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Proyecto nal Master en Arte Actual: Análisis y Gestión Políticas culturales. DA2 Sandra Moros Sides Tutora: Montse Badia

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  • Proyecto nalMaster en Arte Actual: Anlisis y Gestin

    Polticas culturales. DA2

    Sandra Moros SidesTutora: Montse Badia

  • NDICE

    POLTICAS CULTURALES 3De nicin 3La cultura como recurso 3Polticas culturales en Espaa 4Creacin de museos de arte contemporneo en Espaa 6

    DOMUS ARTIUM 2002 9 Origen, dependencias y con ictos 9 Edi cio 10 Coleccin-Programacin-Direccin 10 Presupuesto 12 Otras cuestiones 13

    CONCLUSIN 14

    BIBLIOGRAFA 15

    SITIOS WEB DE INTERS 16

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    POLTICAS CULTURALES

    DEFINICIN Las Polticas Culturales podemos entenderlas como el conjunto estructurado de decisiones y acciones planteadas y llevadas a cabo por las diferentes administraciones para as gestionar la cultura1. Partiendo de esta esquemtica y breve de nicin veamos la de nicin que nos dan Miller y Ydice en su libro Poltica Cultural: La poltica cultural se re ere a los soportes institucionales que canalizan tanto la creatividad esttica como los estilos colectivos de vida: es un puente entre estos dos registros. La poltica cultural se encarna en guas para la accin sistemticas y regulatorias que adoptan las instituciones a n de alcanzar sus metas. Partiendo de esta de nicin entendemos que la poltica cultural afecta a dos mbitos, por un lado al registro esttico, que alude a la creacin artstica y al gusto o cial, donde hay una seleccin y regulacin bajo un parmetros marcados por el Estado o clase hegemnica. Esta idea proviene de Immanuel Kant, quien da al Estado una funcin reguladora del gusto, ya que segn Kant el control de la actividad esttica genera en los individuos unos efectos determinados, basados en preceptos morales universalmente vlidos. Esta idea del lsofo alemn que otorga a las bellas artes un poder de transmisin de unos ideales determinados hizo que el Estado se dedicara a la gestin y preservacin del arte creando as los primeros museos hacia mediados del siglo XVIII, y otorgndose el propio Estado un papel normalizador del gusto que afectaba a los espectadores, y que generaba un gusto espec co de acuerdo a unas ideas determinadas. Y en segundo lugar, al registro antropolgico, donde la cultura adopta una papel como indicadora, es decir, a travs de ella conocemos nuestros modos de vida, nuestras tradiciones, lengua, religin, etc. Foucault trata este tema en su concepto de gubernamentalidad , en el cual relaciona las Tecnologas de poder o de dominacin y las Tecnologas del yo, y como las primeras afectan al individuo, por eso Foucault estudia como a travs de la cultura y del control y dominacin de sta, se llega al control indirecto del yo-individuo. As la esfera pblica cultural creada en el siglo XVIII adquiere un papel de control mediante la interiorizacin, imponiendo unas formas de conducta concreta para el mbito cultural. LA CULTURA COMO RECURSO Hoy hemos llegado a una concepcin de la cultura como herramienta, el mbito de accin de la cultura se ha extendido hasta alcanzar el campo poltico y el econmico. Se busca en la utilizacin de la cultura un mejoramiento sociopoltico y econmico, dentro del territorio de la esfera pblica. A travs de la cultura se intenta generar unos determinados comportamientos o una ideologa espec ca, como nos explican Foucault y Kant. Pero tambin hay que tener muy presente la estimulacin del crecimiento econmico mediante proyectos de desarrollo urbano y proliferacin de museos2 con el n de ser un punto de atraccin turstica.

    1 Entendemos la cultura como un concepto muy amplio: museos, centros de arte u otros espacios; eventos pblicos como festivales, etc; subvenciones; educacin; produccin; promocin del arte nacional e internacionalmente...2 YDICE, G. (2002), El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global, Barcelona, Editorial Gedisa.

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    La cultura ha dejado de tener legitimidad en si misma, para tener que buscar una justi cacin en su utilidad. Los gobiernos invierten en cultura buscando una recompensa a cambio, un bene cio, expandiendo la concepcin de la cultura hasta entrar dentro del mbito del capitalismo y pensando en ella como un generador de riqueza. Por ejemplo en Barcelona podemos ver el Plan Estratgico de la Cultura, donde la administracin pblica entiende la cultura como un factor de desarrollo para la construccin de una sociedad con valores democrticos y de convivencia. Adems de esta funcin un tanto ideal, dentro del Plan queda clara la idea de la cultura como producto, como algo consumible por todos y generador de riqueza econmica. El caso de Barcelona y la creacin de su modelo-marca lo estudia Paz Balibrea3, ella hace un anlisis de la evolucin de la ciudad basndose en las intervenciones llevadas a cabo por la administracin y as lograr una imagen de Barcelona generadora de riqueza a travs de la terciarizacin de la ciudad, en la cual la cultura adopta una papel fundamental, ya que con la utilizacin de la cultura se logra crear esa imagen consumible de BCN. Balibrea critica este recurso por que cree que la ciudad se ha convertido ms en un parque temtico, en un espectculo constante, que en una ciudad habitable por sus ciudadanos, dando lugar a un proceso de gentri cacin. En Espaa tenemos otro claro ejemplo del cambio que ha hecho el arte o la cultura dentro del mbito urbano, como es el Guggenheim de Bilbao. Cambiando la silueta de la ciudad, limpiando el toque gris e industrial de su pasado, y colocando a Bilbao como uno de los focos del turismo cultural, sobretodo por las caractersticas de su edi cio ms que por su contenido, adems de poder modi car su imagen o los prejuicios al estar en un entorno con ictivo polticamente. Otro ejemplo de la utilizacin de la cultura son los eventos artsticos, como la bienal europea itinerante Manifesta. La prxima edicin se celebrar en Murcia y dentro del mbito terico se centrar en cuestiones sobre la inmigracin y sobre las relaciones con el norte de frica, trabajando as sobre la funcin socio-poltica del arte, buscando una re exin sobre una problemtica actual. Pero esta no es la nica funcin que se le da a la cultura, con este evento tambin se busca un incentivo econmico a travs del turismo, colocar a Murcia dentro del mapa de eventos culturales de relevancia, y as conseguir unir la imagen de Murcia con la cultura y con la modernidad.

    POLTICAS CULTURALES EN ESPAA La realidad de nuestro pas en materia de polticas culturales est marcada por la tradicin y evolucin que han sufrido stas desde el inicio de la democracia hasta hoy, as como tambin por diferentes aspectos que caracterizan nuestra historia y pas. En nuestro pas tenemos un panorama que podramos cali car de mltiple atendiendo a la organizacin territorial y administrativa en autonomas que surge despus del 79, y creando as competencias en materia cultural a los gobiernos autonmicos. As pues, por un lado tenemos un Ministerio de Cultura con un poder centralizado desde el cual surge una poltica cultural a nivel nacional, gestionando la red de museos estatales, los cuales conviven en espacio y tiempo con otros centros de titularidad autonmica, local...por ejemplo en la ciudad de Valencia est

    3 BALIBREA. M. P. Barcelona: del modelo a la marca (http://www.ypsite.net).

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    el Museo de Bellas Artes que depende del Ministerio, el IVAM perteneciente a la Conselleria de Cultura i Esport, la Sala Parpall de la Diputacin de Valencia y La Gallera del Ayuntamiento de Valencia. No slo este con icto de intereses entre las diferentes administraciones pblicas marca la realidad de nuestros museos, centros de arte, etc. Nuestra breve historia democrtica tambin ha in uido en la creacin de este extrao y problemtico panorama, ya que en un periodo breve de tiempo Espaa se ha querido poner al da en cuanto a temas culturales, es decir, hemos salido de una dictadura que acab en 1975, con el resto de los 70 an nadando en el espritu franquista y de repente llega en los 80 un cambio cuando el PSOE accede al poder y se empiezan a valorar y a poner en marcha las polticas culturales, las cuales presentaron en su mani esto Por el cambio cultural de 1982. Es importante tener presente que estamos hablando del principio de los 80, donde el resto de pases con los que se compara Espaa en ese momento estn a otro nivel, con mucha experiencia ya dentro del mbito de las polticas culturales y su puesta en prctica, y con una evolucin ms coherente de su vida artstica. Estas circunstancias trajeron consigo un gran problema, ya que la comparacin de Espaa con otros pases y la necesidad de ponerse a su altura en el mbito cultural, hizo que se pusiera especial inters en acciones de un nivel superior, olvidando crear una red comunicativa de infraestructuras y contenidos tocando todos los niveles de una posible escena artstica nacional, en cambio se puso todo el inters en la creacin de contenedores-museo y en otras acciones marcadas por su carcter visualizador, como eran por ejemplo las grandes exposiciones tanto en Espaa como en el extranjero... Las nuevas medidas tomadas por el primer PSOE, trajeron consigo un proceso de institucionalizacin de los hechos artsticos, todo se hacia desde el gobierno; hay que destacar que esta transformacin se llevo a cabo por la gente que en los setenta abogaba por la creacin de una escena independiente ya que entonces desde el gobierno era imposible, pero con el cambio de sistema poltico en una democracia se creo una conciencia estatalista4, la cual apoyaba un modelo institucionalizado. Aunque en el ambiente de los 80 la fuerte institucionalizacin tambin vino acompaada de una fuerte renovacin creativa desde la escena independiente que afecto a las instituciones, y que ayudo a la apertura del pas, adems de dar al extranjero una visin del pas ms moderna. Otra caracterstica importante de las polticas culturales en Espaa es el papel que adquiere el Ministerio de Asuntos Exteriores en el mbito cultural, este ministerio se encarg, y se sigue encargando, de las acciones culturales de Espaa con el exterior. Esto hizo que estas polticas culturales quedaran supeditadas a las relaciones poltico-econmicas de Espaa con el resto del mundo. Las polticas culturales en el exterior estuvieron marcadas por la creacin del PEACE (Programa Estatal de Accin Cultural en el Extranjero) y posteriormente por el SEACEX (Sociedad Estatal de Accin Cultural en el Exterior), las cuales podemos cali car como agencias de promocin del arte espaol. Durante la dictadura tambin se utiliz el apoyo a la creacin artstica para dar una imagen determinada de Espaa en el extranjero, sobretodo ante EEUU, mediante la cual se buscaba relacionar a nuestro pas con la modernidad. Una de estas medidas

    4 MARZO. J. L.; BADIA. T. Las polticas culturales en el Estado espaol (1985-2005) (http://www.soymenos.net/)

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    fue la organizacin de exposiciones en Nueva York, como las realizadas en 1960, una en el MOMA titulada New spanish painting and sculpture, y otra en el Guggenheim, Before Picasso, after Mir. Es curioso como muchos de los artistas expuestos en estas muestras, como Tpies o Saura, eran contrarios al rgimen, pero su produccin fue cali cada como apoltica. Dentro de los proyectos de arte contemporneo llevados a cabo hoy por el Ministerio de Asuntos Exteriores como organizador o en funcin de colaborador, podemos encontrar lneas de trabajo diferentes, por ejemplo est la cpula de la sede europea de la ONU en Ginebra realizada por Barcel que representa un arte actual ms tradicional o convencional, pero tambin se llevan a cabo proyectos ms actuales y arriesgados, como la itinerancia de la exposicin Post-it City. Ciudades ocasionales, o la muestra If I cant dance, I dont want to be part of your revolution, con artistas como Jon Mikel Euba. Como consecuencia de estos hechos en Espaa se ha construido una cultura como un objeto estratgico de visualizacin, y pocas veces como resultado de unas prcticas sociales5. Se ha creado un arte promocional, sin pensar en llevar a cabo una poltica productiva, creando grandes infraestructuras, mediante los cuales se buscaba la modernizacin del Estado, pero tambin una recompensa econmica, por ejemplo a travs del turismo cultural. Aunque no todo ha sido as, tambin se han creado iniciativas que se dirigen directamente a la creacin de un tejido artstico, en un primer momento eran una gran minora pero actualmente estn empezando a tomar un papel importante dentro del desarrollo del panorama artstico.

    CREACIN DE MUSEOS DE ARTE CONTEMPORNEO EN ESPAA Toda esta ebre institucionalizadora y estas ganas de modernizar unida a la idea de ver el arte como una herramienta o recurso, ha hecho que en Espaa en los ltimos veinte aos se hayan creado con una rapidez preocupante y creciente, ms de treinta museos o centros de arte contemporneo. El panorama en Espaa en cuanto a la creacin de museos y centros de arte est marcado por la rapidez con la que se han creado estos en los ltimos veinte aos, destacando entre los primeros centros a Arteleku (1987), al CASM (1988), al IVAM (1989) y al MNCARS (1990). Una de las caractersticas que tienen muchos de los nuevos centros es su contenedor, es decir, su edi cio, y el valor que se le da a este desde su administracin de origen, ya que se concibe como obra artstica independiente y con poder de atraccin hacia los nuevos visitantes por su carcter visualizador, aunque esta ltima caracterstica es importante tambin para los polticos no solo como elemento de reclamo hacia nuevos usuarios, sino como elementos visualizador de sus hazaas durante su mandato poltico. Este inters por la fachada del museo hace que en muchos casos se contrate a un gran arquitecto y se haga un gran desembolso econmico slo para la creacin del edi cio, que adems a veces no responde a las necesidades formales y funcionales del museo o centro de arte, como por ejemplo la crtica que hubo de algunos artistas a la ltima remodelacin-ampliacin del MNCARS, puesto que consideraban que sus nuevas salas eran poco verstiles para las necesidades expositivas del arte ms actual.

    5 MARZO. J. L.; BADIA. T. Las polticas culturales en el Estado espaol (1985-2005) (http://www.soymenos.net/)

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    Esta ebre constructora o creadora ha hecho que en muchas ocasiones pequeas ciudades de la periferia se vean obligadas a crear un museo-centro buscando un efecto que nada tiene que ver con su funcin primordial y principal. Me gustan mucho las palabras de Rosa Olivares6 cuando cali ca esto como cultura del ladrillo y no cultura de la re exin, esto resume fcilmente algunas situaciones que se viven en el escenario cultural espaol. En algunas ocasiones como consecuencia de este gasto excesivo al inicio del proceso y de la concepcin que tienen los polticos de la cultura, o mejor dicho, de los museos o centros de arte, estos nuevos espacios sufren una reduccin de presupuesto que hace que sus actividades en un principio programadas se vean recortadas en todos los aspectos, tanto cualitativos como cuantitativos, y esto a su vez hace que haya una disminucin de pblico, algo ocurre no porque el arte contemporneo no interese a los ciudadanos. Esta situacin es un circulo vicioso, ya que como consecuencia de la no a uencia de pblico los presupuestos se ven recortados, ya que los polticos se escudan a la hora de reducir las partidas en el no-uso de los museos por los ciudadanos, sin buscar una re exin crtica de esta situacin. Dentro de estas circunstancias un tanto negativas encontramos en Espaa un museo de nueva creacin que ha superado todo esto y ha conseguido convertirse en un referente internacional y tambin en un punto de visita obligada para los habitantes de su ciudad, el MUSAC. Ha logrado desde la periferia la creacin de un centro productor de exposiciones y proyectos, pero tambin se ha convertido en un espacio de interrelacin con los visitantes, a partir de talleres, encuentros, charlas, etc. Otra caracterstica del MUSAC destacable es la libertad que tiene a la hora de programar7, sin ninguna imposicin desde el poder poltico. Enlazando con el tema de la autonoma, hay que decir que an hay en Espaa muchos centros-museos que dependen, no solo econmicamente, de los poderes polticos. Este hecho marca desde la eleccin del director, aunque poco a poco se est evitando gracias al Cdigo de Buenas Prcticas, hasta el desarrollo de la vida normal del centro, ya que las decisiones sobre los presupuestos y qu se hace con ellos sigue en manos de los polticos. Una solucin que se podra evitar si se implantara en Espaa un rgano similar al Arts Council britnico, desde el cual se tomaran las decisiones respecto a temas culturales, y as se conseguira una continuidad en los proyectos sin que estos cambiaran o se truncaran cuando el partido de turno en el gobierno cambiara, y a su vez tambin se evitara la manipulacin poltica de la cultura por el partido gobernante. En Catalunya se ha creado a inicios de 2009 el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts siguiendo el modelo britnico, y aunque tenga an corto periodo de vida que no permite analizar bien su desarrollo, s ha estado envuelto en polmica, se ha hablado desde una falta de autonoma del poder poltico, hasta la excesiva autonoma del presidente del CONCA. En Espaa muy lentamente se han introducido polticas basadas en la produccin, este hecho es clave para el desarrollo completo de un panorama artstico. Si tomamos como ejemplo las palabras de Chris Smith, ex-ministro de cultura britnico, l explica que una de las bases del desarrollo cultural de un pas, es el apoyo a la creacin de plataformas de produccin para

    6 OLIVARES. R. (2004), Museos de hoy. Modelos para a(r)mar, Exit Express, nm. 8.7 Conferencia dada por Tania Pardo en el MUVIM (Valencia) el da 2-10-2009.

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    los artistas. En Espaa esto empez con Arteleku, centro que depende de la administracin vasca, posteriormente en 1997 lleg Hangar en Barcelona, que recibe subvenciones pblicas pero de iniciativa privada gestionado por la Asociacin de Artistas Visuales de Catalua. Y ms recientemente la apertura en 2007 de Matadero en Madrid, y de las Fbrica de les Arts, como la Roca Umbert en Granollers. Este apoyo en la produccin artstica poco a poco va apareciendo en algunas de las premisas fundacionales de los centros espaoles de gran envergadura, como LABoral en Gijn, que tiene como una de sus lneas de actuacin el apoyo a la produccin y a la investigacin, centrndose en los artistas como generadores de proyectos materiales y de expresin artsticas, pero tambin apoya una relacin con la universidad como centro de re exin. Estos centros nos muestran la evolucin que se esta llevando a cabo en algunos lugares del territorio nacional, dando un apoyo a la difusin y a la creacin desde abajo, favoreciendo as la construccin de un tejido cultural que da respuesta a unas necesidades sociales; y dejando de lado esa ebre fundadora de centros de arte hechos para exhibir, sin pensar en que la funcin de exhibir no es la nica que se puede realizar.

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    DOMUS ARTIUM 2OO2

    El DA2 es un museo joven, creado en 2002, y dependiente del Ayuntamiento de Salamanca, pero integrado dentro de la Fundacin Salamanca Ciudad de Cultura. Es un centro dedicado a las ltimas tendencias artsticas, y tambin tiene la labor de formar su propia coleccin. El caso del Domus Artium 2 es un tanto chocante ya que se atiene a una realidad que lo rodea un tanto peculiar, marcada en algunos momentos por la poca independencia de los poderes polticos. Es un museo situado en la periferia, con un entorno tradicional en todos o casi todos los aspectos, donde hay un peso importante de la ciudad como monumento histrico y esto hace que se relacione al arte siempre hacia algo pasado y se valoren poco las expresiones ms contemporneas. Adems de este handicap, el origen del nacimiento del centro tampoco ha ayudado a su desarrollo y evolucin.

    ORIGEN, DEPENDENCIAS Y CONFLICTOS El museo nace en 2002 fruto del nombramiento de Salamanca Capital Europea de la Cultura, en ese momento forma parte del Consorcio 2002, y depende del Ayuntamiento de la ciudad, posteriormente en abril de 2003 se crea la Fundacin CASA (Centro de Arte de Salamanca), y el centro ya no pertenece al Consorcio que gestionaba todas las acciones y espacios de la capitalidad. En agosto de 2003 se produce un con icto importante en el centro, a rdenes del alcalde Julin Lanzarote, se cancela la Fundacin CASA y todos los trabajadores del museo son despedidos, incluido el entonces director Alberto Martn, el motivo dado por el alcalde es la reorganizacin de las fundaciones. A nales de 2003 se anuncia la nueva reapertura del centro con cambio de nombre, ahora Domus Artium 2002 (DA2), que pertenecer a la Fundacin Salamanca Ciudad de Cultura; ahora estar dirigido por Javier Panera, pero no tendr el cargo de director del centro sino de director de programacin, las cuestiones que no ataen a la programacin son gestionadas directamente por la Fundacin, su trabajo se enfoca nicamente sobre la parte artstica. Todos estos cambios trajeron una gran polmica, se habl mucho del papel del alcalde en este con icto, tomando decisiones libremente sobre un centro, cerrndolo, sin dar explicaciones, despidiendo al personal con unos procedimientos cuestionables, rompiendo as todo el proyecto llevado a cabo por el anterior director, y sin explicar que va a pasar con el centro, con la coleccin y con la inversin econmica de dinero pblico que se llevo a cabo, pero sobretodo se re exion sobre la independencia del centro. Despus de esto, el 19 de diciembre de 2003 el alcalde de la ciudad present ante los medios el nuevo nombre del centro, ahora Domus Artium 2002, con su nuevo logotipo, segn dijo l esto se debi a una decisin personal ya que l haba estudiado latn, en esta rueda de prensa tambin comunic que el centro seguira con su anterior ideario. Esto hace dudar sobre cuales fueron las causas del cierre del CASA y de los despidos, ya que se poda pensar en que el consistorio no estaba de acuerdo con el proyecto llevado a cabo por Alberto Martn.

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    EDIFICIO El espacio elegido no es de nueva planta, el ayuntamiento se decanta por la antigua crcel provincial construida en los aos 30 y situada en un zona perifrica de la ciudad cercana al ro. La restauracin y rehabilitacin del edi cio es llevada a cabo por el arquitecto Horacio Fernndez del Castillo, y no se caracteriza por estar hecha bajo el sello del gran arquitecto estrella con un edi cio imn. Se puede clasi car como una construccin sencilla, donde el proyecto se basa en la inclusin de elementos del edi cio anterior hacindolos compatibles con su funcin actual. El edi cio es dotado de 9.500 m2 de super cie repartidos entre salas de exposicin, las cuales ocupan 2.600 m, y otras dependencias como son la biblioteca, sala de conferencias, almacn, o cinas, etc. y con un coste de 7.305.170 euros. Las salas de exposicin tienen mucha relevancia ya que ellas son las que marcan la funcin del edi cio, por eso el arquitecto las intenta dotar de versatilidad intentando crear espacio amplios y adaptables a los requisitos que demande cada muestra realizada; llevar esta idea a cabo ha sido complicado al mantener parte de la estructura del anterior edi cio, por eso algunas de las salas puedan parecer un poco pequeas, sobretodo en cuanto a altura se re ere. La anterior funcin del edi cio ha dejado una huella no solo en aspectos formales, sino tambin en una considerable gran carga simblica muy apreciable en su sala principal, ya que en esta sala se han mantenido elementos de la construccin anterior como una gran reja, o las puertas de las celdas, adems de la instalacin de la artista Mona Hatoum, siempre presente en el fondo de la sala principal hecha con elementos del anterior edi cio. La zona elegida estaba situada en una de las riberas del ro Tormes muy cercana a un polgono industrial. Como consecuencia de la construccin del DA2 y del CAEM (Centro de las Artes Escnicas y de la Msica) el polgono es trasladado a otra zona de la ciudad. Este hecho tambin provoc el desarrollo urbano del entorno, despertando as la actividad constructora e inmobiliaria y creando un nuevo barrio de viviendas. La conexin terrestre de la zona experiment una mejora considerable, creando una nueva red de carreteras de acceso a la ciudad pasando por el centro, y un nuevo puente sobre el ro.

    COLECCIN-PROGRAMACIN-DIRECCIN Con motivo de la celebracin de la capitalidad europea cultural se destinaron una gran parte de los fondos econmicos dados a la ciudad a la creacin de la coleccin de arte del DA2. Fue una poca de bonanza econmica para el museo y para sus adquisiciones, se compr mucho, y a su vez tambin se encarg a varios artistas la creacin de obra fotogr ca con la ciudad de Salamanca como elemento protagonista en un proyecto llamado Salamanca, un proyecto fotogr co y posteriormente integrar estas obras dentro de la coleccin, con obra de Candida Hfer, Lynne Cohen, Xavier Ribas, Humberto Rivas, Valerie Jouve y Michael Danner. Esta produccin de obra es una constante dentro de la dinmica del centro, ya que aunque en los inicios si hubo un gran volumen de nuevas adquisiciones, posteriormente la bajada drstica presupuestaria para adquisiciones hizo que se buscara nuevas piezas para la coleccin a travs de la produccin de obra nueva para las exposiciones realizadas en el museo. Este es uno de los ejes ideolgicos que marcan la coleccin y su construccin, as la coleccin se entiende como una memoria de las exposiciones realizadas en el centro.

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    Pero tambin tiene otras tres lneas de actuacin, por una lado est el criterio cronolgico, el cual articula la coleccin en obras que abarcan un periodo que empieza en el 1990 hasta nuestro das, aunque tenemos excepciones como varias piezas de Joseph Beuys, Les Levine y Klaus Staeck. Tambin se busca a la hora programar, realizar exposiciones de artistas que no hayan expuesto en Espaa, consiguiendo as una peculiaridad con el resto de la oferta cultural espaola. Y por ltimo tenemos el eje que trata del discurso artstico, dentro de este punto hay una divisin en varios temas:

    - la fotografa como puesta en escena- concepto de Neobarroco, relacin con el espacio, tratamiento de la alegora y la teatralidad- la rede nicin del soporte pictrico, re exin sobre la idea de pintura- arte poltico- arte emergente del entorno salmantino y castellano-leons

    Estos per les que articulan las bases discursivas de la coleccin, son quiz muy concretos y muy rgidos, limitando el campo de exhibicin y adquisicin; tambin son unas lneas de actuacin un tanto dispersas entre ellas, que transmiten una sensacin de ausencia de discurso slido y coherente, sin que se aprecie una transversalidad que ayude a la idea de coleccin bien articulada que conforma un todo coherente. Hay que tener claro tambin que la programacin-coleccin del centro no est regida bajo ninguna imposicin poltica, donde el director tiene total libertad a la hora de programar y comprar, aunque para esto ltimo si necesita la aprobacin de la Fundacin. Esta libertad por un lado, y por otro la concrecin y la dispersin de las pautas de la programacin, quiz pueda darse lugar por la apertura del documento en el cual se marcan las directrices a seguir por el centro. Por ejemplo en la web del DA2, donde se explican brevemente las intenciones del museo, se alude nicamente al apoyo a las nuevas tendencias en un contexto cronolgico determinado y tambin en un contexto espacial que va desde el mbito internacional hasta el local. Un ejemplo que nos demuestra la centralizacin y concrecin del proyecto en temas recurrentes y a veces un poco cerrados en si mismos, son las similitudes que podemos encontrar entre diferentes artistas y exposiciones. Por ejemplo la msica actual est presente en diversas exposiciones, como la de Chris Cunningham donde se trata el gnero del videoclip musical y sus connotaciones artsticas; tambin en las muestras individuales de Christian Marclay y de Marc Bijl, y como no, en Rock my religin, y a menor escala en Mascarada, aludiendo en un pequeo espacio al glam de la poca de Bowie. Otro ejemplo seran las muestras que hay actualmente, Tiempo suspendido, una colectiva de fotografa de la coleccin y de la Fundacin Coca-Cola, y una individual de Erwin Olaf, las cuales tratan el tema de la puesta en escena en el soporte fotogr co; algo que tambin se llevo a cabo en las exposiciones individuales de Gregory Crewdson y Charlie White. Es contradictorio pero dentro de este centro convive la libertad absoluta en el mbito expositivo y adquisitivo, con una dependencia total de la Fundacin a la que pertenece en varios aspectos. Por un lado el DA2 no tiene un director que se dedique exclusivamente a la gestin del centro, las labores de gestin vienen regidas desde la fundacin que es presidida por el alcalde

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    de la ciudad. La divisin tan clara de estos dos poderes in uye en detrimento del centro, ya que el encargado de la gestin no trabaja en el centro, no est involucrado y motivado en la evolucin y desarrollo del centro. Sera muy positivo que este cargo pudiera ser compartido con el actual director de programacin, llevando cada uno una tarea de direccin pero trabajando conjuntamente. La dependencia que existe ya no es solo en cuanto a la gestin del centro y al tema de presupuestos, tambin hay una dependencia mucho ms peligrosa, que podramos cali car como dependencia total, como ocurri en febrero de 2009, cuando el entonces (y tambin actual) director del DA2, Javier Panera fue despedido sin motivo y de improviso, y su puesto le fue dado a Javier Castro sin ningn concurso pblico de seleccin. Esto crea un ambiente con ictivo y tambaleante para el desarrollo del proyecto del DA2, ya que los trabajadores del centro estn ante un futuro incierto, y es fcil que pierdan la con anza en el proyecto global que estn desarrollando, y que no se plantee un proyecto a largo plazo. Este entorno confuso e incierto hace que la direccin del centro no pueda llevar a cabo correctamente un amplio proyecto escrito con un alcance a largo plazo, como es el Plan Director o Plan Museolgico. Esta no puesta en prctica adecuadamente de un Plan, puede hacer que no se produzca una re exin ms profunda por parte del director de programacin, y as se deje llevar por gestos ms espontneos y quiz gustos ms personales, haciendo de su propio discurso el discurso del DA2, algo que enlaza con el hecho de algunas de las pautas de la coleccin-programacin parezcan un poco excluyentes. Es importante tambin valorar el hecho que el director de programacin ejerce de comisario de la mayora de las muestras realizadas en el centro, con algunas excepciones donde colaboran comisarios invitados, debido a la ausencia de presupuesto.

    PRESUPUESTO La reduccin y escasez de presupuesto gestionado por la Fundacin ha sido una constante en la vida del centro, y ha marcado su desarrollo y evolucin, los buenos tiempos en cuestiones econmicas fueron los primeros, donde se destin una gran parte de los 25 millones de euros de presupuesto que tenia el Consorcio con motivo de la capitalidad europea de la cultura. Hoy en da no tienen un presupuesto claramente de nido, todas las cuestiones presupuestarias relacionadas con la gestin no artstica dependen de la Fundacin, y en cuanto a la parte artstica el presupuesto cumple con todas las tareas exceptuando las adquisiciones, para las cuales no hay su ciente presupuesto, aunque hay una excepcin que es la feria de arte ArtSalamanca. Para esta feria el ayuntamiento siempre da una partida de fondos para adquisiciones, y se intenta que dentro de estas compras se elijan obras de las tres galeras salmantinas que asisten. Una de ellas, Artis, es una galera muy tradicional que trabaja con artistas que no entran dentro de los parmetros del DA2. Para intentar solucionar esto, el centro aconseja a la galera que lleve a la feria a artistas emergentes del entorno salmantino y castellano-leons, facilitando las compras al museo as como tambin la integracin y el apoyo a artistas jvenes, una de la premisas del centro dentro de su Espacio Emergente. La falta de presupuesto tambin se puede apreciar en las palabras de Panera ya que en alguna ocasin ha dicho que gracias a sus propias curadorias el centro se ahorra mucho dinero, aunque ms que ahorrar lo que se busca es una solucin a la ausencia de solvencia

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    econmica. La falta de recursos econmicos tambin ha marcado a la coleccin y a la manera de crearla, formada en muchos casos por obra de nueva produccin para exposiciones del centro, esta forma de trabajar con los artistas se debe hacer bajo acuerdos y prcticas correctas para los artistas, por ejemplo con el uso de un contrato de compraventa de obra indita o encargo de obra. Tampoco hay una exhibicin permanente de la coleccin, aunque si hay constantemente exposiciones de tesis con obras de la coleccin, como por ejemplo Mujeres Desesperadas, Cotidianismos, etc; algo que permite por un lado revalorizar la coleccin, y por otro lado, hacer exposiciones con una inversin econmica modesta.

    OTRAS CUESTIONES La vida de este centro y la percepcin que se tiene de el se ha visto in uida por otras diversas situaciones, adems del ya comentado con ictivo el cierre del CASA, que quiz puedan poner en duda el proyecto del centro, pero tambin dotarle de unas determinadas connotaciones. Por ejemplo cuando se inaugur la institucin, la primera exposicin estaba relacionada con su capitalidad cultural compartida con Bruselas, as que esta primera exhibicin se titulaba Obras maestras del Museo de Arte Moderno y Arte Contemporneo de Lieja, con obras que se databan desde 1850; creo que esta primera exposicin desvirtu los objetivos del museo, no por que la muestra no tuviera calidad sino por que esta exhibicin no entraba dentro del mbito de accin del DA2, algo que nos da a entender que los objetivos no estaban muy claros, y adems haba muchsimos espacios habilitados como consecuencia de la capitalidad cultural. Esta no ha sido la nica muestra que traspasa los lmites cronolgicos de la coleccin, no hay que olvidar que ella misma excede sus propias barreras ya que hay piezas de tres artistas posteriores. Por ejemplo tenemos la exhibicin 50 aos de Documenta, pero esta muestra si que enlaza con la realidad del centro, hablando de un evento de arte actual como fenmeno artstico en si mismo, adems de la relacin de la Documenta con artistas que han expuesto en el DA2. Otro hecho que se ha producido ltimamente es el acuerdo entre la Fundacin Coca-Cola y el centro, a travs del cual el DA2 tiene en depsito la coleccin por un periodo de dos aos, y tiene la obligacin de ir exponindola aunque no de manera global, van aprovechando las obras de la coleccin introducindolas en exposiciones temticas con obras de la coleccin del museo. La exhibicin de estas obras puede dar pie a una doble lectura ya que por un lado podemos entender esto como un ataque a las bases cronolgicas de la coleccin y programacin las cuales empiezan en 1990, y en la coleccin Coca-Cola hay piezas anteriores. Pero tambin podemos comprender la utilizacin de este depsito, como un apoyo a la lectura de ciertas piezas, abriendo nuevas re exiones, creando nuevas e interesantes relaciones y genealogas. Tambin ha in uido en la visin y en la vida del museo la imagen que se ha dado desde el ayuntamiento, enfocando la cultura siempre como una herramienta de desarrollo econmico, sobretodo en el mbito del turismo. Analizando los resultados siempre desde el punto de vista del bene cio econmico, como se public en un estudio de la Fundacin Encuentro, donde se explicaba el gran rendimiento que se haba conseguido gracias a la capitalidad cultural, llegando a comparar este impacto con el del Guggenheim.

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    CONCLUSIN

    Mi conclusin se centra en dos premisas bsicas: - Independencia - Gestin: Plan Director y Plan Estratgico

    Por un lado la necesidad de independencia es bsica a la hora de desarrollar un proyecto cultural dentro del mbito pblico, en el caso del DA2 vemos como el ayuntamiento y sus caprichos han regido su vida acarreando consecuencias nefastas. Hay que destacar que esa independencia interacta con las negociaciones que se realizan entre los diferentes agentes que se encuentran en el espacio artstico, el centro con artistas, con polticos, con pblico, con otros centros... Y por otro lado la importancia de la gestin de un museo partiendo de un Plan Director y un Plan Estratgico. En el Plan Director quedaran claras la estructura y misin, marcando las intenciones de la institucin a largo plazo. Y en el Plan Estratgico, se concretaran los objetivos presentes en el plan director, se pautara una temporalidad en los contenidos, los cuales se especi caran ms en profundidad en el Plan de Actuacin. Adems de la aplicacin de los planes tambin se debe tener presente los recursos con los que se cuenta, entendiendo estos como el presupuesto, la coleccin, el personal, las instalaciones, etc para as intentar buscar el mximo rendimiento. En el ejemplo del DA2, la poca valoracin que tiene la administracin que lo controla sobre el arte contemporneo tambin ha in uenciado a la vida del centro, entendiendo este nicamente como una estrategia visualizadora, que dota a la ciudad de modernidad y turismo, y dejando de lado la creacin de un proyecto serio re ejado en los planes. En el mbito nacional si hablamos de la independencia, sera muy positivo la creacin de un Arts Council, con una funcin ejecutora, desde donde se gestionaran los recursos econmicos, pero tambin donde se llevara a cabo una re exin sobre el panorama nacional artstico, promoviendo as un cambio de enfoque, intentando enlazar intereses entre las diferentes administraciones, y as crear una red natural y comunicativa de infraestructuras. Sera muy positivo la creacin de un tejido cultural formado por los diferentes sectores (educacin, produccin, exhibicin, formacin, investigacin...) y los diferentes agentes (productores, curadores, docentes, investigadores, colectivos sociales..) donde se produjera una comunicacin entre ellos, donde cada uno tuviera o mantuviera su campo de accin pero interrelacionndose, consiguiendo as un funcionamiento ms dinmico, aprovechando ms los recursos, y adems poder conocer las diferentes realidades y sus cambios.

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    BIBLIOGRAFA

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    YPRODUCTIONS, Nuevas economas de la cultura (http://www.ypsite.net) ltima consulta: 28/10/2009

    LABORAL (http://www.laboralcentrodearte.org) ltima consulta: 22/10/2009

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  • Este proyecto ha sido realizado por Sandra Moros Sides y tutorizado por Montse Badia, en el contexto del Master en Arte Actual: Anlisis y Gestin (2007-2009).