tuberculosis escuela

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Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria” INSTITUCION EDUCATIVA EMBLEMATICA LA TBC CURSO : BIOLOGIA PROFESORA : KLEMER ALUMNO : MARLENI ZEVALLOS PINEDO GRADO : SECC. “E” PUCALLPA – PERÚ

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TUBERCULOSIS EN LA ESCUELA

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Page 1: Tuberculosis Escuela

“Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria”

INSTITUCION EDUCATIVA EMBLEMATICA

LA TBC

CURSO : BIOLOGIA

PROFESORA : KLEMER

ALUMNO : MARLENI ZEVALLOS PINEDO

GRADO : 4° SECC. “E”

PUCALLPA – PERÚ2013

LA TUBERCULOSIS

1. CONCEPTO

La tuberculosis (TB) es una infección producida por una bacteria de la

familia de las micobacterias;

principalmente,Mycobacterium

Page 2: Tuberculosis Escuela

tuberculosis  (aunque hay otras micobacterias que pueden producir la

enfermedad:Mycobacterium africanum, M. bovis, M. canetti, y M.

microti). Habitualmente provoca tos, fiebre, expectoración, en ocasiones con

sangre, cansancio e incluso pérdida de peso.

La tuberculosis también es conocida como bacilo de Koch, en referencia a

su forma alargada y a su descubridor, Robert Koch, que consiguió, en 1882,

aislar la bacteria de las flemas expulsadas por los pacientes con síntomas

similares. De esta forma, pudo demostrar que era contagiosa y, separando

a estos pacientes de las personas sanas (la conocida cuarentena) se

impedía la diseminación de la bacteria.

Hablar de tuberculosis hoy en día nos retrotrae a tiempos pasados, pero,

aunque se trata de una infección prevenible, es todavía la segunda

enfermedad infecciosa más importante a nivel mundial (tras el SIDA) y una

de las que más muertes produce, a pesar de los adelantos en el diagnóstico

y la eficacia de los tratamientos. Según datos de la Organización Mundial de

la Salud (OMS), se calcula que en 2011 enfermaron de tuberculosis 8,7

millones de personas -500.000 eran niños-, de los cuales murieron como

consecuencia de la enfermedad 1,4 millones de personas. La mayoría de

estas cifras corresponden a países poco desarrollados y de economía

pobre.

Es poco probable contraer la bacteria -se registra una media de 15,4 casos

nuevos por 100.000 habitantes y año, según el informe de 2012 de la OMS

y la ECDC (European Centre for Disease Control)-, pero, aun así,

cualquiera es susceptible de ser contagiado. De hecho, los últimos datos

publicados por la Red de Vigilancia Epidemiológica de España, reflejan que

en 2010 se notificaron 7.089 casos de tuberculosis respiratoria, aunque si

se tienen en cuenta los no notificados la cifra puede superar los 12.000. De

esta manera, la tuberculosis se sitúa como la tercera enfermedad de

declaración obligatoria en incidencia, sólo superada por la gripe y la

varicela.

2. HISTORIA DE LA TBC

Page 3: Tuberculosis Escuela

La historia de la tuberculosis es un tema

apasionante. En pocas enfermedades es

posible documentar su estrecha relación

con la Historia de la propia humanidad

como en la que nos ocupa.

Existen evidencias paleológicas de

tuberculosis vertebral en restos neolíticos

precolombinos, así como en momias

egipcias que datan aproximadamente del

año 2400 a.C.

Quizá la primera "cita bibliográfica" que

podemos hallar en relación a ella se

encuentre en los libros de El Antiguo

Testamento, donde se hace referencia a

la enfermedad consuntiva que afectó al pueblo judío durante su estancia

en Egipto, tradicional zona de gran prevalencia de enfermedad.

En Europa se convirtió en un problema grave en el momento en que el

hacinamiento en los medios urbanos asociado con la Revolución Industrial

generó circunstancias epidemiológicas que favorecieron su propagación. En

los siglos XVII y XVIII la TB fue responsable de una cuarta parte de todas

las muertes en adultos que se produjeron en el continente europeo (la

palabra tuberculosis ha sido uno de los grandes "tabúes" en la historia de

la cultura occidental).

El médico inglés Benjamín Martenl en, en su obra A New Theory of The

Comsumption fue el primero en aventurar que la causa de la tuberculosis

podría ser una "diminuta criatura viviente", que, una vez en el organismo,

podría generar los signos y síntomas de la enfermedad.

Fue Robert Koch, en 1882, al utilizar una nueva técnica de tinción, el

primero que por fin pudo ver al "enemigo oculto". En el año 1895 Wilhelm

Konrad von Rontgen descubre la radiación que lleva su nombre, con lo que

la evolución de la enfermedad podía ser observada.

Con el conocimiento del agente causante y el mecanismo de transmisión

proliferó la aparición de los famosos sanatorios, con los que se buscaba,

por un lado, aislar a los enfermos de la población general interrumpiendo la

Page 4: Tuberculosis Escuela

cadena de transmisión de la enfermedad, y por otro, ayudar al proceso de

curación con la buena alimentación y el reposo.

Pero no fue hasta 1944, en plena II Guerra Mundial, con la demostración de

la eficacia de la estreptomicina, cuando comienza la era moderna de la

tuberculosis, en la que el curso de la enfermedad podía ser cambiado. En el

año 1952 tiene lugar el desarrollo de un agente mucho más eficaz: la

isoniacida. Ello hace que la tuberculosis se convierta en una enfermedad

curable en la mayoría de los casos.

La rifampicina, en la década de los 60, hizo que los regímenes terapéuticos

se acortaran de una forma significativa.

Se produjo un descenso progresivo de casos hasta mediados de los 80, en

los que la irrupción del sida, la inmigración desde países en los que la

enfermedad es muy prevalente (no hay que olvidar que la TB es un

problema global de la humanidad, de difícil solución con medidas de

"fronteras adentro"), la formación de bolsas de pobreza y situaciones de

hacinamiento, el impacto en los adictos a drogas por vía parenteral, junto

con la escasez de recursos sanitarios, han hecho de la TB un problema

creciente, con la adquisición y propagación epidémica de nuevos casos.

Todo ello ha llevado a una adherencia deficiente de los enfermos a los

tratamientos, con la aparición y diseminación de cepas resistentes a los

medicamentos. Parece que el futuro pasa por el desarrollo de nuevos

fármacos, pero sobre todo, y principalmente, por aumentar fondos

para programas de control como se comenta en el siguiente apartado.

3. COMO NACION LA TUBERCULOSIS

Un grupo internacional de investigadores dirigido por Sebastien Gagneux,

del Instituto Tropical y Salud Pública de Suiza (Swiss TPH), ha identificado

el origen de la tuberculosis (TB) en el tiempo y en el espacio. Con la

secuenciación del genoma completo de 259 cepas de «Mycobacterium

tuberculosis» recogidas en diferentes partes del mundo, determinaron el

pedigrí genético de los errores mortales, descubriendo que la micobacteria

de la tuberculosis se originó hace al menos 70.000 años en África.

Page 5: Tuberculosis Escuela

Los autores de esta investigación, cuyos resultados publica este domingo la

revista «Nature Genetics», compararon los árboles evolutivos

genéticos de micobacterias y seres humanos y, para su sorpresa, los

árboles filogenéticos de los

seres humanos y las

bacterias de TB mostraron un

juego muy igualado. «El

camino evolutivo de los

humanos y las bacterias de

la tuberculosis muestra

sorprendentes similitudes»,

afirma Sebastien Gagneux.

Esto apunta fuertemente a

una estrecha relación entre

los dos, durante decenas de

miles de años.

Los seres humanos y las bacterias de TB no sólo han surgido en la misma

región del mundo, sino que también han emigrado fuera de África juntos y

se han expandido por todo el mundo, ya que elcomportamiento migratorio

de los humanos modernos acompañados de cambios en el estilo de vida

ha creado condiciones favorables para una enfermedad cada vez más

mortal. «Vemos que la diversidad de las bacterias de la tuberculosis se ha

incrementado notablemente en las poblaciones humanas que se

expandieron», dice el biólogo Gagneux.

La expansión humana en la Transición Demográfica Neolítica (END) llevó a

la combinación de nuevos estilos de vida humanos en grupos más grandes

y con estructuras de las aldeas que pueden haber creado las condiciones

la transmisión eficiente de la enfermedad entre humanos, sugiere

Gagneux, quien agrega que también así pudo haber aumentado la

virulencia de las bacterias con el tiempo.

Una de las enfermedades más mortales

Los resultados indican además que la tuberculosis es poco probable que

haya pasado de los animales domésticos a los seres humanos, como se ha

visto en otras enfermedades infecciosas. «Simplemente, porque la

Page 6: Tuberculosis Escuela

micobacteria de la tuberculosis se remonta a mucho tiempo antes de que

los humanos empezaron a domesticar a los animales», dice. La tuberculosis

sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales de los

seres humanos, matando al 50 por ciento de las personas

infectadas cuando se deja sin tratar. Incluso hoy en día, la tuberculosis

causa entre uno y dos millones de muertes cada año , principalmente en los

países en desarrollo.

La multirresistencia a los fármacos es una amenaza cada vez mayor en la

lucha contra la enfermedad. Se necesitan urgentemente nuevos

medicamentos y vacunas para luchar contra esta enfermedad relacionada

con la pobreza. Multirresistente contra los tratamientos de primera línea es

una amenaza cada vez mayor en muchos países, por lo que la exploración

de los patrones evolutivos de la bacteria de la TB puede ayudar a predecir

futuros patrones de la patología y contribuir en un futuro a descubrir

fármacos y diseñar mejores estrategias de control de enfermedades.

4. COMO SE CONTAGIA LA TUBERCULOSIS

La tuberculosis es una

enfermedad pulmonar

contagiosa que se trasmite por

el aire. Cuando las personas

enfermas de tuberculosis

tosen, estornudan, hablan o

escupen, lanzan al aire

microorganismos, conocidos

como bacilos de la tuberculosis. Basta con inhalar unos pocos bacilos

para resultar infectado. No obstante, no todas las personas infectadas

con bacilos de la tuberculosis enferman. El sistema inmunitario mata los

bacilos de la tuberculosis, o bien los “aísla”, pudiendo éstos mantenerse

en estado latente durante años. Si el sistema inmunitario no logra

controlar la infección por los bacilos de la tuberculosis, éstos se

multiplican, produciendo la forma activa de la enfermedad y dañando al

organismo. Si no recibe tratamiento, cada persona con tuberculosis

Page 7: Tuberculosis Escuela

infecciosa transmitirá los microorganismos patógenos a unas 10 a 15

personas cada año.

Los bacilos de la tuberculosis infectan a una persona cada segundo

en todo el mundo.

Un tercio de la población mundial está actualmente infectada de

tuberculosis.

Del 5% al 10% de las personas infectadas de tuberculosis desarrollan

la forma activa de la enfermedad.

Cuando se determina (mediante examen con microscopio de la

presencia de bacilos en una muestra de esputo) que una persona tiene

tuberculosis infecciosa, debe iniciarse un tratamiento completo con la

dosis correcta de medicamentos antituberculosos, con el apoyo de

personal de los servicios de salud o comunitarios o de voluntarios

capacitados. Los medicamentos antituberculosos más comunes son

isoniazid, rifampicina, pirazinamida y etambutol.

La supervisión del tratamiento ayuda a garantizar que las personas

infectadas completan el tratamiento farmacológico hasta curar la

tuberculosis y evitar su transmisión ulterior. El tratamiento debe

continuarse de forma regular e ininterrumpida durante seis a ocho

meses. El método recomendado internacionalmente para el control de la

tuberculosis es la estrategia DOTS, una estrategia de salud pública

eficaz para detectar y curar a las personas con tuberculosis. La

estrategia evitará millones de casos y de muertes por tuberculosis

durante la década próxima.

5. COMO SE PREVIENE LA TUBERCULOSIS

Todos los entornos médicos necesitan contar con un programa de control

de infecciones diseñado para asegurar una detección rápida, precauciones

contra gérmenes aerotransportados y tratamiento de personas con

enfermedad de tuberculosis probable o confirmada. Para que tenga eficacia,

el programa de control de infecciones por tuberculosis debe poner énfasis

en lograr estos tres objetivos.

Page 8: Tuberculosis Escuela

En todos los entornos médicos,

particularmente donde hay

personas con alto riesgo de

exposición, se deben elaborar

normas y procedimientos para el

control de la tuberculosis y revisar

y evaluar periódicamente su

eficacia para determinar las acciones necesarias que minimicen el riesgo de

transmisión de tuberculosis.

Qué hacer si ha estado expuesto a la tuberculosis

Si usted cree que ha estado expuesto a una persona enferma de

tuberculosis, consulte a su médico o a su departamento de salud local para

que le hagan una prueba cutánea de la tuberculina o un análisis de sangre

para detectar la tuberculosis. No se olvide de decirle al doctor o a la

enfermera cuándo estuvo con la persona enferma de tuberculosis.

Más información: Qué hacer si ha estado expuesto a la tuberculosis

Prevención para que la infección de tuberculosis latente no derive en

tuberculosis activa

Muchas personas con la infección de tuberculosis latente nunca llegan a

tener la enfermedad de tuberculosis. Pero algunas personas que tienen la

infección de tuberculosis latente tienen más probabilidad que otras de que

se les active la enfermedad de tuberculosis. Entre las personas en alto

riesgo de presentar la enfermedad de tuberculosis figuran:

las personas con la infección por el VIH

las personas que se infectaron por las bacterias de la tuberculosis en los

últimos 2 años

los bebés y los niños pequeños

las personas que se inyectan drogas ilegales

las personas que tienen otras enfermedades que debilitan el sistema

inmunitario

los ancianos

las personas que en el pasado no recibieron el tratamiento adecuado

para la tuberculosis

Page 9: Tuberculosis Escuela

Si usted tiene infección de tuberculosis latente y pertenece a uno de estos

grupos de alto riesgo, necesita tomar sus medicamentos para prevenir la

enfermedad de tuberculosis. A esto se le llama tratamiento para la infección

de tuberculosis latente. Existen varias opciones de tratamiento. Usted y su

proveedor de atención médica deben decidir el mejor tratamiento para

usted. Si toma su medicamento de acuerdo a las instrucciones de su

médico o enfermera, puede evitar  la enfermedad de tuberculosis. Debido a

que hay menos bacterias de tuberculosis en una persona con la infección

de tuberculosis latente, su tratamiento es mucho más fácil que el de una

persona con la enfermedad de tuberculosis. Una persona con la

enfermedad de tuberculosis tiene una gran cantidad de bacterias de

tuberculosis en el cuerpo. Se necesitan varios medicamentos para tratar la

enfermedad de tuberculosis.

Prevención de exposición a la tuberculosis durante los viajes al extranjero

Los viajeros deben evitar el contacto cercano o prolongado con pacientes

que se sabe tienen tuberculosis en espacios cerrados donde hay un gran

número de personas (por ejemplo, clínicas, hospitales, prisiones o

albergues para personas sin hogar).

Los viajeros que van a trabajar en clínicas, hospitales y otros entornos

médicos donde hay la probabilidad de encontrar pacientes con tuberculosis

deben consultar con los expertos para el control de infecciones o de salud

ocupacional. Estos viajeros deben preguntar sobre los procedimientos

administrativos y ambientales existentes para prevenir la exposición a la

tuberculosis. Una vez implementados estos controles se pueden adoptar

otras medidas, como el uso de equipos individuales de protección

respiratoria.

6. CUAL ES SU CURACION DE LA TBC

Esquemas de tratamiento recomendados

En la actualidad, hay 10 medicamentos aprobados por la Administración

de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) para el tratamiento

antituberculosis. De estos, los medicamentos de primera elección que son

básicos en todo tratamiento contra la tuberculosis son:

isoniazida (INH)

Page 10: Tuberculosis Escuela

rifampicina (RIF)

etambutol (EMB)

pirazinamida (PZA)

Tabla 1. Esquemas básicos de tratamiento de la enfermedad de

tuberculosis

Esquema preferido

Esquema alternativoEsquema alternativo

Fase inicialINH, RIF, PZA y EMB* diarios por 56 dosis (8 semanas)

Fase inicialINH, RIF, PZA EMB* diarios por 14 dosis (2 semanas), luego dos veces por semana por 12 dosis (6 semanas)

Fase inicialINH, RIF, PZA y EMB* 3 veces por semana por 24 dosis (8 semanas)

Fase de continuaciónINH y RIF diariamente por 126 dosis (18 semanas) oINH y RIF 2 veces por semana por 36 dosis (18 semanas)

Fase de continuaciónINH y RIF dos veces por semana por 36 dosis (18 semanas)

Fase de continuaciónINH y RIF tres veces por semana por 54 dosis (18 semanas)

Se puede descontinuar el EMB

si los estudios de sensibilidad a

los fármacos muestran

sensibilidad a los medicamentos

de primera línea.

Nota: Se puede usar una fase

de continuación que consiste de

INH/rifapentina una vez a la

semana para los pacientes que

no tienen el VIH cuyas radiografías de tórax no muestran lesiones

cavernosas y tienen baciloscopias negativas al finalizar la fase inicial del

tratamiento.

Fase de continuaci ón del tratamiento

La fase de continuación del tratamiento se administra por 4 o 7 meses. La

fase de continuación de 4 meses se debe usar en la gran mayoría de los

pacientes. La fase de continuación de 7 meses solo se recomienda para 3

grupos: pacientes con tuberculosis pulmonar con lesiones cavernosas

Page 11: Tuberculosis Escuela

causada por microbios sensibles a medicamentos y cuyo cultivo de

esputo al finalizar los 2 meses del tratamiento dé resultados positivos;

pacientes cuya fase inicial de tratamiento no incluyó PZA y pacientes que

reciben tratamiento una vez a la semana con INH y rifapentina y cuyo

cultivo de esputo al finalizar la fase inicial de resultado positivo.

Finalización del tratamiento

La finalización del tratamiento se determina por el número de dosis

tomadas durante un periodo específico de tiempo. Los esquemas de

tratamiento básicos contra la tuberculosis se aplican de manera

generalizada, pero se deben hacer modificaciones bajo circunstancias

especiales (p. ej., infección por el VIH, resistencia a los medicamentos,

embarazo o tratamiento en niños).

Tratamiento para tuberculosis resistente a los medicamentos

La tuberculosis resistente a los medicamentos es causada por bacterias

de tuberculosis que son resistentes a por lo menos un fármaco

antituberculoso de primera línea. La tuberculosis multirresistente (MDR

TB) es resistente a más de un fármaco antituberculoso y por lo menos a la

isoniazida (INH) y rifampicina (RIF).

Es muy complicado tratar y curar la tuberculosis resistente a los

medicamentos. La administración inadecuada de medicamentos puede

poner en peligro la vida del paciente. La tuberculosis resistente a los

medicamentos debe ser tratada bajo la supervisión cercana de un experto

en la enfermedad.

La resistencia al fármaco se comprueba mediante una prueba de

sensibilidad a los medicamentos. Sin embargo, debido a que las pruebas

pueden tomar semanas, se debe empezar el tratamiento con un esquema

empírico con base en las recomendaciones de los expertos, tan pronto

haya indicios de enfermedad de tuberculosis resistente a los

medicamentos. Una vez que se conozcan los resultados de la prueba, se

debe ajustar el esquema de acuerdo a los resultados. Se debe vigilar de

cerca a los pacientes durante el tratamiento. La terapia de observación

directa (DOT, por sus siglas en inglés) se debe usar siempre en el

tratamiento de la tuberculosis resistente a los fármacos para garantizar su

cumplimiento.

Page 12: Tuberculosis Escuela

7. PERSONAJES DE LA ANTIGÜEDAD DE LA TBC

No pretendo presentar una historia detallada de la tuberculosis, sino hacer

notar que esta enfermedad antiquísima afectó a personajes distinguidos con

enorme trascendencia en la historia de la Humanidad, ya sea en la ciencia,

en el arte, en la literatura, en la religión, etc. En otras palabras, si la

tuberculosis ha causado y sigue causando estragos en el género humano,

de preferencia en la población de escasos recursos, por lo que se le llama

«la enfermedad de la pobreza», debemos tener en cuenta también que al

atacar a personajes ilustres que figuran en mi relato y que serán señalados

brevemente, sin pretender hacer una biografía detallada de cada uno ni

tampoco mencionar a todos los conocidos porque sería tarea inacabable,

nos hace recordar que esta enfermedad no respeta ni a ricos ni a pobres, ni

a sabios ni a ignorantes. Queremos presentar solamente una pequeña

muestra; por tanto, considérese este trabajo como una relación

pormenorizada de algunos tuberculosos ilustres. En algunos casos

citaremos personajes famosos que si bien no fueron tuberculosos dejaron

hitos bien marcados en la historia de la enfermedad contribuyendo a su

conocimiento, y a la mejor manera de combatirla y controlarla.

1. Los albores

Hipócrates.- Imposible dejar de citarlo. Si bien pareciera que no fue

tuberculoso, el ilustre médico de Cos contribuyó enormemente al

conocimiento de la enfermedad. Creó la palabra «tisis» que quiere decir

consunción y describió tan bien la enfermedad que hasta nuestros días nos

han llegado sus alcances semiológicos al describir «la facies hipocrática»,

«el temperamento héctico», la fiebre vespertina o «fiebre héctica». También

nos ha legado tantas otras cosas que solamente me limito a citar uno de

sus famosos aforismos:

«la vida es corta, el arte es largo, la ocasión fugitiva, la experiencia

engañadora, el juicio difícil. Es necesario hacer lo que conviene para el bien

y que nosotros mismos, el enfermo y los que lo rodean se percaten de ello».

Para qué citar el juramento hipocrático, compromiso de honor del médico.

2. La Edad Media

Calificada tal vez injustamente como oscurantista, nos da la ocasión de citar

tres acontecimientos:

Page 13: Tuberculosis Escuela

a) Las pinturas del extraordinario Sandro Botticelli en una de las cuales, «La

primavera», ha reproducido con gran fidelidad la facies héctica y febril de su

amante, la bella Simonetta Vespucci, conocida tuberculosa florentina.

Igualmente la veremos reproducida con las mismas características en «El

nacimiento de Venus».

b) Traemos a esta relación dos reyes de Francia: Carlos IX que fue el que

ordenó la matanza de los hugonotes en la famosa noche de San Bartolomé

(1572). Carlos IX murió con empiema pleural y tuberculosis pulmonar. Y el

otro rey que si bien no fue tuberculoso pero merecía serlo por sus pocos

hábitos de higiene, ya que olía a ajo a la distancia, fue el buen rey Enrique

IV, que tocaba escrófulas de los tuberculosos ganglionares, los que por

centenas con-currían al palacio real el día señalado y recibían el toque con

las palabras sacramentales «el rey te toca, Dios te cura».

3. Época más reciente

En la que se llama Edad Moderna, citamos a otro Rey de Francia, Luis XIII,

el Justo, hijo de Enrique IV y que murió a los 32 años atacado por la peste

blanca. De manera que su resentida salud hizo que dejase la dirección del

reino a su ministro Armando Du Plessis, cardenal de Richelieu, el verdadero

conductor de Francia. El otro personaje de esa época es Jean-Baptiste

Poquelin, llamado Molière, el gran comediógrafo francés de la época de

Luis XIV, quien tenía una aversión congénita a los médicos, como consta en

sus obras de teatro, y que como

actor hubo de morir en escena

con una hemoptisis fulminante al

interpretar «El enfermo

imaginario».

Pasamos una centena de años

para citar, al término de la

Revolución Francesa, al médico

Xavier Bichat, creador de la

Patología General y que moriría

de meningitis tuberculosa.

Luego, ya en pleno siglo XIX, aparece la figura de Teófilo Jacinto Laënnec,

el más ilustre de los clínicos de la tisiología y que moriría de tuberculosis

Page 14: Tuberculosis Escuela

pagando así con su vida su afán de estudio de

la enfermedad; fue el inventor de la auscultación

mediata por intermedio del estetoscopio. Creó el

método anátomo-clínico según el cual

comprobaba en el cadáver los hallazgos

auscultatorios en vida. Y así, examinando

numerosos tuberculosos en el Hospital Necker,

pudo describir la variedad de soplos pulmonares

y los diferentes tipos de estertores.

Todo este trabajo lo llevó a la muerte en plena

juventud en 1826. Un hospital de París donde funciona la cátedra de

Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias lleva su nombre. Tuvimos la

oportunidad de trabajar ahí entre los años 1951 - 1953. Es el antiguo

Hospicio de Incurables, con arquitectura del Siglo XVII, y está situado en la

calle de Sèvres no lejos del Hospital Necker donde trabajó el gran Laennec.

Veamos ahora un artista. Por la misma época tenemos la figura de Frédéric

Chopin, el genial músico polaco que murió en la plaza Vendôme de París

teniendo en sus últimos días una hemoptisis verdaderamente copiosa.

Contemporáneo de los anteriores tenemos otro ilustre: Napoleón II, el

aguilucho, hijo de Napoleón el Grande. Este príncipe muere muy joven de

tuberculosis sufriendo la rigidez del control de su abuelo, el emperador

Francisco José y la desatención de su madre, la emperatriz María Luisa.

Vivió con tanta tristeza el aguilucho que se cita las palabras que pronunció

en sus últimos días «mi vida ha sido un gran paréntesis, se abre con mi

nacimiento y se cierra con mi muerte».

Y ahora una tuberculosa que representa un símbolo para los que

padecieron y padecen «la enfermedad de la languidez» como se llamaba en

el siglo XIX. Nos estamos refiriendo a Alfonsina Plessis inmortalizada por

uno de sus amantes, Alejandro Dumas hijo, en su novela La Dama de las

Camelias, donde es Margarita Gautier, y por Puccini en su famosa ópera La

Boheme, donde encarna a la pobre Mimí. Alfonsina murió a los 23 años y se

encuentra enterrada en el Cementerio del Norte, llamado de Montmartre en

París. Esta tumba la hemos visitado muchas veces como homenaje y

recuerdo respetuoso a tantas «Margaritas» que murieron de tuberculosis y a

Page 15: Tuberculosis Escuela

las que tuvimos oportunidad de asistir cuando trabajamos en el Sanatorio

Olavegoya de Jauja en los años 1942 al 1950.

El gran músico Paganini fue otro de los tuberculosos geniales del siglo XIX.

El célebre Niccolò murió muy joven, al igual que su compatriota el dulce

Leopardi, autor de:

«La tempestad ha terminado

en el país renace la calma...»

 entre tantas poesías que escribió.

Con esta enfermedad de la languidez también murió la bella Paulina de

Beaumont, amante de Chateaubriand cuando estuvo de Embajador de

Francia en Roma.

Siendo poeta tenía que tocarle el turno a un español, y es así como figura

en nuestra lista Gustavo Adolfo Bécquer, el autor de las «Rimas» y

«Cuentos y Leyendas», entre otros y al cual, igual que a Chopin, las

hemoptisis lo arrebataron a la literatura.

Vengamos un poco a América y aquí encontramos en el siglo XIX al genial

tuberculoso y paladín de la Independencia, libertador de cinco Repúblicas,

don Simón Bolívar, el gran venezolano quien debía morir de la enfermedad

en la quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta.

Intercalemos algunos hitos históricos de la enfermedad. En 1869 Jean A.

Villemin demuestra que la tuberculosis es inoculable, es decir, contagiosa,

transmisible. Por los mismos años o poco antes Boehmer y Dettweiller

crean los primeros sanatorios para tuberculosos en Alemania; en 1882

Robert Koch descubre el bacilo productor de la enfermedad e inclusive lo

cultiva y prepara la tuberculina antigua.

Carlo Forlanini introduce el método del neumotórax artificial en el

tratamiento de la enfermedad en 1892, primer método activo de terapia de

esta dolencia. Sir Robert Phillip crea en Edimburgo hacia 1889 el primer

Dispensario Antituberculoso seguido en 1902 por Calmette que inaugura el

primer Dispensario francés en Lille. Finaliza el siglo, en este aspecto, con el

descubrimiento de los Rayos X por Konrad Roentgen en 1895 lo que fue un

gran avance en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Volvamos a nuestros tuberculosos y citemos a Anton Chejov (1860 -1904)

médico y literato que solía exclamar: «La medicina es mi esposa, la

Page 16: Tuberculosis Escuela

literatura mi amante; cuando me canso de una me voy a acostar con la

otra».

Iniciamos el presente siglo citando a otro tuberculoso de nota como fue

Máximo Gorki, autor de «La madre» y precursor de la Revolución Rusa de

1917.

Citamos también a Thomas Mann, famoso escritor, quien en su novela La

Montaña Mágica describe la vida un tanto displicente y hasta muy social de

los Sanatorios de Suiza. En cambio Axel Munthe, tuberculoso de verdad,

nos debía brindar por esos años su hermosa obra El libro de Saint Michel,

cuya acción se desarrolla en la hermosa Anacapri, bella isla al lado de la

idílica Capri, frente a Nápoles.

Intercalamos aquí otros hitos de la historia de la enfermedad. Y así citamos

a Calmette con su descubrimiento de la vacuna antituberculosa BCG (bacilo

Calmette-Guerin); a Von Pirquet creador de la cutireacción a la tuberculina

que Koch había preparado en la creencia que sería eficaz en el tratamiento

de la enfermedad; a Mantoux que debería crear la intradermorrección en

vez de la cutireacción; a Weill Hallé que en 1921 aplicó por primera vez la

vacuna BCG en el ser humano y finalmente a Waksman, el descubridor de

la estreptomicina en 1944, primer antibiótico eficaz contra la peste blanca.

Para completar la serie de tuberculosos extranjeros citamos a Bernadete

Soubirous, la santa Bernadette que si bien murió en 1879, prácticamente

pertenece al siglo XX por haber fomentado, con sus milagros, las

peregrinaciones a la Gruta de Lourdes.

Aunque parezca chocante la proximidad de la cita, no olvidamos a Corinne

Luchaire, actriz del cine francés, de brillante porvenir, muerta muy joven en

1950 de una tuberculosis después de sucesivas recaídas mal tratadas.

En nuestro territorio, pese a la

existencia de la tuberculosis en el

Antiguo Perú y su aumento durante

la Colonia, no sabemos de

personajes célebres de esa época,

salvo que queramos creer en la

tradición popular. Una de éstas narra

que el Inca Tupa Yupanqui, atacado por la enfermedad, eligió a Jauja para

Page 17: Tuberculosis Escuela

descansar y reponerse, lo que daría origen a la fama de esta ciudad en el

tratamiento de la tuberculosis.

Durante la Colonia es evidente que Isabel Flores de Oliva, nuestra Santa

Rosa de Lima y de las Américas padeció de la enfermedad. No en balde es

patrona de los tuberculosos y el Día del Tisiólogo se celebra el 30 de

agosto, día de la santa. Es patrona además de la policía y de las

enfermeras. El cuadro pintado por Medoro en 1617, que muestra a Santa

Rosa muerta, nos orienta en ese sentido.

En el siglo XIX, entre tantos enfermos famosos en el Perú, citamos a don

Manuel Pardo, futuro Presidente de la República, quien recobró la salud

gracias a su permanencia en Jauja. También citamos a Juan M. Byron,

médico de la Promoción 1885, que muere muy joven de tuberculosis en

Estados Unidos en el curso de sus estudios en Bacteriología, víctima de

una inoculación accidental.

Luego, ya en este siglo, abundan los personajes, pero solamente citamos a

tres: con toda verosimilitud, Felipe Pinglo, el gran bardo criollo que falleciera

un 15 de mayo de 1936 en la Sala de Santo Toribio del Hospital Dos de

Mayo. Al famoso Pinglo

pudimos apreciarlo en n

uestra niñez en los Barrios

Altos, ya que le gustaba

mucho el fútbol en la

legendaria cancha «Buenos

Aires», aunque cojeaba

ligeramente. La segunda

persona que citamos es

Alejandro Villanueva, el gran «Manguera», ídolo de las multitudes y baluarte

del Alianza Lima, amante del fútbol al extremo de jugar en canchas de

barrio antes que hacerlo en el Estadio Nacional. A Villanueva lo vimos en

sus últimos días en su lecho de enfermo, en la sala Santa Rosa del Hospital

Dos de Mayo, en 1944.