debemos acercarnos en santidad, contemplando su majestad, su gloria, su poder y su grandeza, con un corazón contrito, con manos limpias, con labios purificados, postrados ante Él, ofreciendo sacrificios de alabanza y adoración (Sal 15 y 51:15-17; 1 P 2:5; He 13:15-17) Que solamente en su Santidad, en su Presencia, podemos encontrar oportuno socorro, comprender la exposición de sus palabras, asumir el valor del mensaje de la ley (mandamiento del amor), comer el maná espiritual, recibir la unción de la autoridad, dones y ministerio que Él nos entrega. Todo el bien que el Señor quiere para nosotros viene de Él y debemos buscarlo, pedirlo, hallarlo en su Presencia, en alabanza y adoración… ¡Qué propuesta tan sublime la del salmista David! ¡Tributad! ¡Dad honra y honor! ¡Venid a su presencia! ¡Postraos ante su trono!... Es, pues, la invitación de un corazón adorador y de un adorador enamorado del Dios Santo y Sublime que se deleita en la hermosura de Su Santidad, y conoce cuán bello es el Señor y disfruta estar postrado a los pies del Dios Todopoderoso (Sal 95:6-7)

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

Page 6: PRIMERA SEMANA

MATEO 21:15-16

Luego de la entrada triunfal y de la purificación del templo, encontramos un episodio que bien merece nuestra consideración. Al templo, “casa de oración”, llegaron ciegos y cojos y Jesús los sanó. Entraron muchachos aclamando: “¡Hosanna al Hijo de David!”1 (Sal 118:25). Pero los sacerdotes y escribas se indignaron, sintieron enojo, ira por lo que se proclamaba: “¿Oyes lo que estos muchachos dicen?”. El Señor de inmediato les cuestionó su actitud y les respondió que si acaso no habían leído la Escritura “De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza” (en Salmos 8:2 “fundaste la fortaleza”). Era un clamor profético. Estos muchachos imploraban que viniera la salvación ya: “¡sálvanos ahora, te ruego!”. Se acercaba el tiempo de la redención, el momento del sacrificio del Cordero de Dios quien traería salvación a su pueblo y al mundo.

Hoy, necesitamos una juventud osada, atrevida para Dios, que se levanten como el águila y proclamen, clamen y aclamen “el kerigma”, las buenas nuevas de salvación sin temor al qué dirán, a la crítica y la censura. Debemos orar por los niños, las niñas y los jóvenes de nuestra congregación para que levanten su voz en todo tipo de oración profética y ministren a las almas perdidas. Para que den testimonio de que “hoy” es el día aceptable, de que es hora de venir a Jesús.

Que su clamor esté lleno de la Palabra, que su alabanza testifique de la grandeza de Dios, que sus labios y su corazón estén sellados con la gracia, la santidad y la verdad, que levanten manos limpias sin iras ni contiendas, que more en abundancia la palabra de Cristo y que, incluso en su ruego, haya un vino nuevo de alabanza y adoración cada día. Que sean templos vivos del Espíritu Santo. (Col 3:16-17). Que su palabra apaciente a muchos y esté ungida. Que traiga un grito de liberación y de sanidad. Que sus palabras sean puertas de paz y asombro. Debemos orar por niños y jóvenes consagrados como Samuel, Timoteo, Tito, David y José, quienes fueron de testimonio y lideraron, y glorificaron a Dios con su vida. Son nuestro presente y nuestro futuro. Es responsabilidad de nosotros orar por ellos, protegerlos en intercesión y apoyarlos cuando ministran al Señor… ¡Por nada y de ninguna forma debemos estorbarlos!

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

1

Page 7: PRIMERA SEMANA

HEBREOS 4:14-16

Cristo, Sumo Sacerdote2

Cristo recibe el título de Sumo Sacerdote “de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo” hecho “por su propia sangre” para nuestra propiciación, redención, justificación y glorificación (He 9:11-14; 1 Co 1:30; Ro 3:21-27; 1 Jn 2:1-2) como sombra y realidad de los sumos sacerdotes del antiguo pacto bajo la ley. Pero este sumo sacerdote “nos convenía”. Es superior al del orden levita; pues es sacerdote según el orden de Melquisedec („Rey de justicia‟ y „Rey de paz‟) para siempre (Sal 110:4, Gn 14:17-20; He 5: 5-6, 7:1-21), Hijo de Dios, mediador de un nuevo pacto que “se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos; ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor” (He 8:1-2), “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil 2:5-11). Jesús, el Hijo del Hombre, el Hijo de David, el Santo, quien por amor a nosotros se hizo pobre, siendo rico, para que nosotros con su pobreza fuésemos enriquecidos (2 Co 8:9), “fiador de un mejor pacto”, “ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos”, quien se entregó a sí mismo en rescate por los pecadores; el Cordero de Dios inmolado, quien con su sangre nos ha redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes (Ap 5:9-10; Jn 1:29).

Cristo, nuestra Pascua, fue hecho maldición por nuestras transgresiones y nuestras iniquidades (Gá 3:13), para perdonar todos nuestros pecados, darnos vida juntamente con Él, y anular “el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col 2.13-15). “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” (He 12:1-3). Así, “la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Co 1:18). Cristo, fue probado en todo. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de

2 Todas las citas son tomadas de la versión Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

Page 8: PRIMERA SEMANA

Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (He 2:14-18). Y otra vez dice, “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (He 4:15). Como bien lo expresó el profeta Isaías, “se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” y “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Is 52:14, 53:2-11). Ahora, pues, tal Sumo Sacerdote “por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre” (He 7:24-28). Y Él nos hizo linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable; nosotros que en otro tiempo no éramos pueblo, pero que ahora somos pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíamos alcanzado misericordia, pero ahora hemos alcanzado misericordia (1 P 2:9-10). Por todo lo anterior, “acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (He 4:16). “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Jn 5:14-15). Y como reiteró el apóstol Juan: “estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Jn 2:1-2).

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

Page 9: PRIMERA SEMANA

NEHEMÍAS 12:40-433

Examinando el contexto, podemos apreciar que estamos frente a una ceremonia especial, muy particular, organizada y dirigida por el gobernador Nehemías, junto con Esdras y cada uno de los ministerios de los levitas y sacerdotes que servían en la casa de Dios, para dedicar el muro y la restauración de las puertas de la ciudad al Señor, con una fiesta de adoración, de alabanza, de acción de gracias. Antes que nada todos y todo fue purificado. En ese ambiente de santidad, Nehemías preparó la procesión dividiendo a los cantores en dos grandes coros y

repartiendo a los principales, sacerdotes, levitas y músicos para que marcharan con gente de la comunidad. Así es la vida cristiana, nacemos de nuevo, somos lavados por la sangre del Cordero, quien “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5), y “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo” (1 Pedro 1:2). Cuando iniciamos marchamos por un sendero angosto y una puerta estrecha, con el gozo de la salvación, llenos del Espíritu que nos ha sellado y mora en nosotros. Pero los avatares de la vida demoran esa marcha o nos tentamos y hacemos solaz en los pastizales del camino ancho o nos detenemos para mirar lo que dejamos atrás. Y hay, entonces, la necesidad de volver a Dios en arrepentimiento. Es, pues, la vida cristiana un proceso permanente de santificación, donde día a día, “nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).

El primer coro partió “a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar”, hizo un recorrido pasando por la puerta de la Fuente y la puerta de las Aguas, acompañados por el sacerdote y escriba Esdras. El segundo coro, al lado opuesto, encabezado por Nehemías, partió desde la torre de los Hornos y en su recorrido pasó por la torre de Hananeel y las puertas de Efraín, Vieja, del Pescado, de las Ovejas y de la Cárcel. El lugar de encuentro de los dos coros, luego de la procesión, con los coros y los instrumentos musicales de David, era la casa de Dios. Aquí, nuevamente, tenemos una maravillosa aplicación espiritual. La derecha y la izquierda, como los platillos de una balanza. Esa balanza debe mantener un equilibrio justo. Bien dice la Escritura:

3 Sería bueno realizar un estudio a fondo de las doce puertas y su significado. Sobre este libro, Dios me permitió realizar una introducción general y un estudio inicial del

libro que puede consultarse, donde se analiza este capítulo.

Page 10: PRIMERA SEMANA

«Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir» (Lucas 6:38) ¿Qué damos? ¿Cómo es la calidad de nuestra vida cristiana, cómo es el testimonio que mostramos? ¿Cuál es el modelo y la realidad de nuestra justicia, de nuestra bondad, de nuestra misericordia y de nuestro servicio? A la derecha, la puerta del Muladar, tipo de nuestro pasado, de aquello que está oculto a los hombres y que impide que crezcamos a la estatura de Cristo, que frena y hace lento nuestro proceso de transformación. Ese pasado, esa carga que todavía llevamos innecesariamente, debe ser abandonado; debe producirse una verdadera conversión; el Espíritu Santo (Romanos 8:1-27) y la Palabra, espada de dos filos (Hebreos 4:12; Juan 8:32), cumplen este propósito maravillo de liberación, libertad y renovación espiritual en nosotros. Al lado opuesto, aparecen dos torres y cinco puertas. Las torres de los Hornos (las pruebas) y Hananeel (Dios es tu misericordia), y la puertas de Efraín (la del fruto), Vieja (la restauración), las Ovejas (el llamamiento), el Pescado (el equipamiento o preparación) y la Cárcel (la tribulación, la prueba, las dificultades). Una lectura espiritual del recorrido de este coro nos podría decir que desde el principio hasta el final de nuestra vida cristiana siempre tendremos que afrontar pruebas de distinta naturaleza y por diversas razones, pero jamás faltará la bondad y la misericordia de Dios que no nos dejará ser tentados más de lo que podamos resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podamos soportar (1 Corintios 10:13). Eso sí, ningún tipo de leve tribulación momentánea ni prueba ni persecución ni circunstancia adversa deberá descarrilarnos de nuestro llamado a ser pescadores de hombres y a hacer discípulos, como tampoco podrá mermar ese llamado a dar fruto y procurar la paz con todos los hombres, sabiendo que el Señor nos dio el ministerio de la reconciliación como embajadores de Cristo. El equilibrio, entonces, de la vida cristiana, camino a la madurez, radicará en la constancia de una vida convertida y desarrollando procesos de santificación, por una parte, y la comprensión del llamamiento y sus implicaciones trascendentales; pues al aceptar a Cristo, asumimos la renuncia, el llevar la cruz y el seguir con integridad al Señor. «Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar» (Hebreos 12:1-3).

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica

Page 11: PRIMERA SEMANA

JEREMÍAS 15:19-21

El profeta Jeremías padeció a causa de su ministerio, por ser un profeta del Dios de Israel, desde su juventud en tiempos de Josías y de los últimos reyes de Judá, en un trágico periodo de sitio y cautiverio que inicia hacia el 609 y concluye en el 586, con la destrucción de la ciudad de Jerusalén y el remanente que fue llevado a Egipto. Fue encarcelado y llevado a Egipto prisionero. Sufrió afrenta por amor al nombre de Dios, (v, 15). Además, nos dice el texto, que fue obediente al llamamiento como profeta y que recibió con alegría y disposición de ánimo el mensaje que Dios le reveló para la nación. No fue rebelde ni menospreció el ministerio. No dejó caer las palabras de Dios ni mucho menos endulzó la profecía con tal de agradar a los gobernantes, los principales sacerdotes o al pueblo en general. Fue fiel, recto, radical e íntegro, procediendo siempre con responsabilidad y con diligencia para decir y mostrar todo aquello que Dios le comunicaba. Incluso, cuando quemaban o destruían los mensajes que escribía su escribano Baruc, Dios le solicitaba que escribiera un mensaje más amplio y más severo que el que fue destruido, Y, sin protesta alguna, acataba el llamado de Dios. Por esa lealtad y esa rectitud, por su piedad y por su consagración ministerios sufrió oprobios, mofas, desprecio y amenazas sin par. «Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza. Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos» (Jeremías 20:7-13). Estamos en guerra espiritual, Existen fortalezas de destrucción, huestes de maldad en los aires que buscan que nos apartemos del camino, que se especializan en construir obstáculos y tropiezos en la senda del justo para que nos enredemos y seamos seducidos por el sistema de este mundo, por los apetitos de la carne o por la vanagloria de la vida, para no cumplir con el santo llamamiento ni con el

Page 12: PRIMERA SEMANA

propósito de ser luz en el mundo y sal en la tierra. El diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar. Las luchas internas, el desánimo y cualquier otro tipo de sentimiento o emoción familiar al abatimiento o la aflicción son normales, pues Dios creó seres tripartitos y es natural que nos desalentemos. Eso le sucedió a Jeremías. Pero no podemos ignorar las tretas de Satanás y los deseos de quienes nos rodean, incluso personas cercanas a nosotros: esperar el momento en que claudiquemos, en que por flaqueza o desánimo caigamos y abandonemos el barco. Entonces, ¿qué debemos hacer? Lo mismo que el profeta hizo. Aferrarnos del Señor, pues es poderoso gigante y es quien pelea todas nuestras batallas y nos da la victoria. Es decir, interceder para que nos fortalezca en lo emocional, en la mente, en la voluntad y nos sostenga el tiempo de la prueba o en nuestra vida ministerial. Dios vino a Jeremías y le hizo varias observaciones urgentes, un plan emergente y estratégico, que luego que fuera asumido en su totalidad, vendría la victoria del Señor. El plan proponía tres principios condicionales, nada negociables: 1. Conversión. Bueno, diríamos hoy, si el profeta era un siervo consagrado y santo, ¿conversión de

qué o a qué? La conversión en el Antiguo Testamento significa volverse a Dios. El profeta debía mantenerse en su pensamiento, en sus emociones, en su determinación y en su llamado ministerial en Dios, ocupado de glorificar y agradar al Señor siempre, pasara lo que pasara. Era un profeta de Dios. El resultado: restauración y la presencia de Dios en su vida jamás faltarían. [v. 19a]

2. Santidad y Excelencia. Es un proceso de toda la vida. El viejo hombre ha muerto, pero no fue

eliminado. Hay una lucha constante entre dos naturalezas que están en nosotros. Solo debemos determinar optar por lo mejor, por la excelencia, por una vida de calidad, por un ministerio excelente, por un trabajo óptimo. Solamente debemos decidir despreciar lo mediocre en nuestra vida en cualquier área y en cualquier cargo, en el ser, el hacer y el servir. No podemos aceptar lo inferior, lo menos, cualquier cosa; no podemos tolerar el conformismo y el lenguaje de trataré o intentaré, o hice lo que pude, o el “noísmo”. Resultado: “serás como mi boca”. Seremos útiles al Señor con integridad y veracidad. [v. 19b]

3. Conviértanse ellos a ti. Nuestro trabajo natural como hijos de Dios es que el mundo se convierta al ver nuestra entrega, nuestra conversión, nuestro amor y los frutos excelentes de una vida tocada por Dios. Cuando somos irreprochables, cuando somos incorruptibles, insobornables, cuando nuestra santidad pasa por el crisol del mundo y seguimos siendo santos… veremos cómo muchos se vuelven a Dios por nuestro testimonio de vida y por la predicación del evangelio, de la palabra profética más segura. Resultado: seremos muro fortificado de bronce, invencible y veremos a Dios actuando en nuestra defensa; veremos y experimentaremos la respuesta del Dios Todopoderoso a nuestro clamor. [V. 19c-20]

Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica