¿cuáles son las causas de la violencia intraescolar...

28
1 ¿Cuáles son las causas de la violencia intraescolar (Bullying) y como el fenómeno afecta a los estudiantes en sus procesos de socialización y rendimiento escolar? Nelson Adolfo Argüello Marín Luis Carlos Bernal Salinas Carlos Alberto Peña Moya Jesús Antonio Ramírez Varón Mayo 2017 Universidad San Buenaventura Formación Evaluación Diagnostica Formativa Ibagué

Upload: phamphuc

Post on 27-Sep-2018

216 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

1

¿Cuáles son las causas de la violencia intraescolar (Bullying) y como el fenómeno afecta a

los estudiantes en sus procesos de socialización y rendimiento escolar?

Nelson Adolfo Argüello Marín

Luis Carlos Bernal Salinas

Carlos Alberto Peña Moya

Jesús Antonio Ramírez Varón

Mayo 2017

Universidad San Buenaventura

Formación Evaluación Diagnostica Formativa

Ibagué

2

1. Descripción del problema

Mucho se ha especulado sobre los orígenes del fenómeno bullying que viene azotando

desde vieja data a los escolares en el establecimiento educativo, pero no se ha dicho con certeza

la última palabra. Es necesario reseñar que las investigaciones existentes sobre la violencia en la

escuela y su derivación el acoso escolar, permiten evidenciar que ésta se da con bastante

disposición a la que cabría esperar. Parece que a lo largo de su vida intraescolar todos los niños,

niñas y adolescentes, estarían propensos a verse afectados por este flagelo, como expectantes

pasivos, como víctimas, o como victimarios.

La violencia intraescolar viene en aumento en las instituciones educativas. Cada vez más niños,

niñas y adolescentes son víctimas de estas conductas desadaptativas. La desadaptación puede ser

la incapacidad para adaptarse a una situación determinada, desajuste personal, conflicto con el

medio, fracaso ante los estímulos sociales, existencia de un comportamiento antisocial y

existencia de un comportamiento inestable. La inadaptación del individuo engloba aspectos

físicos, psíquicos y sociales de algunos menores que los llevan al límite, poniendo en peligro su

integridad física y psicológica y con consecuencias aún no estudiadas a fondo ni valoradas lo

suficientemente, pues el fenómeno tiende a confundirse con problemas de disciplina de la

cotidianidad de los protagonistas agresores o con simples quejas de los niños afectados.

Consecuencias como la autoexclusión del sistema, la resolución violenta de los conflictos entre

pares y hasta el suicidio, pueden ser solo ejemplos que ameritan ser estudiados con detenimiento

para entender la complejidad y peligrosidad del problema en cuestión.

1.2 Justificación

Ante el auge de episodios violentos en el aula de clase en distintas instituciones

educativas del país, de los que se ha hecho alusión en diferentes medios tales como prensa,

radio, televisión e internet y que han desencadenado un ambiente de preocupación sobre lo que

está sucediendo entre los pares escolares (estudiantes), resulta de especial interés conocer cuales

son los tipos de conductas violentas más habituales en las Instituciones en estudio, y a partir de

ahí, promulgar las medidas que permitan evitar el acoso, proteger a sus víctimas y frustrar el

inicio y la consolidación de las conductas violentas en el aula.

3

Esta investigación surge del interés por estudiar el bullying o matoneo en los estudiantes de

educación básica y media vocacional de las Instituciones Educativas Guillermo Angulo Gómez,

Alfonso Palacios Rudas y Técnica Ciudad de Ibagué, con el fin de conocer el porcentaje de casos

ocurridos en las diversas formas de maltrato entre pares, tal como lo acusan los propios

estudiantes desde sus distintos papeles de testigos, víctimas o victimarios, así como las

estrategias que vienen adoptando las instituciones educativas para la prevención de estos tipos

de conductas antisociales y excluyentes a la luz de la implementación del comité de convivencia.

Nuestras instituciones han alcanzado un alto grado de agresividad en sus estudiantes e incluso los

docentes y la problemática va en aumento, consideramos que este estudio es una buena

oportunidad para clasificar estos comportamientos que no siempre se denominan bullying y de

paso ilustrar a la comunidad.

En el momento no se cuenta con estudios amplios y suficientes a nivel regional sobre el

fenómeno “bullying”, razón por la cual la presente investigación cobra importancia mayúscula

para afianzar un mayor saber sobre la ocurrencia del fenómeno en cada tipo de variante, sus

características principales y los focos de atención más prioritarios.

Por otra parte, este estudio podrá servir para ampliar los datos sobre el acoso escolar a nivel de

la ciudad, para cotejarlos con estudios similares de otras regiones e interpretar las posibles

formas adoptadas de acuerdo al sexo, el grado o curso, el estrato socioeconómico, la operatividad

o gestión de la Institución educativa pública y el grado de incidencia o de pertenencia en la

comunidad educativa.

De igual forma, brindará información o datos que serán de mucha utilidad a toda la comunidad

educativa para mejorar el conocimiento sobre el alcance del problema en la institución y las

formas de prevenirlo. Por un lado las familias, que deben implicarse en la educación de sus hijos,

contribuyendo activamente a su desarrollo social y moral, participando y colaborando junto a los

centros educativos, y por otra, la escuela, como institución socializadora y formativa, que debe

ser un contexto de convivencia pacífica y de valores democráticos, generando un ambiente de

cooperación, confianza, respeto, equidad y de prevalencia de las normas de convivencia, creando

4

consciencia en estudiantes y docentes de la importancia y los efectos nefastos del matoneo,

facilitando que los conflictos se resuelvan de forma dialogada y conciliada.

1.3 Descripción de los roles que desempeñan los actores que hacen parte del problema

El problema del bullying no es solo de la víctima y el victimario; converge en su génesis

toda una amalgama de circunstancias y actores algunas veces activos, otras pasivos que median

para que se configure en mayor o menor medida el fenómeno en cuestión.

Para el directivo, en calidad de Rector o coordinador, el matoneo no pasa de ser un simple

problema de disciplina escolar que se soluciona con rigor aplicando el manual de convivencia sin

mediar consideración ni buscar alternativas de solución duraderas y efectivas basado en las

causas que lo generan.

Para el docente, que muchas veces hace de psicólogo además de dirigir la aprehensión del

conocimiento desde su área específica, y casi siempre es conocedor inmediato de situaciones

conflictivas, que fácilmente hacen tránsito a bullying, este fenómeno viene desde la misma

interacción sociofamiliar y ha anidado en las aulas de clase, dónde encuentra el caldo de cultivo

perfecto para su reproducción. Desde esta perspectiva, la solución a la problemática enunciada

está en la base del diálogo y la conciliación; aún cuando otros propugnan por medidas

disciplinarias de choque para enfrentar la situación.

En el caso de los estudiantes en sus distintos roles, bien como víctimas o victimarios no alcanzan

a interpretar los efectos de la situación a corto y largo plazo; solo viven el momento, que para la

víctima puede llegar a ser un calvario insostenible o para el victimario que goza haciendo sufrir a

su compañero de aula o de colegio.

El padre de familia que en algunos casos es incapaz de corregir desde la casa situaciones de

matoneo dónde ha participado su hijo como victimario, pues en la mayoría de los casos el

ambiente sociofamiliar no es benigno para la crianza de la prole y el ejemplo prodigado por ellos

no es el mejor. En el extremo opuesto está el padre del niño víctima de matoneo que debe

5

enfrentar la situación muchas veces sin ayuda especializada y, en el peor de los casos

promoviendo la violencia como legítima defensa.

2. Pregunta problema

Cuáles son las causas de la violencia intraescolar (bullying) y cómo el fenómeno afecta a los

estudiantes en sus procesos de socialización y rendimiento escolar?

3. Objetivo general

Analizar el fenómeno de la violencia intraescolar y su variante el acoso escolar (bullying) desde

las causas que lo generan, el grado de incidencia o intensidad, el rol de los protagonistas y los

efectos que esta produce en la Instituciones Educativas Guillermo Angulo Gómez, Alfonso

Palacios Rudas y Técnica Ciudad de Ibagué.

3.1. Objetivos específicos

Describir y caracterizar las diferentes modalidades de acoso escolar desde los distintos

roles de víctima, agresor y testigo.

Reconocer las causas del maltrato escolar o bullying entre compañeros desde los ámbitos

endógenos y exógenos, y las consecuencias que pueden llegar a experimentar tanto

agredidos como agresores.

Proponer estrategias para la disminución del fenómeno del matoneo al interior de las

Instituciones Educativas en estudio a fin de mejorar la convivencia escolar.

4. Categorías conceptuales y de análisis del proyecto

VARIABLES CONCEPTUALIZACION DIMENSIONES INDICADORES

Exclusión social Ignorar

No dejar participar

Insultar

Agresión Verbal Poner Sobrenombres ofensivos

Hablar mal de alguien

6

Esconderle las cosas

Tipo y Agresión física Romper las cosas

frecuencia indirecta Hurtar las cosas

Agresión física Golpear

directa

Amenazar para intimidar

Amenazas/ Obligar a hacer cosas para miedo

chantaje Amenazar con armas

Acoso sexual Acoso sexual

Violencia a Agresiones a través de teléfono

Conducta negativa, intencional través de TICs móvil o internet (Ciberbullying)

y sistemática de agresión, Curso del agresor

intimidación, humillación, Género y número de quien agrede

difamación, amenaza, acoso o Protagonistas del acoso Unión a grupos para intimidar

incitación a la violencia o Opinión sobre el acoso entre

cualquier forma de maltrato compañeros

psicológico, verbal, físico o

BULLYING O por medios electrónicos de Escenario del maltrato Sitios o lugares donde se lleva

ACOSO manera deliberada contra un a cabo o comete la agresión

ESCOLAR un niño, niña o adolescente Personas a quienes se comunica

de parte de uno o varios de sobre la agresión

sus pares con quienes Personas que ayudan a la víctima

mantiene una relación de agresión

asimétrica, que se presenta Reacciones de los implicados Reacción de las víctimas ante las

de manera reiterada agresiones

a lo largo de un tiempo Reacción de los testigos ante

Determinado agresión entre compañeros

Reacción de docentes ante

agresión entre estudiantes.

Motivos de ser víctimas de

Causas del acoso Agresiones

Motivos por los que se realizan

las agresiones

Consecuencias del acoso Consecuencias para la víctima de

las agresiones

Valoración de la gravedad de

Problemas en el funcionamiento

de la institución

Valoración por los docentes Conocimiento por parte de profesores

de abusos entre estudiantes

Evolución del nivel de conflicto

en la institución

1. Sensibilizar sobre características

personales de los alumnos.

2. Sensibilizar a la comunidad educativa

Primarias: sobre acoso escolar (bullying).

(enfocadas a 3. Fomentar y mantener un ambiente de

mejorar la apoyo y respeto mutuo.

convivencia en la 4. Refuerzo de vigilancia en zonas y

institución) horarios de riesgo.

5. Medidas habituales adoptadas por el

7

profesorado.

1. Identificación de la situación de acoso

Secundarias: de forma clara y concreta.

(actuaciones que 2. Capacitación docente para manejo y

En la se llevan a cabo al solución de conflictos en aula.

institución detectarse 3. Brindar oportunidades de

Estrategias Conjunto de situaciones de participación significativa al estudiante

Prevención medidas para acoso escolar) en la gestión de determinados

del acoso evitar la Conflictos

escolar aparición de Terciarias: 1. Tratamiento individualizado con los

(Bullying) situaciones de (pretenden evitar el implicados: desarrollo de la empatía en

acoso escolar agravamiento del agresores/as, desarrollo de la

problema con la asertividad en víctimas, rechazo de

aparición de violencia en espectadores.

efectos 2. Seguimiento y evaluación constante

indeseados)

de las situaciones de acoso.

3. Realización de plantones por la paz “no al

Bullying”.

1. Debatir y acordar en clase las

Normas de Convivencia.

2. Uso metodologías cooperativas y

participativas en el proceso de

Aprendizaje.

En el

salón Primarias 3. Programar actividades para mejorar

las habilidades sociales, solución de

problemas, manejo sano del estrés

4. Cambio de grupo a algunos

alumnos/as

Sugerencias Sugerencias para prevención

5. MARCO CONCEPTUAL

Es importante circunscribir el fenómeno de la violencia intraescolar en el análisis de

varias categorías desde el ámbito sociológico tales como el conflicto, la violencia propiamente

dicha, la escuela y la familia, pues su interpretación permitirá entender el problema en cuestión.

Dichas categorías serán expuestas desde varios autores a lo largo de este marco, y se escogieron

para darle sustento teórico, pues el fenómeno estudiado no puede focalizarse desde una sola

categoría, porque se estaría desconociendo la importancia de las otras en la génesis del

problema. A su vez, es menester la observancia de las perspectivas del conflicto a través de lo

8

positivo, lo psicológico, lo sociológico, lo antropológico y lo jurídico. Este estudio se

fundamenta en el reconocimiento del otro, la pedagogía critica los derechos humanos que nos

conduce por el maravilloso mundo de la inclusión “ver en el otro su propio yo”.

5.1. El Conflicto: Es un mal necesario, pues en buena parte de él depende el cambio social, ya

que permite terminar antagonismos de grupos para llegar a un nuevo modelo de socialización.

Los tipos de conflicto son diversos y difíciles de catalogar, debido a la multiplicidad de

situaciones contradictorias que puede darse en cualquier situación humana que requiera unidad y

respuesta positiva al antagonismo. Un estudio realizado por Giner (2008), identificó que los

conflictos más frecuentes son de génesis familiar, lucha de clases, guerras entre naciones,

luchas por el control del poder político, intereses profesionales, ideológicos, discriminación

racial, religiosa y de género; y, modernamente hasta la convivencia escolar generadora de

conflicto que en la mayoría de las veces trasciende hasta la violencia misma entre pares.

5.1.1. Perspectiva psicológica del conflicto: La palabra conflicto supone que hay dos o más

personas cuyos intereses o metas parecen incompatibles. Si se define el conflicto con base a la

percepción y a la oposición, sería entonces el proceso por el cual A hace un esfuerzo intencional

para anular los esfuerzos de B mediante alguna clase de bloqueo que hará que B no consiga

alcanzar sus metas o lograr sus intereses (Salovey & Mayer, 1980). La perspectiva actual,

según la postura de la llamada Teoría Interaccionista de Blumer (1982) respecto del conflicto,

propone no sólo que el conflicto puede ser una fuerza positiva en el seno de un grupo, sino que

señala de manera explícita que cierto grado de conflicto es absolutamente necesario para que

un grupo trabaje bien. Dicha teoría, motiva a las cabezas de grupo para mantener niveles bajos o

mínimos de conflicto, permitiendo de esta manera la autocrítica y la creatividad en el grupo. Eso

sí distingue, entre conflicto funcional y conflicto disfuncional; siendo aquel que mejora la

realización de las metas de un grupo para el caso de la funcionalidad y aquel que obstaculiza la

actividad o disfunción para el segundo. En este sentido, Patterson (1990) afirma que:

“El conflicto es un fenómeno que se da entre personas, las que tienen diferentes creencias,

motivaciones, valores constituyendo visiones de mundo propias, con distintas miradas de la realidad, ellas

actúan en consecuencia con sus percepciones y responden emocionalmente de acuerdo a lo que perciben”.

9

Esto permite evidenciar que los seres humanos producen comportamientos y actitudes propios

hacia los pares y congéneres, desempeñan roles diferentes en sus vidas, acceden a decisiones a

diario, indagan defender sus visiones de la cotidianidad y para ello suelen adoptar distintas

posiciones de privilegio y poder; en este proceso se valen de sus capacidades comunicativas y de

su habilidad para persuadir y negociar.

Observar el enfrentamiento social desde una visión moderna, aun cuando ésta tenga evidencias

de apoyo, no es tarea fácil, ya que desde los primeros años de la infancia la influencia dada por

el hogar, la religión cristiana – católica y la escuela ha sido enorme; instituciones que

tradicionalmente han adoptado posturas tradicionalistas, resaltando valores que no van con el

conflicto y acentuando la importancia de llevarse bien con sus congéneres. Así por ejemplo, el

hogar tiende a recalcar y cimentar patrones de autoridad a través de los progenitores, quienes

determinan lo bueno y lo malo para los hijos, los cuales deben absoluta obediencia; de igual

modo en la institución escolar son los instructores y/o docentes quienes tienen el saber y la

autoridad y es el discente el que no sabe y debe aprender. En pocas palabras, en general en estas

instituciones se ha enseñado a no pensar diferente (Léderach, 1988). En el caso de la institución

eclesial el problema es bastante similar y más aún, esta proclama la aceptación más que la

confrontación.

El proceso por el cual se presenta conflicto se genera en cuatro etapas según Burton (1990):

“(1) Oposición: Es la presencia de las condiciones necesarias para producir la oportunidad de un

conflicto, que no necesariamente llevarán a él, pero es necesaria para su aparición. Estos requerimientos

iniciales plantean relaciones con dificultades comunicativas, que se derivan de malos entendidos y

múltiples obstáculos que pueden hacer presencia en el proceso comunicativo. (2) Cognición y

Personalización: Si las condiciones comunicacionales producen desencanto, la posibilidad de oposición se

materializa en la segunda etapa. (3) Comportamiento: En esta etapa del conflicto, cualquier persona en la

situación mencionada protagoniza acciones frustrantes para la obtención de metas de otros o van contra

los intereses de él; es menester que la acción sea pensada, es decir, intencional y que conlleve un esfuerzo

consciente de afectar al otro”.

10

En tales eventualidades el conflicto es latente, es decir, los actos conductuales pueden ser

indirectos o muy sutiles como la interferencia, y hasta más directos o abiertos como la

conducta agresiva, violenta o incontrolada. Se ha dicho que un problema generador de conflicto

necesita de la percepción de las condiciones de generación; y si a ésta sigue, el sentimiento de

frustración emocional, pudiendo sentir estrés, ansiedad, desengaño o agresividad, el conflicto

probablemente aparecerá” (Fisas, 1998). Sin duda alguna que los comportamientos

exteriorizados conducirán a resultados o efectos; dichas efectos pueden ser funcionales si han

servido para la satisfacción y mejoramiento del desempeño del grupo, como toma asertiva de las

decisiones, fortalecer la creatividad y motivar a los actores, o disfuncionales si ha generado

obstáculos al mismo, generando descontento incontrolado y destrucción de las relaciones

grupales.

5.1.2. Perspectiva sociológica del conflicto: El conflicto es inherente a los grupos sociales, pues

representa un aspecto primario del cambio social, ya que a través de él se resuelven

antagonismos de grupos para alcanzar un nuevo modelo de convivencia. El análisis del cambio

de la sociedad ha generado esquemas y teorías basadas en el conflicto. Para Coser (1970), los

conflictos tienden a ser múltiples y complicados de clasificar, debido a la cantidad de actividad

conflictiva que suele generar cualquier situación humana que esté inmersa en un antagonismo.

Los más frecuentes tienen su génesis en la familia, la lucha de clases o estratos sociales, las

guerras entre estados, las luchas por el manejo político, las ideologías, la segregación racial,

religiosa, sexual y hasta la convivencia escolar generadora de conflicto que en la mayoría de las

veces trasciende hasta la violencia misma entre pares.

El conflicto social involucra la amplia gama que en la convivencia relación entre seres humanos

va desde situaciones aparentemente simples y sin posibilidad de efectos peligrosos para las

partes, hasta situaciones complicadas y violentas. Desde esta concepción se aduce que la

interacción humana es considerada cuna abundante de conflictos, donde la fuente más pródiga

de molestia son los demás. En este sentido, Lewis A. Coser (1970) sostiene que un conflicto es

social cuando transciende lo individual y procede de la propia estructura de la sociedad; lo cual

quiere decir que un conflicto será considerado como tal si va más allá de lo individual y tiene su

génesis en la sociedad misma.

11

El hombre presenta ciertas características de agresividad para conseguir sus propósitos, pero esta

agresividad tiende a ser definida de modo socio-cultural. La configuración estructural de lo

social y el especial modo de articulación de la vida en comunidad puede reprimir o aumentar la

agresividad; por lo que no está bien hablar solo de agresividad en el sujeto sino de agresividad

estructural y cultural de la comunidad. Por lo tanto, el conflicto social se caracteriza por la

agresividad no canalizada por ningún sistema de convenciones que sea capaz de canalizar las

conductas hostiles (Coser, 1970).

Algunos aspectos trascendentales de los estudios del conflicto social sugieren el origen y la

función de los conflictos. Así, por ejemplo, para Ralf Dahrendorf (1979), el conflicto es un hecho

social universal y necesario que se resuelve en el cambio social. Siendo Dahrendorf, uno de los

representantes de la teoría de los conflictos sociales, ha intentado elaborar un modelo teórico

para explicar la formación de grupos de conflicto y su acción social a fin de lograr la integración

mediante los necesarios cambios de estructura en la sociedad.

Variantes de la interpretación del conflicto social dependen de aceptaciones más generales o

básicas sobre la naturaleza humana. Para versiones no tan radicales del conflicto, este no sólo

coexiste sino que asume un papel cooperativo para establecer estabilidad o cohesión social.

Estas observaciones permiten a aprehensiones funcionalistas o estructuralistas, edificar teorías

del conflicto que conlleven tanto el conflicto mismo como otras instituciones negativas.

5.1.3. Perspectiva antropológica del conflicto: Esta perspectiva desarrollada ampliamente por

Morris (1925), sugiere que el conflicto es un fenómeno connatural al hombre, pero a partir del

momento en que la humanidad comenzó a asentarse o establecerse en lugares fijos aumentó,

cuando cambió la vida nómada por el sedentarismo de la villa y los pueblos, superando

definitivamente el estado de recolectores y cazadores. A partir de ese momento histórico,

también se incrementa la magnitud y la condición de las actividades compartidas, lo que origina

de paso la aparición de la competencia con mayor intensidad que en la vida transhumante. De lo

anterior se desliga que el estado de conflicto es un proceso propio de la vida social de los seres

humanos. En consecuencia, los conflictos aparecen a partir de la competencia en que dos o

12

más conjuntos de necesidades o intereses intentan competir para que uno de ellos logre la

dominancia sobre el otro o los otros (Morris, 1925).

A través de la investigación antropológica, queda en evidencia que los antagonismos presentes

en una disputa de carácter grupal o social, pueden darse a partir de dos orígenes visiblemente

establecidos según Turner (1980):

“1. Del campo axiológico y costumbres permanentes de los grupos humanos, es

decir, de lo que cada grupo está dispuesto a poner en juego para buscar la victoria, y 2.

De las formas de comportamientos que se hayan envueltas en estilo o de personalidades

que aparecen de las presiones del medioambiente y la cultura”.

En el primer caso, los estudios etnológicos denotan que el conflicto puede ser solucionado dentro

de una sociedad cualquiera, sin alterar la composición de ésta, e incluso beneficiándola al

permear o reacondicionar intereses antagónicos, o bien, la disputa se resuelve alterando de

alguna manera la naturaleza del grupo social, para reacomodarlo a la naturaleza de la realidad

exógena y los factores que sentaron las bases para la existencia del conflicto; en definitiva,

corresponde al llamado cambio social.

En el segundo aspecto, el de la personalidad y la cultura, instancias presentes en el entorno de un

grupo social, pueden darse condiciones que empujen para generar una cultura que motive a

posibilitar personalidades conflictivas frente a ciertos aspectos de las interacciones humanas. En

consecuencia, para Mead (1957), se trataría de individuos que al mostrarse en el nivel grupal o

en el roce con otros, va a tender a crear conflictos a partir de su forma de ser o personalidad,

sin que pueda impedirlo. Situaciones que pueden manifestarse en las relaciones de pareja, por

ejemplo; por los medios de subsistencia; entre roles y status familiares y de organizaciones; por

el control de medios, recursos, poder y del grupo.

5.1.4. Perspectiva jurídica del conflicto: Las acciones humanas están originadas por

necesidades biológicas, afectivas, cognitivas, etc., que nos llevan a comprometernos en un

proceso social de interacción humana, (Suárez, 1.996). De dicha manera, en la socialización de

13

los hombres o grupos de individuos y en todos los tipos de competencias, bien sea entre las

personas, a nivel familiar, interinstitucionales, entre distintos grupos sociales, etc., dada esas

variables formas de ser, pensar y actuar, es que, frente a una determinada situación de hecho o

de derecho, sea lógico que se den diferencias de opinión, y por lo mismo, entre los protagonistas

surjan desavenencias; lo que conduce a que las personas se incluyan en un choque de opinión,

que en la cotidianidad de las gentes perciben como problema. Pero, si es necesario acudir a la

decisión de un tercero para que lo resuelva, entonces se le llama pleito, disputa o controversia.

Al respecto Ríos Muñoz (1997), conceptúa que por lo general, los conflictos componen formas

de interacción que necesitan de la implicación de dos partes: personas, grupos sociales o

políticos y a veces Estados, en el acontecimiento de los conflictos entre naciones, sin menoscabo

del concepto de disputa interna o conflicto consigo mismo, a propósito de aquello que se piensa

o se siente. Los actores del conflicto casi nunca se apersonan del problema, pues generalmente se

dice que lo eluden. Todo porque existe la creencia, de manera infundada, que el problema es de

los demás, y todo porque se acostumbra a culpar a los congéneres de todo lo malo que sucede.

Lo que se interpreta para quien sufre el conflicto, en la incapacidad emocional de actuar frente al

mismo; púes siempre que dos individuos se unen, surge, tarde o temprano, la confrontación. Por

lo tanto, la cuestión no es el conflicto; la prueba real consiste en si los seres humanos pueden

resolver dicho conflicto (McDowell, 1.996). El conflicto es considerado por el común de las

gentes como algo negativo; y frente a la disputa, la persona sujeto de acción opta por evadirlo y

olvidarse del problema, o por atacarlo, dejándolo en manos de un tercero para que lo resuelva,

bien, por una decisión judicial o por la vía extrema, como sería la destrucción moral o material

del otro, (vías de hecho).

En nuestro medio, culturalmente se considera de forma equivocada, que la manera alternativa

para resolver el conflicto es a través de las vías de hecho; la cual se expresa en diferentes formas

de abuso, bien sea por el abuso de la fuerza, el abuso de la libertad, el abuso de la confianza -y lo

que es más grave, mediante el abuso del ejercicio del derecho propio-. Por ello, la gente común y

corriente se inclina a relacionar culturalmente el concepto conflicto con el concepto violencia,

sin percatarse que los dos implican distintas características, pues mientras el primero es el

antagonismo de intereses, la violencia es la manifestación exacerbada de la conducta humana

14

irracional, y que lleva al individuo a reaccionar frente a la desavenencia con la ruptura total de

las relaciones entre los antagonistas, y con el rechazo total y absoluto del par (McDowell,

1996).

Podemos de este modo aceptar a Redorta (2004) cuando clasifica los conflictos interpersonales

en dos categorías esenciales; una, correspondiente a los conflictos jurídicos, y otra,

correspondiente a los conflictos no jurídicos; quedando de otro lado por considerar, los

conflictos económicos o de interés, que se suscitan entre empleadores y trabajadores, pero que si

bien es cierto estos tocan al mundo del derecho del trabajo.

5.2. La violencia: La segunda categoría utilizada para el análisis del conflicto escolar es la de la

violencia. El concepto de violencia no es privativo de la sociología; por el contrario, ha sido

trabajado por las más diversas disciplinas. Pero en sociología tiene un lugar de especial

trascendencia como desarrollo de las teorías sobre el conflicto, de la imposición y del cambio

social. Sin embargo, permanece impreciso y se lo utiliza asimilándolo a conceptos como poder,

explotación, coacción y autoritarismo, además de los ya mencionados de dominación y conflicto

(Guzmán B., 1990).

La violencia es una de las muchas exteriorizaciones formuladas al vocablo conflicto y que

permite mesurar la baja o alta magnitud del mismo. Podría por lo mismo decirse que la violencia

es la expresión más difícil y absurda del conflicto (Ríos Muñoz, 1.997). Como en la Legislación

positiva se confunde violencia con conflicto, los gobiernos procuran edificar mecanismos para

contrarrestar la violencia pero no para atender los conflictos, por lo tanto se han generado

múltiples instrumentos para atacar la violencia, mas no al conflicto directamente como tal -

política criminal-. De este modo, el citado autor refiriéndose a los actores del conflicto, afirma

que, los contradictores tienen distintos mapas para atravesar el mismo territorio, todos creemos

tener la razón acerca de una definida situación, a pesar de que la estamos describiendo y

juzgando desde nuestra propia óptica (Ríos Muñoz, 1997). Esta es la primera fuente de

conflictos pero a la vez la fuente de su solución.

15

La violencia es el modelo de interrelación de los seres humanos que se presenta en aquellas

situaciones o conductas que, de forma preconcebida, generan, o amenazan con hacerlo,

un perjuicio o sometimiento grave (físico o psicológico) a un sujeto o una colectividad.

El fundamento primordial en la violencia es el perjuicio, que puede ser psicológico como físico.

Según Guzmán Blanco (1990), este tiende a darse de distintas maneras y asociado, igualmente,

a diversas maneras de aniquilamiento: rechazo, lesiones físicas, amenazas, humillaciones y

otras tantas formas. Es importante también el daño (en forma de temor o desconfianza hacia el

otro o sus acciones) sobre el que se edifican las relaciones entre los individuos, pues está en el

origen de los problemas en las relaciones grupales, bajo formas como la polarización, el

resentimiento y el odio que, a su vez, perjudica.

Otra característica de las formas de violencia que hay que tener en cuenta es que no

necesariamente se trata de algo acabado y confirmado; la violencia puede presentarse también

como una admonición sostenida y perdurable, que ocasiona daños psicológicos en quienes la

sufren y con repercusiones negativas en la sociedad, como es el caso del bullying o violencia

intraescolar.

5.3. La Escuela: Como tercer eje de discusión propuesto está la escuela. Esta puede ser

concebida como la institucionalización de la educación, es decir, la organización de todo un

aparato educativo reflejado en una pequeña comunidad donde se establecen relaciones de micro

poder. El término escuela deriva del latín schola y se refiere al establecimiento donde se da

cualquier género de instrucción.

En su función conservadora, el objetivo de la organización es formar y mantener la identidad

personal y nacional de la futura sociedad adulta. En su función compensatoria, la escuela debe

cumplir un papel inclusivo de todos los sujetos que necesitan entrar en el sistema,

universalizándose para lograr una convivencia pacífica que evite la desfragmentación social;

inclusiva en contenidos educativos serios y de importancia.

16

Desde la pedagogía crítica se puede decir que se proponen un cambio en la enseñanza, caso

concreto Henry Giroux, gran exponente de esta pedagogía que ha tomado mucho auge en estos

tiempos posmodernos. Este autor propone una educación de la emancipación, los saberes deben

de estar al alcance de todos y no de las clases dominantes, además para ello hay que romper con

las disciplinas tradicionales y crear conocimientos interdisciplinarios en otras palabras, “armar

ruido, ser irreverente, vibrante,” (Giroux 2000), transformar el mundo en que se vive dentro de

su propia cultura, crear espacio nuevos para poder producir formas de conocimiento, subjetividad

e identidad.

Para Durkheim (1924), la institución educativa de carácter escolar surge como producto del

acopio de las riquezas culturales que unas generaciones han de transmitir a otras para asegurar

su permanencia en el tiempo, así como de la tendencia a la especialización y división del

trabajo. Si para la teoría durkheimniana, la función de transmisión cultural es esencial para

interpretar la escuela, en Dewey (1902) esta explicación es radicalmente insuficiente, ya que

ignora el papel de reconstrucción social que conviene a esta institución.

El pensamiento post-estructuralista de Foucault (1966), lleva a una concepción en la que la

escuela se interpreta como instrumento de control disciplinario de los ciudadanos, una suerte de

panóptico para ejercer la vigilancia social sobre poblaciones enteras y una institución de

“normalización” de las conductas, para de esta manera hacerlas compatibles con el orden social

que se fija desde el poder.

Para Althusser (1970), al mismo tiempo, y junto con esas técnicas y conocimientos, en la

escuela se reproducen las "pautas" del buen uso, es decir del interés que debe observar todo

agente de la partición del trabajo, según el cargo que está "destinado" a desarrollar; estas,

reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del

respeto a la división social-técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la

dominación de clase. Se aprende además a conversar bien el idioma, a escribir bien, a saber

ordenar, es decir, generar soluciones ideales y saber dirigirse a los otros.

17

Sin embargo Habermas, considera el intento de educar para la liberación. Las ciencias sociales

críticas encuentran en la historia una ciencia que conduce a la emancipación del sujeto pues es

conocedor de su bagaje histórico.

Así las cosas, la escuela como elemento macro del sistema social, comienza su desarrollo a partir

de la institución educativa, en el sentido de ejercitar los procesos de inserción del infante en los

aspectos académicos, comportamentales y culturales en su forma más extensa. Pero, dicha

inserción no es pasiva, por el contrario, es altamente activa y conflictiva, lo que lleva al niño,

niña y al adolescente en su interacción con el otro o los otros a generar roces inevitables en

virtud de sus expectativas frente a la vida, diferencias de opinión, raza, credo religioso y hasta de

equidad de género, o por el simple hecho de llenar vacíos afectivos y/o comportamentales de

formación intrafamiliar que conlleva a la búsqueda de reconocimiento o dominio en el ambiente

escolar. En algunos de estos casos, la búsqueda del reconocimiento por el otro o los otros se

torna altamente agresiva y sistemática, llegando a lesionar a sus pares en el aspecto físico y

psicológico, configurándose un conflicto intraescolar, con probabilidad de ser clasificado como

bullying o matoneo, el cual reviste un tratamiento especial por parte de los operadores

educativos si se examinan los antecedentes sociofamiliares del agresor y las consecuencias sobre

la víctima.

5.4. La Familia: Finalmente, es menester fundamentar el propósito del trabajo a través del

componente familiar como categoría de obligatoria revisión. En diversas ocasiones, se ha

mencionado que la familia, es el núcleo de la sociedad; definición, que para muchos, es la más

exacta e idónea para clarificar, no sólo lo que es la familia, sino su importancia dentro de la

comunidad.

La familia suele ser considerada, perfectamente, como un organismo vivo. Se ha llegado incluso

se dice, que es como una célula, dentro de un organismo mayor, que es la sociedad. Es claro que

cualquier problema en su interior, perjudica grandemente la relación de la familia. Esta, en pocas

palabras, se deteriora y difícilmente volverá a ser la misma. Es en la familia, donde el ser

humano, aprenderá todo el contenido axiológico y afectivo; de qué manera hay que potenciarlos

y que es lo correcto a realizar y lo que no, desde el punto de vista de la moral y la ética. La

18

formación valórica de la familia no puede ser remplazada por la formación académica de la

escuela o la universidad.

En todas las familias es frecuente la presencia de dificultades o problemas; esto hasta cierto punto

tiende a ser normal, lo imprescindible es cómo se enfrentan y solucionan. Las dificultades pueden ayudar a aclarar

malos entendidos, a reconocer errores y fortalecer los lazos comunicativos entre los integrantes de una

familia.

El contexto familiar tiene un peso específico en las circunstancias de inadaptación social. La

nula presencia de límites por parte de la institución familiar es el denominador común

indistintamente de la clase social a la que se pertenece, estando en el origen de los desajustes,

unas relaciones pocos satisfechas entre sus miembros y con su entorno inmediato. La mayoría de

los niños, niñas y adolescentes inadaptados socialmente son o han sido víctimas de abandonos,

separaciones parentales, violaciones, malos tratos, utilizados para fines de lucro y

aprovechamiento de los adultos (Panchón y De Armas, 2001). Un importante motivo en la

inadaptación a los padres, proviene del estrés generado en la familia y, cuando este nivel de

estrés de los padres es superior a su capacidad para resistirlo, hay grandes probabilidades de que

aparezca la violencia. En este sentido Olweus (1980) sostiene que:

“Han sufrido poco afecto, hábitos de disciplina sin sistemas o inconsistentes, problemas graves de

descomposición de la estructura familiar, problemas derivados de causas psicofísicas, rechazo y malos

tratos en la infancia por parte de sus padres, carencias en la preparación académica, dificultades

intelectuales en alguno de sus padres, lo que trae como consecuencia una situación económica y social

muy deteriorada”.

Diversas investigaciones, entre ellas las de Straus (1980) sostienen que existen relaciones

importantes entre la utilización de la agresión física y psíquica hacia los niños y el empleo del

constreñimiento entre los propios adultos que conviven con ellos. Incluso, se han detectado

dificultades de internalización (resentimiento, miedo, aislamiento) y externalización (agresividad

y conductas desafiantes) en los niños, niñas y adolescentes que conviven con mujeres que han

sufrido violencia intrafamiliar, problemas sumamente parecidos a los que produce el hecho de

ser propiamente maltratado.

19

Como lo expresa Pizarro (2012), cuando no se resuelven las dificultades familiares, se

puede ocasionar un ambiente de tensión, enojo o violencia, que afecte el estado de ánimo de sus

miembros. Esto puede conducir a encontrar sus propias salidas al problema, que muchas veces

pueden exponerlos a diversos riesgos. Los niños, niñas y adolescentes formados en ambientes

familiares hostiles, generan en la escuela comportamientos agresivos que los llevan a resolver

sus diferencias de manera violenta.

Mezirow(1981), expresa que nos emancipamos de esa fuerzas libidinales, institucionales,

ambientales que restringen nuestras opciones y el control racional sobre nuestra existencia,

pero que está más allá del control humano, esto puede contribuir que estas emergidas reprimidas

sean unas de las causas de los comportamientos agresivos de los estudiantes que presentan esta

clase de comportamientos.

5.5. Violencia Escolar: Como un componente derivado del conflicto y que puede desembocar

en violencia, está la llamada violencia escolar que no es más que la acción u omisión

intencionadamente dañina ejercida entre miembros de la comunidad educativa (para el efecto la

comunidad educativa la componen directivos docentes, docentes, personal administrativo y de

servicios generales, estudiantes y padres de familia) y que se da dentro de los espacios físicos

que le son propios a esta (instalaciones de la institución escolar), o en espacios directamente

relacionados con lo escolar (cercanía a la institución o sitios donde se producen actividades

extraestudiantiles), según lo estudiado por Díaz Aguado (2005), una forma característica y

extrema de violencia escolar producida entre alumnos es el acoso escolar o bullying. Pero el

acoso escolar no solo se da entre alumnos, sino que puede darse de estos hacia el profesor o

viceversa, hacia el directivo o al contrario.

Es importante resaltar que la violencia intraescolar no se da por sí misma, sino que es el

resultado de una serie de factores que la determinan de una u otra manera y que responden más a

situaciones externas.

20

Pero no solo el ambiente familiar inmediato puede ser generador de conductas desadaptativas en

la escuela. Aunque se tenga lucidez de que los medios de comunicación pueden influir

negativamente en los niños y adolescentes en lo que respecta a la formación de personalidades

violentas, no debemos olvidar que determinadas creencias existentes en nuestra sociedad hacia la

violencia y hacia los diversos papeles y relaciones sociales en cuyo contexto se produce, ejercen

una decisiva influencia en los comportamientos violentos.

Para Olweus (1980), los valores que dominan trascienden en creencias y acciones que a su vez

son reflejadas en la conducta. Cada grupo referenciado suele desarrollar un conglomerado de

valores hacia los cuáles los integrantes del grupo están positivamente dispuestos. Dichos grupos

construyen su realidad en términos de estos valores y sus actuaciones están de acuerdo con ellos.

Una gran responsabilidad en toda la problemática en cuestión la tienen

los medios de comunicación. Éstos ponen en contacto a las personas casi constantemente con la

violencia, con la que existe en nuestra sociedad, y con la ficticia propia de los medios virtuales.

Es por esta razón por lo que son tildados con frecuencia como una de los principales causantes

de la violencia en los niños, niñas y adolescentes.

De igual forma “los modelos televisados son tan eficaces para atraer la atención, que los

espectadores aprenden muchas cosas sin ni siquiera necesidad de otros incentivos; ver violencia

puede ser una de las causas de las conductas agresivas en los niños” (Bandura, 1975). En

definitiva, la continua muestra de la violencia a través de los medios de comunicación, conduce a

un cierto acostumbramiento, con el consecuente riesgo que de ello se deriva de creer la violencia

como algo normal y que no se puede evitar, reduciéndose así la enmienda con las víctimas. La

mayoría de Psicólogos sociales, indican tres posibles efectos negativos de la televisión en la

conducta violenta de los individuos expuestos grandemente a ella. Por un lado, en el victimario

se aumenta la reproducción de las conductas violentas y se amplía la violencia dirigida; por otro,

en los afectados, se intensifica el temor y la desconfianza a transformarse precisamente en eso,

en víctimas, aumentándose la necesidad y búsqueda de autoprotección; y en los testigos o

espectadores se da un incremento y despreocupación por hechos que observan o conocen,

aumentándose la frialdad ante los hechos.

21

Ahora bien, si nos referimos además del sistema familiar, al sistema escolar, se ha de encontrar

que los estudios realizados sobre la violencia en las instituciones educativas, a la que se ha

denominado con el término inglés “bullying”, derivado de “bull” -toro-, reflejan que ésta se

produce con una frecuencia muy alta a la que se podría esperar. Parece que a lo largo de su vida

escolar todos los alumnos podrían verse perjudicados por este flagelo, como observadores

pasivos, como víctimas, o como agresores. Por todo ello, el Informe Elton (en Cowie y Olafsson,

2000) plantea:

“El clima o atmósfera del centro escolar puede ser crucial en el proceso de cambiar

conductas antisociales, ya que este ambiente puede penalizar claramente las conductas bullying o

violentas, motivar un papel de defensa más proactivo de los compañeros expectantes de episodios

violentos, y construir valores prosociales entre los estudiantes del centro”.

En consecuencia, en centros en los que a los episodios de violencia no se les ha aplicado algún

tratamiento sancionatorio, y ni siquiera evaluados, puede existir sobre los alumnos observadores

de la violencia una presión que no solo les impida intervenir aun sintiendo simpatía por la

víctima, sino que pueden llegar a desensibilizarse ante el sufrimiento de los demás (Erickson,

1969). La interacción individuo-medio ambiente es de doble vía y mutua. El ambiente escolar va

más allá del entorno de la escuela inmediato, incluyendo dominios más extensos y sus

respectivas influencias o interconexiones. Un ambiente inmediato es el lugar donde las personas

suelen con facilidad actuar cara a cara, es decir, motivar sus interacciones de manera pacífica o

violenta según sea el caso.

Los pares también tienden a influir en la consecución de tendencias hostiles que caracteriza a

los niños impulsivos a la agresividad. Algunos niños deducen una situación indeterminada como

hostil y la respuesta inmediata es agresiva, pero si el grupo de pares deduce esa situación como

no hostil, entienden la agresión como no justificada y marcan al compañero como agresivo, al

que manifestarán antipatía, rechazo, desconfianza, y no esperarán nada bueno de él (Dodge,

1980), llegando a tratarles con desprecio y con hostilidad constante, naciendo así un círculo

vicioso de atribución hostil que puede quedar firmemente establecido.

22

Ciertamente ninguna circunstancia ni ningún desarrollo psicológico único, puede demostrar por

sí mismo la conducta hostil y primaria que desarrolla el hombre. Diversos autores, sugieren que

la conducta violenta de niños, niñas y adolescentes es relativamente estable a lo largo del tiempo

y de las condiciones o situaciones que se den, debido a experiencias de aprendizaje en la primera

infancia y el núcleo familiar. Según Dodge (1980), parece ser que los pautas de confrontación

están dirigidos por desarrollos cognitivos específicos, y por los distintos dispositivos de análisis

de la información social que el individuo activa al interactuar con su entorno; lo que permite

inferir que el componente social cobra una importancia mayúscula al intentar resolver el enigma

de la convivencia humana.

El acoso escolar suele generarse por medio de conductas disímiles que ameritan ser estudiadas

de manera concreta porque, a pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder,

más la intención y reiteración, permiten también una especificidad que debe ser colocada en

cuenta al momento de interpretar sus consecuencias y deducir la manera de intervenir o paliar la

situación.

El bullying es una palabra de origen inglesa que denota atemorizar o intimidar. Esta palabra

cobra importancia en los tiempos actuales debido a los múltiples casos de persecución y de

violencia intraescolar que se están presentando en las escuelas y colegios, y que están llevando a

muchos estudiantes a vivir situaciones verdaderamente complicadas.

El fenómeno en mención se refiere a las formas de comportamientos agresivas, intencionadas y

repetitivas, que se presentan sin razón evidente, adoptadas por uno o varios estudiantes contra

otro u otros. Estudios realizados en países como Argentina y España, evidencian que la persona

que practica el bullying, lo hace para imponerse sobre los otros, a través de persistentes

amenazas, intimidaciones y agresiones, y así poseerlos bajo su pleno dominio a lo largo del

tiempo.

No todas las agresiones entre compañeros pueden considerase situaciones de abuso o maltrato

(bullying). Es frecuente que los alumnos a determinadas edades intenten resolver sus conflictos

mediante enfrentamientos físicos, pero estas agresiones se producen en un nivel de pares, y

23

aunque definen un problema de convivencia y de disciplina en los centros escolares, no pueden

considerarse maltrato.

6. COMPONENTES DE INTERVENCIÓN

6.1. Prevención temprana: Son las medidas para evitar la aparición de situaciones de acoso

escolar, es decir, actuaciones genéricas estratégicas dirigidas a mejorar las relaciones de los pares

en la institución escolar, prevenir los problemas derivados de la convivencia y evitar el

advenimiento del trastorno.

Algunas orientaciones generales recomendadas para prevenir la violencia escolar desde el ámbito

organizacional son:

Retroalimentación a toda la comunidad educativa en el conocimiento y manejo de la ley 1620 de

2013 y decreto 1965 de 2013 por la cual se crea el sistema nacional de convivencia escolar y

formación para el ejercicio de los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la

prevención y mitigación de la violencia escolar.

-Sensibilizar a la comunidad educativa sobre el fenómeno del acoso escolar y fomentar en el

estudiantado el debate sobre el mismo.

-Crear una buena atmósfera escolar en la institución educativa, haciendo de este un lugar

agradable donde los estudiantes se sientan aceptados como tal y posean modelos positivos del

rol de adulto.

-Incluir la educación en valores y actividades para el desarrollo de habilidades sociales y

personales desde un debate democrático y participativo.

-Establecer estructuras para la mediación y resolución de conflictos, si no existieran.

24

-Generar un sistema de pautas de convivencia referido a las conductas y comportamientos que

tengan significatividad para los estudiantes y que sea negociado con ellos.

-Integrar a la familia y desarrollar una actitud colaboradora con los padres, informando y

capacitando sobre cómo abordar situaciones de acoso, ya se trate de niños, niñas o adolescentes

que han sido acosados como con los agresores, bien sea a través de las escuelas de padres.

-apoyar el comité de convivencia para generar espacios de capacitación.

-realizar plegables y/o cartilla con las pautas básicas esenciales del bullying.

6.2. Prevención secundaria: Se implementa cuando se detectan las primeras situaciones de acoso

o maltrato nacientes, para sortear su consolidación. Son las medidas preventivas que se

introducen si se tiene conocimiento de la existencia de una situación de matoneo en la

institución educativa y hacen referencia a un programa de actuación propiamente dicho.

Mediación o solución conciliada de conflictos:

Solidaridad entre pares: El objeto de un programa de ayuda entre pares es que niñas, niños y

adolescentes con problemas encuentren en la conversación y el apoyo con otros, un espacio de

reflexión para afrontar y dialogar por ellos mismos sus problemas. Se trata de crear en la

Institución una red de apoyo explícita para el estudiantado que sienta tener algún problema.

Círculos de interacción participativa y social (CIPS): Es un grupo de personas, entre cinco y

diez, que se reúnen regularmente (1 vez por semana), motivadas por el reconocimiento de

problemas comunes de coexistencia, analizarlos de manera objetiva y resolverlos lo mejor

posible.

6.3.Prevención terciaria: Son aquellas tácticas centradas en estudiantes con problemas

establecidos (víctima de bullying, acosadores, y otros) y generadas para resolver ese conflicto,

mitigarla duración y sortear los efectos negativos. Estas estrategias de ayuda se acogen, con

aquellos estudiantes que ya se han clasificado como protagonistas de los casos de acoso escolar,

como víctimas o agresores. Ante la corroboración de un caso de acoso escolar es menester frenar

25

de inminente los ataques, generar un ambiente de auxilio por parte de todas los individuos

implicadas y garantizar la no divulgación de datos o información.

Entre los programas de intervención directa, para atender a los estudiantes comprometidos en

episodios de acoso escolar, se destacan: los programas de desarrollo de asertividad en las

víctimas, desarrollo de la empatía entre agresores y reparto de responsabilidades.

Asertividad en las víctimas: Ambiciona enseñar a los discentes a defender sus derechos sin

violentar los derechos de los demás, proporciona sentimientos de seguridad, autoconfianza,

reduce el miedo y aumenta la resistencia a la frustración que produce el ataque o bullying social.

El objetivo primordial es lograr un alejamiento afectivo y sensible hacia la persona acosadora;

que conozcan y, a la vez, dominen los sentimientos y sensaciones, así como sus conductas,

ademanes y lenguaje corporal; y, en última instancia, que defiendan el derecho de todo ser

humano a decir NO. El estudiante víctima responderá al victimario expresando sus propósitos y

sentimientos de forma directa.

Desarrollo de la empatía en agresores: La empatía es la competencia para apreciar las emociones

y lo que siente el interlocutor en una postura de comunicación con él o ella, es decir, la

disposición para colocarse en el sitio del otro. El desarrollo de niños y niñas en contextos

escolares en los que imperan hábitos de desapego, bajos niveles de relaciones entre pares, y

sistemas de comunicación poco estructurados, puede favorecer el déficit de estas habilidades

sociales básicas.

Reparto de responsabilidades: Este método de intervención es para cuando se presenta casos de

acoso grupal, en los que se produce una dilución de la responsabilidad. Se compone de tres

etapas o fases: 1. De charlas o entrevistas con los actores del acoso de manera individual; 2. De

diálogo de seguimiento con victimarios, víctimas y observadores; 3. reunión con el grupo.

26

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Althusser, Louis. (1970). Ideología y aparatos ideológicos del estado. Buenos Aires: Nueva

Visión.

Bandura, A. y RIBES, E. (1975). Modificación de conducta. Análisis de la agresión y

delincuencia. México: Trillas.

Blumer, Herbert (1982). El Interaccionismo simbólico, perspectiva y método.

Barcelona.

Burton W., John. (1990). Conflicto: Resolución y Prevención. Prensa de San Martin.

Coser, Lewis A. (1970). Nuevos aportes a la teoría del conflicto social. Barcelona: Amorrortu.

Cowie, H. y Olaffson, R., (2000). El rol de los pares en la ayuda de las víctimas del bullying en

escuelas con alto nivel de agresión. School Psychology Internationaly.

Dahrendorf, Ralf. (1979). Sociedad y Libertad. Madrid: Tecnos.

Dewey, John. (1902). Democracia y educación: Una introducción a la filosofía de la

educación. Madrid: Ediciones Morata.

Díaz - Aguado, María José. (2005). "Por qué se produce la violencia escolar y cómo

prevenirla". Revista Iberoamericana de Educación, volumen 10.

Dodge, K. (1980). Cognición social y niños agresivos. Nueva York: Tecnos.

Durkheim, Emile. (1924). La educación, su naturaleza y su función. Obra póstuma.

Erickson, E. (1969). Psicología social y sociología: Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires:

Paidós

27

Fisas, V. (1998). Cultura de paz y gestión de conflictos. Barcelona: Icaria Editorial.

Foucault, Michell. (1966). Las palabras y las cosas: Una arqueología de las ciencias humanas.

Barcelona: Amorrortu

Giner, Salvador. (2008). Sociología y cambio social. Madrid: Ariel.

Giroux, H. (1983). Theory and resistance in education: A pedagogy for the opposition. London:

Heinemann.

Guzmán Blanco, Alvaro. (1990). Sociología y violencia. Universidad del Valle: Facultad de

Ciencias económicas y sociales.

Léderach, J.P. (1998). Construyendo la paz: Reconciliación sostenible en sociedades divididas.

Bilbao: Bakeaz, Red Gernika.

McDowell, John. (1996): Mente y Mundo. Harvard University Press.

Mead, Margaret. (1957). COMING OF AGE IN SAMOA, Penguin, England. En

castellano, ADOLESCENCIA, SEXO Y CULTURA EN SAMOA, England: Penguin.

Mezirow (1981). A Critical theory of adult learning and education. Adult Education(1), páginas

5-6.

Morris, Charles Williams. (1925). Simbolismo y Realidad: un estudio de la naturaleza de la

mente. Disertación en la Universidad de Chicago. Reimpresión en Ámsterdam: John Benjamins,

1993.

Olweus, Dan. (1980). Conductas de acoso y amenazas entre escolares. Madrid: Morata.

28

Pachón y De Armas. (2001). Orientación familiar en contextos escolares. Santiago:

Universidad Pontificia Comillas.

Patterson, C. J. (1990), Children's perceptions of self and of relationships with others as a

function of sociometric status. Traducción: La percepción de los niños de ellos mismos y las

relaciones con otros como una función sociométrica. Nueva York:

Pizarro, Mariela. (2012) Qué son los conflictos familiares? Recuperado de:

http:/enpareja.blogs.elle.es/files/2012/conflictos-familiares.jpg

Ríos Muñoz, José Noé (1997). Cómo negociar a partir de la importancia del otro. Bogotá:

Planeta.

Redorta, J. (2004). Cómo analizar los conflictos. La tipología de conflictos como herramienta

de mediación. Barcelona: Paidós.

Salovey, Peter y Mayer, John. D. (1980). Inteligencia Emocional. Imaginación,

Cognición y Personalidad. Nueva York: University Press.

Strauss, Murray A. (1980). Violencia en la familia americana. Nueva York: Garden City,

Doubleday.

Suarez, Marinés. (1996). Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas. Buenos

Aires: Paidós.

Turner, Víctor. (1980). The Forest of Symbols, 1967 [traducción castellana: La selva de los

símbolos], Nueva York: Ithaca.