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Carlos Rojas Osorio revolución francesa cuando el término "revolu- ción" adquiere el significado que ha tenido en la modernidad. Hannah Arendt hace el recuento del cambio de un significado al otro: rías de las revoluciones científicas y teorías de las revoluciones políticas acto The purpose o/ this paper is to put d certain correlations between theories o/ tual change in science and theories o/ litical change. y words: scientific revolution, political .on, theories of change. Resumen. El propósito del artículo es ner ciertas correlaciones entre teorías del ;0 conceptual en la ciencia y teorías del amrbio sociopolítico. Palabras clave: revolución científica, olución política, teorías del cambio. La racionalidad científica no es inmune a la razón política. Esto ya es evidente desde el pos- tulado baconiano: "saber es poder". Pero a partir de la década de los sesenta del pasado siglo XX esta conexión entre ciencia y política se ha enfatizado con el surgimiento de las teorías de los cambios conceptuales revolucionarios en el desarrollo histórico de las ciencias. El propio Kuhn nos dice haber tomado prestado el término "revolución" de la teoría política. Es de notar que el propio término "revolución" no significó siempre lo mismo. Al inicio de la modernidad fue utilizado por Nicolás Copérnico para una nueva teoría del sistema planetario: De revolu- tionis orbis coelestium. El significado aquí era el usual, revolución en el sentido de movimiento circular. De hecho esta manera de entender el término "revolución" nada tenía de "revolucio- nario" en el sentido que después adquirió; era más bien producto de una ontología estática, como la de la Antigüedad. Es a partir de la La fecha fue la noche del catorce de julio de 1789, en París, cuando Luis XVI se enteró por el duque de La Rochefoucauld Liancourt de la toma de la Bastilla, la liberación de algunos presos y la defección de las tropas reales ante un ataque del pueblo. El famoso diá- logo que se produjo entre el rey y su mensajero es muy breve y revelador. Según se dice, el rey exclamó "C'est une révolte", a lo que Liancourt respondió: "Non Sire, c'est une révolution". Todavía aquí por última vez desde el punto de vista político, la palabra es pronun- ciada en el sentido de la antigua metáfora que hace descender su significado desde el firmamento hasta la tierra; pero, quizá por primera vez, el acento se ha trasladado aquí por completo desde la legalidad de un movimiento rotatorio y cíclico a su irresistibilidad.' Según algunos autores posmodernos la modernidad va de una revolución hasta la otra, de la francesa a la rusa, siendo la moderni- dad la época de la revolución, y para algunos posmodernos neoconservadores esa era de la revolución habría finiquitado justamente con el derrumbe de la revolución soviética y la federa- ción de repúblicas que la prohijó y que llegó a la disolución en 1991. Sea como fuere, es un hecho reconocido que el término "revolución" se ha aplicado tanto para las revoluciones políticas como para las revolu- ciones científicas. John Bernal escribe: El Dr. Richter se opone a mi afirmación sobre la coincidencia de las revoluciones en la ciencia y en la sociedad. Lo que he dicho en realidad es que las dos revoluciones han tenido lugar al mismo tiempo. De hecho la revolución científica se inició veinte años Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII Número doble (109/110), 171-180, Mayo-Diciembre 2005

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Carlos Rojas Osorio

revolución francesa cuando el término "revolu-ción" adquiere el significado que ha tenido en lamodernidad. Hannah Arendt hace el recuento delcambio de un significado al otro:

rías de las revoluciones científicas y teorías de lasrevoluciones políticas

acto The purpose o/ this paper is to putd certain correlations between theories o/tual change in science and theories o/litical change.

y words: scientific revolution, political.on, theories of change.

Resumen. El propósito del artículo esner ciertas correlaciones entre teorías del;0 conceptual en la ciencia y teorías del

amrbio sociopolítico.

Palabras clave: revolución científica,olución política, teorías del cambio.

La racionalidad científica no es inmune a larazón política. Esto ya es evidente desde el pos-tulado baconiano: "saber es poder". Pero a partirde la década de los sesenta del pasado sigloXX esta conexión entre ciencia y política se haenfatizado con el surgimiento de las teorías delos cambios conceptuales revolucionarios en eldesarrollo histórico de las ciencias. El propioKuhn nos dice haber tomado prestado el término"revolución" de la teoría política. Es de notarque el propio término "revolución" no significósiempre lo mismo. Al inicio de la modernidadfue utilizado por Nicolás Copérnico para unanueva teoría del sistema planetario: De revolu-tionis orbis coelestium. El significado aquí erael usual, revolución en el sentido de movimientocircular. De hecho esta manera de entender eltérmino "revolución" nada tenía de "revolucio-nario" en el sentido que después adquirió; eramás bien producto de una ontología estática,como la de la Antigüedad. Es a partir de la

La fecha fue la noche del catorce de julio de 1789, enParís, cuando Luis XVI se enteró por el duque de LaRochefoucauld Liancourt de la toma de la Bastilla,la liberación de algunos presos y la defección de lastropas reales ante un ataque del pueblo. El famoso diá-logo que se produjo entre el rey y su mensajero es muybreve y revelador. Según se dice, el rey exclamó "C'estune révolte", a lo que Liancourt respondió: "Non Sire,c'est une révolution". Todavía aquí por última vezdesde el punto de vista político, la palabra es pronun-ciada en el sentido de la antigua metáfora que hacedescender su significado desde el firmamento hastala tierra; pero, quizá por primera vez, el acento se hatrasladado aquí por completo desde la legalidad de unmovimiento rotatorio y cíclico a su irresistibilidad.'

Según algunos autores posmodernos lamodernidad va de una revolución hasta la otra,de la francesa a la rusa, siendo la moderni-dad la época de la revolución, y para algunosposmodernos neoconservadores esa era de larevolución habría finiquitado justamente con elderrumbe de la revolución soviética y la federa-ción de repúblicas que la prohijó y que llegó ala disolución en 1991.

Sea como fuere, es un hecho reconocido queel término "revolución" se ha aplicado tanto paralas revoluciones políticas como para las revolu-ciones científicas. John Bernal escribe:

El Dr. Richter se opone a mi afirmación sobre lacoincidencia de las revoluciones en la ciencia y en lasociedad. Lo que he dicho en realidad es que las dosrevoluciones han tenido lugar al mismo tiempo. Dehecho la revolución científica se inició veinte años

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antes que la política. Sin embargo no quiero dar aentender que aquélla haya sido causa de ésta.?

Bernal se está refiriendo a la revolución cientí-fica que da inicio a la Modernidad y a la revoluciónpolítica que instaura la democracia y lentamente vadesalojando los regímenes monárquicos.

Por su parte Bernard Cohen escribe:

he descubierto que el empleo de la palabra "revo-lución" en el contexto de la ciencia siempre reflejalas teorías en boga, relativas a la revolución políticay social, así como la conciencia de las revolucionesefectivas. Por eso las ideas sobre cada revolucióncientífica se analizan contra el transfondo de la revo-lución social y política.?

Pero Robert Richards nos dice que el concep-to de revolución se aplicó primero a la ciencia quea los cambios políticos:

Un breve examen del término revolución sugiere quesu aplicación al pensamiento científico no necesaria-mente deriva de las analogías con la rebelión política.el Oxford English Dictionary su uso para describircambios dramáticos en el pensamiento antecede, porun largo período, a su uso para designar las rebelionespolíticas. A finales del siglo XVIII, el término eraampliamente usado para designar transformacionesimportantes en el curso de la ciencia."

Esta afirmación está de acuerdo con laaseveración de Hannah Arendt, ya citada, segúnla cual el concepto moderno de revolución enpolítica no aparece hasta la revolución francesa,y específicamente la noche del 14 de julio de1789. De todos modos, en general me pareceválida la tesis de Cohen de la estrecha relaciónentre los conceptos de revolución científica yrevolución política. Veremos también que JohnBernal habla de ambas revoluciones en cuantofundan la Época Moderna.

Lo que me propongo aquí es exponer unasciertas correlaciones entre teorías del cambioconceptual en la ciencia y teorías del cambiosociopolítico. Correlacionando ambos tipos deteorías, tendríamos las siguientes posibilidades:

l. Progreso científico y progreso social.

2. Revolución científica y revolución política.

3. Revolución científica y microrrevoluciónpolítica.

4. Revoluciones científicas SIn revoluciónpolítica.

5. Microrrevolución científica y política.

6. Anarquismo metodológico/anarquismopolítico.

En realidad esta lista debería ser de 2x2x2=8.Pues si tenemos tres clases de cambios: progreso,revolución y microrrevolución, para dos áreas dela actividad humana (ciencia y política), deberíanser ocho por simples razones de posibilidad mate-mática. (Aquí tomo el "anarquismo" como unade las variantes de la teoría y práctica revolucio-naria). Pero me limitaré a las teorías conocidas,sabiendo eso sí que hay otras posibles alternativasdentro de una combinatoria virtual.

1. Progreso científico y progresosocio-político

La teoría del progreso científico y del progre-so social es la que sostiene una forma de cambioevolutivo (no revolucionario) tanto para las teo-rías científicas como para los cambios sociales.Es necesario advertir, para todos los casos de estaclasificación, que conscientemente son excep-cionales los pensadores que han trabajado en ladoble línea del cambio (política y científica). Opuede decirse también que han trabajado durantealgún tiempo en uno de los focos del problemay luego en el otro. Esto pasa, por ejemplo, conKarl Popper y con Michel Foucault. Un filósofoque ha tenido en mente al mismo tiempo ambostipos de cambio ha salido Stephen Toulmin. Elmarxismo ha tenido primero una filosofía delas revoluciones sociopolíticas y posteriormenteha aplicado el concepto de "revolución" para lasteorías científicas.

La teoría según la cual los cambios songraduales y evolutivos se encuentra en Popper,tanto para el desarrollo de la ciencia como para elcambio social. En su obra The Open Society andits Enemies, ataca virulentamente a las filosofías

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holísticas como las de Platón, Hegel y Marx.Popper las denomina holísticas porque defiendenun cambio global de la sociedad planeado desdeel Estado. Popper propone, en cambio, una inge-niería social basada en reformas acumulativas.Lo mismo puede decirse respecto del desarro-llo de las teorías científicas. Popper defenderíalo que Suppes ha denominado "la concepciónheredada". Se la denomina así porque ha sido lateoría de los cambios conceptuales que implíci-tamente se venía defendiendo en las ciencias eincluso en la filosofía de las-ciencias. Esta teoríadefiende que: i) La ciencia progresa poco a poco,gradualmente. ii) Los cambios son acumulativos,es decir, las nuevas teorías recogen en una visiónmás amplia las antiguas teorías. Newton retornalas teorías de Copérnico, Kepler y Galileo, y lasunifica en una sola teoría. Einstein nos daría unateoría de mayor amplitud. iii) Los cambios serealizan mediante métodos racionales: discusio-nes lógicas, epistemológicas y resultados experi-mentales u observacionales. Esta teoría no proveeuna explicación para la cuestión de la iniciativaindividual del científico, lo considera como unproceso psicológico no explicado aún, análogoa la creación en el arte. iv) La teoría progresistadel cambio científico es también internalista, esdecir, explica el cambio conceptual en base aprincipios, teorías y procedimientos de la cienciamisma, y no a factores sociales o políticos quepuedan actuar o dejar de actuar en el desarrollode la ciencia.

Se puede decir que esta era la teoría máscomúnmente aceptada antes de las teorías mar-xistas y de la revolución kuhniana. De hecho nisiquiera se había conceptualizado explícitamen-te. Pues la teoría de la ciencia correspondientea esta versión del desarrollo científico es unateoría lógica de la ciencia, basada o bien en elcriterio de verificabilidad o en el criterio de fal-sabilidad. Lo histórico no era esencial en la teoríalógica de la ciencia, era un agregado incidental.Solamente después que surgió la teoría histórico-revolucionaria, los lógicos han venido a aclararel desarrollismo científico. Esto es válido para elCírculo de Viena, el positivismo y el empirismológico. El caso de Popper es importante porque

el progresismo tanto en lo científico comolo social. No habría que pensar que todos los

positivistas y empiristas lógicos fueran al mismotiempo reformistas en lo social. De hecho algunoseran marxistas o simpatizantes del marxismo.

Es necesario tener en cuenta que hay muchasteorías evolucionistas tanto en biología como enepistemología. Por lo general en el siglo XIX lasteorías evolucionistas en biología eran gradua-listas (lo es en el propio Darwin); no es, pues,casual que muchos modelos evolucionistas enepistemologías invoquen directamente a Darwincomo santo patrón de sus teorías. Popper mismoinvoca varias veces a Darwin para su teoría evo-lucionista; pero no es el único. Por otro lado, notodas las teorías evolucionistas son gradualistaso continuistas, aunque los epistemólogos que lainvocan es muy probable que adoptan posturasevolucionistas para contrarrestar la teoría de lasrevoluciones científicas (y quizá políticas). Detodos modos, en el siglo XX, con la teoría de lasmutaciones, la teoría de la evolución deja de sernecesariamente continuista. Foucault, por ejem-plo, que no es continuista, utiliza con frecuenciael término mutación y transformación en suarqueología del saber. En el caso de Jay Gouldhay una teoría de la evolución que no es con ti-nuista sino revolucionaria y hasta catastrofista.La estabilidad de las especies reina por larguí-simas periodos de tiempo hasta que de repentese produce el gran cambios. (Desconozco si estateoría de Gould se acopla a una correspondienteteoría epistemológica; pero podría ser compati-ble con la teoría de las revoluciones científicasde Kuhn).

2. Revoluciones científicas y revolucionespolíticas

La teoría de las revoluciones tanto en losocial como en lo científico sostiene que enun momento dado de su desarrollo se produ-cen rupturas radicales con respecto a un ordenestablecido. En el caso de Kuhn los paradigma sconstituyen el modelo del saber establecido. Enel caso del marxismo se trata obviamente dela ruptura con un orden social establecido. Alsocialismo llegamos por revolución con respectoal sistema capitalista.

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Kuhn se pregunta: "Frente a las diferen-cias tan grandes y esenciales entre el desarrollopolítico y el científico, ¿qué paralelismo puedejustificar la metáfora que encuentra revolucionesen ambos?" Luego responde:

Uno de los aspectos del paralelismo debe ser evidente.Las revoluciones políticas se inician por medio del sen-timiento, cada vez mayor restringido frecuentemente auna fracción de la comunidad política, de que las insti-tuciones existentes han cesado de satisfacer adecuada-mente los problemas planteados por el medio ambienteque han contribuido en parte a crear. De manera muysimilar, las revoluciones científicas se inician con unsentimiento creciente, también a menudo restringido auna estrecha subdivisión de la comunidad científica,de que un paradigma existente ha dejado de funcionaradecuadamente en la explotación de un aspecto de lanaturaleza. El cual, el mismo paradigma había pre-viamente mostrado el camino. Tanto en el desarrollopolítico como en el científico, el sentimiento de malfuncionamiento que puede conducir a la crisis es unrequisito previo para la revolución."

Este sentimiento de insatisfacción, agregaKuhn, también se da en cambios de paradigmasmás pequeños (microrrevoluciones) como fueel descubrimiento de los rayos X. A continua-ción Kuhn señala otra profunda semejanza entreambos tipos de revoluciones.

Las revoluciones políticas tienden a cambiar institucio-nes políticas en modos que esas mismas institucionesprohíben. Por consiguiente, su éxito exige el abandonoparcial de un conjunto de instituciones a favor de otroy, mientras tanto, la sociedad no es gobernada com-pletamente por ninguna institución. Inicialmente, esla crisis sola la que atenúa el papel de las institucionespolíticas, del mismo modo, como hemos visto ya, queatenúa el papel desempeñado por los paradigrnas.?

Al igual que en las revoluciones científicas,añade Kuhn, se da una división entre los partida-rios de la revolución y los que se oponen a ella.La sociedad se divide en dos campos en plenaconfrontación. Cuando se llega a esta polariza-ción, entonces "el recurso político fracasa". Esdecir, se da aquí otra profunda analogía entrelas revoluciones científicas y las políticas. Asícomo en las revoluciones científicas llega unmomento en que la diferencia de paradigmas es

tan grande que una y otra parte no se entiendeny no les basta los argumentos racionales, asítambién en las revoluciones institucionales losmedios políticos dejan de ser operantes. Si lapolítica es una continuación de la guerra por otrosmedios -Clausewitz-, entonces, en los períodosrevolucionarios se retorna desde la política a laguerra (la violencia que suele acompañar a lasrevoluciones). Las instituciones sociales entranen crisis, y no hay una institución por encima delas grandes instancias en liza que pueda resolverla crisis; como en las crisis de paradigmas no hayuna teoría por encima de ambos paradigmas quepueda servir de tribunal superior que las resuelva;es ahí dónde interviene, como vimos, la retórica,la persuasión. Podemos concluir: lo que es lafuerza (e incluso la violencia) para las revolucio-nes políticas es la persuasión (fuerza del discurso)para las revoluciones científicas.

Bajo este aspecto Kuhn ha señalado algunoscaracteres de la discusión entre científicos, comoseres humanos que antes habían pasado desaper-cibidos. Aunque Kuhn dice hacer filosofía inter-na de la ciencia, sin embargo, bajo este aspectopodría decirse que hace sociología de la ciencia.

En el marxismo se pueden encontrar tantola teoría del cambio social como la del cambiocientífico. Es verdad que Marx desarrolló espe-cíficamente el primero, pero al decir de LouisAlthusser, Marx mismo se consideró como elDarwin no de la biología pero sí de las cienciassociales. Además, el marxismo posterior ha asi-milado la teoría del cambio científico a la delcambio social.

La teoría revolucionaria del cambio socialsupone que dadas las contradicciones del capita-lismo, éste por fuerza de esas mismas contradic-ciones es llevado al colapso. La nueva sociedad,decía Marx, no es un mero ideal al que debamosaspirar, es la tendencia real y necesaria dado elsistema de contradicciones del capitalismo. Laclase burguesa, en cuanto clase poseedora delcapital, no estaría dispuesta a ajustarse a ningúncambio hacia una nueva sociedad, puesto queesto supondría su colapso como clase. Por lotanto, a largo plazo la polarización entre capita-listas y proletarios será cada vez mayor, y sólo laclase trabajadora podrá, a partir de la base realde las contradicciones del sistema, unir fuerzas

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TEORíAS DE LAS REVOLUCIONES CIENTíFICAS Y REVOLUCIONES POLíTICAS

asumir su rol revolucionario, destronar las fuer-en el poder y asumir el poder.Marx no piensa el cambio social como algo

irracional. Al contrario, con la revolución sede asegurar el control racional de la eco-

-U:a. Mientras que en la sociedad capitalistaracionalidad funciona al nivel de la empresa,

no al nivel global de la sociedad. El inte-particular del capitalista se impone sobre loialmente necesario.Los cambios conceptuales no son pensadosMarx en forma internálista. Pues las ideas

cambian al cambiar las bases sociales sobre lases descansan. En este sentido el marxismo

aiiala los intereses económicos que están detráslos distintos movimientos ideológicos. Esto,

vimos, es especialmente válido para lasfilosóficas, artísticas, religiosas, morales y

fticas. Marx lo aplica también a las cienciasiales, y excepcionalmente a las ciencias natu-

, Las ideas, dice Marx, no tienen historiapropia, porque su historia está relacionada con

de la sociedad. O sea, la explicación marxistaexternalista.

En el científico e historiador de la ciencia.John Bernal se puede encontrar desarrollada lateoría científica del cambio conceptual en senti-do marxista. Este autor, aunque le da preponde-rancia a los factores externos, no desconoce laevolución interna de la ciencia y la ha expuestocon especial detenimiento. Es importante seña-lar que Bernal se muestra de acuerdo con T. S.

uhn en la existencia de revoluciones científi-cas, Escribe Bernal:

Esta parece ser también la opinión del famoso historia-dor de la ciencia Thomas S. Kuhn. En The Structure o/Scientific Revolutions destaca éste lo que llama 'para-digmas', o cuerpos de opiniones más o menos consis-tentes como la de Aristóteles o Galileo, cada uno delos cuales perdura en un determinado campo hasta serdestruido y sustituido por otro. A pesar de que segúnmi modo de ver se ha dedicado excesivamente al con-tenido ideológico de la ciencia, y por tanto poco a losfactores tecnológicos, esta concepción dialéctica -perono marxista, al menos expresamente- de la historia dela ciencia coincide ampliamente con la mía y está apo-yada por una masa enorme de pruebas históricas."

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Althusser ha sido quien mayor importancia leha dado, dentro del marxismo, a las revolucionescientíficas. El filósofo francés recibió el influjode Gaston Bachelard. Como científico y filóso-fo Bachelard insistió en las discontinuidades yrupturas que afectan a la historia de la ciencia.Especialmente en el momento histórico de cons-tituir el campo de inteligibilidad de una ciencia.Esta tiene que romper con un pasado lleno deprejuicios e ideologías. Bachelard los denomi-na obstáculos epistemológicos. Sin embargo, lateoría bachelardiana de la discontinuidad no esirracionalista. Se trata, como solía decir, de unarazón educada en la historia. Ni tampoco proscri-be sino que resalta el progreso científico.

Althusser, como se sabe, aplicó la teoría de laruptura al pensamiento de Marx mismo. La dis-continuidad se da entre el joven Marx y el Marxmaduro. Se habría dejado de lado el humanismoque Marx había heredado de Feuerbach, parasustituirlo por la teoría económica de la historia.Pero con ello Marx habría llevado a cabo unarevolución científica: la explicación de la historiapor sus bases económicas. Marx funda así laciencia de la historia. Aunque Marx no desarro-lló propiamente la teoría de esta revolución en laciencia histórica, sí la llevó a cabo ejemplarmen-te; sencillamente la practicó.

Althusser considera que otras tantas revolu-ciones científicas se han dado a propósito de lasmatemáticas con los geómetra s griegos, de la físi-ca con Galileo y de la biología con Darwin. Marxse une así a la historia de las revoluciones científi-cas con la revolución en la ciencia histórica.

En breve, el marxismo sostiene que hay revo-luciones sociopolíticas y que hay revolucionescientíficas. Y que estas revoluciones surgen den-tro del ámbito de una racionalidad histórica.

Finalmente, importa tener en cuenta la dife-rencia que hace Robert Richards entre dos tipos deteorías del cambio revolucionario en la ciencia. Laprimera es por lo general la de los historiadoresque se han dedicado a estudiar la revolución cien-tífica que dio inicio a la ciencia moderna (RupertHall, Alexandre Koyré y Charles Gillispie9). Esnecesario agregar también a Gaston Bachelard-físico, historiador de la ciencia y filósofo- quientambién representa bien esta teoría. La idea básicaes que la revolución científica ocurre una sola vez,

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en el momento de instaurar una ciencia dejandoatrás su prehistoria no-científica. Lo que acabo dedecir de L. Althusser también encaja en esta ver-sión; y Roberto Torretti entra también en esta posi-ción. Richards hace notar muy concienzudamenteque quizá haya sido Kant el primero que enuncióesta idea de revoluciones científicas que abren unaciencia a un campo de inteligibilidad como cienciarigurosa. Richards se refiere al famoso "Prólogo ala segunda edición de la Crítica de la razón pura"de 1787. También Edmund Husserl en su famosaobra La crisis de las ciencias europeas y la feno-menología trascendental.

La segunda teoría de las revoluciones cientí-ficas la denomina Robert Richards "gestáltica" eincluye en ella a Kuhn, Hanson y Foucault.

El modelo de la Gestalt anima al historiador a inter-pretar las ideas científicas como partes de un complejomás amplio de significados; subraya la mutua determi-naci6n de estos elementos. El hermeneuta de la Gestaltcientífica comienza con un núcleo de experiencia ouna idea paradigmática y se desplaza lateralmente,interpretando un símbolo del esquema en términos delos otros, incluyendo finalmente los significados socialy culturalmente entretejidos.10

Como puede verse, esta teoría guestaltistaincluye importantes factores sociales en la com-prensión de la estructura y revoluciones cientí-ficas. Mientras que la primera alternativa hablade una sola revolución que instaura una cienciay avanza así hacia la verdad, esta segunda alter-nativa habla de varias revoluciones científicasque cambian radicalmente al anterior paradigmao episteme. Según Richards, la verdad en estesegundo caso depende de la coherencia internadel paradigma y toda teoría se mide dentro delparadigma sin que haya parámetros externos másallá de los paradigmas. Debe notarse que en elcaso de Foucault, la episteme depende de unaapertura histórica epocal (un poco en el senti-do de Heidegger). No obstante, me parece queRichards no acierta del todo en cuanto a Koyré,pues la suya puede considerarse por derecho pro-pio una teoría guestáltica. Pues son los marcosconceptuales los que son básicos a la hora deexplicar la emergencia de las ciencias. En cambio,sí hay dos diferencias que se mantienen: Koyré norecurre a factores externos y, sobre todo, defiende

la idea del progreso hacia la verdad a través de lasrevoluciones.

3. Revoluciones científicas ymicrorrevoluciones políticas

La filosofía de Foucault se articula alrede-dor de estas dos clases de cambio: revoluciónen la historia del saber y microrrevolución enlo político. También Foucault recibió el impactode la obra de Bachelard y del propio Althusser,su maestro. El orden del saber de una época searticula alrededor de lo que Foucault denomina"a priori histórico". Se trata de principios subya-centes al saber de cada época. Estos principios seaplican no sólo a una ciencia, sino a las distintasciencias, saberes que no necesariamente soncientíficos como la filosofía, y a otras positivi-dades. Pero estos principios cambian de repente.Aunque los instauradores se formaron en la epis-teme de la época, sin embargo en algún momentodejan de pensar según los parámetros de su épocay comienzan a pensar en forma distinta. Con ellose introducen cambios microrrevolucionarios,los cuales unidos a otros cambios también micro-rrevolucionarios, producen un cambio epocal, uncambio de episteme. No se trata, pues, de un sólocambio, que de la noche a la mañana destruya elsaber existente y mágicamente imponga otro. Setrata de varias transformaciones convergentes.El salto revolucionario puede producirse endistintos momentos, en distintas disciplinas, pordiferentes sabios.

La idea de un solo corte que dividiera de una vez y enun momento dado todas las formaciones discursivas,interrumpiéndolas con un solo movimiento y recons-tituyéndolas según las mismas reglas, es una ideainconcebible.'! -

El resultado de varias microrrevoluciones esque en un cierto lapso de tiempo se produce unarevolución que cambia toda la faz del saber epo-cal. Como se sabe, Foucault describe tres épocas:el Renacimiento, la época clásica y la época queva del siglo XIX a mediados del XX. Como seña-la Kuhn en su Revolución copernicana, la revo-lución científica moderna se dio a lo largo de uncomplejo proceso que duró cerca de cien años,

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TEORÍAS DE LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS Y REVOLUCIONES POLÍTICAS

es va desde Copérnico y no se consolida pormpleto hasta Newton. En realidad Foucault

ao usa explícitamente el término revoluciónpara significar estos grandes cambios epoca-

que instauran una nueva episteme, pero semuestra de acuerdo con la teoría de las revolu-ciones científicas de Kuhn. En una entrevista enque le señalan la semejanza de su teoría de lasrupturas epocales con la teoría de las revolucio-nes científicas de Kuhn, Foucault aclara: "Esverdad que yo considero que el trabajo de Kuhnes admirable y definitivo.Y- Se le pregunta porqué no citó a Kuhn en Las palabras y las cosas,y Foucault responde que leyó el libro en 1963-1964 cuando ya había terminado de escribir estaobra. No hay que olvidar que Kuhn tambiéntomó inspiración de la escuela francesa de lasciencias, al igual que Foucault; me refiero aAlexandre Koyré, Georges Canguilhem, GastonBachelard, etcétera. Es decir, hay una fuentecomún a ambos pensadores.

En Las palabras y las cosas se describe elorden interno del saber a lo largo de la moderni-dad. Las epistemai y sus revoluciones, todo ello abase de principios, conceptos y teorías. No entranen su consideración, en este libro, el examen delos factores sociales y políticos. Pero en El ordendel discurso y demás obras sobre el poder, lospoderes sociales y políticos pasan a primer plano.Las ciencias físicas se originaron en los procesosde investigación medievales, algo así como unatransferencia de los métodos de investigación(inquisitio) eclesiásticos al modo de conocer lanaturaleza. Las ciencias humanas se originaronen el examen policiaco, jurídico y carcelario dela época moderna. A la fuerza del poder judicialy policial nacieron las técnicas científicas de lapsicología y la psiquiatría. Así como la naturalezafue sometida al enjuiciamiento experimental, conel fin de arrancarie (a la fuerza) sus verdades,asimismo hemos hecho con "el hombre". Lasciencias todas son hija de la inquisición y el exa-men policíaco. La verdad se produce por la fuerzadel poder. La tesis de que las ciencias humanasy especialmente las psicológicas nacieron de lapráctica del examen judicial y policíaco en lamodernidad está bien ilustrada en Vigilar y cas-tigar. Podemos, pues, resumir la idea de Foucaulten su segunda parte de su desarrollo intelectual:

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se trata de una explicación externalista del saber(en todas sus formas) a base de poderes políticos.Lo que en Marx era determinación económica,en Foucault será la determinación política, "elengranaje en el que todos estamos".

Ahora bien, en las obras políticas no setrata principalmente de explicar el desarrollo delsaber. Fundamentalmente se quiere explicar unmodelo "estratégico" del poder político. Sólo quela ciencia y todas las formas de saber aparecencomplicados con el poder político. La políticaes la continuación de la guerra y la guerra lacontinuación de la política. La sociedad es uncampo de fuerzas. La red de poderes cubre todoel espacio social.

En el desarrollo de la razón política llega-mos con Foucault a la máxima potenciación.La razón política lo recubre todo, o casi todo.La verdad tiene una dimensión política. Tododiscurso es un acto de compromiso en el quebendecimos o maldecimos.

En cuanto al cambio político, Foucault fuecrítico del concepto de "revolución" y, en sulugar, habló de microrrevolución. La revoluciónse entendió como toma del poder del Estado,pero este tipo de revolución deja en realidadmuchas cosas sin cambiar, como se vio en laUnión Soviética y en los países del socialismoreal. Según el modelo estratégico de Foucault,no existe un centro único del poder, sino queel poder se da en formas diferentes a lo largo yancho de la retícula social. Poco ganamos concambiar sólo el aparato central del Estado. Setrata, para Foucault, de violentar el poder enaquellos nudos donde se manifieste, y la luchaque le corresponde es la microrrevolución. Nohay revolución global; o no la ha habido. Es másbien el poder el que globaliza. Así la lucha delos prisioneros, en que participó personalmenteFoucault, es una microrrevolución. Lo mismopodría hacerse con el sistema educativo, judi-cial, etcétera. Tenemos, por tanto, macrorrevo-lución epistémica y microrrevolución política.Paradojas de la historia: en el mismo momentoen que se comenzó a hablar de revolucionescientíficas se comenzó a dejar de hablar de revo-luciones políticas.

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4. Revoluciones científicas sinrevoluciones políticas

Considero en esta posición al historiadorruso de las ciencias Alexandre Koyré (1892-1964). Koyré aprendió de Husserl la idea de lasmutaciones esenciales en la ciencia, como las delos matemáticos griegos y la de la física moderna.También enfatizó la idea de discontinuidad enla escuela francesa de las ciencias, con GastonBachelard. Estudió muy detalladamente el pen-samiento de Galileo y la revolución astronómica."Kuhn aprendió de Koyré a identificar la estruc-tura y coherencia interna de sistemas de creenciasdistintos y discontinuos, lo cual marca el origende su historia como historiador'U" Es decir, quela famosa teoría de los paradigma s de Kuhntiene su origen en la historiografía de la cienciade Koyré. No obstante, hay varias diferenciasfundamentales entre Koyré y Kuhn. Educado conHusserl, Koyré rechazó siempre el psicologismoy toda clase de relativismo, sea histórico o socio-lógico. Como escribe Solís: "Puestas las cosas eneste contexto objetivista y contrario al relativismoy al psicologismo, es muy improbable la interpre-tación de Koyré como sociólogo de las ideas"."Como señala el mismo autor, Koyré era especial-mente reacio a las interpretaciones materialistasy específicamente marxistas del desarrollo delas ideas; interpretación que como hemos vistoes socioeconómica. Koyré separa platónicamenteel reino de los hechos del reino de las ideas. Encambio, Kuhn, no es ajeno al enfoque sociológi-co, y hace entrar en la historia de la ciencia tantolos factores internos como los externos. Por otrolado, Kuhn es muy escéptico con respecto a laverdad; como vimos en esa sucesión de paradig-mas las ciencias nada nos enseñan de la verdadontológica, de la verdad de lo real. En cambio,Koyré ve la historia de las ciencias como la his-toria de un ser humano que progresa a lo largode la historia, verdad a través de revoluciones;itinerarium mentis in veritatem. Otra diferenciaes que Koyré no acepta lo que Kuhn denominalas ciencias baconianas; obviamente éstas sonde inspiración empirista mientras que Koyré esracionalista platónico.P

No hay, pues, en el pensamiento historiográ-fico de Koyré una correlación entre revoluciones

científicas y revoluciones políticas. Acepta lasrevoluciones científicas, pero no acepta explica-ciones "políticas" o sociológicas en esas revolu-ciones, menos aún si son de corte materialista omarxista. "En los años de la guerra fría, cuandoKoyré empezó a enseñar en los Estados Unidosde América, las veleidades marxistas no eranbien recibidas y esa actitud coincidía con lacorriente idealista en la que se venía moviendoKoyré desde hacía años".I6 Koyré había aprendi-do el realismo platónico en el ambiente husser-liano de Gotinga, y parece haberse mantenidofiel a él. De hecho rechazó el idealismo trascen-dendental de su maestro Husserl prefiriendo elrealismo platónico.

5. Microrrevoluciones científicas ypolíticas

Me apresuro a adelantar que en esta secciónel panorama no es claro. Stephen Toulmin criticóduramente la teoría de las revoluciones científicasde Kuhn. Pero no me parece que su teoría se puedaclasificar igualmente que la de Popper. En primerlugar porque la teoría de Toulmin es abiertamentehistoricista, mientras que la de Popper no lo es.En segundo lugar porque Toulmin reconoce dis-continuidades, aunque no revoluciones. "Ningunateoría del desarrollo y la evolución científicassería educada si dejase de hacer justicia a esasdiscontinuidades intelectuales"P Pero la teoríade Toulmin nos interesa porque conscientementeha correlacionado los cambios conceptuales ylos cambios sociopolíticos. Y en ambos casos serechaza la idea de "revolución". Para él se trataen ambas situaciones de explicar las cosas deuna manera catastrófica, como hizo Cuvier conlos cambios geológicos. Cuando los cambios soncatastróficos (revolucionarios) se hace casi impo-sible asimilar el cambio. Es por esta razón querechaza el cambio revolucionario. En la historiade la ciencia se insiste en las mediaciones que sedan entre una teoría y otra que supuestamente ladestrona. Por ejemplo, la teoría física de Galileotuvo su mediación en la física de la Escuela deParís, con Buridán, Nicolas de Oresme, etcétera.Esta misma teoría de las mediaciones se encuentra

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Bernard Cohen en su teoría de las transforma-científicas.

En el caso de las revoluciones sociales,adopta la misma actitud. Las revolu-

políticas comienzan destronando al reyy terminan poniendo al rey Pedro, para

a lo mismo. Toulmin no duda del hecho9Ie en la historia social se hayan producido

iones, pero duda de su efectividad, de suss resultados. Por tanto, prefiere, como en

caso de los cambios conceptuales, un cambio. able racionalmente. -Tal vez el nombre derrevolucionario no sea adecuado, puesto

este término lo usa Foucault para su teoríapráctica política. Quizá podría decirse que

Toulmin no esté muy de acuerdo con Popper enlo que se refiere al cambio científico (puesto quereconoce discontinuidades), pero parece cercanoa Popper en cuanto al cambio social. Podríamosconcluir que no hay un ejemplo típico de teoríamicrorrevolucionaria tanto en lo científico comoen lo político, aunque lo hay en cada una porseparado, Kuhn en lo científico y Foucault en lopolítico. Aunque, como vimos, Foucault reconocemicrorrevoluciones en el orden del saber, comoen el caso de Cuvier que él analizo.!"

6. Anarquismo metodológico yanarquismo político

En Paul Feyerabend tenemos esta combi-nación de anarquismo en la teoría de la cienciay anarquismo en la teoría política. Feyerabendarremete contra la racionalidad dominante enla ciencia y, específicamente, contra la idea deque hay un único método científico. No haymanera de establecer reglas fijas y ciertas quenos enseñen qué es el método científico, qué eslo racional y qué es lo 'objetivo'; se borra la fron-tera entre lo subjetivo y lo objetivo, por falta decriterios. Cuestiona toda metodología que hablede "principios científicos, inalterables y abso-lutamente obligatorios'U? No existe lógica deldescubrimiento científico, pero tampoco lógicade la justificación. La conclusión contundente nose deja esperar, en cuestión de método podemosdecir que "todo vale". Feyerabend, al igual queKuhn, destaca la inconmensurabilidad en los

procesos de cambios radicales en la historia de laciencia. A diferencia de Kuhn, Feyerabend no veen la historia de la ciencia un único paradigmaen cada momento, sino paradigmas en pugna yteorías contradictorias entre sí. Y él reconoce quees bueno que así sea. El dominio de un sólo para-digma restringe la libertad. Feyerabend aboga,pues, un pluralismo metodológico. Nuestro racio-nalismo occidental es un mito, y aceptemos conhumildad que es eso, y nada más. No hay unaracionalidad global y cualquier criterio racionaltiene sus limitaciones. No obstante él subrayaque esto no significa que no debamos procedencon algún criterio y alguna regla. Por lo generallas reglas son contextuales. Algunas pretendeninstituir la ciencia como una única tradición; perola ciencia contiene muc'nas traóiciones.

Por otro lado, él relaciona esta metodologíaanarquista con la libertad. "Para un hombre libreresulta más apropiado el uso de esta epistemo-logía que el uso de sus rigurosas y científicasaltemativas'V" Y en otro de sus libros afirma:"Todo aquél que trata de resolver un problema-en la ciencia como en cualquier otra parte- debegozar de una absoluta libertad y no puede estarconstreñido por ninguna norma o requisito, porconveniente que éstos puedan ser"." El progresoen la ciencia se ha llevado a cabo no siguiendo lasreglas sino violentándolas.

"Una sociedad libre es una sociedad en laque se conceden iguales derechos e igual posibili-dad de acceso a la educación y a otras posicionesde poder".22 La discusión en una sociedad libreha de ser abierta y sin traba alguna. A Feyerabendle interesa destacar que en una sociedad librela ciencia debe estar separada de la ciencia. Nodebemos aceptar ningún dogmatismo, tampocoel de la ciencia. Quizá la afirmación que mejorrecoja la unidad entre su propuesta política y a lavez metodológica sea la siguiente:

No hay razón alguna por la que el programa de investi-gación ciencia no pueda ser subsumido en el programade investigación sociedad libre y las competenciasmodificadas y redefinidas como corresponde.P

Este breve bosquejo que he dado no es másque el planteamiento de un problema, y en verdadamerita una extensa y compleja investigación.

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Como dije, he tratado sólo algunos ejemplos deuna combinatoria más amplia. He hecho ver algu-nas correlaciones importantes entre las teorías delas revoluciones científicas y las teorías de lasrevoluciones políticas. Mi conclusión provisionales que no sería extraño que una investigacióna fondo encontrase que es el motivo político (osocial) el que condiciona la adopción de una delas variantes de las teorías del cambio conceptualen la ciencia.

Notas1. Hannah Arendt, Sobre la revolución, p. 48. Ver

también de Toni Negri, El poder constituyente.2. John Bernal, Historia social de la ciencia, p.

481.3. Bernard Cohen, Revolución en la ciencia, p. 11.

Esta obra es quizá la más exhaustiva acerca de lasrevoluciones científicas.

4. Richard Roberts, "El modelo de la selección natu-ral", p. 152.

5. Stephen Jay Gould, Time's arrow.6. Thomas S. Kuhn, La estructura de las revolucio-

nes científicas, pp. 149-150.7. Ibid, pp. 151-151.8. John Bernal, Historia social de la ciencia, p. 551.

El subrayado es mío.9. Sobre Koyré ver: Antonio Beltrán, Revolución

científica, Renacimiento e historia de la ciencia;Rupert Hall, The Scientific Revolution, 1500-1800; Charles Gillispie, The Edge of Objectivity,

10. Robert Richards, "El modelo de la selección natu-ral", p. 159.

11. Michel Foucault, Archéologie du savoir, p. 228.(Arqueología del saber, p. 294).

12. Michel Foucault, Dits et écrits, p. 239.13. Carlos Solís, "Introducción", p. 15-16.14. Ibid, p. 38.15. Cfr. Beltrán, 1995, p. 176).16. Carlos Solís, "Introducción", p.33).17. Toulmin, "¿La distinción entre ... T", p. 138. Ver

también su obra fundamental: La comprensiónhumana.

18. "La situation de Cuvier dans l'histoire de la biolo-gie", en Dits et écrits, pp. 30-62.

19. Paul Feyerabend, Contra el método.20. Ibid, p. 13.21. Paul Feyerabend, La ciencia en una sociedad

libre, p. 137.

22. Ibid, p. 29.23. Ibidem.

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