kawabata yasunari - historias en la palma de la mano
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El cuervo
+akesu, 0161
esde el amanecer se oían los gra2nidos del cuer#o.,uando abrieron los postigosC lo #ieron #olar desde una de las ramas ba$as del pinoC pero &abía
regresado. urante el desayuno llegaba el sonido de sus alas agitadas. K*se p"$aro molesta. K*l &ermano menor &abía empe2ado a ponerse de pie. Ko con admiración.Los o$os de la abuela no #eían bien. Aparte de un ataque de ne!ritis &acía unos die2 a8osC nunca&abía estado en!erma. 7eroC a causa de las cataratasC que padecía desde su $u#entudC sólo #eía
nublado con el o$o i2quierdo. ?abía que alcan2arle el ta2ón de arro2 y los palitos. Si bien podíamane$arse a tientas por el interior de la casaC no podía andar sola por el $ardín.
Algunas #ecesC de pie o sentada ante la puerta corredi2a de #idrioC e;tendía las manosC abría enabanico los dedos dentro de los rayos de sol que pasaban por el #idrioC y se quedaba con la #ista!i$aC concentrando toda la #ida que le quedaba en esa percepción de #arias puntas. *n esosmomentosC a =os&i>o la impresionaba su abuela. = aunque tenía el impulso de llamarla desde atr"sCse retiraba !urti#amente.
*sa abuela casi ciegaC simplemente por el canto del cuer#oC &ablaba como si lo &ubiera #istotodo. =os&i>o estaba mara#illada.
,uando =os&i>o !ue a la cocina para ordenar lo que se &abía utili2ado en el desayunoC el cuer#oestaba cantando en el tec&o de la casa #ecina. *n el $ardín posterior &abía un casta8o y dos o tresdura2neros. Al obser#ar los "rbolesC se dio cuenta de que llo#i2naba tan tenuemente que sólo contraun denso !olla$e se percibía.
*l cuer#oC abandonando su lugar para pasar al casta8oC sin de$ar de gra2nar &i2o un #uelorasante para retornar a la primera rama.
La madre no podía irse. *ra porque su pic&oncito estaba allí por alg9n ladoM,on esa duda en la cabe2aC =os&i>o !ue a su &abitación. Tenía que estar lista antes de que la
ma8ana se es!umara.7or la tardeC su padre y su madre #endrían con la madre de su prometido.Sentada ante el espe$oC =os&i>o se miró las manc&itas blancas deba$o de las u8as. Se decía que
eran un a#iso de que se est" por recibir algoC pero ella &abía leído en el diario que eran un síntomade !alta de #itamina , o algo por el estilo. La tarea de maquillarse !ue un #erdadero placer. Lasce$as y los labios quedaron increíblemente atracti#os. Su >imonoC tambiIn se acomodó con soltura.
?abía pensado en esperar a su madre para que la ayudara a #estirseC pero !ue me$or &acerlo ella por sí mismaC se di$o.
Su padre no #i#ía con ellos. sta era su segunda madre.,uando su padre se &abía di#orciado de la primera madreC =os&i>o tenía cuatro a8os y su
&ermanito dos. Los moti#os aducidos para el di#orcio !ueron que la madre se #estía de un modollamati#o y que despil!arraba el dineroC pero =os&i>o presentía que en lo pro!undo &abía algo m"sCque la #erdadera causa se ocultaba en algo muc&o m"s gra#e.
Su &ermanitoC toda#ía un ni8oC &abía encontrado una !otogra!ía de su madre y se la &abíamostrado a su padre. *l padre no &abía dic&o palabraC pero con una cara de terrible eno$oC la &i2o eun instante tri2as.
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,uando =os&i>o tenía trece a8osC &abía recibido a la nue#a madre en la casa. o se quedó sin &abla. *mpalideció y se puso a temblar.
e la &abitación contigua #ino la madrastra y se sentó con ellos. K*s algo buenoC es algo bueno. No est" mal que se encuentren con su madre. No es sino
natural. Sabía que un día esto iba a suceder. No me importa en absoluto.7ero las !uer2as parecían &aber abandonado el cuerpo de la madrastra. A =os&i>oC la segunda
madreC con su delgade2 la impresionó como alguien patIticamente !r"gil y peque8o.Su &ermano se puso de pie bruscamente y se !ue. =os&i>o tu#o ganas de reprenderlo. K=os&i>oC no le digas nada. ?ablarle sólo le &aría peor Kdi$o la madrastra con #o2 queda.Los o$os de =os&i>o se llenaron de l"grimas.*l padre ordenó que su &ermano abandonara el internado y #ol#iera a la casa. = aunque
=os&i>o supuso que eso daría !in al asuntoC !ue el padre el que se !ue a #i#ir a otro lado con lamadrastra.
*so la &abía asustado. Se sentía como aplastada por el poder de la indignación y elresentimiento masculinos. Su padre no los quería por sus la2os con la primera madreM Le parecíaque su &ermanoC que se &abía eno$ado tan brutalmenteC &abía &eredado la temible intransigencmasculina de su padre.
Sin embargoC tambiIn =os&i>o se sentía capa2 de comprender la triste2a y el dolor de su padredurante esos die2 a8os entre el di#orcio y su nue#o matrimonio.
*ntoncesC cuando su padreC que se &abía ale$ado de ellaC #ol#ió trayendo una propuestamatrimonialC =os&i>o se &abía sorprendido.
K=o te &e causado grandes preocupaciones. Le &e contado a la madre del $o#en que eras unamuc&ac&a con estas circunstancias y queC m"s que tratarte como a una prometidaC ella debía intentade#ol#erte algo de los !elices días de una in!ancia.
Al oírle decir a su padre esas cosasC =os&i>o rompió en sollo2os.Si ella se casaraC ya no &abría una mu$er para &acerse cargo de su &ermano y su abuela. 7or eso
se &abía decidido que las dos casas se uni!icaran. Así =os&i>o se quedó tranquila. Tenía temor deun matrimonio arreglado por su padreC pero cuando se acordaron los tIrminosC no resultó algo tanterrible despuIs de todo.
,uando terminó de arreglarseC =os&i>o se dirigió a la &abitación de su abuela. KAbuelaC puedes distinguir el ro$o en este >imonoM KApenas #eo algo de ro$o borrosamente por aquí. Se8"lamelo. KAtrayendo a =os&i>o &acia
síC la abuela acercó sus o$os al >imono y a la !a$a. K=a me &e ol#idado de tu caraC =os&i>o. ,ómome gustaría #er cómo eres a&ora.
=os&i>o se quedó quieta soportando el cosquilleoC con una mano sua#emente apoyada sobre lacabe2a de su abuela.
eseosa de encontrarse con su padre y los dem"sC =os&i>o no podía quedarse allí sentadaCesperando ociosa. Salió al $ardín. *;tendió su mano con la palma &acia arribaC pero la llu#ia era tan!ina que no la mo$ó. Le#ant"ndose el ruedo del >imonoC =os&i>o buscó a!anosamente entre losarbolitos y en la espesura del bambu2al. = allíC entre las &ierbas crecidas ba$o unas matas de trIbolC
estaba el pic&oncito.
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8/15/2019 Kawabata Yasunari - Historias en La Palma de La Mano
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,on el cora2ón agitadoC =os&i>o se !ue apro;imando agac&ada. *l pic&oncito de cuer#oCencogidoC no se mo#ía. *ra !"cil tomarlo en las manos. 7arecía &aberse quedado sin energía.=os&i>o miró alrededorC pero la madre p"$aro no se #eía por ning9n lado.
,orrió &acia la casaC gritando: KAbuelaC &e encontrado al pic&oncito. Lo tengo en mi mano. *st" muy dIbil.
K Así lo #esM Bntenta darle agua.La abuela no perdía la calma.0ertió un poco de agua en un ta2ón para arro2 y &undió en ella el pico del pic&oncitoC que con
mo#imientos graciosos ondulatorios de su cuello empe2ó a beber. = entonces Kya recobradoK se puso a piar.
La madreC e#identemente atraída por este cantoC llegó #olando. 7osada en un cableC cantó. *l pic&oncitoC !orce$eando en la mano de =os&i>oC cantó de nue#o.
KPOuI bueno que &aya #ueltoQ P e#uIl#elo a la madreC r"pidoQ Kle di$o la abuela.=os&i>o #ol#ió a salir al $ardín. La madre le#antó #uelo del cable de electricidad pero se
mantu#o a distanciaC mirando !i$amente &acia =os&i>o desde lo alto de un cere2o.7ara mostrarle que el pic&oncito estaba en su palmaC =os&i>o e;tendió la mano y luegoC con
muc&a delicade2aC lo depositó en el suelo.Tras la puerta de #idrioC =os&i>o #io cómo la madreC guiada por el piar pla8idero de su &i$ito
que no de$aba de mirar al cieloC se !ue apro;imando. ,uando llegó a la rama m"s ba$a del pino m"scercanoC el pic&ón agitó las alasC intentando #olar &acia ella. Trope2ando en su es!uer2oC cayenduna y otra #e2C aunque no por eso de$ó de llamarla.
La madre demoraba cautelosa su salto al suelo.7rontoC sin embargoC se lan2ó en línea recta &acia su &i$o. La alegría del pic&ón era inmens
Al2ando la cabe2aC con las alas e;tendidas agit"ndoseC se estiraba &acia su madre. *#identementeella le &abía puesto algo de comer en la boca.
=os&i>o sólo tenía un deseoC que su padre y su madrastra llegaran pronto. Ouería que #ieran esaescena.
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7arquitos de hojas de bamb+
$asabune, 01 D
A>i>o colocó el balde al lado de las mal#as. Tomó algunas &o$as del bamb9 que crecía deba$odel ciruelo y se dedicó a !abricar barquitos de $uguete que puso a !lotar en el agua.
Ki>o. K*sos barquitos son &ermosos. A>i>o te los &i2o porque eres muy inteligente. 7ídele que
$uegue contigo Kdi$o la madre del ni8o mientras regresaba a la sala.La mu$er era tambiIn madre del prometido de A>i>o. ,omo A>i>o se &abía dado cuenta de que
quería &ablar algo a solas con su padreC &abía salido para que con#ersaran tranquilos. *l ni8o era taninquieto que lo &abía lle#ado con ella al $ardín. *ra el menor de los &ermanos de su prometido.*l ni8o metió la mano en el balde y agitó el agua. Ki>o #olcó el agua en la base de las mal#as y regresó el
balde a la cocina.Los dos se apostaron en una roca en la orilla de la corriente. = cada uno lan2ó un barcoC y el
ni8o aplaudió regoci$ado. Ki>o !ue tras el ni8o.
e repente se dio cuenta de que debía asegurarse de apoyar con !uer2a el talón i2quierdo sobreel suelo.
eneralmenteC el talón i2quierdo de A>i>o no tocaba el suelo por las secuelas de la polio. *ra peque8o y !r"gilC y el arco de su pie era alto. e ni8aC ella no podía ir a las e;cursiones al campo osaltar a la soga. ?abía planeado lle#ar una #ida tranquila y solitaria. 7eroC inesperadamenteC se&icieron arreglos para que ella se casara. ,on!iada en que podría compensar su des#enta$a con!uer2a de #oluntadC empe2ó a practicar y de$aba su talón apoyado en el suelo con una constanciaque nunca &abía tenido antes. Su pie i2quierdo pronto su!rió e;coriacionesC pero A>i>o perse#erabacomo si estu#iera cumpliendo una penitencia. Sin embargoC desde la derrota de 1apón en la guerraC&abía abandonado. La e;coriación persistió con el aspecto de una gra#e cicatri2 por congelamiento.
,omo el peque8o era el &ermano menor de su prometidoC trató de despla2arse con su talón
sobre el suelo. ?acía muc&o que ya no lo practicaba.La corriente de agua era estrec&aC y las male2as que colgaban de las orillas &abían capturadotres o cuatro de los barcos.
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8/15/2019 Kawabata Yasunari - Historias en La Palma de La Mano
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*l ni8o se &abía detenido unos die2 pasos adelante y miraba cómo su barco se iba ale$ando. No percibió que A>i>o se acercaba. No #io cómo intentaba caminar correctamente.
*l &oyo en la nuca del ni8o le recordaba a A>i>o el de su prometido. = tan !uertes era el deseode abra2arlo como duro el es!uer2o que &acía para mantenerse de pie.
La madre salió. Le agradeció a A>i>o y urgió al ni8o a partir.
KAdiós Kse limitó a decir Iste.A>i>o se quedó pregunt"ndose si su prometido &abría muerto en la guerra o si el acuerdo se&abría roto. *l o!recimiento de casarse con una lisiada &abía sido sólo por sentimentalismo entiempos de guerraM
No entróJ en cambioC se dirigió &acia la nue#a casa que estaban construyendo en el terrenocontiguo. *ra una casa grandeC 9nica en la 2onaC de modo que todos los transe9ntes se detenían paraec&arle una mirada. La construcción se &abía detenido durante la guerraC y la male2a &abía crecidoentre las pilas de madera. A&ora el traba$o &abía sido retomado y a#an2aba. os tensos pinos &abíansido plantados en la entrada.
A A>i>o la casa le causaba una impresión de to2ude2 sin gracia. Adem"sC &abía demasiadas#entanas. La sala tenía #entanas por todos los costados.
*l #ecindario murmuraba acerca de quI clase de gente se mudaría allíC pero nadie tenía ningunacerte2a.
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Huevos
Tamago, 01 D
oneC que era su !a#oritaC y a la que iba incluso durante el in#ierno.*se a8o &abía ido a principios de !ebrero. *l tercer día se le#antó apurado y !ue a tomar su ba8oC pensando que ya era la una y media de la tarde. Al #ol#erC la criada ponía carbón en el braseroC conaspecto de estar medio dormida.
K OuI pasó esta ma8anaM imono !orrado sobre el camisón. Al ser
despertadaC no &abía tenido seguramente tiempo de cambiarse. ,uando Il &abía tele!oneado a larecepción para a#isar que estaba le#antadoC no &abía obtenido respuesta porque ella estaba dormida.
KLamento tanto &aberla &ec&o le#antar tan temprano. KNo importa. e todos modos ya era &ora. 0a a acostarse de nue#oM 0uel#o a preparar su
camaM K I$eme pensarlo.,olocó sus manos sobre el brasero. A&ora que ella lo mencionabaC se sentía con un poco de
sue8oC pero al mismo tiempo reanimado con el !río.Al !inC &abía de$ado la posada cuando la ma8ana era muy !ría. = se &abía engripado.*l origen de la gripe de su mu$er no era claroC pero la gripe abundabaC así que probablemente se
la &abía contagiado de alguien.7ara cuando su marido estu#o de regresoC la mu$er ya guardaba cama.,uando el &ombre contó la &istoria de cómo se &abía le#antado demasiado temprano tras
con!undir las agu$as del relo$C toda la !amilia lan2ó una carca$ada. Todos se acercaron a mirar surelo$ de bolsillo.
*ra un relo$ bastante importanteC pero se llegó a la conclusión de que uno podía con!undir lasagu$as con la escasa lu2 y o$os so8olientosC pues las dos tenían la misma !orma con círculos en suse;tremos. = las mo#ieron para comprobar si siete y cinco podía con!undirse con una y media.
K7ap" necesita un relo$ que brille en la oscuridad Kdi$o la &i$a menor.SintiIndose l"nguido y a!iebradoC el marido decidió dormir al lado de su esposa. K7ara &acerte compa8íaKdi$o. K7uedes tomar la misma medicina que el doctor me indicó. espuIs de todoC tenemos lo
mismo.Al despertar a la ma8ana siguienteC la mu$er le preguntó: K ,ómo encontraste ?a>oneM
K uenoC &acía muc&o !río Kcontestó IlC resumiendo así todoK. Anoc&e tosiste muc&ísimo yme despertasteC pero apenas yo carraspeaba te sobresaltabas asustada. *ra sorprendente. K e #erdadM No me di cuenta.
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KA>i>oC ayer cuando me dolía la gargantaC creí con#eniente que tomara &ue#o crudo. uiste acomprarlosC y por eso so8aste con &ue#os.
K 7odr" serM Te traigo unos a&oraC mam"M OuieresMLa ni8a salió. KT9C pensando en esa in9til geis&a de los &ue#osC lograste que aparecieran en su sue8o.
7obrecita Kdi$o su mu$er.*l &ombre miraba al tec&o. K Tiene A>i>o sue8os !recuentes con la muerteM KNo sIC creo que es la primera #e2. K7ero &ay algo. K OuIM KPOue eran los &ue#os los que le permitían ascender al cieloQLa &i$a tra$o el &ue#o. Lo cascó y se lo o!reció a su madre. KAquí tienes Kdi$oC y salió de la &abitación.La mu$er miró de soslayo el &ue#o. KNo puedo tragarlo.
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Las serpientes
%ebi, 01 D
Bne>oC de cuarenta y cuatro a8osC tu#o este sue8o. No era su casaJ era sin duda alguna casa a la que &abía ido peroC al despertarse y re!le;ionarC no
podía determinar de quiIn era. *n el sue8oC la se8ora DandaC mu$er del presidente de la compa8íaCtenía un aire de due8a de casa. Bne>o &abía imaginado que se encontraba en la casa de los Danda.7ero la apariencia de la sala y la disposición eran di!erentes de las que tenía la #erdadera casa de losDanda.
,uando al principio #io los p"$arosC a Bne>o le pareció que su marido tambiIn estaba en la&abitación. Aparentemente estaban sólo ellos.
espuIs de oír el relato del sue8oC su marido le preguntó: K Los p"$aros estaban en $aulas o #enían del $ardínMA Bne>o le costó encontrar una respuesta. K*staban en la sala. ,aminaban alrededor de la sala.?abía dos p"$arosC peque8os como colibríes y con largas plumas en la cola. Sus cuerpos eran
m"s peque8os que el largo de la colaC y las plumas de la cola eran muy grandes y tupidasC ydestellaban como $oyas.
Bne>o tenía la impresión de que las plumas estaban &ec&as con #arias piedras preciosas. ,uandose mo#íanC colores &ermosos y luces se escalonaban delicadamente en ellasC como si #arias piedras preciosas re!ulgieranC al captar los cambios de la lu2 con sus !acetas.
,uando los p"$aros se posaron en la mano de Bne>o y agitaron sus alasC Istas tambiIn brillaroncon e!ectos iridiscentes de cinco o siete tonalidades.
uera de asombrarse ante tanta belle2aC Bne>o no &abía sentido nada. No le parecía e;tra8o queun p"$aro con una cola en$oyada estu#iera posado en su mano.
*n alg9n momento su marido &abía salido de la &abitación. A&ora la se8ora Danda estaba allí.*n la &abitaciónC el &ueco ornamental estaba del lado oeste. el sur al este estaba el $ardínC con
un corredor a los dos costados del salón. *n el "ngulo nordesteC el corredor daba una #uelta y secon#ertía en el corredor de la sala. Bne>o y la se8ora Danda estaban sentadas en la esquina nordeste.
,inco serpientes reptaban por la sala. Al #erlasC Bne>o no gritó pero se preparó para escapar. K*st" bien. No &ay de quI preocuparse Kdi$o la se8ora Danda.,ada una de las serpientes era de un color di!erente. Bncluso despuIs de despertarseC Bne>o
recordaba nítidamente los colores. @na era negraC otra rayadaC la tercera ro$a como una serpiente demonta8aC la cuarta tenía el mismo dise8o de las #íboras pero con colores m"s #i#osC y la quintatenía el resplandor de la me;icana ópalo de !uegoC una serpiente tremendamente &ermosa.
HOuI &ermosasHC pensaba Bne>o.e alg9n lado &abía llegado la anterior esposa de S&inoda y allí estaba sentada. 1o#en y
encantadoraC parecía una bailarina.Aun cuando la se8ora Danda parecía de su #erdadera edad y la propia Bne>o de la suyaC la
anterior esposa de S&inoda estaba incluso m"s $o#en que cuando Bne>o la &abía conocido#einticinco a8os antes. Su encanto se diseminaba a su alrededor.
La anterior se8ora de S&inoda #estía un >imono liso de color #erde.= si sus #estidos se #eían pasados de modaC su peinado era de una total actualidad. Recogido
atr"sC era irritantemente elaborado. @n adorno irisado estaba colocado adelante. *ra como una peineta circular con #arias piedrasC o como una peque8a diadema. ?abía piedras ro$as y #erdesC con predominio de diamantes.
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KOuI bello.,omo Bne>o lo mirabaC la primera mu$er de S&inoda se lle#ó la mano a la cabe2a y se quitó el
ornamento. Lo e;tendió a Bne>oC diciendo: H no me lo compraríaMH.oC el adorno de cabello empe2ó lentamenteC desde
uno de sus e;tremosC a mo#erse con ondulaciones. = al !inalC era una serpiente. @na peque8a
serpiente.e otra parte de la casa llegaba el sonido de agua corriendo y #oces de criadas. *n la esquinam"s le$ana &abía una despensa con ob$etos para el tI. os criadas la#aban batatas.
Ko se despertó.*n el sue8oC sin que ella le diera mayor importanciaC tambiIn el $ardín estaba in!estado de
serpientes. K *ra un &er#ideroMA esta pregunta de su maridoC Bne>o respondió de un modo preciso: K?abía #einticuatro.Adem"sC en una &abitación aparteC detr"s de la salaC parecía &aber una reunión de &ombres. *
se8or DandaC presidente de la compa8íaC estaba allí $unto con su &ermano menor y el marido deBne>o. urante su sue8oC Bne>o tenía la sensación de &aber oído sus #oces en una con#ersación.
Al !inali2ar el relato de su sue8oC ella y su marido se quedaron en silencio por un rato. Ko repitió: K
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KLa operaronC noM ,ómo salió de la cirugíaM Kle preguntI a la en!ermera. K0ol#ió a su casa sin someterse a la operación. 0io morir a la ni8a de la cama contiguaC y
di$o: Ho. No me&abía ol#idado de ese nombreC pero no podía creer que se &ubiera con#ertido en modelo. *sta #e2iba a Dioto m"s para #er a Ritsu>o que a los arces ro$os.
,omo al día siguiente llo#ióC a la tarde me quedI mirando tele#isión en el #estíbulo del cuarto piso. *l espacio !uncionaba como una sala de espera para algunas !iestas de casamientoJ dos o tresgrupos de in#itados estaban parados por allí. Las no#ias con todos sus ata#íos tambiIn pasaban porallí. ,ada tanto me daba #uelta para obser#ar a las pare$as que eran !otogra!iadas despuIs de laceremonia.
*l comerciante #ino a saludarme. Le preguntI si eppu Ritsu>o se encontraba ya en el &otel.e inmediato me lle#ó &acia un costado. e pieC delante de una #entana nublada por la llu#iaC una
$o#en obser#aba con una mirada intensa cómo una pare$a de no#ios estaba siendo !otogra!iada. *raRitsu>o. Sus labios estaban !irmemente cerrados. Retrocedí y dudI. Ouería preguntarleC a esta $o#enque &abía sobre#i#ido y que estaba allí de pieC tan alta y tan bellaC si me recordaba.
K*s que ma8ana en el des!ile se #estir" de no#ia... Kme susurró el comerciante al oído.
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"ecinos
injin, 01?2
K,on personas como ustedesC mis padres estar"n !elices Kdi$o i>oK. *llos son completamente sordos. Suena raro decirloC perono se preocupen por nada.
7or moti#os de traba$oC io. Sus #ie$os padres se quedaban en lacasa de Dama>ura. 0i#ían en un ala independiente. 7or eso Il &abía buscado ocupantes para la casa principal. Antes que cerrarlaC era pre!erible tener gente #i#iendo en ella. 7ara los ancianosC tambiIneso signi!icaba compa8ía. *l alquiler era nominal. *l que &abía concertado el matrimonioC unconocido de i>o &abían ido a conocer a i>oC el tocadorC la camaC ylos otros enseres de la dote que &abían lle#ado allí por el momentoC apenas &abía lugar parasentarse. = eso los &i2o sentirse cómodos.
,omponiendo con distintas combinaciones las cuentas de su collar rotoC =u>i>o intentaba crearuno nue#o. e los doscientos o trescientos #ie$os abalorios de cristalC llamados Ho$os de libIlulaHCque su padre &abía coleccionado durante sus cuatro o cinco a8os en TaiEanC =u>i>o &abía recibidoCantes de su casamientoC diecisIis o diecisiete de los que m"s le gustaban. *nsart"ndolos en uncollarC los &abía lle#ado consigo durante la luna de miel. 7or ser rare2as apreciadas de su padreCsimboli2aban para =u>i>o la emoción de separarse de sus padres. La ma8ana siguiente a su noc&ede bodasC =u>i>o se puso el collar. Atraído por IsteC Dic&iro la abra2óC apoyando la cara sobre sucuello. =u>i>o sintió pica2ónC y se apartó con un peque8o grito. *l &ilo del collar se cortóC y lascuentas se esparcieron por todo el piso.
TambiIn Dic&iroC separado de ellaC pegó un grito. = los dosC de rodillasC se pusieron a $untar lacuentas caídas. =u>i>oC incapa2 de contener la risa al #er a Dic&iro gateando sobre sus manos yrodillas en busca de los abaloriosC de pronto se distendió.
*ran esos abalorios los que =u>i>o trataba de en&ebrar la noc&e de su llegada a Dama>ura. Lascuentas di!erían en colorC dise8o y !orma. Las &abía redondasC cuadradas y alargadas como tubos.Los colores Kro$oC a2ulC #ioletaC amarilloC y otrosK eran simples colores primariosJ sin embargocon el tiempoC &abían adquirido un sutilC sua#e mati2. Los dise8os tambiIn tenían el encantoingenuo del arte nati#o. Si uno modi!icaba con delicade2a el orden de las cuentasC el car"cter delcollar tambiIn #ariaba sutilmente. abricadas por los artesanos nati#os para ser ensartadas encollaresC cada cuenta tenía un ori!icio para el paso del &ilo.
Al #erla intentar distintas combinacionesC Dic&iro le preguntó: K No recuerdas el arreglo originalM
KLo &ice $unto con mi padreC pero no lo recuerdo. Las ensartarI de un modo que a ti te guste.7or !a#or Ic&ale una mirada.
23 steras que sir&en de medida de superfi"ie, de aproAimadamente 1, @ m 2.
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?ombro contra &ombroC se ol#idaron del paso del tiempo con el arreglo de las cuentas. = se !ue&aciendo tarde.
K No &ay algo caminando a!ueraM Kpreguntó =u>i>o.Se oía el sonido de &o$as caídas arremolin"ndose. Las &o$as parecían &aber caído no sobre el
tec&o de esa casa sino sobre el del ala independiente. *l #iento se acentuaba.
A la ma8ana siguienteC =u>i>o llamó a Dic&iro: K0en aquíC #en pronto. Los ancianos allí atr"s est"n alimentando a un par de milanos negros.= est"n desayunando todos $untos.
,uando Dic&iro se le#antó y salióC #io que las puertas de la otra ala de la casa estabancompletamente abiertas a la apacible y clara lu2 del oto8o. a$o el sol que inundaba la &abitaciónC el#ie$o y su mu$er tomaban su desayuno. *ste sector estaba en una peque8a ele#ación del $ardínCseparado con un cerco ba$o de !lores de tI sil#estre. ,omo el cerco estaba completamente en !lorCesa parte de la casa parecía !lotar sobre un manto de !lores. 7or los otros tres lados estaba rodeadaCal punto de &undirseC por un bosque #ariado con todos los colores de la monta8a. *l sol matinal deloto8o tardíoC resplandeciendo entre el cerco y el !olla$eC los ba8aba con su calor &asta su m"s pro!undo interior.
Los dos milanos se apro;imaban a la mesa y estiraban sus cuellos. La #ie$a pare$aC tomando el $amón y el &ue#o de sus platosC los masticaban y luego se los alcan2aban con sus palitos. ,ada #e2que esto sucedíaC las a#es e;tendían un poco sus alas.
KSe los #e tan mansos Kdi$o Dic&iroK. Salgamos y #ayamos a saludarlos. No creo que lesimporte que sea durante el desayuno. Ouiero #er de cerca esos p"$aros tan queridos.
=u>i>o entró para cambiarse de ropa. Al regresarC tenía puesto el collar en el que &abíantraba$ado con tanto empe8o la noc&e anterior. ,on el ruido de sus pasos que se apro;imaban alcercoC las dos a#es le#antaron #uelo s9bitamente. *l golpe de sus alas sobresaltó a la $o#en pare$a.,on una e;clamaciónC =u>i>o los #io perderse en el cielo. 3b#iamente eran milanos sal#a$es quesólo &abían ba$ado por los ancianos.
espuIs de e;presar con !ine2a su agradecimiento por permitirles #i#ir en la casa principalCDic&iro di$o:
KLamento &aber espantado a los p"$aros. Se los #eía encantados con ustedes.7ero los #ie$os parecían no oír nada. = aparentemente sin siquiera intentarloC obser#aron con
una mirada perdida a la $o#en pare$a. i>o le preguntó con los o$os quI &acer. K?an sido muy amables en #enir. i>o se inclinaron en una re#erencia.
@n milano #olaba en círculos sobre el tec&o de la caba8a. ,antaba con una #o2 melodiosa. KLos milanos no &an terminado su desayuno. a$ar"n otra #e2 de la monta8a. No debemos perturbarlos.
Dic&iro &i2o una se8a a =u>i>oC mientras se ponía de pie.
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En lo alto del árbol
+i no ue, 01?2
La casa de Deisu>e estaba sobre la playaC allí donde el río desemboca en el mar. Aunque el ríocorría al costado del $ardínC a causa del terraplIn no se lo #eía desde la casa. La #ie$a playa con sus pinaresC le#emente m"s ba$a que el terraplInC parecía parte del $ardínC y sus pinos parte del pinar dIste. *ntre los que estaban de este ladoC &abía un grupo con e$emplares del pino negro de ,&ina.
oC abriIndose camino por el cercoC iba a $ugar con Deisu>e. *n realidadC sólo iba a estarcon Il. Ambos eran alumnos de cuarto grado. *se rodeo por el cercoC en lugar de entrardirectamente por el portón de entrada o por la puerta de ser#icioC era un secreto entre los dos. 7arauna c&icaC no era !"cil. ,ubriIndose la cabe2a y la cara con ambos bra2osC cur#ada sobre su #ientreCtenía que 2ambullirse en el cerco. Lan2ada con ímpetu al $ardínC muc&as #eces Deisu>e la recibía ensus bra2os.
,autelosoC para que la gente de la casa no llegara a enterarse de que o iba todos los d íasCDeisu>e le &abía ense8ado ese camino a tra#Is del cerco.
KeC
o estaba intentando recuperar el aliento: KSubíC subí. KSus o$os resplandecían. Ke la atra$o !irmemente &acia sí. oC con sus bra2os alrededor del cuello de Deisu>eC
di$o: KSe puede #er el ocIano. K@no puede #er todo.
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KNo lo &arI Ko inclinó su cabe2a en se8al de asentimiento. K imeC por quI te &ascon#ertido en p"$aroM
KTe lo contarI por ser t9C
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Ropas de montar
(oba!uku, 01?2
,uando llegó al &otel en LondresC Naga>o corrió las cortinas y se tiró en la cama como siestu#iera al borde de un colapso. ,erró los o$os. Se ol#idó &asta de descal2arse. ?aciendo presióncon sus pies en el borde de la camaC los sacudió. = los 2apatosC ser#icialesC cayeron.
Su agotamiento era mayor que el ocasionado por el solitario #uelo a tra#Is de la ruta polarsobre Alas>a y inamarca. *ra como si ese cansancio &ubiera permitido que el otro Kel cansanciode su #ida de mu$erC el cansancio de su matrimonio con Bguc&iK a!lorara s9bitamente.
@n piar incesante de pa$aritos le llegaba a los oídos. *l &otel se encontraba en una tranquila "rearesidencial al lado del 7arque ?olanda. Tal #e2 &abía muc&os pa$aritos en las arboledas del parque.Aunque la estación no &abía a#an2ado como en To>ioC se sentía que era mayo. *n los "rboles brotaban &o$asC se abrían las !loresC y los p"$aros cantaban. *ra la prima#era de Londres. 7ero la#entana estaba cerradaC las cortinas corridasC el a!uera clausurado. Al oír el canto de los p"$arosC Naga>o no sintió que se &abía trasladado a un país le$ano.
H*sto es LondresC en Bnglaterra.H Bncluso cuando se decía estoC Naga>o sentía que estaba en lmesetas de 1apón. 7or el piar de los p"$arosC bien podía tratarse de las monta8asC pero eran lasmesetas las que le #enían a la mente porque guardaba lindos recuerdos de ellas.
@na Naga>o de doce o trece a8osC con su tío y sus primosC cabalgaba por un #erde sendero enlas mesetas. *sa peque8a !igura de sí misma se le &i2o patente. Bncluso despuIs de &aber sidolle#ada a la luminosa y alegre casa de su tíoC Naga>o recordaba claramente la oscuridad de la #idacon su padre. Al cabalgar a toda #elocidadC se ol#idaba por completo de la muerte de su padre. 7erosu !elicidad duraría poco.
KNaga>oC es tu primo. No es correcto.Su prima S&ige>o irrumpió en su !elicidad con estas palabras. Naga>oC que &abía cumplido
catorceC sabía quI signi!icaban estas palabras. Le ad#ertían que amar y casarse con su primo=osu>e era Hincon#enienteH.
A ella le encantaba cortarle las u8as de los pies y de las manos y limpiarle las ore$as. *ra !eli2cuando Il le decía que lo &acía bien. *l aire de su!iciencia con que &acía estas cosas por =osu>e&abía irritado a S&ige>o. espuIs de esoC Naga>o &abía tomado distancia de =osu>e. *lla era m"s $o#enC y ni se le &abía ocurrido casarse con Il. 7ero su cora2ónC el cora2ón de una $o#en mu$erC &abía despertado con las palabras de S&ige>o. Tiempo despuIsC pensaría en sus sentimientos &acia=osu>e como un primer amor.
=osu>e se casó y estableció su propio &ogar. S&ige>o se &abía casado y se &abía idoC así que Naga>o !ue la 9nica que permaneció en la casa. Bmaginando que tambiIn eso le molestaría aS&ige>oC se !ue a #i#ir a un pensionado en un colegio de mu$eres. Su tío le arregló un casamiento.,uando su marido perdió su traba$oC Naga>o tomó el puesto de instructora de inglIs en una escuela preparatoria. inalmenteC Naga>o &abía ido a consultar a su tío por el di#orcio.
Ko de su maridoK. Simi padre no &ubiera sido asíC lo &abría soportado con Bguc&i. 7ero cuando me acuerdo de mi padretengo la sensación de que me persigue el destino de #i#ir con &ombres dIbiles e in9tiles. No lotolero.
Su tíoC que cargaba con la responsabilidad de &aber arreglado el casamiento con Bguc&iC
obser#aba a la agitada Naga>o. LuegoC diciIndole que intentara de$ar 1apón por un tiempoC que sequedara en Bnglaterra por tres meses o un mes y pensara en todoC le dio el dinero para el #ia$e.
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*n el &otel en LondresC escuc&ando el piar de los p"$arosC y al recordar su peque8a silueta acaballoC Naga>o empe2ó a sentir un tintineo en sus oídos. Oue se con#irtió en el sonido de unacascada. *l sonido del torrente se #ol#ió un rugido. A punto de gritarC Naga>o abrió los o$os.
Naga>oC lle#ando una carta de su padreC tímidamente entró en la o!icina del director de lacompa8ía en el sIptimo piso. *l directorC que &abía sido un compa8ero de clase de su padre en la
escuela secundariaC obser#ó a Naga>o. K ,u"ntos a8os tienesM K3nce. K7or !a#orC dile a tu padre que no se #alga de su propia &i$a para este tipo de cosas. @na ni8a...
*s patItico.?aciendo una muecaC el director le entregó algo de dinero. Naga>o le repitió a su padreC que la esperaba del otro lado de la calleC las palabras del director.
Tambale"ndose mientras sacudía el bastón dirigido a la #entanaC su padre maldi$o: K astardo. @na cascada cae sobre mi cabe2aC me arrastra &acia la muerte. K= de #erdad le
pareció a Naga>o que una cascada torrencial caía sobre la cabe2a de su padre desde la #entana delsIptimo piso.
Naga>o &abía lle#ado cartas de su padre a tres o cuatro compa8ías. *n cada unaC &abía undirector que &abía sido compa8ero de su padre. Naga>o !ue a #erlos uno tras otro. Su madreCdisgustada con su padreC lo &abía abandonado. Tras un ataque de apople$ía le#eC su padre no podíaandar sin un bastón. Apro;imadamente un mes despuIs de la #isita a la compa8ía de la cascadaC Naga>o !ue a otra compa8ía.
*l gerente le di$o: KNo debiste #enir sola. ónde est" escondido tu padreMLos o$os de Naga>o se dirigieron a la #entana. *l gerente la abrió y miró aba$o. K*&C quI &a pasadoM,on esas palabrasC Naga>o corrió a mirar por la #entana. Su padre estaba caído en la calle. @na
multitud se &abía agolpado. *ra su segundo ataque. Su padre estaba muerto. *lla sintió que lacascadaC lan2ada desde la #entana de la o!icina en el piso altoC lo &abía golpeado y lo &abía matado.
*n la &abitación del &otel adonde acababa de llegarC Naga>o oyó el sonido de esa cascada.*l domingoC salió a caminar por el ?yde 7ar>. Se sentó en un banco sobre un estanque y
obser#ó las a#es acu"ticas. *l sonido de unos cascos le &i2o #ol#er la cabe2a. @na !amilia a caballose acercabaC padres y ni8os uno al lado del otro. ?asta la ni8aC de unos die2C y su &ermanoC que parecía de dos o tres a8osC estaban #estidos con !ormales tra$es de montar. Naga>o quedósorprendida. *ran un cuadro per!ectoC la peque8a dama y el peque8o caballero. Al #er irse al galopeal grupo !amiliarC pensó cu"nto le gustaría encontrar una tienda en Londres que #endiera ese tipo deropas de montar tan bien con!eccionadas y poderC al menosC tocarlas.
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8nmortalidad
@ushi, 01?3
@n #ie$o y una muc&ac&a caminaban $untos.?abía una serie de cosas e;tra8as respecto de ellos. Se apro;imaban como amantesC como si no
sintieran los sesenta a8os de di!erencia en su edad. Al #ie$o le costaba oír. No entendía la mayor parte de lo que la muc&ac&a decía. La $o#en #estía unos pantalones ro$o oscuro con un >imono p9rpura y blanco con !ino dise8o de !lec&as. Las mangas eran bastante largas. *l #ie$o #estía el tipode ropa apropiada para mu$eres que sacaran male2a de un arro2alC sólo que en su caso sinsobrecal2as. Las mangas estrec&as y pantalones a$ustados en los tobillos parecían de mu$er. La ropale quedaba !lo$a en las caderas.
,aminaban por el cIsped. @n alambrado se cru2aba en su marc&a. Los amantes no parecieronnotar queC de continuar a#an2andoC quedarían atrapados en Il. No se detu#ieronJ en cambioC loatra#esaron como una brisa prima#eral.
espuIs de cru2arC !ue ella quien se dio cuenta del alambrado. KS&intaroC t9 tambiIn pudiste pasar por la redM*l #ie$o no la oíaC pero tomó la red de alambre. K7orqueríaC porquería Kdecía mientras la agitaba. La sacudió con demasiada #iolenciaC y en
un momento dadoC la enorme red lo arrastró. *l #ie$o se tambaleó y cayó. KS&intaroC quI pasóM KLa $o#en lo rodeó con sus bra2os para sostenerlo. KAle$Imonos de la
red... 3&C &as perdido muc&o peso Kdi$o la muc&ac&a.7or !in el #ie$o pudo ponerse de pie. 1adeante le daba las gracias. 0ol#ió a tomar la redC pero
esta #e2 con m"s sua#idadC con una sola mano. Luego en #o2 altaC como &ablan los sordos di$o: KSolía recoger las pelotas que cru2aban los alambrados día tras día. urante diecisiete largos
a8os. K iecisiete a8os es muc&oM *s poco. KLan2aban las pelotas como se les ocurría. ?acían un ruido !eo al golpear en el alambrado.
Antes de acostumbrarmeC me acobardaba. *s por el ruido de esas pelotas que me #ol#í sordo.*ra una red de metal para proteger a los muc&ac&os que recogían pelotas en el campo de gol!.
Tenía unas ruedas que permitían mo#erla &acia adelante y &acia atr"s y a derec&a e i2quierda. *lcampo de gol! estaba separado por algunos "rboles. 3riginariamente &abía una arboleda muy pobladaC pero la &abían ido cortando y sólo quedaba una &ilera irregular.
Siguieron caminandoC con el alambrado a sus espaldas. KOuI recuerdos tan placenteros trae oír el sonido del ocIano.,omo quería que el #ie$o oyera esas palabrasC la muc&ac&a acercó la boca a su ore$a: K7uedo oír el sonido del ocIano. K ,ómoM K*l #ie$o cerró los o$os. KA&C o. *s tu dulce aliento. Bgual que &ace tantos
a8os. K 7uedes oír el ocIano tan amadoM K*l ocIano... ?ablas del ocIanoM AmadoM ,ómo el ocIanoC donde te a&ogasteC podría
serme queridoM K=o lo amo tanto. *s la primera #e2 que #uel#o a mi pueblo natal en cincuenta y cinco a8os.
= t9 &as #uelto tambiIn. *sto me trae recuerdos queridos.
*l #ie$o no podía oírlaC pero ella continuó: K
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conser#o son las de mis diecioc&o a8os. T9 eres eternamente $o#en para mí. Lo mismo te sucede ati. Si yo no me &ubiera a&ogado y t9 #inieras al pueblo a #ermeC yo sería una anciana. OuI &orrible. No lo soportaría.
*l #ie$o &ablaba. *ra el monólogo de un &ombre sordo: K ui a To>io y !racasI. = a&oraC decrIpito con la edadC &e regresado al pueblo. ?abía una
muc&ac&a que lamentaba que tu#iIramos que separarnos. Se arro$ó al marC y por eso busquI untraba$o en un campo de gol! que mirara al ocIano. Les roguI que me dieran el puesto... aunque m"sno !uera por piedad.
K *sa 2ona por donde caminamos era la de los bosques que pertenecieron a tu !amiliaM KNo podía &acer otra cosa m"s que recoger pelotas.
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2ierra
Fhi, 01?3
1
@na mu$er #estida de solC y la luna ba$o sus piesC y sobre su cabe2a una corona de doceestrellas. ritando su desamparo y pariendo con llanto y dolor.
2
HSin que yo me enteraraC una peque8a iglesia católica &abía sido construida en la calle que correa lo largo de la rueda &idr"ulicaC esa calle por la que me encantaba caminar &ace tanto. @na &ermosiglesiaC cuyas paredes de madera blancaC por otra parteC ya se mostraban ti2nadas con &ollínC ba$otec&o inclinado y cubierto de nie#e.H *sta iglesia de San 7abloC así e#ocada en una no#ela de ?oriTatsuo/4C tenía un tec&o de te$asC y por dentro una estructura de madera a la #ista. NaturalmenteC lacru2 en el altar tambiIn era de madera.
3
A&oraC cuando estas palabras escritas por ?ori Tatsuo ya &an cumplido #einticinco a8osC un&ombre $o#en y una mu$er caminan con ropas como esas que uno #ería en Darui2aEa/5 durante el#erano al mediodía.
K ue al pasar delante de esta iglesia que a mi madre le di$eron esas terribles palabras.*l $o#en se detu#o y miró la iglesia mientras &ablaba con la muc&ac&a. *lla tambiIn miró la
iglesiaC y luego el rostro del muc&ac&o. K7ero t9 le crees a tu madre. = como le creesC tienes un padre de!inido.*l $o#en no di$o nada. K=o soy una ni8a sin padre que no puede creer en su madreC una ni8a de!initi#amente sin
padre Ksiguió ella.
KNo es por creerle a su madre que un ni8o tiene certe2a sobre su padre. Si el padre no cree enla madreC si tu padre tambiIn duda de tu madreC entonces no &ay !in para la duda. K7ero incluso con dudasC t9 tienes un padre de quien dudar. =o no tengo un padre ni siquiera
ilusoriamente. A menos que la prisión misma &aya sido mi padre. K=o no me pare2co en nada a mi padre. K*s cierto. = tampoco te pareces a tu madre en absoluto. K ,ómo puede serM
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2 Eo&elista #apon s (19@ 41963).26 amoso lugar de &eraneo en la monta a.
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KNo es mío. 0aya a saber &i$o de quiIn ser". stas !ueron las espantosas palabras que la madredel $o#en escuc&ó de su maridoC &acía ya m"s de #einte a8osC cuando le anunció que estabaembara2ada. *staban caminando !rente a la iglesia.
La muc&ac&aC que sólo &abía conocido a un &ombreC quedó anonadada por la conmoción y emiedo. Ni siquiera encontraba !uer2as para $urar por su !idelidad. Si su marido estaba dispuesto a
rec&a2ar su declaraciónC ella se sentía impotente.,omo pruebaC la $o#en tomó al bebI que &abía parido y lo lle#ó a la casa de su marido paramostr"rselo.
KNo es mi &i$o. OuiIn sabe &i$o de quiIn ser" Ky otra #e2 rec&a2ó al bebIK. *s el &i$o deladulterio.
La $o#en perdió la ra2ón y se dispuso a atacar al bebI con un cuc&illo de monta8ista que estaba por allí cerca. *l &ombre le arrebató al bebI y la empu$ó. *ntonces ella acuc&illó al padre del bebI.
*n ese momentoC una #isión se instaló en el cora2ón de la casta mu$erC que se sintió iluminada por algo brillante. *ra un mural de una #ie$a capilla clandestinaC que ad#ertía sobre la lu$uria. osserpientes blancas colgaban de los pec&os de una mu$erC mordiIndolos. @na lan2a era atra#esada enuno de los pec&os por la mano de ,risto: ,risto &abía matado a la mu$er con la lan2a. La $o#en dioun grito.
Las &eridas del marido eran gra#es. 7ero en lugar de perdonar a la $o#enC Il y su !amiliadenunciaron todo. = por eso la mu$er !ue arrestada.
5
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Llena de pa2C la mu$er dio a lu2 a una ni8a. = escribió una carta de agradecimiento a su amiga.La otra $o#en no la #ol#ió a #er.
8
La bebita !ue adoptada y creció !eli2. *ra la $o#en que caminaba a&ora !rente a la Bglesia de San7ablo. Siempre que lo deseabaC podía encontrarse con su #erdadera madreC que a&ora ya estabalibre. Se &abía enterado de boca de su madre de la &istoria de su nacimiento detr"s de los barrotes.
*l $o#en que caminaba con ella era el ni8o a quien su madre &abía intentado matar. Su padreCcon el tiempoC &abía perdonado a su madre. Se &abían reconciliado y toda#ía estaban $untos.
K 7or &aberme sal#ado y resultar &erido era mi padreM Kre!le;ionaba el $o#en. KAsí es Kcon#ino la $o#enK. = yoC que !ui una ni8a sin padreC parirI a un ni8o con padre.*l $o#en asintióC y siguieron su marc&a por la calle !rente a la iglesia.
9
H= la serpienteC aga2apada detr"s de la mu$erC lan2ó de su boca un torrente para a&ogarla. 7erola tierra ayudó a la mu$er. La tierra abrió su bocaC y se tragó el torrente que el dragón &abíalan2ado.H
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El caballo blanco
$hirouma, 01?3
*ntre las &o$as de roble se colaba el sol.Al le#antar la caraC Noguc&i quedó encandilado. 7arpadeó y miró otra #e2. La lu2 no le daba
directamente en los o$os sino que quedaba atrapada entre el denso !olla$e.7ara ser un roble de 1apónC este "rbol tenía el tronco demasiado grueso y era demasiado alto.
3tros robles se api8aban alrededor. Las ramas ba$as sin podarC ocultaban el sol del poniente.
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Ko lo miró desoslayo.
*so &abía sido todo. Noguc&i se &abía casado con otra c&icaC &abía tenido &i$osC &aen#e$ecidoC se &abía ol#idado de esas cosas.
Se acordó s9bitamenteC en una noc&e de insomnio. Su &i$oC que &abía sido reprobado en su
e;"menes de ingreso en la uni#ersidadC estudiaba todas las noc&es &asta las dos o tres de la ma8ana. Noguc&iC preocupado por IlC no podía conciliar el sue8o. A medida que las noc&es de insomniocontinuabanC Noguc&i se iba rebelando ante la soledad de la #ida. *l &i$o tenía un pró;imo a8oCtenía deseosC ni siquiera se acostaba de noc&e. 7ero el padre se limitaba a permanecer despierto ensu cama. No lo &acía por su &i$o. *staba e;perimentando su propia soledad. @na #e2 que la soledadlo atraparaC no lo de$aría ir. *c&aría raíces en lo m"s pro!undo de Il.
Noguc&i intentó di#ersos modos para conciliar el sue8o. Trató de pensar en sua#es !antasías yrecuerdos. = una noc&eC inesperadamenteC recordó la pintura de Tae>o del caballo blanco. No larecordaba con claridad. 7ero no se trataba de una pintura in!antilC sino de la #isión de un caballo blanco galopando por el cielo lo que !lotaba tras los p"rpados cerrados de Noguc&i en la oscuridad.
H *s Tae>o la $ineteM 0estida de rosaMHLa !igura del caballo blancoC galopando por el cieloC era clara. 7ero ni la !orma ni el color del
$inete que lo montaba eran nítidos. No parecía una ni8a.A medida que el corcel de la #isión seguía galopando en el cielo #acío y la #elocidad se
reducíaC la #isión se iba borrandoC y Noguc&i caía dormido.A partir de esa noc&eC Noguc&i se &abía #alido de la #isión del caballo blanco como una
in#itación al sue8o. Su insomnio se &i2o !recuenteC algo usual cada #e2 que su!ría o estaba ansioso.esde &ace ya muc&os a8osC Noguc&i &a sido sal#ado del insomnio por la #isión del caballo
blanco. *l caballo blanco imaginario era intenso y estaba #i#oC pero la !igura que lo montaba le parecía una mu$er #estida de negro y no una ni8a de rosa. La !igura de esa mu$er con #estido negroCen#e$eció y se debilitóC y !ue #ol#iIndose m"s misteriosa a medida que el tiempo pasaba.
?oy es la primera #e2 que el sue8o del caballo blanco le &a sucedido a Noguc&iC no estandoacostado en su cama con los o$os cerrados sino sentado en una silla y bien despierto. *s la primera#e2 tambiIn que algoC seme$ante a una larga tela negra !lota detr"s de la mu$er. = aunque quedasuspendida con el #ientoC la tela es pesada y gruesa.
H OuI eraMH Noguc&i escudri8a el cielo gris oscurecido donde la #isión del caballo blanco se &a
des#anecido.?ace cuarenta a8os que no #e a Tae>o. = no &ay noticias de ella.
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Nieve
4uki, 01?6
urante los 9ltimos cuatro o cinco a8osC Noda San>ic&i se &abía recluido en un ?otel de To>iode muc&os pisosC desde la noc&e de A8o Nue#o &asta la ma8ana del día ). Aunque el &otel tenía unnombre grandiosoC San>ic&i lo llamaba el ?otel de los Sue8os.
K7ap" se !ue al ?otel de los Sue8os Kdecían su &i$o o su &i$a a las #isitas que iban a la casaen A8o Nue#o. = Istas lo consideraban una broma para encubrir su paradero.
K*s un lindo lugar. ebe de estar pas"ndolo muy bien allí Kdecían algunos de ellos.Sin embargoC ni siquiera su !amilia sabía que San>ic&i #erdaderamente so8aba en ese ?otel de
Sue8os.La &abitación del &otel era la misma cada a8o. *ra la ?abitación Nie#e. = otra #e2C sóloSan>ic&i sabía que llamaba de ese modo a una &abitación se8alada por un simple n9mero.,uando llegaba al &otelC corría las cortinas de la &abitaciónC de inmediato se metía en la cama y
cerraba los o$os. urante dos o tres &orasC se quedaba así acostadoC tranquilo. *s cierto que buscabadescanso de la irritación y !atiga de su tra$inado y agitado a8oC pero incluso cuando el irritantecansancio se &abía disipadoC una lasitud m"s pro!unda surgía y lo dominaba. Lo sabía y esperaba aque ese cansancio alcan2ara su punto m";imo. Al tocar el !ondo de esa !atigaC su mente se aturdíaC yera entonces cuando el sue8o empe2aba a subir a la super!icie.
*n la negrura que cubrían sus p"rpadosC diminutos puntos de lu2 del tama8o de granos de trigoempe2aban a dan2ar y !lotar. Los granos eran de un mati2 sua#eC doradoC transparente. A medidaque el dorado se iba en!riando y pasaba a una des#aída blancuraC se trans!ormaban en copos denie#e #olando &acia la misma dirección y con pare$a lentitud. *ran copos que se des&acían como pol#o a la distancia.
H*ste A8o Nue#oC otra #e2C la nie#e se &a &ec&o presente.H,on ese pensamientoC la nie#e se con#ertía en una pertenencia de San>ic&i. ,aía en su cora2ón.*n las tinieblas de sus o$os cerradosC la nie#e se #ol#ía pró;ima. ,ayendo pesada y #elo2 se
transmutaba en copos como peonías. Los enormes copos con !orma de pItalos caían m"s lentamenteque los que se dispersaban como pol#o. San>ic&i estaba en#uelto por esa silenciosa y apacible#entisca.
A&ora sí podía abrir los o$os.Al &acerloC las paredes de la &abitación se &abían con#ertido en un paisa$e ne#ado. Lo que
&abía #isto detr"s de sus p"rpados era sólo nie#e que caíaC lo que #eía en la pared era el paisa$e en elque la nie#e &abía caído.
*ra un #asto campo con sólo cinco o seis "rboles desnudos y copos como peonías cayendo. Amedida que la nie#e se acumulabaC la tierra y las &ierbas se #ol#ían in#isibles. No &abía casas nisignos de #ida &umana. *ra una desolada escenaC y sin embargo San>ic&iC en su cama conacolc&ado elIctricoC no sentía el !río del campo &elado. 7ero el paisa$e ne#ado era lo 9nico quee;istía. *l propio San>ic&i no estaba allí.
H A dónde irIM A quiIn llamarIMH Si bien esas ideas le #enían a la menteC no eran suyas. *ra l#o2 de la nie#e.
La planicie ne#adaC en la que nada se mo#ía sal#o la nie#e que caíaC de prontoCespont"neamenteC se borróC para dar lugar al escenario de un des!iladero de monta8a. A lo le$osC se
ele#aba la monta8a. @n arroyo corría a su pie. = aunque la estrec&a corriente parecía parali2ada enla nie#eC se desli2aba sin una onda. @n bloque de nie#e que &abía caído de la orilla iba !lotando.etenido por una roca que sobresalía en medio de la corrienteC se derretía en el agua. La roca era
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una gran masa de cuar2o color amatista. *n la punta de esa masa de cuar2oC aparecía el padre deSan>ic&i. Su padre sostenía en sus bra2os a un San>ic&i de unos tres o cuatro a8os.
H7adreC es peligroso estar parado sobre una roca tan angulosaC tan aserrada. Te puedes lastimarla planta de los pies.H esde la camaC el San>ic&i de cincuenta y cuatro a8os le &ablaba a su padreen el paisa$e ne#ado.
La roca estaba coronada por un racimo de cristales de cuar2o puntiagudos que amena2abanlastimar los pies del padre. ,on las palabras de San>ic&iC su padre cambió el peso del cuerpoadoptando una postura m"s segura. ,uando lo &i2oC la nie#e acumulada en la punta de la roca seestremeció y cayó a la corriente. Oui2"s atemori2ado por estoC el padre a!erró a San>ic&i contra sucuerpo.
H*s e;tra8o que esta estrec&a corriente no &aya quedado tapada ba$o un manto de nie#eHC di$o e padre.
?abía nie#e sobre su cabe2a y en sus &ombros y tambiIn en los bra2osC que sostenían aSan>ic&i.
La escena de la nie#e sobre la pared empe2ó a despla2arseC río arriba. A&ora un lago ocupaba sulugar. *ra peque8oC estaba en lo pro!undo de las monta8as peroC como !uente de una corriente tan peque8aC resultaba demasiado grande. Los blancos copos como peoníasC al &acerse le$anosC ste8ían de gris. 7esadas nubes !lotaban distantes. Las monta8as en la costa le$ana se con!undían.
San>ic&i !i$ó la #ista durante un momento en los copos como peonías que caían y se derretíanen la super!icie del lago. 7or las monta8as de la le$ana playaC algo se despla2aba. = se apro;imabacru2ando el cielo gris. *ra una bandada de p"$aros. Sus alas eran amplias y de color nie#e. = comosi la misma nie#e se &ubiera con#ertido en alasC al pasar #olando ante los o$os de San>ic&iC no &ubruido de aleteos. *ran alas e;tendidas en silencioC como olas lentasM *ra la nie#e la que sostenía alas a#esM
Bntentó contar cu"ntas a#es eranC y eran sieteC u once. 7erdió la cuenta. 7ero eso le pareciódi#ertido.
K OuI p"$aros sonM ,u"ntos sonM KNo somos p"$aros. Acaso no #es quiInes #an montadas sobre las alasM Krespondió la #o2
de una de las a#es de nie#e. KA&C comprendo Kdi$o San>ic&i.ic&i podía e#ocar libremente a quienes lo &abían amado en el pasado.
esde la noc&e de A8o Nue#o &asta la ma8ana del día )C en la ?abitación Nie#e del ?otel delos Sue8osC con las cortinas corridasC &aciIndose lle#ar las comidas a su cuartoC sin abandonar lacamaC San>ic&i se comunicaba con estas almas.
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4puntes sobre )a!s de Nieve
4ukigunisho, 01A2
Al !inal del largo t9nelC en la !ronteraC estaba el país de la nie#e. Las pro!undidades de la noc&ese #ol#ían blancas. *l tren se detu#o en la se8al.
@na muc&ac&a que ocupaba un asiento del otro lado del pasillo se puso de pie y abrió la#entana que quedaba en!rente de S&imamura. @n !río ní#eo se coló. La muc&ac&a sostu#o la#entana y llamó como a lo le$os: HSe8or $e!e de estaciónC se8or $e!e de estaciónH.
*l &ombre se acercó con pasos pesados que se &undían en la nie#e y cargando una linterna. @na bu!anda le tapaba la nari2C y las ore$eras de su gorro lo protegían.
S&imamura miró &acia a!uera. ?acía tanto !ríoM @nas barracas que debían de ser#ir como#i#ienda para los empleados del !errocarril estaban dispersas al pie de la monta8aC pero el blanco dela nie#e era de#orado por la oscuridad antes de alcan2arlas.
@nas tres &oras antesC para distraer su aburrimientoC S&imamura se &abía puesto a obser#ar ededo índice de su mano i2quierda mientras lo &acía ondular. Al !inalC era sólo ese dedo lo que m"s#i#idamente recordaba a la mu$er a la que iba a #er. ,uanto m"s se es!or2aba por recordarlaC m"se;tra8o le parecía que ese dedo solo se &umedeciera al contacto con ella y lo condu$era &acia lale$ana mu$erC aun si Ista se borrara del campo de su incierta memoria. Se lo lle#ó a la nari2 e intentóolerloC y luego tra2ó una raya en la #entanilla con Il. *l o$o de una mu$er apareció allí. Tanto seasustó que casi dio un gritoC pero era que su mente estaba en otra parte. ,uando #ol#ió en síC se diocuenta de que no era sino el re!le$o de la muc&ac&a del asiento opuesto. La oscuridad era completaa!ueraC y con las luces del coc&eC la #entanilla &abía !uncionado como un espe$o. 7ero por estarempa8ada con #aporC el espe$o no se &abía re#elado &asta que Il !rotó su dedo.
La escena nocturna !lotaba en las pro!undidades del espe$o. ste y los ob$etos que se re!le$abanen Il se mo#ían como en una película con doble e;posiciónC sin cone;ión entre actores y escena. *sm"sC cuando el actorC con su mutable transparenciaC y la escena con su neblinoso !luir se !usionabanrepresentaban un sobrenatural mundo de símbolos. *specialmente cuando las luces de los campos ylas monta8as iluminaban el rostro de la muc&ac&aC su cora2ón se agitaba con esa belle2aine;presable.
A lo le$os el cielo sobre las monta8as toda#ía conser#aba tra2os del crep9sculoC de modo que podía imaginar las !ormas del paisa$e por la #entanillaC incluso a la distanciaC aunque los colores se&ubieran apagado. 7or lo que podía #erC las monta8as y los campos no tenían nada de particular. Nada se destacaba y nada le llamaba la atenciónC así que se trataba m"s bien de una !uerte corrientede emociones. Naturalmente tambiIn contaba el o$o de la muc&ac&a que !lotaba en medio de eso. *l paisa$e nocturno seguía mo#iIndose m"s all" del adorable per!il de la muc&ac&a en la #entanaespe$oC y el rostro de la $o#en tambiIn se transparentaba. 7ero Il no podía detener su mirada paracomprobar si era parte del paisa$e que corría sin pausa detr"sC pues el rostro de la $o#en parecíaadelantarse.
*l tren no tenía muc&a iluminación y la #entana no era tan nítida como un #erdadero espe$o. No&abía otro re!le$oC de modo que de a poco S&imamura ol#idó que era un espe$o y que Il estabaespiando. = empe2ó a imaginar que la muc&ac&a !lotaba en el paisa$e nocturno.
*ntonces una lu2 se encendió en medio de su cara. La imagen re!le$ada no era tan !uerte paraanular la lu2 de a!ueraC y la lu2 no impedía el re!le$o. AsíC la lu2 se desli2ó por la cara de lamuc&ac&aC pero sin encenderla ni &acerla brillar. *ra una lu2 !ría y distante. = cuando destelló sobre
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su pupila Ko seaC en el instante en que la lu2 y el o$o de la $o#en quedaron superpuestosK el o$o setrans!ormó en un belloC cauti#ante y reluciente insecto que !lotó sobre las ondas de la oscura noc&e.
Antes del comien2o de la temporada de esquíC las posadas de aguas termales tienen su ni#el m"s ba$o de &uIspedes. Todos a9n dormían cuando S&imamura salió del ba8o. A cada paso que dabaC
las puertas de #idrio traqueteaban ligeramente. *n el rincón m"s ale$adoC cerca de la recepciónC&abía una mu$er con la !alda de su >imono e;tendida sobre el oscuroC lustroso y &elado piso demadera.
Se &abía con#ertido en geis&aM Ouedó admirado al #er la !alda de su >imono. *lla no se acercóni modi!icó su postura para saludarlo. Bncluso a la distanciaC S&imamura notaba algo solemne en la!igura inmó#il. Se apresuró &acia ella. Su blanca cara maquillada se descompuso con el llantocuando intentó sonreír yC entoncesC se dirigieron a la &abitación.
A pesar de lo que &abía &abido entre ellosC S&imamura no le &abía escrito ni &abía #uelto #erlaC y ni siquiera &abía cumplido su promesa de en#iarle el libro con las instrucciones de dan2a.Seguramente la mu$er &abría imaginado que la &abía ol#idadoC de modo que le correspondía aS&imamura disculparse o buscar alg9n prete;to. 7ero mientras caminaban sin mirarseC S&imamurase dio cuenta de queC le$os de atacarloC todo el cuerpo de la mu$er estaba impregnado de a8oran2a por lo que una #e2 &abía sentidoC así que se le ocurrió que cualquier palabra que pudiera decir sólolos circundaría de banalidad. Lo con!ortaba saber que la mu$er &acía su #ida. espuIsC al pie de laescaleraC repentinamente lan2ó su mano i2quierda &acia la mu$erC con el dedo índice e;tendido:H*sto es lo que me$or te recuerdaH.
H3&...H di$o la mu$er al tiempo que tomaba el dedo y tiraba de Il mientras subían las escaleras.,uando lo soltóC ya delante del brasero con carbón encendidoC se rubori2ó &asta el cuelloC aunque locubrió con la mano de S&imamura de manera que Il no pudiera darse cuenta.
K Así que esto me recuerdaM KNo el de la mano derec&aC sino Iste KIl desli2ó su mano derec&a entre las palmas de ella y le
mostró su pu8o i2quierdo.Su rostro se mantenía di"!ano. K,omprendo Kintentando una sonrisaC ella abrió los dedos de S&imamura y presionó la cara
contra esa palma. K *sto me recordabaM K*st" !río. Nunca sentí tan !río tu cabello. K Acaso toda#ía no &a ne#ado en To>ioM
S&imamura se quedó parado en la entrada obser#ando la monta8a que estaba detr"s de la posadaC in#adido por el aroma de las &o$as nue#as. Ascendía por la monta8a con la miradaC comoseducido. OuI lo di#ertíaM Solo como estabaC no de$aba de reír.
espuIs de un ratoC muy cansadoC giró su cuerpoC se arremangó el >imono de #erano y se lan2ócolina aba$o. os mariposas amarillas le#antaron #uelo a su paso.AleteandoC pronto estu#ieron tan le$osC casi al pie de las monta8asC que su amarillo se &abía
#uelto blanco. K OuI &acíasM Kla mu$er estaba sentada a la sombra de un bosquecillo de cedrosK. Te reías
con tanta !elicidad. K
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K*n cierto modo. Algunas de las m"s #ie$as son encantadoras K a$ó la mirada y di$o esto con brusquedad. l obser#ó el re!le$o del #erde sombrío de los cedros sobre su cuello.
S&imamura le#antó la #ista &acia las ramas altas. K
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KPS&imamuraC S&imamuraQ KgritabaK. No #eo nadaC S&imamura.
*ra sin duda la #o2 del desamparado cora2ón de una mu$er que llamaba a su &ombre.S&imamura estaba despre#enido. La #o2 era tan c&illona que seguramente &acía eco por la posadaCasí queC turbadoC se puso de pie. *n ese preciso momento la mu$er incrustaba sus dedosC desgarraba
el papel de la puertaC y se tomaba del marco. *n seguida se derrumbó sobre S&imamura. KAsí que aquí estabas.Se sentó reclin"ndose sobre IlC toda tambaleante. KNo estoy borrac&a. ,ómo pudo sucederM uele. uele. *stoy sobria. Ouiero un poco de
agua. No debería &aber aceptado esas rondas de E&is>y. imono.
*lla no respondía a su guía. Se cru2ó de bra2os para impedir que S&imamura la dirigieraC peroCaturdida por la borrac&eraC no tenía !uer2as.
K OuI es estoM
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KTe ríes de mí en lo m"s pro!undo de tu cora2ón. Tal #e2 no te rías a&oraC pero seguramente tereir"s m"s tarde Kla mu$er miró &acia aba$o y sollo2ó.
,uando de$ó de llorarC empe2ó a &ablar en detalle de síC de un modo gentil y amigableC como silo &iciera consigo misma. *l dolor por su borrac&era parecía &aber desaparecidoC como si lo &ubierol#idado. *ra como si no se diera cuenta de lo que &abía pasado.
K*stu#e c&arlando tanto. Sin conciencia Kdi$o sonriendo.?abía dic&o que debía irse antes de que clareara. KToda#ía est" oscuro. 7ero la gente se le#anta muy temprano por aquí.Se puso de pie #arias #eces y abrió la #entana. KNo #eo a nadie. *s una ma8ana de llu#ia. Nadie saldr" a los campos.= para cuando los tec&os de la casas en las monta8as y al pie de las colinas a lo largo del
camino empe2aron a distinguirse en medio de la llu#iaC la mu$er seguía toda#ía indecisa. SinembargoC se arregló el cabello antes de que la gente de la posada se le#antara yC temerosa de que pudieran #er a S&imamura despidiIndola en la entradaC se desli2ó precipitadamenteC como si &uyera
Al le#antar ella la cabe2aC Il #io a tra#Is del espeso maquilla$e cómo la cara &abía quedado ro$adesde los p"rpados &asta la nari2C donde &abía sido presionada por la palma de su mano. = mientrasCeso lo &acía pensar en el !río de las noc&es en el país de la nie#eC en lo pro!undo su cabello negroera tibio.
@na deslumbrante sonrisa se dibu$ó en su caraC pero ella la suprimió. = a pesar de estoC las palabras de S&imamura parecían impregnar poco a poco su cuerpo. Tal #e2 recordaba el tiempo que&abían estado $untos.
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Aunque las monta8as eran negrasC en un instante se #ieron blancas con la nie#e resplandeciente.Luego empe2aron a lucir como deslucidasC transparentes entidades. *l cielo y las monta8as perdieron su armonía.
K,ierra la #entana. K I$ame quedarme así un poco m"s. *l pueblo estaba a medias escondido por los cedros del temploC pero las luces del puebloC que estaba a menos de die2 minutos en autoC
&abían aumentado en su brillo.*ra la primera #e2 que S&imamura sentía tal !río en el rostro de la mu$erC en el #idrio de la#entanaC en la manga de su ropa... en !inC en todo lo que tocaba.
?asta las esteras ba$o sus pies se iban &elandoC así que se encaminó solo &acia el ba8o. K7or !a#orC espIrame. 0oy contigo.*sta #e2 lo siguió sumisa.3tro &uIsped entró cuando la mu$er colocaba en una ca$a la ropa que S&imamura se &abía
quitado y arro$ado al suelo. Al #er a la mu$er acuclillada que ocultaba su caraC di$o: K isculpen. KNo importa. 0amos al otro ba8o Kcontestó S&imamura de inmediato.
esnudoC tomó la ca$a y se dirigió al ba8o de mu$eres en la puerta contigua. *lla lo siguió comosi !ueran un matrimonio. Sin &ablar y sin mirar &acia atr"sC S&imamura se sumergió en el ba8o.Ali#iadoC estaba tentado de risaC así que se en$uagó ruidosamente la boca en la canilla.
,uando regresaron a la &abitaciónC la mu$er acomodó su cabe2a al acostarse y ordenó el cabelloen sus sienes con su me8ique.
K*sto es muy triste K!ue todo lo que di$o.,uando Il se apro;imó para escudri8ar su rostroC pregunt"ndose si sus o$os negros estarían
entreabiertosC comprobó que eran las pesta8as la que creaban tal e!ecto. La mu$erC agitadaC pasó lanoc&e en blanco.
S&imamura se despertó con el sonido del roce de las telas de la !a$aC que ella estaba ci8endo.Bncluso una #e2 terminado su arregloC con la !a$a bien dispuestaC ella se ponía de pieC se sentab
caminaba mirando &acia la #entana. *ran la inquietud característica y el andar ansioso propios delos animales nocturnos que temen la ma8ana. @n sal#a$ismo !ascinante se desataba en ella.